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SÍNTESIS DIDÁCTICA

SOBRE: NOMENCLATURA
QUÍMICA INORGÁNICA
¿POR QUÉ ELEGIMOS ESTE TEMA?
La nomenclatura quimica inorgánica es importante ya que nos permite nombrar los mal de
mil compuestos que existen actualmente y que se descubren a diario, este tema, que va ligado
fuertemente a las funciones inorgánicas (óxidos, bases, sales, ácidos, hidrácidos, etc.) Ya
que es de allí precisamente que se da su origen. Nosotros elegimos este tema por ser una de
las bases de la educación en quimica escolar, y en el que muchas veces los alumnos
demuestran dificultades, al no poder reconocer o hacerlo con mucha dificultad.
Cotidianamente encontramos muchos compuestos a los podemos reconocer con un nombre
común, como la sal (cloruro de sodio), pero algunos alumnos desconocen que este compuesto
puede tener tres variaciones distintas de nombres, y es lo que pretendemos abordar.
MARCO TEÓRICO
La nomenclatura química debe evolucionar para reflejar las necesidades de la
comunidad que la usa. En particular, la nomenclatura tiene que crearse para describir nuevos
compuestos o clases de compuestos, modificarse para resolver ambigüedades que pueden
surgir, o ser clarificada donde haya confusión en la manera en que tiene que usarse.
También existe la necesidad de elaborar una nomenclatura tan sistemática y sin
complicaciones como sea posible para ayudar a los usuarios menos familiarizados con
ella (por ejemplo, porque están en el proceso de estudio de la química o porque no son
químicos pero necesitan tratar con productos químicos en el trabajo o en casa).
Consecuentemente, se inició en 1998 una revisión de Nomenclatura de Química
Inorgánica. (Connelly, Damhus, Hartshorn & Hutton, 2005)
Actualmente en el aula, se enseñan tres tipos diferentes de nomenclatura para nombrar a cada
uno de los compuestos (stock, sistemática y tradicional), aunque bien, solamente una de ellas
(sistemática) es reconocida por la IUPAC desde el 2005 como forma única de nombrar a los
compuestos inorgánicos, salvo algunas excepciones que el libro rojo nos da para nombrar
compuestos de forma tradicional, pero antes de hablar de estas formas de nombrar, tenemos
que tomar en cuenta varias cosas, que pasaremos a explicar a continuación.
FORMULACIÓN
De acuerdo con la IUPAC, «el fin principal de la nomenclatura química es [...]
asignar descriptores (nombres y fórmulas) a las sustancias químicas». Es decir, la
composición y la estructura de las sustancias no son el problema de la nomenclatura, si no el
punto de partida. Los nombres y las fórmulas son los otros dos puntos del triángulo. Así, por
ejemplo, el análisis químico demuestra que la sustancia gaseosa que se desprende al hacer
caer gotas de ácido sulfúrico sobre la sal común tiene solamente cloro e hidrógeno, con tantos
átomos de un elemento como del otro. Entonces, ¿qué descriptores dar? Son posibles las
fórmulas HCl y ClH, y hoy solamente se escribe la primera porque es a la que conducen las
recomendaciones de la nomenclatura, pero no hace tanto que en España se escribía la otra
(Babor e Ibarz, 1975). Respecto a los nombres, uno sistemático (hay más) es el de cloruro de
hidrógeno. El ejemplo anterior es sencillo, pero ilustra que no es suficiente con la
composición para escribir la fórmula correcta y que hacen falta acuerdos. Otro ejemplo que
muestra qué pronto se pueden complicar las cosas es el del ácido nítrico: de las
seis fórmulas estequiométricas posibles para su molécula se escribe solamente la de HNO3,
pero todavía hay otra, la [NO2 (OH)], que indica la estructura. Fórmulas como esta requieren
que se conozca de la sustancia no solamente la composición, sino también la estructura, y
sólo se deberían escribir si, precisamente, lo que se quiere es dar esa información estructural,
pues implican nombres y fórmulas más largos. A la composición y a la estructura de las
sustancias se puede llegar, bien de forma empírica (análisis químico, etcétera), bien de
forma teórica (estructuras Lewis, teorías de enlace, mecánica cuántica...). Pero los
descriptores (nombres y fórmulas) son finalmente el resultado de la aplicación de unos
acuerdos que se concretaron en su día en una serie de recomendaciones que
incluyen, entre otras muchas cosas, toda una gramática (v. el Libro Rojo).Cualquier
conjunto de reglas, procedimientos (y numerosas excepciones) que conduzca o
pretenda conducir a fórmulas reales o tiene contenido químico o no tiene más valor que el
delas reglas nemotécnicas. Dicho de otra manera, de lo importante (la composición
y la estructura de las sustancias) se ocupa la naturaleza, no la nomenclatura. La pretensión
de que unas reglas sencillas, sin contenido fisicoquímico, den respuesta a qué fórmulas son
posibles o no para las sustancias, o las justifiquen y hasta las deduzcan sólo tiene éxito en
tanto en cuanto se hace la trampa de limitar las sustancias en juego a aquellas para las que
las reglas funcionan(o casi). (Olivares Campillo, 2014)
DEL NOMBRE A LA FÓRMULA
Del triángulo que forman sustancias, nombres y fórmulas, lo que suele interesar en los inicios
del estudio de la nomenclatura es el lado que va de los nombres a las fórmulas
o de las fórmulas a los nombres. Generalmente no importa cómo se hace, lo que
se pide es un nombre correcto para la fórmula dada o, si lo que se da es el nombre, hay que
escribir una fórmula para él. Hay quien entiende que la formulación es la que se ocupa de lo
segundo, mientras que la nomenclatura tiene que ver solamente con lo primero.
Pero, como ya se ha dicho, a la nomenclatura le competen, en realidad, tanto las fórmulas
como los nombres (descriptores). Por cierto, que un descriptor correcto en química
inorgánica es ya en algunas comunidades solamente el que está de acuerdo con las
recomendaciones de la IUPAC de 2005. El camino del nombre a una fórmula depende del
nombre. A poco que se conozca de la gramática algo de los prefijos multiplicadores y de los
principios de ordenación (Ciriano y Román, 2007) es muy fácil pasar de cloruro de
dioxígeno a O2Cl porque el nombre es de los completamente sistemáticos. (Se puede
igualmente llegar a nombre y fórmula sabiendo solamente que la sustancia tiene dos
átomos de oxígeno por cada uno de cloro). Pero, en el otro extremo, están los nombres
vulgares aceptados, como ozono o amoniaco, en los que bien poco o nada hay en realidad
que lleve a las fórmulas O3 y NH3 (aunque tampoco se les exige). Ácido sulfúrico, ácido
sulfuroso, ácido nítrico y ácido carbónico son también, hoy, simplemente nombres
vulgares aceptados de las correspondientes sustancias. (Olivares Campillo, 2014)
LAS FUNCIONES INORGÁNICAS
El grupo de algunas sustancias compuestas que poseen propiedades químicas semejantes,
denominadas propiedades funcionales, recibe el nombre de función química. Cuando un
determinado compuesto con características como acidez o basicidad, solubilidad en agua,
reactividad de acuerdo con determinada función química, se dice que este pertenece a esta
función química. Las funciones químicas son divididas de acuerdo con la división clásica de
la química.
En función de la naturaleza inexistente de los compuestos químicos, las funciones pueden
primariamente ser divididas entre funciones inorgánicas que son las funciones de compuestos
que no poseen cadena carbonada, que es la principal característica de esos compuestos; y
funciones orgánicas que son las relativas a los compuestos orgánicos.
Existen cuatro tipos de función inorgánica: óxido, ácido, base y sal. El criterio de
clasificación de una sustancia en una de esas funciones es el tipo de iones que se forman
cuando ella es disuelta en agua.
Los ácidos, según el sueco, Svante de Arrhenius (1859-1927), premio Nobel de química de
1903, son sustancias que en solución acuosa producen iones hidrógeno. Se dividen en ácidos
oxácidos, los que contienen oxígeno y ácidos hidrácidos, los que no lo contienen. Entre los
oxácidos está el sulfúrico, el nítrico, el fosfórico, el clórico. Entre los hidrácidos se tienen el
clorhídrico, el sulfhídrico.
Las bases, o hidróxidos según Arrhenius, son las sustancias que en solución acuosa liberan
iones hidróxido, OH. Entre otras están el hidróxido de sodio o soda cáustica, el hidróxido de
calcio o cal apagada.
Los óxidos son combinaciones del oxígeno con otro elemento. Pueden ser ácidos si al
reaccionar con el agua producen los ácidos respectivos, o básicos si por reacción con el agua
producen las respectivas bases.
Las sales se obtienen por reacción de un ácido con una base. (Grupo Editorial Norma, 2007).
NÚMERO DE OXIDACIÓN
De un átomo central en una entidad de coordinación, la carga que soportaría si todos los
ligandos se eliminaran junto con los pares de electrones que se compartieron con el átomo
central. Está representado por un número romano. El término Número de stock ya no es
utilizado por recomendación de la IUPAC.
ESTADO DE OXIDACIÓN
Una medida del grado de oxidación de un átomo en una sustancia. Se define como la carga
que se puede imaginar que tiene un átomo cuando los electrones se encuentran de acuerdo
con un conjunto de reglas acordadas:
1. El estado de oxidación de un elemento libre (elemento no combinado) es cero.
2. Para un ion simple (monoatómico), el estado de oxidación es igual a la carga neta en
el ion.
3. El hidrógeno tiene un estado de oxidación de 1 y el oxígeno tiene un estado de
oxidación de -2 cuando están presentes en la mayoría de los compuestos. (Las
excepciones a esto son que el hidrógeno tiene un estado de oxidación de -1 en hidruros
de metales activos, por ejemplo, LiH, y el oxígeno tiene un estado de oxidación de
-1 en peróxidos, por ejemplo, H2O2.
4. La suma algebraica de los estados de oxidación de todos los átomos en una molécula
neutral debe ser cero, mientras que en los iones la suma algebraica de los estados de
oxidación de los constituyentes debe ser igual a la carga en el ion. Por ejemplo, los
estados de oxidación del azufre en H2S, S8 (azufre elemental), SO2, SO3, y H2SO4
son, respectivamente: -2, 0, +4, +6 y +6. Cuanto mayor sea el estado de oxidación de
un átomo dado, mayor será su grado de oxidación, mientras más bajo sea el estado de
oxidación, mayor será su grado de reducción.
TIPOS DE NOMENCLATURA
 Nomenclatura Stock

La Unión Internacional de Química Pura y Aplicada (IUPAC por sus siglas en inglés)
recomendó en 1940 el sistema Stock. En este sistema, se sustituyen los sufijos y
prefijos presentes en la nomenclatura tradicional por números romanos. Así en el
sistema Stock el FeO se llama óxido de hierro (II) y el Fe2O3 óxido de hierro (III). En
1940 se recomendó la nomenclatura Stock para compuestos binarios de metales con
no metales, Para 1960 se sugiere la conveniencia de que este sistema se extienda y
utilice para nombrar compuestos de no metales con otros no metales. (Masaguer
Fernández, 1966)

Las reglas para nombrar los grupos funcionales en esta nomenclatura son las
siguientes:

 Para el caso de los óxidos se nombra como óxido de nombre del metal/no
metal (estado de oxidación en numeración romana).
 Para los hidruros metálicos se nombraran como Hidruro de nombre del metal
 Para los hidrácidos no se utiliza este tipo de nomenclatura.
 Para los oxácidos, se nombra el no metal con el sufijo –ato (estado de
oxidación) de Hidrógeno.
 Algunos metales pueden formar oxácidos (Cr, Mn, V), para ellos se nombra
el metal terminado en –ato (estado de oxidación) de hidrogeno.
 Para las bases se nombra como hidróxido de nombre del no metal (estado de
oxidación en numeración romana)
 Para las sales neutras, se nombran el anión con terminación –uro de nombre
del no metal/metal (estado de oxidación del elemento).
 Para las sales neutras ternarias, se nombra el anión, terminado en –ato (estado
de oxidación) de nombre del metal/no metal.
 Para las sales ácidas, se nombra primero el hidrogeno, seguido del anión
(estado de oxidación del anión) de no metal.
Este sistema de nomenclatura, ya no es reconocido por la IUPAC desde la
actualización del libro rojo en el 2005
 Nomenclatura Tradicional

Es un sistema que actualmente y al igual que el sistema stock, ya no es reconocido


por la IUPAC desde el 2005, aunque tiene algunas excepciones listadas en el
mencionado libro. Este sistema aun utilizado por el comercio y la industria, indica la
valencia del elemento con una serie de sufijos y prefijos, de forma general sus reglas
son las siguientes:

 Cuando el elemento solamente tiene una valencia, se nombra el grupo


funcional (menos sales) seguido por la sílaba de nombre del elemento y
termina con el sufijo –ico.
 Cuando el elemento tiene dos valencias, al compuesto de mayor estado se le
asigna el sufijo –ico y al de menor valencia –oso.
 Si son tres valencias las presentadas, a la valencia mayor se le asigna –ico, a
la que sigue –oso y a la menor valencia se le asigna el prefijo hipo- antes del
nombre del elemento y se termina con el sufijo –oso.
 Para cuatro valencias, se asigna el prefijo per- y el sufijo –ico a la mayor, a la
que sigue en orden descendente se le asigna el sufijo –ico, se continua con –
oso y finalmente la valencia más baja será hipo- -oso.
 Para el caso que se tengan cinco valencias, a la valencia mayor se le asigna el
prefijo hiper- y el sufijo –ico y se continua dela misma forma que en el literal
anterior.
 Para el caso de las sales los sufijos –ico y –oso cambian por –ato e –ito
respectivamente.

 Nomenclatura Sistemática o IUPAC o de composición.

Este término se usa en las actuales recomendaciones para denotar las


construcciones de nombres que están basadas solamente en la composición de las
sustancias o especies que se van a nombrar, en contraposición a los sistemas que
implican información estructural. Una construcción de este tipo es la de un
nombre estequiométrico generalizado. Los nombres de los componentes, que
pueden ser elementos o entidades compuestas (tales como iones poliatómicos),
se indican con los prefijos multiplicadores que dan la estequiometría completa del
compuesto. Si existieran dos o más componentes, éstos se dividirían formalmente
en dos clases: los electropositivos y los electronegativos. A este respecto, los
nombres son similares a los de las sales tradicionales, aunque ello no tiene
implicaciones sobre la naturaleza química de las especies que se nombran. (Connelly,
Damhus, Hartshorn & Hutton, 2005)

Para este tipo de nomenclatura, se usan prefijos para denotar la cantidad (mono, di,
tri, tetra, etc.) tanto de la función inorgánica como del elemento que la conforma, las
reglas son las mismas para todas las funciones, nombrando primero el prefijo en caso
de ser necesario (mono se omite por comodidad)+ función + de + prefijo de cantidad
+ nombre del elemento.
TRABAJOS IMPORTANTES
En este campo, se han desarrollado dos trabajos muy importantes, que son:
 Méthode de Nomenclature Chimique o Método de nomenclatura Química, un tratado
de nomenclatura quimica escrito por Antoine Lavoisier en colaboración de Louis-
Bernard Guyton-Morveau, Claude-Lois Berthollet, Antoine-François Fourcroy. Jean
Henri Hassenfratz y Pierre Auguste Adet, publicado en parís en 1787, es una de las
mayores obras de la química y es una de las primeras obras tentativas de clasificación
de los compuestos y elementos, esta obra serviría como base a Mendeléyev para sus
trabajos y es junto al Traité Éleméntaire de Chimie la obra principal de Lavoisier.

 Nomenclatura de Química inorgánica Recomendaciones de 2005 o El Libro Rojo es


el estándar de la IUPAC para la actual nomenclatura, en este libro se encuentra todo
lo relacionado con la nomenclatura sistemática referente a la quimica inorgánica, su
homologo para la quimica orgánica es el denominado Libro Azul, constantemente se
revisan para realizar ciertas recomendaciones para determinadas circunstancias,
cuando esto ocurre, estas son publicadas en la Revista de quimica pura y aplicada.

BIBLIOGRAFÍA
 Ciriano, M., Román, P. (2008). Breve Historia de la Traducción del Libro Rojo de
2005. Revista Panacea, 9(28), 171-176
 Ciriano, M., Román, P. (2007). Nomenclatura de Química Inorgánica
Recomendaciones de 2005 (1ª ed.). España: Liber
 Connelly, N., Damhus, T., Hartshorn, R., & Hutton, A. (2005). Nomenclature of
Inorganic Chemistry IUPAC Recommendations 2005 (1st ed.). Norfolk:
RSCPublishing.
 Grupo Editorial Norma (2007). Maestra Enciclopedia Temática Ilustrada. Tomo VI.
México.
 IUPAC. Compendium of Chemical Terminology, 2nd ed. (the "Gold Book").
Compiled by A. D. McNaught and A. Wilkinson. Blackwell Scientific Publications,
Oxford (1997). XML on-line corrected version: http://goldbook.iupac.org (2006-)
created by M. Nic, J. Jirat, B. Kosata; updates compiled by A. Jenkins.
 Masaguer Fernández, J. (1966). Sistemas Químicos (2nd ed.). Barcelona: Reverté.
 Olivares Campillo, S. (2014). ¿Formulación química? Nomenclatura química.
Revista Eureka Sobre Enseñanza Y Divulgación De Las Ciencias, 11(3), 416-425.

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