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DAR Y RECIBIR

El grupo constituye quizás la forma más habitual de convivencia de ser humano (el grupo de
trabajo, el grupo de amigos, los compañeros de estudios, el grupo familiar, etc.). El hombre
es un ser social que necesita de otros individuos para desarrollarse y sobrevivir.
Los distintos grupos de los que va a formar parte, voluntaria o involuntariamente, le van a
proporcionar un conjunto de estímulos y refuerzos necesarios para su desarrollo y su
supervivencia pero a su vez, de forma implícita o explícita, el grupo va a requerir de sus
integrantes la aceptación de una serie de normas.

Cuentan que la mano se cansó de trabajar para el cuerpo humano y convocó a una
asamblea de órganos y partes del cuerpo. La mano argumentaba que ella y las piernas eran
las que hacían todo el trabajo y que el estómago, sin hacer nada, se llevaban toda la
comida. Como consideraba que era totalmente injusto, decidió hacer huelga y dejar de
trabajar. Pasaron unos días en huelga y, como el cuerpo humano no comía, empezó a
debilitarse y con él la mano. Ya cuando los órganos estaban casi moribundos, la mano
convocó a otra asamblea para cancelar la huelga. Se había dado cuenta de que si el
estómago no comía, ella tampoco lo haría. (El espejo del Líder-David Fischman)

El cuerpo humano es un conjunto de órganos y partes interdependientes. Los miembros de


un equipo también son interdependientes; es decir, dependen unos de otros.
Trabajar en equipo es el esfuerzo integrado de un conjunto de personas para la realización
de un proyecto. Los equipos se establecen cuando existe una meta concreta y compartida.
Trabajar en equipo también implica servir; dejar de pensar únicamente en nuestro beneficio.
Sólo de esta forma contribuiremos a formar un verdadero equipo.
Se nos ha acostumbrado a notas individuales, y durante décadas, las empresas han evaluado
sólo el desempeño individual. El individualismo es un hábito fomentado por la sociedad, y es
muy difícil de romper.
La Universidad de Harvard realizó un estudio en que se solicitó a un grupo de atletas que
corriera una maratón de varios kilómetros, en un tiempo muy reducido, prácticamente
imposible de alcanzar. A mitad de camino, los investigadores simularon un accidente con una
persona muy herida, que necesita ayuda. Cuando los atletas pasaron al costado de la persona
herida, no se dieron cuenta del accidente. Estaban tan concentrados en lograr la inalcanzable
meta, que no se percataron de algo más importante: ayudar a una persona gravemente
accidentada. Lo mismo nos ocurre en la vida cotidiana, por el apuro de lograr nuestras metas
o tareas. Sólo nos concentramos en eso, sin ver quién está a mi costado, quién necesita de
nosotros. El dar es una parte fundamental en la vida para aprender a convivir con los demás,
a ser reciproco, solidario y entablar relaciones duraderas basadas en la confianza, y el respeto
con el otro.
Ser individual es importante, pero también lo es pertenecer a un grupo. Siempre estamos en
busca de algún grupo donde encajemos, gente con intereses comunes con quien nos
podamos identificar y con quien podamos compartir aquello que nos hace únicos.
A mediados del pasado siglo, Abraham Maslow, en su obra A Theory o f Human Motivation,
reconocía la necesidad de pertenencia a un grupo como una de las motivaciones que impulsa
el desarrollo personal. Esta identidad grupal no es solo beneficiosa a nivel individual, sino
que también genera importantes ventajas para las organizaciones.
“Hay un poder inmenso cuando un grupo de personas con intereses similares se reúnen para
trabajar hacia los mismos objetivos”. Idowu Koyenikan

La identidad grupal nos lleva a sentirnos parte de nuestra comunidad y entorno, esa cohesión
grupal de la que hablamos es la responsable de que seamos algo más que un conjunto de
personas que pasan tiempo juntas o realizan una tarea en común como hacer un trabajo o
entrenar, es la responsable de que nuestro grupo sea muy diferente al de otros, simplemente
por el mero hecho de ser el nuestro.
Tener un grupo cohesionado, unido, apuntando juntos a un sólo objetivo, hace que las metas
sean más fáciles de alcanzar, que nos sintamos acompañados y apoyados en nuestro proceso
hacia el éxito.

Referencias Bibliográficas:

 Fischman, David (2000). El espejo del Líder. Universidad Peruana de Ciencias


Aplicadas (UPC); El Comercio. Perú

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