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Notas de Estudio Bíblico - “Los dones espirituales”

INTRODUCCION:

Después de haber estudiado sobre los talentos y habilidades naturales, además de distinguir los
dones como capacidades sobrenaturales de parte de Dios para la edificación del Cuerpo de
Cristo; nos toca hoy aclarar algunos peligros en relación a éstos.

Es necesario tener muy en cuenta y claridad sobre la diferencia entre “dones espirituales y
conducta o deberes cristianos”. No es lo mismo.

ALGUNOS PELIGROS CON RELACION A LOS DONES ESPIRITUALES

1. Ensalzar ciertos dones desmedidamente. Cuando esto sucede se considera a los


creyentes que los poseen como superiores a los demás, y por lo tanto, produce “orgullo
espiritual”. En algunos casos, aún una especie de “dictadura espiritual”.

2. Ambicionar ciertos dones desmedidamente. Si no se tiene un concepto correcto de los


dones y su función dentro del Cuerpo, se puede llegar a ambicionar ciertos dones para
beneficio personal, como en el caso de los corintios, ambicionando el “don de lenguas”
(1 Corintios 14:2-12)

3. La proyección de los dones. A veces hombres de Dios que han sido dotados de dones
espirituales en una forma excepcional, presentan los frutos de esos dones como algo
que debería ser normal en la vida de todo creyente, atribuyendolos a una simple mayor
consagración, produciendo en los demás creyentes un sentimiento de frustración al no
poder igualar sus logros. La fe, la oración, las lenguas, los milagros, las sanidades, son
dones que se prestan para este tipo de error y proyección.

DONES, LLENURA Y FRUTO DEL ESPIRITU

El ser humano siempre se ha dejado impresionar por lo espectacular y milagroso, como ocurrió
con el Zar Nicolás II y la zarina Alejandra en la Rusia de principios del Siglo XIX, a quienes un
hombre ignorante y de antecedentes dudosos como el monje Rasputín, logró engañar con
milagros de sanidad en favor del hijo hemofílico de la familia real. Así fue como consiguió
dominarles a tal punto que fue él quien en realidad gobernó el Imperio con sus intrigas y
maquinaciones, hasta el punto de crear las condiciones propicias para la revolución bolchevique
que inició las expansión comunista en el mundo hasta el día de hoy. Alejandro Kerensky, primer
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presidente del gobierno revolucionario declaró: “Si no hubiera habido un Rasputín, nunca
hubiéramos tenido un Lenín”.

Ya en Mateo 7:15-23 y Mateo 10:5-8, encontramos casos de hombres que hicieron milagros,
aún en el nombre de Cristo, pero no tenían vida espiritual en sí, y fueron condenados
finalmente al fuego eterno. La Biblia está llena de casos similares, como los sacerdotes de
Faraón (Genesis 41:16), Balaam (Números 22), los milagros engañosos de Satanás, etc.

Nicolás II y Alejandra ignoraron las palabras de Cristo: “Por sus frutos los conocereis”. Lo
milagroso sólo no es suficiente, sino que debe ir acompañado de un carácter santo, que es fruto
del Espíritu, por eso es importante que al estudiar los dones del Espíritu, los analicemos
cuidadosamente a la luz de la Palabra de Dios con relación al fruto del Espíritu.

Es por eso que el apóstol Pablo, en cada uno de los tres pasajes sobre los dones (Como ya lo
hemos visto), Romanos 12; 1 de Corintios 12-14 y Efesios 4, los relaciona con instrucciones y
exhortaciones acerca de los frutos del Espíritu y del amor y especialmente en 1 de Corintios,
ocupa todo un capítulo (13) para hablar del amor, como el camino más excelente (1 de
Corintios 12:31), señalando con particularidad las conductas del Cristiano.

I – LA PREEMINENCIA DEL AMOR SOBRE LOS DONES

El amor es superior a los dones porque es cualidad inherente al carácter cristiano, “creado en
Cristo Jesús” a la imagen y semejanza de Dios, y por lo tanto dirigido a Dios mismo, mientras
que los dones son simples capacidades o habilidades, las cuales aunque sobrenaturales, no
forman parte de nuestra personalidad o carácter, con el cual nos presentamos ante el Señor.
DIOS SE AGRADA MAS EN LO QUE SOMOS QUE EN LO QUE HACEMOS.

Además, los dones son de carácter temporal, mientras que el amor es permanente (1 de
Corintios 13:8-13); porque los dones son necesarios ahora, mientras estamos en el tiempo, con
nuestras naturalezas imperfectas y mientras es necesario seguir predicando el Evangelio, hasta
que se complete el número de los que han de ser salvados.

Pero cuando el Reino de Dios sea establecido definitivamente, habremos llegado todos a la
perfección y ya no conoceremos las cosas imperfectamente, sino “conoceremos como somos
conocidos” (1 de Corintios 13:12). Sin embargo, el amor sí será siempre y por toda la eternidad
una cualidad inherente a la naturaleza divina, de la cual somos nosotros participantes.
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Y por último, el amor y un carácter santificado es el propósito y la meta del repartimiento de los
dones mismos por el Espíritu Santo (Efesios 4:13-16). Y es conocido que el fin es siempre mayor
que los medios.

II – EL AMOR ES FRUTO DE LA LLENURA DEL ESPIRITU SANTO

Aunque el creyente, desde el momento de su conversión ya tiene la morada del Espíritu Santo
en su corazón (Efesios 1:13-14), y desde ese momento ya manifiesta evidencia de esa morada
por los cambios en la motivaciones íntimas, en rasgos de carácter, principios de vida, etc., sin
embargo el fruto en su plenitud se dará solamente en la medida en que el Espíritu morador
tome el control de nuestra vida y corazón, lo que Efesios 5:18 llama “la llenura del Espíritu”.

Para comprender mejor lo que significa ser “llenados por el Espíritu” será útil ver dos ocasiones
en que se usa la expresión “llenos de”..:

La primera: Lucas 5:26 – “llenos de temor”


La segunda: Lucas 6:11 – “llenos de furor”

En ambos casos la expresión está significando que esos sentimientos dominaron de tal manera
a las personas, que éstas actuaron sin ninguna otra consideración, sino las que les dictaban
dichos sentimientos. Olvidaron prudencia, normas éticas y religiosas, etc. La “llenura del
Espíritu”, por lo tanto, también significa ser dominados de tal manera por el Espíritu Santo
posesionando nuestro corazón, pensamientos, sentimiento y voluntad, para hacer solo aquellas
cosas que son dictadas por él. Es la “crucifixión del yo” de la cual habla el apóstol Pablo en otras
partes de sus cartas.

III – EL CAMINO MAS EXCELENTE

Es un gran privilegio tener dones del Espíritu, pero es más importante tener el fruto del Espíritu.
Sin embargo, el apóstol Pablo nos habla del “camino más excelente” que NO ES EL DE LOS
DONES sin el fruto, ni el fruto son los dones, sino el uso de los dones con el fruto del Espíritu: el
amor: 1 de Corintios 12:31 – 13:3.

El uso de los dones sin amor (13:1-3) no vale nada, ni aprovecha nada. El amor sin obras
tampoco vale nada (Santiago 12:14-26) y justamente Pablo nos describe el amor con relación al
tema de los dones, mostrando cómo el fruto del Espíritu nos permite usar los dones al servicio
del Señor con una actitud correcta, de tal manera que habrá bendición y aprobación de parte
de Dios (13:4-7).
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La llenura del Espíritu tiene, pues, un doble resultado en nosotros:

1. Un carácter santificado, según la imagen de Cristo, dirigido hacia Dios.


2. Un servicio eficaz con el uso de los dones espirituales.

El servicio en el Espíritu Santo significa colaborar con Cristo en sus multiples oficios como
profeta, sacerdote y rey, y aún el de siervo como mientras estuvo en la tierra.

El uso de los dones con un carácter santificado, usando los dones en el Espíritu, es algo
inherente y natural en el creyente maduro, meta a la cual debemos apuntar, y esforzarnos por
lograr con la ayuda del Señor.

Bendito privilegio por el cual debemos honrar a Dios!!

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