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Introducción.

Jesús realiza su enseñanza con el uso mayoritario de parábolas, es decir, ejemplos


vivos, imágenes tomadas de la vida ordinaria, dándoles contenidos ricos y amplios. Este
nuevo modo de enseñar impacte de diferente modo en los oyentes, es un nuevo anuncio
abierto para todos, pero con especial orientación, a quienes la sociedad de su tiempo menos
importantes o excluidos.

Jesús usa relatos de la vida diaria. No son asuntos complejos ni rebuscados. Los
elementos que las constituyen están tomados de experiencias cotidianas de Jesús y sus
oyentes: semillas, ovejas, deudores, prestamistas... Son relatos verosímiles, no fantasiosos a
los cuales los oyentes las entendían porque para muchos de ellos formaban parte de su
experiencia y de su vida cotidiana.

En este pequeño trabajo queremos presentar de manera sucinta el mensaje central de


las parábolas de Jesús según evangelio de Lucas, para que desde ahí podamos profundizar y
hacer vida en nuestra cotidianeidad el mensaje y la riqueza contenida en ellas.

1. ¿Qué son las parábolas?


En el mundo hebreo, las parábolas reflejan un mundo de imágenes, de
comparaciones, y se define con la palabra genérica mashal, «semejanza», que en la biblia
griega de los setenta será traducida como «parábola».

En el Antiguo testamento se define como el simple proverbio, la sentencia de tipo


enigmático, la narración llena de metáforas; en el Nuevo Testamento encontraremos el
término parábola en un sentido más concreto, aquí una parábola es una narración, breve,
inventada, pero verosímil, tomada comúnmente de la naturaleza o de la vida, usada para
expresar por su medio enseñanzas de la vida religiosa o moral.

2. Jesús enseña en parábolas.


La enseñanza de Jesús es muy distinta, sencilla y dirigida a un público diferente de
los maestros de su tiempo. Esto lo podemos percibir muy claramente en el Evangelio según
san Lucas.
Las parábolas de Jesús, en el Nuevo testamento, a diferencia del Antiguo Testamento,
no son enigmas, sino historias tomadas de la vida corriente, que fascinaban a la gente
precisamente porque las entendían y disfrutaba con lo que oía. Incluso para nosotros,
separados por tanta distancia de tiempo y mentalidad, la mayoría de las parábolas de Jesús
son muy fáciles de entender. Le entendían todos, y hablaba para que le entendiesen con
facilidad (Lucas 10,21).
«En aquel momento, Jesús se llenó de gozo en el Espíritu Santo y dijo:
– ¡Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra!, porque has
ocultado estas cosas a los sabios y prudentes y se las has revelado a
los pequeños. Sí Padre, ésa ha sido tu elección».

Entonces, queda claro que Jesús hablaba a gente muy sencilla con imágenes muy
sencillas; su intención era que todo el mundo lo comprendiera. Éste es el dato fundamental
y la razón por qué Jesús usaba las parábolas.

Esto es lo que caracterizó a Jesús, su nueva enseñanza, a diferencia de los maestros


de su tiempo, quienes finalmente se convirtieron en sus adversarios, porque sus enseñanzas
habían quedado restringidas para cierto público, mientras que la enseñanza de Jesús era para
todos.
La gente entiende a Jesús, los escribas y fariseos no. Muchos de los doctores y
maestros se escandalizaban porque las enseñanzas de Jesús a partir de estas parábolas tenían
como destinatarios los excluidos de la sociedad, a los cuales, Jesucristo prefería de manera
especial y Lucas lo muestra en todo su libro. Los Pobres, las mujeres, los niños, los
pecadores, los enfermos son los destinatarios privilegiados del mensaje de Jesús, según el
Evangelio según Lucas.

Podríamos preguntarnos, ¿las parábolas la palabra de Jesús? Es decir, ¿las dijo tal
como nos la han transmitido? A lo que podemos responder que las parábolas están redactadas
a unos 40 años después que fueron pronunciadas por Jesús. Sabemos que Jesús no escribió
nada, y sus oyentes no tomaban nota de lo que decía. Esto nos hace saber que la primera
transmisión de los dichos de Jesús se hizo oralmente a base de los recuerdos de los que le
oyeron. Sin embargo, esto no resta importancia, puesto que muchos de los que leyeron y
escucharon estas parábolas las corroboraban, puesto que muchos habían sido testigos de lo
que Jesús dijo.
La redacción de las parábolas y de los hechos y dichos de Jesús en general se debe
fundamentalmente al deseo de fidelidad de las primeras comunidades, que querían mantener
su fe fundada en los dichos y los hechos de Jesús, transmitidos por los testigos. Las
comunidades leen los dichos de Jesús como dirigidos a ellos. No es lo que Jesús dijo, sino
no que Jesús dice. Todo tomará sentido desde la resurrección. Es Jesús vivo el que habla, no
es un recuerdo de un difunto.
Lo importante del lenguaje parabólico de Jesús no es la parábola en sí, sino el
mensaje que ésta contiene. El mejor lenguaje para hablar de Dios es el simbólico.

3. Finalidad de las parábolas.


Jesús no contaba parábolas para divertir al auditorio sino para exponer su mensaje,
explicitarlo y aclararlo, y muy especialmente, para interpelar a quienes le escuchaban.

a) Uno de los propósitos fundamentales de las parábolas de Jesús es exponer los


principios fundamentales de su enseñanza. El centro del mensaje de Jesús es el Reino
de Dios y las parábolas pretenden desvelarnos un aspecto fundamental de este Reino.
No es el reino que esperaban los judíos de su tiempo, que era la liberación de la
opresión política, la justicia y la paz. No era algo lejano o utópico, el Reino de Dios
para Jesús se cumple ahora. Las parábolas fueron instrumentos que Jesús usó para
exponer su mensaje a la gente sencilla.

b) Por otro lado Jesús las usó como arma dialéctica contra los líderes religiosos y
sociales. El mensaje del Reino no sólo se "conoce", hace falta construirlo. Por eso
Jesús busca una reacción en el oyente. No se puede entender que alguien escuchara
una parábola a Jesús y permaneciera impasible ya que cuestionan el orden social,
moral y religioso de su tiempo. El mensaje del Reino de Dios como nueva sociedad
justa, fraterna y solidaria implica radicalidad en las decisiones. Por eso, las parábolas
incitan a comprometerse a favor de Jesús y su mensaje o a rechazarlo.

4. Entender las parábolas.


Para entender las parábolas de Jesús es necesario conocer su contexto, porque 2000
años después y en una cultura muy diferente, no podemos entenderlas tal como suenan.
Tenemos que intentar acercarnos a «cómo sonaba», y, a ser posible, a qué quería decir Jesús.
Tenemos que tener claro que una parábola no es una alegoría. Una alegoría es un
relato en el que cada una de sus partes tiene un sentido simbólico, en cambio la parábola
tiene un solo significado, un mensaje global. Aunque cada una tiene un mensaje parcial, el
conjunto de ellas encierran un aspecto global: el Reino. Esto nos exige recuperar la situación
en que la parábola se pronunció, para acercarnos más a su sentido primero, a la intención de
Jesús.

Lo característico de las parábolas que el oyente se siente aludido, increpado, obligado


a responder. Más que un mensaje, la parábola es un llamado con una invitación a responder.
Por eso las parábolas no tienen una conclusión hecha por Jesús, sino que la comunidad, los
oyentes sacan sus propias conclusiones, como podemos observar en la parábola del Hijo
pródigo, o del Padre misericordioso. No sabemos si el hijo mayor entra en la fiesta o no.

Las parábolas son como diferentes caminos que llevan a un solo destino: El Reino de
Dios.

5. Conclusiones.
- Las parábolas son narraciones muy sencillas, tomadas de la realidad cotidiana,
que Jesús empleaba para enseñar a la gente.
- Parten de la vida cotidiana, pero incorporan concepciones nuevas de lo religioso,
frecuentemente sorprendentes y hasta escandalosas para sus oyentes.
- No son alegorías, porque en éstas cada detalle tiene un significado, mientras que
en las parábolas hay una sola enseñanza global.
- Jesús dejaba sus parábolas «abiertas», sin sacar conclusiones. Cada lector u
oyente se ve invitado a responder con actitudes concretas.
- Las parábolas tienen como centro «El Reino», es decir, nuestra relación con Dios
y con los demás; es una invitación a cambiar de valores y actitudes, un modo
nuevo de vivir.
- Las parábolas nos acercan mucho al mismo Jesús. Aunque los relatos de las
parábolas se remontan a las tradiciones más antiguas de los oyentes de Jesús, hoy
nos ponen en contacto con su propio estilo, e incluso con sus mismas palabras.
Bibliografía /Linkografía

1. http://www.verbodivino.es
2. http://roble.pntic.mec.es/jfeg0041/todo_reliduques/jesus/activi_jesus/para/parabolas
.htm
3. http://www.sigueme.es/docs/libros/el-evangelio-segun-san-lucas
4. https://uniclaretiana.edu.co/publicaciones/docs/las-parabolas-que-narro-jesus

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