y resistencia residual al concreto endurecido para el uso en losas sobre terreno,

losas macizas, viviendas industrializadas (con placas), muros y losas para el

sistema de muros de ductilidad limitada y pavimentos (Cementos Pacasmayo

S.A., 2019).

En nuestro país, no es frecuente el empleo de aditivos por la creencia

generalizada de que su alto costo no justifica su utilización en el concreto de

manera rutinaria (…). Aunado a esto, hay mucho desconocimiento sobre el uso

y potencialidades de los aditivos, ya que, al no ser productos de gran

disponibilidad y consumo en el mercado local, son relativamente pocos los

profesionales que tienen la oportunidad de emplearlos e investigar sus

posibilidades con los materiales y condiciones locales.

Este círculo vicioso de no usar aditivos por su alto costo, los precios elevados

de estos por ser el mercado pequeño y la poca investigación en cuanto a sus

posibilidades en nuestro medio, trae como consecuencia el que, en términos de

desarrollo tecnológico en el Perú, la experiencia en su empleo es limitada sólo a

algunos proyectos de cierta importancia, no existiendo una tecnología local

organizada que comparta, aproveche y difunda los avances internacionales en

este campo (Pasquel Carbajal, 1999).

La industria de la construcción en el Perú desde fines del siglo XX tiene un

sostenido crecimiento, impulsado por el desarrollo económico, motivo por el

cual la normalización permite acceder a estándares internacionales, siendo esta

una herramienta indispensable para la competencia con calidad, que garantizan

a través de su aplicación los requisitos de calidad, los métodos de ensayo

estandarizados para

satisfacer las expectativas de los consumidores y aseguran la permanencia en el

mercado de los productos y servicios (Asociación de Productores de Cemento,

2014).

Pero, el boom inmobiliario en Trujillo ha generado que muchas edificaciones

incumplan con las reglas básicas para su construcción. La comuna de Trujillo,

de acuerdo con las inspecciones realizadas alrededor del casco urbano de la

ciudad, ha podido identificar edificaciones sin licencias que podrían generar un

gran riesgo ante un eventual desastre natural. Asimismo, muchas de las

viviendas han crecido verticalmente, desafiando así las normas de construcción.

Se indica, además, que cerca del 75% de las construcciones han sido

construidas por “autoconstrucción” (Reyna, 2017).

Así, surge la problemática de estar rodeado de viviendas construidas con un

concreto de bajas resistencias. El no tener conocimientos técnicos de

preparación de mezcla, uso de agregados, dosificaciones de diseño,

trabajabilidad del concreto, etc. es una de las causas que influencian que el

concreto vaya alterando su comportamiento. Todos estos factores influyen

directamente en la calidad del concreto y sus propiedades, como lo son la

resistencia a compresión, resistencia a la flexión, tenacidad, propagación de

grietas, entre otras, reduciéndolas y limitando su desempeño en la función para

la cual es diseñado, donde muchas veces es necesario el uso de aditivos o

adiciones, a la vez de profesionales capacitados, para solucionar los problemas

que se dan en obra.

Es por todo esto que, la presente investigación está enfocada en la adición de

fibras de polipropileno al concreto para determinar un porcentaje óptimo que

ayude a mejorar las principales propiedades del concreto endurecido como lo

son la resistencia a la compresión y la resistencia a la flexión para la aplicación

en losas o pisos sobre el terreno, que son los principales elementos

constructivos que presentan fallas por la baja resistencia del concreto.