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Guerra de Crimea

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No debe confundirse con Adhesión de Crimea y Sebastopol a Rusia.

Guerra de Crimea

El asalto a Malakoff, grabado de William Simpson (1855).

Fecha 16 de octubre de 1853-30 de marzo de 1856

Lugar Crimea, Cáucaso, Balcanes, mar Negro, mar


Báltico, mar Blanco y Extremo Oriente ruso

Resultado Victoria aliada


Tratado de París de 1856

Beligerantes

Imperio británico Imperio ruso


Segundo Imperio francés Reino de Grecia
Imperio otomano
Reino de Cerdeña

Comandantes

Omar Bajá Aleksandr Ménshikov


Armand de Saint-Arnaud Pável Najímov
François de Canrobert Eduard Totleben
Aimable Pélissier
Lord Raglan
William Codrington
Alfonso La Marmora

Unidades militares
250 000 otomanosnota 1 ~1 200 000 rusosnota 5
310 000 francesesnota 2
98 000 británicosnota 3
15 000 sardosnota 4

Bajas

~120 000 muertos ~450 000 muertosnota 6


95 000 muertos
22 000 muertos
2200 muertos

La gran mayoría de las bajas se debieron a enfermedades, en


especial al cólera.nota 7

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La guerra de Crimea fue un conflicto que entre 1853 y 1856 libró el Imperio ruso contra
una liga formada por el Imperio otomano, Francia, el Reino Unidoy el reino de Cerdeña. La
desencadenó el expansionismo ruso y el temor a que el Imperio otomano se desmoronase,
y se disputó fundamentalmente en la península de Crimea, en torno a la base naval
de Sebastopol. Se saldó con la derrota de Rusia, que se plasmó en el Tratado de París de
1856.
A finales del siglo XVII, el Imperio otomano se hallaba en decadencia y sus estructuras
militares, políticas y económicas no fueron capaces de modernizarse. A consecuencia
de varios conflictos, había perdido los territorios al norte del mar Negro, entre ellos la
península de Crimea, de los que se había adueñado Rusia. Esta deseaba socavar la
autoridad otomana y asumir la protección de la abundante minoría de cristianos
ortodoxos de las provincias otomanas europeas. Francia y el Reino Unido temían que el
Imperio otomano se transformase en vasallo ruso, lo que hubiese trastornado el equilibrio
político entre las potencias europeas.
La tensión se agudizó por las disputas por el control de los Santos Lugares
en Palestina entre cristianos occidentales y orientales. Los rusos emplearon estos roces
para exigir concesiones de los otomanos que estos, sostenidos por las potencias europeas
occidentales, se negaron a otorgar, lo que desencadenó la guerra entre los dos imperios
en el otoño de 1853. Rusos y otomanos se enfrentaron en el Cáucaso y el delta del
Danubio; el rechazo ruso a evacuar los principados danubianos, sometidos a los
otomanos, determinó la entrada en guerra de Francia y del Reino Unido. Temiendo que
el Imperio austriaco interviniese también en favor del enemigo, el zar Nicolás I ordenó
retirarse de los Balcanes en el verano de 1854. El deseo del emperador francés Napoleón
III y del primer ministro británico lord Palmerston de impedir que los rusos pudiesen
amenazar de nuevo el Imperio otomano les impelió a atacar la base naval de Sebastopol,
donde anclaba la flota rusa del mar Negro.
Tras desembarcar en Eupatoria el 14 de septiembre de 1854, las fuerzas aliadas vencieron
a las rusas en la batalla del río Almá y emprendieron el asedio de la ciudad homónima a
principios de octubre. La esperanza inicial de una rápida victoria dio paso a la evidencia de
la encarnizada resistencia de los defensores y a una guerra de trincheras. El clima y la
mala logística infligieron grandes penalidades a los soldados de los dos bandos: el frío, el
hambre y las enfermedades causaron decenas de miles de víctimas y más muertos que
los propios combates. Los rusos trataron varias veces de romper el cerco de Sebastopol,
pero fueron derrotados en Balaklava, Inkerman y Chernaia; los sitiadores, por su parte,
sufrieron copiosas pérdidas para conquistar los reductos rusos. Finalmente la llegada de
refuerzos y el agotamiento de los defensores les permitió a los franceses tomar el bastión
de Malakoff que dominaba la ciudad el 8 de septiembre de 1855 y los rusos abandonaron
esta al día siguiente.
Los combates continuaron durante algunos meses más, hasta la firma del Tratado de
París el 30 de marzo de 1856. Este puso fin al concierto europeosurgido del Congreso de
Viena de 1815 y marcó el resurgimiento de Francia como potencia, pero no resolvió
la Cuestión Oriental que había desatado la contienda de Crimea. A veces se considera
esta como la primera guerra moderna por la utilización en ella de nuevas tecnologías como
el barco de vapor, el ferrocarril, el fusil de ánima rayada, el telégrafo y la fotografía.

Índice

 1Antecedentes
o 1.1Decadencia del Imperio otomano
o 1.2Expansionismo ruso
o 1.3La crisis de los Santos Lugares
 2Ruptura de las hostilidades
 3Fuerzas enfrentadas
 4Intervención franco-británica
 5Campaña de Crimea
o 5.1Almá
o 5.2Balaclava
o 5.3Inkerman
o 5.4Asedio invernal
o 5.5Primavera de 1855
o 5.6Malakoff
 6Tratado de París
 7Consecuencias
 8Legado
 9Notas
 10Referencias
 11Bibliografía
 12Enlaces externos

Antecedentes[editar]
Decadencia del Imperio otomano[editar]
Artículos principales: Decadencia y fin del Imperio otomano y Cuestión Oriental.
Durante su reinado, el sultán Abdülmecid I aplicó la reforma denominada Tanzimat, para remozar
el imperio.

Tras alcanzar el apogeo a finales del siglo XVII, el Imperio otomano entró en una fase de
decadencia por la que se le apodó el «enfermo de Europa». Por su conservadurismo
religioso y rechazo a las influencias extranjeras, no había podido asimilar las ideas y la
tecnología surgidas en Europa occidental; su comercio, además, estaba controlado por no
musulmanes.18 La corrupción era endémica y las autoridades locales gozaban de amplia
autonomía, que aprovechaban para enriquecerse a costa del Gobierno central del sultán.19
Para remate, el Ejército otomano carecía de instrucción y tanto sus tácticas como su
armamento habían quedado vetustas respecto de los de los ejércitos de las potencias
europeas occidentales.2021
Tras su entronización en 1789, Selim III puso en marcha una política reformista
para asimilar las ideas occidentales de manera similar a como lo había hecho Pedro el
Grande en Rusia a principios de siglo. Esto irritó a las autoridades religiosas, que
condenaban los cambios, y al cuerpo de jenízaros, que temía perder su independencia.22
En 1807, los jenízaros destronaron a Selim, que fue asesinado al año siguiente; su
sucesor en el trono otomano, Mahmut II, quien continuó, sin embargo, el programa de
reformas. Primero se apoyó en el Ejército para vencer la resistencia de las autoridades
locales, reforzar la centralización administrativa imperial y crear escuelas militares. Cuando
los jenízaros se rebelaron en contra de la modernización de las Fuerzas Armadas en 1826,
fueron aplastados y su organización fue abolida.23
Estas reformas, tardías e incompletas, no bastaron para detener la decadencia del imperio.
La debilidad otomana les permitió a las potencias europeas entrometerse cada vez más en
los asuntos internos del imperio, con el pretexto de proteger a las minorías cristianas.
Especialmente activa en este aspecto era Rusia, que se arrogó la protección de la
población cristiana ortodoxa, que suponía en torno al 30 % de la población del imperio —
unos diez millones de personas a principios del siglo XIX—, concentrada fundamentalmente
en las provincias europeas.24 Rusia era, sin embargo, una de las fundadoras de la Santa
Alianza, junto con el Reino Unido, Austria y Prusia, establecida en 1815 tras las guerras
napoleónicas para aplastar los movimientos nacionalistas y liberales que pudiesen poner
en peligro a las potencias. En consecuencia y a pesar de su simpatía por los rebeldes
griegos en Moldavia y Grecia de 1821, no intervino en estos conflictos y permitió que el
Imperio otomano sofocase las revueltas. La brutalidad de la represión otomana hizo, no
obstante, que el emperador Nicolás decidiese que la defensa de los cristianos frente a las
agresiones musulmanas era más importante que el respeto a la soberanía otomana.25 Las
demás potencias europeas, también horripiladas por las acciones otomanas, instaron al
sultán Mahmut II a firmar en 1826 la convención de Akkerman, favorable a los intereses
rusos; el sultán se avino a ello, pero al año siguiente se negó a rubricar el Tratado de
Londres, que concedía una amplia autonomía a las provincias griegas.26 Esto
desencadenó una nueva guerra ruso-turca en la que el ejército otomano fue debelado en
la ofensiva de 1829. Con el avance ruso hacia Constantinopla, el hundimiento del imperio
pareció seguro. Nicolás I detuvo el avance de sus tropas por temor a que el vacío que
hubiese creado la desaparición de la autoridad otomana lo ocupasen las potencias
europeas rivales, que podrían además coligarse contra Rusia si la consideraban
excesivamente poderosa. En consecuencia, el Tratado de Adrianópolis que puso fin a la
contienda fue relativamente suave con los otomanos: los rusos habían decidido que un
imperio debilitado era preferible al caos que podría originarse de su desaparición.27 Las
demás potencias, y en especial el Reino Unido, opinaron que el tratado sometía a los
otomanos al protectorado ruso; esta situación les convenía menos que el
desmembramiento del imperio, que al menos tendría que negociarse.28

La política expansionista del emperador Nicolás I de Rusia inquietó al resto de potencias europeas,
que temían que esta se volviese demasiado poderosa.

Esta voluntad de mantener al Imperio otomano debilitado y dependiente caracterizó la


política exterior rusa desde 1829 hasta la guerra de Crimea.29 Un ejemplo de ella se
produjo en 1833, cuando el virrey de Egipto, Mehmet Ali, se alzó contra el sultán. Su
ejército, organizado al estilo occidental europeo, conquistó el Levante sin que las fuerzas
del sultán pudiesen impedirlo y con la aquiescencia tácita de Francia y el Reino Unido.30
Por su parte, los rusos temían que Mehmet Ali constituyese un imperio propio más
poderoso y hostil que el otomano; por ello Nicolás I envió cuarenta mil soldados a proteger
Constantinopla.28 Alarmados por los acontecimientos, Francia y el Reino Unido mediaron y
lograron que los dos bandos enfrentados firmasen la convención de Kütahya en mayo de
1833. Poco después, el zar y el sultán rubricaron el Tratado de Unkiar Skelessi por el que
Rusia garantizaba la independencia otomana a cambio de que el sultán prometiese cerrar
los estrechos del mar Negro a los barcos de guerra de otras potencias cuando se lo
solicitase el Gobierno ruso. Estas cláusulas secretas, que se conocieron pronto, fueron mal
vistas por las potencias occidentales europeas; el ministro francés François Guizot declaró
que el mar Negro se había transformado en un «lago ruso» vigilado por un Estado vasallo
de Rusia.31 El dominio que Mehmet Ali ejercía sobre Palestina disgustaba a las potencias,
puesto que aquel abogaba por una resurgimiento religioso y seguía amenazando a los
otomanos. Tras una segunda guerra egipcio-otomana que se disputó en 1840, el Tratado
de Londres otorgó amplia autonomía a Mehmet Ali en Egipto a cambio de que reconociese
la soberanía del sultán sobre el resto de su territorio. Adjunta al tratado se colocó
una convención que se firmó al año siguiente y que prohibía el paso por los estrechos del
mar Negro de buques de guerra de países que no estuviesen coligados con el Imperio
otomano. Esto suponía una importante concesión rusa, ya que volvía vulnerables a un
ataque naval sus territorios a orillas del mar Negro; Rusia aceptó la cláusula para mejorar
sus relaciones con el Reino Unido.32 El zar Nicolás además viajó a Londres en 1844 con el
objetivo de negociar una posible alianza con los británicos y el trazado de zonas de
influencia de cada una de las dos naciones en caso de que se desmembrase el Imperio
otomano; los británicos, sin embargo, soslayaron las propuestas del zar.33
El Reino Unido, que había defendido durante largo tiempo el equilibrio existente en la
región, acrecentó su intervención en los asuntos imperiales al considerar que únicamente
la aplicación de reformas podría resolver la «Cuestión Oriental». Por tanto, los británicos
animaron al nuevo sultán Abdülmecid I a poner en práctica medidas modernizadoras,
como el Edicto de Gülhane, que garantizaba a todos los súbditos otomanos sus derechos
y propiedades, sin distinción de religión; el edicto marcó el comienzo de la época de
reformas conocida como Tanzimat, que debía crear un Estado más centralizado y
tolerante mediante la racionalización de la Administración estatal, la economía y la
educación.34 La consecución de este objetivo se vio complicada por la oposición de los
grupos privilegiados locales y de los clérigos, resistencia facilitada por la falta de buenas
comunicaciones, que complicaba la imposición de la autoridad de la capital en las
provincias; en la práctica, los cristianos siguieron siendo tratados como ciudadanos de
segunda en el imperio.35 De igual forma, las reformas militares solo se pudieron aplicar a
medias por la falta de fondos para sufragarlas y la renuencia de los funcionarios.36 Según
el historiador M. Şükrü Hanioğlu, estos intentos de centralización solo sirvieron para
evidenciar y agudizar las divisiones internas en el imperio; los movimientos nacionalistas
crecieron por oposición al poder central, al que culpaban de querer acabar con las
tradiciones de cada región y de imponer la «turquización».37
Expansionismo ruso[editar]
Artículo principal: El Gran Juego

Mapa de la expansión rusa entre 1300 y 1796.

Tras liberarse del señorío tártaro a finales del siglo XV, el principado de Moscú unificó los
Estados eslavos de la antigua Rus' y se transformó primero en zarato (en 1547) y luego
en imperio (en 1721). Esta expansión le llevó a chocar pronto con el Imperio otomano
en Ucrania y el Cáucaso. Entre 1550 y 1850, los dos imperios libraron nueve guerras, en
las que habitualmente Rusia se alzó con la victoria. Así, al concluir la guerra ruso-turca de
1768-1774, el kanato de Crimea, hasta entonces vasallo de los otomanos, pasó a estar
dominado por Rusia según el Tratado de Küçük Kaynarca, aunque era teóricamente
independiente. Además de obtener el derecho a enviar sus barcos a través de los
estrechos del Bósforo y de los Dardanelos, los rusos recibieron también permiso para
construir una iglesia ortodoxa en Constantinopla; a continuación, exigieron la potestad de
representar a la población ortodoxa otomana y a intervenir en sus asuntos.3839 El kanato
de Crimea fue finalmente anexado a Rusia en 1783 y la península se incluyó en
la provincia de Táurida.4041 A mediados del siglo XIX, Rusia señoreaba la orilla
septentrional del mar Negro desde el delta del Danubio hasta Georgia.
Para los rusos, esta expansión hacia el sur tenía un cariz religioso. Algunos políticos
como Grigori Potiomkin, uno de los favoritos de Catalina II de Rusia, creían que el país era
la «Tercera Roma» y abogaban por llevar a cabo el «proyecto griego»: el
desmembramiento del Imperio otomano y la restauración del bizantino con capital en
Constantinopla, con el fin de reunir a toda la población ortodoxa en torno al trono ruso.4243
La población musulmana, más abundante cuanto más al sur avanzaban los rusos, era para
estos una amenaza. Por ello se puso en marcha un programa de colonización en la
«Nueva Rusia» —el sur de la moderna Ucrania—, que comportó la fundación de nuevas
ciudades como Sebastopol en 1783 u Odesa en 1794.44 Se fomentó el asentamiento de
cristianos venidos de Alemania, Polonia y Serbia para desarrollar esta región, hasta
entonces poco poblada.45 Los colonos recelaban de los trescientos mil tártaros de Crimea,
musulmanes que habían mantenido durante largo tiempo un intenso comercio de esclavos,
capturados en frecuentes incursiones por la estepa ucraniana.46 Los rusos trataron de
expulsar a los tártaros por diversos métodos: la confiscación de tierras, el envío a trabajos
forzados y el empleo de cosacos para intimidarlos. En 1800, unos cien mil tártaros habían
abandonado ya la zona; los sustituyeron colonos cristianos ortodoxos, muchos de ellos
venidos del Imperio otomano.47

Alegoría de la expansión rusa, de Auguste Raffet, hecha durante el levantamiento polaco de 1830.

La veloz expansión rusa durante el siglo XVIII y su poderío militar, que quedó patente en
las guerras napoleónicas, inquietó a las demás potencias europeas, y generó un amplio
sentimiento de rusofobia.4849 En 1851, el escritor francés Jules Michelet describió Rusia
como un «gigante frío y famélico cuya boca se abre hacia el rico Occidente. […] Rusia es
el cólera […] el imperio de la mentira».50 Este odio a lo ruso era especialmente agudo en el
Reino Unido, cuyos periódicos temían un eventual ataque a la India, la colonia más rica y
próspera del Imperio británico.5152 Aunque los estrategas británicos creían imposible tal
eventualidad, sí estaban interesados en asegurar el dominio de las rutas comerciales que
unían el subcontinente indio con la metrópoli y eliminar toda competencia rusa en ellas.53
En consecuencia, los países situados a lo largo de ellas, como Afganistán y Persia,
sufrieron la competencia de rusos y británicos por la supremacía regional en lo que se
denominó «El Gran Juego».54 Más al oeste, el desarrollo de los barcos de vapor aumentó
el comercio en el mar Rojo y en Mesopotamia, regiones que dominaba el Imperio otomano.
Los diversos acuerdos de la primera mitad del XIX habían permitido al Reino Unido
penetrar en el mercado otomano y la aparición de la flota rusa en el Mediterráneo podía
poner en peligro la creciente influencia británica en esta zona.5556
Los liberales europeos odiaban a Rusia como encarnación de la autocracia y de los
principios contrarrevolucionarios de la Santa Alianza.57 El levantamiento polaco de
1830 contra Rusia contó por tanto con la simpatía de los liberales; la brutal represión rusa
que siguió al fracaso del alzamiento, dirigida por el general Iván Paskévich, hizo
al Times londinense exigir que el país fuese a la guerra contra los «bárbaros
moscovitas».58 Lo mismo sucedió durante las revoluciones liberales de 1848. Tras
la abolición de la monarquía en Francia en 1848 y la restauración de la república, algunos
temieron que los rusos atacasen el país para imponer el antiguo orden; el escritor Prosper
Mérimée escribió a un amigo que aprendía ruso para hablar con los cosacos en
las Tullerías.5960 Aunque finalmente no intervinieron en Francia, los rusos sí lo hicieron
en los territorios rumanos, en Valaquia y Moldavia, regiones que administraban
conjuntamente Rusia y el Imperio otomano. Inducidos por los británicos, los otomanos
trataron de negociar con los revolucionarios el establecimiento de una unidad
administrativa rumana, pero desistieron ante el disgusto ruso. Estos, tras haber aplastado
los levantamientos rumanos, exigieron poder ocupar los principados hasta 1851, a lo que
el sultán tuvo que acceder en el Tratado de Balta-Liman.61 En aplicación de los principios
contrarrevolucionarios de la Santa Alianza, el zar a continuación ayudó al Imperio
austriaco a aplastar la revolución húngara en junio de 1849. El alzamiento magiar fue
sofocado rápidamente, pero el sultán se negó a entregar a los refugiados húngaros que
habían huido a su territorio.5262 Como consecuencia, Austria y Rusia rompieron las
relaciones diplomáticas con la Sublime Puerta; británicos y franceses, a petición de esta,
enviaron una escuadra a los Dardanelos.63 La reacción franco-británica hizo que el zar se
aviniese a negociar, anulase la petición de entrega de los proscritos húngaros y tratase de
evitar el conflicto con los otomanos.64
La crisis de los Santos Lugares[editar]
Véase también: Cronología de la guerra de Crimea
El Santo Sepulcro en 1864. La disputa entre católicos y ortodoxos por su gestión y la de otros
lugares considerados santos por los cristianos precipitó el estallido de la guerra de Crimea.

El golpe de Estado del 2 de diciembre de 1851 y la posterior creación del segundo


imperio por el presidente de la república Carlos Luis Napoleón Bonaparte, que se proclamó
emperador con el nombre de Napoleón III, inquietó a Europa. La toma del poder por el
sobrino de Napoleón reavivó los antiguos temores de las potencias por el poderío francés
y estas se prepararon para la guerra.6566 Para calmarlas, Napoleón aseguró que el imperio
mantendría una actitud pacífica, pese a no estar satisfecho con la distribución territorial
surgida del Congreso de Viena.67 La política exterior del nuevo emperador tuvo como
objetivo principal restablecer la influencia francesa en Europa; para lograrlo, Napoleón
creyó que lo más conveniente era estrechar los lazos con el Reino Unido. Por el contrario,
tanto el recuerdo de la retirada de Rusia como el rechazo del zar del principio de
nacionalidad causaron desavenencias entre Francia y Rusia.68 La disputa por el control de
los Santos Lugares de Palestina le ofreció a Napoleón un pretexto ideal para enfrentarse a
los rusos, pues le permitía contentar por un lado a la derecha católica francesa deseosa de
limitar la influencia de la ortodoxia y por otro a la izquierda, que veía a Rusia como el
«gendarme de Europa» y no se opondría a una guerra en nombre de la libertad y contra la
autocracia.69
Los Santos Lugares palestinos como el Santo Sepulcro jerosolimitano o la basílica de la
Natividad de Belén los ocupaban diversas congregaciones cristianas. Las diferencias de
liturgias y las rivalidades entre católicos y ortodoxos complicaban la convivencia; en
ocasiones, los otomanos tuvieron que apostar tropas tanto en el acceso como en el interior
de las iglesias para evitar los enfrentamientos entre comunidades cristianas.7071 En
ocasiones esto no bastó para evitar incidentes: el día de Pascua de 1846, la disputa por
qué comunidad, si la católica o la ortodoxa, oficiaría primero la misa en el Santo Sepulcro
degeneró en choque cruento que dejó cuarenta muertos.70 La rivalidad entre ortodoxos y
católicos se agudizó por el desarrollo de nuevos medios de transporte como el ferrocarril y
el barco de vapor, que permitían la llegada de mayor número de peregrinos a Tierra Santa.
Creció en especial el número de rusos ortodoxos que peregrinaron a Palestina en la
primera mitad del siglo; en la década de 1840, más de quince mil rusos participaron en las
celebraciones de la Pascua en Jerusalén.70 Este aumento de los visitantes ortodoxos
causó desazón a los cristianos occidentales, que temían ser expulsados de los Santos
Lugares, e irritaba a los católicos franceses para quienes, desde la época de las cruzadas,
su país era el campeón de la fe en Palestina.7273
El emperador francés Napoleón IIIdeseaba librar una guerra contra Rusia para recuperar la
influencia francesa en Europa y poner fin a la Santa Alianza.74

La disputa religiosa en Palestina devino un asunto importante para las potencias por los
actos del nuevo embajador francés ante la Sublime Puerta, Charles de La Valette,
nombrado por Napoleón III en 1849.7275 El emperador francés se negaba a entablar
negociación alguna con los ortodoxos sobre la gestión de los Santos Lugares y, en agosto
de 1851, declaró que el control católico de estos estaba estipulado claramente en
la Capitulación otomana de 1740 y que Francia estaba dispuesta a adoptar medidas
extremas para que se mantuviese. Esta declaración enojó a los rusos, que advirtieron al
Gobierno otomano que cualquier reconocimiento de las reivindicaciones católicas
comportaría la ruptura de relaciones diplomáticas entre Constantinopla y San
Petersburgo.76 De La Valette fue destituido en el verano de 1852, pero Napoleón III
entendió que las declaraciones del embajador habían servido a sus propósitos y siguió
acuciando a los otomanos para obtener concesiones que resultasen inaceptables para los
rusos y obligar así al Reino Unido a participar junto a Francia en la reacción a una posible
agresión rusa.7778 En noviembre de 1852, Napoleón III envió al navío de
línea Charlemagne, que acababa de botarse, a Constantinopla, lo que infringía
la convención de Londres, para obligar al sultán a ceder a los católicos las llaves de la
basílica de la Natividad.79 En respuesta a la acción francesa, Nicolás I movilizó más de
cien mil soldados en Besarabia y entabló negociaciones con el Reino Unido,
cuya flota tendría un papel crucial en caso de guerra entre Francia y Rusia.80 Los
británicos dudaban sobre la actitud que debían adoptar, puesto que desconfiaban tanto de
los rusos como de los franceses y además se hallaban divididos entre los que deseaban
dar tiempo al Imperio otomano a que aplicase reformas y los que no deseaban en ningún
caso socorrer a un Estado que perseguía a los cristianos.81
Para obligar al sultán a anular las concesiones que había hecho a los católicos, Nicolás
envió a la capital otomana al general Aleksandr Ménshikov en febrero de 1853. Además de
tratar la cuestión de los Santos Lugares, los rusos exigieron la firma de un nuevo tratado
que les permitiese intervenir en el imperio para proteger a los cristianos ortodoxos; en la
práctica, esto hubiese hecho de las provincias europeas otomanas un protectorado ruso y
del imperio, un vasallo de Rusia.82 Si ya era improbable que los otomanos aceptasen las
condiciones exigidas por los rusos, el comportamiento irrespetuoso de Ménshikov eliminó
toda posibilidad de acuerdo, quizá consiguiendo así la meta deseada por el zar.838485nota 8
Como el número de tropas rusas que se concentraban en Besarabia no paraba de
aumentar, los otomanos, preocupados, solicitaron ayuda de franceses y británicos. Aunque
el secretario de Asuntos Exteriores británico lord Russell y el de Interior lord
Palmerstonestaban convencidos de las intenciones belicosas rusas, el resto del Gobierno
era reacio a combatir junto a los franceses, cuya «diplomacia de las cañoneras» había
desencadenado la crisis.86 En Francia, la mayoría de los ministros creían que el país no
contaría con aliados si actuaba por su cuenta pero, pese a ello, el emperador decidió el 22
de marzo enviar la flota al mar Egeo, esperando que esto obligase a los británicos a actuar
por la presión que ejercería en este sentido la opinión pública.8788 En Constantinopla, las
negociaciones estaban estancadas y el 5 de mayo, Ménshikov presentó una versión algo
más conciliadora del documento inicial, pero le adjuntó un ultimátum que los otomanos
debían aceptar antes de cinco días.89 Animados por el embajador británico Stratford
Canning, que prometió que su país los socorrería en caso de conflicto con Rusia, los
otomanos rechazaron las exigencias del emisario ruso. Este retrasó varias veces la fecha
de vencimiento del ultimátum con la esperanza de lograr un acuerdo en el último momento,
pero finalmente anunció la ruptura de las relaciones bilaterales el 21 de mayo.9091 A finales
de junio, el zar ordenó al general Iván Paskévich que ocupase los principados del Danubio,
que dependían de los otomanos, pero en los que no había unidades militares del imperio.92
9385

Ruptura de las hostilidades[editar]

Lord Palmerston fue uno de los más decididos partidarios de adoptar una actitud de inflexibilidad
frente a Rusia, para reducir su influencia en la política europea.

Cuando la ocupación de los principados se tornó en cuasi anexión de estos, el Imperio


austriaco desplegó veinticinco mil soldados en los territorios fronterizos, principalmente
para disuadir a los serbios y al resto de pueblos eslavos de alzarse en favor de los rusos;
los británicos, por su parte, endurecieron su actitud hacia Rusia y enviaron una flota a
los Dardanelos, donde ya se hallaba otra francesa.94 Ambas partes negociaron
en Viena durante el verano, pero ni rusos ni otomanos estaban dispuestos a hacer
concesiones, por lo que las conversaciones fracasaron.9596 La invasión rusa de los
principados del Danubio había desatado la cólera de los nacionalistas otomanos y del clero
musulmán, lo que favoreció a los belicistas. Temiendo que se desencadenase una revuelta
islámica si no declaraba la guerra a Rusia y acuciado por los dirigentes religiosos, el
sultán Abdülmecid I se avino el 26 de septiembre a emprender hostilidades contra los
rusos.97 El boletín oficial Takvim-i Vekayi publicó la declaración de guerra el 4 de octubre
de 1853; en ella se explicaba que el casus belli había sido la negativa rusa a retirarse de
los principados, pero el texto daba a los rusos dos semanas más para abandonarlos.9899nota
9

Sin apoyo oficial del Reino Unido o de Francia, los otomanos, al mando de Omar
Bajá atacaron en el frente del Danubio el 23 de octubre, convencidos de que la opinión
pública británica y francesa obligaría a sus gobiernos respectivos a sumarse a la
contienda.98102 Temiendo que si penetraba en los Balcanes Austria también entraría en
guerra contra Rusia, Paskévich propuso ponerse a la defensiva frente a los otomanos y
fomentar levantamientos en el territorio enemigo.103 Aunque esto contravenía los principios
contrarrevolucionarios rusos, el zar aprobó el plan del general y aceptó atacar más al este,
en Silistra, lejos de la frontera austriaca, con el objetivo de
acometer Adrianópolis y Constantinopla en la primavera de 1854, antes de que pudiesen
intervenir las potencias europeas occidentales.104 Pese a las victorias como la alcanzada
en la batalla de Oltenița, los otomanos temían una posible rebelión de los serbios, que
desencadenaría otra de los griegos y búlgaros y acabaría con la pérdida de las provincias
europeas del imperio; por ello decidieron mantenerse a la defensiva a lo largo del Danubio
y atacar en el Cáucaso.105106

La batalla de Sinope del 30 de noviembre de 1853 tuvo una importancia decisiva en la entrada en
guerra de Francia y el Reino Unido.

Desde comienzos del siglo XIX, los rusos habían emprendido la conquista del
Cáucaso, poblado mayoritariamente por musulmanes. Las brutales campañas de Alekséi
Yermólov en las décadas de 1810 y 1820 y luego las de Mijaíl Vorontsov en las 1840 y
1850 habían llevado a las distintas tribus a coligarse en torno a la figura de Ghazi
Muhammad y Shamil, que predicaban la guerra santa contra el invasor con el apoyo
discreto de los británicos.107 Con las tropas irregulares caucásicas, el general
otomano Abdülkerim Nadir Pashaconquistó la fortaleza rusa de San Nicolás, al norte
de Batumi, el 25 de octubre.108109 Para abastecer a sus soldados, los otomanos dependían
de la flota, cuyos barcos los rusos trataban de hundir con las patrullas que surcaban el mar
Negro. Pese al peligro que suponía la flota rusa, el sultán y sus consejeros decidieron
enviar una escuadra a Sinope, con el objetivo claro de provocar a los rusos y obligar a las
potencias occidentales a intervenir en el conflicto.108 El 30 de noviembre, la escuadra
otomana fue aniquilada por los obuses de la flota del almirante Pável Najímov, que
también bombardearon el puerto enemigo.110111112 En tierra, los rusos, aunque inferiores
en número, infligieron a los otomanos dos graves derrotas, en Ajaltsije (26 de noviembre) y
en Başgedikler (1 de diciembre).113 El ejército otomano, desmoralizado, se replegó
desordenadamente hacia Kars, donde fijó una línea defensiva.114

Transcurso de la guerra
Junio de 1853

Octubre de 1853

Diciembre de 1853

Junio de 1854
Septiembre de 1854

Noviembre de 1854

Junio de 1855
Noviembre de 1855

La noticia de la derrota otomana inquietó a las potencias occidentales, que temieron que el
Imperio otomano se disgregase. En el Reino Unido, la prensa tildó la batalla de «matanza»
y se multiplicaron las manifestaciones en favor de los otomanos por todo el país.115100116
En Francia, sin embargo, la población tenía escaso interés en la Cuestión Oriental y las
derrotas otomanas no hicieron que aumentase.117118 La opinión mayoritaria era que una
guerra beneficiaría al Reino Unido —enemigo tradicional de Francia— y que los impuestos
necesarios para sufragarla perjudicarían a la economía; algunos vaticinaban incluso que
en menos de un año la guerra sería tan odiosa a la población que el Gobierno tendría que
solicitar la paz a Rusia.119 La situación política en el Reino Unido era justo la contraria y los
titubeos del primer ministro lord Aberdeen cesaron cuando Napoleón III, decidido a
emplear el choque de Sinope como pretexto para atacar a Rusia, declaró que Francia
actuaría incluso si el Reino Unido no lo hacía. El 22 de diciembre, se decidió que una flota
conjunta anglo-francesa penetrase en el mar Negro para proteger a los buques otomanos;
la escuadra conjunta lo hizo el 3 de enero de 1854.120121100 No obstante, la presión de los
pacifistas hizo que el emperador tuviese que tratar de resolver la crisis mediante la
diplomacia: el 29 de enero propuso al zar entablar negociaciones con la mediación de
Austria, pero Nicolás se negó a ello y rompió las relaciones diplomáticas con Francia y el
Reino Unido el 16 de febrero.122123 En respuesta a la medida rusa, franceses y británicos
exigieron el 27 del mes que los rusos se retirasen de los principados del Danubio en
menos de seis días. En realidad, la nota descartaba toda solución diplomática y solo sirvió
para precipitar el desencadenamiento de las hostilidades; la movilización militar comenzó
antes de acabar el plazo dado por los franco-británicos para responder al ultimátum, que el
zar soslayó por completo.124125 El 27 de marzo, Francia y el Reino Unido declararon la
guerra a Rusia.126

Fuerzas enfrentadas[editar]
Véase también: Ejército otomano
Soldados otomanos en la época de la guerra de Crimea.

Con cerca de un millón de soldados de infantería, doscientos cincuenta mil de caballería y


setecientos cincuenta mil reservistas, el Ejército Imperial Ruso era con mucho el mayor del
mundo. Por otra parte, tenía que defender un territorio vastísimo, misión ardua por la falta
de comunicaciones, que complicaba enormemente la movilización de las unidades y su
envío al frente. Pese a las diversas reformas, la organización militar rusa seguía siendo
muy inferior a la de los ejércitos de otros Estados europeos. El cuerpo de oficiales estaba
mal organizado127128 y casi todos los reclutas eran analfabetos; un informe de 1848
señalaba que, de las últimas levas, casi tres cuartas partes de los hombres habían sido
exentos del servicio por no alcanzar la altura mínima de ciento sesenta centímetros, por
sufrir enfermedades crónicas o algún tipo de minusvalía.129nota 10 Los oficiales superiores,
de origen aristocrático, tenían poca estima por este ejército de campesinos, y no dudaban
en sacrificar regimientos enteros para lograr una victoria que les reportase un ascenso.
Los castigos corporales eran habituales como pena por la menor infracción e incluso a los
coroneles se los podía humillar frente al regimiento.128nota 11 Los servicios de salud no
existían e aun en tiempo de paz un 65 % de los soldados solía estar enfermo. La mala
logística entorpecía el abastecimiento de las tropas; la corrupción era habitual y era normal
que las unidades tuviesen que asegurarse los víveres por su cuenta. Gran parte del
armamento era vetusto; los fusiles de ánima lisa eran poco fiables y tenían un alcance
escaso, de unos doscientos metros.133134 En el Ejército ruso se hacía tanto hincapié en el
uso de la bayoneta que un oficial llegó a afirmar que pocos de sus soldados sabían
disparar el fusil. Lo anticuado del armamento hizo que los rusos se concentrasen en
mantener la disciplina de las tropas, para evitar que las unidades se diesen a la
desbandada en el momento de entrar en acción; los observadores extranjeros se
maravillaban de la exactitud de los soldados en los desfiles militares.135136 El
adiestramiento imbuía así en los soldados una obediencia ciega poco útil en el combate,
pero que las sucesivas victorias en las guerras con Persia, el Imperio otomano y, sobre
todo, Francia parecían demostrar como suficiente para alcanzar la victoria; el Estado
Mayor ruso creía que el ejército era invencible y que modernizarlo no era una necesidad
acuciante.137
Soldado británico del 11.º Regimiento de Húsares.

El Ejército otomano contaba con unos doscientos veinte mil soldados, reclutados mediante
levas de la población musulmana; la población cristiana no podía alistarse en el Ejército y
en vez de servir en él pagaba un impuesto especial de capitación.138 Así, aunque todos los
reclutas otomanos compartían la misma religión, no tenían la misma cultura, consecuencia
del carácter multicultural del imperio; muchos de ellos provenían de hecho de grupos
contrarios a la dominación otomana.139 Esto influía tanto en la disciplina como en la
eficacia de las tropas, ya que muchos de los soldados rehusaban combatir a las órdenes
de oficiales de otra cultura,nota 12 o que no hablasen su idioma.141 Pese a las reformas
emprendidas en la década de 1830, el Ejército carecía de mando centralizado y los
oficiales eran incompetentes y corruptos;142nota 13 dependía del reclutamiento de
mercenarios y de unidades de irregulares, famosas por su indisciplina y más interesadas
en el pillaje que en el combate.144 De forma incluso más acentuada que en el Ejército ruso,
existía una gran diferencia entre la vida lujosa de los oficiales superiores, sufragada
merced a la corrupción desmedida, y la de los soldados rasos, que a menudo esperaban
infructuosamente sus pagas durante meses;145 un oficial británico describió a los soldados
destinados en el frente del Danubio como «desnutridos y vestidos con harapos, los seres
más desdichados de la humanidad».146 La falta de logística entorpecía la movilidad de las
unidades otomanas, aunque descollaban en las operaciones de asedio. Por todo ello, los
franco-británicos tenían en poco valor a las tropas otomanas, a las que creían útiles
únicamente para servir de guarniciones en plazas fuertes.147148 Algunos indicaron incluso
que preferían combatir a los turcos que a los rusos.149

Dos oficiales y un soldado de una unidad de zuavos.


En los años previos la guerra de Crimea, los gastos militares británicos habían ido
menguando constantemente, tendencia que apenas había cambiado tras el golpe de
Estado de Napoleón III de 1851. Aunque la Royal Navy seguía siendo la mejor Marina del
mundo, el Ejército de Tierra no estaba listo para participar en una guerra: de los 153 000
soldados con los que contaba en la primavera de 1854, dos tercios se hallaban repartidos
por las colonias del imperio. El mando carecía de cohesión y había varios organismos
civiles y militares que actuaban sin coordinarse.150 Al contrario de lo que sucedía en
Francia, en el Reino Unido no existía el servicio militar obligatorio y el Ejército lo
componían únicamente voluntarios, que solían alistarse por la atractiva paga que recibían
los soldados.151 Esto hacía que los reclutas proviniesen en general de los estratos más
pobres de la sociedad como, verbigracia, las víctimas de la gran hambruna irlandesa; un
tercio de los soldados que sirvieron en Crimea eran irlandeses.152 Con los oficiales
superiores ocurría lo contrario que con la tropa: solían provenir de la aristocracia y su
ascenso en el escalafón militar dependía más de sus contactos que de su hoja de
servicios.153 Los oficiales tenían que enfrentarse a dos problemas principales con sus
hombres: la indisciplina y la embriaguez; el remedio habitual para ambos eran los azotes,
que en ocasiones acababan con la muerte del soldado.154 Los castigos corporales
británicos impresionaban a los franceses, acostumbrados a una mayor mezcla social en el
seno de las Fuerzas Armadas; un oficial francés comentó que el sistema británico le
recordaba al feudal, que en Francia había sido abolido en tiempos de la revolución, y «que
en Inglaterra un soldado no es más que un siervo». En conjunto, el Ejército británico, que
apenas había entrado en combate desde los tiempos de las guerras napoleónicas, se
parecía al ruso en cuanto que sus tácticas y cultura parecían ancladas en el siglo XVIII.155
156157

Por su parte, el Ejército de Tierra francés acababa de concluir dos decenios de combates
en Argelia, en los que había participado en torno a un tercio de las unidades. En total, el
Ejército de Tierra lo componían trescientos cincuenta mil soldados. La experiencia de
combate y las escuelas militares, en las que los cadetes recibían amplios conocimientos
bélicos, habían formado un cuerpo de oficiales veterano, cuyo origen menos aristocrático
que el británico facilitaba el trato con la tropa.158159 El armamento era de excelente calidad;
destacaba en especial el fusil Minié de ánima rayada, cuyo tiro era certero a más de mil
quinientos metros, y que los británicos no adoptaron —sustituyendo sus fusiles de ánima
lisa— hasta la campaña de Crimea. La infantería, y en especial los zuavos, tenía fama de
agresiva y la logística francesa era la mejor de todos los países que participaron en la
contienda.155160 En campaña, las relaciones entre los ejércitos británico y francés fueron a
menudo difíciles debido a las malas relaciones históricas entre las dos naciones. Antes del
desembarco en Crimea, se había acordado que el mando de las operaciones conjuntas
recaería en un oficial francés, pero esto jamás ocurrió.161 Esto hizo que las decisiones
militares se tomasen mediante enrevesadas consultas entre los dos estados mayores; en
ocasiones, el jefe británico, lord Raglan, que había perdido un brazo en la batalla de
Waterloo, se refería a los franceses, y no a los rusos, como el verdadero enemigo.162163
Las capitales siguieron atentamente la suerte de la guerra merced al uso de telegramas,
que se enviaban desde Crimea y entraban en la red telegráfica europea en Bucarest.164
Por su parte, los rusos habían encargado a Werner von Siemens y Johann Georg
Halske el tendido de una línea hasta Sebastopol pero, para cuando estalló la guerra, esta
solo había llegado hasta Simferópol.165

Intervención franco-británica[editar]
Tropas otomanas defendiendo la fortaleza de Silistra contra los rusos en la primavera de 1854.

Tras la suspensión invernal de los combates, el zar deseaba retomar rápidamente las
operaciones en el frente del Danubio y avanzar sobre Constantinopla antes de que
llegasen a la zona las fuerzas anglo-francesas. La primera operación de la ofensiva hacia
la capital otomana fue el asedio de la fortaleza de Silistra, junto al Danubio; el zar
esperaba que la conquista de la plaza desencadenaría un levantamiento búlgaro contra el
Gobierno otomano.166 El asalto ruso comenzó el 19 de marzo, pero la denodada
resistencia otomana y el terreno cenagoso que complicaba la operación desbarataron la
esperanza rusa de alcanzar una rápida victoria.167168 Por su parte, británicos y franceses
disentían sobre la estrategia que debían adoptar frente a Rusia; para dirimir la diferencias,
los estados mayores de los dos países se reunieron varias veces en París. Los británicos
proponían reunir las tropas en la península de Galípoli para luego avanzar lentamente
hacia el norte; los franceses preferían desembarcar en Varna, cerca del frente, para poder
frenar cualquier golpe de mano ruso contra Constantinopla.169170 Finalmente los dos
aliados decidieron aplicar la propuesta francesa: treinta mil franceses y veinte mil
británicos desembarcaron en Varna a finales de mayo.171

Pintura de la batalla de Kurekderedel 5 de agosto de 1854.

En el Cáucaso, los otomanos habían perdido veinte mil hombres durante el invierno debido
al hambre y las enfermedades y se hallaban a la defensiva, por lo que fueron los rusos los
que atacaron, a finales de junio.172 Avanzaron velozmente: el 5 de agosto, Vasili Bebutov
aplastó a un ejército otomano dos o tres veces más grande que el suyo en la batalla de
Kurekdere, cerca de Alexandropolis.173174 Si el general ruso hubiese perseguido al
enemigo, que huía en desbandada, probablemente hubiese podido conquistar la gran
fortaleza otomana de Kars, que se encuentra a unos veinte kilómetros de donde se libró la
batalla; su objetivo, sin embargo, era defender el Cáucaso, por lo que, cuando el frente se
fijó en la frontera de antes de la guerra, Bebutov se limitó a consolidar su posición y a
evitar nuevos combates de importancia hasta el año siguiente.175
En contraste con la calma del frente caucásico, en el del Danubio se recrudecieron los
combates en mayo y junio; la fortaleza de Silistra resistía pese a los repetidos asaltos
rusos y de sufrir un duro bombardeo. La llegada de las fuerzas anglo-francesas y la actitud
cada vez más hostil de Austria, que había enviado a la frontera sudoriental cien mil
soldados, convencieron al zar de la necesidad de retirarse, por lo que el 23 de junio ordenó
abandonar el asedio de la plaza fuerte.176
Los otomanos emprendieron la persecución de las desanimadas tropas rusas y cometieron
abundantes atropellos con la población cristiana de la zona.177178 Aprovechando la retirada
rusa, los austriacos penetraron en los principados del Danubio y avanzaron
hasta Bucarest, para interponerse entre otomanos y rusos y detener la marcha de los
primeros.179 Aunque la participación austriaca en la expulsión de los rusos de los
principados satisfizo a franceses y británicos, estos comenzaron a dudar de lo acertado de
haber enviado tantas tropas a Bulgaria.180 Estas no habían participado en combate alguno
desde que habían desembarcado y el aburrimiento y el calor habían extendido la
embriaguez entre los soldados; esta causó abundantes incidentes con la población local,
que veía con malos ojos el comportamiento de los soldados extranjeros.181 Además, surgió
una epidemia de cólera, que causó siete mil muertos y el doble de enfermos.182 Pese a
todo, el Gobierno británico estaba decidido a derrotar a Rusia.183184 Durante el verano se
verificaron varias operaciones navales conjuntas franco-británicas. Para desbaratar los
posibles ataques de los corsarios rusos en el Extremo Oriente, los franco-británicos
organizaron un desembarco en Petropávlovsk que resultó un fracaso por la encarnizada
defensa rusa y el desconocimiento del terreno que tenían los atacantes.185 Al mismo
tiempo, británicos y franceses bombardearon duramente Odesa el 28 de abril, que
irrogaron graves daños en el puerto;186 una reducida escuadra británica atacó
simultáneamente las posiciones rusas en el mar Blanco.187 En el mar Báltico, el
almirante Charles Napier y el general Achille Baraguey d’Hilliers conquistaron la fortaleza
de Bomarsund y trataron de amenazar la propia capital rusa, pero no pudieron expugnar
las fortalezas de Kronstadt y Sveaborgque la protegían. Ante la escasa trascendencia de
las operaciones navales, los Aliados decidieron atacar Crimea y, en particular, la base
naval rusa de Sebastopol, sede de la flota rusa del mar Negro; deseaban apoderarse de la
ciudad, destruir la flota enemiga y el puerto y abandonar la plaza antes de que llegase el
invierno.188189 Los franceses dudaban de lo acertado del plan y creían que el ataque
convendría más a los intereses marítimos británicos que a los suyos.183 Pese a ello, los
Gobiernos de los dos países, deseosos de satisfacer a su belicosa opinión pública y de
librar a las tropas del cólera que las aquejaba en los Balcanes, acordaron llevar a cabo la
operación.190191192

La flota rusa del mar Negro en el puerto de Sebastopol en 1846, pintada por Iván Aivazovski.

El embarque de la tropa empezó el 24 de agosto de 1854, con gran satisfacción de esta


que, según el capitán francés Jean François Jules Herbé, «prefería combatir como
hombres que perecer de hambre y enfermedad».193 El mal tiempo retrasó la partida de la
flota, compuesta por cuatrocientos buques y con veintiocho mil soldados franceses,
veintiséis mil británicos y seis mil otomanos a bordo; finalmente pudo zarpar el 7 de
septiembre.194195 Aún no se había descartado que se firmase la paz y el 8 de agosto el
Reino Unido, Francia y Austria acordaron un documento de cuatro puntos como base de
negociación con Rusia.196197198 Los puntos pactados eran los siguientes:196197198

 Rusia renunciaría a la soberanía de los principados del Danubio, que quedarían


protegidos por las potencias europeas.
 Se acordaría la libertad de navegación del Danubio para todas las naciones.
 Se revisaría la convención de Londres de 1841 para garantizar el equilibrio de las
potencias en Europa (lo que en realidad conllevaba la eliminación de la flota rusa del
mar Negro).
 Rusia abandonaría su pretensión de asumir la protección de la población cristiana
ortodoxa otomana, que dependería de las potencias en su conjunto.

Campaña de Crimea[editar]
Principales batallas de la guerra de Crimea

 Batalla de Sinope (30/11/1853)


 Sitio de Petropávlovsk (30-31/8/1854, en la costa del Pacífico)
 Batalla del río Almá (20/9/1854)
 Sitio de Sebastópol (25/9/1854-8/9/1855, incluida la batalla de Malájov)
 Batalla de Balaclava (25/10/1854)
 Batalla de Inkermán (5/11/1854)
 Batalla de Eupatoria (17/2/1855)
 Batalla del río Chórnaya (25/8/1855)
 Campaña naval del mar de Azov (mayo-noviembre 1855)
 Sitio de Kars (junio-28/11/1855)

Artículo principal: Sitio de Sebastopol (1854-1855)

La decisión de atacar Crimea se tomó sin que la operación se hubiese estudiado


previamente. Los jefes aliados no disponían de mapas de la península e ignoraban cuáles
eran sus defensas.199 Además, la lectura de los libros de viajes por la región les había
convencido de que el clima crimeo era suave lo que, unido a que creían que obtendrían
una victoria rápidamente, hizo que no se preparasen para una campaña invernal.200201202 A
los soldados no se les informó de su destino y algunos pensaban que se los enviaba
al Cáucaso.203 Incluso tras haber embarcado a la tropa, no se había dilucidado aún el
destino final de la flota;204205 finalmente se decidió que el ejército desembarcase el 14 de
septiembre en la bahía de Kalamita, cerca de Eupatoria, a unos cuarenta y cinco
kilómetros al norte de Sebastopol.206 Los franceses desembarcaron en un día, pero a los
británicos la maniobra les llevó cinco, pues se realizó con gran confusión.207 Esta tardanza
menguó las posibilidades de atacar Sebastopol por sorpresa y retrasó la marcha contra la
ciudad hasta el 19 de septiembre.208

Mapas de Sebastopol con la ubicación de las principales batallas y los puntos estratégicos.

Almá[editar]
Artículo principal: Batalla del río Almá

El general Ménshikov —que mandaba las fuerzas rusas en la península— y su Estado


Mayor, no esperaban que el enemigo los atacase a comienzos del invierno, y se
encontraban por tanto desprevenidos.209 La población rusa, aterrada, huyó, mientras que
la tártara, que suponía el 80 % de la de la península, se alzó en apoyo de la invasión.210
Como no disponía más que de treinta y ocho mil soldados y dieciocho mil marineros para
cubrir toda la costa sudoccidental, Ménshikov concentró casi todas sus fuerzas y un
centenar de cañones en los alcores que se alzaban en la orilla meridional del río Almá.211
Los mandos rusos estaban convencidos de poder resistir allí hasta la llegada del «general
invierno» y por ello invitaron incluso a civiles a presenciar los combates que se iban a librar
en la posición.211212213

Ataque a las posiciones rusas por los zuavos durante la batalla del río Almá.

El plan de batalla de los coligados consistía en aprovechar su superioridad numérica para


flanquear las defensas rusas; las fuerzas francesas del general Armand Jacques Leroy de
Saint-Arnaud se dispusieron a la derecha, a lo largo de la costa, y las británicas del
general lord Raglan, a la izquierda. El asalto comenzó la mañana del 20 de septiembre y
los zuavos del general Pierre Joseph François Bosquet, acostumbrados a la guerra en la
montaña argelina, se apoderaron de las posiciones rusas próximas al mar con apoyo de la
artillería naval.214 En el centro, los cañones rusos detuvieron al grueso de las tropas
francesas delante del Almá; el general François Certain de Canrobert solicitó a los
británicos que avanzasen para atraer parte del fuego ruso que castigaba a sus hombres.
Los británicos avanzaron al comienzo en formación cerrada, en la línea típica del
siglo XVIII, pero el cruce del Almá desordenó las filas. Para evitar que los cañones rusos
despedazasen a sus hombres, el general William John Codrington ordenó un asalto a
estos; el contingente encargado de ello fue demasiado reducido y los rusos repelieron su
acometida.215 La llegada de refuerzos les permitió a los británicos recobrarse a primera
hora de la tarde, al tiempo que los franceses tomaban la posición del Estado Mayor ruso. A
los rusos les sorprendió en particular la eficacia de los fusiles de ánima rayada y
comenzaron a retirarse desordenadamente.216217218
La persecución de los rusos les hubiese permitido a los coligados conquistar Sebastopol,
que se encontraba a la sazón inerme.219 Los franco-británicos ignoraban sin embargo el
caos que reinaba en las filas rusas; los oficiales franceses, que carecían de caballería y
cuyos hombres habían dejado la impedimenta, se mostraron contrarios a acosar al
enemigo en retirada y lord Raglan prefirió atender a los heridos.220221 Los rusos,
conscientes de la inferioridad de su flota respecto de la del enemigo, habían hundido
algunas naves para bloquear el puerto de Sebastopol.222 Sin el apoyo de la flota, los
Aliados creyeron que un asalto frontal desde el norte contra las fortificaciones rusas, que
se creían sólidas, sería demasiado arriesgado y decidieron apostarse en el sur, donde
podrían recibir suministros con facilidad desde el mar en las calas protegidas
de Balaclava —los británicos— y Kamiesh —los franceses.223 Los soldados reanudaron el
avance hacia el sur el 23 de septiembre; dos días más tarde rodearon Sebastopol y se
apostaron en las colinas rocosas que rodeaban la ciudad a principios de octubre.224
Situados junto al mar, los Aliados gozaban de una sólida posición fortificada, pero no
rodeaban por completo Sebastopol, que durante todo el asedio siguió recibiendo refuerzos
y abastos desde el noreste.225226227
Balaclava[editar]
Artículo principal: Batalla de Balaclava

Artillería británica en acción durante el asedio de Sebastopol, obra de William Simpson.

Sebastopol era una ciudad de unos cuarenta mil habitantes con una guarnición de
dieciocho mil soldados, la mayoría marinos de la flota.228 La entrada del puerto, situada al
oeste, y este mismo contaban con sólidas defensas, a diferencia de la parte de tierra, que
había sido menos fortificada porque se creía improbable que la ciudad fuese asaltada por
ese lado.209229 Las defensas del lado norte de la población no se habían remozado desde
1818, y el fuerte septentrional o de Severnaia,230 el principal bastión del sector, estaba en
ruinas y carecía de cañones suficientes para repeler un ataque de importancia. Al sur, el
acceso desde tierra contaba únicamente con la protección de un muro de piedra de dos
metros de espesor y cuatro de altura, que no rodeaba completamente la ciudad y era
vulnerable a los cañones modernos. Pese a las obras de mejora que se realizaron en el
invierno de 1853-1854, el general Eduard Totleben, responsable de las defensas, creía
que la ciudad estaba casi indefensa frente a cualquier asalto enemigo.231 Como Ménshikov
se había refugiado en el norte de la península, tomó el mando de la plaza el
almirante Vladimir Kornilov, que estaba al frente de la Flota del Mar Negro. Dada la
precariedad de las defensas, Kornilov empleó en ella a todos los que podían participar,
incluidos mujeres, niños y prisioneros de guerra, que trabajaron en la apertura de
trincheras y la edificación de baluartes en los que se colocaron cañones traídos de los
barcos de la flota.232233 A pesar de la urgencia y la improvisación con las que se
prepararon las defensas, estas impresionaron al enemigo cuando pudo inspeccionarlas
detenidamente un año después.234
Por su parte, los Aliados decidieron debilitar las defensas antes de acometerlas, aunque el
izado de los cañones de los buques a las colinas desde las que se podía bombardear la
ciudad fue una tarea ardua. Pese a todo, los sitiadores eran optimistas y contaban con
rendir la plaza en unos pocos días.235 Al amanecer del 17 de octubre de 1854, ciento
veinticinco cañones abrieron fuego contra la ciudad desde los alcores cercanos, al tiempo
que la artillería de los buques bombardeaba las defensas costeras. Kornilov resultó herido
de muerte mientras Sebastopol quedaba envuelta en una gran nube de humo.236 El
bombardeo duró doce horas, pero apenas causó estragos. Por el lado del mar, los navíos
no lograron acercase lo suficiente para infligir daños destacables a las fortificaciones
rusas;237 sin blindaje metálico en el casco, los barcos solo podían desempeñar una labor
de apoyo en el cerco. Los cañones de tierra tampoco causaron desperfectos relevantes,
pues no tenían el calibre suficiente para lograrlo y estaban demasiado lejos de los blancos.
Además, el fuego de contrabatería ruso fue muy preciso y destruyó uno de los principales
depósitos de municiones francés.238239 El 25 de octubre, el jefe militar francés François
Certain de Canrobert —que había sucedido en el puesto hacía un mes a Armand Jacques
Leroy de Saint-Arnaud, que había perecido de cólera— admitió que la conquista de la
ciudad requeriría un largo y complicado asedio.240

Grabado de William Simpson en el que se muestra la carga de la Brigada Ligera durante la batalla
de Balaclava.

Tras haber resistido el primer bombardeo, los rusos decidieron tratar de quebrar el cerco
de Sebastopol. Ménshikov había reagrupado a sus unidades y había recibido refuerzos
desde el frente del Danubio al mando del general Pável Liprandi. Con unos veinticinco mil
soldados en total, optó por acometer las defensas británicas en Balaclava, uno de los
principales puntos de avituallamiento del enemigo. Este era consciente de la debilidad de
su flanco oriental, pero carecía de tropas suficientes para proteger adecuadamente toda la
línea; por ello Balaclava contaba apenas con cinco mil hombres para su defensa.241242 La
mañana del 25 de octubre, los rusos asaltaron los reductos otomanos que protegían el
norte de la bahía; después de apoderarse de él tras reñidos combates, se volvieron contra
el 93.º Regimiento de Infantería británico que bloqueaba su acceso a la ciudad. Ante la
amenaza de la caballería enemiga, el general de división Colin Campbell desplegó a sus
cuatrocientos hombres en un delgada línea doble;242 esto desconcertó a los jinetes rusos,
que temieron una celada de la infantería enemiga, pues esperaban que esta les hiciese
frente en cuadro. La carga de cuatro escuadrones fue rechazada por las descargas de los
infantes británicos. Cuando los rusos se aprestaban a realizar una nueva acometida con el
grueso de sus fuerzas, les atacó a su vez la caballería ligera británica al mando de James
Scarlett.243 Tras una confusa refriega que duró unos diez minutos, los rusos se retiraron, al
tiempo que llegaban refuerzos de infantería británicos para reforzar las defensas del
sector.244

«Cómo ha vuelto útil Jack al turco»: los soldados británicos y franceses a menudo despreciaban a
sus aliados otomanos.

Los rusos en retirada se llevaron, como observó lord Raglan, los cañones de los reductos
que habían tomado en el ataque. Para evitar que fuesen empleados contra ellos o
utilizados por la propaganda enemiga, ordenó a la brigada ligera de lord Cardigan que los
recuperase.245246 Lo vago de la orden y los errores al transmitirla hicieron creer a Cardigan
que Raglan deseaba que acometiese al grueso de fuerzas enemigas al fondo de una
hondonada rodeada de colinas ocupadas por los rusos en la que se encontraban los
cañones que mencionaba su superior.247 Así, la brigada, con unos seiscientos sesenta
jinetes, atravesó el kilómetro y medio de depresión bajo un nutrido fuego enemigo que
provenía de tres direcciones, lo que no le impidió vencer a la caballería cosaca antes de
retirarse.248 La carga de la Brigada Ligera le costó a la unidad doscientas bajas;nota 14 pero,
pese a la famosa cita del general Pierre Bosquet («Es magnífico, pero esto no es la
guerra») y a la leyenda de un derrota gloriosa consagrada en el poema de Alfred
Tennyson, el ataque resultó victorioso en cuanto que expulsó a los rusos del campo de
batalla.252 Estos, no obstante, seguían controlando los reductos que dominaban Balaclava
y amenazaban las vías de abastecimiento enemigas y utilizaron los cañones y otros
objetos capturados en la batalla en un desfile celebrado en Sebastopol. Por su parte, los
británicos culparon a los otomanos de la victoria inicial rusa y los trataron severísimamente
hasta el final de la campaña.253254255
Inkerman[editar]
Artículo principal: Batalla de Inkerman
Campamento británico cerca de Balaklava.

Animados por el éxito del ataque a las líneas enemigas, los rusos decidieron emprender
uno nuevo contra el flanco derecho británico situado en el monte Inkerman, que se alzaba
junto al río Chiórnaya, en un extremo del puerto. Si lograban apoderarse del monte,
podrían colocar en él sus cañones y bombardear las líneas enemigas. Esto obligaría al
enemigo a levantar el sitio y retirarse. La mañana del 26 de octubre, cinco mil soldados
realizaron una salida desde Sebastopol y asaltaron pendiente arriba las posiciones
británicas al mando del general George de Lacy Evans, que defendían dos mil seiscientos
hombres. Detectados los rusos por los centinelas británicos, la artillería de estos los
desbarató. Este revés evidenció pese a todo la fragilidad de las defensas británicas, que
carecían de hombres suficientes.256257 No solo los soldados eran exiguos para cubrir todo
el sector, sino que además estaban agotados y casi no habían podido descansar desde
que desembarcaron.258
Según el plan ruso, el general Fiodor Soimonov debía hacer una salida desde Sebastopol
la mañana del 5 de noviembre con diecinueve mil soldados y adueñarse de la loma de los
Cosacos, bajo el monte Inkerman, con la ayuda de los dieciséis mil hombres del general
Prokofy Pavlov, que debía acudir a la posición vadeando el Chiórnaya. A continuación, los
dos debían tomar las posiciones británicas mientras la caballería de Liprandi entretenía a
las unidades francesas del general Bosquet más al sur. El plan exigía la coordinación de
las distintas unidades participantes, que no se dio, en parte porque las copiosas lluvias
habían embarrado el terreno y una niebla espesa lo cubría la mañana de la acometida, lo
que complicaba los movimientos e impedía ver.259260261262 La escasa visibilidad favoreció
en un principio a los rusos, pues les permitió acercarse a las posiciones enemigas sin ser
vistos; la cercanía de los dos bandos anuló la ventaja del mayor alcance de los fusiles de
ánima rayada del enemigo. En vez de evacuar la loma de los Cosacos y emplear la
artillería para repeler a los rusos como se había hecho el 26 de octubre, el general John
Lysaght Pennefather, que había sustituido al herido Lacy Evans, envió a sus hombres a
detener a los asaltantes hasta que llegasen refuerzos. La lid en mitad de la niebla fue
caótica, hubo abundantes bajas por fuego propio y las unidades se desordenaron. Durante
el asalto pereció tanto Soimonov como sus dos coroneles, lo que acentuó el desorden en
las unidades rusas.263264265 Pese a la amenaza que suponía Liprandi, Bosquet decidió
acudir en auxilio de los británicos, cada vez más acuciados por el embate ruso. El ataque
de los zuavos sembró el pánico en las filas rusas, que se retiraron en desbandada bajo el
fuego enemigo.266267 La violencia de la lucha determinó que se tratase brutalmente a los
heridos y a los prisioneros, como sucedió a lo largo de toda la contienda; un oficial
británico informó de que «el enemigo parece gozar abatiendo a los pobres heridos que
tratan de retirarse cojeando», mientras que uno de sus compatriotas mató a un cautivo
simplemente porque le resultaba «pesado».268 Por el contrario, los prisioneros de guerra
fueron bien tratados en general por los dos bandos tras terminar el conflicto.269
Tropas rusas en Sebastopol, cuadro de Konstantin Filippov.

Pese a que la batalla apenas duró unas horas, los rusos tuvieron quince mil muertos y
heridos; los británicos sufrieron dos mil seiscientos diez y los franceses, mil setecientos
veintiséis.270271 Para los rusos la batalla había supuesto un descalabro y Ménshikov sugirió
que se evacuase Sebastopol, cuya caída creía ya inevitable, para poder defender mejor el
resto de la península de Crimea. Pero el zar Nicolás se negó rotundamente; muy afectado
por la derrota, comenzó a lamentar haber entrado en guerra.272 Para el bando contrario, la
victoria había resultado muy costosa en vidas y la opinión pública comenzó a considerar la
carnicería de la guerra inaceptable; la prensa francesa comparó el choque a la batalla de
Eylau de 1807 y el ministro de Asuntos Exteriores británico lord Clarendon escribió que el
ejército no podría soportar otro «triunfo» así.273 La imposibilidad de asaltar la plaza rusa sin
refuerzos iba a obligar a las unidades sitiadoras a pasar el invierno en Crimea, lo que
desanimó a la tropa. Los soldados recordaban la campaña de Rusia de 1812, en la que las
tropas habían carecido al igual que ellos de ropa de abrigo y de refugios adecuados para
soportar el duro invierno ruso.274275
Asedio invernal[editar]

Cantinera francesa de un regimiento de zuavos.

La temperatura descendió notablemente durante la segunda semana de noviembre y una


violenta tormenta azotó los campamentos de los sitiadores y hundió varios barcos, uno de
los cuales transportaba uniformes de invierno.276277278279 La lluvia, la nieve y el frío
transformaron las trincheras y los caminos que llevaban de los puertos al frente en las
colinas en barrizales; los caballos de tiro, exhaustos por la constante labor y carentes de
suficiente forraje, morían en gran cantidad, lo que entorpecía el abastecimiento de las
tropas.280 La situación supuso una prueba a la capacidad logística de los dos ejércitos;
según el historiador Brison D. Gooch, los franceses la superaron con apuros, mientras que
los británicos la suspendieron por completo.281 Los soldados franceses habían recibido
antes de partir a la campaña ropa de más abrigo que de la que disponían los británicos;
sus tiendas y refugios gozaban de mejor aislamiento y estaban mejor diseñados.282
Además, disponían de cantinas que les permitían estar bien alimentados pese a tener
raciones inferiores a las de los británicos quienes, sin embargo, tenían que preparar sus
propias comidas.283284 Además de que la logística británica era deficiente y permitía que
los víveres y el material se acumulasen en el puerto de Balaclava y los alimentos en
ocasiones se pudriesen,285 los soldados británicos era mayoritariamente de origen urbano
y pobre y carecían del conocimiento y habilidad de los franceses, principalmente
campesinos, para transformar casi cualquier objeto en alimento.286151287 Los problemas
británicos no se limitaban a la logística. Mientras que los soldados vivían en medio del
barro y con frío, los oficiales disfrutaban de considerables comodidades: lord
Cardigan dormía en su yate privado y algunos de sus colegas pudieron pasar el invierno
en Constantinopla.288289 Esto contrastaba vivamente con la situación de los franceses,
cuyos oficiales compartían en general las condiciones de vida de la tropa; el general Élie
Frédéric Forey acusó por ello a su colega François Achille Bazaine de deserción y
abandono del puesto por haber pasado la noche con su esposa.290nota 15 Todo esto
acentuaba el desdén francés por sus aliados británicos, que se mostraban incapaces de
adaptarse a las condiciones de combate en Crimea.292293 En realidad, aunque mejor que la
británica, la situación de los franceses no era perfecta; los soldados sufrían de escorbutoy
la falta de ropa de abrigo adecuada hizo que se improvisase, tanto que los uniformes se
volvían irreconocibles y a los oficiales en ocasiones solo se los distinguía porque portaban
sable.294295

Las condiciones de vida de los soldados durante el asedio de Sebastopol fueron especialmente
duras debido al clima de la región.

Las duras condiciones en las que vivían los soldados causaron pronto miles de bajas:
Canrobert informó que 11 458 de sus hombres habían perecido de hambre, frío y
enfermedades durante el invierno de 1854-1855;294 en enero de 1855, los británicos
apenas contaban con 11 000 hombres en condiciones de combatir, la mitad de los
disponibles dos meses antes.296 Según las órdenes de lord Raglan, que no deseaba que
se acumulasen los heridos, a estos se los trasladaba en barco hasta Scutari, a las afueras
de Constantinopla. Las condiciones de transporte en los buques, de por sí sobrecargados,
eran espantosas y en torno a un tercio de los pasajeros no alcanzaba su destino.297 La
situación en Scutari era también deplorable: los edificios que albergaban a los heridos
estaban infestados de bichos y carecían de material y personal adecuados. La llegada de
la enfermera Florence Nightingale en el otoño permitió mejorar la organización del hospital
británico pero, pese a ello, durante el invierno de 1854-1855, fallecieron en él, sin haber
sufrido la mayoría herida alguna en combate, entre cuatro298 y nueve mil299 soldados.300
Soldados británicos transportando material de construcción durante el invierno de 1854-1855.

Puerto de Balaclava, que servía para abastecer a las tropas británicas en Crimea.

La situación de los rusos fue al principio mejor que la de los sitiadores, pues la ciudad
gozaba de un abastecimiento suficiente y Sebastopol todavía no había sufrido estragos;
los bombardeos posteriores, que destruyeron edificios e instalaciones, empeoraron la
situación.301 El agua comenzó a escasear y los hospitales quedaron atestados de las
víctimas de los combates y del cólera.302 A su llegada primero a Crimea y luego a
Sebastopol en enero de 1855, el cirujano militar Nikolái Pirogov quedó asombrado por la
incompetencia de los médicos que operaban sin preocuparse de la higiene y por el
abandono habitual de los heridos.303304 En consecuencia, implantó de inmediato un
sistema de clasificación de los enfermos, aumentó el uso de la anestesia, obligó a respetar
las normas de higiene e inventó nuevos métodos de amputación, más rápidos y menos
peligrosos para el paciente. Estas mejoras acrecentaron el número de enfermos que se
reponían; para aquellos que sufrían la amputación de la pierna a la altura del muslo, el
porcentaje de supervivientes subió al 25 %, casi tres veces superior al del enemigo, que
empleaba mucho menos la anestesia en las operaciones.305
Al contrario de lo que había sucedido en guerras anteriores, la opinión pública francesa y
británica estaba al tanto de lo que acontecía en el frente gracias a los periódicos, que
informaban de la situación a diario.306 Las informaciones se completaban con litografías y
fotografías, como las de Roger Fenton y James Robertson, que fascinaban a los lectores
por su realismo. Las técnicas de la época como el colodión húmedo eran rudimentarias y
requerían un tiempo de exposición de casi veinte segundos, pero la guerra de Crimea era
la primera en la que se realizaban fotografías.307nota 16 La mejor información que recibía el
público se debía también al desarrollo del barco de vapor y del telégrafo, que aceleraban la
transmisión de información y permitieron la aparición de los corresponsales de guerra, que
podían evitar la censura.309 Los artículos de William Howard Russell para el Times de
Londres, por ejemplo, contradecían los partes oficiales y ponían en evidencia al mando
recalcando su incompetencia y describiendo las condiciones de vida de la tropa.310311 Las
críticas por la dirección de la guerra originaron la caída del Gobierno de lord Aberdeen en
enero de 1855 y su sustitución por otro presidido por lord Palmerston.312313 La prensa
francesa estaba mejor controlada por el Gobierno, pero en ella también existían críticos
que exigían el fin del conflicto, que no gozaba de las simpatías de la población.314
Pese al debilitamiento de las tropas aliadas, los problemas logísticos también aquejaban a
los rusos y les impedían organizar una ofensiva de importancia. Sin dominar el mar y sin
ferrocarriles, tenían que transportar los abastos en carro por los caminos embarrados o
cubiertos de nieve del sur de Rusia, por los que en ocasiones apenas se podían recorrer
seis kilómetros al día.315316 Para evitar que el enemigo se apoderase del istmo de
Perekop que une la península de Crimea al continente, Nicolás I ordenó atacar Eupatoria,
que defendían unos veinte mil otomanos al mando de Omar Bajá. La acometida se realizó
el 17 de febrero, con diecinueve mil soldados y acabó en una grave derrota y en la pérdida
de mil quinientos hombres.317318 El descalabro quebró la salud del zar que, debilitado y
desilusionado, contrajo una neumonía aguda y falleció el 2 de marzo.319320 El fallecimiento
de Nicolás hizo albergar pasajeras esperanzas de que el conflicto acabase, pero el nuevo
monarca, Alejandro II se encargó de frustrarlas, declarando que no aceptaría la derrota
rusa en la contienda.321312
Primavera de 1855[editar]

Bombardeo Sveaborg, en el mar Báltico, por la flota franco-británica en agosto de 1855.

En enero de 1855, se unió a los Aliados el reino de Cerdeña: quince mil soldados al mando
del general Alfonso La Marmora llegaron a Crimea en mayo. La alianza, deseada por el
primer ministro Camillo Cavour, debía favorecer la causa de la unidad italiana ante las
potencias occidentales y mejorar la posición del país frente al Imperio austriaco, que
dominaba el norte de la península itálica.9322 Además, los británicos reclutaron unos siete
mil mercenarios alemanes y suizos que, sin embargo, llegaron demasiado tarde a Crimea
para poder participar en los combates.12 En el bando contrario, los rusos integraron en sus
fuerzas una legión de voluntarios griegos, con un millar de hombres, en 1854; esta sí tomó
parte en las operaciones en torno a Sebastopol.323
Con la llegada de la primavera, los Aliados comenzaron a estudiar nuevas operaciones
contra Rusia. Los británicos deseaban al principio atacar en el Cáucaso, donde la situación
militar estaba estancada y a cuyas tribus llevaban entregando armas desde 1853. Les
preocupaba, empero, el fanatismo religioso de Shamil y la posibilidad de que los otomanos
aprovechasen la situación para aumentar su influencia en la región.324 En el Báltico, por el
contrario, un ataque contra San Petersburgo podría llevar a que Suecia declarase la guerra
a Rusia.325326 Por ello, la flota franco-británica al mando del almirante Charles-Eugène
Pénaud emprendió el bombardeo de Sveaborg en junio, al que casi no causó daños. Los
rusos habían reforzado tanto la flota como las defensas de Kronstadt con minas, lo que
hacía improbable que el enemigo pudiese acercarse a la capital rusa. Por ello los Aliados
se contentaron con bloquear las costas;327 las operaciones en el Báltico, pese a su escasa
trascendencia, preocupaban a los rusos, que no se atrevieron a enviar a Crimea las
abundantes unidades apostadas en la zona de la capital.328
Puesto de artillería británico, fotografiado por James Robertson.

Los jefes aliados del sitio de Sebastopol. De izquierda a derecha: lord Raglan, Omar Bajá y Aimable
Pélissier.

Los dos bandos seguían reforzando sus posiciones en Sebastopol; según el


historiador Orlando Figes, entre ambos cavaron cerca de ciento veinte kilómetros de
trincheras en los once meses que duró el asedio.329 Aparte de cierto número de
escaramuzas y de incursiones de diversa importancia,330 el frente estuvo
fundamentalmente estable y en calma durante los primeros meses de 1855; el cerco se
tornó en rutina monótona que incluyó incluso algunos episodios de fraternización entre los
dos bandos.331332333 Para pasar el tiempo, los soldados cantaban, jugaban a los naipes,
organizaban carreras hípicas y obras teatrales,334 además de darse a la bebida; 5546
soldados británicos, un 15 % del total, pasaron por tribunales militares por delitos
cometidos en estado de embriaguez.335 El advenimiento de la primavera y el aumento de
la temperatura mejoró el ánimo de la tropa; las carencias logísticas británicas se
solucionaron en parte merced a la llegada de comerciantes privados como Mary Seacole,
que vendían, aunque a precios desorbitados, todo lo que necesitaban los soldados336337 La
comunicación con el oeste de Europa se aceleró notablemente con el tendido de una línea
telegráfica entre Bucarest y Varna en enero y entre esta y Crimea en abril; si antes un
mensaje tardaba varios días en transmitirse de Crimea a Francia o al Reino Unido, a
finales de la primavera apenas necesitaba unas horas.338 Además los británicos
construyeron un ferrocarril de unos diez kilómetros entre Balaclava y los alcores en torno a
Sebastopol.339 Este facilitaba la tarea de abastecer al ejército; los vagones, tirados por
máquinas o caballosnota 17 transportaban diariamente varias decenas de toneladas de
víveres y munición.341 La línea servía asimismo para evacuar a los heridos y se considera
que el primer tren hospitalario de la historia fue el que circuló por esta vía el 2 de abril.342
La conclusión de las obras del ferrocarril a finales de marzo llegó justo a tiempo para servir
para un nuevo bombardeo de las posiciones rusas, que empezó el 9 de abril, Lunes de
Pascua. Durante seis días, los Aliados lanzaron cerca de ciento sesenta mil proyectiles
contra Sebastopol, que causaron 4712 bajas entre muertos y heridos a los defensores. Los
rusos replicaron lanzando más de ochenta mil balas y tratando de restaurar a toda prisa
las defensas dañadas por el bombardeo enemigo, ya que esperaban que este las
embistiese en cualquier momento.343 Finalmente, los Aliados no realizaron asalto alguno,
pues no pudieron ponerse de acuerdo sobre la estrategia.344 Canrobert propuso ocupar
toda Crimea para cerrar el cerco de Sebastopol. Esta operación tenía la ventaja de
aprovechar la superioridad de la infantería y de su armamento como había ocurrido en las
batallas del Almá e Inkerman. Lord Raglan, sin embargo, se opuso, pues creía que
Sebastopol estaba a punto de caer y que la ofensiva propuesta por su homólogo francés
debilitaría en exceso el cerco y permitiría que los sitiados hiciesen una salida contra los
sitiadores. En consecuencia, se descartó el plan francés, lo que causó un intenso disgusto;
los rusos, por su parte, se asombraron que el enemigo no intentase siquiera de cortarles la
rutas de suministro que pasaban por el istmo de Perekop.345 Decepcionado por lo que
consideraba falta de colaboración de los británicos y aislado en el seno de su propio
Estado Mayor, Canrobert entregó el mando de las unidades francesas a Aimable
Pélissier el 16 de mayo.346 Pélissier tenía fama de hombre firme y estaba decidido a tomar
Sebastopol; para ello, preparó un ataque contra las posiciones sudorientales rusas.347 Los
franceses conquistarían la colina Verde, un alcor fortificado con un reducto, situado
extramuros de la ciudad y que protegía la torre de Malakoff y su fuerte de ciento cincuenta
metros de ancho y trescientos cincuenta de profundidad que dominaba el puerto de
Sebastopol.348349 El objetivo de los británicos eran las canteras, que contaban con su
propio reducto que protegía a su vez el baluarte principal de la muralla de la ciudad.350

El interior del reductor principal de la muralla de Sebastopol, tras la caída de la plaza.

El ataque franco-británico comenzó el 7 de junio, tras unos bombardeos que duraron un


día entero.351 Con los zuavos en vanguardia, la infantería francesa tomó al asalto la colina
Verde, pese al intenso fuego de los defensores y trató de escalar los muros del reducto
ruso. En el interior se luchó cuerpo a cuerpo y la posición cambió de manos en varias
ocasiones a lo largo del día. Los británicos, por su parte, tuvieron dificultades similares en
las canteras; la mañana del 8 de junio, tras repeler un último contraataque ruso, los
Aliados se hicieron con las dos posiciones en disputa.352353 Los ataques costaron varios
miles de bajas a los dos bandos; la acometida contra Malakoff y el baluarte principal de la
muralla parecía que costaría muchas más. El asalto a estas posiciones requería recorrer
varios cientos de metros en descubierta en un terrero complicado354 antes de poder lanzar
las escalas sobre los muros de las fortificaciones rusas, vencer la resistencia de los
defensores y repeler los posibles contraataques; el mando francés calculaba que la mitad
de los atacantes perdería la vida antes incluso de alcanzar las posiciones rusas.355 La
mañana del 18 de junio, las oleadas de infantes franceses y británicos que atacaron
Malakoff y el baluarte principal de la muralla fueron diezmadas por los rusos, que habían
previsto la embestida del enemigo. El asalto se transformó pronto en carnicería: los
británicos perdieron en él mil hombres y los franceses, seis mil.356 Afectado de por sí por
las críticas a su gestión de la campaña y enfermo de disentería, Raglan se sumió en una
depresión tras la derrota y falleció de cólera el 28 de junio;357 tomó el mando en su
lugar William John Codrington.
Tras el fracaso de los asaltos a Malakoff y al baluarte principal, el asedio siguió su curso
con una serie de duelos artilleros y con la continuación de las obras de preparación del
cerco; el desánimo cundió en la tropa que sitiaba la ciudad, que temía tener que pasar un
segundo invierno en Crimea. El agotamiento causó lo que los soldados llamaban «locura
de las trincheras» y luego se denominó trastorno por estrés postraumático.358 La situación
de los setenta y cinco mil rusos sitiados por cien mil franceses, cuarenta y cinco mil
británicos, quince mil sardos y siete mil otomanos no era mejor que la de estos.359nota 18 A
finales de la primavera, los Aliados atacaron y ocuparon pasajeramente el estrecho de
Kerch, al este de Crimea, donde había importantes almacenes rusos de víveres y
munición.361 Esto perjudicó gravemente a los defensores de Sebastopol: los artilleros rusos
recibieron orden de no disparar más que un proyectil por cada uno de los que emplease el
enemigo y las raciones se redujeron a la mitad.359 La pérdida de los dos principales jefes
de la plaza, Totleben —herido de gravedad en un bombardeo el 22 de junio—
y Najímov —herido mortalmente de bala el 28 de junio—, minó también el ánimo de los
soldados rusos.362363 En estas condiciones, creció notablemente el número de
deserciones, que alcanzó la veintena diaria, y las autoridades comenzaron a castigar
brutalmente cualquier conato de motín.364
Malakoff[editar]

Bersaglieri sardos durante la batalla de Chernaia, el 17 de agosto de 1855.

Como era palmario que Sebastopol no podría aguantar mucho más el asedio, Alejandro
II ordenó que se acometiese un último intento de socorro de la ciudad. El general Mijaíl
Gorchakov, que había sustituido a Ménshikov después del fracaso de este en Eupatoria en
enero,365 obedeció la orden pese a que no creía poder quebrar las líneas enemigas; atacó
las franco-sardas situadas al sureste, a lo largo del río Chiórnaya para tratar de privar al
enemigo de parte de su suministro de agua y de amenazar su flanco oriental.366367368
Aprovechando la niebla matinal, el 17 de agosto, cincuenta y ocho mil soldados rusos
marcharon hacia el puente de Traktir que cruzaba el río, pero la mala coordinación entre
las unidades y la bisoñez de la tropa hicieron fracasar pronto la maniobra. Sin apoyo de la
artillería ni de la caballería, la infantería rusa fue diezmada por el fuego enemigo; aunque
los rusos lograron tomar las primeras líneas francesas, el ataque fracasó. Para cuando
Gorchakov ordenó la retirada hacia las diez de la mañana, los rusos habían tenido 2273
muertos, 4000 heridos y más de 1800 desaparecidos —la mayoría eran desertores que
habían aprovechado el caos para huir—; por su parte, los Aliados perdieron mil
ochocientos de un total de dieciocho mil soldados franceses y nueve mil sardos.369
La batalla del Chiórnaya selló el destino de Sebastopol, que los rusos se aprestaron a
evacuar; para ello dispusieron un puente flotante de novecientos sesenta metros que
cruzaba el puerto y que quedó terminado el 27 de agosto.370371

Asalto de los zuavos del general Patrice de Mac Mahon a la fortaleza de Malakoff el 8 de septiembre
de 1855.

Sebastopol visto desde Malakoff

La victoria del 17 de agosto aumentó la esperanza de los Aliados de conquistar Sebastopol


antes de que llegase el invierno. Durante el verano, los franceses habían logrado, a costa
de grandes pérdidas, acercar sus trincheras a unas decenas de metros de Malakoff,
mientras que el sector británico, más rocoso, aún se hallaba a varios cientos de metros del
fortín.372 A diferencia del infructuoso asalto del 18 de junio, al del 8 de septiembre le
precedió un intenso bombardeo en el que se dispararon quince mil obuses en tres días. El
efectivo dispuesto para el ataque contaba con tres veces más tropas, unos treinta y cinco
mil soldados, y el asalto comenzó a mediodía y no al alba, lo que sorprendió a los rusos.373
374375

A la hora prevista, nueve mil soldados de la división del general Patrice de Mac Mahon
abandonaron las trincheras y comenzaron a escalar los muros de la fortaleza; un soldado
ruso que observaba desde el baluarte principal escribió luego que «los franceses
alcanzaron el Malakoff incluso antes de que los nuestros pudiesen echar mano de las
armas». La guarnición huyó, pero los rusos organizaron pronto un impetuoso
contraataque.376 La lucha cuerpo a cuerpo se prolongó casi tres horas y las posiciones
cambiaron varias veces de manos. La superioridad numérica francesa resultó finalmente
determinante y los franceses se apoderaron del reducto, cuyas defensas reforzaron a toda
prisa.377378nota 19 Mientras, los británicos habían esperado ver izarse la bandera francesa
sobre Malakoff antes de lanzarse a la toma del baluarte principal de la muralla de
Sebastopol. Aunque habían perdido el apoyo de la fortificación vecina, los rusos habían
tenido tiempo de reagruparse y de recibir refuerzos. Por ello, los británicos que llegaron a
los pies de los muros no lograron conquistarlos, lo que desató el pánico entre sus filas. El
general Codrington decidió que no valía la pena enviar contra los rusos a las unidades de
reclutas que guardaba en reserva y dejó para el día siguiente el nuevo asalto a la muralla,
que deseaba abordar con tropas veteranas.380381 Los combates del 8 de septiembre
dejaron siete mil quinientos muertos y heridos en las filas francesas, dos mil quinientos en
las británicas y trece mil en las rusas.382
Gorchakov desechó realizar un nuevo ataque y decidió evacuar la orilla sur de Sebastopol
dado que la artillería francesa apostada en Malakoff podía alcanzar cualquier punto de la
ciudad y destruir el puente flotante. La evacuación duró toda la noche y a la mañana
siguiente los defensores prendieron un incendio que duró tres días.383384 Los Aliados
entraron por fin en la ciudad el 12 de septiembre; los rusos habían dejado tras de sí varios
millares de heridos que no pudieron mover.385386387 Los conquistadores se dedicaron al
pillaje de las ruinas.385386387

Tratado de París[editar]
Artículo principal: Tratado de París (1856)

Fotografía de Roger Fenton titulada Entente cordiale.

La caída de Sebastopol causó alborozo en Londres y París, pues muchos esperaban que
este acontecimiento pusiese fin a la guerra.382 Pero el zar no estaba dispuesto a solicitar la
paz y recordó lo ocurrido en las guerras napoleónicas: «dos años después del incendio de
Moscú, nuestras tropas victoriosas entraban en París».388389 Planeó una nueva campaña
en los Balcanes para 1856, aunque el anuncio de que la contienda proseguiría se hizo
principalmente con el objetivo de socavar la cohesión de la liga enemiga, de separar a los
franceses, deseosos de poner fin a las hostilidades tras la victoria en Sebastopol, de los
británicos, que anhelaban debilitar el poderío ruso en otras regiones, como el Báltico.390391
Para los soldados, la continuación de la guerra conllevaba pasar otro invierno en los
campamentos; esto resultó especialmente duro para los franceses, que se hallaban en
muy malas condiciones sanitarias. Comparada con la situación del invierno anterior, en
este los papeles de los dos aliados se habían invertido: los británicos habían aprendido de
sus errores y mejoraron el servicio médico y la logística, copiando en algunos aspectos a
los franceses; estos, por el contrario, habían desatendido los dos aspectos. Los informes
del inspector general Michel Lévy eran tan alarmantes que el ministro de la Guerra Jean-
Baptiste Philibert Vaillant le ordenó que dejase de redactarlos.392 Durante los tres primeros
meses de 1856, entre veinticuatro y cuarenta mil soldados franceses perecieron por
enfermedad, principalmente por el tifus y el cólera.393 La victoria de Sebastopol y la
censura de la prensa ocultaron las penalidades de la tropa, pero estas hacían cada vez
más difícil el continuar con el conflicto.394395

El valle de la sombra de la muertede Roger Fenton es una de las fotografías más famosas de la
guerra de Crimea.396

Por su parte, Alejandro II trataba de obtener alguna victoria que le permitiese entablar
negociaciones de paz con una posición más sólida y para ello se concentró en el frente
caucásico. Desde el mes de junio, el general Nikolái Muraviev asediaba la plaza fuerte
otomana de Kars, cuya conquista le permitiría avanzar hacia Erzurum y penetrar
en Anatolia. Los asaltos rusos se estrellaron una y otra vez con la denodada defensa
dirigida por el general británico William Fenwick Williams.397 El fin del asedio de
Sebastopol le permitió a Omar Bajá trasladar tropas a Georgia en octubre, pero su avance
hacia Kars fue arduo y lento y la guarnición de esta acabó por rendirse a los rusos el 22 de
octubre, agotada por el largo cerco.398399 Para el zar, la conquista de Kars compensaba la
pérdida de Sebastopol, por lo que entabló negociaciones para poner fin al conflicto con
Francia y Austria. Lord Palmerston, por el contrario, no deseaba firmar aún la paz, sino
continuarla hasta debilitar más a Rusia.400 Una expedición anglo-francesa arrebató a los
rusos las defensas de la península de Kinburn en el estuario del Dniéper el 17 de
octubre.401402 No obstante, los franceses, que habían aportado el grueso de las tropas,
estaban hartos de la guerra y Napoleón III temía un estallido popular si no se le ponía
fin.403 Apoyado por Austria, el emperador presentó en octubre la propuesta de paz
francesa, basada en los cuatro puntos de 1854, pero el zar la rechazó, convencido que la
agitación social francesa, suscitada por la prolongación del conflicto, obligaría a los
enemigos a aceptar condiciones más favorables a los rusos. Ni la entrada en guerra de
Suecia contra Rusia el 21 de noviembre ni las advertencias de su tío el rey Federico
Guillermo IV de Prusia hicieron cambiar de parecer al zar.404 Cedió por fin el 16 de enero
de 1856, después de que Austria amenazase con romper las relaciones diplomáticas con
Rusia si seguía negándose a negociar.405406
Pintura de Édouard Louis Dubufeque representa el congreso de París de febrero y marzo de 1856
que puso fin a la guerra de Crimea.

La conferencia de paz se reunió en el Ministerio de Asuntos Exteriores de Francia en París


y tuvo la primera sesión el 25 de febrero de 1856.407408 La elección del lugar era una señal
de la recuperación de influencia de Francia en el continente; tres meses antes se había
celebrado también en París, en la avenida de los Campos Elíseos, una exposición
universal.409 Tras todo un invierno de negociaciones, los asuntos más espinosos se habían
pactado ya, pero lord Palmerston seguía abogando por firmar un tratado punitivo con
Rusia; esta tendría que abandonar sus territorios del Cáucaso y de Asia Central. Napoleón
III, que deseaba ardientemente firmar por fin la paz, disentía del parecer del primer
ministro británico; por entonces deseaba además recabar la ayuda de Rusia para sus
planes en Italia o al menos lograr que esta no se opusiese a ellos.410 En consecuencia,
estaba dispuesto a que, a cambio de la devolución de Kars a los otomanos, Rusia
conservase Besarabia, territorio que le daba acceso al Danubio.411 Austria, con el concurso
del Reino Unido, se opuso a tal concesión y logró que los otomanos recuperasen
el Budzhak, que habían perdido en la guerra de 1812; para los rusos, la pérdida del sur de
Besarabia y del delta del Danubio supuso una humillación, pues era la primera vez desde
el siglo XVIII que tenían que ceder tierras a los otomanos.412 Rusia devolvió también Kars
sin contrapartidas, y la conferencia aprobó la desmilitarización del mar Negro. En lo que
respecta a los principados del Danubio, Austria se oponía a crear un Estado rumano que
pudiese crear problemas nacionalistas en su propio territorio; como solución para salir del
paso, se devolvieron a los otomanos.413414 En cuanto a la protección de los cristianos del
Imperio otomano, las potencias instaron al sultán Abdülmecid I a promulgar el edicto de
1856 que garantizaba la igualdad de todos los súbditos del imperio con independencia de
cuál fuese su religión. Para los rusos el texto supuso una victoria moral, subrayada por la
vuelta a la situación anterior a la guerra en la gestión de los Santos Lugares palestinos,
que había sido el desencadenante de la contienda.415416

Rendición de Shamil al general Aleksandr Bariátinski el 25 de agosto de 1859, pintura de Alekséi


Kivshenko(1880).

Como las principales diferencias se habían dirimido antes del comienzo del congreso, este
fue corto y el tratado de paz se firmó el 30 de marzo.3 El anuncio de la rúbrica llenó de
alborozo la ciudad; al día siguiente de la firma se llevó a cabo un desfile oficial en
el Campo de Marte al que asistieron Napoleón III y los dignatarios extranjeros que se
hallaban en París.417 Por el contrario, no hubo grandes festejos en el Reino Unido, donde
se creía que la guerra había concluido antes de que el país pudiese alcanzar una victoria
equivalente a la francesa de Sebastopol y muchos criticaban acerbamente la actuación del
Estado Mayor en la campaña de Crimea.7 Los Aliados tenían seis meses para abandonar
Sebastopol; aunque la cantidad de material que había que retirar era
considerable, Codrington devolvió la ciudad a los rusos el 12 de julio, no sin antes volar
sus muelles y fortificaciones.417418 Abandonó a su suerte a los tártaros que habían
coadyuvado a la victoria aliada, y que quedaron a merced de las autoridades rusas. El
acoso de estas determinó que unos doscientos mil de ellos emigrasen al Imperio otomano
entre 1856 y 1863.419 Al mismo tiempo, cristianos ortodoxos del Buchac se instalaron en la
península y algunos armenios de Anatolia se mudaron a Transcaucasia. En el Cáucaso los
rusos siguieron combatiendo a Shamil, al que tanto las potencias europeas occidentales
como los otomanos habían abandonado; finalmente se rindió al general Aleksandr
Bariátinski el 25 de agosto de 1859.420 A continuación los rusos acometieron
la expulsión de la región de los circasianos y otros pueblos musulmanes de la zona, que
entrañó la marcha de más de un millón de personas al territorio otomano.421

Consecuencias[editar]

Monumento a Eduard Totleben en Sebastopol.

Aunque el Tratado de Paris conllevó escasos cambios territoriales, marcó el fin


del concierto europeo originado en el Congreso de Viena de 1815. Francia resurgió como
gran potencia y Napoleón III parecía el árbitro de las disputas europeas.422423 El fin de
la Santa Alianza comportó un cambio en las relaciones diplomáticas que permitieron las
unificaciones italiana y alemana.424 Pese a haber sido enemigas, Francia y Rusia pronto
encontraron intereses comunes a ambas: la primera prometió abogar por la revisión de la
cláusula de desmilitarización del mar Negro y la segunda se abstuvo de oponerse a la
actividad francesa en Italia.425 A los rusos, sin embargo, les alarmó el proceso de unión
italiana de la década de 1860, que podría desencadenar otros similares en Austria y Rusia.
El alzamiento polaco de 1861-1864 hizo que esta recuperase su antigua alianza
con Prusia, a la que consideraba conservadora y opuesta a la expansión de la influencia
francesa en el continente.426 El primer ministro prusiano Otto von Bismarck pudo gracias a
ello acometer la guerra con Dinamarca de 1864, la austro-prusiana de 1866 y la franco-
prusiana de 1870, sin miedo de sufrir ataques rusos. La derrota francesa en la guerra de
1870 comportó la abrogación de las cláusulas sobre la desmilitarización del mar Negro, lo
que le permitió a Rusia reconstruir la flota meridional.427428
En cuanto al Reino Unido, la guerra había dejado patente la desorganición del Ejército y la
confusión entre las competencias civiles y las militares. Para resolver el problema, se
dividió la responsabilidad militar entre el secretario de Estado de Guerra, encargado de
definir la política militar del país, y el jefe militar, responsable de llevarla a cabo.150 La
inercia del Ejército impidió verificar mayores reformas, pese a que la rebelión india de
1857 volvió a evidenciar las deficiencias militares británicas. Aunque se aplicaron algunas
medidas reformistas, los cambios de importancia se dieron únicamente tras la llegada al
ministerio de Edward Cardwell en 1868; entre estos se contaron la abolición de los
castigos corporales y de la compra de puestos.429430

Gastos bélicos de la guerra de Crimea (en millones de libras esterlinas)


1852 1853 1854 1855 1856

Rusia 15,6 19,9 31,3 39,8 37,9

Francia 17,2 17,5 30,3 43,8 36,3

Reino Unido 10,1 9,1 76,3 36,5 32,3

Imperio otomano 2,8 ? ? 3,0 ?

Cerdeña 1,4 1,4 1,4 2,2 2,5

Fuente: P. Kennedy, Naissance et déclin..., cap. 5.

Aunque Rusia perdió escasos territorios como consecuencia de la guerra, sí menguó


intensamente su influencia en Europa. La derrota desacreditó al Ejército y evidenció las
debilidades y atraso del país respecto de las potencias occidentales europeas.431 Entre los
críticos se contó el escritor León Tolstói, que había combatido en Crimea y había
observado la corrupción e incompetencia de los oficiales; condenó severamente el maltrato
al que se sometía a los soldados, cuya valentía y resistencia admiraba. La abolición de
la servidumbre le pareció «lo mínimo que podía hacer el Estado para premiar el sacrificio
de los campesinos».432 Alejandro II estaba convencido de que esta medida era necesaria
para alcanzar el nivel de desarrollo de las potencias de Europa occidental: la abolición de
la servidumbre en 1861 liberó a millones de siervos.433 Respecto a los asuntos militares, se
presentaron varias propuestas de reforma, pero la mayoría se descartó para compensar a
la aristocracia por la pérdida de sus siervos. Las reformas se retomaron tras la
emancipación de estos, pero la modernización del Ejército resultó ardua y larga. En 1874
se instauró el servicio militar obligatorio, en la que los reclutas recibirían una instrucción
básica. También se remozó la justicia militar para abolir los castigos corporales, aunque
estos se siguieron aplicando habitualmente hasta 1917.434435

El puente del Almá parisino en 1883, con las estatuas esculpidas por Georges Diebolt: el zuavo a la
izquierda y el granadero a la derechanota 20

La guerra aceleró la modernización del Imperio otomano, que recibió nuevas ideas y
tecnología de Europa. Aumentaron las inversiones extranjeras en el país, que comenzó a
dotarse de ferrocarriles y telégrafo. El edicto de 1856, sin embargo, pareció una imposición
extranjera, y disgustó a los conservadores y al clero. Muchos temían que los cristianos
mejor educados acabarían dominando la política y la sociedad del imperio si se les
concedía la igualdad de derechos con los musulmanes. Durante los años posteriores a la
guerra de Crimea, estallaron disturbios anticristianos en muchas provincias; en los
acaecidos en el Levante en 1860, hubo veinte mil muertos.436437 Temerosas de las
revueltas, las autoridades otomanas eran reacias a aplicar la nueva legislación; por su
parte, continuó la agitación de la población cristiana en las provincias europeas del
imperio, a menudo atizada por Rusia. La insurrección de Bosnia-Herzegovina de 1875
facilitó la posterior búlgara de 1876; la feroz represión otomana desencadenó una
nueva guerra con Rusia.438439 El avance ruso hacia Constantinopla recordó los
acontecimientos de 1854 y únicamente se detuvo por la amenaza de la flota británica. Por
el Tratado de Berlín que puso fin a la guerra, Rusia recobró el Buchac, perdido en
el Tratado de París.440 La Cuestión Oriental y el problema de los nacionalismos balcánicos
perduraron y siguieron amenazando el equilibrio político europeo hasta la Primera Guerra
Mundial.441
Paradójicamente, la principal perjudicada por la guerra fue Austria, que no había
participado activamente en ella: los dos bandos, disgustados con su actuación, la
aislaron.442nota 21 Rusia, que creía haber salvado a la monarquía austriaca en 1849 y era
una de sus más antiguas aliadas, consideró la actitud austriaca una traición; Alejandro II se
vengó empleando la misma estrategia de neutralidad armada para estorbar el envío de
fuerzas austriacas a Italia y escatimando el auxilio a los austriacos en la guerra que
disputaron con Prusia.444

Legado[editar]

Monumento a la guerra de Crimea en Londres.

En el Reino Unido, se erigieron numerosos monumentos para recordar a los soldados


caídos en la guerra.7 El principal es el Crimean War Memorial de Londres, que cuenta con
estatuas de la Victoria y de tres soldados, realizadas en metal fundido de cañones rusos
cogidos en Sebastopol. Aunque el estilo del monumento fue criticado, era la primera vez
que se representaban en uno soldados rasos. Los héroes no eran ya únicamente los
oficiales superiores provenientes de la nobleza, sino los Tommies que combatían con valor
pese a la incompetencia del mando.445 Como agradecimiento a sus servicios, se creó
la Cruz Victoria, para premiar los actos de valor de los militares, sin importar su
graduación; la reina Victoria otorgó personalmente la condecoración a sesenta y dos de los
ciento once militares que la recibieron por su actuación en la guerra en una ceremonia
celebrada en Hyde Park el 26 de junio de 1857.446 Eso y las penurias sufridas por los
soldados en Crimea hicieron cambiar la percepción pública del Ejército, considerado hasta
entonces como refugio de borrachos y brutos provenientes de las capas más miserables
de la sociedad.447 Tras la guerra, varias poblaciones recibieron nombres de batallas de la
contienda (Alma en Québec, Balaklava en Australia o Malakoff en Francia).5 Muchas
ciudades francesas cuentan con calles dedicadas a Malakoff.448
En Francia, el legado de la guerra de Crimea fue mucho menor que en el Reino Unido.
La campaña de Italia contra los austriacos en 1859, la expedición a México de 1862-1866
y, sobre todo, la guerra franco-prusiana de 1870-1871, hicieron olvidar la guerra contra
Rusia.10 Tras el descalabro de Sedán, la Tercer República se esforzó en desacreditar el
Segundo Imperio. La guerra de Crimea, considerada un triunfo de Napoleón III, fue
arrumbada por la historiografía republicana y se la presentó como una mera «aventura».
Además, tras la firma de la alianza franco-rusa en 1892, el recordar el asedio de
Sebastopol era inoportuno.449 En Italia, la falta de grandes victorias en la campaña de
Crimea y la falta de entusiasmo popular por la guerra imposibilitaron toda celebración; la
guerra quedó eclipsada en todo caso por los acontecimientos de la unificación que
sucedieron apenas unos años después de la campaña rusa.450
Pese a suponer una victoria para el país, tanto los historiadores otomanos como los
posteriores turcos han sido críticos con la guerra de Crimea. Al disputarse tras el fin de la
época de apogeo del Imperio otomano y antes del surgimiento de la Turquía moderna
de Atatürk, el conflicto se consideró un hecho vergonzoso que aceleró la decadencia del
Imperio otomano. Este se volvió cada vez más dependiente del sostén de las potencias
extranjeras, cuyas intromisiones en los asuntos internos del país socavaron las tradiciones
islámicas. Este sentimiento contrario a Occidente pervive y así la historia oficial de las
Fuerzas Armadas turcas, escrita por encargo del Estado Mayor en 1981 afirmaba sobre la
guerra de Crimea: «nuestros soldados vertieron su sangre en todos los frentes […] pero
fueron nuestros aliados occidentales los que acapararon la gloria».451452
Para Rusia el resultado del conflicto causó una honda humillación que generó un intenso
rencor hacia las potencias occidentales, que habían optado por respaldar al Imperio
otomano. El asedio de Sebastopol quedó en el recuerdo como las batallas
de Poltava y Borodinó. Los defensores de la ciudad encarnaron el espíritu ruso de
resistencia que surgía cuando la «madre Rusia» se hallaba en peligro, imagen que debía
mucho a los Relatos de Sebastopol de León Tolstói.453 La propaganda soviética empleó el
recuerdo de la batalla durante la Segunda Guerra Mundial y la posterior guerra fría.454

El Panorama del asedio de Sebastopol, obra de Franz Roubaud (1904). El cuadro mide ciento
catorce metros de largo y catorce de alto y se expone en un pabellón dedicado a Sebastopol.

Notas[editar]
1. ↑ Badem menciona un informe financiero de octubre de 1855 en el que aparecen 235568
soldados, el total del Ejército.1 Figes afirma que unos 120 000 otomanos murieron en el
conflicto, en torno a la mitad de los que participaron en él.2 Gouttman no aporta cifras para
los otomanos, pero calcula que unos cien mil perecieron en la guerra.3 Edgerton calcula
que hubo alrededor de medio millón de muertos rusos y una cifra similar de otomanos.4
2. ↑ Figes afirma que 310 000 franceses lucharon en Crimea5 y que en torno a 100 000
murieron.6 Gouttman indica que fueron 95 000 los fallecidos.3
3. ↑ Figes indica que 98 000 británicos lucharon en Crimea y que de ellos murieron 20 813.7
Lambert afirma que los muertos fueron 21 097,8 y Gouttman, que fueron 22 000.3
4. ↑ Figes afirma que 15 000 sardos participaron en la campaña de Crimea9 y que de ellos
fallecieron 2166.10 Gouttman indica que fueron 18 000 los combatientes11 y 2200 los
muertos.3
5. ↑ Orlando Figes indica que, del 1 200 000 soldados que componían el Ejército ruso en la
primavera de 1855, 260 000 se hallaban en el Báltico, 293 000 en Polonia y en Ucrania
occidental, 121 000 defendían Besarabia y la costa del mar Negro, 183 000 comabtían en
el Cáucaso y 350 000 estaban destinado en Crimea.12 Según Totleben, Rusia contaba con
1 365 786 soldados en enero de 1853.13
6. ↑ Gouttman indica que las cifras oficiales de bajas rusas carecen de valor y calcula que
entre 100 000 y 200 000 soldados ruso murieron en la guerra.3 Por su parte, Figes calcula
que fallecieron al menos tres cuartos de millón de soldados en el conflicto y que dos tercios
de ellos fueron rusos; indica además que las pérdidas civiles se desconocen. Da unas
cifras aproximadas de entre 400 000 y 600 000 muertos para la guerra en su conjunto, 14 y
cita un informe del departamento médico del Ministerio de Guerra ruso que menciona 450
015 muertos para el periodo transcurrido entre 1853 y 1856, que cree que es el cálculo
aproximado más fiable.15 para el asedio de Sebastopol, afirma que fallecieron 127 583
rusos.16 Scollins cree que hubo 100 000 muertos en combate y 350 000 fallecidos por
enfermedad.1317 Edgerton afirma que fueron probablemente en torno a medio millón los
muertos rusos y otros tantos otomanos.4
7. ↑ Lambert afirma que las pérdidas británicas fueron: 2755 muertos en combate, 2019 de
ellos fallecidos de las heridas sufridas, y 16 323 muertos de enfermad. 8 Figes afirma que el
80 % de las bajas británicas tuvieron relación con enfermedades.7 En cuanto a las bajas
francesas, Gouttman calcula que fueron: 10000 muertos en combate y 75000 víctimas de
enfermedades. Indica además que de los 2200 muertos sardos, apenas 28 lo fueron en
combate..3
8. ↑ Figes indica que Ménshikov había quedado castrado por un disparo otomano durante
la guerra de 1828-1829 y que, aunque era inteligente, era famoso por sus comentarios
acerbos y su sarcasmo. En Constantinopla, irritó a sus anfitriones al presentarse con ropa
de civil en vez de con el reglamentario uniforme, exigir la destitución del ministro de
Asuntos Exteriores al que creía demasiado francófilo y a negarse ostensiblemente a tratar
con este ante testigos.8385
9. ↑ Edgerton indica que el imperio declaró la guerra a Rusia el 5 de octubre de 1853,85
mientras que Sweetman afirmar se lo hizo el 23.100 Guillemin, por su parte, coincide en que
la declaración de guerra data del 23 de octubre, pero aclara que el estado de guerra existía
ya desde el día 3 del mes.101
10. ↑ La elección de reclutas para el Ejército la llevaba a cabo generalmente el jefe de cada
pueblo, que solía aprovechar para deshacerse de los siervos menos aptos para trabajar o
para enviar a los de sus rivales. El servicio militar, de veinticinco años de duración, se
consideraba una condena a muerte y como tal solía recibir la noticia del reclutamiento la
familia del soldado.130131
11. ↑ El historiador Edvard Radzinsky indica que llevar un uniforme desaseado se castigaba
con quinientos bastonazos y que el intentar desertar, con mil quinientos —el doble para los
reincidentes—.132
12. ↑ Aunque los habitantes no musulmanes del imperio no podían servir en el Ejército, sí lo
hacían oficiales extranjeros que no profesaban el islam. Era habitual que grandes unidades
militares cuyo mando ejercía en teoría algún oficial otomano en realidad estuviesen a las
órdenes de oficiales cristianos de origen británico, húngaro o italiano.140
13. ↑ Enviado al Cáucaso en 1854, el oficial británico William Fenwick Williams descubrió
que Kars contaba con 14 000 soldados, mientras que el jefe de la plaza fuerte reportaba a
la capital que tenía a su mando 27 538 y el responsable de logística que tenía que
alimentar a 33 000; las pagas y la venta de las raciones de los soldados inexistentes
permitían a los oficiales corruptos vivir lujosamente.143
14. ↑ El número de soldados y la cantidad de bajas varía de una fuente a otra. Russell
menciona cuatrocientos veintiséis entre muertos, heridos y prisioneros;249, Figes indica que
fueron seiscientos sesenta y uno los que participaron en la carga y que la brigada tuvo
ciento trece muertos, ciento treinta y cuatro heridos y cuarenta y cinco prisioneros; 250
Sweetman, por su parte, afirma que tuvo ciento trece muertos y doscientos cuarenta y siete
heridos de un total de seiscientos setenta y tres hombres.251 Figes indica también que las
primeras noticias publicadas tras el choque señalaban que solo un cuarto de los soldados
de la unidad habían sobrevivido al combate.250
15. ↑ El historiados René Guillemin indica sin embargo que Canrobert no le aplicó sanción
alguna a Bazaine y subraya el débil carácter del jefe militar francés.291
16. ↑ En la guerra de México-Estados Unidos de 1846-1848 y en la segunda guerra anglo-
birmana de 1852 se habían usado daguerrotipos y calotipos, pero Figes y Edgerton indican
que su número y calidad no se podían comparar con las imágenes tomadas en la guerra de
Crimea.307308
17. ↑ Los británicos adquirieron cinco locomotoras, pero la primera la recibieron el 8 de
noviembre, acabado ya el asedio. Resultó además que la pendiente que superaba el
ferrocarril era excesiva para las locomotoras.340
18. ↑ Las fuentes no concuerdan respecto a las fuerzas enfrentadas: Gooch afirma que para
cuando Pelissier asumió el mando de las fuerzas francesas el 16 de mayo los Aliados
contaban con ciento veinte mil soldados franceses, treinta y dos mil británicos, diecisiete
mil sardos y cincuenta y cinco mil otomanos en Crimea.360
19. ↑ Como los rusos había minado el reducto, un oficial británico animó a Mac Mahon a
abandonarlo. Parece ser que este respondió: «aquí estoy y aquí me quedo». Guillemin cree
que la frase es probablemente apócrifa e indica que en la detallada historia de Camille
Rousset sobre la contienda, rica en anécdotas, la frase no aparece.379
20. ↑ El puente del Almá contaba originalmente con cuatro estaturas de unos cinco metros de
altura colocadas en otros tantos pilares del puente: el zuavo y el granadero, obras
de Georges Diebolt, y el artillero y el cazador de Auguste Arnaud. En la reconstrucción del
puente en la década de 1970 se retiraron las estatuas y sus pilares salvo los del zuavo. La
estatua del granadero se encuentra en Dijon, la del artillero en La Fère y la del cazador, en
el bosque de Vincennes.
21. ↑ Los historiadores han subrayado la complicada situación de Austria en la contienda. Si se
hubiese unido a las potencias occidentales, hubiese tenido que participar en los principales
combates con un cuerpo de oficiales mayoritariamente rusófilo; si se hubiese ligado a
Rusia, el Reino Unido y Francia se hubiesen encargado de atizar la inestabilidad en los
territorios austriacos en Italia y se hubiese vuelto cada vez más dependiente de su aliado.
En cualquier caso, sus enemigos habrían azuzado a las minorías del imperio. 443444

Referencias[editar]
1. ↑ Badem, 2010, pp. 284-285.
2. ↑ Figes, 2012, p. 483.
3. ↑ Saltar a:a b c d e f g Gouttman, 1995, p. 479.
4. ↑ Saltar a:a b Edgerton, 1999, p. 5.
5. ↑ Saltar a:a b Figes, 2012, p. 480.
6. ↑ Figes, 2012, p. xix.
7. ↑ Saltar a:a b c d Figes, 2012, p. 467.
8. ↑ Saltar a:a b Lambert, 2011, p. 15.
9. ↑ Saltar a:a b Figes, 2012, p. 332.
10. ↑ Saltar a:a b Figes, 2012, p. 482.
11. ↑ Gouttman, 1995, p. 476.
12. ↑ Saltar a:a b Figes, 2012, p. 334.
13. ↑ Saltar a:a b Thomas y Scollins, 1991, p. 3.
14. ↑ Figes, 2012, pp. xix, 488-489.
15. ↑ Figes, 2012, p. 489.
16. ↑ Figes, 2012, p. xvii.
17. ↑ Seaton y Roffe, 1973, p. 33.
18. ↑ Figes, 2012, p. 29.
19. ↑ Hanioğlu, 2008, pp. 14-16.
20. ↑ Figes, 2012, p. 30.
21. ↑ Hanioğlu, 2008, pp. 43-44.
22. ↑ Hanioğlu, 2008, pp. 53-54.
23. ↑ Figes, 2012, p. 31.
24. ↑ Figes, 2012, pp. 28, 31.
25. ↑ Figes, 2012, p. 34.
26. ↑ Figes, 2012, p. 38.
27. ↑ Figes, 2012, pp. 39-40.
28. ↑ Saltar a:a b Figes, 2012, pp. 40-41.
29. ↑ Curtiss, 1980, p. 149.
30. ↑ Figes, 2012, p. 43.
31. ↑ Figes, 2012, pp. 44-45.
32. ↑ Figes, 2012, p. 64.
33. ↑ Figes, 2012, pp. 69-70.
34. ↑ Figes, 2012, p. 57.
35. ↑ Figes, 2012, pp. 58-59.
36. ↑ Edgerton, 1999, p. 39.
37. ↑ Hanioğlu, 2008, pp. 106-108.
38. ↑ Figes, 2012, p. 12.
39. ↑ Gouttman, 1995, pp. 102-103.
40. ↑ Figes, 2012, p. 16.
41. ↑ Gouttman, 1995, p. 104.
42. ↑ Figes, 2012, p. 13.
43. ↑ Gouttman, 1995, p. 105.
44. ↑ Gouttman, 1995, p. 106.
45. ↑ Figes, 2012, p. 14.
46. ↑ Edgerton, 1999, p. 36.
47. ↑ Figes, 2012, p. 21.
48. ↑ Figes, 2012, p. 70.
49. ↑ Badem, 2010, pp. 87-90.
50. ↑ Gouttman, 1995, p. 184.
51. ↑ Figes, 2012, pp. 72-73.
52. ↑ Saltar a:a b Edgerton, 1999, p. 11.
53. ↑ Figes, 2012, p. 50.
54. ↑ Figes, 2012, pp. 51-52.
55. ↑ Figes, 2012, p. 48.
56. ↑ Sweetman, 2001, p. 17.
57. ↑ Monnier, 1977, pp. 7-8.
58. ↑ Figes, 2012, p. 81.
59. ↑ Figes, 2012, p. 92.
60. ↑ Gouttman, 1995, p. 34.
61. ↑ Figes, 2012, p. 95.
62. ↑ Hanioğlu, 2008, p. 79.
63. ↑ Figes, 2012, pp. 96-97.
64. ↑ Figes, 2012, p. 98.
65. ↑ Gouttman, 1995, p. 53.
66. ↑ Gooch, 1959, pp. 34-35.
67. ↑ Figes, 2012, pp. 100-101.
68. ↑ Figes, 2012, p. 102.
69. ↑ Figes, 2012, p. 103.
70. ↑ Saltar a:a b c Figes, 2012, p. 2.
71. ↑ Gouttman, 1995, p. 78.
72. ↑ Saltar a:a b Figes, 2012, p. 5.
73. ↑ Gooch, 1959, p. 36.
74. ↑ Curtiss, 1980, p. 40.
75. ↑ Curtiss, 1980, pp. 43-44, 47.
76. ↑ Figes, 2012, p. 8.
77. ↑ Figes, 2012, p. 104.
78. ↑ Gouttman, 1995, p. 91.
79. ↑ Gouttman, 1995, p. 59.
80. ↑ Figes, 2012, pp. 104-105.
81. ↑ Figes, 2012, p. 106.
82. ↑ Guillemin, 1981, p. 13.
83. ↑ Saltar a:a b Figes, 2012, pp. 107-109.
84. ↑ Gouttman, 1995, pp. 68, 113.
85. ↑ Saltar a:a b c d Edgerton, 1999, p. 15.
86. ↑ Figes, 2012, p. 110.
87. ↑ Figes, 2012, p. 112.
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