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¿Cómo define la Biblia a un verdadero

Cristiano?
¡La palabra de Dios es clara cuando dice que no podemos
ser Cristianos hasta que somos llamados!
Por Doug Horchak

Unos dos billones de personas en el planeta afirman ser Cristianos, pero sus
creencias, doctrinas y prácticas varían ampliamente. ¿Qué significa ser Cristiano?
Demos un vistazo a lo que la Biblia describe como un Cristiano.

La palabra Cristiano es usada tres veces en el


Nuevo Testamento (Hechos 11:26; 26:28; 1 de
Pedro 4:16). Los seguidores de Jesucristo fueron
llamados "Cristianos" por primera vez en
Antioquía (Hechos 11:26) porque creían en Cristo
y seguían Su ejemplo. Esta palabra se utilizó
inicialmente por sus detractores en un sentido
peyorativo, pero los creyentes adoptaron el
término como una insignia de honor.

Mientras los Cristianos del primer siglo siguieron


las enseñanzas, prácticas y el ejemplo de Jesús,
desde esa época hasta nuestros días, el término ha
perdido mucho significado—usándose sin adoptar
el mismo modo de vida o de entendimiento. Hoy
muchos que dicen ser Cristianos no siguen realmente las enseñanzas de Jesús.

Un Cristiano responde al llamado de Dios


¡La palabra de Dios es muy clara cuando dice que uno no puede escoger ser Cristiano! Hay
un llamamiento o una invitación de por medio. Dios no está llamando a toda la humanidad
en esta época (Mateo 22:14; Juan 6:44), y tampoco precisamente al rico, famoso o poderoso
del mundo (1 Corintios 1:26-27).

Dios llama a gente ordinaria que está dispuesta a reconocer su debilidad humana y aprender
los caminos de Dios. Son personas que han cometido errores, lo reconocen y valoran el
perdón que Dios les otorga (Mateo 21:23, 31-32). Los niños de un padre genuinamente
Cristiano también son invitados por Dios para convertirse en Cristianos (Hechos 2:38-39; 1
Corintios 7:14).
Para ser un Cristiano verdadero, una persona debe cambiar - ¡realmente cambiar! Hechos
2:37-39 muestra que los Cristianos deben "arrepentirse" y adoptar un camino de vida
diferente. Después del arrepentimiento deben ser bautizados (por inmersión en agua) por un
siervo de Jesucristo (Hechos 2:38; 8:14-17).

En términos bíblicos, este proceso de cambio, de rendir su vida y volverse a Dios se llama
conversión. Obviamente un ser humano no puede cambiar todas las cosas de una vez, pero
puede tener una actitud de arrepentimiento y volver a la senda correcta, haciendo cambios
básicos a medida que incursiona en este nuevo sendero para luchar contra el pecado,
produciendo los llamados “frutos de arrepentimiento” (Mateo 3:8).

Luego del bautismo, Dios ofrece su Santo Espíritu al creyente arrepentido (Hechos 2:38).
Una persona no es "de Cristo" a menos que el Espíritu de Dios esté en él (Romanos 8:9).
Este espíritu es impartido por la imposición de manos de un representante autorizado de
Jesucristo (Hechos 8:17-18). Por medio del arrepentimiento, el bautismo y el recibimiento
del Espíritu Santo de Dios, un Cristiano es capaz de entender las verdades espirituales de
Dios en Su Palabra. (1 Corintios 2:11).

El ejemplo de Jesucristo
El apóstol Pablo también nos ayuda a entender lo que es un Cristiano al expresar
simplemente que nosotros debiéramos imitarlo a él, quien a su vez es imitador de Jesucristo
(1 Corintios 11:1). Luego, el apóstol Pedro le recuerda a la Iglesia del primer siglo que debe
seguir el ejemplo de Jesucristo (1 Pedro 2:21).

El ejemplo de Jesucristo incluye adorar a Dios el día Sábado (del atardecer del viernes
hasta la puesta del sol del Sábado) y en los días Santos anuales mencionados en la Biblia
(Lucas 4:16; Juan 7; comparar con Levítico 23). Su ejemplo también incluye la compasión
y el amor por otros (Juan 3:16; Mateo 9:36) junto con los mandamientos de Dios (Mateo
5:17-19).

Los Cristianos comprenderán las enseñanzas y el camino de vida indicado en las escrituras
y lucharán para vivir de acuerdo a ellas (Lucas 4:4).

De acuerdo a la Biblia, un Cristiano es aquel que responde al llamamiento de Dios, se


arrepiente de sus pecados, es bautizado y recibe el Espíritu Santo de Dios, viviendo como
Jesús vivió. Dios espera que seamos ejemplo en nuestra familia y hacia otros (Mateo 5:13-
16). ¡Los Cristianos antepondrán su llamamiento ante cualquier cosa o persona! (Lucas
14:26-33). VT

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