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NOVELA Y ENSAYO EN LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XX

Microrrelato

11. Para concluir debemos nombrar un género de gran auge, el microrrelato. Para ello recogemos algunas opiniones
expresadas sobre el género por José María Merino en una entrevista que gira sobre el tema. Finalmente incluimos
algunos microrrelatos de los elegidos por este mismo autor.

PREGUNTA. ¿Por dónde llegó a los predios del microrrelato?


RESPUESTA. Por el camino del experimento. El microrrelato abre nuevas posibilidades expresivas. Posee
una relación inversamente proporcional entre extensión e intensidad. Yo, que escribo novela y cuento, sé
que este género lleva esa regla a sus últimos términos. Mucha intensidad en poquísima extensión. Los pri-
meros microrrelatos que hice fueron de encargo. Hubo un libro estupendo de Alfonso Fernández Ferrer, La
mano de la hormiga, de hace unos 15 años, y me invitó a que le escribiera tres. Y descubrí ese mundo.
P. ¿Les dio muchas vueltas?
R. Pues sí. Aquello no es el esquema cortito de un cuento más largo. Tiene que ser en sí mismo el cuento
exacto. Luego colaboré en la radio con cuentos de dos minutos sobre una noticia. Es un género que ofrece
oportunidades de expresión que no están en otro sitio. Es una tradición antigua y de todas las culturas.
P. Pero es en el siglo XX cuando empieza a salir del anonimato.
R. Es a partir del simbolismo y el modernismo. En lengua española el papel de Rubén Darío y Julio Torri
es fundamental, son los primeros experimentadores, por herencia del simbolismo francés. Con sus peque-
ños poemas en prosa descubrieron que en breve espacio se podía hacer algo inhabitual.
P. ¿Cómo descubrir el néctar de la narración?
R. Si aciertas. Hay gente que piensa que en el microrrelato vale cualquier cosa. Pero el hecho de que un
texto de ficción sea breve no quiere decir que sea un microrrelato. Tiene que tener sustancia, movimien-
to, por poquito que sea. Por supuesto que está muy cercano al aforismo, a la poesía, pero con movimien-
to. Es una quintaesencia narrativa, capaz de moverse y cambiar desde el principio hasta el fin. Ofrece una
mudanza.
P. ¿Dónde estaría la frontera con la greguería, el aforismo o las frases lapidarias?
R. El movimiento es lo que lo distingue, y una cierta voluntad metaliteraria. Hay un libro de Marco Denevi
de relatos eróticos (El jardín de las delicias. Mitos eróticos) que son juegos y juegos, y vueltas y revueltas
sobre temas clásicos. Lo que significa que necesita a veces un lector refinado, enterado.
P. Fuera del ámbito hispánico, ¿de dónde proviene este renacer?
R. Tiene mucha relación con Kafka porque, dentro de la cultura del siglo XX, él descubre unos textos bre-
ves, intensos y misteriosos. Microcuentos antiguos que tienen que ver con la anécdota tradicional. Luego
da una pequeña vuelta para ser más sintético. Otra característica es que el microrrelato deja al lector una
parte importantísima del trabajo.
P. Lo involucra para que termine la historia.
R. ¡Claro! Eso también es un tema del cuento. Quizá tal vez tenga menos lectores que la novela porque
obliga a colaborar mucho. Eso es lo gozoso de un buen cuento, lo que tú pones de tu parte. Pero eso al lec-
tor común no le hace mucha gracia. Él pide que le explique todo.
P. España empezó a vivir a finales del siglo pasado un auge del cuento y en este siglo del microrrela-
to. ¿A qué atribuye este renacer?
R. Aquí existe el cuento porque hay unos cuantos que nos empeñamos. Al fin y al cabo llevamos 800 años
escribiendo. Esa tradición está ahí. Los editores apuestan por el cuento pero no con la franqueza que con
la novela, al tiempo que los lectores la prefieren. Tal vez a partir de mi generación, porque la gran genera-
ción del cuento español fue la de los cincuenta, la de Jesús Fernández Santos, Ignacio Aldecoa, Medardo
Fraile o Carmen Martín Gaite; y luego hubo más pero no tan acendradamente dedicados al cuento. Lo de
mi generación es sorprendente porque Luis Mateo Díez o Juan José Millás y yo, le dedicamos al cuento
mucho interés. Es a partir de la transición cuando parece haber una vuelta al cuento.
P. ¿Y del microrrelato?
R. Se puso de moda por El dinosaurio, de Augusto Monterroso. La gente empezó a mirar esto de la breve-
dad de otra manera. Produjo una cantidad de textos absurdos, como en todo, pero bienvenido. En España
ha habido gente explorando en ese territorio de tiempo atrás como Gonzalo Suárez, Javier Tomeo o Millás.
Donde hay un gran interés es en Latinoamérica. Hay un renacer en todas partes, hasta en Nueva Zelanda.
Editorial Casals, S. A.
NOVELA Y ENSAYO EN LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XX
Microrrelato

P. ¿Es verdad que el cuento es apropiado para estos tiempos de prisas? ¿Y el minicuento?
R. Es un tópico. Para disfrutar de la literatura hay que tener una formación. Y el lector común no es for-
mado en el cuento, porque por las cosas que no enseña, que no descubre, requiere un lector con gusto que
descubra y aprecie en pocas páginas algo que le encanta. Un buen microrrelato es imborrable.
P. Sus microrrelatos conectan con la realidad desde la ficción con crítica y humor.
R. En mi estética, aunque generalmente son cuentos fantásticos, siempre parto de problemas de la realidad,
cotidianos. No puedo remediarlo. Sobre el cambio climático o las guerras en Palestina... Me encanta esa
posibilidad del microrrelato de que en muy poco espacio puedas decir mucho. Aunque es difícil, esa inten-
sidad es lo que me gusta. La brevedad en sí no es un valor. Lo es el dar expresividad narrativa a un texto
breve que ensancha la literatura.

El País.com, 1-9-2007

A
El sueño de la mariposa

Soñó que era una mariposa y al despertar no supo si era un hombre que había soñado ser una mariposa o
una mariposa que estaba soñando ser un hombre.

B
El pozo

Mi hermano Alberto cayó al pozo cuando tenía cinco años.


Fue una de esas tragedias familiares que sólo alivian el tiempo y la circunstancia de la familia numerosa.
Veinte años después, mi hermano Eloy sacaba agua un día de aquel pozo al que nadie jamás había vuelto
a asomarse.
En el caldero descubrió una pequeña botella con un papel en su interior.
Éste es un mundo como otro cualquiera, decía el mensaje.

Luis Mateo Díez

C
69

Despiértese, que es tarde, me grita desde la puerta un hombre extraño. Despiértese usted, que buena falta
le hace, le contesto yo. Pero el muy obstinado me sigue soñando.

D
El hombre invisible

Aquel hombre era invisible, pero nadie se percató de ello.


Editorial Casals, S. A.

Gabriel Jiménez Emán


NOVELA Y ENSAYO EN LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XX
Microrrelato

a. Resume los rasgos que definen el microrrelato a partir de la entrevista de José María Merino.

b. Observa si tales rasgos se dan en los microrrelatos anteriores.


Editorial Casals, S. A.

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