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POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO

ENSAYO:
LA IMPORTANCIA DE LA DEMOCRACIA Y SU APLICACIÓN EN LA SOCIEDAD

CONSTITUCIÓN E INSTRUCCIÓN CÍVICA


ENTREGA PREVIA 1

ALUMNOS:
LEIDY JOHANNA TABARES NAVARRETE 1821023079
DANIA MARCELA PARRA MORENO 1821027053
JAVIER LEONARDO BELTRÁN RUIZ 1721021398
VLADIMIR GUZMÁN RAMÍREZ 1721025786
JUAN MANUEL FAJARDO RAMÍREZ 1320650304
TESIS A DESARROLLAR
En este ensayo hablaremos de la importancia de la democracia, y su aplicación en
la sociedad, resaltando principalmente el compromiso de los ciudadanos para que
dicha democracia resulte efectiva y no meramente formal.

INTRODUCCIÓN.

La importancia de la democracia y su aplicación en la sociedad


La apatía y el desinterés que la participación política manifiesta en este momento
histórico conducen lógicamente al interrogante por la importancia de la democracia
en medio de las sociedades y su justificación al interior de la misma. Toda forma
de participación democrática implica –en diversos grados- un compromiso de parte
del ciudadano, el cual suele no inmiscuirse en temas de esta trascendencia debido
en varios casos al desencanto que nuestros usos representativos han generado
en la sociedad. Ello obedece, sin duda, a la poca comprensión del tema y a la
escasa o nula formación política que el grueso de ciudadanos posee al respecto.
Se afirma, por tanto, que formar ciudadanos democráticamente responsables es la
tarea más urgente de la sociedad y sólo así se justificará su aplicación en la
sociedad.
Con cierta preocupación con respecto al tema, la filósofa española Adela Cortina
afirma: “es necesario reforzar aspectos importantes, como promover ciudadanos
maduros, con capacidad de formarse su propio juicio”, de donde se deduce que un
ciudadano responsable es aquel capaz de convivir sin más tensiones de las
necesarias con distintas opiniones y tendencias, buscando la primacía del bien
común como tarea ineludible de la política, pues se entiende por la experiencia
misma y por la realidad cultural que una sociedad democrática tiene como punto
de partida la existencia en ella de desacuerdos, y parte de su tarea consiste en
generar acuerdos1. Aquí entonces la filósofa retoma el ideario original de
Aristóteles: la ética y la política forman un conjunto indisoluble, y una adecuada
formación democrática requiere necesariamente de una adecuada formación ética.
Sólo así las sociedades llevarán a cabo la aplicación de un régimen democrático
que garantice lo que la democracia por antonomasia debe garantizar y que se
resume en las dos caras del fenómeno moral: la felicidad y la justicia para sus
participantes. Esto requiere estudio, participación, diálogo abierto, pues la
intolerancia con frecuencia se erige como bandera de las actuaciones políticas de
nuestros representantes, y ello, añadido a plantear un problema político, plantea

1 Cf. DIARIO DEL DERECHO, disponible en www.iustel.com


una necesidad ética.
Ahora bien, la democracia solamente justificará su existencia dentro de las
sociedades si permite a dicha sociedad una estabilidad superior a la de otro
régimen que no sea el democrático; ya sea dictatorial o monárquico, la democracia
debe ir más allá de generar la ilusión de participación y garantizar la existencia
digna, ciudadana y jurídica de sus miembros. Frente a ello, Enrique Dussel afirma:
“los tres principios actuales de la democracia son: uno, hay que afirmar la vida de
los ciudadanos: comer, dormir, incluso adorar a los dioses. Dos, todo se hace por
participación simétrica de los afectados para producir un sistema de legitimación.
Tres, se buscan principios universales que funcionan para todos los clanes, tribus,
ciudades”2. Tal afirmación de Dussel demuestra la necesidad de que los miembros
del sistema democrático comprendan la importancia de su participación política al
interior de la sociedad, pues la aplicación de tales principios sólo será plausible y
dejará de ser utópica en la medida en que los ciudadanos se apersonen de sus
responsabilidades políticas, las cuales trascienden del voto popular cada periodo y
contemplan una serie de responsabilidades que sin duda parten de la necesidad
de entender el sistema democrático, de prepararse para la vida en democracia y
de ejercer los derechos que ésta misma democracia debe garantizar de forma
honesta y responsable. La importancia de la democracia, en conclusión, solo
puede ser dada y rescatada por aquellos que la componen de manera consciente
y responsable.

ANTECEDENTES HISTÓRICOS DE LA DEMOCRACIA


A pesar de que existieron en diferentes comunidades sistemas de gobierno
democráticos, fue hasta el año 500 en la ciudad de Atenas, cuando se tiene un
prueba histórica de la primera sociedad democrática.
Esta democracia consistía en que los gobernantes eran elegidos por los
habitantes de Atenas, excluyendo a mujeres, extranjeros y esclavos, lo que hacía
que la aplicación democrática fuera parcial.
Otra característica importante era el criterio de los votantes, quienes estaban
fuertemente influenciados por sátiras y burlas ridiculizando a candidatos y
gobernantes.
Luego de este periodo democrático en Grecia, fue el absolutismo y feudalismo de
la edad media y parte de la edad moderna quienes tomaron el control de los
pueblos, evitando que el pueblo pudiera tomar decisiones que estaban en manos
de los reyes y nobles. Sólo hasta los siglos XVIII o XIX volvería a aparecer un
gobierno de tipo democrático.

2 DUSSEL, Enrique. La democracia no se justifica si no asegura la vida. México, 2009.


DEMOCRACIA EN LA ACTUALIDAD
Un hecho histórico, que marcaría el rumbo de la democracia en la actualidad, fue
el de la revolución francesa, donde se promulgó la declaración de los Derechos
del Hombre y del Ciudadano y se creó el sufragio universal únicamente para los
hombres.
Posterior a esto aparecieron los partidos políticos con aprobación en diferentes
países de Europa y junto con ella modernas constituciones.
Con la consecución en el siglo XX del sufragio universal, fue decayendo la
presencia de las monarquías, y de a poco comenzó la descolonización en África y
América Latina dando lugar a las primeras elecciones democráticas en países
como México, Argentina, Brasil o Perú.
Como antecedentes en América hay dos importantes fechas, revolución de los
comuneros en Paraguay en 1735 y la declaración de independencia de los
Estados Unidos en 17763.

MÁS ALLÁ DE LOS VOTOS

“De acuerdo a datos de LAPOP, el 73,2% de los colombinos apoyaban la


democracia como sistema político y el 60,3% apoyaban las instituciones políticas
en 2010. Sin embargo, poco más que la mitad de los colombianos (51,9%) están
satisfechos con la democracia respecto a su habilidad para resolver sus
problemas”4.

La calidad del sistema político afecta la calidad de vida del ciudadano de a pie ,
cuanta mas y mejor democracia mejores condiciones de vida, e incluso más feliz
será el país. Notablemente nos damos cuenta que hay una falla en cuando a la
democracia colombiana por ejemplo nos damos cuenta el desastre ecológico que
se está presentando y que ya no puede pasar por desapercibido y se produce
debido a los pocos irresponsables que toman decisiones peligrosas que afectan a
todas las personas, como vemos la democracia afecta a todo y por ello debemos
concientizarnos ya que la democracia es, porque más allá de los votos y de las
leyes, la democracia también conlleva que la autoridad, en nombre de las
personas, implementen políticas públicas y que todos los individuo pueda ejercer
3 https://antecedentes.org/democracia/

4 Tomado de El Espectador
su libertad de manera efectiva, es decir, sin limitaciones dadas por la pobreza y,
sobre todo, la falta de oportunidades. En otras palabras, el que la legalidad
favorezca al individuo y, además, sea respetada, no es suficiente para que la
libertad individual sea real pues también importa que nadie deje de estudiar
porque es pobre, que nadie muera de enfermedades plenamente curables, que
nadie padezca hambre, etcétera: sólo así será posible que la democracia y la
libertad que conlleva sean reales. Asimismo, esta es la única alternativa segura y
duradera –en el mediano plazo– para dejar atrás permanentemente la pobreza y la
marginación que, como ya decíamos, tienden a debilitar a la democracia misma.
En este mismo sentido, vemos que la democracia necesita de una ciudadanía
vigorosa, que entienda, conozca y ejerza sus derechos, ya que la apatía y la falta
de participación sólo beneficia a aquellos grupos que manipulan y sacan provecho
de la democracia, es decir, a aquellos que la emplean únicamente para garantizar,
mantener y en lo posible extender, unas estructuras de inequidad y explotación en
la sociedad. Esto genera un círculo vicioso en el cual la ciudadanía no participa
en la democracia porque siente que ésta no reduce las desigualdades, y esta falta
de participación favorece a quienes acentúan esta situación. En palabras de
Tocqueville, “los formalismos democráticos son letra muerta si no se inscriben en
un contexto de igualdad generalizada”5.

5 Citado por Marisol Mancini, Democracia, Ciudadanía y Desigualdad Social.

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