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PRESENTADO POR:
HNO JUAN ECHAVARRÍA. HJR.
INTRODUCCIÓN
El acto de la fe, como respuesta libre y responsable del hombre a Dios que se revela, no
surge sobre la evidencia percibida de su contenido; en ese caso la se reduciría a un
saber, ni mucho menos una conclusión lógica de un razonamiento. Sin embargo, para la
teología decir que la fe es razonable, significa que: aunque la fe como acto libre y que al
mismo tiempo supera la capacidad del hombre, no va sin embargo contra su razón. Así
pues, la racionalidad de la fe supone que el hombre que cree en Dios conoce en cierto
modo que Dios ha hablado y que lo interpela. Por eso afirma San Agustín: "intellige ut
credas, crede ut intelligas" (has de entender para creer y has de creer para entender.
Sermón 48, 7). La Teología es entonces desarrollo de la dimensión intelectual del acto
de fe. Es fe reflexiva, fe que piensa, comprende, pregunta y busca. Trata de elevar dentro
de lo posible el credere al nivel de intelligere.
Simbiosis entre la Palabra de Dios y el logos griego
Es un hecho de gran valor religioso y cultural, que ocurre en los siglos
primeros del cristianismo, y constituye las bases para la armonía y buen
entendimiento entre la fe y la razón, que son la raíz de la Teología. hay
que decir que el entendimiento y la alianza entre lo racional y el acto de
fe, tal como lo concibe el judeo-cristianismo, responde a la naturaleza
misma de las cosas, es decir, a la esencia del misterio de Dios, y a la
dinámica del espíritu humano.
San Juan vincula creer a oír (4, 42) y a ver (20, 8), pero especialmente a conocer. Creer y conocer
tienen aquí el mismo objeto, de modo que un mismo hecho o misterio es creído y conocido.
«Creemos y sabemos que Tú eres el Santo de Dios» (6,67). Creer y conocer son intercambiables (cfr.
1 Juan 4, 16). Este hecho no excluye que exista a la vez un dinamismo que lleva del creer al conocer.
«Creed las obras para que lleguéis a conocer» (l0, 38). La fe es como una participación en el
conocimiento que el Hijo tiene del Padre.
a) Implica un acto de asentimiento
c) Es razonable
La fe es siempre presupuesto absoluto de la teología, no solo porque es su contenido, dado que la teología se
hace a partir de la fe, sino porque la buena teología se debe hacer desde dentro de la fe, y es algo más que una
simple reflexión racional sobre los datos de la Revelación. Por eso como ya habíamos dicho anteriormente con
S. Agustín es necesario: entender para creer y creer para entender, (intellige ut creedas, crede ut intelligas)
CONCLUSIÓN
La teología es entonces desarrollo de la dimensión intelectual del acto de fe. La fe es algo muy sencillo,
pero es también muy rica en aspectos. La fe se profesa en el Credo, se celebra en la liturgia de los
Sacramentos, se vive en la existencia cristiana. Y se piensa en la teología. Por eso, ésta es fe reflexiva,
fe que piensa, comprende, pregunta y busca. no obstante Congar, muestra que "Apoyándose por la fe
en la solidez absoluta del conocimiento de Dios, pero también en la razón humana y en sus
adquisiciones ciertas, el teólogo tiene esta audacia: intentar ordenar e interpretar los datos múltiples
de la creencia católica, de modo que se vean sus encadenamientos o sus raíces tal como Dios los ha
dispuesto, y, por tanto, tal como aparecen en la ciencia que Él tiene de ellos. Trata de encontrar la
arquitectura de la obra de Dios. ¿Temeridad? No, si todo el trabajo se encuentra dominado por la luz
positiva de la fe"
(Y. Congar, La Fe y la Teología, Barcelona 1970, 1)