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SISTEMAS PROCESALES
DERECHO - V - B
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Índice
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1. Sistemas procesales
A través del tiempo y en las diferentes sociedades existentes siempre han existido
sistemas procesales que se han acomodado a la realidad dela sociedad existente y para
el ejercicio del aparato judicial.
Los sistemas son diversos, un autor los clasifica en sistemas publicistas y sistemas
privatisticos, otro en sistemas inquisitivos y sistemas procesales dispositivos, otros
en sistemas procesales escritos y sistemas procesales orales, otros en sistemas
procesal de unidad de instancia y el sistema procesal de pluralidad de instancias, El
sistema procesal peruano es un sistema procesal de pluralidad de instancias, conforme
a la Constitución Política de 1993 que en su artículo 139 numeral 6 establece que son
principios y derechos de la función jurisdiccional la pluralidad de instancia. En el
derecho romano se estableció 5 instancias que son las siguientes:
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procesal, afirmándose que si en el proceso civil se discuten derechos civiles que son
privados, entonces el proceso civil es también una actividad privada.
- Iniciativa
- Impulso procesal
- Tema de decisión
- Hechos
- Pruebas
- Disponibilidad del Derecho
- Recursos
3. El sistema publicistico
Surge ante lo oneroso y absurdo del sistema privatistico, inicialmente la reforma
consistió en reducir el considerable apogeo de la escritura en el desarrollo de la
actividad procesal, y como una alternativa de volverlo expeditivo, se resolvió optar
por la oralidad que fue el punto de partida de la afirmación del sistema publicistico.
Este sistema constituye en la actualidad la alternativa más común y científicamente
más aceptable para el diseño de un determinado ordenamiento procesal, resultando
obsoleto el sistema privatístico.
La diferencia entre los dos sistemas que hemos descrito, nos parece se asienta en la
respuesta a una pregunta específica: ¿Quién sirve a quién? Los sujetos que actúan
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como objeto de la pregunta son el Estado y los particulares. Dentro de una concepción
privatística, e! proceso es el medio a través del cual el Estado concede a los
particulares la oportunidad de resolver su conflicto de intereses. Por esta razón, como
el Estado está a disposición de los particulares, el proceso, que es el vehículo del
servicio, está bajo el control de quienes lo reciben, es decir, de los particulares. Sin
embargo, la misma pregunta puede tener una respuesta distinta. La trascendencia
social del proceso, expresada en la presencia exclusiva y hegemónica del Estado,
determinó que se advirtiera el carácter público de aquel. Pero no solo eso. Muy pronto
se constato que la más importante en el proceso no es que los particulares resolvieran
su conflicto sino que, a través del derecho objetivo –creado por el propio Estado- se
tornara eficaz y respetado, y asimismo, a través de la exigencia judicial del
cumplimiento del derecho objetivo, se lograra la paz social en justicia.
Como se advierte, tanto la eficacia del derecho objetivo como el fin de la paz
social en justicia son extraparticulares, y de alguna manera extraprocesales, por así
decirlo. Es así como empieza a afirmarse la concepción del proceso como un
fenómeno público y se le considera sujeto a normas previstas por el Estado con
anticipación al conflicto, normas que también son de naturaleza pública, entre otras
razones por su vocación imperativa.
Con lo dicho, a la pregunta: ¿quién sirve a quién?, la respuesta empieza a
variar. Así, resulta que las partes al enfrentarse en un conflicto de intereses brindan al
Estado la oportunidad de reafirmar la eficacia del derecho objetivo para lograr la paz
social en justicia. En consecuencia, el proceso pasa a ser una actividad pública, sujeto
a normas de derecho público.
Sin perjuicio del desarrollo de los principios que sustentan este sistema, es
conveniente destacar dos hechos. En primer lugar, el sistema publicístico ha pasado
a ser en este siglo la alternativa más común y científicamente más aceptable para el
diseño de un determinado ordenamiento procesal, al punto que mantener un esquema
privatístico es signo de obsolescencia grave o aguda, según se mantengan vigentes
ordenamientos estrictamente ceñidos a las tesis decimonónicas del liberalismo
individualista, o a los postulados romano-canónica-comunes del ordo iudiciarum
privatorum.
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En segundo lugar, cabe precisar que este apogeo ha generado una paradoja -
citada anteriormente- de considerable importancia. Dado que la tendencia
contemporánea en materia de derecho civil y comercial -nos referimos al derecho
material del cual el proceso civil es su instrumento- es retornar a los esquemas
privatistas de hace dos siglos, hoy se reafirma la vieja tesis de considerar privadísimos
tales derechos materiales. Por otro lado, al haberse afianzado el sistema publicístico,
resulta que en la actualidad al interior de una función pública se discuten derechos
privados.
5. Conclusiones
Los sistemas procesales se ajustan a la realidad de las sociedades donde se
aplican.
El sistema procesal peruano es un sistema mixto que tiene mucho del sistema
inquisitorio y también del sistema publicistico o dispositivo.
6. Referencias Bibliográficas
Alsina, H. (1963).”Tratado teórico de Derecho Procesal Civil y Comercial”.
Buenos Aires-Argentina. EDIAR, S.A.
Cappelletii, M.(1973).”El Proceso Civil en el Derecho Comparado”. Buenos
Aires-Argentina. Ediciones Jurídicas Europa-América.