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Ya que los contactos entre las regiones y los diversos reinos Visigodos, Ostrogodos,
Burgundios, Alamanos, Vándalos, etc., se habían vuelto muy escasos, las divergencias
lingüísticas se acentuaron cada vez más y dieron a luz a idiomas romances distintitos. La
‘ 
  o ͞lengua romana rústica͟, hablada en el norte de Francia (reino de
los Francos), se volvió diferente de aquella hablada en el sur del país (reino de los Visigodos)
y de aquella hablada en Italia (reino de los Ostrogodos) o en Dacia (reino de los Gépidos), etc.
Todo el sistema del latín hablado popular se vio modificado al pasar al  (derivado de
la palabra    que se fragmentó en diferentes variantes según las regiones. Mientras
que el latín escrito quedaba intacto, las lenguas habladas, que iban a transformarse en
francés, español, italiano, catalán, etc., se formaban lentamente. Es en este sentido que se
habla de las lenguas romances: de origen latino, se diferenciaron cada vez más al llegar a ser
muy distintas pero conservando numerosos elementos comunes. Algunos 400 o 500 años
separaron al latín popular del siglo IV del primer texto francés (siglo XI). Puede consultarse,
por una parte, una tabla que muestra una tipología histórica de las lenguas romances; por
otra, un mapa de las lenguas romances.

La lengua francesa no existía todavía. Fue confirmada hasta el siglo IX y llevaba el


nombre de ͞lengua rústica͟ (o lengua ‘  de ‘  que significaba ͞pueblo͟). Es así
que fue llamada durante el Concilio de Tours en el 813 que se la ubicó en pie de igualdad con
la lengua tudesca 
 
o germánica.

   
        

En el curso de los siglos VI y VII, los reinos se debilitaron: los Ostrogodos fueron
conquistados por los Romanos de Oriente, después por los Lombardos; los Visigodos
eliminaron a los Suevos antes de ser exterminados a su vez por los Francos en el norte y por
los Árabes en España; los Vándalos sufrieron la misma suerte en África del norte y los
sobrevivientes fueron islamizados. Finalmente, los Francos salieron como los grandes
vencedores de estos enfrentamientos sometiendo casi a toda la Europa romanizada con la
autoridad de algunos monarcas.   el rey de los Francos     derrocó al
último representante de la autoridad romana en Soisson en el 486; él extendió sus estados
de la Loire hasta el Rhin, ulteriormente se convirtió al catolicismo y recibió así el apoyo de sus
súbditos galo-romanos. Él fue el primer rey que habló el germánico, más exactamente el
fráncico, una Situación que sólo concluyó con Hugues Capet (en el 987). Con Clovis, comenzó
la dinastía de los Merovingios (< de Mérovée, el 3r rey franco, que habría vencido a Atila,
gracias a una coalición, en los campos cataláunicos el 20 de junio del 451).

Entre laslenguas germánicas que fueron habladas en Francia (visigodo, burgundio,


alamano y fráncico), es el fráncico el que dejó más huellas en la lengua francesa (algunas
centenas de palabras). Sin embargo, el insignificante número de los francos (alrededor del
5%) con respecto a la población galo-romana les impidió imponer su lengua a todo el país.

La población galo-romana, por su parte, hablaba lo que se llamaba en aquella época la


͞lingua romana rustica͟, es decir la lengua romance rústica. Libre de todo compromiso,
favorecida por la fragmentación feudal y sometida al juego variable de las leyes fonéticas y
sociales, esta lengua llamada ͞rústica͟ se desarrolló espontáneamente sobre su vasto
territorio. Tomó, siguiendo las regiones, las formas más variadas. Es así que salió del suelo de
Galia toda una floración de hablas romances regionales, subdivididas en dialectos (o patois).
Por otra parte, los Francos dieron al romance nuevas tendencias lingüísticas en razón a
su acento nórdico y de su sistema vocálico (las vocales) en el cual las vocales largas se
oponían a las breves; esto conducía a los francos a pronunciar las vocales románicas con más
fuerza que como lo hacían las poblaciones autóctonas.

Cuando el reino de los Francos paso a manos de Charlemagne en 760 (dinastía de los
Carolingios), este emprendió la reimplantación del antiguo Imperio romano. Casi lo logra en
Occidente: se le escaparon Gran Bretaña y España, que permanecieron en manos de los
Anglo-Sajones y de los Árabes. Sus tentativas para reunificar al Imperio de Oriente (llamado
Imperio Bizantino) fallaron. Cuando se hizo coronar emperador del Santo Imperio romano
germánico en latín: Sacrum Romanorum Imperium Nationis Germanicæ; en alemán: Heiliges
Römisches Reich Deutscher Nation ʹ en diciembre del 799, su reino se extendía del norte de
España hasta los límites orientales de la Actual Alemania, de Austria y de Eslovenia (ver el
mapa del imperio de Charlemagne [carolingiens]).

La unificación política lograda por Charlemagne no duró tanto tiempo como para que
éste impusiera en todo su imperio el fráncico, su lengua materna.

Con la muerte de Charlemagne, en el 814, y después con la de su hijo, Louis le Pieux (en
el 840), sus nietos se disputaron el Imperio: Lothaire (795-855), Pepin (803-838) y Louis (805-
967); tardíamente y después de un segundo lecho, Charles (823-877). Finalmente, Charles le
chauve y Louis le Germanique sellaron una alianza contra su hermano mayor, Lothaire, con
los Juramentos de Estrasburgo (Serments de Strasbourg) del 842, redactados por vez primera
en lengua dicha vulgar (del latín vulgus: ͞pueblo͟).

El año siguiente (el 843), el Tratado de Verdun (Traité de Verdun) dividió


definitivamente el reino de Charlemagne en tres estados: Charles II (dicho ͞le Chauve͟)
recibió la parte oeste del Imperio franco ʹ Francia occidental al oeste de Escaut, de Meuse,
de Saône y del Rhône (lo que se convertiría en Francia) ʹ. Louis I (dicho ͞le Germanique͟), la
parte este o Francia oriental o Germania ʹ, y Lothaire I, la parte central o Francia mediana al
este del Rhône, es decir Lotharingie (cuyo nombre se transformará más tarde en Lorraine),
así como la corona imperial; el reino de Lothaire se extendía del mar del norte en Italia y
englobaba principalmente Bourgogne, los Países Bajos y la actual Bélgica. Charles II fue el
primer rey de Francia, pero su reino estuvo marcado las primeras incursiones de los
Normandos (856-861). Mientras él guerreaba en Germania, los Normandos ponían a fuego y
sangre las ciudades más grandes de Francia (Paris, Rouen, Nantes, Bordeaux, etc.).

Después de la muerte de Lothaire (en el 855), la Lotharingie se debilitó muy


rápidamente y se convirtió en el objeto de rivalidades incesantes entre Francia y Germania.
Ulteriormente, la Lotharingie fue separada en provecho del reino Franco (Flandre,
Bourgogne, etc.) o del Santo Imperio romano germánico (ribera izquierda del Rhône,
Provence, Savoie). En el 875, Charles II acumuló los títulos de rey de Francia occidental
(Francia) y de emperador de Occidente, sin que Francia fuese integrada en el Imperio
germánico. Más tarde, cada uno de los reinos (France, Germanie et Lotharingie) se
fragmentó aún más a gusto de los herederos y de los cambios de régimen. Cada pedazo del
antiguo Imperio germánico conoció luego un destino distinto.

El 29 de febrero del 888, el duque Eudes fue elegido rey por sus pares, los grandes
señores de Francia Occidental. Pero la autoridad real declinó constantemente en Francia, ya
que vasallos llegaron a ser más poderosos que el rey. En efecto, ahí los príncipes ejercieron el
poder político de manera autónoma. El del rey se vio obligadamente limitado: solo jugaba el
papel de árbitro en el poder más simbólico que real. Las guerras feudales se suscitaron
mientras que en Europa se sufría con una economía totalmente rudimental.
        

Todos estos eventos políticos y militares han tenido consecuencias determinantes para
el destino de las lenguas. La expansión del Imperio romano provocó la extensión del latín,
que sólo conoció éxitos y conquistas hasta el siglo V; él no pudo sobrevivir sin embargo al
estallido del Imperio y fue fragmentado en una multitud de dialectos. Las lenguas germánicas
tienen cierta influencia en las lenguas románicas, pero no pudieron asimilarlas. Diversos
factores explican este fenómeno poco corriente (los vencidos que asimilan a los vencedores):
los invasores germánicos chocaron con una población mucho más numerosa que ellos
(solamente el 5% de la población) y debieron practicar la exogamia (matrimonios mixtos);
además, no pudieron constituir Estados durables y fragmentaron constantemente su poderío
político. Sólo la aristocracia franca practicó el bilingüismo durante algunos siglos antes de
adoptar la lengua de los vencidos. Solamente algunos ͞irreductibles͟ cerca de la frontera
lingüística de las lenguas románicas y de las lenguas germánicas conservaron su lengua
fráncica. Hoy, cuatro formas de fráncico (ver el mapa) son habladas en Moselle (No 57): el
   ‘‘ (en el país de Nied); el    (de la cuenca minera hasta
Alsacia); el        el    ‘    (en el país thionvillois). El
fráncico aún hablado en el nordeste de Francia conserva por lo tanto un vestigio lingüístico
de los Francos que fundaron Francia.
Cuando se observa la geografía lingüística de Europa, se constata que el antiguo
territorio de Francia occidental coincide hoy con un territorio lingüístico exclusivamente
románico (excepción hecha de Gran Bretaña y de las provincias vascas), sean los dos tercios
de Francia actual, lo que probaría la asimilación de la lengua franca. En cambio, la antigua
Francia oriental mantuvo la lengua franca, el fráncico, ya que este territorio corresponde hoy
a los países germánicos como Alemania, Alsacia, Suiza alemánica y Austria. En cuanto a
Lotharingie, se asemeja a los territorios germánicos en el norte (Bélgica flamenca, Países
Bajos, Luxemburgo) y románicas para el resto (Bélgica valona, oeste de Francia, Suiza
francófona, Italia). Ahí donde los francos fueron mayoría, mantuvieron su lengua germánica,
que más tarde se transformaría y se fragmentaría en un gran número de dialectos; ahí donde
fueron minoría, fueron rápidamente asimilados y romanizados (ver el mapa del territorio
germánico actual). En Galia romanizada, la lengua rústica, llamada también ‘   (el
románico) en uso hasta el siglo VII dará nacimiento al francés del siglo VIII.
Pero en esta época románica, la aristocracia franca hablaba aún el germánico. Es sólo
con †  (en el 987) que el primer rey de Francia habla como lengua materna la
lengua románica vernácula (más bien que el germánico).

Pero el reino de Francia controlado por el rey era en ese momento un muy pequeño
reino (ver la zona en azul): l͛Île-de-France. Francia estaba entonces dominada por poderosos
señores que se repartían el territorio: por ejemplo, los condes de Flandre y los duques de
Normandía en el norte; los duques de Borgoña en el este y los duques de Aquitania en el sur.

En razón de las invasiones extranjeras, estos señores habían vastos territorios obtenido
del rey en agradecimiento a sus servicios.

El nombre de † 


 provendría de la palabra  (el abrigo que traían los
abades), ya que, antes de ser coronado, Hugues Ir era un poderoso señor respetado, que
poseía numerosas señorías laicas y abadías: detentaba, en tanto que abad simbólico,
numerosos ͞   eclesiásticos, entre los cuales el de la prestigiosa abadía de Saint-
Martin-de-Tours.
Por el momento, hay que notar dos grandes influencias en la lengua romana románica
rústica; por una parte, el aporte del germánico del oeste (o fráncico); por la otra, el del latín.
La influencia del fráncico fue muy importante sobre las hablas románicas de esta época. Los
historiadores de la lengua afirman con frecuencia que el francés sólo debe al fráncico algunas
centenas de palabras ʹ exactamente 544, según Henriette Walter, sea el 13% de todas las
palabras extranjeras introducidas en el francés ʹ, particularmente en el vocabulario bélico,
en el de la ornamentación, en el de la alimentación, en el de la agricultura, etc., sin olvidar los
adjetivos colores ‘       ‘  y de cantidad  
 
 Pero la
cohabitación lingüística del fráncico y del románico rústico condujo a cambios profundos de
orden fonético, morfológico, sintáctico y lexical. Por ejemplo, desde el punto de vista
fonético, mencionemos la introducción de [ w ] germánica que fue tratada como la [ v ] latina
y se convirtió en una gutural como en   (< fráncico   mientras que 
 pasó
a 
 después a 
;  a  después a ! , y   a w después
a    (animal imaginario con cuerpo de serpiente, alas de murciélago y patas de cerdo).
Palabras latinas como 
(< octo),  (< ostium, de donde      (< arminia),
"
  (< ostrea), etc., deben su [ ͚ ] inicial a una antigua pronunciación germánica utilizada
en las palabras como   

   ‘‘       etc. Algunas


diptongaciones nuevas son también imputables a una influencia germánica. Desde el punto
de vista morfológico, las finales ʹ# ʹ# ʹ# ʹ ʹ y ʹier son de origen fráncico, sin
olvidar un gran número de verbos en ʹ  del tipo   $ ‘‘  ‘    etc. Subrayemos
que la influencia germánica se ejercía considerablemente sobre el nombre de lugares
(Criquebeuf, Elbeuf, Caudebec, Honfleur, Trouville, etc.) o de personas en razón de la
penetración política. En fin, la sintaxis germánica fue igualmente muy importante, como lo
atestigua el hecho de poner el sujeto después del verbo cuando un complemento o adverbio
precede a este. Por ejemplo, ‘% #  #‘ #    ‘ por ‘ #  ‘‘ 
lendemain son conseil. Todos estos hechos ilustran que la germanización de la ͞lengua
románica rústica͟ fue muy considerable al punto en el que las lenguas de oïl tomaron
aspectos muy diferentes de las otras lenguas provenientes del latín, particularmente al sur en
donde las lenguas occitanas permanecieron mucho más que el latín.

No sorprende que el fráncico de los Francos haya dejado vestigios en Francia misma. El
francique mosellan (o francique lorrain) forma parte del habla fráncica del oeste y es hablado
hoy por alrededor de 400,000 locutores en el departamento de la Moselle (No 57),
particularmente en la región de Thionville. Cuatro formas de fráncico son habladas en
Moselle: le francique mosellan (en el país de Nied); le francique rhénan (en el país de
thionvillois). No olvidemos que esta región esta dividida en dos por la frontera lingüística que
separa las lenguas romances y germánicas. Le francique lorrain ou francique de la Loraine
conserva aún vestigios lingüísticos de los francos que fundaron Francia.

En lo que concierne al latín, la época de Charlemagne se remitió a los estudios latinos.


Los clérigos y los letrados devoraron, copiaron masivamente y pillaron literalmente los
clásicos romanos. Centenas de palabras latinas han sido tomadas en préstamo por los
contemporáneos de Charlemagne, ellos los que hablaban la lengua románica rústica, pero
que sólo escribían en latín de Iglesia. Durante muchos siglos, los locutores románicos fueron
rechazados en provecho del latín clásico (empréstito) y del latín eclesiástico (escritura). Los
pocos letrados practicaban una especie de bilingüismo en la medida en que hablaban la
lengua romance rústica de su región. Comunicábanse entre ellos con el latín reaprendido y
venerado.
·     

Se sabe que después del Concilio de Tours del 813 la Iglesia católica ordenó a sus
sacerdotes hacer sus sermones dominicales ͞en lengua rústica͟, Porque los fieles no
comprendían más aquella de los letrados y de los clérigos. Esta situación debía sin embargo
perfectamente datar de una centena de años. Ya que se sabe que los hábitos son lentos para
modificarse.

Con el fin de hacerse una idea de la evolución del latín hasta la aparición de lo que se
llamará el ͞francés͟, el lector se remitirá a las traducciones de los Juramentos de Estrasburgo
(Serments de Strasbourg). El texto original (texto 3) a sido redactado en romance rústico (o
͞romanz͟) en el 842 para Louis le Germanique, quien se dirigía a los soldados de Charles le
Chauve, y en germánico para este, quien se dirigía a los soldados de su hermano. Los textos
1, 2, 4, 5 y 6 son traducciones que reproducen el estado de la lengua en seis épocas (del latín
clásico al francés contemporáneo).

Comparando los textos 1 (latín clásico), 2 (latín popular) y 3 (romance rústico), pueden
notarse enormes diferencias en el plano fonético: se notará, por ejemplo, la aparición, en
romance, de [ z ] y de [ ͚ ], que provienen de influencias germánicas. En el plano morfológico,
se pasó de tres géneros (masculino, femenino y neutro) a dos ʹ con la desaparición del
neutro ʹ; además, la declinación, inicialmente con seis casos en latín, pasó a dos (sujeto y
complemento). He aquí un esquema que muestra la declinación del adjetivo latino purus y
su paso al italiano y al francés tanto antiguo como moderno.

Por lo que toca a la sintaxis, las preposiciones pasaron a ser más numerosas y el orden
de las palabras tuvo tendencia a permanecer bastante libre. En fin, en cuanto al vocabulario,
la ͞lengua románica rústica͟ tomó prestado cerca de un millar de palabras de las lenguas
germánicas, particularmente de las palabras de origen militar y palabras ligadas con la
organización social de los Germanos, pero solamente algunas centenas han permanecido
hasta hoy. Sin embargo, la lengua románica rústica permaneció como una lengua
exclusivamente oral y el latín continuó siendo sólo una lengua escrita.

Puede afirmarse que los Juramentos de Estrasburgo (842) constituyeron el acta de


nacimiento del francés (o franco) por que todos los documentos escritos anteriormente
estaban redactados únicamente en latín. Los Juramentos fueron escritos en una lengua que
todos los soldados del ejército de Charles le Chauve (en franco) y del de Luois le Germanique
(en germánico) pudieran comprender. El documento puede entonces ser considerado del
͞francés͟, si bien se encuentra este nombre aplicado en la lengua sólo hasta el siglo XII. Sin
embargo, puede dudarse que la versión ͞romance͟ de este tratado entre dos príncipes
carolingios pertenezca verdaderamente a la lengua corriente de esa época. En efecto, Existen
ahí huellas sospechosas de latín, sobre todo en la escritura de las letras finales: nunquam, in
damno, conservat, etc. No se sabrá probablemente jamás si estas grafías son debidas a un
escriba puntilloso o a un observador fiel del habla de los soldados; pero es más probable la
primera hipótesis.

Además de la historia interna de la evolución de la lengua per se, comienza una doble historia
paralela que conviene seguir si se quiere comprender el conjunto de los hechos: la lucha del francés
contra las otras lenguas habladas en Francia y la lucha del francés escrito contra el latín. Como
siempre, son eventos políticos y militares los que terminarán por asegurar la supremacía del francés.
Los periodos de conmoción han acarreado cambios lingüísticos mientras que los periodos más calmos
han permitido a la lengua ͞dirigir͟ sus transformaciones. Resumiendo, el estado de la lengua francesa
refleja siempre el estado de la sociedad, sea cual fuese el régimen feudal durante el periodo de
consolidación del poder real, durante la Revolución francesa, o durante el periodo moderno o
contemporáneo.
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