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INTEGRANTES:

 Henry Joel Bonneff Carbonell

DOCENTE:
 Aznaran Guevara Sandra

CURSO:
 Radiacion y Propagación Electromagnética

ESCUELA:
 Ingeniería Electrónica
Tasa de absorción específica SAR

La tasa de absorción específica (en inglés, y comúnmente, SAR, de specific


absorption rate) es una medida de la potencia máxima con que un campo
electromagnético de radiofrecuencia es absorbido por el tejido vivo, aunque,
también se puede referir a la absorción de otras formas de energía por el
tejido, incluyendo ultrasonido.1 Se define como la potencia absorbida por la
masa de los tejidos y tiene unidades de vatios por kilogramo (W/kg).2 Se
emplea para frecuencias entre 100 kHz y 100 GHz,3 es decir, radiación no
ionizante, y en particular para teléfonos móviles y resonancia magnética.

Los teléfonos móviles pueden mantenernos comunicados en casi cualquier


sitio. Esto es posible gracias que el equipo utiliza ondas electromagnéticas
para establecer un enlace de radio entre el terminal y la antena de la
empresa que brinda el servicio. Esta radiación no ionizante inevitablemente
atraviesa nuestros cuerpos, en una cantidad que depende de la marca y
modelo del móvil. En número SAR expresa cuál es la potencia por kilogramo
de tejido que nuestro cuerpo -oreja y cerebro incluidos- absorbe al utilizar
estos aparatos.
CLASIFICACIÓN DE LAS RADIACIONES

Las radiaciones se pueden clasificar en base a dos criterios:

 Según su naturaleza
 Según su efecto biológico

Según su naturaleza, las radiaciones se clasifican a su vez en dos clases:

Radiaciones electromagnéticas.

Es una propagación ondulatoria de energía eléctrica y magnética cuyas


intensidades varían en planos perpendiculares. Todas tienen la misma
velocidad en el vacío (c = 300.000 km/segundos), diferenciándose por las
diferentes longitudes de onda o frecuencia, de la que depende su energía.
Entre las radiaciones electromagnéticas encontramos:

Radiaciones ionizantes - Rayos gamma - Rayos X


Radiaciones ópticas
Radiaciones ultravioletas (UV-C, UV-B, UV-A)
Radiación visible (violeta, azul, verde, amarilla, naranja, roja)
Radiaciones infrarrojas
Radiaciones corpusculares.

Son debidas a la propagación de partículas subatómicas (núcleos de helio,


electrones, protones, neutrones, etc.) habitualmente dotados de gran
velocidad aunque siempre inferior a la de las radiaciones electromagnéticas.

Las radiaciones corpusculares son:

Radiaciones alfa
Radiaciones beta
Radiaciones neutrónicas
Radiaciones cósmicas

Por su efecto biológico

Por su efecto biológico, las radiaciones se pueden clasificar en dos tipos:

-Radiaciones ionizantes o de alta energía

- Radiaciones no ionizantes o de baja energía.

Radiaciones ionizantes o de alta energía, que a su vez pueden ser:

 Corpusculares, constituida por partículas subatómicas


(electrones, neutrones, protones), son las radiaciones alfa, beta
y rayos cósmicos.

 Electromagnéticas, son los rayos gamma y los rayos X. 4 Estas


radiaciones al incidir sobre los tejidos, pierden parte de la
energía, separando electrones de los átomos sobre los que
inciden y transformándose en iones.
Radiaciones no ionizantes o de baja energía, no son capaces de ionizar los
átomos, por lo que el efecto biológico es menor, actuando más bien a través
del efecto térmico, mecánico y fotoquímico en los tejidos.

Las radiaciones no ionizantes son de tipo electromagnético y engloba las


radiaciones ópticas (ultravioleta, visible e infrarroja) y los campos
electromagnéticos (microondas y radiofrecuencias)

RADIACIONES IONIZANTES

La ionización es la capacidad de introducir una carga neta dentro de un


átomo neutro. La IONIZACIÓN es el proceso por el cual se arranca un electrón
de un átomo.

El conjunto formado por el electrón libre y el átomo con carga positiva


resultante se denomina par iónico. Si un átomo recibe un aporte energético
suficiente es posible separar de él uno o varios electrones, quedando
entonces el átomo eléctricamente descompensado, su número de cargas
positivas es superior al de las negativas, y constituye un átomo ionizado, o
más precisamente un ión positivo.

El fenómeno constituye la ionización atómica que también puede deberse a


un aporte de electrones al átomo, aunque en este caso se originaría su
ionización negativa y se transformaría en un ión negativo.

Los iones atómicos suelen ser muy reactivos y tienden a recuperar su


estabilidad mediante la captura de cargas libres o mediante su unión a otros
átomos dando lugar a compuestos químicos.
Cuando la energía aportada no resulta suficiente para arrancar electrones del
átomo, puede serlo para desplazar electrones desde capas internas
completas hasta otras más externas incompletas, creándose así huecos en las
primeras.

Se dice entonces que el átomo está excitado, y el fenómeno se llama


EXCITACIÓN ATÓMICA. Estos huecos internos son ocupados
espontáneamente por electrones más externos, que caen de un nivel de
energía a otro más bajo, emitiéndose al exterior la diferencia.

La excitación del átomo también puede producirse a nivel de su núcleo por


variación de la energía nuclear. Análogamente, la excitación nuclear se
resuelve también con la emisión espontánea de energía, de forma más o
menos compleja y con la participación o no de la corteza electrónica.

El fenómeno atómico que se produce en las ionizaciones es el siguiente:


durante la absorción de energía, se van a producir saltos electrónicos, entre
las distintas capas, hasta la salida definitiva de un electrón del átomo.

Las radiaciones ionizantes se pueden clasificar en ondas electromagnéticas y


5 corpusculares.

▪ Electromagnéticas: rayos X, rayos γ (gamma), zona de ambigüedad de


rayos X-rayos U-V.

▪ Corpusculares: son aquellas con masa y energía suficiente de


ionización. Podemos destacar las siguientes partículas: α, β-, β+, n, p,
etc...
RADIACIONES NO IONIZANTES

Las radiaciones no ionizantes, son aquellas que no poseen la suficiente


energía para ionizar.

La gama de radiaciones no ionizantes es muy amplia, siendo las de mayor


importancia la radiación ultravioleta (UV), los rayos láser, infrarrojos, visibles)
y campos electromagnéticos.

Radiación ultravioleta

Existen distintos tipos de radiaciones ultravioletas:

- UV-A o radiaciones ultravioleta larga o próxima, cuya longitud de onda va


de 380 a 320 nm (380nm es el límite superior para la percepción visual del
color violeta). Es la radiación que con más intensidad llega a la Tierra; puede
penetrar en los tejidos.

- UV-B o radiación ultravioleta media, con una longitud de onda de 320 a 280
nm. Se utiliza para la aplicación del efecto fotoquímico (pigmentación o
formación de vitamina D) Es biológicamente dañina.

-UV-C o radiación ultravioleta lejana, corta o radiación germicida, con una


longitud de onda de 280 a 200 nm. Presenta el máximo de energía y el
máximo de los efectos germicidas, por lo que se emplea preferentemente en
los procesos de esterilización (produce muerte celular al destruir las
proteínas y los ácidos nucleicos por efecto fotoquímico). Tiene cierta
capacidad ionizante, pero sus efectos afectan sólo a los tejidos más externos
del organismo, la mayor parte de ellas son absorbidas por la atmósfera y
alcanzan la superficie terrestre en poca cantidad.
Las ondas electromagnéticas de la región baja del espectro no tienen energía
suficiente par ionizar átomos, aunque ello no quiere decir que, en
determinadas circunstancias no puedan causar lesiones.

Aunque la radiación ultravioleta dista mucho de tener la penetración de las


ondas de regiones más elevadas del espectro, puede, tras la exposición
aguda prolongada, dar lugar a regiones más elevadas del espectro, puede,
tras la exposición aguda prolongada, dar lugar a lesiones cutáneas en forma
de quemaduras, y es capaz de causar lesiones fotoquímicas celulares
acumulativas y cambios degenerativos celulares que pueden aparecer largo
tiempo después en forma de melanomas o carcinomas baso celulares, o de
alteraciones de la inmunidad de las células de la piel

Fluorescencia

La radiación UV provoca al incidir en determinadas sustancias, la emisión de


radiación visible (luz visible). Esta propiedad tiene diversas utilidades, por
ejemplo, la distinción entre diversos tipos de aceite: el de oliva refinado tiene
una fluorescencia verde-azulada, mientras que el aceite no refinado la tiene
anaranjada (esta propiedad sirve para descubrir 12 fraudes). En medicina
sirve, por ejemplo, para la distinción de lesiones precancerosas y cancerosas
en la piel, etc.

Efecto fotoquímico.

Tiene especial importancia las lesiones en el ADN. Los rayos UV provocan


enlaces intracatenarios entre dos Timinas consecutivas, formando un dímero
de timina que pierde la capacidad de apareamiento, incorporándose 2 bases
cualesquiera al azar, impidiéndose la síntesis correcta del ARNm y la
replicación exacta del ADN.

Efecto fotoeléctrico.

La radiación ultravioleta al incidir sobre determinadas sustancias produce


una emisión de electrones, que sirve, entre otras cosas, para la dosimetría de
la radiación ultravioleta.

Medición y reglamentación

El valor de SAR dependerá en gran medida de la forma que tenga la parte del
cuerpo expuesta al campo, así como de la ubicación exacta y geometría de la
fuente de radiofrecuencia.

Por tanto, es necesario hacer pruebas con cada fuente específica (como un
teléfono móvil) y en la posición de uso más habitual. El valor que se da para
un modelo en particular es el máximo nivel medido en la parte del cuerpo
estudiada.

El empleo más común de esta medida se refiere a teléfonos móviles, en cuyo


caso el teléfono se ubica junto a la cabeza en la posición de habla más
habitual, y se informa del valor SAR para la parte de la cabeza que más
energía haya recibido.

También puede emplearse para otros dispositivos de radiofrecuencia que se


usen cerca del cuerpo, como equipos de manos libres o teléfonos
inalámbricos de línea fija.

Algunos gobiernos, basándose en el principio de precaución, han definido


límites de seguridad para la exposición máxima a la energía de
radiofrecuencia procedente de teléfonos móviles. Estos límites en el SAR
máximo que un teléfono móvil puede depositar están destinados a evitar
hipotéticos daños relacionados con el incremento de temperatura que esa
deposición de potencia pudiera provocar, ya que se recibe en su mayor parte
en la cabeza o las extremidades.

• En los Estados Unidos de América, la Comisión Federal de


Comunicaciones (FCC) exige que los teléfonos presenten un valor de SAR
igual o inferior a 1,6 vatios por Kilogramo(W/kg) medidos en un volumen de 1
gramo de tejido.

• La Unión Europea fija como límite 2 W/kg, promediados en 10 gramos


de tejido.

Como límite de exposición para el cuerpo entero, se ha fijado un tope de 0,08


W/kg promediado en toda la masa corporal.

La regulación para la medida del valor SAR y sus máximos admisibles es


establecida por la ANSI, IEEE y la ICNIRP.

Oreja y cerebro, los más afectados

Cuando más alto es este valor, más perjudicial es el móvil en cuestión. Los
tejidos de la oreja, sitio donde por obvios motivos apoyamos el móvil para
hablar, son atravesados brutalmente por esta radiación. Aunque su
intensidad decrece con la distancia, y a unos pocos centímetros es casi
inexistente, nuestro bonito y querido cerebro se encuentra -hueso del cráneo
de por medio- muy cerca de la oreja, y por ende, del móvil. Pero, ¿cómo
afecta exactamente el uso del móvil a nuestro cerebro?

En primer lugar, hay que destacar que las ondas electromagnéticas utilizadas
como enlace en los móviles no son del tipo “ionizante”.

Esto quiere decir que en lugar de parecerse a los rayos X a los que nos
exponemos al realizarnos una placa radiográfica o a las producidas por una
explosión nuclear, son más bien similares a las que utilizamos en un horno de
microondas para cocinar nuestros alimentos. A pesar de no alterar nuestro
ADN, usar mucho tiempo el móvil cerca de nuestro cuerpo provoca un
“calentamiento” de los tejidos adyacentes.

Pero aunque no haya radiación “de la muy mala” implicada, algunos expertos
creen que ese exceso de calor inducido por los móviles podría estar
relacionado con la aparición de tumores -benignos y malignos- en el cerebro
y las membranas que lo recubren, aunque éste es un punto muy polémico y
no todos los expertos están de acuerdo. El riesgo es mayor en los niños, ya
que por razones anatómicas las ondas electromagnéticas del aparato pueden
alcanzar zonas más profundas del cráneo y del cerebro.

Como es lógico, existen organizaciones internacionales que intentan


determinar cual es el valor del número SAR que puede tener un móvil
determinado para que no se convierta en una amenaza para la salud del
usuario. Una de ellas, la Internacional Commission on Non-Ionizing Radiation
Protection (ICNIRP) ha determinado que un teléfono no debería tener un SAR
mayor de 2 W/Kg. Otra, la Asociación Norteamericana de Estándares de la
Asociación de Ingenieros Eléctricos y Electrónicos (IEEE-ANSI) ha fijado este
valor limite en 1.6 W/Kg. Las autoridades de cada pais se encargan de no
permitir comercializar en sus naciones aparatos que exceden determinados
valores de SAR, generalmente comprendidos entre 1.6 y 2.0 W/Kg.

Cuidado con los «clones chinos»

Sin embargo, cuando uno busca en la Web del fabricante o en algún anuncio
gráfico las características de un teléfono, casi nunca verá cual es el SAR del
aparato. Se especifica el peso, la duración de las baterías, el color, la
memoria disponible y mil parámetros más, pero para la industria el SAR es
algo que -siempre que se pueda- se evita mencionar.
Esto no significa que los móviles procedentes de las empresas líderes del
sector, como Motorola, Nokia, Apple, Samsung y demás, no cumplan con las
normas: ninguna empresa seria quiere quedar atrapada en un conflicto legal
que le costaría millones y la confianza de sus usuarios. Sin embargo, en
muchos paéses se consiguen “clones chinos” (aunque a veces provienen de
otros orígenes) que exteriormente se parecen mucho a un iPhone -por
mencionar un modelo- pero que cuestan la cuarta o quinta parte de su
precio. ¿Cumplen estos teléfonos con todas las normativas? Es muy, pero
que muy, difícil de determinar. De hecho, muchas veces es hasta complejo
determinar quién lo ha fabricado. Sin dudas, el SAR es un tema a tener muy
en cuenta a la hora de elegir un móvil.

La peligrosidad de estos aparatos siempre ha sido muy controvertida. No


existen realmente investigaciones concluyentes sobre la que todos -
fabricantes y organizaciones encargadas de controlarlos- estén de acuerdo.
Pero en caso de poder elegir, el sentido común nos dice que deberíamos
decantarnos por el modelo que tenga un SAR más bajo. Y por las dudas, ya
que estamos, mantenerlo lejos de nuestro cuerpo siempre que sea posible:
dejarlo en el escritorio en lugar de tenerlo en un bolsillo, por ejemplo, o
apagarlo cuando realmente no lo vamos a usar.

Los nuevos aparatos, que incluyen funciones de entretenimiento, hacen que


tengamos horas el teléfono en la mano mientras jugamos o vemos TV, sin
pensar en las radiaciones que emite. Después de haber leído todo esto ¿te
gustaría conocer el número SAR del teléfono que planeas comprar? Este sitio
especializado posee una lista bastante completa del valor asociado con cada
modelo de teléfono. Y en CNET.com hay un “TOP 20” de los móviles que
menos radiación emiten. Es una buena idea consultar estos u otros sitios
antes de decidir una compra.
Usa estas apps para medir la radiación de tu Android

Os vamos a hablar de dos aplicaciones de la Play store que te permitirán


medir la radiación SAR de tu móvil Android. La primera se llama SAR Watch –
Tracking Radiation Exposure, y es totalmente gratuita. Esta aplicación medirá
la radiación SAR en base a tres fuentes: exposición al teléfono (durante
llamadas de voz), exposición ambiental (redes Wifi o redes de datos) y mapas
de calor.

Cómo reducir el nivel de SAR de un teléfono celular

La Tasa de Absorción Específica (SAR, por su sigla en inglés) es una medida de


la cantidad de radiación de teléfonos celulares que absorben los tejidos. En
concreto, se representa la potencia de radiación máxima emitida por un
teléfono celular y absorbido por una unidad de masa de tejido. Por lo general
se mide en vatios por kilogramo de tejido.

Diferentes partes del mundo tienen distintos límites de exposición SAR. Por
ejemplo, en Europa el límite de SAR es de 2 W/kg, mientras que en América
del Norte es de 1,6 W/kg. Dado que el SAR depende de la cantidad de
radiación absorbida por los tejidos de la cabeza, se puede disminuir mediante
la limitación de la radiación del teléfono celular que reciba tu cabeza.

Usa un audífono o unos auriculares con tu teléfono móvil siempre que sea
posible. La razón es el impacto de la radiación en los tejidos de la cabeza
disminuye con el cuadrado de la distancia entre el teléfono celular y la
cabeza. Por ejemplo, si el valor SAR de un teléfono celular es de 1,5 W/kg a
una distancia de 1 cm de la cabeza, este valor se reduciría 400 veces a una
distancia de 20 cm.
Ten en cuenta que los audífonos de Bluetooth también emiten radiación, por
lo que los valores SAR más bajos posibles derivan del uso de audífonos con
cable.

Utiliza altavoces siempre que sea práctico, por ejemplo, mientras conduces.
Una vez más, ya que el valor SAR disminuye con el cuadrado de la distancia
entre la cabeza y el teléfono celular, mantener el teléfono alejado de la
cabeza reduce drásticamente el SAR.

Mantén las llamadas tan cortas como sea posible. Cuanto más tiempo
mantengas el teléfono cerca de tu cabeza, mayor será la radiación absorbida
por los tejidos. Abstente de extender innecesariamente tus conversaciones
por teléfono celular.

Usa auriculares especiales que reduzcan la exposición al SAR. Este tipo de


auriculares tienen material de blindaje. Usar auriculares especialmente
protegidos reduce aún más el nivel de exposición a la radiación más allá del
factor distancia.

Evita utilizar tu teléfono celular donde la señal es débil. La razón es que en las
regiones donde la señal es débil, el teléfono móvil consume más energía para
transmitir, lo que significa mayor exposición a la radiación.

Usa bloqueadores de EMF siempre que sea posible. Estas son pequeñas
bolsas que bloquean la radiación de los teléfonos celulares.Sin embargo, no
bloquean completamente la radiación, de lo contrario, el teléfono no
funcionaría en absoluto. Estas bolsas EMF de bloqueo son particularmente
útiles para disminuir la exposición en los otros órganos del cuerpo.

Busca las especificaciones de tu teléfono celular en el sitio web del


fabricante, por ejemplo, y si encuentras que su valor SAR está cerca del
máximo permitido en tu región, compra otro teléfono con menor valor de
SAR. Si estás comprando un teléfono celular de otro país, asegúrate de que
su valor de SAR corresponde al límite de tu país.

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