intromisión ilícita a su vida privada, que está protegida por el art. 19 Nº 4 de la Constitución, y que bien puede considerarse un hecho ilícito dañoso que impone responsabilidad civil, en este caso a la persona natural que hizo la filtración y a la Municipalidad por el hecho ajeno o por falta de servicio.
Para ello deberá sí acreditarse que el ilícito
fue la causa directa de un daño ya sea patrimonial o extrapatrimonial. Es difícil que pueda acreditarse perjuicio patrimonial.
Quedará, en consecuencia, la opción de
demandar por daño moral constituido por el dolor o sufrimiento psíquico causado por la humillación que le hizo su marido al conocer la infidelidad, el quiebre de su matrimonio y la separación de sus hijas.
Deberá aplicarse en consecuencia una
disminución de la indemnización que hubiere correspondido originalmente, conforme a lo que se ordena en el art. 2330 del Código Civil, según el cual “la apreciación del daño está sujeta a reducción, si el que lo ha sufrido se expuso a él imprudentemente”.