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SHERRY B.

ONE

Antropología
y teoría social

Cultra, poder y agencia

UNSAM
E O 1 TA
Colección: Ciencias Sociales
Director: Mximo Badaró

Ortner, Sherry
tropología y teoría social: Cultura, poder y agencia / Sherry Ortner.
1• edición-
edición- San Martín: Universidad
Universidad Nacional
Nacional de Gral. San Matín.
UNSA EDITA 2016
196 p.; 2x5 cm (cia Sciae/ Mimo Baó)
Tracción de SilviaJawerbaum yJulieta Barba.
ISBN 978-987-4027-17-7
l.  Antropología Culral. I.Jawerbaum Silva trad. II. Baba,Julieta,
Baba ,Julieta, trad.
III.Tílo.
III.Tílo.
CDD 306

ío original: Anthropolo and Social 1eory: Culture, Power and the Acting Suject
© 2006 Duke University Pres
Box 90660 Durham NC 208-066
© 1991 SAR Press, Santa Fe, New Mexic
"Reading America: Preliminry Notes on las and Culre, pblicado originalment
en Fox Richard G. (ed.): Recapturing Anthropolo: Wrking in the Present
P resent
© 2005 Sage Publication Ltd.
"Subjectivity and Cultural Critique publcado rignlmente en Anthropological
1eory Vol. 5 Nº 1
1• edición en epañol junio de 206
© 2016 Sherry Ortner
© 2006 de la traducción SilviaJawerbaum yJuieta
yJuieta Bba
© 2016 USA EDITA de Universidad Nacional de General San Martín
Campus Miguelete. EdifcioTornaa
EdifcioTornaa
Martín de rigoyen 3100 San Martín (B1650HMK), provincia de Buenos Aire
unsamedita@unsam.edu.a
w .unsamedita.unsam.edu.ar
Diseño de interior y tapa: Ángel Vega
Edición digital: Maía Laura ori
Corrección de esto:
esto:Javier Beramendi
Se imprimieron 500 ejemples de esta obra durante e mes de junio de 2016 en
 Albors Adrián yTrabucco Calos S. H, Calirnia 121 CABA
Qea hecho el depósito que dispone la Ley 11 723
Editado e impreo en la Argentina
Prohibida la reproducción total
total o paci incluyndo
incluyndo tocopia, sin la autorización
expresa de sus editores.
Para Tim y Ge
Con el amor de sipe
AGRECIMIENTOS

s ensays de este ib contienen histoias específcas y cada un incuye su
rpia nota de agadecimients. Además, dese agadece a Ken Wisske, de
Duke Univesity Pess, p su cnstante inteés en mi tabajo y p su amistad,
ue va más alá de ámbito aboal. También quieo expesa mi gratitud a os
ctes de manuscit, de os cuales uno eveó su nombe,  Gupta, y
 to decidió pemanece anónim. Los comentais de ambs han sido
umamente úties.
INRDÓN 13
Atualización de la 1 . Primeras
Primeras expansiones
expansiones 16
 oí
 o íaa de la pctica 2. La
L a cutura
cutura en a práctica 23
3 Concusione
C oncusiones:s: poder, historia, cura
cura 28

C ÍTULO
ÍTULO 33
a lectura de l. Punto de entrada: clase y cutura en 34
Estados Unidos. Estados Unidos
u
 utetess prelimina
prelimi nare
ress 2 . La case
cas e y a geograía socia de género 41
sobe clase y cltura
sob e clase y prácticas sexuaes
3 La fcción como etnograía 4 9
4 Breve concusión 56

CAPÍTUL02 57
La esistencia y el l Resistencia y dominación 59
oblema
obl ema del echazo 2. Higienización de a poítica 61
ogrco 3  Diución de la cura 65
4  Disoución de sujeto 69
5 Resistencia texa
texa 74 
6 Concusiones 77

CAPÍTUL03 79
Intidades 1  Agunas
Agunas perspectivas
perspectivas teóricas 79
L vida oculta de las 2. E predominio de as categorías 82
ases sociales étnicas y raciaes
3 Notas terminoógicas 86
4  Modeos de interreación 88
5 Los judíos ey/como a case media 90
6 Concusión:
Concusi ón: a
 a vida
vida ocuta de a case 94 

CAPÍTUL04 97
Geación X l. Generación : a culra púbica 99
 at
a topo
opolo
log
gía 2 . La pertenencia a a Generación  105
 un mundo y a raza banca
uado de mdios 3 Las transrmaciones de a case media 07
 omunicación 4 Otras teorías de case:
c ase: reproducción
reproducción 115
y representaciones
5. E probema de haragán 121
6 Agunas concusiones 123
CATUOS 127
Subjtividad y l. Breve historia de los debates en 127
crí
cr ítica cultural torno al sujeto
2 Otra mirada al concepto de cultura 132
de Geertz
3. La construcción cultural
cultural de 135
la subjetividad
4 De la interpretación de la cultura a 140
la crítica cultural: dos lecturas de
la conciencia posmoderna
5. gunas breves
breves conclusiones
conclusio nes 149

CAPÍTUL06 151
Podr y prectos l El problema de la agencia 153
Rxiones sobr 2 Defnición de agencia 156
la agncia 3 Tres ensa
ens ayos breves sobre agencia 161
y poder
4  A modo de conclusión 174

BIBLOGRF 177
Introducción

ACTUALI
ACTUALIZZACI ÓN DE  TEO RÍ DE 
PCTICA1

Cuando a teoría de a práctica hizo su aparición, a fnes de a década de de 1 970,


970 ,
e panorama teórico estaba dominado por tres grandes paradigmas: a antro-
ogía interpretativa o "simbóica, que se inició con os escritos de Ciord
Geertz; a economía poítica marxista, cuyo mayor exponente quizá e Eric
Wo, y as distintas rmas de estructuraismo ancés, que comenzó con
Caude LéviStrauss, pero que, para esa época, ya estaba siendo reempazad
por varias
varias corrientes postestruct
pos testructurastas.
urastas.
Todos esos movimientos representaban un avance respecto de nciona-
ismo hegemónico previo
previo Mientras
Mientr as que os ncionalistas
ncion alistas se preguntaban
preguntaban por
a coherencia de as cosas, Geertz se preguntó por su signifcado. Donde os
ncionaistas veían sistemas sociaes en gran medida benignos y tendientes a
a estabiidad, os marxistas señaaban e carácter expotador de capitaismo y
de otras rmaciones sociaes, o que genera movimientos continuos de deses-
tabiizaci
tabiización
ón y cambio Y en tanto
tant o os ncionaistas
ncionaist as se preguntaban
preguntaban por a n-
ción práctica de as instituciones, LéviStrauss mostró que as insticiones
prácticas, como e parentesco, y otras aparentemente
aparentemen te menos prácticas, como e
mito, ncionaban
ncio naban según una ógica o "estcra subyacente
subyacente..
En un pano, se trataba de iniciativas muy distintas, y en cierta medida,
puestas. Pero desde otra perspectiva, tenían ago en común: eran ndamen-
tamente teorías sobre os "condicionamientos. La conducta humana estaba
rmada, modeada, ordenada y defnida por erzas y rmaciones sociaes y
curaes externas: a cutura, as estcturas psicoógicas, e capitaismo Cier-
tos tipos de condicionamientos estructuraes son, desde uego, reaesreaes y no sería
justo negaros. De hecho, más adeante haré agunas obseaciones sobre cier-
tas críticas de a noción de cutura a as que es ata e importante eemento

1 En primer lugar,
luga r, des agradecer a Timothy Taylor
Taylor por sus
s us obseaciones a gudas y extremadamente
extremadamente
útiles sobre las versiones preliminares de esta introducción. Prsenté otras versiones de este texto, con
el título Juos seros", en el Depaamento de Antroplogía de la Universidad de Stanford y las expu-
se ante el gru Culturas del Capitalismo, de la Universidad de California de Los geles En ambos
casos ribí comentarios muy profundos (que también reforzaron algunas cuestiones sugeridas por
uno de los ltores anónimos) que me hicieron cambiar la dirción que había tomado originariamente
para este enyo Agradezco a todos
Antropología y teora social. Cultura, poder  agencia

dl codcoamnto n s concto Po una oía basaa exclusvaene


 os codcoamtos, qu no consra n la agnca huana n los o
csos qu los roduc y los rroducn -las ráctcas socials-, aecía caa
 más rolátca.
E socología (y n mor ma  atroología), Eving Goman
(959 y 96 7) t otos autos tencnts a la coint enominaa
traccosmo, uso n tcho la sctva l concionamiento Pe
ro  traccosmo ra masao xtmo, us scataba casi toos los
codcoamtos strucurals y s cntaba n una mcosociología  las
ntraccos trrsonals. Nunca  tan nuyn como las oas escue
as, ro ocuó l luga viglant  la ooscón y mantuvo viva una vesión
 la atoma stuctua/agca
La toía  la ráctca asumó l safío e sua esa oosición En
u bv laso nt nals  la écaa  1970 y comienzos e la éaa
d 980 salion a la luz ts nsayos clav: n 977, Outline  a 7eory 
actice, d Prr Bouu; n 979 Central Problems in Social 7eo: Action
Stuctue and Contradiction in Social Anasis,  Anthony Giens (1979b);
y  98 Historical Metaphors and Mythical Realities: Structure in the Ear
History  the Sandwich Islands Kingdom,  Mash Sahlins (191) Caa
uo a su maa conctalzó las atculaciones ne las ácticas e los
actos socials "sob l trno y las ganes "stucas y "sistemas que
concoan sas ráctcas y qu, aun así, son en entiva susceptibles e
sr tansrmaos or stas D stntos oos, los tes auoes osaban
una lacón ialéctca, y no una oosción, nte los conicionaientos es
tcrals  la socad y la cula, o un lao, y las "pácticas -el nuevo
rmno s mortant-  los actos socals, o l oto Tabién sostenían
qu las rsctivas "objetvistas (como la conoía olítica e Wolf) y las
subjtvstas (como la antoología ntetativa e Geetz) no suonían
rmas oustas  hacr cinca socal, sino qu esentaban "momentos
(Bourdu, 977: 3)  un oycto más global cuya nali ea comene
a aléctca  la va social. E ocas alabas, sas obas eon sumament
mortats, cuano mnos orqu comnzaon a xone los mecansmos
or los cuals la aat cotradcción -qu "la histoa hac a las esonas,
ro las soas hacn la hstoria (Ortn, 2003: 277)- no solo no es una
coradccó, so qu quá sa la vrdad más rona  la va socal

2 Debido a a antigua oposición ente estuctua" y agencia en as ciencias sociales y a los modos en
que esa oposición paece funciona como una estuctua pofunda en el sentido de Lévi·Stauss haa
Y sigue habiendo una tendencia a ve a teoa de la páctica en s como un tipo de esugimient im·
plcito de teoas que no hacan demasiado hincapié en los condicionamientos eales y pofundamente
sedimntados con os que viven los individuos. Yo me he opuesto a esa visión a menos desde mi es
udio de la fundación de los monasterios sherpas, H Re (One 1 989: 1 1 - 1 8), y solo puedo ei
Introducción

Dico e oro moo, la eoría e la prácica proporcionaba solucions


nuinas a los problemas que abían invaio el erreno, algunos se el fn-
cionasmo y oros generaos por las nuevas scuelas teóricas  las écaas 
960 y 1970. La teoría e la prácica resiuyó al actor n l proceso social sin
prer e visa las escras mayores que conicionan (y ambién abilitan)
a acción social. ncló los procesos culurales iscursos, rprsnacions, lo
que conocíamos como "sisemas simbócos en las relaciones socials  los
iniviuos "sobre el erreno. Esa noción  las rlacions socials anclaas ra
(n isinos graos) más marxisa y/o webriana que fncionalisa, con lo qu
s abría un espacio para cuesiones relaivas al poer y la esigualad qu es-
praron mi inerés y el e mucos otros acaémicos en los años senta.
A parir e enonces, la eoría e la prácica fe el marco nral dntro
dl que e evao a cabo mi labor. No obstan, a pesar  oas as imn-
siones invalorables en las que potencialmente liminó las vijas antinomias,
como no poía ser e ora manera, uvo ciertas limiacions consirabls. Así,
casi ese el principio, me eiqué a aaptar ese marco, nutrino mi invsti-
ación con los oros granes cambios que uvieron lugar ntro y fra  la
anropología. Ese libro es, en más e un sntio, la istoria  sa aaptación.
En él analizo mucos trabajos e oros autors ponino  riv cómo 
usao en mis ensayos la eoría e la práctica y otras obras, incuios scritos
atriores e mi auoría y los nsayos qu h slccionao para st libro.
Había tres grans áreas n las que se esarrollaban ias nuvas rel-
anes y en las que, en mi opinión, se ncontraban lmnos para corrgir
y mejorar los fnamentos e la toría  la prácica. La primra ra lo qu
yo enomino "el giro l poer'', vinculao con los trabajos d Jams Scot,
Micel Foucault y Raymon Williams, entr otros, y con los stuios críticos
sobre colonialismo, género, raza y enicia. La sguna ra lo qu Trrnc
McDonal (1996) llama "el giro histórico, un amplio movimino qu bus-
caba isorizar las ciencias sociales y suprar los marcos stáicos qu la toría
d la prácica abía hereao el fncionalismo.
Por úlimo, estaba lo que esignaré como una rintrprtación (o rintr-
preaciones) e la culura. Es aquí on más m tndré  los capítulos
que siguen. Como en ensayos anteriors xploré las reprcusions l giro
dl poer (especialmene en Orner, 1996) y el iro histórico (en particuar
n Orner, 1 989 1999 y 2003) solo aré una breve rseña  ambos, aunqu
conservan una vial imporancia para los capílos el prsnt libro. ro
quean por esuiar las críticas y las nuvas rmulacions tóricas d la

y Giddns (n spial d sus primros tabajos) dian que n última instancia, los dos fundadores de
a teoa d la práctica tindn a xagar los condicionamintos stuctuales, incluso cuando ven las
Antropoogía y teora social. Cutura, poder y agenca

cultura de las últmas décadas relaconaas con cestones de la práctca (y el


poder y la hstora)

l. Primer ansiones

11. El gro del poder


Alrededor de la msma época en la que se esarrolló la teoría de la práctca,
empezaron a publicarse una sere de trabajos en los que se repensaban cues-
ones relaconadas con el poer" Hubo entre ellos obras tan dversas como
Marxismo y literatura, de Raymond Wams (2000) publcada orgnalmente
en 1977; Historia de la sexualidad  La voluntad del saber, de Mchel Foucault
(1998) edcón orgnal de 1979; y Wapons the Wak, de James Scott (1 985).
Todos, cada uno a su moo, concderon con el auge de los estudos crítcos
de género, raza, etncad y colonalsmo Como yo había trabajado actva-
mente en el área de la antropología femnsta y en especal, en esos años, en
temas de domnacón masculna", pronto advertí que en la teoría de la prác-
tca ese tema estaba lejos de ocupar un lugar preponderante Natralmente, la
teoría en cuestón no ejab: de lao los temas reaconados con el poder, pero
estos no ocpaban el centro de la escena, como se esperaba de ese tpo de tra-
bajo crítco sobre desgualdad y domnacón
Vstos desde hoy, creo que ms propos esdos acerca de la desgualdad
de género me acercaron a la teoría e la práctca esde el coenzo Por un
lado, quería entener la constccón tural de las relacones de género des-
de una perspectva geertzana clásca De hecho, en la ntroduccón a Sexual
Meanings (1981) con Harret Whtehead adaptamos la conoca ase de
Geertz para descrbr esa coleccón de ensayos como un esdo el género
como sstema cultural" Luego expresamos nestro nterés en algo más que la
lógca y el nconamento del sstema de género, ya que queríamos compren-
der, por decrlo de alguna manera, de ónde provenía este En otras palabras,
queríamos descubrr cómo se anclaban" esos sstemas en dstntos tpos de
relacones socales y, añadría hoy, práctcas socales
En el ensayo escrto por mí ncludo en ese bro, Gender and sealty n
herarchcal socetes" (Ortner, 1981) creé sn saberlo una espece de enque
novedoso de la teoría de a práctca Aún no me había adentrado en esa teoría,3

3 Marshall Sahlins e envió el anuscrito de Historical Metapho and Mythica/ Rlities cuando yo
e encontraba escribiendo ese aículo En ese oento lo leí principalente porque e intersaba
encontrar "datos, pero cuando volví a él tiepo después coencé a analizar el marco teóco y a
notar las resonancias de otras obras conteporáneas de la teora de la práctca. Escrbí sore esa
Introducción

o a reer  capíto me di centa de qe me etaba acercando a n mé


do q m aydaría a reover agno d o enigma qe rodeaban a re-
con (a vc ontamnte) deiga d génro en ditinta ocdad
neia. M intereaba, por jmpo, e trato q e daba a a hija de o
f, a a qe por n ado  embeecía y por oro e mantnía bajo tricto
tro patrno. Entendí qe a jóvne ran o peon d n borado
uo ctra (aí o dnominaría hoy) de prtigio macno. La da era
u, na vz q  gara a comprnder  jgo, e decir, a congración
d a práctica y  jgadore, a lógica ubyacnte y el objetivo cra, o
mento probmático cobrarían entido. No me dedicaré aqí a rmir
 ntrpretación. Lo important  q mi invtigación en n ámbito -
cíco d a rlacione de poder l género me condcía a na pce d
arco de a toría de a práctica en e qe participaba n dipoitivo anatico
u má tarde denominé "jgo (erio) (Ortner, 1996a).
Como h mencionado, o primero exponente de a teoría d a práctca
o hacían cao omio d a cetion vincada con e podr. De hcho,
aban e tema de ditinta manera. En part, o qe etá n dición e
 o rativo q  aigna a podr como ago q e conrma n e or
d cultra o inttciona (a "dominación, egún Gidden) y como na
ación ocia ra de actore reale n  trrno (e "poder, egún Gidden).
Ls do intrprtacion on importante, po, paradójicamnt, i  pon
dmaiado acnto n  podr trctra, a tndencia  a ajare d pano
d a práctica ral. Eto  obrva con caridad n Outline  a 1eory
 Practice. La racion ociae d poder y digadad, en pcial a
cione patriarcae, on centrae en e anáii. Pero nnca  a expora
omo rmacion de podr pcíca q abarcan idoogía y práctica
opia. Ante bin, Bordie dedica a mayor part de  nayo a darroar
 ncepto de habit, na etctra prondamnte arraigada qe da rma
  dipoicion d o individo para actar d rma ta q caban acp-
do e dominio d otro, o "d itma, aunqe nadie o oblig a hacro.
hn ig na ína imiar.  dcribir práctica d podr intrprona
n Hawái, otorga prioridad a a rma impronae d condicionaminto
tgrada n a trctra aimétrica q atravian toda a racion
d a ocidad organzada jrárqicente. Giddn parec apartar d a
da. Sgún  obacon, n o q é denomina "a diaéctica d contro
(1979b: 145 y igient), o itma d contro nnca pdn ncionar a a
rcción, porqe o controado tinn agncia y raciocinio, y por o im-
 pdn ncontrar a rma de vadir o de reitir. Lo argnto de
ddn  corrspondn con o de Jam cott, no d o ator q cri
n obr  podr cya da comntaré má adant. La difrnca radica,
uzá, n qe pa Gddn  odr  na má d a mcha modaidad
Antpología y teora social. Cultura, poder y agencia

de la práctica mientras que para So y el resto de los autores es absoluta


mente esencial para el maro teórico que plantean
A continuación expondré las ideas que proponen esos teóricos en los de
bates sobre el poder Mi eleción de Fouault Scott y iiams quizá pareza
algo desconcertante El lector podrá preguntse omo mínimo por qué no he
elegido ninn autor que se haya dedicado a esdiar la dominación colonial
racial o de género Diré solamente que esos tres nombres proporcionan las
herramientas más generales para examinar uquier rma de dominación y
desigualdad tanto de género como racial o colonial En ese sentido Foucat
ejerció una inuencia ndamental en una de las exponentes más relevantes
del eminismo Judith Butler (por ejemplo 2001) y en la obra del más grande
intelectual en el campo de los estudios (pos)coloniales: Edward Said (por
ejemplo 1990) Los trabajos de Scott generaron una industria viral de es
dios de "resistencia de todo tipo en especial de los movimientos de resisten
cia de esclavos y campesinos Raymond iiams es el padre de una escuela
académica muy prolífca la de los "estudios culturales que ha producido im
portantes trabajos acerca de las relaciones de poder que contemplan ctores
de género raza clase y juvend
Los tres pensadores mencionados pueden ubicarse a lo largo de un es-
pectro determinado po una de las problemáticas centrales de los estudios
sobre el poder: el poder como un elemento omnipresente e invasivo En un
xtremo se encuentra Foucault para quien el poder es ubicuo en la sociedad
permea todos los aspectos del sistema social y es prondamente invasivo en
el plano psicológico. "Fuera del poder no hay nada En el otro extremo está
James Scott que sostiene que si bin en la vida social el poder tiene una par
ticipación importante psicológicamente es mucho menos invasivo de lo que
proponen los otros autores4 Según Scott las personas dominadas entienden
lo que ocurre e incluso siguen tradiciones explícitas "discursos ocultos de
crítica y resistencia (Scott 2000) Si no ejercen activamente la resistencia es
solo porque se lo impide el poder político y económico del grupo dominante
En cuanto a Williams (2000), adota una postura intermedia pues ve a los
actores bajo el control de las "hegemonías en cierta medida pero toma la idea
de Gramsci de acuerdo con la cual esas hegemonías en varios sentidos nuna
son totales y absolutas Nunca son totales en el sentido histórico pues en el
curso de la historia si bien se puede hablar de rmaciones hegemónicas en
el presente siempre hay remanentes de hegemonías del pasado ("residuales)
e inicios de hegemonías ras ("emergentes) El ecto de las hegemonías
tampoco es total en lo psicológico pues siempre existe en los individuos ierto

4 Scott esgrime argumentos contra la versión exgerada de la posición de Gramsci respecto de la he-
Itroducción

  d "penetración' (o pena conciencia egún Scott) en a condicione de


 dominación
Toda ea perpectiva reutan apropiada para propóito particuare,
 modo que he recurrido a una u otra en ditinto contexto Pero a noción
sirada en a idea de Gramci de que a hegemonía ejercen un erte
oro pero nunca on totae o competa e a que me ha reutado má
 n mi mútipe intento por inctar una mayor doi de poder a en-
 de a teoría de a práctica En "Gender hegemonie (Ortner 1996b),
o jempo e concepto de hegemonía incompeta me permitió uperar a
ocón impita de "dominación macuina univera no tanto por decu
r "cao de dominación ditinta de a maculina ino por reconocer que
 dominación macuina iempre convve con otro modeo de reacione de
ro; o importante e a combinación y a reacione entre o eemento
A conjugar ea idea en a introducción a Making Gende comencé a
sozar una "teoría de a práctica feminita de la minoría o ubaterno
c., mediante a cua pretendía expcar en parte, apecto de a reitencia
cta y má aún cómo a dominación iempre ha etado atraveada por
bigüedade contradiccione y aguna Con eto quiero decir que a repro
cción ocia nunca e tota iempre e imperfecta y nerabe ente a a
ione y a inetabidade inherente a toda ituación de poder deigua
s  a vión que empeé para indagar a reación entre o sheas y o
ontañita occidentae (sahibs) que practican e apinimo en e Himaaya
L and Death on Mt. Everest, Ortner 1999a) En ee etudio motré un
o de reitencia "rea: en e mundo exterior e poco conocido por ejempo
 o sheas, que aparentemente taban contento y eran umio hacían
ga con ecuencia en a expedicione a a montaña Pero también edié
 contradicción ndamenta en a percepción que o apinita occidenta
s enían de o sheas y e trato que e daban Por un ado o occidentae
 poderoo (en tanto banco occidentae y empeadore y también en
os primero año como una uerte de ídere miitare) Por e otro mucha
c admiraban y e encariñaban con o sheas que trabajaban para eo La
otradicción no paaba inadvertida para eto útimo que e aprovechaban
 a ituación con batante éxito incorporando tranrmacione ignicati
s  a etructura de a reación entre sheas y sahibs y en a pedicione
 Himaaya en genera a o argo de igo X.
En denitiva o do cuerpo teórico puden ionare con cidad E
 reante obervar en perpectiva a o tre padre de a teoría de a práctica
ado junto a o tre autore que etudian a "prondidad psicoógica d
oder Bourdieu e aemeja má a Foucaut en cuanto a que en u concepto
 habitus a etrucura etá prondamente internaizada e atamente con
oadora y cai inacceibe para a conciencia (ver también De Crteau 1996).
Antropología y teora social. Cultura, poder y agencia

Gddens se acerca más a Scott cuando señala las dstntas rmas en que los
actoes son al menos en parte "sujetos cognoscentes (ver por ejemplo 1979b:
5) capaces de reexonar hasta certo punto acerca de sus crcunstancas y en
consecuenca de desarrollar certo grado de crítca y posble resstenca. Y, por
últo Sahlns se parece a Wllams. Adhere a un modelo de ertes hege
onías culrales pero tabén admte certas gretas por llamarlas de algún
odo en la estructura; por ejemplo cuando habla de los tabúes amentaros
con dstncón de género en los hawaanos en el sglo XVIII: "[el tabú] no tene
la msma erza entre las mujeres hawaanas que entre los hombres (Sans
198 1: 46) una pequeña dferenca que se acentuaría con el correr del tempo.
S se observa la relacón desde el punto de vsta de los estudosos del
poder se apreca que su ntegracón en la teoría de la práctca ya estaba (po-
tencalmente) a. Así el nterés de Foucault en stuar la produccón de poder
no tanto en las macronsttucones como el Estado sno más ben en las
cronteraccones como la relacón entre el sacerdote y el pentente tene
una clara andad con el nterés de la teoría de la práctca en el terreno como
ente de las rmacones mayores. La atencón que presta Scott a la ressten-
ca no es más que una ra de preguntarse cómo las práctcas (o certos tpos
de práctcas) pueden transrmar las estcturas. Y Rayond Wllams sos-
tene que una "hegemnía no debe entenderse como una "estrucra externa
a los ndvduos sno como "todo el proceso socal vvdo (W ams 2000
130) que "debe ser continuamente renovada recreada defendda y modca
da'' que " [a]smsmo es contnuamente resstda lmtada alterada desaada
(Wams 2000 134) que en resumen ha de ser practcada y resstda. En
certa rma se podría armar qu odas las teorías nuevas sobre el poder son
tambén varacones de la teoría de la práctca.
He comentado anterormente que el surgmento de las dstntas teorías
sobre el poder e más o menos smultáneo con el nacmento de la teoría de
la práctca. Curosamente lo msmo se puede decr del "gro hstórco. Vsto
desde hoy no cabe duda de lo fért que e en el campo teórco el período
que abarca los últmos años de la década de 1970 y los prmeros de la década
de 1 980. A contnuacón me ocuparé del gro hstórco.

1.2. El go histórico
M dea de la necesdad de hstozar la teoría de la práctca surgó nda-
entalmente al leer las teorías de este lado del Atlántco. La antropología
albergó dstntas varedades del gro hstórco como la "economía polítca
hstórca de nspracón marxsta de Europa y la gente sin historia, de Eric
Wolf (2005) pubcada orginalmente en 1982 certas rmas de hstoria de
la culra por ejemplo Negara. El Estado-teatro en el Bali del siglo XIX, 2000
publcado orginalmente en 1980) y los primeros trabajos sobre hstora del
Itrodución

lnalimo de Bernard Cohn (1980), qe má tarde e convertiría en na


erea mortante en mcha dcilina académica. El gro htórco (o
r htórco) tvo na enorme mortanca tanto metodológca, e
deetablzó lo modo etátco tradiconale emleado en la invetgacón
engráca, como conceal, or canto o de releve qe la "cltra l
ndo tradiconal de lo objeto antroológco no eran objeto atemorale
 rítino, no rodct del nconamento nceante de na dnámca n-
ena (rincialmente relacone de oder locale) y de erza externa (como
el catalimo y el colonalimo) a lo largo del tempo.5
En  obra onera de la teoría de la ráctca, Bordie nte en la
rtancia del tiemo, no olo ara el dearroo de práctca nteractva y
su rodcto, no también para otorgar gncado a ea nteraccone. Ete
tor roorcona el moo ejemlo de lo igncado qe rodce el ma-
ej de la temoraldad en el ntercambo de regalo: i n regalo e da m
nto como retrbcón or otro recbido anterormente, eo qere decr
e e deea "aldar la deda y termnar la relación (Bordie, 1 977: 67). S
se tarda mcho, e orqe hay oco nteré en la relación o no e la reeta.
Per Bordie nnca tvo la intención de articlar na teoría de la ráctca
tórca (o qzá ería má adecado hablar de na htora enmarcada en
 teoría de la ráctca) ara etdar la rma en qe la htora reale, la
dacione y lo acontecmento etán moldeado or la ráctica dentro o
en contra de la "etctra exitente.
Dede mi nto de vta, en cambo, la teoría de la ráctca no lo etaba
emoralzada intrínecamente en el entdo de la ecala relativamente e-
eña qe etda Bordie, no qe, en efecto, ncionaba má ecazmente
en el contexto del aná hitórco total. Má aún, en High Religion armo
exlícitamente qe "na teoría de la ráctca e na teoría de la htoria (Ort
ner, 198 9a: 192). Eto e aí orqe la nterretacón de la conecenca de
la ráctca organzada cltralmente e eencalmente na lectra de lo
roceo qe mcha vece e my lenta: la contrccón de lo jeto oca-
le, con ecenca dede la nñez; la ráctca de vda de jóvene y adlto; la
rtclación de ea ráctca con acontecimento de mayor envergadra en
el mndo, qe uelen movere a rtmo my diferente. S ben e oble r-
ular hióte - conjetra, robablement acerca de la reercone de
largo lazo de la ráctca actale,  conecenca en térmno de rero
dccón y tranrmacón ocal mcha vece no on vible n nterretable
sno hata n tiemo deé de ocrrdo el hecho.

5 Más recientemente, en su ensayo seminal Logics of Histor, William H Sewell Jr. (2005) analiza
los acontimientos" que no solo iluminan la posible teoría de la historia de Sahlins (tal como él la
denominó), sino que proporcionan una tría muy valiosa y mucho más amplia de la rlación entre el
Antropología y teoría social. Cultura, poder y agencia

De os tres padres de la teoría de la práctica solo Marsa Sans propone


una congración istórica explícita de la teoría qe él desarrolla en el marco
de n caso istórico: el del encentro entre eropeos y nativos de Hawái en
e sigo XVII. A partir de ese ejemplo analiza las distintas rmas en qe
as prácticas aectan el crso de la istoria. La primera es qe las acciones y
os objetos tienen distintos signicados en el "esqema simbólico colectivo
(Sains 1981: 69) y en los planes y las intenciones los "intereses de los s-
etos acantes. Para Salns esa es la direncia entre los signicados conven-
cionaes y los intencionales (69). La segnda consiste en qe si bien los indi-
vidos actúan en el mndo de acerdo con ss propias concepciones clrales
e mndo no está oblgado a adecarse a esas concepciones. De los dos casos
se dedce qe todas las prácticas y todas las iniciativas ponen "en riesgo esas
categorías y concepciones cltrales pes las elven vlnerables a la revisión
y a la revalación. Por ende si bien la mayoría de las prácticas peden ser "con-
seadoras operar dentro de n marco de signifcado existente y reprodcir
normalmente ese marco los signicados se peden modicar en la práctica (en
especia por obra de los individos poderosos) y en calqier caso todas las
prácticas ncionan dentro de "n mndo obstinado (Sewe 2005: 179) qe
amenaza con socavar ss pretendidos signicados o eectos.
Por último Sains Ve el cambio istórico como el resltado de la inte-
racción de dinámicas de poder local y translocal. En todos mis artíclos más
ecientes subrayo la importancia de este enqe de múltiples niveles. Así
en High Religion (Ortner 1989) rastreo la istoria (local) de la ndación
de templos y monasterios bdistas entre los sherpas, na istoria qe a veces
implica relaciones violentas de coetencia entre líderes religosos y otras
personalidades. Pero esa istoria está inextricablemente integrada en istorias
políticas qe la trascienden: las repercsiones variables (en distintos momen-
tos) de la dominación británica en la India el Estado de Nepal y las relaciones
de los sherpas con el Tíbet. En L and Death on Mt. Everest (Ortner 1999a)
examino la istoria de as relaciones cambiantes entre los sherpas y los alpi-
nistas internacionales en e Himalaya anqe anclándola a la vez en giros
históricos más ampos. Así por ejemplo analizo el impacto del momiento
eminista mndial en el alpinismo de los años setenta pongo a las mjeres
tanto sherpas como occidentales en el centro de la escena y desbarato en
cierta edida las ideas acerca de las relaciones sociales y los spestos cl-
ales de ambos ados. Y, por último en New jersey Dreaming (Ortner 2003)
examino las istorias direnciales de movidad social de los integrantes de
a promoción 1958 de la Weeqaic Hig Scool de Newark Neva Jersey
nscriptas en relaciones dierenciales de case raza etnicidad y género. Pero a
a vez anco esa istoria en movimientos cltrales y políticos más amplos de
Estados Unidos: e movimiento beat de la década de 1950 y en las de 1960 y
Itrducción

970  e movimiento en vor de o dereho ive a ontrara y e mo


iento por o dereho de a mjere entre otro.
En ete volmen e "giro hitório e meno viibe qe en a obra
stenibemente hitória ante menionada pero etá preente de todo
do anqe de n modo má ti. E qe depé de todo a "hitoria
 trata oamente de paado ni iempre etdia o ambio. Pede abor
d  a draión de o proeo o patrone qe periten drante argo
íodo omo el tema qe anazo en o apítlo "Una lera de Etado
ido e "Identidade ambo inlido en ete libro: a aenia reativa de
u dicro de ae en a lra hegemónia de Etado Unido. La hitoia
bién pede opare de biar n anáii o na ierta era en na épo-
 determinada entendida en término hitório ta omo e itra en vario
d os apío qe igen en epecia en "Generación X". Aí examino e
sugimiento de a idea de na Generaión X y a aracterítica epecíca
tibida a  integrante (a "haraganería por ejempo) y a qe eo mi-
s eeren (mayormente a angtia qe e genera  tro económio).
 cpítlo ontine n apartado "hitório viibe en e qe reveo a modi
cione qe han tenido gar en a repreentción púbia de  Geneación
  tavé de tiempo. Sin embargo en e ndo e capíto e hitórico de
icipio a n pe e nómeno aparee en n momento en particar y e
cismente en ee moento e inicio de a poarizaión de a etrctra de
se en Etado Unido qe aún no ha concido donde e enentra a
ve para comprendero.
Pobabemente on o anterior qede aro qe a hitoización de a teoría
  prátia no e my ditinta de a de "giro de poder. Lo tema "hitó
s eran prinipamente interrogante aera de a eprodción o a tran
ación de reaione de poder y deigadad. Lo mimo e pede armar
  cetione reaionada on a "ra obre a qe me expayaré a
tinación.

2. La culra en la práctca

 o abore de a teoría de a prátia en particar en o enayo de


Budie y Gidden no aparee n onepto de ra reonoibe. Ningno
 o do penadore e dedica a edriñar a organizaión ra impíita
o xpícita de a práctia en eemento omo o mito qe nionan omo
st to (Sahin 1981), a "etrra ctrae (Ortner 1989; Sewe
0 0 5), o gione ctrae (exander 2004), o "jego erio (Ortner
 9 9 6a y "Poder y proyecto. Reexione obre a agenia píto ei de
ste vomen) y otra ategoría imiare. En o do fata a perepión de
Antrpoogía y teora social. Cutura, poder y agencia

(o  intrés n) cómo os "movimientos curaes (dsd  moviminto beat,


ncionado antriormnt, hasta a Rerma) dieron nueva rma a as prác-
ticas y as subjtividads. Si bin agunos mntos cuturas stán prsents
n sus torías ( habitus s, cirtamente, una especi de rmación cutura
y Giddns escrib un capítuo sobr "Idoogía y conciencia), parc caro
dsd  principio, a mnos así o veo yo como antropóoga, qu a toría d
a práctica rquría una concpción mucho más aborada d a cutura y su
pap n  procso socia. Pro ¿a qué cas d cutura m rro? Rspondr
st intrrogant impica metrs d eno n os dbats rcints sobr a
cura y tratar d conocr a varidad d rmas d repnsar y rrmar st
concepto, tan antiguo como prsistnt.
Como casi todos os antropóogos contmporános sabn, a crítica de
concpto d cutura n antropoogía s ha dirigido principa aunqu no x-
cusivamnt a probma d snciaismo. La antropoogía cásica tndía a
rtratar a os grupos humanos como posdors d "una cutura, dominados
por sa cutura, y a xpcar n gran mdida as accions d sos grupos n
rfrncia a su cutura. La tara d antropóogo {cutura), a mnos según
a tradición dominant d a discipina dsd l inicio, ra descubrir a cu-
tura d un puebo, dsntrañar su ógica y su cohrncia, y mostrar cómo sa
cutura rtacía a mayría d as prácticas rmaizadas {por jmpo, os
rituas), os patrons de sas prácticas (por jmpo, a crianza d os hijos)
y  comportaminto ordinario y xtraordinario d os mimbros d grupo.
Aunqu as primras rmuacions d concpto antropoógico d cutura
viron as mjors intncions como una aternativa a concepto d "raza,
como una rma mpática d pensa as dirncias y como una manra posi-
tiva d acanzar  ntndiminto ntr cuturas, no ra ci circunscribir 
concpto a s marco ndamntamnt ibra. La cutura, ntonces, n s
sntido cásico, dntro d una incinación potica difrnt, podía fácimnte
convrtirs n un strotipo (étnico, racia, d cas) qu a vces era pigroso
porqu, por jmpo, s pud sñaar {y hasta "rtratar) a un grupo como
intrínscamnte procv por su cutura a ta o cua patrón d comportaminto
{buno o mao, minorías modo o trrorista).
Por sta razón, nt otras, n as útimas décadas, muchos antropóogos
han propusto abandonar dnitivamnt  concpto de cutura {para tnr
un panorama genra d stas custions, vr Ortnr, 1999b; vr también
Fox, 1999). Irónicamnt, sin mbargo, os académicos d otras discipinas
udiron  atoado antropoógico y comnzaron a mpar  concpto y
a transrao d distintas manas, muchas d as intnsas y apasionants.
S rconocn a mnos ts tndncias, difrnts aunqu suprpustas, qu
sugn principamnt n  mismo príodo qu todos os trabajos mnciona-
dos prant: nas d a década d 1970 y cominzos d a de 1980. La
Itroducción

a  aoca con  Cnto de Edo Ctal d Bmngham, na


sua cyo ntgant taban ncado n e tabajo etnogáco (po
plo, Wl, 1988) y n o do d o mdo d comncacón (po
po, H et al. , 1980). En gndo ga, o etdo d o mdo 
 do convitndo n na vdada tndnca n í mmo y hoy n día
upan n ga n toda la áa d a cnca ocal, ncda a anto
gía (po jmpo, Gnbg et a , 2002) Y po útmo, como pat d a
acón tóca de concpto paa a antopología popamnt dcha,
s a ndacón, n 1988, de a ta Public Culture E popóto d ta
ucacón, como  xpa n  pm dtoa, ea obear a ca no
o ago ndocab d lo grpo patca d peona a lo q dn,
s como pat d "jo cae mndal y del "conjnto d cta
 ndo (1988: 1 y 3; v tambén Appada, 2001).
to nq novdoo d a nocón d ca tenn vao apcto
 coún qe o dtngn, n  conjnto, d a pepectva antopoógca
sca E pmo   tcha acón con " gro del pod En todo, a
uta apac como atamnt potzada o como eemento d n poco
tco D mmo modo, todo tatan d atna a acón nt ca y
upo hmano pcíco S bn qzá haya "pcnto d macon
utal patcla (o q n l paado  vía como "cta), a ct
  ha tanado, a a vz y al mno pacamnt, n n objto móv
N oo atavia (a ga q o mdo d comncacón) ímt oca,
ulta y poítco, no q tambén, pobablement dbdo a  cáct
óv,  dpga o  apopa n a má dva d o q  ponía
 acudo con a ppectva cáca Fa como "cta púbca o "ca
a, d Jam Cod (1999), captan ea vón má móv d a ma
y za ctal (v tambén Gpta y Fgon, 1 992: 4849).
A o potant cambo qea añad no, q tambén taé n
s capíto d t vomn Tn  ogn n o pmo tabajo pb
do po o ntcal d Cnto d Etdo Ctal d Bmngham,
scua q, n adad, compndía do tndnca gamnt dfnt
P n ado, tán o tdo d o mdo d comncacón, n o q 
ata la cta coo n conjnto d txto púbco q han d anaza po
su ncón doógca En do de o capíto d pnte bo -"Una cta
 Etado Undo Apnt pmna obe cla y ca  "Idntdad
L vda oclta d a ca oca, cpío no y t pctvamnt-,
us la tatga q tabén  pa n  tpo d do En o do
ay, hago na xpocón d dvo "txto cua En "Una c
a d Etado Undo'', tomo agna nova; n "Idntdad xamno
s óo q  apcan a cto grpo Ademá, anazo lo tpo d 
con dológca q  contyn n o txto y a tavé d o; n
Antropología y teora social. Cultura, poder y agencia

particuar, a vira desaparición de as cases de discrso norteamericano


dominante.6 En Identidades, doy n paso más y examino en sintonía con a
teoría de a práctica os tipos de dinámica socia qe han contribido a pro-
ducir y sostener una versión específca de ese modeo discrsivo en e qe con
ecencia as categorías étnicas sstiyen a las categorías de case
La segnda tendencia reejada en los primeros artíclos de área de os
esdios craes consistió en empear ago sospechosamente simiar a con-
cepto cásico de cra, modifcado a través de s incorporación en na histo-
ria y n contexto direntes. Con esto qiero decir qe en esos artícos no se
reeabora el concepto en sí. Se consea a idea, que rma parte de concepto
cásico, de qe a cra es, a a vez, habiitante {permite qe os individos
vean, sientan, imaginen y comprendan ciertas cosas) y imitante {no permite
que os individuos vean, sientan, imaginen y comprendan otras cosas).
Así entendido, e concepto, qe tiene na escasa reeaboración, adqiere
n matiz distinto cando se o intega en reatos qe hacen reerencia a poder
y a desigadad. Esto se advierte, por ejempo, en Aprendiendo a trabajar. La
idea de ctra de Wiis no es tan distinta de a del modeo cásico norteame-
ricano: a cra provee una serie de marcos y vaores con os qe os pibes
ven e mndo y actúan en é. Wis no cree qe a cra sea ideoógica en
y por sí misma o, a mens, no se refere a ea en esos términos. En cambio,
piensa en cómo habta ciertas prácticas placenteras de a resistencia cotidia-
na de os pibes en a escea mientras, a mismo tiempo, impide qe esos mis-
mos jóvenes vean qe o qe hacen va en contra de ss propios intereses en e
argo pazo. Dicho de otro modo, Wiis ogra qe e antigo y escasamente
reeaborado concepto ncione de neras novedosas a incorporaro en n
reato de reproducción de capiaismo: cómo os chicos de a case obrera
consiguen trabajos de a case obrera {ver también Ortner, 1 999)  A esto yo o
amo e nevo/viejo concepto de cra.
En varios de os capítos de este libro, empearé a estrategia de a in-
corporación de ideas en os reatos y recurriré al viejo concepto de ctra
remozado. Debo decir qe me atrae la idea de na cra púbca en e sen-
tido más móvi, y qizá más goba, a qe me reerí previamente, y retomaré
este aspecto a fna de este apartado. Pero en vaios de os ensayos intentaré
consear os potentes eementos de antigo concepto de cra al tiempo
qe trasciendo ss mitaciones exponiéndoo en distintos tipos de reatos, qe
son reatos de poder y desigadad. Empezaré con a idea de qe la cra es
"mitante. Con eo retomo a vieja noción de cra, según a ca en na

6 El gra do de atención que los med os pestan a tems vncuados con s clases socals vaa mu cho
con el tempo. Recentemente, por ejemplo The New Yor mes publcó una sre de aícuos sobr
las clases en la sociedad estadounidense. Pero, en el plano de la concenca popular si no se pensa
Itrducción

scidad n particar lo marco ctra condicionan a a prona n


cuanto a o q on y lo q hacn Cando e miraba a cra a travé d
nt rativita y  a vía como ago báicament bnigno, la ida d cn-
dcinamiento ctra era, en í, rativamnt bnigna Pero a ctión d
cndicionaminto adopta otro matiz n rato de otro tipo Aí, n "Sb
ividad y crítica cra intnto gar a a noción de condicionaminto
cutra a travé de a idea de q a ctra contry a bjtividad d o
individo no tanto porqe to ean intgrant d n grpo en particar
(unq la prtnncia a n grpo no e totalmnt irrevante), ino porq
man parte d n régimen d poder hitórico pecíco E régimn adido
n  capíto   de capitaimo tardío Para exporar a dafortnada
ma de concincia qe e prodcn cramente en ea ca d régimn,
ciaré a Frdric Jamon y a chard Snntt.
Va a pna rcordar n t ca qe a cra e "ta d  amarra-
dr dntro d cierto grpo no tanto por  moidad gográca, ag q
s  eñaar en o dio d o mdio d comnicación, ni por a "c-
ra viajera, ino por  movdad tmpora Con to qiro dcir q 
na n e "giro hitórico como otra rma d tranrmar a clra n n
fnómno móvi q no pierd a poibiidad d xporar a vc y para ag-
n indido  podroa capacidad d condicionaminto.
Prmítam vovr, entonc, a a ida d a cra como "habiitant,
u  inhrent  concpto cáico d cra E ndamnta n  anáii
u hace Gertz n "El darroo d a cra y a voción d a mnt
(Grtz, 1988a), donde arma q in a ctra itma xterno d ím-
 y ignicado no ería poib penar También  centra n  análii
d a ncion d a religión, p ta, cando opera,  permite a hombr
nntar e iminto,  inentido y  cao (Grtz, 1988b) Pro aqí
mbién incorporaré ctione acerca d ncionaminto habiitant d a
cutra n rato obre  podr y a digadad Aí, n "La ritncia y 
bma d rchazo tnográco tomo d Jam Scott (1990) a noción d
discro octo n canto rcro cra q prmitn a rmación
d a ida mima d reitncia, aí como mcha d  rma pcíca
Y n "Poder y proycto Rxion obr a agncia (capíto i d t
mn), xamino a contrcción ctra d la agncia como n tipo d
mpoderamiento y como bae para a raización d "proyect n n mndo
dnd impran a dominación y a digadad.
Por útimo, incí n t ibro n capíto q n ( a mno rún n
 marco d n mimo nayo) ction d "ctra púbica y d ctra
y sbjtividad n  ntid nvo/vij q h cmntad prviamnt. E
capíto en ctión e  número catro: "Gneración X. La antropoogía
n n mndo atrado d mdio d comnicación. Por n ado, abordo
Antropología y teora social. Cutura, poder y agencia

a uesiones relaivas a la lra públia, las represenaiones que hacen


los edios de la "Generación X" visa oo un grpo espeío on una
onienia propia que lo disinge. Rasreo las ras en qe esas represen-
aiones se odian on el orrer del iempo y a ravés del espaio soial
uando pasan por disinas anos (novelsas, demógras, publiisas y oros
profesionales del marketing, radores de opinón y aores de arílos pe-
riodsicos). Por oro lado, esdio la "clra de la Generaión X epleando
enograas publiadas y algnas enrevsas a inegranes de esa generaión
que reaé a prinipios de la década de 1990. En ese iso capílo, uizo
el enque que oené aneriorene, oando el onepo no reelaborado
de ulra oo produora de ieras subjeividades {espeíaene, de
ieras angusas), pero inserándolo a su vez en otro relao del apialiso
ardo, el de la esrura abiane de clase en Esados Unidos.
Ese apíulo oncluye all, y la idea de na "Generación X" ya se ha diluido
en el paisaje de la clra públia. En la acalidad, rara vez se hae referen-
ia a ella. Pero, en realidad, esa generación hoy esá adqiriendo poder en
ieras indsrias clrales lave, espeialene en la prodión ediátia,
de partlar relevancia para lo qe e ineresa analizar. Mjeres y hobres
jóvenes de enre 35 y 40 años que opan iporanes puesos reaivos en
Hollood. Cabría pegnarse si, anqe ya nadie esriba aerca de esa
generacón, exise na sensibilidad caraerísia suya que se aniesa en
un segmeno reonocible de las prodciones de Hollood. Las enrevisas
preliinares a individuos de la Generaión X en Hollywood sugieren qe
algunos cieraene reen qe es así. Sea oo ere, oaré la propesa
oo pno de parida para n oyeco en el qe oninaré enrelazando
esiones relaconadas on la clra {en el senido nevo/vejo), el poder y la
hsoria al esdiar la prodcción de esos artecos lrales con ana movi-
lidad: los prodcos de los medios de Hoywood.

3. Conclusiones: poder, hstoria, culra

Menioné anes qe odas las rlaciones eórias visiadas aqí eron
práiaene coneporáneas y qe las publiaiones ás iporanes en
ada na de las corrienes prinipales la eora de la práca, "el giro del
poder, "el giro hsório y los "esdios ulrales apareieron casi odas a
nes de la déada de 1970 y comienzos de la década siguiene. Todas eron
iporanes, y ese libro podra oenzar por caquiera de ellas y después
inorporar las resanes.
La eora de la práica e ha pareido la más araiva. Es na eoría
l aera de la prodción de sujeos iales por edio de práicas en
I  cción

 undo, y de la prodcción del mndo por medio de dica práctica. La


 era parte del ennciado no era nevo para mí, peto qe mi rmación,
 la inencia de Weber y Geertz, giró en torno a la prodcción de uje
/ubjetividade en modo qe, en mi opinión, era n má rico e intereante
e, por ejemplo, el habitus de Bordie (anqe el término e, in dda, útil).
eo la egnda, e decir, qe la prodcción del mndo etá mediada por la
 ca del ombre era neva y my conndente, pe proporcionaba
 ntei dialéctica de la opoición entre "etctra (o el mndo ocial
tido) y "agencia (o la práctica intereada de la perona reale) qe
 se abía alcanzado ata ee momento. á aún, la idea de qe el mn-
 e "ace en n entido my amplio y complejo, claro etá por medio
e l accione de lo individo comne también qería decir qe podía
ehacere y reacere. Aí, la teoría de la práctica tenía implicancia políti-
 nmediata qe interpelaban a mi interee feminita. Y por último, la
ea de la práctica me atraía porqe era (y e) n marco teórico de na gran
litd. Dejaba mco de lado, pero todo lo qe faltaba na mejor teoría
e  ultra, n papel má detacado para el poder, el elemento itórico (en
urdie y Gidden) etaba, a  vez, implícito en lo término de la teoría.
Mientra tanto, toda ea zona "fltante e abordaban en otra área del
orma intelectal. El "giro del poder e prodcto de la enorme politiza-
 del mndo real iniciada en lo año eenta, qe abarcaba movimiento
les y etdio académico intereado en divera rma de dominación y
ealdad, en particlar en lo rerente al género y la raza. El giro itórico
ién evo relacionado con lo movimiento ociale y lo acontecimien-
 del mndo real de la década de 1960 y 1970 El vínclo má evidente
e aqel entre el creciente interé académico en el colonialimo y la lca
ndo meno) contemporánea en la nmeroa nacione pocoloniale en
 que tradicionalmente abían peto la mirada lo antropólogo. Pero en la
odución a 1e Histori Turn in the Human Sciences, Terrence cDonald
én aocia el giro itórico a lo momiento ociale nacionale:

El age del movimiento por los derechos civiles, e "redesbrimiento de a pobreza


y la ondena a a gerra de Vietnam dejaron al descbieo (   ) a inapacidad de las
eorías del consenso, a consección de estats a abndancia y a modernización
para expiar os acontecimientos contemporáneos. Los movimientos soiaes qe
srgieron en el país en respesta a esos aontecimientos por ejempo os movimien
os en favor de os derechos iviles en ontra de l guerra, por el derho a bienes-
ar y otros movimientos paralelos en defensa de os derhos de as mjeres, entre
otros vovieron a coocar la agencia y la historia en la agenda (McDonad, 1 996: 5) 

í pe, pieno qe, en  primera verione eropea (la de


 de y Gidden n la egemónca), la teoría de la práctica neceitaba
Antropología y teoría social. Cultura, poder y agencia

desesperadamnte de la hitoria y de un concepto má laborado dl papl del


poder en la vida ocial. En u ahitoricidad y u intré rlativament bajo n
las cuestion dl poder y a pear de una agnda tórica radicalment die-
rente, podría parcr un rtorno a lo plano tático y apolítico dl n-
cionalimo. Ea prcpción  v rrzada por l éni puto n la rpro-
ducción ant que n la tranrmación ocia n la obra d lo do autores. 7
Aunque, una vz má, lo propóito y lo ignifcado d  éni on muy
dirente, parcen, in mbargo, replicar l co qu hace l ncionalimo
en la tabidad, la cohrncia y la continuidad ocial. S ahlin e una notable
excpción n amba dimnsion, tanto la del poder como la de la hitoria, y,
de e modo, oc una hitoria d la tranrmación ocial radical n la que
l podr d lo j, lo tabúe rligioo y la digualdad d génro en
Hawái  dhacn y e rhacn en l trancuro dl prolongado encuntro
histórico ntr grupo cuyo nivl d podr on diguale.
¿Y qué  pud dcir d la culra? ¿Por qué la toría d la práctica ne-
cesita la cultura, tal como ilutran d ditinta manra los capítulo que
constiyn et libro? La reputa a  interrogant  ncuntra al dirigir
la mirada al podr, la hitoria y la tranrmación ocial, con lo qu comncé
ta introducción. E qu l ignifcado prondo de la tranrmación ocial
tracind la mra r organización d la intitcion. También implica la
tranrmación d la "cultura, en l ntido nuvo/viejo y n u ntido
má modrno. Si  toma la culra n l stido nuvo/viejo, como la
etrucra (modulada políticamnt) a travé d la cual lo indiduo
vn el mundo y acan n él, y la ubjtividad (modulada políticamnte)
mediante la qu lo individuo xpran sntiminto mocional, vicral y
a vece violntamnt rpcto d í mimo y del mundo, la tranrmación
ocial contmpla la ruptura d a tcras y ubjtividad. Y i  toma
la culra n l ntido má modrno pública, móvil, viajra, la tranrma-
ción social nciona en parte a travé de la contante producción, diputa y
transrmación d la cultura púbca, lo mdio d comunicación y dmá r-
presentaciones d todo tipo que ncarnan y bucan conrmar nuevas y vias
ideas, entimiento  idología. En ambo entido, ntonc, rrmulando
un antiguo adagio, la tranrmación social rá culral o, i no, no erá nada.
Qiiera hacr aquí una observación obre lo contenido y la organiza-
ción del preente volumn: mi trabao má puramnte tórico sobre lo te-
mas que he presntado en ta introducción ron ecrito durante l período
en que levé a cabo un proyecto tnográfco  hitórico acerca de la cla n la

7 Más tarde, Bourdieu ( 1 999) en ciea medida altera y/o defende sus argumentos. E n este captuo,
me refero principalmente a las prmeras obras en las que expone los lineamientos básicos de una t-
ría práctica (Bouieu 977 y 2007 1 990])
Itroducción

 ra noramriana, uyos sujos nográos ron mis propios com-


ñeros d urso d la sula sundria. La tnogra s pub lugo bajo
 ulo New jeey Dreaming: Capita Culture, and the Class o '58 (Orner,
2003) Como par del proyo d New jeey Dreaming publiqué asimismo
 seri d artíulos n los qu inrpro la onstruin ulural de clase
 Esados Unidos. El prsn libro onin, por ano, nsas puramene
óricos y oros n los qu hago una lra d la ounra noramricana,
es odos sin pra ilusrr, ada uno a su modo, los mas refridos en esa
roduin. Después d nsayar varios rdnes posibls para los capíulos,
e decidí por l ronolgio.
 ap 1

A LECTU DE ESTAD O S UNID OS .


PUNTES P RELIMINARES SOBRE CSE
Y CULTUR1

Hy n día, una cantidad cada vz mayor d antropólogo  tá volcando
 tudio d la ocidad nortamricana modrna Cuando yo curaba l
torado n la década d 1960, no ra muy común qu l Dpartamnt d
Aopología d mi cultad dia l vito buno (y mno aún qu otorgara
a) para razar trabajo d campo n l marco d la ocidad nortamri-
a. En a época, la única invtigación qu obtuvo apoyo d la Univridad
 un tudio d la drag queens (Nwton, 1972), y  probabl qu l motivo
ya ido qu la drag queens ran vita como algo xótico, como un "otro.
Et nayo frma part d un proycto má amplo obr la contrucción
ural y la xprincia ocial d la cla n Etado Unido El punto d par-
  la rlativa auncia d un dicuro d cla n la cultura nortamrica-
 hgmónica Con to no quiro dcir qu nunca  mncion o  abord
 ma d la cla; dd lugo, no  aí Pro í qu otra catgoría d di-
nciación ocial on muco má prominnt, n pcial la raza y la tnia,
 parcn muco má important a la ora de dnir quién  cada uno y
 rán u poibildad n la vida. Cirtamnt, como  ncaio d-
 ué  ntind por cla, rñaré má adlant una ri d prpctiva
y nicion.
r lo qu atañ a u inpiracin tórica, lo argumnto vrtido n t
sy tán póximo al pnamint dl Cntro d Etudio Cultural d
Bingam y al éni qu u intgrant ponn n la intrprtación d la
ntacion, lo dicuro y l lnguaj dinario como lmnto d lo

1 c ribí este capítulo durante mi estadía como investigadora invtada en el Instituto de Estudios Avan
z s de Princeton, en Nueva Jersey gracias a un subsidio que me habían otorgado la Universidad de
c higan y el Fondo Nacional para las Humanidades Arjun Appadurai Nicholas B. Dirks y Elliot Shore
  ron una lectura del primer borrador, algo que les solicité a último momento y sus comentarios
 ron sumamente valiosos. Nancy Chodorow, Salvatore Cucchiari Richard Fox, Abigail Stewart y
r van der Veer, que leyeron los borradores posteriores también apoaron excelentes obseacio-
 y ugerencias Los comentarios que surgieron durante el seminario de los ueves por la noche en
 arco del programa de Estudios Comparados de as Transformaciones Sociales que me siió de
  iración intelectual durante m i paso por la Universidad de Michi gan a fines de la década de 1 980 y
 i cipios de la de 1 990, fueron sumamente enriquecedores
Antropología y teora social. Cutura, poder y agenca

procesos hegemnicos sobe os que se apoyan s dsigudads sistmáticas


Comenzaé po un panoama gnea dl uga qu ocup a "cla n os
esudos anopogicos en Esados Undos y mostaé qu, hasta fna de
 décda de 1980 ese concepo estaba páctcament (aunqu no d todo)
asene de os exos. En a seccin siguene, haé una sña d un cojunto
de posuas ecas sobe a case, así como de agunas de as aidads d las
cases en Esados Unidos (po ejempo, a aa asa d moviidad socia) y d a
deoogía noeamecan (po ejempo, e cuo a indiduo) que s combinan
para senca e dscso de case como a.
Más deane, desaoaé e agumeno cnta, qu consis n qu si
ben cas no se haba de cases en a vida socia notamicana, n aidad
esas no están discusvamente ausenes, sino qu están dsplazadas  discu
sos cuamente más pomnents, en specia, pa lo popsitos d ste
ensayo, a os de géneo y seaidad Pocdé a dsaoa s agumnto
mediante a iepetacn cítca de esos discusos, qu omo d ts s
pacos: s enogaas de comunidades de cas oba, as tnoaías d s
cueas secundaias y agunas novas de Phiip Roth Mostaé qu n os ts
ábos as epesenaciones de géno y seaidad tnn ts (aunqu
cípicas) macas de "case''. Las conscuencias van n dos dieccions Po un
ado, se obseva uno e os ugaes donde a cas stá, n un sntdo, ocuta n
e pano discusvo. Po e oo, se obseva qu si os discusos y as pácticas
de géneo y sexuaidad evan una caga sceta d ignifcados d cs, so
es confee a esas eaciones un nive de o que dnomnaé un "cdnt de
agonsmo.
Po úmo, en a concusi; voveé a exiona acca d os pocsos
cuuaes e deogicos que enan en juego en esas nteptacions

l. Punto de entrada: clase y culra en Estados Udos

Comezaé hacendo un anáiss de cmo apaece o o apaece a pobma-


zc de  case en e dscuso de as ciencas sociaes n Estados Unidos.
Me ceé, especícamene, en a peseca de  case en as enogaías (no
e os esudos de encuesa), poque, a enos paa mí, a etnogaía oce a
ra ás "densa de imacn. Lo pmeo que ama a aencin a un an-
opóogo e ee a biogía eogáfca sobe Esados Unidos escia an-
o por socogos coo po nopogos es a centaidad de a "case en as
esgcoes socoógcas y su maginadad en os esudos anopogicos
os socóogos podá dsc con vehemenca os signifcado y as mpica-
coes de a cse, peo o cabe duda de qe es una caegoía sgnfcativa paa
eos Ddo e, hs hce poco epo, os socogos páccamente a
  ílo 1 Un ectur de Esdos Un idos. Apuntes preimin ares sobre clase y cultra

   dueño" de Etado Unido como dominio de investigación, ncluo en


 vetigacin etnáfca, la mayía de l tabaj etnáfcs eazads
 r cilg tenían alún tip de elación cn las clases sciale.2 E nte-
  de l ciólg p el cncept de clae alcanzó amién la oa de un
ropólg que cnduj un estudio etnráfc muy imprtante en Eado
U ds antes de la Primera Guerra Mundial: W. Llyd Warner. En el pro-
o mnumental de Yankee City (que cmenzó cn Warner y Lun, 1941)
rner e  inclina pr pner el acent sclógic en la clae y la tranfrma
 u perpectiva antrplógica emic. Sin duda, Warner merece un arículo
cusiv bre u trabaj; i bien me explayaré sbre él más adelante, no erá
 eta página dnde haa un anásis de u ba en pndidad.
Má allá del pyect de Yankee Ciy, la incuine antpolócas en
 esdi de la cmunidade neameicanas pevi a la década de 1 970
ern ailada; hub que epea hata e añ paa que ls antpós
duiean vedade inteé en la etnafía de Etads Unidos. La di-
cia de enque ente ciól y antopól e asmosa. Ls ant-
o ediaban la zna mainale de la cedad: pandila caejeas
ee, 1969) cmunidade de jubilad (Jacs, 1974) y ups étnics (en
 may pate, judí [Myeh, 1978; Kuelmass, 1987 ene ts]) Su
eé e ubicaa en l tópic cláic de la antplía, cm el paen-
o (Schneide, 1980; Nevlle, 1987) el iual (Eintn, 1987)  la "ma-
ía de edad (Matt, 198 9) Su etudi eneale be las cmunidades
acaban cuetine tale cm la "amitad  el "individualism (Vaenne,
  77) Td l tabaj mencinad n excelentes, y cn ell se apende
ch aceca del ncinamient de ditint ectes de la sciedad e-
dounidene. N btante, alv una pca excepcnes, antes de ls añs
henta el únic tíl que ecued e Rockdale (Waace, 1972) la clae
o despetaba ningún inteé.3 En una antlía de antplía de la cultu-
 nteameicana publicada en 1975 - 1e Nacirema (Spadley y Rynewich,
  75) tda la eccn be "etctua cial cnsiste en entada se
em, cata, aza cial, elacine étnica, mación de denidades ciales
 a ecuela ecundaia y ede ubana. Ota antlía (Aen y Montaue,
  76) cntiene una ección be etateia sciales y den nstitucnal
  n entada e tma café, amitad, cnveacines casuales, póque,

2 Ls sociólogos comenzaron a abandonar la investigación etnográfca en la década de 1 950 , proba-


 emente debido al predominio de la investigación cuantitativa en ese campo
 C/ss Oifernces and Sex Roles in Amecn Kinship nd Fmily Stctu, de Schneider y Smith
( 1 973), es uno de los pocos trabajos antropológicos sobre Estados Unidos que levan en su títuo la
Pb ra clase" pero no es un trabajo monográfico. También existen algunas reseñas anteriores de
G  sc hmidt (  0 y  5) l aculo Anthropology and the concept of socia cass" es una reseña

Antropología y teoría social. Cutura, poder y agencia

asroogía, bomberos voluntarios y búsqueda de atención sanitaria No tengo


inerés en ridicuizar ese enque; a etnograía de as minucias de la vida
coidiana puede ser muy reveadora Sin embargo, hay una tendencia a evitar
casi todos os análisis macrosocioógicos y a descartar a case como categoría
cenra en a investigación
Además de pasar por alto la case en su mayor parte, los estudios antropo-
ógicos de Estados Unidos han tenido una tendencia crónica a a "enización
de os grupos que investigan, a tratarlos como tribus aisladas y exóticas Esto
es así incuso en estudios de grupos caramene defnidos en términos de case,
como estibadores (Picher, 1972) u obreros de la construcción (Appebaum,
1981). La principal excepción a esa tendencia antes de los años ochenta se en-
cuentra en etnograías de comunidades aoamericanas (por ejemplo, Hannerz,
1969; Stack, 1974). En eas se intenta resolver varias discrepancias entre, por
un ado, e deseo antropoógico cásico de ver as cuturas de esas comunidades
como poseedoras de cierta auenticidad (por ejemplo, a iniciativa "etnicizado-
ra) y, por otro lado, el reconocimiento de que los aoamericanos no son sim-
plemente oro gpo étnico de interés, sino que ncionan dentro de una es
tructura mayor de desigualdad racial y de una hegemonía cutura más amplia4
Aun así, os esudios de as comunidades negras coninúan impícitamente
a tradición de trabaj ar en os márgenes (de case) de a sociedad norteameri-
cana Soo a partir de fnaes de la década de 1980 los antropóogos que, en
defnitiva, son en su gran mayoría blancos de clase media tomaron el toro
por las asas y se ocuparon también de a clase media banca norteamericana
como ta y de a dinámica compeja que reproduce a estcura de clase nor-
teamericana Qisiera mencionraquí soo dos de esos estudios E primero es
e de Kaherine Newman acerca de la experiencia de miias de clase media
en as que e integrante que aportaba e ingreso principa había perdido el em-
peo (Newman, 1 988 ). La autora pora a experiencia repentina y novedosa
de la aa de poder vivida por as personas de clase media en aes circunsan-
cias y a rma en a que se ven obigadas a enentarse a sí mismas y a uni-
verso social El otro estudio es a etnograía de Peneope Eckert acerca de una
escuea secundaria de as aeras de Deroit (Ecker, 19 89). En ese rabajo se
examinan os grupos sociaes de a escuela secundaria: os jocks y os burnouts. 5
La auora es particularmente consciene de os cores de case que subyacen
a esas caegorías y grupos sociaes Su ibro recuerda e rabajo ndamena

4 Las comedias elevisivas de familias de case baja, ano negras c omo blancas (como A in the Family
y Sanford and Son) siguiern la vieja costumbre de represenar a cada una como un grupo étnico sim-
páico viso como e "otro''.
5 El término jocks hace referenca a estudiantes con i ncinaciones depoivas y buen desempeño esco
lar mienras que buouts se refere a jóvenes cuyo interés no esá puesto en la escuela, pan mucho
 ílo 1 Una lectura de Estados Unidos. Apuntes preliminares sobre clase y cultura

 Pu Ws (1988), Aprendiendo a trabaja y un cuando e ensyo de


r no esá n ben escro como e de Ws tene  gran venaj de que
su uora percbe  os jocks (prncpmene de case med) y a os burnouts
 cpamene de case obrer) como grupos que se constuyen mumene
ro de un únco unverso soc.
nonces ¿qué es  case? He de decr cuando menos que no exse un
 respues. Los debaes socoógcos {que restan aracvos pra gunos
omsas poióogos e hstordores entre otros) gran en torno  vros
 En prmer ugr exste un dvsón enre as teorías burguess y s
r marxss. En sendo mpo s prmera de una u ora maner ven
las ses como un "estratfccón un conjuno de posicones derences
 n escaa de venajas socaes anes que como un conjuno de reco-
 ndmenamene concvs Los mrxisas en cambo recurren  un
deo eórco en e que s clases no son mero conjunos de persons con
o grado de éxo sno que provenen de a rma de produccón especí-
ene expodor que es e cpasmo y son nherentemene nagóncas.
A su vez en cd correne se producen rupuras. La teoría burguesa en-
  ddrse enre os pensdores que creen que  case debería defnrse
dne ndcdores objevos {como os ngresos  proesón y a educa-
) y os que pensn que a cse deberí defnrse en térmnos de cómo
 nvos cren escas escaas soces es decr en érmnos de eemenos
 e "esttus. Un buen ejempo de  prmera correne es Social Mobility
in Industrial Society, a obr cásca de Lpse y Bendx {1957), donde  case
 ompetmene deermnad por  proesón. Un ejempo de a segunda
 s ocial Standing in America, de Coemn y Ranwer {1978), que anaza có-
 os ndduos defnen y vorn e "esaus.6 Denro de esas dos posra
cpes hy más dvsones demás de guns combncones y corres-
dencas: os objevsas sueen pregunrse  fna de sus ensayos por a
respondenc enre sus ndcdores objevos y s cegorías naivas; os
e ponen de reeve as cegorís nvs o "esaus enden a pregunarse
  úmo cpíuo cómo se anen ess con ndcadores objevos como e
 eso o  educcón.
Enre os mrxsas tambén hay subdvsones. Según Erk Oin Wrgh
 cdémcos que esán neresados en  "escra de caes y oros que
  udn a "rmcón de s cases (Wrgh 1985 910) Wrgh que se
  erí con os prmeros invesg de qué mner e capsmo ncona
 o como M pensó que nconría o debería nconr sí como s

6 Ls antropólogos no se sorprenderán al enterarse de que Uoyd Warner cuyo trabajo con los aborge
 s australianos se centra en las relaciones de parentesco ategorías nativas de las reaciones socia-

Antropología y teoría social. Cultura, poder y agencia

rrcusons de es ncionamento. Entre los temas rncals, s encuen-


tran las conscuncas aa l catalsmo (aí como ara la teoría marxsta y
la transrmacón socal) dl crecmento d la clas mda asalarada, d las
dstntas rmas del Estado y de los dstntos modos d relacón ntre el Es-
tado y la conomía. Los ntelctals qu se nclnan por la rmacón de las
class", or su arte,  dedcan a ndagar l roblema d cómo y or qé las
class (normalmente, la clase oba) se tansman, o no, n actoes olíti-
cos con concnca de í. A su vez, este guo paec sgui brcándose. De
un lado, stán quenes adotan un enque estctal austro de la ma-
ción de las class, como s obsea en La estructura de clases en las sociedades
avanzadas, d Anthony Gddns (1979a). A Gddens l mportan la vaa-
bles'', en sntdo socológco, qe clitan, o no, la toma de concenca. Del
otro lado, está el grpo de la sociología hstórca, q s nsira en gran me-
dda n Lafrmaci6n de la clase obrera en Inglaterra, d E. P. Tomson (1989).
Según esta corrnte, había qe deja d drigir la mrada a lo que raa vez
ha hcho la clase obera: toma concnca d sí misma como vehíclo ara
un cambo socal rvoluconaro. En su luga, habría qe mar la xtaordna
ria vaedad de manas n las que ha rmulado y xpsado una dentdad
dernte y una relación dnte con el esto de la socdad (Katznelson y

Zolbrg, 1986; Some , 1989) .
Qsra abodar sa vardad de espectva teórica y mtodológicas de
una manra oblcua, remlando el roblema aa los fns de ete caítulo.
Es bn sabdo qe los stadoundenses cas nnca hablan de í msmos n d
su socedad n térmnos de clas. Dcho de oto modo, la clae no  na cat-
goría central n el dscuso clald Estados Undo, y los tto antopoló-
gcos qu asan or alto la cls n vor de cas todas las dmás exeiones
socals etna, raza, aentesco eejan, de algún modo, esa caracteítica.
Paul Fuse (1983) afrma que el discrso de clase n Estados Unidos tá
cubrto o un tabú". En un studo tnográfco d una lanta ndstal
químca d Elzabth, Neva Jersy, el socólogo btánco Davd Halle ober-
vó qu los trabajado del establcmento se dfnían a sí msmos como tra-
bajadors" y trabajadoras", ero no s consderaban at de la clase obrera''
(Hall, 1984: caítulo 10) En la raras ocasons en la qe emlan términos
de clas, los trabajados s dcbían, al gual que la gan mayoría de los e-
tadoundnss, como prsonas de clase meda". 
 msmo tmo, es ncustonable que la clas es na estcra real" d
la socdad nortamercana, se la rconozca en el dscso oular o no. Una

7 Se podría armar que clase media" no es un término de clase, pues por lo general no se la consi-
dera como pae de una estructura de cases, es dir una categoría posicioal o relacional respto
de otras clases. En el discurso corriente, parece referse a una lealtad hacia la nació y cieos valores
fundamentales como la libead o el individualismo.
ap ítulo 1 Un lectur de Estdos Unidos. Auntes reliminres sobre clse y cultur

arte de ea ealidad e lo qe e decibe en la clica expcación marxita de


as relacione dienciale con lo medio de pocción: en Etado Unido,
no on deño de la mayoía de lo pincipale itema de producción
e la riqeza y oto podcen ea riqeza, peo obtienen olo na peqeña
acción de  valo Ota pate de la ealidad de clae et depetando cada
ez mayo interé ente lo neomaxita qe edian la clae media aalaria-
a Se tata de la ealia el poder (adminitativo, legilativo, etc) en la vida
e otra peona, ea no popietario de na pate e lo medio de prodc-
ón o no (Polantza, 2005; Vanneman y Cannon, 1987) Y parte de la reali-
ad, examinaa en edio obre aoameicano y ota minoría pobre, etá
elacionaa con la diciminación, lo pejicio, la etigmatización y el i-
iento De hecho, cando e obea qé apecto de la ealidad de la clae
n lo qe e deplazan a lo dicuo de etnicia, aza y géneo, se aderte
e, en  mayo pate, on la do última dimenione qe acabo de nom-
rar. Eto e, i e pede afma qe lo noteameicano tienen n dicuro
e clae, ee dico e economicita, como el de lo teóico maxita y b-
ee: el dico de lo noteameicano gia en tono al dineo Lo qe no
etá mayoitaiamente epeentado en el dico popla olo de manera
agmentaia en lo académico qe oientan  invetigación a la cetión de
a clae on el poder y el imiento de la relacione de clae
Creo neceaio reite qe me inclino por la idea de qe la clae no on
a única etca objetiva'' de dominación, qe no on m o meno reale
e otra y qe no deberían entendere como má ndamentale 8 Má aún,
a clae no e ditinge de ota etcra por er má material"; toda la
estca de dominación on, a la vez, materiale y cltrale Aí y todo, la
ae on eale en el entido de qe e pede hablar de  exitencia y de lo
ndicionamiento qe imponen pee a qe en el dico poplar no e la
encione expreamente De hecho, como gieo en ete enayo, í aparecen
e el dicro poplar (ninguna reidad" podría etar aente), pero no en
rmino claamente reconocible como n dicro obre la clae"
Ahoa bien, i lo condicionamiento on reale, entonce, aparentemente,
abién lo on la alta taa de movilidad ocial en el itema noteameica-
 Hay ciento de etdio de movidad, baado en peto dierente y
eizado en ditinto momento a lo lago del iglo X, pero lo reltado
esadístico paecen coincidir a grande rago Reprodciré pimero los rel-
aos de la obra cláica de Lipset y Bendix (1957), Social Mobilit in Indusial
oiet. Lo atore analizan meticoamente ditinto etdio de movildad

8 Esta es la poscón de la domnacón múltple, con la cual, en princpio, estoy de acuerdo. Una de las
scrpcones más claras se encuentra en Cohen (1 982) . Otra versón figura en Laclau y Moue (1 987)
La teoría feminista en general tambén está orientada a una poscón de dominación múltple; ver, por
Antropología y teoría social. Cultura, poder y agencia

y ea a a siuiete cocusió: e promedio para a movidad ascedete


(e, ara dar ua defnició sucinta, se podría decir ue cosiste e cambiar
de  trabajo maua a un trabajo o maua) se ubica e rededor de u
33%, co u rao de etre e 20 y e 40 E promedio para a movidad
descedente roda e 26 con u rao de etre u 15% y u 35% (Lipset y
Bedix, 1957: 25 y capío 2 e eera). Las cias so bastate eevadas. E
promedio, e Estados Uidos uno de cada tres hombres (soo se estudiaro
hobres) experimeta u asceso socia durate su vida; en promedio, uo
de cada cuatro desciende e a escaa socia. Y, auque e esdio es atiuo,
e revisado a mediados de os años ocheta por Robert Erikso y Joh
Godthorpe, ue aportaro uevos datos y empearo una metodooía más
avanzada. Sus resutados o se apartan de os ranos estimados por Lipset y
Bendix (Erikson y Godthorpe, 1985: 12).
Para Lipset y Bendix, Estados Uidos o es e úico país ue tiee ta-
sas tas de moviidad. En su ibro, e aceto está puesto e e echo de ue
esas cias eevadas son características de todas as sociedades co sistema de
cases, icuidos os países europeos. La particuaridad de sistema orteame-
ricao radica e su ideooía. Mietras ue as cuturas europeas tiede a
hacer hicapié e s ranos y os estatus tradicionaes, y suee retratarse a
sí mismas como más rígidas en térmios de case de o ue reamete so, e
Estados Unidos cana oas a as oportuidades y a moviidad, y su sociedad
se describe a sí misma como más abierta a os oros idividuaes de o ue e
reaidad es. Esto no es igua ovedad, pero es, seú creo, ua de as tatas
tedencias ue aimeta o que probabemete sea u ómeo determi-
nado por múltipes ctores: la ·asecia reativa de u discurso de case e a
cutura orteamericana. Ls bases prodamete idividuaistas de pesa-
miento soci orteamericao desempeña, si duda, u pape importate e
a razó de esa ausecia, dode as cases so cateorías sociaes ue o pue-
de comprederse e térmios de motivacioes y deseos idividuaes. Qie
haya impartido u curso de introducció a as ciecias sociaes a estudiates
uiversitarios de Estados Uidos sabe asta ué puto eos cocibe a so-
ciedad como a suma de idividuos empíricos y separados, y as istitucioes
sociaes como e producto de motivacioes, deseos y voutades idividuaes
Esos dos coceptos, a a vez, puede combiarse de modo de propoer ua
razó para os patroes de despazamieto (y o soo a ausecia) obseados.
Como a cutura heemóica orteamericaa toma e serio a ideooía de
a moviidad y a ideooía de idividualismo, as expicacioes para a ata
de moviidad o soo se caiza e e acaso de os idivids (or su a-
raaería o por su estupidez iatas), sio ue eva e domiio discursivo a
terreos ue se supoe está "iterados e os idividuos: e éero, a raza
 orie ético
 ílo 1 Una ltura de Estados Uni dos. Apuntes prelm nares sobre clase y cltura

Sa cual fr la xplicación (y rpito, l nómeno stá detrminado por


mútipls ctors), una d las conscuncias d  interfrir las ondas de radio
 a culra en lo  que atañe a la clase se aprecia en lo que Rchard Sennet
y J nathan Cobb (1972) dnominan  "las hridas ocultas d la clas. Los
ividuos más pobrs y mnos xitosos  suln culpars a sí mismos por su
faaso y no rconocn qu sus probabdads de éxito staban circunscriptas
 antmano. Otra  d las conscuncias, n mi  opinión, es la que studiaré
 st capítulo: un dsplazaminto d la tnsión y la ficción d clase a otras
as d la vida, un  dsplazaminto qu no stá libr de costos para quins
 abitan.

2. La clase  la geogra social de género  práctcas ses

 modo particuar d qu quiro ocuparm ahora s  dspazamint d


 iccions d cas al discurso y as prácticas ncuadas con as racions
 énro y sxo. La ida básica, qu advrtí casi por accidente eyendo sin
n propósito n particuar unos studios sobr a comunidad nortame-
ana, s qu, tanto para a case mdia como para a case obrera d Estados
Udos (djé d ado as its), as racions d génro arrastran una norm
ara d signifcados d case bastant antagónicos. Visto dsd otro ánguo,
 iscurso d cas stá inmrso en  discurso sea y articuado a través de
él, y aquí ntindo  término "sxo n rrncia tanto a génro como a o
ico (Ortnr y Whithad, 1 981). Si bin a ida gnera de dspazamien-
 canza a os discursos d a cas mdia y a case obrra, no nciona de
imo modo n os dos casos. Comnzaré por dscribir  nómno n e
mbito d a cas obrra. 9

2 .  . Discursos de la clase obrera relativos  sexo  la clase


Iiio sta scción asumindo qu a constición d as cases sociaes s rea-
na, s dcir, simpre s dfnn con rrencia impícita a as dmás. Así, si
in normamnt s cr qu as racions d case tinen ugar ntr cass,
 raidad, cada una contin a as dmás aunqu d manera distorsionada
y ambivant. Esto s v con caridad n a cas obrra, qu incorpora n su
tura a stctura d cass d a socidad como una ección probmática
 "stios d vida para os hombrs y as mujres d sa cas, una cción
r dos stios de vida, uno confgurado básicamnt sgún os vaors y

9 Vle clrar que usaré el tempo presente en todo el capítulo, aunque los ejemplos provienen de épo-
 dversas, desde comenzos de la década de 1 950 hasta los primeros años de la década de 1 980
Antropología y teora socia. Cultura, poder y agencia

las prácticas de la clase media y otro según los valores y ls práctics más
distintivos de la clase obrera. L ivisión, que recibe nombres direntes e
parte de distintos etnógras y otros grupos, aprece en casi todos los esdios
de comunidades obrers blancs y negras Un ejemplo es el que proporciona
Herbert Gans (2015) en su estudio clásico sobre un comunidd urbn de
trabajadores e Boston Gans obsea dos estilos de vi principes entre los
obreros, a los que asigna los rólos de "los buscores de rutina y "los busc
dores de cción' {Gans, 201 5: 4 1). A esa división básica, el utor le añde os
tipos más extremos: los "poco daptos, en la base de la clse obrera, y los
orientados a la clase media, en lo más alto de la clse. Cualquier norteme
ricano comprenderá al instante cuál es el patrón general e esos estilos. Los
que buscan a rutina adhieren a un estilo de vid relativamente fjo, oriento
a la milia y al trbjo Los que buscn la acció, en cmbio, viven una vid
"rápid, en la que lo importante es la relación con "los muchachos, el grupo
de pes; no tienen en cuent l mili y el trabjo o les asignn una mínim
importancia. De ls dos versiones extrems de la división básic, l orient
a la clase medi es similar  la de los que persiguen la rutin, slvo porque
se inclinan más, como lo indica su rótulo, por l movid scendente Los
poco aptaos son parecidos a los buscadores de cción, pero por lo generl,
tienen problemas con l bbid o las drogs, y eso los hace menos redimibles
La caracterización e l división dentro de la cultr obrer en térmi-
nos de actividad {los que "buscn l cción) y pasidad {los que "buscn l
rutina) recuerda la descripción que hace Pul Wis {1988) de l culr
de los estudiantes secundrios británicos. Wis se centra en los "pibes, los
inconrmistas, que hcín un divisi de la escuela entre ellos y los que ll
maban los "pendejos: "El propio término pendejo' tiene una connotción e
pasidad y absurdo de los lumnos conrmistas para los pibes'. Prece que
siempre están escuchando, nunca haciendo; no se ven animados nunc por su
propia vida interna, sino por un rígida receptividad (Wis, 1988: 26; ver
asimismo Sennett y Cobb, 1 972: 82).
El mismo patrón de separación de estilos de vida de "clase media'' {orien-
tda a una movidad socil ascendente o no) y de clase obrera o ba aparece
en el gueto del barrio negro esdido por el antropólogo sueco Ul Hnnerz:

Los habitantes de Winston Strt con fruencia se describen a s mismos y a sus ve-
cinos de a comunidad como comprendidos en dos categoras que se diferencian por

1 O Aquí hay un probema terminolico. Los términos para e extremo inferior de a estructura de cases
muestran, en ciea medida, una codición racial "Clase obrer pare referise normalmente a os
blancos Para os nros, suele aparer con fuencia el téino "clase baja Yo emp ms de
manera indistinta
Captuo 1 Ua lectur de Estdos Uidos Autes prelim iares sobre clse y cultura

sus estios de vida ( . . . ) Aguos mecioa u categor  a que ormamente se


icluyen a sí mismos "resetbe , "de bue gete o co meor frecuecia y icho
co humor, de "ciudados modeo Pocs veces se refiere a esa categora como
"case media (   ) Emea esos rótulos para distiguirse de o que cociben como
su opuesto, e gruo de os "ideseabes, os "pedencieros, "vgos o "a basura
(1 969: 34-35)

En suma existe una tendencia enera en a cura obrera o de a case


aa a interar en sí misma la división entre case obrera y case media. Esa
mentación aparece como una tipooía de a subcutura de "estio os
 persiuen a acción ente a os que buscan a rutina os pibes nte a os
ndeos os respetables ente a os indeseabes.
Desde e punto de vista de acante a divisin se obsea a su vez co
mo un conunto d eecciones de posibiidades de vida entre as que eeirán
onsciente o inconscientemente os óvenes que crecen en e seno de a case
obrera. Es aquí donde a clase traducida como "estio de vida se superpone
on os discursos y as prácticas de énero y de seaidad. Parece incuestio
nabe que en a culra de a case obrera as mueres están alineadas simbói-
camente desde  punto de sta mascuino y aparentemente desde su propio
unto de vista con e ado "respetabe de os opuestos: a "case media. De
ste modo toda eección sexua también es simbóicamente para bien o para
ma una eección de case.
Ese patrón se obsa asimismo en casi todas as etnoraas de a cura
obrera. Gans o obsea en e barrio de Boston:

E mtrimoio es un puto de iexió crucil e  vi de u chico del West Ed Es


e ese mometo cudo ebe ecidir si v  reucir  os muchchos de  esqui
or u uevo gruo e igues ormo por hermnos y famili otic; ua decisió
marcada por su elecció de compañera y reflejada e dicha eecció (Gas, 201 5: 87) 

En e caso extremo es decir en e de una (pretendida) moviidad a parea


e muda a una casa en as aeras. Seún "os muchachos la decisión es cupa
de as ambiciones de a esposa (Gans 2015: 68), y probabemente sea así Gans
201 5: 87) añade que así se enera mucha tensión dentro de matrimonio.
En su etnoraía de os trabaadores de una panta química de Eizabeth
Nueva Jersey David Hae (1984) describe muchos patrones simiares y hace
de elos un anisis muy úcido. En su detaado trabajo muestra que a per-
cepción de as mueres como más "de case media que os hombres y como
más próximas a os vaores y as prácticas de a case media se extiende a uar
d trabao (o surge de é) y al contexto doméstico. En a panta industria
donde se reaizó e esdio os hombres traajaban normamente en e área
prodctiva; y as mujeres en a ofcina. Los pestos mascinos eran sucios y
Antropología y teoría socia. Cultura, poder y agencia

sicos, y os de as mujeres no soo es permitía sino que es exigían vestirse
mejor y estar acicaadas durante toda a jornada Además, en a ofcina as
mujeres trabajaban cerca de os gerentes Por todas esas razones, eas aparece
vincuadas simbóicamente con a gerencia (Hae, 19 84: 6 1)
 idagar cuá es a categoría cutura de "trabajador entre os mismos
obreros, Hae descubre que e término icuye varios signifcados: itera-
mente, e de trabajar, en contraposición a no trabajar (concepto asociado a
dos tipos de personas que no trabajan: os muy ricos y os "vagos que viven de
a seguridad socia); quiere decir tambié trabajo sico, duro, en oposición
a trabajo áci y iviano; y signifca trabajo productivo en contraposición con
trabajo burocrático sin sentido Para os obreros, ni as mujeres empeadas, ni
as administrativas que trabajaban en su propia planta industria eran trabaja-
doras (Hae, 1984: 206):

Investigador: ¿Y las secretarias? [es decir, ¿son "trabajadoras?]


Obrero: ¡No! Se la pasan leyendo revistas Las veo a través de a ventana

En otra entrevista (Hae, 1984: 207):

Investigador: ¿Y la secretarias?


Obrero: No las secretarias trabajan en la oficina. Contestan el teéfono y escriben
cartas

Retomaré a continuación e tema de a mujer no soo como quien pone en


práctica modeos de a case ia (por ejempo, a secretaria que va a traba-
jar bien vestida), sino como a que trata de imponer a hombre esos mismos
patrones Si bien "os muchachos tienen a percepción de que es a mujer, a
esposa, a que presiona a marido para adquirir costumbres de case media, es
probabe que esa percepción tenga cierto ndamento e as prácticas reaes de
as mujeres Aunque a inrmación de Hae proviene en su mayor parte de
inrmantes masculinos, as afrmaciones son tan específcas que es imposibe
que contradigan a reaidad Así, muchos hombres cuentan que sus esposas se
quejan de que su estatus socia es demasiado bajo y que os presionan para que
eos cambien de trabajo o, a menos, sus maneras para parecerse más a a "case
media (Hae, 1984: 59) A os maridos eso os irrita, por no decir otra cosa.
Las maneras que eas intentan modifcar rmas de habar o de comer está
vicuadas con a ata de educación (o es o que se cree) y so "particuarmente
exposivas, porque a mayoría de os trabajadores son muy susceptibes en todo
o que tiee que ver con su ata de educació rma (Hae, 1984: 60)
Ese patró es básicamente e mismo e e barrio negro que estudió
U Hanerz, quien no soo habó con hombres, sino tambié con mujeres
C pítulo 1 Una lectura de Estados Un idos. Apuntes preli mi nares sobre clase y cultura

an nez obsea que si bien las mujees econocían la divesidad de estilos
e vida masculinos tendían a agupa a todos los hombes en la categoía
e los "no espetables y se colocaban implícitamente en el gupo espetable
 annez 1969 97 y 99). Esos alneamientos simbólicos tampoco son sim
emente una cuestión de "discuso abstaído de la expeiencia. Tanto Halle
mo Hannez analizan con bastante exhaustividad las pecepciones que los
mbes tienen de las mujees y vicevesa y cómo se manifestan esas pecep-
nes mediante un modelo de elaciones de géneo que muchas veces expesa
nicto y descontento. Aunque algunos de los inmantes masculinos de
alle (ceo que Gans los había ncluido dento de los que "buscan la uti-
a) sintiean que las peeencias de clase media (eales o imaginadas) de sus
eposas "los escataban del estilo de vida salvaje de la cultua masculina un
etilo de vida que ceían que había sido su pedición (He 1984: 64), esa
ensación ea menos común que la contaia es deci que la identifcación e-
 o supuesta de las mujees con los ideales de clase media implicaba una gan
resión para los maidos.
Aquí la clase ya no apaece como la elección de un estilo de vida sino co
 una pesión y un condicionamiento impuests. Aun así la imposición no
aece poveni de "enemigos de clase los icos los políticos los hijos mal-
rados de la clase media sino de las popias novias y esposas. Vlveé a este
unto más adelante.

2. Discusos de clase y sadad en la clase media


Debido a las tas tasas de movilidad social en Estados Unidos y al énsis
ultual que se pone en su posibilidad y conveniencia cada clase adopta
na postua caacteística ante sus ectos. Además cada clase ve a las otas
 solo y ni siquiea pincipalmente como gupos antagónicos sino como
ágenes de sus deseos y temoes en elación con su vida y su tuo. Paa la
ase obea blanca su contapate nega (que es más pobe e insegua) es la
que epesenta sus peoes temoes; en esto sumado a la supuesta amenaza de
mpetencia económica se sostiene gan pate del acismo de la clase bea
blanca cuando se manifesta. La clase media p el contaio es una ente
e enome ambivalencia desde la pespectiva de la clase obea. El estatus de
case media es sumamente deseable poque implica una mayo prospeidad y
eguidad peo es inconveniente poque sus modelos son cultualmente del
o y poque la movilidad social ascendente aleja al que la expeimenta de
s miiaes amigs y vecinos.
Paa la clase media son otos los temoes y los deseos. Hay mucha menos
bivalencia ente a la mvilidad social ascendente pue en general ea n
raeía consig gandes modifcacines en cuant a la "cultua. El "miedo
e cae (om pestada la ase del excelente esdio de la cultua de la clase
Antropología y teora social. Cultura, poder y agenia

dia q vó a cabo Babaa Ehich [ 198 9] ), si mbago, es podo.
to  así paticat paa  xtmo ifio d a cas y,  especia,
ara os cié gados, po podía se  sstato geea my didido 
 saito d a cas dia. Si ga pat d a cuta oba s ti
d coo  cojto d discsos y pácticas q caa a ambivecia
scto d a moviidad ascdt, ga pat de a ctua de a case m edia
 d psa coo  cojto d discsos y pácticas qe eca e
to a a moviidad dscdet .
E os dos casos, as actitds copjas ete a as cases cotiguas
spod a hcho d q as cass cioa como spjos d esas posibi
idads. Aq a cas dia y a cas oba pud se iheentemt
atagóicas como cosccia d s posicioamieto deto de ode po
dctivo capitaista,  a fomeoogía d as cas de cas, as iccioes
pac povi  ga mdida d sa popiedad especa Y paa cada
cas, as iccios s icopoa po itoycción y s epodce si cesa a
tavés d as acios socias itas d a misma cas.
Piso q,  a cas mdia, as acios pateoaes sopotan ga
at d a caga d a "cha d cass y hasta de a "guea de cases ico-
poada po itoycció, compaab a a caga qe sopota e géneo en a
ca oba. No ca dda d q esta caga tambié va paa e géeo en
a cas dia, tma d q  ocpaé más adat. Peo ceo más po
i xpicia coo ativa q po ada q haya visto e togafías q
 a cas dia as acios patoas peseta a cas de icció
cóica y potcia xposivo q s v  as lacioes de géeo de a clase
oba (v,  spcia, Ehi, 19 89 : capío 2) .
E  iv páctico, simp sg  itogate de si os hijos de clase
mdia podá cosa e ive d clas que ecibieo de os pades. Como
cosccia d sta cstió páctica, qe gia e too a a dcación, la
ocpació y (aqí s cta a itscció co e géeo) a eección de
paja, os pads hac  om szo po cotoa  compotamieto
d os hijos dat mcho más timpo y hasta ua edad mucho más avaza-
da q  a cas oba.  Po si os pads d case mdia ve e ss hijos a
aaza d  to d cas oba (paa os hijos como paa eos mismos)
y tata d cotoaos  cosccia, os adoscts eaccioa pagá-
dos co a isma moda. Citica os vaos d os pads, os vaoes de
ca, y  sist a s coto pcisamt po medio de epesetacioes
aociadas co a cas baja  guaj,  cot d po, a opa, a música y,
a vc, as aistads o as acios sxas co pesoas de sa case. No

 2 Tto Willis ( 988: 34-35) como Gs (2015  71 -7) señal que los padres de clase obrera no tra-
a  tulo 1 Un ltur de Estdos Unido s. Auntes preliminares sobre clase y cultura

 aa nevo qe gan pate e la cta aolescente e clase mea está
maa e la clta "eal e la clase obea (esto se coceta po ejemplo
 el ogen e clase obea e varas baas e rock) y e tasías ceadas
r el marketing sobe cómo es la cula e la clase obea o la clase baja. E
aqea e los os casos está clao qe el scso e las elacoes pate-
les en la clase mea (específcamente el coct ente paes e hjos)
s como el scso e gneo e la clase tabajaora es a la vez u scuso
 clase e nte e los temoes y e las agustas que a su vez ameta lo
e tene ento s se asme que las clases se ve la ua a la ota como ss
sao y s posbles os
An s s las elacones ente pares e hjos lleva buena pate e la caga
el antagonsmo e clae o los temoes en la clase mea los scsos e gé-
r y ea no están exentos e a caga cseable e sgfcaos
e clase En ese aspecto s embago el patón es bastate stnto el que
s bsea en la clae obea etas qe en esta el scso está e eecto
gao a la sbclta y confgao en las elacones ntenas e géeo y
saa en la clase mea el gneo y la sexala se poyecta extea-
ete al mno e las elacones e clases3 Específcamete la clase obea
aece como potaoa e na sexala exageaa e eacó co la cual
s defne la espetabilia e la clase mea
Uno e los mejoes lgaes paa obseva esos patoes so as escuelas
scunaas en las qe la mayoía e los estantes so e clase mea Cas
sempe ay en ellas algos jóvenes e mas beas y e esos casos la
osocología e la escela tene a geea stcoes aleder e esas
eenca qe epocen la sepaacó ete lo espetable y l o respeta-
e qe es tan mpotante e la cla e la clase obea En los sttos
stablecmentos la visón se mafesta a tavés e una fta catda
e tmnos E m escela e los añs cceta la temología o era
easao consstete: los espetables se supepoa e ga medda co la
ategoa tnca omante (los jís) metas que ls o respetables era
malente los hoods, un tmo que apaetemete e esa épca se usaba
 too el país E la escela qe esa Gary Schwatz y Do Mert
1975) a pncpos e la caa e 1970, os témos ea socies y hoods. E
 escela analzaa po Peelope Eckert (989) e s prmeos añs d a
décaa e  980, ean jock y burnouts14 Sea cales ee las etquetas ls es-
dantes cas nca ecoocen la vsó e categorías socales repducda

1 3 Pa hab habido mayo intoyión en el siglo XIX, uando la división ete la las media y la
case oba s va dento de las laions de géneo de la ase medi a (ve Smith-Rosebeg, 1 986).
1 4 Lo téminos jcks y socia/its o socis haen efeenia a estudiantes on ininaioes deporivas
 bun dsmpño sola mintas qu hoods y bumouts s fien a jóvenes uyo inteés no está
Atopoogía y teoía ocia  C utu a, pode y agecia

n  snfcado d sos témnos, y estos cas nunca s efen a la clase n


a las drncas d ecusos económcos, lo qu eeja el tabú pesente en el
dscurso d clase n Estados Undos. Con todo, la dsón tende a dnea
con bastante pecsón las dncas qu los adultos, los pades de los es-
dants o los cntstas socals, conocrían como dencas d clase.
Las dstncones nte los dos upos son vdntes n una an vaedad
de caactístcas, ncludos la opa, l lnuaj, los cotes d pelo y las act-
tudes ent a los posoes y l studo o la patcpacón n la comundad
scola. Po paa los adolescnts d clas meda una d las dmensones
clav de la drenca s una supusta dnca n las acttudes y las páctcas
sxuals. Los chcos y las chcas d clas mda consdean que los jóvnes de
clase oba son pomscuos, no tnen complejos y son muy expementados
n el sexo. Ilustaé sta dea con un jmplo etnoáfco; l patrón s tan co-
nocdo que no sá necesao que me explaye demasado. Schwatz y Meten
(1975) estudaron los tos d ncacón n las hmandades de sdantes
mnnas de una escula d clas mda de Estados Undos. Las chcas
de la hermandad (que se stuaban n lo más alto dl sstma socal) hacían
dstncones nte socialites o socies y hoods o greasers. (Los autoes tambén
dentfcaron una cateoía ntemda a la que no s nombaba y qu no ea
exactamnt hoody n s ntrants tan gnales paa contas ent las socies,
peo qu po lo enel apobaba los valos d las socies). 15
Mntas qu, en su ayo part, en l capítulo de Schwatz y Meten s
nteptan las novatadas de las atndads de studantes como tos d
ncacón qu cltan tansmacones de dentidad de dstnto tpo (lectua
que, sn duda, es acetada), al fn el atículo los autos tambén xploan
las dimensons d clase de las catoías obsevadas. En sa últma pate s
apeca cómo las dencas d clase apaecen en gan mdda epesentadas
como dncas sexuals:

Paa a chica sacie, a qu e ucibe a veión adoecete de etio d e vida de a
cae media o aceptabe dede e puto de vita moa pe la que adhiee a la
vaiate adoecete de etilo de vida de la clae obea o oalente depecia-
bes Toda ueta ifomates sacie ceían que a hoodies ean prmicua de
cuidada tota y atipática (Schwa y Meen 1 975 : 207).

Las drncas en la opa y el maquaj s toman como ndcados d


las dscancas n la moal sal ntr las chcas d ambas class:

15 Los utores tmbién ronocen una imponte ctego etnráca: •ndie, como en "¿Ella? A,
C pítulo 1 Ua ltura de Estados Uidos Aputes prelim iares sobre clase y cultura

La costumbre [de las socies de la frateridad] de pitarrear a las chics co lápiz de
labios la he de iiciació es ua referecia velada a lo que cree que es el rasgo
más sobresaliete del estilo cosmético de las hoodies, es dir maquillarse como las
prostit utas ( .   ). Las socies iterpretan los peiados de las hoodies -pelo rogido e
la pae superior de la cabeza y grades catidades de spray- como símbolo de la
falta de represió sexual (Schwaz y Mee, 1 975: 2 1 0) .  6

Es una tste onía que las msmas ch C as que son vistas como "posttutas
r sus compañeas e clase mea sean conseaas como agentes e los va-
res e la clase mea po los hombes e su clase, a quenes esa caacteístca
s rta. Esa es una auténtca "hea oculta e clase .1 7
 gual que en la clase obea, este tpo e stncones seales e las cla-
ss se esplega, al menos pa algunos actoes e clase mea, como un abanco
 opcones o posblaes pa su popa a. Exste una semejanza y una
smltu con los patones e la clase obea. Paa los os gupos, hay una
snsacón e que stntas mujees empujaán a los hombes en eccones
vesas en témnos e clase. Paa la clase obea, el patón, o al menos la ame-
nza, tene a genealzase a toas las mujees, y los hombes no se epesentan
a sí msmos como poseeoes e un gao sgnfcatvo e agenc en ese sen-
do Paa los hombes e clase mea, en cambo, paece habe una ea e que
ste la oportuna e elegi. Las mujees e stntas posicones apaecen co-
o una espece e abanco e posblaes saes y e clase, e las cuales la
ayoía tene una baja pobablia e concetase, peo apaentemente toas
een "contemplase.1 8 Qzás exstan tabajos etnogáfcos al especto que
 no conozca; e toos moos, el patón se ve claamente en cetas novelas
staounenses. A ellas ecaé la últma seccón e este análss.

3. La fcción como etnogaa

¿Etnogaa y fccón son lo msmo? S una espuesta afmatva mplca que


 etnogaía es sempe algo pacal, que no es aecuaa paa abaca la

16n e estudo de W s de dsurso de os hos más nonformstas de a ase obrera (es dr, os
ás hoodies), eos se adjudan esa mayor experiena y onmento sexua y Ws pensa que pro
bemente sea eo que tengan una vda sexua más atva que a de os pendejos".
1 7 stoy en deuda on A�un Appadura porque fue é quen desubró a reaón Agunos de ms
studantes sostenen que ya no exste esa vsón de as ases en térmnos sexuaes puesto que hoy
 día hasta os jóvenes de ase meda tenen u na vda sexua atva e a esuea seundara Aunque
consdero que ms estudantes son nformantes autorizados, es nero nvestgar este tema on
mayor profunddad Sospeho que a stuaón es smar a a presentada por Eke en su estudo de
l esuea seundara on respto a as dras: tanto os hos de ase ma omo os de ase
orera onsumen dras, per su uso tene un pape muy dstnto en sus resptvas eonomías sm-
óas (ke 1 989)
Antrpología y tría social  Cultura, poder y agencia

totadad de su objeto y que está teñida de los interees del autor en el sentido
más amplio entonces on lo mismo. Pero si eso quiere decir que en la mayo-
ra de las etnograas toda semejanza con personas vivas o ecidas e mera
concidencia la respuesta con la que asta James Cliod (1986: 7) estara
de acuerdo e desde luego "no y la pregunta solo reeja cierta malicia. Es
nteresante observr que mentras los antropólogos reexionan cada vez más
sobre el carácter fccional de la etnograa muco novelitas norteamericanos
mportantes (y algunos no tan importantes) quieren tranrmar sus novelas
en etnograas. Saul Beow spica sus novelas con rerencias a la antropo-
loga culral y sca. En el párrao sobre él mismo al inicio de E egado de
Humbodt (Beow 1 984) de entre todos los detaes personales y proeionale
que podra aber mencionado el autor revela que en su carrera univeritia
optó por la orientación en antropologa. Y en La contravida, Pilip ot
esencimente se acusa a s mismo de ser un etnógrao.
En La contravida, Natan Zucerman el peronae que repesenta a ot
en mucas de sus obras aba muerto (digo "aba muerto poque la trama
es más compleja pero no voy a evelarla aqu) y su editor pronuncia una
palabras en el neral. Zuckerman aba escrito una novela Caovsky, una
alusión bastante clara a la célebre (o tristemente célebre) novela de ot El
mal de Portnoy. El edor dice de Zucerman:

A juzgar por Carovsk, Nathan haba sido un bue antropólogo; uiz fuera eso lo
ue era. Permite ue la experiencia de la peueña tibu, de [los judíos de la sción
Weequahic de Newark] de esos salvajes obeto de su estudio, primitivos pero de
buen corón, ue sufren y están aislados, ue su experiencia emera en a descrip-
ción de sus rituales sus obeto y sus conversaciones, apandoselas, a mismo
tiempo, para poner en contraste su propia "civiización, su propio sesgo personal de
repoero y el de sus lectores (Roth, 201 2 : 272) 

De heco, Zuckermaot tene precsamente el problema contrario al


de los etnógras acales (representados en Cliord y Marcus 1991) preten-
de escribir fcción y es acusado de decir la verdad. El edtor contnúa diciendo
en el neral: "¿A qué se debe que los lectores de Caovsky se pregunten con
tanta ecuencia si es novela'?. Eso quiere decir que ot simplemente escri-
be una autobiograa apenas dismulada. En su autobiogaa cuyo magnfco
título es Los hechos (2008) ot se siente obligado a neglo.
Pilip Rot nació en el seno de una milia de "clase media baja según
sus propas palabras en mi mismo barrio de Newar en Nueva Jersey. Es-
dó en m msma escuela, Weequaic Hig Scool de donde se graduó en

19 U ejemplo po coocido pero muy interesante es Nat lntelligece, una novela de Raymod
Capíulo 1 Un lectur de Esdos Unidos . Apuntes prelminres sobre clse y cultura

 51 En muchos sentdos es, claramente, una fgura de gran nterés paa m
yecto de Nueva Jersey Penso que es un etnógra brante (de hech, creo
e una buena parte de la gran etnograa de Estados Undos se encuentra en
ss novelas), pero también es, para el propósto de este ensayo, un gran nr
ante Para conclur m análss de cómo se habla de las clases por medo de
ágenes de género y sexualdad, recurrré a dos mportantes novelas de Roth
bentadas en Newark Goodbye Columbus y El mal de Portn.
El prmer lbro de Roth, Goode Columbus, ganó el Natonal Book Award
 1960 En el relato que da título al bro, el narrador, Nel Klugman, es un
en judío que trabaja en la bbloteca públca de Newark, cudad en la que
ve con sus tíos Los tíos pertenecen, sn duda, a la clase obrera Entre otros
dcos que lo confrman, están las reunones del Círculo de Trabajadores, a
as que assten Nel se enamora de Brenda Patmkn, que, s ben tambén
es judía, tene más dnero y un estas más elevado dentro de la clase meda
El dnero y el estatus están señalados por el hecho de que su mla vve en
Short Hs (una zona cara adonde los judíos de Newark quseran mudarse s
veran dnero) Los padres de Brenda no apeban a Ne, algo que queda
claro en la rma despectva en la que se referen a Newark A medda que
avanza la stora, Brenda se pregunta s Nel podrá convertrse en el tpo de
ombre que sus padres aprobarían para ella, en tanto que Nel no tene claro
s puede o quere cambar A pesar de todo, Nel y Brenda se acuestan, y él
sste en que la cca tene que procurarse un daagma Cuando, en el otoño,
renda regresa a adcle, deja el daragma en un cajón y la madre lo en
cuentra Los padres se endan mucho y Brenda pensa que ya no podrá evar
ás a Nel a la casa El novazgo no prospera
Además de la stora prncpal, se narra la hstora de un nño negro que
a a la biblioteca donde trabaja Nel a admrar las pnturas de Gaugun repro
dcdas en un lbro Para el chco, las pnras son paradsíacas y las mra con
añoranza "Esta gente, je, qué genales Allá nade grta, eso salta a la sta
(   ) esto sí que es vda, carajo (Roth, 201 3: 525 3) Nel se da cuenta de que
e mporta el nterés del chco por las pnras, de modo que, cuando otra per-
sona quere retrar el libro, Ne mente para que no se lo eve y esté dspon-
e para cuando el chco elva Pero después Ne se toma lcenca y pasa una
semana en la casa de los Patmkn antes de que Brenda elva a la unversdad.
Cando se rencorpora en la bbloteca, el lbro no está, y el chco ya no elve
Supone que el muchaco se deslusonó al no encontrar el lbro, pero trata
e convencerse de que eso es lo más convenente "Mejor así pensé ¿<é

20 Esto también sugiere que eran socialistas, pero Roth no se explaya sobre los contrastes políticos en
l relato.
Antropología y teora ocial Cultura poder y agencia

sntdo tn anda soñando con Tahtí s no te pds paga el vaj?" (Roth,
2013 150).
Es vdnt q la oba s n lato xplícto acca d los sños y los t-
mos q ntaña la movldad socal. Sn mbago, algo pcla n la novla
s q, my avanzada la hstoa, Nl dscb algo q solo pd calfcas
como na vlacón q lo mpacta enomment: podía hab ascnddo n
la scala socal. Mntas spa n Nva Yok q Bnda lva d tomas
la mdda dl dagma, N nta n la catdal d San Patco, dond l
habla a Dos sob lo q ha hcho (Roth 20 3 12627)

¿Q ué e el amor Señor? ¿ Por qu é he hecho mi elción? ¿Quién e Brenda? La pria


on para lo má rápido. ¿Tendría que haberme parado a penar?
o me llegaba ninguna repueta pero guí preguntando (   .) ¿Dónde coincidimo
[Dios]? ¿De qué ere tú el premio?
 . . Me levanté y alí a la calle y el ruido de la Quinta Avenida me recibió con una
repueta:
¿Qué premio tiene en mente, schmuck? Cubeera de oro árbole de lo depoe
nectarina trituradore de baura narice in bulto, Lavabo Patimkin Bonwit Teller . . .

L a vlacón s ncsaa, pnso, poq Roth hac lo msmo q nsto


dscso cltal: dspla los sgnfcados d clas d s hstoa, po cons
cnts q san en n plano, a los domnos dl géno, la aza y l sxo.
La ota novla mpoant d Roth ambntada n Nwak, El mal de
Portnoy, s pblcó po pma vz n 967. S bn  n gan éxto d
vntas y l hzo gana mcho dno a s ato, no ganó nngún pmo Más
aún, n algunas bbotcas d Ests Undos estvo pohbda po obscna
(y apantmnt, sg pohbda n algnos lgas). El naado, Axand
Potnoy, comnta con s psqata ss poblmas pscológcos y sals. No
lata na hstoa típca. Potnoy s comsao adjnto n la Comsón d
Pomocón d la Psona  la Mncpaldad d la Cda Nva Yok y,
como sñala n todo l lbo, s na spc d bal sponsabl d vaos
pogamas d asstnca a los pobs y otas nciatvas smlaes. Cando ha-
bla con l psqata, Potnoy dvaga sob toda s vida y la lacón con ss
pads y las mjs.
En l nco d la novla s apla a n maco de clas a tavés d n ln
gaj vnclado con la etna. El pae d Potnoy tabaja n na gan compa-
ñía d sgos a la q spta y, a la vz, chaza po s antsmtsmo. Esos
sntmentos s ncntan n la magn dl psdnt d la fma, n hom
b con na poscón pvlgada llamado N. Evtt Lndabry:

22 Ídem anterior.
Culo 1 Una lecura de Esados Unidos Aunes relim inares sobre clase y cultura

"l señor Lindabu  las "oficinas cenrales    mi adre log raba que me sonasen
igual que Roosevelt y la asa Blanca de Washingon  Y mienras ano cómo los
.

borrecía a odos ellos -ero más que a ningún oro a Lindabury con su sedoso pelo
color maíz y su recoado aceno de Nueva Inglaerra con sus hijos en Haard y sus
hijas en colegios para señoritas, y, sí todos ellos juntitos, allá en Massachuses (Roh 
2008: 1 4).

De hecho, s ben el pae era bueno veneno seguos, está clao qe
ca lo ban a ascene en la empesa poque ea juío. Peo tanto el ogen
otestante e N. Eveett Lnabuy como el ogen juío el pare e Pot-
y (y el suyo popo) tenen, en este contexto, sgnfcaos evientes e clase.
S  Goode Columbus, los ncaores e clase se confguan, en pate, ente
s juíos, por el luga one viven y cuánto neo tenen, en El mal de Port-
noy, la estuca e clase está poyectaa enteamente en otos gupos y ente-
mente en térmnos e etnca. La clase alta está epesentaa po blancos
testantes, la clase mea po juíos y la clase baja po otas etnas: talanos,
lacos, laneses y aoamercanos.
Paa Potnoy, las stntas clases/etnas están personfcaas más ecta-
te po las mujees con las que tene elacones seales. Lo scnan las
mjees no juías, que al pncpo son chcas e clase obea que viven ceca
 su casa y e las que, como es e espea, se supone que están spuestas
 tene sexo (y a veces es así). Luego, cuano se va e Newak para estui
 a unvesa, y más tae, cuano tabaja en Washngton en eensa e
vesas causas socales, se relacona con mujees potestantes e clase alta,
que sgue ecuentano mujees e clase baja no juías. En el momento
l relato, está temnano un omance con una muje cuyo pade ea, según
s escbe e la pesentacón el pesonaje, un mineo analabeto que había
abajao en Vgna Occental.

Ponoy nunca se acuesta con judías o según el código de la novela, con mujeres de
su ropia clase social L clase aarece como una cuesión de discriminación, de arri
ba hacia abajo, o de ascenso de abajo hacia arriba, er nunca como una cuesión
de estar donde uno está, y como para Roh el sexo es el idioma de esas formas de
orientaciones de clase el ersonaje no uede tener relaciones sexuales con jud ías, es
decir con mujeres de clase media Esa cuesión ude har luz en lo que es quizás
el aseco más saliene de la sexualidad de Ponoy: sus lujuriosas masurbaciones
L masurbación, que es el hilo conductor de la historia y que más que ninguna ora
cosa fue la causa de las acusaciones por obscenidad que se hicieron en cuano se
publicó el libro parece ocuar el espacio generado or la falta de sexo con mujeres
de la misma clase que el roagonisa

En cuanto a las mujeres, se obsea que man una espece e pasaje e


sblaes sexuaes e clase/étncas. Pero o se trata solo e eso. No solo
s clases está desplazaas a otas etnas, sno que las clases/etnas, a su vez,
Antropología y teoría social. Cultura, poder y agencia

stán royctaas a través  una gograía  prácticas seales: las chicas


 cas obrra stán isustas a tnr too tipo  rácticas sales; las
blancas rotstants  clas alta n aarincia tienn roblemas con toas las
rmas  sxo qu no sean las más traicionales En la secunaria, Portnoy
tní una comañra, Bubbls Girari, cuyo hrmano ra boxaor y su pare
manjaba un ti urant l ía y ra chor  un mafoso urant la noch
Bubbles montaba númros  sxo ara Portnoy y ss amigos cuano ningu-
na otra chica que conocían quría tenr rlaciones siquira Y también estaba
la Mona, hija l minero analbto  Virginia Occintal La Mona, según
s afrma varias vcs n la novla, hac  too; en una oornia, hasta
ama a una rostituta ara hacr un trío3 La Mona, que espués se convierte
n una moelo muy cotizaa, es casi anabeta, es ecir, orta las cicatics
 sus orígns  clas Al se a cunta e que se está enamorano e ella,
ero no se imagina que uea casarse con una pesona e una clas inior a
la suya Ese es uno e los motivos qe lo eva a consulta a un siquiata
La clase/tnicia  las mujres blancas e clase alta, en cambio, está
reprsentaa or meio e una sexualia rerimia y convencional Potnoy
s pone e novio rimra vez con una chica e sta clase, Kay ("Calabaza)
Campbell, en la clta Al rincipio, no tienen elaciones seales: ella s
"la chica qe me ha pemitio esabrochale el sjetaor y restregarme contra
s cuerpo ant la urta e su resiencia (Roth, 2008 242). Más aelante,
evientemente se acuestan y tmen que la chica qee embaazaa, per con
el tiempo la relación se termina porque Kay no qiere convertise al jusmo
Con la otra muchacha potestante, Sarah Abbot Malsby, "la Peregina, el
sexo también es absoltamente vencional: "¿En la cama? Naa el otro
mno: ni acrobacias ni ganes gestas e osaa y pericia (Roth, 2008
258). En especial, Sarah Abbot Maulsby no puee o no qiere practicle se-
xo oral a Alex, una negativa qu l molesta mucho más que el simple rechazo
sal, como s veá más abajo (Roth, 2008 147)
Así, la clas s articula por meio  n lengaje  rácticas sales, d
génro y d tnicia Al igual qu n Goodbye Columbus, n l libro e Ponoy
hay na concincia  clase inicia qu s una imotant ent e simiento
ara l rotagonista y q sistmáticamnt s eslaza y s isrsa en cin-
tos  áginas llnas  rsonajs y actias qu rersntan las clases, a
las qu no s nombra Y aquí también, como n Goode Columbus, hay una
sci  srtar al fnal, una surt  rvlación acrca  la oltica qu

23 Otra terrible ironía reacionada con las herids ocutas de clas s qu aunque a case media signa
a a case obrera na sexualidad libre e imaginativa, los sociólogos asegurn que e sexo en es clase
es justamente lo contrario: reprimido, poco imaginativo y, de acuerdo con os informantes poco satis-
actorio (ver Reiche 1 972) .
Ca ítulo 1 Un lectur de Estdos Unidos Auntes relimi nares sobre clase y cultur

yace a la sexualdad Comenza mentas Potnoy ala de Saa Aott


aulsby con el psquata "Estoy dcéndole, docto, que con estas ccas no es
to que me las cojo a eas más en me cojo a sus antecedentes mlaes
Rot, 2008: 259) Y la stoa conclu con la opesón étncde clase de su
ade "Podía abe sdo una Lndabuy, ¿se da usted cuenta? ¡Hja del jefe
e m pade! (ot, 2008: 261) Además, Potnoy decde que la negatva de la
hca a pactcale so oal ea poducto de un pejuco de clase "M pade
 ascendía en el escalafón de Boston & Noteasten po la msma azón que
lly Maulsby se negaba a aceme una mamada ¡No había justca en este
ndo! (ot, 2008: 262) Y, po últmo, al explca po qué la abía dejado

No: Slly Mulsby fue, sencillmente, un de ess coss que todo buen hijo debe
hcer por su dre Un pequeñ vengnz contr el señor Lindbury por tods
aquells noches y quellos domingos que Jck Ponoy se só recudndo cuots
de pólizs en el brrio negr. Un equeñ g extr de Boston & Nohestern, or
todos los ños de seicio    y de dejrse explotr (Roth, 2008 265)

Los pesonajes femennos de ot desde la made exageadamente con


troladoa de Potnoy asta todo el abanco de objetos seales sn pesona
ad dejan bastante que desea Aun así, ceo que s cea un análss supe
cal de las obas de ot como textos que gan en tono al sexsmo más bajo
e ceto tpo de ombes, eludía la dea que me nteesa subaya Es ceto,
e la novla el sexsmo está pesente, peo se elacona con las expeencas de
iscmnacón (de clase) del naado (o el sumento po las expeencas
el pade), así como con sus popos esezos (algo débles) po ace el ben
e este mundo No se tata de educ el sxsmo a una espece de classmo
erotzado En cambo, e de dec que s Feud y Foucaut nos an enseñado
e exste un sustato sal en las dfeencas socales, debemos econoce
e, al menos potencalmente, en toda dfeenca seal ay un sustato de
ode socal Lejos de nega las posbldades de una cítca femnsta sstemá
ca de la oba de ot y de los patones genees de mascundad que puede
reesenta, eso es lo que queía destaca
Asmsmo, cmo he comentado, los desplazamentos tenen un costo. S la
ase está desplazada a otos campos de la vda socal, entonces estos, en la ms-
a medda, deben aasta una caga de lo que podía denomnase "excedente
e antagonsmo po encma de los oces stócos y estctuales qe encanan
en sus ppos témnos Señalé esto paa las elacones de género, tanto etre

s lancos como ente los negos, en la clase oea Las tensones entre om-
res y mujees tenen que ve tanto con las aneacones smólcas (y quzás

25 Versión de la cita en ol modifcad por las trad ras (N de las T).
Antropoogía y teoría social. Cutura, poder y agencia

dtds sujetvamete) de clase com c todo l elacd co los pae-
es de gée. Las mujees está cosdeads agentes e la clase meda deto
de  cse e, u ercecó que suge suefclmete e mas, e
e su cstad más pd, se eej e ua esece e amagu ecd e
s cmetaos de muchs mates cec e su exeec mtmal.
l msm to de excedete de tagsm se pdía ecta, ce, e ls
teses de aza y eta, eo ese es u tem que se odí trta e t esay.

4. Breve conclusión

ste esy es u ejecc de teetacó cítca de las macoes cultu-


ales. He exuest aquí que l clse, cm u e las ms más tas de
esgala e Estas Uds, sstemátcmete se elve eccble e ls
cess de tduccó, deslazmet e tyeccó scusvos. l leguje
eud e e u c accdetal, ues me c u léxco que
esulta útl a hal de cess smólcs. Pe flmete, me paecó
que ea más oad de l que y esaa, pues señal el hecho e que ls
deslazametos o acta sl los pocesos cogtvs, y que me el
eccmet y la cceca e clase. Tamé tee u mact emocal,
al evca el sumeto y las tesoes e el dvdu y e sus elacones.
Po el mometo, l  guea ete clases puee hae ccluo o, como
mínmo, uede encotase e ua tregua. Peo paece esta actva e el le-
gaje cuel y en los actos tamé celes ete los actes co un géeo y
ua clase efos e los que m e ecao en estas ágnas. Los homes
e clase oea se sete smuos oqe sus espsas uas esposas que
mpücta  exlíctamente ve a sus mads cmo ees e témnos de
clase,  ls espetan. Las estuates de elite e la atea so cueles
en sus omas humllates e ls que se olga a eeseta actos e ls
que se reaja en témos e géeo y e clase. (Las epesetacones e ls
omas, que cluye cactuas e la moa e las jóvees de clase oea,
tmé seí hetes a ests últmas, peo ellas o tee cceso a ls
escs de elte e l atead. N state, pecbe señles secuas
de deseco e el ía a ía e la vda e la escuela). Y p últm, Alexade
Poty cuce su vda sexual a tavés e ua pataa de macaoes de cla-
se: da a las mujees que s de clase más alta  más baja que la suy
y  su últma mate, hja de u me alet, le asga el mote e "l
M''. l deslazameto de ls sgfcas e clase l leguaje del gée y
l sexualdd uede tee luga e el la scusv, pe el dscuso, cm
rma Fucult, uca está dvrcd de ls áctcs y ls emcoes eales.
 a 

 RESISTENC Y EL PROBLEM DEL


RECHO ETNOG RÁFICO

En este capítulo, rastrearé los eectos de lo que denomno el rechazo etnográ


 en un conjunto de estudos sobre el sujeto de resstenca. Creo que mu
s de los estudos más nuyentes acera de la resstenca adolecen de seras
tacones debdo a la ausenca de una perspectva etnográfca.  msmo
epo, esos estudos están destnados a susttur el trabajo nterdscplinaro
e actualmente rma parte de las cencas socales, la hstora, la teratura y
s estudos culturales.
Sn duda, la etnograía abarca muchas cosas. Como mínmo, sempre ha
do un ntento por comprender a un otro usando la propa experenca n
la edda de lo posble como nstrumento. Como es sabdo, la etnograía ha
 objeto de numerosas crítcas dentro de la antropología (ver, en especal,
Gpta y Ferguson, 1992 y 1997), pero esa defncón mínma no ha sdo ma-
rmente cuestonada.
Tradconalmente, el saber etnográfco ha estado asocado con el trabajo
e ampo, en el que en el aspecto ísco y en todos los demás, la totaldad del
 ngresa en el espaco del mundo que el nvestgador pretende comprender.
n todo, en gran parte de los debates recentes sobre la etnograía, hay algo
plícto que haré explícto en este ensayo: que la posra etnográfca (como
dríamos llamarla) es, a la vez, una posconalidad ntelectual (y moral) un
do de constccón e nterpretacón y un proceso corporal en el tempo y
e espaco. Así, en un lumnador debate recente sobre "etnograía e magna-
n hstórca, John y Jean Comaro (1992) no se explayan sobre la etnogra
fía en lo relatvo  trabajo de campo, sno sobre los dstntos modos de leer

1 xiste una versión anteror muy diferente de este ensayo, que escribí para la conferencia The His-
torie Turn" organizada por Terrence McDonald para e programa de Estudos Comparativos de las
 nsformaciones Sociales (ECS) de la Universidad de Michigan Los inteligntes comentarios críticos
tdos por mis colegas del ECS tienen un nivel de excelencia que se ha conveido en algo habitual
y es expresar mi gratitud a todos ellos Asimismo agradezco a Frederick Cooper Fernando Coronil
holas Dirks Val Daniel Geo Eley Ray Grew Roger Rouse William H Sewell Jr  Julie Skurski Ann
oler y a los buenos lectores que rvisaron el aículo tras su publicación en Comprtiva Studies in
cie nd Histo ([1 995], Volumen 37, Nº 1  pp. 1 73 1 93) por su dedicada y rigurosa abor He
ncorporado muchas de sus sugerencias y a m cuenta y riesgo he dejado algunas de lado Por
útimo, agradezco especialmente a Terrence McDonald por su hroica tarea en a organzación de la
nferencia
Antropología y teora social. Cultura, poder y agencia

las etes hstóicas ese a pespectiva etogáfca, es ec, como si se


hubese pocio e pate po el tabajo e capo
¿Q es, etoces, la posta etogáfca, basaa e el tabajo e campo
o o? Ate too, es el compomso co lo qe Geetz ama "esa, co
oc coocmeto po meo e la qeza, la texa y el etae e lga
de la pasmoa, el efamieto y la elegaca (en el seto e qe sa este
tmo los matemáticos). Dese lego, las mas qe ha aoptao la es-
ad etogáfca se eo mofcao co el tanscso el tiemo E ceto
mometo, la esa ea qzá sómo e exhaustva, qe se tacía
e la poccó e a etogaía escptva co  nvel e etae cas m
osble e lee, segia mchas veces e la pbcacón e n atíclo qe bie
poía ttlase "Ota vasja e la Atga Oabi Desps, la esa e
sómo e holsmo, la iea e qe el objeto e eso ea "a cla pe-
ectamete tegaa y qe ea posble hace a escpció e too el sste
ma o, al meos, se poía capta los pcpios sbyacetes e s totalia
Eteio e ese seto, el hosmo tamb e objeto e cíticas a
te n tempo, y hoy e ía la mayoía e los atopólogos ecooce tato la
hubris e la visió holístca como los meables hecos y fsas pesetes
e toas las soceaes, clso e las pemoeas qe se ceía qe estaía
más tegaas y co pletas qe las agmetaas soceaes moeas Peo
se poía ec qe la esa (co tazas e exhastva y holismo) pe
aece e el úcleo e la posta etogáfca E la aca, la esa
se ceta pcpmete e la cotextzacón (elativamete exhastva)
Geoge Macus (1991), po ejemlo, aza las aeas e qe la etogaa,
e el setio local y salmete opoal, ebe cotexzase eto e los
pocesos el sstema el mno Po s pate, Joh y Jea Comao estaca
la ecesa e cotextalza sempe los atos ecogos e el tabajo e
camo y la vestgacó e achvo eto e las mas e las páctcas e
las qe se jao: "S los textos ha e se más qe topoi lteaos, agme
tos spesos e lo qe soemos qe so mnos, ebe aclase e los
ocesos e s occó, e las óbtas e coexó e eca qe les a
vda y eza (J y J Comao, 1992: 34) Matha Kapla y Joh Kelly ( 1994)
tamb hace hca e ua esece e esa e cotextalizacó, e
este caso, eate la atclacó e las caacteístcas el espaco alógco
e el qe ebe vese el esaoo e a hstoa polítca
S la esectva etogáfca se a mayomete e  compomso co
la desa (ete otas cosas, po suesto) y si la esa ha aotao y
se adotao mchas mas, lo qe yo eomo echazo etogáfco su-
e ua etacó e la esa,  acaso del holsmo o la esa, qe
tamé uede adota dvesas mas Así, este esayo vesa sobe algas
de las rmas del rechazo eogáfco, alguas de ss cosecuecas y algas
Cítulo 2 L resistencia y el prblema del recho etnográfico

 ss razones organizaas en torno al tema e la resistencia. Antes e conti-


ar me etenré brevemente en este concepto.

1. Resistencia  dominación

Hbo un tiempo en que la resistencia era una categoría rlativamente ineqí-


a una mita el binomio simple en aparienci ominaciónresistenia La
ominación era una rma e poer relativamente fja e institcionlizaa; la
sstencia era esencialmente la oposición orgaizaa al poer insticiona-
aa e este moo El binomio comenzó a pse pero no a abolrse con
 estionamiento e los os términos Por un lao Focalt (por ejemplo
 8) irige la atención a las rmas e poer ás cotiianas menos insti-
cionalizaas y más omnipresentes Por el otro James Scott ( 1985) irige la
nción a las rmas cotiianas e la resistencia menos organizaas y más
netrantes Con la escripción que hace Sott (1985) e la iea e las "r-
as cotiianas e resistencia eciir qué es y qué no es resistencia se volvió
ho más complejo. Qe un pobre le robe a n rico: ¿es n acto e resis-
ia o simplemente na estrtegia e spervivencia? El interrogante apare-
 en una colección competa e ensayos eicaos a las rmas cotiianas e
sistencia (Scott y Kerkliet 1 986), en la qe varos ators han ao s res-
sta Michael Aas ( 1986), por ejemplo elabora una tipología e rmas e
sstencia cotiiana útil para siar lo que obseamos Brian Fegan (1986)
s caliza en la intención: si no hay una intención relativamente consciente
ara resistir no hay resistencia en el acto. Otros atores (por ejemplo Stoler
 86; Cooper 1992) proponen incluso qe la categoría en sí no es my útil
y qe lo importante es obsear una serie e procesos transrmaores en los
 las cosas en ecto se moifcan inepenientemente e l intención e
s actores o e la presencia e intenciones muy iversas
Más aelante qizá concuere con Stoler y Cooper pero por el momento
nso que la resistencia hasta n s versión más ambiga es una categoría
azonablemente útil anque solo sea porqe pone e relieve la presencia y el
ncionamiento el poer en la mayoría e las rmas e relación y activia.
demás no se trata e que haya qe eciir e una vez y para siempre si n
o eterminao se ajsta a una categoría cerraa enominaa resistencia.
omo bien sabía Marx las intencionaliaes e los actores evolcionan por
eio e la pris y los signifcaos e los actos cambian tanto para el ac-
or como para el obseaor. De hecho la ambigüea e la resistencia y la
mbivalencia sbjetiva e los actos para los participantes son algnas e las

2 Desde luego, Scott abreva aquí e ua gra cantdad de trabajos previos.
Antpología y teoría social . Cultura, poder y agencia

csins sbr las qe qisiera pnr la lpa en se capíl. En una rla
ción  pr, la par dinane chas vces iene alg y, oras veces, ien
ch q cr (aunq sipr, pr sps, l prci que pi s sgir
n l por). El sbrinad, nncs, ine muchas raznes para qu s r
sisncia a la rlación sa abivaln. Asiiso, nunca hay n sbrdina
únic y uniari, ps q, c íni, ls gps sbalerns sán i
is inernaene por edad, géner, sas y ras ras de iernciación,
y prque las perspcivas de ls ocpans d las divrsas psicines d sje
sn diens  incls pusas, pr an así, legíias. (Más alane anali-
zaré si inclus un únic individ pd sr "uniari).
La abivalncia psiclógica y la cpljidad scial d la resisncia han
sid advrias pr varis bservars, anque n ls sfcines. Brian
Fgan afra que l jan "sipr prplej las anras cnradicrias en
q ls capesins s refren al sisa de arrenamien n gneral  a la
rlación q ienen cn ls prpiearis n paicular (Fegan, 1986 92). Más
aún, ls campesins  Luzón Cenral esuiads pr Fegan n s senían
cós n l plan psiclógic ni cn ls acs de rsisncia ni cn los 
colaboración: "Mchs d ls hbres qu nevisé en priva, can ls
prgunaba pr las sraagas que eplaban para sbrevivi, e prn 
dcían q no les gaba rbarle al ueñ  la irra, rabajar para él c
gardias amaos, c. , per, añadían, ¿qé ra csa pía hacr algin q
ena que arls e cer a ls hijs? (Fegan, 1986  93).
Chrisin Plzr Whi, n cabi, asgura qu "bs añadir n inven-
ari e 'ras ciianas  clabración capsina para qbrar la lisa 
ras ciianas  rsisnci psina, pus las s xsen y abas sn
ipranes (Whi, 1986 56). La aura prpcina jpls l Vina
psrevlucinari, cn ss alianzas ucans enr secres cn inrss
divrss, c "l Esa y ls capsins cnra la elie lcal, ( . . .) ls ca
psins y la li lcal cnra l Esa [y] ( . . .) l Esa y ls ciaans
[ayren jres] cnra ls jes  ilia [hbrs] (Whi, 19 86 60) 
Una cusión íniamn rlacinaa cn la cpljida psiclógica
y sciplica de la resisncia y la n rsisncia (y cn la ncesiad  la
nsia en engraía) es la aniciad. 'nicida s r érin bas-
ane prbláic n an parece spnr na crncia ingnua n la pureza
cltral, n las culras vírgens cuyas hisrias no esán cnainadas ni pr
las  ss vcins ni pr las  Occin. Si bin n ahier a ess supss,
be haber na rma de rerirse a l q Jhn y Jan Car ninan

3 L noción de ambivalencia ha pasado a ocupar un lugar preponderante en os estudios coloniaes


y poscoloniaes en genera y merece que se le dedique un aículo apae. Ver, por ejemplo Hanks
(1 986) Bhabha (1 985)
C  ítul 2 L resistencia y el problema del rho etnográfico

 stocdad ndógna d los mundos locals" (1992: 27), n la qu las ds-
nas pats d la aldad aunqu san péstamos o mposcons d otos
n nttjdas con l hilo d la lógca d un tabajo atsanal d un gupo
 ha voluconado históicamnt n l ámbito local Así ntndo la au-
ncdad cuando apac en los agumntos sob los qu m xplayaé n l
 d st capítulo dond cmntaé algunas d las últmas publcacons
 l tma d la sstenca
Dbo aclaa qu las obas cogas n st capítul consttuyn n slc-
n pacal y acotada pus no ptndo abaca toda la bblgaía xsnt
n na época n la qu pa l tabaj acadéco ntdscplna l xaus-
vad s cas nalcanzabl p l qu pota s qu las bras qu  lgdo
ran pat d sa slccón bn poqu han sdo uy nuynts bn
rqu lustan un pobla bastant coún  po los dos tvs D tds
s  nncón s xamna varos poblmas qu apacn n sas publ-
cns ncads n la sistnca y qu sugn dl chazo tnogáfco M
nss sta oganzado sgún ts as d chazo  las qu m  co-
 gnzacón d la polítca dlucón de la cula y dsolucón e los actos

2. Higenización de la polítca

Qzá sult xtaño qu sta sccón comnc con una cítca a los s-
s d la sistncia poqu cacn d una cuota sufcnt d polítca S
 s analza n sos studos s la polítca qu apac n una poscón d
rvlgo Aun así nomalmnt solo s indaga la polítca d la sstnca es
c la lacón nt l domnado y l subodinado (v asmsmo Coop
 92: 4). S hmos d conoc qu quns s sstn tascndn la mea
scón a la domnacón y la smpl gnacón d una accón cas mcá-
ca ntoncs s pcso adopta una visón global Los qu sstn tnn su
rpa polítca qu acta no solo la lacón nt los sños y los plbyos o
n los duños d la tia y los campsnos sno tambén todas las catgo-
s d ccón y tnsón qu s dan n l ámbto local: la lacón nt hom-
rs y mujs pads  hjos y mayos y jóvns; los conctos d hnca
r hmanos; las luchas po la sucsón y las guas d conqusta nt
os; las luchas po la pmacía nt sctas ligosas y así sucsvamnt
Es l ausnca d anlss d sas mas d concto ntno l qu ls
nf a mucos studos d la sstnca un a d omantcsmo qu
tadamnt advt Lla AbuLughod (1990). Tomaé un jmplo d un
rcoso lb d Inga Clndnnn Ambivalent Conquests: Maya and Spaniard
in Yucatan, 5 7-570 (1987), qu m scna po vaos motvos Clndnnn
conoc qu había js mayas qu gozaban d noms vntajas n témnos
Antropología y teoría social . Cultura, poder y agencia

de recrss materales, per plítc y peceenca scal. Tambén ec-


ce qe, en esa sete e sstema e gben, ls jees tenían numesas
blgacnes cn ls súbts, ente ellas, la restbucón e (una accón
de) la rqeza en rma e estejs y cmas, y e ganzacón e rales
para el benestar clectv. Cn t, el énss que pne en la ecpca y
 en la smetría e la relacón clta sstemátcamente a los js el lect la
vsón e na parte e la pna expltacón y la volenca e la ecnmía
plítca maya. Ls jes enaba "exprpacnes casales y extavagantes
(143), "se aprpaban e las teras más aptas paa pepaa la mila" (144) y
"recbían anmales e la caza cmna cm tbut qe mpnía a ls caza
des pesnales (144); sus teras eran cultvaas p cautvs e gerra
y su sstema méstco estaba a cag e "esclavas y cncbnas (144) N
bstante, Clennnen cmpensa caa mencón e nstancas e expltacón
sstemátca cn tra sbre cánt evlvían ls jes p t l qe ecbía
y cncluye cn la escpcón e n rtal mnta paa prtege e las p
sbles catásts a ls habtantes e las aleas: "En esas expeencas, cuan
la va e la ttala e la alea qeaba absba en el prces al, ls
hmbres apenían qe las eencas entre el sacete, el nble y el pebl
eran mens mprtantes qe la epenenca e ls ses y la aglia el
ren hman cnes a ts (147)
La atra sstene qe "el cst e t est (anqe n se sabe s ls ma
yas la veía cm n cst) ea la guera (1 987: 47) entre ls jees y ss va
les vecns. En la gera, "se mataba a ls nbles capas paa entregals
cm ena a ls ses; el rest, ls hmbres, las mjees y ls nñs, eran
esclavzas, y ls hmbes, s en el extanje (148) ¿Qé alla en
esta escpcón? En pme lga, se supne que algns mayas ls catvs
qe serían ejecutas y los hmbres, mjees y nños cnvets en esclavs,
pr n mencnar a ls emás membrs e la scea qe ebían vvr cn
la pemanente psblia e paecer esa vlenca "veían [la gea] cm
n cst. En segn lga, Clennnen nnca eúne las pezas e s relat
para explca qe la sensacón e "epenenca cmpata e ls jees y el
pebl, en la mea en que se hbera establec, era, prncpalmente, p
ct el esplazament e la expltacón y la vlenca esde ls súbts
el jee haca ls e sus vecns.
Parece qe hbera na espece e tabú en el ama el rmpecabezas,
cm s pne el panama cmplet, cn l ben y l mal, el régmen
plítc maya mplcaa entegales las armas paa qe efena ss agume
ts a qenes creen qe ls mayas se merecían l qe les hcern ls españles.
S embarg, esa precpacón carece e nament. Nada en la plítca
maya, a pesa e la expltacón y el carácter sangrent qe la caracterza
an, servría ara cn el saqe, ls asesnats y la destccón clral
Capítulo 2 L esistenci y el pblem del ho etnográfico

epetdos po los espñoles Peo con n descpcón más mpl y cítca
e l potc my del peíodo pecolonl posblemente se esbozí n p
am dente de l hsto colonl de la egón ncldos los modelos de
resstenc y no esstenc posteoes Como mínmo se espetí l mbv
ete complejdd del mndo mya tnto de ese momento como del pesente.4
L seccón más mnest de l complejdd polítc nten qe l m
rí de los ensyos ps po lto es l polítc de géneo 5 L cestón es
 atclmente desconcetnte A los membos de los gps sbdndos
ue nssten en destc l desgaldd de géneo en s popo ámbto se los
s de deblta s clse o mna l soliddd sblten de n apoya 
sus hombes y de se nconles a qenes ejecen l domncón Ls cdé
cs femnsts del "pme mndo qe sgen es líne son blnco de cít
as oces de pte de ss pes del "tece mndo po el msmo motvo {ve
C Mohnty 1988). Sen eltst pone de eleve l opesón de ls mjees
e l pop clse socl gpo cl o cl cndo es clse gpo cl o
u se l opesón ejecd po oto gpo
Ess cestones ocpon n espco pepondente en los debtes cec
el sati, n páctc de l Ind colonl qe consste en l nmolacón de ls
uds (Spvk 198 8; Jn Ms y Svstv 1987; Mn 1987) P jst
a s domncón de l Ind los btáncos ente ots coss señlbn ls
ctcs qe consdebn bábs como el sati, y segbn qe estban
ebacdos en n msón cvlzdo qe slví  ls mjees ndas de
es páctcs Gyt Chkvoty Spvk onz l espect: "Ls hmbes
lancos slvn  ls mjees scs de los hombes oscos {Spvak 1988:
96) Qenes podín est nteesds en nvestg l ceemona del sati co
o pte de n congcón de domncón msclna en la socedad nda
el sglo X no peden esdl sn qe pezc qe adheen  dscs
e las toddes colonles Los ntents po pondz en ests contadc-
nes ptcles hn contbd  mltplcls
Po lo genel la flt de na vsón decad de la polítc com cto
rt qe ctúa contnamente entre los sbaltenos debe contrbu
evtblemente  n álss ndecdo de la esstenca Mchas pesas
 se compmeten con movmentos de esstenca peo no smplemete p
edo {cm sele am Jmes Sctt [1985 y 2000]), scnacón ngena
r los sacedtes {com sstne Fedch [1981] cand anlza la fta de

4 Una dscpcón paralla al rtrato monolítco d los qu jrc la rsistnca s l rtrato monolítco
e los domadors. Esta práctca s stá dbltando, como s obsa, por jmplo, n Stolr (1 989)
5  ausnca d consdracos d gén n los studos d rsstnca gércos y algunas con-
ecuncas d sa ausnca han sdo abordadas por ' Hanlon (1 59¡ Vr també Wht (1 986) Dos
eudos tográfcos valosos sobr la rsstnca d génro n sí so los d AbuLughod (1 986) y
Ong (1 987)
Antpología y tría social. Cultura, poder y agencia

ressteca e muchos campesos mexcanos) o dvduasmo. Tampoco es


posbe afrmar que todos os que o partcpan en esos momentos coabo-
ra co e grupo domate. Por útmo, tanto os actos de resstenca ndv-
duaes como os movmentos de ressteca a ga escala suee ser conct-
vos, adoecer de cotradccones ternas y ser emocoamente ambvaetes,
e gra medda, debdo a sus compejdades poíticas nteras.
E mpuso de hgezar a poítca tera de os domados debe en-
tederse como u hecho dametamete romántco. Como un atídoto
parca cotra esa tedeca tan ddda, sería conveete vover a exponer
e trabajo de os atropóogos de a correte de marxsmo estcturasta y
sus herederos. E marxsmo estructurasta (a atoogía de Boch de 1977 es
ua buea ntroduccó; ver asmsmo Measso, 1981; Terray, 1971) emer-
gó como respuesta a esa tendenca romátca en e campo de a antropoogía,
co e popósto de estudar as rmas o occdetales y precaptalstas de
a desgualdad, por aalogía co e análss masta de as cases en e cap-
tasmo. Tomado socedades que podría categorzarse como gualtaras,
precsamente debdo a a alta de cases o castas, os marstas estrucrastas
ogaron compreder cómo a supuesta autordad benevoente de os mayores
o e atsmo y a soldardad aparetes de os mares co ecuenca se
basa en modeos ss"emátcos de expotacón y poder.
E proyecto de marxsmo estructuralsta se costtyó más o meos s
mutáeamete co a atropoogía msta.6 Las dos escueas e cojuto
hcero que a muchos atropóogos, etre os que me ncuyo, nos resutara
díc aproxmarnos a as socedades, por smpes que era, sn ver ua po-
ítca o meos compeja y, a vcs, o meos opresva que a de captasmo
y a de cooasmo. Cuado os atropóogos de marxsmo estructurasta
7

comenzaro a adoptar e gro hstórco, parecía que era mposbe conocer


as hstoras de esas socedades, cudas (pero s imtarse a) as que com-
predía períodos cooastas o de peetracón captasta s eteder a
teraccó etre esas erzas exteras y a poítca tera. La descrpcó que
hace Sahis (1981) de os modeos de adaptacó y ressteca actvos etre
os hawaaos y os europeos e os sgos XVIII y ; aguas de as deas
de Wo (2005) que aparece e Europa y la gente sin historia; m reato de as
trasrmacoes religosas de os sherpas (Orter, 1989), e e que cuo a

6 Los comienzos del marxismo estructuralista (francobritánico) en antropología fueron contemporá-


neos con los incios de los estudios culturales británicos (marxistas). Las repercusiones del marxismo
estructuraista en antropología, así como el hho de que la disciplina aún estaba inmersa en la esci
sión entre materialismo e dealismo en e épa probablemente expliquen en gran pate que los es-
tudos culturales británicos no hayan tenido un impacto más inmediato Ver Oner (1 984), donde hago
una reseña de la teoría antropológca entre las décadas de 1 960 y 1 980.
7 Algunos de los prmeros trabajos de antropología feminista abrevan directamente en el maismo
estructualista Ver en especial Collier y Rosaldo ( 1 9 8 1 ) .
 ít ulo 2 L resistencia y el problema del recho etnográfico

 ica y a cura idígea c ua diámica regia má ampia (e Ea-
 de Nepa y a Idia britáica);  e etudi de Richard Fx (1985) acerca de
 eució de a idetidad ikh durae e coniaim muera que e re-
cimiet de a auteticidad pítica e decir de  md de deiguadad
y simetría prpi de cada pue    e icmpaibe c e cci
e de a reiecia io que e de hech idipeabe para ccera

3 . Dilución de la cult

s cm e debe reccer que  uater pee ua plítica autética
y  impemee reactiva tambié e debe eteder que pee ua cutura
ética y   reactiva A igua que a etogra a ció de cuura
e atrpgía ha id bac de dura crítica durate  útim añ; e
 e pr  upuet de atempralidad hmogeeidad carácter cmparti-
 icuetiad y tr de mim ter que hióricamete ha etad i-
ead e e ccep prpiamete dich y e a prácica atrpógica e
eera. Au aí e upuet   e md algu iheree a a -
 de cutura que puede (re)mviizare c gra diamim au si e
e hech a mediad de a década de 1980 e pu e marcha e e ámbit
e a atrpgía ua recceptuaizació radica de a cutura que hy igue
ee y que upu a hitrizació y a piizació de ccept y a crí-
as a u frma tradicial hy e día  impemee exceiva (er Dirk
ey y Orter 1994). E td ca y e et cicid c Jame Cird
  995: 25), u de  mayre críico de a ció de cuura  é i e
ede precidir de ea. La úica aerativa a reccer que  ubater
ee ciera auteicidad cutural aerir y permaee e ver a reaccioe
atera ete a a domiació cm repueta icheree y ad hoc que
 urge de ua percepció prpia de rde a juticia y e eid i de
 cjut de idea creada pr a mima iuació de dmiació
La diució de a cutura e prpia de agu de  má iuyee eu-
 de a reiecia igee e a actuaidad gu de  pbema de
es edecia adquiere iibiidad cuad e erva cóm e abrda ( )
 egió e ari de e etudi N y a ugerir que a reigió e equi-
ete a a aidad de a cuura. Aí y d a reigió iempre ciuye
 ai repiri de creecia y aore cuturae y mucha eces exhibe

8 Los estudios cuturales britáicos serían una gran excepción en este sentido. Si contara con e tiem-
o suficiente sin emargo estudiaría cómo en gran parte de os ensayos publicados por los autores
enecientes a esta corriente también hay una di ución de la cultura y a etnografía (illi s 1 988, es
 na notable excepión). De todos mos, en esta sección mi mirada se enfoca en los trabajos más
uyentes que son bastante más problemáticos en o que respeca a a densidad de la cultura
Antropología y teoría social. Cultura, poder y agencia

tmé u gra afna co lo movmeto e etencia Ante e


cetrarme en  cuetón e la cra e rma má geneal, me eten e
cómo ora el tema e l religó certo etuio e la eitenca
E uo e lo texto emale e Gupo e Eio ubalteno, po
ejempo, Rajt Guha (1988) hce hcapé en la mpotanca e ecoocer
s ae egoa e la eeloe trbale y campena en lga e ea
retrla De hecho, a raca uo e lo lieameto pcpale e lo
eyo ecrto por lo ntegate e e ecuel y ua ga pte e  e-
erzo por recoocer el uvero cutur utétco e lo ubalteo a patr
el cul prosperro su cto e retec  emgo, e eo eo, el
grao e lo que se recooce como cutural e la religón, e ec, la mei
e qe et lm  cofguracoe coceptuale y emoconale en la que
e mueve lo cmpeo e, por o geerl, míimo E camo, e aigna a
o campeo algo enomnao "relgo, una epece e concenca -
 que uc e explor como u cojuto e ea, páctca y entimento
tegro e el uvero regoo hato por ello
Guh y otro tegrte el Grupo e Eo ubalterno etán e
pug co lguo htorore mrxit o que compaten con lo teó-
rco e  moerzaó urgue l e e que la relgón e un cto e
tro Lo utore ertenecete l círculo e Guha, po el conto, epe-
t y v la relgo e lo campeo en tato menón autntca
e la cultr ultea,  prtr e l que poí conture na atntca
poltc e opocó que, e hecho, e cotruyó Peo la oción e eligo-
 cmpe propuet por Guh conea rato e la hotlia e Ma
hc l regó e la efncó e  "coceca relgoa (   ) como un
emotrcó mv e le có (Guh, 2002: 83) Aemá, en luga e
exporar e terpretr e regos e lo reele e moo utatvo, el
utor recurre  u estrateg textu par elu l tare y relega a u apén-
ce extrctos e reto e o propo cmpeo acerca e la ocoe reli-
goss e ls que se prba l reeó
U estuo que tmé h e l regó pero o hce e maera tivial
e Ie Wapons  th Wak, e Jame Scott (1985). La ea e apreca o olo
e o que e y e o que o ce e autor, o tamé e l rma el texto,
que o cotee u cometro geer cerc el porama religoo e lo
leos, y e e que  dgcó de os mometo regoo e la zo,
mucho e o cule vero u detca meó potca, etá conf-
d  us os págs de f e ro (1985: 332335). Metr el utor

 L scua dl Grupo d Estudios Subatrnos s compleja y e ella aparece ua variedad de ten-
dncias Gadhi as Mahatma' de Shahid Amin (1 88) tiee u carácter más cultural qe otros aícu-
los; o mismo pud dcirse d "Pasant rvolt ad dian ati oaism, de Gyaedra Padey ( 988).
a pítulo 2 L resisteia y e problema del rho etnográfico

 ncontaba ezano e tabajo e cmpo p st obr, n  g cc-


n umoes sobe vaas poecías e caácte egoso y poítco, sí como
n "voante qe anncba agos smaes. D n modo smjnt  q
mpea Gha paa cta os testmonos d os ees, Scott rprodc 
xto e voante en n apénce pero no o naza. E hcho de q "r-
nte pae n mes sn qe gún ao pbq na nota sob  jco  n
esto e egón acsao e propagar asas doctnas . . . tmén qd
gao a na nota a pe (33 5) 
Sn embago, a lcón cta, como ya he comntado, no ncsr
nte e mta a a magnacón de ctores egosos n  ezn oo os
toes ajenos a a ntopoogí {como Gha y Scott). En s obr ndmn-
, Europa y la gente sin historia, Wo dec nd más qe cnco págns
 n a a cestón cta, y en bn pte pa esestmr. Y n s
xceente eso e as geas skh cont os btáncos, chad Fox { 1985)
mbén a agmentos {en s caso, mcho más oros) cont  da d
 a cta moea, a m y pntaa  sstnc como mínmo n 
smo gao en qe emege sconamente  sta.
En ea nea e pensmento, hy vas cstons pa naz. En pte,
o y ox (y pobabemente agnos  os otos atos) scribn dsd a
spectv mateasta caacteístca d os años ssnt, n mtsmo
 {en antopoogí, a menos) s negb  otog   cr n pp
tvo en e poceso hstóco y soc  d  mstcacón d s css
es {es ec, mateaes) e as mcons y os contcmntos. A ms-
o tempo, sn embago, as posts d Wo y Fox convrgn con s cítcas
osteoes, no necesaamente mteastas, e  nocón de ct (po
mpo, Co y Macs, 1991) como ctor d homognzcón, dshs
ozacón y efcacón e os ímts de os gpos o comndads spcíc.
Tanstano po otro camno, Rymond Wms {2000) y otos cé
cos e Cento e Esos Cs d Brmnghm {po jmpo, Ha
 Jeson, 2014), de hcho, tenín  ntencón d vitizr  concpto de
ta. Wms se poponía, en prtcr, sper  scsón ntr mtr-
ismo e easmo y centase en s stcs d xpotcón y donción
e son, a a vez, matees y ctras. Pr o, tom d Gmsi  id
 hegemonía, qe Wms dnó como cn  concto ntrooógco
ásco e ctua nqe más potzad y sd d s rcons d odr,
omncón y desgadad n as qe s prodc. Esto  sad pr 
oncepto de cta y pa n ntropoogí q hbí sprdo mpmnt
s oposcones e  décaa d 1960, po vvó  ntgo ctro d 
stfccón y a "as concenc. S  domncón opr, n pat c
mente, a tavés e eas y, según Wims,  "stctrs d sntiminto,
ntonces os nvos peden acptar y cp n s prop omincón,
Antropología y tría social. Cultura, poder y agencia

  osiiidd de resisteci pede verse mia Más ú, como sostiee


Jes Scott, es role qe los tores qe hace hicpié e l hegemoí
 ese setido reltivamete rodo y cltralmete iterlizado o se
es de descrir los "discrsos ocltos de a resisteci i los actos y mo
etos ivisies de resisteci q, e eecto, ocrre (Scott, 2000) .
De hecho, e calqier situació de poder hay, por cierto, a m ezcla de
diámicas cltrales En cierta medid, y por una serie de eas y malas
rzoes, mchas veces las persos cpt represetacioes qe avaa s
ropia domiació. Simultáeamete, tmbié coserva tradiciones alter
tivas "atéticas de creecias y valores qe les permite ver más allá de
esas represetacioes Aprendiendo a tbajar, el libro de Pal Willis (1988)
q e se ha covertido en  clásico, es particlarmete vlioso po r tratar esa
mezcl de hegemoía y ateticidad iherete a las relacioes de poder El
álisis qe hace Wiis de lo s modos e qe la sucltra e los chicos de
la clase orera e ncara a la vez ls "peetracioes de l cltra dominate
y las limitacioes a esas peetracioes limitacioes qe proviene e las
ropias perspectivas scltrales de géero de esos chicos es smamete
revelador Del mismo moo, M rtha Kapla y oh D Kelly ( 1994) poe
de relieve la complejidad cltral del poder y la resistecia Basádose e
Mijail Bjtí y, mos explícitamete e Marsha Sahlis, Kapla y Kelly
emrca s esayo sobre l Fiyi coloial como  estdio de los discrsos
e pgn detro de  espacio dialógico Dejan   lao mayormete la
categoría de la resistecia e isiste e la desia del proceso cltural qe
tiee lgar e las "zoas de trascrso coloniales (Kapla y Kelly, 1994:
129), dode "opera múltiple_s rmáticas a travs de persos categorizadas
de modo contiete (1994: 127) El resltao es  paorama complejo
  la vez revelador de las lealtades, ls liazas y, sobre todo, las c ategorías
camites drate las cotieds or el poder, los recrsos y la legitimi-
dd etre ritáicos, tivos e idios fyiaos (ver asimismo Kaplan, 1990;
Kpl y Kelly, 1 994; O rlove, 1991; Trer, 1991 y s )
U sólid trdiió terativ de estdios  e  rsisteci mestr co
cridd qe  riqeza cltr o cerce l posiilidd de ver y compreder
 resistei; por el cotrrio, erite compredr mejor tto l resistecia
como ss límites. Mhos de los grdes clásicos de l historia social, or
ejemo, Lafrmación de la clase obrera en Inglaterra, de E . ompso (1989),
 Ro ]ordan Ro, d Egee Geovese (1976), so osos recisamete
orqe so cltrmete ricos  ermite comreder e rodidd e
hecho de  resisteci, s como s rms, tieos  secis. Otros ejem-
os destcdos de géero so Ambivalent Conquests: Maya and Spaniard in
Yucatan 1517-1570, de Cledie ( esr de ls defciecis e e álisis
de  otic m, qe  he cometdo), Trabajo y revolución en Francia,
Cítuo 2 L resistencia y e probema del recho etnográfico

 Wla H. Sewe (1991), y Body  Powe Spirit  Resistance, de Jean


aro (1 985).

4. Disolución del sujeto

 ea de a reacón de a persna o e sujeo ndvdual con la donacón


rsada a proeáca de a ressenca a nvel de a concenca, a suje-
dad, a nencnadad y a dendad. En os deaes sore e Grupo de
udos Suaernos, ha adopado una ra parcular. Deera decr que no
 deasado crca con los hsradres de esa escuela porque sean, en pa-
ras de Guha, erres". Por e cnraro, reeo sus ensayos porque uchos
 reveadores, provocadores y aén porque se súan en la nerseccón
re a anropooga, a hsra y s esudos eraros en a que anos an-
róogos (enre oros acadécs) coneporáneos se ucan, uchas veces
 cera ncooddad. º
Vrdes y decos a argen, Spvak (1988a y 1988b) acusa a a escuea
 Grupo de Estudos Suaernos de esaecer una caegora onoca
 suaerno que supuesaene posee una dendad y una concenca un-
ras. Vsos os arguenos acerca de a copejdad nerna de a poca
y  cuura suaerna que expuse arra, ceraene concuerdo con ela en
 puno. Pero Spvak y oros esudsos que despiegan una ínea de aná-
s posesrucurasa (prncpaene derrdeano) se van a oro exreo
y sueven por copeo a sujeo, a que ven coo un conjuno de eecos
 sujeo" que práccaene carece de cherenca. Como en agn sendo se
can a a suaerndad, esos auores convergen en poscones coherenes
rpeco de a ressenca.
�sera reerar que, en cera ra, epazo con o que se proponen, es
r, ncorporar a cpejdad, a agüedad y a conradccón en nuesra
són del sujeo coo se ha de hacer, segn o he expueso, con a poca y a
ura (y pr cero, con la ressenca) . Aun as, paradójcaene, la ncava
sesrucurasa parcular que asuen pa ograr ese ojevo desruye e
eo (e sujeo), a que deera enrquecer y no epobrecer edane a n
rporacón de a cpejdad.
Esa a ra de rechazo enográfco se puede usrar edane e
ss de un arcu uad Shahano", en e que se exana un conocdo
 udca de a Inda (Pahak y Rajan, 1989). Las auoras, que recnocen

1O Eto también uede en ota htoriografía pooloniale (lo etudios afriano, po ejemplo)
 no onozo u bibliografía en profundidad L antropología y la hisoria india tienen punto de
tato on mi polongada investigaión en Nepal.
Antropología y teora social. Cultura, poder y agencia

su deuda con Spivak tatan e caso de Shahbano una muje india de oigen
musumán que tas divociase de su maido se pesentó ante un juzgado civi
paa iniciae un juicio po amentos Aunque el tibuna e concedió o que
recamaba e fao desató una contovesia naciona de popociones poque
a decisión de juez {e incuso a decisión de Shahbano de pesenta e caso
ante a justicia civi ante todo) ea contraia a a ley de divocio isámica oca
Debido a a contovesia suscitada Shahbano envió una cata abieta a tibu
na en a que echazaba o que este e había concedido a a vez que expesaba
su soidaidad con sus coeigionaios musumanes
Las autoas oecen os siguientes agumentos a especto: a compensa
ción otogada po e tibuna así como e égimen juídico en e que a enma
có la justicia e aticuada a tavés de un discuso que suee empease paa
potege a una pesona a a que se considea débi Peo "ma pate de cie
to discuso impica se objetivado como e oto' se epesentado sin os as
gos caacteísticos de sujeto': sensibiidad y voición {Pathak y Rajan 1989:
563). En e contexto de a subjetivación discusiva a noción adecuada de
esistencia es simpemente e "echazo a a subjetivación' (571) e echazo a
ocupa a categoía que se e impone a un individuo E cambio de posa de
Shahbano especto de su popio caso pimeo a demanda y uego e echazo
de a concesión eesenta su echazo a a subjetivación a única disponibe
paa ea dada su siación " convivi con o que no puede contoa e
sujeto femenino subteno esponde con una subjetividad discontinua y apa
entemente contadictoia'' (572) Peo "su apaene inconstancia o voubdad
debe intepetase como un echazo a ocupa a posición de sujeto [de ecibir
potección] que se e oece (5).
Básicamente estoy de acuedo con as autoas cuando sostienen que cada
instancia en e desaoo de a siación ponía en pime pano un aspecto
diente de a identidad mútipe de Shahbano como muje como pobe co-
mo musumana De hecho no se equiee eabora una teoía compeja paa
econoce que todos os seres sociaes tienen una vida dotada de mutipicidad
y que en todos os contextos sociaes se cea una atenancia entre un pime y
un segundo pano También coincido {aunque Pathak y Rajan no o expesan
exactamente así) en que paa cietos tipos de caencia de poder mútipe {mu
je y pobre y de condición minoitaia) "e rechazo a a subjetivación' puede
ser a única estategia disponibe paa e sujeto Aun así hay vaios pobemas
en a intepetación que es peciso caica
En pime uga voviendo a una idea pevia expuesta en este mismo capí
o, e anáisis de a poítica intena de gupo suaterno {en este caso, de a
poítica étnica y de género de a comunidad musumana de a que Shahbano
rma pate) es inadecuado Las autoas dejan en cao que o desestiman
porque aineaía a quien esgimiea ta agumento con e discuso genea de
aíulo 2 L resisenci y el problem del rho etnográfico

rteccin y con la polítca específca del tbunal hindú en elacn con la


noía musulmana: en una vesn evsada del aoismo de Spvak ctado
teomente en el caso esudado "los hombes hndúes savan a las mujees
usulmanas de los hombes musulmanes (Pathak y ajan 1989: 566); todos
s académicos que esdan polítcas de géneo ente los musulmanes toman
se msmo umbo
Así y todo es mposble no sospecha de la polítca counal que odea
 cata de Shahbano en la que echaza la decisn del tibunal en nombe
e a soldadad musulmana ¿El "echazo a ocupa la poscn de sujeto que
 e oece (Pathak y ajan 1989: 572) es una ntepetacin apopada de
 que ocu o podíamos magna que Shahbano vvi una expeienca
mediata en la que sees socales mpotantes paa ella paentes amgos
nos hombes y mujees ejeceon etes pesones en nombe de sus
rpos nteeses paa que la muje enuncaa a la compensacn monetaa
ue necestaba desespeadamente y que había eclamado duante diez años?
N seía posble dec que "su echazo a ocupa la posicn de sujeto que se
 ece la únca clase de agenca o ma de esstenca asgnada a la muje
r las autoas es el eecto eal evidente es dec el subpoducto (analítco)
y n la ma de su agenca? Según m hptess, Shahbano estaba tatando
e se agente de segu un plan coheente y bastante ceatvo po ceto. La
uldad cambante en su caso no adca en que su dentdad (vsta como
ncenca subaltena esencal o como estatega) haya cambado sno en el
eho de que se encuenta en el extemo neo de cada una de las mas de
de dento del sstema y en que otos agentes más podeosos ejecen etes
resones sobe ella.
Esta ntepetacón nos aceca al segundo poblema del debate. Paa
dalo se equee una vez más hace análss texal del ensayo de Pathak
y Rajan El popsto ndamental de la ncatva postestuctualsta es
sesencalza al sujeto, apatase de constucto deolgco de "ese ndv-
u unfcado que elge lbemente que es el sujeto masculno nomatvo del
ealsmo bugués de Occdente (Pathak y ajan 1989: 572). Y clao está
 ndvduo que ege lemente es un constucto deolgco en muchos sen-
s pque la pesona está constuda cultualmente (así como socalmente
stcamente polítcamente) poque pocas pesonas tenen pode paa ele-
r muchas cosas con lbetad y así sucesvamente E tema aquí sn emago
s cómo elud este constructo degco etenendo a la vez ceta sensacón
 agenca humana es dec a capacdad de los sees socaes paa ntepeta
y evaua mamente su suac así como paa elaoa poyects y tatar
 concetaos.
Las autoas de "Shahbano adveten que ese es un poema: "En todos
 ss desplazamentos dscusvos, ¿dónde está Shahbano la mue? (Pathak
Antropología y teoría socal. Cultura, poder y agencia

y Rajan, 1989: 565) Sn embargo, se rehúsan específcamente a aproxmarse


a ea como persona, sujeto, agente u otra rma de ser con ntencón, espe-
ranzas, temores, deseos y proyectos. Soo tenen dos modeos para hacero
perspectvas pscoógcas que buscan egar a su "ser' nteror o una perspec
tva que supone ndvduos herocos d resstenca "ndvduazados e nd-
vduaistas y rechazan ambos ( 570) . Por  contraro, su estratega consste
en apuntar a a nteraccón mecánca de una varedad de rzas ncorpóreas:
"múltples nterseccones de poder, despazamentos dscursvos, dentdads
dscontnuas que rechazan a subjetvacón, el sujeto jurídcamente escnddo
(577) Así pues, a pesar de algunos descargos de las autoras a fna de artícu-
o, Shahbano iteramente desaparece como sujeto (¿o como agente?, ¿o como
persona?). La rreevanca de sus motvacons e ntencones (por no menco-
nar su unverso soca y su hstora) para el análss queda totamente clara en
a estratega tetua por a que se evta reproducr e nterpretar dos entrevstas
ue Shahbano concedó a un daro y a un cana nacona de teevsón. En
paabras de las autoras, "No hemos dado prordad a as entrevstas como
entes de su subjetvdad (570) De hecho, n squra as ncuyen.
La de(con)struccón de sujeto hecha de ese modo no pude ser la únca
respuesta al sujeto r�fcado e deazado en muchos estudos d a resstenca.
Por e contraro, a respuesta a ese sujeto deb ser un actor que se entende co-
mo constdo de un modo más competo soca y cuturament empezando
desde arrba. Las pturas, as escsones y as ncohrencas de a concenca, así
como las ntegracones y as coherencas, son asmsmo producto d a rma-
cón hstórca y cura. De hecho, cabría prguntars s as escsones y otras
cuestones smares deberían cdrars ncoherencas o smpemnte rmas
aternatvas de coherenca, pues pensar o contraro mpca qu son una espec
de ala. Por supuesto que a opresón causa daño, pro a capacdad de los seres
socaes para tejer, a veces con una creatvdad brante, rmas aternatvas de
coherenca qu atravesen os daños es uno de os aspectos aentadores de a
subjetvdad humana (ver tambén a crítca de Fanon que hac Cooper, 1992).
De a agenca puede decrse ago smar. No es una entdad que xste
desvncuada de la construccón cutura (tampoco es una cuadad que soo se
posee cuando se es un todo o cuando se es un ndvduo). Todas as cuturas,
todas las subcuturas, todos os momentos hstórcos construyen sus rmas
partculares de agenca, sus propos modos de representar e proceso d re-
exón sobre e yo y e mundo, y de actuar smutánamente dntro de o que
aí se encuentra y sobre eo. Para comprnder de dónde ven Shahbano, o
cuaquer otra persona que protagonza un drama de resstenca, es necesaro
exporar as partcuardades de todas esas construccones en cuanto productos
cuturaes e hstórcos y en cuanto creacones personaes que s construyn
sobr esos precptados cuturaes e hstórcos
 ítulo 2 L resistencia y e problema del recho etnográfico

n exceene ejempo de esa perspecva aernava se encuenra en Te


I  ma/e Enemy: Loss and Recovery  the Se Under Colonialism, de Ashs
dy (1983)  comenzo de bro, e auor descrbe a homooga enre as
nacones sexua y poca en e conexo de coonasmo bránco en a
Ia Más adeane, ndaga os nenos de reaccón conra e coonasmo de
 scrores ndos que, de hecho, esaban muy hegemonzados y cuyos extos
ban basados en exos sagrados renerpreados pero que, en readad, de-
dan de vaores cenraes [en partcuar, de hpermascundad] omados de
 són coonasa y uego gmados en vrud de concepos exsenes de
radad" (andy, 1983: 22) Pero en e bro prncpamene se anazan per-
nadades eraras, regosas y pocas ndvduaes que buscaban crear una
a concenca poca que combnara una concienca crca de hndusmo y
 oonasmo con una auendad cura e ndvdua" (27). E auor se n
rsa prncpamene por cómo Gandh y oras mporanes voces ancoona-
s movzaron (y en pare, reordenaron) as caegoras ndas de a mascu-
dd, a mnedad y a androgna a rmuar una ressenca a coonaismo
y, muláneamen, una vsón aernava de a socedad. Una y ora vez, e au-
r observa que esas fguras de oposcón, ncuso cuando esán prondamene
mzadas en su vda persona (ver especamene os comenos sobre Sr
robndo), se nuren de recursos cuuraes pa ransrmar su condcón de
mas y cuar nuevos modeos para e ndvduo y a socedad. 1 1
Poserormene, andy reoma a a persona común que no escrbe noveas,
 esabece nuevos ssemas reigosos, n encabeza movmenos naconaes
 ressenca. En ese conexo, parece acercarse a a posura de as auoras de
hbano'', a afrmar (en un enguaje más pscoógco) que a supervvenca
uura y pscoógca puede requerr a case de yo agmenado y cambane
ue parece despegar Shahbano (andy, 1983: 107). o obsane, as deas de
andy esán expresadas en oro ono. En pare, eso se debe a su exporacón
rea de os modeos curaes generaes, en a que muesra que os ímes
nre cuesones aes como e yo y e oro, o mascuno y o emenno, y e
o y a hsora esán confgurados y vaorados de manera derene en d-
rsas correnes de pensameno ndo. E sujeo cambane se nure de esos
rcos cuuraes aernavos y, a a vez, os proege, en ugar de brndar una
rpuesa aparenemene ad hoc a una suacón nmedaa de domnacón. Los
ujeos de Nandy ambén conservan, paradójcamene, una espece de agenca
oherene en su nconsanca: esas alas de personadad' de os ndos po-
ran ser ora rma de vganca generada o de insno agudzado o de reac-
ón aceerada a sumeno causado por e hombre. Provenen ( . . .) de cero
eno para vvr y de a  en a vda" (110). As, os sujeos de andy, sean

 1 Otra obra contundente sobre el genio cultural de Gandhi es la de Fox (1 989).


Antropología y tría socal. Cultura, poder y agencia

uras púbicas prominentes o mujeres y hombres comunes, consean voces


potentes a lo argo de todo el texto; mientras que a cualidad representacionl
e Shahbano desaparece.
Por último, se debe poner de relieve, sin embgo, que la cuestión de la re-
presentación adecuad de los sujetos en el intento de comprender l resisten
cia no equiale simplemente a roporcionar ejores retratos de los sujetos en
sí mismos y de sí mismos. La importancia de los sujetos (como actores indivi
duales o entidades sociles) no rdica mayormente en quiénes son y cómo se
ensambln en los proyectos que constyen y reresentan. Es en la rmula-
ción y la representación de esos proyectos que se convierten y se transrman
en lo que son y que sostiene o transrman su universo social y cull.

5. Resistencia tal

A pesr de l direncias entre todos esos textos en alguno casos, ron-
das, en todos eos se obse una especie de extraño rechazo a saber y 
hablr y escribir acerc de los mundos habitado po quienes resisten (o no,
sen el cso). De los trabajos esdidos en prondidad en este ensyo, el
de Clendinnen se playa más y de manera más onda y compleja que los
demás en el retrato del mundo maya precolonil, pero al fn l autor decide
contenerse y suaviz el materil que h recogido. En cuanto a Scott, Guha y
Pathk y Rajn, todos se rehúsan literalmente a exminar el material que les
permitiría adentrrse en los mundos políticos y clles de las personas que
esdian. Los "volntes de los �ampesinos de cott, los testimonios de los
campesinos de Guha o ls entevistas a Shhbano son textos que pueden leer-
se en su sentido más rico para comprender los sgnifcados y las mistifcacio-
nes en las que se desenelven as persons. Lo que podría surgir es lgo simi-
l a lo que se apreci en Night Battles, de Calo Ginzburg (1985) un mundo
compicdo y de extrordinaria riqueza que incorpora creencias y práctics,
y un oítica menor cuy osr respecto del sedio de la Cristiandd y a
Inquisición en la Edd Medi es consa y antihroica, aunque de una terque-
dad conmovedor y "auténtica'', una historia al esto de Nandy.
Sin duda, existen muchas razones para ese rechzo analítico. Una de ellas
se encuentr en lo que se conoce como crisis de representación en las ciencias
huanas. Cuando Edward Said (1990) dice, en ecto, que e discurso del
orientalismo trnsrma en una tea casi imposile eg conocer a ago real
cerca de Oriente; cuando Gayatri Spivak (1988a) arma que "los sualternos
no pueden hblr; cuando James Cliord asegura que todas las etogra-
ías pertenecen a la categoría de "fcción (Cliord, 1986: 7); y cuando, por
supuesto, en cierto sentido, todo eso es cieto, la consecuenci es una ete
  ítulo 2 L resistencia y el problema del recho etnográfico

  bición de la práctica de la etnograía en sentdo amplio: el eserzo por


ta de entender, a pesar de todo, a otras personas de otros tiempos y lugares,
  es pecial a las que no se encuentran en posiciones dominantes.
Desde una perspectiva etnográfca, la etnograía nunca es imposible. Esto
 así porque las personas no solo se esisten a la dominación política, sno
e tamién se resisten a la dominación textual o, para el caso, la evaden
eo que la noción de que los textos colonialistas o académicos pueden dis
osonar o excluir por completo las voces y los puntos de vista de aquellos so-
 los que se escribe otorga a esos textos más poder del que poseen Mucas
osas son las que dan rma a esos textos, incluso ¿abría que decirlo? el
nto de vista de las personas sobre las que se escribe. No es necesaro recurrr
 ningún tipo de experimentación texal para que eso ocurra: sucede todo el
empo Evdentemente, existen vaiaciones en el grado en que los distintos
tores y las distntas rmas de escrra permiten que se manifeste ese pro-
so y, por cierto, vale la pena rexionar, como lo an eco Cord y otros,
obre las rmas en las que se puede amplifcar el proceso Pero me parece
ículo que se siga pensando que el txto se construye con todo menos la rea-
ad vida por las personas que dce representar.
Esto puede ilustrarse con el caso del suicidio menino que comenta
pvak en su moso ensayo, aquel que fnaliza con la ase "el sualterno no
abla (1988a: 308). Qizá sea más dicil para cualquier voz irrumpr en la
mulacón teórica de Spivak si no es a través de la etnograa más tipifcante;
ro asta la mujer ecida, que no reveló a naie sus intenciones y no dejó
ninguna nota antes de morir, oliga a Spivak a tratar de articul, de una ma
nera stante "realista y "ojetvsta, la verdad del suicidio desde el punto de
vista de la mujer:

El su icidio era u n rompecaezas puesto que, com o Bh uvaneswari estaba menstruando


en ese momento, claramente el suyo no era un caso de embaro iegtimo Varios años
después se descubrió que la mujer peeneca a uno d e os tantos grupos involucrados
en la lucha armada por la independencia de la Ind ia En u n determinado momento se le
confió un asesinato poltico Incap de afrontar a tarea pero consciente de la necesi-
dad práctica de o que se le hab a encomendado, la joven se mató
Bhuvaneswari saba que su muee sera casificada como e resultado de una pasión
prohibida; por eso esperó a a siguiente menstruación (   ) El suicidio de Bhuvaneswari
Bhaduri es una reescritura subaterna no enfática, ad hoc, del texo socia del suicidio
sati (1 988a: 307308).

Con estas ideas, creo que Spivak socava su popia postura (ver tambén
oonil, 1994) . Combinando un poco de interpretación no muy sofsticada del
exto del cuepo de la mujer (el hecho de que esviea menstando) con otro
oco de histora objetva (la participación de la mujer en un grupo político
Antpología y teoría social . Cultura, poder y agencia

radca), Spvak arrba a algo que todo buen etnógra debe proporconar: e
conocmento de sgnfcado y de a potca de sgnfcado de un suceso.
Para descubrr otro ánguo de probema de rechazo etnográfco habra
que pensar en as mpcacones de a metára de a fccón. Cuando resuena
en e enguaje común, a metára de a fccón mpica (s ben no es exacta
mente o que sostene Cord) que as etnograas son asas, nventadas y, en
un pano más genera, son e producto de una magnacón terara que no
tene a obgacón de comprometerse con a realdad. Pero creo que esa ob
gacón ndca, precsamente, a derenca entre a tarea de novesta y a de
etnógra (o e hstorador). E antropóogo y e hstorador tenen a respon
sablidad de representar as vdas de as personas que vven hoy o que vveron
en e pasado y mentras tratan de acomodar a esas personas en e mode de os
textos, os ndduos en cuestón empujan en sentdo contraro. E texto fna
es un producto de as erzas en uno y otro sentdo, y en nngún texto, por do·
mnante que sea, están ausentes os rastros de esas erzas.
De hecho, s a nea que separa a fccón de a etnograa se está voven-
do borrosa, esa ata de ntdez ha tendo e msmo mpacto en una y en a
otra. E cásco descargo de noveista toda semejanza con personas vvas o
aecdas es mera concdenca" se nvoca, o se acepta, cada vez menos.12 La
reaccón a Los versos Mfánicos, de Saman Rushdie (2000), muestra de rma
partcuarmente dramátca que, a derenca de etnógrao o e hstorador, e
novesta ya no puede hcer de cuenta que no hay nade de otro ado de texto
o que a fccón puede eudr a resstenca.13
Por útmo, a fcconalzacón absouta y e sencamento absouto son
mposbes no soo porque as pernas sobre as que se escrbe se ntroducen
en e reato de autor, sno tambén porque sempre exste una mutpcdad
de reatos. La dea parece smpe, pero puede perderse en os textos anazados.
En una época como a nuestra en que se ha panteado a muerte de autor",
no es o más ecuente encontrar teórcos como Spvak o Cord que actúan
como s os textos esen autónomos, como s todos os textos que se escrben
tuveran que encarnar (o tuveran a posbldad de encarnar) todas as voces
exstentes o como s todos os txtos que se een tuveran ímtes más aá de
os cuales no esvese permtdo mrar. Por e contraro, con a ectura y a
escrtura se accede a un corpus de textos en os que, en reaidad, una únca re-
presentacón, representacón errónea u omsón sempre es objeto de cuesto-
namento. Nuestra tarea como ectores y como autores consste precsamente
en rechazar as mtacones que mpone un únco texto o una defncón

12 Ver, por ejemplo, un descrgo muy diferente en l ficcionlizción del sesinto de Kennedy que
hce Don Deillo en Libr (1989).
1 3 Estoy en deud co N ick Dirks por hberme entdo  vnzar en est ide
C p ítulo 2 L resistencia y el problema del rho enográfico

ria de qué debería incuirse en e corpus y en coocar os exos (que pu-
n incuir as noas de campo pero no deben imitarse a eas) uno en a
ro, en un procso inerminabe d exracción de imágenes de o ra.

6. Conclusiones

 dea cenra de ese capío puede enunciarse de una manra muy simpe:
 esudios de a resisencia son superfciaes porque son enográfcamene
uidos en o que aañe a a poíica interna de os grupos dominados a
ruza cuura de esos grupos o a subjeividad as inenciones, os deseos
 emores os proyecos de os actores que paricipan en esos dramas. La
erfcialidad enográfca a su vez, proviene de diversas enes (no mera-
ene de a maa enograía, por supueso que siempre es una posibiidad). La
rmera es e desánimo que rodea a a probemática de a poíica inerna de
 grupos dominados y de su auenicidad cuura que he mencionado en
rias oporunidades a o argo de ese ensayo. La segunda es e couno de
as reatvos a a crisis de represenación a posibiidad de reraar femen-
 a oros (u Oros) y a capacidad de os subaernos de ser escuchados a a
 me reerí en a sección anerior. En su conjuno os dos grupos de emas
nvergen para producir una especie de agujero negro enográfco.
Sin duda, reenar e agujero negro prondizaría y enriquecería os es-
ios de a resistencia, pero eso no es odo: revearía o debería revear as
bivaencias y as ambigüedades de a resisencia. Esas ambivaencias y
mbigüedades a su vez surgen de as inricadas redes de aricuaciones y
esarticuaciones que siempre hay enre dominadores y dominados. Es que
 poíica de a dominación exerna y a poítica inerna de un grupo subor-
nado pueden araerse o repeerse; as cuuras de os grupos dominanes y
baernos pueden diaogar incuso cuando uno haba en conra de oro; 14

y, como afrma Nandy con ana eocuencia os subordinados pueden reener
na auenicidad y una agencia oposiciona omando aspecos de a cutura
ominane para cricar su propio mundo y a siuación de dominacón. En
ma soo es posibe apreciar as rmas en que a resistencia puede exender-
 más alá de a oposición y ser verdaderamene creaiva y ransrmadora si
 vaora a muipicidad de proyecos en os que siempre participan os seres
ciaes y as múipes maneras en que esos proyecos se nuren muuamne
y chocan enre sí.

1 4 Nan dy (1 983) y Comao (1 985) ponen de lieve las altenativas entre las categoas oposconales
 as dlogas latentes de la cultua occidental po las que efectivamente pueden opta y de las que
p 3

DENTI DADES:  VDA O CULTA DE S


CSES S OC ALES1

A mediados de a década de 1990, Kwame Anthony Aiah y Henry Louis


ates (1995) ubicaon una antooga aiosa e imactante tituada simemen-
, Ientities E ibo coniene unos einte artcuos sobre identidades de odo
o: acia y étnica de géneo y de eencia sexu y naciona y eigiosa entre
ras E témino "case fgura en a rimera ágina de a introducción donde se
rma que a década de 1980 e un "eodo en e que a aza a ase y e géne-
r se coniieon en a santsima inidad de a ctica iteaia Más adeante os
tores obsean que "[e ]n a década de 1990, sin embgo aza' case' y género'
magaban con coneirse en os cisés eonderantes de nuestro discurso crti-
. En ese ibo os autoes se oonen "desbarat e discurso dominado or
sés Sin embago mientas que os atcuos se centran en os concetos de
raza y géneo a condición de cisé de conceto de case y a deconstcción de
scuso coesondiente no son tan cies de descubrir E término no ee a
arecer En e ndice fgua una soa ez: "Case como cisé ágina l".2
La aooga de Aiah y Gaes exone una padoja: a noción de iden-
dad basada en caracesicas "natuaes es a a vez a más conseadoa y a
más adil de a escena poica contemoánea Es conseadora poque a
dea de que as idenidades son en gan medida e esutado de caacesticas
naaes se inega ácimene en os suuestos de a cuua noreameicana
(e e especial Seg 1998). Y es adica poque a idea de adoa un estig-
ma y coeilo en e ndameno de a agencia poítica ha sido en eecto un
oncepo de "upa en as úimas dos décadas

1. Agnas perspecvs teóricas

Desde fes de sigo X como mnimo a aza y a etnicidad rman arte
de os discusos dominanes de as dieencias sociaes en Estados Unidos. Por

1 Agrdzco  Lous Lmpher por sus mnucosos y ensos comntaros Tmbén deseo expresr
 grttud  Dn Sgl, Lwrnc G. Strus y Tmothy D Tylor por sus vloss opniones Este traba-
jo fu pulcdo orgnlmnt n Joumal of Anthpological Resrch ( 998) Volu men 54 Nº  , 1   7.
2 Grgo y Snk (  99) doptn un postura contrari
Anropología y teora social. Culura, poder y agencia

otvos sobre os que me expayo en e capío  , ha habdo una tendenca a


caar, en certa edda, e dscurso de case s bien es certo que de tanto en
tnto, en contextos hstórcos partcures, se torna ás audbe. E probea
e que e ocupo en e presente capítuo, y en a obra de a que ra parte,
no es nuevo: ¿Cuá es a racón entre raza y etncdad, por un ado, y case,
por e otro?
Las respuestas que se han proporconado a este nterrogante tradcona
ente se engoban en dos grandes categorías. La estratega de a prera con
sste en pasar por ato a case. Una gran parte de os textos sobre raza y etn-
cdad, muchos de eos pubcados hace muchos años pero muchos otros más
recentes, epean esa estratega. Las categorías racaes y étncas son aborda-
das como categorías socaes praras, que otorgan o negan a as personas
e acceso a os recursos, pero los recursos en sí msmos no están ordenados
con crteros estrucuramente condconantes. A pesar del tono sumamente
conteporáneo en muchos sentdos, e trabajo de Appah y Gates reproduce
prncpaente ese enque.
La segunda propuesta tradcona para abordar a reacón entre case y
raza/etna provene de una perspectva economicsta en a que os ctores
de case tenen preponderanca en a determnacón de as oportundades en
a vda de os ndduos. La raza y a etncdad son mportantes por cuanto
generan prejucos y dscrmnacón en otras personas, pero no consttuyen en
sí sas racoes culturaes que acten la manera en a que sus mem-
bros se deseneven en e mundo. Así, por ejempo, Stephen Stenberg (989:
capío 3) sostene que no hay nada en a "cura judía que haya otorgado a
os judíos ventajas en e pano e a movdad soca; por e contraro, e c-
tor mportante es que, en comparacón con otros grupos de nmgrantes, os
judíos egaron a Estados Undos con certos tpos de competencas urbanas
e ndustraes (ver tambén Sacks, 994). De msmo odo, con respecto a os
aoamercanos, Wam Julus Wson (1978 y 987) hace hncapé en un
conjunto de ctores materaes que nuyen en as tasas de pobreza de este
grupo tasas de gracón a norte, estctura etara de a pobacón, cabos
en a econoía nacona, en contraposcón con e prejuco conteporáneo
en contra de grupo y os patrones socaes nternos. En cuanto al aspecto
etnográfco, Mcaea d Leonardo (1984) se opone a as nterretacones cu
rales de la experenca ítaonorteamercana en Estados Undos. La autora
propone, en cambo, que esa experenca ha sdo muy dversa y que, adeás,
sus atrones se expcan, en térnos generaes por ctores econócos e
hstórcos y no or cuestones "típcaente talanas o reaconadas con a
cutur taana (ver tabén Gans, 205).
Antes  segur adeante, es portante acarar qué se quere decr con
cse. Sún Mrx 1975 [1867), e térno "case hace reerenca a as
Cpítulo 3 Identidades: L vida oculta de las clases sociaes

scones creadas por e modo de prduccón del captaismo; de acuerdo cn


 teoría marxsta cásca, hay báscamente dos clases: os dueños de os me
s de produccón y os obreros. Gran parte de as dscusones posmarxistas
ran aededor de dónde ubcar a a case meda, cuyos ntegrantes no son, en
rmnos generaes, n dueños n obreros. Sn embargo, a case meda ha s
 a parte más dnámca de a estctura de captaismo: en e transcurso de
·
s últmos cen años, se voó más numerosa, ncrementó su rqueza y gan ó
n mportanca poítca (para obtener un panrama genera, ver Scase, 1992).
ea como ere, dentro de este marco teórco, a case es un conjunto de
bcacones defndo en térmnos objetvos y/o estrucraes, ndependente
ente de cómo ven y entenden os ndviduos su poscón soca. La cuestón
ítca (más específcamente, revouconara) para a teoría marxista cásca es,
recsamente, ograr que os agentes de a case obrera tomen concenca de su
sconadad objetva" y actúen para modfcara.
Las dos propuestas anterores aquea en a que tenen preemnenca
s cases defndas en térmnos estrucraes y a que otorga prordad a as
dentdades racaes/étncas deben entenderse dentro de marxsmo básco
n agunos aspectos. S  ben parecen contrapuestas, ambas admten un mundo
n e que a case, en cuanto categoría generada económcamente, se dstngue
y se opone a as categorías socaes defndas según crteros no económcos
tanto s se as toma como cuturaes como s se as ve como naturaes).
on el tempo han do surgendo otras teorías de a nocón de case que se
ejan en certa rma de este conjunto de opcones en parte permdas.
A prncpos de a década de 1980, muchos hstoradores con orentacón
arsta adoptaron e gro dscursvo". Comenzando por a obra ponera de
Gareth Stedman Jones (1989), Lenguajes de clase. Estudios sobre la historia de la
clase obrera inglesa, 32-92, y sguendo con a visón más radca de Joan
Scott (2008a) en Sobre enguaje, género e hstora de a case obrera, agunos
hstoradores empezaron a desarroar a dea de que a case no era un objeto
de mundo defndo objetvamente, sno una dentdad construda cutura e
hstórcamente. Stedman Jones, que anaza a retórca poítca de cartsmo n-
és de comenzos de sglo XIX, sostene que a retórca en sí era consttut y
no meramente representatva de coectvo poítco en cuestón, que se defní
 sí msmo en térmnos de case. Este enque se ha resumdo de a sguente
anera: Desde e punto de vista ingüístco, e térmno clase' defnía un cec-
tvo para e cartsmo y anmaba a sus membros a verse dentro de un proyecto
cmún cnstdo medante una rma de denomnacón poítca de case y no
por e reejo secundaro de una undad de ntereses ya dada en a econoía y
en e cnjunt de reacnes scaes" Drks, Eey y Ortner, 1 994 30) .
Joan Sctt, a su vez, ampía y crtca a pstura de Stedman Jnes.
un cuand concuerda con este útmo en o que respecta a a naturaeza
Antropología y teoría social. Cultura, poder y agencia

constitiva del lenguaje en la sociedad y la política, y tmbién acerca de la


naturaleza construida de l clse en tanto ctegoría, la autor obse que
Stedman Jnes nunc deconstyó realmente la categoría de clase en sí. Scott
seala que es preciso examinar no solo lo que constiye una ctegorí como
la de clse, sino también lo que se excluye en el proceso constitivo. También
propone que una categoría como la de clase debe anlizrse dentro del cmpo
discursivo de términos relcionados como l identidad social y l dierencia
socil. Además, obse cómo la noción particular de clse trbajadora que
tomó rma en el contexto del movmiento crtista y otros similares e, de
heco, una noción vinculada con el género, pues en la defnición de clase tra
bajdor básicmente se incluí  los ombres, mientrs que se sib  las
mujeres en terrenos excluidos y/o devluados repecto de l entidd socil y
potica sí constiida.
En esos debates ocurren dos coss. Por un ldo, se d un tendenci que
resulta milr  los ntropólogos culturales: un rgumento en vor de la
importancia de entender ciertos enómenos sociles supuestamente duros y
objetivos como construcciones culrles. No obstnte, unque los ntropólo-
gos culturles han seguido esta tendenci en muchs áreas de l vida social y
cultural, no lo icieron en generl en lo que respect a l noción de clse. Por
otro lado, está l versióespecífcmente crític (postestrucrlist y eminis
ta) de esa tenenci: l ide de que ls constcciones culrles son siempre
ideológicas, de que siemre se ubicn en relación con ls rmas y modos de
poder que opern en un tiempo y un lugr determinados.
L posr postestrucrlist sobre el concepto de clase oece l posibi-
lidad de trascender las lterntivs erca del preominio reltivo "re de l
clase o l rzetniciad mencionado nteriormente, y en este ensyo doptré
principlmente ese punto de vista. Como ls categorís socies dominn-
tes en el discurso nortemericano son l raz y l etnicidad, intentré quí
deconstirlas pra mostrr cómo encrnn un reerente de clse y doptan
prondas cracterístics de clase, del mismo modo que Scott mostró cómo la
noción de clse entrñ prondas considerciones de género. 3

2. El predomio de las categorías étncas y racies

La raza y la etnicidad tienen un notable predomnio culrl en los discursos


sobre las direncis sociales en Estados Unidos. Entre otras cosas, eso implica
que, cuando se las menciona en los debtes, tienden a devorarse todo lo demás.

3 En el captulo 1 , expongo las formas en que las catorías de género y sexualidad de la cultura nor-
ap ítulo 3 Identiddes: L vid ocult de ls clses socies

parentemente, poseen una cuaidad natur u obvia que hace diíci trascen
eras. Por ejemplo, en mis entrevistas a individuos para e proyecto de New
jrsey Dreaming (sobre e que prondizaré más adeante), cuando mencionaba
 término case", os sujetos entrevistados inmediatamente preguntaban qué
ería decir con eso, mientras que cuando hacía mención de a raza o a etnia,
odos sabían" qué querían decir esos términos o a qué hacían rerencia en el
undo re". Esas categorías que no necesitan pcación, además, parecen
star acompañadas de toda una teoría soci saer que aguien es, por caso,
dío o aoamericano impica imaginr que se tiene una picación para su
omportamiento o para a historia y e estatus de su grupo en a sociedad nor
eamericana. Dicho de otro modo, esas categorías siempre rman parte de una
tnoantropoogía y, cuando se as menciona en el trabajo de campo, se torna
ici dirigir a atención a otras dimensiones de a dierencia socia.
Un ejempo notable de poder dominante de as categorías étnicas en e
iscurso norteamericano se encuentra en Yankee City", e esdio cásico de
oyd Warner (1961) Una prte de proyecto consistía en esdiar a celebra-
ión de tricentenario en a comunidad de Yankee City. En a ceebración, hu-
bo un dese muy elaorado, con crrozas que eron asignadas por e comié
organizador a distintos grupos civies y religiosos oces. El tema de una de
as carrozas era una importante bata de la guerra de la Independencia de
Estados Unidos conducida por e coronel Benedict nod, en cuyo regimien-
to haban servido varios nativos de a ciudad. E hecho de que nod con
e tiempo se huiese convertido en un tridor a a causa no era importante
pa a case ta loc, gunas de cuyas mias enían azos evidentes con a
milia de Arnod. Por gún motivo que no est caro, a a comunidad judía
de Yankee City e asignron, o ela misma eligió, esa croza en particur pra
hacer su aporte a os estejos. En ese punto, todo hizo eclosión, pues a super-
posición de as dos categorías judíos y Benedict Arnold dejó  descuierto
os signifcados más negativos de ambas. Los organizadores, deseosos de po-
ner paños íos a a siación, decrron que había haido n error. Asignron
entonces a a comunidad judía a carroza que representaba a capitán John
Smith y así se superó a crisis (Warner, 1961 : 1155) 4
Dado que en a cura popu existe una tendencia a que as categorías
tnicas y raciaes dominen y reencuadren a discusión, e antropóogo se
encuentra con un diema. Se puede contradecir a premisa de que a cutura
étnica es de verdad" importante, como hacen gunos de os autores men-
ionados. O, simpemente, si se piensa que as categorías son irreevantes, se
puede decidir dejaras de ado. No imagino ninguna etnograía escrita en

4 No está del todo clar si la caroza dedicada a la batalla en la que pacipó Benedict Arnold se llegó
Antropología y teoía social . Cultura, poder y agencia

Estados Undos en a que os sujetos etnogáfcos estén caracterzados según


crteros de raza y en a que e autor no o manfeste expctamente. Sn duda
esto se debe a que a raza eva una carga cutura adcona que va más aá y
está por encma de sus aspectos étncos". Hay, sn embargo, varos ejempos
en a bbograa en os que os sujetos etnográfcos presentan una dentdad
étnca n especa, en os casos más reevantes p ara m proyecto, a dentdad
juda pero e autor no o expcta.
Una de esas obras es a etnograa de Hortense Powdermaker (1950
Holwood e Dream Factory: An Anthropologist Loo at the Movie-makers.
Se sabe por otras entes (por ejempo, Gaber, 1988 que una enorme pro-
porcón de as personas que ntegraban a ndustra de cne y cas toda su
estructura de poder (productores y propetaros de estudos cnematográfcos)
en a época en que Powdermaker escrbó su ibro eran judas. De hecho, gran
parte de a descrpcón de a cutura de Hoood está aberta a una nter-
pretacón juda. Por ejempo, a autora anaza e constante medo a acaso y
a necesdad de obtener benefcos excesvos con cada peícua" de os produc-
tores de Howood en térmnos de a muy eevada nsegurdad persona de
a mayora de os ejecutvos y productores" (Powdermaker, 1950: 95). Como
Powdermaker no mencona que hay un subte:xto judo en su argumentacón,
todo queda aberto a últpes nterpretacones, aunque esta y muchas otras
seccones de texto cobran sentdo cuando se as ee como reeones sobre a
cutura de Hoywood en cuanto cuura de nmgrantes judos nseguros que
podan amasar una rtuna pero sentan que jamás gozaran de respeto soca.
De msmo modo, en agunos de sus artcuos más antguos sobre os mo-
naros de Texas, George Marcus o·evea que una de as dos dnastas prnc-
paes de esudo que reazó era de orgen judo. En e ensayo pubcado poste-
rormente, Lives in Trust (Marcus y Ha, 1992, e tratamento que os autores
dan a carácter judo de a dnasta Kempner atravesa una sere de nteresantes
transrmacones. Prmero, se descrbe a ndador, Harrs Kempner, como un
nmgrante poaco" (23; después, como un nmgante judo". Inmedatamen-
te, o judo queda en segundo pano, pues carece de reevanca para e estudo
(99). Por útmo, se proporcona una descrpcón bastante competa de a -
ma Kempner en a que su judasmo adquere promnenca, pero esto rma
parte de una dscusón metodoógca de a etnogaa y no de os gumentos
meduares de bro acerca de a rqueza y a ma (150-160.
En os casos de Powdermaker y Marcus, penso que as razones para as
omsones y/o ambgüedades de a representacón son as msmas y se enten-
den perectamente a a uz de m anáss. Decre a ector que esos grupos
son judos, o poner su judasmo en prer pano en e texto, supone e resgo
de que e debate se desve de su cauce en dreccones que e etnógrao desea
etar. ado e predomno de as categoras étncas, e carácter judo de
p íulo 3 Identidades: L vida oculta de las clases sociaes

 pasa a ser e da dminane y e rincipio expicai de estudi, sea
 a unad de aur  n.
Mi inerés en ess emas priene de hech de que e pryec de New
jersy Dreaming (Orner, 2003) giraba en rno de a cnsrucción cuura de
cep de case en Esads Unids. La pobación engráfca de pryec
aba inegrada pr mis cmpañers de prmoción de cegi Weequahic
Hh Sch de Newark, Nuea Jersey (prmoción 1958). E 83% de s
mbrs de grup eran judís; e barri había sid diseñad, en ciera medi-
 cm una cmunidad judía, ag de  que me eneré cn pseriridad. E
 de a prmción incuía un 1 1% de bancs no judíos y cerca de un 6%
 aamericans.
Pues que e pryeco esaba anead jusamene en érmins de case
i inención e raar de poner a nción de clase, cn mayor erza y cn
vs medis, en e cenro de aención de os esdis engráfcs y anr
ógicos, dejé en caro desde e rincipi que a cmpsición énica y racia
 grup era, en gran pae, ieevane. De hecho, a ser cnsciene de pred
ni cuura de as caegorías énicas y raciaes, me propuse empear una ver-
n de a esraegia de n decir" uiizada pr Pwdermaker y Marcus, para
e a inepreación de maeria eudiera e c énic y racia. Mi pan cn-
ía en enizar a cmposición de case de gp: a mezca de esudianes
 case media" y case media baja", a imprane, aunque casi inisibe, ínea
ivisria denr de a supuesamene indivisa case media y s mods en que
 caegías énicas e incus raciaes esaban, de hech, araesadas pr a
ea diisria de case. Cuan más me insisían, ag asmbrads, mis cegas
 ámbi de as ciencias sciaes paa que n ignrara e cmpnene judí
 a pomción de 1958, más me cnvencía de que debía hacer.
Finalmene, e e abaj de campo  que me hiz cambiar a rma de
r as csas. Enreisé arximadamene a 150 persnas,5 de as cuaes a-
rededr de 120 eran judías. Nunca es preguné acerca de su cndición judía
 que raé de cenrarme en cuesines de case. Sin embargo, e judaísm
ra cenra en a vida y en e discurs de esas personas; es queda car en as
ranscripcines: me bjeaban que n hiciera pregunas incuadas a ese ema,
 mod que era impsibe ignorar.6 Si iba a pasar por ao ese discurs na-
iv, esa pasión naia,  mejor era abandnar e rabajo de camp.

5 Alrededor de cien habían sido compañeros de curso míos y aproximadamente cincuenta eran hijos
e ellos, de alrededor de veinte años. Para lr más sobre el trabajo de campo del proyecto, ver
Otner (1 997)
6 Hay una mayor tendencia a abrar el judaísmo en comparación con los años en los que mis com-
añeros de curso y yo éramos estudiantes, una época que ahoa lo comprndo era paicularmente
ecula. Muchos de mis compañeros afan que son más religiosos ahora que cuando eran jóvenes y
Antropologa y teoría social . Cultura, poder y agencia

3. 1otas tenológcas

Ante de continuar, preentaré alguna nota obre la terminología que em-


peo y lo upueto ubyacente acerca de la idea de clae. Parto del upueto
de que lo que denominamo "capitalimo tiene una realidad contundente que
e manifeta en rma de dicuro, práctica e inticione en el mudo. A
la vez, el capitalimo e, ciertamente, un ctor central (aunque no el único) en
la génei de la poicione ociale de riqueza y poder, por un lado, y de po-
breza y agidad ocial, por el otro. Cuando e habla de clae en un entido
objetivita, reulta útil agrupar la poicione ocile generada por la orga-
nización y a lógica del capitaimo y preentarlas bajo la etiqueta de "ce.
Aí, egún eta perpectiva, e poible, y tiene sentido, hablar de "la etcra
cambiante de la clae en Etado Unido, o en el mundo, en el "capitlimo
tardío. Para mi proyecto, por ejemplo, tenía enome relevacia la afrmción
de vario teórico de a ciencia ociale y  economía de que en  década
de 1970 "la clae media comenzó a dividire e do: lo rico empezaron a
volvere má rico y o pobre, má pobre, y e inició una cierta "catifcción
en la clae media alta (Lind, 1995)
Lejo de toda ea cuetione, etá el tema de la clae como identidad.
Volvemo aquí a terren del dicuro, e decir, de cómo la perona hbln de
í mima o de lo demá y de la confguración má ampa del campo dicur-
ivo del que toman u ctegoría. E ete, princimente, el plano e el que
me muevo en ete enayo: el plao de la cultura, la ideología, el dicuro, el
habitus. En ete contto, utilzo y decontruyo l categoría nativa en lugar
de la que dimanan de dicuro ojtivita (de l ciencia ocial tnto mi-
ta como "burguea). De hecho, hay un depazamiento coniderable entre la
ctegoría populare y la objetivita, un probem intereante y comejo en
í mimo que debo dejar de lado por cuetione de epacio.
Comenzaré por el etrato inerior de la esca ocial. La elección de tér-
mino etá teñida de matice emocionale. Rara vez e emplea la ae "clae
obrera y, de hecho, normaente, la perona de a que e podría penar que
pertenecen "objetivamente a eta clae uelen rechazarla. Lo trabjadore
de a indutria química de Elizabeth, Nueva Jerey, ujeto del brinte e-
dio realizado por David Halle (1984), por ejemplo, pienan y hablan de í
mimo como "hombre de trabajo, pero no empean la ae "clae obrera.
En realidad, dentro del dicuro de clae e perciben como miembro de "la
clae media, a direncia de lo que etán por debajo de ello en a ecala o-
cial, a quiene conideran de "cae baja. La etrucra del dicuro, ademá,

7 Me abaré al análss del desplamiento entre las categorías popuares y académcas en e captulo
apíulo 3 Identiddes: L vid ult de ls clses socies

aquiee etes macas de aza: la "clase obea (en el discuso maista y e


a  ciencias sociales) qe se considea "clase media (en téminos de la cultua
rt eameicana) está codifcada como de aza blanca; la "clase baa (en el
scuso de la cula noteameicana, qe a gandes asgos coincide con el de
rtos usos objetistas) está codifcada como de minoías aciales y étnicas.
De acuedo con la teminología que empleaé en este ensayo, la clase ta
aadoa cuyos integantes son en s mayoía blancos que se peciben como
iembos de la clase media se denomina "clase media baa, po motivos qe
mentaé en el capío sigiente. Usaé "clase baa en una vesión ampliada
e uso popula del témino paa eeime al segmento de la clase tabaadoa
ue suele se de aza distinta de la blanca y más pobe que la "clase media
aa. Ceo qe no hae alta aclaa, anqe lo haé de todos modos, que
to no qiee deci que no haya pesonas blancas de "clase baja; en ealidad,
o hace mucho que han adqiido centalidad en los discsos popula y
aadémico (ve, po ejemplo, Talbot, 1997; Way y Newitz, 1997). Tampoco
nifca qe no haya indduos de colo con una posición más elevada en la
cala social. Mi popósito es establece un ango cltal de eeencia paa
sas categoías, po n lado, y detemina su elación con los sos académicos
ambiantes), po el oto.
En cuanto a la "clase media, sabemos que la gan mayoía de los notea-
eicanos se considean integantes de esa clase. Existe un vocabulaio po
ua paa las subdivisiones "clase media alta, "clase media baa y, simple
ente, "clase media qe los noteameicanos emplean solo ocasionalmente,
ues, en geneal, no les agadan las sbdivisiones de la categoía. 8 Además, el
término "clase media aja no es elegido po quienes podían incluise en ella,
apaentemente debido a la pesencia de la palaba "baa en la ase. Se pede
afma qe "clase media baa es a "clase media (alta) lo qe "clase aja es a
ase tabaadoa.
La categoía "clase media, a secas, es la más escidiza. La clase media
ta la emplea como n rólo de modestia que ponto se tansma en un
econocimiento de qe, después de todo, la eencia es a la clase media "alta.
a clase media baa la usa como ótlo paa disimla s estas, tal como se
a comentado anteiomente. En ambos casos la posiión es bastante impe
sa, pues se clase media es casi siempe se "en ealidad ota cosa o i umbo
a oto lga. A mismo tiempo, "clase media es la categoía más inclusiva; de
echo, es pácticamente una categoía nacional. En mchos de los usos, el
término hace eeencia simplemente a todos los estadounidenses que se han

8 Warner y Lunt ( 1 9 4 1 ) emplean las sutiles distiniones populares de lase (alta alta, media alta, et)
utlizadas en e Yank City de los años treinta omo tegoras de anáisis. De heho, traduen "lase
como estatus sia (omo suelen hae los no espalistas). Muhos onsidean que el trabajo de
Antropología y teoa social. Cultura, poder y agencia

und l sueñ mercn, que creen en una espece de vd dgn en l l
brl y l mlr, en el vlr del ndvdu" y la mrnc de l  lberd",
y que se eserzn r lgrr un mderd éxt merl. L clse med,
pues, brc a ds salv  ls muy rcs y  ls muy pbres
N me exlyré quí sbre l clse lt, pues  esba reresenda en l
eequahc Hgh Schl y n teí nngun ncón en m pryec S surge
el em, usré l se clse l" cm se l emple nrmlmene, es decr, pr
reerrme myrmene  ersns blncs, nglsjns y resntes ( wasps,
r su sgl en nglés), y de m de dner (aunque l hyn erdd) Pr úl-
tm, está el érmn clse" En línes generles, sg  Burdeu (198) en ese
sec En un nvel, clse" se refere  certs pscnes ecnómcculurles
defnds desde un ersecv bjetvs Las clases n sn bes que esán
hí" Per l que sí esá hí es lg que ene que ver cn l desguldd, ls
prvlegs y ls drencs scales que l de de clse" debe car específc-
mente en su dmesón ecnómc Asmsm, clse es, cm he cmentad en
ese msm cpíl, u térmn de dendd y, de hech, es el únc érmn
de defncón de dentdd que en Esds Uds se rganz rncalmente
en trn a un eje ecnómc L usaré quí en ls ds sentds (bjevst y de
dendd) y en cd cs el send quedrá clr pr el cnex

4 Modlos d intrelación

En el caíul 1, trduje la dea de que en Esads Unds l clse exse


per n se l mbra: esá cl" y  hay u leguje r ar e, s
que esá desplzd"  reerda a trvés" de tros lenguajes de la dereca
scal: raz, ecdad y géer Mstré, r ejempl, que l ensclgía de
l myrí de ls clegs secundrs de Esds Unds, en l que ls jóve-
nes se clsfcn en hoods,jocks, scies, burnouts, 9 etcéer, es esenclmene u
ensclgía de clase, aunque l clse y el der cs unc se mencnan
Pr ls chcs, el lenguje que descrbe las derecas de clse es el de la
vrtud sexul Ls esudanes  ls que se clasfca cm rstuas"  us
sn cs sempre de clse rabjdr; el lenguaje de l selidd es ambén
u lenguje de clse Pr úlm, e ese cíl mencné lguns de ls
prmers nvels de Phl Rh, rbblemene el esudne más cncd
de l Weequhc Hgh Schl, y enseñé el mdo en que ráccmene l -
ldd de su gegr sexul quén le hcí qué  quén en el cleg y era

9 Lo término jocks y sacies hacen referencia a etudiante con inclinacione deportiva y buen de-
empe ño ecolar, mientra que hoods y burouts e refieren a jóvenes cuyo interé no etá pueto en a
p ítulo 3 Identidades: La vida oculta de las clases sociales

  era, en esencia, una geograa de case; como e dice Aexander Portnoy
 siquiatra en El mal de Portnoy: Estoy diciéndole, doctor, que a estas chi
 no es tanto que me as cojo a eas: más bien me cojo a sus antecdentes
iiares"10 (Roth, 2008: 259).
En aque momento, concebí la idea de que, una vez que se reconocían os
dos en que se ocultaba" a case en otros discursos, se podían correr esos
tros discursos ara egar a a cse en sí" Todavía hoy ienso que ese es e
rcedimiento correcto en un sentido abstracto: se puede constir un mode-
 n e que a case existe en su rma ura, separada de as otras categorías
n las que interaca"; para ciertos fnes, sería una rma úti de obsear la
stión Así se odría pensar en as identidades étnicas y raciaes como en
tradas para os distintos juegos de case en Estados Unidos y sería posibe
traer as consecuencias de a idea, que es, en reaidad, como empecé a es-
rbir este capítuo También se odría pensar en as cuturas" étnicas como
tid�des indeendientes de a case, que, sin embargo, aportan mejores o
ores habidades para e juego Esta es, de hecho, a rma que más se acerca
  visión popuar de cómo ncionan as cuturas étnicas en Estados Unidos,
 a sido cuestionada, como he comentado anteriormente, por autores como
tnberg, Di Leonardo y Sacks, entre otros.
Si se avanza en a cuestión de a separación y a dierencia entre case or
 ado y raza/etnia por e otro, arece caro que as dos ncionan, a menos
 arte, con ógicas dierentes (ver, or ejemo, Ringer y Lawess, 1989). En
tras paabras, y exagerando a simifcación de os opuestos, las dierencias
 case provienen de a ógica de l racionalidad económica capitaista, una
ica de pérdidas y ganancias, en tant que as direncias raciaes y étnicas
rovienen de una ógica de identidad que se comparte hacia dentro y que pro
cta la contaminación y a estigmatización hacia era Más aún, muchos dan
tro aso y proponen una distinción entre a ógica de a identidad/rejuicio
ria y a de la identidad/prejuicio tnico (ver, or ejempo, Sanjek, 1994;
ogin, 1996). En este ensayo, sin embargo, no recurriré a esa distinción ni me
cuaré de ea, dado que sus ramifcaciones son muy amplias (y han sido ob
to de numerosos cuestionamientos)
Todas esas dstinciones reativamente comejas entre razetnia y case
ueden resutar úties ara ciertos roósitos de anáisis y ara agunas di
ensiones de  ráctica comunitaria y/o oítica Aquí, sin embargo, me inte
rsa destacr que en el ano discursivo, a case, la raza y a etnia son conce
ts tan imbricados dentro de a cutura norteamericana que no tndría mucho
ntido seararos Si bien reconozco as ventajas de ensar en clase", etnia" y
rza" como dimensiones searadas ero interconectadas de a geogría socia
Antropología y trí social. Cultura, poder y agencia

norteamericana, en e plano culra a ide de "interacción' o "intersección


no arroja luz sobre a realidad. A extender el tma de capítulo 1 n direc-
ciones igeramente direntes, y considerando asimismo la casi irresistible
tendencia de mis entrevistados a traducir clase como etnia, propongo subir la
apuesta en el abordaje de la relción entre clas y razetni en el plano de
pensamiento culral norteamericno: no hay clase en Estdos Unidos que no
esté siempre ya racializada y etnicizada o, en el sntido inverso, as catgorís
raciales y étnicas simpre son categorías de case.
Voviendo  a discusión teórica anterior, st es un argumento sobre la
rma del discurso norteamericano, sobre la organización semántica e ideo
lógica de un campo de categorías culturales acera de a dierencia social. El
discurso, sin embgo, no es soamente "enguje; es la base y el objeto de la
práctic socia real, y n los párras siguientes alternaré entre estos dos ni-
vees. Mi principal ejemplo será el discurso sobre la etnicidad judía, tal como
lo construyn los judíos y los no judíos; también tomaré casos reridos a os
oamericanos cuando resulten pertinentes. El anáisis se apica mayormente
a período posterior a la Segunda Guerra Mundia, aunque en cierta rma se
puede extender a años anteriores, como se verá más adelante.

5. Los juos en/y/como la clase meda

A modo de experimento mental, comenzaré crando que o judío no es soo


una categoría étnica y/o religiosa, sino que, en ralidad, es también básica-
mente una categorí de clae� lo judío puede interpretarse como "case media.
No se trata de una afrmación acerca de si la mayoría de los judíos son de cla-
se media o no, sino sobre o judío como objto discursivo, que es concepal-
mnte inseparabe de  percepción de pertenncia a la clase media. ¿Cuáes
son as impcaciones de abordar estas cuestiones de este modo?
La primera es que capta ago centra sobre la identidad judía sobre todo a
partir de l Segunda Guerra Mundia), sobre cómo os judíos se representn
a sí mismos ante elos y ante os demás. Según esdios pubicados y según
datos propios, os judíos se conciben como miembros de a case media inde-
pendientemente de su posición "objetiva de clase. En Ie American Perception
 C/ass, Vannemn y Cannon (1987: 218) explican que "os obreros judíos
que no competaron a educación secundaria se perciben como de case media
en mayor proporción ue sus compañeros no judíos. A decir verdad, a ma-
oría de os estadounienses piensan ue pertenecen a a case media, pero o
ue destacan os autores es ue os judíos tienen una probabidad mayor ue
a moría de os estadounienses de pasar por ato os indicadores objetivos y
biarse en un escaón bastante alto de a escaa socia
a píuo 3 Identddes: L vid ocu de ls cses sociles

La egunda implicación de pena lo judío como inepaable concep


amente de la pecepción de petenencia a a clae media e que ive
 ra aoja luz sobe ceta páctica culale judía. La cula judía e
nocida por el ete echazo, que a vece llega hata la pohibición, del
samiento mixto. El diguto que povoca, incluo en la acalidad, en lo
 es judío el caamiento de u hijo con peona no judía, apecto que
mento en mi etudio de la pomoción 1958, e aomboo. Má aom-
so aún me eultó el gado en que ea pohibición igue gente hata
n o hijo adulto. Lo motivo, y la conecuencia, de ea pohibición
n múltiple, y mencionalo excede el alcance de ete enayo. Peo una de
s conecuencia e la de mantener un gupo elativamente homogéneo en
rmino de clae. En mi expeiencia peonal, duante mi juvend, como la
ayoía de lo no judío de ditito de Weequahic ean, a meno en lo que
 fcio e efee, de clae tabajadoa (aunque con tendencia a la movildad
al acendente), la pohibición egía pincipalmente conta la elacione
n perona de clae ineio.
No obtante, cada vez hay má matimonio mixto en Etado Unido,
 'que a la comunidad judía le peocupa mucho (paa obtene un pano
a general, ver Hoowtz, 1997) En mi opinión aunque no tengo dato
ciente paa pndiza en el tema, la mayoía de lo matimonio de
s tipo e ceeban en ambo etemo de la ecala ocial, tanto ente lo in
ante de la cae media con nivel educativo má alto y de mayoe ingeo
mo ente o de nivel educativo má bajo y de menoe ingeo También
r que, cuando los judíos de clae media alta e caan con perona no ju-
s, conean lo lazo con a comunidad y una ete identidad judía, y con
cuencia integan al cónyuge no judío y a o hijo en u gupo. En cambio,
ndo un judío de clae baja e casa con alguien que no petenece a la comu-
ad judía, tiende a alejae del gupo y de a categoía. Si eto e confma
nque, epito, o dato on en gan medida anecdóticos, esa combe
vreceían el isomofmo de "lo judío y a "pecepción de petenencia a la
se media tanto en la ealidad como en el plano conceptual.
Y po útimo, etá a cuestión de a "cultua. Se ha dicutido mucho acerca
 i la cultua judía tiene una paticula afnidad con lo valoe de a clae
mdia noteameicana y si ea caacteítica e lo que explica el innegable
ito de lo judíos en témino de movilidad ocial. Vaio entitas ociae
pveniente del maximo proporcionan una explcación que no contempa e
cto cual. Stephen Steinbeg (1989: capítulo 3) afma que a adopción

1  En su resumen de varos estudos académcos Wess (1 996) presenta un panorama nteresante del
xito judío de fnes del sglo X. Según Mchael Lnd (1 995), los wasps y los judíos son los grupos que
Antpología y teoría social . C ultura, poder y agencia

de os udíos de os vaores de case media, en especia en o que respecta a


educación, es posterior a éxito económico temprano de os inmigrantes y que
este e producto de ctores materiaes e históricos específcos y no cutura-
es. En un vaioso artícuo en e que resume y ampía a crítica, Karen Sacks
( 1994) señaa que os udíos que tuvieron acceso a a educación superior a
principios de sigo X pertenecían a miias que ya habían acanzado cierto
éxito económico; asimismo, destaca cuánto se benefciaron os udíos en su
conunto durante a posguerra con eyes como a GI B de ayuda fnanciera
para os sodados estadounidenses y con otros programas nacionaes de apoyo
a a case media". En ninguno de os casos, a cultura" e un ctor decisivo.
Esto supone, sin embargo, que ha habido una única cutura inaterada de
case media" a a que os grupos se adecuaban o no y por a que distintos gru-
pos tenían más o menos méritos para ser admitidos. No obstante, a cutura
de case media" o a cutura norteamericana dominante" es ago construido y
reconstuido por agentes históricos reaes . Deberíamos dejar de ado e debate
de huevo o a gaina (¿ctores cuturaes o materiaes?) y e modeo de bo-
eto cutura" para comprender e desarroo de a cutura de a case media. Se
puede empezar por invertir a pregunta: si o udío equivae a una criptocase
media, ¿a case media es criptoudía?
A primera vis, a respuesta es, caramente, no. La mayoría de os es-
tadounidenses se ven como pertenecientes a a case media" de hecho, o
norteamericano en í puede ser inseparabe de carácter de case media, pero
esa es otra ínea de a argumentación, pero a mayoría de eos no son udíos,
no piensan en sí mismos como udíos y se asombrarían ante a idea de que a
posición de su case podría etñar una especie de carácter udío ocuto.
En este punto, me encuentro en una posición arriesgada, porque o que
voy a decir es precisamente a case de concepto que aimenta ciertos este
reotipos antisemitas, incuso en esta época, en a que podría afrmarse que e
antisemitismo está desapareciendo (ver Weiss, 1996).2 Aun así, creo que es
probabe que en Estados Unidos a cutura de case media no sea totamente
independiente de a cutura udía. En particuar, me refero a pape de os
medios principamente e cine y a teevisión, pero también e periodismo
en a constucción de o que percibimos como cutura norteamericana y, en
especia, en e desarroo de a case media en cuanto entidad cutura a partir
de a Segunda Guerra Mundia (ver, en particuar, Lipsitz, 1990. También
destacaría e importantísimo pape de os judíos en a industria de cine y a
teevisión (ver, una vez más, Gaber, 1988; Rogin, 1996).3 Los judíos no soo

12 No ha desaparecido totalmente. Durante a redacción de este ensayo, recibí algunos mensajes


antisemitas.
 pí lo 3 Identidades : L vda oculta de las clases sociaes

ducen películas: eos son los que inventaron y dominaron la industria


matográfca. Hasta hace poco tiempo, sin embargo el cambio podría
erse producido con Woody Allen, no hacían películas "judías, sino
culas "norteamericanas que se apoyaban en la centralidad de los valores
ércos de "la clase media .14
Una versión de esta msma idea aparece en el ensayo de Marx La cuestión
jdía (Marx, 2004 [1843]). Yo lo leí hace muchos años, pero no lo tenía muy
sente, quizá porque no me habían agradado el tono n el lenguaje. Ma
ene que los valores predominantes de la culra occdental (que él iden-
ca con el "cristiansmo) en realdad están teñidos de un cierto elemento
ural judío. rma que no tiene sentdo discriminar a los judíos, pues los
res y las prácticas que "todos desprecan la ambición, la obsesón por el
ero, lo que Marx denomina "usura no son sino los valores de una cultura
s ampa: "El espíri práctico de los judíos se ha convertido en el espíritu
cco de los pueblos cristianos. Los judíos se han emancipado en la medida
 ue los cristanos se han hecho judíos (Ma, 2004: 45). 
La idea de que, desde el nacimiento del capitalsmo la culra occidental
mnante ha estado empapada de valores y estilos judíos suiere que os
dís "vienen haciendo la culra desde mucho antes que en las películas
 Hollood. De hecho las ideas de Marx propiciaron un debate acerca de
uén tení la culpa (o desde otra perspectiva, quién se llevaba los laureles)
 surgimiento del capitalsmo. Posteriormente, M Weber aseguró que
ían sido los protestantes, a lo que Werner Sombart respondó que des-
 és de todo, habían sido los judíos (para obtener un panorama general, ver
vs, 1997). No pretendo entrar en ese debate. Mi idea es, simplemente,
 las "siones culturales (en este caso, la de o judío y la clase media) se
aerialzan por medio de un proceso dialéctico en el que la culra domi-
ante y las categorías subordnadas se conrman por mutua nuenca con
 correr del tempo.

 a clas mdia" s la ducación, dond los judíos también stán dsproporconadamnt
psntdos
 4 Woody Alln n l cin y Philip oth n la litratua son más o mnos contmporános Los dos
psntn l giro d los aistas udos, qu pasan d producir obras rprsntativas d lo noam-
ano" (al mnos, los qu dsan llgar a un público notamricano numroso) a crar obras étnca
 nt udas" qu son xitosas y atran a un público mpli o (unqu n bsoluto univrsal).
1 5 Rcintmnt, s ha sgrimido un argumnto similar rspcto d la dsaparición" dl judaísmo
tamricano contmporáno. S stima qu la población judía ha di sminu ido proporcionalmnt n
a cdad nortamricana d un 4% n 1 950 a un 2% n la actualidad Una d las rons qu s
an propusto s qu la cultura judí stá sindo absorbid por la cultura dominant: Muchos d los
 dints clav n la alqu imi étnica qu  confoman l prsonj judo furn absorbidos por la cul 
ua gnrl. En consecuncia, l mundo scular udío stá prdindo sus mas distintivas. E humor
udío l prspctiva judí a o la snsibilidd judí stán intgrándos sutilmnt n l corrint noam-
Antpología y teora social. Cultura, poder y agencia

Resumiendo bevemente lo expuesto, dr que el discuso norteameicano


de lase está, en cietos aspectos impotantes, sionado con la etnicdad y la
aza Sin duda, la naaleza de esa sión ha ido cambiando, pero apaente-
mente siempe hubo cieta tendencia a amalgama las categoías de azetnia
y de clase en el pensamiento culral noteamecano A su vez, la sión ha
benefciado a cietos gpos (los judíos y quizá, más ecentemente, algunos
gupos oientales) Con todo, el mismo hecho que en Estados Unidos la
clase viene en un mismo paquete con componentes de aza y etnicidad, y que
estas son, en ealidad, posiciones de criptclase es, evidentemente, bastante
penicioso en el xtemo ineio de la estuca S se judío sgnifca se, en
esencia, de clase meda (sea este un dato de "la ealidad o no), se aoame-
icano (paa da el ejemplo más obvio) signifca se pecibido o pecibse, en
esencia, como de clase baja (sea este un dato de la ealidad o no) Lo aoame-
icano va de la mano, más o menos automátcamente, de la identidad de clase
baja desde la mirada del oto; eso lo sabemos todos. Pero tambin, apaente-
mente, se asocia con una identidad de clase baja en trminos de autopecep-
cón: el mismo esdio que muesta que los judíos se ven a sí mismos como
de clase media aunque sean obeos también evela que los aoameicanos
tienden a pensa en sí msmos como de clase baja, aunque po su poesión
estn en posiciones áquicas: "Los geentes negos con tílo univesitario
se identifcan, con mayo ecuenca que los geentes blancos, con la clase ta-
bajadoa (Vanneman y Cannon, 1987 21 8) 6

6. Conclusión: la vda oculta de l clase

¿Cuál es la importanca de pensa que existe una "són ente clase y raz
etna en el pensamiento cultual noteamericano? Retoma la idea de que,
aunque exsta una sión, la raza y la etnicdad son, de hecho, las categoías
dominantes y las más visibles Eso signifca que se puede pensa en la sión
como una "estuca tal como la entiende LéviStauss, es deci, como una
deteminada relación ente categoías Así, arma que las categoías están -
sionadas equvale a decr que nunca se encontraá a ninguna en su rma pua
y que una está siempe oculta dento de la ota Pero la pevalencia de la aza
y a etnicidad dento de la sión indica que la clase está aún más "oculta y re-
quiee a menos en este punto un mayo esezo de aqueología intelecal

1 6 L frase puede interpretarse de otra manera Los afroamericanos puede "reivindicar la idetidad
de clase trabajadora como una forma de declaración política, de solidaridad con la mayora del grupo
Entendo que el tema de las categoras nternas de clase de los aframericanos aún no se ha estudado
en profunddad No obstante en Bel! (1 983) se analiza algunos de tos temas desde una perspecti-
va etnográfica.
ap íulo 3 Ideniddes: L vid ocult de ls clses socies

a nralea relatimente ocult de la cle en el penmiento culral


teamericno trae prejad diera conecuencia L primera e que la cla
 tende  er el último ctor al que e recurre pra eplicr lo priilegio y el
er, por un lado, y l pobre y la impotencia oci, por el otro Se proporcio-
 eplicacione en término de raa y etnicidad (como ente tanto de culpa
mo de mérto) o de iniciatia perona, e decir, la capacidad de alir adelante
 aud de ndie (o acar en el intento), o de una combinación de amba17
Un ez má, me itúo aquí cerc de Bourdieu (2002) l coniderr la clae
 u dimenión tanto objeti como ubjeti Objetimente, l "clae on
scione en el epcio ocil determinad por el cpitl económico y cul-
. a perona ncen en eo epacio, y nacer en ello tiene conecuenci
a ide que  lo nortemeicno, probblemente, le digute má que nin
a otr propuet acerca de l opornidde ocie en Etado Unido
Asmimo, l poiciondade de clae engendrn ciert repreentcione de
s priilegio y lo mite de e poicione, un hbts tnto de l práctic
xtern como de l percepción intern de lo límite y/o la poibilidade
L noción de hbts tiene lguna imilide con el concepto de "culra
s una percepcn internlizad del mundo, que e renue contantemen-
 por medio de l práctic en ee mimo mundo, pero Bourdieu no hace
capié en l rma en l que lo dierente hbts producen ditinto
junto de "aptide pr el éito, ino en el modo en que, dentro de un
bcción determind y u hbt, hy un proceo contnte de "fjación cul-
ral en el que la condicione objeti de la id parecen como naturle e
mutable, y í reponden  l entencia de que "aí on l coa.
a idea de hbts de clae entañ un riego potencil Tratad como una
abr má pra "culr, recre de inmediato guno de lo problema que
e ntentado etar en ete cpílo Sin embargo, entendida como el conjunto
ternliado (y renoado continuamente) de representacione de la ubicacón
l determinad por l cle, y como lo proceo continuo que la nara-
 an, e una idea muy potente o que yo añadiría, y que Bourdieu no analza
ecuadmente, on lo contante proceo de desnaturlacón: l peque
s greta y aberr que parecen de rma contnua como conecenca e
 ompleja y cambiante dinámica de la práctca
A u vez, la noció de habitus conduce a la dplicidad de la repreeta
 e de clase: parte de la cutura púbca, por un ado, y de la ubjetva,
1 7 Un prente excepcón  est de ser l de l cultur de l pobrez" con l que se itent
xplicr que los pobres etrn en u círculo vicoso de pobrez objetv y práctics sociales dsfunco-
 ales SI bien est postur no era necesrimente rcist" y prenteente utb  desnaturalizar
s cico y  brirlo  un inteecón benteciond era práctcmente impsible pr quienes ge-
raron l ide, sí como pra quees l recbieon, no triburle un subtexto rcial. En consecuenc
se transformó en otr mnera de vinculr l culp rcil y étic con l teor popur de la capacidad
 sr dente si
Antropología y teoría socl. Cul t ra, poder y agencia

o as entaes, e os actores, por e otro. E carácter "uto e a case


ncona e istnta manera en esos os nvees. En e nve e a cutura o e
scurso púbcos, e carácter ocuto e a case supone que se acaa e iscurso,
ue con ecuenca este no está sponbe y se suborina a c toos os otros
tpos e armacones sobre e éxto y e acaso soca. En e nve e as en
taes e os actores, sgnca que a aéctca de a constccón y decons
tcción e habitus, e a nternazacón y a externazacó e os ímtes y
e su naturazacón, no está aberta a a reexón n a a aurreexón Aun
así, es precsamente en a nternazacón y a naurazación e os iscursos
púbcos acerca e as "entaes one tene ugar a si ón e a case con
a raza y a etnca en a práctca cura norteamercna
En consecuenca, as mpcacones metooógicas son oles. Es necesaro
econstrur e scurso púbco, y esa econstruccón ebe auar sempre en
os reccones: buscano as racizacones ocultas y otras naturazacones
mplíctas en categorías socaes aparentemente neutras (por jempo, "a case
mea) y, a msmo tempo, reveano os namentos e cae ocutos en as
ientades ue se basan en característica naturaes (sean caes eren), ta
como he ntentao hacer en este capítuo De mismo mo, s ebe persegur
a econstccón e scurso púbco y anazar etnográcaente os moos
en ue os scursoenetran en a va e os ndvuos, tanto nvaénoa
en un sento bourieunano, o ncuso fucautano, como iénose cuesto-
naos mpícta o expíctamente por ea en el esarroo e as prácticas ue
sempre trascenden os conconamentos scursvos.
 p 4

ENERCIÓN X.  ANTROPOLOGÍ EN
 MUNDO SATUDO DE MEDIOS DE
C OMICACIÓN1

ribir sobre la ubicuidad cultural de la lase media prsionalpuedeparecer una tarea sencia.
N es necesario trasladarse a lugares extraños ni realir largas entrevtas para descubrir qué
ensan sus integrantes o es necesario cnsular epecialistas -sciólogos  antropólogos-para saber
o organiza su vida diaria la lase media Sus eilos de vida, costumb gust y actiude esn
en dos lads; es impsible no verls ( ) ¿ Quién puede presumir de colocarse al margen? Estamos
.

nmersos en esas ideas; sus princios estn  tods lads, en especia en nuesa mente
Babara Ehrenreich, Fear of Faing: Te lnner Li of the Midde Cass

 roblea que abodaé en este capílo está vincado con la relación entre
 cultua pública y los estuios etnogáfcos en los Estados Unidos de hoy
iendo po "cultua pública todos los cuepos de iágenes, enunciados
y reresentaciones creados para hablales a las pesonas eales que viven en
ados Unidos así coo para hablar de ellas: todos los poductos del arte y el
reteniiento (cine, televisión, libos, etc) y todos los textos inativos y
ticos (todas las as de poducción peiodística y acadéica) La "cul-
r pública engloba todos los poductos de lo que se denoina coúnente
 medios, pero no se liita únicaente a ellos
n este sentido, la culta pública antiene una relación uy copleja
 la "etnograa. En pier luga, para el etnóga, la culra ública es
o sujeto coo objeto Aa, y el etnógra debe concedéselo, que s e eri-
 coo sujeto que copite, coo autoridad que copite: muchos peiodis-
tas y uchos académicos de diversas disciplinas se disputan con los etnó-
rs la posesión de "la verdad sobre la culra norteamericana. Cuando me

1  ubido para e proyecto má amplio del que forma pae ete proyecto fue otorgado por la Un-
rdad de Michigan, la Fundación WennerGren para la Investigacón en Antrpología la Unverdad
 alfornia en Berkeley y la Fundacón John D. y Catherine T MacAhur. Agradezco profundamente
a oda e inttucone. ambén a Lynn Fher por u excelente labor de búqueda bblográca y
a m Taylor por su efciente trabo de consulta en Internet Deeo exprear mi gratitud también a
ame Faubion Marc Flack udith Rothbard, Roger Rue, Dan Segal, Judth Stacey, Tim Taylor lo
 mbro del emnario organizado por George Marcu en la Ecuea Noeamercana de Invetgacn
ore ambio de poder/aber en el cambo de glo en Etado Undo" y a lo ectore anónmo
 Cultural Anthpology por su vaiosos comentario a versone anterore de ete enayo Por úl
 o agradezco en epecal a Rck Perlten un repreentante de la Generacón X, por u generoa
o eacione y u vehemente crítica;  mi decrpción igue sindo inexacta la reponabidad e
o o mía. Este enayo e publicó por primera vez en Cultul Anthropology (1 998), Volumen  3 , Nº 3,
P P 44-440.
Antropología y teora social . Cultura, poder y agencia

expaye, más adeane, sobre as represenaciones públicas de a Generación


X, se verá que periodisas y académicos raan consanemene de someerse
os unos a os oros, de ocupar e ugar de sujeo y ransrmar a os oros en
objeo, en daos. Los periodisas cian a inrmanes y académicos para urdir
a rama de una hisoria sobre e aquí y ahora; os académicos hacen o propio
con os periodisas, algo que yo ambién haré en ese ensayo. Los "daos de
os enógras rman pare del relao periodísico; os exos de los periodis
as rman pare de a culura pública; por ende, son daos enográfcos.
A anaizar esa reación, es preciso resisirse a varias enaciones. La prime
ra es la inmuable enación de os "esudios culrales o os "esudios de os
medios de comunicación, o a nasía de que se puede comprender e ncio
namieno de as representaciones de a culura púbica solo mediane su iner
preación o su deconsrucción. La segunda es a conrapare de a anerior. Se
raa de a nasía enográfca de que soo con e rabajo de campo se pueden
obener as cases de "daos necesarios para corregir la iusión de os esudios
culturales Como mencioné aneriormene, a enograía y a cura pública,
a menos en Esados Unidos, esán esrechamene enreazadas y, por o ano,
es imposible ubicaras una ene a a ora de rma defnida.
En ese puno es conveniente recurrir, una vez más, a a disinción enre
anropología y enogía. La enograía, o en odo caso, una variedad de a
prácica de la "invesigación cualiaiva esabecida bajo ese róuo, se empea
en la acaidad en mchas discipinas y en muchas áreas inerdiscipinarias
(incluso, en agunas áreas de los esudios cuurales y de los esudios de os
medios). Sin embargo, a anropoogía siempre ha abarcado más que la eno-
graa. Por un ado, os anropóls se ocupan principamene de la "cuura
pública; de eso se raó, a menos en pare, a revoución geerziana de a dé-
cada de 1960, que aún no ha concuido (Orner, 1984). Por oro ado, a area
de a inerpreación cuura y e rabajo de campo enográfco (y no soo eso)
siempre se evaron a cabo denro de marcos eóricos más ampios que es dan
rma y a mismo iempo son inerpeados por elos.
En os úimos años ha habido una endencia a deimiar esos elemenos:
se considera que quienes se dedican a os esudios cuturaes son os experos
en cuura pública, que os críicos ierarios y os fósos guardan para sí a
"eoría y que a anropoogía esá cada vez más idenifcada con a "enograía
a secas. Eso esá vincuado con poíicas académicas e ineecuaes compejas ,
un asuno del que no me ocuparé aquí. Qizás el érmino más conroverid o
sea "eoría: ¿qué cuena como "eoría? ¿Qé discipinas producen eoría
y qué discipinas a consumen? En mi opinión, o que cuena como eoría
es muy ampio; desarrolaré ese ema más adeane. En cuaquier caso, me
opongo a a idea de que el apore de a anropoogía a a división de raaj o
ecua sea simpemene enográfco. En se esayo, ienaré reasgna
 ítuo 4 Generación X. La antropología en un mundo saturado de medios de comunicación

  ntropología una esera myor, donde l etnogría, l teorí y l cultur


 ica se mantengan en un estado de tensión productiva.
Durnte l décad de 1990, me boqué  un proyecto que girb en torno
  clse y la cultur en Estdos Unidos en l segund mitad del siglo  La
ción etnográfca que elegí pra el estudio eron mis propios compañe
r de promoción del colegio secundario (l promoción 1958 de la Weequahic
Hgh School, de Newark, Nuev Jersey) y sus hijos adultos,2 nacidos en la dé
 d de 1960 o principios de la de 1970, lo cual, l menos demográfcamente,
 defne como auténticos integrantes de lo que se conoce como l Genera-
n X Est generación tuvo mplia cobertur mediátic y e el tem centrl
 películas, novelas y series de televisión. En un primer momento, no pensé
 os hijos de los estudiantes que hbín termindo el secundrio en 1958
mo integrantes de la Generción X, unque técnicmente lo ern. Los
diduos que entrevisté ern, en su myoría, muy trabajadores y les importa-
 el éxito proesional, mientras que los de l Generación X mi aprecición
tb guida por estereotipos eran harganes" y llorones". Sin embrgo,
pués me di cuenta de que me habí equivocado en l ctegorizción, un
rror que me hizo preguntrme sobre l práctic de la antropologí en ls so-
ddes contemporánes sradas de medios de comunicación, y sí surgió
 ide par este ensayo.

1. Generación : la cultra pública

Cmenzaré con el esbozo de un retrto de la Generación X como un tipo


dl. Vale la pena clarar desde un principio que casi todos los enunciados de
 descripción han sido objetados por algún autor o por uno o vrios grupos.
ás ún, l crcterizción de l Ge erción X e cambiando con el tiempo,
 medid que distintos grupos se propiabn de la imagen. Si bien sería inte-
nte trtr de interpretr el conjunto de imágenes cambintes en relación
 ls trnsrmciones que se hn dado en los distintos tipos en el mundo
l, lmentblemente, l tre excede e lcnce de este ensayo. Me limitré,

2 a etnografía de Nueva Jersey está adoptando una configuración interesante El estudio sobre a
¡ntud de Donna Gaines ( 1 990) se hizo en Bergenfed cerca del P leasanton" de Katherine New-
an (1 993) y también de epic entro (aunque no el único sitio) de mi estudio Aqu también merece la
na mencionar Coming of Age in New Jeey, de Michael Moffatt (1 989). El estudio de David Hae
  984) sobre los trabajadores de la industri a qumica se levó a cabo en Elizabeth ; el estudi o d Cass
ot '66 está basado en una ciudad al sur de la costa de Jersey (Lyons, 1 99; Lyons es resado de la
Weequahic High School, promoció n 1 960); la investigació n para Ritua Healing in Suburban Ameca
 evó a cabo en el condado de Essex (M cGui re, 1 988) El trabao de Varenne et a. (1 998) se refiere
a Nueva Jersey y contiene una nota sim ilar a esta, en  a que se enu meran otros estudios etnográficos
bre ese estado.
Antropología y tra social. Cultura, poder y agencia

entonces, a proporcionar un panorama geneal simplifcado de la Geneación


X tal como se la ha visto desde mediados de la década de los ochenta.
La idea del nacimiento de una generación con caacterísticas popias a
mediados de esa década surgió de la mano de demógras o po inteeses
de marketing, y los primeos atículos apaecieron en publicaciones especia
lizadas en temas demogáfcos y económicos como American Demographics
(American Demographics, 1987; Edmondson, 1987) y Fortune (po ejemplo,
Deutschman, 1990 y 1992). En una segunda etapa, esa idea se tasladó a
revistas de interés general (Newsweek; Business Wek 1991 y 1992; e New
Republic y e Atlantic Month), diigidas a un público geneal que abacaba
todo el espectro político. Ahora, probablemente seía justo afmar que son los
miembros de la Geneación X quienes contolan u popia representación (ve,
po ejemplo, Holtz, 1995; Nelson y Cowan, 1994; Rushko, 1994), si bien
esta e rjada por todas las manos por las que ha pasado.
Es evidente la intevención de varias posicions, intereses, eivindicaciones
polticas y objetivos de marketing en las repesentaciones en pugna. También
es evidente que la Generación X se concibió casi litealmente con la inte
vención de esas repesentaciones. Por último, dado que las imágenes nunca se
estabilizan, se puede pensar que hay en marcha una especie de proceso bau
drillardiano, un lie juego de signifcantes sin ningún tipo de reeente. En
cierto modo, con las ideas que expongo a continuación trato de apartame de
esa posición vertigsa para articular un punto de vista alternativo.
Pato, precisamente, de un interrogante aceca del reerente: ¿quién o qué
de lo que está en el mundo real recibe el nombre de "Geneación X" y se carga
de (distintos) signifcados y _aibutos? El pimr reerente e defnido de
manera estricta por la demogaía: esta generacin nació entre 1965 y 1976
(American Demographics, 1987) El año 1965 e el primero en que la tasa de
natalidad comenzó a disminuir después del ba boom (que se inició en 1946,
una vez concluida la Segunda Guerra Mundial); en 1977 la tasa de natdad
volvió a aumentar (American Demographics, 1993) El primer nombre asignado
al grupo surgió del par de opuestos que en economía se conoce como boo
bus la nueva generación etaba constituida por los baby busters que sucedie
ron a los baby boomes.
Los parámetros demográfcos acotados para esa cohorte han sido eempla-
zados, sin embago, po otros más vastos. Hoy en día, generalmente se acepta,
or razones que o quedan del todo claras, que la generación ue nos ocupa
se inicia con los nacidos alrededor de 1961 y fnaliza con los que nacieron
hacia 1981 (Howe y Strass, 1993: 12-13) La dierencia marca la dierencia.
Cando la cohorte se defnió demográfcamente (es decir, 1965-1976), su
 ptulo 4 Generación X. L antropología en un mundo saturado de medios de comunicación

o más prominene consia en que era mucho menos numerosa que la e-
ración anerior, la de los ba boomers. Su amaño reducido pareca indicar
e las cosas seran má cile para lo busters en casi odos lo ámbios: no
bra ana compeencia para conseuir empleo y proresar proeionalmen-
 Wiams, 1985: 122); las universidade se dispuaran la incripción de es
dianes Edmondson, 1987) y, cuando eara el momeno de comprar una
ropiedad, habra una oerta excesiva para quienes buscaban acceder a la pri-
ra vivienda y lo precios esaran deprimidos, pue la población de boomers,
á numeroa, haba realizado ranacciones en un mercado inmobiliario
cia (American Demographics, 1992: 27). Lo demóra y los economisas
unciaban excelene oporunidade para ea clase [promoción 1985] y para
 que la sucedieran . . . (Wiiam, 1985: 122).
Cuando se revisaron los parámero y se incluyó a odo lo nacido enre
 61 y 1981, el rerao de esa eneración se vio modifcado. Se llea a a las
puestas caracersicas del rupo. Las más prominene son la económi
: no hay sufciene rabajo, ni empleos con buena remuneracione, ni, en
pecial, empleos de calidad en ora para el nivel educaivo y la rmación
lcanzados por muchos ineranes de la eneración. Los individuos ienen
lifcacione o un nivel educaivo uperiores a los requeridos4 y empleo que
o les exien la puesa en prácica de oda su capacidad.5
Por ora pare, en Estados Unidos lo sarios de los hombres haban
ado decreciendo durane un iempo. Según un arculo publicado en
usiness Uek en 1991, "el inreso medio de los ogare cuyo je de milia
 menor de 30 es, en la acuadad, un 13% menor que en 1973" (Business
ek, 1991: 80). La conclusión es que los individuos de un rupo social-
mente indierenciado al que denominan "jóvenes noreamericanos "ma-
durarán en un mundo menos próspero. Y eso aerá problemas a odos los
orteamericanos, ano jóvenes como mayores (Business Uek, 1991: 85).
na lecra aena del artículo revela que esas prediccione no se aplican a
odos por igual. Las milias de ese rupo eario con jees que complearon
eudios universiarios ienen inresos un 16% superiores en luar de un
13% menores, pero ese dao se deseima porque la razón es que las espo
a rabajan. El verdadero impaco se obsea en las milias cuyo jee solo
iene esudio ecundario inesos un 16% ineriores) o no ha fnalizado

4 Ver Bourdieu (202), en paicuar, en lo referente a a infación y la devalución de os uos de edu-
cación superor.
5 No queda claro si aún está vigente la idea de la Generación X. Aunque creo que ha ido desapare
ciendo de la prensa, mi sensación es que muchos integrantes de esa generación todavía sienten que
os temas vincuados con ella siguen siendo relevantes en su vida. Además, no hay otra imagen ni otra
idea que la haya sustituido en la cultura pública Por ese motivo usaré el tiempo prsente para referir-
Antropología y toía social. Cultura, podr y agenci

sus esdios ingresos un 33% menores). Asimismo, se oservan grandes


direncias en términos raciales.
Más adelane, quedará clara la importancia de esas direncias; por ahora,
basta con decir que, según esos datos, "la clase media se ha visto seriamente
aecada por la disminución de los salarios de los homres, lo que obliga al
marido y a la mujer a rabajar para consear el nivel de ingresos. Aun así, las
parejas se opa con difcultades para mantener su nivel económico. En espe
cial, la difculad mayor la tendrán para adquirir el bien distintivo del estas
de clase media, una casa, y desde luego, una que no se compara con la de su
inncia. Todo eso dio origen a un pronóico ominoso, que pasó a ser una
seña de ideidad de la Ge neración : "Los ba busters nunca llegarán a tener
el mismo ivel de vida que sus padres. Y así  . . . ) se convertirán en la primera
geeración de esadounidenses a la que le ocurra eso (Business Tek, 199 : 80
ver ambién Newman, 1993).
No esá del odo claro qué de todo esto es ojetivamente cierto si es que
algo lo es. Veamos, por ejemplo, si la Generación  puede adquirir una vivien-
da. En 1992 y 1993, American Demographics aseguró que no había ninguna
difculad e ese puo. No solo había "orta sufciete de propiedades aptas
para primera vivienda (992: 27), sino que las tasas hipotecarias estaban
decliando hasa "ls iveles más bajos de los últimos 20 años (1993: 35) y
desde etoces han permanecido as. Pero no es, precisamente, la realidad ob-
jeiva lo que esá en dscusión.
demás de pintar un uro sombrío para los baby busters, la economía
deprimida eera puesos de rabajo aburridos que pagan bos sueldos y no
coribuye a lorar los objeti proesionales de los individuos en el aquí y
ahora. ste es u aspeco importane de Generación  X, la novela de Douglas
Coupland (1993) que aporó el nombre con el que, de ahí en más, se conoció
a la cohore. Los personajes de Coupland tienen empleos "McJobs, un térmi-
no que llegó para quedarse. U empleo McJob es un "trabajo mal pagado, sin
prestigio, si digidad, sin uro, en el sector de servicios (993: 20), tedioso
y mal pao, según las expecaivas de muchos, y especialmete mortifcante pa-
ra los jóvees de la Generació  que ha invertido iempo, eserzo y dinero
e ua educació que supuestamee serí más provechosa e todo sentido.
n las caracerizacioes que se hacen de la Generación  se la suele
prsenar aoado o solo codiciones económicas diíciles, sino ambién
codicioes sociales exremadamee problemáticas, enre ellas, una tasa de
diorcio e ameo, ua ala proporción de madres que trabajan y de niños
que pasa mucho iempo solos en la casa, un gran número de desastres ecoló
icos y la epidemia de sida, enre oros. De esto, e particular, trata 13th Gen:
bo Rer Inore Fail, de Neil Howe y B Srauss, publicado en 993 ver
abi ne ek, 2 Hol, 5 Howe y Srauss, 1992) Howe
  ílo 4 Generación X. L anropología en n no sarao e eios e onicación

rass se proponen eximir de la clp de todos esos problems  la enera-


 anterior, l de los ba boomers, a la qe se l sele atribir y  l qe per-
ecen los tores (s dirección de correo electrónico contiene el nombre de
ario "2boomers) Pr ello, en ran parte de su ensyo se ocpan de cpar
a as enerciones precedentes:

Cundo a cioercea generción [téino que empean os aores pra la Gene
ración X esvo lis pra incorporarse  la ferza lboral alta, los políios accio-
naron oas s palancas posibles para inclinar el cmpo e jego e la econoía e
odo e pe�dica  lo óvenes en favor e los ayores (Howe  Srass, 1 993: 78).

También clpn especilmente a los pdres de los miembros de la Gene-


aión  (qe son de l generción anterior l ba boom), a os qe ven como
 rsons tocomplcientes  las qe no les interesabn los hijos, cyo bienes-
ar psicolóico scrifcron pra poder stiscer ss propis necesidades y ss
eos egoístas
L myor de los otros atores no bican a clpa en la eeracón
arentl sino, nte todo, en l adyacente, la de los ba boomers, cyas des-
rpciones son bstnte contrdictoris No obstnte, no me ocparé de elo
 este rtíclo; solo diré qe l cateora inclye tanto a l eeracn qe
rtaonizó el movimiento contrcltra! y antibéco como a a ambicosa
eerción Reash; en otrs palbras, tanto os hpies como los yuppies.
ara lgien qe convivió con ls dos y qe pensba qe los yuppies rmaban
a cohorte históricmente distinta y qe ss vores eran la anttesis de los
 a generción vicld con la contrcltra y l oposición a l erra, la
mbinción es llamativa Sin embaro, lo qe ls ne, seún esa postras,
 a noción de atocomplcencia Y al menos en alnas de las caracteriz
ones, los hpies y los ctivistas poticos de la década de 1960 eran peores
e los yuppies, pes presman de na mayor preza mora Fe esa ato-
mplcencia colectiva, a s vez, lo qe eneró as dictades ecnómicas,
ales, sexles y psicolóicas desde e décit económico hasta la catidad
e divorcios y el sid heredadas por la Generación  Howe y Strass deo-
in a esta eeración "eqipo de limpieza 1993: 12).7 Las descripcioes

6 Algunos hippies y ctivists políticos que prticipbn en movimientos antibélicos ás trde se on-
tiern en yuppies, por supuesto Pero l convergencia es secundari.
7 Los distintos utores manifiestn iferentes grdos de reconocimiento de los cmbios positivos 
a hber proucido l generción de la contracltura antibélia. L mayoría reonoce n irta
edid, que es generción produjo lgún tipo e progreso social y cltural en érminos e avan
 ocil p ls mujers, los homosexules y ls minors l movimieno ecologisa; la  lgitimación el
ok y de otrs mnifestciones de l cultur popular ontemporánea. Peo según  la orientación polí-
  de los utoes (que es bstnte vible) esos no son ejemplos de prgreso o, si lo son esultn
 levntes r el mndo ontemporáne  y los integr nts e l Ge erción X tán cnsados de oír
Anopoogía y eoa socia. Cuura, pode y agencia

se desplazan de las caracterizaciones de las patologías del mundo a las de las


patologías de la conciencia de la generación  vivir en un mundo malogrado,
los integrantes de la Generación  manifestan (así se suele asegurar) un con
junto de actiudes problemáticas gunas de ellas giran en torno a la indigna
ción y la ustración ente a la propia suerte, y de allí hay un desplazamiento
gradual hacia la queja y, según otros, hacia el "lamento (por ejemplo, Business
Wek, 1992; Martn, 1 993; Newman, 1993). Otro conjunto de actitudes eva a
adoptar un distanciamiento irónico de la siuación, con la renuncia a las ambi
ciones y los ideales, la transrmación de los individuos en "haraganes y el re
gio en el ciberespacio y el mundo televisivo de las telenovelas, los programas
de preguntas y respuestas y MTV. Así es el retrato que se esboza en algunos
de los sitios más visibles de la expresión culural de la Generación , incluida
la novela de Coupland; Te Gen  X Reader, de Rushko 1994); y Slacker, una
película de Richard Linklater 1991). Un último grupo de actitudes se organi-
za en torno a la idea de que los  están realmente arruinados por el mundo en
el que les toca vivir: se sienten acasados, carentes de valor (un himno de la
generación es una canción de Beck cuyo estribio reza: "Soy un acasado, ne-
na; entonces, por qué no me matás; la banda de Slacker se lama Te Ultimae
Losers) y padecen una pronda depresión El suicidio del músico de rock
Kurt Cobain (Nirvana}y las reacciones empáticas que generó son la personif-
cación de este conjunto de imágenes (Freedland, 1 994; O'Connell, 1994).
Como comenté ante en este capítulo, todas esas imágenes han sido cues-
tionadas Incluso entre los periodistas, hubo disenso respecto de si la Genera-
ción  tiene tal o cual característica Por ejemplo, en junio de 1994, Newsweek
publicó una nota de tapa titulad eneralization '', en la que el autor sos-
tiene que, si bien el mundo no estaba en su mejor rma, la Generación  no
poseía todas las actides negativas que se habían proyectado en ea (Gies,
1994; ver también American Demographics, 1993) Por el contrario, en la nota
se cita una encuesta que muestra que casi no había direncia de actitud entre
los  y los boomers:

De acuerdo con nueso exenso esudio no hay diferencias signicativas a nivel


nacional o personal por lo que atañe a la actitud que permitan distinguir a jóvenes de
mayores. El 25% de los enrevisaos d enr veine y rina años afimaron no sar
contenos con su siuación; l 26% de os baby boomers ofreció a misma respuesa.
El 63% de los individuos de ene veine y reina años decaó "no esar saisfecho
con la realdad de Esados Unidos; el 71 % de los baby boome respondió de mis-
mo modo (Gils 1 994 : 65).

esas opniones (ver Rushko 1 994] para una opini ón favorable y Howe y Strauss 1 993] para una pos-
a pít ulo 4 Generación . L antropología en un muno saturao e meios e comunicación

Otros cuestionaron también el encuadre generacional. En un artículo


blicado en 7e New Yorker dedicado a Kurt Cobain tras su suicidio, Aex
ss defne el "interminable simposio nacional obre la identidad generacio
 como un "proyecto til que combina principios sociológicos y astroló
c  s (Ross, 1 994: 102; ver también Ratan, 1 993 ) La crítica más aguda al
cuade generacional es la de Alexander Star, cuyas obsevaciones vale la
na citar in extenso:

Este tipo e empaquetamiento generacional continúa aunque las bases reales de la


cohesión generacional esaparezcan El cambio en las funciones familiares y las erar
quías profesionales, el acceso universal de suetos e toas las eaes a los medios
e comunicación masiva, la exposición temprana al trabajo y al sexo, los ispositivos
tecnológicos y el elito han hecho e la eda un indicaor menos, no más fiable de
los gustos, los valores y los compoamientos. L propia iea d e cu ltura generacional
es, en gran meia, un subproducto e la buena osis e prosperiad y oci que is-
frutaron los jóvenes e las écaas e 1 950 y 1 960, unto con la existencia e gran-
es causas como la guerra e Vietnam Hoy se ha ensamblao una cultura general
e la uventu ese arriba, precisamente porque abao no existe (   .). A meia que
los jóvenes aquieren responsabiliaes aultas (y vicios adultos) a una ea más
temprana, se iluye su carácter istintivo como grupo. No imprimen una sensibilida
paicular en la socieda sino que reflejan su esoren (1 993: 25) 

Aun así, esas ideas revelan una negación desmesurada de la existencia de


 conciencia en la Generación  Tanto los datos de l cuura pública co-
 mis propios datos etnográfcos sgieren que ea conciencia se encuentra
 una o varias partes de espacio social y que solo se trata de ubicala co-
rrctamente en lugar de negar su existencia. También es exagerada la noción
 que esa conciencia se impone desde arriba; el pensamiento popular y la
ltura pública están íntimamente enazados y ambos se rjan mutuamente
 n proceso continuo. Coincido, sin embargo, en que la idea de una única
nciencia generacional es sumamente improbable, en especial, en una época
n tanta conciencia de la direncia social como esta.
Creo que es momento de decir lo que pienso al repecto: la idea de la
eneración " es un intento por comprender los prondos cambios que se
rodujeron en la clase media estadounidense a fnes del siglo  Ante de
sar a la cuestión de la clase, sin embargo, he de reerirme brevemente a la
eneración  y sus identidades raciales.

2. La peenencia a la Generación X y la raza blca

Y en los primeros texto sobre los ba buters, publicados en 1991 aparece
 idea de que la crisis económica que e tan problemática paa el ro
Antrpoogía y toría socia. Cutura podr y agncia

de la Generación X aectó ucho ás en readad a las inoras raciales


ue a los blancos. El artculo de Business Tek de 1991 citado prevaente
deja bien en claro que si la clase edia blanca se vio obgada a ajustarse el
cinturón por la iportante disinución en los salarios de los hobres para
uchas inoras los ectos eron de acuerdo con el autor "devastadores
(Business Tek, 199 1 80 y 85).
Sin ebargo esta cuestión no se ha elto a encionar dentro del arco
de la cultura pública de la Generación X La raza está prácticaente ausente
en los debates posteriores sobre las caractersticas atribuidas a esta generación
salvo por algunas rerencias disas a la "diversidad. La priera rerencia
es de 1992, cuando Business Tek señaló ue la generación de los ba bters
era "étnicaente ás diversa y estaba ás a guso con la diversidad que nin-
guna otra generación anterior (Business Tek, 1992: 75). Dos años después
Newsweek pubcó algo parecido:

L Gnración X por cieo no o es [blanca. E streotipo de chico d sta gn


ración tal como se lo prsenta n as peículas y n os mdios es blanco no sufre
carnias materiales y viv en un barrio vecino a nuestro.ª Pero os adultos d veinti
tantos son, n reaidad, más divrsos desde el punto de vista racial que ualquir otra
generación hasta ahora [soo] un 70% son bancos ( .  . ). Asimismo, a Gnració n X
quizá sa la mn s raista. "Somos la primra gnraión nacida en una socidad in-
tegrada, obsa Eric Uu, redactor de discursos sobre política exterior del prsidene
Clinton    (Giles, 1 994: 6566).

No ueda del todo claro adónde auntan esas obseaciones pues no r
an parte de discursos ás eerales sobre la Generación X. El tono eplea
do es en cierto odo eogioso coo si ser deográfcaente ás diverso
ese una especie de logro (blanco) o una garanta de ayor tolerancia algo
ue puede ser cierto o no; no se proporciona evidencia ue lo corrobore. Sea
coo ere a pesar de las rerencias a una ayor diversidad la culra públi
ca real de la Generación X la prensa las novelas las pelculas es blanca casi
en su totalidad Y a pesar de la gran inuencia y la a de los úsicos aroa
mericanos en el capo de la úsica popular casi todos los cantantes y las
bandas de úsica ue aparecen coo la ersonifcación de la Generación X
Nirvana Beck Hole y Ospring) son blancos 9
Aarenteente durante mucho tiepo nadie les habló a los aoaerica
os y a otras inoras acerca de su relación con esta categoría hasta ue en

8 A pesa del uso de un sustantivo masculino la Geneación X no paece esta demasiado teñida de
cuestones de géneo
9 Agadezco a mis asesoes musicales Gwen Kelly y Tim Taylo En ocasiones, el género ecibe el nom-
p íuo 4 Generación . L anropoogía en un undo saurado de edos de councacón

 9 94, en un artículo de Newsweek en el que se intenta clasifcar las represen-


cones de la Generacón X según eran "mito o "realidad se señala que la
cegoría tiene una importancia ínfma para las minorías:

E érno "Generación X no signifc uco paa o adutos de color de ene veinte
y rein a años ( .   ) Aen Huge, uno de los decoes de Mee 1 e, un eato
de inicición ambienado en una zon defavorecid de l cudd [coena]: "O se,
los medios no se fjn en nosors En nuestr peícula eaamos el smo po de-
mográfco que ee X [un clásco de es generacón], pero sí y todo nunc
se a ha viso coo un peícul sobre la Generacón X sino como un iora de
gángses Se por acsmo o po lo que fuere, peo no e nos ncuye en e mundo de
la Generacón X (Gies, 1 994: 66)

O, como lo expresa el músico de rp Dr. Dre: "Nunca oí que nadie en


 barro hablara de ea [la Generacón X]. ( . . . ) El único X que conozco es
lcolm X" (citado en Giles 1994: 64).
No quiero decir que en las representacones de la Generacón X se "excluy
a los negros como si la categoría ese una especie de club del que los ro-
ercanos y oras minorías desearan ser miembros. En realdad m de es
e l rcializcón de la representacón blancos sin marcas de rz ocult
visiones de clase más signifcativas. Según ms datos etnográfcos los jóve-
es oamercanos de entre veinte y rnta ños que se encuentran en posi-
cones de privilego de la Generacón X (me ocuparé de este tem más ade-
nte) son casi ndistinguibles de los blancos de la misma edad en la misma
uación; son ls posiciones las que aparecen eclipsadas por la racizción de
s categorías. Así llegamos fnalmente a la cuestión de clase.

3. Las tansfrmaciones de la clase media

L Generación X puede aprecer asociada a muchs coss distntas proble-


s sociales desstres ecológicos sd pero sobre todo siempre ha estado
gda a la dentidd construda a través del trabajo: empleo dinero y carrer
roesional. Desde un primer momento el tema principal e el económco:
cda de los sueldos de los hombres menores ingresos miliares más trabjo
or menos dinero contracción de los mercados lborales costosas crreras
nversitarias sin turo McJobs. Si ben estas cuestiones económicas ecn
a odos en l socedad parece evidente que tanto la ente como el destno
el conjuno de mágenes de la Generacón X sea la clase med. En otras
alabrs aunque los pobres en su myor parte pertenecentes a las mnors
uieron más que la clase med el carácter blnco de las mágenes de l Ge-
eracón X presends quí indc que ellos no están en el co de l culr
Antropología y teora social. Cult ura, poder y agencia

púbica. El hecho de que la propiedad de la vivieda sea u tema central pare


ce confrmarlo.
Así y todo, dado que "la clase media no es un objeto empírico con el
que uno pueda toparse en el mundo real, es necesario recurrir a a teoría. Por
"teoría me refero a ua serie de tipos de marcos de pensamieto relatos,
mapas, categorías, perspectivas, posiciones que ncionan como condiciones
que permiten percibir y hablar de ómenos sociales y culturales. La mayor
parte de la teoría de fales del siglo X es bastante ecléctica; se nutre de una
diversidad de relatos teóricos modelo, pero rara vez adhiere por completo a
alguno de ellos. Aun así, esos relatos modelo, que dicen describir, explicar y
representar la rma en que se construye el mudo social y cultural, y el mo
tivo de que las cosas sean como son y no de otro modo, son la codición (a
veces oculta) del cotiuo bricolaje de la teorización contemporánea. Para las
cuestioes cetrales de este ensayo, me baso en las teorías sobre el "capitalis-
mo tardío y sus implicaciones, sobre a reproducción de clase, principalmente
desde perspectivas ministas y, e geeral, sobre el modo e que cionan
las represetaciones de la cultura pública e y a través de las prácticas y las
preocupacioes sociales. Comenzaré por las trasrmacioes de clase en el
capitalismo tardío.
Las teorías más rcientes sobre a condició posmoderna, y sobre el giro
hacia lo global o lo ransnacional, en cierta rma han eclipsado otra área
importate de la activ dad teórica, a saber, la reteorización del capitalismo
tardío e térmios de estructura social o, dicho de otro modo, la reteorizació
del cocepto de "clase. Gra parte de esta tarea proene de la construcció
de u nuevo relato de la trasación capitalista, que se basa e la teoría
marxista pero, además, toma en cuenta los cambios históricos, institucioaes
y culrales que tuviero lugar en los 150 años posteriores a Marx. El nuevo
relato constye, a su vez, un nuevo mapa de lo que Bourdieu (2002) denomi-
a "espacio social, un campo de posiciones y trayectorias, de posibilidades de
momieto, defido por el capital ecoómico y cutural. La siguiete es una
versió abreviada de la cuestión.
Como resultado de las distintas erzas liberadas por el capitaismo, así co-
mo de ciertos aspectos históricos específcos del capitalismo orteamericano
(por ejemplo, la gra proporción de trabajadores inmigrantes analbetos), el
concepto de "gestión y el surgimiento de una clase ejecutiva se covirtieron
en aspectos cetrales del proceso capitalista iniciado en la primera parte del
sigo X. A medida que esa clase se expandió y adquirió mayor poder con el
correr de siglo, las teorías de proceso capitalista se vieron obligadas a tomar

1 0 El debate se inicia con Mandel (1978). Ver también Haey (1 998), Lash y Ur (1 987) y Rouse
(1 995)
Cp ítulo 4 Generación X. L antropología en un mundo saturado de medios de comunicación

 cuent, cd vez más, l dinámic de es clse: l clse medi. Grn prte
 l teorí de clses más reciente tiene por fnlidd entender qué le ocurrió
  clse medi  lo lrgo del último siglo y cómo los cmbios en es clse
ectron,  su vez, l estructur del cpitlismo en su totlidd. El enómeno
ocido como "cpitlismo trdío'', que implic cmbios en ls relciones en
r el cpitl y el trbjo y en ls crcterístics sociles de l clse cpitlist
y a clse trbjdor, se concibe, e muchos sentidos, como un producto de l
xnsión y l trsrmción de l clse medi.
Uno de los spectos más importntes de es expnsió y trnsrmción
 generó, en cierto momento, por l prosperidd de un mplio sector de l
ase trbjdor. Trs l Segud Guerr Mundil, l ley GI B de d
ncier  los solddos estdounidenses permitió  miles de veternos de
uerr completr estudios superiores  un costo ínfmo y obtener hipotecs
 tss de interés csi nuls. El nivel generl de prosperidd durnte l pos-
uerr e extrordinrio.2
Ese conjunto de ctores tuvo distints consecuencis, cuy descripción
rece en un vriedd de entes. Pr los propósitos de este ensyo, lo im-
rtnte es notr que el progrm de dquisición de viviends, junto con los
mbios en l estructur ocupcionl de l economí (l reducción grdul de
a cntidd de obreros y el incremento continuo del número de proesion-
s), creó o expndió notblemente un zon de l estrucr de clses que se
onoce populrmente como clse medi bj. Se podrí frmr que est clse
s, en redd, clse trbjdor vestid de clse medi (en lo que respect 
iviend y otros spectos de l culr mteril); tmbién se l podrí defnir
cmo clse medi con ingresos de clse trbjdor.3 Culquier se su def
ición, el lugr que ocup es, ndmentlmente, inseguro e intersticil, y muy
lnerble ente  los cmbios económicos.
En l prósper époc de l posguerr, en prticulr en l décd de
1960, ls persons que ocupbn es zon se sentín bien fnzds en l
clse medi. Gnbn dinero; podín dquirir css y bienes de consumo, y

1 1 El otro motor que impusó el surgimiento del capitalismo tardo" es la globaización que otoga a la
conomía su carácter cada vez más descentrado y transnacional. No exploraré aquí este ascto de
 cuestión
1 2 Varios autores (por ejemplo Sacks 1 994) han señalado que la clase media" de hoy no sabe  no
stá dispuesta a reconocer, hasta qué punto sus orgenes se deben a lo que hoy percibimos como
ádivas del gobierno" Las becas y las facilidades para las minoras y otras fomas de acción armativa
establecidas en las décadas de 1 970 y 1 980 son, claramente análogas a esos programas anteriores y
tienen eftos positivos similars En la actualidad (lamentabemente en mi opinión) ya no exsten debi-
o a que han sido desmanteladas
1 3 En los estuios sobre la clase trabajaora se suele hacer una iferencia orrta en m  pinión
entre la clase trabajadora que es ppietaria de una vivienda y la que no es propietaria (por ejemplo
Chinoy 1 955; Halle 1 984) Sobre esta distinción dentro de la clase trabajadora ver el captulo 1 de
Antropooga y teora socia. Cultura, poder y agencia

demás, horrr pr el turo Epezron  ndr  sus hos  la uni


versidd y postron erte "l sueño mericno Se veín reejds en el
nuevo género de mss, el de ls comedis de teleisión,  ls que percibín
como l esenci del ser nortemericno (Lipsitz, 1990) Podra decirse que
l cultur de "los cincuent, con su política conservdor y sus relciones
represivs en lo reerente l género y l sexo, er su cultur, hegeonizd
en prte por el uge de l televisión
L imgen populr de "l clse medi como un todo vsto y prácticmen-
te indiviso que constií el núcleo de l sociedd nortemericn se rmó
en es époc y precí que ib  sostenerse eternmente Sin embrgo, en
l décd de 1970, y con myor ímpetu debido  ls polítcs de Regn y
Bush pdre en l décd de 1980, l clse medi comenzó  resquebrjrse en
el centro L economí suió un serie de reveses y el nivel de prosperidd
generl coenzó  decer Pero ls polítics de Regn y Bush vorecieron
y protegieron l cim de l estructur Los extremos superor e inerior de
l clse medi comenzron  prtrse el uno del otro Desde es époc,  l
clse medi at le h ido cd vez mejor, mientrs ue  l clse med bj
l cosron cd vez más los puros económicos Nd describe mejor este
período que el ntiguo dgio "los ricos se voleron cd vez más icos y los
pobres, cd vez ás pbres (Duncn et al., 1992: 38).
Es  ese bismo que se prondiz en el seno de l clse medi donde
unt, en m opinión, l conjunto de imágenes de l Generción X El s
pecto que más se repite en ls representciones tiene ue ver con destcr y
construir ls crcterístics del bismo socil y económico Como, en muchos
spectos, el bismo es rel, no h que hcer mgi pr logrr que ls repre
sentciones resulten convincentes No obstnte, lo ue ued excluido de l
ide de "generción es que ls persons se relcionn de modos muy distintos
con ese bismo de l clse medi Según l prte del bismo en ue se está
prdo, vrín considerblemente ls confgurciones de l ir, el temor, l n
gusti y el resentimiento Aun sí, tod l Generción X estrá de cuerdo con
ue el bismo existe n un rimer rte del debte, entonces, será neces-
ro exminr ls estructurs de ls emociones que se genern ente  bismo
Comenzré por el pnorm que se observ desde bjo

3..La generación X como ha de la clase media baja


Declining Fortunes, de Ktherine Newan (1993), es uno de los primeros
trbjos en los que prece l ide de que l generción posterior l ba
boom reció un trto injusto4 Newmn no emple el térino "Generción

14 Si bien queda clao po el contexto que Newman se efere al grupo de los y  como se
  íl o 4 Generación X. L antroología en n ndo sarado de edos de conicación

X ero su descrción e "Pleasanton, Nueva Jersey encaja casi erca


e nte en una de las diensiones de los trabajos que se han escrto sobre
 Generación X. En la priera arte del libro (y luego en todo el texto), la
ora transcribe resuestas de sujetos que son la ersonifcación de la ira y
 ustración generadas or el "declive, que es la marca distintiva de la Ge
eración X. Por ejelo:

En a vida de Cathy, las limitaciones financieras crean lo qe ella describe coo "ago
qe se consme a fuego ento, n sbtexto de condicionaienos, la sensación
de no ser libre. Después e todo, de eso se rata el movimieno intergeneracional:
la libead para consmi se ve recorada la capacidad de planificar a largo plo
se restinge y el gsto amago qe deja la invesió total de las reglas hace que as
personas sientan, según o expresa Cathy qe "todo fe na gran mentira (Newman,
1993 20)

En la misma lnea, Newman cta a "Lauren: "Vivo eor que cuando era
chica Es derimente (   ) Aunque trabajes mucho y hagas todo como se de-
e, aunque resees todas las reglas y cumplas con todo lo que se suone que
hay que hacer, todo sigue siendo horrible. Me mintieron (Newman, 1 993: 3) 
l "Pleasanton de Newan aarece como la personifcación de la totalidad
de la clase media, pero varios inicaores disersos (laborales y étnicos, entre
otros) revelan que la mayor parte de la ciudad, o quizá la mayora de los inr
mantes, pertenecía a la clase meia baja Otro indicador en ese sentido es que
en la ciudad los católicos rmaban un amlio sector de la oblación y que
los "judos eran una clara minora (Newman, 1993: 10); en la confguración
étnica y regiosa de Nueva Jersey, sin embargo, es sabido que los judos están
ertemente representaos en la clase meia alta, mientras que los catócos
son el loc classicus de la clase media baja
Con respecto a la ocupación, la ciudad está reresentada como de "clase
media con un abanico que se extiende desde los "proesionales [hasta los]
obreros califcados (Newman, 1993: x) Sin embargo, la mayoría e los indi
viduos citados or Newman que manifestan sentir esecialente las reercu
sones del "languidecer del sueño americano (ase que Newman incluye en el
ítulo de su libro) pecen pertenecer al estrato suerior de la clase trabajadora
o a la clase media baja El padre de Lauren era un "hombre caado rovenen
te de una milia humilde de clase trabajaora (Newman, 1993: 2); Smon
Rittenberg era vendedor de disositivos de segurida (Newman, 1 993: 12); "el
are de Martn era un obrero hecho y derecho (Newman, 1 993: 14)

considera una generación escndida As genera ciea confusión en el ector (ver, por ejemplo Callinan
1 993) pue s su clasición no coincide con las categoras vigees en la actualidad De todos modos,
Antrpología y teora social. Cultura, poder y agencia

ás aún, los mismos inrmantes eran conscientes de ue la chada de


clase media" de la ciudad presentaba una fsura incipiente: [ hijo] siempre
ba a jug a lo de ichael Tenía esa clase de amigos Pero cuando ingresó a
la universidad    ) sus amgos eran más [como nosotros] Algunos estudiaban,
pero uno se dedicaba a la jardinería, otro era tapicero Algunos tenían el mismo
ofcio ue sus padres" Newman, 1993: 78). Otra inrmante proporcionó una
variante de la contradiccón ue suele estar agazapada en el seno de la clase me
dia baja, a la ue me he rerido como clase trabajadora vestda de clase media
a ujer describó a su mla como una milia típica de Sears Roebuck ue
vve en una comunidad típica de Bloomngdale's" Newman, 1993: 77).
Merece la pena señalar ue la comunidad de Newman no solo es de cla-
se media baja'', sino ue también es blanca He mencionado previamente el
grado en ue la Generación X" no parece representar a un reerente negro
Coker, 1994; James, 1994; y entrevstados ctados en Giles, 1994). a im-
pronta blanca de Pleasanton" se para explicar, en particular, la traición a la
ue aluden los inrmantes de Newman os aoamericanos están, por cierto,
tan enojados como los blancos con la situación, o incluso más, pero nunca sin-
tieron ue se les había prometido otra cosa, ue les habían mentido" 
Es lógico ue las personas ue piensan ue su situación económica em-
peora a pesar de que cen todo lo ue está a su alcance para evitarlo sientan
ustración y enojo5 En cambio, los ruidos de la Generación X ue llegan
desde del otro lado del bismo son más desconcertantes De ellos me ocuparé
a continuación

3.2 La generación X como hija de l clase media alta


Una parte de mi proyecto mencionado anteriormente consistió en entre-
vistar a jóvenes de la Generación X a comienzos de la década de 1990, es
decir, durante el período en el ue la representación de esa generación estaba
rmándose y aduiriendo visibidad en los medios De hecho, conocí la no-
vela Generación   (Coupland, 199 3) gracas a uno de los sujetos ue entrevisté,
uien me la recomendó porue en ea se reejaban importantes aspectos de
su propia experiencia
Entrevisté a alrededor de cincuenta personas de entre veinte y treinta
años, todos hijos de mis compañeros de colegio secundaro os entrevista-
dos vivían en distintas regiones del país, pero la mayoría de las entrevistas se
reazaron en la ciudad de Nueva York, en barrios de Nueva Jersey, Ann bor
y os Ángeles La mayoría de los padres y de los hijos eran judíos, aunue el

1 5 Reder ( 1 985) ofrece un excelente retrato de la ira de la clase media ba de esta época desde otra
rspectiva.
 ulo 4 Generación . L anropología en un ndo saurado de edios d counicación

o es irrelevane para este anásis.6 Para los fnes de i esdio, o ipor-
 e son los ctores de clase: los padres, la prooción 1958 de la Weequahic
gh Schoo, de Newark, Nueva Jersey, habían rado parte de la clase e
 baja y de la clase edia edia en la década de 1950; a uchos les había
o uy bien econóicaene y para el oento de la entrevisa habían
 rogresado has inegrarse en la clase edia alta. Por ende, uchos de sus
os, los jóvenes de la Generación X que enreisé para i esudio, habían
rcido con una buena porción de capita econóico y cultural. No odos eran
díos ni habían pasado su inncia n condiciones de privilegio, y el conjuno
 jóvenes entresados presentaba, coo ínio, ciero grado de diversidad
 érinos de enia, raza y clase. Mi inerés, sin ebargo, eran los hijos de la
e que es, en la actualidad, clase edi ala.
abía algo  so jóven q m mó la enció, qu incuso  preció
rrendene:  pr de odo  cai dnro, buenos cogios, conza en
 misos), s iució econóica  oesba tao coo  lo nra
 Newan. En lugr de endrse con el sisea, sin ebargo, xprba 
coodidad como  gr eor y ua cosderable insegridd rco d
odr alcanzr el nive de éxio de u pdres o aener lo que í. Si bi
 sas enrviss precn muchos aspeco vinculados con l Geració
X, lecciono qí o pocos coentrio que expresa ese alo grdo d -
ia  insgridd conómic. vd, por ejmo, l hio d  comrci
cdalado, tenía 24 años e e oeno de a entrevisa (1 993), vivía en Nv
York y quería lanzar u carrera de arsta.7 Hbía esudido n n uiversidd
rigiosa y odví lo aeían os padre. Sabí qu era  privilegido. Es
b protegido por todas las redes de seridad posibles: la educación, el diero
d los padres y un conuno de aleraivs un íulo de abogado, un doctordo)
or i acasaba coo arista. Aun así, a avid le preocupaba u uro:

Bueno yo stoy dispueso a rabr mucho ; siempre fui muy persevrane (    ) Un


conocido mío, Edward que iene 29 años creo, se recibió unos años aes que yo
y está [raando de riunfar coo aisa] Organiza pequeñas exposicions; a veces,
va ucho público y oras veces, no ( .  ) Lo veo y me digo: "Yo no quiero llegar a los
29 30 o 31 y no ener dinero, esar en el ismo puno en el qe e enconraba a los
24 .  . . Pienso en eso y me asusa. Y cr que no es odo culpa de is padres; es mi
responsabilidad ambién

David creía que sus teores eran típicos del posicionaino de l


Generación X. Fue él quien e recoendó a novela de Coupland.

16 En el capítulo 3 trato la relevancia y la irrlevancia del factor judío para el proyecto


17 Un número considerable de paicipantes del proyecto que tenían entre veinte y treinta años lucha-
b
Antropología y teora social. Cultura, poder y agencia

Oro cso es e de Kre, de 27 ños, hij de u médico muy exitoso. Ella


ié hí estudido e u uiversidd de elite, pero e e mometo de
 erevis (994) o sí qué hcer co su vid. Hbí eto a vivir con
os pdres  ermir sus esudios y probó distinos trbjos e Nueva York
y Nuev Jersey. Pero e u momeo ddo, pensó que ecesib hcer lgo
olmee distito y se e  vivir  Cliri. Sus padres, que la apoya,
se hcí crgo de csi odos os gsos de l hija mietrs ea decidía  qué
se i  dedicr. Kre mifestó eer el mismo ipo de gustias que Dvid
e o coceriee a ieesr, e rajo y e éxito. E especial, se setía cul
pe por  ud ecoómic que cotiumee recibía de sus padres, pero
a mismo tiempo o veí igu said pr su turo prosioal. Empezó
hdo de u migo co el que comprtía la vivieda y al que también
mteía los pdres:

[Sobre] mi compañero e Nueva York, me pregunto: ¿cómo es que o trabajó durante


un año? ¿Cuáto diner le madaron los padres todo ese tiempo? Vivir a es caro el
alquil er costaba entre 9000 y 1 2 000 al año, en efectvo. Nos sentimos muy cul pables
(  .  ) [por eso, ella quiere pagar pae del alquiler] y mi padre me dice: "¿Estás segura?
¿Podés acee cargo del alquiler? Yo le digo que sí porque tengo tres trabajos. Po-
dra aceptar su diero y salir a diveirme, pasear y escribr, per siempr pieso que
tego la obligación d acer el esfuerzo y ganarme el susteto . . 

Si embargo, Kre tampoco parecía muy convencida de que le iría bien.
Aunque era u escritor muy talenos, no se dedicaba a escribir prosion-
mete. En e resume de la entrevist, escribí: "La mayor pate de su historia
er básicamete ua triste sucein de trabajos aburridos que no evaban a
igua parte. Karen [contó que ella] y sus amigos hablan contiuaente de
a Geerció X; piensa que los retrata a la perfección.
U último ejemplo es el de Chrles, de 26 años, hijo de un comerciante
de dinero. Charles tambié esdió e ua buena universidad y obvo una
maestrí antes de icorporarse a la empresa de su padre, u egocio consoli -
ddo y sumamente retable. E el mometo de la entrevista (1994), hacía u
año que había empezado  trabajar co e padre y le iba muy bie, tanto e lo
coceriete  la mejora l gestió iterna como en la captació de nuevos
ciees. Además, o solo sus pdres era ricos, sio que también los padres
de su ovia tenía diero. No obsate, Chares maifestó esta "aterrorizado ,
remete terrorizdo por la posibilidad de pederlo todo. A continuación ,
rscribo u de sus extess rerecias a tema:

Mi padre acaba de darme su antiguo Jaguar, que debe costar unos 50000 dólares 
 es el auto que estoy usando ahora. (   .) Le dije: "Papá, este es demasiado coce
para m Si querés, te lo devuelvo; no tengo nin gú problema en devolvértelo. ( . . ) .
ítulo 4 Generación X. L antropología en un undo saturado de edios de councacón

No e impoa el coche; uno tiene que producir algo. ¿Tengo concenca del estatus?
S ¿Me gusta anejar ese auto? Sí ¿Me hace setir bien, e gusta tener objetos
buenos y usar un Rolex? Claro, e encanta. Lo tengo desde os 1 5 años Mi vida es
genia, per ¿e a gané? ¿a erezco? Soy consciente del hecho de que no erez-
co nada de todo esto Estoy muy agradecido Sé que [i padre] podía tener un acci-
dente y morirse, y entonces yo e quedaría solo y nadie vendría a ocupar su lugar Se
acabara todo

Debo consa que, duane mucho empo, no me d cuena de que esos


tos ean ejemplos de la angusa ípca de la Generacón X. A presenar
rones aneores de ese ensayo como pare de coneencas en dversas
esdades, yo solía dec que esos chcos pvileados que ozaban de se-
rdad maeal no ean los "vedaderos neanes de la Generacón X, sno
 habían adopado repesenacone que venían de oos secores y que no
 defnían, que lo que se oía en esos texos no ean sno los eco de a anus-
 tpca de la éca poesane recclada que ello no tardarían en ublmar
 mucho abajo y más loos maerales, que s acaso se traaba de mem-
r de la Geneacón X ea solo porque las quejas povenentes de peronas
 ano capal debían leere como un lameno.
No obsane, cada vez que daba una conrenca en la que afrmaba que los
rdadeos epesenados en la Generacón X eran los chcos de clase meda
a, y que los de clase meda ala habían sdo, en ealdad, atemorzados por
 medos de comuncacón, los numerosos membro de la Generacón X
( dec, aduado unvesaos) que se enconraban entre los asstentes
uaban de dolo. Con el empo, ecodé una de las relas de oro de la e-
aía: el nmane sempe ene azón. Incluso cuando objevamene
os jóvenes no enían nada de que preocuparse, había alo real e el orden de
 expeenca paa ellos en las pedccones ídcas de la leraura obe la
eneracón X, y eso debía esa conemplado en m análss.18

4 Oas teorías de clase: reproducción y representaciones

troducé ahoa en ee maco de nerpreacón oro cuerpo teórco aco


 repoduccón de clase a avés de las relacones mlares y de énero, alo
ue ha adqudo una mayo cenraldad en la eoría de las class socales
ue a que soa ener y que puede conderarse un eeco d los 25 años de
nsameno socal y culual emnsa. Enre otras cosa, se ha renoado

1 8 Agradezco la paicipación y la amabilidad del público de Princeton; la Universidd de Cliforni en


Berkeley (Sociología) y la Universidad de California en Sant Cz. Agradezco simismo  los sisten-
es al seminario sobr teora de la práctica que dicté en la Universidad de Clifornia n Bkly en la
rmavera de 1 996.
Antrpología y teoría socal. Cultura, poder y agencia

el nterés por la "cultura de la juventud (Brake, 1985; Ganes, 1990; Ha y


Jeerson, 2014; Ortner, 1 992; Wlls, 1988 ). Tabén se reconoce la pronda
centralidad de la polítca lar que ncluye las polítcas de género y gene
raconal; esta últa, ás pertnente para los fnes del presente artículo para
coprender la reproduccón de clase. S ben la dnáca y la poltca liar
están presentes en varos de los últos trabajos teórcos acerca de las clases
socales, coo La distinción: criterios y bases sociales del gusto (Bourdeu, 2002),
estas eron analzadas ucho ás exhaustvaente en trabajos de nspra
cón ensta, coo Fear  Faing, de Barbara Ehrenrech (1989), Brave
New Families, de Judth Stacey (1990), y Dreaming Ientities, de Elzabeth
Traube (1992a).
En esta oportundad, coenzaré por la clase eda alta. Sus caracterís
tcas han sdo uy ben descrptas, porque, en certa ra, el crecento
de esta clase que Barbara y John Ehrenrech denonan "clase proesonal
ejecutva ha sdo consderado el pulsor de uchas de las transraco-
nes del captalso tardío (Bourdeu, 2002; Ehrenrech, 1989; Ehrenrech
y Ehrenrech, 1979; Mandel, 979; Pl, 1990; Walker, 1979). S ben toda
la clase eda está construda, en certa ra, sobre la base de ncones
"ejecutvas (y, por lo tanto, es "proesonal), un sector portante de la clase
eda alta ocupa escífcaente cargos que exigen nveles altos de educacón
especalzada; son los proesonales de la socedad édcos, abogados, jueces,
arqutectos así coo os gerentes de los negocos y las fnanzas.
Coo observan Ehrenrech y otros autores, la clase eda en general y la
clase eda alta en partcular no pueden transerr el estatus a sus hjos. Eso
es lo dstntvo de la poscond de la clase eda; la clase baja transfere
áclente su (bajo) estatus y la clase ta posee elaborados edos nst
tuconales para preservar el dnero y el estatus del grupo (ver, por ejeplo,
Marcus y Ha , 1992). Los padres de clase edia solo traspasan a sus hjos
los edos econócos, educatvos y pscológcos con los que (ntentar)
reproducr su estatus. Pero, en defntva, son los hjos quenes deben hacer el
eserzo para consegurlo.
El éxto del proceso nunca está asegurado. Sepre hay chcos que corren
pelgro de descarrlar, coo suele decrse. No todos son buenos alunos n
todos nternalizan la étca del trabajo y el aán de "tener éxto. S ben la clase
eda alta descende a un estrato neror en una proporcón algo enor a la
anteror a 1980, la ca aún ronda el 25% (Duncan et al, 1992), porcentaje
que está dentro del rango docuentado para gran parte del sglo X (ver
Erkson y Goldthorpe, 985; Lpset y Bendx, 1963). En el extreo neror
de la clase meda, el descenso a un estrato aún ás bo es enos probable en
térnos generales (aededor de un 0%), aunque lgeraente ás probable
e  8 (Duncan et al. 92). Sea cual ere el caso, está claro que
Cp ítulo 4 Generción X. L antropología en un mundo saturado e meos de comuncación

dos los padres de clase media tienen motivos para preocuparse por el de
rrotero de sus hijos. Pero esas angustias no se aontan del mismo mdo en la
case media alta que en la clase media baja.
Dentro de la clase media alta, según mis dats etnográfcos, ls padres
rndan apy casi ilimitado y permanente a sus hijos, que cuentan con la
yuda paterna hasta bien entrada la edad adulta. Es importante recrdar
ue el período de posguerra, en el que ls padres de hijos de veintitantos se
convirtieron en adultos, e una épca de gran prosperidad, aparentemente
ara todos. Según Howe y Strauss, ls padres de la Generación X integran
a generación más rica de la histora de Estads Unidos, y quizá del mund
we y Strauss, 1993: 39) Evidentemente, entre ellos está la prmoción
958 de la Weequahic High Schol, mi población etnográfca riginal, y los
adres de los jóvenes X de la clase media alta que estudio en este ensayo. A
s padres les e muy bien, por cierto.
Los padres también me hablaron del apoyo ilimitado que brndaban a los
hijos. Esa ayuda adoptaba rmas diversas, pero los benefcis materiales
cupaban, sin lugar a dudas, un lugar preponderante: un estil de vida cn-
rtable desde el punto de vista material en la inncia, educación superir,
sgrado, valiosos regalos de casamiento, el adelanto del pago de una caa y
uizás un ndo fduciari para costear la educación de los niet .0
Por lo general, los padres identifcaban etas cuestiones con el amor que
entían por sus hijos y con su deseo de que eran lices, y no dudo de la
cherencia entre lo que decían, sus entimientos y sus acciones. No obstan-
e, en otro plano había una especie de lógica adaptativa detrás de todo eso:
muchos padres me dijeron que malcriaban a sus hijos a conciencia porque
querían que e apegaran a la buena vida y desarrollaran la contracción al
rabajo necesaria para conseguirla. También supe, por relatos tanto de los
adres como de los hijos adultos, de la existencia de un asombroso desplie-
gue de algo que identifqué como "mecanismos de rescate (Ortner, 1992)
destinados a los hijos que aparentemente tenían problemas: apoyo psico
ógico, terapia, programas de rehabilitación, tutorías, cursos de motivación,
abortos para las hijas embarazadas, asitencia jurídica costosa para hijos con
roblemas legales, etcétera.

19 Yo también disfruté de este tipo de beneficios y aprovho para agradecer a mis padres por todo o
que han hecho por mí.
20 Se podría pensar que, dado el factor judío presente en mis datos etnográficos y la creenca popuar
 respecto, que el grado mimo de apoyo (económico) a los hijos adultos corresponde a un modelo
particularmente judío" y no es característico de la clase media alta en su conjunto. Si ben pienso que
en stados Unidos existen algunas diferencias subculturales entre etnias, incluida la judía, me opongo
a la idea de que la práctica sea exclusiva de los judíos. Respecto de esta cuestión, ver el captulo 3 de
este libro.
Anropología y tra socia. Culura, poder y agenca

La sma de odos esos cores da como resulado qe, al ratar de hacer


lo mejor ara sus hijos, moivados or el aor y el cariño qe senían or
eos, los adres de clase media ala ambién maniesaban s rechazo a la idea
de qe ss hijos erdieran s esats de clase si ellos odían hacer algo ara
earlo Casi odos los jóvenes de mi royeco, como la Generación X en la
clura úbca, haban comleado esudios erciarios o universiarios, e incl
so algnos enían osgrados (normalmene, en derecho) Pero los que tenían
difculades ara consegir los emleos qe querían o eseraban, o enían
roblemas ara niciarse en algna carrera qe les ineresaba o ara alcanzar
n ueso a la alra de s nivel edcaivo y de la imagen qe enían de sí
mismos recibían ayda de ss adres Unos ocos segían viviendo en la casa
aerna; rmaban are de na gran ola de "hijos búmeran', qe se súan en
ora zona del rerao de la Generación X. Pero la mayoría de los jóvenes de mi
esdio vivían (al menos ísicamene) solos, anque los adres se hacían cargo
de gran are del alqiler y oros gasos mienras los hijos se dedicaban a raar
de enconrar el rabajo ideal (no solamene n rabajo aceable) o se resen-
aban a odas las rebas y las adiciones que les eriieran inicarse en na
carrera arísica o del mndo del esecáclo, o simlemene hacían iemo
hasa decidir qé erían hacer de s vida. El colchón fnanciero aorado or
os adres, y la volnad d los hijos de acearlo, imlicaba qe esos jóvenes
se daban el lujo de disruar de n eríodo my enso de inceridmbre y
aerura a las disinas oiilidades ara s ro y así no se veían obligados
a aarse a emleos McJobs. Sin dda, eso es capital clral, resaldado or el
oro io de caial, el más convencional
Sin ebargo, esa sitación, qe drªne mucho iemo ercibí únicamene
como n enorme rilegio qe ssamene roegía y deenda a los jóve
nes de la angsia, era recisamene la clave de esa angstia. Cuando se ac
uró la case meda, esos hijos sineron qe se asomaban a un abismo y qe s
única roección era la red de segridad qe les roorcionaban ss adres22
Por na are, esaban agradecidos, algo qe se arecia en ss dichos; or ora
are, senían qe esaban al borde de n abismo, de ahí el error Según n
nrmane de la Generación X, "Me encana rabajar en [ciera ediorial de
renombre], ero no hay n solo día en qe no iense que me eden arrancar
la elicidad de n irón ¡Y eso qe engo resaldo fnanciero! 
Pasaré ahora a la clase media baja Como heos sto, la clase media ala
one en rácica n modelo de generoso resaldo que se rolonga hasa la

22 L ocó de a red de segridad es cetral e la ovea Generción X. Copland (1 993) recrre a


ea paa resaltar dversas cestoes: qe ser n tegrante de la Generacón X pede ser na pose
cuado uno realmete centa co recursos y a ayda de los padres pero també qe todos os hjos
de clase meda alta covve con a dea de as redes de segrdad, que qzá ya o estén dspobles
 lo 4 Generación X. La anropologa en n no sarao e eios e onicación

ad adulta de los hijos. La intención es, en ciero sentido, rerzar el oten-
a de los jóvenes ara alcanzar el éxito, hacer todo lo osible ara aoyarlos
 el coienzo de sus carreras y darles un eujón inicial. En la clase edia
a es notoria, recisaente, la ausencia de ese odelo de reroducción de
ase. Aquí recurriré nuevaente al valioso estudio etnográfco de una cou-
dad de clase edia baja realizado or Katherine Newan. La autora hace
incaié en el hecho de que sus inrantes se criaron en casas bonias con
do tio de coodidades. Ellos eseraban que es era igual o mejor que a
s adres. Y ahora se dan cuenta de (o teen) que eso no sucederá, y or eso
sán enojados con el sistea.
Newan se regunta or qué los adres no audan a sus hijos. Según ella,
 otivo es que no ueden, ndaentalente, orque no les sobra el dinero
y necesitan reservar todos los recursos osibles ara cuando se jubilen. Asi-
miso, obsea que la auda asiva a la generación siguiente no ra arte
e la culra de esta clase y que sus integrantes se aerran a un tio de indivi-
uaso econóico ás clásico:

Incluo en Pleanton hy quiene podn preguntre por qué los pares el
perodo de poguer no yudn  u hijo. Hbindoe beneficido tanto e los
año de bonanz ¿cso no tienen los recuso neceaios? Aunque /os padres de
Pleasanton fueran más proclives a /as misiones de escate y desoyern el anato
cultul e que cada geneación ebe batse a sí misa no disponn e los e-
dio p epldr  u hijo dulto (Newmn, 1 993: 2 1  la itálic e m).

Con esto no quiero decir que los adres de clase edia baja no aoyen
adecuadaente a sus ijos. Tapoco, que todos ienen la isa actid; exis
e, ciertaente, un ctor iortante de variación racial y étnica del que no
e ocuaré aquí porque cede el arco de este ensayo. Proongo, en cabio,
que se siguen otros odelos. Coo he coentado, se hace ucho hincaié
en la idea de que los hijos deben bastarse a sí isos y que cuanto antes,
ejor. En ese sentido (y or suuesto, en un contexto de recursos econói
cos enos abundantes), es ás robable que la ayuda oecida consista en
coartir los bienes y los servicios, y no que se aterialice en transrencias
de grandes suas de dinero.23 Tabién se otorga ayor iortancia al aoyo
a los hijos cuando acasan que a la iniciativa de dotarlos reviaente de un
abultado caital y de recursos culrales.
Esos odelos odrían haber servido ara alcanzar el "éxito de dos a-
neras, coo ínio, en éocas de roseridad y de relativa estabilidad so
cial, ero en la siación social y econóica ierante en la década de 1 990
eron robleáticos. En rier lugar, en éocas de ayor bonanza el sector
Antropología y tra social. Cultura, poder y agencia

pblico asume una porción mayor de los costos con una mejor situación eco
nómica general y con benefcios específcos pra la clase media; por ejemplo,
los préstamos otorgados a los estudiantes universitarios.
Pero la segunda rma en que las prácticas económicas de las milias de
clase media baja resularon problemáticas se relaciona con los patrones espe
cífcos de respaldo a los hijos que acabo de describir. El modelo propio de la
clase media baja depende, en gran medida, de la estabilidad de las relaciones
miliares, la disponibilidad de miliares para cuidar a los niños pequeños, la
vivienda y los contactos laborales. Sin embargo, la época del distanciamiento
económico entre las clases media alta y media baja coincidió con un notable
crecimiento del nmero de milias con doble ingreso, un enorme incremen
to en la tasa de divorcios y un panorama más sombrío para las madres divor-
ciadas, entre otras cuestiones del mismo tenor En otras palabras, lo que se
debilitó en este período e no solo una estctura amplia de oportunidades y
recursos económicos, sino también la rma específca de la red de seguridad
de a que dependía la clase media baja. Sin duda, aquí se haa la causa de la
stración y la ira.
En los peores casos, se obsean patologías sociales que normalmente
no se asocian con el enómeno de la Generacin X pero que pueden con
templarse de un mdo uctíero desde esa perspectiva. Joan Didion, por
ejemplo, escribió un artículo scinante sobre los "Spur Posse, una pandi
lla de jóvenes del disrito blanco, de "clase media (baja) de Lakewood, en
Calirnia, que cometían violaciones sistemáticas y se dedicaban a generar
el terror de distintas maneras en su propia comunidad (Didion, 1993) La
autora encuadra el enmeno entro del desempleo masivo causado por
el colapso de la industria aeronáutica, que generó asimismo una alta asa
de desempleo entre proesionales y administrativos. Donna Gaines (1990)
proporciona otro ejemplo en el que estudia en prondidad la desesperanza
de los jóvenes de clase media baja de Bergenfeld, Nueva Jersey, para tratar
comprender qué llevó a cuatro adolescentes a cometer un suicidio colectivo
en esa localidad en 1 98 7
La ira y la depresión de la clase media baja, y el terror y el lamento de la
clase media alta, son dos rmas de observar el mismo abismo, un abismo
retratado en la cultura pública y analizado en esdios eóricos acerca de la
ransrmación y la reproducción de clase. Desde abajo, el abismo parece im-
posible de sortear; desde arriba, czarlo parece demasiado cil.
Aquí es necesario introducir una variación en la estrategia de análisis.
Hasa ahora, he estudiado la problemática con tres componentes práctica
mente independientes: las representaciones de la culra pblica, las descrip-
ciones enográfcas de la vida y el discurso de los inrmantes y un marco
eórico o secciones de ese marco) que permiten ver cómo ncionan y cómo
  íulo 4 Generación X. L antropologa en un mundo saturado de medios de comunicación

 cabiado las clases Esta estrategia revela chas cosas útiles; por eje-
, e la cltura pública oclta las dierencias sociales ane deje al des-
ierto (un retrato de) la realidad social e el carácter aor del proceso
resentacional (los jóvenes de la Generación X están enojados, depriidos,
 llorones y haraganes, o todo a la vez) oclta la anera en ue se aplican
 distintas partes de la cobinación de iágenes a espacios sociales di-
tes e inclso atagónicos y e  arco de teorización perite coen-
r a bicar las piezas en s lgar
Si ebargo, esta estrategia eclipsa otras cestiones E particlar, hasta
ra no e he cestionado de aera sisteática la prodcción de esas re-
 setacioes Adeás ás allá de a reerencia al pasar a la "interpelació'
thsser, 1970) o la constitción de la Generación X ayorete coo n
jetivo de marketing, no e he pregtado é clases de trabajo prodctivo
 drían a s vez estar haciendo esas representaciones en el proceso social Es
cesario entoces, recordar qe la clase edia en general y la clase edia al-
 en particlar no solo son los rerentes y objetos del conjnto de iágenes
 la Generación X, ino e tabién prodcen esas iágees Despés de
do ¿ién escribe los guiones las novelas las lneas de los avisos plicita-
s, los artíclos periodísticos y las encestas deográfcas? Si en n nvel, la
ltura pública se bica por encia y en cotra de lo e scede e el terreno
 otro nivel, es na de las cosas e se prodcen en ese iso terreno Esto
s eva a la últia sección del ensayo

5. El problema del hag

Adeás de los jóvenes enojados de clase edia baja con títulos terciarios
e tienen epleos McJobs y de los hijos de posición acoodada pero
rribleente angstiados de padres de clase edia alta percibidos coo
llorones hay otra fgra clásica de la Generación X a la e es necesario
restar atención: el "haragán'' La iagen del haragán proviene de la pe-
cla de Rchard Linklater (199 1) , Slacker, qe despés se pblicó en ra
de bro (Linater 1992), en la ue n grpo de jóvenes de entre veite y
reinta años aparenteente brillantes ue habían caído en la escala social se
chocan entre sí de odo irónico absurdo y extraño drante na hora y e-
da Los protagonistas o no trabajan o tienen epleos qe están por debajo
e s capacidad, s ración o la posición socil de los padres En palabras
e Linater drante a entrevista: "No es e todos los persoaes esté
esepleados sino e s trabajo esclavo y sin iportancia no es lo e los
motiva en el ndo (citado en Petrek y Hines 1 993). Son temas típicos de
a Generació , otra versión de los McJobs Pero coo el iso Liklater
Anropología y teora social. Culura, poder y agencia

cometa, la mayoría de las persoas piesa que u haragá es, simplemente,


u "vago que ada por ahí sin hacer ada (citado e Petrek y Hines, 1993).24
Todos los itegrantes de la Geeració X con los que hablé idepedie
temete de la clase social de la que provinieran dijeron odiar el róulo de
haragá que suele adosarse a su geeración. Todos pensaba de sí mismos
que era muy trabajadores y que los problemas que preveía para su turo
o era resposabilidad suya. Muchos, sin embargo, conocían a un par de ha-
ragaes, como el compañero de Karen que vivía e un departameto caro en
Nueva York y que no había trabajado durante un año entero.
Mi idea es que el rerete de la imagen del haragá es el chico de clase
media alta que ha caído e la escala social, pero la erza de la imagen o
radica solo en su rerente. Merece la pena recordar las cias de movilidad
social descendete para la clase media alta: uno de cada cuatro jóvenes y
en épocas realmente malas, uno de cada tres no canzará el éxito. Si, como
he mencioado ateriormente, los chicos tienen terror a acasar, los padres
tienen el mismo {o más) miedo por sus hijos. Un indicador de lo prondos
que son esos temores es cuán diícil resulta que los padres reconozcan que sus
hijos tieen problemas graves; más dicil aún es que quieran hablar del tema.
Junto co la criminadad, esa e, sin duda, el área más sesible de mi trabajo
de campo. Los jenes con problemas graves no eran los que respondían el
cuestionario. Y lo que decían los padres sobre los hijos era de un optimismo
exagerado: a todos ·les iba increíblemente bien, hicieran lo que hicieran. Era
algo parecido al Lake Wobegon de Garrison Keior, donde todos los chicos
son genios. Creo que no hubo una sola entrevista en la que un padre se ref-
riera a un hijo que viera prolemas.
Así y todo, pude rescatar agmentos de relatos de esos padres de clase
media acerca de hijos e hijas que consuían rogas, que acasaan en la
escuela, que quedaan embarazadas siendo my jóvenes, que tenían con-
ictos con la justicia o que no concluían sus esdios y terminaan siendo
peluqueros o secretarias o mecánicos (ocupaciones muy respetables pero que,
desde la perspectiva de la clase media alta, indican que no se han canzado
los objetivos de "éxito). Esos hijos generan mucho dolor en los padres, que
los quieren y desean lo mejor para ellos. Tamién constiyen una ente
de conicto, pues los padres se eserzan por cabiarles la vida a pesar de
la resistencia que oponen. Y además, les generan una vergüenza rayana en
la humillación, porque son la personifcación de la angustia de los propios
padres acerca del éxito personal.

24 La versió en inglés de este artculo está publicada e Intrnet, de donde se ha descargado y


eitado con autorización de los autores y los responsables de la revista. Las dos citas aparcen en la
 ítulo 4 Geeració X. L atropologa en u mudo saturado de medios de comunicació

El grado de sensibilidad de los padres de clase media alta respecto de los


 rblemas de (y con) los hos y los tipos de emociones prondas que se ge-
ran en torno a un hijo problemático dan una idea de las angustias que suce
 a la producción y la recepción de una representación como la del haragán
 haragán es la imagen de esos chicos que descienden (o que tienen la posi
dad de descender) en la escala social sin que eso les importe siquiera Más
 marcadores de un tipo social, los haraganes son modelos de la angustia de
 padres, retratos de los temores más prondos de los padres de clase media
a Más aún, para esos padres, los haraganes son contradicciones que todavía
 se han materializado: ¿Cuándo (si alguna vez ocurre) se acaba el respaldo
 os padres? ¿Cuándo se debe dejar de ayudar económicamente a los hijos?
pués de todo, el propósito d la ayda era dar impulso a los hos para -
ar su movilidad ascendente y cncederles el tiempo necesari para el gran
lo Cuando ese período se prlonga demasiado, los padres se dan cuenta de
e, en realidad, han fnanciado la movilidad descendnte d ls hijos
Desde el punt de vista de los aigidos jóvnes de la Generación X, ara-
ads en empleos McJobs o en la red de seguridad miliar, el haragán 
a fgura más compleja, que genera repulsión y resentimieno, pero también
dia La vida del haragán puede estar vacía, pero al menos él ya no siete
r ¿O sigue sintiéndol? Si bien ls persnajes de la pelícua Slacker apa-
rntemente están en esa situación, los de Generación X pasan toda la novela
raando dsesperadamente de ahuyentar la sensación d que nada tiene snti-
o Como dice uno de los personajes: "Sabemos que por eso dejams uestras
das y vinimos al desierto; a contar historias y a hacer que nuetras propias
das sean historias dignas de contarse (Coupland, 1 993: 24).

6. Algunas conclusiones

a antropolgía se desarrlla, cada vez más, en el centro del mundo que le es


ontemporáne Mientras que, alguna vez, el rago distntivo de los antropó-
gos e alearse del mundo para tratar de encontrar lo rgen, lo premoderno,
hy en día es mucho más ecuente que los antropólogos trabajen en sus pro-
as sociedades o en lugares donde sucede lo "modern Incluso cuando n
se alejaban del mundo, incluso cuando trabaaban en sus propias sociedade
 en nómenos "modernos, muchas veces su estrategia consistía en trat la
cmunidad que esdiaban como si ese distante y xótica
Una consecuencia del giro hacia el aquí y ahora (o al recnocimient dl
aqu y ahora en tdo) es que la antropología se convierte en na vz, n na
ntrada dentr del universo extremadamente cmplejo y polióc de la "cul-
ra pública En ese contexo, ¿cuál es su aporte distintv, si es qu lo hay?
Antropologa y teoría social. Cultura, poder y agenca

Ua rspusta obvia provi d la riquza d los datos tográfcos, producto


dl trabajo d campo prolongado, xhaustivo y (casi) complto. El sabr tno
gráfco s costy mdiat la acumulación, la "dsidad d las obsacio
s durat u timpo prologado. Probablmnt, l xtrmo opusto d s
t tipo d sabr s ncuntr n cirtas rmas d priodismo tlvisivo, qu s
apoya  los corts visuals gacs y l sonido agmntado. Pes a los ata
qus a los prtciosos unciados d "autoridad tnográfca (on algunos de
los cuals coincido), aún dndría la ida d que l trabajo d campo clásico,
prologado y xhaustivo produc cirtos tipos de vrdads qu l priodismo,
ncsariamnt más vloz y suprfcial, s incapaz d producir.25
Sin mbargo, n dfitiva, con la etnograía sola o basta, pues no s la
totalidad d la atropología, y s important qu la disciplia s resista a que
la ncirrn n sa caja. La tnograía simpre intractúa xplícita o implí
citamet co la teoría, s dcir, co panoramas más amplios n pugna qu
pita cómo so "ralmnt las cosas (indpendintmnt d lo qu digan
los sujtos nativos) y por qué.
La toría s lo qu nos prmit trazar l mapa dl mundo d modo d
ntndr la rlación ntre los diversos unciados priodísticos y tnográfcos
en vez d embarcarnos n una bataa para dcidir quién tin la razón. A
mnos, así s como rocdí n st capílo. He mencioado que una parte
del pesaminto tórico rcint prmit ubicar las distintas rprsentaciones
de los jóvns d nt veinte y treinta años, incluidas las (diversas) rpresen-
tacions d la "Gnración X" y mis propios datos tnográfcos, dntro d un
scnario mayor, l d las cambiantes rlacions ntr las class en Estados
Unidos n l marco dl "capitalio tardío. Entindo la "toría n un sn-
tido amplio sgún l cual comprnd ua variedad d modlos, mtáras,
idas y dscripcions qu trata d prmanecr ra d los "datos y ocer
cirtos marcos d intrprtació crítica sin car  "objtivismos ingnuos.
En coscucia,  distintos momtos rvisité alguos rlatos d la vo-
lución dl capitalismo a fnals dl siglo X, cirtas idas ministas sobr la
importacia mdular d las rlacions dl ámbito más ítimo para la rpro-
ducción de todas las rlacions d iquidad, incluidas las d clas, y (d un
modo más implícito) torías sobr la rprsntació, dsd Cliord Grtz y
Louis Athussr hasta l prsnt.
Las torías d la rprestación, a su vz, os obligan a psar no solo en
la rlació ntr u signifcant y su rrnt, sino también  las rprsn-
tacios qu s producn y s consumn  u campo d dsigualdad y po-
dr, cofguradas tanto por sas rlacios d producción y cosumo como

25 Sn u hy granes perosts etnográficos Francs FtzGerl encabeza m lsta de preferos,
  íulo 4 Generación X. L anropología en un mundo saturado de medios de comunicación

 r la naturaleza del supuesto referente Así, esbocé el concepto de que la


 de la Generación X habla tanto de las preocupaciones de los padres de
 media alta como de un grupo particular de jóvenes reales. Se puede
 ar en la cultura pública en torno a la Generación X en parte como el
 rducto de una expedición culral en nombre de esas personas, un vie
 l que p ara ellos es e l margen del espacio social y un conjunto de postales
 vistas desde ese margen
Cap 5

SUBJETIVIDAD Y CRÍTICA CULTURL1

 este capítulo e centaé en la iportancia de la noción de subjetividad


 ra una antopología cítica.2 Si bien no hay un vínculo necesaio ente las
estiones de la subjeividad y las de pode y suordinación, y auque se ha
crito ucho dento y ea de la antropología sobre la subjetividad coo un
ámbito de investigación elativaente neutal i inteés se dirige sobre todo
 plia las líneas de tabajo que, en ecto, advieten una íntia nculación
tre la subjetividad y el poder. De ahí la ipotancia de estudia la subje-
vidad en cuanto pate de "la antopología coo cítica cultural (Marcus y
Fische, 2000).
Entiendo po subjetividad el conjunto de odos de percepción, acto,
esaiento deseo y teo que anian a los sujetos acantes. Pero tabién
me efeo a las aciones cultuales y sociales que dan ra, organiza y
eean esos odos de acto, pensaiento, etcéea. En este ensayo, oscilaré
reetidaente entre el ansis de tales raciones culrales y los estados
tenos de los sujetos acantes.

l . Breve hstoria de los debates en torno  sujeto

ado que la idea de sujeto es, en sí, un tea de discodia, vale la pea conside
rr, en prier luga, la historia del debate que esa idea ha suscitado. Se podría
dirigir la atención al desarollo de la teoría social y culal que vo luga a lo

1 Quisiea expesa mi agadecimiento a Lila AbuLughod Roy D'Andade, Cliffod Geez, Steven
ego, Paul Rabinow, Steven Sangen y Timothy D Taylo po sus valiosas cticas y sus agudos
comentaios sobe las vesiones peiminaes de este ensayo He ecibido asimismo invaloables co-
entaos duante la pesentación de este tabajo en el Cento paa as Humanidades Gasscock de
 Univesidad A&M de Texas; e encuento anual de la Sociedad de Antopologa Psicológica de 2003
e Depaamento de Antopoogía de a Univesidad de Caifonia de Los Ángeles; el Depaamento de
Antopologa y el seminaio de Sociooga Cultual Jeey Alexande de Yale; el congeso Lmites bo-
osos: Repensa a cultua en el contexto de las pácticas intedsciplinaias" celebado en e nsttuto
e Etnología de la Academia Snica de Taiwán (con comentarios fomales a cago de DingTzann i);
y, po último en a Escuea de Altos Estudios en Ciencias Sociaes de Pas. Asimismo agadezco a
ames Rosenheim, de a Univesidad A&M, Allen Chun y Tassadit Yacine, po su inmensa hospitalidad
duante mis visitas a Texas, Taiwán y Pars espectivamente.
2 Este ensayo fue publicado oiginamente en Anthropological Theory (2005) Voumen 5 Nº 1
pp 31 52
Antropología y teoría social . Cultura, poder y agenca

arg de sg  y en s añs sguenes cm una ucha pr e pape de ser
sca a persna, e sujet, e acr  e agene en a scedad y en a hsra.
S ben s rígenes de a ucha pr a mpranca de sujet pueden ubcarse
much más arás en a sfía, a ersón de sg  parece un debae prnc
pamene enre as cencas scaes de recente eucón, pr un ad, y ceras
íneas de pensamen sóc, pr e r. En a prmera mad de sg X,
e debate adpó a rma de una reaccón sóca ane a emergenca de as
erías de s "cndcnamens scaes Durem) y e "deermnsm 
Marx), menras que Sarre, en parcuar, se apara de as ds y prpne en El
ser y la nada S arre, 1993 [ 1943]) a prmacía de a "berad humana.
A su ez, en una respuesa dreca a Sarre, LéSrauss encauzó a
Durkem en dreccnes nueas y más exremas, y asmsm, en cera
medda, aejó s érmns de debae de as caegrías de a berad y e de-
ermnsm. S Durem sugería a exsenca de un ne de " sc que
pdía anzarse cn escasa referenca a s sujes, de ds mds e suje
a que é sía denmnar "nddu) reenía una presenca mprane en
e edc teórc cm eemen sbre y a raés de cua a "scedad hace
su rab, y que ncus casnamene presenta aguna ucha Durem,
1986: 39). LéviSrauss remó de Durem a ncón de hech sca que
exse pr encma y pr baj de ndvdu y que cas ene ida prpa, y se
prpus purcar pr cmpe de a presenca y de a necesdad de sujes.
Así, en a "Oberura de Mtológicas I Lo crudo y lo cocido, escrbe: "Así que n
preendems msrar cóm pensan s hmbres en s ms, sn cóm s
ms se pensan en s hmbres, sn que els  nen. Y acas  . . .) cn-
enga egar aún más ejs, prescnded de do suje para cnsderar que,
de cera manera, s ms se pensan enre els (1968: 21). Aquí ya n se
raa exacamene de una cuesón de berad y cndcnamens. N s
se panea a dea de que a berad de suje es usra, sn ambén de
que e pensamen human en sí es smpemene un ec de pur jueg
esrucura  un med para ear a cab. Cm señaa LéSrauss en El
pensamiento salvaje, e n úm de as cencas humanas "n es cnstur a
hmbre sn dser (1964: 357). Y según resume Nk Farre Fx en su
recene bgrafía de Sarre: " . . . e esrucurasm se embarcó en una crí-
ca cncerada de humansm y e anrpcenrism, e nró as premsas
humanas a dar prrdad a a esrucra sbre e suje,  ncnscene sbre
 cnscene y s análss bjes sbre as epsemgías basadas en e y
Fx, 2003: 24).
E panrama acua de a ería sca y cuura debe bserarse a
a u de esta hsra. Hay tres íneas de debae. La prmera es a de

r Bourdieu
C p ítulo 5 Subjetividad y crtica cultural

testructuralimo, que enticamente toma distancia del poitivismo


reimiano todavía presente en LéviStraus ("el análiis objetivo de la
ye científcas) y e centra má activamente aún en "la disolución del hom-
re. Los término de la crítica dan otro leve giro con la crítica del concepto
 "hombre haciendo hincapié en u cualidade iluoria no olo dede un
nto de vita floófco (el yo como locu originario de coherencia, intencio-
idad y creatividad), ino en su epecifcidad ideológica. En mano de las
tetcturalitas eministas (por ejemplo, Joan Scott, 2008), la cuestión es
 naraleza enmacarada de género: lo que parece er hombre en un sentido
iversal es, literalmente, el hombre en el sentido de género: lo hombre. En
an de lo potetructuralitas pcoloniales (pr ejemplo, Spivak, 1988 ), la
etión e la lcalización de la idea de un preunto hombre universal en lo
e es, en realidad, un proyecto epecífcamente occidental de dominación:
 hombre (colonialistas) blanco.
Si e adpta e a perpectiva, se comprende el continuo atractivo que ejerce
 potetcturalim en mucho círculos académico, incluido importante
ctores de la antropología. Aun aí, u antihumanismo plantea problema
rales a una antropología que busca entender no solo el ncionamiento de
der, ino lo intento de los subalternos (en un entido gramciano) de al
anzar, en primer lugar, el privilegio de convertire en ujeto.
E neceari vlver a una importante egunda línea de penamiento pote-
rir a LéviStrau (aunque no potetcralita) que, de algún modo, trata de
lver a poner un ujeto en el centro de la teoría social, pero al mimo tiempo
rcura rermularlo teóricamente de mod de no rehabitar el iluorio uni-
ralimo del "hombre. En eta corriente e ubicían la ditinta verione
e la teoría de la práctica, como e obea en la obra de Pierre Bourdieu (por
jemplo, 1977, 1999, 2007), Anthony Gidden (en epecial, 1979b), Mha
Sahlin (en epecial, 1981), William H. Sewell Jr. (1992) y en vario trabaj
e mi autoría (por ejemplo, Ortner 1984, 1996a, 1999a). Dejando a un lado mi
bra, cuya idea, de tod modo, dearrollaré en ete enayo, e bea que

4 Según Abdul JanMohamed y David Uoyd en un aícuo sobre e discurso de las minorías" Mientras
ue el punto de paida del postestructuralismo se encuentra en la tradición occidental y su objetivo
es a donstrucción de las formacones de la identidad desde dentro'  la diferencia crtica es que las
inorías en viud de su ser social deben comenzar desde una posición de  detidad objetiva que
está anclada en su marginación económica y cultural respecto de Occidente'  Esa no identidad que
e intelectual ctico occidental pretende (re)producir dscursivamente es para las minorías un elemento
ado de su existencia social Pero como ta ese elemento no es de ninguna manera un indcador de
iberación. ( . . ) Por e contrario a no identidad de las minorías sigue siendo el signo del daño materia
para el que la única respuesta coherente es a lucha y no el distanciamiento irónico (JanMohamed y
Uoyd, 1987:16)
He usado esta ci ta de JanMohamed y Uoyd co n anteroridad (Ortner 1 996a 8)  pero como la pro-
puesta postestructuraista anthumanista sigue vgente en algunos círculos c que vale la pena seguir
Antropologa y teoía social. Cultura, poder y agencia

o dersos pensadores nobrados anteriorente han planteado una variedad


de teoría obre el sujeto Para Bourdieu, el sujeto internaliza las estrucras del
mundo exterior, tanto el defnido desde el punto de sta cultural coo el obje
taente real Esas estcturas internalizadas constiyen un habitus, un siste
a de disposiciones por las que los actores se inclinan a actuar, pensar y sentir
de un odo coherente con los líites de la estrucra Si bien algunos aspectos
del concepto de habitus pueden ubicarse en conceptos de subjetidad, en es
pecial las "dsposiciones, en los arguentos de Bourdeu acerca del habitus, el
ayor énsis está puesto en las ra en las que establece una gaa de opco
nes y líites para el actor social Sahlins, tabién inuenciado por las ideas del
estructuraliso ancés, y al o tiepo resistiéndoe a su antihuanso,
construye un sujeto uy siilar al de Bourdieu odo por las estructuras Pe
ro, coo Sahlin analza actores históricos reales (por ejeplo, el capitán Cook),
en la narración de us accione a ece los presenta coo subjetivaente ás
coplejos de lo que uestra en la explicación teórca
Gddens y Sewel, en cabio, entienden que los sujetos son un prodcto
plenaente cultural y estcra, por lo que ponen el acento en la iportancia
de un eleento de "agencia en todos los sujetos sociales En contraste con la
insistencia de Bourdieu en la naraleza, prondaente internalizada y en gran
edda nconsciente, el conociento socal en los sujetos acantes, Giddens
hace hncapié en que los ujetos son siepre "cognoscentes, a enos parcal-
ente, y por eo pu�n operar en las estrucras que os producen y, a eces,
actar contra estas Y ente al erte deterniso estructural de Bourdieu,
Sewell, desde u perspectia htórca, sostiene que "en el undo de las luchas y
las estratageas huanas, muchos pensaentos, percepcones y accones acor
_

des con la reproducción de odeos sociales extente no suceden, en tanto qe


los no coherentes con ella aparecen todo el tepo (Sewel, 1992: 15).
Todos estos pensadores, que, de una u otra anera reintrodujeron al u
jeto actuante en la teoría social, han sdo una gran ente de nspración para
í, y he escrto sobre la iportancia de su trabajo en uchos otros contextos
Dicho eto, perítaee ugerir que en el trabajo de todos ello hay un vacío
especal o una zona superfcal poco explorada que abre el espaco para ete
enayo: una tendencia a nizar la portanca de la ubjetidad, e decir,
la concepción del sujeto coo un ser existencalente coplejo que siente,
pena y reexiona, que da y busca sentido.
¿Por qué e iportante la cuetón de la sjetiidad? ¿Por qué es necearo
rencorporarla en la teoría soca? En parte, su iportanca radica en que e
trata de una denón ndaental de la extenca huana, e gnorarla en el

5 E u excelete esayo, Throop y Murphy (2002) propoe algunas de estas cuestiones Ver ta m-
bé Meeey 1999).
C píul  5 Subjetividad y crtica cultural

ano teórico implica empobrecer el sentido de lo huano en las denominadas


cencias humanas Pero tambin es importante desde el punto de vsta político,
cmo he propuesto al comienzo de este ensayo En especial, creo que la subje-
idad es la base de la "agencia, un elemento necesario para entender cómo las
ersonas obran (o tratan de obrar) en el mundo hasta cuando son el objeto de
e obrar La agencia no es una voluntad originaria o naral, sino que adopta la
rma de deseos e intenciones específcos dentro de una matriz de subjetividad,
de sentimientos, pensamientos y signifcados (cuturalmente constiidos)
Qisiera proporcionar una defnición preliinar En todos los casos, en-
endo por "subjetivdad una conciencia específcamente culral e histórica
 emplear el trino "conciencia n pretendo excluir distintas dinámicas
conscientes, tal como se las ve en el inconsciente eudiano o el habitu de
urdieu Qiero decir, en cambio, que a subjetividad siepre excede esas
cestiones en dos sentidos En el pano indivdual, coincido con Giddens en
e los actores siempre son, al menos en parte, "sujetos cognoscentes, tienen
agún grado de reexividad sobre sí misos y sus deseos, y son capaces de
enetrar de alguna manera los modos en que son rados por las circuns
ancias  Son, en síntesis, conscientes en el sentido psicológico tradiciona,
go que se debe destacar como un compleento y no como un sustito de a
sistencia de Bourdieu acerca de la inaccesibilidad para os actores a la lógica
byacente de sus prácticas En el plano colectivo, empleo e trmino "con
cencia'' ta como lo emplean Marx y Durkheim, es decir, co a sensibilidad
cectiva de un conjunto de actores socialmente interrelacionados En este
entido, la conciencia es una parte abigua de las subjetivdades personales
y de la culra pública, y esa ambigüedad se aprecia en gran parte de o que
gue Por momentos, trato la subjetidad en un sentido ás psicológico, en
érminos de sentiientos internos, deseos, angustias e intenciones de os indi
duos, pero otras veces aludo a las rmacines culturales de gran escala
El tea de las subjetividades compejas en el sentido más psicológico
(e no equivae a acultura) aparece, con gran ecuencia, en los estdios
bre grupos dominados En ese tipo de trabajos, han sido centraes no soo
a cuestiones de la "agencia (y la "resistencia), sin tabin del suiment,
e temor o la consión, así como los diversos modos de superar esos estados
bjetivos. Agunos ejemplos son los ensayos de Lia AbuLughod (1986 y
 993) sobre las estructuras de sentiiento de las mujeres beduinas ta como

6 James Scott (2000: en especial el capítulo 4) analiza el tema de la capacida de conocer de los
omnados y recha tanto la dea de la fuee condicón hegemóca a la que estaran sometidos en el
sentdo gramsciano como la sumsón que propone Foucault Estoy de acuerdo con Scott, pero creo
ue va demasiado lejos. n esto concido más con Giddens que sostene que en ninguna circunstan-
ca las condiciones de la acción puden volverse totalmente opacas a los oos de los agentes" ( 1 979b
 la itálca es ma).
Antropología y teoría socia . Cutura, poder y agencia

e moden y epren en l poeí y  nrrtiv, el trbjo de Joé Limón


(1994) cerc de l sención de gmentción entre lo pobre de origen
mexicno en Etdo Unido,  obr de Ahi Nndy (1983) obre l de-
oriención y reorientción del "yo indio bjo el coloniaimo, e estdio de
Prnim Mnkekr (1999) de  complej reccione de s mjeres de
 Indi nte ls epopeys televisiv y e tíco de Tssdi Ycine (1992)
sobre  ntrlez de género de miedo entre o cbieño. 7 Todos eos
naizn tnto de qé mner  condición de sujeción e contrye y se ex-
periment de modo sbjetivo como  rm cretivs en  qe e trt de
perrl, nqe olo se eporádicmente.
Ademá de es cle de indgción sobre o core individes o os
gpo de ctore, tmbién exite n trdición de investigcione e interpre-
tcione en n pno cr (y poítico) más gener qe se interes por el
ppe de ls rmciones ctrle prticares en  confgurción y l gene-
rción de  sbjetividdes Psré hor  nzr ee pno. Primero voveré
 lgnos de lo trbjos clásicos de Cliord Geertz. Si bien ss ecritos dtn
de  mism époc qe os de LéviStr, Bordie, Shlin y otros tore
menciondo nteriormente, Geertz e el único de os grnde inteecae
de cmpo de l teorí socia y clra qe bordó e tem de  bjetividd
en e entido qe me intere xporr en este enyo.

. Otra mada  conce pto de cura de Gee

En nos pocos, nqe notble, enyo pblicdo en ls décd de 1960 y


1970, Geertz pel  l ooí y l teorí terri pr exprer n enqe
exclivmente ctr de l sbjetividd y, podrí decire, n teorí de l cl-
tr encd excivmente en l bjetividd. 8 Amb grdn n reción
n etrech qe e diíc nlizrl por eprdo. Comenzré por  cr.
En  teorí de l ctr de Geertz, peden identifcre do dimeniones.
Por n do, etá el concepo nortemericno cáico de ctr, qe e oci,
entre oro,  Bos, Med y Benedic, y qe e defne principmente como 
iión de mndo y de ethos de n grpo pricr de peron. Por otro do,
etá  teorí foófc y iterri de proceo ctrl, inspird pricrmene
en Wittgenein, qe hce hincpié en  conrcción de entido, y de  b-
eidde, medinte proceo imbóico inmeros en e mndo ocia.

7 Ycie fue discípul de Bourdieu Me prece itereste que ell mism sitúe su ivestigció eto-
gráfic e est á de  subjetvidd, que o prece e l teor de Bourdieu
8 E este cptulo, nlizo csi exclusivmente los esyos fundacioles de Geez Si se dese teer
u porm geeral de toda su obr, ver lnglis (2). Pnourgá (202) contiene un etrevist muy
Cpítulo 5 Subjetvidad y crítca cultural

Como bien sbe quien h leído los rbjos nroológicos de ls úlims
décds el conceo de "culur h sido durmene cuesiondo Si bien he
scrio sobre el debe cerc de l culur en oros rículos (Orner 1999b
y l inroducción  ese volumen) r vnzr en el nálisis de l obr de
eerz es necesrio reomrlo cd vez. Sin embrgo dré quí un orien-
ión direne l násis
Si bien el conceo de culur de Geerz coniene dos verienes se
adviere clrmene que el roblem rdic en el rimer senido l ide
noremericn es decir l de que los gruos riculres "poseen'' culurs
articulres cd uno l suy y que es culur es "comrid or odos
los miembros del gruo Ls críics  l culr en ese senido don di-
verss rms En rimer lugr el conceo de culur es demsido indife-
rencido excesivmene homogéneo: dds ls diverss rms de diferenci
y desiguldd socil ¿cómo odrín odos los inegrnes de un sociedd
determind comrtir l mism visión del mundo y l mism oriención
rseco de ese mundo? L segund críic l más conundene es que
l homogeneidd y l fl de diferencición en el concepo de cultur lo
lign muy eremene l "esencismo l ide de que "los nuers o "los
blineses ienen un únic esenci que los hce ser como son y que demás
expc grn re de lo que hce y cómo lo hcen Los eligros de dor
st ostur son evidenes cundo se obsen los ios de reresenciones
de l "culur árbe o l "culr musulmn tn comunes en el mundo
desués del 11 de sepiembre de 2001 Desde luego Geerz nunc doó
es rm de ensr Su inerés por comrender l diferenci culrl er
recismene el oueso er un rm de inicir "diálogos  rvés de
línes culurles Pero el conceto en sí se voló más escurridizo olíic-
mene de lo que recí nes
L dens que hce eerz en Tras los hechos. Dos países, cuatro décadas y
un antropólogo (1996) de lo que yo denomino el conceo noremericno de
cur se ndmen rincilmene en l ide de que l culur es rel y
que los críicos esconden l cbez como el vestz r no verla Coincido
con ellos ero l críic necesi un dens mejor exresd en érminos de
l olíic imlíci en el uso del conceo Así si bien se dvieren los verd
deros eligros de l "culur en su oencil r esencilizr y demonizr 
gruos eneros de ersons mbién se debe reconocer el vlor olíico críico,
r comrender no el ncionmieno del oder como los recursos de los
que no lo inen.

9 Mi trabajo empírico ha sido principalmente, una respuesta a esa versión de la crítica Y durante mu-
cho tiempo a través de él he destacado la articulación de las foas culturales con la desigualdad y la
Antropoogía y tra socia. Cultura, poder y agencia

Viso desde el lado del pode, se econoce, en pie luga, una ación
culual coo un conjuno elativaente coheente de síbolos y signif
cdos, ethos y cosovisión, y, al iso iepo, se eniende que esos signif
cados son ideológicos y/o que an pate de las ezas y los pocesos de
dominación Qizá la fgua ás epesenaiva de la eulación del con
cepo de cultur en ese sentido es Rayond Wiias, con su adaptación de
la noción gamsciana de hegeonía Las ideas de Wilias iniciaon una
viual revolución acadéica coo consecuencia de la ceación de ese capo
enore, éril e ingobenable denoinado "esdios cultuales En ano que
l eró oremeicana de los esudios cultuales estuvo doinada po la
r erria (mayoene ancesa), en Gan Beaña oaron un caino
ás anopológico que abacaba abajo de capo enogáfco (en especial,
en la oba clásica de Paul Wills, 1988, Aprendiendo a trabajar) y un desplie
gue poducivo de la concepción de Wilias de la cua coo hegeonía,
eso es, una cobinación del concepo noeaeicano de cula y el con
cepo maxisa de ideología (Wilias, 2000: 129130) Los esudios de la
culua posmoderna como pae de la hegeonía ás amplia del capitaliso
adío, sobre los que me explayé más adelante, iustan ese ipo de abajo
Vis desde la posición de los menos podeosos, la culua, en el senido
anopolóico noeamecano, si bien con un ono ás cítico, pesise en
los esudios de la "cul opular. Se aa de esudios acerca de los undos
locles de sujeos y grupos· que, por uy dominados o aginados que esén,
raan de da eido a su vid: culturas aciales y énicas (po ejemplo, Limón,
1994), culras de clase rbajadoa (po ejeplo, Lipsiz, 1994), culuas juve-
niles (o ejeplo, iTalai y W 1 995; Taylo, 2001; onon, 1995).
A igl que en la nropología clásica noeaeicana, en la oba de esos
auoes se cosidea que la culua es copatida po un gupo, que a
pae de su modo de vida colecio y encana su hisoria y su idenidad, su
cosmoisión y su ethos comunes. Los esudios de la cuua popula enendida
en ese senido ambién ienden a incorpoa, iplícia o explíciaene, una
perspeciv bjiniana según la cual l culu es la encarnación de una especie
de esisencia, una especie de avesua, o bien de una acividad lúdica y pla-
cenera, que rma pae de la vida vivida en los mágenes de las esucuas
de dominación. Yo' Mama Dynktional!, de Robin D G. Kelley (1997), un
esdio de l culura oular aoameicna, es un excelene ejeplo de ese
o de rbjo.

1 O Se podrí pensr que Willims h conseguido acercar la ntropología y l litertur desde la literatu
r, como lo ha hecho Gz desde l ntropologí.
  Crehn (2004) critic l dptción que hce Williams de la noción gramsciana de egemonía y el
uso extenddo de l versión de Willims del concepto en ntropologa Est autora propone temas inte-
C pítulo 5 Subjetividad y crítica cultu ral

En sma, la cltra", inclso en el viejo sentido norteamericano o en na


erpretación del mismo estilo, no es inherentemente n concepto conservador
o eligroso; al verlo de ese modo, se comete na especie de error de categoría.

 concepto es exible y vigoroso, y pede emplease de my distintas maneras;


la más importante de ellas es s so como parte de na crítica potica.
El concepto de clra al estilo norteamericao es, sin embargo, solo na
e las dimensiones de la teoría geertziana. La segnda consiste en n con-
nto de ideas acerca de cómo ncionan y qé hacen los procesos cltrales.
eertz sostiene qe la cltra debe entenderse como n conjnto de rmas
mbólicas públicas qe expresa y confgran el signifcado para los actores
e participan en el ujo constante de la vida social. Y, anqe la idea de
ignifcado" también se pede disparar en mchas direcciones dierentes, el
erés particlar de Geertz se sitúa en las rmas de sbjetividad qe los
iscrsos y las prácticas cultrales reejan y organizan. Esto me elve a evar,
tonces, a la subjetividad y la conciencia.

3. La consucción cul de la subjetvdad

En dos de ss artíclos más célebres, Persona, tempo y codcta e Ba-


li" (Geertz, 1988c) y Jego prondo: notas sobre la riña de gallos en Bali"
1988d), Geertz oece na eplicación convincente de su método de trabajo
cando interpreta las rmas clturales balinesas términos de designación de
as personas, sistemas de calendarios, normas de etiqeta, riñas de galos se
gún los modos de conciencia qe representan.
Es importante no separar el método de iterpretació del interés en la
sbjetividad (conciencia histórica y cltral). Ciertas rmas actales de
análisis cltural, inspiradas principalmente en Focalt o en otras corrienes
roveientes del postestrcturalismo, ponen el énsis en os modos en qe
os discrsos constryen sjetos y posiciones sbjetivas, y iene, por lo tanto,
na semejanza sperfcial con la interretación geertziana. Pero los sjeos
en cestión en ese ipo de análisis se defnen mayormene en términos de
gares políticos (posiciones de sjeto") e dentidades políicas (ambos or
malmente sbordiados): sbalternos (e el setido colonialista), mer, oro
racializado, ecétera. El ejercicio no carece en modo lo de imortc,
ero difere de la cestin de la rmación de sbetividades, estrcr
compleas de pensamieto, senimiento y reexión, qe ora a os res
sociales en algo más qe ocates de determinadas osiciones pariclars y
e determiadas identidades.2
Antrpología y teoría social. Cultura, poder y agenca

Geertz deja en claro que su modo de pensar la subjetvdad se remonta


 M Weber; por ello, no hay mejor lugar para comenzar que las deas de
Weber sobre cómo el protestantsmo repercutó en la confguracón de la
concenca de los prmeros sujetos modernos. A partr de la doctrna protes-
tante de la predestinacón y el supuesto del carácter lejano e naccesble de
Dos, Weber sostene que el calvinsmo inculcó a los creyentes una estructura
partcular de sentmentos: "Con su inhumandad patétca, esta doctrna habla
de tener como resultado, en el ánmo de una generacón que la vvió en toda
su grandosa consecuenca, el sentmento de una inaudta soledad nteror del
hombre (1979: 123).
Weber crea una magen de la capacdad del protestantsmo para ntensf-
car a cada momento la angusta relgosa. Por ejemplo, el calvnsmo emnó
la práctca de la "conesión prvada del pecado, y así "se elmnó el medo
de que la concenca aectva de la culpa pudese reacconar' peródcamente
(Weber, 1 979: 127). Desde luego, la ente prncpal de angusta relgiosa era
la sacón pscológcamente ntolerable de que el destno ya está escrto y
que no hay rma de conocerlo.
Toda la estratega de Weber para construir los vínculos entre el protestan-
tsmo y el "espírtu del captalsmo se basa en mostrar cómo las doctrnas y
las práctcas protestans nducían esas angustas y, a la vez, proporconaban
modos de resolverlas. Las solucones "trabajo proesonal ncesante (Weber,
1979: 138), "aquella coducta [en el trabajo proesonal] que srva para au-
mentar la gloria de Dios (143), "sstemátco control de sí msmo (145) , entre
otras producían no solo un tpo determnado de sujeto relgoso, sno tam-
bén, según la mosa hpótess d·Weber, un primer sujeto captalista. No
prondzaré en las obseacones de Weber sobre esa relcón. Me nteresa,
en cambo, señalar que ese sujeto de produccón cultural y relgosa no se def
ne solo por una poscón partcular en una matrz social, económca y relgosa,
sno tambén por una subjetdad compleja, un conjunto complejo de senti-
mentos y temores que son medulares en toda la argumentacón.
 gual que para Weber, para Geertz las culturas son sstemas públcos de
símbolos y sgnfcados, textos y práctcas que representan un mundo y conf
guran sujetos de modos que se ajustn a la representación del mundo. Geertz
(1988b) expone los ndamentos teórcos en "La relgón como sstema cul-
ral, dnde tambén proporcona algunos breves ejemplos. Pero el panorama
completo de su planteo y su método fgura en dos extensos estudos de las
rms culturales balnesas.
En el prmero de los artículos, "Persona, tempo y conducta en Bal
(eertz, 88c), nterpreta numerosos órdenes smbólcos balneses quzá
se ls orí denomnar "dscursos con el fn de comprender el tpo de
set que reejan y constyen. Entre ellos, se encuentran los "órdenes
C ítulo 5 Subjetividad y crtica cultural

 defnición de la persona (nombres persones, nombres de orden de na-


miento, términos de parentesco, tílos de estatus, etcétera), los discursos
re el iempo y las reglas y modelos de protocolo social. Geertz hace un
álisis detallado de todas esas rmas, primero individualmente y luego en
rminos de reerzo recíproco, todo ello para tratar de comprender el tipo de
onciencia que se produce en la convergencia.
Sostiene (paso aquí directamente a la conclusión de un anásis sumamen-
 complejo) que los discursos sobr la naturaleza de la persona producen un
po de "anonimización de las personas y que los sistemas de cálculo temporal
roducen una "inmovilización dl tempo (Geertz, 1988c: 330). Los dos
iscursos, según Geertz, debería verse como intentos culturales por "hacer
saparecer de la vista los aspecos más propios de la condición humana: la
ndividualidad, la espontaneidad, el carácter perecedero, la emoción, la l-
erabilidad (330). Convergen, pues, con una pasión cultural por la "ceremo-
alización del trato social que, al menos idealmente, tiene un ecto parelo:
antener varias relaciones a "distancia sociológicamente mediana (329).
En un nivel, todo eso representa e induce cierto estilo culral, algo que
Geertz denomina "teatralidad traviesa (1988c: 330). Pero Geertz prondiza
n la rma subyacente de la subjetividad en cuestión examinando la categoría
o estado emocional de subjetividad balinesa de lek, que él traduce por "desa-
zón, intimidación ante el público (. . ), un diso nerviosismo, generalmente
ve, aunque en ciras siaciones virtualmente paralizante, ante la perspec-
va y el hecho d la intracción social, se traa d un temor permanente, las
más de las veces leve, de que uno no sea capaz de comportarse con la reque-
rida fneza (33 1332). La elaborada arquitectura cultural, los discursos y las
prácticas que se entrelazan, los términos de designación de las personas, los
calendaros y las reglas de protocolo agudizan y a la vez mitigan ese conjunto
d angustias:

Lo que se teme levemente en la mayor ae de los casos e intensamente e unos


ocos es que la actuación ública que constituye la etiqueta resulte torpe y chapu-
cera, que la distancia social que la etiqueta antiene desaparezca en consuencia y
que la ersonalidad del individuo irrua a través de la ala actuación ara disolver
su identidad ública estandarizada (   ) k es la conciencia siempre presente de la
.

osibilidad de semejante destre interpersonal y al mismo tiempo es la fuea que


tiende a evitarlo (Geez, 1 988c: 332) .

Lo intersant respcto de la estructura de las emociones enunciada aquí


s su complejidad reexiva. Las rmas culturales discursos, prácticas pro-
ducn cierto tipo de mentalidad cultural que apunta a mantener la distanca
ntre las personas y a la ceremonialización del trato soci mientras crea una
serie de angustias vinculadas con la capacidad de salir airoso. La subjetividad
Antropología y teora socia Cultura, poder y agencia

en cuestión tiene una a culal deteinada, peo tabién una anea
de habita esa a que es eexiva y se anguia ente a la poibdad de
acaso pesonal.
El segundo de los ensayos ás ipotante de Geetz obe cultua y
subjetividad es "Juego pondo: notas sobe la iña de gallos en B ali {198 8d) .
En téinos geneales, su enque es siila al que adopta en "Pesona, tie
po y conducta en Bali. Pieo, el auto explica en detalle la centalidad
de las iñas de gao en la vida social, el pensaiento culal y las pasione
individuales de lo baneses. Luego oece una vituosa intepetación de las
iñas de gao coo texto público. Se detiene en la oganización social de la
paticipación y las apuesas, y establece que las iñas de gallo, en especial las
"pondas o socialente ipotante son "ndaentalente una daati
zación de inteeses de status" {1988d: 359). Peo luego se pegunta qué signi-
fca paa los actoes balineses que la daatización púbca de la ivalidad de
estas toe la a de "un gallo [que] hace pedazos a oto insenataente
(369). La aguentación sigue la distinción ente "odelo de y "odelo paa''
sin encionala explícitaente. En pie luga, en el "odelo de, la iña de
gaos e intepeta coo un texto, un conjunto de epesentaciones y odena
ientos de teas cultuales que les otogan signifcados paticulaes:

Lo que hace [a riña de galos] es lo que hacen, en el caso de otros pueblos con otros
temperamentos y ora convenciones, E Re y Lear y Crimen y castigo; recoge esos
temas muee, mascul inidad, furor, orgull o, pérdidas, ganancias, ar y a ordenar-
los en una estructura general os presenta de una manera tal que pone de relieve una
paicular visión de a naturaleza esencia de dic hos temas Hace una interpretación de
elos, los hace (para quienes está istóricamente situados en a posición de apreciar
la interpretació n) significativ os, visibes, tangibes, aprehensible s    , "reales en el senti
do de la ideación (Geez, 1 988d: 364)

 iso tiepo, es ás que un texto, o ejor dicho, los textos tascien
den la ea enunciación y exposición de ignifcados. Así, y este es el aspecto
del "modelo paa, "[p]aa los balineses asisti a las iñas de gallos y paticipa
en ellas es una epecie de educación sentiental {Geetz, 1988d: 369). Es en
ese contexto que Geetz pesenta su elaboación teóica ás explícita de la
ación de la subjetividad. Pieo analiza las as en las que paticipa
en las ias de gaos "le aben [al espectado] su popia subjetividad (370).
Peo lueo adopta una posición constuctivista ás potente:

Pero como ( .   ) esa subjetividad no existe prpiamnte hasta estar así organizada,
las formas de ae generan y regeneran esa misma subjetiidad que ellas pre
tne solamente desplegar Cuaetos, naturalezs mueas y riñas de gao no
son meros refleos de una sensibilidad preexistent analógicamente representaa,
Captuo 5 Subjetiidd y crtic cutura

io que o agete poitio e  creci y mteimieto de t eibiidad


(Ger, 1 d 31 )

En el núcleo de esa sensibilidad hay tabién un conjunto de angustias,


direntes de las que expone Geertz en "Persona, tiepo y conducta en Bali,
aunque no desvinculadas de ellas En este caso, las angustias giran en torno a
la irrupción de la anialidad en la vida huana Geertz ropone que los ba-
lineses se sienten asqueados y/o amenazados, pero tabién scinados, por las
aniestaciones de la aniadad en el undo huano, incluidos la ayoría
de los aniales reales, las conducas aniales del hobre y los deonios a-
léfcos que adoptan todos ras aniales (1 988d: 345)
Si hago hincapié en l a cntralidad de las angustias en l análisis que hace
Geerz de la subjetividad es, en arte, porque está uy próma a las ideas
wberianas de la ética protestant, que abién se centran en la angustia. Pero
en su arco teórico, Geertz asigna un papel aún ayor a la angustia; es uno
de los ejes centrales no solo de deterinadas subjetividades culrales, sino de
la condición huana en su conjuno, s decir, la condición de ser una criatu-
ra culral. Para obsearlo, es necesario volver al ensayo que dio inicio a su
proyecto teórico, "La religión coo sistea culral (Geertz, 1988b). Gertz
lo utiliza para prondizar en lo que advierte coo el temor ás ndamen-
tal de los seres huanos el iedo al caos conceptual. Comienza citando a
Susanne Langer:

[El hombre] puede adaptarse a cualquier coa qe s imagiaci sea cap de
afrontar pero no puede hacer frete a caos. Como a fuci carcteríitica de hom
bre y s supreo bie es la cocepció , s ayor espato es el de efrentrse co lo
qe no puede explic arse con e "isterio ( .  . ). Por eso, estro bien más ipoante
so siempre los símboos de estra orietacin genera en la atraleza, e a socie-
dad y e todo cato haceo (Lager, citada e Geez 1 988b: 96) .

Geertz continúa con la disinción de los disintos ipos de teores encar-


nados en ese iedo al caos:

Hay por lo eos tres ptos en los que e caos u tumuto de hechos a los qe
le s flta no solo iterpretació sino tabié la posibilidad de iterpretación aenaza
irrmpir en el hobre en los líites de s capacidad aaítica, e los líites de s
fea de resistencia y en los líites de s visión ora. El descocieo, el sfriiento
y la sensación de na paradoa ética insouble constituyen, i so lo bastante intensos
y dran lo suficiete, radicaes desafos a la proposición de que a vida es coprens
ble y de que podeos orientarnos refle xiv aete en ela  . . (1 988b: 97).

Esas angusias de la interpreación y la orientación son visas como art


de la condición huana n gnral basada  la dpndecia dl hombr
Antrpología y tría social. Cultura, poder  agencia

de os órdenes simbóicos para actuar en e mundo. En un artícuo anterior


(Geertz, 1988a), e autor sostiene que os sistemas simbóicos no se agregan
a a existencia humana, sino que a constiuyen. Como os seres humanos son
criaturas reativamente abiertas y están mucho menos programados que a
mayoría de os animaes, iteramente dependen de sistemas simbóicos ex
ternos para sobrevivir, incuido en especia e enguaje, pero, en términos más
generaes, también a "cura
Este panteo ndaciona más extenso sobre as angustias meduares de
hombre por a agilidad de orden y e signifcado ha dado un nuevo giro en
una ampia área de os esdios curales, os esudios de a "condición pos-
moderna, que se presenta (como veremos a continuación) como una nueva y
poderosa confguración de a cultura dominante.

.De la interpretación de la cultura a la críca cultural: dos lecras de la


conciencia posmodea

En esta última sección, presentaré interpretaciones de dos trabajos acerca de


as rmaciones curaes y subjetivas de capitaismo tardío, considerando
un conjunto de objetivosEn primer ugar, quiero exponer a noción de in-
terés por as compejas estructuras de a subjetividad que ha persistido más
alá de os ensayos seminae de Geertz pubicados en a década de 1960 y ha
continuado en ciertos tipos de trabajos hasta a actuaidad. En otras palabras,
quiero comparar esos tipos de trabajos con e pensamiento antihumanista
(estructuraista y postestructuraista) e critiqué a comienzo de este artícuo
y con e trabajo mucho más satisctorio de os representantes de a teoría
de a práctica que, de todos modos, ignoran as cuestiones de a subjetividad.
En segundo ugar, mostraré a continuidad con e método de interpretación
geertziano y sus transrmaciones. Aún es posibe apreciar este método de
interpretación de as rmas de a cutura púbica para legar a a conciencia
coectiva, pero en manos de os autores que exporaré aquí ha adoptado o que
podría denominarse e giro de Raymond Wiliams: de a interpretación de a
cutura a a crítica cutura
De hecho, hay ago irónico en esto. Si bien cada vez más se ve e "culura-
ismo geertziano como conservador, en reaidad, sirvió de base a un enque
radica de os estudios cuturales. Raymond Wiiams ecundó una versión r-
conocibemente geertziana de concepto norteamericano de cutura con a s
mia de a concepción maista de a ideoogía para tratar de entender cómo
a cutura rma y derma subjetividades o que é denominó "estructuras
de sentimiento, en contextos históricos específcos de poder, desiguadad y
mercantiización. En e siguiente anáisis de os dos ensayos, ambos inscriptos
Capítulo 5 Subjetividad y crítica cultural

en esta tradición de los esdios culrales, quiero mostrar no olo la deuda


con los métodos de interpretación geertzianos, sino también algunos ecos or
prendentes de elementos más específcos de la cosmovisión de Geertz, en p-
ticular, la centralidad de las cuestiones de la angutia por el orden y el sentido
La primera de las obras en cuestión es el clásico ensayo de Fredric Jame-
son "Postmodernism, or the cultural logic o late capitalism, publicado el
año no podría haber sido más adecuado en 1 984 El artículo e la plata-
rma de lanzamiento de una línea de pensamiento acerca de la cultura con-
temporánea, y la segunda obra que analizaré aquí, La corrosión del carácter: las
consecuencias personales del trabajo en el nuevo capitalismo, de Richard Sennett
(2001), representa un desarroo adicional, y más reciente, de algunas de las
mismas cuestiones.3 Antes de continuar, debo decir que si bien, en mi opi-
nión, las dos obras son interesantes, no necesariamente coincido con todo lo
que en eas se plantea Así pues, no pretendo embarcarme en una exploración
sustantiva de la condición posmoderna ni mostrar una conrmidad absoluta
con los do trabajos. Los expongo aquí principalmente para ilustrar una rma
específca de análisis cultural contemporáneo encado, como lo hace Geertz,
en las cuestiones de la subjetidad (angustiada) y que transrma la interpre-
tación de la culra al estilo geertziano en crítica cultural
Jameson, en primer lugar, ve la posmoderndad como un conjunto de
estilos emergentes en el campo de la arquitecra, la pintura, la literara, el
cine y la teoría académica y, al mismo tiempo, como una rma emergente de
conciencia con características particulares Los estilos y la conciencia están
explícitamente igados al "capitalismo tardío en diversos sentidos mediante
la mercantiización de la "producción estética (Jameson, 1984: 4), como "la
expresión interna y superestrucra! de toda una nueva oleada de dominación
militar y económica de Estados Unidos en todo el mundo (5) y como un
análogo de "la gran red comunicacional global multinacional y descentrada en
la que estamos atrapados (). 
Jameson interpreta la culrconciencia posmoderna (como en Geertz, o
para el caso, en Durkheim o M, el límite entre las dos es dio) en una di-
versidad de rmas y textos de la culra pública. Comienza con una compa-
ración entre una pinra de zapatos campesinos de Van Gogh y Los zapatos de

1 3 No es mi intención pvilia a los autoes que pvienen de discipinas distintas de a antologa


Elegí los tabajos de Jameson y Sennett porque ilustan los astos del enfoque de Ger de la sub-
jetividad que deseo esalta Los anopólogos e han ocupado de vaias cuesiones vinculadas con el
capitalismo adío, en especial de la globalización (Appaduai, 2001 ; Hannez 1 998; Ong, 1 999). Ente
los trabajos más afines sobe cuestiones especícas de a conciencia posmodena se encuentan Tau-
be (1 992b), Main (1 994) y Comao y Comao (2001 a).
1 4 U n ejemplo de o ápido que cambia el discuso de la ta  a polica es que el témino globai -
zación" aún no ea moneda coien te cuando Jameon escibió su eny o en el que emplea la palaba
mulinacional
Antrpologa y teoría soca. Cultura, poder y agencia

polvo de diamante, de Andy Warhol Según Jameson, la pintra de Van Gogh


pede y quizá deba interpretarse como una respesta a na condición real
del mndo, "todo el mndo objetivo del simiento ral (Jameson, 1984:
7), mientras que la pinra de Warhol no se presta a este tipo de interpreta-
ción: "En Warhol (   ) no hay manera de completar el gesto hermenéutico y
devolver a esos retazos todo ese contexto vivido más ampo (8) De acuerdo
con Jameson, el cuadro de Warhol encarna "acaso el rasgo rmal spremo
de todas (   . ) las posmodernidades: la chara o alta de prondidad (9, el
orden de las palabras está alterado) Esa alta de prondidad es, para Jameson,
el primero de los grandes "rasgos constitutivos de lo posmoderno, entre los
qe también se centan "n consecente debilitamiento de la historicidad
en nestra relación con la historia pública y en las nuevas rmas de nuestra
tempordad privada (   ) [y] n tipo completamente nevo de tono básico
emocional, qe él denomina "intensidades (6) 
Jameson compara luego la obra de Warhol con E git, de Edvard Munch,
"una expresión canónica de las grandes temáticas modernistas de la aliena-
ción, la anomia, la soledad, la agmentación social y el aislamiento (Jameson,
1 984: 1 1) Esas temáticas, sin embargo, se ndan en lo que Jameson denomi-
na "modelos de prondidad del sujeto que suponen diversos tipos de sb-
jetividades complejas, incida la distinción entre un yo interior y un mundo
exterior En la posmodernidad, sin embargo, "la prondidad se ve reempla-
zada por la superfcie (12) y "la alienación del sujeto se ve desplazada por su
agmentación (14)5 Esta interpretación queda luego grabada a ego con
na to del Wells Fargo Court, un edifcio que parece "una sperfcie que no
está sostenida por volumen algno (1 3
En síntesis, el sujeto posmodern ha sido pivado de subjetividad en el
sentido modernista Las rmas cultrales posmodernas, incluso las corrientes
de la teoría cultural que postulan la irrelevancia o la "muerte del sujeto, ree-
jan esta subjetividad achatada y, a la vez, aumenan la sensación de desorien-
tación del sujeto Aquí,Jameson desarolla su mosa interpretación del Hotel
Westin Bonaventre de Los Ángeles Mientras lleva a los lectores a través

1 5 Sobre a base de unas pocas entrevistas reaizadas en Estados Unidos, Caudia Strauss (1 997)
cuestiona os argumentos de Jameson y mis propios apoes a esos argumentos acera de a frag·
mentación de sujeto (Oner 1 99 1 )  No queda caro si ese tipo de entrevistas a indviduos pueden
empearse para cuestionar as prpuestas de Jameson y mías que se sitúan en un pano cutura, pero
no quier expayarme aqu spondiendo esas cuestiones
1 6 Siendo una persona de Nueva Yo que se ha mudado a Los Ángees debo decir que a os neoyor·
quinos e diseño de muchos edicos de Los Ángees nos resuta ago etraño Me reer a os edicios
de depaamentos. En muchos de eos no hay una puea ni un hal de entrada dendos En mi edi·
cio y en otros de mi barrio hay que entrar por a cochera o por una puea atera que da directamente
a un pasio donde se encuentran as pueas de entrada de as viviendas Digo esto para señaar que e
Westin Bonaventure puede ser "posmoderno per también puede representar una versión exagerada
de ciet cultura arquitectónica oca.
Captulo 5 Subjtividad y crítica cultural

de esacios increíblemente consos, J ameson dice que "en defnitiva, el hotel


ha logrado trascender las caacidades del cuero humano individual ( . . .) ara
situar cognitivamente su osición en un mundo exterior cuyo maa se uede
trazar (Jameson, 1984: 44). Más adelante, ubica la angustia central confgura-
da or este tio de entorno:

Es posil proponer aquí que es alarmant punto de disyunción ntr el cuerpo y
su ntorno construido ( ) pud plantars como símbolo y análogo d s dilema
.  

más agudo que s la incapacidad d nustra ment, al menos n la actualidad, d


caografar la gran rd comunicacional global multinacional y dscntrada n la que
stamos atrapados como sujtos ndividuals (44).

Jameson traza así un esbozo de lo que él ve como una nueva rmación


de la culra/conciencia y la critica como "la lógica cultural del caitalismo
tardío. No se trata de una ideología en el sentido clásico del término, un
conjunto de ideas y untos de vista imuestos por las clases dominantes, sino
de una culra vista como ideología, como la "exresión suerestructura! de
nuevas rmas de oder en el mundo. Además, sus características rinciales
constituyen una esadilla geertziana que desordena y desorienta, y carece de
sentido y acto. Los sujetos osmodernos están desorientados en el tiemo
(el "debilitamiento de la historicidad) y en el esacio (vagan metaóricamente
en los asios laberínticos de lugares como el Westin Bonaventure). Como
carecen de un vocabulario ara nombrar la rondidad y la comlejidad sub
jetivas (el fn de los "modelos de la rondidad), su vida emocional se reduce
a estaidos emocionales dimentarios ("intensidades) y estados de ánimo
sin rasgos característicos ("euria).
En esta interpretación basada en las anstias de la orientación y el sen-
tido, Jameson enseña su coherencia en términos de la olítica que invoca al
fnal. Si bien aunta a la olítica radical tradicional, en defnitiva, termina
invocando no a las barricadas, sino a las rácticas de ordenamiento conceal
del mundo, esecífcamente la ráctica de la "cartograía cognitiva: "La rma
olítica de la osmodernidad, de haberla, tendrá una vocación or la inven-
ción y la royección de una cartograía cognitiva mundial (Jameson, 1984:
54) En el curso de esa cartograía, "tal vez comencemos a entender nuestro
osicionamiento como sujetos individuales y colectivos, y a recuerar una ca-
acidad de actuar y luchar que en la acalidad está neutralizada or nuestra
consión esacial y social (54) .
El ensayo de Jameson uede criticarse desde diversos ángulos. En esecial,
or su notable alta de ndamento social. La osmodernidad tal como él la
describe no está vinculada con ningún gruo, clase o ráctica en articular
(or ejemlo, el trabao) . Parece otar sin estar amarrada a ninguna ubicación
Antropología y tría social. Cutura, poder y agenca

en el mndo real y existir en el éter del modo de prodcción del capitalismo


tardío en su conjunto Fred Peil (1990) hace na crítica brillante en esos
términos, y en el libro de Sennett que comentaré a continación, el ator
elde muchos de esos problemas El argmento de Sennett se ntre más de
material etnográfco qe de textos y esa es na de las direncias entre los dos
trabajos7 Pero mi intención aqí no es hacer hincapié en las defciencias del
artículo de Jameson, sino mostrar cómo se pede sacar provecho de na lect-
ra de Jameson y Sennet en términos de los planteos eertzinos) acerca de la
cltur y la subjetividad, acalizados a través de Raymond Williams, qe son
esenciales en este capítulo
La corrosión del carácter: las consecuencias personales del trabajo en el nuevo
capitalismo, de Sennett (2001), es, al igal qe el ensayo de Jameson, na ex-
ploración de las nuevas rmas de conciencia que emergen en las condiciones
imperantes en el capitalismo tardío Los textos qe emplea en s análisis
no son pinras ni edifcios sino escenas laborales, estrctras de atoridad
y responsabilidad en los lugares de trabajo y conversaciones sobre el trabajo.
Mientras que para Jameson el "capitalismo tardío adopta, en gran medida, la
rma del multinacionasmo, se bica "allí era y es dicil de comprender,
para Sennett se encuentra en las empresas y en los lgares de trbajo, "en casa
y es igualmente dic de ptar8
Sennett sostiene que las condiciones laborales han cambiado radicalmen-
te en el capitalismo tardo e y qe ese cambio ha tenido repercsiones my
prondas en la conciencia, a la que él se refere en términos de "carácter''
Resume esas nuevas condiciones en la ase "nada a largo plazo, lo qe sig-
nifca, antes que nada, que los emple no son segros, en parte debido a la
creciente opacidad de las compañías, de modo que las personas nnca saben
exactamente qué se espera de ellas y en parte debido a las prácticas de "re-
cores y "reconversión, por las qe las empresas despiden personal constan-
teente aunque no esté demostrado que esas prácticas amenten realmente
la productidad o la rentabilidad "Nada a largo plazo qiere decir también
que el trabajo en sí no está inserto en el "empleo'', na relación prolongada en
el tiempo con una empresa que podía convertirse en parte de la identidad del
individuo, sino que se agmenta en "proyectos que se peden tercerizar para
que los lleven a cabo contratistas que tampoco tienen na relación dradera
con la empresa También se traduce en n perjuicio para los trabajadores

1 7 E poble dtinguir cieos tipo de etudios cuturales basado en la producción textua que
restan más eftivos en e tatamiento de probema de la sitación socia, incluso sin recuri a la
inetigación o lo dato etnogáfcos. Ver, po ejemplo, Traube (1 992b) y Bordo (1 993), también obre
la conciencia pomoderna
1 8 El tercer gran lugar para tar un mapa de la cultura y la concencia pomodena es la famiia anai-
zada po Judth Stacey
Capítulo 5 Subjetividad y crítica cutural

mayores (de más de 50 años; o de más de 40 en lgunos lugares; y de más de


30 en el ámbio de la publicidad); las personas que han rabajado durane mu
cho iempo en la empresa son visas como demasiado enelas en hisorias
pasadas, demasiado acosumbradas a maneras antiguas de hacer las cosas, de
masiado proclives a conesarles mal a los jes más jóvenes, ecéera. La ase
nada a largo plazo ambién puede rerirse a las máquinas de producción, que
se deben reprogramar sin previo aviso, el moso principio de producción a
iempo (Harvey, 1 998). En suma, el principio de "nada largo plazo se ramifca
a ravés de la culura empresaria del capialismo ardío.
Denro de ese cuerpo discursivo, e eecto posiivo de "nada a largo plazo
lo apora la palabra "exible''. Las personas deben ser ebles, las máquinas
deben ser exibles, las empresas deben ser exibles. El libro de Senne raa
en su otaldad de los ipos de subjeividades que se producen en el marco de
la exibiización. Más cauo que Jameson en su locaización de los sujeos en
cuesión, Sennet muesra que la exibilzación acúa en disinos lugares de
clase. Luego de acudir en varias ocasiones al simposio de muy alo nivel que
se celebra anualmene en Davos, Suiza, que convoca a ejecuivos jerárquicos
de empresas muy imporanes, llega a la conclusión de que personas como B
Gaes y oros individuos de la especie "Hombre de Davos se sienen a guso
e incluso prosperan con la menaldad de la ebización: "La capacidad de
desprenderse del pasado, la seguridad necesaria para acepar la agmenación:
esos son dos rasgos de carácer que se manifestan en Davos enre las perso-
nas que de verdad se sienen cómodas en el nuevo capialsmo (Sennet, 2001:
65). Pero luego afrma: "Estos mismos rasgos de carácer ( . .. ) s e ornan más
auodesrucivos para los que rabajan en escalones más bajos del régimen
exible. (. . .) corroen el carácer de los empleados más corrienes que raan de
jugar de acuerdo con esas reglas (Senne, 2001: 65).
Si bien desde el puno de visa de los propiearios y los ejecuivos d e las
empresas, un lugar de rabajo exible es más producivo, desde la perspeciva
de los empleados que rabajan "en escalones más bajos, la empresa y/o la pro
pia carrera laboral parecen deerminadas por la "incoherencia (Senne, 2001:
49), son "amors 58) e "iegibles 89) . Senne proporciona varios ejemplos
dierenes y bien individuaizados de cómo se ven esas cuesiones en disinos
ipos de entornos laborales y niveles denro de las empresas. En uno de los
ejemplos, a los empleados de una brica de pan, que había sido inrmaizada
por compleo y enía muchos empleados con horarios exibles en disinos
rnos, su rabajo les resulaba "indierene (y nadie salvo el capaaz, era pa-
nadero de ofcio). En oro ejemplo, el auor presena a Rose, una mujer mayor
que había empezado a rabajar en una agencia de publicidad. Prono aprendió
que el desempeño "conaba para los empleadores menos que los conacos
y la capacidad para rabajar en red 82). Se senía lnerable y en riesgo
Antropologa y teora social Cutura, poer y agenca

rmannt, n part porqu no tenía esas aptitudes y en parte porque no veía


una rma clara de sabr si staba progresando (87). En un tercer ejeplo,
Snntt dscribe la siación en una brica que había establecido la organi-
zación dl "trabajo n equipo, cada vez ás dindida. En sa ábrica, donde
los js s representaban como un iebro más del equipo, los trabajadores
notaban l oscuro accionar del "poder sin autoridad (121), ientras que los
grentes ponían en práctica sus habilidades para la "interpretación pronda
y las "máscaras de la cooperatividad (118). Aun cuando no hubiera recortes,
nadie consrvaba su empleo durante ucho tiepo.
Sennett resue de la siguiente anera los ectos corrosivos de las diver-
sas manistaciones del capitalismo exible:

La cul tura el  uev oren trastona fudame t a autogizació n ( . )  . .

Puede searar e  trabajo sncillo y suecial d  l a cmnsión y e l cmmiso


como les ocura a os paaderos e Boston. Pud hace del riesgo constante u
ejercicio de la depresión, como le ocurrió a Rose. El cambio mútipe e iversible
y a actividad fagmetada uede ser cómos pr os nuevos ams d nuevo
égimen cmo a coe e Davos, p pude desrinta a ls siits del régi-
men (Sennett 2001 : 1 23).9

De este odo, partndo desde puntos dieentes, Sennett llega a con-


clusiones uy siilares a las de Jaeson. La "carencia de aecto de Jaeson
aparece en los trabajad�s de la panadería coo "indierencia; la "alta de
prondidad de Jaeson se aprecia en las "áscaas de la cooperatividad que
representan las habilidades principales del gerente conteporáneo; su hinca-
pié en la desorientación espacial se cw·responde con el que hace Senne en la
·

desorientación teporal:

La fecha e tiempo se rompe o tiene una trayectoi en una economía oítica
costatemente ronveida que oia la utia y grma a coo po L gente
siente la falta e relaciones humanas sostnias y ropósitos uaeros (   ) regis-
.

trano el maestar y la ansie ad por el presente (2001  1 03)

La crisis de la conciencia posmoderna es, una vez más, una crisis de


orintación en un undo iposible de interpretar o, según Sennett, ilegible.0
En el últio capítulo del libro, Sennett escribe acerca de la necesidad de la
sodaridad y la counidad para enentar ese undo de anera efcaz en el
lano oltico. Pero, como en el caso de Jaeson, en cierto sentido, hay una

19 Versión española modificada por las traductoras (N. de las T).


20 Sennett rha el término "posmoderno pero claramente se refiere a os mismos fenómenos que
Jameson agrupa bajo ese término
Captulo 5 Subjetividad y crítica cultural

ecesidad más ndamenal de herramieas simbólicas, cocepuales y co-


iivas que sirva para reorienar y reconsiuir el yo dero· del uevo orde.
Así, mienras Jameson se refere a la caroraía coniiva, Sene alude a la
mporancia del relao, la capacidad de las personas para narrar su vida de u
modo coherene y signifcaivo. En el capialismo ardío, la capacidad para a-
rrar coherenemene la propia vida se ecuenra bajo ameaza cosae, por
lo que debe ser preseada o resablecida. En el peúlimo capíulo, Senet
describe los inenos de algunos aiuos ejecuivos de IBM que había sido
despedidos a causa de los recores de narrar lo que les había ocurrido y por
qué, de una manera que los ayudara a acepar las uevas codicioes que re-
ían su da 21
Jameson y Senne pracica lo ue Raymond Wiiams denomia aná-
lisis rascendenal", en el que u proceso culural es cosiderado un sisema
culural que deermina rasgos domianes: la culura udal o la culra bur-
guesa" (Williams 2000: 143) o, e ese caso, la culra posmoderna Pero si
bie eso puede ser y es muy efcaz, uca alcanza, y por lo ao ambié
deben buscase, de acuerdo con Williams, las conracorrienes de oda rma-
ción culral Anes de erminar ese capío, quisiera examinar brevemee
esas conracorrienes
Lo que Wiiams señala como conracorrienes so las rmacioes cul
rales alernaivas que coexisen con la hegemónica, a las que él deomina
residuales" y emergenes" (2000: 143 149) Paa los fnes del presene plaeo,
sin embargo, no consideraré esas rmaciones culrales alernaivas (auque
con seguridad es posible enconrarlas); en cambio, volveré a la cuesión de las
subjeividades complejas. Como ya he comenado, eiendo que las persoas
son conscienes" en el senido de que son, al menos en pare, sujeos cog-
noscenes" reexivos y con conciencia de sí. Las subjeividades son complejas
porque lo son culral y emocionalmene pero tambié por el rabajo cos-
ane de la reexividad que conrola la relación del yo co el mundo Sin duda,
hay sujeos culurales que encarnan plenamente, en la modalidad del poder la
culura dominane (Hombre de Davos") y, sin duda ambié hay sujeos cul-
turales someidos por compleo por la culra domiane, e la modadad de
la impoencia E geeral si embaro, supono e el ivel más básico, que
para la mayoa de los sujeos la mayor pare del iempo, eso uca ncioa
del odo y exise conracorriees de subjeividad así como de culura.
Así, en las dos obras aalizadas, los auores oece principalmee des-
cripciones de la rmación domiae, pero ambién e ellos hay evidecias

21 En realidad, no estoy de acuerdo con la interpretación que hace Sennett de esos rlatos. No obs-
tante coincido plenamente con su visión general de la ptura y la ronstitución de la narratividad; de
hecho escbí un aculo en esa misma línea que por divesas rones nunca publ iqué (Otner 1 991 ) .

Ver también el hermoso libro para niños Harún y el Mar de las Histoas, de Salman Rushdie (1 991
Antropología y teora social. Cultura, poder y agencia

de esos ipos de contracorrientes subjetivas Es el caso de Rose, la ujer


ayor que se incorpora a una agencia de publicidad encionada po r Richard
Sennet. Según este, Rose no es en prier luga una cia del achataieno
posoderno, sino una inrante Él usa la experiencia de la ujer para ha-
blar de los acores anipuladores en la epresa y de la cultura que los reco-
pensa; introduce sus reacciones principalente en térinos de las ras en
que ella inra lo que le sucede Y la realidad es que Rose deja su puesto En
cierta ra, la experiencia la "derba y, de odos odos, retoa su vda
anerior (es dueña de un bar ecuenado por Sennet y lo alquila ientras
trabaja en la agencia) ahora con una ayor conciencia críica de los "chicos
cheos de la zona alta22 y del undo nauseabundo de las empresas coo esa
(Sennet, 1998: 81) Se podría analizar ese episodio en érminos de la "agen-
cia de Rose y no sería incorreco Pero la idea de agencia presupone una sub
jetividad copleja en la que el sujeo internaliza en parte y reexiona en pare
sobre una serie de circunsancias en las que se encuentra y conra las que, en
este caso, fnalente reacciona23
En el arículo de Jaeson no hay individuos, de odo que no tengo
anera de reproducir una hisoria coo la de Rose. Pero en el exto hay un
pase en el que se aprecian los eecos de la acción de una subjetividad críica.
Así, después de describirívdaente la disposición espacial desorienadora
del Hotel Westin Bonaventure, Jaeson dice que "se añadieron códigos de
colores y letreros indicadors, evidenteene en respuesta a las quejas de las
personas que se perdían en el edifcio Jaeson se burla de esas herraientas
de orientación cognitivas, a las que considera una edencia de "un intento
lastioso y revelador, bastante dese�rado, por restablecer las coordenadas
de un espacio antiguo (1984: 44) Tal vez sea así, pero a í e gusa pensar
que son careles políicos (en i iaginación, alguien hace rondas nocturnas
durane las cuales los cuelga) que proporcionan una salida del laberinto y a la
vez transiten el ensaje de que los arquiectos arrogantes y el gran capital
nunca podrán soeternos por compleo
Aquí abién se podría pensar en érinos de la agencia de los que
solicitaron la colocación de códigos de color y lereros indicadores en el
Bonavenre y eron escuchados Pero la agencia, laenableente, se asocia
con el sujeto probleático del huaniso, y es por ello que se la desesia
con tanta cilidad. Yo prefero hacer hincapié en las coplejidades de la con-
ciencia incluso ente a las raciones culturales ás doinanes. Con eso
no quiero decir que los actores puedan quedar "era de la culura, puesto que,

22 Vesión española modicada po las traductoas (N  de las T)


23 En ealidad en el contexto de esta histoia, la pimera acción de agencia de Rose fue acepta el
Capítulo 5 Subjetividad y crítica cultural

evidentemente, eso no es posible, sino que una conciencia plenamente cultural


es al mismo tiempo siempre multidimensional y reexiva, y que su compleji
dad y su reexividad constituyen los fndamentos para cuestionar y criticar el
mundo en el que nos encontrams.

5. Al gunas breves conclusiones

Se esté de acuerdo o no con las ideas de Jameson y Sennett sobre la concien


cia posmoderna, estos autores uestran que una lectura crítica del mundo
contemporáneo implica entender no solo sus nuevas rmaciones políticas,
económicas y sociales, sino tam ién su nueva cultura, una cultura que, a la vez,
es interpretada por los dos autores en términos de los tipos de subjetividades
que tiende a producir, lo que n s conduce a la tesis principal de este capítulo,
que resumiré brevemente a continuación.
He subrayado aquí la imporancia de una antropología sóda de la subje
tividad, como estados mentales de actores reales inmersos en el mundo social
y como rmaciones culrales ue (al menos en pte) expresan, conguran
y constituyen esos estados me ales. Extendiendo el trabajo fndamental de
M Weber, Cliord Geertz ha sido calve en este sentido debido a lo que de
nominé anteriormente su teoría de la cultura encada en la subjetividad. Más
aá de Geertz, sin embargo, m interesó en particular entender la subjetividad
en sus relaciones con las rm  de poder (cambiantes), y en especial -como
lo muestran los ejemplos e Ja eson y Sennett- las rmas sutiles de poder
que saran la vida cotidiana ediante experiencias temporales, espaciales y
laborales. En suma, he querid explorar las rmas en las que una antropolo
gía de la subjetividad puede costiir la base de la crítica culral y permitir
nos rmular interrogantes inc ios acerca de la conguración cultural de las
subjetividades en un mundo d relaciones de poder salvajemente desiguales
así como sobre las compleji daes de las subjetividades personales dentro de
ese mismo mundo.
Capíto 6

PODER Y PROYECTOS. REFLEXIONES


SOBRE AGENCIA1

Las reexiones que expongo aquí acerca de la "agencia rman parte de un


proyecto más amplio sobre un concepto que en otros textos he denominado
"juegos serios (Ortner, 1996a y 1999a). La noción de juego serio es un intento
por retomar, y a la vez trascender, las importantes propuestas de la "teoría de
la práctica. El supuesto ndamental de la teoría de la práctica es que la cul
tura (en un sentido muy amplio) construye a las personas como clases parti-
culares de actores sociales pero los actores sociales, mediante sus prácticas de
da concretas y variables reproducen o transrman y normalmente hacen
las dos cosas la cultura que los ha producido. En estos términos tan esque-
máticos, la idea parece simple; sin embargo, no lo es. La elaboración teórica y
la aplicación empírica de los conceptos de la teoía de la práctica han demos-
trado su ectidad y sus lagunas.
Como respuesta, la noción de juegos serios inició un movimiento de las
propuestas de la teoría de la práctica en diversas direcciones.  igual que en
la teoría de la práctica, la vida social desde la perspectiva de los juegos serios
se ve como algo que se juega activamente se orienta a objetivos y proyectos
constiidos culturalmente e integra prácticas de rutina y acciones intencio-
nalizadas. Pero la perspectiva de los juegos serios que ampliaré parcialmente
en este capítulo, permite subrayar rmas más complejas de relaciones sociales
en especial relaciones de poder y dimensiones más complejas de la subje-
tividad de los actores sociales, en particular para los fnes de este ensay, las
relacionadas con la "intencionalidad y la "agencia.
Antes de continuar con mi análisis, estimo necesario hacer algunas aclara-
ciones. En primer lugar, los juegos serios no tienen nada que ver con la teoría
de juegos del rmalismo tan ca a las ciencias sociales más duras.2 Las inter-
pretaciones de la vida social por medio de los juegos serios no impcan ni la

1 Agradezco a Osar Salemnk y a sus colegas y estudiantes de la Unversidad Vrije de sterdam


por su calidez y hosptalidad y sus provechosos comentarios acerca de las primeras versones de este
aculo También quisiera expresar mi gratitud a Laura Ahearn, Andrew Aptr, Alessandro Duranti, An-
tonius C G Robben y Timothy Taylor por sus constctivas y valiosas opiniones
2 Un ejemplo recente dentro de la antropología se encuentra en Acheson y Gardner (204).
Antropología
Antropología y teoría
teoría social.
social . Cultura,
Cult ura, poder y agenca

crecón de odelos de la teoría de juegos ni el supuesto de que en casi todos


s cportentos socales prevalece un tipo de raconaldad universal. Por
el cntraro, los "juegos seros son racones culturales epátcas y no o
dels de nálsis.
náls is. Adeás, desde la perspectva
perspectva de los juegos seros, los actores
son culturalente varbles (y no nversales) y subjetvente coplejos (y
no mayorente rconales e interesados).
Tbén es pornte señalar que l de de los juegos (serios) no es, de
nngn ner, un sstitto de un teorí rld en torn  procesos
culturales y socles de grn escla. A pesar de que parenteente se centr
en la icropolítca, su propósto fndaental sepre plica coprender
las grandes ferzas, racones y transracones de la vida socal. En el
curso noral de los tipos de anáss socales y culrales que e interesan, se
avnza, en realdd, en la dreccón opuesta, coenzando por las racones
ayores
ayores para luego retroceder
retroceder y egar a los juegos serios subyacentes.
subyacentes.
Con todo, este capítulo abarca una acción particular de la nocón de
juegos seros: la de la agencia y la ntenconalidad de los actores señalads
prevaente. Los juegos seros siepre coprenden la fnción de los actores
vistos coo "agentes. Aun así, hay algo acerca de la palabra "agencia que re
cuerda l ctor occidental utónoo e indivdualsta. Las ctegorías que trad-
cionalente acopañan  teoría de la práctca, la oposción entre "estructur
y "agenci,
"agenci, parecen
parecen sgerr
sgerr un ndviduo
ndviduo heroco l Agent
Agent
 contrapues
contrapuestoto a
un entidad de tipo huaode aada "Estructura. Pero nada podría estar
ás alejado de i odo de entender los agentes socales, que están siepre
nvolucrados, y nunca pueden
p ueden actuar por fera del entraado de las últples
últples
relacones sociales en las que están i_ersos. Así, ientras se supone que to-
dos los ctores socales "tenen agencia, la idea de los actores que pticpan
con otros en los juegos seros supone que es cas posible aginar que el
agente
agente es lbre o que es un ndivduo sin restricciones.
restricciones .
No obstante, la inersón social de los agentes, que es central para l
dea de los juegos seros, puede adoptar
adoptar al enos
 enos dos ras. Por un lado, el
agente sepre está nerso en relciones de sodardad (ftura): iliares,
aigos, personas anes, parejas, hijos, padres, aestros y alados, entre otrs.
Es portante señalar esto, porque algunos de los que se oponen al concepto
de genca, que la consderan
cons deran un concepto burgués e individualista, se centran
prncpalente en los odos en que el concepto parece desestar la "buena
nmersón de los gentes, los contextos de solidardd ue mtgn l genca
en s
 s ras ndvidualists y egoísts.
Por tro lado, el agente sepre ra pare de un entrado de relaco-
nes de poder, desgudad y copetenca. Sin dejr de ldo ls relacones de
drdd,  onpresenca del poder y la desaldd en la vida social es
ndmental ara la dencón de los juegos serios. S ben las versones ás
Captuo 6 Poder y proyectos
proyectos.. Refexiones sobre
sobre a agenc a

antiguas de la teoría de la ráctica no soslayaban or comleto las cuestiones


de oder, se odría decir ue esas cuestiones no rmaban el núcleo de la
teoría; ver la introducción al resente libro)
libro) . Este
Es te caílo se centra esecíca
mente en la relación entre agencia y oder.
oder.

l. El problema de la agencia

La idea de "agencia comarte muchos de los roblemas roios de la noción


de "sujeto (ver el catulo 5). Hay na clase de ensador o autor antihuma-
nista ue siente una antiatía viscera or toda alusión a calquiera de esos
dos enóme
enómenos
nos sosechoso
sosecho sos.s. Pero ara oecer una reresentación más sutil de
los tios de angustia intelectual ue generan esas categoras, recurriré a la ex
celente introducción a Ethnogra
Ethnography and an d the Historic
Historical
al Imagin
Imaginat ionn (en adelante,
atio
EHi de John y Jean Comaro ( 1 992)  Los autores autores no reresent
reresentanan lo ue
ue tra-
dicionalmente se conoce como "antihumanismo. No se roponen desterrar al
sujeto social de sus modelos teóricos ni a los individuos de sus historias etno
grácas. Tamoco
Tamoco defenden
defend en la causación
causa ción estructral
estructral o discursiva ni ses e oonen
o onen
a los eectos de las acciones de sujetos y actores históricos denidos en la teo
ría. Sin embargo,
emb argo, se uede caacterizar
caacterizar la introducción a EH! como un interés
extendido or "el giro humanista'' (1992: 36) y la "obsesión conceptual actual
or la agencia
agencia (37)
(37 )
En la introducción a EH!, John Jo hn y Jean
Je an Comar
Com aro
o plantean el desarro
desarroll
lloo de
un marco teórico general ara una historia antoológica. Maniestan dos
rearos ndamentales resecto del énsis desesurado en la agencia, en el
análisis antroológico e histórico. El rimero es ue, a menos ue se la trate
con mucho cuidado,
cuidado, la agencia
agencia remite a rondos etnocentrismos
etnocentris mos::

Muchos antropóogos están atentos a as ontoogías que dan preponderanca a os
ndividuos antes que a los contextos Es que elas se basan e  supuestos caramente
caramente
occidentales; por ejempo, que los seres humanos pueden domnar el contexto por
medo de a vountad, [y] que la economía, a cultura y la sociedad son e producto
agregado
agregado de a acción y la ntención
n tención ind ividuaes
ividuaes (J
(J  y J Comaro, 1 992: 1 0)

El segundo rearo, ue en cierta rma es más medular en su royecto, se


relaciona
relaciona con
co n ue el exceso de imortancia
imortancia otorgada
otorgada a l a agencia de los indi
viduos y/o
y/o gos lleva a una burda
burd a simlicación
simlicació n de los rocesos imlicados
en la historia. Esa simlicación adota al menos dos rmas. La primera es,
simlemente, ue las erzas sociales y culturales en juego en cualuier ro
ceso de articipación histórica son innitamente más comlejas ue lo ue se
adviert
adviertee al obsear las intenciones
intencio nes de los actores:
Antopología
Antopología y teora
teora social Cultura,
Cultu ra, pode
pode y agenca

La 'ot
' otva
vación
ción  de a páctica
páctica socal
socal     ) sepre se da en dos niveles distintos aun
que elaconados En pre lugar as necesidades y los deseos configurados cultu
alente) de los sees huanos, y en segundo luga el pulso de las fueas colectvas
que potencadas de odos coplejos, operan a través de ellos (J y J Coaro,
1 992: 36)
36)

Es el examen  el análisis exhaustivo del "pulso de las ferzas colectivas lo


que, en la opinión de los autores, comienza a desestimarse cuando el peso de
la tarea de análisis se elca a la "agencia,  eso lleva a una explicación suma
mente inadecuada
inadecuad a de lo
lo que realmente
realment e sucede

[E problea] se torna paicularmente vsibe cuando exainamos movimientos rele-


vantes coo el colonialiso europeo en e que as accones "heroicas intencionales
eran una otvacón centra, y hasta una fuerza mpulsora Aun así desde nuestra
perspectva, ese puso no basta paa justifcar la deterinación de os procesos n
squera
sq uera dice deasiado sobre
sobre la historia (J
(J . y J Comaro
Comaro 1 99
99  36).

La segunda dimensión de la pérdida de coplejidad es, de alguna r-


ma, una extensión
extensión de la primera Según John Joh n  Jean Comaro, si un análisis
centrado sustancialnte en las intencionalidades de los actores pierde de
vista las ferzas sociales y culturales de gran esca en juego, también deja de
ver la compleja,  altaente impredecible, relación entre las intenciones  los
resultados En especial, los autores
autores señalan
señala n la importancia,  la preponderancia,
de las consecuencias no intencionadas que se observan en todos los procesos
históricos A rerirse a su proyeto Of Revelati
Revelation
on and Revolut ion (Jean  J
an d Revolution
L Como
Como, 19 91 ; } L  Jean Comaro 1 997), 997) , entiz
entizan an en qué medida los
procesos de transrmación culral fncionan continuaente de un odo
imprevisible: "Los signos dispersos recogidos en [la investigación] apuntaban
a la transrmación social accidental más amplia realizada por los isioneros
En muchos
muchos aspectos,
aspectos, esta,
est a, en realidad,
realidad, era contraria
contraria a sus
s us deseos
dese os  otivacio
nes (J  J Comaro, 1992: 36). Lo que se quiere decir aquí es que "los de
seos  las motivaciones'', la materia de la intencionalidad  la agencia, a veces
son, en realidad, irrelevantes para los resultados, pero como mínimo, tienen
con estos una relación compleja  altamente ediada Esa complej complejidad
idad tiende,
según J  J Comaro
C omaro,, a perderse en la "obsesión porp or la agencia
En mi opinión, aunque pienso que otros teóricos interesados en el tea de
la agencia estarían de acuerdo conmigo, no puedo sino coincidir en que esos
peligros siempre son potencialmente reales Y no cabe duda de que ciertos
tipos de esdios caen en las diversas trampas que describen J  J Comaro
Pero n importante número de trabajos teóricos se ha desarroado justamente
ara eorizar sobre los "deseos motivaciones las prácticas de las personas
Capítuo 6 Poder y proyectos. Refexiones sobre la agenca

reales en el proceso social (1) sin dar "preponderancia a los individuos anes
ue a los conexos; (2) sin imporar supuesos occidenales como la idea de
ue "los seres humanos pueden dominar el conexo por medio de la volunad,
[o] ue la economía, la culura y la sociedad son el produco agregado de la
acción y la inención individuales; (3) sin desesimar "el pulso de las ferzas
colecivas; y (4) admiiendo siempre la posibdad permanene de consecuen-
cias no inencionadas. El lecor reconocerá auí el marco eórico al ue aludí al
inicio de ese ensayo (y de ese libro), el de la eoría de la prácica, en la ue ni
los "individuos ni las "ferzas sociales ienen "preponderancia'', sino ue hay
una relación dinámica, poene, y a veces ransrmadora, enre las prácicas de
las personas reales y las esrucuras de la sociedad, la culura y la hisoria
Es ineresane observar ue la noción de agencia no esá muy desarrollada
en dos de los res extos clave de los inicios de la eoría de la prácica: Outline
 a 1eory  Practice, de Pierre Bourdieu (1977), e Historical Metaphors and
Mythical Realites, de Marshall Sahlins (1981) Aunue en el exto de Bourdieu
aparecen acores ue despliegan algo ue podría pensarse como "agencia'', el
érmino no rma parte del léxico eórico ni en ese libro ni en elaboraciones
poseriores de la eoría (Bourdieu, 2007) La omisión puede ser inencional,
pero las especulaciones sobre ese puno (es decir, sobre el anihumanismo per-
sisene en la obra de Bourdieu) exceden el alcance de ese ensayo Sin embargo,
podría ser relevane el hecho de ue no habría un érmino ancés para lo ue
los eóricos de la ciencia social esadounidense y briánica denominan agency,
algo de lo ue me eneré recienemene, cuando se radujo al ancés un arículo
mío  El érmino ampoco aparece en el bro de Marsha Sans, en pare,
según creo, debido a la inuencia ancesa en la obra de ese auor y ambién
porque su inerés en la ransrmación hisórica lo llevó a eorizar sobre los
"aconecimienos y su dinámica en lugar de sobre los agenes y la agencia
La agencia aduiere imporancia, en cambio, en el ercero de los exos
fndacionales, Central Problems n Social 1eory, de Anhony Giddens (1979b)
Y ha sido imporane para la obra de eóricos esadounidenses ue coninuaron
desarrollando la eoría de la prácica, como W am H Sewe Jr y yo misma 4

El sesgo angloamericano a vor de la agencia en los exos de eoría de la


prácica da ciero crédio a la idea de ue la agencia es una rma de individua-
lismo occidenal Aun así, creo ue sería un grave error pensar ue la agencia
no es más ue un elemeno de la enopsicología noreamericana ue no puede

3 Por este motvo, la aparición ocasioal del térmno en traduccones al nglés de la obra de Bourdeu
puede deber a las preferncias léxcas del traductor. Penso que la mejor aproxmacón para agencia
en francés sería action , término con connotacones algo diferentes Bourdeu, sin embargo s emplea
agente y actor" ndstintamente elcón que en aparencia, no representa una postura teórca pacular
4 El tema de la agencia despiea cada vez más interés entre los arqueólogos estadounidenses; se po-
dría aar que es un tema que está en boga Ver, entre ots, Dobres y Robb (2) y Doan (202).
Antropoogía y tra socia. Cultura, poder y agencia

trnsrirse
trnsrirse a otros
otros contextos culrales,
culrales, o incluso a la "humanidad
"human idad en general.
hor exminaré en prondidad estos ndamentos teóricos y osófcos.

2  Defnición de agencia
agencia

Ls dos cuestiones que han de tenerse en cuenta para defnir la agencia quizá
se aborde
abordenn mejor
mejor aclrando un
un serie
serie de elementos
elemento s : ( 1 ) el interrogante
interrogante de
de si l
agencia implic, inherentemente, "intenciones; (2) la simultaneidad del ca-
rácter universal y de constcción culral de la agencia; y (3) l relación entre
gencia y "poder. Describiré aquí cómo eron explicados estos elementos
por otros autores
autores y daré mi opinión
opinió n sobre cada uno de elloellos.s.55
Antes de seguir adelante, creo necesario repetir que la "gencia nunca
es un objeto en sí, sino que siempre rma parte de un proceso de lo que
Giddens den
d enomi
omina
na estucración, es decir, la confguración
confguración y reconfguració
reconfguraciónn
de rmaciones sociales y culturales más amplias. Como pretendo dar aquí
una defnición de agencia, en esta sección puede parecer un especie de objeto
psicológico aisldo, pero corregiré esa (mala) impresión en la última parte de
este ensayo.

.. ntencionalidad
Comienzo con el tema d la intencionalidad porque, en cierto modo, este
concepto llega al núcleo del signifcado de agencia. Aquí, el signifcado de
"intencionalidad
"intenciona lidad incluye
incluye un mplio
mpl io rango de estados
estado s cognitivos
cognitivos y emocionales,
en varios niveles de la conciencia, qe se dirigen a un fn determinado. Así, la
intencionalidad en la agencia uede contener planes y tramas y programas
ltamente conscientes; objetivos, fnes e ideales lgo más nebulosos y, fnl
mente, deseos, exigencias y necesidades que pueden estar enterrados en la
prondida
prondidadd o percibir
percibirse
se en un plano bastante consciente. EnE n pocas palabras,
la intencionalidad como concepto comprende todas las rmas en que la ac-
ción está dirigida, cogni
cognitiva
tiva y emocionalmente,
emocional mente, hacia un propósito.
 analizar esta cuestión, los teóricos tienden a rmar un continuo. En un
extremo se ubican las que yo denomino defniciones "blandas de la agencia,
en las cuales la intención no es un componente centrl. Entre los ejemplos
se encuentran: "la sensación de que el individuo es un ser social autorizdo
(Ortner, 1996: 10); "la cpcidd de actur medid por ctores sociocul-
turles Ahearn, 2001b: 112); "la propiedad de ls entiddes (i) que ejercen
cierto nivel de control sobre su propio comportamiento, (ii) cuys acciones en

5 No me h sdo posible brcar  todos os utores que estudiaon uno u otro spto de l cuestión
Capítuo 6 Poder y pyectos.
pyectos. Reflexion
Ref lexiones
es sobre a agenci
agen cia
a

el mundo
mundo aecta
aectann a otras entidades
entidades  . . . ) y iii) cuyas accion es son el obj obj eto de
una evalu
evaluac
ació
iónn  . .  Duranti, 2004: 453);
453) ; y "la coriente de int in tee ncio nes cau
sales reales o posibles de seres corpóreos en el proceso conti nuo de eventos en
el mun
mundo
do Giddens, 19 79b: 55) 5 5) .
En algunos
algunos casos, los autoreautoress que dan e se tipo de d e defniciones "blandas no
se explayan sobre la cuestión de la intencionalidad. Sin embargo, Giddens sí
explca la relación entre intencionalidad y agencia, pero lo hace en un senti
do de relación "blanda. Reconoce "el carácter intencion al o deliberado del
comportamiento humano'', pero al mismo tiempo señala la "inte ncio nalidad'
como un proceso. Tal intencionalidad es una característic a de rutin a de la
conducta humana y no signifca qe los actores tengan obj etivos defnidos
conscientes durante el curso de sus actividades (Giddens, 1 9 79 b : 56). Dicho
de otro modo, reconocer la intencionalida
intencionalidadd como una dispos ició n general de
los seres humanos en cuanto agentes es una postura ace pta pt able ; verla como
"objetivos defnidos
defni dos conscientes
consci entes es más problemático Esto es así por varias
razones. En primer lugar, porque lo que presentan discursiv discur sivamente los acto-
res como intenciones son, muchas veces, racionalizacion es a posteriori 57);
en segundo lugar, porque y aquí el término problemátic o es "cons cientes
Giddens quiere hacer espacio para el inconsciente eudi ano ano e  un a teoría
de la acción (58); y, por útimo, porque tal como propo ne n también J. y J.
Comaro
Comaro prestar
prestar demasiada atención atención a las intenciones ex exlícias eclipsa el
hecho de que la mayoría de los resultados sociales son, en realid ad, co secuen
cias
ci as no intencionadas
intencionadas de la acción acción 59)
59 ) .
No estoy en desacuerdo con estas punalizaciones.
punalizaciones . Se ha de ener cuidado
con la intencionalidad por todas las razones que señala Gid Giddens
den s y también J.
y J. Comaro)  Aun Aun así, si se encara
e ncara la intencionaldad
intenc ionaldad co un e que blando,
se pierde la distinción, que, en mi opinión, se debe mante ner, etre las prácti
cas de rutina, por un lado, y la "agencia vista como una acción ás intencio
nalizada, por el otro.
En el otro extremo del continuo, se encuentran los pen s adors que ubican
la intención en varios sentidos) en una posición mucho ás cntral para el
concepto de la agencia. Por ejemplo, Charles Taylor, no en s arículo sobre la
agencia Tay
Taylo
lor,
r, 198
1 985a
5a)) sino en
e n "e concept
co ncept o a person Taylr, l 985b: 99),
afrma: "Decir que los objetos importan a los agentes es de cir e se pueden
atribuir
atribuir propósitos,
propósitos, deseos,
deseos, aversiones
aversiones a ellosellos  .    Pero la versió
versió más elabora
da de esta postura se encuentra e el ensayo, que ya es u clásic, de Willam
H Sewell Jr "A teory o structure: Duality, agency, ad trsrmation
Sewell, 1992). Las defniciones de agencia que proporcioa Swell siempre

6 Duranti (204) sigue mayorm ente a Giddens en este aspecto, pero en un ícul posterior (2)
adopta una postur a dentro del extremo
extremo más duro del esptro
Antropología y teoría social. Cultura, poder y agencia

esán plenas de intenciones en el sentido más amplio; es decir, siempre pare


cen proyectarse hacia delante, as como hacia "objetivos defnidos'',  menos
de modos más activamente motivados que en las prácticas de rutina Así,
defne primero agencia como "los intenos y las ransacciones motivadas que
constiuyen
constiuyen la superfcie experimenad
experimenadaa de la vida social (2) . Luego defne "la
capacidad de agencia como la capacidad "de desear, de rmar intenciones
y de acar de rma creativa (20). Por último, cuando describe las rmas
en las que la agencia puede ser tanto coleciva como individual, afrma que
la "agenci
"agenciaa supone una capacidad para coordinar las accionesaccio nes propias con lasla s
de los demás y contra las de los demás,
demás , para llevar
llevar a cabo proyecos
proyecos colecivos,
para persuadir, para coaccionar...
coaccionar... (21 ). 
Comparo la concepción "dura que planea Sewell de la agencia por la
razón que yaya he mencionado, es decir,
decir, porque
porque es el papel erte de la intencio
i ntencio
nalidad activa (si bien no necesariamene del odo "consciente) en la agencia
lo que, desde mi puno de vista, la distingue de las prácicas de rutina No
hay, por supuesto, una lnea divisoria precisa enre ambas, sino una espece de
continuo entre las prácicas de ruina que se llevan a cabo con poca reexión
y planifcación, y los acos agenivos queque inervenen
inervenen en
e n el mundo con
c on algo en
mente (o en el corazón) Pero me parece que merece la pena raar de mane-
ner la disinción
disinc ión que
quedefne
def ne los dos extremos
extremos del espectro

2.2. La const
con stcci
cción
ón cwtur
cwtural
al de la agencia
Todos los eóricos esán de acuerdo en que la agencia es, en cierto senti-
do, universal y que rma pare del carácer humano ndamenal Wliam
Sewell explcitamente dice qu� ' capacicapacidad
dad de agencia
agencia (    ) es inherene a
odos los humanos (Sewell, 1992: 20). Duranti señala que "todas las lenguas
tienen esrucuras gramaticales que parecen diseñadas para represenar la
agenci
agencia
a (Duranti,
(Duranti, 2004: 467) . Charles Ta
Taylor
ylor (1
( 1 9 85a)
85 a) simplemene
simplemen e oscila en
re "agene y persona, individuo y ser humano 
perso na, individuo

7 A o cano entre los enfoqes ás landos y los ás dos del papel de la ntenconaldad en
la agenca, se encentra la cestón de la provsacón,
provsacón, qe desde n n prncpo
prnc po ha sdo na categora
categora
fdaetal en la teora de la práctca. En Borde, representa la dea de qe el hbitus, el sstea
teralzado de las dsposcones cltrales a la accón no es n cojnto de reglas inexles, sno
un cojunto de lítes dentro de los cuales n actor pede provsar A as, la povsacón tene
lo que pede pensarse coo  extremo lado y n extreo dro. En el lando es parecda a la
provsacón en el  a espece
espec e de jego con las poslda
pos ldades
des nherntes a las foas
foas scales
s cales
por pro placer estétco y eoconal Pero en el etreo dro, se asoca feeente a la ntencona
lda El actor tene cea ntencó en ente; hay qzás  odo cultral estándar de concretar esa
ntecó pero por alguna rón está loqeado; el actor, entoncs provs a solcón alternatva
para concretar esa ntencón.  provsacón se aseeja al rcolaje de Lév-Strass: el so creatvo
e l pobldades dspobles para alcanzar un ojetvo o n propósto Merece la pena osea qe
la myora de lo ejemplos e mprovsacón de Bourdeu son de este últmo tpo. Ver taén la ta
coetda hstora de la jer qe trepó por na casa en Holland e al. (1 998).
998).
8 Ve tab Mohaty (1 989)
Capulo 6 Poder y proyectos. Refexiones sobre la agencia

Existe, adeás, un acuerdo general acerca de que la agencia se construye


siepre culral e históricaente. Sewell recurre a la analogía con la capaci-
dad de lenguaje. Así coo todos los huanos tienen capacidad de lenguaje
pero deen aprender a hablar una lengua en particular, taién tienen ca-
pacidad de agencia, pero las ras especfcas que adopta diferen según la
época y el lugar.
Los distintos autores varían en la iportancia que otorgan a los distintos
doinios de la vida social en cuanto eleentos que dan ra a la agencia.
Charles Taylor, de un odo bastante general, y Laura Ahearn y Alessandro
Duranti, de un odo ás específco, hacen hincapié en las relaciones entre
lenguaje y agencia. Para Giddens, el nivel ás relevante es el de las prácticas
y las interacciones sociales. Sewe invoca priordialente "los esqueas que
ran parte de todos los repertorios culturales, ipuestos y procurados en
la ración de deseos, cursos de acción, etcétera (Sewell, 1992: 8). La no-
ción de esqueas crales en ese sentido ha sido central en algunos de is
traajos taién, desde is prieras aproxiaciones a los "escenarios clave
(Ortner, 1973) hasta el esdio de los esqueas culturales (sherpas) de High
Religion (Ortner, 1989a) . Y por últio, la agencia se ra, y tabién se nutre
o enagrece, de un odo direncial ajo dierentes regíenes de oder, lo
que nos acerca a la últia diensión de la defnición del térino.

2.3. La relación entre agencia y poder


Muchos pensadores que se han ocupado de cuestiones relativas a la agencia
dejan de lado los teas que tienen que ver con el poder ás allá de una
suerte de noción general de que la agencia es la capacidad de alterar las
cosas. Desde i punto de vista, sin eargo, agencia y poder social están
íntiaente ligados, en un sentido relativaente erte. Por ello, a conti-
nuación haré una breve reseña de los autores que prestan a este tea una
atención sisteática.
Laura Ahearn (2001b), priero, inicia su ensayo "Language and agency
con el interrogante "¿or qué la agencia ahora? y responde, en arte, relacio-
nándola con el surgiiento de oviientos sociales y políticos en la década
de 1970. Esto quiere decir ue la eergencia de una probleática en torno a
la "agencia tuvo sus raíces en cuestiones de poder desde un rinciio.
En parte coo resultado de esa historia, la "agencia asó, en el pensa-
iento de uchas ersonas, a ser un equivalente de "resistencia. Ahearn
afra correctaente, sin ebargo, que "la agencia oposicional es solo una
de las muchas ras de agencia 0b: 15). Aun as, queda claro ue las

9 No intentaré proporionar una dencón sstemática de poder porque hacerlo mpicaría proongar nde-
fnidamente este ensayo. El contexto será para aclar los distntos usos que hago del térmno.
Anropología y eora soca. Culura, poder y agecia

cesiones de poder concebidas más globalmene son cenrales en la idea de


agencia de Ahearn No es qe la dominación y la resisencia sean irrelevantes,
sino qe las emociones hmanas, y por ende las cesiones de agencia, enmar
cadas denro de relaciones de poder y desigualdad, siempre son complejas y
conradicorias (Aearn, 2001b: 116; ver también el capítlo 1 de ese libro)
Si Ahearn aborda la complejidad de moivaciones e inencionalidades ge-
neradas en las relaciones de poder, Giddens (1979b) traslada la discusión acer-
ca de la agencia y el poder a s eoría más ampa de la escración Por n
lado, sostiene qe "el concepto de acción [n término qe a veces sustiuye por
agencia] está lógicamene vinclado con el de poder, entendido ese como ca-
pacidad de transrmación (1979b: 88). Por oro lado, esa capacidad de rans-
rmación de los agenes es solo una de las dimensiones del ncionamieno
del poder en los sisemas sociales También nciona como lo qe Giddens
disinge como "dominación, es decir, la inegración del poder en estcras
objetivadas como insiciones y discursos A su vez, los dos concepos esán
enrelazados a través de su idea de la "dualidad de la escura (9192) me-
diada por "recrsos Pero aqí el análisis se torna algo oscro
Cando examina la noción de recrsos de Giddens, Sewell asegura qe
la consión no reside únicamente en la mente del lector: "Concerdo con
Giddens en que oda noón de escura qe pase por alo las asimerías de
poder es decididamene incomplea No obstane ello, [el so de] na noción
sbeorizada de recrsos    ) solo logra crear consión (Sewell, 1992: 9)
Más adelane, aclara qué signifcan recursos, cómo se ven actados esos por
el poder y cómo odo ello se inegra en el signifcado de agencia:

Por desigua que sea a dsribucó de recursos, e n cea medda los recursos huma
os y no humaos son conroados por odos los miembros de la sociedad, depen-
denemene de cuán desposeídos u oprmidos sean esos De hecho concebr a los
seres humanos como agenes en pae sgnfca concebrlos como empoderados por
e acceso a los recursos de uno u oro po (Sewell 1 992: 9  0)

Sewell reoma el ema del poder en la sección del aríclo ilada "Agen
cy Sosiene que (y aquí concerda con Giddens) la "agencia no se opone
sino qe (   ) es n elemento consiivo de la esrcura (Sewe, 1992: 20) 
Es aqí donde desaca la universalidad de la agencia hmana a la qe aldí
aneriormene Pero más adelane se refere a los dierenciales de poder y a los
modos en los que aecan la capacidad de agencia de las personas y las rmas
qe esa adopa:

Es (    mpoane (   ) nssr en que la agenca ejercida por dsinas personas disa


de ser uniorme, que la agenca dere eormemente ano en su po como en su
Captuo 6 Podr y pryctos Rxios sobr a agcia

acac Los tipos d dsos qu pud tr as prsoas as itcios qu
pud formar y as cass d trasposicios crativas qu pud raizar varía
sustaciamt tr un mundo socia l y ot (  .  ) Las structuras (  . .) mpodran a
os agents d modo difrncia, lo qu implica qu cara los dsos as ite-
cios y  coocimito d os agts tambié d modo difrcia. Las structu-
ras, y las agcias humaas qu otorga, stá cargadas d difrcias de podr
(Swl, 1 992: 2021 )

Ahearn, por un lado, y Giddens y Sewell, po otro, abordan e nexo entre
agencia y poder de modos bastante dierentes. Pero lo que quiero hacer aquí
no es tanto marcar el contraste (aunque podría ser un eercicio interesan-
te), sino simplemente concordar con todos ellos en que una teoría erte de
agencia (y más globalmente, una teoría de la práctica transrmada) debe estar
estrechamente vinculada a cuestiones de poder y desigualdad. El resto del ca-
pítulo estará dedicado a la naturaleza de ese vínculo.
N. B.: Muchos de los pincipales eemplos de las secciones que siuen
están tomados de estudios de género. Esto no ha sido totalmente intencional;
en principio, no me interesaba escribir sobre la agencia como un tema de
género. No obstante, no cabe duda de que, en una gran cantidad de casos, los
eemplos más gráfcos de las relaciones entre agencia y pode se encuentran
en el ámbito de las relaciones de género. Pero, por supuesto, las cuestiones
que tienen que ver con la agencia trascienden ese tipo de relaciones. Así, aquí
el género está presente por sí mismo peo también en representación de una
serie de otras rmas de pode y desigualdad, como quedará claro en el trans-
curso de mi argumentación.

3. Tres ensayos brevs sobre agencia y poder

En términos generales, se puede decir que la noción de agencia tiene dos


campos de signifcado, ambos señalados en la discusión precedente. En un
campo, la "agencia se vincula con la intencionadad y la prosecución de pr-
yectos (defnidos culralmente).10 En otro campo, el signifcado de aencia
tiene que ver con el poder, con actuar en un marco de relaciones de desigual-
dad social, de asimetría y erza. De hecho, la "agencia nunca es simplemente
una cosa o la otra. Sus dos "caras (la que persigue) "proyectos o (la que eer-
ce o se resiste al) "poer se combinan o se yxtaponen o consean su ca-
rácter distintivo pero se entrelazan en una relación que se asemeja a una cinta

1 O Empleo la palabra "pryecto e el etido areao, e epecial como apae en Srch fr a
Method (Sare 1 968). En ete mpoate texto Sae e aleja defiivamente de u insistencia e la
libead de la agecia
Antropología y teoría socia. Cultura, poder y agencia

de Moebius. Adeás, el poder en sí tiene un doble flo: opera desde arriba


dominando y desde abajo resistiendo Así, la hélice de Moebius se torna ás
copleja. La idea paece bastante densa, y con los ejeplos que siguen pre-
endo mostrar cóo se presentan los conceptos en la práctica.

3.1. La constrcción texal de la agencia


Iniciaré esa sección con el análisis de algunos cuentos de los heranos
Grim.11 Coo ya he observado, si bien en cierto sentido la agencia es una
capacidad que poseen todos los seres huanos, su ra y, de alguna anera,
su distribución se constuyen y se sostienen culralente. Así pues, en esen-
cia, este ejercicio peritirá ver en detalle lo que podría denoinarse la poüti-
ca de la agencia, el trabajo culral que se requiere para construir y distribuir
agencia coo pate del proceso de constucción apopiada de individuos con
género, y, en consecuencia, epoderados de odo dierencial.12
Los hermanos Gri reelaboraron y redactaron sus cuentos en un lugar y
un omento en particular: la Alemania de principios del siglo X. Desde lue-
go, se podría exain la relación entre sus actos de inscripción y su contexto
histórico, pero el ejercicio tendría otro cariz uy distinto del que e interesa
Tabién se podrían investiga las rmas variables en las que se escuchaban,
interpretaban y eplean esos cuentos en la práctica social ordinaia, pero
ese tabién sería otro tipo de ejercicio. Mi propósito aquí es ás modesto:
siplemente, deseo acercare a lo que podría denoinarse la política narrati-
va que participa en la constucción de la agencia en un conjunto particular de
historias, algo que, al menos en mi opinión, sala a la vista en los textos.
Como se verá más adelane, la o la ausencia de agencia se ex-
presa en los cuentos principalmente ediante el lenguaje de la acividad y
la pasividad. La actividad se relaciona con la prosecución de proyectos"; la
pasividad tiene que ver no solo con abstenerse de perseguirlos sino, en cierta
rma, con abstenerse, incluso, del deseo de perseguirlos. En primer lugar, de-
bo señalar qe, por lo general, los únicos personajes eeninos con acividad
constante so malvados: las adrastras y las brujas malas que persiguen pro-
yectos maligos y buscan realizarlos por edios nestos. Volveré a ocuparme
de esos personajes más adelante. Ahora quiero centrarme en las heroínas, las
niñas y las jóvenes princesas que son las protagonistas de los cuentos.13 La
mayoría de las heroínas caen en la categoría de héroeíctima'', según el

 1 Ua vesió abeviada del desaollo de esta idea fgua en una seccó de Oe (1 96a) L pe-
ene vó má deallada tiee su oige e u aículo iédo (Orte 1 991  .
 2 o cuenos a sdo epeados e epetidas ocaioe (ve e  especa Betehe m 1 994 
Baea 1 990; Zes  993; Oesei, 2003).
 3 Es eesante ota que la cantidad de cueos con poagonistas femeas es pácicamee la
mma que a de elaos co poagonisas macunos
Cpítulo 6 Poder y proyectos. Reflexiones sobre l gencia

experto en cuentos populares Vladimir l. Propp (1987). Si bien la heroína es


la protagonista, el relato avanza impulsado por las cosas malas que le suceden
y no porque ea inicie acciones, como en el caso de la mayoría de los héroes
mascunos. Así, la pasividad es, en cierta medida, parte integrante de la ma-
yoría de esas niñas desde el inicio.
Sin embargo, un análisis más prondo de los cuentos indica que muchas
de las heroínasctima asumen papeles de agencia activa en la primera parte
de los cuentos. Si bien las desgracias iniciales les suelen ocurrir por causa de
una agencia externa, a veces las protagonstas toman las riendas y conducen la
acción, y así se convierten transitoriamente en heroínas embarcadas en una
búsqueda activa reservada normalmete a los héroes masculinos. Pero y esto
es decisivo en la política (de género) de la agencia invariablemente reciben
un castigo por eso. Sistemáticamente, y muchas veces sin la menor compasión,
la acción las obliga a renunciar a su actid activa y a la posibilidad de expre-
sar y llevar a cabo proyectos, incluso cuando estos son altruistas.
En el nivel más sencillo, considero que esos cuentos son relatos de "ini-
ciació', de pasaje de la niñez a la adultez. En el caso de los héroes niños, esa
iniciación está representada por una maniestación cocreta de la agencia en
la resolución de un problema, el hallazgo de un objeto perddo, la muerte del
dragón, el rescate de la doncella que sue. En las heroínas, sin embargo, la
iniciación implica cas siempre el abandono de la agencia. Las nias agenti-
vas, las que se involucran demasiado en la acción, reciben algú tipo de cas-
tigo. La rma menos ecuente de castigo, primero, es la negación del pasaje
a la adultez. Cinco d e los cuentos estudiados tienen heroínas que son total-
mente activas y exitosas en la realización de sus proyectos. En una versión de
"Caperucita Roja'', por ejemplo, la niña y su abuela suben al techo de la casa,
matan al lobo y hacen salchichas con él. En "Hansel y Gretel, la que mata
a la bruja es la niña. En esos y en otros casos de heroísmo menino activo y
particularmente exitoso, la niña no llegan a alcazar lo ue consigue la ma-
yoría de las heroínas de Grimm, es decir, la marca de la adultez meina: el
matrimonio. 4 En cambio, regresa a su casa al fnal del cuento y el pasaje a la
adultez no se produce.
En los cuentos más comunes, la heroína se casa al fnal. Pero si ha sido
una protagonista activa desde el principio (y, a veces, aunque o lo sea), i-
variablemente es sometida a varias pruebas antes de merecer la boda con
el príncpe, o con cualuier ove, para el caso. En las pruebas siempre hay
símbolos y prácticas de total asividad y/o de total inactividad, así como de

14 En Los siete cueos" la nia sale en busca de os hermanos, a quienes encuentra y rescata gra-
cias a su ingenio y casi sin ayuda de nadie. En  novia del bandoero" a muchacha recibe a ayuda
de una anciana y entre las dos enregan a los bandidos que son ejecutados Y en Piñoncito la nia
se las arregla para evitar que su hermano caiga en manos de una bruja malvada.
Antropología y tra social. Cultura, poder y agencia

humdad y subodinacin En "El amadísimo Rolando,15 la niña salva su


vda con astucia l pincipio y luego la suya y l de su amado, peo su ama-
do l paga po ese sacfcio compometiéndose con ota Como espuesta,
a heoína se conviete en pieda (totlmente inete), después en o (la
muchacha esea qu as aguen la pse y la aplste) y, po último, se dedica
a limpia la casa de un pasto duante un tiempo antes de casase con su
amado al fnal En "Los doce emanos y "Lo seis cisnes, 16 la heoína se
embaca activamente en l búsqueda y escate de sus emanos A pesa
de sus buenas ntencones, sin embgo, a nñ los pejudica como conse-
cuencia de su esezos paa salvalos y pasa siete años odeada de silencio
y austeidad (en el pime cuento, la potagonista es cose cmisas a los
emanos y en el oto, simplemente pasa siete aos ilando) antes e que la
istoa temne e n boda
S todos los tipos de agenca han de se castgados, inclso os de las niñas
"buenas, e castigo es peo paa los pesonajes meninos "malos: las bujas
y las madastas mavadas Esas mujees son sumamente agentvas: tienen
poyectos, planes, tamas Obviamente, todas teminan muy ma Dspués de
tata de asesna, sn éxto, a Blancanieves, po ejemplo, la madastbja
está ente os nvitados de la boda de su ijasta con el píncpe, peo en la
festa a oblgan a poese unos zapatos de eo ncandescente y a baila
con elos hasta que muee Como ella y otos pesonajes paecidos acen
cosas tebes, los castigos paecen justifcados e n el pano moal; sin emba-
go dento del modelo geneal de castgo a toda ma de agenca menina,
paece atnado afma que lo que e castga es tanto la tansgesin moal
como el exceso de agencia
En suma, es posb toma los cuentos como macones cutuales que
construyn y dstbuyen agenca de maneas específcs como pate de la o-
lítica culua de ceacón aoada d ndvduos con géneo en ese tiempo
y ugar partcua Desde a espectva de acto, el "poyecto del cuento es 
poyecto de madua, de hace lo que ha de haces paa convetse n hom-
e o muj adultos. En a oítca cultual de a deenca y a desigualdad
d género e a que se nuten los cuentos, sn eago, madua sgnifca que
as dos pates de a elacón qu en dfnitva es esigua no ueden "tene
agnca a a vz. Esto se expsa con e enguaje d (la comlmentaedad d)
a actvdad y la asdad. El pínce no puede se un héoe s a incesa se
rscata soa 7 o, o qu s or, s o scata a é1 8

1 5 Un vrinte de "Piñoncito .


6 Vintes del mis mo cuento y de "Los siete cueos
 7 Ve tmbién l descripción del cso de Shahbano, que parce en el cpítulo 2 de este libro
Capítulo 6 Poder y proyectos
proyectos.. Reflexiones sobre la agenci a

Pero un anáss de textos como os cuentos de los hermanos Grmm nos
hace acotar a mrada a a construccón cutura
cutura de suje
sujetos
tos socales
soca les como agen
tes (o
( o no)
n o),, es decr, a a pscoogía
pscoogía consttu
consttuda
da culturalment
culturalmentee de os partcpan
tes en juegos seros En o que queda de este capío, no obstante, pasaré al
nvel más ampo en e que a reacón {o as relacones) entre agenca y poder
se organzan antes en os juegos seros de a cultura y a hstora

3.2. Proy
Proyectos
ecto s en los márgenes
már genes del poder
pod er
Desde hace mucho tempo me nteresa la cuestón de cómo as personas v
ven una vida sgnfcatva desde el punto de vista cultur en stuacones de
domnacón a gran escala ejercda por un otro poderoso Entre esas stua-
cones se
s e destacan la esca
esc ad,
d, e colonal
colonalsm
smoo y el racsmo
racsmo Este
Est e es el tema
prncpal, por ejemplo, de Li and Death on Mt. Everest {Ortner, 1999a),
donde descrbo
descrbo las rmas e n que os sherpas, a pesarpe sar de a carga
carga que sopor-
tan tras un sglo como guías de montaña en el Hmalaya, consean zonas
cultural
culturalment
mentee "auténtcas
"auténtcas en su vda
vda No me refero a que esas es as zonas estén
exentas de la presenca
presen ca mas
mas va de alpn
alpnsmo,
smo, sno
sn o smplemente
smplem ente a que tenen
menos nuenca de esa actvidad que de las relacones socales y poítcas
de los sherpas y de sus propas ntencones, deseos y proyectos consttudos
curmente Se podría resumr a dea como la vida cutura "en los már-
genes del poder
En este tempo proongado en e que se están exporando as hstoras de
a antropología y el coonasmo, muchas veces vncuadas entre s, y en el
que se están reconsderando as práctcas msmas de a antropoogía a la uz
de esas hstoras, parece relevante drgr a mrada a a cuestón de la "auten-
tcdad cutura a la sombra de rmas de poder masvasmasvas y culturamente
culturamente {así
como scamente) hostes Ante esto, muchos antropólogos han entzado
e grado en que e coonasmo rma y derma as socedade en cuestón,
de modo tal que o que han obseado en e trabajo de campo práctcamente
no posee autentcdad cutura sno que es, en gran medda, un producto oc-
cdenta y/
y/o colona Caramente, esta postura en su versón extrema tendería
tendería
a repcar, en e pano nteectua, los pecados del coonasmo hstórco.
pode y agencia". L agencia esá diecamente igualada con el pode en el caso de las madasas
malvadas, pe en los niños y las niñas, los píncipes y las pincesas, la elación ene agencia y pode
es más oblicua e indieca. El poder" que otoga agencia a los chicos y se las quita a las muchachas
no está en manos de ningún agene en paicula sino que foma pae de un oden culual mayor al
como está codificado, enre oas cosas en los cuenos Eso ilusta claamente la distinción que hace
Giddens ente el pode, que es inepersonal, y la dominación que es esucual Es evidene que los
dos niveles o modalidades se nuen uno del oo: las pácicas de pode epducen la dominación
esuctual mientas que esa habili a, y se poía deci, empodea las pácticas de pode
pode
1 9 Said (1
( 1 990)
990) obsea
obsea que gan pae de los académicos
académicos cidentales epoducen
epoducen supueso
supuesoss colonia-
lisas Peo pobablemene él no vio la ionía de que a ves, e clase de supuesos colonialisas son
ados
ados po esudiosos bieninenci onados qu ecisamente, aan de supealos.
Antropología
ogía y teoría
teoría socia. Cutu ra, poder
poder y agencia

Contra esta postura, sería importante encontrar distintas rmas de pensar


estas cestiones.20
El ejemplo de "poder sería aqí el colonialismo en el sr de Árica, n te-
a del qe se ocpan Jean y John ComaroCo maro en los dos volúmenes
volúmenes ded e O/Reve-
lation and Revolut on.2.211 Los atores hacen na brillante interpretación de "lar
Revoluton
a conversación
conversación entre los misioneros
misioner os metodista
m etodistass y los tswana,
tsw ana, y de los distintos
d istintos
modos en qe la conciencia tswana se ha ido transrmando con el tiempo por
nencia de las ideas y las prácticas ntrodcidas
ntrodcidas por los misioneros
mis ioneros
Pero
Pero ahora tomaré otros elementos de la obra de J. y J. omaro oma ro A es- es -
diar ss datos, pensé qe sería útil hacer na distinción somera entre las dos
odalidades de aencia mencionadas al principio de esta sección. En na
modalidad, la aencia se relaciona con ideas de poder, inclidas la dominación
domi nación
y la resstencia; en la otra, se vincla con la ntención, los proyectos (cltral-
mente constituidos) de los individos en el mndo y s capacidad de soste-
nerlos y representarlos. Una vez más, he de señar qe no son dos "objetos
distintos, aunqe he perdido las esperanzas de encontrar na terminología
fel qe los estre como son. En n plano epistemolóico, el contraste se
aprecia entre los dos campos de sinifcado a los qe aldí anteriormente.
anteriormente. En
el plano etnoráfco, sin embo, lo qe está en jeo es un contraste entre
el ncionamiento de la aencia en las relaciones de poder masivo, como el
colonialismo o el racismo, y el ncionamiento de la aencia en contextos en
los qe esas relaciones pden estar contenidas, anqe sea momentánea o
parcialmente. Se trata de na cestión no tanto de obje objetos
tos como de contextos
contextos..
Volveré por n momento a las cateorías para ocparme de la agencia
como poder. En el so probableme más común, "aencia pede ser prác-
tcamente n sinónimo de las rmas de poder qe las personas tienen a s
disposición, de s capacidad de actar por sí mismas,
mismas , tener inencia
inencia en otras
personas y en los acontecimientos, y ejercer cierto control de ss vidas. En
este sentido, la aencia es relevante tanto para la dominación como para la re
sistencia. Qienes están en posiciones de poder "tienen''
"tienen'' leít
leítimament
imamentee o no
lo qe podría calfcarse de "mcha aencia;
aencia; an así,
as í, a los dominados siempre
consean alnas capacdades, a veces, my sinifcativas, para ejercer cierta
20 Probableente, los ejores trabajos dentro de esa lnea alternativa sean los de Robin D G. Kelley
sobre la cultura popular poltica y usical de los afroaeica
afroaeicanos
nos (ver
(ver,, por ejepo
ejepo Kelley,  997)
2 Esta eccin está inspirada en un aículo titulado Specifying agency: The Coaros and their cri
tics" prsentado en un congreso de la Asociacin Aericana de Antropologa en una esa redonda
dedicada al voluen 2 de O Revelation and Revolution. Los Coaro escribieron una respuesta a os
aículos y tanto estos coo a respuesta se publicaron en un nero especial que reúne as ponen
cias (2001) En a versin de i aículo para el congreso y en a pubicada después, expreso is co-
mnarios coo una crtica d algunos de los anáisis que aparecen en el libro No quiero avanzar por
ese caino, en pate porque e convencieron agunas de las defensas de texto presentadas por os
auores en su rplica y en pa porque, con el tiepo, e doy cuenta de que esaos del iso ado
Capítulo 6 Poder y proyectos
proyectos.. Reflexiones sobre la agencia

inuencia en los modos en ue se desarroan los acontecimientos. La resis


tencia,
tenci a, entonces,
enton ces, tambié es una rma de "poderagencia,
"poderagencia, y en la actualid
actualiddd
contamos con un elaborado repertori teórico para analizaa. La resistenci
contiene desde la rebelió total en un extremo, pasndo por varias rmas de
lo que James Scott (1985) tan acetadamente denomin "arrastrar os pies,
hasta
has ta -en el otro extrem
extrem una especie de aceptació complej
complej a y ambiva
ambivalente
lente
de las categoras y las prácticas dominantes que siempre se modica en el
momento mismo en ue se las adopta. Instancias de todo el espectro de a
"esistencia
"esistencia (si bien J. y J. Comaro evitan
evitan empear ese término)
término) se encuentran
en O Revel Revolution, pero es el último tipo e ue ocupa un lugar
Revelation and Revolution,
central y aparece más desarrollad en el texto: a aceptción ambivaete de
muchos tswana de las categoras y las prácticas de os misioneros, junto co
una constante rermulación y reencuadre de estas segú sus popias rmas
de ver
ver el mundo y de actuar en él. él .
La agencia del poder (desigual), tato de la dominción como de  resis
tencia,
tenc ia, se puede comparar con la seguda gran modalidad de agencia,  de as
intenciones, popósitos y deseos rmuados en términos de "poyectos est
becidos cultualmente. La agencia de los proyectos es, desde ciertos puts
de vista, la dimensión más fndametal de la idea de geci. Es est cse
de agencia la ue se interrumpe y se niega a los suordidos, coo curre
en los ejemplos de las niñas activas y con objetivos propos de os cuetos de
os hermanos Grimm. También es la ue prospera en ra de pder par os
podeosos, cuya dominación de otros no suele ser u  e s ismo sio una
herramienta al servicio de a reazación de los propos proyectos. Y, por últi
mo, es esta agencia de os proyectos a ue los menos poderosos desean cobijar
y proteger con la creación o a protección de sitios ue están, liter o met
ricamente, "en los márgenes del poder.
¿Cómo se veran, entonces esos pryectos culturaes? Muchos son simpes
"objetivos
"objetivos individuales, como en el caso de l hero ue dese cre crecer,
cer, casrse
con el prncipe y vivir liz para siempre. Au ueda cr a ocó de age
cia como "intención y "deseo individuales, aunque uc se dee perder de
vista el hecho de ue ue os ojetivos
ojetivos están
está n construidos cuuramete
cuuramete en su tot
lidad. Pero muhos proyectos so vedaderos "juegos "juegos serios e los ue sujetos
sujetos
con múltiples psicioes juegn intesamente mietras persigue jetivs
culturales en una matriz de desiguaddes ocaes y direciaes de poder.
Com ejemplo de ese tip de proyectos, vover  os eticuosos i
sis de a política, e paretesc y e trimoio de los tsw e e erd
precoo
precooiaia (ve,
(ve, en especi,
especi, .  ar
ar y ea Coar
Coar, 1 9 8 1 ; . L. 
maro, 1987; ean y . L. or, 1991 capo 4). Se preci e ellos e
ferte valor cultura otrgd  s crreras ptics scus, e s ue
os hores tswana usc err su osicó e cprció c s
Antropología y teora social . Cultura, poder y agencia

mas ras os rvas ocas tcétra. Aprendmos qu sos hombrs
buscaban "comrs a sus rvas y consodarse como patrons n un régmn
cntsta. Vmos qu as racons d parntesco y os matrmonos arrga-
dos s organzaban para promovr sas carrra.
En prmr ugar t s un jmpo d a agnca orntada a prsgur
proyctos (cuuras). No s trata de actors hrocos o d ndvduo úncos
n d stratgas burgusas; tampoco d práctca d tna qu xgen poca
rxón. En cambo tn qu vr con a vda (ratvamnt ordnara) or-
ganzada socamnt n térmnos d proyctos consttudos cuturamnt
que  otorgan sgncado y propósto. Los ndvduos buscan ograr objtvo
vaosos n un marco propo y con sus propas catgorías d vaor.
Aun así st tpo d agnca tampoco s bre. Las rvadads potcas
son gnradas por dvrsos órdn d asmtría socas y poítcas y/o
rvadade ntr jfs y gnt común hombrs brs y srvos padrs 
hjos mujrs y hombrs ma patrna y ma poítca tcétra Dcho
d otro modo os do o ntncons cuturas mrgn d drncas
ocaes y dfrncas d podr dndos strucramnt. Por o como
comnté ants os proyctos cuturaes d st tpo son n sí jugos sros o
a ntraccón soca d objtvos cuturas organzados dntro d racons
d podr ocas y n tono a las. Así  punto no s qu a proscucón d
proyctos cuturaes sa ago totamnt ndpndnt d a rlacon � d
podr sno todo o contrro como quda n vidnca n a poítca d os
hombrs tswana. Pro  propóto d hacr a dstncón ntr agnca n
 sntdo d podr y agenca n  sntdo d (proscucón d) proyctos s
qu a prmra s organza n tor· a un j d domnacón y rsstnca y
por o tanto s dn n gran mdda n os térmnos d a part domnant
n tanto qu a sgunda  dn por a ógca oca d o buno y o dsa-
b y a rma d consguros.
Un sgundo jmpo ago más compjo s  d as mujrs tswana. En
us prmros nsayos Comaro s xpaya sobr as dsvntajas consdrabs
d as mujrs n a socdad tswana. En a dvsón tradcona d trabajo
as murs s ddcaban a as taras agrícoas qu ran bastant arduas. Ea
carga d trabajo staba compusta por crtos tpos d podrs y xgncas d
mando vncuados con a agrcutura. Admás as mujr ran vstas cut
ramn y rntrprtadas rtuamnt como nfrors y subordnadas (Jan
Comaro 1985) Una caractrístca spcíca d os rtos d ncacón con
stía n q a as nñas s as nstruía n a "obdnca pasva y a "rsstnca
dóc 1985: 115, 116). En sos datos s adr una gran mtud con
os cuntos uropos anazados más arrba. Los ro d os pbos tswana
rmaban a as nñas prcsamnt como sujos d os qu damnt s
xraa odo so d agnca
Capítulo 6 Poder y proyectos. Reflexiones sobre la agenca

En esas crcunstancas, ran arte de la aenca" de las mujeres que


aparece ncluso en los rmers trabajos de Comaro reaccona ente al
oder; es una aenca de der como resstenca" Por ejemplo, durante los
rtos de ncacón, cuad se rmaba a las mujeres como cuerpos dócles
prearados ara el sexo, el matrmono y las duras tareas arícolas, ellas ex-
resaban una resstenca a las relacones de énero establecdas medante
cantos y danzas rovocatvas, rudos nvasvos y acusacones explíctas" (Jean
Comaro 1985: 117) Y s ben en el contexto tradconal esos estos are-
cen haber tendo un maco relatvamente menor, la autora suere que re-
resentan un descontento emenno subyacente rermdo ero contnuo en
el sstema recolonal" que desemeñó un pael snfcatvo en la respuesta
entusasta de las mujeres [tswana] a las msones metodstas" (118) En este
caso, ues, la aenca del oder como resstenca se traslada a la condcón de
alo más actvo, alo que se asemea a un royecto" A adoptar el metods
mo, arecera que muchas mueres swana comenzaron a adoptar una vsón
de un mund alternatvo que trascenda la ooscón reactva a la domna-
cón de los hombres y/o de los jees.
No obstante, tambén se odra dentfcar aqu una aenca de royec
tos, una mresón de que las mueres reresentan sus ras ntencnes
(cuturalmente constudas) ncluso en el contexto recolonal. Esto es alo
más dc de arecar, en arte, orque, como ya he mencnado, se suna
recsamente que las mujeres no tenan aenca en ese sentdo. Pero hay nd-
cos en los textos de que se odra ver, or ejemlo, desde esta erspectva las
relacones de las mujeres con su labor en el camo. Las mujeres no solo hacan
todo el trabajo arcola, sno que tambén tenan camos or derecho proo
como hjas o esosas" (Jean Comaro 1985: 64) Parecen haber puesto mu-
cho oruo e nvertdo mucho eserzo en la lanfcacón de sus actvdades
arcolas; ocasonalmente ntentaban evadr  resstrse a la reulacón de los
jes de esas tareas (J. L. Comaro y Jean Comaro, 1 997: 128) ; y, or últmo,
cuand los msoneros se rouseron que el trabajo arcola asara a manos
de los hombres, las mujeres se ressteron frmemente al cambo (136137)
No me nteresa tanto subrayar la resstenca en s, sno la osblidad de que la
resstenca ndcara una mortante zona de royectos de orullo e dentdad
ara las mujeres, royects en ls que ls msoneros ntereran. Qzá sem-
re esté en la naturaleza de la resstenca roteer royects o, en realdad, el
derecho a tener royecs. Reer que la dstncón entre la aenca del der
y la aenca de los ryecs es mayrmente heurstca. En la práctca, suelen
ser nsearables.
Los dos ejemlos las rctcas oltcas de ls hombres y las ráctcas
de ertldad de las mueres (hay na asocacón cultural entre la agrcul
tu la ertldad emenna ea Com ro 19 85 65 )  tran lo que
Antrpología y tra social. Cultura, poder y agencia

denomino agencia como (la posecución de) poyectos. La agencia de po


yectos no tiene que ve necesaiamente con la dominación y la esistencia, si
bien es posible que esta cuestión no esté del todo ausente. En cambio, tiene
que ve con pesonas que tienen deseos que sugen de sus popias estuctu
as de vida, incluidas, y en un luga cental, las estuctuas de desigualdad; en
defnitiva, tiene que ve con pesonas que juega, o tatan de juga, sus po
pios juegos seios mientas otas pates más poeosas tatan de devualas
o incluso de destuilas.
eviamente comenté que, en cieta ma, la noción de poyectos es,
quizá, la dimensión más ndamental de la idea de agencia. En el análisis
de los cuentos de los hemanos Gimm, el "pode consiste en destui la
agencia de las niñas pecisamente en lo que atañe a su capacidad de lleva
adelante poyectos activamente. En esta sección, llevaé la discusión a oto
plano, compaando las mas de agencia vistas dento de la dialéctica de la
dominación y la esistencia con las mas de agencia vistas cuando los acto
es paticipan en poyectos culales, juegos seios cuyos téminos no están
establecidos pincipamente po la diaéctica del pode. Una vez más, está en
juego la impotancia de cuestiona el ecto totalizado de maciones co-
mo el colonialismo o el acismo y de tata de observa la manea en la que
los actoes dominados cnsevan a "agencia en cualquiea de sus dos moda
lidades: esistiendo la dominación e n una vaiedad de mas, peo también
tatando de sustenta su popios poyectos constituidos cultualmente, de
poduci o sostene cieto tipo de autenticidad cultual (o, incluso, pesonal)
en los mágenes del pode.

3  3  La estrca elemental de la agencia


En la sección anteio, anaiza la agencia como pode y la agencia como
poyecto casi como si ocupaan dos espacios dientes. Lo hice intencional
mente, tatando de pensa la dinámica de la agencia en el ámbito local ante la
dominación de pesonas de aea y de un oto con pode. En cambio, a con
tinuación me ocupaé de la oganización de os poyectos y pondizaé en
algo que adelanté al eeime a la política de los hombes tswana: las mas
en que la agencia de los poyectos, que inteviene cuando se pesien fnes
cutuaes signifcativos, casi siempe, y cas necesaiamente, compende ela
cones ntenas de pode. M pecibió esta cuestión con caridad: expicado
muy someamente, para que los capitalistas jueguen e jueo seio de capita
ismo, paa que obtengan ganancias y tiunen sobe a competencia, deben
somete y explota a os tabajadoes. a agencia de os oyectos depende
intnsecamente de a agencia de pode
Esta pequeña estca que enaza poyectos y oe está ampliamente
inda Po eso a amo, no sin cieta ionía, a estruca elementa de a
Capítulo 6 Poder y poyectos. Reflexiones sobre la agenia

agecia E eta última parte del capítulo ilutraré prmero cómo repercute
eta etrucra e divero cao etográfco e hitórico. Depué de mostrar
alguo ejemplo añadiré algo de complejidad al paorama coniderando la
ietabilidad de la relacione de poder y co ello la rma e que la "rei-
teca etá al acecho detro de eta etctura elemetal auque o siempre
e maifete
U ejemplo que probablemete conozca la mayoría de lo atropólogo
e aprecia e lo juego de honor masculio que tee lugar e mucha cul-
tura El hoor del hombre comparado co el de su opoete se egrandece
o dimiuye egú u capacidad para mateer la autordad y el control obre
"u mujeres y e meor medida sobre "u hombres más jóvee El éxito
del hoor e el ámbito públco depende del poder aocado co el géero, la
ma y la relacioe e paretesco en el ámbito prvado.
Pero o todo lo juego culturale o jego de hombres (auque
dado el extedido sego masculino que e manifeta e tata cultura
mucho lo on)  y o todos lo juego cltrale depende del cotrol ejer-
cido obre la mujere (aunque iguiedo el mimo razoamieto mucho
lo hace)3 U ejemplo que depede de otro eje de poder y, que també
podría ecotrare co variacioes de mucha cultura, e el ómeo de
lo matrimonio cocertado Uaré en ete eayo un caso que he tomado
de Laura hear (2001a) que ha etudiado varios pueblos magar de la
localidad de Juigau e la regió occidetal de Nepal4 Tradicionalmete,
lo pueblo que etdió hear e la zoa recooce tres tipo de uioe:
el matrimoio cocertado (el de mayor pretgio) el matrmoio con ga
de la pareja ( que impca cierto depretgio para la milia) y el caamieto
por captura u modo oleto y poco vlorado al borde de la egitimidad
e el que lo milare del hombre ecuetra a la ra "ovia y la eva
a la caa del ovio que la ola y consuma aí el matrimoio. Ua milia
adquiere prestigio y repeto e la comundad i arregla un buen m atrimonio
para el hijo; ete e "el juego (ideal) . A partir de aquí podría prondizar
e la itricada polítca de la egociacioe entre lo miliares de la ovia
22 Las referencias cásicas son de la región del Mediterrán tal como se la estudió e nterpretó en la
década de 1 50 (ver, en especa Perstiany  59¡ Conozco as crítcas a los trabajos sobre el honor
y la vergüena, al uso que e ha hecho de honor y la vergüena para homogeneiar y estereotipar a
toda una región ver, en especia Appadurai, 21 ). Nada de lo que expongo aquí está destinado a es
tereotipar la región, sino más ben a ustrar los odos en que una de as partes de un juego cultura a
competencia entre hombresepende de a subordinación de otros para cumplir su objetivo
23 Ver Ortner (1 981 ) para conocer otro ejempo del mismo patrón y para acercarse a mis primeros in-
tentos por elaborar una teoría obre a nocón de un "juego subyacente Ahora me lama a atencón la
coincidenca de a época de pubcación de ese trabao y la aparción de as primeras obras de a teoría
de la práctca
24 Ahearn estudia el caso principalmente en términos de cuestiones de agenca femenina; ver tambén
Krat 2000 Recurro aquí al material de Ahearn para desarrollar una idea ligeramente diferente
Antropología y tía social. Cultura, poder y agencia

y el novio, es deci, en el jego que se despliega ente las miias Cieta-
me nte, el juego es extenso, complejo y delicado, peo si me explayaa sobe
est me alejaía de las elaciones e pode sbyacentes qe lo acen posible:
los pades deben tene sufciente contol y autodad sobe sus ijos paa
avanza en las negociaciones, y los ijos tienen que esta dispestos a acep-
ta la eleccin e cnyuge de los pades
Cabe señala que los dienciales de pode dento de lo que supuestamen-
te s on upos o entidades sociaes (en e pesente ejemplo, mias) con obje-
tivos comunes también constiyen a base de a inestabiidad ndamenta de
toos los juegos Y es aquí donde e de ntoduci e tece componente de la
"estuctua elemental: la posibidad sempe pesente de a "esistencia La
posibilidad de esistencia es una pate algo impecisa que no siepe se con-
ceta, peo que de todos modos ma pate de la estuctua Esto es así po-
qe los actoes subodinados nunca están totalmente despovistos de agenca,
salvo quizás en os cuentos populaes
Sin duda, el juego tende a epoduci tanto las estucas públicas de las
eglas y los supuestos como la subjetvidaconciencihabitu pivado de os
jugadoes y, en consecuencia, juga el juego ta como obsea Boudieu desde
una pespectiva cítica y algo pesiista5 casi siempe tiene coo esultado
la epoduccin socia[ No obstante, en última nstancia, os juegos, e ecto,
camban, a veces debido al ingeso de un eemento exteno que es imposibe
de igei, peo a veces ambién po la inestabdad de as elaciones de pode
intenas de las qe depende el éxto del juego Po cieto, los eleentos exte
nos pueden se imposibles de digei pecsaente poque empodean a os
sujetos que nomalmente están sdinados y aben a pueta a las ebeioes,
tanto gandes como pequeñas
El ejemplo de os pueblos maga ilusta muy bien este punto E pode y a
autoidad de los pades sobe os ijos son caamente iestabes, puesto que
asta en el sistema tadicional los jvenes pueden gase y, de eco, lo ha-
cen, con lo que desbaatan el plan pateno; una ija testauda puede ecaza
un aeglo mationial y con ello queda expuesta a a captua. Peo Aea
astea la intoduccin en e sistema de una heamenta nueva que otoa
más pode a os jvenes y debiita la capacdad de los pades paa contola e
matimonio de los hijos: a abetizacin Cuando os jvenes y las jvenes
maga epiezan a ecib instuccn y apenden a ee y escbi, suge un
enmeno sin pecedentes: a escitua de catas de amo Aunque su co
potaiento sco es supevisado de ceca, os ombres y as mujees jóvenes
pueden ntecamba catas y, cada vez más, se les pemte (y, en cieto sentdo,

25 Ve, po empo, el desarolo de la noción de habitus en las clases popuas en La distincón. Cri-
bas sias del (Budieu, 202).
Capítulo 6 Poder y prytos. Refexiones sobe la agencia

se los incitada a) "concertar sus propios matimonios. Es evidente que el jue


go está cambiando.26
Un último ejemplo proporciona otros dierenciales de pode: los de clase
y etnicidad. He elegido presentar el caso del estudio de Nicole Constable
sobre trabajadoras domésticas flipinas en Hong Kong (1997) El juego que
predomina es el del éxito capitalista, y sus participantes son pajas jóvenes
y ambiciosas de Hong Kong que tabajan, ganan bastante dineo y tienen el
deseo de vivir una vida de lujo. Dado que estas paejas man pte de la alta
burguesía de la modernidad tardía, los dos integantes tabajan mucas oras
era de casa, por lo que para alcanzar el éxito prosionl deben contrata
personal doméstico que se encargue de acer la limpieza, prepaar la comida
y, en especial, cuidar a los niños. Las empleadas domésticas ipinas, que, po
cierto, tienen sus propios proyectos, buscan gana más dineo en Hong Kong
para ada a sus milas. El éxito económico de la paeja podeosa depende,
sin duda, de su esezo, sus contactos, etcétea, pero también, aunque de
modo muco menos visible, de su capacidad de contola a las empleadas
domésticas. En este ejemplo, como en mucos otos, el direncial de poder se
exacerba por la precaria siación legal de mcas empleadas, que ingresan al
país de manera ilegal, o se les a vencido la visa o por algún oto motivo son
lnerables ente al poder estatal.  mismo tiempo, el control de los em
pleadoes puede se bastante lteral, pues a veces golpean a las empleadas o las
encierran en una abitación o las maltatan de alguna otra manera. El pode
de los empleadores parece casi absoluto.
Pero también en este contexto el poder es inestable, como ocure, en
última instancia, en todas las relaciones de poe. Si bien los empleadores
pueden se muy controladores, también se perciben a sí mismos como sujetos
modenos y progresistas, y no como propietaios de esclavos. Así, las ipinas
y otras empleadas domésticas extranjeras tienen un día de anco por semana,
normalmente los domingos, y an adquiido la costumbe de reunirse ese
día en una plaza. Esas reuniones tienen todas las caacterísticas del canaval
bajtiniano. A se dista la sociabidad y se celebra la cura compartida.
Asimismo, las empleadas intercambian anécdotas sobre sus tristes condicio-
nes laborales y se brinda apoyo mutuo, peo pincipalmente intercambian
inrmación sobre los "derecos y las oganizaciones que les proporcionan
asistencia. Muchas de esas mujeres participan en organizaciones como el
Sindicato Asiático de mpeadas Domésticas o Fiipinos Unidos en Hong
Kong. Constable 1997: 164) cita varios tículos periodísticos en los que se

26 Aunque desde una perspectiva histórica o de segumi ento del proceso se puede dir que el jueg o
está cambiando" desde un punto de vista etnográo jado en un punto en el tepo, se veá como
conflicto de jueos cultural es o históricos entre padres e ijos (Aea n comunaón personal).
Antropología y teoa social. Cutura, poder y agencia

rcg qujas sb el aumet de pder de estas empladas Si bie las que-
jas s exagradas,  cab duda d qu muchas de las mpladas extajeas
 Hg Kng ya  stá dispustas a tlear el maltat y ha apredid a
dede sus derechs, idividal y clctivamete Ua vez más, el juego ya
 es el mism
Di ls ejempls ateies paa ilusta divesas cesties La pimea,
que sñalé al picipi del capítl, se elacioa co los mods e que los jue-
gs trasciend la mera paticipació de milias, gpos o clases atagóicos
ess juegs, e cambio, se desalla a pati de las elacines de pode e el
ivel mic Muchas veces, estas queda ivisibilizadas e los esdios anto-
plógics que se ceta e las maces plíticas a gan escala el col-
ialismo, l Estado, etc y, en cieta ma, o ega a las bases La segunda
es cosecucia de la ateio: las elacies de pde iteas están suma-
mete cotoladas, pecisamete pque tiene el potencial de peba el
desall de cietos movimientos dl jueg en la esea individual y la ppia
cotiuidad del jego e cuato rmació social y clal e el lago plazo.
P últim, es pecis volve a la distició, que tambié es ua aticlación,
ete la agecia de ls pyectos y la agecia del pode Hems visto que el
ejecici del pode sobe ls sbdiads está, nmalmet, al seicio de
la ealizació de un poecto El pode o suele se u fn e sí mismo. Peo,
iexablement, los subodiados tiene poyectos popios, que peden se
declaads, com e ls csos de las culas subodinadas en el coloialismo
 d tabajadres cm las mpleadas dmésticas flipias e el capitalismo
glbal Tambié puede se encubiets, cm en el cas del "discuso ocult
de los esclavs exceletemete anado p James Scott (2000) o en las -
mas más incipietes de la isatiscció de las mujees y las esposas que co
ececia cue e sistemas de géne apaentemente estables (ve una vez
más Ahean, 2000 Jea Cmao 1985; ver también Otne, 2003 capíto
11) Así, si el pde y la subordiació del ot está siempe al sevicio de
algún poyecto, la esistecia también l está tda la dialéctica domiació/
resistecia tien setid si se la etiende cm el choque nte los poyectos
de las pesas, sus bjetivs, deseos e itecines cnstiidos cultualmete

. A modo de conclusión

Hms vist que, e u pla, la agecia es ua rma d popiedad de ls


sujts socals. Se ma cultralmt po mdi d las caacteísticas
rsatadas cm "agtivas pr jmpl, actividad vsus pasividad e los
cuts d ls hrmas Grimm  ebeldía vesus docilidad en las clasif-
cacns scias de la scula scudaria e Estads Udos (Oter, 2003)
Capítulo 6 Poder y proyectos. Refexiones sobre la agencia

Además, la agenca está cas semre dstrbuda en rma desgual: algunos


la "tenen y otros no; algunos tenen más y otros, menos. En la rmera
nstanca, aarece etonces mayormente como una cualdad de la que están
nvestdos los ndvduos.27
Sn embargo, los ndvduos, ersonas o sujeos sempre están ntegrados
en redes de relacones, ben de aecto y soldardad, ben de oder y rval-
dad, o, con ecuenca, una mezcla de ambas. Sea cual ere la "agenca que
parezcan "tener como ndvduos, en realdad esa semre se negoca de ma-
nera nteractva. En ese sentdo, las ersonas nunca son agentes lbres, no solo
orque no tenen la lbertad ara rmular y logar sus objetvos en un vacío
socal, sno tambén porque carecen de la caacdad para controlar or com-
leto las relaciones ara alcanzarlos. Como seres verdadera e nexorablemente
socales, solo nconan dentro de muchas redes de relacones que conrman
sus mundos socales.
Además, s ben la agenca en sentdo absracto aarece como una proe-
dad de los sujetos (emoderados de modo direncal), es mejor verla (una
vez más) no tanto como una cultad o capadad pscológca en sí msma,
sno más ben como una dsoscón a la reazaón de "proyectos. Desde la
persectva del sujeto, esa dsoscón se ercbe como una creacón del roo
deseo: "Qero..., pero desde el unto de vista de quen esda la cultura son
los proyectos los que defne los deseos. Así, la antroología de la "agenca no
solo esda los modos en que los sujetos sociales en cuanto actores con oder
o sn él partcan en los juegos de su cultura, sno que tambén revela cuáles
son esos juegos curales, cuáles son sus bases deológcas y cómo la artc-
pacón en el juego reroduce o transrma esas bases.
Por útmo, está la relación entre agenca y poder, el tema central de este
capítulo. En un determnado nvel, la agenca uede defnrse como una r
ma de oder; los "agentes equvalen a "sujetos emoderados. Esta dea o
dría acarse en el análss relatvamente smle de los cuentos de los herma-
nos Grmm, en los que los nños están construidos como sujetos con oder o
"agentes ero las nñas se ven sstemátcamente desrovstas de oder a través
de la deconstccón de su agenca.
Pero en las seccones sguentes del caílo, analcé relacones más com-
lejas entre los dos enómenos.  resentar el análss de J. y J. Comaro
de los hombres y las mujeres tswana, ntenté hacer una dstncón entre la
agenca tal como se manfesta en la relacón de las msones en el eríodo
colonal y la agenca tal como ncona "en los márgenes de esa relacón. A la
prmera la denomno "agenca del oder, orque tende a estar defnda cas

27 O los grupos. El tma de la agncia grupal es menos problmáico d lo qu aparnta Si bin los gru-
pos no posn agncia n l sentido pscológico (como los indivi duos), s tinn proytos" y podr"
Antpología y teoa social. Cultua, poder y agencia

or comleto or la dialéctica dominación/resistencia y, or ende, casi entera-


mente en los términos de la arte dominante. Me refero a la senda como
aencia de los royectos (cltrales), orqe me interesa oner el acento en
os modos en qe los hombres y las mjeres tswana odrían, o deberían, ser
vistos aciando o tratando de articiar en ss roos jeos serios, más
defnidos or ss roios valores e ideales, a esar del contexto coonia.
Pienso qe es útil distinir, y no solo en siaciones de dominación co-
lonal, entre la aencia como na rma de oder (qe abarca cestones de
emoderamiento del sjeto, dominación del otro, resistenca a la domnación,
etc.) y la aencia como na rma de la intención y el deseo, como la rosec-
ción de objetivos y la realización de royectos. La distinción se orqe, en
el nivel más simle, creo qe los sos de térmno son bastante direntes, con
distintos "campos de sinfcado. Pero también porqe, habiéndolos searado,
es osble examinar las artclaciones entre no y oto. Es eso lo qe me ro-
se expone en la última ae de este ensayo, donde sosteno qe, en el con-
texto de lo qe denomino jeos serios, erseuir royectos necesariamente
implica, para algnos, la sbordinación de otros. No obstante, esos otos nn-
ca están comletamente desrovistos de aencia: tienen oderes y royectos
oios, y la resistencia (desde la más st hasta la más manifesta) sieme es
osible. Tanto la donación como la resstencia están, entonces, en mi oi-
nión, al sevico de los oyectos, de tener la osibilidad o el oder de erse-
i, aa bien o aa ml, objetivos y roósitos cltralmente sinifcativos.
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