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DOCENTE:
Aznaran Guevara Sandra
CURSO:
Radiacion y Propagación Electromagnética
ESCUELA:
Ingeniería Electrónica
Tasa de absorción específica SAR
Según su naturaleza
Según su efecto biológico
Radiaciones electromagnéticas.
Radiaciones alfa
Radiaciones beta
Radiaciones neutrónicas
Radiaciones cósmicas
RADIACIONES IONIZANTES
Radiación ultravioleta
- UV-B o radiación ultravioleta media, con una longitud de onda de 320 a 280
nm. Se utiliza para la aplicación del efecto fotoquímico (pigmentación o
formación de vitamina D) Es biológicamente dañina.
Fluorescencia
Efecto fotoquímico.
Efecto fotoeléctrico.
Medición y reglamentación
El valor de SAR dependerá en gran medida de la forma que tenga la parte del
cuerpo expuesta al campo, así como de la ubicación exacta y geometría de la
fuente de radiofrecuencia.
Por tanto, es necesario hacer pruebas con cada fuente específica (como un
teléfono móvil) y en la posición de uso más habitual. El valor que se da para
un modelo en particular es el máximo nivel medido en la parte del cuerpo
estudiada.
Cuando más alto es este valor, más perjudicial es el móvil en cuestión. Los
tejidos de la oreja, sitio donde por obvios motivos apoyamos el móvil para
hablar, son atravesados brutalmente por esta radiación. Aunque su
intensidad decrece con la distancia, y a unos pocos centímetros es casi
inexistente, nuestro bonito y querido cerebro se encuentra -hueso del cráneo
de por medio- muy cerca de la oreja, y por ende, del móvil. Pero, ¿cómo
afecta exactamente el uso del móvil a nuestro cerebro?
En primer lugar, hay que destacar que las ondas electromagnéticas utilizadas
como enlace en los móviles no son del tipo “ionizante”.
Esto quiere decir que en lugar de parecerse a los rayos X a los que nos
exponemos al realizarnos una placa radiográfica o a las producidas por una
explosión nuclear, son más bien similares a las que utilizamos en un horno de
microondas para cocinar nuestros alimentos. A pesar de no alterar nuestro
ADN, usar mucho tiempo el móvil cerca de nuestro cuerpo provoca un
“calentamiento” de los tejidos adyacentes.
Pero aunque no haya radiación “de la muy mala” implicada, algunos expertos
creen que ese exceso de calor inducido por los móviles podría estar
relacionado con la aparición de tumores -benignos y malignos- en el cerebro
y las membranas que lo recubren, aunque éste es un punto muy polémico y
no todos los expertos están de acuerdo. El riesgo es mayor en los niños, ya
que por razones anatómicas las ondas electromagnéticas del aparato pueden
alcanzar zonas más profundas del cráneo y del cerebro.
Sin embargo, cuando uno busca en la Web del fabricante o en algún anuncio
gráfico las características de un teléfono, casi nunca verá cual es el SAR del
aparato. Se especifica el peso, la duración de las baterías, el color, la
memoria disponible y mil parámetros más, pero para la industria el SAR es
algo que -siempre que se pueda- se evita mencionar.
Esto no significa que los móviles procedentes de las empresas líderes del
sector, como Motorola, Nokia, Apple, Samsung y demás, no cumplan con las
normas: ninguna empresa seria quiere quedar atrapada en un conflicto legal
que le costaría millones y la confianza de sus usuarios. Sin embargo, en
muchos paéses se consiguen “clones chinos” (aunque a veces provienen de
otros orígenes) que exteriormente se parecen mucho a un iPhone -por
mencionar un modelo- pero que cuestan la cuarta o quinta parte de su
precio. ¿Cumplen estos teléfonos con todas las normativas? Es muy, pero
que muy, difícil de determinar. De hecho, muchas veces es hasta complejo
determinar quién lo ha fabricado. Sin dudas, el SAR es un tema a tener muy
en cuenta a la hora de elegir un móvil.
Diferentes partes del mundo tienen distintos límites de exposición SAR. Por
ejemplo, en Europa el límite de SAR es de 2 W/kg, mientras que en América
del Norte es de 1,6 W/kg. Dado que el SAR depende de la cantidad de
radiación absorbida por los tejidos de la cabeza, se puede disminuir mediante
la limitación de la radiación del teléfono celular que reciba tu cabeza.
Usa un audífono o unos auriculares con tu teléfono móvil siempre que sea
posible. La razón es el impacto de la radiación en los tejidos de la cabeza
disminuye con el cuadrado de la distancia entre el teléfono celular y la
cabeza. Por ejemplo, si el valor SAR de un teléfono celular es de 1,5 W/kg a
una distancia de 1 cm de la cabeza, este valor se reduciría 400 veces a una
distancia de 20 cm.
Ten en cuenta que los audífonos de Bluetooth también emiten radiación, por
lo que los valores SAR más bajos posibles derivan del uso de audífonos con
cable.
Utiliza altavoces siempre que sea práctico, por ejemplo, mientras conduces.
Una vez más, ya que el valor SAR disminuye con el cuadrado de la distancia
entre la cabeza y el teléfono celular, mantener el teléfono alejado de la
cabeza reduce drásticamente el SAR.
Mantén las llamadas tan cortas como sea posible. Cuanto más tiempo
mantengas el teléfono cerca de tu cabeza, mayor será la radiación absorbida
por los tejidos. Abstente de extender innecesariamente tus conversaciones
por teléfono celular.
Evita utilizar tu teléfono celular donde la señal es débil. La razón es que en las
regiones donde la señal es débil, el teléfono móvil consume más energía para
transmitir, lo que significa mayor exposición a la radiación.
Usa bloqueadores de EMF siempre que sea posible. Estas son pequeñas
bolsas que bloquean la radiación de los teléfonos celulares.Sin embargo, no
bloquean completamente la radiación, de lo contrario, el teléfono no
funcionaría en absoluto. Estas bolsas EMF de bloqueo son particularmente
útiles para disminuir la exposición en los otros órganos del cuerpo.