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DISPARIDADES REGIONALES
Las disparidades regionales pueden ser analizadas con el uso de diversos indicadores
orientados a medir, básicamente, el grado de concentración/distribución, espacial y
sectorial, de la actividad productiva y de los frutos del crecimiento, resultantes del modelo
de desarrollo dominante. Así, a manera de aproximación a dichas disparidades, en los
cuadros siguientes se presentan, a nivel macro, algunos indicadores de referencia.
En cada región, la oferta de trabajo (es decir, el número de unidades de trabajo, expresadas
aquí en horas) aumenta en reacción a los salarios que ofrecen las empresas. Por esta razón,
la curva de oferta (O) suba a medida que se va de izquierda a derecha sobre el eje
horizontal, que representa el número
Así, es posible que los habitantes de una región sean más conservadores en lo que atañe a la
presencia de las mujeres en el mercado de trabajo. En la medida en que esta actitud se
traduce en una tasa global menor de actividad (una menor proporción de mujeres en el
trabajo), la región tendrá ingresos per cápita más bajos que las regiones más liberales, aún
si las tasas de salario son comparables. Por otra parte, es posible que los demás ingresos,
sobre todo la remuneración del capital, sean distribuidos de manera "desigual" entre las
regiones.
En resumen, aún en situación de equilibrio, hay que admitir como normales las diferencias
de ingreso per cápita de una región a otra. Otros factores, como la distancia y las
diferencias de estructura industrial, pueden explicar también la persistencia de disparidades
de ingreso en situación de equilibrio. Pero en general estos factores "normales" no explican
más que una pequeña parte de las disparidades observadas.
MODELO DE AJUSTE REGIONAL
¿Cómo suprimir la disparidad entre las regiones A y B? ¿Cómo restablecer el equilibrio? La
respuesta es fácil de adivinar: por medio de la transferencia de trabajadores de la región B a
la región A. Pero veamos más de cerca cómo suceden las cosas en la región B. En un
principio, la población se dará cuenta que los salarios son aproximadamente 60% más
elevados en la región vecina. Para los trabajadores (ocupados o en búsqueda de empleo), la
tentación de partir será fuerte. Así, se iniciará un movimiento migratorio. La salida de
trabajadores de la región B se traducirá por un aumento de los salarios debido a la
reducción en la oferta de trabajo, cantidad q"; en contrapartida, la llegada a la región A de
una cantidad comparable de trabajadores tendrá por consecuencia una presión negativa
sobre los salarios. El desplazamiento de trabajadores de la región B hacia la región A se
proseguirá mientras dure la disparidad, es decir, mientras los habitantes de la región B
consideren que hay una ventaja en la migración, en términos de ingreso por ganar. Que el
desplazamiento de trabajadores, es decir, el número de unidades de trabajo afectadas. Es
suficiente para eliminar la disparidad de los salarios entre ambas regiones.
El modelo de ajuste regional tiene el gran mérito de presentar un marco coherente y de fácil
comprensión, para el análisis de la persistencia de las disparidades económicas regionales.
Más tarde volveremos a analizar sus límites, pero permanezcamos por el momento fieles al
pensamiento neoclásico.
COSTOS DE LA MIGRACIÓN
Mudarse de una región a otra implica costos para las personas o los hogares tanto más
elevados cuanto más alejada está la región de destino. La lejanía no es únicamente asunto
de distancia geográfica: es también cultural y sicológica.
La decisión de partir hacia otra región implica siempre costos importantes, tanto
sicológicos como puramente económicos. Para que valga la pena partir, las ganancias que
se esperan deben ser superiores a los costos. Por supuesto, la decisión es rara vez objeto de
un cálculo "científico". y además el ejercicio es imposible en caso de faltar información.
Pero no por ello es menos racional. Comprende siempre un elemento de riesgo que se
integra implícitamente al cálculo de los costos. La mediación entre ganancias y costos se
percibe en la estructura por edades de los migrantes. La propensión a emigrar hacia otras
regiones disminuye rápidamente después de la edad de 35 años en la mayoría de los casos.
Los jóvenes que inician su vida de trabajo tienen más tendencia a partir, puesto que tienen
oportunidad de realizar ganancias durante un período más largo; además. Los costos
(sicológicos y otros) son generalmente menores en el caso de personas más jóvenes.