Professional Documents
Culture Documents
1) Con España:
“La Policía Judicial, ante el conocimiento de una notitia criminis está obligada a iniciar
las diligencias necesarias, que podrán llevar también a la atribución de la comisión de un
delito o falta a un sujeto determinado y, cuando se cumplan determinados presupuestos
se deberá adoptar una medida cautelar de carácter provisionalísimo”, esto no es muy
diferente a como se efectúa una detención policial en nuestro país, el problema es que en
nuestro caso se habla de imputación necesaria ya cuando el caso en cuestión, está en la
Finalmente, y para cerrar este primer punto, “es importante hacer notar que en España, el
director de la investigación penal sigue siendo el Juez de Instrucción, de larga tradición
desde el Código de Instrucción criminal napoleónico de 1808.” En cambio en Perú, el
titular de la Investigación es el Ministerio Público, nos queda la interrogante de cuál
tendrá el mejor sistema penal; tal vez, ninguno de los dos, porque como señala Fernández
Carrasquilla: “el Derecho Penal sigue siendo necesario, pero no es demasiado útil […] no
ha logrado en parte alguna […] frenar el crecimiento de la criminalidad, que a lo sumo
sirve como recurso subsidiario o completamente residual para controlarla un poco o
mantenerla dentro de los límites tolerables”2
Para este tema nos guiaremos de la tesis de la abogada, Nelly Salvo Ilabel, las siguientes
citas están comprendidas en su trabajo.3 En el caso de personas jurídicas, tenemos que
“fue a partir de 1989 que resurgieron los intentos por introducir medidas para sancionar
a las personas jurídicas desde el ámbito penal. Ello, debido a la resonancia que tuvieron
los proyectos de modificación del Código penal español que, por aquel entonces, habían
empezado a trabajar la figura de las consecuencias accesorias, a raíz de los primeros casos
de responsabilidad por el producto que se dieron en Europa, como son los casos
Tenemos como ejemplo: “en España, el Proyecto de Código penal de 1980, el cual
contempló un catálogo de medidas de seguridad que finalmente adoptó la denominación
de “consecuencias accesorias”, con la propuesta del Anteproyecto de Código penal de
1983 y los proyectos de Código penal de 1992 y 1994; se quedó finalmente delineada en
los siguientes términos:
“1. El Juez o tribunal, en los supuestos previstos en este Código, y previa audiencia de
los titulares o representantes legales, podrá imponer, motivadamente, las siguientes
consecuencias: a) Clausura de la empresa, sus locales o establecimientos, con carácter
temporal o definitivo. La clausura temporal no podrá exceder de cinco años. b) Disolución
de la sociedad, asociación o fundación. c) Suspensión de las actividades de la sociedad,
empresa, fundación o asociación por un plazo que no podrá exceder de cinco años. d)
Prohibición de realizar en el futuro actividades, operaciones mercantiles o negocios de la
clase de aquellos en cuyo ejercicio se haya cometido, favorecido o encubierto el delito[...]
e) La intervención de la empresa para salvaguardar los derechos de los trabajadores. 2.
La clausura temporal prevista en el apartado a) y la suspensión señalada en el apartado c)
del párrafo anterior podrán ser acordadas por el juez instructor también durante la
tramitación de la causa. 3. Las consecuencias accesorias previstas en este artículo estarán
orientadas, entre otras finalidades, a prevenir la continuidad en la actividad delictiva de
las personas físicas o jurídicas.”7
4 CANCIO MELIÁ, Manuel. “El caso Contergan cuarenta años después”, en: CARO CORIA, Dino
Carlos. Anuario de Derecho Penal Económico y de la Empresa, Centro de Estudios de Derecho Penal
Económico y de la Empresa, Lima: 2011, p. 5.
5 HASSEMER, Winfried y Francisco, MUÑOZ CONDE. La responsabilidad por el producto en
derecho penal, Tirant lo Blanch, Valencia: 1995, p. 49.
6 RODRÍGUEZ CASTRO, Carolina. “Introducción de un Sistema de Imputación Penal para las
Personas Jurídicas en el Perú”. PUCP. Lima 2016.
7 SILVA SÁNCHEZ, Jesús María. Fundamentos de un sistema europeo del Derecho Penal, Bosch,
Barcelona: 1995, pp. 361-362.
Al respecto, Rodriguez Quispe opina que lo citado anteriormente: ”fue recibido en Perú
como aporte legislativo e inmediatamente trabajado en los proyectos de modificación del
Código penal de septiembre de 1989 (Art. 105°), de julio de 1990 (Art. 106°) y de enero
de 1991 (Art. 105°). Este hecho trajo como resultado la inclusión de un conjunto de
medidas sancionadoras para los entes colectivos en el texto normativo que fue
promulgado con el Código penal de 1991.”8
Coincidimos con la opinión de esta autora ya que consideramos que al comparar esta
legislación con la nuestra encontramos que, Perú ha recibido una fuerte influencia de
España, en cuyo caso se ha trasplantado la norma en el Código Penal de 1991.
ABSTRACT