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Argumentación y persuasión
Los políticos profesionales conocen muy bien el alcance de una persuasión bien
manipulada; algunos, incluso, contratan asesores de imagen para llegar más
fácilmente a sus electores. Ellos saben muy bien, aunque sea inconscientemente; que
una persona que ha sido persuadida escucha cosas que no se han dicho, acepta
verdades que no han sido demostradas y sólo saca las conclusiones que le sugiere la
fuente de persuasión.
Entre las estrategias más utilizadas para persuadir a una persona o a un grupo
podemos citar las siguientes:
• Mediante coacción o coerción. Coacción es el acto realizado por un individuo o
grupo con el fin de obligar a alguien, apoyado en la autoridad o en la fuerza, a
que diga algo o ejecute una acción que no quiere. Coercer, por otro lado,
significa contener, sujetar, refrenar; constreñir mediante el uso de la fuerza o del
poder para impedir que se haga algo. Tanto la coacción como la coerción tienen
como propósito obligar al individuo a actuar en contra de su voluntad. Coacción
y coerción son dos perspectivas de un mismo evento, consistentes en impedir y
obligar a la vez.
• Los estados dictatoriales, los gobiernos totalitarios, las sectas religiosas, los
grupos terroristas con frecuencia recurren a la coacción y a la coerción como
medio para mantenerse en el poder o para intimidar a sus enemigos. La historia
es rica en ejemplos: la persecución desatada durante la Edad Media en España
por el Santo Tribunal de la Inquisición contra todos los que fuesen sospechosos
de profesar creencias diferentes a la fe católica, la persecución contra los judíos
durante el apogeo del nazismo, el adoctrinamiento aplicado en la década del
treinta en la Unión Soviética propugnado por los jerarcas del Partido Comunista,
las universidades revolucionarias creadas en China para la adopción de una
nueva ideología revolucionaria. Estas dos formas de controlar y manipular las
acciones y conductas humanas, con frecuencia se realizan mediante toda una
gama de acciones que van desde la amonestación y la tortura, hasta la
Aniquilación completa del individuo.
• Apelando a las emociones. Se logra explotando los afectos, emociones, deseos,
temores de quien se intenta persuadir. Para tal propósito se ofrecen dádivas o
beneficios, se hacen promesas, se insinúa la posibilidad de disfrutar un gozo, de
padecer una sanción, se apela a la clemencia. La inducción al arrepentimiento y
la creación de un complejo de culpa son resultados de una manipulación
emocional.
Licada del universo, nuestro inconsciente, acaba siendo intoxicado por consignas y
mensajes de los que no tenemos ninguna noticia y que, sin embargo, nos incitan a
hacer lo que favorece intereses ajenos a los nuestros" (González, 1988: 13).
Muy poco de lo que conocemos conscientemente es lo que parece ser. Bryan Key,
uno de los más famosos investigadores en el campo de la persuasión subliminal, se
refiere así a esta estrategia persuasiva muy utilizada en cine, revistas y comerciales
de televisión:
Las integraciones subliminales pueden hacer que las celebridades, las modelos,
los automóviles, las comidas o cualquier otro objeto comercial se tomen más
atractivos, excitantes, deseables, sabrosas y vistosas [... ] En palabras más
simples, lo que perciben conscientemente los individuos, grupos o incluso
naciones, con frecuencia poco o nada tiene que ver con las realidades físicas,
biológicas y sociales que las percepciones representan (1992: 81).
Las técnicas de persuasión utilizadas por los medios de información son, a todas
luces, deshonestas cuando se aprovechan de esta particularidad de los seres
humanos.
La argumentación es una forma de convencer o de lograr una adhesión de un
determinado auditorio, pero apoyándose más que todo en criterios racionales. Por eso
argumentar es mucho más difícil que persuadir cuando se intenta convencer a un
auditorio exigente. Con la argumentación se busca fundamentalmente un
convencimiento, una aceptación de una forma de interpretar un hecho o situación, y no
propiamente la manipulación para realizar una acción. Por esta razón, la
argumentación no puede ser coercitiva. Mientras la persuasión apunta a las
emociones del destinatario, la argumentación apunta a su raciocinio.
Pero en su afán por lograr una adhesión, o por reforzarla, quien argumenta apela en
algunas situaciones a los sentimientos del destinatario. Después de todo, además del
raciocinio, en el hombre también habitan los sentimientos, las emociones, elementos
importantes para el logro de determinados propósitos. Es más, en un vasto sector de
los actos humanos lo emotivo es mucho más importante que lo racional, especialmen-
te cuando lo primero proporciona una situación deseable.
El predominio de lo emotivo sobre lo racional o de lo racional sobre lo emotivo
depende del propósito consciente o inconsciente que se tenga. Gran parte de los
diálogos entre enamorados, amigos, padres e hijos, profesores y alumnos, tienen una
intención persuasiva. La persuasión resulta deshonesta cuando tiene como principal
propósito lograr beneficios me-
6 / La argumentación escrita
Argumentación y demostración
Los argumentos no son pruebas formales. Una prueba lógica o matemática puede
ser verdadera o falsa; si es verdadera, inmediatamente obtendrá el asentimiento
de cualquier persona capaz de entenderla. Se ha señalado también que no hay un
procedimiento único para la construcción de un argumento (Majone, 1997: 68).
8 / La argumentación escrita
verdades posibles. Esto explica el porqué una argumentación puede ser compartida o no
compartida -en todo o en parte-. Su propósito es justificar una opinión, una decisión, a
sabiendas de que no será compartida por todas las personas racionales. En el fondo, "la
gran diferencia entre la demostración y la argumentación dialéctica radica en la
naturaleza de sus premisas, y no en el procedimiento deductivo, ya que es común a las
dos formas" (Oleron, 1978: 32).
Giandoménico Majone ve así la diferencia entre la demostración y la
argumentación: