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UNIVERSIDAD NACIONAL DE EDUCACIÓN

ENRIQUE GUZMAN Y VALLE

ALMA MATER DEL MAGUISTERIO NACIONAL

ESCUELA DE POSGRADO

MENCIÓN: GESTIÓN EDUCACIONAL

ENSAYO AGUMENTATIVO

“La Calidad Educativa y su relación con las Tecnologías de Información y


Comunicación”

Asignatura : Bases Teóricas de Gestión Educacional

Docente : Dra. Betty Trujillo Medrano.

Alumnos : Yván Vidal Rodríguez

: Andrade Jiménez Richard

Lima – Perú

2019
INDICE

1. Introducción.

2. Argumentación.

3. Conclusiones.

4. Referencias.
INTRODUCCIÓN

La necesidad del hombre por explicar y comprender su entorno ha generado en la sociedad, la


búsqueda del conocimiento, aquel componente necesario que lo ayude a comprender su realidad
individual y social. Chaparro (2001) la posición del hombre dentro de la sociedad se vislumbra
como aquella, donde el individuo será capaz de adquirir y generar conocimiento que le permita
adaptarse a una realidad dinámica y en constante cambio.
Es en la actualidad donde la “información” que se dispone puede catalogarse de acceso
ilimitado e inmediato; donde la transmisión, de ésta, confluye en todos los ámbitos del individuo,
desde la política, economía, educación, ocio, entre otras.
Esta cantidad de información que se brinda en estos tiempos, ha generado que distintos teóricos
la denominen la sociedad del conocimiento, algunos van mucho más allá y tratan de vincularla
con la tecnología llamándola la sociedad digital, o la sociedad de la información; sin embargo,
ambos conceptos acompañan la idea de vivir en una época donde el cúmulo de información
produce un aceleramiento de interacciones y dinámicas sociales. (Aguilar 2012). Krüger (2006)
define el concepto de sociedad del conocimiento como la transformación social que se está
produciendo en la sociedad moderna, ofreciendo un análisis de visión futurista en las diferentes
ciencias. Andalia (2013) señala que existe una diferencia entre lo que se llama sociedad del
conocimiento y sociedad de la información, donde esta última la considera una revolución digital
cuya base está sentada en los medios de comunicación y su difusión a través de las Tecnologías de
la Información y la Comunicación (TIC); mientras que la sociedad del conocimiento, basa su
concepción en transmitir y estimular su recursos a través de la utilización de herramientas
tecnológicas, generando un producto más rápido y eficiente.
Estas concepciones permiten describir que sus orígenes y desarrollo se deben a la innovación y
cambios en la tecnología, relacionado estrictamente a las TIC en el ámbito de planificación y
formación educativa, en el ámbito organizacional (gestión de conocimiento) y del trabajo
(trabajo de conocimiento) (Krüger, 2006).
Pero ¿cómo llegamos a estas concepciones, diferencias y similitudes? (Fernández & Panadeiro,
2009) es evidente la convergencia que ha existido en las distintas áreas tecnológicas, donde la
computación, aunada a la electrónica y las telecomunicaciones han visto su relación y apoyo
fomentando un desarrollo común entre ambas.
Uno de los factores que se considera inherente a este tránsito entre conocimiento y sociedad es
la tecnología, progreso que se ve evidenciado en distintas ciencias, generando oportunidades de
cambio y adaptación, pero al mismo tiempo desafíos. Chaparro (2001) identifica la convergencia
de tres áreas tecnológicas que han llevado a transformar las sociedades contemporáneas: (1) la
informática; (2) la telecomunicación y (3) procesamiento de datos; cuyas aplicaciones en las
distintas ciencias han generado cambios en la sociedad contemporánea.
Esta relación puede leerse un en primer momento como un progreso social (Tello, 2007) en este
sentido la tecnología y el conocimiento han asentado sus bases, de una forma, en que la relación
de ambas desempeñan un papel fundamental en el desarrollo y transformación social, esto, debido
al rápido progreso y oportunidades que se brinda en la práctica, y es un hecho su repercusión en la
vida del ser humano. (Valderrama, 2012).
Por lo tanto podemos mencionar que estamos inmersos en los principios de una nueva era,
caracterizada, por una transformación radical de la interacción social; y sustentada de manera
especial en la aplicación intensiva de las nuevas tecnologías de la información y comunicación, en
el campo de la educación.
En lo que se refiere a acciones para mejorar la calidad de la docencia y el aprendizaje del
sistema escolar básica, es imprescindible partir de un diagnóstico minucioso, para precisar las
brechas y deficiencias del sistema, y una estrategia es el uso didáctico de las TIC . Por una parte,
es una respuesta a las cambiantes y complejas demandas del mercado laboral, y por otra a la
generalización de la sociedad del conocimiento. Entonces, el desarrollo de esta sociedad y la
difusión de las tecnologías constituyen para la educación un importante reto y al mismo tiempo
una gran oportunidad. Si deseamos mejorar la calidad y la eficacia del aprendizaje escolar, se debe
apostar por las TIC como medio para conseguirlo.
El impacto de las TIC, dentro de la sociedad del conocimiento ha traído grandes cambios,
respecto a forma y contenido, el efecto ha sido masivo y multiplicador, de tal forma que el sentido
del conocimiento ha calado en la sociedad en general, y una de las grandes implicancias y
modificaciones, es la educación. Parra (2012), menciona que uno de los lugares donde la
tecnología ha influenciado mayoritariamente es en la escuela, y este a su vez en el oficio maestro,
llegando a formar parte de la cotidianidad escolar.
La incorporación de las TIC, a la educación se ha convertido en un
proceso, cuya implicancia, va mucho más allá de las herramientas
tecnológicas que conforman el ambiente educativo, se habla de una
construcción didáctica y la manera cómo se pueda construir y
consolidar un aprendizaje significativo en base a la tecnología, en
estricto pedagógico se habla del uso tecnológico a la educación. (Díaz-
Barriga, 2013)
La transformación que ha sufrido las TIC, han logrado
convertirse en instrumentos educativos, capaces de mejorar la calidad
educativa del estudiante, revolucionando la forma en que se obtiene, se
maneja y se interpreta la información. Aguilar (2012)
Dentro de los roles que asumen cada agente educativo, los
estudiantes actuales, utilizan las herramientas tecnológicas para facilitar
el aprendizaje; esta evolución surgió desde las primeras concepciones
con la calculadora, el televisor, la grabadora, entre otras; sin embargo,
el progreso ha sido tal que los recurso tecnológicos se han convertido
en recursos educativos, donde la búsqueda por mejorar el aprendizaje
trae consigo la tarea de involucrar la tecnología con la educación. Y es
con la docencia que se viene completando el proceso de enseñanza-
aprendizaje, Granados (2015) el uso de las TIC supone romper con los
medios tradicionales, pizarras, lapiceros, etc; y dar paso a la función
docente, basada en la necesidad de formarse y actualizar sus métodos
en función de los requerimientos actuales.
Por lo tanto, la aplicación de las nuevas tecnologías de la información
y comunicación al ámbito educativo peruano puede contribuir a
subsanar el proceso dual de las desigualdades educativas, y a remontar
el retraso de la educación básica y a la consolidación de un sistema
educativo nacional que ofrezca servicios de calidad para todos,
mediante programas, ya que se incidiría directamente en la eliminación
de las brechas educativas más profundas.

Argumentación

El acontecer mundial contemporáneo nos brinda motivos


interminables para reflexionar sobre el contenido y el sentido de las
nuevas tecnologías, y sus posibles nexos entre la moralidad del
comportamiento humano y el uso de las nuevas tecnologías. Puesto que
existen en un mundo globalizado, flujos de información y recursos
tecnológicos, y un conjunto de las ideas y valores que tienden a
sustentar la necesidad de construir una moral relevante a las
circunstancias del mundo en que vivimos. Por ello, la revolución de los
transportes, de las comunicaciones y de la digital, constituye la base de
la información en el mundo, la cual han generado beneficios y mejoras
de las condiciones de vida, pero, también, han provocado la aparición
de problemas nuevos, impensables antes de estas transformaciones, y
han agravado el problema ya existente de la fractura entre ricos y
pobres (Kelley – Salinas, 2002).
Desde el punto de vista tecnológico, ese ritmo acelerado de
expansión y transformación se ha sustentado en factores estrechamente
interrelacionados y la clara convergencia hacia la integración, la
digitalización de las distintas tecnologías. La urgencia de esos esfuerzos
se hace posible por el predominio e insuficiencia de esquemas de
justificación moral individualistas y excluyentes. Las fuentes primarias
de la moralidad se constituyen, entonces, en la sociedad para
determinar la moralidad del comportamiento humano.
La ética y el desarrollo tecnológico en el campo de la información y
la comunicación se han sustentado, en gran medida, en la construcción
de marcos teóricos generalizables para explicar y controlar el
almacenamiento y el procesamiento de la información. Por lo que es
posible marcar una distinción clara entre nuestro comportamiento en el
mundo virtual y en el mundo real. Sin embargo, nuestra conducta en el
ámbito de la realidad virtual adquiere, con el pasar los días una
consistencia propia, en formas de organización y comportamiento que
son independientes de nuestra conciencia. “Lo virtual está adquiriendo
realidad y la realidad se está haciendo virtual”. Esto, también afecta la
conciencia de nuestra identidad y la expresión de nuestra interioridad
(Zúñiga, 2002).
Asimismo, esta realidad cibernética hace posible el avance hacia un
mundo más accesible, situado en una evolución cognitiva y moral. Sin
embargo, la realidad pareciera ofrecernos argumentos muy limitados
para sustentar esas expectativas. Por el hecho de que las distintas
tecnologías tienen su propio lenguaje, ejercen una influencia
determinante sobre el formato de la información y, en consecuencia,
sobre la manera en que es interpretada por quienes la usan o producen.
Además, el “Software Libre”, que se caracteriza porque todo el
mundo tiene:
Derecho a usarlo sin costo alguno, a favor del beneficio colectivo y
no tanto en la preservación de los derechos individuales (Zúñiga, 2002).
Entonces, las tecnologías de la información y la comunicación deben
articularse para acortar la brecha digital, que refleja las desigualdades
económicas y sociales, y se retome los principios éticos asentados en una
auténtica valoración de la solidaridad y la responsabilidad social. Sin
embargo, al mismo tiempo, amplían los límites de nuestra
vulnerabilidad personal y colectiva a la violencia, el crimen y el abuso.
Las nuevas tecnologías constituyen un factor determinante de la
conformación de una nueva sociedad del conocimiento, a la que las
instituciones educativas se verán en la necesidad de adaptarse,
desarrollando nuevas formas de promover la adquisición del
aprendizaje, y establecer su utilidad para la solución de necesidades
concretas para el desarrollo científico y tecnológico. Cabe destacar, por
otra parte, que la construcción de una ética relevante a las condiciones
del nuevo mundo de la información y el conocimiento supone la
reafirmación de las responsabilidades que todos debemos compartir.
Esto supone, además garantizar el acceso a las nuevas tecnologías y la
capacitación para su uso eficaz, como parte de las obligaciones del
Estado en el campo de la educación básica (Kelley – Salinas, 2002).
Por otro lado, la tecnología digital, genera en el receptor una postura
activa en relación a la abundante información a la que tiene acceso.
Porque de no ser así, esa información ya no fluye independientemente
de la disposición de la persona. Entonces, se comprueba la actitud
participativa que muestra el alumno ante la pantalla interactiva, para
aprovechar todos sus recursos. Este cambio que se está dando en la
relación con la información, establece un comportamiento que se aleja
de la pasividad de los modelos tradicionales, y aparece de una actitud
más participativa. Esta tecnología se centra en el alumno, y tiene en
cuenta los tres ámbitos principales que, unidos, determinan la
experiencia de aprendizaje en su totalidad: “la vida dentro del centro
educativo y la vida fuera de él, y ambas”.
Entonces, se puede distinguir tres series de argumentos principales

para incluir las TIC en la educación: económicos (mercado laboral,

personal competente), sociales (derecho de todos los alumnos) y

pedagógicos (mejora del proceso de enseñanza y aprendizaje) (Ibídem,

p. 74). Unidas, estas tres series de argumentos demuestran de forma

convincente la necesidad de que la enseñanza aproveche plenamente los

beneficios que ofrecen las TIC, porque establece una nueva

complementariedad entre el aprendizaje formal que se lleva a cabo

dentro del centro educativo y el aprendizaje informal. Además, la calidad

se evalúa en función del uso que se hace de ellos, además de por sus

propiedades intrínsecas.

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