You are on page 1of 9

TEMAS AYUNO JULIO

ME AMO, AMO Y SOY INSTRUMENTO DE DIOS

2da. SEMANA
ÁMATE A TÍ MISMO

Hay tres buenas razones por las cuales no deberíamos permitir que la actitud de los
otros influya sobre lo que pensamos de nosotros mismos.

 La primera, es que debemos aceptarnos tal cual nos valoriza Dios, y no según
lo hagan los demás.
 La segunda, es que no siempre podemos aceptar lo que los demás piensan
de nosotros, pues pudieran estar juzgando las apariencias y estar refiriéndose
a algo totalmente.
 La tercera razón es que lo que los demás piensan de nosotros generalmente
es un reflejo de nuestra propia autoimagen. Si nos sentimos inferiores,
exageramos el sentido de inferioridad y, por consiguiente, los demás nos
mirarán como inferiores.
Pregunte a los asistentes qué piensan de esto.

Lea el siguiente versículo:

“Aquél, respondiendo, dijo: amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda
tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti
mismo.” (Lucas 10:27)
A la luz de este versículo, ¿por qué es importante amarse a sí mismo?

Sin excepción alguna, todas las personas deprimidas han tenido problemas de
autoaprobación. Al decir esto no hemos descubierto nada nuevo, ya que
prácticamente todos los seres humanos tienen una inadecuada imagen de sí mismo.
En algún momento de su vida, hasta los más intrépidos y seguros de sí, se ven
obligados a luchar contra el autorrechazo. Si bien la mayoría recupera su confianza,
ninguno es inmune a él.

Si asumimos que el logro de una buena imagen es muy importante para superar la depresión, vale
la pena detenernos un poco para considerar algunos puntos que nos ayudan a tener una buena
autoestima:

1. Aceptarnos como criaturas de Dios


Somos objeto del amor de Dios, Él nos hizo tal cual somos (Salmo 139:16). Agradezcámosle
especialmente por nuestra naturaleza o nuestro aspecto, por lo que somos, y confiemos en Él para
que nos haga la persona que quiere que seamos.
2. Aceptar el perdón de Dios por nuestros pecados
Si constatamos pecados en nuestra vida, debemos confesarlos, una vez confesados, demos gracias
a Dios por su perdón.
3. Superponer a Dios sobre nuestra autoimagen
Agradezcamos a Dios de una manera real y práctica, por su presencia en nuestra vida.
Recordemos, como lo hizo el apóstol Pablo, que “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.”
(Filipenses 4:13).
4. Visualizarnos a medida que Dios nos moldea
No cedamos a la tentación de vernos a la luz de fracasos pasados. Mirémonos como creciendo y
madurando en la medida en que nosotros y Dios lo deseemos (Filipenses 2:5). Pensemos en
nosotros mismos, como un reflejo de la mente de Cristo.
5. Visualizar por fe las metas fundamentales de nuestra vida y anotarlas
Si anotamos en un papel nuestros objetivos, activamos a nuestro subconsciente para que nos
recuerde las cosas que debemos hacer en cumplimiento de nuestras metas. Oremos por ellas con
fe, pues requerimos el poder de Dios para posibilitar el logro de lo imposible.
6. Pensar siempre en lo bueno, favorable y beneficioso
No hay lugar para el negativismo en la vida de un cristiano. Ligados como estamos al divino poder
de Dios, no debemos anticipar otra cosa que el éxito. Evitemos al quejoso, al insistente, y al crítico;
sobre todo, evitemos imitarlo. Sigamos el consejo de la Biblia (Filipenses 4:8).
7. Anticipemos la superabundante vida que Dios tiene para nosotros
Dios ha proyectado para nuestra vida un plan completo, pero flexible. Este plan incluye su buena,
aceptable y perfecta voluntad (Romanos 12:1-2).
8. Buscar primeramente el reino de Dios
(Mateo 6:33), este versículo deja claramente sentado, que el cristiano no puede permitirse actitudes
codiciosas o egoístas en su vida. Si bien no le está vedado alcanzar posiciones o garantías
materiales, nunca éstas pueden ser su objetivo principal. Su primer objetivo es buscar el reino de
Dios y su justicia.
9. Entregarnos a Dios para servir a los demás
No hay en la vida recompensa y gozo mayor que el servir a otros. Además, esto hace las veces de
terapia emocional. Los deprimidos piensan demasiado en sí mismos; servir a Dios ayuda a la gente,
nos hace pensar en otros, y no tanto en nosotros. Las recompensas por tales servicios no solamente
significan un beneficio para la eternidad, sino que nos ayudan en esta vida (Juan 13:4-5,13-14).
10. Dar gracias en todo
“Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.” (1
Tesalonicenses 5:18). Este versículo brinda una garantía absoluta contra la depresión emocional.
Es absolutamente imposible que se deprima una persona sana que está llena del Espíritu Santo y
que da gracias en todo.
APLICACIÓN TEOTERÁPICA
Si creemos realmente que Dios nos ama y nos ha hecho para una razón especial, tal como la Biblia
lo enseña, podemos aceptar con gratitud nuestra apariencia, capacidades, linaje, y medio ambiente.
Una vez que aceptamos estas cosas por fe en Dios y en su Palabra, resulta fácil aceptarnos a
nosotros mismos. Si rechazamos a una o más de estas características, sufriremos la desdicha que
acompaña al autorrechazo.

Piense en cada uno de estos 10 puntos ¿Cómo los está viviendo?


¿Qué tareas se colocará para comenzar a vivir aquellos que no está practicando?

Tomando como base los 10 puntos, y el ejercicio realizado llevar a los asistentes a tomar
decisiones claras con Dios para mejorar y afianzar su autoimagen (canción sugerida para
terminar: Soy nueva creatura https://www.youtube.com/watch?v=t4eowPp5QsQ.)

Desarrollar las acciones propuestas y compartir este tema con su familia.


TEMAS AYUNO JULIO
ME AMO, AMO Y SOY INSTRUMENTO DE DIOS

3ra. SEMANA
EL AUTOCONCEPTO Y EL CRECIMIENTO PERSONAL

Invite a que cada uno en su Biblia lea Romanos 12:3


“Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que
no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con
cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno.”

En el marco de tener una sana autoimagen, ¿cómo explicaría este versículo?

Al ingresar los asistentes entregar a cada uno un papelito del anexo y tener un mural
que diga: “Trágicos resultados del rechazo”

En este momento le invita a colocar su papel en el mural

Luego de que estén todos pegados le dice: miremos los trágicos resultados del rechazo. Los lee en
voz alta (Depresión, falta de fe en Dios, rebelión, ensimismamiento, excesivo énfasis en lo material,
negativismo y fracasitis, imitacionitis, limitar a Dios en el uso que tiene previsto para nuestra vida).

Realmente son trágicos, pensemos por qué la gente tiende a rechazarse:

 Gente pequeña en un mundo pequeño, quisimos ayudar siendo niños y no lo negaron y entonces
creemos que no podemos.

 El ridículo en el niño, esto lleva a los niños a encontrar defectos en su personalidad, lo que los
conducirá a un profundo autorrechazo.
 Ser más conscientes de los propios errores que de los errores de los demás, por la baja
autoestima, porque busca siempre “ser perfecto”, y sus fracasos le afectan más que a otros.
En realidad, se torna obsesionado con sus propios defectos.
 Padres, familiares, maestros, y amigos críticos, la crítica constante es siempre perjudicial. Todos
buscamos y necesitamos el elogio, particularmente de los que amamos.

Todo esto afecta la imagen propia, generando una baja valía.

El autoconcepto es el conjunto de ideas que tenemos acerca de nosotros mismos.


Cada uno, nos demos cuenta o no, tenemos una imagen propia, buena o mala, pero
cualquiera que ella sea, afectará nuestro comportamiento, actitudes, productividad y,
en última instancia, el éxito en la vida.

Los pensamientos engendran sentimientos, y los sentimientos engendran acciones; por


consiguiente, los pensamientos que nacen de nuestra autoimagen afectan nuestras acciones,
negativa o positivamente. El que tiene una imagen de confianza en sí mismo, rendirá al máximo en
su capacidad; no así el inseguro, que carece de esa confianza. Esto explica por qué algunos
talentosos fracasan, y por qué triunfan algunos mediocres.

Los seres humanos constantemente cambian de conducta, como podemos ver si nos examinamos a
nosotros mismos y a otros, en una forma suficientemente crítica. Es una observación muy superficial
decir que "fulano de tal" es la misma persona que hace cinco años atrás. Técnicamente, no es
exactamente la misma persona hoy que ayer. Como consecuencia de que una persona cambie su
percepción de sí misma, también cambia su actitud hacia la vida, hacia sí misma, hacia su trabajo,
etc. Este crecimiento trae notables cambios en la conducta exterior.

La siguiente lista contiene algunas de nuestras necesidades esenciales y la manera como Cristo suple
cada una de ellas. Es importante que las creamos y hagamos parte de nosotros (puede entregar a
cada asistente copia de este cuadro)

NECESIDAD CÓMO CRISTO LA SUPLE


Ser amados “En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en
que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados”
(1 Juan 4:10).
Ser aceptados “en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de
Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad,
para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el
Amado,” (Efesios 1:5-6).
Seguros “echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros.”
(1 Pedro 5:7).
Valiosos Martín Lutero dijo: "Dios no nos ama porque seamos valiosos; somos valiosos
porque Dios nos ama".
“Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y
vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?
(Mateo 6:26).
Perdonados “Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros,
como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo”. (Efesios 4:32).
Competentes “No que seamos competentes por nosotros mismos para pensar algo como de
nosotros mismos, sino que nuestra competencia proviene de Dios”. (2 Corintios
3:5).

APLICACIÓN TEOTERÁPICA

Un autoconcepto saludable es fundamental para tener bienestar emocional: nos sentimos cómodos
con nosotros mismos y disfrutamos de una paz interior duradera. Cuando se desarrolla un sano
autoconcepto, llevamos una vida útil y productiva: pensamos con claridad para lograr mejor
rendimiento y nos concentramos en metas definidas con la motivación suficiente para lograrlas.

Cuando se tiene una autoimagen adecuada, se enfrentan los problemas de la vida y hay dedicación
para resolverlos. No se tienen que dividir los esfuerzos entre atender las ansiedades interiores y
enfrentar las circunstancias del momento. Podremos gozar los logros obtenidos sin presumir de ello;
nos desenvolveremos competentemente en la vida, porque sabemos que ya "somos". No estaremos
tratando siempre de "llegar a ser".
Tomando como base el cuadro de necesidades y cómo Cristo las suple, reflexione cómo
está su vida frente a esto y tome decisiones. Genere su propia ruta de acción para
fortalecerse en estas verdades.

En oración, llevar a los asistentes a dejar en el altar del Dios los trágicos resultados del
rechazo que aún no ha superado y las razones por las cuales aún se rechaza a sí mismo.
Luego leyendo cada uno de los versículos de cómo Dios suple nuestras necesidades,
invíteles a agradecer a Dios por cada una de estas verdades y pedirle que cada día las
recuerde y no olvide eso que Él ya le ha dado. (Canción sugerida: Gracias de Marcos Witt)

Compartir las verdades aprendidas con su familia y discípulos.

ANEXO

Depresión Falta de fe en Dios

Rebelión
Ensimismamiento

Excesivo énfasis en
lo material Negativismo y fracasitis

Imitacionitis Limitar a Dios en el uso que

tiene previsto para nuestra vida


TEMAS AYUNO JULIO
ME AMO, AMO Y SOY INSTRUMENTO DE DIOS

4ta. SEMANA
INFLUYENDO EN EL ENTORNO

Invite a los asistentes a pensar en los cambios que ha tenido respecto a su propia
imagen desde el día que invitó a Cristo a su corazón

La experiencia cristiana es un proceso en el cual nos libramos del concepto


inadecuado de nosotros mismos, obteniendo así más y más libertad para activar todo
el potencial de nuestra vida en Cristo.

Hemos deseado que Dios nos madure instantáneamente. La madurez inmediata ha


parecido preferible a todo el dolor y el sufrimiento que, con tanta frecuencia, forman
parte de nuestro crecimiento personal. Sin embargo, Dios nos hace pasar por ciertas
experiencias que se requieren para el proceso de maduración. Este crecimiento
algunas veces se da en forma inexplicable; otras veces, con lentitud agonizante. Hay ocasiones en
que el verdadero aprendizaje es tan profundamente inconsciente, que no se manifiesta en forma
clara por un largo tiempo.

1. Viéndonos a la luz de Dios


Todos estamos en este proceso de crecimiento, en el cual, mediante nuestra relación con Dios,
llegamos a vernos como Él nos ve. El conocimiento de esta realidad se convierte en base estable
sobre la cual puede descansar y desarrollarse sanamente nuestro autoconcepto.

Cuando nos conocemos a nosotros mismos a la luz de Dios, también conocemos la dirección en la
cual debemos crecer. Esta dirección la encontramos en Efesios 4:13: “Hasta que todos lleguemos a
la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura
de la plenitud de Cristo”.

El aspecto clave para tener una adecuada imagen de nosotros mismos, es tener una visión clara de
quién es Cristo, e identificarnos con Él, renovando nuestra mente con los pensamientos de Dios. La
madurez en la vida cristiana consiste en una plena identificación con Cristo, como resultado de una
vida intercambiada: esto significa que Él toma nuestra vida para actuar a través de ella y nosotros
tomamos su naturaleza divina, para disfrutar así de una experiencia de gracia divina.

“Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo
en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí”
(Gálatas 2:20)

Así como toda persona debe tener la convicción del pecado, para recibir a Jesucristo como Señor y
Salvador Personal, así es necesario que aceptemos cuán lejos estamos de la meta, en lo referente
al crecimiento y la madurez para ser lo que Dios quiere que seamos.
En la Teoterapia, el crecimiento se da cuando nos apropiamos de la posición que ahora tenemos en
Cristo Jesús, e interiorizamos el concepto que Dios Padre tiene de nosotros.

La verdad de la Biblia referente a nosotros, es el punto de partida para formar un concepto saludable
y positivo de nosotros mismos. Para vernos como Dios nos ve - como somos realmente- debemos
comprender nuestra posición en Cristo, la "VERDAD POSICIONAL". Esta visión adecuada de nuestra
persona en Él, es clave.

2. Ampliando nuestra visión del mundo


El concepto que una persona tiene de sí misma está estrechamente relacionado con el que la persona
tiene de su entorno; por lo tanto, si ve un mundo muy pequeño (como un niño lo hace) su concepto
de sí mismo será necesariamente estrecho; si se ve a sí mismo como ciudadano del mundo (como
un viajero lo haría), su autoconcepto envuelve el mundo.

Una de las quejas más comunes de los jefes es que su subordinado es muy estrecho en sus miras.
Por ejemplo, el gerente de ventas promovido a vicepresidente irrita a los del área de producción o
investigación, pues tiene únicamente el punto de vista de un vendedor. El exjefe de producción,
ahora vicepresidente, es odiado por los de ventas, debido a su actitud de “lo hacemos a bajo costo,
y está en usted venderlo; no me molesten con pedidos especiales, clientes o cambios de modelos;
¡vendan!”. Ambos hombres sufren por limitar su autoconcepto: perciben sus trabajos (y a sí mismos)
muy estrechamente.

No basta vernos a nosotros mismos como somos ahora. Esa comprensión es un punto necesario
para la partida, pero también debemos ver lo que nosotros mismos podríamos ser, y crecer hacia
esa visión. Si crecemos, aprendemos a ver nuestro entorno con una amplia visión, tal como Jesús lo
hizo y engrandeció el legado de su Padre.

3. Influyendo en nuestro entono


Los hombres sobresalientes de la historia han tenido una característica en común: Ellos parecen
haber sido simplemente ellos mismos como personas Miguel Angel, peleando contra la adversidad
para poder esculpir; Beethoven, continuando su composición luego de haberse vuelto sordo; Milton,
en quien la ceguera no fue obstáculo para sus escritos.

Tales hombres han dado sentido a la frase, “cumpliendo su destino”. Estamos llamados a desplegar
todo nuestro potencial, siendo nosotros mismos. En este sentido nuestro autoconcepto está en un
desarrollo continuo a lo largo de nuestra vida.

Una persona que siempre está creciendo, siempre tendrá capacidades por desarrollar. La diferencia
entre un hombre fuerte y uno débil, tal vez no sea una diferencia de habilidad, pues hay muchos
hombres con inteligencia brillante, y ambiciosos, que no consiguen nada. De alguna forma, el
hombre fuerte “hace” su oportunidad. La diferencia se basa en el autoconcepto. ¿Cuánto valoro mi
vida?, ¿Qué es lo que quiero hacer con ella?, ¿Qué debo hacer para ser yo mismo?

Los hombres fuertes han aparecido con respuestas definidas a estas preguntas; los hombres débiles
se han equivocado, han sido condescendientes con ellos mismos, no se han exigido lo suficiente, y
nunca se han atrevido a buscar respuesta a los conflictos que enfrentan.

La persona con autoestima cree en sus capacidades; tiene una sensación general de
que controla su destino; piensa, con razón, que es capaz de hacer lo que planea. Tiene expectativas
realistas, y cuando descubre que algunas no lo son, mantiene una actitud positiva y se acepta como
es. Puedo decir, sin temor a equivocarme, que la persona que se acepta, se estima y tiene confianza
en sí misma; donde quiera que esté y cualquiera que sea su función, se volverá un gran LÍDER: le
buscarán, le imitarán, le consultarán. Sobresaldrá entre muchos, pues posee esas características
que atraen de todo líder.

En el liderazgo es más importante lo que usted es, que lo que usted hace. Podemos decir que un
hombre o una mujer pueden fracasar en su ministerio o trabajo, pudiendo tener éxito, simplemente
porque no están dispuestos a aceptarse a sí mismos, como Dios lo ha hecho.

APLICACIÓN TEOTERÁPICA

La persona que posee una sana autoestima sabe hacia dónde se dirige; tiene una visión clara, unos
objetivos definidos y es capaz de hacer que otros tomen acción efectiva. Es sensible como persona,
pero a la vez “hueso duro de roer”, es decir, desarrolla capacidad de resistencia a la oposición.
Siempre encontraremos dificultades y tropiezos, ante los cuales muchos desertan y se desaniman,
pero el verdadero líder seguro de sí mismo sigue adelante, olvidando lo que queda atrás, y
prosiguiendo al blanco. “Prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo
Jesús”. (Filipenses 3:14)

Respóndase estas preguntas:

1. ¿Cuánto valora su vida?


2. ¿Qué es lo que quiere hacer con ella?
3. ¿Qué debe hacer para ser usted mismo?

Con base a las preguntas lleve, en oración, a los participantes a entender el valor de su vida
delante de Dios, a dar gracias por haberle transformado, a asumir su responsabilidad como
cristiano en los procesos de cambio de su entorno y disponerse a dejarse usar por Dios en
el cumplimiento de sus propósitos (Canción sugerida para terminar: Tu voz de Renuevo)

Liderar proyectos de cambio en su comunidad, teniendo como base la Teoterapia.

You might also like