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• algunos autores, cuyas opiniones recogen Códigos modernos, como el italiano, han establecido
otras condiciones para que un acuerdo de voluntades constituya contrato :
• 1o. Existencia de intereses contrapuestos;
• 2o. El contrato sólo rige situaciones transitorias de orden patrimonial;
• 3o. Para que exista contrato, las partes deben estar en situación de igualdad, lo que nos llevará a
decir algunas palabras respecto de los:
• 4o. Contratos de Derecho Público, y
• 5o. Contratos leyes.
Consentimiento exento de vicios.
• Para la validez del contrato, el consentimiento debe estar exento de vicios. Los vicios que pueden
afectarlo son: el error, la fuerza, el dolo y la lesión en los casos expresos en que el legislador la
establece, y que son: compraventa, y por ende, permuta, cláusula penal, aceptación de una
herencia o legado, partición, mutuo y anticresis.
• El error vicia el consentimiento en los casos de los Arts. 1453 a 1455: si recae sobre la especie
del contrato de que se trata, o sobre la identidad específica de la cosa, o en la sustancia o cualidad
esencial de ella, o en una accidental, si ésta ha sido determinante para la celebración del contrato
para alguna de las partes, y ello es sabido por la otra, o finalmente, si recae en la persona, cuando
la consideración de ésta ha sido la causa principal del contrato (contratos intuito personae ).
• La fuerza es vicio del consentimiento si es ilegítima, grave y determinante en la celebración del
contrato (Arts. 1456 y 1457), y el dolo, si es obra de una de las partes y determinante (Art. 1458).
Capacidad
La intención de obligarse.
• intención de dar nacimiento a una obligación, lo que se expresa también de otro modo diciendo
que el consentimiento debe ser serio. O sea, con ánimo de producir efectos jurídicos
• Por tal razón, no hay obligación ni contrato en los que se contraen en broma, o en la oferta de
premio que hace el padre a su hijo si sale bien en algún examen, y en el llamado transporte
benévolo, esto es, cuando el con ductor de un vehículo acepta llevar a una persona gratuitamente,
Los elementos propios de cada contrato. Clasificación
• El Art. 1444 hace una clasificación, inspirada en Pothier, de los elementos que constituyen cada
tipo de contrato, diciendo que "se distinguen en cada contrato las cosas que son de su esencia,
las que son de su naturaleza, y las puramente accidentales".
• Los elementos que constituyen requisitos del contrato son los esenciales, pues sin ellos el contrato
no produce efecto alguno o degenera en otro diferente. El mismo precepto señala un ejemplo: la
cosa y el precio en la compraventa, y así, si no hay precio, habrá donación, si concurren los
elementos esenciales propios de este último contrato.
• Las cosas de la naturaleza y accidentales, o sea que no son esenciales en el contrato, pueden
faltar en él sin que por ello se vea afectado éste en su validez y eficacia.
• Las cosas de la naturaleza, según la disposición, son las que no siendo esenciales en el contrato
se entienden pertenecerle sin necesidad de una cláusula especial, como por ejemplo la obligación
que tiene el vendedor de sanear la evicción en la compraventa. Las partes pueden modificar esta
obligación, pero si nada dicen, rigen las normas supletorias dadas por el legislador para
establecerlas.
• Finalmente, son elementos accidentales en un contrato los que ni esencial ni naturalmente le
pertenecen, y que se agregan por medio de cláusulas especiales. Esto es, requieren una
manifestación expresa de voluntad, como por ejemplo ocurre por regla general en las modalidades
(No 490): condición, plazo, etc.
• Si falta un elemento de la naturaleza del contrato, rige ante el silencio de las partes la norma legal
supletoria. Debe tenerse presente, además, que de acuerdo al inc. 2o del Art. 1563: "las cláusulas
de uso común se presumen aunque no se expresen". La ausencia de cláusulas accidentales
significará que el contrato producirá sus efectos normales, sin variación de ninguna especie.
• otras condiciones para que un acuerdo de voluntades constituya contrato. En su mayoría estas
doctrinas provienen del Derecho Público. Estos requisitos implicarían la exclusión de la teoría del
contrato de una serie de los que habitualmente se han considerado tales
• 1º. Existencia de intereses contrapuestos
• 2o. El contrato sólo rige situaciones transitorias de orden patrimonial;
• 3o. Para que exista contrato, las partes deben estar en situación de igualdad, lo que nos llevará a
decir algunas palabras respecto de los:
• 4o. Contratos de Derecho Público, y
• 5o. Contratos leyes
• Para algunas opiniones no hay contrato sino cuando existen intereses contrapuestos entre las
partes.
• El principal de los contratos excluidos por este requisito es el de sociedad, ya que las partes
tienen un mismo objetivo: la obtención de utilidades. Igualmente resulta afectada la sociedad por
el requisito señalado en el número que sigue, pues, lejos de establecerse una situación transitoria,
se da nacimiento a una persona jurídica
• Todo ello es indudable: el funcionamiento de la sociedad escapa, en general, a la teoría del
contrato, pero su nacimiento es evidentemente un acto contractual, en que hay intereses
contrapuestos y nacen claramente obligaciones para las partes, como la de enterar los aportes.
• De allí que se excluya del campo del contrato a aquellos que dan origen a una situación
permanente, como ocurre con la ya citada sociedad, el matrimonio, la adopción, el contrato de
trabajo, etc.
• Esta tesis está muy unida a la teoría de la institución, pero aun aceptándola no puede negarse que
es el contrato el que coloca a las partes dentro de la institución, pues hay un acuerdo de voluntades
que origina obligaciones.
• Mucho de cierto tiene, en cambio, la tesis de que los actos de familia que no tienen un objeto
directamente patrimonial no son contratos, como ocurre con los citados del matrimonio y la
adopción; es indiscutible en todo caso que sí lo son las convenciones que puedan recaer sobre las
consecuencias pecuniarias de los actos de familia, como ocurre con las convenciones
matrimoniales en cuanto creen obligaciones. Nuestro Código concibe el matrimonio como contrato
(Art. 102); la Ley de Adopción No 7.613, de 21 de octubre de 1943, más moderna, lo definió como
"acto jurídico" y no como contrato, pero fue derogada por la actual Ley de Adopción No 19.620,
de 5 de agosto de 1999. Aunque en la actual adopción hay voluntad en los adoptantes, ella no
tiene nada de contractual.
• la igualdad entre las partes, lleva a numerosos autores a negar la categoría de contratos a los que
celebra el Estado con los particulares.
• La doctrina clásica en materia de relaciones del Estado con los particulares, hoy abandonada en
el extranjero, pero que entre nosotros sigue aún utilizándose, hace una distinción fundamental
entre actos de autoridad o poder, y de gestión que tiene importancia tambien en la
responsabilidad extracontractual del Estado
• En los actos de autoridad, el Estado actúa premunido de una personalidad de Derecho Público, e
investido del poder que le otorga la soberanía; en virtud de su poder el Estado se impone a los
particulares, mediante leyes, decretos, resoluciones, etc. Por tal razón, la expropiación es un acto
de autoridad y no un contrato
• Esta teoría supone que, además de la personalidad de Derecho Público, el Estado tiene otra de
Derecho Privado para efectuar actos comunes en las mismas condiciones que cualquier particular
• La doctrina de la doble personalidad del Estado no es aceptada actualmente por los tratadistas del
ramo, quienes sostienen que ella es una sola, siempre de Derecho Público, sin perjuicio de que,
por así decirlo, la rebaje para colocarse en igualdad con los particulares a fin de contratar con
ellos. Aquí cabrían los contratos privados del Estado, como los ejemplos citados anteriormente, y
que no deben confundirse con los administrativos, como el que encarga a un particular la
construcción de una obra pública, la concesión, etc
• En general, en el otorgamiento del contrato de Derecho Público hay dos etapas, una
exclusivamente administrativa, y en la que se cumple con la propia reglamentación interna
para que la autoridad a quien corresponda pueda otorgar posteriormente el contrato
administrativo mismo. Esto se traducirá en una resolución, decreto, etc., pero en todo caso es
un acto interno de la autoridad pública, y posteriormente se procede a otorgar algún instrumento
en que se deja constancia con el particular u otra entidad participante de las condiciones en que
se ejecutará lo acordado.
• Ello ha llevado a sostener a autores alemanes e italianos (discutible) que en los llamados contratos
de Derecho Público no hay contrato sino un acto unilateral del Estado, al cual se adhiere
por otro acto unilateral el particular, y sólo reconocen, sin embargo, el carácter de contrato cuando
ambas partes son entidades públicas.
• La jurisprudencia ha estimado que los derechos que una parte tiene en virtud de un contrato son
bienes incorporales y por lo tanto protegidos por la Constitución
• En consecuencia, también en los derechos emanados del contrato administrativo la contraparte
privada tiene un derecho protegido por la Constitución. (reforzamiento del derecho de propiedad)
• sigue teniendo importancia para muchos efectos distinguir si estamos ante un contrato
administrativo o de Derecho Privado. El contrato administrativo es un acuerdo de voluntades en
que participa el Estado o algunos de los entes jurídicos que lo integran en el ejercicio de su función
administrativa con otro ente también estatal o particular y destinado a producir los efectos
jurídicos que se convienen en él y regulado en la legislación respectiva.
• La Corte Suprema declaró que el contrato administrativo o público se caracteriza por ser su objeto
inmediato el servicio o necesidad pública, en el que la Administración se halla, por razones de
interés colectivo, en un plano superior respecto a los administrados. Pero aun en estos contratos,
el particular no puede experimentar un menoscabo de su patrimonio, si se demuestra que por la
actividad de la Administración sufre aquél ese perjuicio económico. 47
• Dentro de los actos administrativos, uno de los más frecuentes y que genera mayores conflictos
es el de la concesión, que se define como "un acto de Derecho Público mediante el cual un
organismo público entrega a un particular la explotación de un bien de su propiedad o la
explotación de un servicio público".
• concepto sumamente discutido y discutible, en que van envueltos no sólo criterios jurídicos, sino
problemas políticos y económicos; entre nosotros es una construcción netamente jurisprudencial.
• “Son Los acuerdos, convenios o convenciones legales que tienen por objeto garantizar por el
Estado el otorgamiento de franquicias a terceros con los cuales conviene en la ejecución de actos
de interés general.”
• Pero posteriormente el Estado cambia de opinión y pretende derogar unilateralmente las
franquicias concedidas. Frente a esta tentativa, la Corte Suprema, bajo la vigencia de la
Constitución de 1925, construyó la tesis de la existencia de los contratos leyes que otorgarían al
particular un derecho adquirido, de propiedad, y, en consecuencia, la revocación unilateral por ley
de las franquicias concedidas habría importado una violación del Art. 10, No 10 de dicha
Constitución
• caso muy representativo es el Art. 18 del D.F.L. No 2, del año 1959 (vulgarmente llamado "Plan
Habitacional"), cuyo texto definitivo se contiene en el D.S. de Obras Públicas No 1.101, publicado
en el Diario Oficial de 18 de julio de 1960. Según dicho precepto, el permiso de edificación de
"vivienda económica" acogida a las disposiciones de dicho D.F.L., será reducido a escritura pública
que firmarán el Tesorero Comunal respectivo en representación del Estado y el interesado, y esta
escritura tendrá el carácter de un "contrato", en cuya virtud las franquicias, exenciones y
beneficios que concede la ley no se pierden "no obstante cualquier modificación posterior que
puedan sufrir parcial o totalmente las disposiciones referidas".
• Don Eduardo Novoa Monreal, en comentario a una de las sentencias citadas, criticó esta
concepción en base a dos argumentos principales:
• 1o. Consideró con justa razón que se ha asimilado al Derecho Privado y resuelto conforme a sus
principios una materia en que por ir involucrada la soberanía y autoridad del Estado para legislar,
imponer tributos, etc., pertenece totalmente al Derecho Público; no puede, pues, en su
opinión, asimilarse a un contrato bilateral de
• Derecho Común y, en cambio, debe encararse conforme a los principios de aquel Derecho en
que el interés general prima sobre el individual.
• 2o. En Derecho Público puede hacerse únicamente aquello que está expresamente
autorizado. Pues bien, la Constitución de 1925 en parte alguna aceptaba que, ni aun por
vía legislativa, el Estado pudiera autolimitar sus prerrogativas constitucionales para
imponer tributos, modificar y derogar leyes, etcétera.
• Y cuando estos contratos leyes son de plazo indefinido o por largos términos, importan una
verdadera enajenación de la soberanía.
Para el profesor Abeliuk, Tiene toda la razón el profesor Novoa de que esta materia debe resolverse
en conformidad al Derecho Público. Sin embargo, el primer argumento es relativo, porque más
bien constituye una crítica a los gobiernos que otorgaron dichas franquicias, especialmente si ellas
son sin limitación en el tiempo. Y en cuanto al segundo argumento, tampoco la Constitución
original de 1925, permitía la delegación de facultades del Congreso al Presidente de la República
para dictar D.F.L., y sin embargo ellos eran muy frecuentes, y aceptados unánimemente.
• El punto era, pues, muy discutible.
• La Ley No 17.450, de 16 de junio de 1971 (que nacionalizó la Gran Minería), introdujo dos incisos
finales al Art. 10 No 10 de la Constitución de 1925, recogiendo las ideas del profesor Novoa: "En
los casos que el Estado o sus organismos hayan celebrado o celebren con la debida autorización
o aprobación de la ley, contratos o convenciones de cualquier clase en que se comprometan a
mantener en favor de particulares determinados regímenes legales de excepción o tratamientos
administrativos especiales, éstos podrán ser modificados o extinguidos por la ley cuando lo exija
el interés nacional".
• "En casos calificados, cuando se produzca como consecuencia de la aplicación del inciso anterior,
un perjuicio directo, actual y efectivo, la ley podrá disponer una compensación a los afectados".
• La Constitución actual no mantuvo esta disposición, y bajo su vigencia no ha habido discusión
sobre los contratos leyes. Los cambios en la reglamentación del derecho de propiedad (Art. 19,
No 24) y el recurso de protección le han restado la importancia que llegaron a tener. Sin embargo,
la Corte de Apelaciones de Santiago, en sentencia de 15 de septiembre de 2003, ha declarado que
el contrato de inversión extranjera que el Estado de Chile celebra con inversionistas extranjeros
al amparo del D.L. No 600, de
• 1974, constituye un contrato ley.
CLASIFICACIÓN DE LOS CONTRATOS
B) Clasificaciones de la doctrina(agrega):
1) preparatorios y definitivos;
2) de libre discusión y de adhesión;
3) colectivos e individuales;
4) de ejecución instantánea y sucesiva, y
5) nominados e innominados