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b)

 se pregunta al interlocutor
 El interlocutor da una respuesta
 La respuesta inmediatamente discutida o rebatida por el maestro
 Sigue a esto un dialogo formado por una serie de preguntas, con el fin
de ver las
 La discusión concluiría cuando el alumno, gracias a la ayuda del
maestro, consigue alcanzar el conocimiento preciso
c)
Pienso que es importante descubrir los vacios que hay en la mente, lo que nos
falta por conocer y por aprender porque ese puede ser el punto de partida para
buscar respuestas, para buscar el conocimiento, si no nos damos cuenta de lo
que no sabemos, no buscaremos las respuestas.
d)
Los políticos no eran sabios de ninguna manera, ya que creían que sabían.
"Por consiguiente, me parece que soy un poco más sabio que él desde el
momento que no creo saber lo que no sé."

Los poetas por su parte tienen un don natural para decir cosas admirables y
además, por ello, se creían más sabios que los hombres, pero igualmente
creían que sabían y ese era su error.

e)
Porque Sócrates era el único que sabía la cosa más valiosa en su pueblo
según el oráculo: Que no sabía nada, es decir, que él sabia solamente que era
un completo ignorante de todo. Todos los políticos no sabían nada de política
(según lo que es lo correcto y beneficioso para la sociedad) pero afirmaban lo
contrario. Sócrates, opuestamente a ellos, en su conocimiento de su ignorancia
de todo, es señalado por el oráculo de Delfos como el más sabio.
f) Sabio
b) ¿de que modo lo que llamamos aprendizaje es reminiscencia?
¿no resulta que la reminiscencia adviene en dos modos por via de semejanza y
por via de desemejanza?
¿y donde hemos adquirido este conocimiento?
¿no hemos sido inducidos por esos iguales al pensar en el igual que es distinto
a ellos?

c)
Porque Platón supone que todos nacemos con los conocimientos que a lo
largo de la vida tenemos. Entonces no sería conocer ni aprender, si no
recordar.
– Conocer consiste en conservar el conocimiento de lo que ya sabía el alma
pero que se pierde al nacer. Cada vez que aprendemos algo no es que lo
hayamos visto u oido por primera vez, si no que lo recordamos de nuestros
conocimientos dados desde que nacemos.

d)
– las cosas son iguales pero no son lo igual en sí.
– es necesario afirmar la existencia de lo igual en sí para poder hacer las
comparaciones de las cosas que llamamos iguales, de forma
que se tenga un patrón con el que poder comparar aquello que se considera
igual en el mundo de lo sensible.

e)
Sócrates intenta otro modo de apoyar la doctrina: sabemos que recordamos cosas olvidadas a
partir de cosas diferentes, como cuando vemos a Simmias y recordamos a Cebes, y también a
partir de cosas semejante, como si vemos a Simmias dibujado y recordamos a Simmias mismo.
Como sea, sabemos que las semejanzas son imperfectas porque conocemos el original y lo
recordamos. Del mismo modo, si aceptamos la existencia de lo "Igual en sí" (αὐτὸ τὸ ἴσον) y lo
conocemos, no es por verlo directamente en las semejanzas que vemos entre cosas parecidas,
porque esta semejanza no se cumple perfectamente nunca, mientras que lo "Igual en sí" es
semejante en grado sumo. Si podemos captar la diferencia de grado entre las semejanzas que
se dan en las cosas semejantes y lo "Igual en sí", debe ser porque poseíamos esta Idea antes
de usar los sentidos, antes de nacer. La percepción solo es la ocasión para "recuperar" aquel
conocimiento. Y así sucede con todas las Ideas, la de lo Bueno, la de lo Bello, etc. Es
necesario, que si existen estas Ideas, el alma preexista y las haya conocido en esa existencia
previa al nacimiento. Al nacer este conocimiento se pierde, pero no del todo, y lo recuperamos
al percibir las cosas.

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