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DERECHO COMERCIAL I

EL COMERCIANTE.
EL COMERCIANTE

COMERCIANTE Y EMPRESA DE COMERCIO


El art. 7º del Código de Comercio define al comerciante, diciendo que se trata de una persona que, teniendo capacidad para
contratar, hace del comercio su profesión habitual.

El Código de Comercio no se encarga de definir a la empresa y que en todo su articulado contiene tan sólo una norma que se
refiere a un tipo de empresario, el de transporte, norma que se encuentra contenida en el inciso final del artículo 166.

Obviamente, a partir de esa definición no es posible arribar a un concepto genérico de lo que debe entenderse por empresa,
de modo que resulta indispensable recurrir a otras fuentes.

En el resto de nuestra legislación, cosa que también ya hemos dicho, sólo encontramos un concepto de empresa, en el
penúltimo inciso del artículo tercero del Código del Trabajo, que señala que, "para los efectos de la legislación laboral y de
seguridad social, se entiende por empresa toda organización de medios personales, materiales e inmateriales, ordenados
bajo una dirección, para el logro de fines económicos, sociales, culturales o benéficos, dotada de una individualidad legal
determinada”.

Sin embargo, la sola enunciación de este concepto nos revela de inmediato sus limitaciones: es un concepto que, en las
propias palabras del Código del Trabajo, se ha elaborado "para los efectos de la legislación laboral y de seguridad social"
y que, por lo tanto, es mucho más amplio que el concepto de empresa a la luz del Derecho Comercial.

En efecto, en dicha disposición se alude a la empresa como cualquier entidad que tenga una individualidad legal determinada,
que persiga fines económicos, sociales, culturales o benéficos, y resulta de toda evidencia que desde el punto de vista del
Derecho Mercantil las instituciones sociales, culturales o benéficas no constituyen una empresa mercantil, por la muy
sencilla razón de que no persiguen fines de lucro.
EL COMERCIANTE

COMERCIANTE Y EMPRESA DE COMERCIO

▸ De allí que, recurriendo a la doctrina, podríamos intentar


definir a la empresa, desde el punto de vista del Derecho
Mercantil, diciendo que es una organización formada con
el objeto de poner sistemáticamente en acción todos
los elementos materiales y jurídicos necesarios para
realizar permanentemente una actividad económica
determinada con fines de lucro.
EL COMERCIANTE

COMERCIANTE Y EMPRESA DE COMERCIO


▸ A la luz de esta definición podemos extraer los elementos característicos de la empresa:

▸ 1. Se trata de una actividad organizada y planificada, o sea, la empresa trata de enfrentar una cierta actividad
productiva o de intermediación determinada, de un modo profesional, organizado y permanente. El ejercicio
ocasional de actividades mercantiles no constituye empresa.

▸ 2. Siendo el empresario un profesional, actúa como una persona con conocimiento del tema y utilizando la
técnica y el manejo de su actividad del modo más racional posible, de modo que mientras mayor sea su
profesionalismo, mayores posibilidades de éxito tendrá la empresa.

▸ 3. La finalidad de la actividad empresarial es la producción de bienes y servicios, o el cambio o intermediación


de éstos en el mercado, y en ningún caso el autoconsumo. Es decir, el empresario usa la empresa para vender,
intercambiar, etc., pero no para aprovechar personalmente dichos bienes o servicios.

▸ 4. La finalidad de lucro, que constituye el propósito esencial de la actividad mercantil. El lucro es lo que mueve al
empresario, es su incentivo, y por ello la necesidad de la especialización del empresario, porque mientras mayor
sea su especialización mayor es la eficiencia y el lucro que puede obtener de la actividad que emprende.

▸ 5. El empresario dirige y organiza los elementos productivos que son las materias primas, máquinas,
herramientas, instalaciones o infraestructuras físicas, el capital en dinero y los recursos humanos o personal de la
empresa.
EL COMERCIANTE

COMERCIANTE Y EMPRESA DE COMERCIO


▸ El artículo 8º se encarga de clarificar el carácter profesional del comerciante
individual señalando que no lo es el que ejecuta accidentalmente un acto de
comercio, aun cuando quede sujeto a las leyes de comercio en cuanto a los
efectos de dicho acto.

▸ De allí surge la duda de si es posible que una persona sea comerciante, pero
sin dedicación exclusiva, y la repuesta, como lo veremos más adelante, es que
resulta perfectamente posible, siempre y cuando su dedicación sea constante,
es decir, que no sea una actividad esporádica ni pasajera.

▸ Fuera de ejercitar una actividad comercial en forma profesional y habitual, el


comerciante debe tener capacidad para contratar, es decir, de contraer
obligaciones con quienes contrata y actuar a nombre propio, porque si actúa
"comtemplatio domine" no es empresario, sino representante legal de quien
verdaderamente lo es.
EL COMERCIANTE

COMERCIANTE
▸ El comerciante puede ser una persona natural, jurídica o moral, que ejerce
una actividad comercial.

▸ Cuando realiza dicha actividad de un modo organizado, permanente, con


domicilio fijo y recurriendo al empleo racional de todos los medios materiales
y humanos correspondientes, forma una institución, una empresa comercial, y
el lugar o lugares en que ejerce permanentemente dicho comercio
atendiendo a su clientela, será un establecimiento de comercio.

▸ Por lo tanto, aun cuando puedan tender en muchos casos a confundirse, son
conceptos distintos los de "comerciante", "empresa", "empresario",
"establecimiento comercial" y "sociedad", siendo esta última tan sólo una de
las formas en cómo puede organizarse jurídicamente una empresa de
propiedad pluripersonal.
EL COMERCIANTE

COMERCIANTE
▸ Aclarados estos conceptos, vayamos a la definición del concepto de comerciante: Es comerciante la persona que,
teniendo capacidad para contratar, hace del comercio su profesión habitual (artículo 7º del Código de
Comercio).

▸ El art. 8º clarifica el carácter profesional del comerciante al señalar que no tiene esa calidad el que ejecuta
accidentalmente un acto de comercio, aunque queda sujeto a las leyes de comercio en cuanto a los efectos del
acto.

▸ Según dispone el artículo 7º, el comerciante debe cumplir distintos requisitos:


1. Tener capacidad para contratar, esto es, aptitud legal para contraer obligaciones;

2. Debe dedicarse al comercio

3. Esa actividad debe constituir su profesión habitual, y

4. Debe actuar a nombre propio.

▸ Antes que nada, refirámonos a la extensión del término habitual. Al respecto es posible formularse la pregunta de si
es posible que una persona sea comerciante pero sin dedicación exclusiva. La sana crítica parece indicar que sí,
siempre y cuando su dedicación sea constante, o sea, no una mera actividad esporádica, porque en tal caso la
situación queda excluida del concepto por el artículo 8º. En 1927 una sentencia de la Corte Suprema se pronunció al
respecto, en cuanto a que la habitualidad no es sinónima ni requiere la exclusividad.
EL COMERCIANTE

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▸ Por lo que respecta al requisito de que el comerciante actúe a nombre propio, no necesita de mucha
explicación: es obvio que si efectúa muchos actos de comercio pero actuando a nombre de otro, esa
persona no es comerciante.

▸ En cuanto a la capacidad, pasaremos a ver acto seguido tres situaciones:


a) De la incapacidad y los incapaces en general;

b) La situación de los menores que administran su propio peculio, y

c) La de la mujer casada.
‣ a) Contraer obligaciones supone una aptitud legal que es la capacidad legal de parte de quien se
obliga. La capacidad es la norma general y la excepción es la incapacidad. Pero el Código no
contiene normas específicas sobre quienes no pueden ejercer el comercio, pero de acuerdo a las
normas generales sólo están impedidos de ejercer el comercio los incapaces que no pueden
obligarse por sí solos sin el ministerio o la autorización de otra persona. De allí que los hijos de
familia y los menores que administran su peculio profesional pueden ser comerciantes y que la mujer
casada puede, hoy en día, ejercer libremente una actividad comercial separada de la de su marido.
EL COMERCIANTE

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▸ B) En cuanto atañe a los hijos, la ley Nº 19.221, de fecha 1º de junio de 1993 fijó la mayoría de edad en 18
años, de modo que todos los que tengan esa edad actúan sin restricciones de ninguna especie. En cuanto
a los menores adultos que administran su propio peculio, de acuerdo al artículo 10 del Código de
Comercio, pueden dedicarse al comercio, ser en definitiva comerciantes y obligarse válidamente, pero
sólo hasta el monto de sus peculios, sin afectar, eso sí, el patrimonio de sus padres. Incluso más, el artículo
18 del Código señala que el menor comerciante puede comparecer en juicio por sí solo en todas las
cuestiones relativas a su comercio. Hoy en día, la expresión menor adulto o simplemente "adulto"
comprende al varón mayor de 14 años y la mujer mayor de 12, pero menores ambos de 18 años.

▸ C) En lo referente a las mujeres, con las modificaciones introducidas en el Código Civil a partir de la ley
Nº  18.802, las casadas en Régimen de Sociedad Conyugal de Bienes han pasado a ser, al igual que las
solteras mayores de 18 años de edad, las separadas de bienes y las divorciadas, plenamente capaces, de
suerte que pueden celebrar toda clase de actos y contratos mercantiles (art. 150 del Código Civil). Le
corresponde a la mujer casada en régimen de sociedad conyugal acreditar el origen y dominio de los
bienes adquiridos en conformidad a dicha disposición y los actos que ella ejecute en esta administración
separada obligarán sólo los bienes comprendidos en ella, sin que puedan obligar a los bienes que
administre el marido ni tampoco ser afectados por los derechos que terceros reclamen por los bienes que
administre este último.
EL COMERCIANTE

COMERCIANTE
▸ Los actos y operaciones mercantiles pueden ejecutarse por
comerciantes o por no comerciantes ya que, en general, estos
últimos no están impedidos de hacerlo, atendido lo dispuesto
en el inciso primero del art. 3º y el art. 8º del Código.

▸ A virtud de lo dispuesto en esta última disposición, sólo los


efectos del acto quedan sujetos a las leyes de comercio, de
modo que la capacidad de los no comerciantes que ejecutan
un acto de comercio estará regida por las normas generales y
no por las del Código de Comercio.
EL COMERCIANTE

COMERCIANTE
▸ La ley contempla la existencia excepcional de ciertos actos de comercio reservados a determinadas personas. Hoy
en Chile es cada vez más fuerte la libertad contractual y los actos prohibidos o reservados tienden a ser cada vez
menos, y constituyen excepciones a nuestra legislación mercantil.Por ejemplo los siguientes:

— La actividad bancaria y financiera, que está reservada a bancos y sociedades financieras, que son sociedades
anónimas especiales que cumplen con los requisitos impuestos por la Ley de Bancos.

— La actividad de seguros, reservada a sociedades anónimas nacionales de seguros y reaseguros.

— La actividad de martillero público, que requiere determinados requisitos y estar inscrito en un Registro del
Ministerio de Economía.

— El comercio farmacéutico, que está reservado a químicos farmacéuticos o a sociedades que actúen incluyendo
como socios o empleados a un químico.

— El corretaje en la bolsa, actividad reservada a instituciones inscritas en la Superintendencia de Valores y Seguros.

— El corretaje de seguros, reservado a empresas naturales o jurídicas inscritas en un Registro que al efecto lleva la
Superintendencia de Valores y Seguros.

— La actividad de los almacenes generales de depósito warrants, reservada a instituciones autorizadas e inscritas en
la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras.

— Las actividades de las AFP y las Isapres, que administran y cubren los fondos y los seguros previsionales y de salud
privada en Chile.

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