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Introducción.

Sucesos de importancia en el Perú durante los años 2008 - 2009

Durante el año 2009, el desempeño de la economía peruana resultó mucho mejor de lo


previsto ya que registró un crecimiento de 0,9 por ciento al haber sido afectada por la
crisis financiera internacional intensificada tras la caída del banco de inversión Lehman
Brothers en los Estados Unidos. Hay que destacar que dicho crecimiento se registró a
pesar de la contracción de 0,8 por ciento en la actividad económica mundial.

El Perú venia creciendo a una tasa promedio de 7.7 por ciento, en los últimos cinco años
y esta desaceleración de la economía peruana se observó principalmente en las
actividades con estrechos vínculos, tanto de manera directa como indirecta con el
comercio exterior. Así, rubros como la agroindustria y las ramas manufactureras de
insumos y de bienes de capital registraron los mayores descensos. En tanto, la inversión
privada pasó al terreno negativo, dado que la mayor incertidumbre, generada por la
crisis financiera internacional y la retracción de la demanda, llevó a las empresas a
reconsiderar la puesta en marcha de nuevos proyectos.

En este escenario mundial, en los países desarrollados se aplicaron políticas monetarias


y fiscales de una intensidad sin precedentes que dieron sus primeros resultados hacia el
segundo semestre de 2009, cuando la economía mundial mostraba ya signos de
recuperación y el ciclo de ajuste de inventarios empezaba a ceder.

La política monetaria del Banco Central de Reserva del Perú se orientó a atenuar el
impacto negativo de la crisis financiera internacional sobre la economía fomentando
condiciones monetarias y crediticias más flexibles consistentes con una inflación bajo
control.

Para ello, implementó una política de reducción de la tasa de interés de referencia, desde
un nivel de 6,5 por ciento en enero hasta llegar a 1,25 por ciento en agosto, alcanzando
niveles mínimos históricos. Previamente, el Banco Central había llevado a cabo
medidas monetarias no convencionales orientadas a proveer de liquidez al mercado y
evitar una contracción crediticia que pudiera debilitar significativamente los
mecanismos de transmisión de la política monetaria.

El conjunto de estas medidas de flexibilización monetaria aplicadas representaron una


inyección de liquidez al sistema financiero equivalente a 9,6 por ciento del PBI y
contribuyeron a mantener el flujo crediticio durante el año. Ello permitió un crecimiento
del crédito a lo largo de todo el año 2009, incluso durante el cuarto trimestre de 2008 en
pleno auge del deterioro de las condiciones crediticias internacionales.

La política fiscal fue también expansiva con el objetivo de contrarrestar los efectos de la
desaceleración de la demanda interna privada y externa.

La actividad económica del país creció 0,9 por ciento durante 2009, mientras que el
mundo en promedio caía 0,6 por ciento y las economías desarrolladas lo hacían en 3,2
por ciento. A diferencia de lo que ocurrió en la mayoría de países desarrollados, en el
Perú el empleo continuó creciendo, lo que permitió que el consumo privado también
siguiera aumentando, aunque ambos a tasas menores que en 2008. Durante el año,
además de los inventarios, el componente más afectado de la demanda interna fue la
inversión privada, que registró una caída de 15,1 por ciento.

Las acciones de política monetaria del año 2009 se tradujeron en menores tasas de
interés tanto en el sistema financiero como en el mercado de capitales, principalmente
las de menor plazo y riesgo, en línea con las reducciones de la tasa de referencia. De
manera similar, las tasas de interés de créditos a microempresas e hipotecario en
moneda nacional continuaron reduciéndose respondiendo con algún rezago al estimulo
monetario.

La evolución de los agregados monetarios reflejó también las condiciones más flexibles
impulsadas por la política monetaria registrándose un crecimiento de 15,0 por ciento en
la liquidez en moneda nacional y de 9,2 por ciento en el crédito al sector privado y una
disminución en los coeficientes de dolarización de 46 a 42 por ciento en la liquidez y de
52 a 46 por ciento en el crédito.

En lo que respecta a la ejecución de la política fiscal, el Plan de Estímulo Económico


lanzado a inicios de 2009 generó un aumento de 13 por ciento del gasto no financiero en
términos reales, correspondiendo a los gastos de capital un aumento de 41 por ciento.
Ello, aunado a la reducción en la recaudación, tanto por menores términos de
intercambio como por la desaceleración en la actividad económica, generó un déficit
fiscal de 1,9 por ciento del PBI, luego de experimentar superávit fiscales por tres años
consecutivos.

En el año 2009, la inflación fue de 0,25 por ciento, reduciéndose desde la tasa de 6,65
por ciento alcanzada en 2008. Esta evolución reflejó principalmente la reversión de los
choques de oferta que elevaron los precios de los alimentos y combustibles en 2008 y
repercutió en una caída de la inflación no subyacente desde 8,11 por ciento en 2008 a
-2,54 por ciento en 2009.

Dado que la actividad económica se ubicó por debajo de su potencial no existieron


presiones de demanda en la economía y las expectativas de inflación retornaron al rango
meta.

La cuenta corriente de la balanza de pagos registró un superávit de 0,2 por ciento del
PBI en 2009, en contraste con el déficit de 3,7 por ciento del PBI registrado durante
2008, como consecuencia de menores importaciones en un contexto de moderación del
crecimiento y de desacumulación de inventarios.

Con la finalidad de reducir la volatilidad del tipo de cambio causada por movimientos
en las posiciones de portafolio de los agentes económicos en una situación de
incertidumbre y de mayor aversión al riesgo en los mercados financieros
internacionales, el Banco Central intervino en el mercado cambiario, comprando o
vendiendo moneda extranjera. Estas intervenciones tuvieron como objetivo limitar los
riesgos asociados a pérdidas patrimoniales de las personas y empresas, que en el caso de
una economía como la peruana aún mantiene un alto nivel de dolarización financiera.

Durante el primer trimestre, cuando todavía persistían fuertes presiones depreciatorias,


el Banco Central vendió moneda extranjera en el mercado cambiario por US$ 1 149
millones y colocó Certificados de Depósito Reajustables equivalentes a US$ 1 727
millones. Hacia fines de marzo, los precios de los commodities empezaron a subir
gracias a la reactivación de la economía china y a las políticas monetarias expansivas.
Ello generó una reversión de las tendencias depreciatorias lo que llevó a las monedas de
la región a recuperar los niveles que tenían antes de la crisis. Entre marzo y diciembre,
el Banco Central compró moneda extranjera por un total de US$ 1 256 millones y
amortizó Certificados de Depósito Reajustables por US$ 3 148 millones.

Así, la política de intervención en el mercado cambiario del Banco Central evitó que la
economía se viera afectada por variaciones bruscas y temporales del tipo de cambio que
pudieran haber influido las decisiones de los agentes económicos y permitió la
acumulación de reservas internacionales netas por US$ 1 939 millones alcanzando un
saldo a fines de diciembre de US$ 33 135 millones, nivel equivalente a casi cinco veces
el total de obligaciones de corto plazo y a 26 por ciento del PBI.

PROBLEMA:

Todas estas acciones realizadas por el BCRP para amortiguar la desaceleración mundial
vivida en los años 2008 – 2009 que afecto a nuestras exportación y produjo una gran
disminución de la inversión privada, fueron ejecutadas, tardíamente ya que si se
hubieran aplicado a su debido tiempo el crecimiento del Perú en el 2009 tendría dígitos
mayores a lo alcanzado, es decir la realidad seria otra, y esta crisis en vez de ser
perjudicial, pudo ser la oportunidad para alcanzar niveles mas altos de progreso
económico, con respectos a otros países del continente.
OBJETIVOS:

Hacer un programa monetario que logre un crecimiento mayor con respecto a los
últimos años, incluyendo el año 2009 que se perdió por motivos de la crisis
internacional (crisis financiera internacional intensificada tras la caída del banco de
inversión Lehman Brothers en los Estados Unidos), lograr una estabilidad del valor del
dinero (tipo de cambio estable), plena ocupación o pleno empleo (mayor nivel de
empleo posible) y evitar desequilibrios permanentes en la balanza de pagos.

HERRAMIENTAS

Para ello gozamos de las herramientas de política monetaria que es la forma en el que
banco central puede influir sobre la cantidad de dinero y sobre la tasa de interés,
evitando fenómenos económicos de desequilibren la economía perjudicando a la
inversión nacional y extranjera, las herramientas que utilizaremos serán:

 Cambios en el tipo de interés


 Variación del coeficiente de caja
 Operaciones de Mercado Abierto

La elección del mecanismo intermedio a utilizar depende de su facilidad de manejo, de


la cantidad de información respecto disponible sobre cada medida, y del objetivo final
que se quiere conseguir. Un buen candidato es la tasa de interés, ya que se conoce en el
acto, mientras que determinar la cantidad de dinero lleva algunos días.

A continuación se explica cada uno de estos métodos de control de la cantidad de dinero

Variación del tipo de interés

El tipo o tasa de interés indica cuánto hay que pagar por el dinero que nos presta cierto
banco.

Por eso, si el tipo de interés es muy alto, no todos los inversores podrán permitírselo, y
no pedirán muchos préstamos. El dinero se quedará en el banco. En cambio, una bajada
de los tipos de interés incentiva la inversión y la actividad económica, ya que los
empresarios dispondrán fácilmente de dinero para invertirlo en sus proyectos.
Por tanto, los cambios en la tasa de interés están relacionados directamente con la
cantidad de dinero que circula en el mercado.

No hay que olvidar que existen otros procesos distintos a la política monetaria que
también alteran la tasa de interés, ya sea por un proceso inflacionario, o por el auge o
la recesión de la actividad económica, dificultando de esta manera el papel de la tasa de
interés como variable objetivo de la política monetaria.
Variación del coeficiente de caja

El coeficiente de caja (o encaje bancario o coeficiente legal de reservas) indica qué


porcentaje de los depósitos bancarios ha de mantenerse en reservas líquidas, o sea,
guardado sin poder usarlo para dejarlo prestado. Se hace para evitar riesgos.

Si el banco central decide reducir este coeficiente a los bancos (guardar menos dinero en
el banco y prestar más), eso aumenta la cantidad de dinero en circulación, ya que se
pueden conceder aún más préstamos. Si el coeficiente aumenta, el banco se reserva más
dinero, y no puede conceder tantos préstamos. La cantidad de dinero baja.

De esta forma, el banco puede aportar o quitar dinero del mercado.

Operaciones de mercado abierto

Con este nombre se conoce a las operaciones que realiza el banco central de títulos de
deuda pública en el mercado abierto.

La deuda pública son títulos emitidos por el Estado, y pueden


ser letras, bonos y obligaciones. Si el banco central pone de golpe a la venta muchos
títulos de su cartera y los ciudadanos o los bancos los compran, el banco central recibe
dinero de la gente, y por tanto el público dispone de menos dinero. De esta forma se
reduce la cantidad de dinero en circulación.

En cambio, si el banco central decide comprar títulos, está inyectando dinero en el


mercado, ya que la gente dispondrá de dinero que antes no existía.

TIPOS DE POLÍTICA MONETARIA

Puede ser expansiva o restrictiva:

 Política monetaria expansiva: cuando el objetivo es poner más dinero en


circulación.
 Política monetaria restrictiva: cuando el objetivo es quitar dinero del mercado
PROGRAMA MONETARIO.

Para la los problemas inflacionarios

El Programa Monetario que estamos creando señala que en la definición de sus


objetivos y metas, el Gobierno debe partir de la siguiente consideración: para abatir el
crecimiento de los precios de manera permanente año 2008 (tasa de inflación 6,65 %),
Es preferible hacerlo de manera gradual con el fin de reducir los costos sociales que
conlleva el proceso de estabilización. En ese momento la tasa de interés referencial se
elevo hasta 6.5 la cual se mantuvo hasta febrero del 2009 que comenzó a descender.

Utilizaremos para mantener o bajar tasa la inflación, una política monetaria restrictiva,
en periodos de sobre producción es decir cuando la economía este recalentada, con
tendencia a un fenómeno inflacionista y una política monetaria expansiva en periodos
de desaceleración económica, es decir cuando en el mercado haya poca circulación de
dinero una política expansiva. Ver gráficos 1 y 2.

(1) Política monetaria expansiva (2) Política monetaria restrictiva

A partir de ese planteamiento, nosotros como creadores de este programa monetario


proponemos, como objetivo de mediano plazo, alcanzar una tasa de incremento anual
del Índice de Precios al Consumidor (IPC) no mayor del 3% por ciento hasta diciembre
de 2010 y se fijó una meta de inflación anual para el año 2010. Para lograr este objetivo,
el Banco central tendrá que ejecuta su política monetaria siguiendo un esquema de
Metas Explícitas de Inflación. La meta de inflación es 2,0 por ciento con un margen de
tolerancia de un punto porcentual hacia abajo (1,0 por ciento) y hacia arriba (3,0 por
ciento). Con ello, el Banco Central busca anclar las expectativas de inflación en un nivel
similar al de las economías desarrolladas y establecer un compromiso permanente con la
estabilidad de la moneda.
Según el Programa, “En una situación como la que actualmente vive Perú, en la que las
expectativas de inflación no es una realidad ajena y sabiendo que estas pueden superar a
las metas, un elemento esencial para alcanzar el objetivo de inflación es la aplicación de
una política monetaria restrictiva”, con el fin de inducir una corrección de las
expectativas de los agentes económicos. Para lo cual tomamos instrumentos de política
monetaria para lograr nuestros objetivos.

Nuestro Programa Monetario para 2010 sustenta su estrategia a partir de una


interpretación acerca de la forma mediante la cual las acciones de la política monetaria
afectan la evolución de los precios.

Hacer que para el BCRP, “La restricción monetaria, a través de la ampliación de la tasa
de referencial, propicia un aumento en las tasas de interés nominales de corto plazo y
una mejoría en las expectativas de inflación. A consecuencia de estos efectos, las tasas
de interés reales aumentan”. “La efectividad del tasa referencial para modificar las tasas
de interés ha sido comprobada por varios estudios. El incremento en las tasas de interés
reales y la mejoría de las expectativas de inflación que induce una ampliación del corto
plazo; influyen sobre la evolución de los precios, si bien con rezagos considerables, a
través de varios canales”.

1. El efecto del incremento en las tasas reales de interés sobre las decisiones de
ahorro e inversión de las personas y empresas, reduce el ritmo de expansión de
la demanda agregada. A su vez, esta última influencia debilita las presiones al
alza sobre los salarios y sobre los precios de los bienes no comerciables.

2. El aumento de las tasas de interés, además de reducir la demanda de crédito,


puede también limitar la oferta del mismo. Esto último, si los bancos consideran
que las mayores tasas de interés pueden implicar el apoyo a proyectos de
inversión de alto riesgo. De esta manera, el aumento de las tasas de interés,
aunado a la incertidumbre de la banca respecto a la calidad de los proyectos de
inversión, puede propiciar una menor disponibilidad de crédito en la economía,
lo que afectaría a la inversión y, por consiguiente, a la demanda agregada y a los
precios.

3. Los incrementos de las tasas de interés hacen más atractiva la inversión en bonos
y disminuyen la demanda de acciones, por lo que el valor de mercado de estas
últimas disminuye. Ante la reducción del valor de las empresas, éstas enfrentan
un deterioro de las condiciones en las cuales obtienen financiamiento,
encareciéndose la realización de nuevos proyectos de inversión. Lo anterior
afecta a la demanda agregada y eventualmente a los precios. Con respecto a los
consumidores, el aumento de las tasas de interés y la consecuente reducción de
los precios de las acciones, disminuyen el valor de sus activos y, en
consecuencia, perciben que su riqueza es menor. Estos fenómenos producen una
contracción del consumo y de la demanda agregada.

4. Las tasas de interés más elevadas inducen una apreciación (o menor


depreciación) del tipo de cambio, lo cual afecta directamente el comportamiento
de los precios de los bienes comerciables y las expectativas de inflación.
Asimismo, los movimientos del tipo de cambio real afectan el crecimiento de la
demanda agregada al incidir sobre el precio relativo de los bienes comerciables y
los no comerciables. Sin embargo, ni la teoría ni la evidencia son concluyentes
respecto de sus consecuencias expansionistas o contraccionistas. Cabe aclarar
que, si bien, uno de los probables efectos de una política monetaria más
restrictiva es que generaría una tendencia hacia una apreciación (o menor
depreciación) del tipo de cambio, lo cierto es que dicha política no es utilizada
por el BCRP con tal propósito. De hecho, fundamentalmente se busca afectar la
tendencia de la inflación de mediano plazo a través de las distintas vertientes de
influencia. Finalmente, la corrección de las expectativas de inflación que se da
en respuesta a un aumento del corto se verá reflejada a la postre en la revisión de
los salarios, en la formación de los precios en la economía y en la cotización del
tipo de cambio.

La descripción anterior deja en claro la complejidad de los canales de transmisión de la


política monetaria y la incertidumbre sobre la importancia relativa de cada uno de ellos.

Para los problemas de tipo de cambio

Sabiendo que los factores que determinan el tipo de cambio en el corto plazo son
aquellos que influyen sobre la oferta y la demanda de dólares. Por un lado el comercio
internacional y la inversión extranjera y por el otro las tasas de interés atractivas y el
riesgo de insolvencia y de inestabilidad económica y política de un país.

En el largo, plazo, hay otros factores que influyen en la determinación del tipo de
cambio. En primer lugar la productividad de cada país, es decir, la capacidad para
producir de manera eficiente sus bienes y servicios. En segundo lugar la velocidad a la
que crecen los precios en cada uno de los países que tienen relaciones comerciales.

Según la Teoría de la Paridad del Poder adquisitivo, el intercambio de una mercancía de


un país, por otra de otro país, debe darse a un precio tal que exprese la equivalencia
entre ambas y debe mantener ese precio relativo en el tiempo. El tipo de cambio debe
asegurar que esa relación de precios se mantenga permanentemente para que ninguna de
las dos economías sufra consecuencias negativas. Si, por ejemplo, un automóvil
norteamericano equivale a dos motocicletas ensambladas en el Perú, en función a la
productividad de cada país, el tipo de cambio deberá ser tal que exprese esa
equivalencia, la cual sólo debería cambiar si cambia la productividad de alguno de los
dos países. Siguiendo con el ejemplo, tenemos el tipo de cambio actual (02/10/2010)
s/.2.79 por dólar y el automóvil vale $10 000 dólares, es decir s/.27900 nuevos soles. Si
las motocicletas valen s/.14850 nuevos soles a ese tipo de cambio valen $5 000 dólares.
Es decir, los productos pueden intercambiarse entre sí en una relación de dos a uno, en
función al poder adquisitivo de las monedas. Sin embargo, si hubiese un cambio en los
precios de las motocicletas debido a un incremento inflacionario en el país que las
produce y ahora cada motocicleta costara s/.27900 nuevos soles, entonces, al mismo
tipo de cambio valdrían, diez mil dólares, con lo que iguala el precio del automóvil y
altera la relación de intercambio que pasa a ser, ahora, de uno a uno. Si esto sucede, los
norteamericanos dejarán de comprar motocicletas que ahora les resultan más caras y la
oferta de dólares disminuirá porque las exportaciones se reducen. Esto trae como
consecuencia un encarecimiento del tipo de cambio que estará reflejando la menor
oferta de divisas y genera un nuevo tipo de cambio de equilibrio. Se entiende que el
equilibrio se restablecerá hasta que el tipo de cambio refleje nuevamente la equivalencia
entres los bienes y servicios.

El problema que se presenta es que no siempre los factores que determinan la demanda
y oferta de dólares en el corto plazo, generan un tipo de cambio que exprese las
variaciones en los precios de cada uno de los países y, por tanto, el precio de las divisas
no se ajusta de tal manera que permita mantener la equivalencia de las mercancías. Por
ejemplo una tasa de interés muy atractiva en Perú, puede generar una gran entrada de
capitales extranjeros y apreciar el tipo de cambio (abaratar el dólar) Pero el movimiento
inflacionario se da en un sentido contrario, es decir, cuando la inflación peruana
superior a la inflación norteamericana (cosa que tratamos de estabilizar con la política
monetaria anti inflacionista que ya hemos visto anteriormente), por tanto, lo que
requeriría el comercio es que el tipo de cambio se depreciara para mantener el poder
adquisitivo de las monedas. En este caso, un nuevo sol apreciado, es una moneda más
cara para quien la quiera comprar, y hace más caras las cosas que se exportan,
expresando, una equivalencia entre mercancías que no es real y perjudicando el
comercio entre países. Al mismo tiempo, un nuevo sol caro o un dólar barato (es lo
mismo) altera también la capacidad de lo que el nuevo sol pueda comprar en el
extranjero. Bajo esta circunstancia su poder de compra habrá crecido ficticiamente y
estará comprando más de lo que en realidad puede si nos atuviéramos a la productividad
del país. Y esto perjudica a los productores nacionales porque los consumidores optaran
por comprar más en el extranjero.

Evidentemente, esta situación elevará la demanda de dólares al interior del país y


disminuirá su oferta, lo que propiciará la depreciación del nuevo sol y llevará al dólar a
un nivel más alto. El problema es que la corriente de ingreso de dólares vía inversiones
extranjeras atraídas por la tasa de interés puede ser de tal magnitud que contrarresta el
ajuste del tipo de cambio y le impide llegar a un nivel que permita restablecer el poder
adquisitivo de las monedas. En ese momento decimos que el tipo de cambio de mercado
no es igual al tipo de cambio de equilibrio.

Esta situación ha estado prevaleciendo en el Perú de manera más o menos permanente


en los últimos años. El tipo de cambio se ha convertido en el medio a través del cual se
controlan los precios al interior del país. Mientras no haya depreciación del tipo de
cambio, la inflación no crece. Entonces la política monetaria ha estado orientada a
controlar las fuertes remesas de capitales provenientes de los extranjeros con el fin de
apuntalar el tipo de cambio, y no de dejar que este se desestabilizase ante un
crecimiento de la oferta de dólares en el mercado (controlado por operaciones de
mercado abierto, encaje legal en moneda extranjera, o subiendo la tasa de interés,)
mediante las tasas de interés y otras medidas que mejoran las expectativas de los
inversionistas extranjeros, aunque no necesariamente mejoran la situación de los
peruanos. Es decir, el dólar se está usando como “ancla inflacionaria”.

Esta política monetaria de fortalecimiento del nuevo sol que proponemos ha provocado
que se mejore la equivalencia de los bienes y servicios que comercian Perú y Estados
Unidos, porque la inflación promedio de nuestro país en los últimos doce meses ha sido
de 1.82% solo un poco más alta que la del vecino EEUU 1.2%. Esto ha dado como
resultado que el tipo de cambio de mercado se acerque del tipo de cambio de equilibrio.

Como resultado de esta situación se propuso entre nosotros un debate respecto a sí el


tipo de cambio actual es el correcto o el nuevo sol vale más de lo que debe valer (es
decir, que está sobrevaluado) Para corroborar que tanto se aleja el tipo de cambio actual
del que llamamos de equilibrio, hemos hecho aquí los cálculos, con una metodología
propia que me permite medir la variación de los tipos de cambio en función al
diferencial de las inflaciones entre Perú y EEUU. (El método de cómo saber si una
moneda está valuada indebidamente, se explica en el anexo 1).

El tipo de cambio real entre dos monedas es el producto del tipo de cambio nominal (el
costo de 1 nuevo sol en dólares, por ejemplo) y la relación de los precios entre los dos
países. La ecuación fundamental es TCR=eP*/P; en nuestro ejemplo, e es el tipo de
cambio nominal nuevo sol - dólar, P* es el precio promedio de un bien en Perú, y P es
el precio promedio del bien en Estados Unidos.

En el ejemplo del Big Mac, e = 2.90. Si el precio en Perú es 2.825 soles y en Estados
Unidos es 1 dólar, entonces (2.90) x (2.825) ÷ 1 da un TCR de 8.1925. Pero si el precio
en Perú es 2.5 nuevos soles y en Estados Unidos es 3,40 dólares, el TCR es 2.9 x 2.5 ÷
3,40 = 2.13, quiere decir que ese producto esta devaluado el nuevo sol con respecto al
dólar (datos sacados del BCRP)

El resultado que se obtiene es una devaluación del nuevo sol frente al dólar. Es decir, de
acuerdo con estos cálculos, el nuevo sol debería valer más o el dólar debería costar
menos. La diferencia entre el tipo de cambio de mercado y el de equilibrio, depende del
año base que se elija para el cálculo.

Lo que nos están diciendo estos resultados, es que el poder adquisitivo del nuevo sol y
el dólar se ha alterado propiciando una falta de correspondencia del valor de los bienes
y servicios que E. U. y Perú comercian, es decir, la devaluación altera los precios
relativos de los bienes y genera problemas de carácter estructural. Los resultados nos
dicen también, que sin importar el año base que se considere, la paridad del poder
adquisitivo se encuentra alterada.

Mantener una situación de esta naturaleza en un plazo largo altera la capacidad


competitiva del país y deteriora su productividad, lo que impide que pueda resolver sus
problemas de crecimiento sostenible. La política monetaria tiene un objetivo y es
mantener estable el tipo de cambio, sin duda se puede mantener estable pero un paridad
de tipo de cambio, se ve casi imposible de realizar.
GLOSARIO DE TÉRMINOS

Reservas Internacionales Brutas (RIB).- También se les denomina Activos


Internacionales de Reserva. En general, los activos de reserva comprenden los activos
sobre el exterior bajo el control de las autoridades monetarias, las cuales pueden
disponer de ellos de inmediato para financiar directamente los desequilibrios de la
balanza de pagos, para regular indirectamente la magnitud de dichos desequilibrios
mediante la intervención en los mercados cambiarios modificando el tipo de cambio, y
para otros fines 1 . Las RIB del BCRP están constituidas principalmente por depósitos
en entidades bancarias del exterior, inversiones en valores y bonos extranjeros y
tenencias de oro, billetes, monedas u otros medios de pago internacional de aceptación
general. También se incluye aportes a organismos internacionales y otros saldos activos
por convenios internacionales que en el caso del Perú son mantenidos en el marco de la
Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI).

Reservas Internacionales Netas (RIN).- Son la diferencia entre los activos y los
pasivos internacionales de un Banco Central. Las RIN muestran la liquidez
internacional de un país y su capacidad financiera con relación a otros, al ser los
recursos con que cuenta para hacer frente a sus obligaciones en moneda extranjera. En
el caso del Perú, las RIN son el resultado de restar a las RIB las obligaciones
internacionales de corto plazo, principalmente producto de convenios de crédito
recíproco a nivel regional como el de la ALADI y las de mediano y largo plazo
contraídas con fines de apoyo a la balanza de pagos (en la actualidad el saldo de este
tipo de deuda es cero).

Posición de Cambio.- Es la diferencia entre los activos y los pasivos en moneda


extranjera del BCRP, tanto internacionales como con residentes. La Posición de Cambio
esta constituida por los activos del Banco que no tienen como contrapartida
obligaciones con terceros y, por lo tanto, es la parte del total de RIB que puede ser
diversificada en oro y distintas divisas.

Activos Internacionales de Reserva Líquidos.- Son los activos fácilmente negociables


en los mercados financieros internacionales, por lo que se excluye de las RIB los
aportes de capital a organismos internacionales como el Fondo Latinoamericano de
Reservas (FLAR); los aportes y fondos fiduciarios con el FMI; los saldos activos por
convenios internacionales y las tenencias de oro en las bóvedas del Banco.
ANEXO

1) ¿Sobrevaluado o subvaluado?

Cuando los países venden más de un producto, el poder adquisitivo se compara


midiendo el tipo de cambio real en base a una amplia cesta de productos. Como el
precio de estas cestas por lo general se expresa mediante un número índice —por
ejemplo, el índice de precios al consumidor, que incluye tanto bienes como servicios—,
el TCR también suele expresarse como un índice que sirve de referencia para cualquier
período. Volviendo al ejemplo dólar-euro, si el TCR índice es 1,2, los precios al
consumidor promedian 20% más en Europa que en Estados Unidos en relación con el
nivel de referencia seleccionado. Los índices no miden precios absolutos (como el
precio de un Big Mac), sino variaciones de precios globales en relación con un año base
(si el índice es 100 en el año 2000 y 120 en 2007, eso significa que los precios son en
promedio un 20% más altos que en 2000). En este caso, si los TCR índice entre países
no varían con el correr del tiempo, decimos que rige una PPA relativa.

Los TCR índice entre dos países pueden ser importantes. El enorme déficit comercial de
Estados Unidos frente a China se ha transformado en un tema político y económico
candente, y no está claro si su origen es un tipo de cambio fundamentalmente
desalineado.

Pero, al medir la alineación global de una moneda, lo que más interesa a los
economistas y a las autoridades es el tipo de cambio real efectivo (TCRE), que es un
promedio de los tipos de cambio reales bilaterales entre un país y sus socios
comerciales, ponderado según el peso de cada uno de esos socios. Al ser un promedio,
el TCRE de un país puede estar “equilibrado” (es decir, no exhibir un desalineamiento
general) cuando la moneda está sobrevaluada respecto de uno o varios socios, siempre
que esté subvaluada respecto de otros.

Para saber si una moneda está valuada indebidamente y en qué medida, se puede hacer
un cálculo aproximado con una serie temporal de TCRE. Si la moneda está equilibrada
y rige una PPA absoluta o relativa, el TCRE no tendría por qué variar a lo largo del
tiempo. Pero como los patrones de consumo pueden cambiar más rápido que las cestas
armadas con fines estadísticos —al igual que los aranceles y las políticas comerciales, y
los costos de transporte—, una desviación del TCRE no implica necesariamente un
desalineamiento fundamental.

Sin embargo, a pesar de que los costos de transporte y los aranceles han bajado mucho a
lo largo del siglo último, y de que las cestas nacionales de consumo son más uniformes,
los TCRE varían más que antes. Hace un siglo, su fluctuación estaba contenida dentro
de una banda de 30% en las economías avanzadas; en los años ochenta, esa banda se
ensanchó a 80% en Estados Unidos, y otros países tuvieron experiencias parecidas.

La dificultad está en los matices.

No todas las grandes fluctuaciones de un TCRE revelan desalineamientos. Estos ajustes


a veces son sumamente suaves, lo cual lleva a pensar que hay otros factores, además de
los costos de transporte, los gustos y los aranceles, que determinan cambios en el TCRE
de una moneda no desalineada. Uno de esos factores podrían ser los avances
tecnológicos que estimulan la productividad en el sector de los bienes transables. Como
el aumento de la productividad abarata la producción, los precios de los bienes
transables disminuyen, primero en el país más productivo y luego en los demás por
efecto de la competencia internacional. Pero no todos los bienes son transables. Los
bienes no transables, como la vivienda y muchos servicios personales, enfrentan una
competencia internacional mínima. De modo que los precios de los bienes transables
bajan en relación con los precios de los bienes no transables.

Y si los bienes no transables tienen gran peso en la cesta de consumo nacional, el índice
de precios al consumidor aumenta en relación con la cesta de consumo internacional, y
el TCRE tiende a apreciarse. Eso es lo que suele denominarse “efecto Balassa-
Samuelson”. Tanto teórica como empíricamente se observa que la variación de los
TCRE entre países se debe en gran medida a fluctuaciones de los precios de los bienes
no transables en relación con los bienes transables, sobre todo entre países en desarrollo.

Las disparidades internacionales del TCRE también son producto de variaciones


persistentes de los términos de intercambio (como las que experimentan por lo general
los productores de petróleo) y de diferencias entre las políticas fiscales, los aranceles e
incluso el desarrollo financiero. El FMI y los analistas tienen en cuenta esas influencias
fundamentales en el tipo de cambio real al estimar el TCRE “de equilibrio”, en torno al
cual debe fluctuar el TCRE si no hay desalineamiento.

La estimación del TCRE de equilibrio puede resultar difícil porque los precios son un
poco rígidos a corto plazo, al contrario del tipo de cambio nominal (al menos en los
países donde está determinado por el mercado). De modo que el TCRE suele exhibir
una volatilidad considerable a corto plazo frente a novedades en las plazas y una
negociación hiperactiva, y no es sorprendente que muchos operadores y autoridades lo
calculen mal, y a veces muy mal. Eso puede provocar realineamientos drásticos con
consecuencias devastadoras, como la crisis de la libra en 1992. Por más imperfecto que
sea, el TCRE ha puesto en evidencia fuertes sobrevaluaciones cambiarias que
precedieron a muchas crisis financieras; por eso es importante que el FMI, entre otros,
mantenga bajo observación los TCR bilaterales y los TCRE multilaterales.

¿Qué es el tipo de cambio real?

El tipo de cambio real entre dos monedas es el producto del tipo de cambio nominal (el
costo de 1 nuevo sol en dólares, por ejemplo) y la relación de los precios entre los dos
países. La ecuación fundamental es TCR=eP*/P; en nuestro ejemplo, e es el tipo de
cambio nominal nuevo sol - dólar, P* es el precio promedio de un bien en Perú, y P es
el precio promedio del bien en Estados Unidos.

En el ejemplo del Big Mac, e = 2.90. Si el precio en Perú es 2.825 soles y en Estados
Unidos es 1 dólar, entonces (2.90) x (2.825) ÷ 1 da un TCR de 8.1925. Pero si el precio
en Peru es 2.5 nuevos soles y en Estados Unidos es 3,40 dólares, el TCR es 2.9 x 2.5 ÷
3,40 = 2.13, quiere decir que ese producto esta devaluado el nuevo sol con respecto al
dolar

En el ejemplo del Big Mac, e = 1,36. Si el precio en Alemania es 2,5 euros y en Estados
Unidos es 3,40 dólares, entonces (1,36) x (2,5) ÷ 3,40 da un TCR de 1. Pero si el precio
en Alemania es 3 euros y en Estados Unidos es 3,40 dólares, el TCR es 1,36 x 3 ÷ 3,40
= 1,2.

http://juancarloslandriscini.blogspot.com/2008/09/tipo-de-cambio-nominal-y-
real.html

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