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Autor Aldo Rossi

El presente volumen recoge un largo proceso de reflexión de un


arquitecto que es, a la vez, creador y profesor. Entiende, por tanto,
la arquitectura como un campo de conoc imiento que es posible
ordenar y transmitir objetivamente; que es fruto del análisis de aquella
realid ad de la cu ltura humana que llamamos ciudad y del proceso
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Título
Para una
arquitectura
de construcción, es decir, la arquitectura.
Pero Aldo Rossi es también un arquitecto que vive en su tiempo y que de tendencia
proyecta arquitectura para su tiempo, es decir, que hace de la acti- Escritos: 1956-1972
vidad de proyectar a la vez un trabajo racional y lógico, pero también
un acto creativo y personal. colección Arquitectura 1Perspectivas
En las páginas de este libro se dan cita constantemente la erudición,
el trabajo de análisis, la interpretación de los modelos que alimentan
la arquitectura de nuestro tiempo, pero también, son el testi monio
de una opción personal , de una poética determinada, con la que expli-
Ed itor
GG
car la propia idea de lo que hoy puede ser la arquitectura. '
Escritos con el mismo c uidado con que el diseñador traza las líneas
sobre el papel, estos textos son a un tiempo un testimonio y una
lección de arquitectura contemporánea. Y precisamente a causa de la
estricta coherencia y del desarrollo lógico del discurso, constituye
una notable con tribución crítica para la comprensión históri ca de los
acontecimientos y de los problemas discutidos en los últimos años.
Reproduciendo las observaciones que el propio Rossi hacía en la
introd ucc ión a los escritos de Quaron i, se puede afirmar que este
libro es -en el sentido más amplio- e/ libro de un arquitecto, pudién-
dose poner junto a los de Rogers, Loos y Le Corbusier, entre otros
muchos libros, diversos todos ellos pero sustancialmente basados en

la construcción de la arquitectura.
La presente ed ición se ve enriquecida por un prólogo del rossinlano
catalán Caries Martí Ar~. responsable asimismo de la selecc ión de
la ilustración que se ofrece, así como por una puesta al día de la bio-
grafía, proyectos y escritos del autor y textos sobre él mismo.

Editorial Gustavo Glll, S.A.


Rosellón, 87-89- Barcelona-15

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170 Yo creo, y ésta es mi respuesta a la pregunta de Insolara, que la relación
entre este tipo de compromiso y la voluntad ideal, así como la transformación real Los p1 !mas metodológicos de la
de la forma de la ciudad, es posible cuando la cultura verdaderamente tiene una
posición autónoma, dentro de una disciplina autónoma, y no quiere enmascararse
investi ión urbana
con un pseudocompromiso político de circunstancias.

O sea que creo que una de las mayores limitaciones del urbanismo italiano
ha sido la de querer inmediatamente, y partiendo de algunos planteamientos de
tipo teórico, llegar a una adhesión precisa a problemas prácticos en su forma más
inmediata.

Las comprobaciones de este tipo no se pueden provocar artificialmente;


se producen cuando el fenómeno histórico es favorable a su coincidencia. Y aquí qui-
siera contestar a otra cuestión, aquella en la que se dice que es muy importante el
conocimiento de la realidad en la que se opera. Ciertamente, en esto creo que todos
estamos de acuerdo; pero también creo, aunque sea en perspectiva futura, que ésta
es la parte de nuestro trabajo que podemos regular mejor. Existen grupos de trabajo
que intentan resolver problemas de análisis, puestos en el plano de la investigación
científica de la realidad urbana, y, a pesar de las muchas lagunas que todavía exis- En el estado actual de los estudios sobre la ciencia de la ciudad, difícil-
ten,.será posible obtener resultados óptimos en el campo de las investigaciones mente pueden ser reducidos éstos a un discurso unitario, aunque se enriquezcan con
espaciales. las contribuciones más diversas o con documentación vasta y hasta exhaustiva.
Cuando se tiene que llevar a cabo la investigación urbana, incluso de una ciudad de-
Ya me parece más problemático el otro paso, es decir, el que del plantea- terminada, hay que formular algunas consideraciones de carácter general; éstas
miento analítico de los datos nos lleva a expresar y a constituir una forma deter- van destinadas incluso a los que son ajenos al tratamiento de problemas técnicos
minada que, después, interpreta y lleva adelante la realidad: ésta vuelve a ser aque- de este género.
lla relación tan difícil que lnsolera pone como cuestión de fondo y que está pre-
sente en toda nuestra actividad. Esta necesidad nace sobre todo de la exigencia de establecer el objeto
específico de la investigación; es decir de precisar una serie de preguntas.

Seminario efectuado en el curso sobre «El planeamiento territorial urbano•, La primera y quizás útiié:a garantía de que esto sea así -y, por lo tanto, de
en el Instituto Universitario de Arquitectura, de Venecia, el 14/V/1964. Repro- que nuestras teorías correspondan 'a la realidad y no sean una acumulación arbi-
ducido en: traria de detalles y deducciones a veces artificiales- consiste en orientar la inves-
tigación hacia una experiencia concreta y, por lo tanto, en nuestro caso, hacia la
realidad inmediata, empírica, de la ciudad en que vivimos.
VV. AA., La pianificazione territorlale urbanlstlca nell'area milanesa, Marsilio,
Desde el interior podremos comprobar todos aquellos sistemas que poco a
Padua, 1966
poco se vayan proponiendo para llegar a una comprensión más amplia y generaliza-
ble del fenómeno urbano.

Naturalmente, la elección de esta ciudad no es casual, aunque es lógico


admitir que la elección también está determinada por las posibilidades de los inves-
tigadores; por ejemplo, la elección de Padua se debe tanto a que esta ciudad pre-
senta una serie de condiciones típicas, y por tanto generales, como a sus dimensio-
nes limitadas, y, en fin, a su proximidad geográfica.

La cosa más útil que podemos hacer al comienzo es conocer la situación


actual de los estudios sobre la ciudad; qué resultados se han obtenido en el campo
de otras disciplinas y con determinados tipos de investigaciones; por ejemplo,
cómo ha analizado la sociología urbana el comportamiento de los grupos dentro de
la ciudad, o cómo los geógrafos urbanos han procedido en sus análisis, etc.

Evidentemente, no podemos ignorar estas experiencias; ya nos hemos


ocupado de ellas, y volveremos a ocuparnos en el curso de nuestros estudios. Pero
incluso antes de analizar estos resultados, y quizás antes de preguntarnos qué es
una investigación urbana, hemos de preguntarnos qué es lo que buscamos. Parece
evidente que en un universo tan vasto como el de la ciudad podemos encontrar un
172 poco de todo; y no se diga que este poco no sirve también para m objetivos. a fin de cuentas, un método aislador y que los elementos permanentes podrínn con-
Por tanto, será preciso establecer una hipótesis de trabajo. siderarse también como hechos patológicos, respecto a la dinámica de los hechos
urbanos.
Aquí, nuestro objetivo es el de establecer las leyes que regulan la ciudad
como realización; nos preocupamos por conocer las relaciones espaciales, su forma, (Como concepto analógico, es útil hacer referencia a la teoria de los ele-
su crecimiento, como si la ciudad fuera (y desde nuestro punto de vista efectiva- mentos permanentes respecto a la dinámica del lenguaje, que constituye uno de los
mente lo es) una gran obra de ingenierfa que se continúa en el tiempo. motivos más vivos del debate, y uno de los más estimulantes, de la lingüística.)

Así, establecemos una hipótesis de investigación, y, a la vez, una delimi- La segunda proposición que hemos de tener presente se refiere a la con ti
tación del campo de estudio; de la ciudad como realización, como arquitectura total, nuidad espacial de la ciudad; aceptar esta continuidad equivale a considerar como
nos preocupamos por pasar a una comprensión más precisa de los caracteres de hechos de naturaleza homogénea todos aquellos elementos que encontramos en
cada edificio, de las arquitecturas, de los tipos constructivos que constituyen esta determinado territorio; o mejor dicho, en un determinado entorno urbanizado, sin
obra. Pero para que esta hipótesis tenga base hemos de avanzar y sostener tres suponer que exista ruptura entre un hecho y otro.
proposiciones distintas; éstas se refieren al tiempo, la dimensión y la constitución
del hecho urbano. Esta proposición no es tan pacífica y aceptable como puede parGcer a
simple vista; ya volveremos a tratar de algunas implicaciones que contiene.

La primera de estas proposiciones sostiene que el desarrollo urbano es (Por ejemplo, no es aceptable cuando se sostiene que entre la ciudad hi:;
correlativo en sentido temporal, es decir que en la ciudad hay un antes y un des- tórica y la ciudad tal como se conforma después de la revolución industrial haya L
pués; esto significa reconocer y demostrar que a lo largo de la coordenada temporal salto cualitativo; ni tampoco cuando se habla de ciudad-región como ciudad abie¡·t:·,
estamos situando fenómenos que son estrictamente comparables y que por su na- contrapuesta a la primera, etc.)
turaleza son homogéneos.
En fin, como tercera y última proposición, hemos de admitir que denhu ;L
Como puede verse, aquí nos referimos a los términos historia e histórico, la estructura urbana hay algunos elementos de naturaleza particular que tienen ('-:i
que en el análisis urbano no han sido definidos nunca, por lo que yo sé, de una poder de retrasar o acelerar el proceso urbano y que, por su naturaleza, son bc¡:,~t-c-1! :
manera totalmente satisfactoria, aunque aparentemente hayan conducido a resulta- destacados.
dos muy vistosos.
Supongo que algunos estudiosos se refieren a estos elementos cu<Jnc!1.
Es cierto que la sucesión de términos físico-temporales todavía no es el hablan de estructuras o infraestructuras; pero como en este ámbito nunca se 11u·-. ,

método histórico. Este método ha sido aplicado con resultados importantes por dado una justificación lógica del término, yo prefiero no utilizarlo. (Estos element·
Max Weber, en lo que se refiere a la historia cívica, y también por otros. en otros términos, podrían ser lo que Lynch llama actividades fijas, interpretando
todo el arco histórico el siguiente fragmento en el que la identificación ele la:; c;11
terísticas urbanas, por lo menos a primera vista, no parecen muy diferentes \In¡;,
En la investigación de la arquitectura de la ciudad, o de la ciudad como rea-
lización, ello ha sido especialmente útil en los estudios de Maree! Poete y la es- que nosotros proponemos: «El esquema espacial de una ciudad está determin;¡c/.
cuela francesa que le siguió. Según Poete, la razón de ser de la ciudad está en su por la localización de las actividades fijas, además de la distribucíón de {¿Js c:o;u,
continuidad; a las noticias históricas se han de añadir las geográficas, económicas, nicaciones y del tejido constructivo ... » Por ello, una vez determinada la densid<:H
estadísticas, pero es el conocimiento del pasado lo que constituye el término de constructiva y el esquema de las comunicaciones, el restante elemento clave,;'
comparación y la medida para el porvenir. Este conocimiento puede hallarse en los cala metropolitana, es la ubicación de las actividades de interés general que-~; ;::i
planos de la ciudad, y en ellos, en los trazados, en las calles en las construcciones recíprocamente con los diversos sectores de todo el organismo [La metropu!, 1
futuro, p. 82].)
se establece un vínculo más o menos aparente entre las fo;mas de las cosas a
través de las épocas. A través de las variaciones de las épocas y de las civilizacio-
nes se puede comprobar una constancia de motivos que asegura una relativa unidad Según otra acepción bastante difundida y codificada por las nmma:o c.
a la expresión urbana. A partir de aquí se desarrollan las relaciones entre la ciudad las actividades fijas se pueden aproximar a los esquemas urbanísticos; con tt.:Jcl
Y su circunscripción geográfica; relaciones que son analizables positivamente por dejando esta discusión, que ya volverá a aparecer en el curso de la investi~JC~ció;-,
el valor de la calle. podemos decir que estos elementos de naturaleza preeminente en la trama es[F1'
de la ciudad, actúan como catalizadores del proceso de crecimiento urbano y [Jtlr
De la calle, el análisis pasa al suelo urbano, y el suelo urbano es un dato den ser de naturaleza histórica o no, e identificarse o no con determinadas con~'
natural, aunque también es una obra cívica y está ligado a la composición de la trucciones.
ciudad. En la composición urbana, cada cosa ha de expresar con la mayor adhesión
posible la propia vida de aquel organismo colectivo que es la ciudad. Si aplicamos esta hipótesis a la investigación urbana, en seguida tendrr--'
mas indicaciones bastante precisas sobre el modo de proceder; indicaciones qw::
En la base de este organismo está la persistencia del plan. El concepto de se apartan mucho en la práctica de las que siguen los técnicos urbanístas cuanr!rj
persistencia es la contribución más iluminadora formulada por Poete; aunque no se disponen a realizat· una investigación; por ejemplo, antes de elaborm un pléln
podemos detenernos más en esta teorfa, será útil recordar algunos límites que regulador. Así, para desarrollar la primera proposición se recogen una serie de
propone. planes históricos, desde las épocas antiguas a la nuestra. Estas series históricas íll,
siempre serán suficientes; además, deberán elegirse oportunamente los períodos
! que caracterizan la propia serie, ampliándolos o reduciéndolos en la proximidad de
Yo no creo que sea acertado aceptar en estos términos el método histórico
que desarrollan estas teorías, porque creo que el método de las permanencias es, 1 algunos períodos, etc. Los planes históricos, además, no nos proporcionarán un cono
174 cimiento suficiente; habrá que reunir a elementos particulares, planes de detalles Ejemplos de modelos descriptivos son los de las ciencias sociales; carac-
complejos, proyectos originales, etc. terísticas por el estudio de las oscilaciones económicas, del concepto de clase
social, de grupo social, etc. Tratándose aquí de estudios de morfología urbana (es
Con este tipo de material acumulamos datos extremadamente útiles y de decir, del mundo de las formas). las cosas parecen ser algo diferentes, y podemos
cuyo conocimiento no podemos prescindir; y el trabajo de este tipo desarrolla limitarnos a decir que intentaremos, utilizando el material recogido, proceder a la
también en gran parte el tipo de exigencia que encabezaba la segunda proposición; configuración de un fenómeno, imaginando todas las posibles vías de configuración
es decir que tendremos un cuadro del crecimiento espacial de la ciudad, asumiendo del propio fenómeno.
la continuidad de los elementos espaciales. (Evidentemente, como apuntábamos
antes, estos resultados son discutibles, partiendo de hipótesis diversas, aunque la
contestación más rica de argumentos está en el campo social. La negación de una Llegados aquí, podemos tratar de otra manera de afrontar el problema de
continuidad de los fenómenos urbanos se encuentra, entre otros, en Leonard la investigación urbana; aunque este modo o método parezca a primera vista el
Reissmann [véase L. Reissmann, The Urban Process, Nueva York, 1964; versión cas· más sencillo, presenta, al contrario, notorias dificultades. Me refiero al método de·)
tellana: El proceso urbano. Las ciudades en las sociedades industriales, Editorial la descripción.
Gustavo Gili, S. A., Barcelona, 1972].)
Desde el punto de vista general, el método de la descripción es rnuy comO<:
También la tercera proposición puede desarrollarse ampliamente sobre to, y es tarea de toda opción el describir los fenómenos particulares que se verifi"
material cartográfico, y en este caso, como suele decirse, los planos hablan. can en el campo de la experiencia (y, por ello, de establecer los principios general e"
que permitan su explicación y previsión).
Puede parecer que un trabajo de este tipo sea bastante modesto; pero cier·
tamente ofrece un material concreto, y cabe repetir que el objetivo de la investiga- Describir significa definir, y definir es clasificar; dejando aparte aquí es(c,
ción es la elaboración de material concreto. compleja cuestión epistemológica de la clasificación, volvamos a preguntarnos,
como al principio, si existen descripciones de ciudades y de qué tipo de descripci\i
nes se trata. No cabe duda de que existen muchos tipos de descripciones, desde Icé.
Naturalmente, esta recogida de datos que poco a poco vamos elaborando de las guías (a veces son las mejores desde el punto de vista geográfico), o las tic-'
no se ha de confundir con la investigación urbana; solamente nos suministra los carácter histórico o estético, o de naturaleza literaria; los escritores del nouvc:Ju
datos para elaborar la investigación; después se han de representar las regularida· roman, por ejemplo, toman la descripción como poética, con resultados extn:nnm!-
des (o estructuras) que hay en cada fenómeno, y a base de los cuales se pueden mente interesantes; pensemos, por ejemplo, en la Description de San Marco, u e
conocer y anticipar los propios fenómenos. Y una parte, si no el objetivo principal, Michel Butor, en la que el autor se propone una mera descripción de la basíl icn
de nuestra investigación es precisamente el de estar en condiciones de proceder veneciana. Pero no es precisamente a este tipo de descripciones al que nos he¡;:·
a la anticipación de tales fenómenos; en otros términos, de saber cuál es la dinámica de dirigir, aunque indudablemente constituyan para nosotros una experienclc.
urbana, cómo es posible prever su transformación, cuáles son los tipos constructi- interesante. (Por ejemplo, en relación con la imagen de la ciudad, las descripciD¡¡,
vos que principalmente emergen y cómo se puede encauzar una modificación seria literarias ciertamente son las más precisas e iluminadotas del fenóm8no tnbsn,
(en todo caso, mejorar) de todo esto. Habrán oído hablar de esta previsión y cono· y los ejemplos son numerosísimos.) Pero la descripción más instituida dé; !~1 t·t,.;_;il
cimiento de los fenómenos también de otra manera; es decir en términos de mo· urbana, al par que la de la tipología constructiva, siguiendo las huellas del pene,
de/os y de modelistica. Es un discurso que se oye con frecuencia en nuestros miento positivista del siglo XIX, se basa en un concepto distinto de la fisiología
estudios y sobre el cual creo que conviene ir con cautela; en realidad, las definicio· el concepto de función. El concepto y la consiguiente teoría del funcionalismo,
nes de modelo, tipo, esquema, etc., no siempre se utilizan con suficiente claridad. enunciada por primera vez por Friedrich Ratzel a fines del siglo pasado, ha influ1,'
¿Es lícito hablar de modelos en el estudio de la ciudad? ¿Cuando hablamos de mo· ampliamente en todas las ciencias sociales, y, en primer lugar, en los estudio:-,;:-:~~~
delos, nos referimos a un tipo de ciudad, a una ciudad determinada, o a un esquema la ciudad como realización. Esta teoría impregna también el pensamiento de i~-1 c1:
formal y en algunos casos simplemente geométrico? ¿O acaso no es con frecuencia tropología moderna, enunciada por Malinovski quien, haciendo referencia expt-e'~
una manera de decir sacada del lenguaje común, basada en algunas afinidades de a la manufactura, al objeto, a la casa, escribe que en todo caso las circunstéinci~1·
imagen, etc.? así como la forma del objeto, vienen determinadas por su uso. En varias occ:~:·;fi,:,
afirma que es preciso tener presente la función integral del objeto. De estJs p1 ~
(Obsérvese que el término inglés pattern, a menudo traducido como mo· misas deriva que, como parece fácil distinguir los edificios por funciones (toé\ü(_ :-,
de/o, es mucho más preciso.) hospitales, viviendas, etc.), parece igualmente fácil, como les parecía a Jos prit.!lí'>.
estudiosos de este tema, dividir la ciudad por funciones; comerciales, indusü!al8~;
Recuérdese que, desde el punto de vista científico, modelo en sí, conectado administrativas, residenciales, etc. {Tengamos presente que precisamente el p~H·c::
con algún fenómeno determinado del mundo se ha de considerar como un conjunto tesco estrecho de estos estudios instituidos entre la ciudad y la tipología consi1 :¡,·
orgánico de relaciones que ligan aspectos determinados del fenómeno que se tiva es el que nos orienta en los que estamos realizando.)
examina, que no sean todas identidades y que no contengan tautologías. (Y, basán·
dose en esta definición, los modelos pueden ser: descriptivos, interpretativos En la clasificación de las ciudades, ésta resulta preeminente ¡-aspecto éli
[Ciencias Exactas], de comportamiento, de precisión.) paisaje urbano y a la forma; aunque muchos autores formulen dudas sobre la valide.
y exactitud de una clasificación de este tipo, creen que no hay alternativa COilc:·t-; l. él
A los únicos modelos que parece lícito referirse al estudiar la ciudad son para una clasificación eficaz. Así Chabot, después de afirmar la imposibílidad de
los descriptivos, es decir aquellos relativos a todos los casos en que existen pro· dar una definición precisa de la ciudad, porque detrás de ella siempre hay un re·
blemas de gran importancia, no reducibles en términos de teoría admitida, es decir siduo imposible de discernir de una manera precisa, establece las funciones, aunqtH'
no definibles en sentido tradicional y que se estudian por medio del análisis del en seguida declara su insuficiencia. La ciudad como agrupación de hombres se
mayor número de aspectos apreciables y por la relación entre éstos. explica precisamente en base a las funciones que aquellos hombres querían ejercc1
176 la función de una ciudad se convierte en su raison d'etre y es bajo este aspecto • Los bastiones y las puertas (corso di porta, etc.). 177
que se revela. • Calles de parcelación (particularmente ligadas a la topomástica).
• Calles de parcelación ligadas al crecimiento de la ciudad por razones es-
En muchos casos, el estudio de la morfología se convierte en estudio de la peculativas. Sus relaciones con la situación catastral. Calles de urba-
función. Establecido el concepto de función, se llega inmediatamente a la posibili- nización. Ligadas al plan. Calles de París después de Haussmann, etc.
dad de una clasificación evidente. i
b) Funciones:
Ahora bien, dejando aparte la crítica que formularemos en seguida a la des- • Recogiendo la definición clásica de los geógrafos alemanes entre Wohn-
cripción por funciones, se puede indicar la objeción de que, ya dentro de este cua- strasse y Wegstrasse, función comercial de la calle, ligada al problema
dro, surge una dificultad al establecer el papel de la función comercial. Tal como del tráfico y del zoning, se convierte en un capítulo especializado en el
se ha hecho, esta explicación del concepto de clasificación por funciones resulta estudio de la ciudad.
demasiado simplificada, supone un valor idéntico para todas las atribuciones de
función; lo cual no es cierto.
ri e) Estructura:
• Dimensiones, importancia, forma.
Una función primordial y emergente es la comercial. Esta función del co- i • Arquitectura de la calle, el fondo, los pórticos, el arbolado, ejemplos.
mercio y su tráfico en realidad es el fundamento, en términos de producción, de una '·
1
explicación económica de la ciudad que partiendo de la formulación clásica de 1
Se trata de un análisis positivo que, hecho a fondo, puede dar lugar no sólo
Weber (la ciudad como mercado) ha tenido un desarrollo particular y sobre el que a la recogida de un material notable sino también a un material ordenado, cuya lec-
nos detendremos en otra ocasión. Aunque hoy no estemos de acuerdo con esta tura puede resultar particularmente viva.
visión, o por lo menos no creamos que haya correspondencia lineal entre forma y
función, y que, por lo tanto, la forma tiene un grado de autonomía muy superior al Se puede decir que en la obra de este autor, por su notable conocimiento
que los funcionalistas quisieran, con todo, no podemos olvidar este importante de la historia del arte, se ofrece una caracterización y una clasificación de los ele-
punto de vista, que todavía es uno de los que centran nuestro trabajo. Se ha de in- mentos de la ciudad superior a la de los geógrafos; pero no va más allá de la función
tentar ir más allá de las angustias de este método, para iluminar los problemas de práctica de los elementos que presenta, y por ello no se enfrenta con el problema
la forma desde el punto de vista arquitectónico y urbano; también éste puede ser de su papel como elementos de la ciudad.
uno de los objetivos de la presente investigación.
Por otra parte, la estructura es lo principal, en tanto que la función es sola-
A un planteamiento funcional rígido, como el que intentan algunos geógra- mente un elemento para comprender su caracterización.
fos urbanos, por parte de otros autores corresponde una visión más rica de motivos
internos del fenómeno urbano; veamos brevemente, para concluir, el método pro- Creo que muchos de los problemas aquí indicados, por su propia natura-
puesto por Lavedan, tal como se deduce de sus estudios sobre las ciudades y la leza, no pueden ser abordádos a fondo más que en el curso de la investigación.
arquitectura, y de su Geographie des vil/es. Será necesario proceder con un estudio comparado; es decir, extendiendo y com~
parando los datos, a medida que se vayan recogiendo, con otro material ya conocido,
Resumo aquí este punto de vista porque, aun a través de préstamos y con cuidando de que todo este material pueda ser comparable.
un cierto eclecticismo, es uno de los métodos más próximos a aquella hipótesis
de la ciudad como realización de que hablaba al comienzo (y además, constituye la
aplicación de los principios de Poete).
VV. AA., La formazione del concetto di tipologia edillzia, CLUVA, Venecia, 1965
La estructura de la ciudad consiste, según Lavedan, en dos partes principa-
les: las áreas construidas y las libres. El plano de la ciudad expresa, por un lado,
la proporción entre las partes, y, por otro, su organización.

Las áreas libres son de dos especies: las públicas y las privadas. En una
ciudad moderna, las primeras son vías, plazas, parques y las otras son terrenos
no construidos, patios y jardines. El análisis de la estructura de la ciudad ha de par-
tir del conocimiento de la generatriz del plan: este es el concepto fundamental de
los estudios de Lavedan. La generatriz no siempre coincide con las líneas de la
ciudad actual, pero siempre es la generatriz de la ciudad la que determina su direc-
ción de crecimiento. Todo elemento urbano se ha de examinar desde tres puntos
de vista distintos: el origen, la estructura, la función (morfológico e histórico en los
dos primeros casos, funcional en el tercero).

Pongamos un ejemplo, la calle:

a) Origen:
• Vía de gran travesía, travesía ligada al territorio (Grand Rue, High Street,
Via Emilia, etc.).
o Las murallas (boulevard, bollwerk).

12. ROSSI- escritos

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