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Fiesta de Cristo Rey

SALUDO
Dios nuestro Padre, que se nos entrega en Jesús, Rey del Universo, y nos da su Espíritu para
que vivamos creando fraternidad, esté con todos nosotros.

ENTRADA
Celebramos, hermanos, el último domingo del año litúrgico, tiempo en el que hemos ido
descubriendo la entrega y el mensaje de Jesús, su dedicación total a los pobres y sencillos, sus
gestos de amor y de cercanía. Pues bien, todo lo que hemos contemplado se plasma y resume
en esta fiesta de Cristo Rey. Jesús es el centro de nuestra fe, y nos anima a vivir como Él nos
enseña. En Jesús vemos todo lo que nos gustaría tener a nosotros en la vida: el amor, la
entrega, la solidaridad, el servicio... No podemos creer en Jesús, decir que es nuestro Rey, si
no trabajamos cada día por hacer que su Reino llegue a la vida concreta, sin hacer que los
verdaderos destinatarios de su Amor -las personas que sufren, y que esperan una mano
amiga- sientan de verdad que son queridos.
Lejos ya de tiempos pasados en que esta fiesta sonaba como a revancha, como a
reivindicación, para que se "notase" que somos los —mejores", celebramos la Eucaristía con
el deseo de vivir la grandeza de Jesús en nuestra dedicación a su mismo trabajo: hacer
presente el Reino en nuestro mundo.

ACTO PENITENCIAL
Como siempre hacemos al comenzar la celebración, reconocemos nuestras faltas de entrega y
de amor, y pedimos perdón:
- Tú, que nos amas siempre, aunque no respondamos a tu Amor.
SEÑOR, TEN PIEDAD.
- Tú, que nos has salvado de todo mal por tu entrega en la Cruz.
CRISTO, TEN PIEDAD.
- Tú, que has plantado tu Reino entre nosotros para que lo hagamos crecer.
SEÑOR, TEN PIEDAD.
Oración: En tu perdón, Señor, creemos y confiamos; danos siempre tu amor. Por Jesucristo
nuestro Señor.

ORACIÓN COLECTA
Dios Padre nuestro, que a lo largo del año litúrgico nos has mostrado la ternura de tu amor en
Jesús, nuestro Rey; ayúdanos a vivir descubriendo a Jesús en la vida de cada día, y en el
trabajo de las personas que buscan la paz y la justicia; y que la fuerza de la Eucaristía nos
ayude para hacer del mundo un Reino de hermanos. Por nuestro Señor Jesucristo.

LECTURA PROFÉTICA
El profeta Daniel nos habla de un hombre que llega a la presencia del anciano venerable y
recibe de él el poder y el reino que nunca será destruido, por grandes que sean las fuerzas del
mal. En definitiva, que pueden sucederse muchos imperios y dominios, pero la historia
camina hacia un juicio, que los cristianos sabemos que es de misericordia, y a la instauración
del Reino de Dios.

LECTURA APOSTÓLICA
Son muchas las formas con que las personas podemos acercarnos a Dios Padre, pero especial
importancia tienen las destacadas en el texto que ahora escucharemos, como son la alabanza
y la adoración de su grandeza; propio de las personas es alabar al Señor, principio y fin de
todo lo creado, de quien recibimos la fuerza y el sentido para nuestra vida.

LECTURA EVANGÉLICA
Jesús se declara Rey durante el interrogatorio de Pilato. No podían entenderse: Pilato se
refería a un rey humano, con defensores, honores y grandezas. Jesús dice que su Reino no es
de este mundo, y ha enseñado que es un Reino basado en el servicio, en el amor entregado, en
la búsqueda de la verdad. La realeza de Jesús consiste en darnos a conocer al Padre, un
conocimiento que lleva a la entrega personal.

ORACIÓN DE LOS FIELES


Sabemos que Dios siempre escucha nuestra oración sincera; con confianza acudimos a Él y le
decimos: ¡Venga a nosotros tu Reino!
- Por la Iglesia, de la que formamos parte, para que se le reconozca por su entrega a los
necesitados y por su denuncia de toda injusticia personal y social. Oremos.
- Por los cristianos, para que al celebrar el Reinado de Jesús nos comprometamos con el
servicio a los pobres y humildes. Oremos.
- Por quienes rigen pueblos y naciones, para que descubran que el poder es servicio a las
necesidades de todos. Oremos.
- Por nuestra comunidad (parroquial), para que al llenarnos de gozo en esta fiesta de Cristo
Rey renovemos nuestro deseo de seguir a Jesús en todo momento. Oremos.
Oración: Concédenos, Señor, lo que más y mejor nos ayude a vivir en tu presencia. Por
Jesucristo.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS


Con alegría, Señor, traemos al altar este pan y este vino; santifícalos con tu Espíritu y haz que
sean para nosotros el alimento que nos anime a trabajar por el Reinado de Dios, que fue
siempre la causa de Jesús. Que vive y reina.

PREFACIO
En este día grande, y en todo momento, Señor, es bueno darte gracias y reconocerte como el
origen de todo lo bueno y noble que hay en la vida de los hombres. En este día, al final del
ciclo litúrgico, muestras tu Realeza en denunciar la injusticia, en consolar a los más tristes.
Este es el Reino que quieres que hagamos presente cada día: el Reino de la verdad, de la paz,
de la entrega, el Reino cuya semilla Jesús dejó plantada entre nosotros, que nosotros hemos
de hacer crecer en nuestra vida y en la historia, el Reino que un día tu harás realidad en toda
su plenitud.
Unidos ahora a todas las personas de buena voluntad te reconocemos y te glorificamos,
diciendo: Santo, Santo, Santo...

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


Te damos gracias, Señor, por todo lo que somos y tenemos, pero sobre todo por Jesús, Cristo
Rey, que nos enseña cómo tenemos que vivir y hasta dónde tiene que llegar nuestra entrega;
que ayudados por su Espíritu busquemos siempre construir tu Reino entre nosotros. Por
Jesucristo.

CANTOS PARA LA CELEBRACION


Entrada: Lauda lerusalem; (Cantos varios) Gloria, honor a Ti CLN 160; Aleluya, el Señor
es nuestro Rey: CLN-515;
Introito en latin: Dignus es Agnus
Gloria: Misa de Angelis.
Salmo R. y Aleluya: El Señor reina vestido de majestad (Propio)
Ofertorio: Cristo ayer y hoy (Cantos varios)
Comunión: Tu reino es vida CLN-51; Altísimo Señor (Cantos varios) ; Tú has querido ser
camino (Cantos varios) Anunciaremos tu reino CLN 402
Final: Christus Vincit (Cantos varios)

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