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La universidad en el Conurbano Bonaerense

La creación de nuevas universidades debería ser un motivo de celebración,

básicamente porque es una de las formas que permitirán convertir el derecho

al acceso a la educación superior para todos en algo más tangible.

Como parte de las políticas universitarias impulsadas en la última década

en nuestro país, se crearon nuevas universidades públicas nacionales, de las

cuales cinco se encuentran ubicadas en el Conurbano Bonaerense: Universidad

Nacional Arturo Jauretche –en Florencio Varela–, Universidad Nacional

del Oeste –en Merlo, pero también comprende a los partidos de Ituzaingó,

Marcos Paz y Las Heras–, Universidad Nacional de José Clemente Paz, Universidad

Nacional de Avellaneda y Universidad Nacional de Moreno –en los

partidos del mismo nombre–, las que comenzaron sus ciclos lectivos entre

2011 y 2012.

A fines del año legislativo 2014 se aprobó la creación de la Universidad

Nacional de Hurlingham, la Universidad Nacional Raúl Scalabrini Ortiz –en

San Isidro– y la Universidad Nacional de Almirante Brown.

Las nuevas universidades forman parte de un conjunto de políticas públicas

educativas que buscan ampliar el financiamiento, mejorar la infraestructura,

recuperar la formación técnica, fortalecer las carreras tecnológicas y de

ingeniería, favorecer la inclusión y el acceso mediante importantes programas

de becas, la expansión institucional del sistema mediante nuevas instituciones

y nuevas sedes, el apoyo al mejoramiento de las carreras, facilitación del acceso

de los estudiantes a las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC);

buscando así dar cumplimiento efectivo al derecho al acceso a la universidad.

Como resultado de estas políticas, también ha crecido el número de personas

vinculadas al trabajo académico y científico-técnico y se ha logrado

incrementar la matrícula de estudiantes que acceden a la educación superior.

El rasgo que distingue a todas estas universidades es que fueron concebidas

al servicio de los objetivos estratégicos de desarrollo de los distritos donde

están insertas y sus zonas de influencia. Esto quiere decir que no se trata de

proyectos en condiciones asépticas e independientes de las necesidades sociales


y económicas del entorno. El derecho a estudiar no es solo un derecho in114

dividual, sino un derecho colectivo que tiene que impactar en las condiciones

productivas y en el desarrollo nacional.

Además, el proyecto institucional de las nuevas universidades otorga un

lugar privilegiado a la comunidad local como parte de sus actividades de extensión,

pero también de sus objetivos académicos e institucionales.

Llevar a muchos miles de estudiantes a una formación universitaria ha generado

condiciones de desarrollo en estos distritos. No está mal afirmar que

atravesar por la experiencia universitaria enriquece a todos, no empobrece a

nadie y ayuda a ser mejor ciudadano.

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