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Obras para la navegación marítima y fluvial.

Las obras que son para la navegación marítima y fluvial influyen en la calidad del
agua.

En la etapa de construcción, de una obra fluvial destinada a la navegación, como son;


los muelles, muros de contención, las obras de acondicionamiento para la navegación, la
perturbación del régimen de los ríos y la remoción del material de las márgenes y el fondo
de los cauces, producen en él desprendimiento de partículas que pasan a formar parte de la
corriente en forma de sólidos suspendidos o disueltos en el agua.

Lo anterior produce el aumento de la turbiedad y cambio en el potencial hidrógeno,


además de las variaciones en el olor del agua. Estas alteraciones normalmente son
temporales, pero en condiciones especiales podrían ser permanentes. Por ejemplo, un
inadecuado diseño de obras para controlar el régimen de una corriente puede erosionar los
márgenes del río, o en el caso de las obras que cuenten con muros de retención que permitan
el paso constante del material sólido, la turbiedad del agua será también frecuente. Es posible
que durante la construcción se presenten cambios en las características químicas del agua.

Respecto a la construcción de obras marítimas para la navegación, como son los


muelles, puertos y escolleras, diques, etc., también existen perturbaciones en el régimen
marítimo, aunque en menor escala. Los componentes de los materiales de construcción y
desechos de la misma, como son los impermeabilizantes o productos derivados del petróleo,
pueden alterar temporalmente la calidad de las aguas marítimas en el sitio de la construcción.

Fallas en el diseño o construcción de alguna de las obras portuarias podrían propiciar


la erosionen las costas y, por consiguiente, un aumento en la turbiedad.

La construcción y operación de los puertos marítimos influye de manera directa en


las zonas de los litorales, su localización afecta en forma variable a los componentes del
ecosistema acuático, ya que pueden ser establecidos en zonas con un alto aprovechamiento
pesquero o zonas ecológicamente importantes, como los arrecifales y las de los manglares.
Por estas razones, las descargas continuas de aguas residuales y emisiones atmosféricas que
se generan, pueden ocasionar la degradación de los usos del suelo en las zonas aledañas,
incluyendo las zonas turísticas y habitacionales.

La ubicación de descargas de aguas residuales en puntos específicos que no


representen un alto valor ecológico, social o económico, protegerá a estas zonas de
perturbaciones mayores. El diseño de emisores submarinos para esta finalidad, ha resultado
una opción viable en la prevención de impactos para las comunidades acuáticas.

Durante la etapa de operación, fallas en la seguridad de la trayectoria de los buques


dentro del puerto pueden provocar diversos accidentes.
Obras de edificación.
Las obras de edificación comprenden las construcciones destinadas a habitaciones,
establecimientos comerciales, fabricas, escuelas, lugares de reunión, bodegas y todo local
cualquiera que sea el uso que se le destine.

El edificio terminal, la torre de control y el edificio anexo a la torre de control, los


edificios de ayuda a la navegación, las bodegas y edificios para estacionamiento, en un
aeropuerto, así como los edificios administrativos y de servicio; las propias industrias y las
zonas habitacionales, en un puerto; las terminales o estaciones de un sistema de transporte
carretero o ferroviario, todas estas obras son de edificación. En las obras de uso y manejo del
agua, la casa de máquinas de una hidroeléctrica, o de las bombas en un sistema de
abastecimiento de agua potable o riego también se consideran como obras de edificación.

Las obras antes mencionadas son muy completas e incluyen a todos los campos de la
actividad de la ingeniería civil, este aspecto es importante si se desea evaluar el impacto
global de una obra en particular.

Depende de la magnitud de la edificación y del final al que se le destine, pueden


presentarse magnitudes de efectos directos e indirectos de la obra en relación con el ambiente.

Algunos impactos de la obra de edificación son: Si se pretende construir una zona


habitacional (desarrollo urbano) o un parque industrial, se debe dirigir la atención hacia los
suelos de poco valor agrícola, como son los terrenos tepetatosos, y los suelos erosionados,
pues aunque los costos inmediatos son mayores los beneficios a largo plazo lo justifican.

Conforme aumenta el tamaño de la edificación, sus efectos más notables como el


ruido y el polvo aumentan hasta llegar al caso de edificios de gran altura y en los que el
tiempo de construcción es muy extenso.

La cimentación es una de las etapas en la que se presentan los afectos adversos más
molestos para la comunidad y los riesgosos para las edificaciones contiguas, por lo que debe
tomarse en consideración para poner en marcha las medidas de mitigación al reforzar la
cimentación de los edificios contiguos para evitar los hundimientos diferenciales y el ruido
nocturno.

Como consecuencia del gran número de construcciones urbanas y áreas asfaltadas,


existentes en una ciudad, cuando el sol calienta el terreno, el suelo adquiere una temperatura
más alta que la de los campos o bosques que rodean a la ciudad.

Es posible que durante varios días no se caliente suficientemente el terreno y la capa


de inversión permanezca a muy baja altura formándose un espacio cerrado con las montañas
que rodean al valle. A lo largo de estos días el nivel de concentración de los gases
contaminantes llegaría a niveles aún más altos, pudiendo causar daños irreparables a la salud
de los habitantes del valle.

Las construcciones son una fuente de contaminación por ruido diversas herramientas
como el marro, el serrucho y el martillo hidráulico, así como maquinaria ligera y pesada para
efectuar excavaciones o demoliciones, como las grúas y los trascabos, generan mucho ruido.
Las explosiones con dinamita y el simple volteo de los camiones al descargar piedras son
algunos ruidos generados en esta rama productiva.

Los efectos de la exposición a esta clase de contaminación que sufren los trabajadores
de la construcción que se exponen, son: deterioro auditivo, fatiga y nerviosismo.

Entre las obras públicas que pueden presentar altos impactos ambientales, podemos
citar el caso de la construcción de carreteras; se afirma que la tasa de deforestación está
estrechamente ligada a la construcción de carreteras.

En estos casos se ha señalado el impacto ambiental negativo que resulta de un brusco


incremento de la accesibilidad de regiones ecológicamente frágiles y anteriormente poco
expuestas a la presión humana.

En la mayoría de nuestros países, las áreas inundables, las zonas de médanos costeros
y otros ecosistemas presentan casos donde la construcción de carreteras puede agravar los
efectos de los ciclos naturales actuando como barreras artificiales y finalmente, en el
ambiente totalmente transformado de los centros urbanos, el tránsito es uno de los principales
problemas de este siglo (consumo de espacio, congestión, contaminación, accidentes, etc.)

El transporte supone altos consumos de energía y recursos naturales, más peligros de


degradación y contaminaciones ambientales de diversos tipos.

Las consideraciones de estos problemas durante los procesos de diseño antes de la


construcción y operación, puede llevarnos a reducir los impactos negativos al ayudar a
explora nuevas alternativas de organización y distribución de la actividad humana y del
transporte que resulte más compatible con un desarrollo ambientalmente aceptable.

La literatura sobre evaluación de impactos ambientales crece de manera exponencial


pero, como es de esperarse, está mayoritariamente concentrada en la industria, el automóvil
y en mucho menor medida en los otros medios.

El modo de transporte puede ser acuático, aéreo, terrestre, subterráneo, implica


enormes diferencias en el tipo de infraestructura necesaria. En un sistema aéreo se construyen
terminales (aeropuertos) y no corredores, al contrario de un sistema de carreteras; mientras
que para los ferrocarriles corredores y terminales son necesarios. También el impacto
ambiental difiere en localización, dimensiones e intensidad dependiendo del caso de que se
trate.

A cada medio de transporte corresponde uno o más medios de transporte; aeronaves,


embarcaciones, vehículos automotores, ferrocarriles, trenes subterráneos, ductos, túneles,
etc.

La multiplicidad de sistemas de propulsión, tipos de energía utilizada, afecta en forma


importante el impacto ambiental.
Los efectos directos de un sistema de transporte en la etapa de construcción al
ambiente natural y sobre la población urbana se pueden enlistar como sigue:

En el ambiente natural:
 Uso irreversible de recursos (competencia con otros usos).
 Pérdida de tierras agrícolas, urbanas, vegetación, hábitats especiales (terrestres y
acuáticos).
 Formación de barreras a las dinámicas naturales.
 Apertura de vías de penetración para vectores naturales indeseables.
 Apertura de vías de penetración para actividades humanas perjudiciales.
 Problemas de degradación (erosión de suelos, sedimentación en cursos de agua,
inestabilidad de suelos, deforestación), deterioros en áreas de extracción del
material de construcción.
 Contaminación (derrames de combustibles, desechos sólidos, efectos de la
degradación)

En la población humana:
 Efectos económicos de la construcción sobre las oportunidades de empleo y el valor
de los recursos.
 Desplazamientos demográficos.
 Condiciones de seguridad y salud durante la construcción del sistema.
 Efectos económicos positivos y negativos resultantes del cambio de accesibilidad
(valor del suelo, promoción o desaliento de actividades, cambios en los ingresos,
en las demandas y en los recursos)
 Efectos en la salud (accidentes, contaminación, ruido, congestiones, estrés)
 Incremento o pérdida de oportunidades no económicas (de comunicación,
culturales, recreación, alteración paisajística)

La evaluación de los impactos señalados, es decir, su análisis y la integración de


resultados y recomendaciones dentro de un proyecto de construcción u operación de
transportes puede realizarse en una o más de estas cuatro etapas: la selección entre distintos
sistemas de transportes; la identificación de corredores o sitios donde pueden localizarse las
infraestructuras del transporte; el diseño y construcción del sistema; y la operación.

En la gran mayoría de los proyectos, los posibles impactos de la etapa de construcción


son los menos considerados. Debido al carácter temporal de la construcción, los ingenieros
y planificadores tienden a preocuparse solo del diseño para la construcción y las normas de
operación en esta etapa muchas veces no son tratadas explícitamente por nadie, quedando en
manos al libre albedrío de la empresa constructora. Y aún allí numerosos daños ambientales
son el simple resultado de la improvisación.

Uno de los problemas manifiestos en las carreteras rurales es la erosión eólica y el


depósito de la tierra durante la construcción, antes de la pavimentación y de la consolidación
de taludes. La tradicional polvareda representa cientos de toneladas de polvo por semana por
kilómetro lineal de carretera, según el clima, relieve y tipo de suelos. Su libre arrastre por la
pendiente o su depósito inadecuado pueden resultar en importantes daños ambientales, en
especial si existen cursos y cuerpos de agua vecinos.

Otros problemas ambientales son los deterioros y la contaminación asociados con la


falta de normas de operación y recuperación de sitios (áreas de extracción de materiales,
abandono de residuos, maquinaria, material de desecho de la propia carretera, etc.). En las
construcciones en áreas urbanas, los problemas de ruido y contaminación atmosférica pueden
afectar seriamente las condiciones de vida de la población vecina a la obra.

La mayoría de estos casos puede solucionarse o mitigarse con simples normas de


operación y recuperación, diagramas de horarios, aislamiento, normas higiénicas y medidas
similares de bajo costo en relación con los presupuestos de las obras.

La evaluación ambiental puede ayudarnos a diseñar sistemas de transporte menos


agresivos al ambiente natural y social, más capaces de conjugar el crecimiento económico
con mejoras sociales y calidad de vida.

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