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La fe indetenible de una madre

Mt 15:21-28

Saliendo Jesús de allí, se fue a la región de Tiro y de Sidón.


Y he aquí una mujer cananea que había salido de aquella región
clamaba, diciéndole: ¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de mí! Mi
hija es gravemente atormentada por un demonio.
Pero Jesús no le respondió palabra. Entonces acercándose sus
discípulos, le rogaron, diciendo: Despídela, pues da voces tras
nosotros.
El respondiendo, dijo: No soy enviado sino a las ovejas perdidas de la
casa de Israel.
Entonces ella vino y se postró ante él, diciendo: ¡Señor, socórreme!
Respondiendo él, dijo: No está bien tomar el pan de los hijos, y
echarlo a los perrillos.
Y ella dijo: Sí, Señor; pero aun los perrillos comen de las migajas que
caen de la mesa de sus amos.
Entonces respondiendo Jesús, dijo: Oh mujer, grande es tu fe;
hágase contigo como quieres. Y su hija fue sanada desde aquella
hora.

Introducción:

Toda la biblia está escrita sobre la base de la fe, desde el principio del génesis, se observa al
creador de la fe, junto a su Espíritu en plena creación de la tierra. Negar un solo elemento es
negar toda la escritura. Luego se observa la creación del hombre en la misma acción directa de
Dios con sus manos y luego dándole el aliento de vida. Negar esto es negar nuestra existencia y
por ende a Dios mismo. La fe es creer sin límites y la negación es peor que la falta de fe,
porque la socava.

Y hoy estamos en tiempos donde la gente primero tiene que ver para confiar, ya no hay
confianza en esencia, muchos cristianos han expresado desconfianza en cuanto a si Dios es o
no capaz de proveer o cuidar, causando que poco a poco una fe contaminada infructuosa y
vacía infecte a otros creyentes.

¿Y si fallo? ¿Y si no pasa nada?

¿Qué es lo que nos detiene de tener fe? Nosotros mismos. ¿Quiénes limitan la fe?

Si la biblia dice que la fe es la certeza de lo que se espera y la convicción que no se ve.


¿Quiénes pierden la certeza y dejan de tener convicción?

Dios diseño la fe para nosotros, él no puede negarla, si hay fe Dios hace, Dios cumple, ya que la
fe es en El mismo, en más nada. No tener fe es prácticamente no saber ni conocer a Dios.
La fe es creer, pero más allá es saber que Dios cumple con aquello que se espera y que no se
ve, porque si lo vemos ¿para qué pedirlo?

La mujer cananea no pertenecía a Israel y tampoco a la fe cristiana por cuanto cristo todavía
no había muerto por nadie, cuya hija estaba atormentada por un demonio, no se desanimó ni
por las palabras que dijo Jesús y es sorprendente ver la insistencia de esta mujer y la fe puesta
en acción.

En la que hay varios elementos que intervienen en la fe en relación con el Dios todopoderoso:

1. Se crea una firme convicción, que da como resultado el pleno reconocimiento de la


verdad de Dios.
2. Rendición personal a él. Esto ocurre cuando la persona logra asirse o agarrarse de
cristo como lo establece Jn 1:12.
3. La conducta nueva luego de rendirse a Cristo.

La mujer cananea desarrollo en sí misma la convicción necesaria, porque había oído de Cristo
con anterioridad, la fama del maestro se había extendido y si existía la más mínima posibilidad
de socorro había que usarla, todo esto conllevo a rendirse a cristo generando una nueva
conducta en fe.

Pero la convicción no queda ahí, ella tenía la certeza de que su problema iba a ser solucionado,
que recibiría respuesta aun sin imaginar la situación a la cual se enfrentaría. Eso le permitió
desarrollar una conciencia tal de su realidad en el sentido de sustancia, es decir de recibir algo,
no como en el sentido de calidad, no como esperanza, sino como algo comprobable aunque no
fuese tangible.

La fe de esta mujer fue movida por amor.

Aquí nos recuerda que el amor de una madre está lleno de intrepidez, determinación, de
pruebas, de ganas de superación de obstáculos, para lograr sus objetivos, esto es digno de ser
colocado en algún salón de la fama de la fe. Puesto que al igual que la madre cananea,
cualquier madre al ver a su hijo en una condición de enfermedad, puede desarrollar una fe
indetenible. Esto es un ejemplo para todas las edades.

También hay que reconocer que hoy en día las madres acuden a cualquiera cuando sus hijos
están en peligro, pero es el único Dios vivo quien puede libertar, que puede salvar y cuidar.
Muchos acuden a brujos, hechiceros y demás.

Pero la madre que reconoce a Cristo como su salvador, solo acude a Él, solo se refugia en El

Y es por ello que la fe indetenible de una madre:


I. Se adueña del sufrimiento de aquellos que ama. V 22

Salmos 22:9-10 Pero tú eres el que me sacó del vientre; El que me hizo estar confiado desde
que estaba a los pechos de mi madre. Sobre ti fui echado desde antes de nacer; Desde el
vientre de mi madre, tú eres mi Dios.

No va a estar tranquila mientras haya alguna tribulación, no puede permanecer indiferente y


todo se conmueve cuando hay impotencia por no poder hacer nada para aliviar la pena del ser
que ama.

Su corazón va más allá de una simple lastima, es compasivo, de acción y propósito.

Y lo primero que se observa en la porción bíblica, como hace suyo el sufrimiento de su hija.

Esta mujer era de otra nacionalidad distinta a la de Jesús, con costumbres paganas, adoraban
ídolos y dioses falsos, lo cual es lógico que los demonios hicieran como les daba la gana con
ellos ¿Por qué? Porque no confiaban ni tenían a Dios en sus vidas.

El maestro había salido para tiro y Sidón y aquella mujer había salido para verle, tal vez iba en
el camino, pero ella supo reconocer al que iba y comenzó a clamar detrás de ellos que tuviera
misericordia de ella, aunque el pesar era de su hija.

El clamor de aquella mujer no era normal, no era un clamor lastimero o quejumbroso, era un
clamor fuerte e intenso, si hubiesen sido muchas, se compararía con un clamor de guerra, solo
por exagerar.

Su clamor no era solo para intentar tener suerte, como hoy en día hacen algunos para ver si los
mandatarios los oyen mientras van caminando por la calle. Esta mujer había oído hablar de
Jesús y también de su poder, descubrió que era el Mesías, ¡hijo de David ten misericordia de
mí! Esa frase solo surgía cuando alguien sabía el linaje del salvador.

Se dio cuenta que ese hombre tenía el poder para traer paz a su hija en un grave estado de
necesidad.

¿Cuántas veces has clamado y reconocido a Dios como el ser supremo que puede darte lo que
necesitas y que puede ayudarte en medio de tus necesidades?

¿Cuántas veces te has sentido como que no mereces ser escuchada o atendida? Nadie merece
ser oído y atendido por Dios, porque no es por merecerlos sino por su gracia y misericordia.

Así como nosotros, que no somos del pueblo de Israel, sino extranjeros, esta mujer también lo
eran, despreciada en ese tiempo con una salida que esperaba, tuvo que haber oído la historia
pasada del poder de Dios y ahora podía acceder.

¿Cuántas veces has oído que Dios puede todo?

La misma biblia dice que podemos acercarnos con confianza al trono de la gracia para hallar
misericordia para el oportuno socorro. ¿Y qué significa eso?

Es acercarse, venir. Es verse confrontado con aquello que nos aqueja o que quieres.
Es también ir a Dios a pesar de, no tener nada o tener mucho.

Es también reconocer la autoridad y poder de Dios. Y así hallar una actitud favorable.

Es también recibir en el tiempo exacto, ayuda pertinente.

Es por ello que la madre al acercarse pide misericordia para ella y por extensión iba a ser para
su hija, pero el pedir misericordia solo era para ser escuchada, puesto que sufría tanto como su
hija y le pidió a Jesús que la socorriera en el momento de dolor y tristeza.

Le expreso claramente que su hija era atormentada por un demonio. Satanás es el ladrón que
roba el gozo, el solo quiere robar, matar y destruir, su plan es destruir vidas. Aunque su poder
opera en distintas dimensiones, su fin es el mismo.

La hija de esta madre, estaba siendo controlada en su totalidad, las personas que se hallan
afligidas de esta manera, expresan la mente y conciencia demoniacas, no tienen control sobre
sí mismas.

Esta madre intercede y muestra el dolor de su hija como suyo, una madre cristiana no estará
feliz del todo hasta ver que sus hijos son liberados del poder de satanás.

La fe indetenible de una madre:

II. Sigue hasta encontrar respuesta. V23-24

La simple lectura de esta porción bíblica puede mostrar algo insólito en la terrible necesidad de
aquella madre. La biblia siempre revela que Jesús siempre atendió a la gente que venía a Él y
dedico tiempo a sus necesidades, no dejo esperar a alguien por su respuesta, pero acá es
distinto. Nadie se fue de su lado sin haber sido alcanzado por su gracia y misericordia.

Siempre se ve provocando alguna conversación, para mostrar lo que es el reino de Dios y tener
compasión por los perdidos y enfermos. Pero aquí es un tanto indiferente.

Ya que no respondió palabra alguna. Sabia el dolor de aquella mujer, había escuchado su
petición.

Él es el logos, el sentido, pero también es la palabra, tal como lo dice juan 1 en el principio era
el logos y el logos estaba con Dios y el logos era Dios.

Logos significa palabra. Y aquel que es la palabra en sí mismo, la existencia plena en sí mismo
no dijo nada.

Solo respondió cuando los discípulos le dijeron que la atendiera porque iba literalmente
gritando detrás de ellos.

¿Has clamado hasta ser atendido por Dios?

Cristo en su omnisciencia sabía quién era y de donde venía aquella mujer. Sabía que era lo que
padecía alguien endemoniado.
La mujer pudo haberse devuelto en vista de la falta de respuesta. Tuvo que haber tocado
fondo. Un Mesías que no dio respuesta en ese momento, pero si la daría.

No se sabe cuánto tiempo tendría su hija sufriendo, pero esta mujer no se inmuto, no se
rindió, tal vez paso noches viendo como el rostro de su hija se desfiguraba por la posesión del
demonio, viendo tal vez el daño que se infligía la hija, por el demonio que tenía.

Esta mujer había encontrado al salvador de su hija y no lo dejaría ir, no se dio por vencida.

Esta madre se mantuvo en intercesión por su hija, reconoció la necesidad, sabía que había
alguien que podía ayudarla.

¿Sabes que hay alguien que puede ayudarte?

Pero el maestro solo respondió que era enviado únicamente a la gente de Israel. La fe de esta
mujer estaba siendo probada, como nunca imagino.

Descubrió el poder que hay detrás de una súplica, que la falta de respuesta al momento, no
significa una negativa total, solo hay que ir un poco más.

La fe indetenible de una madre:

III. Soporta la respuesta que no espera. V 25-26

No bastando el silencio del señor, sucede algo curioso y es que esta mujer al no ser atendida,
se postro delante de Cristo. Pero ¿basta con postrarse?

Esta mujer adoro a Cristo al postrarse delante de Él, sabía que era el Mesías, su necesidad la
llevo a reconocer la deidad de aquel que no había dicho nada. Se humillo delante del Dios
todopoderoso, se abandonó ante el para llevar su causa, acercándose con toda confianza sin
olvidar delante de quien estaba, su reverencia hizo que cristo se detuviera.

¿Le importo el polvo? ¿El sol? ¿El calor?

El kurios estaba allí y ella le reconoció como tal, El Señor. El que es sobre todas las cosas.

Pero la respuesta que parece insólita llega, no está bien tomar el pan de los hijos y darlo a los
perros.

¿Qué hubieses hecho ante esa respuesta? ¿Hasta dónde hubieses permanecido?

Pero la respuesta de Cristo era para dar paso a una afirmación de fe que no se detiene.

Esta mujer fue sometida a la prueba de fe más alta que alguien pudiera pasar, no esperamos
esa respuesta del Señor, pero esto nos recuerda que no somos dignos de recibir algo de El sino
es por su misericordia y su gracia.
Esta mujer no era de la familia de Israel, era de los perrillos, de los que se rehusaban a creer en
Dios y obedecerle, provenía de una nación que por siglos se negaba a humillarse delante de
Dios y por eso no le correspondía el pan de la familia.

Pudiera parecer insensible y duro la afirmación de Cristo, pero era la verdad.

Pero esto solo nos debiera reflejar el bien divino, de saber que no importa lo que hayamos
sido, Dios nos acoge y nos bendice.

Nos debe recordar que no somos dignos sino justificados, que lo que podemos aspirar es en
base a su misericordia y su voluntad expresa.

Que cuando venimos a Dios, debemos despojarnos de todo lo que consideremos nuestros
derechos para tener misericordia, porque la única potestad que nos ha sido dada es ser sus
hijos y aun así debemos reconocer nuestro lugar.

Pero esta madre, no experimento nada nuevo al respecto, ella sabía quién era, sabia su
condición de rechazada por no ser israelita, pero si sabía que las migajas del pan caen de la
mesa y los perros pueden comerlas.

Es una gran lección de humildad. Nos enseña como acercarnos a Dios. Nos enseña cómo
responder a Dios al pasar por pruebas.

Nos enseña que no debe haber reclamo en la súplica, sino quebrantamiento.

Nos enseña que debe haber humillación aun si no hay respuesta.

Nos enseña que la mejor manera para esperar misericordia, es postrarse y adorar.

La fe indetenible de una madre:

IV. Se levanta después de haber alcanzado la victoria V 28

Oh mujer grande es tu fe, hágase contigo como quieres.

Cristo elogio la fe de aquella madre que buscaba la solución a un problema que no era de ella,
que cualquiera pudo haberlo dejado pasar o ir a algún otro lado a buscar ayuda y seguir igual.

¿Cuánta gente no ha oído del poder de Dios pero aun así no viene a EL?

Jesús conocía el corazón de esta madre y lo más impresionante es que donde Jesús fue, y se
expuso una fe extraordinaria fue con gente que no era de su propio pueblo.

Cristo al elogiar su fe usa la palabra griega Megas, esto quiere decir enorme, demasiado
grande.

Los prejuicios judíos no les permitieron desarrollar la fe de aquellos a quienes ellos


consideraban perros.
Tal como lo dice la escritura a lo suyo vino, más los suyos no le recibieron y a los que creen en
su nombre les dio potestad de ser hechos hijos de Dios.

Esta mujer tal vez se haya hecho hija de Dios, la escritura no lo dice, pero su fe se movió hasta
tener contacto con Cristo.

La búsqueda de la sanidad de su hija fue el motivo por el cual se sintió movida a buscar una
solución y sabia quién era el que se la podía dar.

¿Qué necesidad tienes tú hoy en día que quieres presentarle a Dios? ¿Qué te motiva a
buscarle?

Con este ejemplo, esta madre nos muestra que la fe puede llegar a ser indetenible, que al
postrarnos delante de Dios podemos hacer que el vuelva su vista hacia nosotros. Que detenga
su marcha y su misericordia fluya.

Que no nos levantemos hasta oír, hágase contigo como quieres. ¿Qué quieres?

Solo Cristo salva. Como está escrito: tanto amo Dios al mundo, que dio a su hijo unigénito para
que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.

Conclusión

El relato termina con la frase: “y su hija fue sanada desde aquella hora”

Y esa hora es cuando se enfrentó a su situación para desarrollar la fe que Dios quería ver en
ella.

Aquella hora donde se mantuvo firme, sin albergar esperanza sino con toda la convicción de
que iba a ocurrir lo que ella quería. La esperanza es a largo plazo, la convicción no.

Tu que eres madre, si algún problema tienes, si algún hijo quebrantado o con algún problema,
sal al encuentro de Jesús.

Nadie tiene más interés en libertar que Él.

Hay riesgos hay peligros, pero tu madre eres el engranaje principal de la creación, por una
mujer Jesús vino al mundo para salvar.

Solo la mujer puede ser conducto de vida y de fe.

La fe indetenible de una madre es sólida, fuerte, no se conmueve, es persistente, eficaz, logra


resultados, espera en todo tiempo a Dios.

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