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Mis etiquetas: yo, tú, nosotros

Ahora vamos a trabajar con la figura que hiciste que representa a otra persona.

1. Cuenta las etiquetas negativas y positivas que asignaste a la otra persona. Haz
un cálculo porcentual de esta distribución (número de etiquetas positivas entre el
número total de etiquetas por 100; y lo mismo para las etiquetas negativas].
2. Ahora realiza la siguiente reflexión. Si lo deseas toma notas de tus.
1. ¿Es mayor el porcentaje de etiquetas negativas o de positivas?
2. Ahora compara estos porcentajes con los que calculaste la semana pasada
sobre ti mismo. ¿Tiendes a ver más cualidades positivas en la otra
persona en comparación con las cualidades positivas que ves en ti?
¿Esto te dice algo?
3. Recuerda que somos una mezcla cambiante de cualidades que se
modifican de acuerdo a los contextos, al tiempo, a nuestro estado mental
y al estado mental de quienes nos rodean. Tomando en cuenta la
relación entre cualidades positivas y negativas atribuidas a otros y en
comparación con las cualidades atribuidas a ti mismo ¿dirías que has
hecho una evaluación justa? ¿O será que tiendes a juzgarte a ti de
manera más severa que a otros? ¿O es que juzgas a otros de manera más
severa que a ti mismo?
3. Exploremos ahora si las etiquetas que adjudicamos a otros están relacionadas
con la manera en que nos etiquetamos a nosotros mismos.
1. ¿Alguna etiqueta negativa que te adjudicaste es reforzada por la otra
persona? Por ejemplo, si te percibes como débil o como víctima, ¿será
que ves a la otra persona como fuerte, enojona o muy crítica de tu
persona? ¿Tienes alguna etiqueta tuya que se relaciona de esta manera
con las etiquetas de la otra persona?
2. Si esta otra persona no fuera fuerte, enojona y crítica contigo (o como
quiera que tú la veas) ¿te sería más fácil modificar tus propias etiquetas?
¿estarías dispuesto a aceptar que tus etiquetas no son realistas?
3. Por otro lado, si te ves a ti como una persona correcta, justa y honesta (o
cualquier etiqueta positiva que te hayas autoasignado), al mismo tiempo
que destacas los defectos de los otros ¿será posible que el hecho de
resaltar esos defectos te sirve a ti para reforzar tu imagen de persona
correcta, justa y honesta?
4. Tanto si te identificas con alguna de la situaciones descritas como si no,
pregúntate si la manera en que vez a la otra persona podría cambiar de acuerdo a
tu estado anímico. Cuando estás feliz o cuando tu mente se siente liviana y
contenta, ¿afecta esto las cualidades que adjudicas a otra persona? ¿Será que
estas cualidades cambian? ¿Será que es posible que haya cualidades positivas
que normalmente no etiquetas cuando estas de mal humor y que comienzas a
notar y a sentir cuando las ves a través de tu estado mental gozoso? Pregúntate
si estas mismas cualidades positivas comienzan a desaparecer de tu vista cuando
sientes ira o un estado mental negativo.
1. De ser así, ¿no te parece obvio que las etiquetas no son una descripción
precisa de la otra persona? Más bien, y en gran medida, son un reflejo de
ti. Podríamos decir que son casi totalmente un reflejo de ti. Este nuevo
estado de conciencia, ¿podría cambiar la manera en que te relacionas con
esta persona? ¿Cómo?

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