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Exp. Nº 2007-0619
El 19 de junio de 2007, se dio cuenta en Sala y por auto de igual fecha, se ordenó
abrir el procedimiento de Segunda Instancia previsto en el artículo 19 de la Ley Orgánica
del Tribunal Supremo de Justicia de la República Bolivariana de Venezuela,
aplicable ratione temporis, se designó ponente a la Magistrada YOLANDA JAIMES
GUERRERO y se fijó un lapso de quince (15) días de despacho para fundamentar la
apelación.
El 23 de abril de 2008, oportunidad fijada para que tuviera lugar el acto de informes,
se hizo el anuncio de Ley, compareció el abogado Víctor García Rojas, inscrito en el
INPREABOGADO bajo el N° 76.667, actuando con el carácter de sustituto de la
Procuradora General de la República, en representación del Fisco Nacional, tal como consta
del documento poder otorgado ante la Notaría Pública Vigésima Quinta del Municipio
Bolivariano Libertador del Distrito Capital, el 8 de abril de 2008, inserto bajo el N° 18,
Tomo 18 de los libros de Autenticaciones llevados por esa Notaría, expuso sus argumentos
y posteriormente, presentó sus conclusiones escritas. Se dijo VISTOS.
ANTECEDENTES
En fecha 8 de junio de 2006, se notificó al ciudadano Chang Shum Wing Chee, del
contenido de la Resolución N° SANT-GTI-RCO-600-S-2006-000016 de fecha 28 de abril
de 2006, por la cual la Gerencia Regional de Tributos Internos de la Región Centro
Occidental del Servicio Nacional Integrado de Administración Aduanera y Tributaria
(SENIAT), determinó a cargo del contribuyente por concepto de impuesto sobre la renta la
cantidad de Bs. 19.387.589,00, ahora expresados en Bs. 19.387,59 multas por “Bs.
3.017.036,00 [hoy Bs. 3.017,04] y 720,89 Unidades Tributarias”, así como por intereses
moratorios el monto de Bs. 8.573.322,00, ahora expresados en Bs. 8.573,32, para los
ejercicios coincidentes con los años civiles 2001 y 2002.
II
DE LA DECISIÓN APELADA
CAPITULO I
PRUEBA DOCUMENTAL
De conformidad con lo previsto en el artículo 429 del Código de
Procedimiento Civil, se admiten salvo su apreciación en la definitiva
las pruebas documentales promovidas, específicamente lo señalado
por la parte promovente en su escrito de promoción de pruebas, por
cuanto no son manifiestamente ilegales ni impertinentes.
CAPITULO II
MERITO FAVORABLE Y DE LA COMUNIDAD DE LA PRUEBA
No puede considerarse como promoción de pruebas, la reproducción
del mérito favorable de los autos y el Principio de la Comunidad de la
Prueba ya que el objeto del lapso de promoción de pruebas es
demostrar la veracidad de los hechos controvertidos, por lo tanto se
inadmite dicho punto”. (Destacado del a quo).
III
FUNDAMENTACIÓN DE LA APELACIÓN
Luego de enunciar el mérito favorable de los documentos, actuaciones, así como los
hechos y afirmaciones derivadas del expediente, procedió a citar extractos de sentencias de
este Máximo Tribunal y referencias doctrinales acerca del principio de comunidad de la
prueba:
“(…) En tal sentido, es oportuno referenciar lo que históricamente ha
acontecido sobre la aceptación general del principio de la comunidad
o adquisición de la prueba, en cuanto a que un litigante puede hacer
valer el mérito probatorio de actuaciones procesales de su
contraparte, el principio de comunidad de la prueba tiene
justificación jurídica en la circunstancia de que, como las pruebas
constituyen los elementos utilizados por el Juez para alcanzar el fin
del proceso, nada importa quién las hubiese promovido o aportado.
Desde el momento en que ellas producen la convicción o certeza
necesaria, y son invocadas por la parte a quien beneficia, la función
del juez se limita a aplicar a esos hechos la norma jurídica que los
regula.
(…)
De manera pues, que el Juez, en la etapa de decisión, es
intelectualmente independiente en la consideración de las pruebas,
sometido únicamente a los límites legales y a las características
propias del sistema de valoración mixto empleado en Venezuela. En
tal sentido se ha pronunciado Carnelutti al decir: ‘La obligación del
Juez de fijar los hechos según las normas jurídicas, no depende, en
manera alguna, de la voluntad de las partes…’ (Carnelutti
Francesco; La Prueba Civil, pág. 48). Esta desvinculación en la etapa
decisoria del hasta ese momento preponderante principio dispositivo
en este momento procesal. En este sentido es interesante observar lo
que ha dicho la Jurisprudencia de la Sala de Casación Penal, a
propósito de la comunidad de la prueba, en sentencia del 05/03/1998:
‘En la apreciación de la prueba el Juez deberá hacerla tomando en
cuenta los principios del sistema de la Sana Crítica, es decir debe
apreciar en conjunto la prueba existente en autos, analizando y
entrelazando los distintos medios probatorios que existen en ellos, sin
desarticular las pruebas, esto es, sin que sólo acoja lo favorable para
el reo y silencie lo que lo perjudique, o viceversa, admitiendo sólo lo
que lo perjudique y silencie lo que le favorece, ni omitiendo pruebas,
puesto que al (sic) fin es llegar a un conocimiento uniforme que será
la base y estructura de la sentencia (G.F. N° 140. Vol.V., pág. 3469).
En este mismo sentido, la Sala Político Administrativa en sentencia
N° 00325 de fecha 26/02/2002, ha expresado: ‘Conforme al principio
de comunidad de la prueba, las mismas una vez aportadas por las
partes al proceso, no son de quien la promovió (sic), sino que son del
proceso, es decir, una vez introducidas legalmente en el proceso su
función es la de probar la existencia o inexistencia de los hechos del
proceso con independencia de que beneficien o perjudiquen a quien
las promueva o a la parte contraria, la cual además puede invocarla’
y agrega ‘Existe un principio en el derecho probatorio, denominado
por la doctrina como favor probaciones, uno de cuyos aspectos tiene
que ver con el favorecimiento de la prueba en cuanto a su producción
y estimación; y con el mantenimiento y conservación de la prueba
cuando ha sido promovida y evacuada de manera regular, con las
debidas garantías dentro del procedimiento. Este principio
doctrinario del favor probaciones, el cual prescribe el favorecimiento
de la prueba cuando ella fue producida en juicio de manera regular,
coadyuva con la finalidad del procedimiento en la realización de
justicia y con la labor del órgano jurisdiccional a la hora de
sentenciar; en el sentido de la importante función que tiene, en los
casos donde puede dificultarse la prueba, (…). El antes mencionado
principio del favor probaciones junto con la garantía del derecho a la
defensa, confluyen con el derecho del justiciable, también de rango
constitucional, de acceso a la justicia, que implica en uno de sus
aspectos que los procesos no se eternicen y por la otra que las partes
puedan llevar al proceso la prueba de sus afirmaciones o alegatos”.
IV
CONTESTACIÓN A LA APELACIÓN
V
CONSIDERACIONES PARA DECIDIR
En tal sentido, advierte la Sala que el apoderado judicial del contribuyente sólo
apeló respecto de la parte del auto de fecha 12 de diciembre de 2006, que resultó
desfavorable a los intereses de su representado, razón por la cual quedó firme la
declaratoria de admisibilidad de las pruebas documentales promovidas. Así se declara.
Por su parte, la representación fiscal arguye que los referidos elementos no pueden
ser considerados como medios probatorios de los establecidos en el artículo 269 del Código
Orgánico Tributario vigente, sino como una solicitud de aplicación del principio de
comunidad de la prueba, el cual es de obligatorio cumplimiento para el juez de acuerdo con
lo preceptuado en nuestro ordenamiento jurídico, sin necesidad de alegación de parte.
Vistos los alegatos expuestos por las partes en la presente apelación y entrando en el
análisis efectuado en la sentencia apelada, es necesario ratificar el criterio de esta Sala,
según el cual “la solicitud de ‘apreciación del mérito favorable de autos’ no es un medio
de prueba per se, sino la solicitud que hace el promovente de la aplicación del principio de
comunidad de la prueba que rige en el sistema probatorio venezolano y que el juez está en
la obligación de emplear, de oficio, sin necesidad de alegación de parte, atendiendo
igualmente al principio de exhaustividad”. (vid.Sentencias de esta Sala Nros. 2.595 y 2.564
de fechas 5 de mayo de 2005 y 15 de noviembre de 2006, casos: Sucesión Julio Bacalao
Lara e Industria Azucarera Santa Clara, C.A., respectivamente).
DECISIÓN
La Vicepresidenta - Ponente
YOLANDA JAIMES
GUERRERO
Los Magistrados,
LEVIS IGNACIO ZERPA
HADEL MOSTAFÁ
PAOLINI
La Secretaria,
SOFÍA YAMILE GUZMÁN
En catorce (14) de julio del año dos mil diez, se publicó y registró la
anterior sentencia bajo el Nº 00695, la cual no está firmada por los
Magistrados Evelyn Marrero Ortíz y Emiro García Rosas, por no estar
presentes en la discusión por motivos justificados.
La Secretaria,
SOFÍA YAMILE GUZMÁN