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Por Edwin Vilchez Medina
Conclusiones y recomendaciones
La industria turística no deja de ser un buen negocio, equivalente a
producir bienes y servicios, sin embargo sus impactos sociales y
medioambientales, son fuertes e inmediatos. Por ello, el estado no
debe dejar de observar y monitorizar su desarrollo, bajo la máxima:
“definamos antes una oferta competitiva, sostenible y después
estimulemos una demanda”, y de ninguna manera, “que la demanda
defina a la oferta”, como lamentablemente ha ocurrido en algunos de
nuestros destinos. Estamos todavía a tiempo de corregir desviaciones y
mejorar nuestros productos turísticos de forma proactiva,
anticipándonos a los cambios externos, y que estos no nos sorprendan.
Debemos dotar a nuestros atractivos turísticos de los servicios
adecuados e innovadores, así como diversificar nuestra oferta turística
no sólo orientándola hacia el turismo cultural, como producto final. Es
previsible que el turismo cultural, como cualquier producto de
consumo, llegue a su etapa de declive y debemos de prepararnos para
ofrecer productos alternativos antes que llegue ese momento. La clave
estará en la innovación constante y en la definición de productos
competitivos.
[1] Si se revisa las noticias publicadas periódicamente por la prensa peruana, por ejemplo la
construcción del polémico puente de Carrullichayoc que rompería el monopolizado acceso
masivo al Santuario Histórico de Machupicchu (SHM), la posición del INC ha ido
evolucionando paralela a los intereses del monopolio que obviamente desea mantener su
status quo. Primero denuncia que el SHM está en peligro, luego alerta a la UNESCO,
después anuncia un posible pronunciamiento de que el SHM será declarado en riesgo, y
posteriormente, cuando se podía esperar lo peor, La UNESCO afirma que el INC desarrolla
una buena labor en defensa del patrimonio, si lo hace tan bien, el SHM no puede estar en
riesgo. El INC-Cusco está manipulando la opinión pública y protege intereses que no le
competen, al margen del debate que supone la construcción o no construcción del puente y
su peligro sobre el SHM, que debe ser tratado desde una ancha base social.
posted by Turismo Perú @ 11:58 AM
TURISMO CULTURAL
Si bien la palabra Perú evoca inevitable y casi inmediatamente, las imágenes de Machu
Picchu y del Imperio fundado por los Incas, por sus caminos es posible conocer el
impresionante patrimonio arqueológico heredado por civilizaciones más antiguas que dan
testimonio de su arte, costumbres, ritos y desarrollo.
El turismo Cultural en el Perú está en auge, debido a que más personas Nacionales y
Extranjeras están poniendo los ojos en nuestra cultura milenaria, ya que Perú es un país
lleno de cultura.
RESUMEN
El presente artículo, en primer lugar, aborda el tema del turismo cultural y
patrimonio para luego centrarse en la incidencia de esta actividad como un factor
positivo en el desarrollo local, regional y nacional, mediante el desarrollo basado en
los criterios de sostenibilidad y su impacto en el turismo en el Perú. Se verá el
aspecto positivo del turismo como combate contra la pobreza extrema en las
comunidades donde se cuenta con una gran variedad de patrimonio tangible e
intangible y el papel fundamental que cumplen los museos en el contexto del
turismo cultural, como parte responsable de la sociedad para la educación,
fortalecimiento de valores e identidad de las comunidades que custodian y
conservan el patrimonio cultural. Asimismo se presenta al Museo Tumbas Reales de
Sipán como uno de los principales ejes del turismo cultural en el norte del Perú y su
consolidación como uno de los museos más importantes del mundo. Finalmente se
deja a la reflexión el potencial turístico que tiene el Perú y la vasta historia legada
por nuestros antepasados, los que en la actualidad no pierden vigencia.
Palabras clave: Turismo cultural, patrimonio cultural, turismo sostenible, Museo
Tumbas Reales de Sipán.
ABSTRACT
In this article, the author approaches to the topic of cultural tourism and heritage in
order to focus in the recurrence of this activity as a positive factor in the local,
regional and national development, this latter based on the criteria of sustainability
and its impact in the Peruvian tourism. It shows the favorable aspect of tourism as
a resource against extreme poverty in the communities that own a wide variety of
tangible and intangible heritage; and the crucial role of the museums in the cultural
tourism context, as a responsible character of the society’s education and the
consolidation of values and identity of those communities that preserve cultural
heritage. Moreover, the author introduces Museum Royal Tombs of Sipan as one of
the main axis of cultural tourism in Northern Peru, and its consolidation as one of
the most important museums of the world. Finally, the article leads to a
consideration of Peru’s touristy potential and the vast history of their ancestors,
who do not lose use.
Key words: Cultural tourism, cultural heritage, sustainable tourism, Museum Royal
Tombs of Sipan.
Teniendo claro cada uno de estos términos, el turismo cultural es del tipo que
satisface el deseo de conocer la historia de un lugar y admirar sus atractivos
culturales, sitios arqueológicos, monumentos arquitectónicos, inmuebles históricos,
museos, entre otros, comportándose como un elemento dinamizador del patrimonio
y de las comunidades y que genera reconocimiento y creación de sentimiento de
orgullo comunitario, así como factor de divulgación de la riqueza histórico cultural.
Como valor para la cultura, genera recursos para la conservación y beneficia a las
comunidades receptoras, motiva a las comunidades en la gestión de su patrimonio
y crea conciencia del valor de los diferentes patrimonios locales entre los turistas.
La relación intrínseca entre turismo y cultura implica la creación de espacios de
interacción entre los pobladores de las comunidades y los turistas, para que
conjuntamente puedan tener un diálogo respecto del concepto que cada uno tiene
sobre lo que es cultura y lo que pueden suponer es cultura, así como de las
perspectivas que pueden tener o las diferencias a las que podrían llegar. El turismo
cultural se da para que los visitantes puedan conocer, apreciar, disfrutar,
conservar, etc. una comunidad llena de riqueza histórico – cultural para su
valoración y disfrute. El turismo es uno de los principales vehículos de
comunicación intercultural y no puede ser visto solamente como fuente de divisas.
A lo largo de los años, se han elaborado una serie de políticas y estrategias
relacionadas al turismo cultural, pero definitivamente, la dificultad, no se encuentra
en su elaboración o no, sino más bien en llevarlas a cabo o si éstas se ajustan a
nuestra realidad local, regional y nacional. Está claro que hay que tener los
objetivos bien planteados, programas viables y que se conozca con claridad qué se
quiere y hacia dónde se quiere llegar, con el invalorable patrimonio cultural que
poseemos. La participación de la comunidad y de los pobladores locales es
fundamental para el progreso y desarrollo de la localidad, se necesita una mayor
participación social y una mayor conciencia por parte de los profesionales del
turismo y la cultura. En primera instancia hay que permitir que la población local se
sienta orgullosa de su patrimonio y sea el primero en conservarlo y preservarlo,
creando equipos de delegados que puedan hacer un trabajo conjunto con las
autoridades locales para el buen estado del patrimonio y pueda ofrecerlo
adecuadamente.
La II Carta Internacional del Turismo Cultural del ICOMOS especifica que “Las
comunidades anfitrionas y los pueblos indígenas deberían involucrarse en la
planificación de la conservación del patrimonio y en la planificación del turismo”.
Como bien decíamos en el párrafo que antecede la participación consensuada de la
población local es fundamental e integrante para efectuar la planificación de la
conservación del Patrimonio integrado al turismo. Ningún diseño de proyecto de
turismo cultural puede ser exitoso sin esta participación, es por ello que debemos
involucrar a la sociedad en general. Sin la participación de todos los involucrados
(personas naturales, instituciones privadas y estatales, representantes de la
sociedad, fundaciones, autoridades, etc.), difícilmente podrán generarse políticas
patrimoniales y turísticas que lleguen a satisfacer las necesidades esenciales de la
localidad para el turismo.
En el Perú, el sector estatal es el abanderado y además el ente rector principal para
el trazado de las acciones y/o actividades relacionadas al turismo cultural,
buscando una verdadera sinergia, una alianza estratégica que responda a los
planes de desarrollo de ambas ramas, como elementos del mismo tronco, porque,
sin lugar a dudas, ambas se retroalimentan. En este caso particular, quienes velan
y tienen la potestad para poder generar líneas adecuadas de trabajo son el
Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (MINCETUR), el Instituto Nacional de
Cultura (INC) y el Instituto Nacional de Recursos Naturales (INRENA), entes
participativos para el adecuado manejo de los recursos tangibles e intangibles que
ofrece el Perú.
PATRIMONIO CULTURAL
El Perú cuenta con un patrimonio cultural tangible e intangible inigualable. Su vasto
legado cultural hace de nuestro país una nación privilegiada, es así que el
patrimonio cultural y los museos deben constituirse como un producto más en la
oferta turística, posibilitando la explotación de recursos, la creación de empleo y el
desarrollo económico y social de la comunidad, con un desarrollo sostenible del
medio ambiente.
Una adecuada gestión sostenible del patrimonio cultural tangible e intangible, hace
indispensable trabajar en la conservación preventiva del legado histórico-cultural
peruano, con las nuevas perspectivas económicas y sociales que se abren frente a
la función turística. El patrimonio cultural es un recurso único e irremplazable, con
características muy particulares, al que se le tiene que proteger ante la avalancha
de visitantes para poderlo conservar y preservar adecuadamente.
La relación entre turismo con el patrimonio cultural denota la importancia, de
manera irrefutable, que lo cultural es la esencia de la actividad turística; para
potenciar el turismo está presente el patrimonio cultural, aunque en algunos casos,
este legado histórico–cultural es visto como simple materia prima, pero el valor
intrínseco que éste conlleva es más valioso que cualquier valor tangible, no siendo
un bien vendible. Para que una complejo arqueológico, una pintura rupestre, una
iglesia o una fiesta local sean productos turísticos, hay que volverlos aptos
mediante la creación de infraestructura, promoción, investigación, formación y
otros requisitos que hagan del bien patrimonial un producto turístico.
Es preciso, ante todo, brindar una noción de patrimonio cultural, cuya comprensión
ha sido clave para entender por qué sobre él se apoya la noción de identidad, a la
vez local y universal, y por qué se le considera como el motor que ha hecho
avanzar a todas las civilizaciones que lo han ido creando, acumulando y
transformando a lo largo de la historia.
Para la existencia y la preservación del patrimonio cultural es necesario que se
inicien tareas de rescate, que en un inicio, era aplicado exclusivamente a elementos
inanimados tales como: sitios arqueológicos, viviendas, iglesias, monumentos,
ciudades, entre otros, los que indudablemente expresan y transmiten mensajes de
incalculable valor. Posteriormente se empieza a dar importancia a las transmisiones
orales legadas de padres a hijos, de generación en generación y que permite a todo
individuo sentirse parte de una familia, que comparte estas tradiciones, leyendas,
folklore, música, poesía, creencias, ritos, es decir, todo aquello que constituye el
patrimonio vivo y que de manera indudable confiere el sentido de pertenencia y
arraigo.
Una de las preguntas más frecuentes que nos hacemos es ¿cómo evitar que los
sitios arqueológicos, bosques, ciudades preservadas por milenios acaben en ruinas
bajo las pisadas de miles y miles de visitantes o desvirtuadas en sus valores
simbólicos y espirituales? Debemos tener muy claro que los protectores del
patrimonio deben ser tanto los anfitriones como los turistas: ese es uno de los
deberes implícitos en la noción de patrimonio común.
TURISMO SOSTENIBLE
El desarrollo del turismo se debe fundamentar principalmente en los criterios de
sostenibilidad, es decir, tiene que ser soportable ecológicamente, viable en el
campo económico, social y cultural, así como equitativo desde una perspectiva
ética para las comunidades locales. Es interesante destacar el especial énfasis
puesto en la importancia de la participación local, estrategia esencial para brindar
la oportunidad a los residentes para decidir sobre la planificación y desarrollo del
turismo en su lugar de residencia. De esta manera, se tendrán expectativas
realistas sobre lo que se puede esperar, habrá más motivaciones para proteger el
entorno cultural y natural, y se percibirán como beneficios las mejoras obtenidas
gracias a esta actividad.
Dentro de esta visión de sostenibilidad, habría que considerar que los recursos
turísticos que posee una comunidad son, ante todo, recursos comunitarios. Es
decir, que si bien en una localidad puede existir un patrimonio cultural y natural
con el suficiente atractivo como para generar una corriente de visitantes, este
patrimonio tiene que formar parte, también, del disfrute propio de los ciudadanos.
Esto implica una apropiación diferente del patrimonio por parte de la localidad, lo
cual no impide que su uso constituya, además, un componente económico
importante a través del turismo, favoreciendo la creación de empleo, el
fortalecimiento de la economía local y la conservación del patrimonio. Asimismo
supone un desafío conjunto en cuanto a nuevas formas de gestión de los espacios
culturales y naturales, generadores de recursos que los hagan sostenibles, lo cual
involucra al gobierno, a las instituciones educativas, a las organizaciones no
gubernamentales y la inversión privada, pero, por sobre todo, a la comunidad local.
El turismo tendría que contribuir al desarrollo sostenible, integrándose en el
entorno natural, cultural y humano, debiendo respetar los frágiles equilibrios que
caracterizan a muchos de nuestros destinos turísticos y áreas ambientalmente
sensibles. La actividad turística deberá prever una evolución aceptable respecto a
su incidencia sobre los recursos naturales, la biodiversidad y la capacidad de
asimilación de los impactos y residuos producidos.
La OMT, a partir del Informe Brundtland sobre el Desarrollo Sostenible definió el
desarrollo turístico sostenible como “el que atiende a las necesidades de los turistas
actuales y de las regiones receptoras y al mismo tiempo protege y fomenta las
oportunidades del futuro. Se concibe como una vía hacia la gestión de todos los
recursos de forma que puedan satisfacerse las necesidades económicas, sociales y
estéticas, respetando al mismo tiempo la integridad cultural, los procesos
ecológicos esenciales, la diversidad biológica y los sistemas que sostienen la vida”.
EL TURISMO Y SU COMBATE CONTRA LA POBREZA
Un aspecto favorable del turismo en lugares de pobreza extrema, es que contribuye
a su reducción debido a la gran cantidad de mano de obra que se utiliza en este
sector, extendiéndose las oportunidades de empleo. En nuestros días la idea que
los recursos naturales, la producción fabril o agrícola eran la única fuente de
ingresos para la supervivencia de los pueblos, ha tenido que ser modificada
radicalmente, ya que pueblos enteros viven ahora en base a sus recursos
culturales, permitiendo la disminución de la pobreza, condición indispensable para
la paz, la conservación del medio ambiente y el desarrollo sostenible y, ética y
moralmente es una obligación para un mundo mejor, en donde las diferencias entre
naciones ricas y pobres, se vean cada vez menos distanciadas.
La ventaja que poseen los países en vías de desarrollo frente al turismo, se centra
básicamente, en la singularidad cultural, flora y fauna, clima, artesanía y paisajes
diversos que en mucho casos no se encuentran contaminados por la mano del
hombre, siendo el turismo, la herramienta ideal para generar empleo. En
comparación con otros sectores, el turismo emplea mucha mano de obra, que
requiere relativamente poca formación y que puede ofrecer empleo a todos,
incluidas mujeres y jóvenes.
El Secretario General de la OMT, Sr. Francesco Frangialli, declaró que “El fuerte
crecimiento pone de manifiesto la relación cada vez más estrecha entre el turismo,
el cambio climático y la reducción de la pobreza. Un crecimiento responsable y
sostenible del sector turístico impulsará las exportaciones y el empleo de la
economía mundial en general y de los países más pobres en particular, ……………….”
Existen muchos referentes mundiales de países en vías de desarrollo que, mediante
el turismo han mejorado las condiciones de vida de las comunidades locales, para
ello la OMT ha definido siete formas de combatir la pobreza por medio del turismo,
y éstas pueden aplicarse en casi todos los países siempre que se aborden
debidamente algunos aspectos:
1. Empleo de los pobres en empresas turísticas.
2. El suministro de bienes y servicios a las empresas turísticas por los pobres, o por
empresas que los empleen.
3. La venta directa de bienes y servicios a los visitantes por los pobres (economía
informal).
4. La creación y la gestión de empresas turísticas por los pobres: por ejemplo,
pequeñas, medianas y microempresas, o empresas basadas en la comunidad
(economía formal).
5. La recaudación de impuestos sobre los ingresos o beneficios del turismo, cuyo
importe se destine a beneficiar a los pobres.
6. Las donaciones y el apoyo voluntario de las empresas turísticas y de los turistas.
Dirección:
Email: analebrun@museosipan.com
analebrun@hotmail.com
Teléfono oficina: 513-6100 anexo: 1612
Celular: 9-98538744
Dirección oficina: Calle Uno Oeste Nº 50 Urb. Córpac – San Isidro – Lima 27
NOTAS AL PIE
1
Organización Mundial del Turismo (OMT). Guía para administraciones locales: Desarrollo turístico sustentable,
Madrid, 1993, pág. 22.
consensus@unife.edu.pe