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Pichón decidió dar una nueva organización dentro del Borda, a los
enfermeros les dio determinadas tareas según que función cumpliera mejor.
Obviamente al poco tiempo lo echan del hospital pero al tiempo lo volvieron a
llamar. El fue el primero que decide organizar un partido de fútbol entre los locos y
los médicos, Pichon juega para los locos, el resultado del partido fue cero a cero.
Pichon buscaba de diversas maneras tener un contacto con lo que los pacientes
padecían y sufrían.
Por último, Pichón plantea que no basta comprender los fenómenos sino
que es necesario actuar sobre ellos para modificarlos. El aspecto operativo,
entonces, refiere a la acción que se opera sobre el objeto a conocer. En tal
sentido, no hay ciencia sin operación.
Según Pichón, el ECRO implica un abordaje del hombre en sus condiciones
concretas de existencia y en su cotidianeidad. En este contexto, el hombre
avanza de lo superficial a lo profundo y este movimiento implica tres momentos:
En concomitancia con el ECRO, Pichon ideó otro esquema para dar cuenta
de las situaciones grupales al que llamó esquema del cono invertido. A partir de
múltiples experiencias, Pichon encontró una serie de fenómenos redundantes que
le permitieron establecer una serie de categorías que luego pasaron a constituir
los seis vectores del cono. Una vez ordenados, estos vectores se transforman en
una escala desde la cual se puede registrar y clasificar los datos que surgen de
la observación del proceso grupal. Desde esta perspectiva, es posible realizar un
diagnóstico de grupo, percibir sus obstáculos, realizar una lectura de lo latente
(vale decir, realizar una interpretación) y sobre la base de dicha interpretación,
elaborar una estrategia e intervenir.
Vemos aquí el esquema del cono invertido.
Lo explícito
Espiral
Dialéctica
Lo
implícito
Universales
De acuerdo con este esquema el proceso grupal consiste en un movimiento
dialéctico espiralado que va de lo explícito a lo implícito; en palabras del propio
Pichon: “es partiendo de lo explícito y por una espiral constante que se puede
llegar a lo implícito, analizando cuáles elementos juegan y cómo pueden romper la
estructura rígida de la situación para poder llegar a la situación de progreso y a un
nuevo planteamiento”.
Para hacerlo simple seria que lo explicito tendría relación con lo conciente,
y lo implícito( miedos básicos, lo intimo, lo secreto, lo oculto) tiene relación con lo
inconsciente. Esto se llega a partir de la interpretación pero a través de la
interpretación freudiana la interpretación como pregunta, trajeando el discurso (es
la interpretación que va entrar a la interpretación grupal) del otro para crecer en
su mapa.
En cuanto a los vectores, que como dijimos antes constituyen la vía regia
para la comprensión de los fenómenos grupales, podemos observar el siguiente
gráfico:
Cooperación Aprendizaje
Telé
Pertinencia
El primer vector se denomina afiliación - pertenencia. Este consiste en el
grado de ligazón que los integrantes presentan entre sí y, a su vez, con la tarea y
el objetivo grupal. El objetivo sería la satisfacción de la necesidad y la tarea sería
el camino que permite lograr la satisfacción a partir de la necesidad, es decir,
alcanzar el objetivo. La afiliación constituye el grado mínimo de ligazón que se da
a partir de la interacción. Esta última, da lugar a una relación entre los integrantes,
un conocimiento entre los mismos y además permite un cierto grado de
compromiso con el grupo. La pertenencia implica una mayor integración al grupo.
Tanto la afiliación como la pertenencia se miden por el grado de responsabilidad
por el cual los miembros del grupo asumen el desarrollo de la tarea.
CANAL RECEPTOR
EMISOR
El emisor, para emitir un mensaje, tiene que codificarlo. Este mensaje circulará
por un canal de comunicación y arribará al receptor; que deberá decodificarlo para
poder emitir una respuesta que cierre el circuito. Por lo tanto, es fundamental que exista
un código en común, porque, de otro modo, emisor y receptor no podrían
comprenderse. El canal es el medio material a través del cual llega la información y el
mensaje es lo que se transporta a través del canal. En relación al código, existen dos
funciones fundamentales: la de encodificación, que es la selección por parte del emisor
de signos adecuados a la información o significados que busca transmitir, y la
decodificación, que es el proceso de atribución de significados al mensaje por parte del
sujeto receptor. En la comunicación Pichón toma en cuenta no sólo el contenido del
mensaje sino también el cómo y el quién de ese mensaje lo cual denomina
metacomunicación. Cuando ambos elementos entran en contradicción se configura un
malentendido dentro del grupo y aparecen así las perturbaciones en la comunicación.
Estas perturbaciones que Ruesch engloba dentro de la categoría de ruido, adquieren en
la teoría de Pichón Rivière, la dimensión del “tercero” existente en todo vínculo.
• comunicación entre dos, en la que se aísla al resto del grupo (esto puede traer
desconfianza, alianza para favorecer a otro o coalición para destruir a otro)
A veces en el aprendizaje cuando uno deja de escuchar al que esta dando clase
y se fue (queda pensando en otra cosa ) es claro que hay un corto circuito dentro del
aprendizaje y sería fantástico que esto se pudiera trabajar que le paso en ese momento
que se fue (que tiene que hacer mañana, las cuentas que pagar etc) lo importante es
como vuelve la cosa es cuando se va ahí hay un corto circuito algo que yo digo lo
asocian y se van por eso es tan difícil comprender la resistencia el inconsciente porque
uno tiene un quiebre en el pensamiento. Para Pichón la terapia es aprendizaje.
El último de los vectores que introduce Pichón Rivière es el factor telé
como categoría universal. Moreno lo define como una disposición positiva o
negativa para trabajar con un miembro del grupo. Este factor incluye sentimientos
de aceptación y rechazo y por lo tanto habría una telé positiva y una negativa.
Lógicamente juegan factores previos que determinan la aparición de una telé
positiva o negativa y esto se así porque toda situación de encuentro es en realidad
un reencuentro con figuras de nuestro mundo interno y nuestro pasado que se
reactualizan en la nueva situación. Por eso Pichón decía que cada encuentro es
un reencuentro.