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AÑO 2009

06
i.s.s.n. 0718-5707
Revista_ ISEES
Inclusión Social y Equidad
en la Educación Superior

Experiencias de inclusión
en América Latina
INSTITUCIÓN COLABORADORA
Oficina Regional para la Región Andina y el Cono Sur
de la Fundación Ford.
Experiencias de inclusión
en América Latina
Revista_ ISEES
Inclusión Social y Equidad
en la Educación Superior

Revista Nº 06 | Año 2009


Experiencias de inclusión
en América Latina

Autores:
Anabella Acevedo
Lúcia Alvarez
Antonio Carlos De Souza
David Navarrete
Mariana Paladino
Gumercinda Reynaga

Coordinación ISEES:
Cecilia Jaramillo Becker
Título: ISEES-Inclusión Social y Equidad en la Educación Superior
Marzo 2009
© 2009

Los textos están disponibles para contribuir al conocimiento y al intercambio


de ideas. Se autoriza su reproducción citando la fuente.

Los trabajos reunidos en esta publicación son de responsabilidad de los


autores y su contenido no representa necesariamente la opinión de
Fundación equitas.

Publicado por: Fundación equitas.


Diseño Portada: c|proyecta, constanza rodríguez.
Diseño Interior: c|proyecta, constanza rodríguez.
Fotos: Archivo fotográfico de Fundación equitas.

I.S.S.N.: 0718-5707.

Impreso en Santiago, Chile, por Atenea Impresores.


índice_

Presentación 7
Gumercinda Reynaga.

Artículo 1 13
“Impulsando la equidad en la educación superior.
Una experiencia en México”.
David Navarrete.
1. Presentación. 13
2. El ifp: rasgos generales y aplicación en México. 14
3. El reclutamiento de candidatos: resultados y perspectivas. 17
4. El ifp: ¿un modelo de intervención a replicar? 19
5. Bibliografía. 23

Artículo 2 27
“Nosotros también somos los otros.
Guatemala: Educación intercultural y realidad social”.
Anabella Acevedo.
1. ¿De qué país hablamos? 28
2. Algunos avances. 32
3. ¿Quiénes han aportado? 34
4. Alcances y limitaciones de la educación intercultural. 37
5. Bibliografía. 40

Artículo 3 43
“Los profesores indígenas llegan a la universidad:
Desafíos para la construcción de un currículo intercultural”.
Lúcia Alvarez.
1. La historia de la educación escolar indígena en Brasil
y el desafío de la interculturalidad. 43
2. El programa de Formación Intercultural de Profesores de la ufmg:
Una propuesta pedagógica que busca acoger la diversidad. 48
3. Bibliografía. 59

Artículo 4 63
“Sendas de conocimientos: La educación superior de indígenas en el Brasil.
Una experiencia de fomento a acciones afirmativas en la educación superior”.
Antonio Carlos De Souza.
1. Organización y premisas. 64
2. El desarrollo del trabajo. 69
3. Resultados parciales. 73
4. Principales obstáculos y perspectivas futuras. 74
5. Bibliografía. 78

Artículo 5 81
“Pueblos indígenas y educación superior en la Argentina.
Datos para el debate”.
Mariana Paladino.
1. Presentación. 81
2. Legislación indigenista en la Argentina. 83
3. Algunos indicadores estadísticos sobre las condiciones de escolarización
y de acceso a la educación superior por parte de los pueblos indígenas
que habitan Argentina. 86
4. Sobre las políticas educativas destinadas a la población indígena. 93
5. Algunas características e informaciones sobre el sistema universitario argentino. 102
6. Algunas observaciones sobre situación de acceso y permanencia
de los estudiantes indígenas en la universidad. 105
7. Algunas consideraciones finales. 113
8. Bibliografía. 118
9. Anexos. 119

Biografías de autores. 125


presentación 7

presentación_

La inclusión social, como estrategia de trabajo basada en el reconocimiento y


valoración de la diversidad étnica, cultural, social o de otra naturaleza, es una
necesidad urgente para América Latina; región con fuerte polarización y existencia
de grandes brechas económico sociales, pobreza y exclusión de grandes sectores
sociales en el ejercicio de sus derechos, con pocas oportunidades de acceso al
desarrollo y a una vida digna.

En sociedades con diversidad social (multicultural, multiétnica, plurilingüe) como


lo son los países latinoamericanos, son las poblaciones indígenas y los
afrodescendientes quienes sufren el peso de la exclusión y discriminación, quienes
se ubican en los estratos más pobres de la sociedad como efecto de las estructuras
sociales injustas imperantes y de la propia discriminación.

La educación, siendo un derecho fundamental y condición básica del desarrollo


humano, reproduce los mecanismos de exclusión existentes en la sociedad, se
desarrolla a espaldas de la diversidad, desarrollando currículas monolíticas y
uniformizantes.

Si bien hay avances en la ampliación del acceso a la educación en los niveles


primarios y secundarios, y esfuerzos iniciales de implementar la educación
intercultural bilingüe a nivel de algunos países, la exclusión en la educación superior
universitaria es más crítica, debido a políticas selectivas y excluyentes en su acceso,
los costos y barreras culturales. Son los jóvenes indígenas quienes presentan
situaciones más desventajosas para acceder a la educación superior y, de lograr
acceder a ella, son también los más vulnerables a desertar, por la falta de una
verdadera política de apoyo y la existencia de mecanismos de exclusión.

Por ello, es de necesidad urgente y un deber ético de los Estados implementar


políticas inclusivas que amplíen las oportunidades de los grupos más vulnerables
a través de acciones afirmativas, no sólo en el acceso a la educación, sino en el
proceso formativo y conclusión satisfactoria con graduación y titulación oportuna,
para acceder en mejores condiciones a los mercados de trabajo. Por su parte, a la
sociedad civil le toca hacer acciones de vigilancia social, propuestas e incidencia
con los decidores políticos para ampliar y lograr la sostenibilidad de dichas políticas,
como un esfuerzo por construir sociedades más inclusivas y democráticas.
8 fundación equitas_ isees

La Fundación equitas, institución comprometida con la construcción de sociedades


inclusivas, a través de su labor de ampliación de oportunidades de acceso a la
educación superior y postgrado de los grupos más desfavorecidos, así como el
fomento de la investigación, el desarrollo y la difusión de medidas de acción
afirmativas y experiencias desarrolladas en la región a través de foros virtuales y
publicación de revistas, presenta en la revista Nº 6 de isses importantes experiencias
de inclusión social desarrolladas en América Latina.

Los artículos, presentados por destacados académicos e investigadores comprometidos


con el proceso de democratización de la educación en América Latina, hacen un
balance de las experiencias de acción afirmativa desarrolladas en la realidad
sociocultural de los países donde éstas se desarrollaron; con el propósito de contribuir
a consolidar iniciativas similares que se vienen impulsando en otros países de la
región, invitan a reflexionar sobre la realidad particular de cada país y convocan
voluntades a sumar esfuerzos en la construcción y consolidación de una verdadera
política educativa inclusiva y una educación intercultural que aproveche la diversidad
como un potencial de desarrollo e integre a los “otros” como “nosotros” en un
verdadero diálogo intercultural.

Las cinco experiencias presentadas, a partir de sus particularidades, dan una visión
complementada de posibilidades de replicar las estrategias de acción afirmativa,
de acuerdo a la realidad específica y demandas de cada país.

Lúcia Alvarez, en el artículo “Los maestros indígenas llegan a la Universidad:


Desafíos para la construcción de un currículo intercultural”, a partir de una reflexión
de la historia de la educación en Brasil, presenta la experiencia de la creación de
las escuelas indígenas interculturales y la capacitación de maestros indígenas en
la educación intercultural, como respuesta a las luchas y demandas de las
organizaciones y movimientos indígenas brasileros por una educación inclusiva,
el cumplimiento de sus derechos y la ampliación de la democracia en Brasil.

La experiencia desarrollada en la Universidad Federal de Romaira, articula la


participación de la universidad, los maestros indígenas y las organizaciones
indígenas, en el esfuerzo de construir una educación inclusiva a través de un
proceso dinámico de diálogo intercultural.

David Navarrete, a través de su artículo “Impulsando la equidad en la educación


superior. Una experiencia de México”, presenta dos aspectos de la implementación
del Programa Internacional de Becas auspiciado por la Fundación Ford en México.
Primero, el proceso de reclutamiento de candidatos a la beca para estudios de
maestría y doctorado, enfatizando en las estrategias implementadas para garantizar
el acceso de profesionales indígenas más excluidos, principalmente mujeres,
quienes tienen menores oportunidades de alcanzar una profesión y de continuar
presentación 9

con estudios de postgrado, en un país multicultural con una población indígena


importante pero dispersa.

Luego, presenta el programa de becas desarrollado en México con 135 beneficiarios,


quienes reciben apoyo financiero, académico y logístico del programa antes de

iniciar los estudios, a través de cursos de complementación necesarios para su


mejor desenvolvimiento; y también durante y después de concluidos sus estudios,
a través de un apoyo tutorial. Los resultados positivos obtenidos por los becarios
reflejan la capacidad de estos grupos, lo cual reafirma que ellos sólo necesitan
oportunidades para potenciar sus capacidades y luego contribuir al desarrollo de
los pueblos indígenas.

En el artículo “Nosotros también somos los otros. Guatemala: Educación intercultural


y realidad social”, Anabella Acevedo presenta la realidad multiétnica, pluricultural
y multilingüe de Guatemala, con una tradición histórica de discriminación e
injusticia, que sufrió una guerra interna de más de tres décadas, con más del 50%
de población en situación de pobreza y con 40% de población indígena que demanda
la construcción de una sociedad democrática y justa, y un sistema educativo que
responda a esa realidad, desarrollada en su idioma y tomando en cuenta la diversidad
cultural.
10 fundación equitas_ isees

Refiere que la respuesta del Estado a estas demandas fue incorporada como parte
del Acuerdo de Paz, que impulsó la Reforma Educativa, la que consideraba como
ejes el multiculturalismo, la interculturalidad, la equidad y el fortalecimiento de
la educación bilingüe intercultural. Los avances son pocos, pero hay un incremento
de profesionales indígenas gracias al trabajo de las propias organizaciones indígenas
y el apoyo comprometido de algunas universidades.

Antonio Carlos De Souza Lima, en el artículo “Sendas de conocimiento: La educación


superior de indígenas en Brasil. Una experiencia de fomento a acciones afirmativas
en la educación superior”, hace un balance del éxito y las dificultades de las
experiencias de acción afirmativa desarrolladas en Brasil, a través del Proyecto
Trillas de Conocimiento, con la participación de tres universidades: la Universidad
Federal de Romaira, la Universidad Católica Don Bosco y la Universidad Estadual
de Mato Grosso do Sul, y la intermediación del Laboratorio de Investigaciones en
Etnicidad, Cultura y Desarrollo, de la Universidad Federal de Río de Janeiro. El
proyecto, financiado por la Fundación Ford en el marco del programa phe (Caminos
a la Educación Superior), tuvo como propósito contribuir en la formulación de
políticas públicas orientadas al acceso, permanencia y buen desempeño de los
estudiantes indígenas a la educación superior en Brasil, en respuesta a los reclamos
de larga data de los pueblos indígenas por una política educativa integrada.

Finalmente, Mariana Paladino, en el artículo “Pueblos indígenas y la educación


superior en Argentina. Datos para el debate”, presenta los resultados preliminares
de una investigación realizada en Argentina, donde hace un breve recuento de la
legislación indigenista vigente referida al derecho de los pueblos indígenas a una
educación intercultural bilingüe, pero que no considera el nivel superior. Luego,
analiza la situación educativa de los pueblos indígenas y las recientes políticas
educativas a favor de estos pueblos, referidas al apoyo en el ingreso y permanencia
de jóvenes indígenas en la educación superior universitaria a través de programas
de becas poco articuladas, que no tienen mayor impacto por la falta de un
acompañamiento académico que ayude a superar problemas pedagógicos que
arrastran de los niveles preuniversitarios y las dificultades de acceso a herramientas
tecnológicas y soporte sociocultural que ayude a superar barreras lingüísticas y de
autoexclusión.

Un aspecto importante a destacar en el texto es que las demandas de las


organizaciones indígenas son diversas y no están centradas en la educción superior,
sino en la atención y mejoramiento de la calidad de enseñanza en la educación
primaria y secundaria, porque el imaginario de la movilidad social vía estudios
universitarios estaría en decadencia.

Gumercinda Reynaga
directora ejecutiva del proyecto hatun ñan - unsch
Art._ 1

“Impulsando la equidad en la educación superior.


Una experiencia en México”

david navarrete
Art._ 1
artículo_1 13

artículo 1_

“Impulsando la equidad en la educación superior.


Una experiencia en México”

comentarios de david navarrete. 1


24 de abril de 2008.

1. Presentación

¿Cuál será mi contribución al participar en el Encuentro Interuniversitario de


Educación Intercultural? ¿Qué elementos surgidos de la operación de un programa
de becas de posgrado dirigido a indígenas en México pueden resultar de interés y
relevancia en el examen colectivo que aquí interesa sobre la situación y el papel de
las universidades frente a la diversidad cultural en Chile y otros países latinoameri-
canos representados en este foro? Estas preguntas me acompañaron en el proceso
de preparación de mi ponencia del día de hoy. Pese a mi convicción sobre las
virtudes que derivan de compartir y cruzar conocimientos y experiencias sobre
problemas transversales que afectan a nuestros países –en esta oportunidad, en
materia educativa–, definir el eje en torno al cual estructurar mi intervención no
fue sencillo. Parte de mis dudas surgieron del carácter fundamentalmente práctico
de mis conocimientos sobre la situación educativa de la población indígena en
México, los cuales descansan en mi experiencia de seis años al frente del Programa
Internacional de Becas de la Fundación Ford en mi país. En otras palabras, mi
acercamiento teórico al tema de la interculturalidad es reciente y, por lo tanto,
embrionario. Al mismo tiempo, me preguntaba cómo entretejer la experiencia del
ifp centrada, pero no limitada, en captar y ubicar a estudiantes indígenas en espacios
universitarios (dentro y fuera de México), con el tema central de este Encuentro
sobre la función de la universidad de atender y formar a aquellos que ya tiene en
su seno. Se me dirá, con razón, que son aspectos funcionalmente ligados o, en
términos matemáticos, componentes de una misma ecuación. Añadiré que, si bien
es cierto que se trata de etapas encadenadas –primero el reclutamiento y la
incorporación del estudiante en la universidad, después su atención y formación

1. Conferencia presentada en el Primer Encuentro Interuniversitario de Educación Intercultural realizado en la Casa


Central de la Universidad de Chile los días 10 y 11 de abril, 2008. Instancia organizada por la Universidad de Chile,
la Universidad de La Frontera, la Universidad de Tarapacá y la Universidad de Valparaíso y que contó con la colaboración
de Fundación equitas.
14 fundación equitas_ isees

académicas–, cada una tiene elementos distintivos que conviene considerar por
separado y que, a la vez, se alimentan mutuamente.

Con estas ideas e inquietudes en mente, mi presentación gira sobre dos temas
principales. El primero, se refiere al reclutamiento de candidatos a la beca, es decir,
cómo hemos llevado a cabo en México la crucial labor de identificar y reclutar
mujeres y hombres indígenas que han concluido la universidad y que desean
proseguir sus estudios a nivel de posgrado. Mi reflexión se focaliza en los resultados
obtenidos y en retos importantes por resolver. Adelanto que la población indígena
con título universitario es un grupo estadísticamente minúsculo pero, a la vez,
muy complejo y diverso en su composición y distribución espacial. La diversidad
es una característica fundamental de la población indígena mexicana que debe
considerar toda acción institucional dirigida a ella.

El segundo tema que tocaré gira en torno a la pregunta de si un programa como


el ifp puede incidir en la política de ampliar el acceso a la educación superior de
grupos en situación de marginación. Al respecto conviene destacar que en México
es el primer programa de becas de posgrado dirigido específicamente a indígenas,
sector social con mínima representación en este nivel educativo, pero cuya demanda
del mismo está creciendo de manera significativa. Dando por sentada la pertinencia
del programa, y habiendo transcurrido ya casi siete años desde su lanzamiento
–lapso que arroja algunos resultados preliminares ponderables–, cabe preguntarse
si su diseño es adecuado para alcanzar dicho propósito. Al mismo tiempo, vale
cuestionarse si se trata de un modelo de intervención que conviene continuar,
ampliar o replicar cuando dentro de pocos años se agoten los recursos financieros
aportados por la Fundación Ford que le han dado vida. Para alimentar esta reflexión
me valdré de algunos indicadores básicos sobre el desempeño académico de quienes
ya concluyeron sus posgrados. En suma, mi propósito en este espacio es dialogar
en torno al propósito general del ifp de contribuir a la equidad social desde el área
educativa y la forma en que se ha instrumentado su propuesta programática.

2. El IFP: rasgos generales y aplicación en México

Conviene comenzar refiriendo las características generales del ifp. Este programa,
iniciado en México en 2001, forma parte de un ambicioso proyecto internacional
educativo promovido por la Fundación Ford en coordinación con diversos organismos
nacionales en 22 países en vías de desarrollo.
artículo_1 15

Considerando la importancia de la formación académica de posgrado para la


generación de nuevas opciones de desarrollo, la Fundación Ford lanzó en el año
2000 un programa internacional de becas denominado International Fellowships
Program (ifp, por sus siglas en inglés). Este programa busca contribuir a la
consolidación de una nueva generación de mujeres y hombres entre los grupos
que han enfrentado mayores restricciones en su acceso a la educación superior, a
fin de fortalecer su participación en la resolución de los enormes retos del siglo XXI.

El ifp es el programa educativo de mayor envergadura emprendido por la Fundación


Ford en toda su historia. Inició su operación en 2000 en Vietnam, Nigeria, Senegal,
Ghana, Chile, Perú y Rusia, para después incluir a otros 15 países del mundo, entre
los que se encuentra México. Durante los 10 años de vida del ifp, se apoyará a 4.440
mujeres y hombres de América Latina, África, Medio Oriente, Asia y Rusia para
realizar estudios de posgrado. En México se otorgarán aproximadamente 200 becas.

En cada país el programa es manejado por organizaciones nacionales o regionales,


en estrecha colaboración con la Secretaría General del ifp, cuyas oficinas centrales
se encuentran en Nueva York. Estas organizaciones han integrado grupos de trabajo
con académicos, profesionales y otros expertos, con el propósito de definir políticas
específicas para la operación del programa en los respectivos países y hacer la
selección de los becarios.

El programa en México está dirigido a la población indígena. Un estudio reciente


establece que viven en el país 12,7 millones de indígenas (Serrano, Embriz y
Fernández, 2002), quienes representan cerca del 11% del total de la población
mexicana.2 No hace falta insistir aquí en la crítica e inaceptable condición que
afecta en distintos renglones a este sector de nuestra sociedad. Hablando de la
esfera educativa, de acuerdo con cifras oficiales, los índices de analfabetismo de
la población indígena rebasan el 15%, superando ampliamente el 6% registrado
para el resto de la población.3 El grado promedio de educación de la población
indígena es de 4,2 años de escolaridad, mientras la media nacional es de 7,6 grados.4

2. En México, el artículo 2º constitucional establece que “los pueblos indígenas son aquellos que descienden de
poblaciones que habitaban en el territorio actual del país al iniciarse la colonización y que conservan sus propias
instituciones sociales, económicas, culturales y políticas, o parte de ellas”.
3. Entre la población hablante de lengua indígena, este porcentaje se eleva al 33,7% (Schmelkes, 2004: 13). Al respecto,
conviene aclarar que de los 12,7 millones de indígenas, 8,5 millones hablan una de las 62 lenguas originarias. Los
restantes 4,2 millones no hablan su lengua originaria (Serrano, Embriz y Fernández, 2002). Este mismo estudio
también reporta que 25% de la población indígena mayor de 25 años es analfabeta y que 40% de los indígenas mayores
de 15 años no ha concluido la primaria.
4. II Conteo de Población y Vivienda, 2005.
16 fundación equitas_ isees

Esta situación de marginación se torna más aguda hablando de la educación


superior, nivel al que, de acuerdo con la anuies,5 ingresa sólo el 2 % de los indígenas
entre 18 y 25 años y, de ellos, uno de cada cinco egresa y se titula. Esta situación
contrasta fuertemente con el 22% de los jóvenes no indígenas que ingresan a la
universidad, de los cuales egresa y se titula uno de cada dos. Esta desfavorable
ampliación de la brecha educativa para los indígenas se debe a varios factores, entre
los que destacan la falta de apoyos institucionales para cursar estudios de licenciatura
y, más aún, de posgrado. Pese al consenso que ha existido en los medios oficiales
y entre los especialistas acerca de la necesidad y conveniencia de ampliar las
oportunidades de acceso a la educación superior para los indígenas, hasta hace
poco no existían programas especiales orientados a atender esta necesidad. En este
marco destacan los trabajos realizados en los últimos años por la propia Fundación
Ford a través del programa Pathways y los emprendidos por la Coordinación de
Educación Intercultural de la Secretaría de Educación Pública. En materia de
otorgamiento de becas, en términos generales, los miembros de este sector social
han tenido que competir en desventaja con candidatos no indígenas de perfiles
académicos más sólidos, condición que deriva no de una diferencia de capacidades
para el estudio, sino de haber contado estos últimos con mejores condiciones a lo
largo de su trayectoria educativa.

Con el propósito de contribuir a dar respuesta a esta problemática nacional, el


ciesas, a invitación de la representación en México de la Fundación Ford, tomó en
sus manos el compromiso y la labor de llevar adelante el ifp en México que, como
ya se apuntó, es el primer programa de becas de posgrado dirigido a la población
indígena. Para la realización de esta tarea se ha contado con la valiosa colaboración
de la Oficina en México del Instituto Internacional de Educación (iie-México) y con
el atento acompañamiento de la Oficina en México de la Fundación Ford.

El programa proporciona becas completas a mujeres y hombres indígenas, sin


límite de edad, para cursar estudios de maestría y doctorado en universidades de
cualquier parte del mundo. Los becarios son seleccionados en rondas anuales de
competencia con base en su desempeño académico previo y su compromiso con
el desarrollo social y comunitario; también se considera su potencial de liderazgo.
Los apoyos se otorgan para cursar posgrados en diversos campos de estudio, a
condición que sean áreas prioritarias donde es necesario contar con especialistas
altamente capacitados que contribuyan a la atención de problemas específicos que
afectan a los pueblos indígenas y a otros grupos sociales en desventaja. Una de las
aspiraciones centrales del programa es que sus becarios, con base en el conocimiento

5. Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior.


artículo_1 17

directo que tienen de esos problemas –por haber nacido y crecido inmersos en
ellos–, y los conocimientos adquiridos y/o reforzados durante sus estudios, sumen
sus esfuerzos de solución a las acciones ya existentes y, a la vez, propongan y
emprendan estrategias de atención alternativas. A la fecha se han realizado seis
procesos de selección y se han otorgado 135 becas. La última promoción del programa
se realizará en 2010.

3. El reclutamiento de candidatos: resultados y perspectivas

Uno de los retos más grandes al iniciar el programa en 2001 estuvo asociado con
el reclutamiento de candidatos a la beca. La decisión de hacer del conocimiento de
cualquier potencial candidato la posibilidad de estudiar un posgrado con apoyo del
ifp, independientemente de su sitio de residencia, se enfrentó con la gran diversidad
y complejidad de los pueblos indios en cuanto a su distribución espacial. Aunque
concentrados en el centro y sur de México, los indígenas se encuentran prácticamente
en todos los municipios del país, pues sólo 30 de los 2.443 municipios no registran
población de esa adscripción (Serrano, Embriz y Fernández, 2002). Tal circunstancia,
sumada al reducido número de profesionistas indígenas –se estima en cerca de
100 mil su número, menos del 1% de la población total indígena–,6 y la ausencia
de estadísticas confiables sobre su ubicación, obligaron a implementar una estrategia
de difusión de amplia cobertura geográfica y, a la vez, de mecanismos y modalidades
espacialmente diferenciados. Contando con el apoyo de las unidades del ciesas en
estados clave para el programa, como Oaxaca, Chiapas, Yucatán, Veracruz y Jalisco,
cada año se han realizado campañas informativas y de orientación a solicitantes
y público en general que incluyen pláticas informativas, inserciones en prensa,
spots radiofónicos, distribución de materiales impresos (carteles y trípticos) y uso
del Internet. A este esfuerzo se han unido numerosas instancias y personas de
universidades públicas e instituciones de educación superior, organismos públicos
y privados en distintos estados de la república, que en forma desinteresada han
brindado su tiempo y espacios para apoyar las labores de identificación y captación
de candidatos.

Como resultado de esta labor conjunta, entre 2001 y 2006 7 se recibieron en total
816 solicitudes. Mientras que el número de becas ha permanecido estable –en

6. Cálculo basado en el censo general de población de 2000. Los profesionistas indígenas equivalen a tan sólo 0,10%
de la población total del país (Gallardo, 2007). Para fines del ifp el grupo objetivo se reduce aun más, pues para ser
elegible se requiere estar titulado. El censo no registra este indicador.
7. En 2007 no hubo ronda de selección. Las cifras para 2008 no estaban aún disponibles al momento de elaborar
esta ponencia.
18 fundación equitas_ isees

promedio se han otorgado 23 al año–, las solicitudes se incrementaron en forma


significativa. Así, mientras en 2001 se recibieron 76 candidaturas, en 2006 fueron
167, lo cual habla no sólo del hecho que el programa es ahora más conocido sino,
principalmente, de la demanda creciente e insuficientemente satisfecha de becas
de posgrado dirigidas a la población indígena. Es de esperar que esta demanda
aumente de manera significativa en años subsiguientes como resultado de, entre
otros factores, el egreso progresivo de estudiantes que han sido apoyados por el
programa Pathways en las 17 universidades públicas donde actualmente opera, así
como de los graduados indígenas procedentes de las universidades interculturales
creadas en años recientes.

Como se dijo arriba, las estrategias de difusión y reclutamiento puestas en práctica


desde 2001 han buscado responder a la diversidad de los pueblos originarios. Un
logro significativo de este empeño se refleja en la composición plural del universo
de solicitantes a la beca, donde se encuentran representados 39 de los 62 grupos
étnicos existentes y 26 de los 31 estados del país. No obstante, reconocer la diversidad
e impulsar la equidad suponen diferenciar el tratamiento de las minorías nacionales
más allá de la identidad etnolingüística y la territorialidad cultural. Desde esta
óptica, parece obligado trabajar con indicadores de exclusión más finos, es decir,
diferenciar al interior de la población indígena los subgrupos más desfavorecidos.

Avanzando en esta dirección, y conscientes de las mayores dificultades que enfrenta


la mujer indígena para estudiar y la importancia de apoyar su desarrollo educativo
y profesional, desde el arranque del programa se instrumentaron, con resultados
favorables, medidas para incrementar la presencia de mujeres solicitantes a la beca
y entre los becarios.8 También se han hecho esfuerzos para reclutar candidatos de
los grupos demográficamente minoritarios del norte y occidente de México, regiones
donde, además, el embate homogeneizador contra las culturas indígenas ha sido
particularmente incisivo. Contando con indicadores desagregados sobre los niveles de
escolaridad de la población indígena –información de la que no se disponía en años
anteriores–, en 2008 inició una campaña tendiente a reforzar la difusión del programa
en zonas habitadas por las etnias con los índices más bajos de educación universitaria.9

8. El número de mujeres solicitantes de la beca aumentó de 15 en 2001 a 47 en 2006. Mientras que en el periodo
2001-06 las mujeres representaron 29% del total de candidaturas recibidas, su representación asciende a 38% entre
los becarios.
9. Existe una gran heterogeneidad entre los grupos étnicos que conviven en el territorio nacional en cuanto a la
educación. Datos preliminares de una investigación en curso sobre el impacto del ifp en México refieren que los
pueblos que tienen mayor número de profesionistas hablantes de su lengua son el nahua (14.308, equivalentes a
1,78% del total de hablantes de esa lengua), zapoteco (11.436; 4,3%) y maya (10.967; 2,07%). Entre los mazatecos esa
cifra es de sólo 1.050, entre los huastecos 709 y entre los tojolobales 151. En estos tres casos, los profesionistas
representan menos del 1% de la población hablante de su lengua. (Información proporcionada por Regina Martínez,
investigadora del ciesas y responsable del proyecto de impacto).
artículo_1 19

Para cerrar esta parte de mi intervención, conviene apuntar que implementar una
estrategia diferenciada de difusión y reclutamiento supone demandas adicionales
sobre los limitados recursos financieros y humanos de que dispone el programa.
Además, direccionar parte de esos recursos para captar candidatos de los grupos
con menor acceso a la educación terciaria no es garantía de éxito. Su reducido
número, su dispersión espacial y, como sucede con el resto de la población objetivo,
el hecho que para muchos profesionistas de tales minorías la realización de estudios
de posgrado no es una meta o una prioridad en su vida, son factores que condicionan
los resultados que se espera obtener. Por esta misma razón deben plantearse metas
realistas y acotadas. Sería un error pretender alcanzar una representación equilibrada
entre candidatos originarios del norte y del sur del país, entre mujeres y hombres
y, por tomar un ejemplo, entre zapotecos y tojolobales. Lo que se pretende es
reconocer el hecho que los pueblos indios no son una entidad monolítica y
delimitada, que existe desigualdad en su acceso a la educación superior e intentar
dar respuesta a esa condición, diseñando e instrumentando acciones diferenciadas.

Cuando el ifp inició su operación en México en 2001, una meta central era fortalecer
de manera genérica la participación en la educación de posgrado de individuos
pertenecientes a los pueblos indígenas. La información recabada a lo largo de los
siete años de vida del programa, la disponibilidad de indicadores sobre el acceso
diferenciado de los pueblos indios a la educación superior, y el fortalecimiento de
la conciencia de sectores amplios de la sociedad mexicana sobre el carácter
multicultural del país y de sus pueblos originarios, nos llevan hoy a ampliar dicha
meta en la dirección apuntada.

4. El IFP: ¿un modelo de intervención a replicar?

Una vez captados e incorporados en el esquema de becas del ifp, ¿Ha habido un
cambio importante en el desempeño escolar de los becarios indígenas a raíz del
apoyo recibido? ¿Podría incidir el ifp en la política de equidad educativa del país? La
formación de recursos humanos al más alto nivel educativo, como la realizada en
el marco de un programa de becas de posgrado, es una labor cuyos resultados no
pueden apreciarse ni evaluarse en forma adecuada en el corto plazo. No obstante,
dada la urgencia de atender el rezago educativo tan importante que afecta a los
pueblos indios y, por otro lado, la velocidad con la que se acerca el fin proyectado del
ifp y el pretendido beneficio que puede reportar para el país su continuación, resulta
pertinente aproximarse a los resultados obtenidos a la fecha y, sobre esta base,
reflexionar sobre el futuro de un programa de acción compensatoria como éste.
20 fundación equitas_ isees

Para enmarcar las respuestas a ambas preguntas, es importante exponer, aunque


de manera muy resumida y esquemática, los apoyos que ofrece el programa. Una
vez seleccionados como becarios, se les proporciona orientación especializada para
identificar y seleccionar el programa de posgrado y la universidad más apropiados
a su formación e intereses académicos y profesionales. También se les otorga el
apoyo administrativo y financiero necesario para presentar su postulación a la
universidad y realizar los trámites de admisión respectivos. A fin de nivelar ciertas
habilidades y conocimientos de importancia estratégica para su buen desempeño
académico, antes de comenzar sus posgrados, los becarios asisten a un programa
de entrenamiento académico que incluye cursos intensivos de comprensión de
lectura en inglés, metodología y técnicas de investigación, lectura y redacción de
textos académicos en español (para muchos becarios ésta es su segunda lengua)
y computación. Además, como parte de una estrategia del ifp a nivel internacional,
se han establecido acuerdos con diversas universidades para brindar a los becarios
que lo requieran soporte académico individual (tutorías) durante el desarrollo de
sus estudios. También se otorgan apoyos para la realización de estancias académicas
en instituciones fuera de su universidad y para el desarrollo de trabajos de campo
e investigación. Diversas actividades de integración grupal de los becarios antes,
durante y después de sus estudios componen otra línea estratégica de acción que,
entre otros fines, busca fortalecer su identidad y autoestima y articular y potenciar
las acciones de impacto social en las que han participado o impulsado, a menudo
en forma individual. Este conjunto de apoyos se perfila como un elemento
sobresaliente al evaluar el diseño y eficacia del ifp como modelo de intervención.

Veamos ahora algunos indicadores básicos sobre los resultados alcanzados. Desde
el inicio del programa en 2001 se ha apoyado a 135 becarios (53 mujeres y 82
hombres). Todos obtuvieron ingreso en programas de universidades reconocidas
de América Latina, Europa y Estados Unidos; 46 cursan actualmente sus posgrados
y 89 ya concluyeron sus estudios. Un primer indicador importante a destacar es
que no se ha producido ninguna baja por motivos académicos. Más aun, como
muestra el siguiente cuadro, el desempeño académico de los 89 egresados ha sido
sobresaliente:
artículo_1 21

Podría añadir otros indicadores –por ejemplo, sobre distinciones y menciones


honoríficas, tiempos de conclusión de los posgrados, etc.– pero me limito a los
anteriores por cuestiones de tiempo. Aunque básicos y parciales –hay que esperar
los resultados de los más de 70 becarios aún por seleccionar–, es claro que estamos
ante resultados muy positivos y alentadores. Varios factores se conjugan para
explicar estos resultados. Para fines de esta presentación menciono dos: primero,
las capacidades y el compromiso individual de los becarios que, insisto, son una
muestra del universo mucho más amplio de mujeres y hombres con competencias
similares para el estudio pero que no tienen oportunidades para hacerlo; el segundo
factor es el modelo de intervención encarnado por los diversos apoyos financieros,
académicos y logísticos que otorga el programa.

Sobre las bases anteriores, me atrevo a dar una respuesta positiva al cuestionamiento
que hice antes acerca de la conveniencia de continuar, ampliar o replicar un programa
de acción afirmativa como éste. Esto nos conduce a otra pregunta clave, ¿Existen en
México las condiciones para que ello suceda? La respuesta aquí es menos optimista.
De la serie de apoyos enunciados antes –a los que se suman muchos gastos más
como la matriculación en las universidades, la manutención de becarios, pago de
gastos a finalistas a la beca–, habrán adivinado que el costo financiero del programa
es muy alto. Añado que la puntual y expedita financiación de todas las etapas del
funcionamiento del programa –incluyendo su parte operativo-administrativa y los
diversos apoyos a los becarios– son claves para su buen desarrollo.

Por desgracia, en mi país –y creo no equivocarme al decir que es una condición


extensiva al resto de América Latina–, no existe en la actualidad una agencia pública
o privada capaz de cumplir con tales condiciones. Hablando del sector público, el
problema no es tanto de disponibilidad de recursos, sino de la forma en que se
distribuyen. El presupuesto actual a la educación equivale a 6,8% del pib, 0,9
puntos porcentuales más que lo destinado en promedio por los países de la ocde,
pero más del 90% se dirige al pago de profesores y a la burocracia del sector.10 La
distribución del 10% restante dista de considerar a la formación científica y
tecnológica como un área prioritaria,11 ya no se diga la formación universitaria de
grupos sociales en desventaja. La opción de dividir el costo entre diversas instancias

10. Diego Cevallos, “Educación-México: con dinero y cuestionada” http://ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=39633


11. Cálculos recientes refieren que México aplica en inversión al conocimiento 1,8% del pib, rubro que comprende
el gasto en investigación y desarrollo y educación superior. Países como Corea del Sur, Polonia y Hungría, destinan
entre 3-5% a este aspecto. Adicionalmente, este año la Secretaría de Hacienda recortó el presupuesto a instituciones
de educación superior del 0,68% al 0,67% del pib.
http://www.jornada.unam.mx/2008/01/18/index.php?section=sociedad&article=040n1soc
22 fundación equitas_ isees

públicas y de combinarlo con fuentes privadas conlleva, entre otras cosas, un alto
grado de incertidumbre sobre la puntualidad y continuidad del financiamiento.

Lejos de desalentarnos, el contexto anterior nos impulsa a buscar vías y mecanismos


que se contrapongan a las inercias enunciadas. Mencionaré, y con esto cierro, la
importancia de difundir los objetivos y resultados del programa entre sectores
amplios de nuestra sociedad que incluyen, pero no se restringen a aquellos que
toman las decisiones. Súmese a ello la participación articulada de los profesionistas
indígenas que han sido apoyados por el programa, quienes, como portavoces de
sus propios intereses y de sus grupos de pertenencia, serán los mejores abogados
de la necesidad y utilidad de acciones compensatorias de este tipo. La acción
concertada de los agentes e instituciones que desde distintas trincheras trabajan
a favor de la equidad en la educación superior, es otro componente clave dentro
de esta estrategia.
artículo_1 23

5. Bibliografía

INSTITUTO NACIONAL DE GEOGRAFÍA E INFORMÁTICA. 2005. II Conteo de Población y Vivienda


2005, México.

GALLARDO, Serafina. 2007. “El ser mujer indígena profesionista y el mercado de trabajo”, en Aquí
Estamos. Revista de Ex becarios del IFP México, núm. 7, julio-diciembre 2007.

SCHMELKES, Silvia. 2004. “Vinculando los caminos a la educación superior”, en Vincular los caminos
a la educación superior. Link Patwhays to Higher Education, anuies-Fundación Ford-Universidad de
Guadalajara, 2004: 9-20.

SERRANO, Enrique; EMBRIZ, A. y FERNÁNDEZ, P. , coords. 2002. Indicadores socioeconómicos de los


pueblos indígenas de México 2002, Instituto Nacional Indigenista y Programa de las Naciones Unidas
para el Desarrollo.
Art._ 2

anabella acevedo
Art._ 2
artículo_2 27

artículo 2_ foro 3

comentarios de anabella acevedo. 1


24 de abril de 2008.

Cuando uno revisa la bibliografía relacionada con la educación intercultural en


Guatemala, en la mayoría de los casos la encuentra vinculada a la educación
bilingüe. Así, casi todos prefieren usar el término Educación Bilingüe Intercultural,
pues acertadamente refleja la naturaleza de una realidad en la cual el manejo de
poderes y los espacios de actuación social tienen que ver con las diferencias étnicas
y culturales, y las necesidades de un sistema educativo que se ajuste a las proble-
máticas culturales y sociales de una nación multiétnica y pluricultural en la que
cohabitan ciudadanos de 21 grupos indígenas –algunos de los cuales cuentan con
un millón de hablantes–, garífunas, xincas y ladinos.2 Refleja, además, las demandas
de estos grupos indígenas, cuyo derecho a expresarse y a ser educados en sus
idiomas no es sino uno de los elementos fundamentales de reivindicaciones
mayores. No está de más recordar que, como en muchos otros países de América
Latina, la política de Estado durante muchos años fue la de la castellanización
dirigida a la asimilación y, por momentos, a la desaparición de la población indígena
como tal, cosa que no sucedió a pesar de las políticas de exterminio de algunos
gobernantes. Todo lo contrario, algunos grupos indígenas afianzaron su cultura,
continuaron creciendo y adquiriendo conciencia de la necesidad de organizarse en
la búsqueda del respeto a sus derechos como ciudadanos.

Pero ¿qué significa educación intercultural? Es decir, más allá de las definiciones
básicas que podemos encontrar en la bibliografía sobre el tema. Dentro del terreno
de la realidad integral del país debería tener un significado más amplio del que
posee y ser visto desde una doble perspectiva, es decir, desde la realidad de los
pueblos indígenas pero, también, desde la de los no indígenas. Porque uno piensa
en la educación bilingüe e, inmediatamente, piensa también en la necesidad de

1. Conferencia presentada en el Primer Encuentro Interuniversitario de Educación Intercultural realizado en la Casa


Central de la Universidad de Chile los días 10 y 11 de abril, 2008. Instancia organizada por la Universidad de Chile,
la Universidad de La Frontera, la Universidad de Tarapacá y la Universidad de Valparaíso y que contó con la colaboración
de Fundación equitas.
2. Ladino es el término que se usa frecuentemente en Guatemala para calificar a los no indígenas y a los mestizos.
28 fundación equitas_ isees

educar a los indígenas dentro de un sistema lingüístico doble, aceptando su propia


lengua pero, también, insertándolos en la lengua oficial, el español y, además,
educándolos dentro de un sistema cultural propio. Al pensar en la educación
bilingüe dentro de los espacios no indígenas, por el contrario, se piensa en educación
español-inglés, español-francés, español-alemán, etc. Y raras veces, si no nunca,
en una educación bilingüe español-k’iche’, por ejemplo. A lo más, uno puede tener
acceso a cursos de lenguas indígenas en los institutos de idiomas extranjeros de
las universidades, pero hasta ahí. Todo esto, para apuntar al hecho que cuando se
habla de educación bilingüe, educación bilingüe intercultural, o educación inter-
cultural, algunas de las problemáticas que se quieren atender son: a) la falta de
acceso de la población indígena a la educación; b) la preeminencia de un sistema
educativo diseñado desde los supuestos de la educación occidental y con el español
como lengua oficial; y c) la sensibilización cultural de los indígenas. Sin embargo,
valdría la pena preguntarnos hasta qué punto el sistema educativo guatemalteco
concibe una educación intercultural en la cual los ciudadanos no indígenas son
alentados a una comprensión del otro a través de acciones tales como: a) el
aprendizaje de un idioma indígena, por lo menos en áreas de mayoría indígena;
b) el aprendizaje de elementos de las culturas indígenas guatemaltecas contem-
poráneas, más allá de los obvios mensajes turísticos; y c) una interacción más real
de culturas, desde los no indígenas tanto como desde los indígenas. Es aquí en
donde, de manera más clara, se evidencian los problemas más agudos que no
permiten una educación intercultural de espectro social amplio que tenga como
meta final la construcción de una sociedad más democrática y justa. Es precisamente
esta problemática la que me interesa abordar en este trabajo, partiendo del contexto
histórico y social de un país con una larga tradición de discriminación e injusticia
para llegar a los avances que se han logrado dentro del terreno de la educación para
abordar el reto de la multiculturalidad y el bilingüismo.

1. ¿De qué país hablamos?

En la Constitución de la República, vigente desde 1985, existe el reconocimiento


de que el Estado “proporciona y facilita educación a sus habitantes sin discriminación
alguna,” estableciendo el derecho y la obligación a la educación preescolar y nueve
años de educación básica gratuita. ¿Por qué entonces todavía enfrentamos un
30,9% de analfabetismo entre los adultos? Esta cifra, seguramente, tiene mucho
que ver con el hecho de que hasta 1999 el gobierno de Guatemala invertía menos
del 2% del pib en el área de educación, y no fue sino hasta esta fecha que la Gran
Campaña Nacional por la Educación exigió que el gobierno asignara por lo menos
un 3,7% del pib, que corresponde al promedio en los países latinoamericanos, que
artículo_2 29

para un país con las condiciones de Guatemala aún resulta sumamente bajo. Además,
en la distribución de ese magro presupuesto, el 97% está dedicado a pagar los sueldos
de los maestros, dejando solamente un 3% para todo lo demás, incluyendo infraes-
tructura. Vale decir, además, que a estos porcentajes se les contraponen otros registros
aun más desalentadores. Meike Heckt, por ejemplo, habla de un 54% de analfabetismo,
dentro del cual 63% son mayas y 37% no indígenas (Heckt: 21).

Por supuesto, hay muchas razones que explican estos altos porcentajes. Guatemala
sigue ocupando el puesto 117 en el Índice de Desarrollo Humano.3 Esto habla de
un país en donde las condiciones económicas y sociales de la mayor parte de la
población son sumamente precarias y en donde la corrupción gubernamental, las
desigualdades sociales, la pobreza y la inseguridad hacen que estas condiciones se
vean agudizadas y que cada pequeña modificación en las estructuras sociales,
económicas y políticas del país requiera de esfuerzos enormes y, en la mayoría de
los casos, apenas se deje sentir. Para comprender las razones que han llevado al
país a este estado habría que mencionar una trayectoria sostenida de colonialismo
y poderes oligárquicos que han excluido a la mayor parte de la población del acceso
a los servicios básicos, además de una guerra interna de 36 años que recién terminó
en 1996 y que dejó un saldo de 200.000 muertos y desaparecidos, causando,
además, una polarización social que aún en estos días se deja sentir. Una de las
consecuencias más graves y menos ponderadas del período de conflicto lo constituye
la desarticulación y el debilitamiento de la vida intelectual y académica de la región.
Durante décadas fue riesgoso pensar, protestar y proponer cambios. La universidad
nacional y las instituciones académicas perdieron a muchos de sus mejores
exponentes y se convirtieron en espacios peligrosos. Durante esos años el Estado
guatemalteco no sólo invirtió poco o casi nada en la educación, sino que, en mayor
o menor grado activamente debilitó las estructuras culturales y educativas del país.

Por otro lado, la escolaridad promedio de la población de 15 a 24 años de edad en


2002 era de apenas 5,4 años. Y, por si fuera poco, Guatemala es el país de
Centroamérica con más niños y adolescentes trabajadores que no estudian. La
Encuesta Nacional de Empleo e Ingresos mostró que, en 2000, un 20,3% se
encontraba viviendo esa situación. En ese mismo año, se reporta que uno de cada
diez adolescentes inscritos en la escuela desertó y que de cada diez niños solamente
dos terminaban la educación primaria. (Opciones educativas para la niñez trabajadora.
asies, 2006).

3. A menos que se especifique lo contrario, todos los datos estadísticos que aparecen en esta sección han sido tomados
de los Informes de Desarrollo Humano 2002, 2005 y 2007.
30 fundación equitas_ isees

Al analfabetismo del país se le une la pobre cobertura de los servicios educativos


en el área rural, a pesar de los esfuerzos que en estos últimos años ha hecho el
Estado. El diagnóstico del nivel medio en Guatemala realizado por el Ministerio
de Educación en 2005 concluye que “la cobertura del ciclo por área revela una
mayor atención urbana y metropolitana. El 78,3% de la población atendida está
ubicada en el área urbana, es decir, en la ciudad capital, cabeceras departamentales
y cabeceras municipales y el 21,2%, en el área rural. Es decir, por cada cinco
estudiantes del ciclo básico, cuatro estudian en el área urbana y uno en el área
rural” (Informe Nacional de Desarrollo Humano 161). Con este panorama, según
estudios recientes, para lograr las Metas del Milenio para el año 2021 en el área
de educación se necesitarían 15.000 millones de dólares, lo cual aseguraría que
todos los guatemaltecos fueran a la escuela.

El nivel educativo de la población ocupada según sexo y etnicidad podría leerse


también como un reflejo del poco acceso a la educación en un país cuyos problemas
estructurales alcanzan a la gran mayoría de la población. Además de la diferencia
entre el acceso a la educación entre indígenas y no indígenas y el significativo
porcentaje que no tiene ningún grado de estudios, las cifras nos muestran una
progresiva disminución de la cantidad de la población con educación primaria,
secundaria y terciaria. Según la encovi, del 60% de población indígena en todo
el país, al bachillerato sólo llega el 6,8%, frente a un 16,8% de los ladinos. En lo
que se refiere a la educación universitaria, la situación no es menos desalentadora.
El censo de 2002 revela que únicamente, un 3,6 % de la población ha cursado
estudios universitarios y únicamente un 0,5% en el área rural. De estos grupos,
solamente el 7% completa la licenciatura en las áreas urbanas y 0,5% en las áreas
rurales. Se calcula que sólo se gradúa un 1%. de la población en general.

A las problemáticas mencionadas antes se le une el hecho de que, durante muchos


años, Guatemala ha experimentado agudas crisis y conflictos identitarios y de
relacionamiento entre los diversos grupos que componen la población del país.
Tradicionalmente, los guatemaltecos han sido divididos entre ladinos e indígenas,
aunque esta visión bipolar no explique a cabalidad la composición étnica del país,
de innumerables mezclas de sangre e identidades. Según el Censo de Población
y Habitación de 2002 la población indígena constituye un 40%,4 la garífuna un
0,4% y la xinca 0,7%. Por otro lado, es importante anotar que ese 40% está
compuesto por 22 etnias de origen maya, cada una con su idioma y muchas de

4. Es importante anotar que algunos reconocen porcentajes diferentes. Aquí se utilizan los datos del Informe de
Desarrollo Humano 2005 que, a su vez, utiliza los datos arrojados por el censo de población más reciente, llevado a
cabo en 2002.
artículo_2 31

ellas con sus propias estructuras sociales. El 60% que no se declaró como indígena,
garífuna o xinca, estaría compuesto por una gran cantidad de mestizos, criollos,
extranjeros viviendo en Guatemala y, en muchos casos, indígenas que ya no se
reconocen como tales o que desconocen sus raíces étnicas, ya sea porque sus padres
decidieron adoptar la cultura occidental o porque la realidad los forzó a que lo
hicieran. Además, habría que agregar a los migrantes cuya permanencia en el país
a menudo es inestable pero cuya contribución a la vida económica del país y cuya
influencia en transformaciones culturales y sociales es innegable. Así, las proble-
máticas económicas, políticas y sociales de Guatemala han contribuido a la
emergencia de nuevas categorías de lo marginal que se agregaban a las ya existentes,
tales como los grupos indígenas de origen maya y los pobres del área rural. Entre
estos, se encuentra el conformado por indígenas urbanos que se asentaron en la
ciudad conservando su identidad y su sentido de la comunidad, pero perdiendo,
a menudo, signos de identidad tales como el idioma o el traje; la integrada por no
indígenas campesinos emigrados a la ciudad, que sin la formación necesaria
pasaron a hacer trabajos que únicamente les permitían sobrevivir; y, la compuesta
por personas de clase media baja que, poco a poco, han ido perdiendo un espacio
de representación en la sociedad. En el pasado reciente, cuando se hablaba de los
grupos marginados en Guatemala, se aludía, primordialmente, a la población
indígena, sin tomar en cuenta que los índices de pobreza del país abarcan a muchos
grupos sociales, aun cuando históricamente han sido los indígenas los que más
carencias, discriminación y exclusión han sufrido. De acuerdo a los datos del
Informe de Desarrollo Humano 2002, por ejemplo, la tasa de mortalidad infantil
en ese año alcanzaba un promedio de 44%; 49% entre los indígenas y 40% entre
los no indígenas, una diferencia numérica relativamente pequeña. Por otro lado,
el 56% de la población guatemalteca vive en un estado de pobreza. De este porcentaje,
el 82% proviene del área rural.

Así, cuando el Centro de Investigaciones Regionales de Mesoamérica (cirma)5


decidió definir el grupo meta al que el Programa Internacional de Becas de la
Fundación Ford6 iba a estar dirigido, apuntaba a la marginalidad de un enorme
porcentaje de la población en desventaja que no necesariamente era únicamente

5. El Centro de Investigaciones Regionales de Mesoamérica –cirma– es una fundación guatemalteca no lucrativa,


dedicada a preservar la memoria histórica nacional, desarrollar y promover investigación de la más alta calidad y
formación de líderes en el campo de las ciencias sociales en Mesoamérica. Los recursos y actividades institucionales
contribuyen a fomentar la creación de nuevos conocimientos, el desarrollo de pensamiento crítico y la práctica del
diálogo fundamentado y constructivo, con el objeto de promover una sociedad más justa y tolerante.
6. El Programa Internacional de Becas de la Fundación Ford (ifp) fue inaugurado el año 2000, con el objetivo de
proveer oportunidades para la realización de estudios de postgrado a personas talentosas, capaces de usar sus
conocimientos para transformarse en líderes en sus respectivas áreas, contribuyendo a la justicia social y al desarrollo
económico de sus comunidades y países. Es dirigido por la Secretaría Ejecutiva, situada en la ciudad de Nueva York,
que colabora directamente con organizaciones de 23 países y territorios, quienes supervisan las postulaciones, el
proceso de selección, el monitoreo y otras actividades que aseguren las metas del programa.
32 fundación equitas_ isees

indígena. Es cierto que la discriminación contra los indígenas ha hecho que su


exclusión sea no solamente más evidente, sino, también, más consciente y constante,
creando enormes disparidades y conflictos. No obstante, había que profundizar
más en la marginalidad y la exclusión y visibilizar grupos que, aunque no tan
numerosos, igualmente eran parte de una población cuyo desarrollo es imperativo
para el desarrollo del país.

Frente a este somero análisis de la naturaleza de la población del país no es difícil


ver que las estadísticas que se utilizan para muchos estudios sobre la sociedad
guatemalteca podrían no representar a cabalidad estas nuevas identidades y sus
problemáticas, muchas de ellas surgidas en las décadas más recientes.

2. Algunos avances

En Guatemala, posiblemente el esfuerzo más significativo de apoyo a la intercul-


turalidad a través de la educación bilingüe es relativamente reciente y data del
período de la Revolución del 44, cuando se instaura la Ley de Alfabetización que,
aunque promovía la castellanización, también animaba la publicación de material
bilingüe. Pero no es hasta 1985 que la Constitución de la República avanza en el
tema del reconocimiento de la naturaleza pluricultural y multilingüe del país, que
tan importante vendría a ser en el tema de la educación. En ese mismo año, por
ejemplo, el gobierno impulsa el Programa Nacional de Educación Bilingüe (pronebi),
que en 1995 pasaría a ser la Dirección General de Educación Bilingüe Intercultural
(digebi), que, a su vez, generó la creación de un Viceministerio de Educación
Bilingüe Intercultural y, a la fecha, alrededor de 3.000 escuelas bilingües. Un año
más tarde con los Acuerdos de Paz, se daría un enorme paso al reconocer oficialmente
a Guatemala como un país multiétnico, pluricultural y multilingüe. Uno de los
resultados inmediatos fue la creación en 1993 de instancias como el Consejo
Nacional de Educación Maya (cnem) –integrado por alrededor de 21 organizaciones–
y el asumir el compromiso de apoyar la creación de una Universidad Maya, que
a más de diez años de la firma de los acuerdos todavía no se hace realidad. Sin
embargo, y a pesar de lo que los documentos oficiales sobre estos programas dicen
“en casi todos los casos (…) se los considera solamente destinados a que la población
maya se pueda integrar al sistema educativo ladino, o para aprender a vivir en los
dos sistemas culturales sin problemas” (Heckt: 49).

Dentro de este contexto político fue fundamental el Acuerdo sobre Identidad y


Derechos Indígenas firmado por la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca
artículo_2 33

(urng) y el gobierno de Guatemala, de 1995, que incluía las siguientes demandas


en materia del idioma de las organizaciones indígenas: a) la oficialización de las
lenguas mayas; b) el desarrollo y la promoción de lenguas mayas; c) el rescate de
lenguas mayas en peligro de extinción; d) el uso de lenguas mayas dentro del
sistema educativo; e) el uso de lenguas mayas en oficinas del Estado; f) el uso de
lenguas mayas en las cortes de justicia; g) el uso de lenguas mayas en los medios
de comunicación; y, h) la abolición del Instituto Lingüístico de Verano. La mayoría
de estas demandas fueron incluidas en los Acuerdos de Paz y fueron sometidas a
una consulta popular en 1999, que no tuvo el apoyo de la mayor parte de la
población. En materia de educación, no obstante, ha habido algunos avances, por
ejemplo, las Escuelas Normales se convierten en Escuelas Interculturales y se crean
las carreras de Educación Primaria e Infantil Bilingües Interculturales. La carrera
de Magisterio se convierte en Magisterio Intercultural y se crea la carrera de
Magisterio Bilingüe Intercultural.

Es importante mencionar aquí la emergencia del Movimiento Maya a partir de la


década de los setenta, que a partir de allí vendría a tener un papel importante en
el desarrollo de la historia del país, sobre todo en lo que se refiere a los Acuerdos
de Paz y a las reivindicaciones del pueblo maya en los diferentes espacios públicos
del país. Muchas cosas han cambiado desde entonces, aunque como bien dicen
Santiago Bastos y Aura Cumes:

los rasgos que marcan la diferencia siguen siendo los mismos en los que
se basaba la discriminación, aunque cambia su carácter y por tanto su
denominación (…): el Idioma Maya ya no es dialecto, la Espiritualidad
Maya ya no es brujería ni costumbre, el Derecho Maya ya no es costumbre
ni derecho consuetudinario, los Terapeutas ya no son hueseros, etc. Todos
ahora son fuente de orgullo y se reclama que sean reconocidos como base
de la diferencia cultural. (Bastos y Cumes: 29).

Los Acuerdos de Paz, por otro lado, impulsaron una Reforma Educativa en 1998,
la cual consideraba dentro de sus ejes principales el multiculturalismo y el
interculturalismo y la equidad de género, de etnia y social, además del fortalecimiento
de la educación bilingüe intercultural.

Otros avances, en términos de la participación indígena de este período histórico


dentro de las políticas estatales en el terreno de la educación y la cultura, fue la
participación de 2000 a 2004 de Olilia Lux de Cojtí como ministra de Cultura y
Deportes y Demetrio Cojtí Cuxil –experto en lenguas mayas– como vice ministro
de Educación y, cuatro años después, la de Manuel Salazar Tetzagüic como ministro
34 fundación equitas_ isees

de Cultura y Deportes, cargo que actualmente desempeña Jerónimo Lancerio, el


único funcionario indígena de alto nivel dentro de la estructura del Estado.

Con respecto a este tipo de cargos, uno de los intelectuales indígenas que más voz
pública ha tenido en estos años en Guatemala, escribía en 2004 en su columna
periodística: “El nombramiento de Salazar Tetzagüic probablemente contentará
a algunos que claman por la inclusión; pero esto es un espejismo. Ya sabemos lo
que puede y no puede hacer ese Ministerio. Por lo tanto, no hay razón para
regocijarse(…) (es) un premio de consolación. Ha nombrado al licenciado Manuel
Salazar Tetzagüic como ministro de Cultura y Deporte. Ese puesto, como sabemos,
es la cenicienta de todos los ministerios y además, a los otros ministros nombrados
no se les ata u ofrece el despacho con colaboradores incluidos.” (Guatemala, Prensa
Libre, 10 de enero de 2004).

3. ¿Quiénes han aportado?

Desde 1967 la Universidad Rafael Landívar (url) fue la primera en organizar cursos
de profesorado universitario con pertinencia intercultural fuera de la Ciudad de
Guatemala, pero no fue sino hasta 1984 cuando desarrolló el Programa de Educación
Bilingüe, el cual capacitó a 35 técnicos del Ministerio de Educación en temas de
educación bilingüe nacional. Un hecho clave en los estudios de lingüística en el
país fue la creación, en 1986, del Instituto de Lingüística y Educación (ile) a partir
de “la necesidad sentida por la Universidad de responder a las demandas que
plantea la situación multilingüe de Guatemala, y a la ausencia de estudios lingüísticos
en las universidades del país” (…) Así, el Instituto, “como entidad académica de
investigación pedagógica (…) participa en los procesos de desarrollo educativo y
social de las comunidades, promueve estrategias y acciones que se originan en los
Acuerdos de Paz, principalmente en la Reforma Educativa, y apoya el fortalecimiento
de una cultura democrática intercultural” (www.url.edu.gt).

Años después –de 1987 a 1993– la url llevó a cabo el Proyecto Integral de la
Población Maya (prodipma) con el apoyo de aid en Guatemala que, además de
realizar investigaciones de lingüística maya y de ebi, contribuyó a la formación de
alrededor de trescientos técnicos y profesores de enseñanza media. Más adelante,
estos esfuerzos iniciales se materializaron a través del Proyecto de Educación para
la Población Maya (edumaya) que, siguiendo con el espíritu de los Acuerdos de
Paz, concedió becas para indígenas, profesionalización de promotores de educación
bilingüe intercultural y apoyo a modelos innovadores de educación comunitaria,
además de implementar carreras como la de Educación Bilingüe Intercultural a
artículo_2 35

nivel de profesorado, licenciatura y maestría. edumaya fue producto de un convenio


entre aid Guatemala y la Universidad Rafael Landívar y, junto con el Instituto de
Lingüística, emprendió muchas de las publicaciones sobre sus investigaciones
acerca de las lenguas mayas y la educación dentro de contextos indígenas, muchas
de éstas bilingües y escritas o coordinadas por académicos indígenas.

Otro aporte importante de la url fue la creación de las carreras de Técnico en


Intérprete Traductor Legal y Técnico en Peritaje Cultural, aunque solamente se
ofrecen en sedes universitarias de departamentos con población indígena significativa.
Además, la universidad impulsó uno de los pocos proyectos bilingües interculturales
para indígenas y ladinos. Se trata de la llamada Franja de Lengua y Cultura Maya,
originalmente apoyada por unicef, que buscaba dar algunas horas de clase con
contenidos culturales mayas y con lengua maya como segunda lengua a niños
hispanohablantes o niños mayas de lengua materna castellana. La experiencia
terminó oficialmente pero tuvo mucha acogida y se la ve como una de las modalidades
que se podrían desarrollar con la Reforma Educativa (Moya: ssp.).

La Universidad de San Carlos de Guatemala (usac), por su parte, ha apoyado los


esfuerzos de la educación intercultural de diferentes maneras. Primero, a través
de su Centro de Aprendizaje de Lenguas el cual, además de inglés, francés, italiano,
portugués, alemán, hebreo, coreano y japonés, ofrece clases de diferentes lenguas
mayas. En una investigación de la Asociación de Estudiantes Mayas (ameu) se
reporta que solamente en 1997 se registró un promedio de 6.400 estudiantes por
trimestre, de los cuales solamente 51 personas habían elegido estudiar una lengua
maya, aun en las sedes regionales de la universidad. Por otro lado, del total de
estudiantes, el 91,44% había estudiado en la sede central y únicamente un 8,57%
lo había hecho en las sedes departamentales (Ochoa García, et al: 52).

Además, a través de la Escuela de Formación de Profesores de Enseñanza Media


(efpem) de la usac se ofrecen carreras como las de Educación Bilingüe Intercultural
con énfasis en Cultura Maya, en Educación para Contextos Multiculturales y un
Profesorado en Educación Primaria Bilingüe Intercultural, sobre todo en el interior
de la república. Sin embargo, de acuerdo a la investigación de la ameu mencionada
antes, la usac “no encara la discriminación, el no reconocimiento, ni los problemas
asociados a las relaciones interculturales” (Ochoa García: 66) y requiere de una
reforma que tome en cuenta la perspectiva intercultural.

Otra de las universidades privadas del país, la Mariano Gálvez, también ha hecho
aportes a través de su Escuela de Lingüística, creada en 1985 mediante un convenio
con el Ministerio de Educación y el Programa de Educación Bilingüe procadeb.
36 fundación equitas_ isees

Quizás lo más importante de señalar es que contempla el ejercicio de la práctica


docente de sus estudiantes dentro de sus propias comunidades lingüísticas. Por
otro lado, vale señalar que el 98% de sus estudiantes provienen del interior del
país y son maya hablantes (Ochoa García: 84).

Por su parte, recientemente la Universidad del Valle de Guatemala inauguró el


primer Profesorado de Educación Primaria Bilingüe Intercultural para los educadores
de los municipios de Nebaj, Chajul y San Juan Cotzal, de Quiché.

Sin embargo, a pesar de los esfuerzos de algunas universidades todavía no se puede


hablar de un movimiento significativo dentro de las mismas para abordar con
mayor amplitud la interculturalidad en el país a través de la educación bilingüe.
Lo que sí es cierto es que desde la década de los noventa cada vez se cuenta con
más profesionales indígenas graduados tanto en universidades nacionales como
extranjeras. Hasta hace poco, los profesionales indígenas con doctorado se contaban
con los dedos de una mano y eran fácilmente identificables, cosa que ahora ha ido
cambiando. Solamente con el apoyo del Programa Internacional de Becas de la
Fundación Ford se está apoyando la graduación de nuevas generaciones de líderes
intelectuales y sociales: 36 indígenas con grado de maestría y 11 con grado de
doctorado, todos ellos en universidades extranjeras de alto nivel. Programas de
apoyo a la formación superior como estos, que apoyan a las poblaciones más
marginadas de la educación e incluyen tanto a indígenas como a no indígenas y
que apuntan al compromiso de las personas por el desarrollo del país, podrían ser
mejores alternativas a una educación cultural que profundiza en las problemáticas
sociales del país.

Además de las universidades, habría que mencionar el trabajo de organizaciones


como Oxlajuuj Keej Maya´ Ajtz´iib´ –okma– institución que desde 1990 tiene la
misión de contribuir a la reivindicación lingüística del Pueblo Maya de Guatemala.
Se ha dedicado a la investigación lingüística, ofrece servicios de consultorías y asesorías
en lingüística en las áreas de formación de cuadros especializados en lingüística y
en la elaboración de materiales técnico-educativos y cuenta con una serie de publica-
ciones e investigaciones llevadas a cabo por profesionales indígenas, algunos de los
cuales se han convertido en referencias obligatorias para ciertos temas.

Ya en años anteriores instituciones como el Instituto Indígena Santiago (1956); el


Programa Educativo del Centro Don Bosco (1982); el Proyecto de Desarrollo
Santiago, prodessa (1989); la Mayan Educational Foundation (1990); el proyecto
Talita Kumi (1991); la Academia de Lenguas Mayas (1990); el Consejo Nacional
de Educación Maya (1991); el Instituto de Estudios Interétnicos, de la Universidad
artículo_2 37

de San Carlos; la Asociación de Estudiantes Universitarios Mayas, ameu; entre


otros, habían hecho aportes importantes para avanzar en el tema del acceso a la
educación de los pueblos indígenas, la investigación sobre temáticas de educación
de los pueblos indígenas y la formación de cuadros de profesionales indígenas.

La Asociación Ajb'atz' Enlace Quiché nació en 2003 por iniciativa de líderes


quichelenses como un mecanismo para fortalecer y ampliar acciones iniciadas por
el Proyecto Enlace Quiché de usaid/aed. De 2000 a 2002, el Proyecto Enlace
trabajó con socios locales y el Ministerio de Educación para crear los primeros
cetebi, las siglas de “Centro de Tecnología Educativa Bilingüe Intercultural”. El
mismo se caracteriza por ser un lugar de servicios donde la comunidad tiene acceso
a cursos de formación, servicios de reproducción y venta de productos educativos
y culturales; especialmente, donde la tecnología se utiliza como herramienta para
apoyar la educación. Este modelo busca ser autosostenible y se espera replicar en
otros municipios o departamentos.

Lo anterior, en relación al apoyo a la educación de la población indígena. En lo que


toca a la población guatemalteca en general, podemos hablar del aporte del Instituto
Guatemalteco de Educación Radiofónica, iger (1979); del Proyecto Miriam, el cual,
entre otras cosas, provee becas de estudio a mujeres, con prioridad a la población
indígena, que ha recibido el 86% de las becas; del Proyecto Tulam, que ofrece
becas de licenciatura y carreras técnicas, de las cuales el 80% han sido dirigidas
a indígenas; o del Instituto Chi Pishab, que en colaboración con la Universidad
Autónoma de Madrid ofrece oportunidades de becas para su Maestría en Gerencia
para el Desarrollo Sostenible y que ha graduado a una gran cantidad de profesionales
y activistas indígenas en el Occidente del país.

Otros aportes han venido de programas de becas que ofrecen becas destinadas,
sobre todo, a la población indígena, pero posiblemente el que más se ajusta a las
necesidades de las poblaciones más necesitadas del país sea el Programa Internacional
de Becas de la Fundación Ford.

4. Alcances y limitaciones de la educación intercultural

Como se puede ver, muchas de las demandas de las instituciones indígenas tienen
que ver con reivindicaciones lingüísticas pero, como bien señala Nora England, la
lengua ha jugado un rol central para la autonomía cultural y política de los indígenas
en Guatemala:
38 fundación equitas_ isees

“Mayas who are linguists offer expertise to the maya movement in at least in
three areas: 1) in the construction and implementation of the political platform
of the movement with respect to language 2) in the formulation and modification
of language ideologies and, 3) in the practice of linguistics and its application
to language preservation and the education of Maya children” (England: 33).

Paradójicamente, en muchos momentos de la historia del país, y en muchos


espacios geográficos del mismo, ha habido un rechazo de los mismos indígenas
tanto a la educación bilingüe como al aprendizaje de un idioma indígena entre los
niños, pues hablar español se ha constituido como un signo de progreso y moder-
nidad, de acceso a ese mundo ladino que los ha discriminado por siglos. Como
bien dice Aura Cumes:

“La preocupación de los indígenas –como la de cualquier ser humano en


Guatemala– es sobrevivir diariamente, y conocen por experiencia que hay
aspectos de su vida que deben dejar de lado para buscar esa “superación”.
De modo que el abandono de los idiomas mayas por parte de mucha
gente indígena ha sido visto como “necesario” para ingresar al progreso.
El recurrente dicho de muchos padres indígenas, “no te enseño el dialecto
para que no sufras como nosotros”, encierra un imaginario en donde se
entrecruzan no sólo una cuestión de “falta de utilidad”, sino el sufrimiento
de la gente que es monolingüe maya” (Cumes: 201).

En realidad, poco es lo que hasta ahora se ha logrado en términos de un acceso a


la educación para los grupos más excluidos de la sociedad guatemalteca, incluyendo
indígenas, garífunas y ladinos pobres, especialmente del área rural y de los espacios
urbanos marginales. Además de la necesidad de un sistema educativo intercultural
–bilingüe o no– la sociedad guatemalteca necesita cambios estructurales que
permitan que la mayor parte de sus ciudadanos tengan acceso a una educación de
alto nivel, por una parte, además de los cambios de mentalidad que le permitan
una interculturalidad real que relegue el racismo y la discriminación al olvido. Una
educación intercultural que tenga como meta la formación de la sociedad sin
distinción de etnias. Pero, para ello, será necesario que desde el Estado y las
organizaciones de la sociedad civil exista una voluntad de ir más allá de las
reivindicaciones puramente lingüísticas y permita la participación de profesionales
indígenas con poder de intervención.

Como bien señala Meike Heckt, no hay muchas personas pensando actualmente
en una educación intercultural como una educación para todos en una sociedad
multiétnica:
artículo_2 39

Esta visión implica que habría que incluir a los ladinos y para esto será
necesario crear nuevas ofertas educativas. Entender la educación como
educación intercultural para todos significa repensar el sistema de convivencia
de la sociedad, buscando dar más espacios para la diversidad de formas
de vida y de enseñanza. Llegar a hacer la sociedad heretogénea y multiétnica
implica reconocer y representar las diversas culturas guatemaltecas en
las escuelas, según las diferentes necesidades regionales (Heckt: 48).

En otras palabras, un sistema educativo intercultural tendrá éxito, solamente, si


toma en cuenta que los otros también somos nosotros y si se inserta en sistemas
políticos y culturales que aseguren una convivencia real de diferentes culturas en
términos completamente horizontales. Como bien dice la misma Heckt, “la
interculturalidad no existe sin conflictos” (Heckt: 55), pero aun estos pueden
plantearse como elementos de debate y diálogo para la búsqueda de una sociedad
democrática y justa.
40 fundación equitas_ isees

5. Bibliografía

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BANCO MUNDIAL. 2005. Informe sobre el desarrollo mundial.

BASTOS, Santiago y CUMES, Aura. 2007. Mayanización y vida cotidiana. La ideología multicultural en la sociedad
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CUMES, Aura. 2007. “Unidad nacional y unidad del pueblo maya”. BASTOS, Santiago y CUMES, Aura. Mayanización
y vida cotidiana. La ideología multicultural en la sociedad guatemalteca. Volumen 1. BASTOS, Santiago y CUMES, Aura,
coord. Guatemala: flacso, cirma, Cholsamaj, 2007. 187-208.

ENGLAND, Nora. 2002. “Maya Linguistics, Linguists and the Politics of Identity”. Texas Linguistic Forum 45: 33-
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HECKT, Meike. 1997. Educación intercultural. Futuro para una Guatemala multilingüe y pluriétnica. Guatemala: cideca.

MOYA, Ruth. 1998. “Reformas educativas e interculturalidad en América Latina” Revista Iberoamericana de Educación.
Número 17. Mayo-Agosto 1998.

OCHOA GARCÍA, Carlos; ÁLVAREZ CAJAS, Víctor y CUMATZ PECHER, Carlos. 1998. La universidad. Las
universidades. Guatemala: Asociación Maua de Estudiantes Universitarios.

PROGRAMA DE LAS NACIONES UNIDAS PARA EL DESARROLLO. 2002. Informe nacional sobre desarrollo
humano. Guatemala.
--------------------------------- 2005. Informe nacional sobre desarrollo humano. Guatemala.
--------------------------------- 2007-2008. Informe nacional sobre desarrollo humano. Guatemala.
Art._ 3

“Los profesores indígenas llegan a la universidad:


Desafíos para la construcción
de un currículo intercultural”

lúcia alvarez
Art._ 3
artículo_3 43

artículo 3_

“Los profesores indígenas llegan a la universidad:


Desafíos para la construcción de un currículo intercultural”1

comentarios de lúcia alvarez. 2


traducido por fabián flores.

1. La historia de la educación escolar indígena en Brasil y el desafío de la interculturalidad

Durante los últimos treinta años la educación escolar indígena en Brasil ha pasado
por grandes transformaciones. Hasta el final de la década de los ochenta, la
educación escolar para los pueblos indígenas estaba orientada desde una perspectiva
integracionista. El objetivo de la escolarización era claro: Se trataba de negar la
diversidad de los indígenas y de sus culturas, para integrarlos a la sociedad
envolvente, firmando las bases para la formación de un Estado Nacional.

Ferreira (2001: p.72) en sus estudios sobre los procesos de escolarización indígena
en el país, revela que durante el período colonial “el objetivo de las prácticas
educativas (...) era negar la diversidad de los indios, o sea, aniquilar culturas e
incorporar la mano de obra indígena a la sociedad nacional”. La autora, al realizar
un diagnóstico crítico de la educación escolar indígena en Brasil, evidencia tres fases:

La primera fase, durante el período del Brasil Colonial, se caracterizó por la


catequesis y la educación al servicio del aniquilamiento cultural. En esta fase,
marcada por la fuerte presencia de la Iglesia, la educación escolar sirvió, entre otras
cosas, para instalar relaciones de sumisión y dominación, para imponer la enseñanza
obligatoria en portugués, en detrimento de las lenguas nativas y para introducir
la historia y valores de la sociedad dominante como medio de promover la asimilación.

Siguiendo aún a Ferreira (2001), la segunda fase estuvo marcada por la integración
de los indígenas a la comunión nacional, por medio de la acción del Servicio de

1. El presente texto corresponde a una adaptación del informe de investigación producido por la autora sobre la
Educación intercultural en Brasil, dentro de la propuesta de investigación de flape sobre la educación intercultural
bilingüe en América Latina, en el año 2007.
2. Doctora en Ciencias de la Educación por la Universidad de Valencia, España. Profesora de la Facultad de Educación
de la Universidad Federal de Minas Gerais (ufmg), Brasil. Coordinadora del eje: “Escuela y sus sujetos” en el curso
de “Formación intercultural para educadores indígenas”, fae/ufmg.
44 fundación equitas_ isees

Protección al Indio (spi), de la funai (Fundación Nacional del Indio), del Summer
Institute of Linguistics (sil) y de otras misiones religiosas. Muchas críticas recaerían
sobre los programas educacionales ofrecidos a las poblaciones indígenas por esas
instituciones, pues no diferían estructuralmente, ni en el funcionamiento, ni en
sus presupuestos ideológicos, de la educación misionaria; y, por lo tanto, producían
fracasos del mismo tipo que ésta.

La autora destaca una tercera fase, de proyectos alternativos de educación escolar,


iniciada durante el período militar en los años setenta. Es durante ese período que
surgirán en el escenario político nacional organizaciones no gubernamentales
orientadas a la defensa de la causa indígena.3 Es también en esa época que sectores
progresistas de la Iglesia Católica van a crear dos organizaciones, la Operación
Anchieta (opan) en 1969, y el cimi (Consejo Indigenista Misionero) en 1972, cuyas
atribuciones eran prestar servicios en el área de educación escolar para indios.

La cuarta fase, según Ferreira (Ídem) está marcada por las experiencias de autoría4
y por la organización del movimiento indígena. En este período, en diferentes
regiones del país, se realizaron asambleas, encuentros o reuniones que culminaron
con la creación de las organizaciones indígenas actuales: 5

Líderes y representantes de sociedades indígenas de todo el Brasil pasaron


a articularse, buscando soluciones colectivas para problemas comunes
básicamente la defensa de los territorios, el respeto a la diversidad
lingüística y cultural, el derecho a la asistencia médica adecuada y a
procesos educacionales específicos y diferenciados.

Esas reivindicaciones serán recogidas por la Constitución de 1988, provocando


eventos significativos en el plano institucional, resaltados por Silva (2000:10):

La incorporación de la educación indígena al sistema nacional de educación,


por la transferencia de las responsabilidades específicas, en ese campo,
de la funai al Ministerio de Educación (mec) en 1991; la creación de un
Comité de educación indígena en el mec, constituido por representantes
de pueblos indígenas y de organizaciones e instituciones de la sociedad
civil y universidades en 1993; la publicación por el Ministerio, de las

3. Entre esas organizaciones se destacan: La Comisión Pro-Indio de São Paulo (cpi/sp), o Centro Ecuménico de Documentación
e Información (cedi), la Asociación Nacional de Apoyo al Indio (anai) y el Centro de Trabajo Indigenista (cti).
4. Ver revista En abierto, nº 76, volumen 20, artículo “Registros y prácticas de formación”, de Nietta Lindenberg
Monte, p. 19. inep/Ministerio de Educación, Febrero de 2003.
5. Fueron creadas la Unión de las naciones indígenas y sus regionales, el consejo general de la Tribu Ticuna, la
Federación de las organizaciones indígenas del Río Negro, el Consejo indígena de Roraima, el Consejo general de
la Tribu Sateré -Mawé, la Organización del Consejo Indígena Munduruku, entre otras.
artículo_3 45

directrices para la Política Nacional de Educación Indígena, también en


1993; la llegada de la nueva Ley de Directrices y Bases de la Educación
(ldb) en 1996, con artículos específicos sobre la educación escolar indígena;
la elaboración y publicación del Referencial Curricular Nacional para las
escuelas indígenas por iniciativa del mec en 1998.

En ese contexto van a ser impulsadas varias experiencias de implementación de


escuelas indígenas diferenciadas y con proyectos de formación de profesores indios
para actuar en las escuelas de sus aldeas. Oriundas de proyectos alternativos,
generados en el ámbito de la sociedad civil, estas propuestas van a ser estudiadas
y difundidas como paradigmas que serán probadas en nuevos contextos, trans-
formándose, muchas veces, en catalizadores de políticas públicas.

Un aspecto original en este proceso es la emergencia de una nueva propuesta


intercultural bilingüe, diferenciada, que busca romper con el paradigma de la
educación bilingüe bicultural que orientó la actuación integracionista de varios
órganos e instituciones indigenistas a lo largo de la historia del país.

Entre las más efectivas, se destacan las políticas de formación de profesores


indígenas, tanto en el nivel de Magisterio Indígena como en el nivel superior, con
los programas de Licenciatura Indígena.

La construcción de escuelas indígenas diferenciadas, bilingües, adecuadas a las


especificidades culturales de los diferentes grupos y atendidas por profesores indios,
se ha constituido en un gran desafío y viene exigiendo de las instituciones y órganos
responsables la definición de nuevas dinámicas, concepciones y mecanismos, tanto
para que estas escuelas sean incorporadas de facto y beneficiadas por su inclusión
en el sistema oficial, como para que sean respetadas en sus particularidades.

De acuerdo con Grupioni (2003, p.13) “estos nuevos profesionales indígenas


demandan, junto con sus comunidades, una formación específica, que les permita
concluir la escolarización básica y obtener una formación del Magisterio, de modo
que puedan ejercer una educación calificada en beneficio de los niños/as indígenas”.

Pero, ¿qué significa, en este contexto de educación intercultural, construir políticas


públicas de formación, de modo que esos profesionales puedan ejercer una educación
calificada en beneficio de los niños/as indígenas?

Una de las primeras acciones fue la creación, en varias regiones de Brasil, de


programas de formación de profesores indígenas en el nivel de Magisterio, teniendo
por principio básico la construcción de una educación intercultural.
46 fundación equitas_ isees

Actualmente, de los casi seis mil profesores indígenas actuando en las escuelas indígenas
del país, el 60% está cursando o ya concluyó cursos de formación en el Magisterio
Indígena,6 en el nivel medio, los que pasaron a proliferar por todo Brasil, principalmente
en los últimos 20 años, organizados por la sociedad civil o por el Estado.

A pesar de ser bastante diversos, los programas normalmente se organizan en


cuatro años, a través de etapas intensivas de enseñanza presencial, desarrolladas
normalmente durante los meses de vacaciones y etapas intermedias, donde en los
intervalos entre las etapas intensivas, los estudiantes realizan estudios complemen-
tarios, investigaciones, trabajos de observación y registro de sus prácticas en la sala
de clases, producción de material didáctico y actividades. Así, los profesores
indígenas pueden estudiar y continuar dando clases en sus escuelas, utilizando el
espacio de sala de clases para actividades de investigación y de reflexión sobre su
práctica pedagógica.

Los currículos, pensados desde la perspectiva de la interculturalidad, presentan


disciplinas relacionadas a los conocimientos del mundo no indígena y también de
disciplinas y proyectos de investigación relacionados con los “conocimientos
tradicionales”, que posteriormente son organizados como libros y otros materiales
didácticos.

Uno de los aspectos más significativos de los proyectos de formación es garantizar


la autoría indígena. Los programas curriculares, los proyectos pedagógicos y las
diferentes formas de organización escolar (donde los tiempos y espacios corresponden
a la lógica de la aldea y no a la de la ciudad), el material didáctico (libros, cartillas,
juegos, videos, discos, cd-roms, hechos por los propios profesores) y otros instru-
mentos pedagógicos (constantes reuniones con las respectivas comunidades;
profesores de lengua y cultura indígenas contratados para ejercer en la escuela),
revelan una práctica que, en la realidad, apunta un camino para crear una forma
más democrática de acoger la diversidad en el espacio público.

Es importante resaltar que prácticamente todos los proyectos del Magisterio Indígena
en Brasil fueron construidos a través de una alianza entre el Estado y la sociedad
civil, creando un rico espacio público de debates y renegociaciones en la construcción
de políticas públicas de formación intercultural.

6. Algunos ejemplos de experiencias de Magisterio intercultural: El Magisterio intercultural de la Comisión Pro-Indio


de Acre (cpi-ac), el proyecto Tucum del gobierno de Mato Grosso, el proyecto de formación de profesores indígenas
para el Magisterio en los puestos indígenas Diauarum y Pavuru/Parque Indígena do Xingu, el Proyecto piei de la
Secretaría de Estado de Minas Gerais, entre otros.
artículo_3 47

Con el fortalecimiento y la ampliación de las escuelas indígenas de educación


básica surge, a partir de los dos últimos años, la demanda por la formación en el
nivel superior, con el propósito de calificar a los profesores para que enseñen en
los últimos años de enseñanza fundamental y en la enseñanza media, en sus
escuelas de origen.

Fruto de esa lucha comienzan a surgir las Licenciaturas Indígenas, siendo la


Universidad Estatal de Mato Grosso (unemat) y la Universidad Federal de Roraima
(ufrr), las primeras universidades brasileñas que crearon estos programas.

El 29 de junio de 2005, es lanzado por el Ministerio de Educación el Programa de


Licenciaturas indígenas (prolind, convocatoria nº 5) que, con un financiamiento
de 500.000 reales, brinda la posibilidad a las universidades públicas de viabilizar
programas específicos de Licenciaturas Indígenas.

En la primera convocatoria del concurso, fueron aprobados cuatro proyectos, dos


ya en funcionamiento:

• Universidad Federal de Roraima (ufrr), Núcleo Insikiran de formación superior indígena.


• Programas de Licenciaturas interculturales para la formación de 180 profesores
de los pueblos Makuxi, Ingarikó, Wapichana, Yekuana, Taurepang, Wai Wai.
• Universidad Estatal de Mato Grosso (unemat).
• Proyecto de formación de profesores indígenas –tercer grado indígena, Campus
de Barra de Burges, mt, que cuenta con 300 profesores indígenas en formación,
provenientes de 35 pueblos indígenas.

Y otros dos que iniciaron sus actividades en 2006:

• Universidad Federal de Minas Gerais (ufmg).


• Proyecto de Formación intercultural de profesores indígenas (fiei), el que cuenta
con 140 profesores de los pueblos Maxacali, Xacriabá, Krenak, Pataxó e Kaxixó.
• Universidad del Estado de Amazonas (uea).
• Proyecto de formación de profesores indígenas del Alto Solimões, el que
contempla a 250 profesores de los pueblos Ticuna, Kokama, Kaixana.

Hoy en día, más allá de las cuatro instituciones citadas, ya existen otras seis universidades,
públicas y privadas, que están ofreciendo programas de Licenciatura Indígena.

Siguiendo las propuestas curriculares de los programas del Magisterio Indígena,


estas Licenciaturas se organizan a través de etapas intensivas, generalmente
48 fundación equitas_ isees

impartidas en las universidades, y de etapas intermediarias, con actividades de


investigación, proyectos y de producción de material didáctico, desarrollados en
el espacio de las aldeas.

Los programas de formación se han configurado como espacios privilegiados de


desarrollo de una educación intercultural, con la formación de un cuadro de
intelectuales indígenas capaces de pensar y estar al frente de la educación de su
pueblo. Asimismo, han traído también nuevos desafíos para pensar la educación
intercultural en el ámbito de las universidades brasileñas.

2. El programa de Formación Intercultural de Profesores de la UFMG: Una propuesta


pedagógica que busca acoger la diversidad 7

La Licenciatura tiene como objetivo formar y habilitar profesores indígenas, con


un enfoque intercultural, para que enseñen en las escuelas de enseñanza fundamental
y media, en las áreas de concentración en Lenguas, Artes y Literatura; Ciencias de
la Naturaleza y Matemáticas, Ciencias Sociales y Humanidades.

Está dirigido a profesores indígenas que están en el ejercicio del Magisterio en las
escuelas indígenas de sus aldeas y que aún no tuvieron la oportunidad de calificarse
para la profesión que ejercen, a través de un programa de estudios en el nivel superior.

Pretende formar educadores reflexivos, comprometidos con su comunidad indígena,


que puedan intervenir en su realidad para transformarla, teniendo como eje la
reflexión sobre la práctica vivida, utilizando para esto los instrumentos culturales
construidos en el programa, a través de un proceso de investigación-acción.

Está organizado en tiempos/espacios diferenciados, dando énfasis y valorizando


la experiencia socio-profesional de los educandos, con tiempos de formación en
la ufmg y tiempos en el propio espacio de actuación y vivencia de los estudiantes.
La etapa de formación en la universidad se denomina “etapa intensiva”, y el período
de formación que continúa en el medio socio-profesional se llama “etapa
intermediaria”. El programa tiene una duración de cinco años y se ejecuta a través
de diez “etapas intensivas” y nueve “etapas intermediarias”.

La Licenciatura proporciona una formación que combina los saberes de las Ciencias
Humanas y Sociales, Letras y Artes, Matemáticas y Ciencias con los conocimientos

7. Este capítulo fue construido a partir del informe final de la investigación: Universidad pública.
artículo_3 49

sobre la educación, sobre los procesos de desarrollo y aprendizaje de los educandos


y sobre los procesos de constitución sociales.

La Licenciatura otorga una doble habilitación al egreso:

• Habilitación de profesor de enseñanza fundamental.

• Habilitación de profesor de enseñanza media, en una de las siguientes áreas de


concentración:
- Lenguas, Artes y Literatura.
- Matemáticas y Ciencias de la Naturaleza.
- Ciencias Sociales y Humanidades.

El programa tiene una coordinación general colegiada, compuesta por un profesor,


escogido entre el cuerpo docente, y un representante del movimiento indígena,
escogido entre los miembros de la coordinación de la etnia de las escuelas indígenas
de Minas Gerais. El grupo gestor está compuesto por representantes de la Universidad
y del movimiento indígena.

El colegiado especial está compuesto por la coordinación general, un representante


del grupo gestor, un representante de los profesores y uno de los estudiantes. Las
funciones y reglamento de funcionamiento del colegiado son elaborados durante
el proceso de planificación, implementación y funcionamiento de la Licenciatura.

Trabajan en el programa docentes de la Facultad de Educación, de otras unidades de


la Universidad Federal de Minas Gerais, además de profesionales con reconocida
experiencia en educación indígena. Para atender a las necesidades específicas de
contenidos, son invitados docentes de otras instituciones y de los movimientos sociales.

El momento de selección se constituye como el primer momento de conocimiento


de la realidad de los estudiantes, de sus objetivos, de sus intereses y sus conocimientos
previos. El proceso de selección es realizado en la y por la Facultad de Educación,
y consiste en:

• Un ensayo, donde el candidato relata su experiencia educacional (como estudiante


y como profesor, dependiendo del caso) y explicita los motivos por los que está
queriendo participar en el programa.

• Actividades de lectura y escritura de tal forma que se pueda medir la competencia


en lectura y escritura y detectar las necesidades de instrumentalización.
50 fundación equitas_ isees

• Carta de presentación de la comunidad indígena, recomendando al candidato


y justificando el motivo de su recomendación.

• Entrevista en donde el candidato deberá expresar sus ideas y concepciones sobre


cuestiones relativas a la educación en general, la educación indígena, la educación
escolar, las relaciones interculturales y la formación universitaria.

El currículo de la Licenciatura está organizado a través de ejes temáticos que estructuran


el abordaje de contenidos curriculares de naturaleza científico-cultural y que contex-
tualizan las diferentes actividades académicas: La práctica de enseñanza, las pasantías
supervisadas, los proyectos de investigación y de producción de material didáctico,
los laboratorios interculturales, están organizados de la siguiente manera:

• Los ejes temáticos son organizados teniendo como referencia los proyectos sociales
más demandados por los movimientos indígenas. Así, el eje curricular de la
Licenciatura se centra en la temática ser un educador indígena, desarrollada a
través de los tres ejes temáticos: la realidad socioambiental, la escuela indígena y
sus sujetos y los múltiples lenguajes.

• Los proyectos sociales componen los recorridos académicos de los estudiantes,


definidos a partir de las principales demandas de las comunidades indígenas,
que hoy en día son las siguientes: derechos indígenas, arte indígena, lenguas
y literatura indígena, salud indígena, desarrollo sustentable y uso del territorio.

• Los contenidos curriculares de naturaleza científico cultural son organizados a


través de las siguientes áreas de conocimiento:
- Lenguas, Literatura y Artes.
- Ciencias de la Naturaleza y Matemáticas.
- Ciencias Sociales y Humanidades.

• Las prácticas de enseñanza tienen como eje la reflexión sobre las experiencias
en las escuelas indígenas, y además la observación y análisis de las experiencias
en otras escuelas, permitiendo así la confrontación e interacción entre distintos
proyectos pedagógicos.

• Las pasantías supervisadas son realizadas preferencialmente en las escuelas


indígenas, estando abierta la posibilidad de que los estudiantes puedan practicar
en otros proyectos educativos afines para el intercambio de experiencias (con
escuelas familiares agrícolas, escuelas de los campamentos y asentamientos,
escuelas del campo).
artículo_3 51

• Las actividades académico-científico-culturales son organizadas a partir de:


- Proyectos de investigación y de producción de material didáctico, los cuales son
realizados a lo largo de la Licenciatura con temáticas definidas por cada estudiante
o grupo de estudiantes, y con el acompañamiento de un profesor tutor.
- Laboratorios interculturales donde grupos de estudiantes indígenas se reúnen
con otros estudiantes y docentes de la ufmg para el desarrollo de investigaciones,
de intervención y producción de material sobre temáticas diversas. De esta
forma, cada grupo de estudiantes integrará, como estudiante, los grupos de
investigación y extensión de la ufmg.
- Talleres y actividades culturales, son momentos de inserción de los estudiantes
en el espacio de la ciudad, participando en actividades culturales como visitas
a teatros, cines y conciertos. También es el momento para entrar en contacto
con los grupos y organizaciones de la ciudad, creando así espacios de inter-
cambio e interacción entre el movimiento indígena y los movimientos sociales
y culturales de la ciudad.

Durante su formación, cada estudiante podrá optar por recorridos académicos


diversos, los cuales están estructurados previendo una doble articulación:

• Con una área de conocimiento que permite al estudiante indígena situarse tanto
en la comunidad científica de la cual participará (con la posibilidad de participación
en eventos tales como anped, anpocs, aba, etc., como parte del recorrido
formativo y de inserción en la comunidad científica). Aquí, las referencias son
las grandes áreas de conocimiento científico, su historia y su dinámica y la
posibilidad del estudiante indígena de insertarse en el contexto contemporáneo
de producción del conocimiento científico, en el cual la visión canónica de ciencia
ha sido muy debatida y criticada en función de sus limitaciones como única
forma de conocimiento. En este ámbito, una interacción más atenta entre
conocimiento científico y conocimiento de la experiencia debe ser tematizada,
de tal forma que se pone en cuestión la supremacía antes atribuida a la ciencia,
como única forma válida de conocimiento, dando énfasis a las diferentes formas
y tradiciones de conocimiento, en los diferentes sistemas de pensamiento, y
dentro de estos, al pensamiento amerindio. Dentro de cada campo de conocimiento
es posible delinear recorridos específicos (por ejemplo, con mayor énfasis en
la Historia, o en la Física, o en las Matemáticas, etc.), sin embargo, siempre
buscando superar la formación excesivamente especializada y restringida a cada
disciplina.

• Con los proyectos sociales de su comunidad, donde las exigencias de cada proyecto
van a configurar el eje de articulación de los diferentes campos de conocimiento
52 fundación equitas_ isees

envueltos en la realización de los mismos. En este sentido, así como sucede en


los proyectos de extensión universitaria, son llamados a trabajar en conjunto los
estudiantes indígenas insertos en los diferentes recorridos académicos, de tal
forma de atender a la demanda de actuación de cada proyecto social en los que
se encuentran involucrados. Ya en las primeras etapas del programa, se realiza
un levantamiento de los proyectos sociales de cada comunidad para el registro,
análisis y organización de los grupos de trabajo, pues no se trata de crear proyectos
específicos para la formación, sino de vincularse en aquellos efectivamente
existentes.

La misma lógica de articulación de los campos de conocimiento y proyectos sociales


orienta la realización de algunas de las actividades de práctica de enseñanza y
pasantías, de modo que también en esos momentos la actuación del estudiante
indígena está caracterizada por la interacción entre su actividad como docente y
las acciones/iniciativas que realiza como miembro de su comunidad.

Todos los estudiantes estarán habilitados como profesores de enseñanza fundamental.


Para habilitarse como profesores de enseñanza media, deberán en su recorrido académico
escoger algunas de las siguientes áreas de formación: Lenguas, Artes y Literatura,
Matemáticas y Ciencias de la Naturaleza; Ciencias Sociales y Humanidades. Las áreas
de educación y pedagogía indígena forman parte de todos los recorridos académicos.

La elección de las áreas de formación implica una mayor dedicación, en términos


de carga horaria, a los contenidos y actividades relacionadas con el área seleccionada,
sin llegar a configurarse, no obstante, como el modelo usualmente utilizado en los
programas de licenciatura, donde los primeros años son dedicados a las disciplinas
de un núcleo común y el último año a la formación específica.

En esta propuesta de currículo flexible, los estudiantes van construyendo recorridos


académicos diferenciados a lo largo del programa de estudio para poder así atender
a las exigencias de carga horaria, para su formación como profesor de enseñanza
fundamental y profesor de enseñanza media con una área de especialización.

El programa tiene una duración de cinco años y está organizado a partir de dos
momentos distintos: las etapas intensivas y las etapas intermediarias, estructuradas
bajo la perspectiva de que la construcción del conocimiento debe ocurrir en los
diferentes tiempos/espacios de inserción de los sujetos. Cada semestre lectivo
estará compuesto de una etapa intensiva y una etapa intermediaria.
artículo_3 53

Cada etapa intensiva se imparte semestralmente en la ufmg, coincidiendo con el


periodo de vacaciones y de recesos escolares de los estudiantes. Se organiza aliando,
en este proceso, un itinerario común a todos los estudiantes, sin que esto signifique
la homogenización de sus prácticas; y, además un recorrido académico diferenciado
sin que esto signifique una especialización compartimentada de su formación. Así,
en las etapas intensivas, hay tanto actividades comunes a todos los estudiantes
como actividades diversificadas, dependiendo del interés y necesidad de los mismos.

La etapa intermediaria se imparte en los periodos intermedios entre una etapa


intensiva y otra, permitiendo así que los estudiantes concilien sus actividades
docentes en sus escuelas de origen con las actividades del programa (proyecto de
investigación e intervención, pasantías, prácticas de enseñanza, etc.).

Las etapas intermediarias se realizan en las áreas de origen de los estudiantes, en


los meses intermedios a los de la etapa intensiva (marzo a junio/ agosto a noviembre).
Durante las etapas intermediarias son realizados algunos módulos de aprendizaje,
envolviendo disciplinas que tienen más sentido y significado dentro del espacio
cotidiano de las aldeas: Cultura indígena, lengua indígena, uso del territorio
indígena, etc. La experiencia de enseñanza presencial en las aldeas alimenta y
subsidia los módulos de las etapas intensivas.

En las etapas intermediarias, los alumnos desarrollan también actividades de


estudio, investigación, lectura y escritura, de recolección y preparación de material
didáctico, etc. Las propuestas de trabajo están orientadas a formar un profesor-
investigador, creando la posibilidad de que ese proyecto, además de contribuir
directamente para la construcción de una escuela que pueda responder a la demanda
inmediata por escolarización de las poblaciones indígenas, pueda también atender
a la necesidad de construir, en Brasil, espacios de investigación y excelencia en
asuntos relacionados con el universo cultural brasileño.

Los Laboratorios Interculturales se imparten en la ufmg y tienen una duración de


40 horas por semestre, definidas según el calendario propio de cada grupo de
investigación y de extensión. Cada laboratorio se imparte en la unidad donde hay
más acervo de la temática en cuestión. Es posible, también, que algunos Laboratorios
Interculturales sean desarrollados en áreas indígenas, dependiendo de la organización
de los grupos de investigación y extensión.

Los miembros de las comunidades indígenas detentores de los llamados cono-


cimientos tradicionales, son invitados a participar de los Laboratorios Interculturales,
permitiendo así el involucramiento de todos en un diálogo intercultural, caracterizado
sobre todo por los pasajes, mediaciones y procesos traductorios.
54 fundación equitas_ isees

De esta forma, a partir de los Laboratorios Interculturales, los estudiantes indígenas


pueden interactuar con los grupos de investigación y extensión de la Universidad,
desarrollando proyectos que contribuirán a la organización de las comunidades y
del movimiento indígena.

La evaluación es un proceso continuo, dinámico e investigativo. Para esto, además de las


evaluaciones realizadas en el cotidiano de los trabajos, son utilizados algunos instrumentos:

• Trabajo final de cada módulo de aprendizaje: La idea es que al final de cada módulo,
el equipo de profesores proponga un único trabajo que pueda retratar los avan-
ces/dificultades del estudiante en este módulo. La devolución del trabajo debe ser
momento de la evaluación y también de la entrega de propuestas de estrategias de
acompañamiento diferenciado en el caso de que sea necesario.

• Auto-evaluación: Partiendo de un itinerario, cada estudiante va construyendo


un portafolio con el registro de su proceso de formación, y también con una
producción textual que va reflexionando sobre este proceso. Este instrumento
dará continuidad al ensayo producido para el proceso de selección.

• Informes semestrales de práctica de enseñanza: En este informe, el estudiante


describe y analiza su experiencia en las diversas prácticas realizadas. Cada
informe es leído por el tutor del grupo y devuelto con las reflexiones necesarias.

• Memorial colectivo: Al final de cada etapa y sobre la base de las producciones


individuales y colectivas de los estudiantes, puede ser elaborado un memorial
colectivo, configurándose como la memoria curricular del programa.

• Trabajo de conclusión del programa: Será el trabajo final del programa, fruto
de las reflexiones teórico-prácticas desarrolladas a lo largo de todo el proceso de
formación. Habrá un tutor para orientar a cada estudiante en esta producción.

• Seminarios de evaluación del programa. Al final de cada semestre, hay también


una asamblea de evaluación, donde estudiantes y profesores evalúan el semestre
vivido y planifican el siguiente.

• Reuniones con las comunidades indígenas: Durante el transcurso del programa


de estudio, son realizadas reuniones con las comunidades, donde son evaluados
los resultados del programa como un todo y, además, la trayectoria del estudiante
representante de la comunidad dentro de éste.
artículo_3 55

El grupo de profesores se reúne regularmente para evaluar el trabajo y el proceso


de formación de los alumnos. En estas reuniones, son trazadas propuestas de
acción para acompañar a los estudiantes con dificultades de aprendizaje, no dejando
que este problema llegue hasta el final de su paso por el programa. De esta forma,
hay una propuesta de acompañamiento diferenciado, con carga horaria extracurricular
y coordinada por los tutores para los estudiantes con dificultades, posibilitando
que el mismo continúe acompañando el desarrollo del programa sin la necesidad
de rupturas del proceso.

Los casos de reprobación, por abandono o por insuficiencia en el aprovechamiento


de las actividades de acompañamiento, son tratados por el órgano colegiado del
programa, el cual entrega el expediente de notas correspondiente a las etapas
cursadas.

Toda esta experiencia revela un proceso intensivo de negociación entre la lógica


presente en la ufmg, en lo que respecta a la implementación de un programa de
graduación; y, específicamente, a la inclusión del fiei entre estos programas.

De esta experiencia, podemos destacar algunos aprendizajes:

• Asumir la formación de educadores indígenas revela un compromiso político


de la ufmg con la educación de la población que forma parte de sectores excluidos
como es el caso de las poblaciones indígenas de Minas Gerais. En este sentido,
el proyecto significó un importante paso para consolidar las relaciones de alianza
que la ufmg ha estado construyendo junto al movimiento indígena en Minas
Gerais, en el sentido de garantizar el derecho de la población indígena a la
educación y también a la educación pública y gratuita.

• Este compromiso llevó a que la ufmg tuviese que quebrar con las rutinas
burocráticas y con procesos instituidos dentro de sus instancias, para acoger
este programa. En este sentido, la aprobación del programa en un tiempo mucho
más rápido en relación con el tiempo que comúnmente se demora para el mismo
proceso cuando se trata de otros cursos; la aprobación de un proceso de selección
diferenciado, rompiendo la lógica de las pruebas de selección universitaria
estandarizadas; la creación de un colegiado especial para coordinar el curso,
entre otros aspectos, revelan que este compromiso se tradujo en acciones
concretas para que el programa pudiese ser iniciado en el año 2006.

• El diseño curricular innovador del programa –rompiendo con la formación


fragmentada de las disciplinas y proponiendo una formación multidisciplinaria
56 fundación equitas_ isees

para la enseñanza fundamental y por áreas, para la enseñanza media; organizando


los recorridos académicos diferenciados como alternativa a un diseño curricular
sin flexibilidad– lo que fue valorizado y reconocido como una propuesta a ser
pensada para cualquier programa de formación de profesores en la ufmg, y no
solamente para las comunidades indígenas. Esto revela una apertura para
sintonizar la formación inicial de los profesores y las demandas educacionales
colocadas por el mundo contemporáneo.

• Contemplar la diversidad significó, en esta experiencia, crear mecanismos para


que esta diversidad pudiese no solamente ser reconocida y valorizada, sino
también utilizada como instrumento pedagógico. En este sentido, la organización
del proceso de selección con la utilización de las memorias y de las entrevistas
como instrumentos de evaluación, garantizó que esta evaluación pudiese centrarse
en los sujetos y sus procesos y no sólo en los resultados de las pruebas estanda-
rizadas. Aun en las actividades de lectura y escritura, hubo una preocupación
con la diversidad, lo que fue garantizado a través de la elaboración de actividades
diferenciadas para los estudiantes indígenas con dominio de la lengua portuguesa
bastante diferenciada, como es el caso de los Maxakali.

• El proceso de selección puede levantar expectativas, miedos y deseos entre los


estudiantes, revelando un fuerte compromiso de los mismos con sus comunidades
y una relación directa entre su formación individual y el desarrollo de las escuelas
indígenas. En esta perspectiva, la dimensión de la interculturalidad está presente
no sólo como un concepto y búsqueda sino también como una práctica, encontrada
tanto en las acciones desplegadas por la ufmg como en las expectativas y actitudes
de los estudiantes en relación con su proceso de formación.

Pero la experiencia también revela algunos desafíos que necesitan ser superados:

• El programa aún es visto como una licenciatura especial, con un exclusivo


sistema de ingreso, sin que el tiempo que los profesores de la ufmg dedican al
programa pueda ser considerado como parte de su carga horaria oficial. En este
sentido, a pesar de estar en la ufmg, este programa aún no está orgánicamente
inserto en la dinámica de la Universidad. Sabiendo que la estructuración,
coordinación y desarrollo del programa exigen una dedicación muy grande por
parte de los profesores que asumen estas tareas, es necesario pensar una forma
para que el tiempo de este trabajo sea considerado como carga horaria de los
profesores en la ufmg. En la Universidad Federal de Roraima, donde hay un
curso de Licenciatura Indígena, existen varios profesores que realizaron concurso
público para participar en el programa, teniendo dedicación exclusiva para este
trabajo. Parece que alternativas como estas necesitan ser pensadas por la ufmg.
artículo_3 57

• La Licenciatura Indígena es aún una política que está siendo construida a través
de concursos públicos cuyas bases son renovadas cada año. Con un presupuesto
especial, estos programas acaban también siendo especiales y no regulares,
como deberían ser. Es necesario que se construya una política donde el mec dé
condiciones a las universidades que asumieron las Licenciaturas Indígenas,
como es el caso de la ufmg, para desarrollar estos programas sin la necesidad
de que cada año tengan que someterse a concursos para garantizar la continuidad
del programa.

• El diseño curricular innovador del programa, con base en la educación intercultural,


a pesar de ser bastante valorado en todas las instancias de la ufmg, aún está
muy lejos de los diseños curriculares presentes en los programas de la ufmg.
En este sentido, es importante que esta experiencia pueda extrapolar sus límites
internos y servir de ejemplo y referencia para pensar en una política de formación
inicial de profesores que pueda acoger la diversidad, construyendo un diálogo
con las culturas de los grupos excluidos, sean ellos indígenas, negros, pobladores
de favelas, etc. Sólo así, podremos estar viviendo una experiencia de educación
intercultural, no sólo para los estudiantes indígenas, sino también para cualquier
estudiante de la ufmg.

Como aprendizajes y desafíos, es posible constatar que esta experiencia posibilitó


a la ufmg una apertura en el sentido de comprometerse con la formación de grupos
históricamente excluidos de la sociedad, como es el caso de los pueblos indígenas,
garantizándoles su derecho a una educación universitaria pública de calidad y que
esté en sintonía con sus necesidades, intereses y culturas. Para esto, la ufmg tuvo
que abrirse, ampliar su mirada, resignificar las rutinas y procesos, para acoger la
diversidad que llegó junto con el programa.

Esto sólo fue posible porque el movimiento indígena de Minas Gerais se organizó
y luchó por su derecho a una educación específica y diferenciada, entendiendo que
esta educación debería ser pública y asumida por el Estado brasileño.

En este sentido, la aprobación e implantación del programa estableció un marco


dentro de la ufmg, garantizando la presencia real de 150 estudiantes indígenas;
y, con ellos, la posibilidad de un diálogo intercultural para que la universidad pueda
efectivamente abrirse y comprometerse con la lucha por la desigualdad en este
país, que no se presenta sólo bajo la forma de la desigualdad económica, sino
también como exclusión social y cultural.
58 fundación equitas_ isees

Como menciona Dagnino (2000:82)

Ser pobre significa no solamente privación económica y material, sino


también estar sometido a reglas culturales que implican una completa
falta de reconocimiento de las personas pobres como sujetos, como
portadores de derechos (...) Esa privación cultural impuesta por la ausencia
absoluta de derechos, que en última instancia se expresa como una
supresión de la dignidad humana, se torna entonces constitutiva de la
privación material y de la exclusión política.

Al entrar en la universidad, los estudiantes indígenas acaban por garantizar que


los asuntos relacionados a sus luchas e intereses pasen a ser parte del escenario
político, como nos revelan Paoli y Telles (2000.106/197). Según las autoras:

Al hacerse reconocer como sujetos capaces de interlocución pública, la


presencia de esos actores colectivos en el escenario político tuvo el efecto
de desestabilizar o bien de subvertir jerarquías simbólicas que los fijaban
en lugares subalternizados por entre una trama densa de discriminaciones
y exclusiones, al imponer criterios igualitarios de reconocimiento y
principios democráticos de legitimidad. Trayendo al debate cuestiones
y temas antes silenciados o considerados como no pertinentes para la
deliberación política, esas arenas públicas tuvieron (y tienen) el sentido
de un alargamiento del campo de lo político por vía de una noción ampliada
y redefinida de los derechos y de la ciudadanía, no restringida al ordena-
miento institucional del Estado, sino como referencia por donde se elabora
la exigencia ética de reciprocidad y equidad en las relaciones sociales,
incluyendo ahí las dimensiones más prosaicas y cotidianas de la vida
social, por donde las discriminaciones y exclusiones son procesadas.

En esta perspectiva, la implementación del fiei en la ufmg revela la lucha de los


movimientos sociales, en el caso específico, del movimiento indígena, para garantizar
la ampliación y la profundización de la democracia en varios espacios de la sociedad,
entre estos, en la universidad pública.
artículo_3 59

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Art._ 4

“Sendas de conocimientos: La educación


superior de indígenas en el Brasil.
Una experiencia de fomento a acciones
afirmativas en la educación superior”
antonio carlos de souza
Art._ 4
artículo_4 63

artículo 4_

“Sendas de conocimientos:
La educación superior de indígenas en el Brasil.
Una experiencia de fomento a acciones afirmativas
en la educación superior”
comentarios de antonio carlos de souza.
13 de marzo de 2008.

El proyecto Sendas de conocimientos: la educación superior de indígenas en el


Brasil (ptc) es un proyecto de intervención y fomento orientado a la educación
superior de indígenas en el Brasil, y realizado a partir del Laboratorio de Investiga-
ciones en Etnicidad, Cultura y Desarrollo (laced), del Departamento de Antropología
del Museo Nacional, Universidad Federal de Río de Janeiro. Su realización se dio
en el marco de la Pathways to Higher Education (phe), de la Fundación Ford (ff).1

El principal objetivo del ptc es el de contribuir a la producción de políticas


gubernamentales dirigidas al acceso, permanencia y buen desempeño de estudiantes
indígenas en la educación superior, considerado vía imprescindible para el em-
poderamiento de colectividades indígenas territorializadas en el Brasil, contemplando
a los indígenas residentes en centros urbanos.

Sus actividades se iniciaron formalmente el 1 de febrero de 2004 y su primera


etapa concluyó en marzo de 2007. La segunda etapa, actualmente en curso, comenzó
en abril de 2007 e implicó un amplio cambio de concepción. Hubo, previamente,
un año y dos meses de preparación de su primera propuesta, que se dio en el marco
de un diseño inicial de la phe, cuyo punto de partida se registró en 2001 bajo la
forma de un concept paper presentado por el equipo del laced, a solicitud en 2002
del asesor de programas de medio ambiente y desarrollo de la ff en Río de Janeiro,
el economista norteamericano José Gabriel López. Nos atendremos aquí a la primera
etapa del ptc.

Los recursos proporcionados por la phe/ff para el período que va entre febrero de
2004 y marzo de 2007 fueron del orden de 1.200.000 dólares. En esta primera
etapa, el equipo de investigadores del laced actuó como intermediario de recursos
destinados a otras universidades, para la realización de acciones afirmativas

1. Cf. www.laced.etc.br; para el web site del ptc http://www.trilhasdeconhecimentos.etc.br; para el de la phe
http://www.pathwaystohighereducation.org/index.php [consultados el12/02/2008].
64 fundación equitas_ isees

modélicas que sirviesen para la discusión de políticas gubernamentales, además


de seminarios temáticos, realizando junto a ellas funciones de monitoreo y
acompañamiento. El ptc organizó también una colección de libros didácticos
destinados a estudiantes indígenas y a sus educadores; se propuso además como
espacio de reunión para el diálogo entre universidades, pueblos indígenas –y sus
organizaciones–, y los sectores gubernamentales dedicados a las políticas indigenistas
y a la educación superior a nivel federal.

La concepción del ptc se apoyó en el hecho de que los pueblos indígenas y sus
organizaciones mantienen en el Brasil un reclamo de larga data por una política
de educación integrada, desde la educación inicial y primaria hasta la universitaria,
y orientada al etno-desarrollo. Se procura con ello superar la presencia de mediadores
no indígenas –en ocasiones impuesta por mecanismos de financiamiento y políticas
gubernamentales–, a través de una sólida formación de cuadros dotados de la
profesionalización necesaria para sustituir a esos mediadores en diversas demandas
concretas de su vida cotidiana, especialmente en las áreas del derecho, la salud, la
educación, la política y la sustentabilidad económica (con la creación y ejecución
de mecanismos y actividades de generación de renta).

1. Organización y premisas

El ptc cuenta con un equipo fijo de investigadores, cuya composición ha variado


a lo largo de los años, a excepción de su coordinador general, su sub-coordinadora
–María Barroso-Hoffmann–, ambos antropólogos, y su secretario ejecutivo –Francisco
das Chagas de Souza–, que se han mantenido en sus cargos a lo largo de todo el
período. El equipo contó con un máximo de cuatro pasantes estudiantes de grado,
que se restringió a dos, hoy ya graduados y desempeñándose como investigadores.
Dada su función de intermediación y monitoreo entre la oficina de la ff en Brasil
(ff/br) –y por esta vía, a la gestión central de esa iniciativa en la sede de la ff en
Nueva York (ff/nyc)– y las universidades solicitantes y/o contempladas en la
transferencia de recursos, el ptc contó con un Comité Asesor (ca/ptc) compuesto
por siete integrantes, dos de ellos líderes de destacado papel en el movimiento
indígena en el Brasil.2 Han integrado el ca/ptc Beatriz María Alasia de Heredia,
antropóloga, que asesoró a la ff en el montaje del proyecto a lo largo del segundo
semestre de 2003 y docente de la ufrj; Carlos Coimbra Jr., antropólogo, docente
de la Fundación Osvaldo Cruz y especialista en el área de salud indígena, donatario
de recursos de la ff en el Brasil; Fulvia Rosemberg, psicóloga, coordinadora en el

2. Véase http://www.trilhasdeconhecimentos.etc.br/expediente/index.htm.
artículo_4 65

Brasil del International Fellowship Program (ifp)/ff, ong Fundación Carlos Chagas;
Etelvina Santana da Silva, conocida como Maninha Xukuru-Kariri, estudiante de
filosofía, líder indígena de gran importancia, especialmente en la región Nordeste
y Este del Brasil, fallecida en octubre de 2006; Gersem José dos Santos Luciano,
Baniwa, líder indígena de reconocimiento nacional, antropólogo, representante
indígena en el Consejo Nacional de Educación; María Conceição Pinto de Góes,
historiadora, representante del rectorado de la ufrj y Nietta Lindenberg Monte,
magíster en Educación y especialista en educación indígena, vinculada a la ong
Comisión Pro Indio del Acre. Fue función de este comité deliberar, junto al equipo
ejecutor del laced, y en presencia del asesor del programa de medio ambiente y
desarrollo de la ff en Río de Janeiro, el antropólogo Aurélio Vianna, que acompaña
desde 2004 al ptc, responsable además por la temática indígena en el Brasil, acerca
de la aprobación de las propuestas enviadas por las universidades al proyecto, y sobre
los informes de las tres que, efectivamente, fueron aprobadas y en las que se
implementaron núcleos: la Universidad Federal de Roraima (ufrr), por medio del
Proyecto E’ma Piá del Núcleo Insikiran de Formación Superior Indígena, y el Proyecto
Red de Saberes, que asoció a la Universidad Católica Don Bosco (ucdb) y a la
Universidad Estadual de Mato Grosso do Sul (uems).3

La ff/br contrató para la “evaluación nacional” de la experiencia a las investigadoras


Vanilda Paiva y Azuete Fogaça, a la que se sumó una evaluación latinoamericana,
que no ha concluido aún, encargada por la ff/nyc a los evaluadores de la experiencia
mexicana, Sylvie Didou Aupetit y Eduardo Remedi Allione.4

Los objetivos del ptc en su primera etapa fueron: 1) fomentar iniciativas de acción
afirmativa, de carácter demostrativo y modélico, desarrolladas por universidades,
destinadas a dar soporte al etno-desarrollo de los pueblos indígenas en el Brasil,
por medio de la formación de indígenas en el nivel universitario; 2) fomentar la
capacitación de profesionales universitarios para trabajar con estudiantes indígenas
en el nivel universitario, que se propongan intervenir en sus instituciones, para
transformarlas, en el sentido de la democratización del acceso y la permanencia
en sus carreras de individuos integrantes de pueblos indígenas; 3) acompañar e
influir las políticas públicas de educación superior, en los niveles federal y estatal
principalmente, de modo que las experiencias universitarias desarrolladas en el
marco del proyecto adquiriesen sustentabilidad y capacidad de replicarse.

3. Sobre la ejecución en el Brasil del ifp, véase http://www.programabolsa.org.br/. Para la oficina de la Fundación
Ford en Río de Janeiro, ver http://www.fordfound.org/regions/brazil/overview. Sobre los núcleos financiados, véase
http://www.insikiran.ufrr.br y http://www.rededesaberes.org/www/index.html.
4. Ambos son investigadores del Departamento de Investigaciones Educacionales (die) del Centro de Investigación
y Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional (cinvestav), México, df.
66 fundación equitas_ isees

Tales objetivos se conformaron en función de un diagnóstico de la situación


indígena actual en el Brasil frente al sistema de preconceptos vigente sobre los
indígenas. Dicho diagnóstico –producido por el equipo del laced junto a otros
investigadores y actores sociales variados, y principalmente por el movimiento
indígena en el país– ha funcionado como una visión orientadora del trabajo del
ptc. Es preciso que el lector sepa que, fundados en una visión de los pueblos
indígenas en el Brasil como básicamente habitantes aislados en la región de la
floresta ecuatorial amazónica, se ha desconocido en gran medida la variedad de
situaciones indígenas en el Brasil contemporáneo. Los procedimientos censales
desarrollados por el Instituto Brasilero de Geografía y Estadística (ibge), basados
en el criterio de la auto-definición muestran en 2000, 734.127 individuos indígenas,
el equivalente a cerca del 0,4% de la población brasilera, de los cuales alrededor
de 400 mil habitan tierras indígenas y cerca de 300 mil moran en ciudades,
dispersos como un todo por el mapa del Brasil. Se trata de una riqueza impar en
el planeta, pues son alrededor de 230 pueblos, que hablan 180 lenguas, excepto
aquellos que sólo hablan portugués, habiendo perdido sus lenguas de origen en
función de la violencia asimilacionista del proceso de colonización, constituyendo
el mayor abanico de diversidad humana contenido en un solo país.

Portadores de tradiciones culturales, y protagonistas de historias específicas, lo


más importante es que estos pocos individuos, numéricamente hablando, más allá
de todo muy diferentes entre sí, son los ocupantes y poseedores legítimos de
alrededor del 13% de las tierras del Brasil, en 604 tierras indígenas (ti) reconocidas
hasta el momento, con un total de 109.584.146 hectáreas. Es importante destacar,
no obstante, que a pesar de que cerca del 60% de la población indígena se concentra
en la Amazonia, eso no significa que vivan en la selva como en el período preco-
lombino o correspondan al estereotipo común en el Brasil de que el “verdadero
indio” vive en las florestas, desnudo, ornado de plumas y hablando lenguas distintas
del portugués. La población en la región de la Amazonia se concentra claramente
en áreas urbanas y se refleja en materia de la oferta de servicios en lo que a tierras
y pueblos indígenas se refiere. Por otro lado, dos de los numéricamente mayores
pueblos indígenas en el Brasil, Kayowá-Ñandeva (Guaraní) y Terena, no están
situados en la Amazonia sino en Mato Grosso do Sul, próximos al Paraguay, a
Bolivia y a la Argentina, cercados por extensas plantaciones de soja.

Muchas de las tierras indígenas están situadas en regiones especialmente ricas,


desde el punto de vista de los recursos naturales o de los intereses del negocio
agropecuario; e, incluso, en puntos geopolíticos estratégicos en el mapa del país.
Gracias a los modos de vida y a las culturas indígenas, están entre las ti –nos lo
muestran las fotos satelitales– las partes mejor preservadas de la selva ecuatorial
artículo_4 67

amazónica en términos de conservación de la cobertura vegetal, del uso de los


recursos naturales, de la biodiversidad; en contrapunto con el galopante proceso
de su destrucción. Si son pocos individuos, porcentualmente frente a la población
brasilera, los pueblos indígenas exhiben, sin embargo, fuertes evidencias de
crecimiento vegetativo, a juzgar por los datos más confiables procedentes de algunas
regiones –sean datos del propio ibge, sean los de la Fundación Nacional del Indio
(funai), sean los de la Fundación Nacional de Salud (funasa) o los de la ong
Instituto Socioambiental (isa). Pocos, y muy pobres, en contraste a la riqueza de
sus tierras. Por otro lado, esta minoría cuenta inequívocamente con un destacado
lugar en el panteón de la construcción nacional brasilera, de lo contrario, jamás
el 13% de las tierras de un país signado por la expansión de la frontera agrícola
habrían sido demarcadas como indígenas.

Hablar de indígenas en el Brasil es, pues, hablar de integrantes de colectividades


territorializadas, cuyos derechos culturalmente diferenciados fueron reconocidos
por la Constitución de 1988, sobre todo en su capítulo VIII, y también en otros
dispositivos dispersos. Esto implica no sólo reconocerles el derecho a la auto-
definición (es indio quien dice serlo y es identificado como tal por una colectividad
imaginada como pueblo, que lo engloba), entre otros ítems necesarios para su
identificación como indígenas; sino también el derecho fundamental de ser
respetados como pueblos, colectividades cultural e históricamente diferenciadas
dentro de la nación brasilera, sin que ello signifique pleito a la soberanía nacional,
en los términos del derecho internacional. Para un país de larga tradición asimila-
cionista, como el Brasil, cuyo corpus jurídico es contrario al reconocimiento de los
derechos de colectividades, estaríamos, si las leyes fuesen integral y cotidianamente
cumplidas, en el umbral de algo muy nuevo.

Hasta la Constitución de 1988, resultado de la intensa movilización de indígenas


y sus aliados, los indígenas estaban sometidos al régimen tutelar en el plano legal,
pues por el artículo 6º del Código Civil brasilero, vigente a partir de 1917, los
“silvícolas” eran incluidos entre los “relativamente incapaces”, junto a los mayores
de diecisiete/menores de veintiún años, las mujeres casadas y los pródigos. De
todas maneras, el nuevo Código Civil brasilero (Ley 10.406, de 2001, sancionado
el 10/01/2002 y en vigor desde 2003) extirpó la cuestión de la capacidad civil
relativa y, luego de años de tramitación, el Congreso Nacional brasilero ratificó, a
través del Decreto Legislativo nº 143, del 20/06/2002, la Convención sobre Pueblos
Indígenas y Tribales en Países Independientes, llamada también Convención 169
de la Organización Internacional del Trabajo, en vigencia en el plano jurídico desde
1991. Estas bases y otros instrumentos legales aseguran a los indígenas el derecho
a una educación diferenciada.
68 fundación equitas_ isees

Es importante destacar que la situación indígena brasilera es, pues, bastante distinta
de aquellas de otros países en América Latina donde fueron implantados proyectos
con recursos de la phe/ff, a saber, México, Chile y Perú, frente a las cuales la
experiencia brasilera fue –con frecuencia y necesariamente– contrapuesta en debates
internos de la ff.

Hay dos sesgos diferentes, aunque históricamente entrelazados, que han sido
percibidos de modo separado, y que confluyen en la procura de los pueblos y
organizaciones indígenas por formación superior. El primero de ellos tiene que
ver con la educación escolar que se impuso a los indígenas y que redundó en la
formación de maestros y profesores indígenas como reacción a dicha imposición.
El segundo sesgo pasa por la necesidad de tener profesionales indígenas graduados
en saberes científicos occidentales, capaces de articular esos saberes con los
conocimientos tradicionales de sus pueblos, poniéndose al frente de la resolución
de necesidades surgidas con el proceso de territorialización contemporáneo a que
están sometidos, y que redundaron en las demarcaciones de tierras a colectividades,
proceso que se incrementó de modo ponderable luego de la Constitución de 1988.
Es importante también registrar que relevamientos realizados a partir de datos
variados del Consejo Nacional de Educación (cne), estiman en 5.000 los alumnos
indígenas cursando el nivel superior de educación, ya sea en cursos de formación
de maestros indígenas, ya sea en licenciaturas comunes o cualquier otra carrera.

El ptc ha procurado contemplar las dos vertientes, con especial atención, sin
embargo, en dos hechos: 1) de acuerdo al Plan Nacional de Educación (Ley
nº 10.172, del 9/01/2001) es una obligación del Estado brasilero la formación en
el nivel superior de educación de maestros y profesores indígenas, demanda ya
formulada explícitamente por las organizaciones indígenas –sobre todo las de
docentes–, lo que implicaba actuar en pos de que el gobierno federal cumpliese
sus compromisos, a la vez que la iniciativa del ptc no se restringiera sólo a esa
dimensión; 2) en el escenario político brasilero, luego de la Conferencia de Durban,
se instaló un debate nacional conducido por el movimiento negro, y centrado en
la discusión del ingreso a la universidad por vía de cupos especialmente destinados
a estudiantes negros, al cual fue subsumida la cuestión (lejana de ser numéricamente
impactante) del ingreso de indígenas a las universidades; sin considerarse las
especificidades de la cuestión indígena en el Brasil y los grandes desafíos que
plantea la permanencia de estudiantes indígenas fuera de sus aldeas de origen,
aunque algunas de dichas aldeas sean, a veces, pequeñas ciudades.
artículo_4 69

2. El desarrollo del trabajo

El desarrollo del ptc puede describirse mejor a través del agrupamiento de sus
múltiples actividades. Durante el período 2004-2007, el ptc tuvo como principales
realizaciones:

1) Acciones de incentivo a la demanda: establecimiento de innumerables contactos


con universidades y organizaciones indígenas desde comienzos de 2004 hasta
fines de 2005; incentivándose la presentación de propuestas, dos de las cuales
fueron plenamente aprobadas, involucrando a tres universidades ya mencionadas,
convirtiéndose en experiencias modelo, en una universidad federal –la ufrr–,
una universidad estatal –la uems– (ambas públicas y gratuitas), y una universidad
privada confesional, la ucdb. Otras dos propuestas, y la antepropuesta de una
tercera, procedentes todas de universidades federales, que no fueron plenamente
desarrolladas debido al desistimiento de las universidades frente a las exigencias
que se presentaron ante sus primeras formulaciones. No obstante lo anterior
se hicieron otros numerosos contactos.

2) El monitoreo del trabajo de los núcleos contratados, de 2005 a 2007, a través


de visitas periódicas, lectura y análisis de informes conjuntamente con el ca/ptc.

3) La organización de un seminario nacional sobre educación superior de indígenas,


con recursos de la ff y del Fondo de Inclusión Social del Banco Interamericano
de Desarrollo (bid). El seminario Desafíos para la educación superior de los
pueblos indígenas en el Brasil se realizó en Brasilia, los días 30 y 31 de agosto
de 2004, y contó con una amplia participación de organizaciones e intelectuales
indígenas, sectores gubernamentales, ong, organismos de fomento y docentes
universitarios. De tal seminario se generó una publicación, que mantiene su
actualidad. La realización del seminario estimuló a las Secretarías de Educación
Superior (sesu) y de Educación Continua, Alfabetización y Diversidad (secad),
del Ministerio de Educación del gobierno federal (mec), a finalmente tomar
posición en lo atingente a la educación superior de indígenas; ello generó el
lanzamiento, un año después, de la convocatoria del llamado Programa de Apoyo
a la Educación Superior y Licenciaturas Indígenas (prolind), en 2005.5

4) A lo largo de 2005, y hasta fines de 2006, se encargó la elaboración de libros


didácticos, mencionada más arriba. La implementación del ptc y la evaluación

5. Véase http://www.trilhasdeconhecimentos.etc.br/livros/arquivos/Desafios.pdf [consultado el 12/02/2007]. Sobre


la actuación de la sesu, a través de su Departamento de Política de Educación Superior-depes, véase Bondim, 2006.
Para el prolind, ver http://www.mec.gov.br/prolind [consultado el 12/02/2007].
70 fundación equitas_ isees

del impacto que tuvo en el movimiento indígena la formación de post-graduados


indígenas en el Brasil, mostró la importancia de poner a disposición textos para
procesos de formación de indígenas y no indígenas en lo referente a variadas
dimensiones de la vida social de estos pueblos.

Textos de ese género han sido usualmente escritos por no indígenas. Se juzgó que,
cuando fuera posible, ello debía ser revertido en favor de autores indígenas,
proporcionando nuevos ejes de reflexión para los jóvenes indígenas en formación,
de forma que construyan una imagen positiva de una “intelectualidad indígena”
comprometida y reflexiva con la cual identificarse.

Se montó entonces la serie Vías de los Saberes, ejecutada a nivel de dirección


editorial, proyecto gráfico y edición por el ptc, y difundida bajo la forma de e-books
en el sitio web del proyecto.6 Se produjo, además, un trabajo en colaboración con
la secad/mec y con la unesco, para que fueran impresos en la Colección Educación
Para Todos, con recursos del bid, en tiradas para cada volumen de 5.000 ejemplares,
destinados a la distribución nacional en escuelas indígenas, alumnos indígenas de
cursos universitarios en todas las carreras, organizaciones indígenas, ong indigen-
istas, bibliotecas públicas, etc. Su contenido también servirá de base a módulos de
un curso de capacitación a distancia de gestores universitarios y de gestores de
secretarías municipales y estatales de educación, que son las ejecutoras de la
educación inicial de indígenas en el país.

El primer libro de la serie es una introducción general a aspectos de la vida de los


pueblos indígenas en el Brasil contemporáneo, y fue escrito por uno de sus
principales líderes de proyección nacional, el ya mencionado Gersem Luciano
Baniwa (integrante del ca/ptc y magíster en Antropología, ex becario del ifp y
director-presidente del Centro Indígena de Estudios e Investigaciones –cinep–).

El segundo libro, escrito por los antropólogos João Pacheco de Oliveira (Museo
Nacional/ufrj) y Carlos Augusto da Rocha Freire (Museo del Indio/Fundación
Nacional del Indio –mi/funai–), es un trabajo sin parangón hasta hoy en nuestra
producción académica, que presenta de modo crítico y didáctico la presencia
indígena en la historia del Brasil, como base para la revisión del sistema de
preconceptos vigente hasta el momento; sistema de preconceptos que no permite,
por ejemplo, pensar que los indígenas tengan derecho a demandas de carreras
universitarias.

6. Ver http://www.trilhasdeconhecimentos.etc.br/livros/index.htm [consultado el 12/02/2007]. En cada libro podrá


encontrarse información acerca de sus autores.
artículo_4 71

En el tercer libro de la serie, sobre derechos indígenas, a la presencia de cuatro


abogados indígenas se suma una coordinadora no indígena, Ana Valeria Araújo,
secretaria ejecutiva de la ong Fondo Brasil de Derechos Humanos, abogada
especializada en derecho indigenista brasilero con una larga trayectoria abogando
en casos concretos y trabajando en el acompañamiento de la formación en derecho
de estudiantes indígenas. Los cuatro abogados indígenas mencionados son Paulo
Celso de Oliveira Pankararu, magíster en Derecho, ex becario del ifp y asesor del
Centro Amazónico de Formación Indígena de la Coordinación de las Organizaciones
Indígenas de la Amazonia Brasilera (cafi/coiab); Joênia Batista de Carvalho
Wapichana, abogada de la organización indígena Consejo Indígena de Roraima,
y que este año iniciará su preparación para la maestría en Derecho con una beca
del ifp; Lucia Fernanda Belfort Kaingáng (también ella magíster en Derecho),
directora ejecutiva del Instituto Indígena Brasilero de Propiedad Intelectual; Vilmar
Moura Guarany (candidato a magíster, con beca del ifp), abogado de la Fundación
Nacional del Indio, agencia indigenista gubernamental; además del renombrado
investigador y activista de los derechos indígenas en el plano internacional, el
indígena norteamericano S. James Anaya, profesor de la Facultad de Derecho de
la Universidad de Arizona.7 Cada uno de ellos desarrolló temas de su interés y de
importancia para los derechos de los pueblos indígenas.

El cuarto libro de esta serie es un manual de lingüística, como no existe en la


producción intelectual brasilera, destinado al estudio de lenguas indígenas y del
bilingüismo. Fue escrito por el lingüista de la ufrj Marcus Antonio Resende Maia,
uno de los primeros en trabajar con contenidos del portugués como segunda lengua
en la formación de maestros y profesores indígenas.

5) La producción de un web site, desde 2004, con información relativa a la educación


superior de indígenas, en la actualidad ya en su segunda versión, y cuya dirección
fuera citada en la nota nº 2; y la implantación y gestión de la lista electrónica de
discusión Educación Superior de Indígenas, basada en Yahoo! Group, que está
siendo bastante utilizada.8

6) La producción de un video titulado Sendas de conocimientos, a partir de la


experiencia de los estudiantes indígenas de Mato Grosso do Sul, realizado con

7. Sobre el Museo Nacional (ufrj) y su programa de Antropología, véase www.ppgasmuseu.etc.br; sobre el Museo
del Indio, véase www.museudoindio.org.br; acerca del fbdh véase http://www.fundodireitoshumanos.org.br/index.jsp;
sobre la coiab ver http://www.coiab.com.br/index.php; sobre el cir, véase http://www.cir.org.br/; sobre el inbrapi,
véase http://www.inbrapi.org.br/diretoria.php; acerca de la Fundación Nacional del Indio, véase http://www.funai.gov.br/.
[todos consultados el 12/02/2008].
8. Véase en http://br.groups.yahoo.com/group/superiorindigena/.[consultado el 12/02/2008].
72 fundación equitas_ isees

la participación de los estudiantes y cuyo material en bruto les fuera enviado


para otros filmes futuros. El video es utilizado intensamente en charlas, conferen-
cias y reuniones como instrumento de sensibilización.

7) La participación en el comité de evaluación del prolind en agosto de 2005 y en


el seminario de evaluación del mismo en noviembre de 2006.

8) La promoción, en colaboración, de dos seminarios financiados con un remanente


de recursos destinados a núcleos universitarios, luego de las sub-donaciones
para la ufrr, la ucdb y la uems;

8.1) un seminario sobre la enseñanza del derecho para indígenas en el Brasil,


que generó un web site, un video y un documento a ser publicado; todo ello, por
medio de una sub-donación al Programa de Post Grado en Derecho de la
Universidad Federal de Pará, importante centro en el área de derechos humanos
y detentor de mecanismos de acción afirmativa;

8.2) un seminario sobre la formación de indígenas en el área de la salud (que


también produjo un web site y cuyo informe final está en prensa), por medio
de una subdonación a la Universidad Federal de Bahía, centro de referencia en
el área de sanitarismo.9

9) El estímulo a la reflexión sobre la relación entre indígenas y educación en


particular, con el soporte financiero a investigaciones para tesis de doctorado y
a la publicación en castellano de la compilación organizada por Marina Paladino
y Stella García, publicada en Argentina, titulada Educación escolar indígena.
Investigaciones antropológicas en Brasil y Argentina (Buenos Aires: Antropofagia,
2007).

10) Un intenso trabajo de advocacy en diversos frentes, procurando presentar


elementos para pensar los problemas de la formación de indígenas en el nivel
de educación superior desde diversos ángulos, sobre todo el de la permanencia
y de la futura inserción profesional de los estudiantes.

9. Véanse, respectivamente http://www3.ufpa.br/juridico/ y http://www.unindigena.ufba.br [consultados ambos el


12/02/2008].
artículo_4 73

3. Resultados parciales

Puede considerarse como uno de los primeros indicadores de éxito de parte de las
actividades trazadas para el ptc, en tanto programa de fomento a políticas guber-
namentales, el surgimiento del primer programa gubernamental en pro de la
educación superior de indígenas –el ya mencionado prolind– y, en especial, la
elaboración de su tercer eje, luego del seminario de 2004, dirigido a las cuestiones
de la permanencia de alumnos indígenas en la universidad.10

Otra dimensión importante está en que, a raíz de que el ptc planteara a diversas
universidades el problema de la permanencia de estudiantes indígenas, se desarro-
llaron acciones en gran medida cercanas a las que se propusieron para el desarrollo
por parte de los núcleos aprobados y financiados por vía del ptc, más allá de la
primera etapa del proyecto, e incluso sin el financiamiento de la phe; acciones que,
en buena medida, han surgido del diálogo del equipo del ptc y el ca/ptc.

En los dos núcleos financiados hubo importantes avances, si bien están situados
en estados de la federación brasilera marcadamente anti-indígenas, en gran medida
por la importancia de las tierras y poblaciones indígenas allí presentes. En el caso
de la ufrr se logró, además de un incremento importante en la forma como la
Licenciatura Intercultural fue ejecutada, la apertura de 23 vacantes especiales para
indígenas, para otras carreras, en especial la de Medicina. En el caso de la ucdb/uems
surgió una articulación inter-institucional y entre indígenas, hasta entonces
inexistente, incluso con otras instituciones universitarias de Brasil, por un lado; y
entre indígenas de Mato Grosso do Sul (Kayowás, Terenas, Kadiwéus, principalmente)
y organizaciones del resto del país, por otro. Los motivadores de esta nueva realidad
surgieron de la organización de dos encuentros de académicos indígenas y de la
preparación de un seminario internacional para discutir cuestiones relativas a la
interculturalidad y a la educación superior para indígenas, en agosto de 2007, así
como de la participación de alumnos indígenas de Mato Grosso do Sul en el
seminario sobre formación en Derecho en la ufpa, lo que motivó la demanda de
realización de un curso sobre Derechos Indígenas y Derecho Indigenista, integrando
alumnos indígenas del área jurídica de todas las instituciones de educación superior
de Mato Grosso do Sul. Participaron alrededor de 500 alumnos indígenas en los
dos núcleos, un décimo de lo que se calcula es el total de los estudiantes indígenas
en cursos de nivel superior en el Brasil.

10. El prolind se estructuró bajo la forma de una convocatoria orientada a: 1) el financiamiento de licenciaturas
interculturales indígenas ya existentes o en vías de ser implantadas; 2) la planificación de licenciaturas; 3) becas para
alumnos indígenas cursando en universidades estaduales o federales, articuladas a proyectos de investigación y bajo
la supervisión de docentes comprometidos con el trabajo de apoyo a los estudiantes.
74 fundación equitas_ isees

La concientización de los indígenas graduados en universidades y la constitución


de una institución para congregarlos –Centro Indígena de Estudos e Pesquisas
(cinep), liderado por uno de los integrantes del ca/ptc– fue otro importante logro
desde nuestro punto de vista.

4. Principales obstáculos y perspectivas futuras

Fueron muchos los obstáculos surgidos en el desarrollo de la experiencia y de


diversa naturaleza. Sólo algunos serán mencionados, dentro de límites de este
texto. El primer obstáculo fue la propia actuación del financiador, la Fundación
Ford: las sucesivas modificaciones a la formulación original del proyecto en 2002,
impuestas por los cambios internos ocurridos en la ff en lo referente a la phe, se
mostraron deletéreas y erróneas para el desarrollo del ptc, que se hubiera beneficiado
de una acción más vigorosa de advocacy, concertada con las organizaciones indígenas,
en el sentido de presionar al gobierno federal y a los gobiernos estatales por políticas
gubernamentales. La idea de la phe/ff, de promover cambios más amplios a partir
de transformaciones organizacionales, se mostró insuficiente, especialmente porque
son muchas las necesidades, salvo raras excepciones, de un sistema universitario
público –federal o estatal– amplio y bastante debilitado como lo era el brasilero en
2003 (y lo es todavía, en muchos aspectos). Los recursos que la phe aportó a la
cuestión de la educación superior de indígenas serían siempre insuficientes, aun
para la idea de funcionar como “dinero semilla” (seed money) que propiciase el
arranque de nuevas iniciativas. La progresiva caída del dólar estadounidense limitó
las posibilidades de ejecución todavía más, agravándose con las dificultades de
gestión interna de las fundaciones universitarias. Otro límite de gran impacto es
que la partida presupuestaria de la phe no permite su utilización para otorgamiento
de becas de manutención para estudiantes indígenas, que pudieran proporcionarles
recursos para alimentación, transporte y vivienda en las ciudades, ya que en general
se trasladan desde sus aldeas, con grandes costos. No existen becas federales para
ese fin, y las que existen, en el caso de las universidades estatales, son inestables,
fluctuando de acuerdo a diversos factores, desde los políticos hasta los presupuestarios,
debiendo tenerse en cuenta que los preconceptos contra los indígenas son tanto
más fuertes cuanto más próximo se está de sus tierras. Las becas concedidas por
la Fundación Nacional del Indio (funai) –la agencia indigenista gubernamental–
son pocas y tampoco tienen su mantenimiento asegurado. Ese es un motivo de
gran deserción escolar de indígenas.

Otro punto importante lo constituyó la poca relevancia dada por el gobierno de


Luís Inácio Lula da Silva a todo lo que no fueran políticas de inclusión de grandes
artículo_4 75

sectores de población excluidos a un mismo mainstream sociocultural, con una


atención concentrada –y bastante justa, si no descuidase otras situaciones, como
la indígena– especialmente en los negros. La sensibilidad gubernamental frente
a los problemas indígenas fue tenue y objeto de muchas protestas por parte de las
organizaciones indígenas que, en muchas ocasiones, entregaron al gobierno
propuestas, manifiestos y otros documentos, además de haber realizado importantes
movilizaciones, aunque con resultados no tan positivos. La falta de coordinación
de las políticas indígenas reflejó esa poca atención y el equipo encargado de la
educación indígena en la secad/mec, responsable por una acción transversal, se
vio bastante sobrecargado con tareas que serían de responsabilidad de la sesu/mec,
salvo el breve período en ocasión de la presencia de la asesora Renata Gérard
Bondim en el depes/sesu, desde 2004 a parte de 2006. La burocracia de la educación
superior en el Brasil –y ello incluye las administraciones universitarias– es pesada
y desinteresada por transformaciones sustantivas en la vida universitaria, tanto
más frente a cuestiones como las acciones afirmativas para los indígenas, que son
percibidos como un segmento numéricamente insignificante de la población
brasilera, a pesar de su valor simbólico en la construcción nacional y de la importancia
de las tierras indígenas.

Tal cuadro fue incluso empeorando, pues las luchas por acciones afirmativas fueron,
básicamente, llevadas adelante por el movimiento negro, que volvió a instalar la
cuestión racial en la agenda del debate público, y porque el movimiento indígena,
frente a este cuadro adverso, se concentró por su parte en las demandas por tierras
y sustentabilidad. Las cuestiones educativas fueron poco asumidas por las principales
redes de organizaciones indígenas en el país y dejadas en manos de las organizaciones
de docentes indígenas, muchas de ellas –en especial en la región norte–, bastante
más dedicadas a demandas de tipo sindical, poco conectadas con las cuestiones
relativas a la sustentabilidad de los pueblos indígenas, origen de buena parte de
las demandas por educación superior. Todo ello generó un ambiente poco propicio
para la realización de la experiencia del ptc y demandó considerables esfuerzos de
reconfiguración de estrategias.

Juzgamos imprescindible que surjan políticas gubernamentales orientadas a la


educación superior de indígenas, que contemplen aquellos que son los mayores
problemas que se enfrentan: el mantenimiento de estudiantes indígenas en las
universidades, la ausencia de planes curriculares con contenidos expresivos respecto
de los modos de vida, las historias, las culturas, las lenguas y los proyectos indígenas
de futuro; la existencia de becas de manutención para los estudiantes. Tal política
precisaría ser construida mancomunadamente entre organizaciones e intelectuales
indígenas, el mec y las Secretarías Estatales de Educación. Al fin, restringir la idea
76 fundación equitas_ isees

de interculturalidad a las prácticas de las llamadas licenciaturas interculturales y


a ciertos modelos diseminados por la cooperación técnica internacional para el
desarrollo es una forma bastante restrictiva de pensar la relación entre conocimientos
indígenas y no indígenas.

Si bien la primera etapa del ptc consiguió ver a la Educación Superior de Indígenas
inserta como un ítem prioritario del programa del segundo gobierno de Lula, no
obstante, no se ha hecho nada sustancial hasta el momento. Se anuncia una segunda
etapa del prolind, pero no ha habido definiciones ni instrumentos para el control
de la sociedad. Se delegó en la secad –de reciente creación (2004) y que tiene en
su cartera innumerables tareas y poca capilaridad dentro de la burocracia de la
educación (sobre todo, la superior)– la espinosa tarea de lidiar con la educación
indígena en todos los niveles de formación. Aunque su equipo sea muy dedicado,
es pequeño y tiene poca experiencia en lo atinente a educación superior. Con el
hecho de que la sesu fuera desafectada del desarrollo de actividades en esa dirección,
se perdió la posibilidad de un cambio radical más ágil en innumerables programas
ya existentes en su estructura, donde deberían desarrollarse acciones afirmativas
en pro de los indígenas.

Sólo serán posibles transformaciones más profundas en las políticas gubernamentales


si el movimiento indígena no sólo convierte la demanda por educación superior
en una de sus reivindicaciones prioritarias, sino también, en una de sus metas de
presión política. Para esto, un proyecto que hubiese tenido más en cuenta las
actividades de advocacy y capacitación de organizaciones indígenas para aquel fin,
habría sido más oportuno, como hemos procurado mostrar en innumerables
oportunidades a la ff/nyc. La visión muy restrictiva y homogeneizante –que tenía
parámetros colocados en políticas de lucha contra las desigualdades de renta sin
todavía tener los recursos necesarios para ello–, vigente en la phe en el período
2002-2003, y que llevó al formateo del proyecto, impuso obligaciones que todavía
hoy tienen repercusiones; y sólo fue con ingreso del asesor del programa Aurélio
Vianna, en el segundo semestre de 2004, en el papel de traductor/mediador de la
interlocución entre la ff/nyc y el equipo del laced. Esta función es clave en el
necesario diálogo entre mundos sociales tan distintos, como lo son la sede norteame-
ricana de una fundación filantrópica que aprende a trabajar en una iniciativa de
foro global en un régimen similar al de instituciones multilaterales sin tener, no
obstante, una estructura definida para ello; y, el laboratorio de una universidad
federal pública en Brasil, con funciones de actuar como mediador entre realidades
locales. Ello demanda una cierta vocación comprensiva para el adecuado conocimiento
de las situaciones en diálogo y no necesariamente someterse a una directriz
globalizante.
artículo_4 77

Los obstáculos señalados más arriba han conducido a un redireccionamiento de


las actividades del equipo del laced en la segunda etapa del ptc, separándose la
función de financiamiento de núcleos universitarios de las funciones de producción
de conocimiento, transferencia de capacidades, advocacy y networking. De 2007 a
2009 el ptc tendrá otras metas. Se pretende estructurar programas de entrenamiento,
crear bases de datos y fomentar investigaciones de campo; diseminar información
a través de los medios oficiales y de Internet; rearticular la red de contactos generada
en el gobierno anterior, expandiéndola a los cuadros del nuevo gobierno federal.
Y se acaba de finalizar el proceso de monitoreo de las sub-donaciones a los núcleos
universitarios de Mato Grosso do Sul y de Roraima, efectuando todas estas actividades
en asociación con organizaciones indígenas, como manera de transferirles cono-
cimientos y capacidades.
78 fundación equitas_ isees

5. Bibliografía

BONDIM, Renata Gerard. 2006. “Acesso e permanência de índios em cursos de nível superior” En: Beto Ricardo e Fany
Ricardo, editores gerais. Povos Indígenas no Brasil: 2001-2005. São Paulo: Instituto Socioambiental, págs. 161-162.

GARCÍA, Stella & PALADINO, Mariana, compiladoras. 2007. Educación escolar indígena: investigaciones antropológicas
en Brasil y Argentina. Buenos Aires: Antropofagia.

SOUZA LIMA, Antonio Carlos de & BARROSO-HOFFMANN, Maria, editores. 2002 a. Etnodesenvolvimento e políticas
públicas: bases para uma nova política indigenista, I. Rio de Janeiro: Contra Capa Livraria/laced-Museu Nacional-ufrj.
--------------------------------- 2002 b. Estado e povos indígenas no Brasil: bases para uma nova política indigenista, II. Rio
de Janeiro: Contra Capa Livraria/laced-Museu Nacional-ufrj.
--------------------------------- 2002 c. Além da tutela: bases para uma nova política indigenista, III. Rio de Janeiro: Contra
Capa Livraria/laced-Museu Nacional-ufrj.

SOUZA LIMA, Antonio Carlos de & BARROSO-HOFFMANN, Maria. 2007. "Universidade e Povos Indígenas.
Desafios para uma educação superior universal e diferenciada de qualidade com o reconhecimento dos conhecimentos
indígenas" En:____, organizadores. Desafios para uma Educação superior para os povos indígenas no Brasil. Políticas
públicas de ação afirmativa e direitos culturais diferenciados. Seminário em Agosto de 2004. Rio de Janeiro: Museu
Nacional/laced/Trilhas de conhecimentos, pp. 5-32.
Art._ 5

“Pueblos indígenas y educación superior


en la Argentina. Datos para el debate”

mariana paladino
Art._ 5
artículo_5 81

artículo 5_

“Pueblos indígenas y educación superior en la Argentina.


Datos para el debate”

comentarios de mariana paladino. 1


noviembre de 2008.

1. Presentación

Este texto tiene por intención presentar algunas observaciones resultantes de un


relevamiento preliminar realizado en Argentina para conocer la situación de acceso
y permanencia de los pueblos indígenas en la educación superior. El mismo estuvo
motivado por la escasa información sobre el tema en el país.2

En su carácter de estudio preliminar es preciso aclarar que fue realizado en un


período de cuatro meses, abarcando principalmente entrevistas a funcionarios de
órganos de gobierno involucrados con políticas indigenistas y de educación,
consultores o asesores de algunos programas de gobierno, localizados en la ciudad
autónoma de Buenos Aires y en la ciudad de La Plata, capital de la provincia de
Buenos Aires, profesores y funcionarios universitarios, miembros de algunas ong
que trabajan con pueblos indígenas y líderes de algunas organizaciones indígenas
y, también, estudiantes universitarios indígenas, que los anteriores nos fueron
presentando.3 También realizamos dos breves viajes de campo para conocer la
situación de lo que ocurre en universidades localizadas en regiones o provincias
con significativa presencia de población indígena, como son los casos de la provincia
de Neuquén y Río Negro, en el sur del país, y las provincias de Chaco y Formosa,

1. Doctora en Antropología por el Programa de Postgrado en Antropología (ppgas), Universidad Federal de Río de
Janeiro (ufrj). Investigadora asociada al proyecto “Trilhas de conhecimentos. O ensino superior indígena no Brasil”,
(laced, ufrj), becaria de cnpq.
2. Existen como únicas fuentes el trabajo de Carlos Mundt, quien como consultor del Instituto Internacional para la
Educación Superior en América Latina y el Caribe (iesalc), realizó un estudio breve sobre la cuestión (“Situación de
la Educación Superior Indígena en la Argentina”-2004), el de Manuel Ramiro Muñoz (2005), quien también para
la iesalc, desarrolló un panorama de la educación superior en América Latina y el Caribe, en el cual ofreció algunos
datos de Argentina y el estudio de la Fundación equitas sobre Acciones Afirmativas en la Argentina (Díaz-Romero,
2005), entre las que se trata las destinadas a pueblos indígenas y al sistema de educación superior.
3. Agradezco a todos ellos por disponerse al diálogo, ayudar con información, contactos y, en algunos casos, a reflexionar
en forma conjunta sobre el tema que nos preocupa. También agradezco la importante colaboración de Gabriela
Bergesio, estudiante de la maestría en Educación de la flacso, quien me asistió en el período de relevamiento de
datos. Este estudio fue realizado con financiamiento de la Fundación Ford, a través del proyecto “Trilhas de
conhecimentos. O ensino superior indígena no Brasil”, coordinado por el prof. Antonio Carlos De Souza Lima.
82 fundación equitas_ isees

en el nordeste del país. En las dos primeras provincias habita el pueblo mapuche,
en el Chaco, los pueblos qom (toba), wichi y mocovi, y en Formosa, los pueblos
qom, wichi y pilagá. Debe enfatizarse que se trata de un relevamiento parcial, ya
que hubiéramos precisado un tiempo mucho mayor para, por un lado, ampliar a
regiones del país y pueblos indígenas que no fueron abarcados y, por otro, profundizar
la información recolectada, manteniendo un contacto y diálogo más extenso con
las personas entrevistadas.

Este artículo se organiza en cinco partes:

• En una primera parte del artículo, me referiré brevemente a las leyes indigenistas
vigentes en el país para entender el marco legal bajo el cual se han debido
implementar las políticas públicas recientes destinadas a pueblos indígenas.

• En una segunda parte, presentaré algunas informaciones estadísticas sobre la


situación de escolaridad de los pueblos indígenas en la Argentina, en base a los
datos recolectados por la Encuesta Complementaria de Pueblos Indígenas (años
2004-2005), realizada por el Instituto de Estadísticas y Censos (indec). Se
considera esta fuente de información, ya que no existe otro registro cuantitativo
sobre el tema elaborado por otros órganos de gobierno u otras instituciones.

• En una tercera parte, describiré las políticas y acciones gubernamentales en


educación destinadas a los pueblos indígenas, ofreciendo un panorama general
de las mismas y después analizaré, con más detalle, dos iniciativas vinculadas
al fomento y apoyo al ingreso y permanencia de indígenas en la educación
superior: un programa de becas de la Secretaría de Políticas Universitarias para
alumnos indígenas de carreras universitarias (subcomponente del Programa
Nacional de Becas Universitarias), que comenzó en 2000, y un proyecto de
becas coordinado por el Instituto Nacional de Formación Docente, dependiente
del Ministerio de Educación de la Nación, para los que aspiran realizar estudios
de formación docente de nivel superior, que comenzó a fines de 2006.

• En una cuarta parte, me referiré a algunas características del sistema universitario


argentino, para después dar cuenta brevemente de las situaciones observadas
respecto al acceso y permanencia de estudiantes indígenas en la educación
superior.

• Por último, finalizaré con algunas consideraciones generales y conclusiones


sobre el estudio realizado.
artículo_5 83

2. Legislación indigenista en la Argentina

En la Argentina, la ley Nacional 23.302 de Política Indígena y Apoyo a las Comu-


nidades Aborígenes (sancionada el 30 de septiembre de 1985), antecediéndose a
derechos que después fueron confirmados por la reforma Constitucional Nacional
del año 1994, vino a atender demandas indígenas que venían siendo levantadas
desde la década de 1970, con la realización del Primer Parlamento Indígena del
país, así como adecuándose a exigencias delineadas a nivel internacional.

La ley posee 25 artículos. En el Artículo 1:

Declárese de interés nacional la atención y apoyo a los aborígenes y a las


comunidades indígenas existentes en el país, y su defensa y desarrollo
para su plena participación en el proceso socioeconómico y cultural de
la Nación, respetando sus propios valores y modalidades. A ese fin, se
implementarán planes que permitan su acceso a la propiedad de la tierra
y el fomento de su producción agropecuaria, forestal, minera, industrial
o artesanal en cualquiera de sus especializaciones, la preservación de sus
pautas culturales en los planes de enseñanza y la protección de la salud
de sus integrantes.

A partir de esta ley se creó el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (inai), como
órgano de aplicación de la ley, para velar por su cumplimiento y la consecución de
los objetivos, proponer el presupuesto para la atención de los asuntos indígenas
y asesorar en todo lo relativo a fomento, promoción y desarrollo de las comunidades
indígenas del país. Debía funcionar como entidad descentralizada con participación
indígena, de dependencia directa del Ministerio de Salud y Acción Social,4 contando
con un consejo de coordinación y un consejo asesor. Entre los miembros del consejo
de coordinación, debían constar representantes de los pueblos indígenas.5

A partir de dicha ley se reconoce a las comunidades indígenas el derecho a la


personería jurídica (entendiendo por comunidades a conjuntos de familias que se

4. Actualmente depende del Ministerio de Desarrollo Social.


5. Existe en pleito un juicio que la Asociación Indígena de la República Argentina (aira) inició al Estado argentino
por la tardanza en la implementación de estas disposiciones legales. El inai, de hecho, recién es creado en 1991,
cuando la ley 23.302 contemplaba que debía comenzar a existir en 1985, y en sus primeros años, el entonces Presidente
Menem firmó un decreto (1667/91) transformando al Instituto en una simple Dirección, sin participación indígena
y sin presupuesto propio. Recién la participación indígena se garantiza con la creación del Consejo de Participación
Indígena (cpi) en el año 2004, formado por 85 representantes de los distintos pueblos aborígenes existentes en el
país. El juicio se estableció, sobre todo, por el incumplimiento de la ley frente a los derechos territoriales (capítulo 4,
artículos 7 a 13 de la ley 23.302), que prevé la adjudicación de tierras aptas y suficientes para las poblaciones indígenas,
tanto de las tierras fiscales de la nación o de las provincias que asignaron la ley, como la expropiación de propiedad
privada si fuera necesario.
84 fundación equitas_ isees

reconozcan como tales por el hecho de descender de poblaciones que habitaban


el territorio nacional en la época de la conquista o colonización, e indígenas o indios
a los miembros de dicha comunidad), para lo cual deben pasar a inscribirse en el
Registro Nacional de Comunidades Indígenas (re.na.c.i.), que funciona en el inai.

Este reconocimiento estatal como comunidad les permite no sólo contar con
instrumentos de defensa para la garantía de la ocupación territorial, sino también,
recibir la asistencia del inai y de algunos planes y programas sociales que sólo son
accesibles a los segmentos de la población indígena agrupada en comunidades con
personería jurídica. Cabe aclarar que no todas las comunidades poseen este
reconocimiento, tanto por el hecho de ser algunas de reciente formación,6 y aún
estar en trámite su inscripción, como por el hecho de algunas disputar o no tener
un diálogo con el inai.

La Nueva Constitución Nacional de 1994 otorgó cargo constitucional a los derechos


ya reconocidos en la ley 23.302 y, a su vez, avanzó en el reconocimiento de otros,
obligando, de esta manera, a la adecuación de los textos legales existentes. En su
Artículo 75, inciso 17, establece que el Estado debe:

Reconocer la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas


argentinos. Garantizar el respeto a su identidad y el derecho a una
educación bilingüe e intercultural; reconocer la personería jurídica de sus
comunidades, y la posesión y propiedad comunitarias de las tierras que
tradicionalmente ocupan; y regular la entrega de otras aptas y suficientes
para el desarrollo humano; ninguna de ellas será enajenable, transmisible,
ni susceptible de gravámenes o embargos. Asegurar su participación en
la gestión referida a sus recursos naturales y a los demás intereses que
los afectan.

Después de la Reforma Constitucional de 1994, en lo que respecta a la cuestión


indígena, se sancionaron a nivel provincial nuevas leyes o se produjeron reformas
en las constituciones provinciales de 11 provincias del país para adecuarse a las
nuevas normativas. Sin embargo, las respuestas fueron diversas según las fuerzas
políticas regionales.7

6. Es el caso de muchas familias de varios grupos indígenas que vivían dispersas e invisibilizadas como población
rural y, en los últimos años, por procesos de organización política y revalorización de la identidad, comenzaron a
reconocerse como pueblos indígenas y a reivindicar su reconocimiento y derechos colectivos frente al Estado.
7. Cabe citar como ejemplos dos provincias con significativa presencia de población indígena, como es el caso de
Formosa y Neuquén. Formosa ya había sancionado una Ley Indígena, que se considera pionera, en 1984 (Ley 426
integral del aborigen), un año antes de la ley nacional 23.302, con un fuerte apoyo de algunos sectores de la Iglesia
Católica y de las organizaciones indígenas provinciales. La provincia de Neuquén, recién en febrero de 2006, después
de una intensa lucha de organizaciones mapuches de esa provincia, concreta una reforma constitucional provincial
donde reconoce los derechos indígenas establecidos por la Constitución Nacional.
artículo_5 85

El Parlamento adoptó la Convención nº 169 de la Organización Internacional del


Trabajo (oit), mediante la Ley Nacional 24.071, sancionada en 1992. Sin embargo,
recién en julio del año 2000, el Poder Ejecutivo depositó el instrumento de
ratificación ante la oit, por lo que el convenio ha entrado en vigor en el país a partir
del 3 de julio de 2001.8

En lo que respecta a la educación escolar de los pueblos indígenas, la ley 23.302


es ambigua, en el sentido de promover al mismo tiempo “resguardar y revalorizar
la identidad histórico-cultural de cada comunidad aborigen” e “integrar de forma
igualitaria a la sociedad nacional”. En el artículo 15, establece que los planes
educativos en las áreas de asentamiento indígena deberán proporcionar una
formación para el “trabajo agrícola y cooperativo”, asociando de esta forma la
identidad indígena al espacio rural y a la actividad agrícola, y desconociendo tanto
otras formas de producción, como el hecho de que ya en esa época era fuerte la
migración indígena hacia la ciudad, realidad que no atiende la propuesta de planes
educativos existente en la ley.

Las medidas y acciones mencionadas en la ley Nacional sobre Políticas Indígenas,


referidas a la asistencia que deberá garantizar el Estado en educación escolar, se
centran en la alfabetización y en el nivel de enseñanza primario. Sólo existe una
referencia a otros niveles de formación en el artículo 16, cuando dice: “Se promoverá
la formación y capacitación de docentes primarios bilingües, con especial énfasis
en los aspectos antropológicos, lingüísticos y didácticos, como asimismo la
preparación de textos y otros materiales, a través de la creación de centros y/o
cursos especiales de nivel superior, destinados a estas actividades”.

En lo que respecta a las leyes educativas nacionales sancionadas después de la


restauración del gobierno democrático en 1983, recién la actual ley nº 26.206 (Ley
Nacional de Educación, sancionada el 14 de diciembre del año 2006) hace mención
al derecho de los pueblos indígenas a una educación intercultural bilingüe. Esta
ley trata en su Capítulo XI sobre la “Educación Intercultural Bilingüe” (artículos
52, 53, 54). El artículo 52 establece que:

La eib es la modalidad del sistema educativo de los niveles de Educación


Inicial, Primaria y Secundaria que garantiza el derecho constitucional de
los pueblos indígenas, conforme al art. 75 inc. 17 de la Constitución

8. Comparto las reflexiones de Claudia Briones cuando se pregunta en base a las ambigüedades, indefiniciones y
demoras que rodean la transformación de la legislación y reconocimiento de la diversidad en un Estado que ha tenido
una fuerte impronta monocultural “hasta qué punto la actualización del marco jurídico ha resultado del interés por
producir un vuelco significativo en las prácticas y políticas dirigidas a los pueblos indígenas, o ha sido más bien fruto
de una superficial adecuación a la retórica que estaba primando en foros internacionales” (2002, p. 13).
86 fundación equitas_ isees

Nacional, a recibir una educación que contribuya a preservar y fortalecer


sus pautas culturales, su lengua, su cosmovisión e identidad étnica; a
desempeñarse activamente en un mundo multicultural y a mejorar su
calidad de vida. Asimismo, la EIB promueve un diálogo mutuamente
enriquecedor de conocimientos y valores entre los pueblos indígenas y
poblaciones étnica, lingüística y culturalmente diferentes, y propicia el
9
reconocimiento y el respeto hacia tales diferencias.

El artículo 53 establece que para favorecer la Educación Intercultural Bilingüe entre


los pueblos indígenas, el Estado será responsable, entre otras acciones, de garantizar
la formación docente “específica” correspondiente a los distintos niveles del sistema.
Considero importante realizar dos consideraciones sobre la vigente Ley Nacional
de Educación y los alcances de la interculturalidad en educación que dice promover.
Primero, que establece la educación intercultural bilingüe como modalidad adecuada
para los pueblos indígenas en los niveles educativos inicial (pre-escolar), primario
y secundario, no incluyendo, por lo tanto, al nivel superior en esta modalidad. O
sea, la ley no contempla que sea un deber del Estado garantizar la interculturalidad
y el bilingüismo en la enseñanza superior. Apenas en el artículo 53, se refiere a la
obligación de garantizar la formación docente “específica”, sin aclarar su contenido
o el alcance de la misma.

La segunda consideración se refiere al público o destinatarios de la modalidad eib.


En el artículo 52, se explicita que son los pueblos indígenas o las poblaciones étnica,
lingüística y culturalmente diferentes, ya que los ayudaría a “desempeñarse
activamente en un mundo multicultural” y “mejorar su calidad de vida”. O sea, la
ley no establece que sea una perspectiva importante para toda la población argentina.

Esta ley es criticada por algunas organizaciones indígenas por el hecho de éstas no
haber sido consultadas sobre su contenido y forma. La participación indígena en
la elaboración de esta ley fue muy reducida.

3. Algunos indicadores estadísticos sobre las condiciones de escolarización y de


acceso a la educación superior por parte de los pueblos indígenas que habitan
Argentina

En la Argentina, son 24 los pueblos indígenas reconocidos por el inai. A su vez,


el indec (Instituto Nacional de Estadísticas y Censos), en el último Censo Nacional

9. El destacado es de la autora.
artículo_5 87

de Población de Hogares y Viviendas (2001), registró la existencia de 30 pueblos,


algunos no reconocidos por el inai, como es el caso de la población charrúa de la
provincia de Entre Ríos, o la población comechingón de la provincia de Córdoba.

El Censo Nacional del año 2001 dio como resultado la identificación de 281.959
hogares donde por lo menos uno de sus integrantes se reconoció como indígena.10

Posteriormente a este censo, se realizó la Encuesta Complementaria de Pueblos


Indígenas (ecpi), en los años 2004 y 2005, con el fin de atender las demandas de
participación indígena que en el censo anterior no habían sido contempladas. Se
elaboró de forma conjunta entre el indec, la academia, algunas organizaciones
indígenas y el inai y se centró en los hogares detectados como indígenas en el
censo 2001, con el objetivo de caracterizar a la población que se había reconocido
como tal (relevando datos sobre salud, educación, situación lingüística, económica,
de residencia y migración).

Los primeros resultados de la ecpi dieron cuenta de una población de 600.329


personas que se reconocen pertenecientes y/o descendientes en primera generación
de pueblos indígenas (301.208 varones y 299.121 mujeres), aunque endepa (Equipo
Nacional de Pastoral Aborigen) estima poco más de un millón – cifra que también
apoya el inai–. Para algunas organizaciones indígenas la cifra llega a 1.500.000
(Carrasco, 2002).

La población abarcada por la ecpi (2004-2005) consideró a familias distribuidas


en todas las provincias del país, incluyendo los 24 partidos del Gran Buenos Aires
y la ciudad autónoma de Buenos Aires. Los pueblos mapuche, kolla, toba y wichi,
en conjunto, agruparon cerca del 50% de la población relevada.

(Véase en la página siguiente cuadro que sintetiza el total de la población por grupo
indígena).

La ecpi reveló datos sobre la gran diversidad que caracteriza a la población indígena
localizada en territorio argentino, desde el tamaño poblacional, la situación
sociolingüística, el acceso a la educación escolar y a los servicios de salud públicos,
ocupación del espacio rural o urbano, o ambos, prácticas de movilidad o migración,
entre otros. Así, por ejemplo, existen pueblos, como los chulupíes, lules, onas,

10. El Censo Nacional de Población de Hogares y Viviendas del año 2001, a los fines de adecuarse a la ley Nacional
24.956, sancionada en 1998, que establece la medición de la población indígena, incluye por primera vez esta variable
en el contexto de un censo general de población. El criterio de identificación de la población indígena se basó en el
autoreconocimiento.
88 fundación equitas_ isees

11. Ver en Anexos, mapa con la localización de estos grupos.


artículo_5 89

sanavirones, tapietes que están formados por menos de 1.000 personas, otros por
más de 50 mil, como los mapuche, toba y kolla.

Algunos grupos, como los wichi, pilagá y mbyá guaraní usan de forma dominante
la lengua materna; otros, como los huarpe y ona, prácticamente carecen de hablantes.
También ocurre en algunas etnias –por ejemplo, mocoví, toba, mapuche, entre
otras– que según los grupos de edad considerados, varía considerablemente la
comprensión y el uso de la lengua materna. Aún se da el caso de grupos que, si
bien se comunican cotidianamente en la lengua nacional, lo hacen en una variedad
regional con características muy particulares y demandan su reconocimiento, como
es el caso de la población kolla que habita la Quebrada de Humahuaca, en Jujuy.

En algunos grupos, existe un alto nivel de urbanización, por ejemplo, los mapuche.
De los que viven en las provincias de Chubut, Río Negro, Neuquén, Santa Cruz,
el 71% está en la ciudad, y los que migraron hacia Buenos Aires, prácticamente el
100%. En otros, la urbanización es escasa, como es el caso de los wichi y los mbyá
guaraní. Sólo el 27% de los wichi vive en las ciudades (generalmente de Salta,
Chaco y Formosa, no han migrado a Buenos Aires). En el caso de los mbyá-guaraní,
apenas el 11,5% se trata de población urbana, y del mismo modo que los anteriores,
no se han trasladado a ciudades distantes de sus territorios de origen.

Respecto a la situación educativa, la ecpi nos proporciona información sobre


variados ítems. Para los intereses de este estudio, nos centraremos en los referidos
al nivel de educación de la población indígena mayor de 15 años.

En este registro del máximo nivel de educación alcanzado por la población mayor
de 15 años según el sexo, no se ha especificado el tipo de educación superior que
ésta realiza (si universitario o terciario), a diferencia del cuadro que presentaremos
más adelante donde se diferencian los grupos de edad.
90 fundación equitas_ isees

Los números presentados (16.858 varones y 26.436 mujeres) representan el total


de la población que está o tiene educación superior (no existe una distinción de
cuántos han egresado y cuántos están cursando este nivel). El total (varones más
mujeres) de los que tienen como máximo nivel de instrucción algún tipo de estudio
superior es de 43.294 frente a una población de 387.465, es decir, poco más del 11%.

De la lectura del cuadro, se puede observar que la mayoría de la población mayor


de 15 años ha alcanzado como máximo nivel de escolarización la enseñanza de
nivel primario y el secundario incompleto, tanto varones como mujeres. Llama la
atención el hecho de que las mujeres tienen un porcentaje significativamente
mayor de no escolarización, pero, al mismo tiempo, igualan a los hombres en el
nivel secundario completo y los superan en la educación superior.

Veamos ahora lo que ocurre entre los grupos de edad:

En este cuadro se establece una diferenciación en los estudios de nivel superior


(terciario y universitario y en el hecho de que estén o no completos), pero vemos
que no aparece la información discriminada por grupo de edad, a no ser en el
grupo de edad de 20 a 29 años. En este grupo se registra la cantidad de población
que está realizando algún curso universitario. Sin embargo, no hay información
de cuántos han egresado, ni sobre los que realizan estudios de nivel terciario.

Se observa que hay una mayor cantidad de personas cursando el nivel universitario
que el terciario (Institutos de Formación Docente o de Formación Técnica y
Profesional); aunque esta tendencia se invierte en los egresados, habiendo mayor
cantidad de egresados en el nivel terciario que en el universitario.
artículo_5 91

En el grupo de edad de 20 a 29 años, que es el que se considera que debería estar


cursando estudios de nivel superior, poco menos del 10% está en la universidad
(promedio estimativo de todas las etnias).

Analizando los datos que la Encuesta ofrece por pueblo indígena, se perciben
grandes diferencias respecto a este promedio general. Por ejemplo, entre los ava
guaraní que viven en las provincias de Jujuy y Salta, el porcentaje de la población
del grupo de edad de 20-29 años que está en el nivel superior (terciario o universitario)
no llega al 2%. Por el contrario, los kolla que viven en las mismas provincias que
los anteriores, tienen una escolarización más avanzada, 16% de los que están en
ese grupo de edad realizan estudios de nivel superior y el 2% ya se recibió.

• Entre los toba que viven en las provincias de Chaco, Formosa y Santa Fe, no se
ha realizado una diferenciación por grupo de edad en el nivel superior, apenas
sabemos que del total de la población mayor de 15 años, el 0,4% está realizando
un curso superior no universitario y la misma proporción una carrera universitaria;
o sea, en total, el 0,8% está realizando estudios de nivel superior. Respecto a los
egresados, tampoco existe un registro por grupo de edad, sino que está el total:
un 0,18% de la población mayor de 15 años concluyó un estudio universitario
y el 0,20% un estudio terciario, no universitario. Del grupo de edad 20-29 años,
únicamente aparece la información sobre los que concluyeron el secundario: el
5% del total de los que tienen esa edad.

• Ya en el caso de los mocoví, localizados en Chaco y Santa Fe, el nivel de instrucción


es mayor, el 6% de la población de más de 15 años tiene algún tipo de estudio
de nivel superior (sin especificar si es universitario o terciario). Del grupo de
edad 20-29 años, el 25% tiene secundario completo y el 11% ha completado
algún tipo de estudio de nivel superior.

• Entre los pilagá de la provincia de Formosa sólo el 5% del grupo de edad 20-29
años tiene secundario completo y no se registra población con educación superior.

• Los wichi, localizados en las provincias de Salta, Chaco y Formosa, tienen un


nivel de escolarización parecido al grupo anterior: sólo el 5% del grupo de edad
20-29 años tiene secundario completo y no existen registros en esa edad sobre
los que están cursando el nivel superior. Únicamente en el grupo de edad
siguiente (30-39 años) existe la información que el 1% de esa población ha
egresado del nivel terciario no universitario. Considerando el total de la población
wichi mayor de 15 años, sólo el 0,5% tiene algún tipo de formación superior
(terciario y universitario).
92 fundación equitas_ isees

• En el caso de los mapuches localizados en las provincias de Neuquén, Río Negro,


Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego, considerando el grupo de edad de 20-
29 años, el 20% tiene educación secundaria completa y un 4% está haciendo
un curso superior no universitario y casi el 8% un curso universitario. Es decir,
el 12% del grupo de edad de 20-29 años tiene acceso a la educación superior.
No existen datos de las personas egresadas en ese grupo de edad. Sin embargo,
en el total de los mayores de 15 años, hay un registro de 407 recibidos universitarios
y 707 recibidos terciarios, lo que representaría en un total de 50.722 personas
mayores de 15 años, poco más del 2% de la población mapuche.

Los mbyá guaraní, según datos de la ecpi, constituyen el grupo indígena con menor
acceso a la educación escolar: considerando los mayores de 15 años, el 30% no tiene
escolarización; el 15% tiene como mayor nivel de instrucción la educación primaria
completa; y el 10% como mayor nivel de instrucción la secundaria, pero no hay
datos que informen si han concluido este nivel o sobre la existencia de alumnos
en la educación superior. Si tomamos únicamente el grupo de edad de 20-29 años,
sólo el 17% tiene como máximo nivel de instrucción el secundario incompleto y
no hay registro si existen personas que ya lo concluyeron, ni si hay personas en el
nivel superior.12

Es así que, en algunos pueblos indígenas, menos del 1% de los jóvenes del grupo
de edad de 20-29 años está en la educación superior y, en otros, alcanza al 15%.
Los datos permiten establecer una cierta correlación entre urbanización y mayor
acceso y grado de escolaridad.

Cabe destacar que los datos recolectados por el indec son los únicos que nos
permiten llegar a informaciones de tipo estadístico sobre la situación de acceso a
la educación superior de los pueblos indígenas, ya que no ha habido otras iniciativas
institucionales para realizar este tipo de relevamiento. Por ejemplo, la Secretaría
de Políticas Universitarias (spu), a través de la Coordinación de Investigaciones e
Información Estadística (ciie), ha medido por primera vez, en el año 2006, la
variable nacional, o sea, la cantidad de alumnos extranjeros que estudian en las
universidades públicas y privadas; hace ya varios años vienen midiendo la variable
de género, pero no se consideran otras variables. El mismo Programa Nacional de
Becas Universitarias, que tiene un subcomponente de becas para indígenas, que
describiremos más adelante, no elaboró un diagnóstico o estudio para saber cuál

12. Por comunicación personal de un antropólogo que trabaja con población mbyá guaraní de Misiones tomamos
conocimiento de cuatro jóvenes que cursan actualmente estudios de nivel superior en esa provincia (inf. Hugo Arce).
artículo_5 93

sería la posible demanda indígena de becas. Las universidades, hasta ahora, tampoco
han tenido la preocupación de mapear sus estudiantes utilizando categorías étnicas.

No obstante, el Anuario de Estadísticas Universitarias de la spu –al proporcionar


datos referidos a la población en general– posibilita contrastar en forma comparativa
los datos de la ecpi, de lo cual se evidencia la gran desigualdad en el acceso de los
pueblos indígenas a la educación superior si comparada a la población total nacional,
ya que, mientras según las etnias que consideremos, el porcentaje del grupo de
edad de 20-29 años que está en la educación superior puede ir del 1% al 15%, ya
para la población general nacional de ese grupo de edad, el 45% está cursando
algún tipo de estudio de nivel superior.

Por lo tanto, a pesar de que las diferencias en el nivel de escolarización son grandes
entre algunos pueblos indígenas, éstas pasan a reducirse cuando se las compara
con los datos obtenidos de la población nacional total.

4. Sobre las políticas educativas destinadas a la población indígena

Es importante llamar la atención para la variedad de órganos de gobierno (ministerios,


secretarías, direcciones y programas) involucrados directa o indirectamente en
políticas públicas relativas a los pueblos indígenas. En la Argentina, nunca existió
un órgano indigenista que nucleara la actuación y políticas en torno a este segmento,
como por ejemplo ocurrió en Brasil.13

En la implementación de políticas educativas y administración escolar para la


población indígena se ocupaban hasta fines del año 2007, a nivel nacional, el
Programa Nacional de Educación Intercultural Bilingüe, localizado en la Dirección
Nacional de Programas Compensatorios de la Secretaría de Educación Básica; la
Secretaría de Políticas Universitarias, ambos dependientes del Ministerio de
Educación, Ciencia y Tecnología (mecyt) y el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas
(inai), a través de su Área Educativa. A nivel provincial, dentro de las secretarías
provinciales de educación, existen en algunas, áreas, programas o equipos que se

13. Se ocupaban en el año 2007 a nivel nacional: el Ministerio de Desarrollo, del cual el Instituto Nacional de Asuntos
Indígenas (inai) forma parte, el Ministerio de Educación Ciencia y Técnica (a través del Programa Nacional de
Educación Intercultural Bilingüe), la Dirección de Pueblos Originarios de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo
Sustentable, el Ministerio de Salud, el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (inadi),
la Secretaría de Derechos Humanos (a través de la Dirección de Derechos Económicos, Sociales, Culturales y de
Incidencia Colectiva), la Secretaría de Cultura (a través del Programa Pueblos Originarios), la Secretaría Nacional de
Niñez, Adolescencia y Familia, la Administración de Parques Nacionales, la Secretaría de Tierras para el Hábitat
Social, entre otros.
94 fundación equitas_ isees

ocupan especialmente de la educación indígena. En los casos que no existe esta


diferenciación, están –lo que desde el nivel central se llama– los “referentes”, o
sea, funcionarios de las secretarías provinciales de educación escogidos para
intermediar en el diálogo con Nación, articular los programas o planes que recibe
del mecyt con las instituciones y los actores provinciales y locales.

Las acciones del inai en el área de educación se centraban en el año 2007 en el apoyo
a proyectos de alfabetización de jóvenes y adultos, recuperación y fortalecimiento de
la lengua y la cultura en comunidades indígenas, apoyo a Proyectos Educativos
Institucionales de escuelas localizadas en comunidades indígenas y becas. En general,
se trata de acciones que fueron planeadas más para atender a demandas concretas
y puntuales de maestros indígenas, padres y líderes de algunas comunidades hacia
este órgano, que como parte de un programa sistemático y planificado desde el nivel
central, que atienda a todas las poblaciones indígenas. Cabe destacar entre las acciones
que indirectamente fortalecen el acceso a estudios de nivel superior, a las tutorías
–llamadas “interculturales”– para los estudiantes indígenas que están cursando la
escuela secundaria. Esta acción ocupó, en el año 2006, casi el 10% de todo el
presupuesto total del inai. El componente surgió a partir de la preocupación y
demanda de padres y miembros de algunas comunidades por la educación de sus
hijos. “Se arribó a la conclusión que es necesario que reciban apoyo no solo económico,
sino también pedagógico y cultural, con el objeto de afianzar la autoestima, su
identidad y sortear las dificultades académicas que se les presentan” (inai, 2007, p.
4).14 La tarea del tutor, contratado por el inai, abarca dos aspectos: el pedagógico y
el cultural; o sea, sostener al alumno en el sistema educativo formal, al mismo tiempo
que afianzar su identidad (id.). Son 305 tutores interculturales que acompañan a
alumnos indígenas en todo el país, según datos de 2007, y reciben una asignación
en concepto de beca, con financiamiento del inai.

También este órgano comenzó a apoyar con auxilio financiero a estudiantes de


nivel terciario a partir del año 1997 a través de proyectos presentados por distintas
organizaciones indígenas. Se trata de un auxilio económico que se otorga al
estudiante una sola vez al año, para ayudarlo a solventar algunos gastos de estudios
(material didáctico, fotocopias, vestimenta o traslado). En el año 2007, el inai
asignó 200 becas para estudiantes indígenas que estaban realizando estudios en

14. Los tutores interculturales son propuestos por las propias comunidades y es responsabilidad de éstas evaluar su
desempeño en relación al cumplimiento de sus tareas, que consisten esencialmente en: “Acompañar a los alumnos
en el proceso de enseñanza-aprendizaje y en su desarrollo socio-afectivo y facilitar la comunicación entre alumnos-
escuela-familia y comunidad”, según las conclusiones a las que llegaron los tutores interculturales en un taller
interprovincial realizado en la provincia de Jujuy en el año 2002 y que fuera ratificado por los tutores en los diferentes
talleres de capacitación que se hicieron durante el año 2005 en todo el país (inai, 2006, p. 4).
artículo_5 95

tecnicaturas (como por ejemplo Enfermería, Agropecuaria, etc.) y en otros institutos


terciarios.

El inai también financiaba con becas a los estudiantes del Centro de Formación
e Investigación para la Modalidad Aborigen –cifma– (que se trata del único instituto
de nivel superior en el país, reconocido como tal desde 1995, que ofrece una
formación específica para maestros indígenas), localizado en la provincia del Chaco.
Pero, a partir de 2007, con la creación de un proyecto de becas del mecyt para
estudiantes indígenas de institutos superiores de formación docente, que será
comentado más adelante, dejó de financiar a los estudiantes del cifma y quien
pasó a asumir esta tarea fue el Ministerio de Educación de la Nación.

Respecto a las acciones del mecyt, es importante aclarar que desde el año 2004
hasta fines del año 2007, fue el Programa Nacional de Educación Intercultural
Bilingüe, que formaba parte de la Dirección Nacional de Programas Compensatorios
de la Secretaría de Educación Básica, el que concentró la asistencia y apoyo a la
educación escolar indígena del país.15 La atención educativa a los pueblos indígenas
ya formaba parte de las acciones de la Dirección Nacional de Programas Compen-
satorios desde el año 1997. En esa época, no se hablaba de Educación Intercultural
Bilingüe, sino de “atención a las necesidades educativas de los pueblos aborígenes”.
Esta dirección surgió, como parte del proceso de reforma educativa que comenzó
con la ley Federal N 24.195, con el objeto de “superar las inequidades en el sistema
educativo, en particular la de los sectores de mayor vulnerabilidad, con especial
énfasis en becas estudiantiles y mejoramiento de la infraestructura escolar” (mecyt,
2004). Como señala Boido (2006), las políticas compensatorias han apuntado,
sobre todo, al apoyo en recursos económicos entendiendo la pobreza como la
principal situación vinculada al fracaso escolar.16
15. A comienzos del año 2008, el programa fue desactivado y está en proceso de formulación la Educación Intercultural
Bilingüe como modalidad del sistema educativo, en vez de programa. Esta modalidad está siendo implementada por
la Dirección Nacional de Gestión Curricular y Formación Docente.
16. El antecedente de esta Dirección lo constituye el Plan Social Educativo, implantado en 1993, dirigido a mejorar
las desigualdades educativas existentes, y atender a sectores definidos como “vulnerables”. Entre estos fueron incluidos
los pueblos indígenas, y comenzaron a recibir más atención, a través del proyecto: "Atención a las necesidades
educativas de la población aborigen", creado en 1997. Con la necesidad de organizar este proyecto, se comenzaron a
implementar acciones tales como encuestas, relevamientos y sistematizaciones, ya que se carecía de información
sistemática sobre las escuelas con población aborigen, cantidad de población que atendían, índices de retención,
repetición, niveles de enseñanza de las lenguas maternas, personal docente, entre otros indicadores. Las acciones del
proyecto fueron, principalmente, apoyar algunas experiencias escolares que ya venían siendo realizadas con poco o
ningún apoyo del Estado en recursos y capacitación y financiar la elaboración de libros didácticos bilingües. El
acompañamiento de estas experiencias se realizó a través de un Acuerdo con el Programa de Formación en Educación
Intercultural Bilingüe para los Países Andinos (proeib Andes) (Convenio N° 391 de fecha 26 de noviembre de 1999),
que preveía la asistencia técnica a las escuelas que estaban llevando a cabo experiencias de educación bilingüe y
capacitación a los docentes no-indígenas y docentes indígenas de esas escuelas. El resultado del trabajo realizado se
convirtió en un documento denominado "Primer Taller Nacional de eib: Balance y Perspectivas", en el cual se expresa
el pedido de todos los actores sobre la necesidad de "garantizar la interculturalidad a través de políticas educativas",
se ratifica que la misma es "responsabilidad del Estado", se expresa la imperiosa necesidad de "definir una política
lingüística en la Argentina" y "convertir la eib en política de Estado destinándole un presupuesto propio y adecuado”
(mecyt, 2004).
96 fundación equitas_ isees

Las acciones principales del Programa Nacional de Educación Intercultural Bilingüe


(pneib) han sido la administración de becas para estudiantes indígenas que cursan
el último ciclo de la educación primaria y secundaria,17 becas de nivel terciario para
estudiantes de carreras de formación docente, apoyo a proyectos educativos institucionales
basados en propuestas de interculturalidad y bilingüismo, financiamiento de material
didáctico producido por comunidades y organizaciones indígenas, entre otros.

En el área de la formación de recursos humanos para la Educación Intercultural


Bilingüe, el pneib promovió la realización de Seminarios Regionales de Formación
Docente, Interculturalidad y Bilingüismo, donde se congregó a consultores y
especialistas del proeib Andes, equipos técnicos provinciales de eib de los ministerios
de educación provinciales (los responsables de coordinar las acciones a nivel
provincial), representantes o referentes indígenas, instituciones educativas, univer-
sidades nacionales, organizaciones indígenas y no gubernamentales de cada
jurisdicción, con el fin de intercambiar y sistematizar experiencias y discutir sobre
la formación de recursos humanos para la eib, tanto en el ámbito escolar formal
como en el no formal. El objetivo de los seminarios fue atender a las necesidades
y demandas vinculadas a la formación docente de las poblaciones indígenas del
país y reflexionar sobre diversas temáticas vinculadas a la interculturalidad y la
escuela. Fue presentado en estos seminarios (años 2004-2005) un documento
propositivo de formación docente para la eib elaborado por el Ministerio y un
documento elaborado por parte las universidades nacionales. La propuesta del
primer documento apuntó a proponer una formación docente específica (para
solucionar el problema de los indígenas no titulados que ejercen funciones docentes
en sus comunidades) y una educación intercultural que atraviese la formación
docente en su totalidad. Sin embargo, se trató sólo de una propuesta. Hasta ahora
no existe a nivel nacional una política pública para la formación de maestros
indígenas o modalidades específicas de formación superior. Apenas existe desde
el año 2006 un proyecto para estimular el ingreso de indígenas a carreras de
formación docente, a través del otorgamiento de becas.

17. El otorgamiento de estas becas surge de un convenio entre el Ministerio de Desarrollo Social (inai) y Ministerio
de Educación, Ciencia y Tecnología de la Nación, en el año 2003. El inai es responsable de la divulgación de esta
acción en las comunidades indígenas, distribución de formularios, articulación con las organizaciones indígenas,
entre otros. El objetivo de este componente es contribuir a que los alumnos indígenas puedan culminar sus estudios
secundarios a través de la ayuda económica y disminuir los índices de deserción. Se trata de un aporte económico
que el alumno indígena recibe sólo una vez al año (era de 500 pesos en el año 2007, en torno a los 170 dólares). Según
informaciones que obtuvimos en el inai, la demanda por becas para el nivel secundario fue creciendo en forma
gradual y constante, lo cual originó la necesidad de firmar un convenio con el mecyt (en el año 2003) para conseguir
un financiamiento más estable. El apoyo económico había sido una acción del inai que comenzó en el año 1996,
atendiendo sólo a 500 jóvenes indígenas. En el año 2003, después del acuerdo con el mecyt, pasaron a financiar 5.000
becas. En el año 2004 se distribuyeron 6.000 becas, en el año 2005, 2.300 nuevas becas, en el año 2006, 2.700 nuevas
becas y en el año 2007, se distribuyeron 8.000 nuevas becas. Estas becas son financiadas con recursos del bid.
artículo_5 97

A seguir será comentado este proyecto, así como el Programa Nacional de Becas
Universitarias, a través de su subprograma –Becas para alumnos indígenas– de la
Secretaría de Políticas Universitarias. Se trata de las dos únicas acciones implemen-
tadas a nivel del Estado nacional para apoyar el acceso y favorecer la retención de
indígenas en la educación superior. Ambos consisten en becas de estudio.18 Es
decir, no existe una política por parte del gobierno que, más allá de lo económico,
apunte al acompañamiento académico de los alumnos indígenas o a la transformación
curricular o institucional de los establecimientos donde estudian.

Programa Nacional de Becas Universitarias-Subprograma “Indígenas”


El Programa Nacional de Becas Universitarias (pnbu), dependiente de la Secretaría
de Políticas Universitarias del mecyt, tiene como objetivo principal “promover la
igualdad de oportunidades en el ámbito de la educación superior” y, como objetivos
secundarios, “a) favorecer el acceso y/o permanencia en el ámbito de la educación
superior de grupos de estudiantes con particulares condiciones de vulnerabilidad;
y b) contribuir al desarrollo del país, promoviendo la formación de recursos humanos
en carreras que resultan prioritarias para el crecimiento económico del mismo”.19

Existe una convocatoria general y tres subprogramas: Indígenas;20 Discapacitados


y Prioritarias (este último, es para alumnos que cursan o se inscriban en alguna
de las carreras que son consideradas estratégicas desde el punto de vista del
desarrollo económico del país –existe un listado–, incluyendo sus orientaciones o
especialidades). Los posibles postulantes a esos tres subprogramas también pueden,
si lo desean, postularse a la convocatoria general. Si bien este programa fue creado
en 1996, el subprograma “Indígenas” sólo comenzó a existir en el año 2000.

Tanto el subprograma “Indígenas” como el de “Discapacitados” no establecen un


cupo máximo de becas, a diferencia del subprograma “Prioritarias” que establece
un máximo de 2.000 becas por año. El beneficio de presentarse al subprograma
“Indígenas”, en relación a la convocatoria general, es que para esta última sí se
establece un cupo, además de exigir que el alumno obtenga como calificación
mínima nota de 6 (sobre 10) y que no sea mayor de 30 años. Tanto el subprograma

18. Es importante mencionar que estas dos modalidades de becas para indígenas que estén en la educación superior
son financiadas con recursos del Tesoro Nacional, a diferencia de las becas para estudiantes indígenas de educación
media, que son financiadas con recursos del bid.
19. Información disponible en la página web del pnbu: www.me.gov.ar/pnbu.
20. “Podrán inscribirse en este subprograma los alumnos que cumplen con los requisitos para acceder al pnbu y que
provengan de una comunidad indígena, es decir, de un conjunto de familias que se reconozcan como tales por el
hecho de descender de poblaciones que habitaban el territorio nacional en la época de la conquista o colonización,
conforme lo estipulado por la Ley Nº 23.302/85. La pertenencia a una comunidad indígena deberá ser avalada mediante
nota firmada por alguna autoridad de los consejos locales o regionales que correspondan a la comunidad del alumnos”
(mecyt, spu, 2005).
98 fundación equitas_ isees

“Indígenas”, como el de “Discapacitados” no establecen límite de edad y la nota


exigida para ingreso o renovación de la beca es menor que la de la convocatoria
general (mínimo de 4). Al alumno indígena se le exige que presente una carta de
un líder o representante del consejo u organización local de donde provenga, que
avale su pertenencia a una comunidad indígena. La comunidad o la organización
deben ser reconocidas por el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas.

El monto económico de las becas en todas las modalidades de la convocatoria es


el mismo. En 2007 era de 2.500 pesos anuales, a percibir en 10 cuotas (el equivalente
a aproximadamente 800 dólares).

Cabe enfatizar que el área estadística del pnbu apenas recolecta informaciones
sobre la cantidad de becas otorgadas para el subprograma “Indígenas”, por provincia,
y por universidad beneficiada, pero no registra información acerca de a qué grupos
indígenas pertenecen los alumnos becados y en qué carreras están inscritos.
Además, carece de una estimativa de cuántos alumnos indígenas universitarios
hay en el país y cuál es la demanda reprimida que el programa de becas no está
atendiendo. Tampoco existe una información estadística sistematizada que apunte
al acompañamiento y evaluación del impacto de dicho programa (número de
egresados entre los becarios, grado de retención, etc.); esto, en términos generales,
refiriéndonos tanto al subprograma “Indígenas”, como a la convocatoria general,
que lleva más años de implementación, pero aun así se carece de datos para evaluar
su impacto.

A pesar de que el subprograma “Indígenas” del pnbu ha sido creado como una
política de promoción a la igualdad de oportunidades y no establece cupo de becas,
de hecho observamos que fueron concedidas en el año 2007 muy pocas, apenas
103 para todo el país. Las 103 becas fueron distribuidas en 21 universidades, todas
ellas públicas nacionales. Las que tienen más becarios indígenas son las universidades
del noroeste argentino: Universidad Nacional de Tucumán (19), Universidad de
la Rioja (13) y Universidad de Jujuy (12) y las que menos tienen son las del nordeste
y centro del país (a excepción de la Universidad de La Plata, que tiene seis becarios).21

Esta escasa demanda –según las informaciones que pudimos obtener– refleja
diferentes problemáticas: en primer lugar, la inequidad en las condiciones de acceso
y baja escolarización de un segmento importante de la población indígena, que no
llega ni siquiera a concluir la educación primaria y los datos de la ecpi –que

21. Ver en Anexo cuadro que sistematiza información sobre becas otorgadas a estudiantes indígenas universitarios
del subprograma “Indígenas” en el año 2007.
artículo_5 99

mostramos en el ítem anterior– son bastante expresivos al respecto. En segundo


lugar, la dificultad para el acceso a las herramientas tecnológicas que se deben
tener para poder postularse, ya que es un requisito que la inscripción a la beca sea
hecha por Internet. En tercer lugar, la inequidad en las condiciones de permanencia,
ya que, obviamente, esta beca no resuelve ni lo económico –no olvidemos el escaso
monto– y menos lo pedagógico, entonces ocurre, según nos informaron algunos
funcionarios de las Secretarías de Bienestar Estudiantil de las universidades con
las que tuvimos contacto, que muchos acceden a la beca porque son ingresantes,
pero al año siguiente, al solicitar su renovación, tienen que haber aprobado –como
requisito– por lo menos una materia con nota 4 como mínimo, lo cual algunos no
alcanzan y, por lo tanto, pierden la posibilidad de renovación.

Proyecto “Becas de Formación Docente para Estudiantes Indígenas”


Este proyecto “constituye una propuesta orientada a propiciar la formación de
docentes de origen indígena, de modo de contribuir a enriquecer los espacios de
enseñanza y aprendizaje de la formación docente y del sistema educativo de nuestro
país atravesados por la diversidad cultural y lingüística”.22 Consiste en el otorgamiento
de becas a indígenas que pretendan estudiar o estén estudiando carreras docentes
(en Institutos de Formación Docente de Nivel Superior). Fue creado en 2006,
cuando se divulgó entre los institutos y comenzó a otorgar becas en el año 2007.23

En el año 2007 este proyecto fue coordinado en forma conjunta por el Programa
Nacional de Educación Intercultural Bilingüe (pneib) y por el Instituto Nacional
de Formación Docente (infd), dependiente del Ministerio de Educación de la
Nación; actualmente, como el pneib fue desactivado, el segundo quedó como único
coordinador. Este proyecto es financiado con recursos del Tesoro Nacional.

22. Proyecto “Becas de Formación Docente para Estudiantes Indígenas”. Bases para la Postulación a la Beca. 2007.
mecyt.
23. Es importante mencionar que en la Argentina, a excepción del Centro de Investigación y Formación para la
Modalidad Aborigen (cifma) –que comenzó desde 1987 a formar Auxiliares Docentes Aborígenes y que actualmente
forma Maestros Bilingües Interculturales y Profesores Bilingües Interculturales–, no existen cursos de nivel terciario
específicos para la formación de maestros indígenas. Las provincias que han implantado modalidades de formación
específica son el Chaco y Formosa, la primera además del cifma, tiene un bachillerato para adultos con formación
pedagógica bilingüe e intercultural, en Pampa del Indio, pero es un establecimiento de enseñanza media y el título
los habilita para enseñar sólo en el primer ciclo de la enseñanza primaria (1º a 3º grado). En Formosa había escuelas
de enseñanza media con orientación pedagógica de modalidad específica, son los Centros Educativos de Nivel Medio,
donde se formaban los “memas” (“Maestros Especiales para la Modalidad Aborigen”). Salvo estas modalidades, la
alternativa existente hasta hoy para poder desempeñarse como docente con habilitación para dar clases en todo el
nivel de enseñanza primaria, es cursar en Institutos Superiores de Formación Docente de la red pública o privada
sin orientación específica. En otras provincias (como Salta, Misiones, Santa Fe) también existe la figura del auxiliar
bilingüe (algunos han ido a formarse a Chaco y Formosa, otros han participado de cursos de capacitación por parte
de especialistas –pedagogos, lingüistas, antropólogos– en educación escolar indígena), pero en general, al no tener
título terciario, tampoco tienen estabilidad laboral, termina el ciclo escolar y su contrato finaliza o es sujeto a presiones
y relaciones de clientelismo político.
100 fundación equitas_ isees

En el año 2007 se otorgaron 867 becas para estudiantes indígenas de 64 institutos


superiores de formación docente, localizados en 17 provincias. La beca en 2007 consistió
en un monto anual de 1.500 pesos (aproximadamente 500 dólares) a pagar en dos cuotas.

Las postulaciones fueron analizadas por un Comité de Selección creado a tal efecto,
formado por representantes del pneib, del Área de Formación Docente de la
Dirección Nacional de Gestión Curricular y Formación Docente, referentes provin-
ciales del pneib y un responsable del órgano de Formación Docente de cada
jurisdicción (el inai no fue invitado a participar como miembro de este comité).
Se intentó alcanzar una distribución equitativa que contemplase la presencia de
la diversidad de pueblos indígenas existentes en el país, y en el caso de postulantes
con semejante mérito, privilegiar a los que tienen mejores notas. Se estableció un
cupo de 30 becas por instituto, ocurriendo que en algunos no se cubrió este número
por falta de candidatos y en otros se sobrepasó.24

Varios funcionarios y consultores del mecyt entrevistados se refirieron al impacto


positivo que tuvo el programa respecto a la visibilidad y la identificación indígena,
ya que tal vez algunos institutos sabían que contaban con esos alumnos, y a su vez
las comunidades sabían muy bien quienes de sus miembros estaban estudiando
y donde, pero faltaba una visión de conjunto, sobretodo dentro del sistema de
formación docente. También promovió en los postulantes una búsqueda y movili-
zación por conocer más sobre sus historias familiares, sobre todo entre los jóvenes
que viven y se criaron en la ciudad.

Cabe aclarar que durante el primer año de su ejecución (2007), este proyecto no
fue acompañado de otras acciones de apoyo a los estudiantes indígenas becados,
como podrían ser diversas modalidades de acompañamiento por parte de los
institutos de formación docente, ni se había planteado una transformación curricular
para comenzar a construir una perspectiva intercultural. Si bien algunas cátedras
y profesores más sensibilizados con la cuestión, vienen desarrollando proyectos
de investigación con sus alumnos indígenas y no indígenas en esta perspectiva.

Para finalizar este apartado, me referiré brevemente a algunas de las críticas que
fueron colocadas hacia estos dos programas por parte de miembros y dirigentes
indígenas de las organizaciones con las que tuvimos contacto. En general, ambos
son bastante cuestionados por no haber sido suficientemente divulgados y, por lo

24. Por ejemplo, en el caso de Misiones, apenas hubo un alumno becado (mbyá guaraní), ya que no hay otros indígenas
estudiando carrera docente de nivel terciario en dicha provincia. En Jujuy, al contrario, hubo una demanda grande,
y terminó siendo la provincia con más becarios: 240.
artículo_5 101

tanto, muchos estudiantes no solicitan becas porque no saben de su existencia. De


hecho, se constata que en los dos casos no se cubrió toda la oferta disponible: el
pnbu no establece cupo de becas para el subprograma “Indígenas” y, en el caso
del segundo proyecto (becas para estudiantes de institutos terciarios de formación
docente), había un cupo para el año 2007 de 1.500 becas, pero apenas fueron
otorgadas 867 becas, a falta de candidatos que cumplieran con los requisitos.

También se cuestiona el hecho que los dos programas exijan como requisito que
el estudiante demuestre su pertenencia a una comunidad a través de la presentación
de una carta de un líder de la misma, reconocida por el Instituto Nacional de
Asuntos Indígenas. Ocurre que algunas son de reciente formación, por procesos
de migración (a la ciudad), o al contrario, de recuperación territorial por parte de
grupos que están atravesando un proceso de reconocimiento y fortalecimiento de
la identidad, y aún no tienen el registro como “comunidad”, o también el estudiante
puede integrar familias que migraron a la ciudad, pero no necesariamente viven
agrupadas. Por lo tanto, este requisito exigido es criticado porque se sustenta en
una perspectiva esencialista de la identidad indígena.

Otra de las críticas que reciben estos programas (formulada por algunos miembros
de organizaciones con los cuales dialogamos y también por algunos profesores y
funcionarios universitarios y por docentes y directores de institutos de formación
docente) es que han sido implementados sin el debido diagnóstico y estudio de la
situación de los estudiantes indígenas, la realidad en que viven y, por lo tanto,
cuáles son las necesidades económicas concretas atravesadas por ellos. Tampoco
consideran las diferencias de costo de vida entre las provincias, las cuales son muy
considerables, ya que las dos becas se tratan de montos fijos anuales. El auxilio
económico es evaluado como escaso, no cubre los gastos de un estudiante univer-
sitario (menos aun para los que no tienen familia en la ciudad y deben alquilar) y
existen atrasos importantes en el cobro de las becas.

Cabe llamar la atención, como ya mencioné antes, que estas dos modalidades de
becas (para carreras universitarias y para institutos terciarios de formación docente)
no tienen articulación entre sí. Tampoco existe una articulación entre estas becas
con las becas que el mecyt otorga a estudiantes indígenas de enseñanza media. O
sea, no se busca acompañar y fortalecer las trayectorias escolares. Tampoco, hasta
ahora, estos programas han sido acompañados de evaluaciones y estudios de
seguimiento para poder conocer el impacto que tienen.
102 fundación equitas_ isees

5. Algunas características e informaciones sobre el sistema universitario argentino

En la Argentina no ha habido un debate sobre acciones afirmativas en la educación


superior, como sí ha ocurrido en otros países de América Latina. Probablemente,
esto se deba al modelo universitario que ha predominado hasta comienzos de la
década del 90, durante los períodos democráticos, basado en el carácter gratuito,
laico y de acceso universal. Es a partir de esta condición que se impuso un imaginario
de “igualdad de oportunidades” para todos, lo cual resultó en el escaso cuestion-
amiento sobre la necesidad de reflexionar acerca de quiénes son los segmentos y
sectores sociales que acceden a este nivel de estudios.

Hasta la primera mitad de la década del 90, en derechos, cualquier estudiante


podía tener acceso a las universidades públicas.25 A partir de entonces, como reflejo
de las reformas implementadas de neto corte neoliberal y de recortes presupuestarios
en la educación superior, la mayoría de las universidades, y sobre todo en las
facultades que tienen mucha demanda, vienen aumentando los mecanismos para
la selección de sus estudiantes, en algunos casos a través de exámenes para el
ingreso, otros a través de cursos de ingreso de nivelación de carácter obligatorio,
después de los cuales también deberán enfrentar pruebas. En algunas, sigue
prevaleciendo el ingreso irrestricto, con cursos de orientación no eliminatorios.

A pesar de estos crecientes mecanismos de selección previa en las universidades


públicas, investigadores del ámbito universitario, principalmente pedagogos y
sociólogos, llaman la atención para el hecho de que la selección en el caso de
Argentina no está colocada tanto en el ingreso –como ocurre en otros países–, sino
en la permanencia.26 Existen mecanismos de selección explícitos e implícitos –el
régimen de cursadas, horarios, contenidos, exámenes parciales y finales– que se
adecúan a los alumnos que posen una trayectoria de escolarización y socialización
que les permite comprender y operar con las reglas de juego presentes en el sistema
universitario.27

25. Incluso la Ley de Educación Superior (que se dictó el 7/08/1995) estipula en su artículo séptimo que se permite
el ingreso de estudiantes mayores de 25 años que no tengan estudios secundarios, pero que puedan demostrar aptitudes
y habilidades para la carrera elegida.
26. Las formas de restricción en el ingreso son muy cuestionadas por los movimientos estudiantiles universitarios,
porque se las asocia a las políticas de discriminación política e ideológica de los gobiernos militares dictatoriales, y
por el contrario, se vincula la ausencia de exámenes de ingreso y otros mecanismos de selección explícita con la
democracia. Cabe recordar que la política universitaria del gobierno militar tuvo dos dimensiones diferentes pero
íntimamente vinculadas: por un lado, la represión física e ideológica de estudiantes, docentes y trabajadores junto
con la modificación de planes de estudio, eliminación de textos y cierre de carreras; por el otro, la política universitaria
se dirigió a limitar el acceso, mediante la instauración de exámenes de ingreso (Balán, 1992, p. 3).
27. Como lo expresan Bourdieu y Passeron: “...los sistemas educativos ofrecen información y adiestramiento que
pueden ser recibidos y adquiridos sólo por sujetos dotados con los sistemas de predisposición que son la condición
para el éxito de la transmisión y de la inculcación de la cultura...” (1977).
artículo_5 103

En la Argentina coexiste un modelo de acceso de masa en el nivel superior, con


una creciente crisis en los niveles de educación más bajos. Esto explica la coexistencia
de tasas altas de deserción escolar en la educación primaria, con tasas elevadas de
educación superior. Recientemente, la Ley Nacional de Educación Nº 26.206 (de
14 de diciembre de 2006) establece la obligatoriedad de la educación secundaria.
Por lo tanto, el Estado espera que esto se refleje en los próximos años en un mayor
ingreso a la educación superior por parte de segmentos que ni siquiera concluían
la educación primaria. Sin embargo, existen investigaciones que muestran que
cada vez hay más sectores que se excluyen de la educación superior, porque ha
perdido credibilidad el imaginario de la ascensión social a través de la posesión de
títulos, y la falta de empleo de la población calificada se agrava cada vez más.

Según informaciones estadísticas de la Coordinación de Investigaciones e Infor-


mación Estadística de la Secretaría de Políticas Universitarias (spu), había en el
año 2006, en las universidades públicas, una población de 1.304.003 estudiantes,
distribuidos en 39 universidades nacionales, 4 institutos universitarios y una
universidad provincial (Universidad Autónoma de Entre Ríos).

De este total, los nuevos alumnos inscriptos en 2006 fueron 262.794, en cambio,
durante ese año hubo apenas 62.270 egresados.28

En las universidades públicas nacionales el 42,4% de la población estudiantil es


de sexo masculino y el 57,6% es de sexo femenino. O sea, hay una mayor presencia
de mujeres que de hombres en las universidades nacionales. Esto se invierte si
consideramos los institutos universitarios (se enseñan carreras militares principal-
mente), donde el 63,6% son varones y sólo el 36,4% mujeres.

Respecto a los egresados de las universidades nacionales en el año 2006, el 41,1%


fueron varones y el 58,9% mujeres; de los institutos universitarios, el 70,1% de los
egresados fueron varones y el 29,9% mujeres.

En la Argentina hay en total 40 universidades privadas y 10 institutos universitarios


privados, que reunían en el año 2006 279.373 alumnos. De ese total, los nuevos
inscritos del año 2006 eran 86.107 y los egresados fueron 22.981.

En las universidades privadas, el 46,6% de los alumnos son varones y el 53,4%


mujeres. En los institutos universitarios privados, el 52,6% son varones y el 47,4%
mujeres.
28. Como llama la atención Kiselevsky (2002), la población universitaria crece a un ritmo muy superior que el de
los egresados de este nivel.
104 fundación equitas_ isees

Respecto a los egresados de las universidades privadas, el 57,8% fueron mujeres


y el 42,2% varones; de los institutos universitarios privados, el 51,1% fueron mujeres
y el 48,9% varones.

Por lo tanto, se observa, tanto en las universidades de gestión estatal como en las
privadas, un mayor rendimiento de las mujeres (expresado en la tasa de egreso)
que los varones.

En el año 2006 el sistema de estadísticas universitario registró, por primera vez,


la cantidad de estudiantes extranjeros, lo cual dio un total de 26.354 alumnos, en
los distintos niveles de Educación Superior. De estos, el 65,86% estudia en la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires (en la uba o universidades privadas).

El siguiente cuadro sintetiza las tasas de escolarización superior existentes en el país:

Se observa un mayor crecimiento de la población estudiantil en instituciones


privadas que en las públicas, en forma proporcional, ya que la cantidad absoluta
de alumnos en universidades públicas es cuatro veces mayor que en las privadas.
artículo_5 105

Respecto a las carreras que son elegidas por parte de los estudiantes, entre los años
2006 y 2007 se registró entre los aspirantes de las universidades públicas una
mayor tendencia por carreras de las ciencias aplicadas (Ingeniería, Arquitectura,
Informática), seguida de ciencias humanas (Ciencias de la Educación, Letras,
Historia, entre otras) y de ciencias sociales (Derecho, Economía, Administración,
Sociología y Servicio Social). En cambio, en las instituciones privadas hay una
tendencia mayor a elegir carreras de las ciencias sociales y, en menor proporción,
le siguen las ciencias aplicadas.

El Ministerio de Educación posee una Secretaría de Políticas Universitarias con


varios programas tendientes a “mejorar la permanencia; promover la igualdad de
oportunidades para los sectores más desfavorecidos; fortalecer carreras prioritarias
para el desarrollo del país; fomentar acciones que fortalezcan el vínculo entre los
distintos actores universitarios con la sociedad; fomentar y contribuir al proceso
de integración regional e internacionalización del sistema universitario argentino”.

Entre los programas para mejorar la permanencia está el Programa Nacional de


Becas Universitarias que tratamos antes y un Programa de Apoyo a las Políticas
de Bienestar Universitario, que tiene varias líneas de trabajo, como son: la Promoción
de la Salud, Universidades Seguras, Discapacidad, Deporte, Turismo Universitario
y Promoción de Derechos.

Aparte de estos programas de alcance nacional, con financiamiento de la spu, que


podemos considerar que directa o indirectamente pueden apoyar al ingreso y
retención de estudiantes indígenas a la educación superior, algunas universidades
implementan –con recursos propios– programas de apoyo académico para sus
alumnos (a través de sistemas de tutorías) y también acciones de apoyo económico
(becas, comedor estudiantil, albergues estudiantiles, becas de fotocopias, auxilio
para el transporte de los alumnos, becas de trabajo, entre otros), aunque el criterio
seguido para el otorgamiento de estos auxilios es socio-económico, exclusivamente.
No se ha planteado favorecer grupos siguiendo otros criterios, como por ejemplo
podría ser la variable étnica.

6. Algunas observaciones sobre situación de acceso y permanencia de los estudiantes


indígenas en la universidad

El relevamiento en dos universidades del nordeste del país (Universidad Nacional


del Nordeste y Universidad Nacional de Formosa) y una del sur (la Universidad
Nacional del Comahue) permitió evidenciar grandes diferencias en las situaciones
106 fundación equitas_ isees

de acceso y permanencia, como también en perspectivas distintas sobre el sentido


de realizar estudios de nivel superior, en diversas trayectorias y formas de relacionarse
con el ámbito universitario.

En el caso de los estudiantes indígenas que conocimos de la provincia del Chaco,


la mayoría son hijos de dirigentes de organizaciones, funcionarios del gobierno
provincial o hijos o parientes próximos de pastores o miembros destacados de
iglesias evangélicas indígenas. Esta condición no significa necesariamente que
tengan una mejor condición económica que les posibilite estudiar, pero sí que
tengan más contactos y que participen de una red de relaciones e informaciones
que les permiten dominar mecanismos de acceso, de obtención de becas, entre
otros. Ya en el caso de estudiantes de otros pueblos, como kolla y mapuche, que
conocimos en otras universidades del país, si bien algunos eran parte de familias
de una clase media emergente, no apareció tan estrechamente vinculada la posibilidad
de estudiar con la trayectoria familiar, y conocimos tanto casos que lo hacían gracias
al apoyo de las familias o comunidades, como que habían seguido elecciones y
estrategias individuales.

Constatamos que los estudiantes indígenas que participan de organizaciones o


forman parte de familias vinculadas a las mismas manifiestan en el espacio de la
universidad una posición de reconocimiento y afirmación identitaria, fortalecidos
por el empoderamiento que éstas promueven. Para este segmento, el sentido de
estudiar en la universidad es el de apropiarse de herramientas para las luchas y
proyectos de las organizaciones de pertenencia. Esto se refleja en la elección de las
carreras, en una clara opción por carreras sociales y humanísticas, como Historia,
Ciencias de la Comunicación, Periodismo, Sociología y Educación, porque consideran
que proporcionan instrumentos para profesionalizar sus acciones de militancia y
reivindicación.29 Al contrario, los que no vienen de experiencias de participación
en el movimiento indígena, el estudio evidenció que, en muchos casos, intentan
invisibilizarse y las elecciones realizadas se deben más a las posibilidades concretas
que se les presentan que a vocaciones o proyectos políticos anteriores. Sin embargo,

29. Es el caso de jóvenes mapuche que conocimos en Neuquén, que participan de dos organizaciones mapuche que
hacen parte de la Coordinadora de Organizaciones Mapuche de Neuquén (com) y del Centro de Educación Norgv-
lamtuleayiñ. Ellos son los encargados de actividades de difusión y divulgación de las acciones que este centro emprende,
manejo de Internet, investigación y producción de materiales para radio y audiovisual. Su intención de estudiar en
la universidad es la de apropiarse de “herramientas” que les permitan mejorar y profesionalizar el trabajo que ya
realizan. No obstante, demuestran ser selectivos y críticos con los conocimientos recibidos en el ámbito académico.
La formación universitaria por sí sola no aparece como una meta deseada por ellos, pues cuestionan el modelo
individualista y el imaginario de movilidad social vigente en este nivel de enseñanza. Cabe destacar que –como ellos
mismos nos dijeron– muchos nacieron y se criaron en estas organizaciones, ya que padres y familiares cercanos son
líderes de las mismas y, por lo tanto, han acompañado diversas luchas y reivindicaciones que aquellos emprendieron
desde pequeños.
artículo_5 107

para algunos de ellos, la posibilidad de cursar ciertas disciplinas o carreras promovió


una experiencia de valorización de la identidad y de formación política de la que
carecían anteriormente. Como es el caso, entre otros, de algunos de los jóvenes
toba y wichi que están estudiando Medicina y Enfermería en la Escuela Latinoameri-
cana de Medicina, en Cuba.

De las entrevistas realizadas se desprende que son muchas las dificultades para
ingresar a la universidad y, en gran parte de los casos, ha significado transitar antes
por experiencias traumáticas de discriminación durante los estudios de nivel
primario y secundario. También fueron enfatizados las dificultades y desafíos para
permanecer en el nivel superior.

En el caso de los mapuche que provienen de las comunidades rurales de la provincia


de Neuquén y Río Negro la mayoría vive en los albergues estudiantiles de la
universidad, con becas de la propia universidad o del Ministerio de Educación de
la Nación, que son paupérrimas para los costos de vida de la región.30

Para los jóvenes de Chaco y Formosa, por el hecho de un segmento importante


vivir en el espacio rural, distante de los centros urbanos, y tener a la lengua materna
como principal lengua de comunicación, son grandes las dificultades para tener
acceso a la educación secundaria y, más aun, a la educación superior.31 También
para los jóvenes que viven en los barrios pobres de la periferia de la ciudad de
Resistencia (capital del Chaco) y ciudad de Formosa (capital de esa provincia) es
difícil cubrir los gastos necesarios para estudiar, fotocopias y transporte. Existe una

30. La Universidad Nacional del Comahue tiene su propio sistema de becas, que está destinado a aquellos estudiantes
cuya situación socioeconómica limite sus posibilidades de estudio. Existen varios tipos de becas: Becas de Ayuda
Económica, que consiste en una asignación mensual durante un año, destinada a solventar gastos de estudios, y se
exige como requisito para su renovación un porcentaje de materias aprobadas por año; Becas de Residencia, consiste
en la asignación de una plaza, en las Residencias Universitarias, para alumnos provenientes de pueblos o comunidades
del interior de la provincia. La vivienda que se les brinda a los alumnos es compartida con otros estudiantes, que
deben organizarse para pagar los gastos de luz y gas. Cada facultad tiene su modalidad de residencia de acuerdo a la
particularidad de la zona. Algunas son de propiedad de la Universidad y otras recibidas por convenios suscritos con
organismos del gobierno provincial y municipal. También hay Becas de Fotocopias; y Becas de Ayuda de Emergencia,
que son otorgadas para gastos excepcionales, en caso de enfermedad, consulta médica, etc. También tienen un Plan
Alimentario, sin exigencia académica (a diferencia de las Becas de Ayuda Económica y Becas de Residencia). Hay
alumnos que reciben varias de estas formas de apoyo económico por parte de la Universidad. También existe la
posibilidad de recibir becas del gobierno provincial de Río Negro, del gobierno provincial de Neuquén, por convenio
con la empresa petrolera Repsol, y de la municipalidad de Neuquén. En todos los casos, los montos son muy bajos y
no alcanzan a cubrir los gastos de un estudiante universitario. La Secretaría de Bienestar Estudiantil de la Universidad
del Comahue también ofrece un apoyo académico para los alumnos que reciben beca de la universidad, que consiste
en un taller de técnicas de estudio y lengua escrita. A su vez, la Secretaría Académica, a través de su Programa de
Retención Académica, desarrolla un proyecto de tutorías dirigido a los alumnos ingresantes.
31. Vale recordar los datos de la ecpi, mostrados en la sección III de este informe, que reflejan un grado de acceso a
la educación escolar bajo por parte de los pueblos que viven en las provincias de Chaco y Formosa, sobre todo en el
caso de los wichi y pilagá.
108 fundación equitas_ isees

dificultad de tipo económico y también basada en la exclusión y autoexclusión


formada en largas historias y memorias de dominación.

En la Universidad del Nordeste (unne) nos deparamos con la existencia de muy


pocos estudiantes universitarios, aunque se trata de una región con alta incidencia
de población indígena. Tuvimos conocimiento de que había en el año 2007, 18
estudiantes indígenas realizando carreras en dicha universidad. De ellos, apenas
uno recibía beca del subprograma “Indígenas” del pnbu. A diferencia de lo que
comentamos anteriormente sobre los mapuche que estudian en la Universidad del
Comahue, sobre una clara elección por carreras de Humanidades y Ciencias
Sociales, en el caso de los estudiantes indígenas de la unne, la mayoría estudia
carreras vinculadas a las Ciencias Médicas, al Derecho y a la Administración Pública.

Cabe llamar la atención hacia el hecho que constatamos que hay más indígenas
del Chaco estudiando en Cuba que en la Universidad del Nordeste. Son cerca de
veinte jóvenes de los pueblos toba y wichi que cursan en la Escuela Latinoamericana
de Medicina (elam) las carreras de Medicina, Enfermería, Educación Física y
Epidemiología, algunos ya próximos a recibirse. En la ciudad de Resistencia
conocimos tres personas, vinculadas a organizaciones no gubernamentales diferentes,
que hacían la mediación y gestión para que estudiantes de la provincia del Chaco
(entre ellos, indígenas) fueran a estudiar a Cuba.32 Este país ofrecía todos los gastos
de estadía, pero no cubría los pasajes. Entonces estas personas articulaban con
diputados y gobernador provincial para intentar cubrir este gasto y también a partir
del ahorro emprendido por una comisión de padres.33

Respecto a otros apoyos que reciben los estudiantes universitarios indígenas de la


provincia del Chaco, cabe mencionar al Instituto del Aborigen Chaqueño (idach)
–órgano indigenista dependiente del gobierno provincial, coordinado por represen-
tantes indígenas, encargado de aplicar la ley provincial de “Comunidades Indígenas”–

32. En el caso de Argentina, la embajada cubana da becas a las organizaciones sociales, de derechos humanos, a la
Central Única de Trabajadores Argentina y a la Casa de la Amistad argentino-cubana, y éstas publicitan las becas y
eligen a los postulantes que se presenten. Los medios de reclutamiento de los candidatos varían según las organizaciones
y las provincias. En el caso del Chaco, publicaron el programa de becas en los diarios de circulación local y provincial.
También para convocar a estudiantes indígenas, varios miembros de estas organizaciones sociales fueron a dar charlas
informativas al cifma, donde se estudia la carrera de Profesor Bilingüe Intercultural. Entonces ocurrió que varios
dejaron de estudiar allí y decidieron hacerlo en Cuba.
33. Según nos informaban los miembros de las organizaciones que hacen la mediación con la embajada cubana para
que jóvenes de la provincia puedan estudiar en la elam, son 200 en total los estudiantes del Chaco en Cuba, y el 10%
de ese número es indígena. La prioridad es pagar los pasajes de estos últimos, lo que hasta ahora se ha garantizado
con el apoyo de políticos provinciales y de endepa. Desde el año 2007 los nuevos estudiantes tienen pagos sus pasajes
(incluso para que vuelvan durante las vacaciones de verano) a través de un convenio entre Cuba y Venezuela. El interés
porque hubiera jóvenes indígenas de la Argentina estudiando en la elam habría sido –según nos informaron– del
propio Fidel Castro, que incentivaba a estos mediadores por aumentar a cada año el número de los mismos.
artículo_5 109

que ofrece un cierto auxilio financiero, aunque se trata en ocasiones de apoyo para
situaciones coyunturales que atraviesan. Son pocos los que reciben ayuda de este
órgano provincial todos los meses. Los recursos destinados a estas becas o formas
de apoyo varían según el presupuesto que cuenta el idach para ayuda social y de
acuerdo a las demandas y manejos de fondo. Los estudiantes indígenas de la
Universidad del Nordeste recurren tanto a este apoyo como al de organizaciones
no-gubernamentales y apoyos individuales de políticos. Todos se tratan de montos
escasos, entonces intentan reunir varios tipos de ayuda y la mayoría también trabaja
mientras está estudiando. De los estudiantes de la unne, varios se desempeñan
como maestros o auxiliares docentes en escuelas de los barrios periféricos de la
ciudad de Resistencia, donde hay población indígena. A su vez, la Universidad del
Nordeste ofrece becas de trabajo para los alumnos de bajos recursos, pero no tiene
becas de auxilio económico como en la Universidad del Comahue, ni residencia
para los que vienen del interior.34

En la Universidad Nacional de Formosa hay mayor presencia de alumnos indígenas


en relación a la unne. Son de las etnias toba (qom), wichi y pilagá. Según algunos
profesores que conversamos, que integraban un proyecto de voluntariado de apoyo
a estos estudiantes indígenas,35 han llegado a relevar 30 estudiantes en toda la
universidad, que se identificaron como tal y muchos de los cuales participaban del
apoyo ofrecido por el proyecto. Sin embargo, se trataba de estudiantes que estaban
en el segundo o tercer año de la carrera y ellos consideraban que los que ingresan
y no llegan a pasar del primer cuatrimestre, por deserción, eran muchos más. En
el año 2007 sólo tres recibieron becas del Subcomponente Indígena del pnbu, pero
se postularon 24;36 el resto no consiguió acceder a la beca, por no alcanzar las notas
o cantidad de materias aprobadas exigidas por el programa.37

Los alumnos indígenas de la Universidad Nacional de Formosa reciben apoyo


económico, principalmente, por parte de diputados provinciales y nacionales de

34. Las becas de trabajo, en general para desempeñarse en actividades administrativas o auxiliares en la universidad,
son muy pocas y el monto muy bajo y demandan varias horas por día. Por esa razón, para algunas de las personas con
las que conversábamos no era una buena opción y se las requería frente a la falta de otras oportunidades de trabajo.
35. Este proyecto de apoyo a la permanencia de estudiantes indígenas de la Universidad Nacional de Formosa se
llamaba: “Todos aprendemos Q’om, I’namejen”, y contaba con apoyo financiero de la Secretaría de Asuntos Estudiantiles
y Extensión de esa universidad.
36. De esos 24 postulantes indígenas de la Universidad Nacional de Formosa a las becas del Subcomponente Indígena
del pnbu: 10 eran de la Facultad de Humanidades (3 de Letras, 1 Psicopedagogía, 2 Historia, 2 Geografía, 2 Biología),
11 de la Facultad de Ciencias de la Salud (10 Enfermería, un Técnico en Laboratorio para Análisis Clínicos), y 3 de la
Facultad de Recursos Naturales (Zootecnia).
37. Aun cuando las notas exigidas para los indígenas sean más flexibles en relación a los no-indígenas, desde la
perspectiva de algunos profesores con los que conversamos, esto no es suficiente para atender el desfasaje educacional
que presentan algunos alumnos.
110 fundación equitas_ isees

esta provincia.38 La Universidad no ofrecía en el año 2007 algún tipo de beca o


auxilio económico para sus estudiantes.

El proyecto de voluntariado, mencionado antes, de acompañamiento a los estudiantes


indígenas, surgió en un primer momento por la iniciativa de una profesora (desde
el año 2003) y más tarde fue retomado por un equipo de profesores preocupados
por la alta deserción de estos alumnos.39 Observaron que estaban atravesando
problemas de adaptación a la vida universitaria, a sus ritmos y códigos, de integración
con los compañeros no-indígenas, además de dificultades en la comprensión de
los contenidos curriculares de las materias cursadas. Entonces, convocaron alumnos
avanzados de varias carreras para que se desempeñaran como tutores de los
estudiantes indígenas. En un primer momento, realizaron –según estos mismos
profesores nos informaron– actividades más de tipo asistencial que pedagógicas:
visitas a la ciudad y uso del transporte público, recorrido de bibliotecas e información
sobre técnicas de consulta, investigación y estudio, uso del sistema de salud público,
etc. También trabajaron durante todo el año 2004 y 2005 en un taller de lengua,
a partir de la demanda de los estudiantes indígenas que habían planteado su
dificultad en la comunicación fluida oral y escrita en lengua castellana. A mediados
de 2006, el proyecto recibió recursos del Programa Nacional de Voluntariado
Universitario de la Secretaría de Políticas Universitarias de Nación y funcionó hasta
fines de 2007. Este ha sido el único proyecto que relevamos de acompañamiento
y apoyo a estudiantes indígenas desarrollado en el ámbito universitario. No tenemos
conocimiento que en otras universidades se esté desarrollando un proyecto para
favorecer la retención específicamente orientado a estudiantes indígenas.

Para algunos miembros de la Organización de Naciones y Pueblos Indígenas de


Argentina (onpia)40 con los cuales conversamos, la realidad actual de una gran
mayoría de las familias indígenas es el enfrentamiento de graves situaciones de

38. Una diputada nacional venía, desde el año 2006, alquilando para los estudiantes toba una casa próxima a la
Universidad para que allí vivieran y pagando los gastos de la misma. Esta diputada, antes de ejercer el cargo, era
docente de la universidad, y los estudiantes indígenas ya recurrían a ella para pedirle apoyo. Los estudiantes wichi
eran apoyados por otro diputado, que les daba una pequeña cantidad de dinero todos los meses.
39. Según información del Secretario de Asuntos Estudiantiles de la Universidad Nacional de Formosa, desde que
esta universidad se inauguró –hace 19 años– no ha habido aún ningún indígena recibido.
40. La onpia surgió en la ciudad de Buenos Aires con motivo de la II Consultiva de Pueblos Indígenas de la Argentina,
organizada por el Fondo para el Desarrollo de los Pueblos de América Latina y el Caribe en el año 2003, y se conformó
con referente de organizaciones indígenas de varias provincias del país, multiétnicas en algunos casos, o reuniendo
un único pueblo, pero localizado en varias provincias, en otros casos. Según nos informó su vice presidente actual,
la organización fue creada a partir de la necesidad de los referentes de los pueblos indígenas presentes en aquella
reunión de crear una mesa de diálogo para que la lucha indígena sea organizada en forma común en cuanto a sus
objetivos generales y manteniendo las modalidades y objetivos específicos de cada pueblo originario. Uno de los
objetivos de la organización es fortalecer institucionalmente a las organizaciones indígenas que lo requieran. Recibe
financiación de la organización canadiense cuso.
artículo_5 111

pobreza, de desalojo o pérdida de recursos naturales y, difícilmente, van a pensar


en acceder a la educación superior. Sus demandas son más emergenciales. También
destacaron que son pocas las organizaciones indígenas que se plantean la necesidad
de acceso a la universidad como medio de formación de cuadros técnicos para que
más tarde trabajen en los proyectos de las mismas. Las demandas referidas a
educación superior, que han sido más desarrolladas en términos de propuesta, son
las vinculadas a la formación docente en educación intercultural bilingüe.41

También algunas organizaciones indígenas han promovido una intermediación con


el gobierno cubano para que sus jóvenes puedan estudiar en ese país. Tuvimos
conocimiento de la existencia de por lo menos 100 jóvenes que están en Cuba. Alrededor
de 60 son de la provincia de Jujuy y alrededor de 20 de la provincia del Chaco.

En lo que se refiere a la interpelación de las organizaciones indígenas al sistema


universitario argentino, han sido muy pocos los casos que hemos tenido conocimiento
que se haya presentado alguna propuesta de creación de cursos, revisión de planes
de estudio u otras reivindicaciones abarcando los contenidos académicos. Lo que
ha ocurrido en algunos casos es la incorporación de materias para atender algunas
demandas, como por ejemplo, ha ocurrido en la uba, en dos carreras tan tradicionales
como son Medicina y Abogacía, que a partir de la incorporación de profesionales
indígenas en cátedras de esas facultades se introdujeron materias con perspectivas
de abordaje y tratamiento de la diversidad sociocultural, produciéndose una
modificación, si no en todo el programa, al menos en una materia. Es el caso de
la materia “Derecho de los Pueblos Indígenas”, que se cursa en la orientación en
Derecho Público de la carrera de Abogacía; y a la materia de “Salud Pública con
Enfoque Sociocultural I y II”, que se cursa en la carrera de Medicina. Una abogada
kolla, de la provincia de Jujuy, nos contó que la materia “Derecho de los Pueblos
Indígenas” se creó por la lucha de los estudiantes indígenas, que como ella,
reivindicaban que hubiese un espacio curricular que tratase de derechos colectivos
y, más específicamente, indígenas. La segunda cátedra surgió de la propuesta de
un trabajador social mapuche al Secretario General de la Facultad de Medicina de
la uba y al Secretario de Extensión de esa institución, por tratar la salud de los
pueblos originarios en el currículo de la Facultad de Medicina, e incluir una

41. Debe mencionarse como evento importante en el cual se desarrollaron discusiones y elaboraron propuestas al
respecto el “1er Encuentro Nacional de Educación e Identidades: Los Pueblos Originarios y la Escuela”, en septiembre
de 2003, en la sede central de la Universidad Nacional de Luján. Fue organizado en forma conjunta entre ctera,
principal sindicato de maestros del país, y la Mesa de Trabajo de los Pueblos Originarios, agrupación de indígenas
autoconvocados que surgió en el año 2001. Este encuentro, que involucró a más de 1.000 asistentes de diferentes
regiones del país, permitió realizar un diagnóstico sobre la realidad educativa nacional y realizar propuestas de políticas
públicas en educación escolar indígena (Gualdieri, Vázquez, Tomé, 2008, p. 97).
112 fundación equitas_ isees

perspectiva intercultural en la formación de los futuros médicos. Esta iniciativa


surgió de la constatación de que ni en el plan de estudios de la carrera, ni en la
práctica de los profesionales ya recibidos, existe un abordaje de la salud y la
enfermedad acorde a la realidad compleja y multicultural del país. Es una materia
de cursada obligatoria, para los estudiantes de 4° y 5º año de la carrera, que incluye
visitas a comunidades y trabajo de campo.

También las cátedras libres y cursos de extensión universitaria, que existen en


algunas facultades y universidades, han canalizado ciertas demandas de estudiantes
indígenas universitarios y otros por incluir la temática indígena en la universidad.
Entre otros, cabe destacar las cátedras de lengua y cultura quechua, mapuche y
guaraní que se desarrollan en las Universidades de la uba y Universidad Nacional
de la Matanza, esta última, localizada en el partido de San Justo, provincia de
Buenos Aires; y, la cátedra de lengua y cultura mapuche en la Universidad Nacional
del Comahue.42 Son dictadas por profesores indígenas, a partir de que estos
reivindicaron un espacio para la enseñanza de sus lenguas maternas. Según lo que
ellos mismos nos informaron, entre sus alumnos tienen estudiantes y profesionales
indígenas, que canalizan a través de la participación en estos cursos una búsqueda
de afirmación identitaria.

Es importante mencionar las demandas que existen por parte de muchas organiza-
ciones y comunidades hacia la universidad para que ésta restituya el patrimonio
cultural y arqueológico e inclusive humano de las mismas,43 poniendo en tensión
las relaciones de investigación que se establecieron durante décadas entre académicos
e indígenas. También la universidad es un espacio utilizado para realización de
eventos político-culturales y artísticos, celebraciones públicas, conferencias y
seminarios para promover un debate sobre derechos indígenas, pero sobre todo
vinculados a la demanda territorial, más que a la educación escolar. En este sentido,
observamos que los jóvenes indígenas que participan en el movimiento indígena

42. Esta última cátedra fue promovida hace 10 años por Nicacio Carmelo Antinao, quien tuvo una larga participación
en las primeras organizaciones mapuche que surgieron en Neuquén en la década de 1960. Esta cátedra depende de
la Escuela Superior de Idiomas de la Universidad del Comahue, que se localiza en General Roca (Fisque Menuco),
aunque el curso se da tanto en esta ciudad como en Neuquén, habiendo además de Nicacio, dos profesores más,
mapuches, que anteriormente fueron alumnos de él. A esta cátedra está vinculada la Biblioteca Mapuche "Nimi
quimün”, que se trata de un centro de documentación de memoria oral mapuche. El material que está siendo organizado
en la Biblioteca son principalmente grabaciones de entrevistas y relatos y filmaciones de ceremonias, que los miembros
de la cátedra junto con otras personas que participan de este proyecto han recopilado en viajes a algunas comunidades
rurales mapuche del interior de Neuquén y Río Negro.
43. Por ejemplo, en el Museo de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional de La Plata hay cráneos de indígenas
(algunos fueron importantes caciques, que en el siglo XIX resistieron y enfrentaron al ejército argentino durante
varias décadas) que fueron llevados a esa institución y conservados para estudio. Ya hace varios años, descendientes
y miembros de organizaciones reivindican la devolución. Ya fueron entregados los restos de dos caciques y actualmente
están en proceso de negociación los restos del cacique Juan Calfulkurá.
artículo_5 113

desarrollan actividades de militancia basadas no tanto en su identidad como


estudiantes universitarios, sino en su pertenencia a determinada organización y
pueblo. Realizan actividades en la universidad, pero como uno –entre otros– de los
espacios en los que participan.

7. Algunas consideraciones finales

Este trabajo intentó ser un pequeño aporte al análisis de una cuestión muy poco
visibilizada en el país, como lo es la presencia de estudiantes indígenas en la
educación superior, sus características, situación, proyectos y expectativas.

Durante el relevamiento realizado se evidenció la escasa o inexistente problemati-


zación sobre esta cuestión en varias instancias y situaciones. Por un lado, en la
búsqueda de fuentes bibliográficas que tratasen sobre el tema. Realizamos un
relevamiento en importantes bibliotecas y archivos y el material encontrado sobre
educación superior indígena se refería siempre a otros países latinoamericanos.
Por otro lado, en las entrevistas realizadas con diversos actores de las universidades
que conseguimos abordar (Universidad Nacional de Buenos Aires, Universidad de
la Matanza, Universidad Nacional del Comahue, Universidad Nacional del Nordeste,
Universidad Nacional de Formosa) nos confrontamos muchas veces con el descono-
cimiento y sorpresa sobre el tema de nuestro interés. Entiendo que esta extrañeza
se debió, en algunos casos, al hecho de considerar este tema distante de la realidad
de un gran segmento de la población indígena, siendo que falta tanto por recorrer
para garantizar una educación primaria de modalidad intercultural y bilingüe y de
buena calidad.

Cabe destacar que existen, en algunas de estas universidades, grupos de investigación


y extensión preocupados por la educación escolar indígena, pero focalizan mayor-
mente la atención en el nivel primario, realizando estudios socio-lingüísticos de
la población indígena, acompañan experiencias comunitarias de capacitación y
también proyectos educativos institucionales, apoyando la producción de material
didáctico intercultural y bilingüe y la capacitación de auxiliares y docentes indígenas.
El único proyecto relevado vinculado al apoyo y acompañamiento de estudiantes
indígenas universitarios fue el de la Universidad Nacional de Formosa, a través de
un programa de voluntariado desarrollado por un equipo de profesores de esa
universidad, que comentamos anteriormente.

También es importante llamar la atención sobre la carencia de datos estadísticos


oficiales de calidad que contabilicen la presencia indígena en la universidad, lo que
114 fundación equitas_ isees

muestra, también, que no ha sido una preocupación de la misma abordar la


diversidad sociocultural existente en su interior. Los números que presentamos
aquí son producto de la Encuesta Complementaria de Pueblos Indígenas (ecpi)
realizada por el indec, ya que en los Departamentos de Alumnos o Secretarías de
Bienestar Estudiantil de las universidades no existe tal tipo de registro, apenas el
de los beneficiados por las becas. Las organizaciones y centros estudiantiles tampoco
han problematizado la situación de los alumnos indígenas en el ámbito universitario.
No obstante, esta situación está lentamente cambiando, tanto por las acciones que
algunos estudiantes u organizaciones indígenas promueven en este ámbito, como
por la implementación de los programas de becas del gobierno nacional, mencionados
antes, que interpelan a las instituciones de educación superior para considerar la
diversidad existente en su interior.

La información estadística proporcionada por la ecpi nos permite constatar que


el acceso de los indígenas, si lo comparamos a otros segmentos de la población
argentina del mismo grupo de edad, es mucho menor (en torno del 47% de la
población nacional que está en el grupo de edad de 20 a 29 años tiene acceso a la
educación superior; en cambio, según los grupos indígenas considerados, varía
entre el 1 al 15%).

Respecto a las demandas de las organizaciones indígenas vimos que aun siendo
muy diversas entre sí, enfatizan y reclaman del Estado una mayor atención a la
educación primaria y secundaria y están vinculadas a la defensa de los derechos
indígenas de una forma más amplia. Las prioridades para ellas son la recuperación
del territorio, el control de los recursos naturales y del patrimonio cultural y
arqueológico existente en sus territorios, el fortalecimiento y desarrollo de sus
comunidades y la revalorización de su cultura. No existe aún una problematización
formulada en términos colectivos para la educación superior, ni una agenda
vinculada a la educación universitaria. Sin embargo, en los últimos años ha
aumentado la reivindicación por el reconocimiento de los docentes indígenas, por
capacitación continua e intercultural para ellos.

Conversando con líderes o miembros de organizaciones, lo que trasparece es la


consideración de que, aunque reconocen que la educación superior es muy
importante, y se muestran críticos, por ejemplo, a que el Estado haya pensado hasta
ahora la interculturalidad y el bilingüismo enfocada principalmente en la enseñanza
de nivel primario, en general afirman que aún hay mucho por hacer y garantizar
en este nivel y en el nivel secundario.

Las luchas y demandas están dirigidas al mejoramiento de la calidad de la enseñanza


primaria y media, lo cual incluye que ésta sea acorde a la realidad compleja que
artículo_5 115

viven y también que garantice la interculturalidad y el bilingüismo, pero de una


forma efectiva y seria. Recolectamos testimonios de líderes y miembros de orga-
nizaciones de varias regiones del país y existe un consenso en señalar que las
escuelas localizadas en comunidades rurales son de baja calidad. Los maestros
“criollos” (no-indígenas) no están preparados y están desmotivados para enseñar
a niños y jóvenes indígenas por considerar que el futuro de estos va a ser sólo el
de vivir en la comunidad, realizando trabajos poco calificados. Este poco interés
de algunos maestros por enseñar debilita las aspiraciones de los jóvenes para
continuar el secundario, porque saben que compiten con desventaja en relación
a los que tuvieron una educación de mayor calidad. No pocas personas llamaron
la atención que, aun cuando los maestros sean personas cercanas a los alumnos
en origen social, las marcas de una formación docente monocultural han sido tan
fuertes, que prohíben el uso de lenguas indígenas e invisibilizan su propia identidad.

Los que han tenido que estudiar en escuelas de la ciudad por procesos de migración
o por falta de oferta escolar en su comunidad, sufren también de la falta de atención
por parte de los maestros, que desconocen o niegan la identidad de estos alumnos.
Tampoco, en la mayoría de los casos, han podido ejercer el derecho de aprender
en la lengua materna, lo cual es una demanda grande por parte de varias organiza-
ciones, y para lo cual falta mucho por construir, desde la formación docente, hasta
la elaboración de libros, gramáticas y materiales didácticos.

Observamos en el relevamiento, diferentes tipos de reivindicaciones vinculadas a


lo educativo: en Chaco y Formosa se reclama una Educación Bilingüe Intercultural,
antes que una Educación Intercultural Bilingüe, como un derecho a expresarse y
poder aprender y enseñar en su lengua materna, que tiene una fuerte vitalidad en
los pueblos que habitan esas provincias y que, hasta ahora, han sido poco garantizados
por el Estado. También es una demanda fuerte la equiparación de los maestros
“idóneos” y auxiliares docentes aborígenes a los maestros con título terciario, en
salario y derechos laborales y en el reconocimiento por parte de la institución de
la importancia de su función y de sus conocimientos.

En Neuquén viene siendo colocada –por parte de la com– una reivindicación por
“educación autónoma”, o sea, el derecho de poder elaborar y conducir los procesos
educativos que se desean para las futuras generaciones, así como el reconocimiento
de las autoridades y especialistas del conocimiento mapuche. Para esta organización,
se debe construir en paralelo un proceso de recuperación y fortalecimiento de la
educación autónoma mapuche y un proceso de escolarización estatal intercultural
para toda la provincia y población de Neuquén.
116 fundación equitas_ isees

Cuando indagamos sobre las causas del escaso porcentaje de jóvenes indígenas
que cursan estudios de nivel superior, nos confrontamos no sólo a problemáticas
económicas, de distancia espacial, de barreras lingüísticas, sino también, a procesos
de autoexclusión, por considerar este tipo de educación inaccesible, relativo a un
grupo social y a una cultura y forma de conocimiento ajenas. En este sentido,
consideramos que, para una continuidad y profundización de este estudio, sería
importante analizar el impacto que las políticas educativas de cuño nacionalista y
homogeneizador tuvieron en el desinterés actual por el ingreso al sistema educativo,
o en el descrédito y desconfianza hacia las nuevas propuestas. También debería
considerarse cuánto está afectando el hecho que el imaginario de la movilidad
social a través de la posesión de estudios universitarios está en decadencia, a
diferencia de lo que ocurrió en el país décadas atrás.

Observamos que los egresados del sistema universitario que visibilizan su identidad,
están comprometidos con las luchas del movimiento indígena. Algunos participan
en organismos y programas de gobierno vinculados a políticas indigenistas. Otros,
defienden causas indígenas en su actividad profesional, como es el caso de los
abogados que integran la Comisión de Juristas Indígenas de la República Argentina
(cjira), que se trata de una red formada por 18 abogados, de diferentes pueblos,
que se dedica a la defensa de las causas referentes a derechos indígenas. Conocimos
otros también, que de forma independiente o como parte de organizaciones y redes,
promueven en el ámbito urbano una serie de actividades de divulgación de la
realidad indígena, de valorización de las culturas y de enseñanza de las lenguas
indígenas en centros comunitarios; y, también, en diversos establecimientos
escolares de nivel fundamental, medio y superior. Entre estos últimos, cabe destacar
los profesores que están dando cursos de lenguas indígenas en el ámbito de varias
universidades públicas.

El estudio también permitió evidenciar que la educación intercultural bilingüe,


antes de ser construida como política de Estado a través de la implementación de
programas, emergió de la demanda de las comunidades indígenas hacia los docentes
para que sus hijos reciban una educación más acorde a la realidad; y, también, por
motivación de muchos maestros en forma individual. Aún hoy se permanece en
gran medida en el plano de las voluntades individuales.

La formación de docentes que el Estado garantiza para la educación intercultural


bilingüe está centrada en los que se desempeñan en el nivel primario y sólo en
algunos grupos indígenas. Aún no existe una política de formación que aborde la
interculturalidad en una perspectiva más amplia, para todos los niveles de enseñanza,
ámbitos institucionales y segmentos de la población.
artículo_5 117

Los dos programas de becas para estudiantes indígenas de nivel superior (universitario
y terciario docente) descritos antes, se desarrollan sin articulación entre sí y sin
acciones de acompañamiento académico. También, son insuficientes para cubrir
los gastos que requiere estudiar y mantenerse en la ciudad y poseen fallas en su
forma de implementación. Sin embargo, fueron consideradas importantes por
diversos actores por permitir la visibilización e identificación de los alumnos
indígenas, otorgarles un reconocimiento y promover o facilitar, en muchos casos,
un proceso a la vez subjetivo y político de afirmación étnica.

En las universidades, por el hecho de haber libertad de cátedra, existen sobre todo
en las carreras de Ciencias Sociales, Humanísticas y de Educación, materias que
tratan la cuestión indígena e incorporan perspectivas de diversidad socio-cultural,
pero se trata más de acciones individuales o de grupos de investigación, que de
una política institucional. La mayoría de los currículos de las carreras universitarias
niegan la existencia de otras formas de conocimiento y modalidades de enseñanza-
aprendizaje que se aparten del modelo científico occidental.
118 fundación equitas_ isees

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artículo_5 119

9. Anexos

9 5
6
9 7
21 8
JUJUY 23
19 22 20 4
4
7
9 2
4 FORMOSA
SALTA 3
11
11 18
11 CHACO
TUCUMÁN 11 3
MISIONES
24 12
CATAMARCA 13 1

SANTIAGO CORRIENTES
DEL ESTERO
LA RIOJA 1

SANTA FE
SAN JUAN
10
CÓRDOBA 3 ENTRE
RÍOS
14 10
SAN LUIS
1

7
MENDOZA 3
1
14
14

16 BUENOS AIRES
LA PAMPA
14

NEUQUÉN

14
RÍO NEGRO

15

14
CHUBUT

15

15 14

SANTA CRUZ

15

TIERRA
DEL
FUEGO
17
120 fundación equitas_ isees
artículo_5 121
122 fundación equitas_ isees
Biografía
de los autores
biografía de los autores 125

Biografía
de los autores

Anabella Acevedo Leal


De nacionalidad guatemalteca, es doctora y máster en Literatura Latinoamericana,
Universidad de Georgia, Estados Unidos. Es investigadora de cirma –Centro de
Investigaciones Regionales de Mesoamérica–, Guatemala. Fue catedrática en Texas
Christian University. Autora de artículos y ensayos sobre cultura, literatura y arte
guatemalteco contemporáneo. Coordinadora del Programa ifp en Guatemala.

Lúcia Helena Alvarez Leite


Es graduada en Servicio Social en la Universidad Católica de Minas Gerais; posee
una Maestría en Educación en la misma Universidad y un Doctorado en Filosofía
de la Educación en Universidad de Valencia, España. El año 2005 recibe el premio
Paulo Freire otorgado por la secretaría municipal de Belo Horizonte. Es profesora
de la Universidad Federal de Minas Gerais. Actualmente trabaja en un curso de
Formación Intercultural para 140 profesores indígenas de Minas Gerais y orienta
sus proyectos de investigación a profundizar en educación y movimientos sociales.

Antonio Carlos De Souza Lima


Se graduó en Historia (1979). Es magíster (1985) y doctor en Antropología del
Programa de Postgrado del Museo Nacional, Universidad Federal de Río de Janeiro
(ppgas/mn/ufrj) (1992). Es profesor de Etnología del Departamento de Antropología
–mn/ufrj, desde 1989. Es Becario de Productividad en Investigación del Consejo
Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico (cnpq), y Becario Cientistas de
Nuestro Estado (2002-2004; 2007-2009) de la Fundación de Amparo a la
Investigación del Estado de Río de Janeiro (faperj). Tiene experiencia de investigación
y orientación académica en las áreas de Antropología Política e Historia de la
Antropología en el Brasil, dedicándose principalmente a los siguientes temas:
Antropología del Estado (administración pública, cooperación técnica internacional),
indigenismo, política indigenista, antropología histórica. Entre 2002 y 2004 fue
vicepresidente de la Asociación Brasilera de Antropología (aba); y coordinador de
la comisión de Asuntos Indígenas de la aba en los períodos 2002-2004 y 2006-
2008. Es, también, coordinador del Laboratorio de Pesquisas en Etnicidad, Cultura
126 fundación equitas_ isees

y Desarrollo (laced – www.laced.etc.br), del Sector de Etnología, Departamento de


Antropología, mj/ufrj. En el laced además coordina, con recursos de la Fundación
Ford , el proyecto Sendas de conocimientos: la educación superior de indígenas
en el Brasil (www.trilhasdeconhecimientos.etc.br). Es autor del libro Um grande
cerco de paz: poder tutelar, indianidade e formação do Estado no Brasil (Petrópolis:
Vozes, 1995), de próxima aparición en castellano. Ha organizado, con María Barroso-
Hoffmann, la trilogía Etnodesenvolvimento e políticas públicas; Estado e Povos
indígenas y Além da Tutela (Bases para uma nova Política Indigenista, I, II y III.
Rio de Janeiro: Contra Capa Livraria, 2002). Es editor de la compilación Gestar e
Gerir: estudos para uma Antropologia da administração pública (Rio de Janeiro:
Nuap/Relume Dumará, 2002), entre otros títulos.

David Navarrete Gómez


Mexicano. Doctor en Historia por la Universidad de Warwick, Inglaterra. Profesor
investigador del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología
Social (ciesas). Director para México del Programa Internacional de Becas de
Posgrado de la Fundación Ford (ifp). Miembro del Sistema Nacional de
Investigadores. Actualmente lleva a cabo el proyecto “La Educación de Posgrado
entre la población Indígena de México”, encaminado a estudiar el perfil de la
población indígena con estudios universitarios y a examinar las medidas requeridas
para ampliar las oportunidades de acceso, permanencia y conclusión de estudios
terciarios de este sector social. Editor de la revista “Aquí Estamos”
(www.ciesas.edu.mx/ciesas-ford/Revistas.htm) e impulsor de la formación de la
Red Interdisciplinaria de Investigadores de los Pueblos Indios de México
(www.rediinpim.org.mx). Coautor con Anabella Acevedo del ensayo “Shared borders,
roads traveled together, and converging destinies: the ifp in Mexico and Guatemala”
en Toby Wolkman, ed., Origins, journeys, and returns: catalyzing social change
through international fellowships, Social Science Research Council (en prensa).

Mariana Paladino
Nacida en La Plata, Argentina. Es licenciada en Antropología por la Universidad
Nacional de La Plata y doctora en Antropología por el Programa de Postgrado en
Antropología (ppgas), Universidad Federal de Río de Janeiro (ufrj), Brasil.
Investigadora asociada al proyecto “Trilhas de conhecimentos. O ensino superior
indígena no Brasil” y al Laboratório de Pesquisas em Etnicidade, Cultura e
Desenvolvimento, Museo Nacional, ufrj. Becaria de posdoctorado del Conselho
Nacional de Desenvolvimento Científico e Tecnológico. Investiga en Brasil desde
1999 temáticas vinculadas a la educación escolar indígena. Publicó como
biografía de los autores 127

compiladora, en conjunto con Stella Maris García, el libro: “Educación Escolar


Indígena. Investigaciones antropológicas en Brasil y Argentina” (editorial Antropogafia,
Buenos Aires, 2007).

Gumercinda Reynaga Farfán


Trabajadora social (asistente social) por la Universidad Nacional de San Cristóbal
de Huamanga, magíster en Gerencia Social por la Pontificia Universidad Católica
del Perú. Docente de la efp de Trabajo Social de la unsch, fue investigadora y
responsable del área de género de la Oficina Regional Sur Central de la Comisión
de la Verdad y Reconciliación, ex vicepresidenta de la Red Nacional de Promoción
de la Mujer y actualmente es coordinadora general del Proyecto Hatun Ñan: Acción
Afirmativa en la unsch.
Últimas Publicaciones FUNDACIÓN EQUITAS

SERIE PROPUESTAS PARA LA INCLUSIÓN (2007)

Documento de trabajo Nº 1,
Propuesta para la Inclusión Social en Educación Superior

Documento de trabajo Nº 2,
Políticas Públicas para la Inclusión Social

SERIE INFORMES DE INVESTIGACIÓN (2008)

Documento de Trabajo Nº 1:
Análisis de la Política Pública en Educación Superior
desde el Punto de Vista de la Equidad
Carmen Luz Latorre, Luis Eduardo González y Óscar Espinoza

Documento de Trabajo Nº 2:
Políticas de Equidad en la Educación Superior
Universitaria Peruana
Angélica Coronel, Zenón Depaz, Carlos Mora y Luis Tejada

REVISTA ISEES (2008)

Revista Nº 1,
Datos para el debate

Revista Nº 2,
Acceso indígena a la educación superior
en Chile y Perú

Revista Nº 3,
Experiencias de inclusión al medio universitario

REVISTA ISEES (2009)

Revista Nº 4,
Reflexiones sobre interculturalidad y equidad
en la educación superior

Revista Nº 5,
Diversidad cultural y políticas inclusivas
en educación

OTRAS PUBLICACIONES

Incluir es la clave
El Programa Internacional de Becas de la Fundación Ford:
Un camino para igualar oportunidades
Chile, 2008
El isees, iniciativa coordinada por Fundación equitas, con el financiamiento de
Pathways to Higher Education de la Fundación Ford, convoca a un diálogo abierto,
plural e informado a los distintos actores del sistema de educación superior,
tomadores de decisiones y, especialmente, a los integrantes de las diversas
comunidades étnicas y raciales, para avanzar integradamente hacia una mayor
interculturalidad e igualdad de oportunidades educativas.

Con el objetivo de ampliar los alcances del intercambio generado hasta ahora,
ponemos a disposición de los interesados una serie impresa que esperamos facilite
la participación de quienes, por diversas razones, han tenido dificultades para
acceder a la multiplicidad de contenidos alojados en la plataforma, asegurando por
esta vía una mayor difusión de las ideas y propuestas que en ella se desarrollan.

www.isees.org
www.fundacionequitas.org

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