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SSS] S959) 555) 2) 55/5) 5)5)2)5)5) 5/5) 5)5)5)5) ACADIOS Edicion preparada por FEDERICO IARA PEINADO Clasicos para una Biblioteca Contempordnea Infinidad de poemas y composiciones literarias fueron pues: tos por escrito a partir del III milenio antes de nuestra era en la antigua Mesopotamia. Sus anénimos escritores quisieron recoger én sus tablillas de barro las tradiciones locales que acerca del origen del cosmos, de los dioses, de la Humani- dad, de los cataclismos y del hecho religioso rodeaban sus creencias, sentimientos y vida. De este modo, el mito escrito no sdlo adquiria carta de natu- raleza en el entramado de la religion y del ritual, sino tam- bién lograba en no pocos casos, por su expresividad y rique za formal, verdadera categoria literaria. Gracias a tales textos sumerios y acadios, de los que emer. gen a través de sencillas pero fastuosas imagenes la vida reli- giosa de aquellos antepasados nuestros, hoy podemos cono cer con bastante detalle muchos de los primeros mitos senti dos por la Humanidad, algungs de extraordinaria importan- cia € interés, superiores incluso a las mejores composiciones de la mitopoética clasica grecorromana. La presente edicién de los principales mitos sumerios y ac- dios ha sido realizada por el doctor Federico Lara Peinado, profesor titular de Historia Antigua de la Universidad Com- plutense de Madrid. MITOS SUMERIOS Y ACADIOS Introduccion, traduccion y notas de Federico Lara Peinado © Copyright, 1984, EDITORA NACIONAL. Madrid (Espafia) ISBN: 84-276-0693-1 Deposito legal: 30.596.--1984 Impreso en Offirgraf, S.A. - CLASICOS PARA UNA BIBLIOTECA CONTEMPORANEA Literatura MITOS SUMERIOS Y ACADIOS Edicion preparada por Federico Lara Peinado EDITORA NACIONAL Torregalindo, 10 - Madrid-t6 INTRODUCCION La complejidad que encierra la naturaleza, significado y funciones de los mitos ha quedado reflejada en la abundante bibliografia que esta parcela del pensamiento humano ha producido en lo que va de siglo. Es imposible, y creemos que cae fuera de los limites que nos hemos propuesto al recopilar la presente antologia de Mitos sumerios y acadios, detenernos en analizar escuelas y tendencias que se han dedicado a examinar muy detalladamente la interpretacion de los mitos. Detenernos abora en este particular nos conduciria a un complicado laberinto de ideas y sistemas que nos abocarian a plantea- mientos puramente académicos, encorsetados en la bondad o no de las cuatro grandes tendencias a que pueden reducirse las distintas escuelas que se han ocupado del mito. Creemos que el mito se inserta dentro de la problematica del ser bumano como colectividad y que como tal estuvo sujeto a variaciones, que podemos detener en el momento en que la industrializacion toma carta de naturaleza en el desarrollo histérico del hombre. Ello quiere decir que aceptamos la tesis de que los mitos comto conjunto lingiitstico (oral o escrito) y religioso (en relacién o no con los ritos) se dieron Jundamentalmente en pueblos a nivel preindustrial. De ahi que las Socledades antiguas o las de los primitivos actuales tuvieran_y desarro- Haran codigos comunicativos (sobre todo en el campo de la Religion) en base a una riguisima gama de mitos, comprendidos en profundidad tan sélo por grupos sociales muy especificos y con lagos muy afines de geografia, lengua e historia. Esta postura no descarta que en nuestros dias también se den determinados mitos, pero sus arquetipos y connotaciones quedan muy alejados de lo que creemos se entiende por mito tradicional. La mitografia como tal arranca del wigl NVI con las figuras de dos grandes precursores en este campo: B. le Bovier de Fontenelle, triunfador en los salones parisinos y autor ve meritorias obras de alta divulgacion cientifica y religiosa, y F. Marie Arouet, «Voltaire», escritor de notabilisima influencia, cuyos principios contribuyeron en gran medida a la formacion del espiritu racionalista de la época. Tras ellos hay que sehalar en el siglo XIX a F. W. Joseph von Schelling, filisafo alemdn y autor de unas famostsimas lecciones sobre Filosofia de la Mitologia, y a una pléyade de expertos mitégrafos (4. Kuban, M. Miler, O. Miller, E. B. Tylor, ete.) para continuar en nuestro siglo con estudiosos tan destacados como B. Malinowski («teorta del funcionalismo»), S. Frend («aplicacién del psicoandlisis a la Mitologia»), C. G. Jung («psicoandlisis y nucleo insconsciente» ), para finalizar con la escuela subjetivista, magico-totémica, de ]. G. Frazer, la fenomenoligica comparativista de M. Eliade y el estructura- lismo de C. Lévi-Strauss. Si hemos de tomar postura, creemos que el mito, que tiene evidente vigencia (sobre todo cultural) en nuestras sociedades, se reduce a un cuadro literario que se adectia a la expresion de muchas de las facetas del hombre (pensamiento_y medio ambiente) bajo el ropaje de la ficcion 0 alegoria eminentemente religiosa, en conexién o no con el culto ritual. LOS MITOS EN LA ANTIGUA MESOPOTAMIA La masa de textos que se posee de la antigua Mesopotamia, lugar de la invencién de la escritura, como es sabido, es impresionante, atendiendo tanto a su numero como a las materias especificas de que tratan. Ya desde finales del tercer milenio antes de Cristo la produccion literaria en general y de tema mitoldgico en particular hubo de ser copiosa_y en cierta manera paralela en importancia al resto de la producctén escrita (documentos administrativos, juridicos y econdémi- cos). El espectfico caracter y significado del mite harta que tal temdtica se prolongase en copias y mas copias hasta épocas muy tardias. Fue en el pais de Simer y -Akkad donde tuvo lugar también la invencion del mito, tanto como un hecho puramente religioso, como el 10 | de una necesidad literaria y esta evidencia historica debe ser remarcada y tenida en cuenta a la hora de abordar el estudio del mito en sus origenes y en st mismo y no dejarse constrenir tanto por la mitologta clasica (hasta el extremo de atribuir a los griegos la paternidad del mito) o por la de las sociedades primitivas. Poemas y composiciones literarias fueron puestos por escrito en las yonas de la antigua Mesopotamia por anénimos escritores, recogiendo en ellos las tradiciones locales sobre el origen del cosmos, de los dioses, de la bumanidad, de los cataclismos y otras facetas del hecho religioso _y cotidiano, todo ello como reaccién a la necesidad de una orientacion valida de la existencia y de la realidad en que estaban inmersos. Sin embargo, los mitos siimero-acadios presentan no pocas dificut- tades al estudioso actual, que van desde la propia presentacién formal (la mayorta de las tablillas de arcilla con los textos cuneiformes se hallan incompletas 0 muy deterioradas) hasta lo puramente lexicolégi- co (sobre todo en lo que ataie a la lengna sumeria). A esto debe sumarse el hecho de que no todos los textos (las tablillas se cuentan por millares en los diferentes museos) se hallan todavia publicados en su totalidad dadas sus dificultades internas y externas, circunstancia que podria alterar la fijacion de un texto o frustrar el empeno de haber «canonizado» una determinada composicion mitica. Testimonios literarios y arqueologicos Las excavaciones efectuadas a partir del siglo pasado en diferentes puntos de lo que fur la antigua Mesopotamia han permitido conocer las florecientes civilizaciones que en tal marco geografico se desarrollaron a partir del tercer milenio antes de Cristo. El estudio de las tablillas cuneiformes halladas en el transcurso de tales excavaciones amplio considerablemente el conocimiento de la historia interna _y especialmen- te de la primitiva religion que de babilonios y asirios se poseia a través de las referencias de Beroso, Herédoto y el Antiguo Testamento principalmente, al tiempo que se logré rescatar del olvido la historia de otro importante pueblo, el de los sumerios. Gracias a ese estudio es posible hoy ahondar en la materia religiosa de aquellas gentes y para el largo pertodo que abarca desde la epoca sumeria (ca. 3500 a. de C.) hasta la época seletcida (mitad del si- alo ii a. de C.). Tales tablillas, y se prescinde aqui de las de contenido histérico, juridico, econémico, cientifico o literario, nos presentan un cuadro bastante complejo de la actividad religiosa de los mesopotdmicos. Entre 11 las mismas destacan las que contienen textos liturgicos, a base de oraciones, himnos o canticos; las de caracter ritual, con textos dedicados a la consagracién de templos: rituales ante los eclipses; ceremontas del Atio Nuevo; las tablillas con textos de encantamiento, hechizos 0 presagios; las de contenido astrolégico en directa conexién con el panteon de dioses; y finalmente las de contenido mitoldgico, con gran riqueza de temas y algunas de enorme éxito y gran difusién. Sin embargo, toda esta documentacién epigrafica es incompleta y unilateral, habida cuenta de la gran masa de textos econémicos e inscripciones reales que predominan sobre los de cardcter religioso y sobre todo a que se produjeron en mayor numero en la época babilénica, siendo muy escasos para la época sumeria. Junto a estos testimonios literarios, de inapreciable valor, comple- mento imprescindible para el estudio de la religion simero-acadia son los restos arqueolégicos constituidos por gran cantidad de sellos cilindricos, de diferentes tamatios y ornamentacién, realizados en piedras duras y que nos aportan representaciones de dioses o escenas de actos rituales 0 miticos; esculturas, relieves y estelas, de diferentes tipologias y con representaciones de dioses, animales sagrados o simbolos religiosos, ast como los restos de las sepulturas con sus ajuares funerarios y los de los propios templos_y altares que nos han mostrado sus disposiciones y estructura, a partir de los cuales (y con sus enseres y objetos cultuales) se puede intuir el uso religtoso que de ellos se hacia. Gracias a estas dos fuentes, complementadas con referencias directas 0 indirectas en otros tipos de textos escritos, podemos elaborar a grandes rasgos la religién de los antiguos habitantes de Mesopotamia, con la cual esta intimamente conectada la mayorta de los mitos sumero- acadios. J Consideraciones sobre los mitos sumero-acadios Para poder captar el valor literario de los textos miticos sumerios y acadios (y entendemos esta etiqueta como la produccién mitica de sumerios, acadios, babilonios, cassitas y asirios) y en general de toda su literatura, hay que hacer determinadas consideraciones a la amplia produccion escrita que de tales culturas nos ha Hegado. En primer lugar, se trata de una literatura que en sus tres mil atos de existencia no demostro ningun esptritu innovador, al menos en sus formas externas. Ante los textos sumerios y acadios parece concluirse que los primeros escribas sumertos lograron fijar unos cuantos temas originales y que luego los escribas semitas se contentaron con traducir tales temas 12 a su propia lengua (la acadia), en adaptar o combinar, todo lo mas, varias obras literarias para obtener otras nuevas o en fijar definitiva- mente determinadas comsposiciones que a su vex volverian de nuevo a ser copiadas. Sin embargo, los poetas stimero-acadios supieron compensar la uniformidad de sus textos con un rico contenido conceptual de donde emergen sencillas y a la vex fastuosas imdgenes que perfilan con toda nitidez la vida de los antiguos mesopotamicos, tanto mds cuanto que por mas elaborados que fueran sus textos la presencia del hombre acaparaba un lugar preeminente. Los textos miticos o cultuales, los textos madgicos o religiosos, en fin, los textos mds simples, siempre giran en torno del ser humano, haciéndonos participes sus autores de la honda preocupacién que el ser bumano representaba para aquelias sSociedades. Otra caracteristica a sefalar es el casi general anonimato de sus poetas o escritores, lo que lev a setalar al gran especialista B. Meissner que «en el antiguo Oriente la personalidad no valia mucho». Esta verdad hubo de serlo a medias, ya que las honrosas excepciones (caso de Kabit-ilani-Marduk, autor del famoso Poema de Erra) hacen presumir que la personalidad del artista se sacrificaba en aras de la colectividad, circunstancia que puede hacernos pensar que nunca los escribas sumerios y acadios escribieron movidos por fines estéticos, sino que solo se preocuparon en conservar con un cierto trasfondo religioso _y enciclopédico los recuerdos de la Antigiiedad o bien en adaptarlos con el minimo de concesiones al momento en que escribtan. Y esa preocupacion era el papel que en relacion con el cosmos 0 con lo divino cretan desempenar. Eso nos determina el caracter casi exclusivamente religioso que se desprende de la totalidad de la literatura stimero-acadia. No solo eran sacerdotes (0 solian serlo) los escribas, no sélo los temas, por mas variados que éstos fueran, conectaban por evidentes razones religiosas con las divinidades en mayor 0 menor grado, sino que incluso era en los templos (y luego en bibliotecas palaciegas) donde se solian guardar no importa qué documentos escritos. Otra consideracién a tener en cuenta fue el progresismo intelectual en la concepctén de los dioses y de la religion, del hombre y de la politica, progresismo que ha de saber verse calibrando las diferencias temdticas aparentemente ancladas a lo largo de los siglos en un ropaje formal que se copiaba una y otra vex. Unido a esta tendencia de progresismo hay que sefialar, y esto no ha sido suficientemente remarcado, la diversidad de escuelas existentes en las ciudades mesopo- tamicas, cuyos criterios religiosos y literarios no cotncidian en razin de sa propia peculiaridad. Las escuelas teologicas trabajaron a fondo en 13 la concepcion o estereotipo de las divinidades, pero la evolucién en cuanto a contenido religioso de las mismas, su eclecticismo e incluso una gradual tendencia al monoteismo es una prueba que se constata palpablemente, sabiendo asimilar lo importante y desechar aquello que sobraba. Dato a tener en cuenta fue el cardcter oral de las composiciones literarias, que precisaron de un larguisimo rodaje en la memoria colectiva antes de recogerse por escrito a comienzos del tercer milenio antes de Cristo. Hay pues que admitir la existencia de una gran actividad oral antes de que los textos se fijasen por escrito en las tablillas y se depositasen en los tenplos o en las bibliotecas. Uno de los casos mds claros fue el Poema de Gilgamesh, que en su fase oral conocid diferentes episodios hasta ser fijado por escrito, momento en que se realizan retoques, revisiones, se orillan episodios o se incluyen otros nuevos. E:s innegable que las composiciones al fijarse por escrito se «canonizaban», aparte de enriquecerse con una mayor calidad literaria. Problemas cronologicos Si grande es la dificultad para establecer wna cronologta que nos Sije los acontecimientos histéricos del Antiguo Oriente, basada ultima- mente en datos astronémicos conjugados con los arqueolégicos, quizd sea mayor la empresa para determinar una fecha para las composiciones literarias stimero-acadias. El largo proceso oral, la transmision y fijacion de los textos, sus nuevas «ediciones» 0 copias, sus aditamentos, recensiones y su dispersion, motivan que la empresa por establecer el cuando, cuente con dificultades practicamente insalvables. Ello ha hecho impostble el poder pergenar con método cientifico una historia de la Literatura simero-acadia, 6l estilo de las de otros pueblos y culturas tanto de la Antigiedad como de nuestros dias. Han sido memorables los intentos de B. Teloni, O. Weber, B. Meissner, G. Furlani, o G. Rinaldi, por citar unos cuantos especialistas, a la hora de este apartado, pero sus enfoques han sido casi invariablemente por «géne- ros», remarcados en una amplia trayectoria diacrénica. Sin embargo, Jijar también la paternidad de una idea, de un tema e incluso de una composicién todavia es una labor mucho mds ardua, toda vex que las modificaciones léxicas, la pérdida de textos, la época de difusién, la vartacion en los gustos literarios, etc., no permiten prejuzgar paterni- dades exclusivistas. Aq esto se suma la diferencia idiomatica entre los textos redactados en sumerio (lengua no semita y de origen no fijado todavia) y los 14 registrados en acadio (lengua semita, empleada durante largo tiempo), idiomas cuyas resultantes literarias no permiten hoy por hoy (a pesar de sus diferencias) poder aislar lo espectficamente acadio de lo sumerio, en razon de la fusion de culturas, de la temprana presencia de semitas detectados en el pats de Sumer y de la pervivencia del sumerio como lengua culta y religiosa hasta muchos siglos después de que los sumerios bubiesen desaparecido de la Historia como pueblo. LA RELIGION EN LA ANTIGUA MESOPOTAMIA A efectos didacticos o de divulgacién ha sido corriente en muchas obras dedicadas al estudio de la religion de la antigua Mesopotamia unificar la religion de las culturas sumeria y acadia. Es evidente que esto no responde a la realidad vivida en aquellos milenios y por dichas culturas, toda vex que se trataba de pueblos de diferente etnia y lengua. Por lo que hoy puede deducirse los sumerios twieron una religién con divinidades concebidas antropomérficamente y muy cercanas en su diaria actividad a la de los hombres, desempetiando un papel muy definido de acuerdo con su especifica naturaleza y contenido; al propio tiempo tampoco fue una religion estancada sino que a lo largo de su desarrollo histérico (su cultura es muy compleja_y altamente desarro- Hada) fue evolucionando, si bien hoy por hoy es dificil todavia analizar en qué grado y con qué alcances se produjo esta evolucion. Reflejo de ello Serta la diversidad de concepciones en torno a las cosmogonias y teologtas, pudiendo aislarse diferentes tradiciones representadas por las escuelas de Nippur, Shuruppak, Eridu_y Uruk. Otra nota de especial importancia es la intima relacion entre religion y poder politico que descansaba en la concepcion de ciudad- estado y cuya cabeza visible ostentaba ef cargo de ensi (sacerdote-rey ) con un estamento clerical jugando un destacadisimo papel. En cambio, la religién acadia (0 si se quiere la de atadios, babilonios, cassitas y asirios) quedé marcada por el papel otorgado a la trascendencia de la divinidad, cuya omnipotencia eclipsaba todo lo demas, siendo también evidente reflejo o trasunto de la estructura politica acadia, tendente al nacionalismo e incluso a entidades politicas mas complejas. Era necesaria la presencia de una divinidad aglutinado- ra de todas las demds, lo mismo que el sharru (rey) hacia en Ja tierra respecto a sus estados, principes y sibditos. 15

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