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El hombre ribereño del Titicaca siempre ha proyectado una parte importante de su vida
de cara al lago. En este sentido ha sido pescador y, hoy, también cultivador de peces;
pero los nuevos tiempos y la cada vez mayor capacidad del hombre para explotar el
medio ha llevado a la aparición de problemas también nuevos: se ha pasado de la
utilización de métodos tradicionales de pesca a la introducción de técnicas que
requieren de una adaptación para racionalizar su empleo, y se ha planteado el cultivo
masivo de truchas que requiere una cuidada evaluación de la capacidad del medio
para soportar la entrada de nutrientes, también masiva, que implica la nueva
acuicultura.
Este manual se escribe con el ánimo de ser útil al capacitador, con espíritu
constructivo, previniendo los problemas existentes y posibles que se generan por el
ejercicio y necesaria mejora en la forma de realizar estas actividades, la pesca y la
acuicultura, y apuntando las fórmulas de prevención y corrección que, unas veces
podrán ser llevadas a cabo por los propios pescadores y truchicultores, y otras
deberán ser planificadas por los técnicos. En cualquier caso, deben estar presentes en
la conciencia de la sociedad con el objeto de preservar el recurso del que se nutren.
• El medio ambiente -el propio lago- en el que ubicar la instalación. Provee de espacio
físico y de las condiciones físico-químicas para la crianza de los peces,
• Los materiales para construir las instalaciones y, en particular, las jaulas (el recinto de
confinamiento),
• Los peces para sembrar (el recurso vivo),
• El alimento para mantener los peces y asegurar su crecimiento (el "combustible" del
sistema).
2.1.1 El medio
Las jaulas suelen estar situadas en las zonas ribereñas, donde la proximidad a la costa
reduce los tiempos y costos de desplazamiento desde la orilla a los recintos, y donde
éstos se encuentran más protegidos del oleaje. La concentración de jaulas puede llegar a
producir una ocupación del espacio muy importante.
El espacio ocupado por las jaulas queda inutilizado para otros propósitos a los que
potencialmente podría servir como, por ejemplo, para la navegación, la pesca, la
conservación de la biodiversidad, o la mera preservación del paisaje como recurso
turístico o simplemente estético. El cultivo en jaulas produce un impacto que afecta
negativamente a dichas actividades y recursos por lo que deben ser considerados el
resto de usos, ya que no debe primar necesariamente la instalación de piscigranjas:
éstas pueden cortar las vías de comunicación en el interior del lago, pueden ocupar
zonas tradicionales de pesca o hábitats fundamentales para las especies de vegetación y
fauna nativa, y arruinar el atractivo turístico del paisaje del lago; todo ello sin contar con la
necesidad de que los pobladores de la ribera y del propio lago puedan seguir contando
con un entorno atractivo que contribuya a su calidad de vida y a seguir alimentando el
orgullo de vivir en el lago Titicaca.
El problema del uso del espacio debe ser resuelto por medio del ordenamiento de
recursos, integrando las necesidades de cada uso, zonificando el espacio y fijando los
límites admisibles dentro de cada zona incluso para los usos permitidos.
Para construir las jaulas se precisan materiales como la madera, cilindros metálicos,
redes, etc. Estos materiales pueden ser contaminantes por sí mismos (como el PVC, que
debe ser evitado en medida de lo posible), o pueden generar riesgos a los peces que
nadan libres en la masa de agua por engancharse en redes hundidas. Tanto la
degradación de los materiales en uso como la pérdida de elementos, generan residuos
(óxido de los cilindros, materiales sintéticos de los cabos, residuos de pinturas, lastres
hundidos, redes perdidas, etc). No obstante, no solo hay que considerar el costo
ambiental de su uso y pérdida, sino que también deberíamos analizar el costo ambiental
de su producción: costo en recursos (especialmente no renovables), energía consumida,
y residuos generados.
Los peces que van a ser sembrados en las jaulas, en el caso de las truchas arco iris,
provienen siempre de instalaciones de reproducción especializada (criaderos) y nunca
son objeto de cosecha salvaje, como ocurre con otras especies de las que no es
posible obtener semilla cultivada.
Es muy importante cuidar que los peces sembrados guarden garantías sanitarias con
el objeto no solo de proteger a los propios peces cultivados sino también de preservar
el medio de enfermedades o parásitos que pudieran adaptarse y afectar a las
comunidades naturales. En consecuencia, es necesario el respeto a conciencia de las
normas sanitarias que imponga la autoridad competente. Estas condiciones sanitarias
deben ser también respetadas en las ecloserías, ya utilicen ovas fecundadas en la
propia zona o provenientes de la importación. En este último caso se impone
acrecentar los controles, especialmente cuando no se tenga conocimiento de las
medidas profilácticas adoptadas en origen.
2.1.4 Desperdicios metabólicos y alimento no ingerido.
Una parte del alimento que se provee a los peces no es aprovechado, bien al ser
arrastrado fuera de la jaula antes de que pueda ser comido, bien al no ser ingerido por
haber sido provisto en exceso o en raciones inadecuadas. El alimento que no se
ingiere puede ser arrastrado y dispersado por las corrientes de agua lejos de la
instalación, o ser depositado en el fondo, cerca de las jaulas, en lugares donde su
concentración provoca alteraciones ambientales importantes. La pérdida alimento
puede estar entre el 1 y el 15%, si bien en explotaciones poco eficientes esta cifra
puede dispararse. El alimento que sí es ingerido es asimilado en parte por el pez,
pasando a su torrente sanguíneo, siendo expulsadas las porciones no asimilables y los
residuos metabólicos por medio de las heces, la orina, y las propias branquias. Los
residuos principales los podemos agrupar en nitrogenados y fosfatados, además del
propio dióxido de carbono. Todos estos residuos fertilizan el medio provocando la
exacerbación del fouling (crecimiento de algas) en las jaulas y la eutroficación del
fondo, con los efectos negativos que ello conlleva. Algunos son, además, directamente
tóxicos, como el amoniaco no disociado (NH3), mucho más perjudicial que el amoniaco
inonizado (amonio). La relación entre amoniaco no disociado y amoniaco total
depende de la temperatura y el pH. Por ejemplo, a pH 8,0 y 12ºC, el porcentaje de
amoniaco no disociado respecto del total en una disolución acuosa es 2,13, mientras a
pH 8,5 e idéntica temperatura es 6,44 (TABLA 1).
El contenido en fósforo de la trucha en peso húmedo es de 0,48%, lo que supone que por
cada tonelada de trucha en una jaula tenemos fijados 4,8 kg de fósforo.
La importancia del fósforo como limitante y su efecto fertilizador del medio ha llevado a
que se desarrollen multitud de modelos destinados a predecir el modo en que se
incorpora a dicho medio y cómo los ecosistemas acuáticos responden al incremento
de la carga de fósforo. Como simplificaciones necesarias que son estos modelos
precisan ser sometidos a calibración, comprobaciones, verificaciones, modificaciones,
etc, que se realizan con datos empíricos, llegándose al principio de que la
concentración de fósforo total en una masa de agua está en función de la carga de
fósforo, las dimensiones del lago (área y profundidad media), la tasa de desagüe, y la
cantidad de fósforo depositado de modo permanente en los sedimentos. Uno de los
modelos más sencillos para explicar esto se debe a Dillon y Rigler, que formularon
L ⋅ (1 − R)
[ P] =
z⋅ ρ
donde [P] es el fósforo total en g/m3, L es la carga añadida total de fósforo en g/m2 por
año, z es la profundidad media en m, R es la fracción de fósforo total retenido por los
sedimentos, y ρ es la tasa de desagüe del cuerpo de agua en volumen por año.
Δ [ P] = [ P] f − [ P]i
L j ⋅ (1 − R j )
Δ [ P] =
z⋅ ρ
Δ [ P] ⋅ z ⋅ ρ
Lj =
1− Rj
El problema por resolver es obtener estos datos de unas fuentes fiables para el lago
Titicaca o sus diferentes zonas, de modo que puedan resolverse estas ecuaciones de
modo satisfactorio.
Las partículas de alimento son esparcidas desde la superficie del agua, siendo
consumidas por los peces a medida que se hunden, pero una parte se pierde sin ser
ingerida por los peces. No obstante, no solo cae alimento desaprovechado, también
los residuos de la digestión de los alimentos ingeridos vuelven al medio, cayendo las
heces igualmente hacia el fondo. En función de cómo esas partículas caen y se
distribuyen por el fondo se producen impactos más o menos duros por eutroficación y
la aparición de episodios de anoxia fuerte cada vez más persistentes, por ello es
preciso analizar cómo se van a dispersar los restos fecales y de alimento bajo las
jaulas.
La distancia a la que se depositará una partícula respecto del punto en el que entra en
el agua es función de la velocidad media de caída de dicha partícula dentro de la masa
de agua, de la velocidad media de la corriente en dicha columna de agua, y de la
profundidad. Así dicha distancia X, puede formularse de un modo simple y aproximado
de la siguiente forma:
C⋅ z
X=
S
C ⋅ 0,85 ⋅ z
X=
S
Esta fórmula no debe considerarse como un método infalible, pues se trata de una
simplificación que nos da solamente una idea de cual es el patrón de dispersión de los
residuos. Por otro lado, en este modelo solo se analiza la distancia recorrida por la
partícula, no la pérdida de masa debida a la disolución del mismo durante la caída, ni los
cambios en la dirección de la corriente, aspectos que deben ser tenidos en cuenta.
También hay que considerar que los gránulos de alimento y los restos fecales no tienen
por qué registrar iguales velocidades de caída y, en consecuencia, su alcance puede ser
diferente.
Estudios realizados en el mar han concluido que cuando las deposiciones de carbono
orgánico exceden 1 gC/m2d, los procesos naturales de respiración en el sedimento no
pueden compensarlas, lo que da lugar a que se produzca anoxia en el fondo. La cantidad
de oxígeno necesaria para degradar la materia orgánica añadida por la acuicultura se
estima entre 2,0 y 4,5 kgO2/día/tonelada de peces producida, en función de la cantidad y
calidad del alimento empleado, que en caso de piensos de calidad oscila entre 115 y 120
gO2/kg de pienso empleado. En un medio lacustre, y en especial en el lago Titicaca, esta
cifra debería ser menor con toda probabilidad, ya que la menor oxigenación respecto a
aguas marinas más agitadas, y la altitud, reducen significativamente la presión de
oxígeno en el agua, acelerando la creación de dichas condiciones anóxicas.
La principal medida que debe tomarse para reducir el impacto de estas sustancias sobre
el medio es su empleo racional: utilizarlos lo menos posible y en concentraciones
adecuadas, de modo que se favorezca su eliminación rápida y sin riesgos. Este
comportamiento no solamente reduce el riesgo para el medio, sino que también ayuda a
preservar el propio stock de peces al mantener unas condiciones de vida saludables.
Ya ha sido dicho al tratar la alteraciones del medio que éstas pueden provocar la
pérdida de hábitat de las especies nativas, ya sean peces, aves, invertebrados,
anfibios… Este es otro motivo de primer orden para analizar el impacto de la actividad,
ya que nuestro lucro personal no puede justificar el daño al patrimonio común.
Como ya ha quedado dicho, de modo general se acepta que uno de los problemas de
producir especies exóticas (y la trucha arco iris lo es en el Perú) es que pueden portar
enfermedades para las que los peces nativos pueden no tener defensas en caso de
verse afectados, corriéndose el riesgo de provocar, por vía indirecta, graves impactos
sobre dichas poblaciones de peces nativos.
El agua debe ser mantenida en las mejores condiciones posibles y ser utilizada en
cantidad adecuada para no provocar derroches innecesarios. Para conseguir esto se
debe limpiar el agua utilizada para que pueda ser reutilizada o bien vertida de nuevo al
medio en unas condiciones óptimas de calidad.
Un primer paso para la limpieza del agua es la eliminación de sólidos, lo que se hace
aprovechando su peso y provocando la sedimentación en balsas o tanques de
decantación. Los tanques de decantación deben dimensionarse en función del máximo
caudal previsto que deban tratar, de modo que se produzcan velocidades de corriente
que permitan la sedimentación de los sólidos presentes. Para mejorar esta limpieza y
hacerla más efectiva se pueden incorporar filtros a la entrada del caudal de agua al
tanque o bien directamente a la salida de los estanques de peces.
Un tipo de separador por decantación de diseño sencillo para ser utilizado tras tanques
con alta tasa de renovación de agua, consiste en un tanque circular de 3 a 6 metros de
diámetro (según la necesidad de la instalación) y 1 a 2,5 metros de profundidad, con
fondo en forma de cono invertido, dotado de un sumidero central para lodos (Figura 2).
El agua entrante desde la piscifactoría lo hace por un conducto próximo a la base del
cilindro del tanque, inyectando el flujo de agua paralelo a la tangente del cilindro en el
punto de incorporación. En el interior del separador se colocan unos deflectores de
corriente que facilitan su trabajo. Las heces y los restos de alimento arrastrados por el
agua son depositados por gravedad en el fondo del separador y son extraídos
mediante bombeo por el sumidero de lodos situado en el fondo. El agua clarificada es
extraída por medio de un rebosadero y, según sean sus condiciones de salida son
vertidas directamente al cauce receptor o son aireadas para facilitar su reoxigenación,
máxime si van a ser reutilizadas en los tanques de peces. Los deflectores que facilitan
la deposición de residuos tendrán unos 15 centímetros de altura y estarán situados en
el fondo del decantador.
La aireación forzada sirve para recuperar la carencia de este gas debida a su consumo
por los peces, y para evitar la anoxia producida por la demanda biológica de oxígeno
(DBO) de los residuos orgánicos arrastrados, eliminando, además, el amoniaco. La
aireación puede hacerse de diversas maneras. Una de ellas es la instalación de
inyectores, que consisten en un tubo Venturi por la que pasa el agua, y al que se
acopla un difusor conectado a una tubería de presión por la que se inyecta gas desde
una botella intercambiable, sin ser preciso el bombeo al poder trabajarse en todo
momento por gravedad (Figura 3). Otros sistemas de oxigenación consisten en la
instalación de saltos de agua simples, o con un molino bajo la caída, y rampas
perforadas que provoquen una especie de ducha en el paso del agua de un estanque
a otro (Figura 4). Es muy importante diseñar de un modo adecuado los sistemas de
estanques para que sean eficaces en el mantenimiento y recuperación de los niveles
de oxígeno disuelto.
La flotación es otra técnica de limpieza del agua más compleja pero muy eficiente,
consistente en recoger las partículas de baja densidad y las moléculas orgánicas
disueltas en una corriente de burbujas de aire que se concentran en una capa de
espuma que se retira y deshidrata.
Para asegurar que el agua no porta microorganismos patógenos al volver por las
conducciones de reciclado hacia el sistema productivo, deben instalarse depuradores
por rayos ultravioletas, como medio más seguro y sencillo de manejo que la
desinfección química.
Los lodos acumulados en los decantadores, tras ser retirados, pueden ser utilizados
como fertilizantes para la agricultura dado su alto contenido en fósforo y nitrógeno
asimilable por las plantas.
2.2.2 Jaulas
Una condición previa fundamental para ser efectivo con cualquier otra medida de
minimización del impacto de los residuos orgánicos es la adecuada elección de la
ubicación de las jaulas. Para favorecer la circulación de agua y reducir el riesgo de
contaminación de los fondos, que es también perjudicial para los peces, deben
situarse en lugares de, al menos, 15 metros de profundidad. Deben evitarse las zonas
con corrientes fuertes, para prevenir posibles daños y problemas de manejo con las
jaulas. No obstante, el lago Titicaca se caracteriza por no tener en su zona litoral
corrientes fuertes, lo que puede ser un problema cuando la velocidad media de las
corrientes baja de los 4 cm/s, al no producirse una adecuada renovación del agua en
la propia jaula. El situar las jaulas a partir de la zona de profundidad sugerida permite
mayores movimientos de la masa de agua que facilitan esa necesaria renovación. En
el lago Titicaca, la baja presión provocada por la altitud, la temperatura del agua, y el
escaso movimiento de la masa de agua, hace que sea necesario evaluar la carga de
peces adecuada a las condiciones ambientales de la ubicación elegida.
Paisajísticamente, solo podemos recomendar que, sin perder de vista las necesidades
de señalización de las baterías de jaulas para evitar accidentes de navegación, en
aquellos lugares sensibles se utilicen materiales coloreados con pinturas o tintes
miméticos con el entorno, de modo que se reduzca su impacto visual.
Con el fin de incrementar las capturas, los pescadores del Lago comenzaron a utilizar
las redes de enmalle. La falta de conocimientos acerca del uso y mantenimiento de
estos sistemas de pesca contribuyó a un crecimiento desordenado de la actividad sin
unas pautas claras de desarrollo. Este modelo es ambientalmente insostenible ya que
la falta de regulación sumado a la incapacidad de autogestión de los pescadores
desemboca en una actividad descontrolada probablemente irreversible en aspectos
concretos como es la supervivencia de determinadas especies nativas.
La alteración del hábitat, ya que estas especies pueden vivir en áreas frágiles
que no soporten la capacidad de pesca a la que están sometidas y por tanto se
deterioren zonas necesarias para la reproducción, puesta y alevinaje de otras
especies importantes para la pesca.
Las especies de peces nativas del Lago Titicaca pertenecen a dos géneros; Orestias y
Trichomycterus. El género Orestias pertenece a la familia de los Ciprinodóntidos y se
encuentra exclusivamente en el altiplano andino. Determinados estudios taxonómicos
confirman la endemicidad de varias especies de Orestias en el Lago Titicaca.
Con la pérdida de los sistemas de pesca tradicionales no solo se perderá su uso sino
también un legado cultural que no debe ser olvidado. Los artes tradicionales de pesca
se desarrollaron dependiendo de las especies a pescar y de las zonas en las que se
iba a realizar la extracción. Una característica común de la mayoría de métodos de
pesca artesanal es la alta selectividad en las capturas y bajo impacto ambiental. Por
esto, el uso y mantenimiento de sistemas tradicionales garantiza el futuro de las
pesquerías sin que se produzca el agotamiento de las poblaciones.
Otro de los problemas ambientales generados en los puertos son los residuos sólidos
procedentes de las diferentes actividades que en ellos se desarrollan. Habitualmente
los residuos sólidos procedentes de la reparación de redes, embarcaciones o
materiales inservibles son arrojados al suelo o al agua directamente. Los restos
orgánicos procedentes del manejo de las capturas se acumulan en estas zonas
creando un ambiente de insalubridad general que afectará no solo a la salud ambiental
del Lago sino a la salud de los habitantes de las zonas próximas.
3.1.5 Otros factores degradativos que afectan a la salud pesquera del Lago
Estas fuentes de interacción son principalmente, los vertidos urbanos sin depurar, los
fertilizantes usados en la agricultura, los restos orgánicos procedentes de las
instalaciones de acuicultura y el aumento del tráfico de embarcaciones.
Las medidas correctoras que se han de llevar a cabo no deben en ningún caso
interactúar abiertamente con las actividades humanas del Lago Titicaca, pero sí deben
servir para regularlas y ordenarlas.
Para la regulación de las actividades pesqueras del Lago Titicaca pueden establecerse
semejanzas con los sistemas propuestos en zonas costeras del medio marino. Los
pasos propuestos se basan en la conservación del medio a través de medidas que
eviten la pesca en zonas o áreas críticas para la supervivencia de las especies y, por
otra parte, del control del esfuerzo pesquero sobre el stock.
Los efectos más notables que se perciben tras la creación de un área de reserva son:
Protección de parte del stock reproductor. Las reservas dan cobijo a una parte
del stock reproductor de una especie garantizando la puesta y la supervivencia de
la especie frente a la sobrepesca.
Los sistemas de pesca empleados en una pesquería tradicional son el fruto del
aprendizaje y de la familiarización con el medio, que permite desarrollar artefactos
adaptados a las necesidades concretas de una zona de pesca. Estos sistemas se
fabricaban con los materiales que estaban presentes en la zona. La ventaja de estos
sistemas es la selectividad y el bajo impacto que generan en el medio.
Durante las labores cotidianas de pesca, se arrojan al agua multitud de desechos tanto
líquidos como sólidos produciendo una importante contaminación. Estos vertidos
deben evitarse. En ningún caso se deben arrojar al agua restos de redes, cajas u otros
pertrechos. Esta es una práctica habitual en los embarcaderos.
Todos estos desechos deben ser retirados de forma periódica para de esta manera
disponer de un espacio operativo y limpio donde poder realizar las actividades propias
de un puerto en un ambiente saludable y cómodo.
Las alternativas a un puerto sucio pasan por la necesidad de que los usuarios tomen
conciencia de los efectos negativos que supone esa situación para la salud de las
personas y del propio Lago. Además, la instalación de contenedores apropiados en los
que los pescadores puedan arrojar los residuos independientemente de su naturaleza
es una solución disuasoria con la que el usuario tomará conciencia del problema.
Una vez vistos los aspectos ambientales relativos a las actividades acuícolas, en este
capítulo se pretende hacer una síntesis de los principales problemas ambientales que
afectan al lago y que tienen, finalmente, incidencia en la truchicultura y la pesca.
Total de
Abastecimiento Servicio de
Espacio viviendas
de agua Desagüe
particulares
PUNO (Departamento) 41.410 26.590 321.949
Puno (Provincia) 12.599 10.778 60.316
Huancané (Provincia) 1.186 822 26.529
San Román (Provincia) 11.462 8.747 37.414
El Collao (Provincia) 2.192 1.316 24.031
Chucuito (Provincia) 1.991 793 29.838
Yunguyo (Provincia) 2.040 1.088 15.817
Moho (Provincia) 500 227 11.943
En la zona de Pirín existen pozos petrolíferos mal sellados que contaminan zonas
aledañas del Lago a través de las pérdidas que sufren, tanto de petróleo como de
agua de formación (muy rica en metales y con exceso de ciertos tipos de sales que no
permiten la vida en su zona de influencia). No obstante, el mayor riesgo deriva de la
restauración de la explotación de los pozos existentes y la apertura de otros nuevos,
ya que al tratarse el Lago de un sistema cerrado, y al contar con una extensa llanura
de inundación ribereña, es fácil la llegada masiva de contaminantes al lago por vía
superficial.
Antes de entrar a tratar los sistemas citados, mostramos aquí una descripción breve
de la secuencia de tratamientos básicos que se dan en una depuradora convencional,
y que se muestran para una mejor comprensión de la dinámica de depuración.
Una vez eliminada la fracción mineral sólida y las grasas flotantes, se procede
estrictamente al tratamiento primario, en el que el agua pasa a un depósito de
sedimentación donde se sedimenta la materia orgánica, que es retirada para su
eliminación. El proceso de sedimentación puede reducir alrededor de un 35% la DBO5
y de un 65% los sólidos en suspensión.
El tratamiento terciario tiene como misión la eliminación del fósforo, aunque muchas
veces se denominan como terciarios a tratamientos más avanzados, sobre todo
cuando el objeto es la reutilización del agua. En sistemas eficientes se consigue
eliminar más de un 99% de los sólidos en suspensión y reducir la DBO5 en proporción
equivalente. Para eliminar los sólidos disueltos se emplean procesos como la ósmosis
inversa y la electrodiálisis. Si se pretende reutilizar el agua residual, se debe hacer una
desinfección que suele ser muy efectiva por tratamiento con ozono, que evita la
necesidad de realizar una cloración extrema. El empleo de técnicas de depuración que
incluyen el tratamiento terciario o avanzado, se están generalizando en muchas partes
del mundo desarrollado como consecuencia del esfuerzo necesario por mantener unos
recursos hidrobiológicos en estado saludable.
4.2.2 Lagunado
Para prever la aparición de insectos debe darse inclinación a los taludes, colocar
piedras en los mismos y eliminar el exceso de vegetación.
Desbaste y desarenado
Lagunas anaerobias
Es frecuente que se formen costras en la superficie del agua que deberían mantenerse
en épocas frías con el objeto de conservar una temperatura lo más adecuada posible
para la supervivencia y actividad de los microorganismos anaerobios. Fuera de dichas
épocas puede ser inadecuado mantener la costra porque favorece el desarrollo de
insectos. Si no se forma costra o simplemente por las temperaturas frías se precisa
proteger aún más la superficie del agua, puede cubrirse la laguna con paja.
Este tipo de lagunas resulta adecuado para cargas de 100 a 400 g DBO5/m3 y día. El
color típico del agua de una laguna anaerobia es el gris.
Resulta adecuado diseñar sistemas de entrada del agua residual por el fondo con el
objeto de no provocar agitación que produzca oxigenación del agua.
Lagunas facultativas
Las lagunas de esta clase deben ser poco profundas (de 1 a 2 metros) y extensas
porque así se favorece una mayor tasa fotosintética por volumen de agua. Además, se
expone mayor superficie a la acción del viento y se favorece, al contrario que
deseábamos en la laguna anaerobia, una mayor oxigenación. Además, la acción del
viento y la poca profundidad pueden ayudarnos a prevenir la estratificación térmica de
la laguna, lo que reduciría drásticamente su eficacia.
El color típico del agua de una laguna anaerobia es el verde. El objetivo de estas
lagunas es reducir la DBO5, al menos, en 50%.
En lagunas facultativas la entrada de agua conviene que sea por superficie, a través
de una caída de agua que contribuya a producir oxigenación.
Lagunas de maduración
Este último tipo es muy similar en diseño a las lagunas facultativas, siendo muy
importante mantener un ambiente aerobio en toda la columna de agua. El agua que
entre a estas lagunas debe estar ya muy estabilizada, siendo el objetivo en esta parte
del proceso la recuperación de los niveles de oxígeno, la desinfección y la clarificación
del agua. Para ello es fundamental que el agua que entre lo haga en unas condiciones
ya de clara reducción de la materia orgánica.
4.2.2.3 Monitorización
En las figuras siguientes se muestran algunos ejemplos de estadillos útiles para los
controles de chequeo y monitorización de la instalación.
Una forma de actuar en pequeños núcleos urbanos para eliminar los residuos
domésticos (aguas servidas) de modo individual o agrupando a unas pocas familias,
adecuado para pequeñas comunidades, es la construcción de fosas sépticas. Estas
fosas se construyen de cemento, bloques de ladrillo o paredes de metal en la que los
sólidos se depositan por sedimentación y asciende solo la materia flotante. El líquido
ya aclarado en parte fluye por una salida sumergida hasta zanjas subterráneas llenas
de rocas, a modo de drenaje, a través de las cuales puede fluir y filtrarse en la tierra,
donde se produce la oxidación aeróbica. La materia flotante y los sólidos depositados
pueden conservarse entre seis meses y varios años, durante los cuales se
descomponen anaeróbicamente, antes de que sean retirados o la fosa sea clausurada.
En la elección del lugar para ubicar la fosa séptica, debe tomarse la precaución de que
no se comunique con manantiales o con cursos de agua que puedan ser
contaminados.
La actividad humana es siempre un factor de riesgo ambiental que debe ser vigilado
para evitar o minimizar sus efectos negativos cuando se produzcan. Tanto los
pobladores de la cuenca del lago como las autoridades deben tomar clara conciencia
de su papel protagonista en la conservación del medio ambiente y de sus recursos: los
primeros actuando de modo responsable incluso en sus quehaceres cotidianos y
exigiendo a las autoridades que aborden los problemas con resolución, y los segundos
previendo y utilizando los recursos que el Estado pone a su disposición para
salvaguardar el medio ambiente y la salud de los ciudadanos, como patrimonio
irrenunciable de un país.
5. BIBLIOGRAFÍA
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