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Introducción

La formación de cristales es un proceso que se repite con constancia en el planeta y que, por su
belleza y versatilidad, fue objeto de estudio en el pasado y lo sigue siendo hoy en día.
En una experiencia de laboratorio se va a tratar de llevar a cabo el mismo proceso que se produce
naturalmente, utilizando como soluto el Sulfato de Cobre. Se verán los requerimientos necesarios
para que se formen los cristales, el trabajo en el laboratorio y demás.

Cristalización, cómo se obtiene

La operación de cristalización es aquella por medio de la cual se separa un componente de una


solución líquida transfiriéndolo a la fase sólida en forma de cristales que precipitan. Para obtener un
cristal a partir de una disolución es necesario que esta disolución esté sobresaturada de la sal en
cuestión, teniendo en cuenta ciertas condiciones de concentración y temperatura que se establecen
de acuerdo a las características y propiedades de la solución. Dos métodos son utilizados: dejar
enfriar la solución, desde una temperatura elevada a una más baja, o dejar que el solvente se
evapore lentamente.
Si se encuentran impurezas que no han sido disueltas pueden ser removidas mediante la filtración.
Luego se obtendrán cristales puros.
Para poder pasar a la fase sólida el soluto debe eliminar su calor latente quedando prácticamente sin
nivel energético, las moléculas permanecen inmóviles unas respecto a otras formando estructuras
con la misma geometría sin importar la dimensión del cristal.

Tipos de cristales

Un cristal puede ser definido como un sólido compuesto de átomos, iones o moléculas arreglados en
un estricto orden, el cual se repite con constancia. Partículas sólidas delimitadas por superficies
planas, que realizan ángulos definidos unos con otros debido a que el patrón de los átomos es
repetido en todas direcciones. Esto le da una forma geométrica definida al cristal. Sin embargo,
aquellos cristales de la misma sustancia llegan a ser idénticos únicamente ante condiciones
idénticas. Por ejemplo, el azufre tiene diferentes formas geométricas a diferentes temperaturas.

En el caso del Sulfato de Cobre su simetría es triclínica: presenta tres ejes en el espacio, ninguno en
ángulo recto, con ningún segmento igual, formando cristales ahusados como agujas. En muchos
casos el tamaño de los cristales de Sulfato de Cobre permite que se pueda apreciar su geometría a
simple vista. A nivel microscópico las celdillas de la sal se repiten en el orden del número de
Avogadro para dar lugar a un cristal con muy pocos defectos. Así, la forma de los cristales
obtenidos es siempre la misma, es decir, de simetría triclínica, independientemente del tamaño del
cristal.
Crecimiento de los Cristales: experiencias en el
laboratorio

Objetivos
• Observar la formación de cristales a partir de una
disolución.
• Comprender la relación entre la velocidad de formación y el tamaño de los cristales de una
roca.

Materiales necesarios
• Cristalizador.
• Vaso de precipitados.
• Sulfato de Cobre.
• Agua destilada.

Desarrollo de la Práctica
➢ Se pesan 20 grs. de Sulfato de Cobre en la balanza. Se introdujo el soluto en 70 cm3 de agua
como solvente. Después de disolver toda la cantidad de soluto que el solvente admitía a
temperatura ambiente se probó un ascenso de la temperatura de la solución para que el
solventa tenga la posibilidad de admitir mayor cantidad de sal. Se lo deja enfriar lentamente
y luego se le agregan 15grs. Más de Sulfato de Cobre, repitiendo el proceso nuevamente.
➢ Se introduce la solución en un cristalizador dejándolo tres días antes retirar la disolución
sobrante. En el fondo del cristalizador se puede apreciar cristales de forma triclínica y color
azulado ya que gran parte del agua se ha evaporado.
➢ Se prepara más disolución de Sulfato de Cobre y se sumergen los cristales en un frasco
atándolos con un hilo, preferentemente de algodón, sin dejar que toquen el fondo. Se los
dejará allí para que crezcan.

Formación de los cristales

El resultado de nuestros cristales fue diverso. El primero fue el resultado de un conjunto de cristales
unidos entre sí, expandiéndose en sentido vertical siguiendo la trayectoria del hilo de algodón. El
segundo se disolvió y en el tercero, cristales unidos entre sí, crecieron a lo ancho.
Se puede ver que el tamaño de estos cristales está relacionado con el tiempo que han tardado en
formarse: cuando su formación ha sido rápida son pequeños; los cristales grandes necesitan tiempo
para que los átomos o moléculas que los forman puedan ordenarse en el espacio. Si la disolución
sobrante, se concentra y se deja en reposo varios días, se obtienen cristales grandes.
En un cristal individual, el orden de las filas de átomos no se interrumpe y no cambia de dirección.
Cuando dos cristales crecen juntos, la separación entre ellos marca el lugar donde la disposición
ordenada de uno forma un ángulo con la disposición ordenada del otro.
En la mayoría de los casos crecen juntos, de forma irregular, mientras que sus caras planas
continúan creciendo hacia fuera en aquellos lados que se mantienen libres, sin contacto con otros.
A medida que su disolución se va evaporando, más y más cristales crecerán juntos en el fondo del
recipiente. Donde la evaporación era muy rápida, muchos cristales comenzaron a crecer al mismo
tiempo y en seguida encontraron cristales vecinos, de forma que ninguno pudo hacerse grande.
En el primer caso se observa que los cristales se forman sobre el hilo y fuera del agua. Esto sucede
porque el agua sube por el hilo debido a efectos capilares y arrastra algo de sal. La sal se deposita
en el hilo y con el tiempo forma pequeños cristales que al amontonarse adquieren el aspecto de un
coral. Además, las irregularidades del hilo de algodón actuarán como semillas a partir de las cuales
crecerán numerosos cristales de sulfato de cobre, razón por la que tendrán un tamaño reducido.

Conclusión
Sencillamente se puede apreciar aquel efecto que se produce con constancia en el planeta. Los
minerales que constituyen las rocas se encuentran con frecuencia cristalizados. En el laboratorio
podemos intentar reproducir las condiciones que se dan en la naturaleza para que se formen. Es una
guía práctica para meditar en las observaciones, teniendo un seguimiento continuo de la
cristalización. Además de contar con la posibilidad de encontrar las razones por las cuales se
producen dichos cristales.

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