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No debe confundirse con Adhesión de Crimea y Sebastopol a Rusia.
Guerra de Crimea
Beligerantes
Comandantes
Unidades militares
250 000 otomanosnota 1 ~1 200 000 rusosnota 5
310 000 francesesnota 2
98 000 británicosnota 3
15 000 sardosnota 4
Bajas
La guerra de Crimea fue un conflicto que entre 1853 y 1856 libró el Imperio ruso contra
una liga formada por el Imperio otomano, Francia, el Reino Unidoy el reino de Cerdeña. La
desencadenó el expansionismo ruso y el temor a que el Imperio otomano se desmoronase,
y se disputó fundamentalmente en la península de Crimea, en torno a la base naval
de Sebastopol. Se saldó con la derrota de Rusia, que se plasmó en el Tratado de París de
1856.
A finales del siglo XVII, el Imperio otomano se hallaba en decadencia y sus estructuras
militares, políticas y económicas no fueron capaces de modernizarse. A consecuencia
de varios conflictos, había perdido los territorios al norte del mar Negro, entre ellos la
península de Crimea, de los que se había adueñado Rusia. Esta deseaba socavar la
autoridad otomana y asumir la protección de la abundante minoría de cristianos
ortodoxos de las provincias otomanas europeas. Francia y el Reino Unido temían que el
Imperio otomano se transformase en vasallo ruso, lo que hubiese trastornado el equilibrio
político entre las potencias europeas.
La tensión se agudizó por las disputas por el control de los Santos Lugares
en Palestina entre cristianos occidentales y orientales. Los rusos emplearon estos roces
para exigir concesiones de los otomanos que estos, sostenidos por las potencias europeas
occidentales, se negaron a otorgar, lo que desencadenó la guerra entre los dos imperios
en el otoño de 1853. Rusos y otomanos se enfrentaron en el Cáucaso y el delta del
Danubio; el rechazo ruso a evacuar los principados danubianos, sometidos a los
otomanos, determinó la entrada en guerra de Francia y del Reino Unido. Temiendo que
el Imperio austriaco interviniese también en favor del enemigo, el zar Nicolás I ordenó
retirarse de los Balcanes en el verano de 1854. El deseo del emperador francés Napoleón
III y del primer ministro británico lord Palmerston de impedir que los rusos pudiesen
amenazar de nuevo el Imperio otomano les impelió a atacar la base naval de Sebastopol,
donde anclaba la flota rusa del mar Negro.
Tras desembarcar en Eupatoria el 14 de septiembre de 1854, las fuerzas aliadas vencieron
a las rusas en la batalla del río Almá y emprendieron el asedio de la ciudad homónima a
principios de octubre. La esperanza inicial de una rápida victoria dio paso a la evidencia de
la encarnizada resistencia de los defensores y a una guerra de trincheras. El clima y la
mala logística infligieron grandes penalidades a los soldados de los dos bandos: el frío, el
hambre y las enfermedades causaron decenas de miles de víctimas y más muertos que
los propios combates. Los rusos trataron varias veces de romper el cerco de Sebastopol,
pero fueron derrotados en Balaklava, Inkerman y Chernaia; los sitiadores, por su parte,
sufrieron copiosas pérdidas para conquistar los reductos rusos. Finalmente la llegada de
refuerzos y el agotamiento de los defensores les permitió a los franceses tomar el bastión
de Malakoff que dominaba la ciudad el 8 de septiembre de 1855 y los rusos abandonaron
esta al día siguiente.
Los combates continuaron durante algunos meses más, hasta la firma del Tratado de
París el 30 de marzo de 1856. Este puso fin al concierto europeosurgido del Congreso de
Viena de 1815 y marcó el resurgimiento de Francia como potencia, pero no resolvió
la Cuestión Oriental que había desatado la contienda de Crimea. A veces se considera
esta como la primera guerra moderna por la utilización en ella de nuevas tecnologías como
el barco de vapor, el ferrocarril, el fusil de ánima rayada, el telégrafo y la fotografía.
Índice
1Antecedentes
o 1.1Decadencia del Imperio otomano
o 1.2Expansionismo ruso
o 1.3La crisis de los Santos Lugares
2Ruptura de las hostilidades
3Fuerzas enfrentadas
4Intervención franco-británica
5Campaña de Crimea
o 5.1Almá
o 5.2Balaclava
o 5.3Inkerman
o 5.4Asedio invernal
o 5.5Primavera de 1855
o 5.6Malakoff
6Tratado de París
7Consecuencias
8Legado
9Notas
10Referencias
11Bibliografía
12Enlaces externos
Antecedentes[editar]
Decadencia del Imperio otomano[editar]
Artículos principales: Decadencia y fin del Imperio otomano y Cuestión Oriental.
Durante su reinado, el sultán Abdülmecid I aplicó la reforma denominada Tanzimat, para remozar
el imperio.
Tras alcanzar el apogeo a finales del siglo XVII, el Imperio otomano entró en una fase de
decadencia por la que se le apodó el «enfermo de Europa». Por su conservadurismo
religioso y rechazo a las influencias extranjeras, no había podido asimilar las ideas y la
tecnología surgidas en Europa occidental; su comercio, además, estaba controlado por no
musulmanes.18 La corrupción era endémica y las autoridades locales gozaban de amplia
autonomía, que aprovechaban para enriquecerse a costa del Gobierno central del sultán.19
Para remate, el Ejército otomano carecía de instrucción y tanto sus tácticas como su
armamento habían quedado vetustas respecto de los de los ejércitos de las potencias
europeas occidentales.2021
Tras su entronización en 1789, Selim III puso en marcha una política reformista
para asimilar las ideas occidentales de manera similar a como lo había hecho Pedro el
Grande en Rusia a principios de siglo. Esto irritó a las autoridades religiosas, que
condenaban los cambios, y al cuerpo de jenízaros, que temía perder su independencia.22
En 1807, los jenízaros destronaron a Selim, que fue asesinado al año siguiente; su
sucesor en el trono otomano, Mahmut II, quien continuó, sin embargo, el programa de
reformas. Primero se apoyó en el Ejército para vencer la resistencia de las autoridades
locales, reforzar la centralización administrativa imperial y crear escuelas militares. Cuando
los jenízaros se rebelaron en contra de la modernización de las Fuerzas Armadas en 1826,
fueron aplastados y su organización fue abolida.23
Estas reformas, tardías e incompletas, no bastaron para detener la decadencia del imperio.
La debilidad otomana les permitió a las potencias europeas entrometerse cada vez más en
los asuntos internos del imperio, con el pretexto de proteger a las minorías cristianas.
Especialmente activa en este aspecto era Rusia, que se arrogó la protección de la
población cristiana ortodoxa, que suponía en torno al 30 % de la población del imperio —
unos diez millones de personas a principios del siglo XIX—, concentrada fundamentalmente
en las provincias europeas.24 Rusia era, sin embargo, una de las fundadoras de la Santa
Alianza, junto con el Reino Unido, Austria y Prusia, establecida en 1815 tras las guerras
napoleónicas para aplastar los movimientos nacionalistas y liberales que pudiesen poner
en peligro a las potencias. En consecuencia y a pesar de su simpatía por los rebeldes
griegos en Moldavia y Grecia de 1821, no intervino en estos conflictos y permitió que el
Imperio otomano sofocase las revueltas. La brutalidad de la represión otomana hizo, no
obstante, que el emperador Nicolás decidiese que la defensa de los cristianos frente a las
agresiones musulmanas era más importante que el respeto a la soberanía otomana.25 Las
demás potencias europeas, también horripiladas por las acciones otomanas, instaron al
sultán Mahmut II a firmar en 1826 la convención de Akkerman, favorable a los intereses
rusos; el sultán se avino a ello, pero al año siguiente se negó a rubricar el Tratado de
Londres, que concedía una amplia autonomía a las provincias griegas.26 Esto
desencadenó una nueva guerra ruso-turca en la que el ejército otomano fue debelado en
la ofensiva de 1829. Con el avance ruso hacia Constantinopla, el hundimiento del imperio
pareció seguro. Nicolás I detuvo el avance de sus tropas por temor a que el vacío que
hubiese creado la desaparición de la autoridad otomana lo ocupasen las potencias
europeas rivales, que podrían además coligarse contra Rusia si la consideraban
excesivamente poderosa. En consecuencia, el Tratado de Adrianópolis que puso fin a la
contienda fue relativamente suave con los otomanos: los rusos habían decidido que un
imperio debilitado era preferible al caos que podría originarse de su desaparición.27 Las
demás potencias, y en especial el Reino Unido, opinaron que el tratado sometía a los
otomanos al protectorado ruso; esta situación les convenía menos que el
desmembramiento del imperio, que al menos tendría que negociarse.28
La política expansionista del emperador Nicolás I de Rusia inquietó al resto de potencias europeas,
que temían que esta se volviese demasiado poderosa.
Tras liberarse del señorío tártaro a finales del siglo XV, el principado de Moscú unificó los
Estados eslavos de la antigua Rus' y se transformó primero en zarato (en 1547) y luego
en imperio (en 1721). Esta expansión le llevó a chocar pronto con el Imperio otomano
en Ucrania y el Cáucaso. Entre 1550 y 1850, los dos imperios libraron nueve guerras, en
las que habitualmente Rusia se alzó con la victoria. Así, al concluir la guerra ruso-turca de
1768-1774, el kanato de Crimea, hasta entonces vasallo de los otomanos, pasó a estar
dominado por Rusia según el Tratado de Küçük Kaynarca, aunque era teóricamente
independiente. Además de obtener el derecho a enviar sus barcos a través de los
estrechos del Bósforo y de los Dardanelos, los rusos recibieron también permiso para
construir una iglesia ortodoxa en Constantinopla; a continuación, exigieron la potestad de
representar a la población ortodoxa otomana y a intervenir en sus asuntos.3839 El kanato
de Crimea fue finalmente anexado a Rusia en 1783 y la península se incluyó en
la provincia de Táurida.4041 A mediados del siglo XIX, Rusia señoreaba la orilla
septentrional del mar Negro desde el delta del Danubio hasta Georgia.
Para los rusos, esta expansión hacia el sur tenía un cariz religioso. Algunos políticos
como Grigori Potiomkin, uno de los favoritos de Catalina II de Rusia, creían que el país era
la «Tercera Roma» y abogaban por llevar a cabo el «proyecto griego»: el
desmembramiento del Imperio otomano y la restauración del bizantino con capital en
Constantinopla, con el fin de reunir a toda la población ortodoxa en torno al trono ruso.4243
La población musulmana, más abundante cuanto más al sur avanzaban los rusos, era para
estos una amenaza. Por ello se puso en marcha un programa de colonización en la
«Nueva Rusia» —el sur de la moderna Ucrania—, que comportó la fundación de nuevas
ciudades como Sebastopol en 1783 u Odesa en 1794.44 Se fomentó el asentamiento de
cristianos venidos de Alemania, Polonia y Serbia para desarrollar esta región, hasta
entonces poco poblada.45 Los colonos recelaban de los trescientos mil tártaros de Crimea,
musulmanes que habían mantenido durante largo tiempo un intenso comercio de esclavos,
capturados en frecuentes incursiones por la estepa ucraniana.46 Los rusos trataron de
expulsar a los tártaros por diversos métodos: la confiscación de tierras, el envío a trabajos
forzados y el empleo de cosacos para intimidarlos. En 1800, unos cien mil tártaros habían
abandonado ya la zona; los sustituyeron colonos cristianos ortodoxos, muchos de ellos
venidos del Imperio otomano.47
Alegoría de la expansión rusa, de Auguste Raffet, hecha durante el levantamiento polaco de 1830.
La veloz expansión rusa durante el siglo XVIII y su poderío militar, que quedó patente en
las guerras napoleónicas, inquietó a las demás potencias europeas, y generó un amplio
sentimiento de rusofobia.4849 En 1851, el escritor francés Jules Michelet describió Rusia
como un «gigante frío y famélico cuya boca se abre hacia el rico Occidente. […] Rusia es
el cólera […] el imperio de la mentira».50 Este odio a lo ruso era especialmente agudo en el
Reino Unido, cuyos periódicos temían un eventual ataque a la India, la colonia más rica y
próspera del Imperio británico.5152 Aunque los estrategas británicos creían imposible tal
eventualidad, sí estaban interesados en asegurar el dominio de las rutas comerciales que
unían el subcontinente indio con la metrópoli y eliminar toda competencia rusa en ellas.53
En consecuencia, los países situados a lo largo de ellas, como Afganistán y Persia,
sufrieron la competencia de rusos y británicos por la supremacía regional en lo que se
denominó «El Gran Juego».54 Más al oeste, el desarrollo de los barcos de vapor aumentó
el comercio en el mar Rojo y en Mesopotamia, regiones que dominaba el Imperio otomano.
Los diversos acuerdos de la primera mitad del XIX habían permitido al Reino Unido
penetrar en el mercado otomano y la aparición de la flota rusa en el Mediterráneo podía
poner en peligro la creciente influencia británica en esta zona.5556
Los liberales europeos odiaban a Rusia como encarnación de la autocracia y de los
principios contrarrevolucionarios de la Santa Alianza.57 El levantamiento polaco de
1830 contra Rusia contó por tanto con la simpatía de los liberales; la brutal represión rusa
que siguió al fracaso del alzamiento, dirigida por el general Iván Paskévich, hizo
al Times londinense exigir que el país fuese a la guerra contra los «bárbaros
moscovitas».58 Lo mismo sucedió durante las revoluciones liberales de 1848. Tras
la abolición de la monarquía en Francia en 1848 y la restauración de la república, algunos
temieron que los rusos atacasen el país para imponer el antiguo orden; el escritor Prosper
Mérimée escribió a un amigo que aprendía ruso para hablar con los cosacos en
las Tullerías.5960 Aunque finalmente no intervinieron en Francia, los rusos sí lo hicieron
en los territorios rumanos, en Valaquia y Moldavia, regiones que administraban
conjuntamente Rusia y el Imperio otomano. Inducidos por los británicos, los otomanos
trataron de negociar con los revolucionarios el establecimiento de una unidad
administrativa rumana, pero desistieron ante el disgusto ruso. Estos, tras haber aplastado
los levantamientos rumanos, exigieron poder ocupar los principados hasta 1851, a lo que
el sultán tuvo que acceder en el Tratado de Balta-Liman.61 En aplicación de los principios
contrarrevolucionarios de la Santa Alianza, el zar a continuación ayudó al Imperio
austriaco a aplastar la revolución húngara en junio de 1849. El alzamiento magiar fue
sofocado rápidamente, pero el sultán se negó a entregar a los refugiados húngaros que
habían huido a su territorio.5262 Como consecuencia, Austria y Rusia rompieron las
relaciones diplomáticas con la Sublime Puerta; británicos y franceses, a petición de esta,
enviaron una escuadra a los Dardanelos.63 La reacción franco-británica hizo que el zar se
aviniese a negociar, anulase la petición de entrega de los proscritos húngaros y tratase de
evitar el conflicto con los otomanos.64
La crisis de los Santos Lugares[editar]
Véase también: Cronología de la guerra de Crimea
El Santo Sepulcro en 1864. La disputa entre católicos y ortodoxos por su gestión y la de otros
lugares considerados santos por los cristianos precipitó el estallido de la guerra de Crimea.
La disputa religiosa en Palestina devino un asunto importante para las potencias por los
actos del nuevo embajador francés ante la Sublime Puerta, Charles de La Valette,
nombrado por Napoleón III en 1849.7275 El emperador francés se negaba a entablar
negociación alguna con los ortodoxos sobre la gestión de los Santos Lugares y, en agosto
de 1851, declaró que el control católico de estos estaba estipulado claramente en
la Capitulación otomana de 1740 y que Francia estaba dispuesta a adoptar medidas
extremas para que se mantuviese. Esta declaración enojó a los rusos, que advirtieron al
Gobierno otomano que cualquier reconocimiento de las reivindicaciones católicas
comportaría la ruptura de relaciones diplomáticas entre Constantinopla y San
Petersburgo.76 De La Valette fue destituido en el verano de 1852, pero Napoleón III
entendió que las declaraciones del embajador habían servido a sus propósitos y siguió
acuciando a los otomanos para obtener concesiones que resultasen inaceptables para los
rusos y obligar así al Reino Unido a participar junto a Francia en la reacción a una posible
agresión rusa.7778 En noviembre de 1852, Napoleón III envió al navío de
línea Charlemagne, que acababa de botarse, a Constantinopla, lo que infringía
la convención de Londres, para obligar al sultán a ceder a los católicos las llaves de la
basílica de la Natividad.79 En respuesta a la acción francesa, Nicolás I movilizó más de
cien mil soldados en Besarabia y entabló negociaciones con el Reino Unido,
cuya flota tendría un papel crucial en caso de guerra entre Francia y Rusia.80 Los
británicos dudaban sobre la actitud que debían adoptar, puesto que desconfiaban tanto de
los rusos como de los franceses y además se hallaban divididos entre los que deseaban
dar tiempo al Imperio otomano a que aplicase reformas y los que no deseaban en ningún
caso socorrer a un Estado que perseguía a los cristianos.81
Para obligar al sultán a anular las concesiones que había hecho a los católicos, Nicolás
envió a la capital otomana al general Aleksandr Ménshikov en febrero de 1853. Además de
tratar la cuestión de los Santos Lugares, los rusos exigieron la firma de un nuevo tratado
que les permitiese intervenir en el imperio para proteger a los cristianos ortodoxos; en la
práctica, esto hubiese hecho de las provincias europeas otomanas un protectorado ruso y
del imperio, un vasallo de Rusia.82 Si ya era improbable que los otomanos aceptasen las
condiciones exigidas por los rusos, el comportamiento irrespetuoso de Ménshikov eliminó
toda posibilidad de acuerdo, quizá consiguiendo así la meta deseada por el zar.838485nota 8
Como el número de tropas rusas que se concentraban en Besarabia no paraba de
aumentar, los otomanos, preocupados, solicitaron ayuda de franceses y británicos. Aunque
el secretario de Asuntos Exteriores británico lord Russell y el de Interior lord
Palmerstonestaban convencidos de las intenciones belicosas rusas, el resto del Gobierno
era reacio a combatir junto a los franceses, cuya «diplomacia de las cañoneras» había
desencadenado la crisis.86 En Francia, la mayoría de los ministros creían que el país no
contaría con aliados si actuaba por su cuenta pero, pese a ello, el emperador decidió el 22
de marzo enviar la flota al mar Egeo, esperando que esto obligase a los británicos a actuar
por la presión que ejercería en este sentido la opinión pública.8788 En Constantinopla, las
negociaciones estaban estancadas y el 5 de mayo, Ménshikov presentó una versión algo
más conciliadora del documento inicial, pero le adjuntó un ultimátum que los otomanos
debían aceptar antes de cinco días.89 Animados por el embajador británico Stratford
Canning, que prometió que su país los socorrería en caso de conflicto con Rusia, los
otomanos rechazaron las exigencias del emisario ruso. Este retrasó varias veces la fecha
de vencimiento del ultimátum con la esperanza de lograr un acuerdo en el último momento,
pero finalmente anunció la ruptura de las relaciones bilaterales el 21 de mayo.9091 A finales
de junio, el zar ordenó al general Iván Paskévich que ocupase los principados del Danubio,
que dependían de los otomanos, pero en los que no había unidades militares del imperio.92
9385
Lord Palmerston fue uno de los más decididos partidarios de adoptar una actitud de inflexibilidad
frente a Rusia, para reducir su influencia en la política europea.
Sin apoyo oficial del Reino Unido o de Francia, los otomanos, al mando de Omar
Bajá atacaron en el frente del Danubio el 23 de octubre, convencidos de que la opinión
pública británica y francesa obligaría a sus gobiernos respectivos a sumarse a la
contienda.98102 Temiendo que si penetraba en los Balcanes Austria también entraría en
guerra contra Rusia, Paskévich propuso ponerse a la defensiva frente a los otomanos y
fomentar levantamientos en el territorio enemigo.103 Aunque esto contravenía los principios
contrarrevolucionarios rusos, el zar aprobó el plan del general y aceptó atacar más al este,
en Silistra, lejos de la frontera austriaca, con el objetivo de
acometer Adrianópolis y Constantinopla en la primavera de 1854, antes de que pudiesen
intervenir las potencias europeas occidentales.104 Pese a las victorias como la alcanzada
en la batalla de Oltenița, los otomanos temían una posible rebelión de los serbios, que
desencadenaría otra de los griegos y búlgaros y acabaría con la pérdida de las provincias
europeas del imperio; por ello decidieron mantenerse a la defensiva a lo largo del Danubio
y atacar en el Cáucaso.105106
La batalla de Sinope del 30 de noviembre de 1853 tuvo una importancia decisiva en la entrada en
guerra de Francia y el Reino Unido.
Desde comienzos del siglo XIX, los rusos habían emprendido la conquista del
Cáucaso, poblado mayoritariamente por musulmanes. Las brutales campañas de Alekséi
Yermólov en las décadas de 1810 y 1820 y luego las de Mijaíl Vorontsov en las 1840 y
1850 habían llevado a las distintas tribus a coligarse en torno a la figura de Ghazi
Muhammad y Shamil, que predicaban la guerra santa contra el invasor con el apoyo
discreto de los británicos.107 Con las tropas irregulares caucásicas, el general
otomano Abdülkerim Nadir Pashaconquistó la fortaleza rusa de San Nicolás, al norte
de Batumi, el 25 de octubre.108109 Para abastecer a sus soldados, los otomanos dependían
de la flota, cuyos barcos los rusos trataban de hundir con las patrullas que surcaban el mar
Negro. Pese al peligro que suponía la flota rusa, el sultán y sus consejeros decidieron
enviar una escuadra a Sinope, con el objetivo claro de provocar a los rusos y obligar a las
potencias occidentales a intervenir en el conflicto.108 El 30 de noviembre, la escuadra
otomana fue aniquilada por los obuses de la flota del almirante Pável Najímov, que
también bombardearon el puerto enemigo.110111112 En tierra, los rusos, aunque inferiores
en número, infligieron a los otomanos dos graves derrotas, en Ajaltsije (26 de noviembre) y
en Başgedikler (1 de diciembre).113 El ejército otomano, desmoralizado, se replegó
desordenadamente hacia Kars, donde fijó una línea defensiva.114
Transcurso de la guerra
Junio de 1853
Octubre de 1853
Diciembre de 1853
Junio de 1854
Septiembre de 1854
Noviembre de 1854
Junio de 1855
Noviembre de 1855
La noticia de la derrota otomana inquietó a las potencias occidentales, que temieron que el
Imperio otomano se disgregase. En el Reino Unido, la prensa tildó la batalla de «matanza»
y se multiplicaron las manifestaciones en favor de los otomanos por todo el país.115100116
En Francia, sin embargo, la población tenía escaso interés en la Cuestión Oriental y las
derrotas otomanas no hicieron que aumentase.117118 La opinión mayoritaria era que una
guerra beneficiaría al Reino Unido —enemigo tradicional de Francia— y que los impuestos
necesarios para sufragarla perjudicarían a la economía; algunos vaticinaban incluso que
en menos de un año la guerra sería tan odiosa a la población que el Gobierno tendría que
solicitar la paz a Rusia.119 La situación política en el Reino Unido era justo la contraria y los
titubeos del primer ministro lord Aberdeen cesaron cuando Napoleón III, decidido a
emplear el choque de Sinope como pretexto para atacar a Rusia, declaró que Francia
actuaría incluso si el Reino Unido no lo hacía. El 22 de diciembre, se decidió que una flota
conjunta anglo-francesa penetrase en el mar Negro para proteger a los buques otomanos;
la escuadra conjunta lo hizo el 3 de enero de 1854.120121100 No obstante, la presión de los
pacifistas hizo que el emperador tuviese que tratar de resolver la crisis mediante la
diplomacia: el 29 de enero propuso al zar entablar negociaciones con la mediación de
Austria, pero Nicolás se negó a ello y rompió las relaciones diplomáticas con Francia y el
Reino Unido el 16 de febrero.122123 En respuesta a la medida rusa, franceses y británicos
exigieron el 27 del mes que los rusos se retirasen de los principados del Danubio en
menos de seis días. En realidad, la nota descartaba toda solución diplomática y solo sirvió
para precipitar el desencadenamiento de las hostilidades; la movilización militar comenzó
antes de acabar el plazo dado por los franco-británicos para responder al ultimátum, que el
zar soslayó por completo.124125 El 27 de marzo, Francia y el Reino Unido declararon la
guerra a Rusia.126
Fuerzas enfrentadas[editar]
Véase también: Ejército otomano
Soldados otomanos en la época de la guerra de Crimea.
El Ejército otomano contaba con unos doscientos veinte mil soldados, reclutados mediante
levas de la población musulmana; la población cristiana no podía alistarse en el Ejército y
en vez de servir en él pagaba un impuesto especial de capitación.138 Así, aunque todos los
reclutas otomanos compartían la misma religión, no tenían la misma cultura, consecuencia
del carácter multicultural del imperio; muchos de ellos provenían de hecho de grupos
contrarios a la dominación otomana.139 Esto influía tanto en la disciplina como en la
eficacia de las tropas, ya que muchos de los soldados rehusaban combatir a las órdenes
de oficiales de otra cultura,nota 12 o que no hablasen su idioma.141 Pese a las reformas
emprendidas en la década de 1830, el Ejército carecía de mando centralizado y los
oficiales eran incompetentes y corruptos;142nota 13 dependía del reclutamiento de
mercenarios y de unidades de irregulares, famosas por su indisciplina y más interesadas
en el pillaje que en el combate.144 De forma incluso más acentuada que en el Ejército ruso,
existía una gran diferencia entre la vida lujosa de los oficiales superiores, sufragada
merced a la corrupción desmedida, y la de los soldados rasos, que a menudo esperaban
infructuosamente sus pagas durante meses;145 un oficial británico describió a los soldados
destinados en el frente del Danubio como «desnutridos y vestidos con harapos, los seres
más desdichados de la humanidad».146 La falta de logística entorpecía la movilidad de las
unidades otomanas, aunque descollaban en las operaciones de asedio. Por todo ello, los
franco-británicos tenían en poco valor a las tropas otomanas, a las que creían útiles
únicamente para servir de guarniciones en plazas fuertes.147148 Algunos indicaron incluso
que preferían combatir a los turcos que a los rusos.149
Por su parte, el Ejército de Tierra francés acababa de concluir dos decenios de combates
en Argelia, en los que había participado en torno a un tercio de las unidades. En total, el
Ejército de Tierra lo componían trescientos cincuenta mil soldados. La experiencia de
combate y las escuelas militares, en las que los cadetes recibían amplios conocimientos
bélicos, habían formado un cuerpo de oficiales veterano, cuyo origen menos aristocrático
que el británico facilitaba el trato con la tropa.158159 El armamento era de excelente calidad;
destacaba en especial el fusil Minié de ánima rayada, cuyo tiro era certero a más de mil
quinientos metros, y que los británicos no adoptaron —sustituyendo sus fusiles de ánima
lisa— hasta la campaña de Crimea. La infantería, y en especial los zuavos, tenía fama de
agresiva y la logística francesa era la mejor de todos los países que participaron en la
contienda.155160 En campaña, las relaciones entre los ejércitos británico y francés fueron a
menudo difíciles debido a las malas relaciones históricas entre las dos naciones. Antes del
desembarco en Crimea, se había acordado que el mando de las operaciones conjuntas
recaería en un oficial francés, pero esto jamás ocurrió.161 Esto hizo que las decisiones
militares se tomasen mediante enrevesadas consultas entre los dos estados mayores; en
ocasiones, el jefe británico, lord Raglan, que había perdido un brazo en la batalla de
Waterloo, se refería a los franceses, y no a los rusos, como el verdadero enemigo.162163
Las capitales siguieron atentamente la suerte de la guerra merced al uso de telegramas,
que se enviaban desde Crimea y entraban en la red telegráfica europea en Bucarest.164
Por su parte, los rusos habían encargado a Werner von Siemens y Johann Georg
Halske el tendido de una línea hasta Sebastopol pero, para cuando estalló la guerra, esta
solo había llegado hasta Simferópol.165
Intervención franco-británica[editar]
Tropas otomanas defendiendo la fortaleza de Silistra contra los rusos en la primavera de 1854.
Tras la suspensión invernal de los combates, el zar deseaba retomar rápidamente las
operaciones en el frente del Danubio y avanzar sobre Constantinopla antes de que
llegasen a la zona las fuerzas anglo-francesas. La primera operación de la ofensiva hacia
la capital otomana fue el asedio de la fortaleza de Silistra, junto al Danubio; el zar
esperaba que la conquista de la plaza desencadenaría un levantamiento búlgaro contra el
Gobierno otomano.166 El asalto ruso comenzó el 19 de marzo, pero la denodada
resistencia otomana y el terreno cenagoso que complicaba la operación desbarataron la
esperanza rusa de alcanzar una rápida victoria.167168 Por su parte, británicos y franceses
disentían sobre la estrategia que debían adoptar frente a Rusia; para dirimir la diferencias,
los estados mayores de los dos países se reunieron varias veces en París. Los británicos
proponían reunir las tropas en la península de Galípoli para luego avanzar lentamente
hacia el norte; los franceses preferían desembarcar en Varna, cerca del frente, para poder
frenar cualquier golpe de mano ruso contra Constantinopla.169170 Finalmente los dos
aliados decidieron aplicar la propuesta francesa: treinta mil franceses y veinte mil
británicos desembarcaron en Varna a finales de mayo.171
En el Cáucaso, los otomanos habían perdido veinte mil hombres durante el invierno debido
al hambre y las enfermedades y se hallaban a la defensiva, por lo que fueron los rusos los
que atacaron, a finales de junio.172 Avanzaron velozmente: el 5 de agosto, Vasili Bebutov
aplastó a un ejército otomano dos o tres veces más grande que el suyo en la batalla de
Kurekdere, cerca de Alexandropolis.173174 Si el general ruso hubiese perseguido al
enemigo, que huía en desbandada, probablemente hubiese podido conquistar la gran
fortaleza otomana de Kars, que se encuentra a unos veinte kilómetros de donde se libró la
batalla; su objetivo, sin embargo, era defender el Cáucaso, por lo que, cuando el frente se
fijó en la frontera de antes de la guerra, Bebutov se limitó a consolidar su posición y a
evitar nuevos combates de importancia hasta el año siguiente.175
En contraste con la calma del frente caucásico, en el del Danubio se recrudecieron los
combates en mayo y junio; la fortaleza de Silistra resistía pese a los repetidos asaltos
rusos y de sufrir un duro bombardeo. La llegada de las fuerzas anglo-francesas y la actitud
cada vez más hostil de Austria, que había enviado a la frontera sudoriental cien mil
soldados, convencieron al zar de la necesidad de retirarse, por lo que el 23 de junio ordenó
abandonar el asedio de la plaza fuerte.176
Los otomanos emprendieron la persecución de las desanimadas tropas rusas y cometieron
abundantes atropellos con la población cristiana de la zona.177178 Aprovechando la retirada
rusa, los austriacos penetraron en los principados del Danubio y avanzaron
hasta Bucarest, para interponerse entre otomanos y rusos y detener la marcha de los
primeros.179 Aunque la participación austriaca en la expulsión de los rusos de los
principados satisfizo a franceses y británicos, estos comenzaron a dudar de lo acertado de
haber enviado tantas tropas a Bulgaria.180 Estas no habían participado en combate alguno
desde que habían desembarcado y el aburrimiento y el calor habían extendido la
embriaguez entre los soldados; esta causó abundantes incidentes con la población local,
que veía con malos ojos el comportamiento de los soldados extranjeros.181 Además, surgió
una epidemia de cólera, que causó siete mil muertos y el doble de enfermos.182 Pese a
todo, el Gobierno británico estaba decidido a derrotar a Rusia.183184 Durante el verano se
verificaron varias operaciones navales conjuntas franco-británicas. Para desbaratar los
posibles ataques de los corsarios rusos en el Extremo Oriente, los franco-británicos
organizaron un desembarco en Petropávlovsk que resultó un fracaso por la encarnizada
defensa rusa y el desconocimiento del terreno que tenían los atacantes.185 Al mismo
tiempo, británicos y franceses bombardearon duramente Odesa el 28 de abril, que
irrogaron graves daños en el puerto;186 una reducida escuadra británica atacó
simultáneamente las posiciones rusas en el mar Blanco.187 En el mar Báltico, el
almirante Charles Napier y el general Achille Baraguey d’Hilliers conquistaron la fortaleza
de Bomarsund y trataron de amenazar la propia capital rusa, pero no pudieron expugnar
las fortalezas de Kronstadt y Sveaborgque la protegían. Ante la escasa trascendencia de
las operaciones navales, los Aliados decidieron atacar Crimea y, en particular, la base
naval rusa de Sebastopol, sede de la flota rusa del mar Negro; deseaban apoderarse de la
ciudad, destruir la flota enemiga y el puerto y abandonar la plaza antes de que llegase el
invierno.188189 Los franceses dudaban de lo acertado del plan y creían que el ataque
convendría más a los intereses marítimos británicos que a los suyos.183 Pese a ello, los
Gobiernos de los dos países, deseosos de satisfacer a su belicosa opinión pública y de
librar a las tropas del cólera que las aquejaba en los Balcanes, acordaron llevar a cabo la
operación.190191192
La flota rusa del mar Negro en el puerto de Sebastopol en 1846, pintada por Iván Aivazovski.
Campaña de Crimea[editar]
Principales batallas de la guerra de Crimea
Mapas de Sebastopol con la ubicación de las principales batallas y los puntos estratégicos.
Almá[editar]
Artículo principal: Batalla del río Almá
Ataque a las posiciones rusas por los zuavos durante la batalla del río Almá.
Sebastopol era una ciudad de unos cuarenta mil habitantes con una guarnición de
dieciocho mil soldados, la mayoría marinos de la flota.228 La entrada del puerto, situada al
oeste, y este mismo contaban con sólidas defensas, a diferencia de la parte de tierra, que
había sido menos fortificada porque se creía improbable que la ciudad fuese asaltada por
ese lado.209229 Las defensas del lado norte de la población no se habían remozado desde
1818, y el fuerte septentrional o de Severnaia,230 el principal bastión del sector, estaba en
ruinas y carecía de cañones suficientes para repeler un ataque de importancia. Al sur, el
acceso desde tierra contaba únicamente con la protección de un muro de piedra de dos
metros de espesor y cuatro de altura, que no rodeaba completamente la ciudad y era
vulnerable a los cañones modernos. Pese a las obras de mejora que se realizaron en el
invierno de 1853-1854, el general Eduard Totleben, responsable de las defensas, creía
que la ciudad estaba casi indefensa frente a cualquier asalto enemigo.231 Como Ménshikov
se había refugiado en el norte de la península, tomó el mando de la plaza el
almirante Vladimir Kornilov, que estaba al frente de la Flota del Mar Negro. Dada la
precariedad de las defensas, Kornilov empleó en ella a todos los que podían participar,
incluidos mujeres, niños y prisioneros de guerra, que trabajaron en la apertura de
trincheras y la edificación de baluartes en los que se colocaron cañones traídos de los
barcos de la flota.232233 A pesar de la urgencia y la improvisación con las que se
prepararon las defensas, estas impresionaron al enemigo cuando pudo inspeccionarlas
detenidamente un año después.234
Por su parte, los Aliados decidieron debilitar las defensas antes de acometerlas, aunque el
izado de los cañones de los buques a las colinas desde las que se podía bombardear la
ciudad fue una tarea ardua. Pese a todo, los sitiadores eran optimistas y contaban con
rendir la plaza en unos pocos días.235 Al amanecer del 17 de octubre de 1854, ciento
veinticinco cañones abrieron fuego contra la ciudad desde los alcores cercanos, al tiempo
que la artillería de los buques bombardeaba las defensas costeras. Kornilov resultó herido
de muerte mientras Sebastopol quedaba envuelta en una gran nube de humo.236 El
bombardeo duró doce horas, pero apenas causó estragos. Por el lado del mar, los navíos
no lograron acercase lo suficiente para infligir daños destacables a las fortificaciones
rusas;237 sin blindaje metálico en el casco, los barcos solo podían desempeñar una labor
de apoyo en el cerco. Los cañones de tierra tampoco causaron desperfectos relevantes,
pues no tenían el calibre suficiente para lograrlo y estaban demasiado lejos de los blancos.
Además, el fuego de contrabatería ruso fue muy preciso y destruyó uno de los principales
depósitos de municiones francés.238239 El 25 de octubre, el jefe militar francés François
Certain de Canrobert —que había sucedido en el puesto hacía un mes a Armand Jacques
Leroy de Saint-Arnaud, que había perecido de cólera— admitió que la conquista de la
ciudad requeriría un largo y complicado asedio.240
Grabado de William Simpson en el que se muestra la carga de la Brigada Ligera durante la batalla
de Balaclava.
Tras haber resistido el primer bombardeo, los rusos decidieron tratar de quebrar el cerco
de Sebastopol. Ménshikov había reagrupado a sus unidades y había recibido refuerzos
desde el frente del Danubio al mando del general Pável Liprandi. Con unos veinticinco mil
soldados en total, optó por acometer las defensas británicas en Balaclava, uno de los
principales puntos de avituallamiento del enemigo. Este era consciente de la debilidad de
su flanco oriental, pero carecía de tropas suficientes para proteger adecuadamente toda la
línea; por ello Balaclava contaba apenas con cinco mil hombres para su defensa.241242 La
mañana del 25 de octubre, los rusos asaltaron los reductos otomanos que protegían el
norte de la bahía; después de apoderarse de él tras reñidos combates, se volvieron contra
el 93.º Regimiento de Infantería británico que bloqueaba su acceso a la ciudad. Ante la
amenaza de la caballería enemiga, el general de división Colin Campbell desplegó a sus
cuatrocientos hombres en un delgada línea doble;242 esto desconcertó a los jinetes rusos,
que temieron una celada de la infantería enemiga, pues esperaban que esta les hiciese
frente en cuadro. La carga de cuatro escuadrones fue rechazada por las descargas de los
infantes británicos. Cuando los rusos se aprestaban a realizar una nueva acometida con el
grueso de sus fuerzas, les atacó a su vez la caballería ligera británica al mando de James
Scarlett.243 Tras una confusa refriega que duró unos diez minutos, los rusos se retiraron, al
tiempo que llegaban refuerzos de infantería británicos para reforzar las defensas del
sector.244
«Cómo ha vuelto útil Jack al turco»: los soldados británicos y franceses a menudo despreciaban a
sus aliados otomanos.
Los rusos en retirada se llevaron, como observó lord Raglan, los cañones de los reductos
que habían tomado en el ataque. Para evitar que fuesen empleados contra ellos o
utilizados por la propaganda enemiga, ordenó a la brigada ligera de lord Cardigan que los
recuperase.245246 Lo vago de la orden y los errores al transmitirla hicieron creer a Cardigan
que Raglan deseaba que acometiese al grueso de fuerzas enemigas al fondo de una
hondonada rodeada de colinas ocupadas por los rusos en la que se encontraban los
cañones que mencionaba su superior.247 Así, la brigada, con unos seiscientos sesenta
jinetes, atravesó el kilómetro y medio de depresión bajo un nutrido fuego enemigo que
provenía de tres direcciones, lo que no le impidió vencer a la caballería cosaca antes de
retirarse.248 La carga de la Brigada Ligera le costó a la unidad doscientas bajas;nota 14 pero,
pese a la famosa cita del general Pierre Bosquet («Es magnífico, pero esto no es la
guerra») y a la leyenda de un derrota gloriosa consagrada en el poema de Alfred
Tennyson, el ataque resultó victorioso en cuanto que expulsó a los rusos del campo de
batalla.252 Estos, no obstante, seguían controlando los reductos que dominaban Balaclava
y amenazaban las vías de abastecimiento enemigas y utilizaron los cañones y otros
objetos capturados en la batalla en un desfile celebrado en Sebastopol. Por su parte, los
británicos culparon a los otomanos de la victoria inicial rusa y los trataron severísimamente
hasta el final de la campaña.253254255
Inkerman[editar]
Artículo principal: Batalla de Inkerman
Campamento británico cerca de Balaklava.
Animados por el éxito del ataque a las líneas enemigas, los rusos decidieron emprender
uno nuevo contra el flanco derecho británico situado en el monte Inkerman, que se alzaba
junto al río Chiórnaya, en un extremo del puerto. Si lograban apoderarse del monte,
podrían colocar en él sus cañones y bombardear las líneas enemigas. Esto obligaría al
enemigo a levantar el sitio y retirarse. La mañana del 26 de octubre, cinco mil soldados
realizaron una salida desde Sebastopol y asaltaron pendiente arriba las posiciones
británicas al mando del general George de Lacy Evans, que defendían dos mil seiscientos
hombres. Detectados los rusos por los centinelas británicos, la artillería de estos los
desbarató. Este revés evidenció pese a todo la fragilidad de las defensas británicas, que
carecían de hombres suficientes.256257 No solo los soldados eran exiguos para cubrir todo
el sector, sino que además estaban agotados y casi no habían podido descansar desde
que desembarcaron.258
Según el plan ruso, el general Fiodor Soimonov debía hacer una salida desde Sebastopol
la mañana del 5 de noviembre con diecinueve mil soldados y adueñarse de la loma de los
Cosacos, bajo el monte Inkerman, con la ayuda de los dieciséis mil hombres del general
Prokofy Pavlov, que debía acudir a la posición vadeando el Chiórnaya. A continuación, los
dos debían tomar las posiciones británicas mientras la caballería de Liprandi entretenía a
las unidades francesas del general Bosquet más al sur. El plan exigía la coordinación de
las distintas unidades participantes, que no se dio, en parte porque las copiosas lluvias
habían embarrado el terreno y una niebla espesa lo cubría la mañana de la acometida, lo
que complicaba los movimientos e impedía ver.259260261262 La escasa visibilidad favoreció
en un principio a los rusos, pues les permitió acercarse a las posiciones enemigas sin ser
vistos; la cercanía de los dos bandos anuló la ventaja del mayor alcance de los fusiles de
ánima rayada del enemigo. En vez de evacuar la loma de los Cosacos y emplear la
artillería para repeler a los rusos como se había hecho el 26 de octubre, el general John
Lysaght Pennefather, que había sustituido al herido Lacy Evans, envió a sus hombres a
detener a los asaltantes hasta que llegasen refuerzos. La lid en mitad de la niebla fue
caótica, hubo abundantes bajas por fuego propio y las unidades se desordenaron. Durante
el asalto pereció tanto Soimonov como sus dos coroneles, lo que acentuó el desorden en
las unidades rusas.263264265 Pese a la amenaza que suponía Liprandi, Bosquet decidió
acudir en auxilio de los británicos, cada vez más acuciados por el embate ruso. El ataque
de los zuavos sembró el pánico en las filas rusas, que se retiraron en desbandada bajo el
fuego enemigo.266267 La violencia de la lucha determinó que se tratase brutalmente a los
heridos y a los prisioneros, como sucedió a lo largo de toda la contienda; un oficial
británico informó de que «el enemigo parece gozar abatiendo a los pobres heridos que
tratan de retirarse cojeando», mientras que uno de sus compatriotas mató a un cautivo
simplemente porque le resultaba «pesado».268 Por el contrario, los prisioneros de guerra
fueron bien tratados en general por los dos bandos tras terminar el conflicto.269
Tropas rusas en Sebastopol, cuadro de Konstantin Filippov.
Pese a que la batalla apenas duró unas horas, los rusos tuvieron quince mil muertos y
heridos; los británicos sufrieron dos mil seiscientos diez y los franceses, mil setecientos
veintiséis.270271 Para los rusos la batalla había supuesto un descalabro y Ménshikov sugirió
que se evacuase Sebastopol, cuya caída creía ya inevitable, para poder defender mejor el
resto de la península de Crimea. Pero el zar Nicolás se negó rotundamente; muy afectado
por la derrota, comenzó a lamentar haber entrado en guerra.272 Para el bando contrario, la
victoria había resultado muy costosa en vidas y la opinión pública comenzó a considerar la
carnicería de la guerra inaceptable; la prensa francesa comparó el choque a la batalla de
Eylau de 1807 y el ministro de Asuntos Exteriores británico lord Clarendon escribió que el
ejército no podría soportar otro «triunfo» así.273 La imposibilidad de asaltar la plaza rusa sin
refuerzos iba a obligar a las unidades sitiadoras a pasar el invierno en Crimea, lo que
desanimó a la tropa. Los soldados recordaban la campaña de Rusia de 1812, en la que las
tropas habían carecido al igual que ellos de ropa de abrigo y de refugios adecuados para
soportar el duro invierno ruso.274275
Asedio invernal[editar]
Las condiciones de vida de los soldados durante el asedio de Sebastopol fueron especialmente
duras debido al clima de la región.
Las duras condiciones en las que vivían los soldados causaron pronto miles de bajas:
Canrobert informó que 11 458 de sus hombres habían perecido de hambre, frío y
enfermedades durante el invierno de 1854-1855;294 en enero de 1855, los británicos
apenas contaban con 11 000 hombres en condiciones de combatir, la mitad de los
disponibles dos meses antes.296 Según las órdenes de lord Raglan, que no deseaba que
se acumulasen los heridos, a estos se los trasladaba en barco hasta Scutari, a las afueras
de Constantinopla. Las condiciones de transporte en los buques, de por sí sobrecargados,
eran espantosas y en torno a un tercio de los pasajeros no alcanzaba su destino.297 La
situación en Scutari era también deplorable: los edificios que albergaban a los heridos
estaban infestados de bichos y carecían de material y personal adecuados. La llegada de
la enfermera Florence Nightingale en el otoño permitió mejorar la organización del hospital
británico pero, pese a ello, durante el invierno de 1854-1855, fallecieron en él, sin haber
sufrido la mayoría herida alguna en combate, entre cuatro298 y nueve mil299 soldados.300
Soldados británicos transportando material de construcción durante el invierno de 1854-1855.
Puerto de Balaclava, que servía para abastecer a las tropas británicas en Crimea.
La situación de los rusos fue al principio mejor que la de los sitiadores, pues la ciudad
gozaba de un abastecimiento suficiente y Sebastopol todavía no había sufrido estragos;
los bombardeos posteriores, que destruyeron edificios e instalaciones, empeoraron la
situación.301 El agua comenzó a escasear y los hospitales quedaron atestados de las
víctimas de los combates y del cólera.302 A su llegada primero a Crimea y luego a
Sebastopol en enero de 1855, el cirujano militar Nikolái Pirogov quedó asombrado por la
incompetencia de los médicos que operaban sin preocuparse de la higiene y por el
abandono habitual de los heridos.303304 En consecuencia, implantó de inmediato un
sistema de clasificación de los enfermos, aumentó el uso de la anestesia, obligó a respetar
las normas de higiene e inventó nuevos métodos de amputación, más rápidos y menos
peligrosos para el paciente. Estas mejoras acrecentaron el número de enfermos que se
reponían; para aquellos que sufrían la amputación de la pierna a la altura del muslo, el
porcentaje de supervivientes subió al 25 %, casi tres veces superior al del enemigo, que
empleaba mucho menos la anestesia en las operaciones.305
Al contrario de lo que había sucedido en guerras anteriores, la opinión pública francesa y
británica estaba al tanto de lo que acontecía en el frente gracias a los periódicos, que
informaban de la situación a diario.306 Las informaciones se completaban con litografías y
fotografías, como las de Roger Fenton y James Robertson, que fascinaban a los lectores
por su realismo. Las técnicas de la época como el colodión húmedo eran rudimentarias y
requerían un tiempo de exposición de casi veinte segundos, pero la guerra de Crimea era
la primera en la que se realizaban fotografías.307nota 16 La mejor información que recibía el
público se debía también al desarrollo del barco de vapor y del telégrafo, que aceleraban la
transmisión de información y permitieron la aparición de los corresponsales de guerra, que
podían evitar la censura.309 Los artículos de William Howard Russell para el Times de
Londres, por ejemplo, contradecían los partes oficiales y ponían en evidencia al mando
recalcando su incompetencia y describiendo las condiciones de vida de la tropa.310311 Las
críticas por la dirección de la guerra originaron la caída del Gobierno de lord Aberdeen en
enero de 1855 y su sustitución por otro presidido por lord Palmerston.312313 La prensa
francesa estaba mejor controlada por el Gobierno, pero en ella también existían críticos
que exigían el fin del conflicto, que no gozaba de las simpatías de la población.314
Pese al debilitamiento de las tropas aliadas, los problemas logísticos también aquejaban a
los rusos y les impedían organizar una ofensiva de importancia. Sin dominar el mar y sin
ferrocarriles, tenían que transportar los abastos en carro por los caminos embarrados o
cubiertos de nieve del sur de Rusia, por los que en ocasiones apenas se podían recorrer
seis kilómetros al día.315316 Para evitar que el enemigo se apoderase del istmo de
Perekop que une la península de Crimea al continente, Nicolás I ordenó atacar Eupatoria,
que defendían unos veinte mil otomanos al mando de Omar Bajá. La acometida se realizó
el 17 de febrero, con diecinueve mil soldados y acabó en una grave derrota y en la pérdida
de mil quinientos hombres.317318 El descalabro quebró la salud del zar que, debilitado y
desilusionado, contrajo una neumonía aguda y falleció el 2 de marzo.319320 El fallecimiento
de Nicolás hizo albergar pasajeras esperanzas de que el conflicto acabase, pero el nuevo
monarca, Alejandro II se encargó de frustrarlas, declarando que no aceptaría la derrota
rusa en la contienda.321312
Primavera de 1855[editar]
En enero de 1855, se unió a los Aliados el reino de Cerdeña: quince mil soldados al mando
del general Alfonso La Marmora llegaron a Crimea en mayo. La alianza, deseada por el
primer ministro Camillo Cavour, debía favorecer la causa de la unidad italiana ante las
potencias occidentales y mejorar la posición del país frente al Imperio austriaco, que
dominaba el norte de la península itálica.9322 Además, los británicos reclutaron unos siete
mil mercenarios alemanes y suizos que, sin embargo, llegaron demasiado tarde a Crimea
para poder participar en los combates.12 En el bando contrario, los rusos integraron en sus
fuerzas una legión de voluntarios griegos, con un millar de hombres, en 1854; esta sí tomó
parte en las operaciones en torno a Sebastopol.323
Con la llegada de la primavera, los Aliados comenzaron a estudiar nuevas operaciones
contra Rusia. Los británicos deseaban al principio atacar en el Cáucaso, donde la situación
militar estaba estancada y a cuyas tribus llevaban entregando armas desde 1853. Les
preocupaba, empero, el fanatismo religioso de Shamil y la posibilidad de que los otomanos
aprovechasen la situación para aumentar su influencia en la región.324 En el Báltico, por el
contrario, un ataque contra San Petersburgo podría llevar a que Suecia declarase la guerra
a Rusia.325326 Por ello, la flota franco-británica al mando del almirante Charles-Eugène
Pénaud emprendió el bombardeo de Sveaborg en junio, al que casi no causó daños. Los
rusos habían reforzado tanto la flota como las defensas de Kronstadt con minas, lo que
hacía improbable que el enemigo pudiese acercarse a la capital rusa. Por ello los Aliados
se contentaron con bloquear las costas;327 las operaciones en el Báltico, pese a su escasa
trascendencia, preocupaban a los rusos, que no se atrevieron a enviar a Crimea las
abundantes unidades apostadas en la zona de la capital.328
Puesto de artillería británico, fotografiado por James Robertson.
Los jefes aliados del sitio de Sebastopol. De izquierda a derecha: lord Raglan, Omar Bajá y Aimable
Pélissier.
Como era palmario que Sebastopol no podría aguantar mucho más el asedio, Alejandro
II ordenó que se acometiese un último intento de socorro de la ciudad. El general Mijaíl
Gorchakov, que había sustituido a Ménshikov después del fracaso de este en Eupatoria en
enero,365 obedeció la orden pese a que no creía poder quebrar las líneas enemigas; atacó
las franco-sardas situadas al sureste, a lo largo del río Chiórnaya para tratar de privar al
enemigo de parte de su suministro de agua y de amenazar su flanco oriental.366367368
Aprovechando la niebla matinal, el 17 de agosto, cincuenta y ocho mil soldados rusos
marcharon hacia el puente de Traktir que cruzaba el río, pero la mala coordinación entre
las unidades y la bisoñez de la tropa hicieron fracasar pronto la maniobra. Sin apoyo de la
artillería ni de la caballería, la infantería rusa fue diezmada por el fuego enemigo; aunque
los rusos lograron tomar las primeras líneas francesas, el ataque fracasó. Para cuando
Gorchakov ordenó la retirada hacia las diez de la mañana, los rusos habían tenido 2273
muertos, 4000 heridos y más de 1800 desaparecidos —la mayoría eran desertores que
habían aprovechado el caos para huir—; por su parte, los Aliados perdieron mil
ochocientos de un total de dieciocho mil soldados franceses y nueve mil sardos.369
La batalla del Chiórnaya selló el destino de Sebastopol, que los rusos se aprestaron a
evacuar; para ello dispusieron un puente flotante de novecientos sesenta metros que
cruzaba el puerto y que quedó terminado el 27 de agosto.370371
Asalto de los zuavos del general Patrice de Mac Mahon a la fortaleza de Malakoff el 8 de septiembre
de 1855.
A la hora prevista, nueve mil soldados de la división del general Patrice de Mac Mahon
abandonaron las trincheras y comenzaron a escalar los muros de la fortaleza; un soldado
ruso que observaba desde el baluarte principal escribió luego que «los franceses
alcanzaron el Malakoff incluso antes de que los nuestros pudiesen echar mano de las
armas». La guarnición huyó, pero los rusos organizaron pronto un impetuoso
contraataque.376 La lucha cuerpo a cuerpo se prolongó casi tres horas y las posiciones
cambiaron varias veces de manos. La superioridad numérica francesa resultó finalmente
determinante y los franceses se apoderaron del reducto, cuyas defensas reforzaron a toda
prisa.377378nota 19 Mientras, los británicos habían esperado ver izarse la bandera francesa
sobre Malakoff antes de lanzarse a la toma del baluarte principal de la muralla de
Sebastopol. Aunque habían perdido el apoyo de la fortificación vecina, los rusos habían
tenido tiempo de reagruparse y de recibir refuerzos. Por ello, los británicos que llegaron a
los pies de los muros no lograron conquistarlos, lo que desató el pánico entre sus filas. El
general Codrington decidió que no valía la pena enviar contra los rusos a las unidades de
reclutas que guardaba en reserva y dejó para el día siguiente el nuevo asalto a la muralla,
que deseaba abordar con tropas veteranas.380381 Los combates del 8 de septiembre
dejaron siete mil quinientos muertos y heridos en las filas francesas, dos mil quinientos en
las británicas y trece mil en las rusas.382
Gorchakov desechó realizar un nuevo ataque y decidió evacuar la orilla sur de Sebastopol
dado que la artillería francesa apostada en Malakoff podía alcanzar cualquier punto de la
ciudad y destruir el puente flotante. La evacuación duró toda la noche y a la mañana
siguiente los defensores prendieron un incendio que duró tres días.383384 Los Aliados
entraron por fin en la ciudad el 12 de septiembre; los rusos habían dejado tras de sí varios
millares de heridos que no pudieron mover.385386387 Los conquistadores se dedicaron al
pillaje de las ruinas.385386387
Tratado de París[editar]
Artículo principal: Tratado de París (1856)
La caída de Sebastopol causó alborozo en Londres y París, pues muchos esperaban que
este acontecimiento pusiese fin a la guerra.382 Pero el zar no estaba dispuesto a solicitar la
paz y recordó lo ocurrido en las guerras napoleónicas: «dos años después del incendio de
Moscú, nuestras tropas victoriosas entraban en París».388389 Planeó una nueva campaña
en los Balcanes para 1856, aunque el anuncio de que la contienda proseguiría se hizo
principalmente con el objetivo de socavar la cohesión de la liga enemiga, de separar a los
franceses, deseosos de poner fin a las hostilidades tras la victoria en Sebastopol, de los
británicos, que anhelaban debilitar el poderío ruso en otras regiones, como el Báltico.390391
Para los soldados, la continuación de la guerra conllevaba pasar otro invierno en los
campamentos; esto resultó especialmente duro para los franceses, que se hallaban en
muy malas condiciones sanitarias. Comparada con la situación del invierno anterior, en
este los papeles de los dos aliados se habían invertido: los británicos habían aprendido de
sus errores y mejoraron el servicio médico y la logística, copiando en algunos aspectos a
los franceses; estos, por el contrario, habían desatendido los dos aspectos. Los informes
del inspector general Michel Lévy eran tan alarmantes que el ministro de la Guerra Jean-
Baptiste Philibert Vaillant le ordenó que dejase de redactarlos.392 Durante los tres primeros
meses de 1856, entre veinticuatro y cuarenta mil soldados franceses perecieron por
enfermedad, principalmente por el tifus y el cólera.393 La victoria de Sebastopol y la
censura de la prensa ocultaron las penalidades de la tropa, pero estas hacían cada vez
más difícil el continuar con el conflicto.394395
El valle de la sombra de la muertede Roger Fenton es una de las fotografías más famosas de la
guerra de Crimea.396
Por su parte, Alejandro II trataba de obtener alguna victoria que le permitiese entablar
negociaciones de paz con una posición más sólida y para ello se concentró en el frente
caucásico. Desde el mes de junio, el general Nikolái Muraviev asediaba la plaza fuerte
otomana de Kars, cuya conquista le permitiría avanzar hacia Erzurum y penetrar
en Anatolia. Los asaltos rusos se estrellaron una y otra vez con la denodada defensa
dirigida por el general británico William Fenwick Williams.397 El fin del asedio de
Sebastopol le permitió a Omar Bajá trasladar tropas a Georgia en octubre, pero su avance
hacia Kars fue arduo y lento y la guarnición de esta acabó por rendirse a los rusos el 22 de
octubre, agotada por el largo cerco.398399 Para el zar, la conquista de Kars compensaba la
pérdida de Sebastopol, por lo que entabló negociaciones para poner fin al conflicto con
Francia y Austria. Lord Palmerston, por el contrario, no deseaba firmar aún la paz, sino
continuarla hasta debilitar más a Rusia.400 Una expedición anglo-francesa arrebató a los
rusos las defensas de la península de Kinburn en el estuario del Dniéper el 17 de
octubre.401402 No obstante, los franceses, que habían aportado el grueso de las tropas,
estaban hartos de la guerra y Napoleón III temía un estallido popular si no se le ponía
fin.403 Apoyado por Austria, el emperador presentó en octubre la propuesta de paz
francesa, basada en los cuatro puntos de 1854, pero el zar la rechazó, convencido que la
agitación social francesa, suscitada por la prolongación del conflicto, obligaría a los
enemigos a aceptar condiciones más favorables a los rusos. Ni la entrada en guerra de
Suecia contra Rusia el 21 de noviembre ni las advertencias de su tío el rey Federico
Guillermo IV de Prusia hicieron cambiar de parecer al zar.404 Cedió por fin el 16 de enero
de 1856, después de que Austria amenazase con romper las relaciones diplomáticas con
Rusia si seguía negándose a negociar.405406
Pintura de Édouard Louis Dubufeque representa el congreso de París de febrero y marzo de 1856
que puso fin a la guerra de Crimea.
Como las principales diferencias se habían dirimido antes del comienzo del congreso, este
fue corto y el tratado de paz se firmó el 30 de marzo.3 El anuncio de la rúbrica llenó de
alborozo la ciudad; al día siguiente de la firma se llevó a cabo un desfile oficial en
el Campo de Marte al que asistieron Napoleón III y los dignatarios extranjeros que se
hallaban en París.417 Por el contrario, no hubo grandes festejos en el Reino Unido, donde
se creía que la guerra había concluido antes de que el país pudiese alcanzar una victoria
equivalente a la francesa de Sebastopol y muchos criticaban acerbamente la actuación del
Estado Mayor en la campaña de Crimea.7 Los Aliados tenían seis meses para abandonar
Sebastopol; aunque la cantidad de material que había que retirar era
considerable, Codrington devolvió la ciudad a los rusos el 12 de julio, no sin antes volar
sus muelles y fortificaciones.417418 Abandonó a su suerte a los tártaros que habían
coadyuvado a la victoria aliada, y que quedaron a merced de las autoridades rusas. El
acoso de estas determinó que unos doscientos mil de ellos emigrasen al Imperio otomano
entre 1856 y 1863.419 Al mismo tiempo, cristianos ortodoxos del Buchac se instalaron en la
península y algunos armenios de Anatolia se mudaron a Transcaucasia. En el Cáucaso los
rusos siguieron combatiendo a Shamil, al que tanto las potencias europeas occidentales
como los otomanos habían abandonado; finalmente se rindió al general Aleksandr
Bariátinski el 25 de agosto de 1859.420 A continuación los rusos acometieron
la expulsión de la región de los circasianos y otros pueblos musulmanes de la zona, que
entrañó la marcha de más de un millón de personas al territorio otomano.421
Consecuencias[editar]
El puente del Almá parisino en 1883, con las estatuas esculpidas por Georges Diebolt: el zuavo a la
izquierda y el granadero a la derechanota 20
La guerra aceleró la modernización del Imperio otomano, que recibió nuevas ideas y
tecnología de Europa. Aumentaron las inversiones extranjeras en el país, que comenzó a
dotarse de ferrocarriles y telégrafo. El edicto de 1856, sin embargo, pareció una imposición
extranjera, y disgustó a los conservadores y al clero. Muchos temían que los cristianos
mejor educados acabarían dominando la política y la sociedad del imperio si se les
concedía la igualdad de derechos con los musulmanes. Durante los años posteriores a la
guerra de Crimea, estallaron disturbios anticristianos en muchas provincias; en los
acaecidos en el Levante en 1860, hubo veinte mil muertos.436437 Temerosas de las
revueltas, las autoridades otomanas eran reacias a aplicar la nueva legislación; por su
parte, continuó la agitación de la población cristiana en las provincias europeas del
imperio, a menudo atizada por Rusia. La insurrección de Bosnia-Herzegovina de 1875
facilitó la posterior búlgara de 1876; la feroz represión otomana desencadenó una
nueva guerra con Rusia.438439 El avance ruso hacia Constantinopla recordó los
acontecimientos de 1854 y únicamente se detuvo por la amenaza de la flota británica. Por
el Tratado de Berlín que puso fin a la guerra, Rusia recobró el Buchac, perdido en
el Tratado de París.440 La Cuestión Oriental y el problema de los nacionalismos balcánicos
perduraron y siguieron amenazando el equilibrio político europeo hasta la Primera Guerra
Mundial.441
Paradójicamente, la principal perjudicada por la guerra fue Austria, que no había
participado activamente en ella: los dos bandos, disgustados con su actuación, la
aislaron.442nota 21 Rusia, que creía haber salvado a la monarquía austriaca en 1849 y era
una de sus más antiguas aliadas, consideró la actitud austriaca una traición; Alejandro II se
vengó empleando la misma estrategia de neutralidad armada para estorbar el envío de
fuerzas austriacas a Italia y escatimando el auxilio a los austriacos en la guerra que
disputaron con Prusia.444
Legado[editar]
El Panorama del asedio de Sebastopol, obra de Franz Roubaud (1904). El cuadro mide ciento
catorce metros de largo y catorce de alto y se expone en un pabellón dedicado a Sebastopol.
Notas[editar]
1. ↑ Badem menciona un informe financiero de octubre de 1855 en el que aparecen 235568
soldados, el total del Ejército.1 Figes afirma que unos 120 000 otomanos murieron en el
conflicto, en torno a la mitad de los que participaron en él.2 Gouttman no aporta cifras para
los otomanos, pero calcula que unos cien mil perecieron en la guerra.3 Edgerton calcula
que hubo alrededor de medio millón de muertos rusos y una cifra similar de otomanos.4
2. ↑ Figes afirma que 310 000 franceses lucharon en Crimea5 y que en torno a 100 000
murieron.6 Gouttman indica que fueron 95 000 los fallecidos.3
3. ↑ Figes indica que 98 000 británicos lucharon en Crimea y que de ellos murieron 20 813.7
Lambert afirma que los muertos fueron 21 097,8 y Gouttman, que fueron 22 000.3
4. ↑ Figes afirma que 15 000 sardos participaron en la campaña de Crimea9 y que de ellos
fallecieron 2166.10 Gouttman indica que fueron 18 000 los combatientes11 y 2200 los
muertos.3
5. ↑ Orlando Figes indica que, del 1 200 000 soldados que componían el Ejército ruso en la
primavera de 1855, 260 000 se hallaban en el Báltico, 293 000 en Polonia y en Ucrania
occidental, 121 000 defendían Besarabia y la costa del mar Negro, 183 000 comabtían en
el Cáucaso y 350 000 estaban destinado en Crimea.12 Según Totleben, Rusia contaba con
1 365 786 soldados en enero de 1853.13
6. ↑ Gouttman indica que las cifras oficiales de bajas rusas carecen de valor y calcula que
entre 100 000 y 200 000 soldados ruso murieron en la guerra.3 Por su parte, Figes calcula
que fallecieron al menos tres cuartos de millón de soldados en el conflicto y que dos tercios
de ellos fueron rusos; indica además que las pérdidas civiles se desconocen. Da unas
cifras aproximadas de entre 400 000 y 600 000 muertos para la guerra en su conjunto, 14 y
cita un informe del departamento médico del Ministerio de Guerra ruso que menciona 450
015 muertos para el periodo transcurrido entre 1853 y 1856, que cree que es el cálculo
aproximado más fiable.15 para el asedio de Sebastopol, afirma que fallecieron 127 583
rusos.16 Scollins cree que hubo 100 000 muertos en combate y 350 000 fallecidos por
enfermedad.1317 Edgerton afirma que fueron probablemente en torno a medio millón los
muertos rusos y otros tantos otomanos.4
7. ↑ Lambert afirma que las pérdidas británicas fueron: 2755 muertos en combate, 2019 de
ellos fallecidos de las heridas sufridas, y 16 323 muertos de enfermad. 8 Figes afirma que el
80 % de las bajas británicas tuvieron relación con enfermedades.7 En cuanto a las bajas
francesas, Gouttman calcula que fueron: 10000 muertos en combate y 75000 víctimas de
enfermedades. Indica además que de los 2200 muertos sardos, apenas 28 lo fueron en
combate..3
8. ↑ Figes indica que Ménshikov había quedado castrado por un disparo otomano durante
la guerra de 1828-1829 y que, aunque era inteligente, era famoso por sus comentarios
acerbos y su sarcasmo. En Constantinopla, irritó a sus anfitriones al presentarse con ropa
de civil en vez de con el reglamentario uniforme, exigir la destitución del ministro de
Asuntos Exteriores al que creía demasiado francófilo y a negarse ostensiblemente a tratar
con este ante testigos.8385
9. ↑ Edgerton indica que el imperio declaró la guerra a Rusia el 5 de octubre de 1853,85
mientras que Sweetman afirmar se lo hizo el 23.100 Guillemin, por su parte, coincide en que
la declaración de guerra data del 23 de octubre, pero aclara que el estado de guerra existía
ya desde el día 3 del mes.101
10. ↑ La elección de reclutas para el Ejército la llevaba a cabo generalmente el jefe de cada
pueblo, que solía aprovechar para deshacerse de los siervos menos aptos para trabajar o
para enviar a los de sus rivales. El servicio militar, de veinticinco años de duración, se
consideraba una condena a muerte y como tal solía recibir la noticia del reclutamiento la
familia del soldado.130131
11. ↑ El historiador Edvard Radzinsky indica que llevar un uniforme desaseado se castigaba
con quinientos bastonazos y que el intentar desertar, con mil quinientos —el doble para los
reincidentes—.132
12. ↑ Aunque los habitantes no musulmanes del imperio no podían servir en el Ejército, sí lo
hacían oficiales extranjeros que no profesaban el islam. Era habitual que grandes unidades
militares cuyo mando ejercía en teoría algún oficial otomano en realidad estuviesen a las
órdenes de oficiales cristianos de origen británico, húngaro o italiano.140
13. ↑ Enviado al Cáucaso en 1854, el oficial británico William Fenwick Williams descubrió
que Kars contaba con 14 000 soldados, mientras que el jefe de la plaza fuerte reportaba a
la capital que tenía a su mando 27 538 y el responsable de logística que tenía que
alimentar a 33 000; las pagas y la venta de las raciones de los soldados inexistentes
permitían a los oficiales corruptos vivir lujosamente.143
14. ↑ El número de soldados y la cantidad de bajas varía de una fuente a otra. Russell
menciona cuatrocientos veintiséis entre muertos, heridos y prisioneros;249, Figes indica que
fueron seiscientos sesenta y uno los que participaron en la carga y que la brigada tuvo
ciento trece muertos, ciento treinta y cuatro heridos y cuarenta y cinco prisioneros; 250
Sweetman, por su parte, afirma que tuvo ciento trece muertos y doscientos cuarenta y siete
heridos de un total de seiscientos setenta y tres hombres.251 Figes indica también que las
primeras noticias publicadas tras el choque señalaban que solo un cuarto de los soldados
de la unidad habían sobrevivido al combate.250
15. ↑ El historiados René Guillemin indica sin embargo que Canrobert no le aplicó sanción
alguna a Bazaine y subraya el débil carácter del jefe militar francés.291
16. ↑ En la guerra de México-Estados Unidos de 1846-1848 y en la segunda guerra anglo-
birmana de 1852 se habían usado daguerrotipos y calotipos, pero Figes y Edgerton indican
que su número y calidad no se podían comparar con las imágenes tomadas en la guerra de
Crimea.307308
17. ↑ Los británicos adquirieron cinco locomotoras, pero la primera la recibieron el 8 de
noviembre, acabado ya el asedio. Resultó además que la pendiente que superaba el
ferrocarril era excesiva para las locomotoras.340
18. ↑ Las fuentes no concuerdan respecto a las fuerzas enfrentadas: Gooch afirma que para
cuando Pelissier asumió el mando de las fuerzas francesas el 16 de mayo los Aliados
contaban con ciento veinte mil soldados franceses, treinta y dos mil británicos, diecisiete
mil sardos y cincuenta y cinco mil otomanos en Crimea.360
19. ↑ Como los rusos había minado el reducto, un oficial británico animó a Mac Mahon a
abandonarlo. Parece ser que este respondió: «aquí estoy y aquí me quedo». Guillemin cree
que la frase es probablemente apócrifa e indica que en la detallada historia de Camille
Rousset sobre la contienda, rica en anécdotas, la frase no aparece.379
20. ↑ El puente del Almá contaba originalmente con cuatro estaturas de unos cinco metros de
altura colocadas en otros tantos pilares del puente: el zuavo y el granadero, obras
de Georges Diebolt, y el artillero y el cazador de Auguste Arnaud. En la reconstrucción del
puente en la década de 1970 se retiraron las estatuas y sus pilares salvo los del zuavo. La
estatua del granadero se encuentra en Dijon, la del artillero en La Fère y la del cazador, en
el bosque de Vincennes.
21. ↑ Los historiadores han subrayado la complicada situación de Austria en la contienda. Si se
hubiese unido a las potencias occidentales, hubiese tenido que participar en los principales
combates con un cuerpo de oficiales mayoritariamente rusófilo; si se hubiese ligado a
Rusia, el Reino Unido y Francia se hubiesen encargado de atizar la inestabilidad en los
territorios austriacos en Italia y se hubiese vuelto cada vez más dependiente de su aliado.
En cualquier caso, sus enemigos habrían azuzado a las minorías del imperio. 443444
Referencias[editar]
1. ↑ Badem, 2010, pp. 284-285.
2. ↑ Figes, 2012, p. 483.
3. ↑ Saltar a:a b c d e f g Gouttman, 1995, p. 479.
4. ↑ Saltar a:a b Edgerton, 1999, p. 5.
5. ↑ Saltar a:a b Figes, 2012, p. 480.
6. ↑ Figes, 2012, p. xix.
7. ↑ Saltar a:a b c d Figes, 2012, p. 467.
8. ↑ Saltar a:a b Lambert, 2011, p. 15.
9. ↑ Saltar a:a b Figes, 2012, p. 332.
10. ↑ Saltar a:a b Figes, 2012, p. 482.
11. ↑ Gouttman, 1995, p. 476.
12. ↑ Saltar a:a b Figes, 2012, p. 334.
13. ↑ Saltar a:a b Thomas y Scollins, 1991, p. 3.
14. ↑ Figes, 2012, pp. xix, 488-489.
15. ↑ Figes, 2012, p. 489.
16. ↑ Figes, 2012, p. xvii.
17. ↑ Seaton y Roffe, 1973, p. 33.
18. ↑ Figes, 2012, p. 29.
19. ↑ Hanioğlu, 2008, pp. 14-16.
20. ↑ Figes, 2012, p. 30.
21. ↑ Hanioğlu, 2008, pp. 43-44.
22. ↑ Hanioğlu, 2008, pp. 53-54.
23. ↑ Figes, 2012, p. 31.
24. ↑ Figes, 2012, pp. 28, 31.
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28. ↑ Saltar a:a b Figes, 2012, pp. 40-41.
29. ↑ Curtiss, 1980, p. 149.
30. ↑ Figes, 2012, p. 43.
31. ↑ Figes, 2012, pp. 44-45.
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39. ↑ Gouttman, 1995, pp. 102-103.
40. ↑ Figes, 2012, p. 16.
41. ↑ Gouttman, 1995, p. 104.
42. ↑ Figes, 2012, p. 13.
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45. ↑ Figes, 2012, p. 14.
46. ↑ Edgerton, 1999, p. 36.
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49. ↑ Badem, 2010, pp. 87-90.
50. ↑ Gouttman, 1995, p. 184.
51. ↑ Figes, 2012, pp. 72-73.
52. ↑ Saltar a:a b Edgerton, 1999, p. 11.
53. ↑ Figes, 2012, p. 50.
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57. ↑ Monnier, 1977, pp. 7-8.
58. ↑ Figes, 2012, p. 81.
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60. ↑ Gouttman, 1995, p. 34.
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70. ↑ Saltar a:a b c Figes, 2012, p. 2.
71. ↑ Gouttman, 1995, p. 78.
72. ↑ Saltar a:a b Figes, 2012, p. 5.
73. ↑ Gooch, 1959, p. 36.
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Guerra de Crimea
Años 1850