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Ricoeur que el tema del do-

D
Dios, al fin y al cabo, puede decírsele to- ¿Hasta cuándo, Dios mío, permanecerás
lor "desafía las certezas y los dog- do, incluso que no se es capaz de creer en impasible? (Sal 35, 34).
matismos y nos lleva a entrelazar Él: sólo hay que intentar decírselo'". Digo a Dios: roca mía ¿por qué me has ol-
nuestros desconciertos. Tenemos Los autores bíblicos no teorizan sobre el vidado? (Sal 42, 10).
tradiciones bien constituidas en lo que dolor pero, a través de las reacciones y ex- ¿Hasta cuándo Señor, triunfarán los mal-
concierne al mal moral, al pecado, pero presiones de sus personajes, los desenla- vados? (Sal 94, 3).
no las tenemos en absoluto en lo que res- ces de sus narraciones, sus conclusiones ¿Es que el Señor nos rechaza para siempre
pecta al mal padecido, al sufrimiento. El sapienciales y sus recursos del lenguaje, y deja de brindarnos su favor?
hombre pecador da mucho que hablar, el nos ofrecen distintos caminos para apren- ¿Se ha agotado completamente su amor?
hombre víctima, mucho que callar'", der a encajar y procesar el sufrimiento. ¿Se ha acabado su promesa eternamente?
Pero lo cierto es que las víctimas, además Seguiremos esta última pista, la de la "gra- ¿Se habrá olvidado Dios de ser compasivo
de hablar y gritar, siguen dando también mática del sufrimiento", observando có- o es que habrá cerrado la ira sus entrañas?
"mucho que hablar". Por eso, en las pá- mo utilizan los signos de interrogación y (Sal 77, 8-10).
ginas que siguen vamos a asomarnos, en puntuación, exclamaciones e interjeccio- ¿Por qué, oh Dios, nos has rechazado para
primer lugar, a algunos de los innumera- nes, verbos, adverbios, nombres y prepo- siempre? (Sal 74, 1).
bles textos bíblicos que ha generado el su- siciones al de hablar del dolor, intentando ¿Hasta cuándo, Señor? ¿ Vas a estar siem-
frimiento humano. Después lo haremos salvar la brecha que éste abre en la rela- pre airado? (Sal 79, 5).
a algunos textos teológicos que nos ayu- ción del creyente con Dios. Estas páginas ¡Despierta!, ¿Por qué duermes, Señor mío?
den en esa tarea que es también para P. no intentan un tratamiento exhaustivo, ¿Por qué ocultas tu rostro y olvidas nues-
Ricoeur "la piedra de toque de la religión, son apuntes que requerirían más tiempo tra miseria y opresión? (Sal 44, 24).
que está en su punto culminante, no cuan- de reflexión y búsqueda. Pero pueden ser- El lenguaje de los que están bajo la pre-
do explica, ni siquiera cuando consuela, vir de "calas" para acercarnos a un tema sión de la angustia atraviesa toda censu-
sino cuando ayuda al hombre a sufrir su que no admite palabras definitivas. ra y se hace provocación: [Señor Dios mío!
sufrimiento'". ¿también a esta viuda que me hospeda en
Signos de interrogación. En apariencia su casa la vas a castigar haciéndole morir a
l. VOCES DESDE LA BIBLIA son reacciones de asombro y perplejidad su hijo? (l Re 17,20), decía Elías echan-
pero que esconden y "disfrazan" la queja do en cara a Dios la muerte del niño.
Toda la Biblia, desde Agar y su hijo gri- y la protesta: Es el mismo recurso que emplearán los
tando en el desierto (Gen 21,16), está pla- ¿Hasta cuándo, Señor, pediré auxilio sin discípulos para instar a Jesús a intervenir
gada de voces que piden auxilio, de llantos, que me escuches, te gritaré ¡Violencia! sin calmando la tormenta: Maestro ¿no te im-
de desesperación, de quejas que exigen que me salves? ¿Por qué me haces ver crí- porta que perezcamos? (Mc 4,38).
explicación y consuelo. Algunos prota- menes, me enseñas injusticias, me pones de-
gonistas de estas historias (los menos) en- lante violencias y destrucción? (Hab 1, 1-2). Signos de exclamación e interjecciones.
cajan silenciosamente la embestida del ¿Por qué se ha vuelto crónica mi llaga y mi Presenciar el dolor de alguien puede pro-
dolor, pero otros muchos exigen a Dios herida incurable? Te me has vuelto arroyo vocar en quienes lo contemplan senti-
un cara a cara, una respuesta que dé cuen- engañoso, de agua inconstante O er 15, 18). mientos de admiración: uno de los pasajes
ta de su sufrimiento o su fracaso. En pa- ¿Soy el Océano o el dragón para que me bíblicos en que esa reacción aparece con
labras de J.B. Metz: "El lenguaje de la pongas un bozal? (Ib 7, 12). más nitidez es en el cuarto canto del Sier-
oración es más audaz que el lagos de la te- ¿Te parece bien oprimirme y desdeñar la vo de Yahvé. Diferentes grupos (reyes, un
ología. El lenguaje de las oraciones cono- obra de tus manos mientras alumbras los "coro" anónimo, un "yo" contemplati-
ce el increíble ancho de banda de los designios del malvado? (Ib 10,3). va ... ) ante la figura del Siervo sufriente
enigmas de la existencia humana y su cues- ¡Dios mío, Dios mío! ¿por qué me has aban- (Is 52,13-53,12) reflejan el desconcierto
tionabilidad de cara a Dios. El lenguaje de donado? ¿Por qué no escuchas mis gritos y de asistir al resquebrajamiento del dog-
la plegaria, visto en su totalidad y no li- me salvas? (Sal 22, 2). ma de la retribución: un hombre, en apa-
mitado sólo a las oraciones que se recitan, riencia maldito y castigado, es portador
es por lo general mucho más dramático y de bendición y justificación para todos.
más rebelde que el lenguaje nivelador y Los que lo contemplan reconocen con
sopesado de la teología que habla sobre asombro que son sus culpas las que éllle-
Dios. Ese lenguaje de la plegaria me pa- va y se quedan atónitos ante el hecho in-
rece mucho más radical, mucho más ca- sólito de que alguien sea capaz de cargar
paz de resistir, es un lenguaje que rechaza con lo de otros y sufrir por ellos:
de plano la adaptación; no busca el con- Estaba tan desfigurado que no parecia hom-
senso ni la aprobación de los hombres, y bre ni tenía aspecto humano, así asombra-
muchas veces acaba en un puro clamor, rá a muchos pueblos. Los reyes se quedarán
o también en un mudo suspiro de la cria- sin palabras al ver algo que no les habían
tura. Ese lenguaje no conoce barreras. A contado y comprender algo que no habían
oído. ¡Eran nuestras rebeliones las que lo Las últimas palabras del libro del Apoca- tual humana ante el sufrimiento, consi-
traspasaban y nuestras culpas las que lo tri- lipsis parecen responder a esta cuestión: derado como excesivo y desproporciona-
turaban! (Is 52,14-15; 53, 5). la promesa ¡Sí, yo vengo pronto! (Ap 22, do con relación a las propias fuerzas.
El tono de otros textos refleja un fuerte 20), corrige la percepción de los que re- Otras veces lo que se cuestiona es de qué
apasionamiento en contra del dolor, ac- prochan a Dios su tardanza. parte está Dios con su justicia: ¿de la can-
titudes de enfrentamiento, clara oposi- tidad del malo de la calidad del bien? Así
ción y hasta desafío. El interlocutor de Adverbios de lugar. La escena de Iacob aparece en las argumentaciones de Abra-
Dios se atreve a cuestionarle su modo de huyendo de Esaú y dejando atrás una tie- harn, "regateando" con Dios a propósito
proceder y emplea un lenguaje en algu- rra a la que piensa que no le va a ser po- de Sodoma y Gomorra: ¿De verdad vas a
nos casos próximo al insulto: ¡Ay, mi Dios sible volver, refleja su absoluta indefensión aniquilar al justo con el malvado? ¡Lejos de
y Señor! ¡Cómo has engañado a este pue- y su conciencia de estar en una situación ti hacer semejante cosa... ! (Gen 18, 16-33).
blo ... !(Jer 4, 10), decía Jeremías usando sin salida. Y es precisamente en ese mo- Abraham llega hasta los diez justos pero
el mismo verbo que en Génesis 3, 13 se mento y en ese lugar marcados por la an- no se atreve a ir más allá: el texto queda
atribuye a la serpiente. Más adelante, se gustia, donde ve en su sueño la escala por abierto, como para permitir al lector sa-
atreverá a maldecir el momento de su pro- la que suben y bajan los ángeles y escucha car la conclusión de que hay un "desni-
pio nacimiento: ¡Maldito el día en que na- la promesa de Yahvé. El "aquí" que pare- vel cualitativo" entre el mal y el bien y éste
cí, el día en que me parió mi madre no sea cía absolutamente cerrado se convierte en tiene un "peso específico" superior a aquél.
bendito! (Jer 20, 14). un lugar de revelación: Verdaderamente, El cuarto canto del Siervo lo proclama,
Job reclama un "careo" con Dios, al que el Señor estaba en este lugar (aquí) y yo no llegando hasta donde Abraham no tuvo
considera como su rival: ¡Aquí está mi fir- lo sabía (Gen 28, 17). la audacia de llegar: un solo hombre bas-
ma! ¡Que responda el Todopoderoso!, que En el Nuevo Testamento, la parábola del ta para salvar a toda la humanidad: Gra-
mi rival escriba su alegato (Jb 31, 35). juicio de las naciones señala el nuevo lu- cias a la fatiga de su alma, verá la luz y se
Abraham se atreve a dictar a Dios cuál gar de localización del Mesías: está aquí, saciará; por su conocimiento justificará el
debe ser su conducta: ¿De modo que vas a en los hambrientos, desalojados y exclui- Justo, mi siervo, a muchos y cargará con sus
destruir al inocente con el culpable? ¡Lejos dos del mundo (Mt 25, 31-46). No está culpas (Is 53, 11).
de ti hacer tal cosa! Matar al inocente con aquí, dirá en cambio el joven sentado en El bien "pesa" siempre más que el mal,
el culpable, confundiéndolos. ¡Lejos de ti el sepulcro de Jesús (Mc 16, 6): de ahora cualquiera que sea la cantidad de éste. Por-
hacer tal cosa! (Gen 18, 13-24). en adelante habrá que buscarle entre los que la justicia de Dios consiste precisa-
mente en el perdón que se da a todos en
razón de un inocente. Pablo lo formula-
rá así: Si por la ofensa de uno, por uno so-
lo, reinó la muerte, con más razón por uno
solo, Jesucristo, reinarán en la vida los que
recibieron la abundancia de la gracia y del
don de la justicia (Rm 5, 17).
Y también: Estimo que los sufrimientos del
tiempo presente no tienen proporción con
la gloria que se ha de revelar en nosotros
(Rm 8,18).
Es lo mismo que intentará también con- vivos. Y las huellas de la pasión en el cuer- Para explicar el significado del sufrimiento,
seguir Pedro: ¡Lejos de ti, Señor!¡ No te po del Resucitado ofrecen la revelación el AT, en el que son escasos los sustanti-
ocurrirá eso! (Mt 16,22). definitiva del sentido del sufrimiento: To- vos abstractos, recurre con frecuencia al
más, mete aquí tu mano ... (Jn 20, 27). término sapiencial musar que expresa el
Adverbios de tiempo. El desajuste entre castigo didáctico, la corrección:
el tiempo de Dios y el tiempo humano es Adverbios de modo. El modo de actuar Tú los has herido ... pero no quieren apren-
una constante en la oración bíblica que se de Dios es, a lo largo de toda la Escritura, der la corrección (Jer 5, 2; ef Sof 3,2).
acentúa cuando el orante se encuentra su- objeto de discusión y protesta y murmu- Esta es la nación que no oye la voz del Se-
mergido en el dolor, la persecución o la ración por parte de sus "beneficiarios": ñor y no aprende su corrección (Jer 7,28).
angustia. A veces se reafirma en su deci- Los israelitas andan diciendo: "No esjus- Sufrió el castigo (corrección) por nuestro
sión de continuar alabándole: ¿Por qué es- to el proceder del Señor ... " (Ez 18, 25). bien (Is 53, 5).
toy abatido? ¿Por qué me siento turbado? En el NT, el discurso decepcionado de los Aunque no emplea el término, ese es el
Esperaré en el Señor y volveré (aún, toda- de Emaús muestra su resistencia a enca- sentido pedagógico que da Amós a las in-
vía ... ) a darle gracias pues él es mi salva- jar el fracaso del destino de Jesús. y ten- tervenciones de Dios: Os negué la lluvia ... ,
dor y mi Dios (Sal 42, 12). drá que ser el Caminante que los acompaña os herí con tizón y añublo ... , os envié la pes-
Lo más frecuente, sin embargo, es que use quien les revele, en una sola frase, el sen- te ... , pero no os volvisteis a mí. (4,6-12).
expresiones "de presión" para lograr que tido de lo que para ellos era escandaloso: El Nuevo Testamento habla de "prueba":
Dios no retrase su intervención en su fa- ¿No era necesario que el Mesías padeciese Vosotros sois los que habéis permanecido
vor: ¡Respóndeme enseguida! (Sal 102, 3). y entrara así en su gloria? (Le 24, 26). conmigo en mis pruebas (Le 22, 28).
Compadécete de Sión, ya es tiempo de que Dichoso el hombre que aguanta en la prue-
te apiades de ella (Sal 102, 14). Adverbios de cantidad. Otro modo de ba, porque una vez acrisolado, recibirá la
Señor te estoy llamando, ¡ven deprisa! protesta ante el sufrimiento es "pesarlo y corona de la vida que el Señor promete a
(Sal 141, 1). medirlo" y concluir ante Dios que su cuan- los que le aman (St 1, 12).
¡Apresúrate a socorrerme, Señor mío, mi tía es excesiva para ser soportada: ¡Basta, Por otra parte, los autores del NT, si-
salvación! (Sal 38, 37). Señor! Quítame la vida que no soy mejor guiendo los patrones de comportamien-
Yo soy un pobre desvalido, oh Señor, date que mis padres! (lRe 19,4). to de la cultura mediterránea en la que
prisa, tú eres mi socorro y liberación, Se- Una traducción más literal: ¡Es demasia- surge, exhortan a no rebelarse contra las
ñor, no tardes (Sal 70, 6). do, Señori, expresaría la percepción habi- adversidades sino a aceptarlas: las gran-
des dimensiones de la existencia son per- píos y el sufrimiento de los justos, es dar Haciéndome semejante a él en su muerte ...
cibidas como algo creado y gobernado por un paso de gigante yendo más allá de sus (synmorphizomenos) (FiI3, 10).
Dios, más allá del control humano. Usan razonamientos: Me puse a pensar para en- Otras veces se usa por, a causa de (hyper)
términos que caracterizaban a las "perso- tenderlo pero me resultaba muy difícil. Has- o en: A vosotros se os concedió graciosa-
nalidades heroicas": paciencia (hypomo- ta que entré en el misterio de Dios y mente que por Cristo ... no sólo que creye-
né) entendida como acción o poder de comprendí el futuro que les aguarda (... ) seis en él, sino también que por élpadecieseis
permanecer y resistir, y magnanimidad Yo siempre estaré contigo, tú me tomas de (Fil1,29).
(makrozymía): En toda ocasión nos com- la mano, me guías según tus planes, y des- Ahora me alegro de padecer por vosotros
portamos como ministros de Dios, en toda pués me llenas de gloria (vv 16-17. 23-24). (Col 1, 24).
paciencia, sufriendo, pasando estrecheces La confianza en un futuro prometido ilu- Dichosos vosotros si sois injuriados en el
y angustias ... (. .. ) procedemos con mag- mina el presente y permite a ese creyente nombre de Cristo (lPe 4, 14).
nanimidad, con bondad (2 Cor 6, 4.7). proclamar una de las afirmaciones místi- Por todas partes vamos llevando en el cuer-
Y ello es posible porque los cristianos po- cas más profundas del AT: Mi felicidad es po la muerte de Iesús ... (2Cor 4,10).
seen una clave distinta para afrontar el su- en estar junto a Dios, me refugio en el Se- También según, conforme a (katá): Los
frimiento: la de la comunión o comunidad ñor y proclamaré sus maravillas (v 28). que sufren conforme a la voluntad de Dios,
de vida (koinonía) con Cristo. confíen sus almas al Creador fiel, haciendo
Conocerle a él y lafuerza de su resurrección Preposiciones. Quién pecó ¿este o sus pa- el bien (lPe 4, 19).
y la comunión (koinonía) en sus padeci- dres? Ni él ni sus padres, sino para que se
mientos (Flp 3, 10). manifiesten las obras de Dios (In 9, 2-3). Puntos suspensivos o silencio. Como el
En la medida en que compartís los pade- La preposición utilizada orienta la refle- creyente del Salmo 73 "suspendía" sus ca-
cimientos de Cristo, goza os, para que tam- xión en torno al problema del sufrimien- vilaciones para adentrarse en el misterio,
bién en la revelación de su gloria os gocéis las protestas de Job desembocan en el si-
alborozados (lPe 4, 13). lencio: Pondré mi mano sobre mi boca. He
hablado una vez y no responderé más; dos
Nombres propios. Los nombres que los veces y no volveré a hacerlo (Ib 40, 3-5).
creyentes bíblicos han ido dando a Dios También Jeremías, tras sus quejas y desa-
a lo largo de los siglos nos ponen en con- fíos ante Dios, y a partir de la más violenta
tacto con su "credo", con una fe que nun- de sus confesiones (Cf. Ier 20, 7ss), entra
ca está al margen del problema del mal y en una etapa mucho más silenciosa, en la
del sufrimiento. Dos de esos nombres, to- que su fidelidad a su Dios hasta el final se
mados del AT, son portadores de la con- convertirá en su última palabra.
vicción de que, pase lo que pase, Dios es
Emmanuel, un "Dios-can-nosotros" Os Punto final. La última palabra y el último
7,14). Y el último libro del AT lo invoca "signo de puntuación" se los reserva Dios:
con un título que expresa también la se- Aniquilará la muerte para siempre. El Se-
guridad en que el Dios de Israel, frente'a ñor Dios enjugará las lágrimas de todos los
los ídolos de muerte, es un Dios Amigo rostros, y el oprobio de su pueblo lo alejará
de la vida (filopsychós) (Sab 11,26). del país -lo ha dicho el Señor- Os 25, 8).
Es la promesa que repite el Apocalipsis:
Verbos. Como este campo es tan exten- El Señor enjugará las lágrimas de sus ojos
so, ofreceremos sólo una indicación so- y ya no habrá muerte ni pena ni llanto ni
bre cómo el recurso al pasado y al futuro to: Jesús no busca la causa del mal ni da dolor (Ap 21, 4).
dan a dos orantes atribulados la posibili- respuesta al porqué de la ceguera del hom-
dad de superar el sufrimiento presente. bre. Le preguntan por la causa del mal y 11.VOCES DESDE LA TEOLOGíA
En el Salmo 77 (76), el orante describe su él contesta no con un "porque ... ", sino
situación de angustia, gemido, insomnio
V LA ESPIRITUALIDAD
con un "para que ... " La obra de Dios es
y desfallecimiento. En medio de la noche, el paso de la perdición a la salvación, de Para esta selección he elegido textos de
busca en vano una respuesta a sus pre- la tiniebla a la luz, del caos a la creación. teólogos de ámbito europeo (Gesché, Du-
guntas acerca de la conducta de Dios pa- El mal deja de ser categoría teórica y se quoc, Rovira, Torres Queiruga y Glez.
ra con él y su pueblo. De pronto, aparece convierte en algo contra lo que se lucha Faus), uno de ámbito latinoamericano
un verbo "mágico": Recuerdo las hazañas cuando se ha renunciado a explicarlo. (Sobrino) y un judío (Wiesel). Dentro de
del Señor, sí, recuerdo tus maravillas de Aparecen diferentes preposiciones para la espiritualidad, he seleccionado cinco
antaño (v.12) y ese recuerdo que le de- expresar el sentido del sufrimiento. La más fragmentos de cartas escritas desde el cam-
vuelve el sosiego y la confianza, consigue frecuente es con (syn), que expresa la mis- po de concentración por Etty HiUesum,
que una oración que comenzaba en un ma idea de participación que el término una judía holandesa cuyo extraordinario
espacio cerrado y asfixiante, termine evo- koinonía o comunidad de vida: itinerario espiritual reflejan su diario y sus
cando el horizonte dilatado de un pueblo Vosotros sois los que habéis permanecido cartas. El texto de J. Iiménez Lozano da
guiado como un rebaño por mano de Moi- conmigo en mis pruebas (Le 22,28). voz a IsaacBen Yehuda, un judío portu-
sés y Aarón. El pasado ha revelado su po- Si hemos muerto con Cristo sabemos que gués del s. XIV. Y como conclusión de una
der salvífica también para el presente. también resucitaremos con él (Rm 6, 8). selección con mucha presencia de la tra-
En el Salmo 73 (72), el recurso del oran- Estoy crucificado con Cristo (GaI2, 20). dición judía, dejo la última palabra al len-
te, escandalizado por el triunfo de los im- Si habéis muerto con Cristo (Col 2, 20). guaje poético de Glez. Buelta.
1. "Somos seres que no pueden dejar nun- la muerte no es exterior a su libertad, el da del mal, ese mal que no podemos so-
ca de preguntar, de llamar a la puerta. Hay destino es forjado por el hombre mismo portar pero tampoco vencer, y que con-
que saber escuchar en el grito contra Dios y toda lucha contra el destino es ascenso tinuamos propagando en nuestro mundo.
el rechazo del mal, aun a riesgo de blas- de los infiernos. Porque, en Jesús, toda la No era la imagen del Pantocrator, figura
femia. Hay que hacer pasar la pregunta humanidad es arrastrada en ese movi- cósmica de salvación, de la que había que
por Dios, depositarla en Dios, ese es el ges- miento de liberación". avergonzarse. El Señor glorioso sabe lo
to específicamente creyente. El tema del (C. DUQUOC, "La descente du Christ aux enfers. que es el dolor del mundo. Porque Él es-
Cordero de Dios que lleva sobre él el mal Problématique théologique": tumier« et Vie 87 tá vivo, pero estaba muerto: había sido
del mundo y el descenso a los infiernos 1968,61-62) crucificado y ahora vive para siempre y
nos recuerdan que Dios lo ha asumido en tiene las llaves de la muerte y de su reino
sí mismo. Dios-en-sí-mismo se escapa a 3. "Toda la irracionalidad de la muerte (Ap 1, 18). Después de tanto tiempo, tan-
la cuestión del mal, pero al hacerse Dios- promovida por los humanos produce una ta muerte y tanta guerra, esta figura del
para-nosotros, hace suya la causa, toma irreprimible convulsión intelectual, quin- Crucificado que insensiblemente se con-
sobre él las preguntas y, a partir de ahí, taesenciada por la frase de uno de los cam- vierte en el que vive eternamente, se me
nos está permitido depositarlas en él. Só- pos de concentración: '¿Dónde está Dios ha revelado como la palabra definitiva an-
lo este gesto va al fondo del problema y el que permite tanto horror?'. El desespero te la realidad avasalladora del mal. El Cru-
hombre sabe que puede im,plicar a Dios de la pregunta no deja oír la voz que, a pe- cificado, callado, sobrepasado por el dolor
en su pregunta. sar de todo, dice: El Crucificado se halla y la muerte, es solidaridad divina con el
Hay tres testigos mayores de la pregunta precisamente en cada uno de los crucifi- dolor y la muerte de los vencidos".
a Dios: Iacob (combatir con Dios), Job cados, como semilla del Dios vivo en ellos. (J.M. ROVIRA BELLOSO, Tratado del Dios
(enfrentarse) y Jesús (quejarse, pero lla- Hoy, pienso de nuevo, quizás en una di- Uno y Trino, Salamanca 1993,365-366)
mándole Abba). De ellos aprendemos: a mensión complementaria: ¿Por qué me
pasar del él al tú, de la discusión de mo- quejo contra Dios, cuando está claro que 4. "En el libro de Job, donde la crisis lle-
nólogo interior y mortífero (discuto so- Él me quiere su colaborador para echar va casi a la blasfemia y donde la luz de la
bre Dios), a la discusión del diálogo (hablo fuera el mal del mundo? ¿Por qué he tar- revelación no logra romper el velo de la
de ello a Dios). Hablar es creer en una pre- dado tanto en darme cuenta de que Dios ignorancia humana, Dios se pone del la-
sencia y en la posibilidad de respuesta. do del que sufre. No condena a Job, que
Lejos de los discursos de justificación (per- le acusa en su desesperación, sino a los
misión, castigo, armonía del conjunto ... ), amigos que lo 'defienden' presentándolo
lo que la Escritura nos dice es que el mal como el que castiga. Dios eleva el proble-
es aquello ante lo que no cabe otra pos- ma por encima del 'planteamiento judi-
tura que la oposición. Y que ese comba- cial', negando así su participación activa
te es el combate de Dios. Es mi combate en el mal del hombre y remitiendo a éste
el que Dios lleva y es el combate de Dios al Misterio de lo real.
el que yo llevo. Confundidos en una mis- La dos respuestas de Job simbolizan la
ma adversidad y la misma lucha contra nueva situación: Yo pongo mi mano en mi
un enemigo común. boca (40, 4), como rompiendo el discur-
La oración es una súplica de llevar juntos so que inculpa a Dios atribuyéndole el
el mal. El Dios de Abraham y de Jesús es mal. Tan sólo de oídas te conocía; ahora te
el que se asombra del mal, el que se le con- han visto mis ojos (42, 5) dice la segunda,
mueven las entrañas, no es el inmóvil, es como remitiéndose confiado a su miste-
el que toma partido por las víctimas ha- rio, sabiendo ya que de Él no puede venir
ciéndose él mismo víctima". el mal. ( ... ) Jesús aparece en toda su vida
(A. GESCH~, "L'affrontement du mal. Un combat y su conducta compadeciéndose de los
avec Dieu": Ch,istus 168 Oct. 1995, 411) que sufren, defendiéndolos de quienes los
oprimen, luchando contra el mal, hasta
2. "La fe no consiste en ignorar la muer- es Padre y que 'Padre' significa creadory el punto de dar por ello la vida. Y a pesar
te ni en cerrar los ojos, sino en ir más allá dador de vida, mientras que el pecado, de todo se sigue con la vieja idea de que
sin cesar, a pesar de darse cuenta plena- que es cosa nuestra, es precisamente pro- Dios 'puede y no quiere'. ¿Es que alguien,
mente, a pesar de estarla experimentan- pagar muerte? ¿Hemos entendido el men- mirando a Jesús, puede atreverse a afir-
do. Descender a los infiernos es afrontar saje cristiano como adhesión humana a mar que, pudiendo, no iba él a barrer el
esta ausencia de la que es signo la muer- la voluntad de amor y de vida de Dios? mal del mundo? Entonces ¿no es en Él
te. Jesús conoció más que nadie este aban- Aquí se debe entonar un mea culpa ge- donde se nos revela el corazón de Dios?".
dono, pero puso su vida entera en las neral por no haber confiado de verdad en (A. TORRES QUEIRUGA, Creo en Dios Padre.
manos de Dios. Esperó contra toda espe- la iniciativa de Dios, real y viva, que nos El Dios de Jesús como afirmación del hombre,
ranza y venció a los infiernos como empuja a luchar por la justicia. Santander 1986, 134-135)
ausencia de Dios. Yeso nos permite per- Más aún: los teólogos de la muerte de Dios
manecer en ese silencio sin perder la es- repitieron hasta la saciedad que había que 5. Dolor de Jesús y dolor del mundo. El
peranza. ( ... ) Nuestra propia historia está vivir y actuar etsi Deus non daretur, pero dolor de Jesús aparece como un dolor no
convocada en el descenso a los infiernos. ahora comprobamos, como resultado de egoísta, no centrado en sí y, por ello, na-
Por'eso no se trata de una fórmula dog- ese querer vivir estoico, como si Dios no da enfermizo, aunque pueda ser sumo.
mática descriptiva de un acontecimiento estuviera con nosotros, que nos hemos No gira en torno a sus propios traumas,
que no nos concierne. Lo que nos dice es sentido literalmente solos ante el mal, sin sus propias frustraciones, sus fijaciones ...
que, lo que ha afrontado el hombre Jesús, otra iniciativa que la nuestra. Pero la ex- Por eso, tampoco es obsesivo ni quita la
nosotros lo afrontamos a partir de su vic- periencia nos dice que nuestra propia ini- capacidad de goce o de interés. No cierra
toria y, por tanto, desde la esperanza. Ex- ciativa queda muchas veces corta, e incluso en sí, aunque abate y destroza. Y creo que
presa algo fundamental sobre el hombre: es capaz de convertirse ella misma en alia- sólo aquí pueden tener cabida las alusio-
nes a la providencia en el sermón de la 16,25; Le 14,26, etc.) y que luego justifi- envió a su hijo (Jn 3, 16), cuando todavía
montaña, que, tomadas en un contexto can ese salario desde la revelación de la éramos pecadores Cristo murió por noso-
de religiosidad general, sonarían a cinis- ley más profunda del hombre: la ley del tros (Rom 5, 8). No es fácil de entender,
mo, a ingenuidad o a opio del pueblo: los grano de trigo (Jn 12, 23ss)". pero al menos hay que tener claro lo que
lirios siguen floreciendo y los pájaros si- (J.I. GONZÁLEZ FAUS, Acceso" Jesús, quiere decir el NT: Dios muestra su amor
guen cantando también cuando yo sufro, Salamanca 1979,104-105) al hacerse cercano a las víctimas, solida-
y el mundo puede seguirsiendo bellocuan- rio con ellas totalmente y hasta el final.
do para mí es objetivamente horroroso. 6. En el terremoto está el Dios escondi- La segunda razón tiene que ver con esta
Yeso significa que mi dolor no da la me- do. "La pregunta de la teodicea es: '¿Es afirmación del NT, pero vista ya desde
dida valoral del mundo (como tampoco Dios bueno, es poderoso?'. La gente sen- nuestro mundo. Los pobres y las víctimas
la da el goce privado), pese a que la expe- cilla apenas si pronunciará estas palabras, quieren, sin duda, un Dios que no sea co-
riencia del dolor es esencialmente expe- pero son razonables y en sí mismas no tie- mo ellos, es decir, que tenga poder para
riencia del mundo como falto de sentido. nen nada de irreverentes. Se trata de pre- salvarlas.En términos técnicos, los pobres
Lo que se llama 'aceptación cristiana del guntarse por Dios,lo cual lossereshumanos quieren que en Dios haya alteridad, di-
dolor' quizá no pueda significar más que hacen de vez en cuando. Más específica- ferencia con respecto a ellos. (... ) Los po-
eso: aceptar que la propia subjetividad no mente, es preguntarse dónde estaba Dios bres se dirigen a Dios para que les salve
es el centro o la clave de interpretación en el terremoto. Y no es malo hacer esas con su poder, y ven en ello el amor eficaz.
del mundo y, en este paso, comenzar a preguntas, pues, en definitiva, nos pue- Pero también se dirigen a Dios cuando lo
'existir para'. En este sentido, y pese a es- den llevar a un conocimiento y a una fe encuentran cercano a su sufrimiento, y
tar escritos desde la Pascua, es llamativo más profunda en Dios. Ya hemos dicho en ello ven un amor creíble. En plena tra-
el interés de los evangelios por subrayar que no son las preguntas más normales gedia de la II Guerra Mundial, decía Die-
que el centurión, o el ladrón se convier- entre la gente sencilla, pero tampoco hay trich Bonhoeffer: Dios, clavado en la cruz,
ten no al ver que Jesús los salva y se salva, que ignorarlas absolutamente. Y para ello permite que lo echen del mundo. Dios es
sino al ver cómo sufre Jesús (cf. Le 23, 39- hay dos razones importantes. impotente y débil en el mundo, y sólo así
42; Me 15,39) ¿Cabebarruntar desde aquí Una está tomada de la entraña del evan- está Dios con nosotros y nos ayuda. Sólo
por qué Yahvé le responde a Job con to- gelio. La oración de Jesús en el huerto y un Dios que sufre puede ayudarnos'.
da aquella incomprensible cosmología?
(Job 38-40).
Porque el dolor de Jesús no se inserta en
el cierre sobre sí sino en la apertura al otro,
es por lo que la tradición pudo resumir el
recuerdo del encuentro de Jesús con los
hombres agobiados, mediante aquellas
palabras de Isaías: Tomó sobre sí nuestras
dolencias (Mt 8,17). Y por el potencialli-
berador de esa identificación de Jesús con
el hombre que sufría pudo poner en sus
labios aquellas otras palabras: Venid a mí su muerte en la cruz muestran a un Dios La pregunta sigue resonando: '¿dónde es-
los que andáis agobiados, que yo os alivia- silente, inactivo. La tradición pone, sin tá Dios?'. También la hizo Jesús, y Pablo
ré (Mt 11,28). Después, cuando esta aper- empacho, en boca de Jesús el grito Dios tuvo la audacia de responder: 'en.la cruz'.
tura solidaria al dolor humano se convierta mío, Dios mío por qué me has abandona- Cuentan que tras los horrores de Ausch-
en la aparente derrota a manos de ese do- do. Entonces, si Dios estaba en la cruz de witz alguien preguntó con indignación
lor que, en algún momento de toda vida Jesús, no es el Dios en que solemos pen- comprensible: '¿y dónde estaba Dios en
humana, se revela como más fuerte que sar. Por decirlo de otro modo, a su poder Auschwitz?'. Y alguien contestó con in-
nosotros, será fácil reformular todo lo an- en la creación, en el éxodo, en la resu- defensa serenidad: 'En Auschwitz'. Tam-
terior de una manera más amplia: 'Sufrió rrección, hay que añadir su impotencia y bién lo hemos oído estos días: 'Dios está
por nosotros' (en favor nuestro o en lu- silencio en la cruz. Esto suele ser una sor- en el Cafetalón' con los damnificados.
gar nuestro, es igual), dando al dolor de presa, posiblemente la mayor por la que La pregunta más decisiva, sin embargo,
Jesús, al dolor humano, una especie de pasa el ser humano religioso, pero ayuda no es dónde, sino cómo está Dios en me-
sentido redentor, trascendente. Cabe dis- muy importantemente a profundizar en dio de la catástrofe. La respuesta puede
cutir los pasos lógicos de este proceso. Pe- el misterio de Dios, a no trivializarlo, a no ser filosóficao poética, resignada o de pro-
ro lo que no cabe negar de ningún modo considerarlo como uno de los poderosos testa. Desde la fe cristiana Dios está en la
es que los hombres que vivieron con Je- "santos" del cielo,aunque indudablemente cruz generando esperanza. Esto es fe evi-
sús de Nazaret se acostumbraron después sea el mayor que nos puede salvar a base dentemente, pero no hay que ignorar que
a mirar el dolor humano desde la expe- de milagros. Dios no es así. esa cruz ha desencadenado a lo largo de
riencia de él y como 'dolor de Cristo': se El NT, haciendo de la necesidad virtud, la historia mucho compromiso, justicia y
muere con Cristo y se sufre con él o con dirán algunos, pero, más de fondo, di- amor, así como ha generado resignación
su mismo dolor (Cf. 2 Tim 2, 3.11; 1 Pe ciéndonos la última palabra sobre Dios, y desentendimiento de las víctimas. Yen
4, 13; Col 2, 20). dice que estaba en la cruz de Jesús recon- el culmen de la paradoja cristiana, ha de-
y así cabe poner en labios de Jesús una se- ciliando al mundo (2Cor 5,19). Y en esa sencadenado también mucha esperanza".
rie de textos que hablan del dolor como cruz, en la que está silente, muestra Dios (JON SOBRINO, Reflexión-meditación cristiana
salario de su seguimiento (CfMt 10, 22; su amor: Tanto amó Dios al mundo que sobre el terremoto de El Salvador)
7. "Yo no creo que podamos hablar de Ay, no olvidan a los asesinos y sus cóm-
Dios, sólo podemos -como dijo Kafka- plices, ni deben. Tampoco debes olvidar
hablar a Dios. Depende de quién habla. Tú, Señor del Universo. Pero ellos ya no
Lo que intento es hablar a Dios. Incluso miran a cada persona que les pasa por el
cuando hablo contra él, le hablo a él. E in- lado con sospecha. Tampoco ven una da-
cluso cuando estoy furioso con Dios, tra- ga en cada mano. ¿Significa esto que las
to de mostrarle mi furia. Pero justamente heridas han sanado en su alma? Nunca
en ello hay una profesión de fe en Dios, sanarán. Mientras la chispa de las llamas
no una negación de Dios. La cuestión de de Auschwitz y Treblinka ilumine su me-
si se puede seguir creyendo en Dios des- moria, mi gozo estará incompleto.
pués de Auschwitz es una de las cuestio- ¿Ymi fe en ti, Señor del Universo? Aho-
nes más graves que me he planteado en ra sé que estaba allí. Ahora comprendo
todos estos años. No ha sido fácil conser- que nunca la perdí, ni siquiera en ese lu- do a los judíos europeos por su asimila-
var la fe. Puedo decir, sin embargo, que, gar, durante las horas más oscuras de mi ción y/o por su sionismo'. Y: '¿No es Is-
pese a todas las dificultades, a todos los vida. No sé por qué seguía susurrando mis raella solución? Sin Auschwitz, no habría
obstáculos, nunca me he apartado de Dios. oraciones diarias, y las que se dicen en existido Israel'.
He tenido, y sigo teniendo, grandes pro- Shabbat, y para los días de Fiesta, pero las Reconciliémonos. Rechazo todas estas res-
blemas con él. Por eso protesto contra él. rezaba, a menudo con mi padre y en la puestas. Auschwitz debe quedar, y que-
A veces entablo un juicio contra él. Y sin noche de Rosh-Ha-Shanáh, con cientos dará, sólo como un signo de interrogación:
embargo: todo lo que hago sucede desde de presos en Auschwitz. ¿Era porque las no puede ser concebido con Dios, ni tam-
el interior de la fe, no desde fuera. Cuan- oraciones quedaron como un eslabón que poco sin Dios.
do se cree en Dios, se le puede decir to- me unía al mundo desaparecido de mi in- Hubo un momento en que empecé a plan-
do. Se puede estar furioso con él, se le fancia? Pero mi fe ya no era pura. ¿Cómo tearme si no estaría siendo injusto conti-
puede alabar, se le pueden exigir cosas. podía serlo? Estaba lleno de angustia en go. Después de todo, Auschwitz no fue
Sobre todo, se le puede exigir que sea jus- lugar de fervor, de perplejidad más que algo que bajaba del cielo ya hecho. Fue
to. En mi calidad de judío, me sitúo en de piedad. En el reino de la eterna noche, concebido por hombres, ejecutado por
esa tradición, la tradición de Abrahán, en los días del pavor, que son los días del ellos. Y su meta no era destruirnos sólo a
Moisés, Jeremías, Job y un sinnúmero de juicio, mis oraciones tradicionales estu- nosotros sino a ti también. ¿No debería-
maestros talmúdicos. Todos ellos tuvie- vieron dirigidas a Ti y contra Ti, Señor del mos pensar en Tu dolor también? Mirar
ron, como yo, dificultades con Dios. Pe- Universo. ¿Qué me hería más, Tu ausen- a Tu hijo sufrir en manos de otros hijos
ro Dios también tiene dificultadesconmigo. cia o Tu silencio? ¿no te causaba sufrimientos también?
Yo no creo que lo que estoy diciendo aquí En mi testimonio he escrito palabras du- A medida que losjudíos entramos de nue-
sobre mi modo de vivir el judaísmo, pue- ras, que queman, acerca del rol que de- vo en los días de Fiesta, preparándonos
dan decirlo los cristianos de manera aná- sempeñaste en nuestra tragedia. Hoy no para orar por un año de paz y felicidad
logasobre su modo de vivir el cristianismo. las repetiría. Pero las sentí entonces. Las para nuestro Pueblo y todos los pueblos,
Para mí, para el hombre que soy yo, es sentí en cada fibra de mi ser. ¿Por qué per- vamos a reconciliarnos, Señor del Uni-
posible estar con Dios, estar a favor de mitiste, si no es que capacitaste, al asesi- verso. ¿Apesar de lo que pasó? Sí, a pesar
Dios. Y hasta es posible seguir siendo fiel no dia tras día, noche tras noche, para que de eso. Vamos a reconciliamos, porque al
a mí mismo y estar contra Dios, pero nun- atormentara, matara y aniquilara a dece- niño que hay en mí se le hace insoporta-
ca sin Dios". nas de miles de niños judíos? ¿Por qué ble estar separado de Ti tanto tiempo".
lE. WIESEL en J.B. METZ-E. WIESEL, fueron abandonados por Tu creación? Es- (Carta de EllE WIESEL al Creador del mundo
Esperor a pesar de toda, Madrid 1996, 97) tos pensamientos no estaban destinados en la víspera de Rosh-Ha Shand)
a disminuir la culpa de los culpables. Su
8. "Señor del Universo, vamos a reconci- culpabilidad establecida es irrelevante a 9. "De los asuntos postreros y más graves
liamos. Es hora ¿Cuánto tiempo más po- mi 'problema' contigo, Maestro del Uni- de la vida y del padecimiento no se pue-
demos seguir peleados? Más de 50 años verso. En mi infancia no esperé mucho de de hablar fácilmente, porque la voz no al-
han pasado desde que la pesadilla acabó. los humanos. Pero lo esperaba todo de Ti. canza. Te comprendo tan bien, y comparto
Muchas cosas buenas y menos buenas le ¿Dónde estabas,Dios de bondad, en Ausch- tantas cargas contigo, que doy gracias a
han pasado a los que sobrevivieron.Apren- witz? ¿Qué estaba pasando en el cielo, en Dios de que haya alguien como tú en mi
dieron a construir sobre ruinas, a recrear el Tribunal Celestial, mientras los niños vida. Has de cuidar tu salud; si el Altísi-
la vida familiar. Nacieron hijos y se fun- estaban siendo marcados para la humi- mo te lo permite ha de ser tu primera y
daron amistades. Aprendieron a tener fe llación, para el aislamiento y la muerte só- más sagrada obligación. Una persona co-
en lo que les rodeaba, incluso en los hom- lo porque eran judíos? Estas preguntas me mo tú, de las pocas que alberga algo de vi-
bres y mujeres contemporáneos. Nadie es han estado atormentando por más de cin- da, de sufrimiento y de Dios -la mayoría,
tan capaz de sentir agradecimiento como co décadas. Tienes defensores elocuentes, después de todo, han claudicado, y Dios,
ellos. Están agradecidos de cualquiera que ¿sabes? Muchas respuestas teológicas se vida o sufrimiento no son para ellos más
está dispuesto a oírles sus historias y con- me dieron, tales como: 'Dios es Dios. Só- que palabras huecas- tiene el santo deber
vertirse en su aliado en la batalla contra lo Él sabe lo que está haciendo. Uno no de mantener el cuerpo -su casa terrenal-
la apatía y el olvido. Para ellos, cada mo- tiene derecho a cuestionarlo a Él o sus ca- lo mejor posible para seguir ofreciendo
mento es una gracia. minos'. O: 'Auschwitz fue un castigo da- hospitalidad a Dios. Debemos continuar;
yo procuraré cuidarme también. ¡Tengo
tanta fuerza ... ! Si me la arrebataras por
completo resurgiría de nuevo. (... ) Si en
estos tiempos no te derrumbas de deso-
lación y si, por otro lado, no te vuelves, a
fuerza de auto defensa, dura y cínica o te
resignas, entonces tienes aún alguna po-
sibilidad de ser más sensible, tierna, com- 12. "Es la única manera de poder vivir que muertos mudos y abandonados a la
prensiva y capaz de amar a un semejan- ahora: el amor al más atormentado se- carroña. Tengo que acusar al Todopode-
te. Ahora conozco tus rumbos y tú has mejante, sin preferencias; un amor que roso que deja que su pueblo muera. Ten-
aceptado compartir conmigo tu camino, no se fije en razas, nacionalidades o filia- go que acusar a Adonai de haber seducido
y yo vivo junto a ti en todo, hasta en el ciones políticas. Y cuando esta idea se me a Israel y a cada hombre que viene a este
más leve suspiro. Estoy siempre a tu lado, impone en un momento en el que no exis- mundo con el cebo de lo resplandeciente
cerca de ti, y si alguien nos separara algu- te el consuelo, puedo seguir adelante, pe- y su promesa. Tengo que acusarle de es-
na vez, proseguiría el mismo camino con- ro no con un sucedáneo de vida como la cribir su amor en los libros y de practicar
tigo, hasta el final. Mi compromiso yamor que llevan aquí la mayoría en un campo el abandono en la realidad. A Ti te acuso
tienen mil años de antigüedad y cada día de concentración de paso, para judíos y y a ti clamo. Te hemos creído ¡oh Ado-
cumplen mil años más. Esta articulación en plena guerra mundial, .. No, nada de nai!, y ahora, ¿a dónde iremos?, ¿ quién te
del tiempo, tal y como la experimenta- eso. Yo me refiero a un ímpetu esperan- pedirá cuentas de tu palabra incumplida?
mos, la puedo acarrear muy bien sobre zador, a la alegría, al convencimiento ya No quiero tu creación, no la quiero'.
mis espaldas sin sucumbir bajo su peso. una vaga suposición de pertenencia, que La noche se echó encima y apagó la voz
y puedo incluso perdonar a Dios que eso existen y que, en el fondo, hacen que la ya ronca de Rabí Isaac Ben Yehuda, pero
sea así, que seguro que es como ha de ser. vida esté dotada de sentido. Pero es im- éste tomó los documentos de denuncias
¡Que alguien tenga tanto amor dentro de posible escribir de ello cuando careces de y libros e hizo una gran pira y también
sí como para perdonar a Dios ... l" las palabras necesarias. No os preocupéis echó en ella la silla de reo donde el Eter-
(ETTY HILLESUM, El corazón pensante de por mí ni os sintáis tristes; con esa acti- no debía haberse sentado. Una llama do-
los barracones, Barcelona 2001. tud me haríais un flaco favor". rada se levan tó hasta las estrellas y las caras
Carta del 1 de julio de 1942, 21-22) (Julio de 1943, o.c., 118) de Rabí Isaac Ben Yehuda y sus discípu-
los enrojecieron, la sonrisa apareció en
10. "Esta mañana, mientras procedía a la- 13. "Un amigo inolvidable -por cuya par- sus labios como si brotara poco a poco
varme junto a una compañera, le dije des- tida aún siento gratitud- me reveló lo que del corazón como aceite que se derrama;
de lo más profundo de mi corazón: 'Los enseña San Mateo, 24: 'No te preocupes se tomaron de las manos y comenzaron
espacios del alma son inabarcables, infi- por el mañana, que ya se preocupa de sí a bailar. Los muertos parecían salir de sus
nitos. Estas leves incomodidades corpo- mismo. Cada día tiene su dosis justa de tumbas y unirse a la danza, yel canto de
rales, este sufrimiento, no tienen mucha sufrimiento'. Es la única actitud que te alabanza a Yahvé Dios, Bendito sea su
importancia. No existe en mí la impre- permite sobrevivir en este lugar. Sólo con Nombre, escalaba la bóveda negra de la
sión de haber sido privada de mi libertad el alma en paz puedo despojarme cada noche de otoño. Una campanita tocó a lo
y, después de todo, nadie me puede ha- noche de mis numerosas preocupaciones lejos, y las brasas refulgían como los bor-
cer daño'. Sí, chicos, así es. Me siento arre- terrenales y depositarlas a los pies de Dios. ceguíes del Altísimo que por fin hubiera
batada por una especie de melancólica Bien es verdad que son pesares triviales, descendido entre ellos. Así que se pros-
serenidad. Si alguna vez os he escrito una por ejemplo cómo ingeniármelas para la- ternaron, para adorarle, sobre la ceniza".
carta desesperada, tomadla con benevo- var la ropa de toda la familia ... y cosas así. (J. JIMÉNEZ LOZANO, Parábolas y circunloquios
lencia, porque es el fruto de un desánimo Las grandes preocupaciones han dejado de Robí/saac Ben Yehuda, Barcelona 1985, 79)
fugaz. Sufrir no debería implicar hundir- de ser preocupaciones; son un destino al
se en la desesperación total". que estoy firmemente atada". 15. Dentro de tu grito en la cruz caben
te.e., p. 92) (31 de julio de 1943. o.c., 119) todos nuestros gritos,
desde el primer llanto del niño
11. "Sí, la miseria es grande y aun así me 14. "Dios y el hombre no están hechos pa- hasta el último quejido del moribundo.
ocurre a menudo por las noches, cuando ra entenderse, sino para luchar. El hirió a Desde tu grito lanzado al cielo
el día se va apagando dentro de mí, hon- Iacob en la cadera y en la cadera tenemos encomiendan su vida en las manos
damente, que camino con ágiles zanca- que herirle nosotros. No hay otra mane- del Padre todos los que se sienten
das a lo largo de la alambrada y siento ra de adorarle, sino provocándole ( ... ). Se abandonados en un misterio
subir de mi corazón una fascinación -no tapó el rostro Rabí Isaac Ben Yehuda por- incomprensible.
lo puedo evitar, proviene de una fuerza que las lágrimas corrían por sus mejillas Desde el desconcierto lanzado como queja
elemental-: esta vida es maravillosa y gran- y, alzando su voz, señaló a la silla donde de los que experimentaron tu amor
de, tenemos que construir un nuevo mun- debiera estar sentado el Innombrable y ex- alguna vez pero se sienten abandonados
do después de la guerra. Y a cada infamia clamó: - '¿Y tú eres el Eterno que dices que ahora, y sólo en la lucha contigo esperan
y crueldad hay que oponerle una buena nos amas y quieres salvarnos para que tu su salida, desde todas las noches
dosis de amor y buena fe, que primero ha- Nombre sea alabado? No encontrarás más del espíritu, llega hasta tus manos
bremos de hallar dentro de nosotros. Te-
nemos derecho a sufrir, pero no a sucumbir
al sufrimiento. Y si sobrevivimos a esta
~ .
1. "El escándalo del mal". Revista Filos, vol.
de Padre nuestro grito.
En este grito tuyo último, dolor
de hombre y dolor de Dios, inclinamos
época ilesos de cuerpo y alma, de alma so- IV 1991/5, 191. agotados la cabeza y te entregamos
bre todo, sin resentimientos ni amargu- 2. P. RICOEUR-E. LEVINAS, La révélation, el espíritu, cuando llegamos a nuestros
ras, entonces ganaremos el derecho a tener Bruselas 1977, 277. límites, donde se extinguen los esfuerzos
voz cuando pase la guerra. Tal vez soy una 3. J.B. METZ-E. WIESEL, Esperar a pesar de y los días y donde empezamos
mujer demasiado ambiciosa, me gustaría todo, Madrid 1996, 58. a resucitar contigo.
tener una palabra que enunciar". 4. Resistencia y sumisión, Barcelona 1971, (B. GLEZ. BUELTA, La transparencia del borro,
(3 de julio de 1943, e.e., 98) 2" ed., 210 s. Santander 1989, 38)

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