Professional Documents
Culture Documents
Capítulo 4
Entre enunciado y enunciación: la esquematización
Esquema 17
SITUACION DE INTERACCION SOCIODISCURSIVA
Institución (formación discursiva)
Actividad en curso, Tiempo, Lugar
ESQUEMATIZACION
FORMACIONES IMAGINARIAS:
Imágenes de la situación (Sit)
Imágenes del referente-tema
objeto del discurso (R)
A Coconstruido Imágenes de A Imágenes de B Coconstruido B
Esquematizador iA > A/B/ iB > B/A/ Co-esquematizador
En función de: R/Sit R/Sit En función de:
. finalidades (objetivos, iA > [B > B] iB > [A >A]
. la esquematización
intenciones) iA > [B > A] iB > [A > B]
. finalidades (objetivos,
. represntaciones psicosociales etc. etc. intenciones)
(de A, B, R, Sit) . represntaciones psicosociales
. preconstruidos culturales (de A, B, R, Sit)
(memoria colectiva, ideología, MEMORIA DISCURSIVA . preconstruidos culturales
prácticas cotidianas) (memoria colectiva, ideología,
prácticas cotidianas)
Estas grandes acciones dan lugar a elecciones de textualización que son función de los
géneros disponibles en la formación sociodiscursiva en el interior de la cual la
interacción tiene lugar. Así, mientras el insulto real apunta a juzgar y a conmover, el
insulto ritual apunta a pasar el tiempo, se define como un juego verbal. Como vimos
antes, cuando la redacción de L´Aurore decide titular Yo acuso! la célebre carta
abierta de Zola, elige destacar una acción discursiva con implicancias muy fuertes
(consecuencias judiciales). Hablamos de la importancia de las formaciones
sociodiscursivas que vuelven o no posibles y eficaces a las acciones discursivas. En
este nivel de nuestra reflexión, retengamos sobre todo que, de manera paralela pero no
simétrica, el co-esquematizador interpreta una esquematización en función de sus
propios objetivos, metas y de su visión de la situación de interacción.
Se reconoce aquí lo que describe, por ejemplo, Francis Jacques, en Espacio lógico de
la interlocución:
Decir algo con alguien, y no sólo a alguien (lo que es trivial). El lenguaje adquiere un valor
referencial al mismo tiempo que un alcance transaccional (Jacques 1985:41).
Todo esto tiene sentido dentro del principio dialógico ya mencionado en el esquema
14:
La esencia misma de una esquematización es ser reconstruida por su destinatario y por lo tanto
intérprete (Grize 1990:88).
Una esquematización aparece (…) no tanto como expresión discursiva de un sentido que como una
solicitación para construir un sentido (Grize 1996:118).
Es decir que deben tomarse en cuenta tres parámetros contextuales: los de la situación
sociodiscursiva de la interacción considerada, las condiciones de producción y las
condiciones de recepción/interpretación.
A estos cuatro casos repértoriados por Grize, hay que agregar imágenes de la lengua
del otro o de la que el otro espera que se produzca. Esta cuestión fundamental que
atraviesa los estudios sociolingüísticos y la reflexión de Pierre Bourdieu sobre el
"capital lingüístico" (L) de los sujetos se extiende también hasta las imágenes del
soporte y/o canal de trasmisión de la esquematización. La materialidad -Foucault diría
el régimen de materialidad- del discurso, el medio (M) elegido, produce efectos tanto
en el sujeto parlante A como sobre el interpretante B (lo vimos antes, a propósito de la
publicación de "Yo acuso!" en primera plana de un diario con una tirada para esa
ocasión de 300.000 ejemplares).
Esta reflexión sobre las maneras en que la esquematización propone imágenes de A y
B recuerda también los rituales de interacción de Erving Goffman (1974) y su teoría
de la "cara" concebida como las imágenes valorizantes que los sujetos, en la
interacción, intentan construir de ellos mismos y de sus interlocutores. Cuidar la
"cara" de B, es siempre proponer una imagen de B que B pueda reconocer.
Volveremos a hablar de esto en el capítulo 7, dedicado a los insultos rituales.
Estos componentes se combinan, en la medida en que lo que Michel Pêcheux (1969)
llamaba "formaciones imaginarias" se ajustan. Una esquematización propone
entonces tanto:
- imágenes de la situación de interacción sociodiscursiva según A (im A > Sit),
según b (im B >Sit), o según la imagen que A se hace de la manera en que B se
representa la situación (im A >im B > Sit), o la imagen que A se hace de la
manera en que B imagina que A se representa la situación (im A> im B> im A>
Sit), etc.;
- imágenes del objeto del discurso según A (im A>R), según B (im B > R), o de la
imagen que A se hace de la manera en que B se representa el oibjeto del discurso
(im A > im B> R), o la imagen que A se hace de la manera en que B imagina que
A mismo se representa el objeto del discurso (im A> im B> im A> R), etc.;
- imágenes de B según A (ima A>B) en el marco de una réplica-respuesta:
imágenes de la representación de B por sí mismo (im B > B), o la imagen que A
se hace de la manera en que B se imagina a sí mismo (im A> im B>B), o la
imagen que A se hace de la manera en que B imagina que A se representa a B (im
A> im B> im A> B), etc.;
- imagenes de la lengua L y/o del medio utilizado M según A (im A> L/M), de las
imágenes de la representación que B se hace de L y/o M (im B>L/M), o la imagen
que A se hace de la manera en que N se representa el valor de L y/o M (im A> im
B>L/M), o la imagen que A se hace de la manera en que B imagina que A se
representa L y/o M (im A> im B> im A> L/M), etc.;
- finalmente, toda esquematización propone una imagen de A mismo: im A>A, o
una imagen según A de la manera en que B se representa a A (im A> im B> A), o
inclusive de la imagen que A se hace de la manera en que B imagina la
representación que A tiene de sí mismo (imA> im B> imA>A), etc. Este punto
merece un desarrollo complementario y un desvío por ciertas consideraciones de
la antigua retórica.
Esquema 18
LOGOS
(argumentos)
INVENTIO
(PRUEBAS)
ETHOS PATHOS
(costumbres) (pasiones)
O. Ducrot vincula el ethos tanto con la inventio (elección de los argumentos) como
con la elocutio (elección de la puesta en palabras) y con la actio (puesta en voz,
gestos, tono). No sólo tiene el mérito de ser uno de los primeros lingüistas en integrar
la cuestión del ethos en una teoría de la enunciación, sino que distingue ser del mundo
y sujeto hablante.
En mi terminología, diré que el ethos está vinculado con L, el locutor en tanto tal: es en tanto
fuente de la enunciación que se ve cargado con ciertos caracteres que, en contrapartida, vuelven
esta enunciación aceptable o repelente. Lo que el orador podría decir de él, en tanto objeto de la
enunciación, concierne en cambio […] al ser del mundo, y no es éste el que está en juego en la
parte de la retórica de la que hablo (1984:201).
b.2. Expresiones vinculadas con el locutor en tanto tal (ethos implícito, insinuado)
La traducción lingüística del ethos discursivo planteada por la retórica pasa por
enunciados del tipo: "¡Zás!", "¡Bof!", "¡Puaj!". Este ethos que se puede llamar
implícito o insinuado pasa a la esquematización por un léxico evaluativo, por una
sintaxis expresiva exclamativa, las suspensiones y otras frases inacabadas, pero sobre
todo, en lo oral, por las entonaciones y la dicción. En el discurso pronunciado en
Argel, de Gaulle marca la intensidad de su adhesión a sus proposiciones en la
construcción optativa y en la exclamación (el subrayado es mío):
Ah! Puedan participar en masa // en esta inmensa demostración // todos aquellos // de vuestras
ciudades / de vuestros douars // de vuestras llanuras / de vuestros djebels
En el capítulo 2 ya habíamos destacado el largo período ternario final de este
discurso:
Nunca // más que aquí // y más que esta noche // sentí // cuán hermosa // cuán grande // cuán
generosa // es Francia
La emoción del orador se marca implícitamente aquí en la cadencia rítmica muy lenta
y la construcción de la frase segmentada que permite colocar a Francia en la caída del
período que sirve de peroración. Los intensivos ("nunca más que" y "cuán") vienen a
reforzar lexicalmente una emoción que los adjetivos ("hermosa", "grande",
"generosa") axiologizan positivamente. Sólo el enunciado "sentí" plantea
explícitamente un ethos que responde al ethos planteado al comienzo de la alocuión
("los he comprendido"). La introducción del verbo "sentir" permite a de Gaulle
plantearse no sólo como el que comprende intelectualmente las cosas, sino el que
acaba, en el curso de su viaje a Argelia, de sentir la situación. La participación
emotiva es entonces, en la esquematización del período final, a la vez mostrada e
implícita.
De la confrontación de una eventual representación psicosocial anterior con el ethos
discursivamente esquematizado de manera explícita (b1) o insinuada (b2), surge una
figura que es la de un sujeto siempre imaginario para el que interpreta la
esquematización. Este sujeto siempre imaginario lo anotamos como A/L* en el
esquema de comunicación que podemos construir con el objeto sobre todo de destacar
los desfasajes de la interacción entre A y B (cualquiera sea el soporte medio: oral o
escrito, directo o diferido en el espacio y/o el tiempo):
Esquema 19
Sujeto en el Representacion ESQUEMATIZACION
mundo A y es de B de la imagen de Preconstruidos
Locutor situación A/L* PROPUESTA y finalidades
(ethos discursivo)
Representación y del objeto del IB* Sujeto en el
extralingüística discurso ser de mundo
de SI MISMO discurso B
A/L* RECONSTRUIDA Representa- Representación
Preconstruidos imaginario ciones de A, de extralingüística
y finalidades la situación y de SI MISMO
del objeto del
discurso
Este esquema pone en evidencia la brecha entre la imagen construida a partir del
discurso (oral o escrito) y la complejidad de procesamiento de esta brecha. En lo oral,
es la condición de sinceridad lo que puede incitar a unir o disociar las dos
representaciones (previa y producida por la escucha del discurso). En lo escrito, en
cambio, en particular en la producción ficcional artística, la tentación de confundir el
ethos producido al término de la lectura con la persona del autor es uno de los
múltiples contrasentidos de la crítica ingenua. Como deploraba Balzac, en el prefacio
de 1836 al Lys dans la vallée: "El yo no deja de ser peligroso para el autor. Si bien la
masa lectora ha aumentado, la suma de la inteligencia pública no aumentó en
proporción […] Muchas personas hacen el ridículo de volver cómplice a un escritor
de los sentimientos que atribuye a sus personajes; y si emplea el yo, casi todos se ven
tentados de confundirlo con el narrador." Esta confusión del ethos discursivo con la
persona en el mundo perjudicó tanto al Flaubert de Madame Bovary como al Zola
considerado pornógrafo … La narratología desglosa bastante bien estas identidades,
separando la voz narrativa de la persona del autor. Pero las cosas son aún más
complicadas, ya que como deice Paul Auster en una entrevista del diario Le Monde,
no hay solo desglose desde el punto de vista del interpretante (como el esquema
anterior) sino también en la producción:
Hay algo en las novelas que me fascina: se ve un nombre en la tapa, es el nombre del autor, pero se
abre el libro, y la voz que habla no es la del autor, es la del narrador. ¿A quién pertenece esta voz?
Si no es la del autor en tanto hombre, es la del escritor, es decir una invención. Hay entonces dos
protagonistas […] En mi vida hay una gran ruptura entre mí y el hombre que escribe los libros. En
mi vida, sé más o menos lo que hago; pero cuando escribo, estoy totalmente perdido y no sé de
dónde vienen las historias (26 de julio de 1991).
Si el yo que dice o escribe puede ser tan diferente del yo-autor , sujeto en el mundo,
es probablemente porque el mismo ejercicio del decir (escrito u oral) es un ejercicio
complejo, que modifica el pensamiento. Para poder admitir estos desdoblamientos y
esta complejidad de instancias, hay que admitir que el decir no traduce quizá
simplemente el pensamiento previo de un sujeto.Como dice Merleau-Ponty, y
cerraremos nuestra reflexión sobre esta cuestión con sus observaciones
epistemológicamente ilustradoras no sólo para nuestro objetivo, sino para el conjunto
de nuestra posición teórica:
El orador no piensa antes de hablar, ni siquiera mientras habla; su palabra es su pensamiento. De la
misma manera […] cuando se lee un texto frente a nosotros, si la expresión es lograda, no tenemos
un pensamiento al margen del texto mismo, las palabras ocupan todo nuestro espíritu (1945: 209-
210).
La operación de expresión, cuando es lograda, no deja sólo al lector y al escritor un ayuda-
memoria; hace existir la significación como una cosa en el corazón mismo del texto, la hace vivir
en un organismo de palabras, lo instala en el escritor o el lector como un nuevo órgano de los
sentidos, abre un nuevo campo o una nueva dimensión de nuestra experiencia.
[..] La operación expresiva realiza o efectua la significación y no se limita a traducirla. No sucede
otra cosa, a pesar de la apariencia, con la expresión de los pensamientos mediante la palabra. El
pensamiento no es nada "interior", no existe por fuera del mundo y fuera de las palabras. Lo que
nos engaña aquí, lo que nos hace creer en un pensamiento que existiría por sí mismo antes de la
expresión, son los pensamientos ya constituidos y ya expresados que podemos evocar
silenciosamente y por los que nos damos la ilusión de una vida interior. Pero en realidad este
silencio pretendido es susurro de palabras, esta vida interior es un lenguaje interior (1945:211-
213).