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ESTRATÉGICA
Carlos Cañamero*
Setiembre 2002
En cada puerto sólo existirá una autoridad portuaria que determinará las áreas
en donde prestarán sus servicios los operadores portuarios. En algunos casos estas
áreas cubrirán casi irrestrictamente el ámbito del puerto, como es el caso de una
empresa de remolcadores que asiste al atraque de buques en los diversos muelles.
En otros casos se tratará de áreas restringidas - caso de la empresa operadora de
una terminal de contenedores que realiza sus actividades exclusivamente en la
superficie asignada a la terminal.
Los puertos en los que estos dos tipos de empresas portuarias se funden en
una sola son pocos. En estos puertos la autoridad portuaria absorberá las
actividades del operador y por esta razón se le denominará autoridad portuaria del
“tipo operador”, pudiendo pertenecer tanto al sector público como al privado. Por el
contrario, en los puertos en los que la autoridad portuaria se limita a la provisión de
infraestructuras e instalaciones se habla de autoridades portuarias del “tipo
propietario” que pertenecen siempre al sector público. Cuando adicionalmente la
autoridad portuaria proporciona también equipos como pueden ser grúas de muelle
o algunos servicios como practicaje o remolque se habla de autoridades portuarias
del “tipo herramienta”.
El punto de partida para el estudio de las tarifas requiere la obtención y examen
de los estados financieros de las empresas portuarias. Dichos estados financieros, o
cuentas anuales como también se les llama, se elaboran con la finalidad de dar una
visión fiel de su situación financiera y resumen el rendimiento empresarial para todos
los interesados: accionistas, acreedores, personal de la empresa, etc.
Con relación a los gastos que figuran en los estados de pérdidas y ganancias
de las empresas portuarias, se les puede clasificar en tres grandes categorías. Los
gastos de capital incluyen todos aquellos relativos a la provisión, operación y
mantenimiento de las infraestructuras, instalaciones y equipos. Los gastos laborales
comprenden los sueldos, salarios, programas de fondos jubilatorios, seguro social,
etc. Finalmente los gastos de apoyo se deben a la administración y otros gastos de
carácter general.
Las prácticas contables afectan la distribución de los gastos corrientes. Así por
ejemplo las provisiones por depreciación de los activos dependen del método de
amortización empleado. De otro lado, el empleo de los valores de reposición en vez
de los históricos para los activos dará origen a diferencias apreciables como se ve a
continuación para el puerto de Melbourne (valores en dólares australianos).
1
“El alcance y las causas del incremento incremento del costo portuario”,
UNCTAD,TD/B/C.4/167/1&Supp1
Del gran número de ratios existentes hay dos grupos que incluyen los ingresos
y que, por lo tanto, son de interés para las tarifas. Los ratios de actividad miden la
eficiencia empresarial en la utilización de los recursos corrientes durante el ejercicio.
Uno de los más usuales es el ratio operativo que relaciona las partidas de gastos,
como son compras, salarios, etc. con las de los ingresos de operación en el estado
de pérdidas y ganancias.
En 1999, este ratio fluctuó entre 60.3% y 90.4% para las autoridades portuarias
del Estado de la Florida.
Existen otros dos grupos de ratios financieros que tienen importancia sobre
todo para la financiación de las inversiones. Los ratios de apalancamiento miden la
magnitud en que la empresa es capaz de financiarse con deuda.
Cobertura del interés = Resultado del ejercicio / Intereses deuda a largo plazo
Ratio de endeudamiento total = Total de deuda / Total Patrimonio
Las prácticas contables al afectar los valores de las diferentes partidas de los
estados financieros afectarán a los ratios financieros. Por ejemplo, el método de
amortización afecta los ratios de rentabilidad. En general, es mejor adoptar
decisiones en función de la evolución de los ratios a lo largo del tiempo que en
función del valor absoluto que pudieran tomar en un momento determinado. De otro
lado, la utilidad de los ratios financieros para hacer comparaciones entre empresas
ubicadas en puertos diferentes es limitada debido a las diferencias en las
responsabilidades funcionales y las estructuras financieras de las empresas, sobre
todo cuando se ubican en países diferentes.
1.2. Términos empleados en la tarificación portuaria
En la mayoría de los puertos del mundo las tarifas portuarias son ahora
distintas de los impuestos y las tasas, conceptos típicos de la administración. Esto
se ha logrado durante los últimos 30 años debido al progresivo reconocimiento del
rol eminentemente comercial de los servicios remunerados por dichas tarifas. Con la
aceleración de las presiones competitivas en el comercio mundial, la tarificación
portuaria se acerca cada vez más a la fijación de precios empresarial.
Es común usar las palabras derecho portuario o tarifa por servicio general para
englobar todos aquellos términos que describen la provisión de infraestructuras,
instalaciones y servicios comunes (policia, seguridad, servicios contra incendios,
sistemas anticontaminantes) y tarifas por servicios específicos para aquellos otros
que se aplican a la provisión de un servicio específico, como el servicio de prácticos
o el de estiba. Estas tarifas constituyen las fuentes de ingresos i) y ii) de las
empresas portuarias. Para la provisión de equipos específicos, por ejemplo grúas, y
de terrenos se utiliza la palabra alquiler; y constituye uno de los ingresos incluidos en
la fuente (iii). A veces la palabra cargo, o tarifa, se usa para incluir derechos
portuarios, tarifas por servicio específico y alquileres.
De otro lado, los términos canon o royalty se aplican a los pagos efectuados
por los operadores portuarios a la autoridad portuaria en razón del uso de las
instalaciones para la provisión de servicios a los usuarios del puerto y constituyen el
grueso de los ingresos de la fuente iii) de las autoridades portuarias.
Como resultado, los puertos compiten con sus vecinos, ubicados a lo largo de
la misma costa, pero también con otros ubicados en una costa diferente. Hay
competencia entre los puertos ubicados a lo largo de la costa noroccidental de
Europa (desde Le Havre hasta Hamburgo). Y también la hay entre los puertos del
norte y del sur de la Unión Europea y entre los puertos de las costas del Pacífico y
del Atlántico de los EE.UU.
Existen varios factores que acrecientan la competitividad de un puerto. Así, la
ubicación del puerto puede dar acceso preferencial a un centro de consumo o de
producción (Santos respecto de São Paulo), a vías de transporte de penetración al
hinterland (Rótterdam respecto del Rin) y a rutas marítimas principales (Singapur
respecto del Estrecho de Malaca). La productividad del puerto y la disponibilidad de
la carga tendrá considerable influencia en la calidad, frecuencia y diversidad de
servicios marítimos. La infraestructura de transporte terrestre y los servicios de
transporte terrestre al hinterland pueden afectar también la competitividad como lo
atestigua el esfuerzo desplegado por los puertos de la Costa Pacífica de EEUU para
mejorar sus conexiones y servicios ferrocarrileros (el plan Alameda en Los Angeles y
Long Beach). Asimismo, las fusiones y adquisiciones de los operadores globales que
al no limitar su actividad a un sólo puerto pueden alterar la posición competitiva de
un puerto en particular en plazo relativamente breve.
Una mirada rápida a los puertos, muestra que unos simplemente sobreviven,
otros tratan de continuar sin sobresaltos, mientras que otros prosperan. Para estos
últimos puede observarse algunas tendencias. Primero, hay una tendencia hacia la
especialización. Esto es evidente en ciertos tráficos tradicionales (petróleo y
derivados, mineral de hierro, carbón, granos, contenedores) pero también en nuevos
(madera aserrada, concentrado de jugo de naranja, vinos, pasajeros-turistas). El
rasgo esencial es la aparición de la terminal especializada que utiliza tecnología
estrechamente relacionada con la industria que sirve.
La racionalización laboral y la modernización institucional son dos tendencias
que a menudo se llevan a cabo en estrecha sintonía. La primera, soluciona el serio
problema del exceso de personal en el sector portuario y posibilita el uso eficiente de
tecnologías que exigen el uso intensivo de capital. La modernización institucional al
difundir el modelo de autoridad portuaria del tipo propietario hace posible la
participación conjunta del sector público y privado en las grandes inversiones
especializadas y las requeridas por el crecimiento del comercio internacional.
Otra tendencia es la difusión de las llamadas zonas logísticas que actúan como
centros de almacenamiento y distribución a gran escala y realizan actividades
complementarias (empaquetado, etiquetado, etc.). Esta tendencia sigue los pasos
de los puertos industriales de los años 60, en los que empezó a procesarse materias
primas a granel (petróleo, minerales). La novedad es que ahora se trata de
mercancías de todo tipo transportadas por buques de líneas regulares.
El proceso se inicia con un análisis exhaustivo (conocido por las siglas SWOT,
en inglés, o DAFO, en español) tanto de la situación interna del puerto (evaluación
de sus fortalezas y debilidades) como del entorno en el que se desenvuelve
(evaluación de las amenazas y oportunidades). Este análisis puede hacerse
siguiendo el método de la cadena del valor3 para detectar aquellas actividades que
los clientes del puerto consideran más valiosas.
Algunos de los factores a considerar en la evaluación interna del puerto son los
recursos físicos (por ejemplo los calados), las habilidades y experiencia de los
cuadros directivos de la autoridad portuaria, la solidez financiera y reputación de las
empresas portuarias, las destrezas y dedicación de los trabajadores y la base legal y
reguladora vigente.
Dicho análisis dará luz para determinar la estrategia a seguir por el puerto con
relación a los distintos tráficos que sirve. En un primer nivel estarán las estrategias
generales que la literatura empresarial ilustra mediante las matrices de cuatro celdas
(Boston Consulting Group) o nueve celdas (General Electric). Estas matrices
permiten posicionar los diferentes tráficos o unidades de negocio existentes en el
puerto, por ejemplo, practicaje, remolque, estiba, petróleo, almacenamiento,
contenedores, cruceros, etc., asignándoles una celda en la matriz que indicará así la
estrategia a seguir.
Tal posicionamiento se realiza mediante los dos factores tenidos en cuenta por
las matrices, la cuota de mercado en el eje horizontal y la atracción del tráfico en el
eje vertical, y que condensan el resultado de las evaluaciones interna y externa
respectivamente. Por ejemplo, si un puerto alcanza una cuota de mercado del 70%
en un tráfico mientras que en otro sólo alcanza a una cuota del 5%, se considerará
que será más fuerte en el primero que en el segundo. En consecuencia posicionará
el primer tráfico bastante más a la derecha que el segundo. En forma análoga, un
2
“Planificación Estratégica para Autoridades Portuaria”, UNCTAD/SMIP/646(Julio 1993)
3
Strategic Port Pricing , UNCTAD/SDD/PORT/2. Esta publicación está disponible en inglés, pero
existe una versión oficiosa en castellano preparada por el Sr. O. Cravero del Departamento Comercial
de Transportes Navales de la Armada Argentina.
tráfico que crece a una tasa anual de 30% será más atractivo que otro que crece
sólo al 10%, puesto que dará oportunidad de generar mayores ingresos y
presumiblemente rentabilidad, y por lo tanto se posicionará por encima de este
último.
Durante la década de los años 90 los tráficos de petróleo crudo y sus derivados
crecieron a una tasa anual del 2% mientras que los cinco tráficos principales de
graneles secos (mineral de hierro, carbón, cereales, bauxita y alúmina, y roca
fosfatada) lo hicieron al 2.9%. Los tráficos de otras cargas secas crecieron a una
tasa mayor del 6.7% mientras que el tráfico de contenedores creció al 8.8% anual. El
examen de algunos tráficos regionales específicos durante la misma década puede
mostrar crecimientos anuales aun mayores.
Debe tenerse presente que las tarifas portuarias son, junto con los otros
precios, los indicadores privilegiados para la asignación eficiente de los recursos en
una economía y, por lo tanto, estarán sujetos a la intervención de los poderes
públicos con la finalidad de asegurar un desarrollo sostenible. Según la definición
acuñada por la Comisión Mundial sobre Medio Ambiente y Desarrollo en 1987, este
último es aquel capaz de satisfacer las necesidades de la generación presente sin
comprometer la capacidad de las generaciones futuras de satisfacer sus propias
necesidades.
Capítulo II
INVERSIÓN Y TARIFICACIÓN
Con relación a los objetivos generales perseguidos por las autoridades portuarias
existen dos posturas. La primera corresponde a un enfoque macroeconómico y
considera que estas empresas fomentan el desarrollo económico y social de la
región donde se ubican, y aun del área de influencia que sirven; por esta razón se
admite que sus decisiones, especialmente las relativas a inversiones, no deben
tener como finalidad última alcanzar beneficios para los accionistas. Por el contrario,
la segunda postura considera que las autoridades portuarias no se diferencian en
nada de aquellas empresas animadas por alcanzar un máximo de beneficios para
sus accionistas, debiendo en consecuencia seguir el mismo objetivo; esta postura
corresponde al enfoque denominado microeconómico.
Con relación a los objetivos específicos, aplicados tanto a las unidades de negocio
como a las áreas funcionales de las empresas portuarias, existe unanimidad en
aceptar que dichos objetivos deberán ser concisos y con plazo claramente
determinado, por ejemplo un año. A veces, cuando estos objetivos son cuantificados
se denominan metas. Se indica a continuación los objetivos funcionales establecidos
por la autoridad portuaria del puerto de Cork (Irlanda) hace ya algunos años atrás:
Si los subsidios fueran parciales, por ejemplo vía préstamos a tasa de interés
preferencial, el objetivo financiero de estas autoridades portuarias será análogo al de
aquellas otras que, no recibiendo subsidios, invierten mediante préstamos o la
emisión de bonos. En ambos casos el objetivo financiero se fijará de modo que
cubra los costos de funcionamiento, mantenimiento y, además, los intereses y
principal de la deuda, siendo evidentemente estos últimos mayores en las empresas
que no gozan de subsidios.
4
En la década de los años 90 se propuso utilizar parte de los ingresos de los puertos californianos
para financiar proyectos urbanos. En Seattle, se propuso reducir los impuestos a la propiedad urbana
y abandonar el desarrollo portuario a pesar que el valor del comercio representado por el puerto
alcanzaba $ 33 miles de millones de dólares y se ponía en riego hasta 88 mil puestos de trabajo en la
región circundante.
5
“The pricing of port services”, Occasional Paper 97, Bureau of Transport Economics (1989)
Por su lado el objetivo financiero de los operadores portuarios, y de las autoridades
portuarias que siguen el enfoque microeconómico, deberá orientarse a cubrir sus
costos de funcionamiento, pagar los intereses y principal de las deudas y, además,
generar reservas y dar un retorno adecuado a los accionistas.
Este es el caso de las autoridades portuarias privadas que gestionan uno o más
puertos por delegación del Estado, como sucede en el Reino Unido donde ABP
(Associated British Ports) es responsable por 23 puertos. En América Latina, la
terminal de vehículos y la recientemente inaugurada terminal de contenedores de
Zárate, en la periferia de Buenos Aires, son empresas de este tipo como también lo
es la recientemente constituida empresa para operar el puerto de Ventanas en Chile.
Este tipo de empresa portuaria se caracteriza por operar puertos que ocupan
los primeros puestos en la clasificación portuaria por movimiento de carga indicada
en el Perfil Marítimo de América Latina y el Caribe preparado por la CEPAL. Seis de
los diez primeros puertos son puertos graneleros para tráfico casi exclusivo de una
mercancía y los otros cuatro tienen tráficos de mercancía a granel bastante
importantes.
Diez primeros puertos de América Latina por volumen de tráfico en 2000
Las inversiones resultan en activos fijos con vida económica muy dilatada: los
muelles y almacenes continúan en funcionamiento por décadas y cuando llegan a
ser obsoletos pueden reconvertirse para uso residencial y de recreo; muchas grúas
pórtico de muelle para movilización de contenedores fueron restauradas después de
más de una década de operación y en el mercado usado de grúas se encuentran
algunas de más de 30 años de edad.
Las reservas son la fuente tradicional utilizada por las empresas portuarias
para financiar las inversiones. Cuando este sea el caso los objetivos financieros, y
más precisamente las metas de ingresos, deberán incluir un excedente para
financiar las instalaciones y equipos futuros. Sin embargo, esta fuente es rara vez
suficiente para financiar inversiones de envergadura y debe ser complementada por
otras.
Las acciones son otra fuente novedosa para financiar la expansión de los
puertos. En efecto, algunos operadores globales han empezado a colocar acciones
para financiar su expansión. Por ejemplo ICSTI vendió 29% de sus acciones a dos
fondos de inversión estadounidenses obteniendo así 70 millones de dólares para
financiar su expansión. También PSA tiene un rol pionero habiendo nominado, a
mediados de 2001, los asesores con la finalidad de hacer una oferta pública de
acciones que fue finalmente pospuesta en 2002 debido a las desfavorables
cotizaciones encontradas en las bolsas.
Hoy en día, existe unanimidad en aceptar que las inversiones portuarias sean
hechas conjuntamente por las autoridades portuarias y los operadores portuarios.
Las primeras normalmente se ocupan de la provisión de la infraestructura y de los
accesos marítimos y terrestres al puerto. Los segundos proporcionan algunas
infraestructuras (muelles), instalaciones (almacenes, edificios) y equipos. La
legislación nacional a menudo determina el ámbito de participación de la autoridad
portuaria y los contratos de concesión modulan la forma y cuantía de la inversión del
operador portuario adaptándola a la demanda del comercio internacional, sobre todo
cuando se trata de planes de expansión de gran magnitud.
Entre los distintos tipos de costos mencionados existen dos, fijos y variables,
que son de interés fundamental para la tarificación por su relación con el volumen de
movimiento. En un análisis exhaustivo será necesario entrar a examinar otras
categorías de costos, sobre todo para determinar la asignación más apropiada de
los costos indirectos y fijos que constituyen un gran porcentaje del total. El método
ABC (de las siglas en inglés Activity-Based Costing) puede emplearse para este fin.
CATEGORÍA DE COSTO US $ O C D I F V
Fungibles 15 000 Y Y Y
Energía 2 500 Y Y Y
Seguro 65 000 Y Y Y
Misceláneo 17 500 Y Y
Los pronósticos que se limitan a extrapolar los volúmenes de tráfico del pasado
hacia el futuro son cuestionables. Por ejemplo la devaluación del franco CFA en
1994 tuvo como consecuencia una caída permanente del tráfico entre los puertos del
África del Oeste y del Atlántico de Europa de un 20 por ciento. También cambió la
estructura del tráfico: antes de la devaluación la importaciones africanas eran 2/3
mercancías de consumo básico y 1/3 mercancías de alto valor agregado;
posteriormente, dichas proporciones fueron 80 y 20 por ciento respectivamente.
En estos tráficos de graneles, el precio que los usuarios estén dispuestos a pagar
por los servicios portuarios se verá afectado por el nivel de fletes que exista en el
mercado tramp del transporte marítimo. Este depende de varios factores (ocupación
de la flota mundial, número de buques capaces de entrar en funcionamiento en el
corto plazo, ventas para desguace, órdenes colocadas en los astilleros, ocupación
de estos, etc.), pero sobre todo del equilibrio entre la oferta y la demanda de
bodegas para un tipo de buque en una región en particular y en un momento
determinado. Por ejemplo, la demanda y los fletes de buques tanque Aframax se
elevará con el incremento de las exportaciones de petróleo crudo del Cáucaso por
puertos del Mar Negro, puesto que estos buques son los mayores que pueden
atravesar el Estrecho del Bósforo en Turquía. Efecto análogo tendrá el incremento
de las exportaciones de petróleo crudo por puertos del Golfo Pérsico sobre la
demanda y fletes de los VLCC y los ULCC.
Los costos externos son aquellos no incluidos en la tarifa que paga el usuario de los
servicios portuarios. Estos costos tienen su origen en una repercusión más amplia
de las inversiones y las actividades portuarias que, yendo más allá de lo indicado por
los estados financieros de la empresa portuaria y sus clientes, afecta a terceros.
Algunos ejemplos, como el costo de limpieza de una playa contaminada por residuos
de petróleo, permiten apreciar fácilmente estos costos pero, en otros casos los
costos son menos evidentes - por ejemplo las demoras ocasionadas a los
automovilistas por la congestión de camiones en las vías cercanas a los accesos de
los puertos, el ruido producido por los vehículos de transporte pesado, etc. En la
mayoría de los casos los afectados pueden difícilmente intentar recuperar estos
costos, o tratar de incluirlos en sus precios si realizan actividad comercial, pues los
cálculos son complicados y sujetos a cuestionamiento.
El control y reducción de los costos externos puede significar bien poner en vigor
regulaciones técnicas que los limitan a niveles aceptables (por ejemplo la prohibición
de circulación a vehículos pesados, la limitación para realizar actividad nocturna, el
uso de gasolinas sin plomo, de filtros para impedir la contaminación del aire con
partículas de cereales o de carbón, etc.), bien reflejarlos directamente en las tarifas.
En los puertos los causantes de costos externos son tanto las empresas portuarias
como los usuarios. Para incitar a estos últimos a reducir los costos externos algunas
autoridades portuarias aplican reducciones en ciertas tarifas. Por ejemplo, en
6
Towards fair and efficient pricing in transport. COM(95)691. Bruselas, 1995
Rótterdam las tarifas para los buques tanque con tanques de agua de lastre
separados (segregated ballast tanks - SBT) tienen un descuento del 17%, existiendo
además un descuento del 6% para los buques que cumplen con el "Certificado
Verde".
Según la teoría económica estos costos externos son una de las dos vertientes que
aparecen cuando se consideran los bienes públicos. Estos bienes públicos, como el
aire que respiramos, se caracterizan por ser muy abundantes y poderse consumir
simultáneamente por varias personas. Más precisamente se dice que estos bienes
públicos tienen dos propiedades: (1) son inagotables, por ejemplo el haz de luz de
un faro no se consume ni llega a agotarse por el uso que haga un buque de él; (2) su
consumo es no-rival, es decir dicho haz puede servir simultáneamente a dos o más
buques.
De modo que el gobierno podrá fomentar las inversiones con efectos positivos
(postura macroeconómica para los objetivos de las autoridades portuarias) y
penalizar aquellas que generen efectos negativos (el principio el que contamina
paga). Para las primeras habrá que movilizar al contribuyente, mediante estudios de
impacto económico, para animarlo a financiar las infraestructuras y determinando
éstas con evaluaciones económicas de costo-beneficio.
Capítulo III
COMERCIALIZACIÓN Y TARIFICACIÓN
Así para el mercado de los bebés de menos de un año el producto puede ser un
juguete sin aristas y apto para que pueda ser mordido sin lesionar al bebé; y la
atención médica del pediatra cuando el bebé enferme, también será un producto. De
modo que el concepto comercial de producto incluye tanto una mercancía, el
juguete, como un servicio, la atención del pediatra. Las necesidades también pueden
referirse a una parte del mercado, denominada segmento del mercado. Así existirá
el segmento de los bebés de menos de un año no vacunados contra las
enfermedades más comunes para los cuales existirán productos específicos como
las vacunas, remedios y médicos especialistas en dichas enfermedades.
Para alcanzar estos objetivos de comercialización las empresas cuentan con tres
herramientas: el producto, al que viene de hacerse referencia en los párrafos
anteriores; la promoción, es decir la forma de comunicar al cliente los productos
disponibles (en el ejemplo anterior, y por razones obvias, la información se dará a
los padres del bebé que resultarán ser los clientes relevantes, es decir los que tienen
el poder para decidir la compra); y, por fin, el precio. De manera que este último no
está aislado, es parte de una trinidad que en la literatura se menciona
frecuentemente como las 3-P.
En el sector portuario, la expresión corriente “los clientes del puerto son el buque y la
carga” es sólo el punto de partida para determinar los objetivos de comercialización.
Con relación a los buques habrá que diferenciar los mercados tramp y los de línea
regular. En el primero se transporta mayoritariamente las mercancías a granel
líquidas y sólidas que constituyen alrededor del 60 por ciento del volumen mundial
transportado por vía marítima, medido en toneladas métricas de peso. Si se
considera, por ejemplo, el mercado de los buques tanque empleados en el
transporte de petróleo crudo puede hacerse una segmentación según el tamaño del
buque (ULCC, VLCC, etc.), por tener o no tanques de lastre separados o de acuerdo
a alguna otra característica que resulte de interés para la empresa que provee el
servicio.
Con relación a los productos ofertados por las empresas portuarias se puede
considerar que la posición geográfica es uno de los más importantes, pero
dependiente de los avances tecnológicos y difícilmente modificable si la empresa
sólo realiza actividad en un puerto. Los operadores globales al disponer de
terminales en distintas regiones del mundo hacen uso intensivo de este producto.
Los accesos marítimos, los muelles con características adecuadas para diferentes
tipos de buques y cargas, los almacenes y silos, las conexiones con el área de
influencia, etc. son todos productos ofertados generalmente por la autoridad
portuaria. Por su lado, los operadores portuarios pueden ofertar servicios marítimos
como son el practicaje, remolcadores y amarre y desamarre de buques; y también,
servicios orientados a la carga tales como estiba, desestiba, movilización en tierra,
almacenaje, recepción y entrega de cargas, consolidación de cargas etc.
Las empresas portuarias pueden elaborar sus tarifas empleando los siguientes enfoques:
Las tarifas basadas en los costos pueden considerarse adecuadas en tanto los
costos históricos den buena indicación de los costos a incurrirse en el futuro lo que
se producirá en entornos económicos estables. De preferencia se fijarán teniendo en
cuenta la información que pueda proporcionar el sistema de contabilidad de costos.
Algunos consideran que las tarifas basadas en los costos disciplinan la gestión
de la empresa portuaria pues deberán necesariamente reflejar las alzas de costos.
Desde la óptica de la comercialización otros consideran que son contraproducentes,
pues precisamente se deberían producir aumentos tarifarios con la caída de la
demanda; el elevado porcentaje de costos fijos no hace sino agudizar este efecto.
En todo caso el primer paso para el empleo de este enfoque es decidir cual
será el costo a utilizar ya que las tarifas resultantes serán bastante diferentes según
el costo elegido como base. Por ejemplo, considerando que los costos totales fijos y
variables del cuadro del apartado 2.4 del capítulo anterior son los incurridos en un
trimestre por el operador de la terminal para alcanzar un movimiento de 30500 TEU,
se puede obtener los siguientes costos promedios, en dólares por TEU:
i. Costo Total Promedio de 181.37 : Resulta de agregar los costos fijos y
variables incurridos dividiéndolo por el movimiento.
ii. Costo Variable Promedio de 4.34 : Este toma en cuenta sólo el costo
variable incurrido y lo divide por el movimiento.
iii. Costo Marginal Promedio: Este toma en cuenta el cambio en el costo
variable debido a un cambio en el movimiento.
Por ejemplo, si se produce un incremento de los costos variables de $ 15 250,
debido a las horas extras del personal y gastos adicionales de combustible para los
equipos, para alcanzar un movimiento de 32 500 TEU; se concluye que movilizar
cada uno de los 2000 TEU adicionales habrá costado 15200 / 2000 = 7.62.
COSTOS COSTOS
CATEGORÍAS DE
TOTALES EN PROMEDIO EN
COSTOS
US$ US$/TEU
Por su lado las tarifas que se fijen empleando los costos promedios variables y
marginales serán seguramente atractivas para los clientes y contribuirán a alcanzar
los objetivos de comercialización, pero no harán gran contribución a los objetivos
financieros. Las tarifas basadas en el costo marginal promedio se usan muy poco,
excepto en el caso de fuerte competencia, pues estos costos marginales son tan
bajos como los variables y además difíciles de estimar con certeza. Tanto las tarifas
basadas en los costos variables como en los marginales pueden ser útiles para
tráficos marginales y esporádicos que de otro modo no tendrían lugar. Sin embargo,
su empleo en gran escala afectará la salud financiera de la empresa y, lo que es
más grave, discrimina contra los usuarios regulares que resultan penalizados al
pagar tarifas más elevadas.
3.2.2. Comparación de tarifas.
En los tráficos de línea regular es frecuente comparar los gastos de escala para un
buque representativo en dos o más puertos con la finalidad de identificar las tarifas
no competitivas. Para cada puerto se considera las tarifas aplicadas por las distintas
empresas portuarias e incluso las tasas aplicadas por entidades administrativas. La
comparación puede hacerse utilizando las tarifas publicadas o mediante el examen
de las facturas correspondiente a buques considerados representativos.
La limitación de este procedimiento es que compara situaciones que rara vez son
equivalentes. En cada puerto la calidad del servicio dado al usuario (por ejemplo, las
esperas de vehículos y la estancia del buque en puerto) será seguramente diferente.
Además, para el armador la simple comparación de los gastos de escala no es
suficiente ya que, aun siendo los gastos de escala mayores en un puerto, si en éste
el tonelaje movilizado es aun mayor podrá resultar un beneficio en razón del flete
generado por la escala.
Estas tarifas son aquellas que se mantienen durante periodos prolongados con
la finalidad de formar un mercado. Implican subsidios cruzados de otras tarifas u
otros negocios rentables de la empresa puesto que estas tarifas son claramente
insuficientes para cubrir los costos.
Para fijar las tarifas portuarias se puede usar uno o varios de los enfoques acabados
de mencionar, aunque será preferible usar la combinación que asegure la mejor
adaptación de las tarifas a las condiciones del mercado y los objetivos
empresariales.
Por estas razones se aconseja el empleo del enfoque Costo (C), Rendimiento (R),
Valor (V) para elaborar las tarifas de las empresas portuarias que realizan
operaciones en un puerto. Este enfoque CRV permitirá a las empresas contar con
tarifas que les permitan alcanzar sus objetivos financieros y de comercialización.
Para cada tarifa que se proponga en un puerto habrá que determinar cual es el
enfoque que produce los mejores resultados. El cuadro de la página siguiente
resume este enfoque y su relación con los objetivos empresariales.
Las tarifas basadas en los costos se verán afectadas por el volumen de tráfico y la
productividad alcanzada en la ejecución de los servicios. Los volúmenes de tráfico
elevado contribuirán a repartir los costos, sobre todo los fijos, sobre un tonelaje
mayor y en consecuencia los costos, y las tarifas, se reducirán. Con relación a la
productividad deberá examinarse los factores que la afectan como puede ser la
cantidad de recursos posibles de desplegarse y la dificultad de la tarea. Por ejemplo,
si se analiza la tarifa de manipulación de contenedores deberá tenerse presente que
el número de grúas portacontenedores a emplearse en un buque no podrá exceder
el número de bodegas a trabajarse en él, mientras que para la manipulación de
carga general se deberá prestar atención a la presentación de la carga por su
influencia en los ritmos de manipulación.
ENFOQUE RECOMENDADO PARA LA ELABORACIÓN DE TARIFAS Y SU
CORRESPONDENCIA CON OBJETIVOS EMPRESARIALES
Para las tarifas basadas en el rendimiento, que promueven el uso eficiente de las
infraestructuras e instalaciones, es necesario lograr un nivel óptimo de utilización
mediante reglas como las siguientes:
- Disminución de la tarifa, o aplicación de deducciones, cuando la
utilización está por debajo del nivel óptimo;
- Aumento de la tarifa, o aplicación de recargos, cuando la utilización está
por encima del nivel óptimo.
El nivel óptimo varia con el tipo de instalación y su determinación precisa
exigirá el empleo de las técnicas de investigación operativa. En general puede
afirmarse que la tasa de ocupación para un muelle para buques de carga general
puede estar alrededor del 70% mientras que la correspondiente para un muelle para
buques de contenedores será menor, del orden del 50%. En este último caso, sin
embargo, cuando el muelle tiene capacidad para atraque de dos o más buques tal
tasa de ocupación puede incrementarse. La tarifa puede ser única y modularse con
deducciones y recargos temporales impuestos de tiempo en tiempo o que entran en
vigor automáticamente bajo ciertas condiciones. Debiera existir deducción para los
buques que comienzan sus operaciones tan pronto como atracan, y no agotan el
plazo establecido para este inicio de operación, y también para aquellos que zarpan
en un plazo menor que el establecido al finalizar dichas operaciones. Para el tráfico
estacional puede aplicarse recargos durante los períodos de mayor demanda.
3.4 Aplicación del enfoque CRV para las tarifas más usuales
Almacenamiento
en tránsito : Basado en tipo y tasa de ocupación de la
instalación, los plazos de almacenamiento
libres y el costo de transferir la carga a los
almacenes de largo plazo.
Si se trata de elaborar la tarifa para uso de puerto el enfoque de valor sugerirá tomar
en consideración aquellas características físicas y de operación de los buques que
permitan determinar las infraestructuras, instalaciones y servicios generales que son
necesarias para atenderlos y que determinan su capacidad de pago.
La clase de navegación, internacional, doméstica, tramp, línea regular, etc., dará una
indicación de los recursos desplegados por el armador para la operación de sus
buques y, en consecuencia, del volumen de ingresos que podrá representar para la
empresa portuaria. Es conocida la considerable envergadura financiera de las
compañías navieras de línea regular y, tratándose de éstas, las escalas repetidas de
sus buques incrementarán los ingresos.
En los puertos muy extensos ubicados en ríos el practicaje podrá dividirse por
sectores: marítimo, de río y de dársena; y, en consecuencia, se establecerán las
tarifas separadamente para cada uno de ellos.
En forma similar debe hacerse el análisis de las otras tarifas pudiendo como
referencia examinar, cuando esto sea posible, las tarifas de otras empresas
portuarias en las que pudiera encontrarse ideas que ameriten su consideración.
3.5 La cuantía de las tarifas portuarias
LA TARIFA
El límite inferior es el precio mínimo que permite cubrir el costo del servicio
durante un ejercicio contable. Este mínimo variará según varios factores. Un mayor
volumen de tráfico lo disminuirá pues el costo se repartirá entre una mayor cantidad
de mercaderías. Sin embargo, el tráfico no deberá exceder ciertos límites puesto que
de ser así habrá congestión y los consiguientes retrasos y mayores gastos para los
usuarios que superarán al pretendido menor precio ofrecido por la empresa
portuaria. Un incremento de la productividad en la prestación del servicio tendrá
efecto similar al del incremento en el tráfico presionando este límite hacia abajo en
proporción a la reducción del costo unitario.
El rango de fluctuación posible entre los límites inferior y superior puede ser
considerable. Después de los procesos de reforma portuaria en varios países de la
región se observaron reducciones en los costos de manipulación de contenedores.
En Buenos Aires la reducción fue de $450 a $120 por TEU en el periodo 1991-95
mientras que en Cartagena fue de $984 a $228 entre 1992-96. El siguiente cuadro
registra algunos ejemplos de reducciones en los puertos chilenos como resultado de
la reforma laboral de principios de los años 80.
• Simples.- Las tarifas deben ser de fácil comprensión para el cliente y no muy
numerosas.
• Lógicas.- Cada tarifa deben relacionarse con los insumos desplegados por la
empresa para la prestación del servicio.
Por más eficaz que sea el esfuerzo interno de la empresa portuaria al revisar
las tarifas, si no se efectúa un esfuerzo externo de la misma magnitud el resultado
final será muy desalentador. Este esfuerzo externo debe dirigirse al gobierno y los
usuarios.
Las relaciones de las empresas portuarias con los usuarios están modeladas
por sus respectivos poderes de mercado y este hecho tiene una gran influencia en
las tarifas. Algunas veces las redes de transporte dan a las empresas portuarias una
posición monopólica en el hinterland respecto de ciertas cargas y esta situación se
agrava con la fragmentación de los usuarios. En otros casos, son los usuarios los
que aparecen en posición dominante como en el caso de los grandes líneas
marítimas o consorcios de contenedores que traen crecidos volúmenes de tráfico a
un puerto. Este es también la situación con los exportadores de graneles como
minerales o cereales.
Las consultas con los usuarios deben orientarse a persuadirlos que los
cambios les serán ventajosos. El peor enfoque sería declarar que los cambios
tarifarios son necesarios para cubrir los costos crecientes puesto que en ambientes
de competencia es difícil repercutir incrementos de costos a los clientes.
Según esta regla, para un trayecto marítimo un tercio de los gastos del buque
se producían cuando este se encontraba navegando mientras que los otros dos
tercios correspondían a los gastos incurridos en los puertos de embarque y
descarga. En cada uno de estos, un tercio de los gastos correspondían a
desembolsos del armador por servicios recibidos en el puerto mientras que los
restantes dos tercios correspondían a los gastos corrientes del buque (amortización
7
Tarificación Portuaria, TD/B/C.4/110/Rev.1, página 30
del buque, seguros, tripulación, combustible, etc.). Finalmente un tercio de los
desembolsos en el puerto correspondían a servicios marítimos (practicaje,
remolcadores) y derechos por uso de puerto mientras que los restantes dos tercios
representaban gastos relativos a la movilización de la carga, principalmente la estiba
y desestiba.
Los ejemplos siguientes presentados por una revista especializada8 dan una
indicación del peso relativo de los gastos marítimos, portuarios y terrestres a lo largo
de la cadena logística.
Es posible hacer una estimación del impacto de las tarifas portuarias sobre la
cadena de transporte con ayuda del “índice de costos portuarios” publicado en
Waterline por la Oficina de Economía de Transporte y Regional de Australia9. El
índice se elabora cada semestre para varios puertos sobre la base de un buque
representativo que moviliza un número de contenedores durante la escala.
9
http://www.btre.gov.au
Recordando que los costos de transporte terrestre pueden ser entre un tercio
y un cuarto del total de los costos de transporte la utilización de los porcentajes
anteriores daría los siguientes rangos representativos del efecto de las tarifas
aplicadas por un puerto sobre el costo total del transporte.
Operadores portuarios
Manipulación de la carga, incluyendo la estiba 21% 15%
Servicios marítimos 4% 3%
Autoridad portuaria
Derechos a los buques y las cargas 9% 7%
CONCESIONES Y REGULACIÓN
5.1 Vínculos entre empresas portuarias y la tarificación
Durante las últimas décadas los vínculos entre las empresas portuarias han
sufrido una gran evolución. En cada puerto tal evolución se pone en evidencia con el
paso del sistema multi-operador al sistema mono-operador en la actividad de
manipulación de carga. El primer sistema se caracteriza por el buen número de
empresas, generalmente pequeñas, que son autorizadas por la autoridad portuaria
para desempeñar una o algunas de las distintas fases de la actividad de
manipulación de carga (estiba, acarreo, almacenamiento) en diversas áreas del
recinto portuario. Por el contrario, en el sistema mono-operador la autoridad
portuaria asigna una parte del recinto portuario, la terminal, a una sola empresa para
que lleve a cabo todas las fases de la actividad de manipulación de cargas, y aun
otras relacionadas.
Uso común o público: El operador sirve todas los buques según el orden de
llegada. En este caso se trata de una concesión en la que el operador realiza una
actividad de servicio público.
Partes contratantes
Objeto de la concesión
Inversión a efectuarse
Duración, incluyendo las prórrogas
Responsabilidades con relación a
Funcionamiento
Mantenimiento
Asignación de muelles y puestos de atraque
Asignación de activos y personal
Transferencia de activos al concesionario
Transferencia de personal al concesionario
Devolución o Eliminación de activos
Estándares de rendimiento
Calidad del servicio
Volumen de tráfico
Derechos del concesionario
Franquicias
Subcontratos
Tarifas aplicables a los usuarios del puerto
Obligaciones del concesionario
Daños a los equipos e instalaciones
Daños a la carga
Seguridad de la carga
Seguridad de las instalaciones
Seguros
Fianzas
Daño medioambiental y restitución a la condición original
10
Para una discusión exhaustiva de este apartado se recomienda la publicación siguiente, que se encuentra
disponible sólo en inglés: “Guidelines for Port Authorities and Governments on the privatization of port
facilities” (1998), UNCTAD/SDTE/TIB/1. En forma complementaria, las dos publicaciones siguientes dan
precisiones sobre algunas cláusulas: “Derechos y Obligaciones de los usuarios y empresarios de las terminales de
contenedores” (1986), UNCTAD/ST/SHIP/6; “El factor de riesgo comercial en la gestión de terminales de
contenedores” (1987), UNCTAD/ST/SHIP/12.
Cronograma de pagos
Cantidad
Reajuste mediante índices de precios
Renegociación
Rescisión de la concesión
Condiciones para rescisión
Multas por incumplimiento de cláusulas
Multas derivadas de la rescisión
Modificación de las instalaciones
Aprobación del plan
Construcción
Remoción
Estrategia de mini-max:
Como la autoridad portuaria recibe además ingresos por uso de puerto y uso
de muelle puede argumentarse que también estos pudieran repartirse con el
concesionario. Esta alternativa puede ser útil en situaciones de aguda competitividad
entre puertos para atraer postores para la concesión.
El canon que paga el concesionario tiene estrecha relación con las tarifas que
aplicará a los usuarios del puerto. En las concesiones de terminales para uso
público es posible que las tarifas estén sujetas a la aprobación de la autoridad
portuaria u órgano de regulación. Esto sucede porque estas últimas son las
encargadas de velar por las condiciones en que se asegura la provisión de servicios
públicos y pueden insistir en controlar el nivel de las tarifas, sobre todo cuando
existe presunción de escasa competitividad en el mercado.
En el año 2000, los tres operadores globales más grandes movilizaron 27.3%
del movimiento mundial de contenedores que alcanzó 225.3 millones de TEU. El
más grande de ellos, HPH, movilizó 27 millones de TEU en el 2001. Este fenómeno
replica el que se produce ya por muchos años en el transporte marítimo de
contenedores en donde los cinco mayores transportistas controlan más de un cuarto
de la capacidad de bodega – en el tercer trimestre del 2001 disponían del 28.5 % de
dicha capacidad de bodega.
5.4. Regulación
11
Docket No 94-01 Ceres Marine Terminal Inc. vs. Maryland Port Administration.
12
Order de FMC del 21 de agosto del 2000 y del 24 de mayo del 2001.
13
Ports and the EC Competition Law by C. Zografakis. The Dock and Harbour Authority, enero 1995, páginas
253-259.
En el puerto de Holyhead (Reino Unido), la empresa de trasbordadores, que
era también la operadora del puerto, alteró su horario de zarpes de modo que
incrementó el tiempo de servicio en el muelle de los trasbordadores de otra empresa
competidora. Esto se debía a la necesidad de desconectar temporalmente el puente
de acceso para permitir la navegación del trasbordador que zarpaba. En el puerto de
Redby (Dinamarca) una empresa de ferrocarriles operadora también del puerto
demoró innecesariamente la autorización requerida por otra empresa de
trasbordadores para construir una nueva instalación.
En ambos casos el cambio de horario y la demora en la autorización se
consideraron abusos de la posición dominante. Además, la Corte Europea de
Justicia dictaminó que se había producido abusos deposición dominante en dos
oportunidades en el puerto de Génova al insistir en emplearse exclusivamente
trabajadores italianos para manipular cargas y aplicarse tarifas preferenciales a los
trasbordadores con bandera nacional.
14
Port Concessions in Chile by Foxley and Mardones. Public Policy for the Private Sector. Nota 223 del Banco
Mundial de octubre del 2000.
La simultaneidad de las licitaciones puede contribuir a la igualdad de
condiciones para los concesionarios que operan en un mismo mercado. En Buenos
Aires las concesiones de las seis terminales de Puerto Nuevo se adelantaron a la
concesión que hizo la provincia de Buenos Aires en la Dársena Sur con el resultado
que esta última dio condiciones más ventajosas al concesionario que pudo así
alcanzar una cuota de mercado de alrededor de un tercio. En Panamá el primer
concesionario de una terminal de contenedores paga únicamente un canon variable
en función del número de contenedores movilizados mientras que otro, al que se
otorgó una concesión con posterioridad, paga una suma fija anual más un porcentaje
sobre los ingresos. Este último cuestionó la equidad de esta situación y obtuvo una
disposición gubernamental favorable que fue luego apelada en los tribunales por
aquellos que consideran que tal disposición alteraba los términos de la licitación que
dio origen a la concesión.
15
El índice de Herfindhal Hirschman se calcula sumando los cuadrados de las cuotas de mercado de las
empresas participantes en un mercado relevante. Si son cuatro empresas con cuotas de 25% cada una el índice
será 2500, sin son 100 empresas y cada una tiene el 1% el índice será 100.