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Índice
1 Química del pelo
2 Anatomía del pelo
3 Fases de crecimiento
4 Funciones del pelo en el ser humano
5 Tipos de pelo
6 Tipos de cabello
6.1 En función de su estructura
6.2 En función de su emulsión epicutánea
7 Cualidades del cabello
7.1 Elasticidad
7.2 Resistencia
7.3 Propiedades eléctricas
7.4 Porosidad
8 Color del pelo
8.1 Colores de cabello
8.2 Pigmentos
9 Otros datos
10 Alteraciones capilares
11 Historia
11.1 Egipcios
11.2 Judíos
11.3 Antiguos griegos
11.4 Antigua Roma
12 Edad Media
13 Véase también
14 Referencias
15 Enlaces externos
Química del pelo
El pelo está constituido por queratina (proteína fibrosa), que contiene una alta
cantidad de cisteína dentro de la cual se encuentra el aminoácido cisteína que
tiene un átomo de azufre. "Las cadenas de queratina se acomodan de manera
paralela",1 las cuales se mantienen unidas por medio de tres tipos de enlaces:
Puentes disulfuro
Puentes de hidrógeno
Puentes salinos entre un ácido y una base
El agua tiene la capacidad de romper de manera temporal los puentes salinos y los
puentes de hidrógeno.
Existen fibras musculares lisas asociadas a cada cabello (músculo erector del
pelo). La contracción de los músculos hace que el pelo se erice, cambiando así su
ángulo con relación a la piel. Este proceso incrementa las posibilidades aislantes
de la cubierta del pelo, proporcionando así un mejor abrigo contra el frío.
En los folículos pilosos de las axilas y zonas genitales existen también glándulas
sudoríparas apocrinas, son las responsables en parte del olor corporal
característico de cada persona.
Fases de crecimiento
El pelo no crece de manera indefinida, sino que tiene un crecimiento cíclico, al
que se le llama ciclo piloso. Cada folículo posee su propio ciclo, independiente de
los que haya a su alrededor.
Fase anágena o Anagen: En esta fase el pelo está pegado a la papila, nace y crece.
Dura entre 2 y 8 años, aunque ocasionalmente es mucho mayor. La forma del folículo
en esta fase es similar a la de una cebolla, más ancha en la base que en el tallo.
El pelo crece sin cesar debido a que las células de la matriz del folículo se
dividen por mitosis constantemente.
Fase catágena o Catagen: Es una fase de transición. Se extiende unas 3 semanas,
durante los cuales el crecimiento se detiene y se separa de la papila, cesando la
actividad de las células de la matriz, incluido los melanocitos. El bulbo toma un
aspecto cilíndrico.
Fase Telógena o Telogen: Es la fase del descanso y de caída del pelo, dura unos 3
meses. La raíz del pelo toma un aspecto de cerilla y permanece insertado en el
folículo.
Tipo de pelo Duración de la fase anágena
cabello 2-5 años (730-2920 días)
barba 1 año (365 días)
vello corporal 13-15 semanas (91-105 días)
cejas 1 mes (30 días)
bigote 4-14 semanas (28-98 días)
Cada 2 días y 9 horas ½ , el cabello crece al menos un milímetro más.
Protección: El cabello protege al cuero cabelludo del sol y del frío. Las cejas y
las pestañas protegen los ojos del sudor que pudiera caer de la frente, los pelos
de la nariz impiden la entrada en las fosas nasales de polvo, partículas que pueda
contener el aire. También sirve para la amortiguación de golpes y rozaduras.
Dificulta las picaduras de insectos y mejora el control de la temperatura corporal
mediante disipación.
Estética: En todas las culturas el pelo ha tenido mayor o menor grado de cuidado e
importancia. Desde su peinado, lavado, recogido y adornado hasta su total afeitado.
La mucha o poca presencia de vello ha sido un símbolo estético de múltiples
significados: fortaleza, sabiduría, experiencia, virilidad/feminidad, libertad,
esclavitud, moda, religión, poder adquisitivo, estamento social, ideología
político-filosófica, entre otros muchos.
Tipos de pelo
En sentido unitario (es decir, en lo que respecta a cada pelo), puede haber de
ellos distintos tipos:
Pelo de cubierta, guardia o jarra: es el pelo más largo y recto, con una
terminación en punta; este tipo de pelo impide que escape el calor.
Bajo piel o borra: sirve para el aislamiento térmico, ya que es muy denso; permite
el intercambio térmico hacia el exterior, o bien lo impide.
Sensorial o vibrisas: está provisto de senos vasculares y fibras nerviosas que
envuelven la base del folículo piloso, por lo que tienen una función sensorial.
Tipos de cabello
En función de su estructura
La estructura del cabello se encuentra determinada por la forma en que se
encuentran los puentes disulfuro, pero en el fondo esto se encuentra determinado
por información contenida en el ADN:
Elasticidad
Es la capacidad que tiene el cabello para estirarse y volver a su forma natural sin
romperse. En la mayor parte de los procedimientos químicos de belleza (tintes,
decoloración, ondulación) se hace la prueba de elasticidad para no sobreprocesar el
cabello.
Resistencia
El pelo es fuerte porque las células cuticulares están unidas entre sí con una
sustancia química compleja que actúa como cemento y las mantiene también unidas al
córtex.
El cabello es resistente a:
la rotura: un cabello sano puede soportar una carga de 50-100 g; esto puede verse
alterado por algunos agentes químicos;
el calor: un cabello resiste temperaturas de 140 °C cuando está seco, y hasta 200
°C cuando está mojado;
la putrefacción: la estructura de la queratina y su contenido en azufre hacen el
cabello muy resistente;
cambios de pH: cuando la fibra capilar se somete a soluciones ácidas extremas o
alcalinas extremas, se debilita.
Propiedades eléctricas
El cabello seco no es un buen conductor de la electricidad, y presenta una alta
resistencia eléctrica. Cuando se aplica peinado o cepillado, los cabellos acumulan
electricidad estática y se repelen entre sí.
Porosidad
Es la capacidad que tiene el cabello de absorber líquidos. La absorción de agua
produce un hinchamiento de la fibra con un incremento de un 15-20 % en el diámetro
y solo un 0.5-1 % en su longitud.
Colores de cabello
Negro:
Es la tonalidad más oscura del cabello, siendo a su vez la más frecuente debido a
una muy alta cantidad eumelanina. Es junto con el cabello marrón los más comunes a
nivel mundial.
Castaño:
El pelo castaño se caracteriza por mayores niveles de eumelanina y niveles más
bajos de feomelanina. De los dos tipos de eumelanina (negro y marrón), las personas
de cabello castaño tienen eumelanina marrón; también suelen tener mechones de
espesor medio. Las niñas de pelo castaño o las mujeres se conocen a menudo como
morena.
El color castaño es un color del pelo que es una cortina rojiza del pelo marrón. En
contraste con el pelo castaño, el color rojizo de la castaña es más oscuro. El pelo
castaño es común entre los pueblos nativos de Europa Occidental y Oriental.
Rubio:
Se extiende desde una tonalidad casi blanca (rubio platinado) a un rubio oscuro
dorado. El rubio afresado, una mezcla de pelo rubio y rojo, es un tipo mucho más
raro que contiene más feomelanina. Puede tener casi cualquier proporción de
feomelanina y eumelanina, pero tiene solamente pequeñas cantidades de ambos. Más
feomelanina crea un color rubio más dorado o afresado, y más eumelanina crea un
color cenizo o dorado.
Muchos niños nacidos con el pelo rubio desarrollan el pelo más oscuro mientras que
envejecen, con la mayoría de los rubios naturales que desarrollan un color de pelo
de un tono rubio oscuro por el tiempo alcanzan la edad media. Las hormonas del
embarazo apresuran este proceso. El pelo rubio claro natural es raro en la edad
adulta, con demandas de la población del mundo que se extendía del 2% de los rubios
naturales
Pelirrojo:
Varía de tonos rubios afresados a luz titian, cobre y menos comúnmente rojo puro.
Es causada por una variación en el gen Mc1r y es recesivo. El cabello rojo tiene
las cantidades más altas de feomelanina, alrededor 67%, y generalmente niveles
bajos de eumelanina. Entre el 1 y 2% de la población posee dicho color de pelo, por
lo que es el menos común. Se encuentra más prominentemente en los países del Reino
Unido: Escocia, Irlanda del Norte, Gales e Inglaterra; y fuera del reino, Irlanda.
Escocia concentra la mayor proporción de pelirrojas; el 13% de la población es
pelirroja y aproximadamente el 40% lleva el gen recesivo.
Gris o blanco:
Tonalidad de cabello que generalmente se presenta en la vejez o incluso antes, en
función de distintos factores (estrés, alimentación, herencia). Se conocen como
canas. Se conoce como albinismo a la condición genética en la que hay una ausencia
congénita de melanina de ojos, piel y pelo en los seres humanos y en otros animales
causado por una mutación en los genes.
Pigmentos
Según la concentración de los pigmentos en cada persona, el color del cabello puede
variar, inclusive la ausencia en específicas cantidades de melanina dan la
coloración del cabello:
Eumelaninas.
Eumelanina negra: aporta el color negro.
Eumelanina marrón: aporta el color marrón.
Feomelaninas: aportan colores trigueños o rubios.
Tricocromos: aportan colores y tonalidades rojizas.
La aparición de las canas se debe a la pérdida de coloración de los cabellos,
fenómeno que forma parte del proceso natural del envejecimiento.
Otros datos
Las variaciones más importantes en la apariencia física de la cabeza son:
En cuanto a las mujeres egipcias, parece que conservaban su cabellera, que cortaban
en forma cuadrada sobre el cuello y cubrían con una especie de gorro muy grande.
Acostumbraban también los egipcios ofrecer votos a los dioses, como casi todos los
otros pueblos, para la curación de sus hijos enfermos y cuando se hallaban
restablecidos los conducían al templo, en el que les cortaban el cabello,
poniéndolo luego en una balanza y ofreciendo igual peso de oro, el que entregaban a
los que cuidaban de los animales sagrados.
Judíos
Los judíos estaban sujetos a ciertas reglas particulares acerca el modo de traer el
pelo. No se les permitía el cortarlo en redondo porque los árabes, los amonitas,
los moabitas, los idumeos y pueblos del Cedan, de Tema y de Blus los llevaban de
esta manera en forma de corona a imitación de unco. Y a esto alude lo que dice
Jeremías en el cap, IX. v. 26, y lo que leemos en el Levítico cap. XIX. v. 27. En
ciertas ocasiones se les permitía cortarse el cabello, como en caso de lepra u
otras enfermedades, en el luto, en tiempo de penitencia, etc. Llevaban sobre la
cabeza una especie de tiara como los persas y caldeos.
Antiguos griegos
Entre los griegos los jóvenes de ambos sexos no se cortaban los cabellos hasta la
época en que entraban en la adolescencia. Las muchachas se los cortaban la víspera
de su matrimonio y los ofrecían por lo común a Artemisa o a las Moiras. Los jóvenes
griegos consagraban por lo común sus primeros cabellos a Apolo o a Asclepio, y a
veces a Dioniso.
los jóvenes trecenios de ambos sexos consagraban sus cabellos a Hipólito, el cual
había muerto soltero
los jóvenes de Megara dedicaban su primera cabellera a Ifinoe hija de Alcatoo, que
murió virgen
los de Sición, a Egea
los de la isla de Delos, a Ecaergeo y a su hermana Opi
los de Argos y de Atenas, a Atenea, etc.
Teseo ofreció el primero su cabellera al Dios de Delfos, cuyo ejemplo fue seguido
por todos los jóvenes de distinción de Atena. Los asirios tenían una costumbre
semejante, ofreciendo los jóvenes los cabellos y los mayores en edad la barba. Los
pobres, a veces la consagraban a Hércules, o a cualquier otro dios adorado en
Atenas.
En los primeros tiempos este uso no era constante y vemos a varios héroes consagrar
su primera cabellera por un voto particular a las deidades que habían tenido un
especial cuidado de su infancia y muchas veces, a los dioses de los ríos. Así es
que Aquiles prometió la suya al río Esperqueo si volvía sano y salvo de la guerra
de Troya: pero habiendo después sabido que debía perecer en aquel sitio, dice
Homero que se cortó los cabellos y los echó sobre la pira de su amigo Patroclo.
Memnon ofreció la suya al Nilo.
Este uso de los griegos fue imitado por los jóvenes romanos, los cuales ofrecían a
alguna deidad su primera barba y cabellera. Dion lo cuenta de Augusto y Suetonio
reprueba a Calígula el haber admitido esta ceremonia religiosa. Juvenal habla de
las fiestas y convites que se hacían en semejantes casos.
Muchas veces se contentaban los jóvenes con atar los primeros cabellos a la estatua
de la divinidad a la cual los habían consagrado y Pausanias dice que la estatua de
Igia estaba casi enteramente cubierta con las cabelleras que habían colgado o atado
en ella las mujeres de Sición.
Los griegos creían que los dioses infernales cortaban un cabello a los mortales en
el instante en que las Parcas cortaban también el estambre de su vida. Así es que
la muerte en Eurípides aparece armada de una espada en actitud de cortar el fatal
cabello de la generosa Alceste para hacer una víctima consagrada a los dioses
infernales. Macrobio reconoce una imitación semejante de este pasaje de Eurípides
en Virgilio, los que indican el uso que había entre los griegos de cortar los
cabellos a los moribundos.
Acostumbraban también los griegos a cortarse los cabellos en el luto para echarlos
sobre los cadáveres y sobre la pira de las personas que les habían sido queridas: y
cuando no habían estado presentes a los funerales iban a deponer la cabellera sobre
el sepulcro de los parientes o amigos, de cuyo uso podríamos citar infinidad de
ejemplos. A veces, no solo los parientes y amigos del difunto daban esta prueba
exterior de dolor sino que en ciertos casos un pueblo entero se cortaba el cabello
en obsequio de algún personaje cuya pérdida le era muy sensible. Los tesalios, al
decir de Plutarco, se cortaron todos el cabello a la muerte de Pelópidas y los
persas después de la de Masistio. Otros pueblos fueron aún más lejos, cortando las
crines de sus caballos a fin de manifestar que hasta aquellos animales participaban
de su dolor. Alejandro no se contentó con hacer llevar luto a los macedonios y a
sus caballos por la muerte de su amigo Hefestión, sino que hasta quiso que los
seres inanimados diesen una prueba de sentimiento mandando derribar las almenas de
las torres y murallas.
Antigua Roma
Los romanos adoptaron este uso de los griegos y Dionisio de Halicarnaso cuenta que
las vírgenes y matronas romanas que asistieron a los funerales de la Hija de
Virginio echaron sobre el fúnebre lecho de aquella virtuosa y desgraciada Romana
sus cabellos y las vendas de que se servían para atárselos.
Los que habían naufragado y perdido todos sus efectos ofrecían a los dioses del mar
sus cabellos como la única ofrenda que podían todavía presentar. Vemos en la
Antología que Lucilo después de su naufragio ofrece sus cabellos a los númenes del
Océano, porque no le había quedado otra cosa de que poder hacer una ofrenda. Por
esta razón Petronio llamaba a la acción de cortarse los cabellos el último voto de
aquellos que están próximos a naufragar o que han naufragado. El mismo motivo, es
decir, el reconocimiento a los dioses hacía cortar los cabellos a aquellos que
habían salido de graves enfermedades o de un inminente peligro y por esta razón,
los que se hallaban en este caso se dejaban crecer los cabellos hasta que fuesen
bastante largos para ofrecerlos.
El uso de cortarse los cabellos y de ofrecerles a los dioses del mar, echándolos a
las ondas cuando estaban en una tempestad, dio motivo entre los navegantes a la
supersticiosa opinión de que era mal agüero el cortarse las uñas y los cabellos en
una nave a menos de hallarse en inminente peligro.
Entre los romanos vemos que los acusados de grandes delitos y los que recurrían al
pueblo contra algún opresor poderoso se dejaban crecer la barba y los cabellos en
señal de dolor, los que se cortaban el día en que eran absueltos o en que habían
obtenido justicia. Algunos también, además de llevar en tiempo de aflicción la
barba y cabello largo, lo cubrían con ceniza o tierra, como los judíos y otros
pueblos.
Los filólogos están discordes acerca del modo en que llevaban los cabellos los
esclavos. Algunos creyeron que se les cortaban todos los cabellos, fundados en
aquel proverbio griego de Suidas: ¿tú eres esclavo, y tienes cabellera?, al paso
que otros creen que también se raía la cabeza a aquellos que de esclavos pasaban a
libertos, es decir, antes de darles el gorro de la libertad llamado pileus. Esta
última costumbre era fundada en la religiosa ofrenda que hacían de sus cabellos a
los dioses en reconocimiento de haber mejorado de suerte. Ovidio dice que las
melenas de los esclavos servían para hacer las cabelleras postizas.
Por la historia vemos que las damas de Cartago se cortaron sus cabellos para hacer
cuerdas que faltaban para mover las máquinas de guerra y las matronas romanas
hicieron el mismo sacrificio en honor de su patria y de su libertad en otro apuro
semejante.
Los antiguos se servían de un hierro caliente llamado calamistrum para rizarse los
cabellos. Entre los griegos y romanos solo seguían este uso las mujeres casadas y
las muchachas. Pero entre los frigios y entre los otros pueblos célebres por sus
afeminadas costumbres, esta moda era común a ambos sexos. Los sicambrios y los
germanos formaban un solo nudo de su larga cabellera, el cual era según testimonio
de Tácito su atributo característico. Este modo de anudar el cabello pasó a
proverbio y Marcial le indica con las palabras nodus rheni. Los armenios, los
sarracenos y algunos otros pueblos del Asia se ataban con varias vendas o cintas
los cubellos en derredor de la cabeza, formando a manera de una mitra. Los partos y
los persas llevaban largas cabelleras ondeantes, como se ve en algunas de sus
medallas. Los árabes, los abantidas y misios, lo mismo que los curetos y los
etolios, se cortaban el cabello por delante para que los enemigos no los cogiesen
por él en los combates. Los galos, según dice Diodoro de Sicilia, llevaban una
larga cabellera que lavaban muy a menudo con agua de cal. Los atenienses que
militaban en la caballería se dejaban crecer los cabellos y lo mismo hacían todos
los lacedemonios, tanto los soldados como los ciudadanos.
Los romanos, como se deduce de sus monumentos, llevaban los cabellos cortos, los
que dejaban crecer en tiempo de luto. Los lacedemonios los llevaban largos y se los
perfumaban con esencias al ir a dar una batalla.
Los medas y los asirios, según Herodoto, y después de ellos los persas los llevaban
ensortijados en la parte de delante y tendidos por los dos lados sobre los hombros.
Los numidas los llevaban ensortijados de lo alto de la cabeza hasta abajo. Las
mujeres atenienses y los hombres afeminados de la misma ciudad rizaban y perfumaban
sus cabellos y los cubrían con una especie de polvo amarillo. Lucio Vero hermano
del emperador Marco Aurelio echaba sobre los suyos unos polvos de oro.
Las matronas romanas se servían de una especie de agujas para partir el cabello en
raya, con que se distinguían las mujeres casadas de las doncellas que lo traían
unido. No solo los antiguos rizaban el pelo con un hierro caliente, sino que
también esparcían algunas veces sobre de ellos polvos de oro y se los ataban con
hilos o láminas del mismo metal.
Los atenienses ponían entre sus cabellos algunas cigarras de oro. En el bajo
imperio, los hombres no se adornaban menos que las mujeres, pues al igual de estas
se ataviaban con dijes de oro y piedras preciosas, que ponían sobre sus cabellos.
Los sabios y filósofos de Atenas y Roma reprendieron muy a menudo el uso de rizarse
los cabellos y declamaron altamente contra los hombres que se desdoraban con este
lujo afeminado. Tucídides mismo no quería que los jóvenes se rizasen los cabellos,
ni que los llevasen alzados sobre la frente formando un nudo, como lo usaban las
vírgenes o doncellas. Cicerón, en su arenga pronunciada después de su vuelta al
Senado, señaló a Pison como un hombre entregado al vicio con las palabras
cincinnatum ganeonem, libertino de los cabellos ensortijados. Reprendió el mismo
defecto al cónsul Gabino, llamándole saltator calamistratus, haciendo observar
sobre su frente las señales del hierro caliente que había servido para formar los
anillos de sus cabellos: frontem calamistri vestigiis notatam. Suetonio
describiendo los vicios de Nerón no omite tampoco el gran cuidado que ponía en
componer sus cabellos.
Las pelucas rubias eran en Roma muy apreciadas y venían de Germania y de los países
septentrionales de la Europa. Se dice que el arte de teñir el pelo fue inventado
por Medea. Los godos y otros pueblos septentrionales tuvieron en gran aprecio una
buena cabellera y ponían mucho cuidado en conservarla. Entre las mujeres era una
señal de virginidad, por lo que las doncellas llevaban la cabeza desnuda y el pelo
ondeante, al paso que las casadas llevaban la cabeza cubierta.
Los antiguos galos conservaban los cabellos como una señal distintiva de honor y de
libertad, por cuya razón César mandó cortárselos luego de haberles subyugado. Los
esclavos traían la cabeza rapada. Los eclesiásticos y aquellos que abandonaban el
mundo se hacían cortar el cabello y ofrecían a Dios su cabellera para dar una
prueba de su esclavitud espiritual y manifestar que renunciaban a todos los honores
mundanos prometiendo una absoluta sujeción a Dios y a sus superiores. El abate
Fleuri dice que en un principio las religiosas de Egipto y Siria se hacían cortar
los cabellos por la limpieza, al paso que en otras partes los conservaban, siendo
varias en este particular las prácticas de la antigüedad.
En otro tiempo se juraba por la cabellera, lo mismo que ahora por el honor y el
cortarla a alguno era un desprecio e ignominia. Los cómplices en una conjuración
estaban condenados a cortarse mutuamente sus cabellos.
Edad Media
Se dio a los reyes francos el epíteto de cabelludos por acostumbrar usar una gran
cabellera y más antiguamente se dio el mismo a los jóvenes romanos que no habían
llegado a la edad de la pubertad, hasta cuya época se dejaban crecer el cabello, lo
mismo que a los eunucos y a los sacerdotes de Cibeles; pero no a los de Belona, ni
de Ceres.
Parte de estos usos parece que no fueron exclusivos de los francos, pues en España
vemos que cortar el cabello a un príncipe le inhabilitaba también para reinar. Por
esta razón dice la historia que Ervigio al intentar derribar del trono a Wamba le
dio una bebida soporífera que le privó del sentido por algún tiempo, durante el
cual le hizo cortar el cabello y que al volver en sí Wamba renunció la corona y se
retiró al Monasterio de Pampliega en donde murió en santa paz el año 687.
Sajo la primera raza de los reyes franceses, cuando se saludaba a alguna persona de
consideración no se le podía hacer un obsequio más fino y respetuoso que arrancarse
un cabello y presentárselo, con cuya acción se le manifestaba ser su más rendido
esclavo, puesto que un hombre al pasar del estado libre al de la esclavitud se
cortaba el cabello y lo presentaba a su amo o señor.
En el siglo VIII, los señores de distinción de Francia hacían cortar los primeros
cabellos de sus hijos por aquellas personas de mayor respeto, las que por esta
ceremonia eran consideradas como padrinos de los mismos.2
Véase también
Vello
Piel de los mamíferos
Cuero cabelludo
Lanugo
Tricotilomanía
Referencias
Sosa Reyes, Ana María. La química del pelo.
Diccionario histórico enciclopédico, Joaquin Vicenç Bastús i Carrera, 1828
Enlaces externos
La historia del cabello.
La historia de las pestañas.
El ciclo de vida del cabello
Categorías: PeloCabeza
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Esta página se editó por última vez el 18 jun 2019 a las 07:37.
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