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MATERIA ELECTIVA:

INTRODUCCIÓN A LA
INVESTIGACIÓN
CIENTÍFICA

Unidad 2
La práctica de las
actividades de
I+D+i
Contenido: Susana Marchisio, Sonia Concari

Año 2017
Unidad 2. La práctica de las actividades de I+D+i
.

CONTENIDOS

Introducción........................................................................................................ 3

El surgimiento y consolidación de la actividad científica .................................... 4

Las revoluciones tecnológicas y el conocimiento como bien estratégico .......... 6

Innovación, desarrollo y educación superior ................................................... 10

Redes de I+D+i ............................................................................................... 14

El equipo de trabajo ........................................................................................ 18

Referencias ...................................................................................................... 20

........................................................................................................................ 22
UNIDAD 2: LA PRÁCTICA DE LAS ACTIVIDADES DE I+D+i

“La investigación se compone de cuatro cosas:


el cerebro con el que se piensa, los ojos, las máquinas
para medir y, en cuarto lugar, el dinero.”
Albert Szent Gyorgi

Introducción

La capacidad de un país en ciencia y tecnología juega un papel crucial en el


logro de la competitividad en el contexto mundial. Asimismo, la innovación es
una de las claves para la solución de múltiples problemas a través de los
conocimientos científicos y tecnológicos. Las ventajas competitivas dependen
cada vez más de la innovación, así como la necesaria aproximación de los
requisitos productivos con los ambientales (Sutz, 1992).

Por otra parte, puede constatarse que en los países llamados “avanzados”, la
capacidad tecnológica se ha ido acrecentando, en gran parte, gracias al
proceso de ‘aprender investigando’, que amplía la frontera tecnológica,
mientras que en los países en desarrollo, la capacidad tecnológica se crea
fundamentalmente mediante el proceso de “aprender haciendo” (Kim, 2001).

En esta unidad nos concentraremos en el modo en que se desarrolla la


actividad científica y tecnológica hoy, en el ámbito de la universidad, en nuestro
país y en el mundo, así como su vinculación con los sistemas productivos, la
política, la economía y la educación.
El surgimiento y consolidación de la actividad
científica

El término “científico” fue utilizado por primera vez en 1833 cuando se empleó
durante una reunión de la Asociación Británica para el Avance de la Ciencia
para referirse a las personas allí reunidas. El uso de la palabra se extendió en
la medida en que los hombres de ciencia aceptaron la imagen de sí mismos
como profesionales.

Ese proceso de profesionalización estuvo aparejado a la creación de


numerosos puestos de trabajo. La actividad científica fue una actividad no
remunerada, dominada por la aristocracia, durante el siglo XVII, y como una
actividad de la emergente clase media durante el siglo siguiente. Fue recién
durante el siglo XIX cuando se crearon muchos puestos de trabajo para
científicos, sobre todo en el sistema educativo, por ejemplo, las Ecoles de la
Francia posrevolucionaria y luego en las universidades alemanas (Núñez
Jover, 2001).

Con el apoyo gubernamental, junto a la creación de nuevos puestos de trabajo


se fue creando la infraestructura para la ciencia. Estos dos procesos: la
institucionalización y la profesionalización, permitieron la consolidación de la
actividad científica.

Las instituciones regulan pautas de conducta que se refieren en este caso, a


cuestiones y problemas fundamentales y permanentes de la actividad científica;
también regulan la conducta de los individuos involucrados en dicha actividad
según pautas definidas, continuas y organizadas; y, finalmente, dichas pautas
conllevan una ordenación y regulación mediante normas definidas (Pérez
Sedeño, 2000). Se crearon laboratorios, se fundaron más asociaciones
científicas profesionales y publicaciones periódicas cuyo objetivo era dar a
conocer las investigaciones desarrolladas en el seno de la comunidad
científica, que experimentaba un rápido proceso de crecimiento y
fragmentación en las que hoy conocemos como disciplinas.
Paralelamente, la profesionalización contribuyó con una formación sistemática
de las personas ocupadas en la actividad, incorporando mecanismos de control
de la calidad y nuevos recursos y equipamientos.

Progresivamente, la práctica sistemática de la investigación científica, integrada


a la estructura institucional y sostenida por los intereses de sus practicantes y
de otras instituciones y actores sociales que se apoyan en ella, se ha ido
consolidando y ampliando hasta nuestros días.

“En una sociedad, la enseñanza superior es a la vez unos de los motores del
desarrollo económico y uno de los polos de la educación a lo largo de la vida. Es, a
un tiempo, depositaria y creadora de conocimientos. Además, es el principal
instrumento de transmisión de la experiencia, cultural y científica, acumulada por la
1
humanidad.” (UNESCO , 1996:148)

En nuestro país, la Reforma Universitaria de 1918 constituyó un movimiento de


reforma universitaria iniciado en la Universidad Nacional de Córdoba por
líderes estudiantiles. Entre los principios de la reforma se encuentran la
autonomía universitaria, el cogobierno, la extensión universitaria, la
periodicidad de las cátedras, y los concursos de oposición. Los estudiantes
demandaban además la incorporación de conocimientos científicos en el
currículo y la libertad de cátedra. El ideal reformista se extendió a otras
universidades del país y también a otros países de Latinoamérica,
reconociendo la extensión al medio y la investigación científica como funciones
propias de la universidad.

De manera firme, la actividad científica fue creciendo en las universidades


nacionales desde la década del ‘60. Según Pérez Lindo (2003): “hacia el año
2000 el número de investigadores en las universidades nacionales superaba
los 23.000, contra menos de 50 en 1960”. Por los años 70, y con referencia a
las naciones latinoamericanas, Sábato (1975) expresaba: “aún los países más
desarrollados de la región no han logrado un sistema global de relaciones entre
gobiernos, ciencia-tecnología y estructura productiva” (ver Figura 1). Mientras,

1
UNESCO. La educación encierra un tesoro, 1996, p.148
aludiendo al orden internacional de la misma época, Pérez Lindo (1998)
expresaba: “En aquel entonces, tanto en el este como en el oeste, se concebía
el potencial científico como un soporte fundamental pero subordinado del
crecimiento económico y el progreso social”.

Figura 1: Triángulo de Sábato

Las revoluciones tecnológicas y el conocimiento


como bien estratégico

En los últimos dos siglos, y particularmente en los últimos 30 años, tanto los
sistemas de producción como las actividades socioeconómicas han sufrido
grandes cambios. Estos cambios radicales han estado acompañados por
verdaderas revoluciones tecnológicas.

Desde la Revolución Industrial, iniciada a mediados del s. XVIII, en Inglaterra,


principal nación industrial de la época, se han sucedido otras revoluciones, que
han estado asociadas a ciclos de crecimiento económico mundial seguidos de
de recesiones y depresiones. Cada revolución tecnológica sería un "huracán de
destrucción creadora" que transforma, destruye y renueva el aparato productivo
mundial (Pérez, 1999). De acuerdo con esta interpretación, identificamos en la
historia de los países que han liderado el crecimiento de la economía mundial
en los últimos dos siglos cuatro grandes "edades doradas" de prosperidad
generalizada, surgidas a continuación de largos períodos de inestabilidad y
turbulencia, representados en la Figura 2.

2
Figura 2: Detrás de cada gran auge se encuentra una revolución tecnológica

Cada una de estas revoluciones dio impulso a los servicios, industrias y


tecnologías relacionadas con ellas, ya que sus insistentes demandas
estimularon la invención en los respectivos campos tecnológicos, favorecidas
por la disponibilidad de recursos de costo reducido.

Favorecida por el incremento de los precios del petróleo a fines de la década


de los ‘70, se despliega la Revolución Científico-Tecnológica, que plantea el
reemplazo de algunas labores mentales del hombre por el accionar de
dispositivos electrónicos que procesan información digitalizada y cuyos motores

2
Pérez, Carlota. 1999. Desafíos sociales y políticos del cambio de paradigma
tecnológico. UCAB, Comisión V Centenario, Caracas. Disponible en (último acceso 28/08/17):
http://www.carlotaperez.org/pubs?s=dev&l=es&a=desafiossocialesypoliticos
esenciales son la competencia por el mercado mundial en el campo civil y la
carrera armamentista y espacial entre las superpotencias (Argumedo, 1997).

“Las tecnologías de avanzada permiten la consolidación de un nuevo modelo


productivo y de administración económica y social, que cierra el ciclo histórico
de la Revolución Industrial y transforma drásticamente el concepto y las
características del trabajo, así como la composición y la dinámica del mercado
mundial” (Argumedo, 1997), lo que se profundiza durante la década de los `80,
junto al creciente afianzamiento del poder económico-financiero mundial.

Los procedimientos tecnocientíficos, transferidos a todos los ámbitos de la


investigación y de la intervención científica y tecnológica, se han constituido en
la base de la gestión y de la solución racional de los problemas.

Cabe mencionar el ejemplo de Nokia, que era una pequeña empresa, de una
pequeña ciudad finlandesa, organizada primero en torno a la madera y que
luego fue reconvirtiéndose. Tiene más de ciento cuarenta años. En los últimos
treintaicinco años entendieron que el tema era tecnología electrónica,
informática y telecomunicaciones, se metieron a fondo allí y hace veinticinco
años dieron el salto para ocuparse totalmente de telefonía móvil. Vendieron,
por ejemplo, sus empresas de televisión y sus demás productos e invirtieron
todo lo que tenían en hacer una excelente telefonía móvil, siendo aún una de
las marcas más reconocidas de móviles del mundo.

De acuerdo con Alcira Argumedo (1997), junto a otros cambios de magnitud, la


revolución científico-tecnológica producida en los últimos años impone el
conocimiento como el nuevo recurso estratégico que ha de definir el papel de
los distintos países y regiones en el futuro. En efecto, las ramas más dinámicas
del mercado mundial son las llamadas conocimiento-intensivas; y si la mayoría
de las actividades socioeconómicas requieren una formación mínima
equivalente al nivel secundario, se hace necesario que los saberes estén
socialmente distribuidos. La educación, aparte de un derecho social, se
convierte ahora en una ventaja económica para las naciones.
“La Revolución de la Inteligencia impone un papel central a las universidades, en
tanto productoras del recurso conocimiento en su más alto nivel de calidad y en
toda la gama de los saberes científicos, técnicos, humanísticos, sociales y
culturales. (…) Pero es preciso desplegar un profundo debate acerca de los
lineamientos de formación profesional, científica y técnica, dado que la
3
"taylorización" de los saberes académicos y las rígidas fronteras disciplinarias,
característicos de la creciente especialización de las universidades, han comenzado
a sufrir una obsolescencia similar a la de los trabajadores de la cinta de montaje. El
conocimiento emergente se define por su carácter flexible, abarcador, relacional,
transdisciplinario y con una consistente formación de base, que son las condiciones
para garantizar eficiencia y creatividad en cada campo específico.
La cuestión de fondo es, entonces, el tipo de mentalidades que generen las
universidades; la promoción de un pensamiento crítico y riguroso, capaz de articular
diferentes saberes -de las ciencias sociales, las ciencias duras, y de cada una de
ellas entre sí- como modo de enriquecer y potenciar el conocimiento especializado
(…). Y también en los niveles universitarios el monto de información y
conocimientos reclamados para una formación integral y transdisciplinaria obliga a
la constitución de equipos de estudio e investigación, susceptibles de procesar un
pensamiento colectivo a partir del intercambio y el debate entre diferentes
perspectivas y disciplinas, que alimentan novedosas formas de especialización.”
(Argumedo, 2000).

En las universidades de Latinoamérica se concentra actualmente la masa


crítica del recurso conocimiento referido a las más diversas problemáticas,
contando, además, “con una distribución regional que posibilita el diseño de
proyectos transdisciplinarios de recuperación económica y social, combinado
con la facilidad de integrarse en el nivel nacional y latinoamericano -gracias a
las redes de la informática- para establecer esquemas de cooperación e
intercambio de conocimientos y experiencias.” (Argumedo, 2000).

En este contexto, la investigación científica, el desarrollo tecnológico y la


innovación (I+D+i) juegan un rol relevante en el desarrollo económico nacional
y regional y están en íntima y compleja relación con los intereses, valores y
cultura de la sociedad en la que se desarrollan esos procesos.

3
El taylorismo, denominado así por el estadounidense Frederick Taylor, se refiere a la
división de las distintas tareas del proceso de producción. El proceso se fragmenta en tareas
específicas y cada obrero realiza una o un conjunto pequeño de ellas.
Como ejemplo, podemos analizar el desarrollo de los llamados “alimentos
funcionales”. Los estudios en alimentos y nutrición, como disciplinas
diferenciadas de la química, la biología o la medicina, son relativamente
recientes. Recién a principios del siglo pasado se ha comenzado a vincular a la
alimentación con la salud, al comprobarse la relación entre el riesgo de
contraer enfermedades y determinadas carencias nutricionales. Y ha sido en
las últimas décadas, debido a notables cambios socioculturales y en los modos
de producción y consumo, que se ha desarrollado en la sociedad el ideal del
alimento como promotor de la salud y de una mejor calidad de vida, prestando
una mayor atención a lo que se come y al efecto que el alimento puede tener
en la salud. El interés de las sociedades desarrolladas se centra hoy en la
novedad, calidad, comodidad, sanidad y variedad de los alimentos. Los
alimentos funcionales son alimentos o componentes en la dieta que pueden
aportar un beneficio para la salud más allá de la nutrición básica, tales como
las leches fortificadas y los yogures probióticos.

En los próximos apartados veremos las características que presentan las


actividades de I+D+i en el ámbito de la universidad pública.

Innovación, desarrollo y educación superior

Como vimos en los apartados anteriores, una de las características de la


sociedad contemporánea (desde fines del siglo XX hasta nuestros días), es el
papel central del conocimiento como recurso de innovación en los procesos
productivos. En este paradigma4 económico-productivo, el factor más
importante no es la disponibilidad de capital, mano de obra, materias primas o
energía, sino el uso intensivo del conocimiento y la información. Como ejemplo
de ello, Pérez Lindo (1998) recuerda cómo muchas grandes empresas que en
décadas precedentes auspiciaban o realizaban tareas de investigación y
desarrollo, asignando relativa importancia al manejo de la información, ahora

4
Se utiliza aquí el término paradigma con el significado contemporáneo que el filósofo y
científico Thomas Kuhn le dio para referirse al conjunto de prácticas que definen una disciplina
científica durante un período específico de tiempo, y que representa una forma específica y
consensuada de ver la realidad.
están implicadas en procesos de innovación tecnológica u organizacional
desarrollando la llamada “gestión del conocimiento”. Más adelante, el mismo
autor aborda el cambio de paradigma en la relación entre el conocimiento y el
desarrollo y el rol que en ello juegan la ciencia y tecnología. Al respecto,
expresa:
“Antes, la ciencia y la tecnología eran “factores” del desarrollo en las décadas
pasadas; ahora son “agentes” del crecimiento. La cultura tecnológica era un
elemento más en la organización de las sociedades; ahora es el “medio”, la
“condición” para el funcionamiento de las mismas.” (Pérez Lindo, 1998: 116)

Pero… ¿a que llamamos innovación?

La innovación tecnológica se entiende como la compleja serie de actividades


que derivan en un producto o proceso nuevo. Incluye los siguientes conceptos:
1) La percepción de un problema u oportunidad.
2) La concepción o invención de una idea original.
3) Una sucesión de pasos de investigación, diseño, estudio de mercado
y toma de decisiones gerenciales, todos ellos entrelazados entre sí.

Matarranz (2007) distingue tres tipos de innovaciones, de acuerdo con el tipo


de cambio con el que se asocia la innovación:

 Innovaciones continuas: suelen ser extensiones de productos


existentes, no requieren cambios de uso, son compatibles con la
infraestructura actual, aportan beneficios incrementales. Ejemplos:
telefonía inalámbrica, telefonía IP.

 Innovaciones discontinuas: maneras radicalmente nuevas de


hacer las cosas, exigen cambios de comportamiento, son
incompatibles con la infraestructura y la cadena de valor existentes y
aportan ventajas sustanciales. Ejemplos: CD frente al casette como
medio para almacenar registros de audio. Televisión HD.
 Innovaciones disruptivas o radicales (Christensen5, 1997):
aquéllas que permiten ofrecer al mercado productos paradójicamente
“peores” según los parámetros al uso (velocidad, etc.) y que por lo
tanto no pueden ser vendidos a los clientes más exigentes, pero que
por el contrario aportan una propuesta de valor diferente. Un ejemplo
de estas tecnologías lo constituye la telefonía móvil. La necesidad de
comunicarse era más clara en un mercado potencial donde la gente
necesita estar disponible. Pese a las bajísimas prestaciones que esta
tecnología ofrecía en un principio (baja duración de baterías, gran
tamaño y peso, etc.) y la baja infraestructura (escasa cobertura), la
facilidad de acceder a un teléfono móvil causó la disrupción. Es un
caso claro de tecnologías dirigidas a una descentralización de un
producto o servicio, con un precio asequible y prestaciones
suficientes para la mayoría.

6
Figura 3: La S de la innovación

En la Figura 3 se muestra la evolución de una dada tecnología, representada


por una “S”. El avance depende del esfuerzo puesto en su desarrollo, a través
de sucesivas mejoras y aplicaciones, hasta un límite determinado por la propia
5
Christensen, Clayton M. 1997. The Innovator's Solution, citado por Neusa Hirota. ¿Qué
es la Disruptive Innovation (Innovación Radical)? Disponible en (último acceso 28/08/17):
http://www.12manage.com/methods_christensen_disruptive_innovation_es.html
6
Extraído de: Matarranz, A. 2007. Ninguna tecnología peor que la nuestra nos va a
echar del mercado (¿o sí?). Disponible en (último acceso 28/08/17):
http://innovationmarketing.wordpress.com/2007/04/15/ninguna-tecnologia-peor-que-la-nuestra-
nos-va-a-echar-del-mercado-%C2%BFo-si/
tecnología. Paralelamente, pueden estar desarrollándose nuevas tecnologías
en el campo, que presentarán un desarrollo aún mayor. El portal del Instituto
Ibermática de Innovación (i3B)7 ofrece un panorama de estas tecnologías en
desarrollo, aplicadas a distintas áreas de la ingeniería.

Por otra parte, se dispone de un conjunto de herramientas para impulsar y


gestionar la innovación (Goñi Zabala, 2006)8. Estas son:

Cartera de proyectos de innovación (CPI)


Dinámica de relaciones externas (DRE)
Vigilancia competitiva y prospectiva (VCP)
Código Capital Innovación (CCi)
Panel de ideas, propuestas y proyectos (PIPE)
Equipos para la creatividad (EPC)
Visión estratégica de la innovación (VEI)
Plan personal de aprendizaje (PPA)
Espacio social de innovación (ESI)
Aprendizaje cooperativo en equipo (ACE)

Es evidente que en esta sociedad del conocimiento no basta para impulsar y


gestionar la innovación, el contar con más recursos naturales, humanos y
técnicos. Al respecto, Pérez Lindo (1998) enfatiza en la necesidad de articular
distintos factores, entre los que destaca la centralidad de la educación, la
ciencia y la tecnología, el rol del Estado y la vinculación con los agentes
económico-financieros, integrando un sistema multirreferencial. Concretamente
expresa:

“Se habla de la “sociedad del conocimiento o de la “informatización de la sociedad” para


señalar la centralidad que detentan la ciencia, la educación y la tecnología.. Pero no se trata de
una amalgama simple entre educación y desarrollo… La experiencia demostró que había que
tener en cuenta el “modo de articulación” entre los agentes económicos, los actores sociales y
los productores de conocimiento.. La eficacia social de la educación, la ciencia y la tecnología
depende sobre todo del modo en que estos factores se articulen con el Estado, las demandas
sociales y la economía…” (Perez Lindo, 1998: 116-117)

Es claro entonces que en tiempos de sociedades de la información y el


conocimiento, en tiempos de complejidades crecientes, en tiempos de
incertidumbre, globalización y tensiones múltiples, ningún sector se encuentra
en la misma situación que hace un cuarto de siglo. Las empresas acceden a
fuentes de conocimiento y tecnología externas a ellas. Las compañías
crecientemente miran a las universidades así como a otras empresas y
laboratorios gubernamentales como fuentes potenciales de conocimiento y
tecnología. Iniciativas de cooperación emanan tanto de la universidad como de
las esferas industriales, emergiendo una nueva misión de la universidad a nivel

7
Sitio del Instituto Ibermática de Innovación. http://ibermatica.com/ (último acceso
28/08/17)
8
Goñi Zabala, Juan José (2006). Herramientas para la innovación regional: el impulso
desde la administración a las PYMES. Tecnimap 2006, Sevilla, 30 de Mayo al 2 de Junio
goo.gl/wwuwDh
mundial, debido a las relaciones de la academia con las empresas y los
gobiernos.

En nuestro país, estos vínculos vienen siendo estimulados hoy fuertemente a


través de políticas gubernamentales. En este marco, el rol social de nuestras
universidades ha de ser trascendente. Junto a las tradicionales tareas de
formación, el énfasis hoy también está puesto en cómo la institución
universitaria concibe y promueve la producción de conocimiento y el uso que
de él se hace.

Pero no hay innovación sin creatividad, ni buenas preguntas de investigación


sin conocimiento previo, curiosidad científica y compromiso ciudadano. Cobra
entonces vital importancia el armado y la integración de equipos creativos, en
los que se trabaje de manera cooperativa, conciliando además el cuidado del
medio ambiente y la ética, sin los cuales no podríamos hablar de un desarrollo
científico tecnológico sostenible

Sociólogos y científicos de distintas áreas asumen posiciones críticas respecto


de la posibilidad de un desarrollo sostenible en el sistema capitalista
(O`Connor, 2000; Altvater, 2005); no obstante, las relaciones sociales de
producción dominantes en el momento histórico que vivimos, dan forma a la
relación que establecemos con la naturaleza y con el medio en general, por lo
que la dimensión ambiental no puede estar ausente de cualquier proyecto de
I+D+i.

Redes de I+D+i
Como lo hemos caracterizado en la Unidad 1, ciencia y tecnología, científicos y
tecnólogos, forman parten de complejas redes junto con otros agentes y
entornos simbólicos, materiales, sociales, económicos, políticos y ambientales.
Las complejas interacciones entre ciencia, tecnología, sociedad y naturaleza
forman un entramado compacto, integrando complejos sistemas socio-
técnicos9.

Por un lado, la incorporación de la ciencia y la tecnología al sistema


económico, depende de la acción múltiple y coordinada de la infraestructura
científico - tecnológica, del aparato político – gubernamental y de la estructura
productiva, en forma integrada.

El Programa de Grandes Instrumentos y Bases de Datos del Ministerio de


Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva (MINCYT) de la Nación, es un
ejemplo en el que se pueden visualizar estas acciones. El programa promueve
un uso más eficiente de los recursos físicos (equipamientos de gran porte) y
una mejor organización y acceso a las bases de datos científicos existentes en
distintas instituciones Los sistemas (Sistema Nacional de Resonancia
9
La acepción cultural de sistema socio-técnico considera de modo integral la interacción
entre las personas y los medios que usan para modificar su ambiente, las tecnologías. Parte de
la premisa de que la cultura (en su acepción antropológica) y las tecnologías son
interdependientes, que la modificación de una necesariamente produce cambios en la otra.
Magnética, Sistema Nacional de Microscopía y otros) son una iniciativa
conjunta del MINCYT y el Consejo Interinstitucional de Ciencia y Tecnología
(CICyT). A través de este programa, se asiste con capacitación y recursos
(equipos, reparaciones y repuestos) a los organismos del sistema nacional de
ciencia, tecnología e innovación que requieren soluciones coordinadas a fin de
optimizar esfuerzos y recursos, a partir de la detección de necesidades,
demandas y/o deficiencias comunes. Se potencia de este modo la capacidad
de las instituciones para la investigación y la prestación de servicios al medio,
conformado por empresas y organismos gubernamentales y privados que
solicitan nuevas y más confiables prestaciones (análisis químicos, físicos, etc.).

Por otra parte, hacia el interior del propio sistema científico – tecnológico, la
integración de los científicos se realiza a través de procesos estandarizados,
tema que trataremos en la Unidad 3.

La producción científico - tecnológica está hoy íntimamente vinculada con el


trabajo y la economía. Se puede demostrar que los elementos clave hoy día
son la capacidad tecnológica y humana de generar, procesar y producir.
Castells (1998) menciona que la información y el conocimiento son las
variables decisivas en la productividad y en la competitividad, incluso más que
el capital. “Con conocimiento y tecnología y sin capital, se puede llegar a
generar bastante capital, y sino que se lo pregunten a Bill Gates. En cambio,
con capital, pero sin tecnología y conocimiento se pierde ese capital, y sino que
se lo pregunten a RCA, por ejemplo, que fue a la quiebra porque no desarrolló
la tecnología adecuada en su momento.” (Castells, 1998).

La tecnología de los transistores permitió la aparición de grandes gigantes


como Sony frente a empresas como RCA10 (Radio Corporation of America),
que venían siendo las empresas dominantes del mercado de la radiofonía y la
electrónica, con equipos caros, aunque con muy altas prestaciones. Sony
abarató costos sustituyendo las válvulas por transistores en la fabricación
masiva de radios portátiles y pequeños televisores y consiguió vender a
un gran mercado de poder adquisitivo más bajo que no podía acceder antes a
esas tecnologías.

En términos económicos, Castells (1998) caracteriza la economía actual como


informacional, global y funcionando en red, en la que las dos variables
decisivas son la información y el conocimiento. El mercado globalizado, al que
se refiere este sociólogo implica no tanto un mercado único a nivel planetario,
sino más bien múltiples mercados interconectados mediante la tecnología, y
funcionando en red. Esto les permite a las empresas tecnocientíficas poseer
una mayor flexibilidad y una mejor capacidad de adaptación rápida a las
demandas.

Las actividades cercadas, nucleares de todas las economías, están


globalizadas; trabajan como una unidad, en tiempo real, a nivel planetario a
través de una red de interconexiones. La información y la tecnología están

10
La empresa norteamericana RCA, fundada en 1919, cuyo lema era “El nombre más
confiable en la electrónica”, desapareció en 1986.
globalizadas. Es decir, hoy día hay unos stocks de tecnología, hay unos
centros tecnológicos que se compran, se difunden, se transmiten en función de
la capacidad de las empresas de ligarse a esos circuitos de tecnología global.
Asimismo, la mano de obra más cualificada, no la mano de obra en general,
también está globalizada. Es decir el trabajo de los analistas financieros, los
grandes periodistas, los tecnólogos está globalizado. Estas personas se
desempeñan en mercados de trabajo que les exigen una gran circulación por el
mundo, aunque no necesariamente vivan en todo el mundo, pues pueden estar
interconectados en forma virtual.

Como ejemplo, el mercado de capitales está globalizado. No es que todos los


ahorros circulen globalmente cada día, pero están todos conectados todo el
día. Hemos visto con la crisis norteamericana del año 2008 cómo se produjo
una contracción de los créditos en España y otros países europeos. La
interconexión de los mercados de capitales es nueva, porque sólo ahora, en los
últimos diez años, se ha creado la infraestructura tecnológica (informática) que
permite la interconexión instantánea de capitales.

La globalización de la economía ha sido acompañada en los últimos veinte


años por la creación de redes de producción, investigación y desarrollo. Por
ejemplo, IBM estaba a punto de desaparecer como empresa y lo que hizo fue
crear muchas pequeñas empresas. Cada una de ellas recibe autonomía e
incluso compiten en ciertos mercados, en cierta línea de productos. La
empresa sigue siendo la unidad de capital, la unidad jurídica, la unidad de
estrategia financiera, pero cada departamento, cada división, cada mercado
nacional y cada sucursal, trabaja con una gran autonomía. Por tanto, IBM se
convierte en una red de empresas internas más o menos coordinadas entre
ellas.

También están las llamadas “alianzas estratégicas” entre grandes empresas,


que no son los oligopolios tradicionales. Un ejemplo concreto es la alianza que
concretaron IBM, Toshiba y Siemens en 1994 para producir un chip de
telecomunicaciones para el mercado alemán. En ese proyecto cada una pone
su gente, su capital, su tecnología. Y el proyecto es ese chip, para ese
mercado y en ese momento. Se constituyó una red que es una red de redes,
pues es un proyecto concreto que se constituye en torno a una red que utiliza
las redes que cada empresa tenía (Castells, 1998).

La I+D+i también funciona en red. Esta nueva configuración del trabajo


científico tecnológico ha dado lugar a una exponencialmente creciente
producción de conocimientos.

Hasta el presente, ha prevalecido un tipo de investigación especializada, en


temas que requieren enfocar un aspecto cada vez más pequeño de la realidad,
perdiendo la visión nítida más amplia del entorno, para usar la metáfora del
microscopio. Los super especialistas conforman grupos de trabajo que se
interrelacionan entre sí, en el país (con los otros pocos grupos que trabajen en
el tema), y con investigadores de otro países, realizando cada uno de ellos,
pequeños aportes que contribuyen a ir conformando el estado del conocimiento
sobre el tema.
Por otra parte, “En tanto que antes la ciencia trataba de explicar los fenómenos
observables reduciéndolos al juego de unidades elementales investigables
independientemente una de otra, en la ciencia contemporánea aparecen
actitudes que se ocupan de lo que un tanto vagamente se llama "totalidad", es
decir, problemas de organización, fenómenos no descomponibles en
acontecimientos locales, interacciones dinámicas manifiestas en la diferencia
de conducta de partes aisladas o en una configuración superior, etc. En una
palabra, "sistemas" de varios órdenes, no comprensibles por investigación de
sus respectivas partes aisladas.” (von Bertalanffy11, 1976: 26). Este tipo de
investigación concierne a los modernos estudios que abordan problemas
complejos e interdisciplinares, tales como los referidos al campo de la
biotecnología, la contaminación ambiental, la generación de energías limpias,
alternativas o renovables, entre otros.

Podemos considerar como ejemplo, el abordaje de los problemas derivados del


conflicto agricultura – ecología a través de la agroecología, como nueva
proyección del desarrollo agrícola que apuesta por la implementación de
prácticas que no atentan contra la conservación ambiental. Deben intervenir
también como campos de conocimiento, la economía y el derecho agrario, la
bioquímica, la botánica y la fitopatología, entre otras especialidades.

En este tipo de estudios, se integran equipos de investigadores de diferentes


disciplinas, que trabajan cooperativamente, para conocer sobre el problema
desde su multidisciplinariedad, atendiendo a sus diferentes facetas.

En ambos casos, la incorporación de nuevos investigadores a las actividades


investigativas se puede realizar a través de pasantías de investigación de
estudiantes avanzados, de becarios y de tesistas de posgrado. Para llevar
adelante la actividad intelectual, se recurre al envío de jóvenes profesionales a
realizar estudios de postgrado en el exterior, en centros de excelencia, y al
establecimiento de contactos con colegas de la región y del mundo, cursando
invitación a reconocidos investigadores para dictar conferencias, promover la
discusión y realizar tareas de investigación conjuntas.

Las reuniones científicas resultan un catalizador de estas relaciones. A través


del intercambio de ideas que se genera a partir de conferencias, mesas
redondas y paneles, así como de la presentación de trabajos científicos, se
generan nuevos contactos y discusión sobre temas de interés mutuo entre
investigadores.

Las redes de investigadores se conforman a través de estas relaciones que los


investigadores establecen con sus colegas de otras universidades y se
formalizan a través de convenios marco de cooperación entre las respectivas
universidades y convenios específicos entre las instituciones de pertenencia.

11
von Bertalanffy, Ludwig. Teoría general de sistemas.
Por otra parte, se establecen convenios de asistencia y colaboración entre la
universidad y empresas que tienen interés en el tema de investigación, para
realizar acciones específicas en relación con el mismo.

Finalmente, debemos destacar el importante rol que cumplen los estados


(nacional, provincial, municipal) en el desarrollo científico tecnológico. A través
de programas de financiamiento o asistencia técnica, los organismos
gubernamentales de promoción y gestión de actividades de I+D+i, se financian
proyectos, estancias de investigadores en el exterior, realización de eventos
científicos, visitas de especialistas extranjeros en universidades nacionales,
becas para realizar posgrados, etc. En la Unidad 3 veremos los mecanismos
disponibles a los que pueden acceder los jóvenes interesados en incorporarse
al sistema científico tecnológico.

El equipo de trabajo
“En la universidad se alberga el conocimiento de una diversidad de disciplinas,
las que comparten una macrocultura (la universitaria) y a su vez generan sus
propias microculturas (culturas disciplinarias), lo que trae como consecuencia la
existencia de unas identidades propias, valores, formas de acceder al
conocimiento, etc.” (Castillo, y Vélez Chablé, 2010: 7).

En la práctica científica en el área de las ciencias experimentales e ingenieriles,


una de las características distintivas ya desde hace unos años, es el trabajo
colectivo. Esto, además, se va modificando históricamente. A diferencia del
trabajo solitario realizado por los hombres de ciencia del siglo XVIII, como
Galileo, la práctica científica en nuestros días es una tarea grupal. Las
investigaciones son llevadas adelante por equipos de trabajo cuya integración
puede ir variando de acuerdo con la creciente movilidad de los investigadores y
por la incorporación de nuevos integrantes.

En realidad, en la medida que se abordan temas complejos, surge la necesidad


de contar con aportes de otras áreas disciplinares, incorporándose, cada vez
con mayor frecuencia, especialistas de distintos campos del desconocimiento.
Se produce de este modo una integración inter y multidisciplinaria.

Es muy frecuente, en el ámbito universitario, que los equipos se vayan


conformando en general a partir de la pertenencia a una cátedra, con relación a
temas de trabajo comunes, inquietudes similares e intereses afines. Éstos
delimitan en general, las preguntas que conducirán a nuevas investigaciones.

Con ese origen, la formación de grado de los integrantes suele ser similar, y los
temas de investigación están muy vinculados a los contenidos de las
asignaturas en las que los mismos se desempeñan como docentes. El
crecimiento de estos grupos está directamente relacionado con el número y
calidad de la formación de sus integrantes, con la calidad del trabajo realizado,
con la infraestructura, el equipamiento y el presupuesto disponibles.
A medida que el grupo se fortalece, puede ir estableciendo nuevos contactos y
relaciones, a través de los cuales se van ampliando o profundizando las líneas
de trabajo. En este proceso cobran especial relevancia las participaciones de
los integrantes del equipo en eventos científicos y el intercambio de estudiantes
y docentes.

El trabajo es coordinado por un director de grupo; este rol es desempeñado por


el líder del equipo, que en general es el investigador con mayor formación y
experiencia. Otros docentes se desempeñan como investigadores o
colaboradores y también integran el equipo estudiantes avanzados, tesistas y
becarios. De acuerdo con el tipo y área de investigación, los equipos pueden
contar además con personal técnico (informáticos, electrónicos, mecánicos,
diseñadores), quienes realizan tareas técnicas específicas necesarias para el
desarrollo de los proyectos encarados por el grupo. Y, como decíamos más
arriba, también pueden integrarse equipos interdisciplinarios. En estos casos, si
bien se pueden localizar los equipos en las respectivas instituciones, el grupo
de trabajo puede estar constituido también por investigadores que se
desempeñan en diferentes instituciones y países. Como hemos visto, la
constitución de redes de I+D+i es hoy un medio por el cual se potencia el
trabajo y se optimizan recursos. En el estudio de un cierto material, por
ejemplo, un grupo de una universidad o instituto que cuenta con el equipo
apropiado produce las muestras y realiza ciertas mediciones sobre ellas,
mientras otro grupo en una universidad europea modela el comportamiento de
ciertas variables que han sido medidas. Los resultados permiten la
caracterización y optimización del material, los cuales son informados, en
publicaciones y presentaciones en congresos en forma conjunta por co-autores
que quizás nunca se conocerán personalmente.

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