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MANUAL DE CAPACITACIÓN PARA LA APLICACIÓN DE

PRÁCTICAS MEDIOAMBIENTALES EN LA PESCA Y LA


ACUICULTURA
José María Santiago Sáez
Luis Ambrosio Blázquez
(biólogos, Estudios Biológicos, S.L)

1. INTERACCIONES ENTRE EL HOMBRE Y EL MEDIO: EL LAGO


TITICACA

El hombre ribereño del Titicaca siempre ha proyectado una parte importante de su vida
de cara al lago. En este sentido ha sido pescador y, hoy, también cultivador de peces;
pero los nuevos tiempos y la cada vez mayor capacidad del hombre para explotar el
medio ha llevado a la aparición de problemas también nuevos: se ha pasado de la
utilización de métodos tradicionales de pesca a la introducción de técnicas que
requieren de una adaptación para racionalizar su empleo, y se ha planteado el cultivo
masivo de truchas que requiere una cuidada evaluación de la capacidad del medio
para soportar la entrada de nutrientes, también masiva, que implica la nueva
acuicultura.

En este contexto, nuevas especies de peces han entrado a formar parte de la


comunidad animal del lago, la trucha arco iris (Oncorhynchus mykiss) y el pejerrey
argentino (Basilichthys bonaerensis), afectando a las especies nativas de modo crítico.
Muchos otros problemas ambientales confluyen en el lago Titicaca, como la
contaminación urbana y minera, si bien en este manual nos centraremos en las
actividades relacionadas directamente con la explotación piscícola.

Este manual se escribe con el ánimo de ser útil al capacitador, con espíritu
constructivo, previniendo los problemas existentes y posibles que se generan por el
ejercicio y necesaria mejora en la forma de realizar estas actividades, la pesca y la
acuicultura, y apuntando las fórmulas de prevención y corrección que, unas veces
podrán ser llevadas a cabo por los propios pescadores y truchicultores, y otras
deberán ser planificadas por los técnicos. En cualquier caso, deben estar presentes en
la conciencia de la sociedad con el objeto de preservar el recurso del que se nutren.

2. LA ACUICULTURA Y EL MEDIO AMBIENTE

La acuicultura es una actividad íntimamente ligada al medio natural: se basa en el uso


de animales vivos que son criados en un medio aislado del resto de la naturaleza, pero
con el que mantiene interdependencia. La acuicultura, como actividad productiva de
carácter intensivo, requiere de la inyección de una serie de recursos que, tras su uso o
metabolización, generan un residuo y un impacto en el medio. La capacidad del medio
para absorber esos residuos e impactos y contrarrestarlos marca el límite admisible
para el desarrollo de toda actividad. Existen métodos, no obstante, que pueden
ampliar la posibilidad de desarrollo de una actividad determinada, como –siempre y
cuando sea admisible- la adopción de medidas de corrección, en cuyo caso,
podríamos llegar a superar ese umbral natural ya que la aplicación de dichas medidas
reduciría los efectos negativos hasta niveles nunca superiores a la capacidad de
absorción del medio.
2.1 El empleo de recursos produce impactos ambientales

La acuicultura en jaulas requiere de una serie de recursos de naturaleza variada que


pueden resumirse en:

• El medio ambiente -el propio lago- en el que ubicar la instalación. Provee de espacio
físico y de las condiciones físico-químicas para la crianza de los peces,
• Los materiales para construir las instalaciones y, en particular, las jaulas (el recinto de
confinamiento),
• Los peces para sembrar (el recurso vivo),
• El alimento para mantener los peces y asegurar su crecimiento (el "combustible" del
sistema).

2.1.1 El medio

Las jaulas suelen estar situadas en las zonas ribereñas, donde la proximidad a la costa
reduce los tiempos y costos de desplazamiento desde la orilla a los recintos, y donde
éstos se encuentran más protegidos del oleaje. La concentración de jaulas puede llegar a
producir una ocupación del espacio muy importante.

El espacio ocupado por las jaulas queda inutilizado para otros propósitos a los que
potencialmente podría servir como, por ejemplo, para la navegación, la pesca, la
conservación de la biodiversidad, o la mera preservación del paisaje como recurso
turístico o simplemente estético. El cultivo en jaulas produce un impacto que afecta
negativamente a dichas actividades y recursos por lo que deben ser considerados el
resto de usos, ya que no debe primar necesariamente la instalación de piscigranjas:
éstas pueden cortar las vías de comunicación en el interior del lago, pueden ocupar
zonas tradicionales de pesca o hábitats fundamentales para las especies de vegetación y
fauna nativa, y arruinar el atractivo turístico del paisaje del lago; todo ello sin contar con la
necesidad de que los pobladores de la ribera y del propio lago puedan seguir contando
con un entorno atractivo que contribuya a su calidad de vida y a seguir alimentando el
orgullo de vivir en el lago Titicaca.

El problema del uso del espacio debe ser resuelto por medio del ordenamiento de
recursos, integrando las necesidades de cada uso, zonificando el espacio y fijando los
límites admisibles dentro de cada zona incluso para los usos permitidos.

No obstante, y en añadidura a lo expuesto, hemos dicho que el medio no es solo el


espacio, sino también sus condiciones. El espacio ocupado tiene una proyección en
forma de superficie del espejo de agua ocupado, pero su desarrollo vertical (en
profundidad) también debe ser considerado, ya que éste limita las zonas aptas para
ser utilizadas en acuicultura. Por otro lado, las condiciones físico-químicas se verán
afectadas por la acción de criar y alimentar a los peces, si bien estos aspectos serán
tratados más adelante.

Las instalaciones en tierra deben respetar estos mismos principios de compatibilidad, y


no interferir con otras actividades y coexistir en armonía. Las construcciones deberían
hacerse respetando estilos de edificación autóctonos, dentro de que deben ser
funcionales. Esto asegurará la conservación del recurso paisajístico, tan importante en
la economía de la región por la atracción turística: no hay que olvidar que, además, los
turistas son consumidores importantes de las truchas criadas en el lago.
En las ya citadas instalaciones en tierra el recurso “agua” ha de ser llevado hasta la
misma, y ha ser retirado, para ello, de un curso o una reserva de agua. La captación
de agua de un cauce o de un acuífero subterráneo debe hacerse sin comprometer la
disponibilidad ni la calidad de las reservas de dichos sistemas para seguir facilitando
otros usos que ya existan incluyendo, inexcusablemente, el propio agua de uso
“medioambiental”: dicho agua medioambiental puede definirse como aquella cantidad
que debe circular o permanecer en el sistema natural para poder seguir funcionando
sin sufrir impactos que lo alteren de modo sustancial.

2.1.2 Los materiales

Para construir las jaulas se precisan materiales como la madera, cilindros metálicos,
redes, etc. Estos materiales pueden ser contaminantes por sí mismos (como el PVC, que
debe ser evitado en medida de lo posible), o pueden generar riesgos a los peces que
nadan libres en la masa de agua por engancharse en redes hundidas. Tanto la
degradación de los materiales en uso como la pérdida de elementos, generan residuos
(óxido de los cilindros, materiales sintéticos de los cabos, residuos de pinturas, lastres
hundidos, redes perdidas, etc). No obstante, no solo hay que considerar el costo
ambiental de su uso y pérdida, sino que también deberíamos analizar el costo ambiental
de su producción: costo en recursos (especialmente no renovables), energía consumida,
y residuos generados.

En las hatcheries (ecloserías) se emplean materiales como concreto, pinturas, tuberías,


fierros, etc, que deben ser utilizados con responsabilidad. El vertido o abandono de sacos
de cemento o de otras sustancias, puede ocasionar la contaminación del agua y el suelo.

Los residuos generados en la construcción y en el mantenimiento de las instalaciones,


tanto en tierra como en el agua, deben ser o bien destruidos, o bien destinados a lugares
seguros donde sean ambiental y sanitariamente inocuos. Si se abandonan en vertederos,
deben estar éstos en lugares libres de riesgo de infiltraciones al subsuelo, y en lugares
donde la visibilidad de los mismos sea mínima en un intento por evitar el impacto
paisajístico. Es necesario propugnar de la Administración pública, la fijación de lugares
de depósito de residuos que aporten garantías ambientales y sanitarias, con el fin de
proteger el patrimonio y los recursos comunes.

2.1.3 Los peces de siembra

Los peces que van a ser sembrados en las jaulas, en el caso de las truchas arco iris,
provienen siempre de instalaciones de reproducción especializada (criaderos) y nunca
son objeto de cosecha salvaje, como ocurre con otras especies de las que no es
posible obtener semilla cultivada.

Es muy importante cuidar que los peces sembrados guarden garantías sanitarias con
el objeto no solo de proteger a los propios peces cultivados sino también de preservar
el medio de enfermedades o parásitos que pudieran adaptarse y afectar a las
comunidades naturales. En consecuencia, es necesario el respeto a conciencia de las
normas sanitarias que imponga la autoridad competente. Estas condiciones sanitarias
deben ser también respetadas en las ecloserías, ya utilicen ovas fecundadas en la
propia zona o provenientes de la importación. En este último caso se impone
acrecentar los controles, especialmente cuando no se tenga conocimiento de las
medidas profilácticas adoptadas en origen.
2.1.4 Desperdicios metabólicos y alimento no ingerido.

El alimento es un aditamento biológicamente activo que se suple al medio. En el mejor de


los casos, se está aportando al medio del orden de 1,3 toneladas de alimento por
tonelada de pescado producido, del cual una parte va a convertirse en biomasa piscícola,
otra parte en residuos metabólicos de los peces de diferente potencial contaminante, y
otra parte pasa al medio sin haber sido aprovechado por los peces. Tanto los residuos
metabólicos como los restos de alimento desperdiciado se depositan en el fondo
generando problemas de eutroficación, que se vuelven contra el medio y, en
consecuencia, contra la propia producción. El adecuado uso del alimento es de vital
importancia no solo desde el punto de vista de la minimización de los costos de
producción, sino también de la minimización de los efectos ambientales negativos.

Una parte del alimento que se provee a los peces no es aprovechado, bien al ser
arrastrado fuera de la jaula antes de que pueda ser comido, bien al no ser ingerido por
haber sido provisto en exceso o en raciones inadecuadas. El alimento que no se
ingiere puede ser arrastrado y dispersado por las corrientes de agua lejos de la
instalación, o ser depositado en el fondo, cerca de las jaulas, en lugares donde su
concentración provoca alteraciones ambientales importantes. La pérdida alimento
puede estar entre el 1 y el 15%, si bien en explotaciones poco eficientes esta cifra
puede dispararse. El alimento que sí es ingerido es asimilado en parte por el pez,
pasando a su torrente sanguíneo, siendo expulsadas las porciones no asimilables y los
residuos metabólicos por medio de las heces, la orina, y las propias branquias. Los
residuos principales los podemos agrupar en nitrogenados y fosfatados, además del
propio dióxido de carbono. Todos estos residuos fertilizan el medio provocando la
exacerbación del fouling (crecimiento de algas) en las jaulas y la eutroficación del
fondo, con los efectos negativos que ello conlleva. Algunos son, además, directamente
tóxicos, como el amoniaco no disociado (NH3), mucho más perjudicial que el amoniaco
inonizado (amonio). La relación entre amoniaco no disociado y amoniaco total
depende de la temperatura y el pH. Por ejemplo, a pH 8,0 y 12ºC, el porcentaje de
amoniaco no disociado respecto del total en una disolución acuosa es 2,13, mientras a
pH 8,5 e idéntica temperatura es 6,44 (TABLA 1).

La concentración de amoniaco no disociado tolerada por las truchas se encuentra


entre 0,025 y 0,1 mg/l. Niveles de concentración como este último, si bien pueden ser
soportados, lo son a costa de producirse crecimientos lentos en los peces, e
incrementando la mortalidad en exposiciones largas.

Algunos peces pueden alimentarse de parte de los residuos sólidos escapados de la


jaula, si bien la finura de muchas de las partículas producidas las hace
inaprovechables y se depositan en el fondo directamente. Además de las propias
características del alimento, existen otras circunstancias que afectan a la cantidad de
nitrógeno y fósforo que se incorpora al medio: además de las características químicas
del agua, la temperatura, la profundidad y las corrientes de agua influyen en la
deposición de nutrientes. Una vez que los nutrientes se han depositado en el fondo, se
produce un intercambio de equilibrio entre el sedimento y la columna de agua,
estimándose que, de modo general, el 60% del fósforo y el 80% del nitrógeno de los
residuos pasa a estado de disolución en la columna de agua.

Uno de los síntomas de eutroficación generada por la hipernutrificación del medio


(incremento de los niveles de nutrientes disueltos) suele provocar un aumento de la
producción de plancton, si bien se suele tratar de especies de alta tolerancia (poco
exigentes en calidad ambiental).
Los cambios producidos por la hipernutrificación del medio en las comunidades bénticas
(del fondo del lago) dependen de los mismos factores antes citados (temperatura,
corrientes…). La primera consecuencia de dicho aumento de residuos orgánicos es la
proliferación de microorganismos, que aumentan la demanda de oxígeno produciendo un
incremento de la anaerobiosis (propiedad de los procesos metabólicos que se producen
en ausencia o pobreza de oxígeno). Estas circunstancias reducen la diversidad de los
organismos bénticos y favorecen la dominancia de aquellos más tolerantes con la con la
contaminación orgánica, como oligoquetos y larvas de quironómidos, afectando muy
negativamente a organismos sensibles como las esponjas, perdiéndose hasta un 90-
100% de la riqueza faunística total.

Todos estos cambios pueden ocasionar, y ocasionan, alteraciones en la comunidad de


peces nativos, lo que debe ser necesaria y cuidadosamente evaluado.

Es importante, al elegir el emplazamiento para las jaulas, evaluar la capacidad productiva


en términos de asimilación de fósforo por el medio, y de la dispersión y acumulación de
residuos metabólicos (fecales y urinarios) y de alimento no ingerido. Hay que tener en
cuenta que las alteraciones en el medio pueden revelarse en tan solo unos pocos meses,
pero su recuperación puede llevar años, siempre y cuando no se hayan producido daños
irreversibles como la extinción de especies especialmente sensibles.

El alimento de calidad, y más cuando es extruido, minimiza la pérdida de materiales finos


y de nutrientes como el fósforo y el nitrógeno hacia el medio. La mejor tasa de
asimilación de estos alimentos hace que se deba emplear menos cantidad y ello reduce
el impacto sobre el medio.

Cuando hablamos de instalaciones situadas en tierra (estanques) el problema de la


contaminación orgánica debe ser también tenido en cuenta, ya que el agua
sobrefertilizada al final vuelve al medio a través de un efluente, donde están presentes
cantidades importantes de restos de alimento no digerido y residuos metabólicos
excretados (ambos se encuentran en forma disuelta y de sólidos en suspensión). En
estos casos, tras la aplicación de sistemas de aislamiento y retención de residuos,
podemos estar obteniendo del orden de 300 g de lodo por kilogramo de pienso aportado.

Capacidad ambiental del medio: el fósforo.

La capacidad de un lago para la acuicultura intensiva en jaulas es la diferencia entre la


productividad del cuerpo de agua previa a la explotación y el umbral de productividad
fijado como aceptable. En los medios acuáticos el fósforo es el nutriente limitante, siendo
crucial como determinante del crecimiento de las algas (producción primaria), y de los
propios peces, afectando a la osificación, a la regulación ácido-base, al metabolismo de
los lípidos y los carbohidratos, etc. Hay que decir que en la dieta se incluye un exceso de
fósforo o formas no asimilables, de modo que este fósforo pasa directamente al medio ya
sea en el alimento no ingerido o por medio de las heces. El fósforo disuelto máximo
aceptable para cultivos de salmónidos es de 60 mg/l, aunque idealmente no debería
superar los 20 mg/l.

El contenido en fósforo de la trucha en peso húmedo es de 0,48%, lo que supone que por
cada tonelada de trucha en una jaula tenemos fijados 4,8 kg de fósforo.

La pérdida de fósforo hacia el medio se evalúa de un modo sencillo, únicamente


restando del fósforo contenido en el alimento el fijado por los peces.
A continuación se muestran unos ejemplos del cálculo de las pérdidas totales de
fósforo hacia el medio en un cultivo de trucha arco iris en jaulas, por cada tonelada de
alimento aportado, según diferentes factores de conversión:

• Supongamos que por cada tonelada de alimento tenemos 9,0 kg de fósforo.


Entonces, si estamos obteniendo un factor de conversión de 1,0, estaremos
añadiendo al agua 9,0 kg de fósforo, pero sólo 4,8 kg serán capturados por las
truchas, quedando en el medio 4,2 kg de fósforo por tonelada de alimento y por
tonelada de truchas.
• Si el índice de conversión es 1,5, el fósforo contenido en el alimento aportado por
tonelada de trucha serán 13,5 kg, lo que arrojará 8,7 kg de fósforo residual.
• Con un factor de conversión de 2,0, el fósforo residual llegará a 13,2 kg.

La importancia del fósforo como limitante y su efecto fertilizador del medio ha llevado a
que se desarrollen multitud de modelos destinados a predecir el modo en que se
incorpora a dicho medio y cómo los ecosistemas acuáticos responden al incremento
de la carga de fósforo. Como simplificaciones necesarias que son estos modelos
precisan ser sometidos a calibración, comprobaciones, verificaciones, modificaciones,
etc, que se realizan con datos empíricos, llegándose al principio de que la
concentración de fósforo total en una masa de agua está en función de la carga de
fósforo, las dimensiones del lago (área y profundidad media), la tasa de desagüe, y la
cantidad de fósforo depositado de modo permanente en los sedimentos. Uno de los
modelos más sencillos para explicar esto se debe a Dillon y Rigler, que formularon

L ⋅ (1 − R)
[ P] =
z⋅ ρ

donde [P] es el fósforo total en g/m3, L es la carga añadida total de fósforo en g/m2 por
año, z es la profundidad media en m, R es la fracción de fósforo total retenido por los
sedimentos, y ρ es la tasa de desagüe del cuerpo de agua en volumen por año.

Para determinar la capacidad de una masa de agua en términos de concentración de


fósforo debe primero fijarse la concentración media anual del fósforo superficial, lo que
debe hacerse con datos obtenidos en campo en series suficientes.

La capacidad productiva de la masa de agua para el cultivo intensivo de peces es el


incremento entre el nivel de fósforo previo al inicio de la explotación [P]i y el nivel de
fósforo deseado una vez establecida la actividad [P]f.

Δ [ P] = [ P] f − [ P]i

El aumento de la concentración de fósforo (Δ[P]) es función de la carga de fósforo debido


a las jaulas Lj, las dimensiones de la masa del lago, su flujo de desagüe y la capacidad
del mismo para soportar la carga:

L j ⋅ (1 − R j )
Δ [ P] =
z⋅ ρ

siendo Rj una función de R y de la proporción neta de fósforo depositado en los


sedimentos de modo permanente (x):
R j = x + [(1 − x ) ⋅ R]

Si se despeja de la fórmula del incremento de fósforo la carga añadida del mismo,


obtenemos la fórmula de la carga de fósforo tolerable debido a las jaulas

Δ [ P] ⋅ z ⋅ ρ
Lj =
1− Rj

El problema por resolver es obtener estos datos de unas fuentes fiables para el lago
Titicaca o sus diferentes zonas, de modo que puedan resolverse estas ecuaciones de
modo satisfactorio.

La dispersión de los residuos sólidos

Las partículas de alimento son esparcidas desde la superficie del agua, siendo
consumidas por los peces a medida que se hunden, pero una parte se pierde sin ser
ingerida por los peces. No obstante, no solo cae alimento desaprovechado, también
los residuos de la digestión de los alimentos ingeridos vuelven al medio, cayendo las
heces igualmente hacia el fondo. En función de cómo esas partículas caen y se
distribuyen por el fondo se producen impactos más o menos duros por eutroficación y
la aparición de episodios de anoxia fuerte cada vez más persistentes, por ello es
preciso analizar cómo se van a dispersar los restos fecales y de alimento bajo las
jaulas.

La distancia a la que se depositará una partícula respecto del punto en el que entra en
el agua es función de la velocidad media de caída de dicha partícula dentro de la masa
de agua, de la velocidad media de la corriente en dicha columna de agua, y de la
profundidad. Así dicha distancia X, puede formularse de un modo simple y aproximado
de la siguiente forma:

C⋅ z
X=
S

donde X es la distancia alcanzada, C es la velocidad media de la corriente de agua, z es


la profundidad, y S es la velocidad de caída de la partícula (Figura 1). No obstante, hay
que tomar la precaución de considerar que el desplazamiento de la corriente no se
trasmite totalmente a la partícula, resbalando parte del agua por los bordes ofrecidos a la
misma como resultado de la resistencia que la partícula ejerce al empuje de dicha
corriente. Esto nos lleva a la necesidad de incluir un factor de corrección al componente
de empuje horizontal (la velocidad de corriente) que, empíricamente, se aproxima a 0,85.
Así, la fórmula quedaría

C ⋅ 0,85 ⋅ z
X=
S

Esta fórmula no debe considerarse como un método infalible, pues se trata de una
simplificación que nos da solamente una idea de cual es el patrón de dispersión de los
residuos. Por otro lado, en este modelo solo se analiza la distancia recorrida por la
partícula, no la pérdida de masa debida a la disolución del mismo durante la caída, ni los
cambios en la dirección de la corriente, aspectos que deben ser tenidos en cuenta.
También hay que considerar que los gránulos de alimento y los restos fecales no tienen
por qué registrar iguales velocidades de caída y, en consecuencia, su alcance puede ser
diferente.

Estudios realizados en el mar han concluido que cuando las deposiciones de carbono
orgánico exceden 1 gC/m2d, los procesos naturales de respiración en el sedimento no
pueden compensarlas, lo que da lugar a que se produzca anoxia en el fondo. La cantidad
de oxígeno necesaria para degradar la materia orgánica añadida por la acuicultura se
estima entre 2,0 y 4,5 kgO2/día/tonelada de peces producida, en función de la cantidad y
calidad del alimento empleado, que en caso de piensos de calidad oscila entre 115 y 120
gO2/kg de pienso empleado. En un medio lacustre, y en especial en el lago Titicaca, esta
cifra debería ser menor con toda probabilidad, ya que la menor oxigenación respecto a
aguas marinas más agitadas, y la altitud, reducen significativamente la presión de
oxígeno en el agua, acelerando la creación de dichas condiciones anóxicas.

2.1.5 Residuos químicos

Los residuos químicos que se producen en la acuicultura en jaulas se debe


principalmente a la degradación de los materiales que componen las jaulas (pinturas,
óxidos metálicos, tratamientos antifouling…) y a los aditivos del alimento (tratamientos
quimioterapéuticos, desinfectantes, pigmentos…).

Los tratamientos quimioterapéuticos (con antibióticos como tetraciclinas, amoniglicósidos,


sulfamidas y nitrofuranos, antiparasaitarios como el sulfato de cobre, el formol, la
cianamida, etc) se orientan a la prevención de infecciones bacterianas, fúngicas y
parasitarias. Los compuestos químicos base de estos tratamientos pueden persistir en el
medio el tiempo suficiente como para afectar a organismos que no son el blanco del
tratamiento (la especie cultivada), afectar a la química del fondo y a los procesos
naturales, y producir el desarrollo de resistencia por parte de organismos a los que
deberían combatir. Se ha observado persistencia de antibióticos de hasta 200 días en
concentraciones significativas en sedimentos. Se sabe actualmente que organismos que
viven a centenares de metros de distancia de las jaulas, como cangrejos, moluscos y
peces, acumulan niveles altos de sustancias químicas provenientes de dichos
tratamientos. Esta circunstancia conlleva el riesgo que de al ser consumidos estos
animales recolectados por el hombre puedan producirse episodios de toxicidad.

La principal medida que debe tomarse para reducir el impacto de estas sustancias sobre
el medio es su empleo racional: utilizarlos lo menos posible y en concentraciones
adecuadas, de modo que se favorezca su eliminación rápida y sin riesgos. Este
comportamiento no solamente reduce el riesgo para el medio, sino que también ayuda a
preservar el propio stock de peces al mantener unas condiciones de vida saludables.

2.1.6 Impacto sobre la fauna nativa

El establecimiento de una piscigranja de jaulas incrementa los niveles de actividad y


ruido, no solo en el lugar donde están instaladas las jaulas sino también en las rutas
terrestres que dan acceso y servicio a la instalación. Esto tiene como consecuencia la
generación de impactos negativos sobre la vida salvaje, como el desplazamiento de
animales y las molestias en época de reproducción, por ejemplo.
El mantenimiento de peces encerrados en jaulas o estanques en altas densidades y la
existencia de alimento atraen a predadores (como huasccallos, gaviotas…) y otras
especies oportunistas que pueden desplazar a las residentes. A veces, los criadores de
peces llegan a matar cantidades importantes de estos predadores, a los que consideran
sus enemigos, debiendo hacerse un mayor esfuerzo en la prevención antes que llegar a
extremos intolerables de presión sobre la fauna salvaje.

Ya ha sido dicho al tratar la alteraciones del medio que éstas pueden provocar la
pérdida de hábitat de las especies nativas, ya sean peces, aves, invertebrados,
anfibios… Este es otro motivo de primer orden para analizar el impacto de la actividad,
ya que nuestro lucro personal no puede justificar el daño al patrimonio común.

2.1.7 Animales asilvestrados

Como ya ha quedado dicho, de modo general se acepta que uno de los problemas de
producir especies exóticas (y la trucha arco iris lo es en el Perú) es que pueden portar
enfermedades para las que los peces nativos pueden no tener defensas en caso de
verse afectados, corriéndose el riesgo de provocar, por vía indirecta, graves impactos
sobre dichas poblaciones de peces nativos.

Otro problema importante se produce por la fuga y proliferación de peces cultivados en el


medio natural, en lo que supondría un riesgo ecológico por la competencia o predación
que se puede plasmar en la aparición de desequilibrios ecológicos e, incluso, la extinción
de especies nativas y la desaparición de hábitats. Diversos estudios realizados en
Europa mantienen que el 5% de las truchas mantenidas en jaulas se fugan y se
asilvestran cada año, siendo las operaciones más sensibles a las fugas el transporte, la
clasificación y la cosecha de peces. Las fugas pueden incrementarse espectacularmente
en el caso de rotura de una red o ruina de una jaula por causa de un temporal,
vandalismo, etc, lo que además resulta trágico para el productor. Si los peces escapados
tienen capacidad reproductora y encuentran condiciones adecuadas para ello, pueden
proliferar de modo incontrolable, produciendo un impacto muy importante sobre el medio
y las comunidades vivas naturales. En este sentido, el empleo de peces estériles para el
engorde se constituye en una garantía de que, al menos, no trascenderá el problema
más allá de los peces escapados.

2.2 Medidas correctoras y de vigilancia

Para un adecuado control de las condiciones ambientales es preciso el desarrollo de


planes de monitorización que vigilen y evalúen de modo más o menos continuo la
evolución de los parámetros más relevantes como indicadores del medio. En este
sentido se pueden establecer mediciones regulares de turbidez, velocidad y dirección
de corrientes, contenido de clorofila a de las aguas superficiales, concentración de
oxígeno en aguas profundas, descarga de fósforo total, etc.

2.2.1 Instalaciones en tierra

2.2.1.1 Sistemas de tratamiento y reciclaje de agua y residuos

El agua debe ser mantenida en las mejores condiciones posibles y ser utilizada en
cantidad adecuada para no provocar derroches innecesarios. Para conseguir esto se
debe limpiar el agua utilizada para que pueda ser reutilizada o bien vertida de nuevo al
medio en unas condiciones óptimas de calidad.

Un primer paso para la limpieza del agua es la eliminación de sólidos, lo que se hace
aprovechando su peso y provocando la sedimentación en balsas o tanques de
decantación. Los tanques de decantación deben dimensionarse en función del máximo
caudal previsto que deban tratar, de modo que se produzcan velocidades de corriente
que permitan la sedimentación de los sólidos presentes. Para mejorar esta limpieza y
hacerla más efectiva se pueden incorporar filtros a la entrada del caudal de agua al
tanque o bien directamente a la salida de los estanques de peces.

Un tipo de separador por decantación de diseño sencillo para ser utilizado tras tanques
con alta tasa de renovación de agua, consiste en un tanque circular de 3 a 6 metros de
diámetro (según la necesidad de la instalación) y 1 a 2,5 metros de profundidad, con
fondo en forma de cono invertido, dotado de un sumidero central para lodos (Figura 2).
El agua entrante desde la piscifactoría lo hace por un conducto próximo a la base del
cilindro del tanque, inyectando el flujo de agua paralelo a la tangente del cilindro en el
punto de incorporación. En el interior del separador se colocan unos deflectores de
corriente que facilitan su trabajo. Las heces y los restos de alimento arrastrados por el
agua son depositados por gravedad en el fondo del separador y son extraídos
mediante bombeo por el sumidero de lodos situado en el fondo. El agua clarificada es
extraída por medio de un rebosadero y, según sean sus condiciones de salida son
vertidas directamente al cauce receptor o son aireadas para facilitar su reoxigenación,
máxime si van a ser reutilizadas en los tanques de peces. Los deflectores que facilitan
la deposición de residuos tendrán unos 15 centímetros de altura y estarán situados en
el fondo del decantador.

El lagunado, o lagunaje, es una técnica adecuada para el tratamiento de agua que ya


no va a ser reutilizada en la instalación. Esta técnica se basa en la sedimentación y
mineralización natural de la materia orgánica particulada y la biodegradación de la
fracción soluble por medio de microorganismos del agua. Dado que los residuos de las
instalaciones de acuicultura se generan en caudales relativamente altos, las lagunas
de tratamiento suelen precisar grandes superficies de terreno, lo que es limitante allí
donde el suelo disponible lo es. Las lagunas deben dimensionarse en función del
caudal de agua a tratar. Normalmente, el agua permanece en la primera laguna unos
pocos días (según el nivel de carga contaminante que porta), tiempo en el que se
produce la digestión anaerobia de los residuos. Esta primera laguna debe tener una
profundidad media de al menos 2 metros. La siguiente laguna es de digestión aerobia
y suele tener mayor superficie y una profundidad media de 1,5 metros, siendo
deseable la proliferación de vegetación acuática fitoplanctónica que sea muy activa
fotosintéticamente, lo que acelera la oxigenación y la fijación de materia orgánica. El
exceso de vegetación producida debe cosecharse periódicamente. Cuando el diseño
se hace conforme a las necesidades, se puede conseguir una reducción de la DBO y
de sólidos en suspensión del 90%, y de bacterias fecales de hasta el 100%.

Complementario o alternativo al sistema de lagunado es el de los filtros verdes, que


consisten en superficies donde se vierte el efluente en forma de irrigación destinada a
la producción de biomasa vegetal que luego es cosechada para su aprovechamiento o
eliminación, según sean las características del efluente empleado y su compatibilidad
de uso. Debido al riesgo sanitario que pueden producir algunos residuos de alta
persistencia o efecto biológico (como metales y medicamentos), las plantas regadas
son empleadas para construcción (leñosas) o son incineradas tras cosechas
periódicas.
Una limitación al uso de sistemas de lagunado o filtros verdes es que consumen agua
(pierden agua por evaporación, transpiración de las plantas e infiltración al suelo) y
puede ser que esta circunstancia no sea tolerable por el medio, si este precisa del
retorno del agua captada para evitar mayores impactos ambientales.

La aireación forzada sirve para recuperar la carencia de este gas debida a su consumo
por los peces, y para evitar la anoxia producida por la demanda biológica de oxígeno
(DBO) de los residuos orgánicos arrastrados, eliminando, además, el amoniaco. La
aireación puede hacerse de diversas maneras. Una de ellas es la instalación de
inyectores, que consisten en un tubo Venturi por la que pasa el agua, y al que se
acopla un difusor conectado a una tubería de presión por la que se inyecta gas desde
una botella intercambiable, sin ser preciso el bombeo al poder trabajarse en todo
momento por gravedad (Figura 3). Otros sistemas de oxigenación consisten en la
instalación de saltos de agua simples, o con un molino bajo la caída, y rampas
perforadas que provoquen una especie de ducha en el paso del agua de un estanque
a otro (Figura 4). Es muy importante diseñar de un modo adecuado los sistemas de
estanques para que sean eficaces en el mantenimiento y recuperación de los niveles
de oxígeno disuelto.

La flotación es otra técnica de limpieza del agua más compleja pero muy eficiente,
consistente en recoger las partículas de baja densidad y las moléculas orgánicas
disueltas en una corriente de burbujas de aire que se concentran en una capa de
espuma que se retira y deshidrata.

Para asegurar que el agua no porta microorganismos patógenos al volver por las
conducciones de reciclado hacia el sistema productivo, deben instalarse depuradores
por rayos ultravioletas, como medio más seguro y sencillo de manejo que la
desinfección química.

Los lodos acumulados en los decantadores, tras ser retirados, pueden ser utilizados
como fertilizantes para la agricultura dado su alto contenido en fósforo y nitrógeno
asimilable por las plantas.

2.2.1.2 Tratamiento paisajístico

Es norma generalizada que las instalaciones de acuicultura se encuentren lejos de los


núcleos poblados al buscar agua de condiciones muy especiales para su
funcionamiento. Esta circunstancia sitúa a la piscifactorías en lugares de alta
naturalidad, con un paisaje normalmente libre de intrusión de otras construcciones.
Así, es deseable que la instalación se integre y mimetice al máximo con el entorno,
intentando que no destaque en exceso. Para ello, siempre que sea posible, es
recomendable que se construya a una altura que no se resalte sobre el horizonte y se
pinten las fachadas en unos colores que imiten los colores del entorno, sin romper las
líneas del paisaje. Cuando haya construcciones cerca (especialmente si son de tipo
tradicional) con mayor motivo deben respetarse o imitarse los estilos autóctonos,
siempre manteniéndose un equilibrio entre el estilo de construcción y la funcionalidad
de la instalación.

2.2.2 Jaulas

Una condición previa fundamental para ser efectivo con cualquier otra medida de
minimización del impacto de los residuos orgánicos es la adecuada elección de la
ubicación de las jaulas. Para favorecer la circulación de agua y reducir el riesgo de
contaminación de los fondos, que es también perjudicial para los peces, deben
situarse en lugares de, al menos, 15 metros de profundidad. Deben evitarse las zonas
con corrientes fuertes, para prevenir posibles daños y problemas de manejo con las
jaulas. No obstante, el lago Titicaca se caracteriza por no tener en su zona litoral
corrientes fuertes, lo que puede ser un problema cuando la velocidad media de las
corrientes baja de los 4 cm/s, al no producirse una adecuada renovación del agua en
la propia jaula. El situar las jaulas a partir de la zona de profundidad sugerida permite
mayores movimientos de la masa de agua que facilitan esa necesaria renovación. En
el lago Titicaca, la baja presión provocada por la altitud, la temperatura del agua, y el
escaso movimiento de la masa de agua, hace que sea necesario evaluar la carga de
peces adecuada a las condiciones ambientales de la ubicación elegida.

Otra medida complementaria que contribuye a la reducción de los efectos ambientales


negativos de la presencia de jaulas es la combinación de las medidas de minimización
de residuos y elección de ubicación con la rotación de la misma, lo que consiste en
cambiarlas de sitio cada año, devolviéndolas a las ubicaciones originales cada dos o,
mejor, tres años. En algunos casos, aunque con un costo alto, se pueden instalar en el
fondo unos mezcladores tipo ciclón que fuerzan el movimiento de agua bajo las jaulas,
facilitando la renovación de agua y la dispersión de las partículas (Figura 5).

En los últimos años se han desarrollado sistemas de captura y retirada de residuos


que, por su alto costo, solo son actualmente de uso en instalaciones de alto
rendimiento. Estos sistemas consisten en embudos situados bajo las jaulas que
recogen los residuos, e incluso los peces muertos, que caen al fondo de la misma,
para ser trasladados por bombeo hasta unos depósitos de los que se recogen los
diferentes restos para darles tratamiento adecuado (Figura 6).

Paisajísticamente, solo podemos recomendar que, sin perder de vista las necesidades
de señalización de las baterías de jaulas para evitar accidentes de navegación, en
aquellos lugares sensibles se utilicen materiales coloreados con pinturas o tintes
miméticos con el entorno, de modo que se reduzca su impacto visual.

2.2.3 Manejos habituales

Han sido ya comentados muchos de los efectos de un manejo ambientalmente


inadecuado y se han propuesto manejos o tratamientos compensatorios de dichos
efectos, no obstante, aún quedan algunos detalles que merecen ser comentados y
tratados:

• Animales muertos. Se ha insistido en la importancia de controlar el efecto de los


residuos de excreción y de alimento no ingerido: a estos causantes de
contaminación orgánica hay que unir los peces muertos durante la cría, que al
pudrirse provocan un fuerte aumento de dicha contaminación, además de
convertirse en un foco de riesgo sanitario. El manejo recomendado para este caso
es sencillo: la eliminación rápida de los peces muertos mediante la revisión
continua de las jaulas, y la eliminación de los peces retirados siguiendo alguno de
los métodos contemplados por la autoridad sanitaria. La incineración completa
(reducción a ceniza) en hoguera u horno es una buena alternativa que inertiza los
restos, más recomendable que el enterramiento con cal viva que no siempre se
realiza de modo adecuado, pudiendo persistir algún riesgo de contaminación. En
cualquier caso, los peces retirados deben ser mantenidos lejos de los alimentos e
instrumental que se vaya a utilizar en el manejo habitual de los peces vivos.
• Alimento. No deben utilizarse para la fabricación de alimento especies nativas que
puedan ver comprometida su supervivencia por esta causa. Esto sin perder de
vista, claro está, que en su caso resulten adecuadas desde una óptica nutricional y
sanitaria.
• Residuos. Sea cual sea su naturaleza, nunca deben ser abandonados ni vertidos
directamente al lago ni a los cauces de los ríos y arroyos. Deben ser tratados
cuidadosamente y destinarlos a reciclado (cuando sea posible) o depositados en
lugares seguros designados por la autoridad.

2.2.4 Manejos ambientalmente eficientes: algunas generalidades

A modo de resumen, estableceremos aquí el concepto de “mejor técnica disponible”


(MTD) tal y como la normativa medioambiental europea la contempla: es la fase más
eficaz y avanzada de las actividades y de sus modalidades de explotación, que
demuestra la capacidad práctica de determinadas técnicas para construir, en principio,
la base de los valores límite de emisión destinados a evitar o, cuando ello no sea
practicable, reducir en general las emisiones y el impacto en el conjunto del medio
ambiente. De cara a la acuicultura, y para seguir el planteamiento del concepto de
MTD se pueden establecer los siguientes aspectos para someter a consideración en el
sector de la acuicultura:

• Características del emplazamiento


• Diseño de las instalaciones
• Reducción en origen de las cargas contaminantes
• Utilización de sustancias menos peligrosas
• Carácter, efectos y volumen de emisiones de contaminantes al medio
• Desarrollo de técnicas de recuperación y reciclado de los residuos generados
• Necesidad de prevenir riesgos e impactos en el medio ambiente
• Incorporación continuada de los avances técnicos y conocimientos científicos

Es muy importante, también, que el emplazamiento elegido para una piscigranja


flotante no esté afectado por impactos ambientales producidos por otras actividades
que desaconsejen e incluso hagan imposible la ubicación de las jaulas. La excesiva
proximidad a aguas afectadas por vertidos de aguas servidas (como en la bahía de
Puno) o por residuos mineros (metales, o hidrocarburos –Pirín-), puede comprometer
seriamente la viabilidad de la explotación.

3. LA PESCA Y EL MEDIO AMBIENTE

La pesca en el Lago Titicaca experimentó en el último siglo un cambio notable debido


al progreso tecnológico. La incorporación de nuevos sistemas de pesca desplazó a los
sistemas nativos tradicionales. Además, especies alóctonas introducidas y con mayor
valor comercial se convirtieron en el objetivo de las pesquerías del Lago.

En la actualidad se observa una disminución en las capturas de la mayoría de las


especies presentes en el Lago. La sobrepesca no debe ser considerada a priori como
el problema fundamental. Sin embargo, determinados hábitos pesqueros, como la
pesca de inmaduros o en áreas de reproducción y alevinaje, así como la presencia de
especies piscívoras y el aumento creciente de los niveles de contaminación se
confirman como las principales amenazas que inciden sobre las especies nativas del
Lago Titicaca. Algunas de estas especies se consideran en vías de extinción.
Por otra parte, el abandono de los sistemas tradicionales de pesca supuso el fin de
una actividad pesquera mas respetuosa con el medio ambiente que la que se practica
en la actualidad. Los sistemas tradicionales de pesca erán más selectivos que las
actuales redes de enmalle. Estaban destinados a la captura de especies concretas
dependiendo de sus hábitos bentónicos o pelágicos. El uso de las nuevas redes ha
conseguido aumentar el esfuerzo de captura notablemente. Estos sistemas se
introdujeron para facilitar la captura de nuevas especies como el pejerrey, pero
finalmente sustituyeron a los sistemas tradicionales incluso para la pesca de especies
nativas.

Otro aspecto que se ha modificado sustancialmente en las actividades pesqueras es el


tipo de embarcaciones utilizadas. La embarcación clásica, construida con totora, ha
sido sustituida, en gran medida, por chalanas y botes de madera para la práctica
pesquera. Las nuevas embarcaciones necesitan un mantenimiento diferente que
incluye la necesidad de pintarlas periódicamente. No se puede hablar de un uso
generalizado de motores fuera borda, pero su número es creciente tratándose
normalmente de unidades viejas en mal estado de conservación.

No existen embarcaderos acondicionados para la pesca. Esto impide la normalización


de los diferentes procesos que forman parte de la actividad pesquera, lo que genera
hábitos descuidados tanto a la hora de comercializar y presentar las capturas como de
mantenimiento y limpieza de las embarcaciones y pertrechos.

Cualquier actividad pesquera interactúa negativamente con el medio de manera


inherente. Sin embargo, determinadas conductas positivas contribuirán a la
conservación de un recurso, necesario para la subsistencia de muchos pobladores de
la ribera del Lago Titicaca.

3.1 Impactos ambientales producidos por la pesca

El desarrollo de la actividad pesquera comercial en el Lago Titicaca se remonta a unas


pocas décadas atrás cuando la introducción de especies exóticas como la trucha y el
pejerrey modificaron la conducta de los pescadores.

Con el fin de incrementar las capturas, los pescadores del Lago comenzaron a utilizar
las redes de enmalle. La falta de conocimientos acerca del uso y mantenimiento de
estos sistemas de pesca contribuyó a un crecimiento desordenado de la actividad sin
unas pautas claras de desarrollo. Este modelo es ambientalmente insostenible ya que
la falta de regulación sumado a la incapacidad de autogestión de los pescadores
desemboca en una actividad descontrolada probablemente irreversible en aspectos
concretos como es la supervivencia de determinadas especies nativas.

3.1.1 Especies nativas amenazadas

La ausencia de capturas de determinadas especies nativas ha dado la voz de alarma


sobre su posible extinción. Otras especies, como la boga (Orestias pentlandli),
parecen encontrarse en un mínimo poblacional con una tendencia progresiva a la
disminución de efectivos.

La acción combinada de una actividad pesquera en la que se realizan capturas de


inmaduros y de la presencia de especies ictiófagas, junto con la degradación de la
calidad del agua del Lago parece ser la causa de esta disminución.

Hemos que tener en cuenta que la extinción o disminución de los efectivos


poblacionales de una determinadas especies pueden producir:
Una pérdida de diversidad biológica: La reducción de especies en una
comunidad biológica puede alterar el equilibrio natural de ésta, produciendo
cambios impredecibles en la composición cuantitativa y cualitativa de otras
especies, entre ellas especies pescables (pejerrey,...).

La alteración del hábitat, ya que estas especies pueden vivir en áreas frágiles
que no soporten la capacidad de pesca a la que están sometidas y por tanto se
deterioren zonas necesarias para la reproducción, puesta y alevinaje de otras
especies importantes para la pesca.

La modificación de la cadena alimenticia de otras especies más


importantes en las pesquerías del Lago al reducir el recurso alimenticio de
estas últimas.

Estas alteraciones modificarán el medio mediante cambios irreversibles en las


comunidades biológicas del Lago difíciles de cuantificar.

Las especies de peces nativas del Lago Titicaca pertenecen a dos géneros; Orestias y
Trichomycterus. El género Orestias pertenece a la familia de los Ciprinodóntidos y se
encuentra exclusivamente en el altiplano andino. Determinados estudios taxonómicos
confirman la endemicidad de varias especies de Orestias en el Lago Titicaca.

La riqueza específica del Lago debe ser conservada. El carácter de subsistencia de la


pesquería del Lago es quizás el principal obstáculo para evitar y controlar la captura
de aquellas especies que por su rareza y estado de conservación de sus poblaciones
deben protegerse. Sin embargo, la falta de un conocimiento claro de las diferentes
especies del Lago, dificulta la identificación de las especies que no deben pescarse.
Por otra parte, el incumplimiento de determinadas normas referentes a las actividades
de pesca como son, el uso de especies nativas como alimento en criaderos de trucha
o la pesca en los totorales, han influido, en gran medida, en la disminución de las
capturas de especies nativas.

Además, como ya se ha apuntado, la pérdida de calidad del agua debido a la


contaminación producida por los núcleos urbanos que vierten sus aguas residuales
directamente al Lago altera el hábitat lacustre. El caso más significativo se encuentra
en la bahía de Puno. Los totorales son áreas de puesta y alevinaje de la mayoría de
especies de interés pesquero en el Lago. La destrucción de estas áreas o la
disminución de su calidad ambiental incidirá negativamente en la producción y
reclutamiento de especies pesqueras y por tanto favorecerá la desaparición de las
especies nativas.

3.1.2 Las especies exóticas

La introducción de especies exóticas es ya, un problema global que afecta a masas de


agua de los cinco continentes. Sigue siendo práctica habitual en muchos países la
introducción de estas especies con el fin de abrir nuevas vías de desarrollo en zonas
desfavorecidas o simplemente para desarrollar la pesca deportiva. Solo en algunas
ocasiones, estas introducciones tienen un carácter natural.

El problema básico de la introducción de especies piscícolas exóticas es la


imposibilidad de controlar los efectos que para el entorno supone su incorporación al
ecosistema. Este problema se acentúa aún más si no se realizan estudios preliminares
sobre la posible alteración que una especie nueva puede causar en el entorno. Una
especie exótica que compita por el hábitat con otra nativa que nunca ha estado
sometida a esta presión desplazará con el tiempo a la especie nativa produciendo a
esta última una pérdida de hábitat probablemente irreversible.

Por otra parte, la introducción de especies ictiófagas como es el pejerrey, no solo


puede producir una alteración del hábitat sino una disminución notable de los efectivos
poblacionales de las especies nativas debido a la predación ejercida por las primeras
sobre las segundas.

La existencia de un recurso abundante y unas condiciones ambientales favorables


producirán un incremento acentuado de la biomasa de las especies ictiófagas durante
un periodo más o menos largo que coincide con el tiempo en el que el recurso trófico
es todavía abundante. La disminución progresiva del alimento determinará el
descenso acusado de las poblaciones de especies alóctonas. Como ya se ha visto, la
alteración producida sobre las especies nativas puede originar su desaparición. Por
esto, la continuidad de las actividades pesqueras más recientes del Lago dependerá
del control que sobre la biomasa de pejerrey se ejerza, ya que como recurso
económico debe ser conservado y explotado, pero su propia existencia amenaza su
futuro si no se gestiona de manera adecuada.

Los cambios ocasionados por la presencia de una nueva especie en un determinado


hábitat tenderán a llevar una nueva situación de equilibrio natural. Es en este punto
donde las acciones antrópicas directas sobre las especies desfavorecidas o sobre el
hábitat pueden ocasionar que el equilibrio mencionado tarde más tiempo en
alcanzarse o nunca se consiga.

La introducción de una especie ictiófaga en masas de agua con especies de hábitos


alimenticios diferentes desencadena una nueva relación ecológica del tipo
predador/presa. Esta relación aparece en todos los estratos de la naturaleza pero, a
diferencia del provocado, en este último, el alcanzar un estado de equilibrio conlleva
situaciones irreversibles con alteraciones de hábitat y posibles extinciones de especies
que repercutirán negativamente en la salud ambiental del Lago.

La pesca es considerada como un sistema predador/presa en la que el pescador


ejerce una presión predatoria sobre un recurso. En una actividad pesquera eficaz, el
aumento de los rendimientos pesqueros en un área favorecerá el incremento de
esfuerzo por parte de las flotas lo que produce un agotamiento del caladero y por tanto
la presencia de las flotas en el área es económicamente poco rentable. En este
momento los barcos abandonan la zona en busca de caladeros más rentables y
propician la regeneración del caladero.

La explotación máxima sostenible tanto económicamente como en volumen de


capturas de un recurso pesquero debe realizarse en equilibrio con los costos de
explotación. Este supuesto garantizará un recurso abundante a la vez que controlado,
siendo necesario para salvaguardar no solo el futuro de la pesquería sino la densidad
poblacional. De esta forma garantizaremos la supervivencia del resto del ecosistema.

En el Lago Titicaca la explotación pesquera no alcanza un nivel tecnológico y de


producción que permita establecer criterios de comparación con otras pesquerías más
evolucionadas. La tendencia aparente en el Lago es el aumento del esfuerzo pesquero
de manera gradual, no en cuanto a número de pescadores sino por el uso de sistemas
de pesca más eficaces. Este incremento supondrá una mayor presión sobre el
recurso. Los desequilibrios producidos en una pesquería mal dirigida han sido ya
comentados debiendo realizarse grandes esfuerzos por ordenar esta actividad antes
de que se alcance una situación irrecuperable.
3.1.3 Sistemas tradicionales de pesca frente a los nuevos sistemas

Uno de los aspectos ya comentados que cambian el curso tradicional de una


explotación pesquera, es la incorporación de sistemas de pesca más eficaces
exportados de modelos pesqueros que no se corresponden con la realidad del área de
aplicación.

En ocasiones el abandono de los sistemas tradicionales de pesca está justificado


debido a que las dificultades y costes de mantenimiento y construcción son elevados
frente a la adquisición de un sistema ya montado y preparado para pescar
inmediatamente y de bajo coste.

El problema surge cuando el aumento de los rendimientos pesqueros que suelen


acompañar a la innovación tecnológica actúa de reclamo económico y se produce una
migración de personas procedentes de otras actividades profesionales hacia esta
nueva actividad. Esto conlleva una multiplicación del esfuerzo y por tanto una
incremento exponencial en las capturas. El mantenimiento de este elevado esfuerzo
se vuelve en poco tiempo contra los mismos pescadores que ven como el recurso se
va agotando hasta llegar a un punto en que la actividad es completamente insostenible
económicamente.

El uso de nuevos sistemas de pesca debe fomentarse de acuerdo a unos patrones


bien planificados atendiendo a la realidad del Lago.

Con la pérdida de los sistemas de pesca tradicionales no solo se perderá su uso sino
también un legado cultural que no debe ser olvidado. Los artes tradicionales de pesca
se desarrollaron dependiendo de las especies a pescar y de las zonas en las que se
iba a realizar la extracción. Una característica común de la mayoría de métodos de
pesca artesanal es la alta selectividad en las capturas y bajo impacto ambiental. Por
esto, el uso y mantenimiento de sistemas tradicionales garantiza el futuro de las
pesquerías sin que se produzca el agotamiento de las poblaciones.

Actualmente apenas se usan o se conocen los métodos de pesca estrictamente


nativos utilizados en el Lago hasta hace escasas décadas. Los que aún se usan, han
sido modificados en su mayoría utilizando en su fabricación materiales modernos en
especial, redes de nylon. Los artes y aparejos nativos estaban fabricados con
materiales propios del Lago especialmente de totora. Incluyen sistemas fijos y de
arrastre entre otros. Su uso está muy restringido a unas pocas Comunidades, estando
destinados, en principio, a la captura de especies nativas.

La recuperación y adaptación de estos sistemas tradicionales debe ser uno de los


principales objetivos a la hora de establecer un ordenamiento pesquero en el Lago. Sin
embargo, no es posible una vuelta atrás. Los pescadores del Lago han aprendido a
usar las redes de enmalle y las consideran como el principal componente del éxito en
sus pesquerías. El uso de estas redes debe regularse de manera efectiva, con
restricciones de utilización en determinadas áreas y para diferentes especies y
potenciando la reintroducción de determinadas artes nativas.

3.1.4 Manejo y mantenimiento de las embarcaciones, artes e instalaciones


destinadas a la pesca

El impacto de la pesca sobre el medio ambiente es un impacto combinado de


diferentes acciones relacionadas no solo con la extracción directa del recurso, sino
también por las actividades de carga y descarga, mantenimiento de las embarcaciones
y de los artes y de la comercialización de los productos pesqueros.
En los anteriores apartados se han descrito las interacciones de la actividad extractiva
con las especies de interés pesquero. Sin embargo, el uso de instalaciones así como
el mantenimiento descuidado de las embarcaciones constituyen un importante foco de
contaminación en aguas circundantes generalmente próximas a zonas urbanas.

Las embarcaciones de madera en general necesitan un mantenimiento periódico para


alargar su vida y su seguridad. Este mantenimiento implica el varado de éstas, la
limpieza del casco y su repintado. Además, si las embarcaciones están provistas de
motor, debe hacerse un mantenimiento periódico que incluye el cambio de aceite y
engrasado. Por otra parte, el combustible es normalmente fuente de contaminación en
embarcaderos debido a los derrames accidentales durante las operaciones de llenado.

Los procesos de mantenimiento expuestos generan habitualmente problemas de


contaminación debido a derrames, elección de zonas inapropiadas para realizarlos y
abandono de los materiales y restos de los productos usados.

El uso de embarcaderos no está muy extendido en el Lago ya que su número es


pequeño y su estado de conservación no es el más deseable. En ocasiones los
cambios de nivel de la superficie del Lago inutilizan estos embarcaderos como área de
refugio y de carga-descarga. Por lo general, no existen instalaciones apropiadas para
llevar a cabo actividades de mantenimiento de barcas de pesca.

Otro de los problemas ambientales generados en los puertos son los residuos sólidos
procedentes de las diferentes actividades que en ellos se desarrollan. Habitualmente
los residuos sólidos procedentes de la reparación de redes, embarcaciones o
materiales inservibles son arrojados al suelo o al agua directamente. Los restos
orgánicos procedentes del manejo de las capturas se acumulan en estas zonas
creando un ambiente de insalubridad general que afectará no solo a la salud ambiental
del Lago sino a la salud de los habitantes de las zonas próximas.

Es práctica habitual el arrojar al agua todos aquellos artilugios innecesarios, rotos o


viejos como forma de desprenderse de ellos.

3.1.5 Otros factores degradativos que afectan a la salud pesquera del Lago

El medio acuático continental está sometido, en general a un conjunto de acciones


antrópicas que inciden de manera negativa sobre la salud ambiental de las diferentes
masa de agua y por tanto, como en el caso del Lago Titicaca a la actividad pesquera.

Estas fuentes de interacción son principalmente, los vertidos urbanos sin depurar, los
fertilizantes usados en la agricultura, los restos orgánicos procedentes de las
instalaciones de acuicultura y el aumento del tráfico de embarcaciones.

3.2 Medidas correctoras

En general, los impactos descritos en los apartados anteriores tienen un carácter


reversible, pero para ello debe cesar la actividad o los factores que los provocan. El
problema mayor se encuentra en la posible pérdida de diversidad biológica generada
por la presencia de especies piscívoras y por una actividad pesquera mal enfocada.

La atenuación de estos impactos debe tener carácter prioritario en todas las


actuaciones de ordenamiento y gestión que se realicen en el Lago Titicaca tanto en el
presente como en el futuro.
Uno de los mayores problemas de las actividades pesqueras desarrolladas en el Lago
Titicaca es que el mayor esfuerzo pesquero se concentra en áreas concretas,
generalmente en zonas próximas a las Comunidades de procedencia de los
pescadores. Este elevado esfuerzo produce el agotamiento de la zona y degrada el
entorno por lo que su recuperación es doblemente difícil. La falta de tecnología impide
el aprovechamiento pesquero de las especies pelágicas situadas en aguas abiertas
más alejadas de la costa. Por esto, se recurre al recurso que está al alcance de sus
posibilidades.

Las medidas correctoras que se han de llevar a cabo no deben en ningún caso
interactúar abiertamente con las actividades humanas del Lago Titicaca, pero sí deben
servir para regularlas y ordenarlas.

3.2.1 Medidas de ordenamiento de la actividad pesquera.

Una pesquería no regulada evoluciona hacia la sobrepesca. En general, las medidas


de ordenación de una pesquería se realizan a posteriori una vez que la situación
empieza a ser alarmante. Esta situación debe ser evitada de antemano, habiéndose ya
comentado los efectos de una sobrepesca en un sistema cerrado como es el Lago
Titicaca.

Para la regulación de las actividades pesqueras del Lago Titicaca pueden establecerse
semejanzas con los sistemas propuestos en zonas costeras del medio marino. Los
pasos propuestos se basan en la conservación del medio a través de medidas que
eviten la pesca en zonas o áreas críticas para la supervivencia de las especies y, por
otra parte, del control del esfuerzo pesquero sobre el stock.

A continuación se describen las acciones más importantes que deben ser


consideradas para establecer un sistema eficaz de gestión de la pesca compatible con
el medio natural.

Implantación de áreas de veda en zonas de concentración de juveniles.


Estas zonas imposibilitan la realización de faenas de pesca dentro de ellas. En
el caso del Lago Titicaca los totorales actúan como área de concentración de
juveniles de la mayoría de las especies comerciales. El totoral es sin duda el
ecosistema lacustre más importante presente en el Lago. Tradicionalmente la
totora ha sido utilizada por los habitantes del Lago Titicaca como materia prima
en diferentes y numerosos usos. Por esto, la conservación del totoral como
reservas de pesca es prioritaria y se deben poner los medios necesarios para
dar a conocer la importancia de conservar y proteger estas zonas de la acción
directa del hombre.

Épocas de veda. El establecimiento de períodos de “no pesca” en zonas


determinadas puede complementar las acciones de protección propuestas en
el punto anterior. Para ello, es necesario mediante estudios científicos avalar la
importancia de estas zonas y determinar qué épocas son críticas para la
reproducción y supervivencia de los juveniles.

Tallas mínimas. Deben establecerse tallas mínimas de captura de las


especies comerciales, La única manera de ejercer un control de modo efectivo
es mediante la inspección, ya que una imposición legal no garantiza que
respete la prohibición.

Establecimiento de tamaños de malla concretos para cada especie, época


y zona de pesca. En consonancia con las acciones anteriores, los sistemas
extractitos deben ser regulados para evitar la captura de peces de tallas
inferiores a las mínimas establecidas. En el Lago Titicaca la extracción se
realiza en casi su totalidad mediante el uso de redes de enmalle de diferente
luz de malla. Las redes utilizadas provienen de la costa, donde son usadas
para la captura de especies costeras. Por esto, estas redes no están fabricadas
atendiendo a las necesidades del Lago con lo que el esfuerzo realizado no esta
en equilibrio con la capacidad real de extracción.

Control del crecimiento de la flota. Es evidente que la flota pesquera del


Lago Titicaca no representa un elevado poder de pesca si tenemos en cuenta
la capacidad total del Lago. Sin embargo, la presión ejercida por la acción
conjunta y continua de numerosas embarcaciones sobre un mismo recurso
deben ser tenidas en cuenta a la hora de regular el acceso de unidades a
determinadas áreas de pesca. Por otra parte, la tendencia apreciada en el Lago
es conseguir aumentar los volúmenes de las capturas gracias a la mejora de
los sistemas de pesca (redes, embarcaciones, motores) y canales de
comercialización. Esta tendencia debe ser reconducida a través de
mecanismos que permitan un uso racional de los recursos antes de que se
produzca una explosión incontrolada del número de embarcaciones.

Restricción del tiempo de pesca. Otro de los mecanismos utilizados para


regular las pesquerías es la reducción del número de horas de pesca en cada
jornada o la posibilidad de pescar solo en determinados días de la semana o
del mes.

El establecimiento de áreas de veda es sin duda una de las herramientas de gestión


pesquera que permite una sostenibilidad de la actividad pesquera con el medio. Estas
áreas actúan como verdaderas reservas de pesca generando efectos positivos tanto a
los pescadores como al ecosistema. Estos efectos deben compensar las criticas que
inicialmente acompañan a la creación de una zona de reserva por parte de los
pescadores afectados, que ven como se les prohíbe la pesca en una zona de alta
productividad.

Los efectos más notables que se perciben tras la creación de un área de reserva son:

Protección a la sobrepesca de inmaduros. Determinadas especies de


hábitos pelágicos utilizan las zonas próximas al litoral para la reproducción y
alevinaje. Estos inmaduros no abandonan estas zonas hasta que no alcanzan
una determinada edad.

Protección de parte del stock reproductor. Las reservas dan cobijo a una parte
del stock reproductor de una especie garantizando la puesta y la supervivencia de
la especie frente a la sobrepesca.

Zona de seguridad para los reclutas. Estos alcanzan su talla de maduración


sexual protegidos de las actividades pesqueras.

Protección de la diversidad genética. La pesca continuada de determinadas


tallas y estados de maduración pueden causar alteraciones genéticas en las
poblaciones que afectan a su tamaño, supervivencia y reproducción. Las reservas
garantizan un flujo genético entre los diferentes estratos poblacionales e
interpoblacionales.

Protección de la biodiversidad. Una zona protegida garantiza la conservación


de la diversidad biológica de las comunidades naturales.
Efecto reserva. El efecto principal de las reservas o áreas protegidas sobre la
actividad pesquera es el aumento de las capturas debido a la radiación fuera del
área protegida de los excedentes pesqueros.

Otra de las acciones necesarias para compatibilizar la actividad pesquera con la


protección de los recursos es evitar la captura de aquellas especies que no tienen
valor comercial o culinario, o son poco abundantes.

El marcado carácter de subsistencia de las pesquerías del Titicaca genera escasos


descartes de especies. Sin embargo, dentro de las diferentes especies del género
Orestias, existen varias poco apreciadas y que podrían considerarse como descartes
si no son aprovechadas. La adecuación de los sistemas de pesca para capturar solo
aquellas especies de interés para el consumo y la voluntad del pescador debe ser
suficiente para eliminar este problema.

Respecto a las especies nativas del Lago, ya se ha comentado la interacción con el


pejerrey y la desaparición o disminución radical de las capturas de algunas de estas
especies. Se deben realizar esfuerzos en salvaguardar la diversidad biológica del
Lago, entre ellos, la enseñanza de las especies que pueden ser capturadas y las que
no.

3.2.2 Recuperación de artes nativas

La recuperación de los sistemas nativos de pesca es de gran importancia ya que se


trata de artes muy selectivos tanto para las especies que capturan como para sus
tallas. En las zonas próximas a los totorales, las especies dominantes son el ispi y el
carachi, por eso debemos utilizar sistemas que nos permitan capturar estas especies
evitando en lo posible la pesca de otras especies nativas.

Los sistemas de pesca empleados en una pesquería tradicional son el fruto del
aprendizaje y de la familiarización con el medio, que permite desarrollar artefactos
adaptados a las necesidades concretas de una zona de pesca. Estos sistemas se
fabricaban con los materiales que estaban presentes en la zona. La ventaja de estos
sistemas es la selectividad y el bajo impacto que generan en el medio.

Como ya se ha comentado, en la actualidad estos artes de pesca han sido sustituidos


en su mayoría por redes de enmalle que son usadas para la captura de prácticamente
todas las especies y en todas las zonas.

Deben realizarse estudios que determinen la viabilidad de la reintroducción de las


artes nativas y la potenciación de su uso en todo el Lago. La prohibición de redes de
enmalle en determinadas zonas puede ir acompañada de la autorización a pescar
exclusivamente con sistemas artesanales. De esta forma se obligaría al uso de artes
nativos en aquellas zonas en las que la utilización de redes más vulnerables a estas
últimas.

El pescador solo apreciará realmente el valor de estos cambios cuando sus


rendimientos pesqueros se incrementen. Sin embargo, la labor de educación debe ser
continua para elevar el grado de confianza acerca de la reintroducción de los sistemas
de pesca nativos.
3.2.3 Medidas de control ambiental durante las faenas de pesca y
comercialización de los productos pesqueros

Durante las labores cotidianas de pesca, se arrojan al agua multitud de desechos tanto
líquidos como sólidos produciendo una importante contaminación. Estos vertidos
deben evitarse. En ningún caso se deben arrojar al agua restos de redes, cajas u otros
pertrechos. Esta es una práctica habitual en los embarcaderos.

Todos estos desechos deben ser retirados de forma periódica para de esta manera
disponer de un espacio operativo y limpio donde poder realizar las actividades propias
de un puerto en un ambiente saludable y cómodo.

En el “Manual de Pesca en el Lago Titicaca” se exponen las prácticas de


mantenimiento que deben realizarse de forma periódica en los embarcaderos. Un
puerto sucio no solo afecta a la salud ambiental del entorno, también constituyen una
fuente de contaminación e insalubridad para las personas que viven en las
proximidades y un obstáculo para la navegación.

Las alternativas a un puerto sucio pasan por la necesidad de que los usuarios tomen
conciencia de los efectos negativos que supone esa situación para la salud de las
personas y del propio Lago. Además, la instalación de contenedores apropiados en los
que los pescadores puedan arrojar los residuos independientemente de su naturaleza
es una solución disuasoria con la que el usuario tomará conciencia del problema.

En el siguiente cuadro se listan acciones cotidianas que causan contaminación dentro


de un puerto y cómo se puede evitar que afecten al agua:

Acción Problemas Soluciones


Derrame de Contaminación por Extremar las medidas de seguridad
combustibles hidrocarburos. durante la manipulación de estos
Olores. productos.
Pérdida de calidad del Utilizar siempre materiales
agua. adecuados para su manipulación.
Afectan al calafateado de (Grifos, mangueras, etc..)
los barcos. Evitar que el combustible llegue al
Entran en la cadena agua en caso de derrame
alimenticia. accidental.
Derrame de aceites Productos muy tóxicos para Engrasar con grasa y no con
el entorno. aceite.
Pérdida de calidad del Extremar los cuidados en los
agua. cambios de aceite y su
Entran en la cadena manipulación.
alimenticia. No arrojar al agua los aceites
usados. Utilizar envases para su
posterior almacenaje y reciclado.
Derrame de Productos muy tóxicos para Extremar los cuidados durante los
pinturas el entorno. procesos de pintura de las
Pérdida de la calidad del embarcaciones.
agua. Realizar éstos siempre fuera del
Entran en la cadena agua, si es posible, aunque sean
alimenticia. piezas que no estén en contacto
con ella.
Restos procedentes Presencia de animales en No arrojar los restos al suelo ni al
de la manipulación el puerto (ratas,..) agua.
del pescado Malos olores. Introducirlos en contenedores y
Foco de infecciones y arrojarlos en vertederos específicos
enfermedades. en tierra alejados del puerto.
Limpiar con agua limpia las zonas
en las que ha habido restos de
pescado.
Materiales Terminan siempre en el No dejar ni arrojar ningún objeto o
abandonados en el agua. material inservible en el muelle.
muelle Ensucian el entorno. Disponer de contenedores
apropiados para estos residuos.
Limpiar periódicamente nuestras
instalaciones.
Restos arrojados Contaminan el medio. Evitar arrojar todo tipo de objetos
desde los barcos o Se depositan sobre el desde los barcos al agua.
muelles fondo. Éstos se sacarán del barco
Impiden la navegación. directamente a tierra.
Peligros potenciales Dragar el puerto periódicamente.
durante baños o caídas. Instalar contenedores para estos
residuos.

4. EL PROBLEMA DE LA CONTAMINACIÓN DEL LAGO

Una vez vistos los aspectos ambientales relativos a las actividades acuícolas, en este
capítulo se pretende hacer una síntesis de los principales problemas ambientales que
afectan al lago y que tienen, finalmente, incidencia en la truchicultura y la pesca.

4.1 El problema ambiental: diagnóstico

El Lago Titicaca es empleado para diversos usos: aguas potables y de saneamiento,


riego, pesca, navegación, turismo, y otros tipos de actividades de recreo (pesca
deportiva). La extracción de agua para uso doméstico ronda el medio metro cúbico por
segundo, y la mitad de esa cantidad para el caudal de riego, sumando entre ambos
aproximadamente el 50% del consumo de agua extraída. Hay que decir que de los
usos totales (caudal total extraído: alrededor de 1,5 m3/s), más del 80% vuelve al lago
aunque en un estado de calidad pésimo, como aguas servidas, tanto urbanas como
industriales. La cobertura del sistema de alcantarillado, por otra parte solo alcanzaba
en 1.996 al 51% de la población, además de presentar unas redes muy deterioradas.
La cobertura del tratamiento de aguas es tan deficiente que el agua servida llega a la
bahía prácticamente sin ningún tratamiento por medio de más de una docena de
puntos de vertido.

En el lago concurren una serie de características naturales del lago, especialmente en


ciertas zonas, que favorecen la producción biológica. Éstas son: la alta tasa de energía
solar recibida (por la altitud, latitud y climatología predominante), la forma y
profundidad de la cubeta (como en la Bahía de Puno), el pH básico, el estable y
propicio régimen térmico y la aún suficiente (y acorde con el régimen de temperaturas)
concentración de oxígeno. No obstante, la adición de una carga fertilizadora a las
aguas, sobre todo en zonas cerradas y de aguas no tan profundas, puede iniciar un
problema importante de eutroficación, que es lo que está ocurriendo en zonas
localizadas, de tipo cerrado y no mucha profundidad, como la bahía de Puno. Hay que
destacar que la calidad de las aguas del lago es buena, y que las alteraciones a que
se refiere este punto se concentran en la zona de la bahía de Puno, salvo indicación
expresa de otro extremo.

Así, la carga de contaminación orgánica es ciertamente importante en la Bahía de


Puno, área ribereña más densamente poblada del Lago peruano. Dicha densidad de
población, que vierte sus aguas servidas casi sin depurar, junto con el carácter cerrado
y menos profundo de la bahía, hace que en su zona interior las aguas tengan un
carácter marcadamente eutrófico a hipertrófico frente al oligotrófico de la bahía
exterior. La alta tasa de actividad biológica generada por la descomposición de materia
orgánica produce el agotamiento de oxígeno en algunas ocasiones, lo que conlleva
episodios periódicos de mortandad de peces. Se han detectado altos niveles de
bacterias coliformes fecales a muy diferentes profundidades y distancias de la orilla
Los estudios sobre contaminación por coliformes y Salmonella en peces (carachis)
arrojan frecuencias de infestación alta, especialmente en la zona de la bahía de Puno.
En la bahía interior la transparencia del agua es menor de 0,5 m, la concentración de
nitratos y fosfatos es muy alta, existe sobresaturación de oxígeno en superficie y
ausencia total de éste a tan solo un metro de profundidad.

Otros síntomas de la progresiva eutrofización a que se está viendo sometido el Lago


Titicaca, en la Bahía de Puno, son la proliferación de otra planta foránea, la lenteja de
agua (Lemna sp.), y la práctica ausencia, durante gran parte del año, de fauna de
invertebrados del fondo (fauna bentónica) en grandes áreas de la bahía interior,
siendo, cuando aparece, escasa e indicadora del alto nivel de contaminación.

La contaminación parece haber sido, también, responsable de la recesión (de riqueza


y de abundancia) de la vegetación de macrofitas de la bahía interior de Puno en los
últimos 20 años. En ese mismo período, como consecuencia de la pérdida de calidad
del agua, de la propia rarefacción de macrofitas, y del declive de la fauna bentónica,
también se ha detectado una caída similar de la comunidad piscícola, que se ha
simplificado y reducido en términos de biomasa.

Los servicios de agua potable y alcantarillado son en general deficientes y con un


fuerte desequilibrio urbano-rural. Los servicios se concentran en las ciudades y centros
urbanos mayores, donde las coberturas pueden ser superiores al 60% en los dos
servicios, mientras que en las zonas rurales son muy bajas o nulas. En muchos
centros el abastecimiento de agua se realiza mediante acequias y canales que
conducen el agua de los ríos y vertientes a los pilones públicos sin ningún tratamiento.
El alcantarillado también es muy limitado. Esta situación ha venido mejorando durante
los últimos años. Según el censo de 1.993, la cobertura del servicio de alcantarillado
en el Departamento de Puno llegaba a más del 50% de las viviendas en el área
urbana, entorno al 30% en el sector rural y de media más del 40%. Como se aprecia
en la siguiente tabla, la cobertura del servicio de agua potable es superior a la red de
saneamiento, y en ambos casos están muy lejos de cubrir las necesidades del total de
viviendas, lo que nos indica las condiciones precarias y de baja calidad sanitaria de la
zona.

Total de
Abastecimiento Servicio de
Espacio viviendas
de agua Desagüe
particulares
PUNO (Departamento) 41.410 26.590 321.949
Puno (Provincia) 12.599 10.778 60.316
Huancané (Provincia) 1.186 822 26.529
San Román (Provincia) 11.462 8.747 37.414
El Collao (Provincia) 2.192 1.316 24.031
Chucuito (Provincia) 1.991 793 29.838
Yunguyo (Provincia) 2.040 1.088 15.817
Moho (Provincia) 500 227 11.943

Por ejemplo, en la ciudad de Puno se utilizan dos fuentes de suministro para el


abastecimiento de agua: el Lago Titicaca y dos manantiales denominados El Manto y
Totorani. El suministro se hace mediante bombeo del agua lacustre de la Bahía
Exterior de Puno cerca de Chimu. Las aguas del lago y del manantial El Manto son
conducidas a la planta de tratamiento de Aziruni. Las del manantial Totorani, con una
calidad aceptable no son tratadas y pasan directamente a la red de distribución. La
epidemia de cólera que afectó a Puno a mediados de los 90 se ha relacionado con el
consumo de pescado contaminado proveniente de la Bahía de Puno. El patógeno
tendría origen en las aguas servidas tratadas inapropiadamente o del área de
inundación.

Existe un Plan Estratégico de Mejoramiento Ambiental de la Ciudad de Puno,


elaborado en 1.996, que tendría como objetivo abordar toda la problemática de
saneamiento urbano y de la propia Bahía de Puno, y que debe ser impulsado.

En la zona de Pirín existen pozos petrolíferos mal sellados que contaminan zonas
aledañas del Lago a través de las pérdidas que sufren, tanto de petróleo como de
agua de formación (muy rica en metales y con exceso de ciertos tipos de sales que no
permiten la vida en su zona de influencia). No obstante, el mayor riesgo deriva de la
restauración de la explotación de los pozos existentes y la apertura de otros nuevos,
ya que al tratarse el Lago de un sistema cerrado, y al contar con una extensa llanura
de inundación ribereña, es fácil la llegada masiva de contaminantes al lago por vía
superficial.

4.2 Tratamiento de aguas servidas

Aunque no es el objetivo directo de este manual, se comentarán algunos de dos de los


métodos más habituales y prácticos para el tratamiento de las aguas servidas de
origen doméstico, que son las que pueden afectar de un modo más directo a los
destinatarios de este manual, como son el lagunado o lagunaje (del que ya se ha
hablado y que aquí se complementa con otros datos adicionales), y la construcción de
fosas sépticas. En cualquier caso, este apartado no pretende ser una guía sino, más
bien, una orientación.

4.2.1 Esquema básico de depuración

Antes de entrar a tratar los sistemas citados, mostramos aquí una descripción breve
de la secuencia de tratamientos básicos que se dan en una depuradora convencional,
y que se muestran para una mejor comprensión de la dinámica de depuración.

Los diferentes procesos que se suceden en la depuración en una planta de tipo


ordinario se clasifican en tratamiento primario, secundario o terciario. Con frecuencia
se distingue del tratamiento primario un pretratamiento que consiste en el “desbaste”
(eliminación de materiales gruesos), desarenado y desengrasado.

Una vez eliminada la fracción mineral sólida y las grasas flotantes, se procede
estrictamente al tratamiento primario, en el que el agua pasa a un depósito de
sedimentación donde se sedimenta la materia orgánica, que es retirada para su
eliminación. El proceso de sedimentación puede reducir alrededor de un 35% la DBO5
y de un 65% los sólidos en suspensión.

El tratamiento secundario tiene el objeto de acelerar los procesos naturales aeróbicos


de eliminación de los residuos. Las bacterias transforman la materia orgánica
convirtiéndola en dióxido de carbono, agua, nitratos, fosfatos, y otros materiales
orgánicos, más estables que los originales. Estos productos nuevos deben ser, a su
vez, ser eliminados antes de descargar el agua en el cauce receptor o en el propio
lago. Para llevar a cabo el tratamiento secundario existen diversos procesos
alternativos, como son el filtrado por goteo, los fangos activos y el propio lagunado, ya
comentado.

El tratamiento terciario tiene como misión la eliminación del fósforo, aunque muchas
veces se denominan como terciarios a tratamientos más avanzados, sobre todo
cuando el objeto es la reutilización del agua. En sistemas eficientes se consigue
eliminar más de un 99% de los sólidos en suspensión y reducir la DBO5 en proporción
equivalente. Para eliminar los sólidos disueltos se emplean procesos como la ósmosis
inversa y la electrodiálisis. Si se pretende reutilizar el agua residual, se debe hacer una
desinfección que suele ser muy efectiva por tratamiento con ozono, que evita la
necesidad de realizar una cloración extrema. El empleo de técnicas de depuración que
incluyen el tratamiento terciario o avanzado, se están generalizando en muchas partes
del mundo desarrollado como consecuencia del esfuerzo necesario por mantener unos
recursos hidrobiológicos en estado saludable.

4.2.2 Lagunado

Las ventajas de la adopción de un procedimiento de lagunado pueden ser enumeradas


como sigue:

• Se trata de un proceso natural que no necesita ser forzado ni ayudado


externamente.
• Tienen un bajo costo de construcción y mantenimiento.
• Producen una calidad de agua muy elevada, con una gran reducción de materia
orgánica y patógenos.
• Fácil de manejar, modificar y ampliar.
• Posibilidad de reutilización de agua en muchas actividades (por ejemplo, para
riego).
• Posibilidad de buena integración paisajística.
• Baja producción de fangos.
• Nulo consumo energético.

Los inconvenientes que pueden surgir se pueden resumir en:

• Producción de malos olores.


• Aparición de insectos.
• Riesgo de contaminación de aguas subterráneas.
• Precisan mucho terreno. Razón por la cual, No pueden emplearse para grandes
poblaciones.
• No pueden emplearse para vertidos industriales que no sean de fácil biodegración.
• Presencia de fitoplancton en el efluente.
• Pérdidas considerables de agua por evaporación en verano.
Para prevenir las molestias producidas por los malos olores suele bastar con elegir
una ubicación adecuada en relación con los vientos, de modo que sean dispersados
en dirección opuesta al núcleo poblado.

Para prever la aparición de insectos debe darse inclinación a los taludes, colocar
piedras en los mismos y eliminar el exceso de vegetación.

El mantenimiento de una laguna de estabilización es sencillo, pudiendo realizarse por


poco personal y sin ser precisa especialización. Las operaciones normales son la
limpieza diaria de filtros, la revisión y limpieza semanal de las entradas y salidas de
agua de las lagunas, la limpieza de taludes, caminos, y regulación de las entradas y
salidas.

4.2.2.1 Tipos de lagunas de estabilización

Las lagunas de estabilización pueden ser clasificadas en lagunas anaerobias, lagunas


facultativas y lagunas de maduración.

• Lagunas anaerobias. Su misión es reducir la cantidad de sólidos en suspensión,


sedimentándolos de modo que pasan a formar parte de un fango poblado de
bacterias anaerobias, que se encargan de eliminar buena parte del exceso de
carga orgánica. El tiempo de residencia del agua residual es muy corto, y el
oxígeno disuelto muy bajo o nulo
• Lagunas facultativas. Su misión consiste en estabilizar materia orgánica en
condiciones aerobias. Para crear condiciones de oxigenación adecuadas se
emplean algas. En estos estanques hay una zona aerobia (la superficial) y otra
anaerobia (el fondo), cuyo espesor varía en función de las fluctuaciones en la
carga orgánica y la oxigenación, ya sea debida a la actividad fotosintética o a la
propia agitación espontánea del agua por la acción del viento.
• Lagunas de maduración o de oxidación. Su objetivo es la desinfección del agua y
la mineralización de los nutrientes orgánicos. Son lagunas de ambiente aerobio. En
ellas, la carga orgánica tolerable es menor que en las anteriores, ya que de otro
modo la oxigenación por fotosíntesis y la agitación no serían suficientes para
mantener las condiciones aeróbicas en toda la columna de agua.

Estos tres tipos de lagunas se suelen disponer en secuencia en las instalaciones de


lagunado, ya que sus requerimientos de carga orgánica para su correcto
funcionamiento son decrecientes del primero al tercero de los tipos citados.

4.2.2.2 Criterios de diseño

Es importante ajustar el diseño del sistema de lagunas a las necesidades de


depuración: características y cantidad de agua residual. Las características nos
dictarán la sucesión de lagunas (si es suficiente una única laguna facultativa; si
precisamos una laguna anaerobia y otra de maduración; si hemos de establecer una
secuencia de laguna anaerobia, facultativa y maduración…), y la cantidad nos indicará
el tamaño, número y disposición de las conexiones entre lagunas.

Desbaste y desarenado

Antes de entrar el agua a la primera de las lagunas, debe realizarse la labor de


desbaste, eliminando los arrastre más gruesos y pesados, y desarenando. Para el
desbaste suele ser suficiente con la implantación de unas rejas inclinadas de limpieza
manual (con un ángulo de 30-45º respecto de la vertical) que dejen una luz de paso de
5 a 12,5 centímetros entre barras. Estas rejas retendrán los sólidos grandes, como
plásticos, trapos, etc.. Si queremos ser aún más selectivos, se pueden instalar rejas de
1,5 a 3 centímetros de paso.

El desarenado no es imprescindible pero si recomendable para reducir la acumulación


de fangos en las lagunas (lo que reduce la necesidad de dragados). Muchos de los
desarenadores que se emplean requieren de energía adicional y de una inversión en
maquinaria, por lo que no recomendaremos este uso a los efectos de este manual.
Solo mencionaremos que sí es posible cierta sedimentación previa de partículas
pesadas aplicando frenos al agua, que reduzcan la velocidad y provocando el flujo
ascendente por medio de sifones del agua desbastada, con la aplicación de un último
filtro (opcional). Puede aplicarse el principio de los sedimentadores explicado en el
capítulo sobre medidas correctoras en acuicultura.

Las grasas pueden dificultar el correcto funcionamiento de las lagunas de


estabilización, por lo que si se prevé que la cantidad de grasas que va a contener el
agua residual es alta, debe instalarse, también, un tanque con salida sumergida, de
modo que se favorezca que las grasas floten y se acumulen en la superficie para su
retirada.

Lagunas anaerobias

El diseño que se ha revelado más conveniente es el de lagunas pequeñas y profundas


(de 2 a 5 metros) con cortos períodos de residencia. De este modo se consigue una
mejor conservación del calor, un menor requerimiento de terreno, un menor arrastre de
sólidos, una menor oxigenación al haber menor superficie de intercambio con la
atmósfera, una mejor compactación de los fangos del fondo, un más bajo coste de
mantenimiento al tener mayor capacidad de acumulación de fango (la limpieza suele
hacer cada 3 a 6 años), y una mayor flexibilidad en su manejo ya que permiten
manipular con eficacia los caudales circulantes por el sistema.

El tiempo de residencia recomendado en estas lagunas es de 2 a 5 días, en función de


su rendimiento (para establecer el óptimo de nuestra instalación se debería hacer un
seguimiento del efluente ante diferentes condiciones climáticas y diferentes tiempos de
retención).

Es frecuente que se formen costras en la superficie del agua que deberían mantenerse
en épocas frías con el objeto de conservar una temperatura lo más adecuada posible
para la supervivencia y actividad de los microorganismos anaerobios. Fuera de dichas
épocas puede ser inadecuado mantener la costra porque favorece el desarrollo de
insectos. Si no se forma costra o simplemente por las temperaturas frías se precisa
proteger aún más la superficie del agua, puede cubrirse la laguna con paja.

Este tipo de lagunas resulta adecuado para cargas de 100 a 400 g DBO5/m3 y día. El
color típico del agua de una laguna anaerobia es el gris.

Resulta adecuado diseñar sistemas de entrada del agua residual por el fondo con el
objeto de no provocar agitación que produzca oxigenación del agua.

Lagunas facultativas

Las lagunas de esta clase deben ser poco profundas (de 1 a 2 metros) y extensas
porque así se favorece una mayor tasa fotosintética por volumen de agua. Además, se
expone mayor superficie a la acción del viento y se favorece, al contrario que
deseábamos en la laguna anaerobia, una mayor oxigenación. Además, la acción del
viento y la poca profundidad pueden ayudarnos a prevenir la estratificación térmica de
la laguna, lo que reduciría drásticamente su eficacia.

Es importante tener en cuenta que la depuración es mejor a temperaturas altas que


bajas, por lo que durante el invierno la capacidad de depuración se verá reducida y
será limitante para el dimensionado de la depuradora. Debe vigilarse también, tanto a
la hora del diseño como de la explotación, la evaporación producida por un clima
extremadamente seco y la dilución producida por un clima muy húmedo (en el caso del
Lago Titicaca se da una estación marcadamente seca y otra marcadamente húmeda).

La cantidad de sedimentos que se genera en una laguna facultativa depende de si


recibe el agua de una laguna anaerobia o si es la receptora directa del agua residual.
En el primer caso, la formación de lodos es muy lenta ya que se debe casi
exclusivamente a la precipitación de materia orgánica estabilizada, mientras que en el
segundo caso el crecimiento puede ser de varios centímetros por año. Estos
sedimentos son los responsables necesarios de la parte de metabolismo anaerobio de
la laguna facultativa.

El color típico del agua de una laguna anaerobia es el verde. El objetivo de estas
lagunas es reducir la DBO5, al menos, en 50%.

En lagunas facultativas la entrada de agua conviene que sea por superficie, a través
de una caída de agua que contribuya a producir oxigenación.

Lagunas de maduración

Este último tipo es muy similar en diseño a las lagunas facultativas, siendo muy
importante mantener un ambiente aerobio en toda la columna de agua. El agua que
entre a estas lagunas debe estar ya muy estabilizada, siendo el objetivo en esta parte
del proceso la recuperación de los niveles de oxígeno, la desinfección y la clarificación
del agua. Para ello es fundamental que el agua que entre lo haga en unas condiciones
ya de clara reducción de la materia orgánica.

El color buscado en el agua de estas lagunas es azulado.

4.2.2.3 Monitorización

La monitorización es importante para conocer la eficacia de los procesos en las


diferentes épocas del año, de modo que podamos gestionar el sistema según unas
pautas que permitan optimizar el rendimiento y corregir problemas.

Lo primero, es muy importante tener un plano preciso de la instalación y unas tablas


con todas las dimensiones de la construcción.

Entre los manejos de monitorización se encuentra la medición diaria del caudal


entrante, pH, temperatura, oxígeno disuelto, olor y color, y, semanalmente, el control
de conductividad, DBO5, DQO, materia sólida en suspensión, y coliformes. Otros
parámetros pueden ser controlados mensualmente (salvo en el caso que se dictamine
que deba hacerse con más frecuencia), como nitrógeno total, amonio, nitritos, nitratos,
nitrógeno total, calcio, socio, magnesio, cloruros, sulfatos, fósforo total, ortofosfatos
solubles, y otros parámetros que por las circunstancias particulares de la laguna sean
de interés. En la parte biológica debe estudiarse la composición, abundancia y
diversidad de plancton y bentos. El plancton y las macrofitas producidas durante el
proceso de depuración pueden ser utilizados para la fabricación de piensos para la
acuicultura o ganadería.

En las figuras siguientes se muestran algunos ejemplos de estadillos útiles para los
controles de chequeo y monitorización de la instalación.

4.2.3 Fosas sépticas

Una forma de actuar en pequeños núcleos urbanos para eliminar los residuos
domésticos (aguas servidas) de modo individual o agrupando a unas pocas familias,
adecuado para pequeñas comunidades, es la construcción de fosas sépticas. Estas
fosas se construyen de cemento, bloques de ladrillo o paredes de metal en la que los
sólidos se depositan por sedimentación y asciende solo la materia flotante. El líquido
ya aclarado en parte fluye por una salida sumergida hasta zanjas subterráneas llenas
de rocas, a modo de drenaje, a través de las cuales puede fluir y filtrarse en la tierra,
donde se produce la oxidación aeróbica. La materia flotante y los sólidos depositados
pueden conservarse entre seis meses y varios años, durante los cuales se
descomponen anaeróbicamente, antes de que sean retirados o la fosa sea clausurada.
En la elección del lugar para ubicar la fosa séptica, debe tomarse la precaución de que
no se comunique con manantiales o con cursos de agua que puedan ser
contaminados.

4.3 Conclusión final

La actividad humana es siempre un factor de riesgo ambiental que debe ser vigilado
para evitar o minimizar sus efectos negativos cuando se produzcan. Tanto los
pobladores de la cuenca del lago como las autoridades deben tomar clara conciencia
de su papel protagonista en la conservación del medio ambiente y de sus recursos: los
primeros actuando de modo responsable incluso en sus quehaceres cotidianos y
exigiendo a las autoridades que aborden los problemas con resolución, y los segundos
previendo y utilizando los recursos que el Estado pone a su disposición para
salvaguardar el medio ambiente y la salud de los ciudadanos, como patrimonio
irrenunciable de un país.
5. BIBLIOGRAFÍA

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TABLA DE CONTENIDOS
MANUAL DE CAPACITACIÓN PARA LA APLICACIÓN DE PRÁCTICAS
MEDIOAMBIENTALES EN LA PESCA Y LA ACUICULTURA ......................................................1

1. INTERACCIONES ENTRE EL HOMBRE Y EL MEDIO: EL LAGO TITICACA.................1

2. LA ACUICULTURA Y EL MEDIO AMBIENTE ........................................................................1


2.1 EL EMPLEO DE RECURSOS PRODUCE IMPACTOS AMBIENTALES ........................................................2
2.1.1 El medio................................................................................................................................2
2.1.2 Los materiales ......................................................................................................................3
2.1.3 Los peces de siembra............................................................................................................3
2.1.4 Desperdicios metabólicos y alimento no ingerido................................................................4
2.1.5 Residuos químicos ................................................................................................................8
2.1.6 Impacto sobre la fauna nativa ..............................................................................................8
2.1.7 Animales asilvestrados .........................................................................................................9
2.2 MEDIDAS CORRECTORAS Y DE VIGILANCIA .....................................................................................9
2.2.1 Instalaciones en tierra ..........................................................................................................9
2.2.1.1 Sistemas de tratamiento y reciclaje de agua y residuos .................................................................. 9
2.2.1.2 Tratamiento paisajístico................................................................................................................ 11
2.2.2 Jaulas..................................................................................................................................11
2.2.3 Manejos habituales.............................................................................................................12
2.2.4 Manejos ambientalmente eficientes: algunas generalidades..............................................13
3. LA PESCA Y EL MEDIO AMBIENTE .......................................................................................13
3.1 IMPACTOS AMBIENTALES PRODUCIDOS POR LA PESCA ..................................................................14
3.1.1 Especies nativas amenazadas .............................................................................................14
3.1.2 Las especies exóticas ..........................................................................................................15
3.1.3 Sistemas tradicionales de pesca frente a los nuevos sistemas ............................................17
3.1.4 Manejo y mantenimiento de las embarcaciones, artes e instalaciones destinadas a la pesca
17
3.1.5 Otros factores degradativos que afectan a la salud pesquera del Lago.............................18
3.2 MEDIDAS CORRECTORAS ..............................................................................................................18
3.2.1 Medidas de ordenamiento de la actividad pesquera. .........................................................19
3.2.2 Recuperación de artes nativas............................................................................................21
3.2.3 Medidas de control ambiental durante las faenas de pesca y comercialización de los
productos pesqueros .........................................................................................................................22
4. EL PROBLEMA DE LA CONTAMINACIÓN DEL LAGO .....................................................23
4.1 EL PROBLEMA AMBIENTAL: DIAGNÓSTICO ....................................................................................23
4.2 TRATAMIENTO DE AGUAS SERVIDAS .............................................................................................25
4.2.1 Esquema básico de depuración ..........................................................................................25
4.2.2 Lagunado............................................................................................................................26
4.2.2.1 Tipos de lagunas de estabilización ............................................................................................... 27
4.2.2.2 Criterios de diseño........................................................................................................................ 27
4.2.2.3 Monitorización ..............................................................................¡Error! Marcador no definido.
4.2.3 Fosas sépticas.....................................................................................................................30
4.3 CONCLUSIÓN FINAL ......................................................................................................................30
5. BIBLIOGRAFÍA ............................................................................................................................31

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