2019: de nuevo el

entrampe
Javier Torres Seoane
Director de NoticiasSER
Vizcarra: el arte de convertir una victoria en un
empate
• Luego de la abrumadora victoria en el referendum (diciembre 2018) y a pesar de la
renovación del gabinete (marzo 2019), el presidente ha caído significativamente
(Ipsos, de 66% a 45%; Datum, de 66% a 49%; e IEP, de 61% a 44%) aunque sigue
estando muy por encima de sus críticos y opositores.
• Las razones de su caída tienen que ver con la falta de seguridad ciudadana, el
estancamiento de la economía, la falta de compromiso con la lucha anticorrupción
(escasos recursos para el Ministerio Público), el mal manejo de los conflictos entre
otros. En buena medida la ciudadanía percibe (como al inicio de su mandato) un
gobierno débil y poco claro en sus objetivos, y con un discurso ambiguo.
 Vizcarra…
• El ingreso de Salvador del Solar como Primer Ministro no tuvo el impacto esperado debido
al conflicto en Las Bambas, cuya “resolución” mostró a un gabinete descoordinado (entre
PCM, MTC, MINEM y MININTER). Su posición ambigua sobre el proyecto Tía María es
otra señal de lo mismo.
• La caída de los ministros Carlos Bruce y Edmer Trujillo (abril 2019) debilitó aún más a un
gabinete carente de operadores políticos. La demora en reemplazarlos expresó la poca
capacidad de convocatoria del presidente a técnicos o políticos de peso.
• La relación con los gobiernos regionales se ha diluido luego de la salida del Premier
Villanueva (GORE-Ejecutivo ineficientes). El nombramiento del exgobernador de Lima
Provincias Nelson Chui a cargo de la “Reconstrucción” ha sido cuestionada. E incluso la
ANGR ha cuestionado la confrontación Gobierno-Congreso.
 Vizcarra…
• Uno de los campos donde se ha hecho manifiesta la debilidad del gobierno es en el
lento avance de la reforma de justicia y en el nulo avance de la reforma política.
• La reforma de justicia ha sido neutralizada por Fuerza Popular y sus aliados, pero la
responsabilidad de la parálisis de la reforma política es exclusiva responsabilidad del
presidente, que primero “congeló” la propuesta de la comisión Tuesta y luego la
asumió –salvo en el tema de la bicameralidad- aunque sin el mismo vigor que tuvo
para la reforma de justicia.
• Por último, el presidente no supo mantener la alianza con el presidente del
Congreso Daniel Salaverry, lo que sumado a la crisis de la bancada de PPK terminó
dejándolo sin mayor juego en el Congreso.
 Un congreso donde lo único que importa es la
elección de la Mesa Directiva
• El Congreso de la República vive sumergido desde hace varios meses en una pugna por la
recomposición de las bancadas y la consiguiente redistribución de comisiones y la carrera
por la presidencia del parlamento.
• La intención del fujimorismo es la recuperación del control de la mesa, que perdió con la
renuncia de Daniel Salaverry a FP. Para ello tiene dos opciones: una candidatura propia
(Bartra es la voceada) o respaldar a un candidato no fujimorista (García Belaunde, Sheput o
Iberico) que le garantice puestos en la MD y algunas comisiones claves.
• Las denuncias y sanciones a congresistas de diferentes bancadas están siendo administradas
por la mayoría fujimorista en la lógica de garantizar la MD, lo que explica por ejemplo la
sanción por cuatro meses a la congresista Foronda y la resistencia al regreso de Kenji
Fujimori y dos de sus “leales” al Congreso.
 Un congreso...
• La reciente interpelación a la ministra de educación Flor Pablo ha sido una nueva
demostración del ánimo confrontacional del fujimorismo, más allá de la posibilidad
real de la censura.
• El ya mencionado bloqueo a las propuestas de reforma de justicia y del sistema
político son otra demostración de poder frente al gobierno, que sin embargo no
pareciera tener la capacidad de ir más allá (vacancia presidencial o censura de
ministros).
• La perdida de legitimidad del Congreso se expresa no solo en la alta desaprobación
(84% según IEP) sino en que el 70% de la ciudadanía estaría de acuerdo con que el
presidente Vizcarra lo disuelva.
 Más allá del entrampe: el efecto Lava Jato
• Las declaraciones de Jorge Barata al MP, el suicidio del expresidente García,
el pedido de prisión preventiva al expresidente Kuczynski, la acusación fiscal
contra el expresidente Humala y su esposa, y la aceptación de la exalcaldesa
Villarán de haber recibido dinero de empresas brasileras para la campaña del
“No” y su reelección, han “jubilado” a buena parte de los principales actores
políticos del país y casi descabezado a la mayoría de organizaciones políticas.
• La altísima percepción ciudadana de que todos los que han recibido dinero
para campañas o sobornos han cometido delitos (más del 80% en todos los
casos) muestra el brutal impacto del caso en la opinión pública.
 Más allá…
• Lo más grave del efecto Lava Jato es la incapacidad del establishment político para comprometerse
con la lucha anticorrupción.
• Del lado del gobierno no hay respuesta del MEF a la demanda de mayores recursos para el
Ministerio Público.
• Del lado de los partidos con representación en el Congreso por la neutralización de las reformas
y por la constante intromisión en las tareas del MP, además de los constantes blindajes al fiscal
Chavarry y a otros personajes.
• Del lado de los candidatos “con posibilidades” para el 2021, por su casi nula presencia en medios
y en el debate político.
• El riesgo de “ponerse de lado o en contra“ es que el 2021 un outsider –de izquierda o derecha- con
un discurso “que se vayan todos” podría capitalizar el malestar ciudadano.
 Para “salir del entrampe político”
• Hace unos meses decíamos “El fin de la polarización gobierno vs fujimorismo no pareciera
llevar al gobierno a cambiar su manejo político, ni a aprovechar su alta legitimidad para impulsar
nuevas reformas”. Lamentablemente constatamos que teníamos razón, y en buena
medida tienen que ver con un estilo de gobierno que responde a coyunturas de
cortísimo plazo pero que no tiene un horizonte de mediano plazo, frente a una
oposición carente de liderazgo y sin respaldo alguno de la ciudadanía.
• Es por ello que una vez más como a mediados del 2018 que la posibilidad de
“romper el empate” y “salir del entrampe” está en manos del presidente Vizcarra.
Una nueva cuestión de confianza o incluso un nuevo llamado a referéndum son las
dos opciones que tiene a la mano. De no hacerlo el 2019 seguirá siendo una réplica
de la coyuntura 2016-2017 con todos los riesgos que ello conlleva.
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