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En el capítulo que a continuación expondré Pierre Bourdieu trata de dar cuenta de esta

“peligrosa” dualidad de la sociología de pensar la realidad social y al mismo tiempo


construir un discurso institucional sobre lo que es en sí misma.

En este capítulo Bourdieu no intenta dar definiciones sino plantear las condiciones
mínimas que deben guardar las ciencias sociales (la sociología en particular) para
asegurar un mínimo de validez analítica en sus preceptos. Así, el uso crítico de la teoría
y la metodología son particularmente importantes para lograr la ruptura con el sentido
común y las observaciones a primera vista que nos dibujan realidades aparentemente
estructuradas, aún cuando sean también observables sus propias contradicciones. De
aquí que sea vital para el científico social mantener una constante vigilancia
epistemológica sobre sus formas de acercarse a la realidad y sobre la realidad misma.
Cuando no existe esta vigilancia, el observador tiende a generalizar su conocimiento a
partir de la familiaridad que tiene con el universo social al que estudia, de modo tal que
termina por realizar sistematizaciones ficticias sobre realidades complejas. Esta
“sociología espontánea” le hace aun más difícil la labor al sociólogo de establecer
diferencias entre la percepción y la ciencia. Más aún, si tomamos en cuenta lo que dice
Durkheim, quien plantea que los hechos sociales tienen por función reconciliar a la
conciencia consigo misma, al elaborar un sistema de prenociones que no es otra cosa
que una serie de representaciones de la realidad formadas en la práctica y para ella, las
cuales responden a una función social determinada. El hecho social se explica a sí
mismo desde su propia función social.

Para evitar caer en la cuenta de reproducir el sistema de representaciones que el hecho


social pone como lógico en nuestra conciencia, existen técnicas de ruptura con esas
prenociones como la definición previa del objeto de estudio, es decir, una construcción
teórica provisoria que posibilitará romper, en un primer momento, con el sentido
común. La crítica lógica y lexicología al lenguaje común, a decir del autor, es un paso
indispensable para la elaboración controlada de las nociones científicas (p.28). Es
también importante entre estas técnicas el análisis estadístico. En resumen, lo que se
pretende con la utilización de estas técnicas es hacernos “ver más allá de lo evidente”,
salir de las prenociones, el sentido común y los saberes previos para ser capaces de dar
cuenta de las lógicas del objeto de estudio al que nos acercamos.

No obstante, las técnicas de ruptura no son suficientes pues no atacan las raíces de la
sociología espontánea: la filosofía del conocimiento social (filosofía espontánea) y de la
acción humana que la sostiene. En este punto, Bourdieu se da cuenta que la sociología
no puede separarse del sentido común a menos que le oponga “la resistencia organizada
de una teoría del conocimiento de lo social” que lo contradiga en todo aspecto. La teoría
es fundamental en este tema pues con ella es posible no caer en el error de crear un
discurso aparentemente científico que repita las prenociones en un lenguaje académico
encubridor. Es contra este error que clásicos como Marx, Weber y Durkheim se pelean,
mostrándose disconformes y combativos contre el artificialismo (reflexión personal), el
psicologismo y moralismo. Estos sentidos comunes son precisamente los que
conforman la ilusión de la transparencia, la cual nos muestra a la realidad social como
perfectamente distinguible desde la simple observación. Para escapar a ella Durkheim
dirá: “Creemos fecunda la idea de que la vida social debe explicarse, no por la
concepción que se hacen los que en ella participan, sino por las causas profundas que
escapan a la conciencia” (p. 30).
En este sentido, el principio de la no conciencia se refiere primero a una característica
del conocimiento [sociológico] que estipula la imposibilidad de conocer la plenitud de
las relaciones sociales mediante la simple observación y, en segundo lugar, a una
consideración sobre la acción de los individuos en condiciones y posiciones sociales
dadas, más allá de motivaciones o intenciones subjetivas (psicología superficial).
Bourdieu plantea que en esta parte de la ruptura se tenga en cuenta un “objetivismo
provisorio”: “El principio de la no-conciencia impone, por el contrario, que se construya
un sistema de relaciones objetivas en el cual los individuos se hallan insertos y que se
expresa mucho más adecuadamente en la economía o en la morfología de los grupos
que en las opiniones e intenciones declaradas de los sujetos.” (p.34).

La presencia de este objetivismo provisorio es muy importante para tener presente el


sistema de relaciones que rige la vida social, lo cual puede ser muy útil para deslindar
con la filosofía esencialista que da por sentadas ciertas características de los individuos
y de la sociedad, las naturaliza. Desde esta filosofía esencialista de la sociedad es
imposible para la sociología no desviarse en cuanto a la utilización de su cuerpo teórico.
El análisis de lo social no solamente requerirá desterrar la filosofía esencialista, sino
utilizar las herramientas sociológicas hasta agotarse. Bachelard hablará de una
ineficacia epistemológica debido a la tentación del sociólogo de prescindir de sus
propias herramientas analíticas por preferir las de otras ciencias. Seamos concientes de
que tenemos derecho a usar nuestras propias herramientas hasta agotar esfuerzos.

Otro de los obstáculos para el sociólogo es la trampa del lenguaje y su relación con la
sociología espontánea. Por ser el lenguaje común parte integrante del lenguaje
científico, la sociología espontánea tiende a colarse a través de las expresiones del
discurso sociológico. Aquí se hace aún más indispensable tener las herramientas
teóricas que permitan deslindar posiciones que, de otra manera, serían confusas entre el
sentido común y la ciencia: “[..] las precauciones contra el contagio de la sociología por
la sociología espontánea no serían más que exorcismos verbales si no se acompañaran
de un esfuerzo por proporcionar a la vigilancia epistemológica las armas indispensables
para evitar el contagio de las nociones por las prenociones.” (p. 37). Parte de estas
armas son la crítica de la lógica del lenguaje común (nosografía del lenguaje[3]) y la
propia crítica a la teoría.

La sociología es una disciplina particular puesto que muchos críticos externos a ella se
sienten en capacidad de opinar sobre ella, aun cuando no tienen una formación básica en
este campo. Por esta razón, el sociólogo está más expuesto que otros científicos a recibir
críticas que comprendan poco o nada su labor como tal. Aparece otra tentación del
sociólogo, la de responder afirmativamente a las expectativas escatológicas del público,
haciendo gala de un profetismo que no es propio de ninguna ciencia. La sociología
profética opera con los mismos presupuestos de la sociología espontánea y los
maximiza. Entonces, podemos decir que no es adecuado tomar este tipo de posturas por
dos razones: Primero, porque sería ceder paso al sentido común con el que nos estamos
peleando para establecer nuestro espacio de análisis. Y, segundo, porque no pues,
porque no somos profetas, desde la ciencia se puede hacer prognosis pero no profecías,
aún cuando algunos se sientan con autoridad para hacerlas.

Para finalizar, Bourdieu hace una reflexión sobre la teoría social y la tradición teórica,
siempre considerando que el sociólogo debe tener un espíritu crítico respecto de su
campo de estudio y las herramientas que usa. Recordando a Bachelard el autor dice que
la ciencia no es más el conocimiento de la verdad, pues no le es posible formular un
saber definitivo, lo cual genera un cuestionamiento interno, necesario para su progreso,
a su propio cuerpo teórico. Aquí Bourdieu se da cuenta de que la propia teoría
sociológica se convierte en un sentido común, académico, pero sentido común para los
sociólogos al fin y al cabo. Siguiendo la lógica de combate hasta ahora planteada, es
justo y necesario poner también en cuestionamiento a la tradición teórica, sobre todo si
guarda en sí conceptos que totalicen la realidad[4]. En tal sentido, Bourdieu dice “Una
teoría no es ni el más grande común denominador de todas las grandes teorías del
pasado ni, a fortiori, esa parte del discurso sociológico que se opone a la empiria
escapando pura y sencillamente al control experimental” (p.48). La función de la teoría,
entonces, es asegurar la ruptura epistemológica con el sentido común, la sociología
espontánea y la propia tradición sociológica.

Por último, no basta cumplir con todas estas recomendaciones, es necesario diferenciar
la teoría del conocimiento sociológico de la teoría social, pues una está enfocada a
estudiar y establecer las normas que regulan la producción de las acciones y discursos
sociológicos (la teoría del conocimiento sociológico), además de ser el principio
generador de las diferentes teorías parciales de lo social. Es importante no confundirlas,
no abandonarlas y tomar siempre una posición crítica frente a sus preceptos.

[1] Bourdieu, Pierre. El oficio del sociólogo. Ver primera parte.


[2] No es casualidad que en los últimos coloquios de estudiantes de sociología realizados en nuestra
facultad las preguntas centrales siempre estén relacionadas al papel del sociólogo en su labor intelectual y
social, cuestión que lleva implícita la pregunta por los rasgos fundamentales de la sociología que
caracterizan nuestra época.
[3] Nosografía es la acción de identificar y clasificar enfermedades. En nuestro caso, identificar las
formas del lenguaje común que hacen posible la sociología espontánea.
[4] Citando a Orlando Plaza “Si ustedes tienen un concepto dentro del cual encaja todo, sospechen de ese
concepto... Como del amor eterno, porque el amor hay que hacerlo todos los dias." (extraído de
http://frasespucp.blogspot.com/search/label/Orlando%20Plaza )

Heurística
De Wikipedia, la enciclopedia libre

Se denomina heurística a la capacidad de un sistema para realizar de forma inmediata


innovaciones positivas para sus fines. La capacidad heurística es un rasgo característico
de los humanos, desde cuyo punto de vista puede describirse como el arte y la ciencia
del descubrimiento y de la invención o de resolver problemas mediante la creatividad y
el pensamiento lateral o pensamiento divergente.
La etimología de heurística es la misma que la de la palabra eureka, cuya exclamación
se atribuye a Arquímedes en un episodio tan famoso como apócrifo. La palabra
heurística aparece en más de una categoría gramatical. Cuando se usa como sustantivo,
identifica el arte o la ciencia del descubrimiento, una disciplina susceptible de ser
investigada formalmente. Cuando aparece como adjetivo, se refiere a cosas más
concretas, como estrategias heurísticas, reglas heurísticas o silogismos y conclusiones
heurísticas. Claro está que estos dos usos están íntimamente relacionados ya que la
heurística usualmente propone estrategias heurísticas que guían el descubrimiento.
Aporte Aquileano: Guía de Lectura : “El Oficio de Sociólogo”.-

1. Concepción de Método y de Metodología.

Para los autores, el método no debe reducir la realidad, encarándola desde un punto deductivo, que
parta de generalizaciones abstractas para aplicarse a lo particular. Antes bien,
sostienen que “los grandes procedimientos lógicos no pueden aún ser explicados, con
suficiente precisión, por separado de sus aplicaciones. A partir del estudio de las
aplicaciones regulares de los procedimientos científicos, se podrá entonces, llegar a la
noción de “sistema”, que es precisamente la noción de método en tanto sistematización
de hábitos intelectuales que llevan a establecer principios de investigación rigurosos. La
metodología se refiere a la teoría que engloba las operaciones de investigación. Tiene
que ver con los instrumentos conceptuales o técnicos que otorgan rigor y fuerza a la
verificación experimental. Los autores abogan por una visión conjunta y emparentada
de método y metodología, para evitar reduccionismos y evitar la anarquía conceptual.

2. Reflexión metodológica en el interior de cada proceso de investigación.

En conjunción con lo anterior, los autores entienden que la reflexión epistemológica debe darse en
el interior de cada proceso de investigación desde el momento en que tanto los
elementos conceptuales, como los técnicos son propios de la verificación experimental
particular. Esto se vincularía con el proceso de investigación concreto. A través de esta
reflexión, que trasciende el empirismo, se logra un conocimiento irreducible Además
se puede así lograr construir una lógica científica del conocimiento de la verdad, que
debe ser contínuamente puesta en duda y, luego, refutada o rectificada. Estas ideas
serán retomadas en vistas cuando los autores hagan referencia a la actitud de índole
epistemológica propia del Científico. Esto tiene que ver con la noción de “Vigilancia
Epistemológica”.

3. Interpretación de la frase: “Restituir la fuerza heurística de los conceptos.”

La idea de restituir la fuerza heurística de los conceptos se relaciona con la enseñanza de la


Investigación , en tanto proyecto cuyo objetivo será exponer los principios de una
práctica profesional y a la vez proporcionar los instrumentos adecuados para un
tratamiento sociológico del objeto y una disposición activa tendiente a reflexionar sobre
los conceptos fundamentales, revisarlos críticamente, cuestionarlos y otorgarles un
valor que deje de ser neutral. Con estos fines se busca que éstos puedan ser propensos
al dinamismo y capaces de romper con estructuras de pensamiento canónicas.

4. Conceptualizaciones de la noción de “Vigilancia Epistemológica”.

La noción de “Vigilancia Epistemológica” se vincula con la idea de restitución de la fuerza


heurística de los conceptos, por un lado. Por otra parte, tiene que ver con la coherencia
teórica que guarda el investigador con sus propia línea de pensamiento, desde al cual
debe identificar en su práctica investigativa cuál es el error, y dentro de su marco
teórico buscar y aplicar los mecanismos metodológicos que le permitan superar los
obstáculos presentados. Retomando a Bachelard, esta vigilancia permitiría captar la
lógica del error para construir luego la lógica del descubrimiento de la verdad como
polémica contra el error y así sucesiva y permanentemente con las nuevas, propensas e
inestables verdades (Siempre relativas y plausibles de devenir errores). Finalmente, se
vincula con la capacidad de traspolar conceptos y métodos a otros trabajos de
investigación, con el objetivo de que al ser arrancados de su contexto original, puedan
adquirir nuevos usos. El ejercicio de la vigilancia epistemológica debe ser constante y
tendiente a subordinar uso de técnicas y conceptos a un examen continuo sobre las
condiciones y los límites de su validez. Es decir que la coherencia s tal precisamente
porque se repiensa La Vigilancia Epistemológica no implica aferrarse a una obediencia
incondicional a un Organon de reglas lógicas (“Clausura Prematura”). Antes bien, es
preciso reconocer que existe una disponibilidad semántica en los conceptos, lo que
constituye una de las condiciones del conocimiento.

5. Riesgos del Desplazamiento de la Vigilancia Epistemológica.

Los problemas del desplazamiento de la vigilancia epistemológica surgen cuando el científico


sobredimensiona su pertenencia particular a un marco teórico con respecto a la
disciplina en la cual éste se inserta. Es decir, que el desplazamiento puede a llegar a ser
extremo pero sin embargo el científico no haber dejado de ser coherente. Lo que resulta
inaceptable es que su desplazamiento epistemológico lo lleve a burlar el acuerdo
epistemológico que subyace en la disciplina a la cual es afín el científico. El
Desplazamiento no genera problemas si se lo entiende como una búsqueda
transmutable de rigores relativos y específicos, desde la teoría de Bachelard, quien
entiende a la Verdad como una “Teoría del Error Rectificado”. Detener la vigilancia es
aplicar excesivamente la metodología, así también el uso de instrumentos y apoyos sin
verificar con antelación las condiciones bajo las cuales éstos se aplican. La clave es la
Coherencia, dentro del mismo sistema “Método / Metodología”. Coherencia dinámica y
polisémica. “El hecho científico se conquista, construye y comprueba” (Vd. Bachelard)

Cap 1: “La Ruptura”.

1. Ruptura Epistemológica: ¿En qué consiste?.

La ruptura consiste en alejar de la ciencia la influencia de las nociones comunes, de manera de


lograr la objetivación de las técnicas de investigación. Para ello es preciso realizar una
crítica lógica y lexicológica del lenguaje común con el objeto de elaborar y reelaborar
controladamente las nociones científicas. El aporte de la Estadística es insoslayable en
esta labor, en tanto el análisis estadístico desgarra la trama de relaciones que s
entretejen continuamente en la experiencia.

2. Práctica Científica: Necesidad de romper con las prenociones del sentido común.

La práctica científica supone una ruptura con las prenociones del sentido común por el hecho de
que el descubrimiento científico no se reduce nunca a una simple lectura de lo real, sino
a romper con lo real y con las configuraciones que éste propone a la percepción.

3. Interpretación del postulado: “Una investigación seria conduce a reunir lo que vulgarmente se
separa o a distinguir lo que vulgarmente se confunde” .

La frase postula la necesidad de una ruptura con el saber vulgar y espontáneo y con sus
prenociones erradas. La idea tiene que ver con romper con las relaciones más aparentes
y familiares, para hacer surgir un nuevo sistema de relaciones entre los elementos, y así
fundar el Conocimiento Abstracto y Científicamente avalado

4. Problemas que plantea el lenguaje en la práctica de la investigación.

Los problemas que plantea el lenguaje en la práctica de investigación surgen por el hecho de que el
lenguaje común encierra en su vocabulario y en su sintaxis una filosofía petrificada de
lo Social. El Investigador por ser Investigador Social corre el riesgo de emplear
inevitablemente estos términos vulgares, cayendo en un pseudo cientificismo
Espontáneo. Para evitar esta ingerencia, el Investigador, debe redefinir las palabras
comunes den dentro de un sistema de nociones expresamente definidas y
metódicamente depuradas, sometiendo a la crítica a alas categorías, los problemas y
esquemas que la lengua científica toma, sin quererlo, de la lengua común. De esta
manera se evitaría caer en el Cientificismo espontáneo, que surge cuando se emplean
términos vulgares, reflejos distorsionados de explicación y descripción).

5. Ruptura epistemológica respecto a la propia tradición disciplinaria.

No sólo el Sentido común limita la actividad científica. También la Vigilancia Epistemológica con
respecto a una misma tradición disciplinar puede llegar a ser un mal consejero para la
Investigación propiamente científica. La palabra tradición supone una valoración
despectiva para los autores que se relaciona con el encasillamiento y la ortodoxia
estática. La radición engloba a individuos particulares y las autoridades eminentes
pueden obrar en detrimento de la libre voluntad del Científico concreto. En definitiva,
condicionado por su propia tradición disciplinar, el Investigador no construye su objeto
de conocimiento, categorías y otros elementos Científicos, sino que lo reelabora, lo ya
elaborado y construido. Y lo hace por un mero mecanismo de extracción artificial de
elementos teóricos ya dados y de aspiración universal.

Cap 3: “La Construcción del Objeto”.

1. Supuestos sobre los cuáles se apoya el criterio de demarcación empirista. De qué manera
entienden a partir de esto los autores el proceso de construcción y diferenciación de las
disciplinas científicas.

El criterio de demarcación de las ciencias en el modelo empirista se apoya en una tendencia a


concebir sus ámbitos de dominio epistemológico como un conflicto de límites con
respecto a las ciencias vecinas y ello en razón de que se imagina la división científica
del trabajo como una “división real de lo real”. El objeto de estudio y la división
interdisciplinaria, en la misma línea de demarcación, se realiza en función del
parámetro de clasificación por sectores aparentes. Frente a ello, Bourdieu y Passeron
entienden el proceso de construcción y de diferenciación de las disciplinas científicas
por la diferencia de tipo terminológica, así como también por el objeto y metodología
que emplean. Se precisa, entonces, superar tanto el Cientificismo espontáneo de los
conceptos vulgares, como el rigor analítico y formal de los conceptos llamados
operatorios. Una vez logrado esto, la delimitación del corpus particular de cada ciencia
daría como resultado una construcción de denominaciones específicas. Al construir
nuevos objetos, se construyen nuevas relaciones entre los aspectos de las cosas. Así
surgen los conceptos sistemáticos, que resultan de un uso en referencia continuo con
respecto al sistema total de interrelaciones científicas de la disciplina.

2. Clasificación por sectores aparentes.

Los autores refieren vertientes subdisciplinares dentro de una misma disciplina teórica, valiéndose,
para ello de la idea de “Clasificación por sectores aparentes”. Para ellos esta
delimitación interdisciplinaria sería un indicio de Pseudo cientificismo, relacionado con
lo Espontáneo . Retomamos la idea referida en el texto: ” La División subdisciplinar
sería una (“atomista/analítica”) división real de lo real”).

3. Diferencia entre Objeto Real y Objeto Científico

La diferencia entre objeto real y objeto de conocimiento científico estriba en el hecho de que el
objeto real es un objeto espontáneo, que surge de la realidad inmediata, en tanto que el
objeto Científico es un objeto mediatizado, sistematizado, siendo definido éste en
función de las interrelaciones que existen en el sistema total al cual pertenece y
construido, además en vistas de una problemática científica, sin la cual el objeto de
investigación no existiría como tal.

4. Papel de las “denominaciones específicas” en la construcción de nuevos objetos.


El papel que cumplen las denominaciones específicas en la construcción de conocimientos es el de
proporcionar un corpus de categorías específicas, luego interrelacionables a nivel
sistema disciplinar total. Estas se componen con palabras del vocabulario común,
pero al establecer nuevas relaciones entre los aspectos de las cosas, crean nuevos
objetos, y son indicadores de una ruptura epistemológica con los objetos
preconstruidos de la sociología espontánea.

5. Concepción sobre la relación sujeto objeto de conocimiento implicada en la frase “el hecho se
construye”. Diferencia con la afirmación “El hecho se descubre” y sus implicancias.

En la proposición “El hecho se construye” subyace la concepción de que el sujeto y el objeto


interactúan y de que de esta dialéctica surge como síntesis el hecho, que puede
identificarse con el producto científico y con el Conocimiento científico. Decir que “El
hecho se descubre”, por su parte, implicaría que ya está dado por lo cual al sujeto sólo
le competería desenfundar un objeto ya preconcebido. El sujeto cumpliría un rol más
pasivo en este caso, frente al Objeto- Activo, que potencialmente, tendría en sí el
germen del Conocimiento.

6. Interpretación de la idea de “Construcción del objeto”, a partir de la afirmación: “Sólo a


condición de que se interrogue”. Sus consecuencias metodológicas consecuentes.

La idea de construcción del Objeto, “sólo a condición de que se lo interrogue “, tiene que ver con
construir y descubrir, a la vez al Objeto. Desde el punto de vista metodológico estas
ideas se relacionarían con la teoría de Bachelard del Obstáculo Epistemológico y con su
idea referida anteriormente. También con la idea de romper con la falsa dicotomía
“neutralidad axiológica”/”neutralidad metodológica”, haciendo de ambas una dupla
metodológica en el proceso de interrogación del Objeto. Indudablemente, el papel del
Científico edebe ser activo e indagador, caracteres fundamentales en este caso.

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