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Unidad I: Difusión
1.1 Introducción:
Aun en los materiales absolutamente puros, los átomos en la red se mueven de una
posición a otra. Este proceso, conocido como autodifusión, puede detectarse utilizando
trazadores radioactivos. Supóngase que se deposita una capa de isótopo radioactivo de oro
(Au198) sobre la superficie de un bloque de oro normal (Au197). Después de cierto tiempo los
átomos radioactivos se mueven hacia dentro del oro normal, y finalmente se distribuyen de
manera uniforme en todo el metal. Aunque la autodifución ocurre continuamente en todos los
materiales, el efecto en su comportamiento no es importante.
En las aleaciones metálicas y en los cerámicos, ocurre la difusión de átomos distintos.
Si se une una lámina de níquel con una de cobre, los átomos del níquel se difunden
gradualmente dentro del cobre y los de cobre emigran al níquel. Nuevamente, si se espera lo
suficiente, los átomos de níquel y de cobre se distribuirán uniformemente en todo el metal y
éste será homogéneo, teniendo la misma concentración de átomos de cobre y de níquel en
todas partes (figura 1.2.1).
Hay varios mecanismos por los cuales se difunden los átomos (Figura 1.2.2). En la
difusión por vacantes, que implica la sustitución de átomos, un átomo deja su lugar en la red
para ocupar una vacante cercana (creando un nuevo sitio vacío en su posición original en la
red. Conforme prosigue la difusión, se presente un reflujo de átomos y vacantes. En la
difusión intersticial, un átomo se mueve de un intersticio a otro. Este mecanismo no requiere
de vacantes para llevarse a cabo. En ocasiones un átomo sustitucional deja su lugar en la
red normal y se traslada a un intersticio muy reducido. Este mecanismo de difusión intersticial
desajustada es poco común, debido a que el átomo no se ajusta o acomoda fácilmente en el
intersticio, que es más pequeño. Los átomos se mueven también mediante un mecanismo de
intercambio simple o por un mecanismo cíclico (desplazamiento circular). No obstante, las
vacantes y los mecanismos intersticiales originan la difusión en la mayoría de los casos.
Figura 1.2.1: Difusión de los átomos de cobre en el níquel. Al final, los átomos de cobre
están uniformemente distribuidos en todo el níquel.
Figura 1.2.2: Mecanismos de difusión en los materiales. (A) Difusión por vacantes o por
sustitución de átomos, (B) difusión intersticial, (C) difusión intersticial desajustada, y (D)
difusión por intercambio y en círculo.
Un átomo que se difunde debe escurrirse entre los átomos circundantes para ocupar
su nueva posición. Esto se muestra esquemáticamente para el caso de la difusión por
vacantes o por ocupación de intersticios en la figura 1.3.1. El átomo está originalmente en un
sitio de baja energía, relativamente estable para desplazarse a otro lugar, el átomo debe
atravesar una barrera de energía potencial que requiere una energía de activación Q. El
calor proporciona al átomo la energía para vencer esta barrera.
Figura 1.3.1: Puesto que los átomos son forzados o deformados al pasar entre otros durante
la difusión, se requiere una energía alta. Esta cantidad es la energía de activación Q.
Generalmente el átomo sustitucional requiere mayor energía que el intersticial.
Normalmente se necesita menos energía para forzar un átomo intersticial a que pase
entre los átomos circundantes; en consecuencia, la energía de activación es menor en la
difusión intersticial que en la difusión por vacantes. Los valores típicos para las energías de
activación se indican en la Tabla 1.3.1; una energía baja de activación revela una difusión
fácil.
Difusión intersticial
C en FCC 32900 0,23
C en BCC 20900 0,011
N en FCC 34600 0,0034
N en BCC 18300 0,0047
H en FCC 10300 0,0063
H en BCC 3600 0,0012
Autodifusión
Au en Au 43800 0,13
Al en Al 32200 0,10
Ag en Ag 45000 0,80
Cu en Cu 49300 0,36
Fe en Fe FCC 66700 0,65
Pb en Pb 25900 1,27
Pt en Pt 67600 0,27
Fe en Fe BCC 58900 4,1
Difusión heterogénea
Ni en Cu 57900 2,3
Cu en Ni 61500 0,65
Zn en Cu 43900 0,78
Ni en Fe FCC 64000 4,1
Au en Ag 45500 0,26
Ag en Au 40200 0,072
Al en Cu 39500 0,045
Figura 1.4.1: La densidad de flujo durante la difusión se define como el número de átomos
que pasan a través de un plano de área unitaria por unidad de tiempo.
Gradiente de concentración:
El gradiente de concentración indica cómo varía la composición del material con la distancia;
∆c es la diferencia de concentración a lo largo de la distancia ∆x (figura 1.4.2). En el oro puro
no ocurre flujo neto por autodifución, puesto que la concentración de oro es idéntica en todas
partes. Sin embargo, se origina un flujo neto de átomos de cobre y níquel cuando estos
materiales se alean hasta que el metal sea homogéneo. Se debe hacer nota que el flujo es
inicialmente alto cuando el gradiente de concentración es alto, y decrece gradualmente
conforme se reduce el gradiente.
La temperatura y el coeficiente de difusión:
El coeficiente de difusión está dado por la expresión:
−Q
D = DO exp (1.4.2)
RT
Donde Q es la energía de activación (cal/mol), R es la constante del gas ideal (1.987 cal/mol •
0
C) y T es la temperatura absoluta (K). D0 es una constante para un sistema de difusión dado.
Tipos de difusión:
En la difusión volumétrica, los átomos se mueven a través del cristal de un nodo de la red a
otro, o de un intersticio a otro. Debido a los átomos circundantes, la energía de activación es
grande y la velocidad de difusión es relativamente baja.
Sin embargo, los átomos también se pueden difundir a lo largo de los bordes de grano
interfases y superficies en el material. Los átomos se difunden más fácilmente por difusión
en borde de grano debido al escaso empaquetamiento atómico en los límites granulares.
Debido a que los átomos atraviesan con mayor facilidad el límite o borde de grano que es
desordenado, la energía de activación es baja. La difusión superficial es aún más fácil, ya
que hay menos obstáculos. En consecuencia, la energía de activación es menor y el
coeficiente de difusión es mayor para las difusiones de límite de grano y superficial.
Tiempo:
La difusión requiere de tiempo; recuérdese que las unidades para el flujo son átomos/cm2•s.
Si deben difundirse un gran número de átomos para producir una estructura uniforme, se
requieren tiempos prolongados, incluso a temperaturas elevadas. La duración de los
Apuntes Metalurgia – Física Página 7 de 53
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tratamientos térmicos puede producirse aplicando altas temperaturas o acortando las
distancias de difusión (relacionadas con ∆x) lo más posible.
Se advierte que algunas estructuras y propiedades excepcionales se obtienen si se impide la
difusión de las estructuras fuera de equilibrio, lo cual proporciona el fundamento de los
tratamientos térmicos especiales.
La segunda ley de Fick, que describe la difusión dinámica o no estable de los átomos, es la
dc d 2c
ecuación diferencial = D 2 , cuya solución depende de las condiciones del límite para
dt dx
una situación particular. Una solución es:
Cs − Cx x
= erf (1.5.1)
Cs − Co 2 Dt
Un material compuesto de muchos granos contiene un gran número de límites de grano, esto
representa un área de alta energía debido al ineficiente acomodamiento de los átomos. La
energía total puede reducirse en el material si la cantidad de área de límite de grano es a su
vez reducida por crecimiento de grano.
El crecimiento de grano involucra el movimiento de límites de grano, permitiendo a unos
granos crecer a expensas de otros. La difusión de los átomos a través del límite del grano
(figura 1.6.1) es necesaria para que ocurra el crecimiento de grano. En consecuencia, el
crecimiento de los límites de grano está relacionado con la energía de activación para que un
átomo salte a través del límite. Las temperaturas altas o las energías bajas de activación
incrementan el tamaño de los granos. Muchos tratamientos térmicos en los metales, entre los
que se incluye someter el metal a temperaturas elevadas, deben ser controlados
cuidadosamente para evitar el crecimiento excesivo de grano.
Se puede impedir el crecimiento de grano introduciendo obstáculos en los límites de grano, lo
que genera una fuerza que evita que los granos crezcan. Es posible introducir estas
partículas de diversas maneras para controlar el crecimiento de grano durante la aplicación y
procesamiento en altas temperaturas de muchos materiales.
Figura 1.6.1: El crecimiento de grano ocurre cuando los átomos se difunden a través del
límite granular de un grano a otro.
Cuando se deforma plásticamente a un metal a temperaturas que son bajas en relación con
su punto de fusión, se dice que el metal es trabajado en frío. No se puede expresar
exactamente la temperatura que define el límite superior de la zona de trabajo en frío, puesto
que varía tanto con la composición como con la cantidad de deformación. Una regla empírica
aproximada es suponer que la deformación plástica corresponde al trabajo en frío si este se
efectúa a temperaturas menores de la mitad del punto de fusión medido sobre una escala
absoluta.
La energía gastada en el trabajo en frío aparece, en su mayor parte, en forma de calor, pero
una fracción limitada se almacena en el metal como energía de deformación asociada con
diversos defectos reticulares creados por la deformación. La cantidad de energía retenida
depende del proceso de deformación y de un determinado número de otras variables, por
ejemplo, composición del metal y temperatura de deformación. Es difícil sacar conclusiones
sobre la variación de la energía almacenada como una función de estas variables debido a
que el número de ellas es tan grande y los datos experimentales que miden estas
propiedades son relativamente escasos. Sin embargo, cierto número de investigadores han
indicado que la fracción de energía que permanece en el metal varía desde un pequeño
porcentaje hasta algo como el 10%.
Se sabe que el trabajo en frío aumenta notablemente el numero de dislocaciones en un
metal. Un metal recocido blando puede tener densidades de dislocaciones del orden de 106 a
108 líneas de dislocaciones por cm2, y los metales excesivamente trabajados en frío pueden
tener 1012 aproximadamente. En consecuencia, el trabajo en frío es capaz de aumentar el
número de dislocaciones en un metal por un factor tan grande como 10000 a 1000000. Como
tales dislocaciones representan un defecto del cristal con una deformación asociada, el
aumento en la densidad de las dislocaciones aumenta la energía de deformación del metal.
La creación de los defectos de punto durante la deformación plástica se reconoce también
como una fuente de energía retenida en los metales trabajados en frío. Defectos tales como
lugares vacantes que ocupan posiciones singulares en la red, están clasificados como
defectos puntuales para diferenciarlos de las dislocaciones, las cuales son de carácter
lineal. Otra forma de de defecto puntual es el átomo intersticial. El átomo intersticial, el cual
es importante en el estudio de los metales trabajados en frió, no es necesariamente un
átomo pequeño, tal como un átomo de carbono que busca una posición intersticial, sino un
átomo capaz de ocupar un lugar reticular regular que ha sido forzado dentro de una posición
intersticial como resultado de una deformación.
Como la energía de deformación asociada con un lugar vacante es mucho mas pequeña
que la asociada con un átomo intersticial, puede suponerse que se formarán mayores de
lugares vacantes que átomos intersticiales durante la deformación plástica.
2.2 Recocido
La recuperación es la primera etapa del proceso de recocido. Por una parte, con mayor
temperatura se produce el alivio de esfuerzos internos causados por el trabajo en frío,
(tensiones residuales), y por otra parte, se producen cambios microestructurales.
La recuperación comprende una serie de fenómenos que ocurren a temperaturas más bien
bajas, con respecto a la temperatura de fusión del material, entre los que se pueden
destacar:
• Aniquilación de defectos puntuales
• Poligonización
• Caída de la resistividad eléctrica (R)
Figura 2.2.4: Esquema de zonas altamente deformadas en trabajo en frío, donde surgen los
nuevos granos.
Temperatura de recristalización:
Cuando el metal se ha deformado poco en frío, aun las regiones mas alteradas tienen escasa
tendencia a la recristalización, y ésta no se produce ni a temperaturas muy elevadas. Una
deformación ligeramente mayor origina pocas regiones con energía interna elevada para que
puedan recristalizar; en ellas se originan pocos granos nuevos, que al crecer y digerir el resto
del material dan lugar a un grano muy grosero. La deformación mínima que causa
recristalización en el recocido posterior se llama deformación critica, y al crecimiento
anormal del grano a que da lugar, crecimiento de grano por deformación critica. Para que
se pueda producir la recristalización en un metal es preciso un mínimo de deformación
plástica (normalmente del 2% al 8%). En la figura 2.2.8 se ve que, para que se inicie la
variación del tamaño de grano, es necesaria una deformación de aproximadamente el 7%.
Este valor mínimo de la deformación es la deformación critica. Para valores de la
deformación inferiores a este, los núcleos de recristalización que se forman son muy pocos
numerosos.
Figura 2.2.8: Influencia del trabajo en frío sobre el tamaño de grano obtenido en un acero
bajo en carbono recocido a 950°C.
Si el núcleo se forma rápidamente y crece con lentitud, se formarán muchos cristales antes
de que se complete el proceso de recristalización, es decir, el tamaño final del grano será
pequeño. En cambio, si la velocidad de nucleación es pequeña comparada con la velocidad
de crecimiento el tamaño de grano será grande.
Figura 2.3.3: Grafico temperatura – tiempo que ilustra el inicio y fin de la recristalización.
La Figura 2.3.4 muestra que el tamaño del grano justo al término del proceso de
recristalización, es menor si el % de trabajo en frío previo aumenta, dado que los puntos
favorables para la nucleación también aumentan, permitiendo abundante formación de
nuevos núcleos, y limitando por tanto su tamaño final.
3.1 Nucleación:
En general, los productos metálicos se originan en una primera etapa en estado líquido,
luego del cual se pasa al estado sólido mediante moldes o por colada continua. El proceso
de solidificación es determinante para la calidad del producto final, porque si el material
queda defectuoso en esta etapa, será muy difícil efectuar las correcciones en el
procesamiento posterior.
Defectos frecuentes de la etapa de fusión y solidificación son:
• Porosidades
• Microgrietas
• Inclusiones no metálicas
• Segregación de elementos de aleación
• Formas de granos muy heterogéneas (por ejemplo: granos muy alargados y granos
pequeños)
• Rechupes, (huecos debidos a la contracción del metal líquido al solidificarse y que no
han sido llenados por más metal líquido).
La obtención de un producto sano por solidificación no es simple y requiere un profundo
conocimiento acerca de la relación entre diferentes variables.
− dG + − dED
Ñα exp * exp (3.1.1)
K *T K *T
Donde:
16 * π * γ 3 S − L TE 2
dG + = 2
* 2
dT (3.1.2)
3 * dEV
Cuando se aplica la regla de las fases de Gibbs al período de tiempo en que coexisten sólido
y líquido, L = 1 + 1 - 2 = 0, se observa que la solidificación debe ser a temperatura constante,
por consiguiente, el sobreenfriamiento inicial desencadena el proceso de nucleación de
sólidos, para luego elevarse la temperatura y el resto del proceso de solidificación ocurre a
temperatura constante.
Una vez formados los núcleos, un cierto número de ellos crecerá. El crecimiento depende del
cambio de energía libre, (δ Gs), que ocurre en la interfase cuando un número NA de átomos
se agrega como una nueva capa a los N átomos que ya pertenecen al sólido. δ Gs es función
de los siguientes parámetros o variables:
δ Gs = f ( δ Sf , g ( NA , N ), TE ) (3.2.1)
donde:
Cuando se tiene un gradiente de temperatura positivo el calor debe ser extraído por el sólido.
El movimiento de la interfase es controlado por la cantidad de calor removido a través del
sólido. Además la interfase debe ser isotérmica y moverse con velocidad uniforme. Si una
protuberancia de sólido avanza hacia el líquido ésta se encuentra con líquido sobrecalentado
y se disuelve. Se produce así un crecimiento con una interfase de forma plana o redondeada,
pero sin protuberancias.
Nota: Un frente de solidificación plano no tiene nada que ver con el crecimiento de caras
planas o facetes
Cuando se tiene un gradiente de temperatura negativo el calor puede ser extraído tanto por
el sólido como por el líquido, por lo tanto, el movimiento de la interfase no es controlado por
la cantidad de calor removido a través del sólido. Al desencadenarse el proceso de
solidificación se desprende calor latente que eleva la temperatura de la interfase S-L, de esta
manera es posible que delante de la interfase se genere un gradiente negativo de
temperatura (Figura 3.2.3). Si una protuberancia sólida avanza, se encontrará con líquido
sobreenfriado y ésta tenderá a crecer aún más hacia el interior del líquido. Por lo tanto, la
interfase S-L avanzará con protuberancias puntiagudas llamadas dendritas (forma de árbol),
de esto se deduce que la interfase plana es inestable en este caso.
Primer caso
Para el equilibrio de enfriamiento de una aleación de composición C0, Figura 3.2.4,
consideraremos que no hay barreras para la nucleación de la fase sólida, es decir, que no
será necesario un sobreenfriamiento de la fase líquida para que ésta comience, y que el
enfriamiento será lo suficientemente lento como para permitir que los gradientes de
concentración cambien suavemente.
A T1 el primer sólido que nuclea tiene composición C1s , (cabe señalar que esta es la
composición del sólido que se encuentra en equilibrio con el líquido C0 o C1L a temperatura
T1 ). Al disminuir la temperatura el líquido continúa enriqueciéndose en B y va aumentando
el tamaño de los núcleos, (crecimiento), por adición sucesiva de nuevas unidades cristalinas
que contienen proporciones mayores del metal disuelto. Por ejemplo a temperatura T2 la
composición del sólido es C2s y la del líquido C2L. La solidificación prosigue hasta que la
última gota del líquido, de composición C3L, solidifique a temperatura T3 en un sólido de
composición C3s. De este modo, bajo las condiciones de enfriamiento en equilibrio la
composición final del sólido es uniforme, y es exactamente igual a la composición del
líquido del cual se comenzó.
Segundo caso
Un proceso de enfriamiento normal se realiza en unos pocos minutos o a lo más unas pocas
horas, por lo cual las condiciones de equilibrio no se logran. Al solidificar el metal se
producen gradientes de concentración que no logran equilibrarse debido al insuficiente
tiempo del que se dispone.
A T1 el primer sólido que nuclea tiene composición C1s, Figura 3.2.5. Al bajar la temperatura,
en los casos reales, la velocidad de enfriamiento es relativamente rápida y no hay tiempo de
homogeneizar la composición del sólido, ya que la difusión en este estado es más lenta que
en la líquida, por consiguiente hay un gradiente de concentración de soluto entre las partes
que solidificaron primero y las que lo hicieron al final. Debido a lo anterior, el promedio de
concentración de soluto en el sólido seguirá la línea de trazos, y a T3 todavía quedará líquido
aún cuando, en equilibrio éste debería haber desaparecido y la composición promedio del
sólido será inferior a C0. Por tanto la solidificación continuará hasta que la composición
promedio del sólido se a igual a C0, esto ocurre a temperatura T5, y el sólido formado tendrá
concentraciones de soluto mayores que C0, debido a la gran concentración de soluto en el
líquido hacia el final de ésta.
Debido a los gradientes de concentración de soluto, el ataque superficial de la muestra
metalográfica presenta diferencias de tonalidades, Figura 3.2.6 al final del proceso, lo que
produce una coloración muy destacada de estas Especialmente notable es la fuerte
acumulación de soluto en el sólido formado zonas.
Para este análisis usemos un modelo simplificado de solidificación unidireccional, ver Figura
3.2.7 y Figura 3.2.8. Supongamos una aleación de composición C0, el primer sólido que
solidifica tiene una composición Cs < C0 y rechaza soluto a la interfase, enriqueciendo la fase
líquida.
Consideremos que la fase sólida avanza en un molde estrecho con una velocidad de
crecimiento controlada por el la velocidad de extracción de calor desde el extremo sólido. El
rechazo del soluto hacia el líquido y el gradiente de temperatura existente en la interfase
están expresados esquemáticamente en la Figura 3.2.7 (b). Al continuar la solidificación, el
sólido se enriquece en soluto, pero sigue conteniendo menos soluto que C0, por tanto
continua expulsando soluto al líquido. Llega un instante en que el sólido alcanza la
composición C0 y la solidificación continua a T = Ti, el exceso de soluto se acumula en la
interfase S-L.
El soluto rechazado intenta redistribuirse en el líquido por difusión lejos de la interfase, pero
a menos que la velocidad de crecimiento del cristal sea extremadamente lenta lograremos
un gradiente de concentración bastante pronunciado en la interfase, ver Figura 3.2.8 .
Figura 3.2.9: Estado final dendrítico por la segregación de soluto del latón 70-30 fundido.
La Figura 3.3.1 muestra las curvas TTT para un acero al carbono con 0,4% de C. Bajo 550°C
la curva de inicio de formación de la ferrita se confunde con el inicio de la transformación
bainítica, además a estas temperaturas no se produce ferrita proeutectoide, sino que
solamente bainita.
Como la ferrita, la perlita y la bainita superior nuclean en los bordes de grano de la austenita,
el número de núcleos de estos constituyentes que se forman por segundo en una muestra es
proporcional al tamaño de grano. Así, en un acero de grano fino a una temperatura dada y
para una fracción cualquiera de austenita la transformación tomará menos tiempo que en un
acero de grano grueso. De este modo, un tamaño de grano más fino desplazará las curvas
TTT hacia la izquierda, es decir, hacia tiempos de transformación menores.
Se debe notar, de la Figura 3.3.1, el corto tiempo que transcurre antes de comenzar la
transformación a ferrita o bainita, esto se deduce de la cercanía de la nariz de la curva con la
ordenada. Por lo tanto, si se desea obtener 100% de martensita es necesario enfriar muy
rápido con el temple, lo que no es posible en piezas gruesas.
De igual forma las Figuras 3.3.2 y 3.3.3 muestran que las adiciones de ciertos elementos de
aleación desplazan las curvas hacia la derecha, es decir, hacia tiempos más largos de
transformación, como ocurre al agregar 0,9% de Cr, Figura 3.3.2, y 0,8% de Cr, 0,3% Mo y
1,8% Ni, Figura 3.3.3. Esto permite disponer de más tiempo para enfriar el acero sin tocar las
curvas de inicio de la transformación, de esta manera se puede obtener 100% de martensita
al templar piezas de mayores espesores.
Figura 3.3.2: Diagrama TTT de un acero al carbono con 0,4% de carbono y 0,9% de Cr
¿Por qué los elementos de aleación desplazan las curvas TTT hacia tiempos más
largos?
Por que los elementos de aleación antes de producirse las transformaciones están
homogéneamente distribuidos en la austenita, pero cuando ésta se transforma en ferrita,
perlita o bainita, éstos deben redistribuirse y desplazarse por difusión, al ser átomos grandes
su difusión es lenta y frenan el avance de la transformación.
Se puede observar en la secuencia de las Figuras 3.3.2 y 3.3.3 que al agregarse elementos
de aleación las curvas TTT cambian de forma y se producen dos "narices" que definen dos
regiones, la región de mayor temperatura corresponde a la formación de perlita y la de menor
temperatura a la formación de bainita.
Figura 3.3.3: Diagrama TTT de un acero al carbono con 0,4% de carbono, 0,8% de Cr, 0,3%
Mo y 1,8% Ni.
De esta forma, la adición de C y otros elementos de aleación, así como grano grueso,
desplazan las curvas TTT hacia la derecha. Sin embargo, el C produce un aumento
ostensible de la dureza, mientras que otros elementos de aleación no afectan la dureza
máxima. Por otra parte, el grano grueso tiende a reducir la tenacidad lo que lo hace poco
deseable.
Figura 3.4.2: Diagrama que muestra diversos programas de enfriamiento indicando la dureza
final.
Estos tratamientos son los más comunes en la industria. Las curvas TTT para enfriamiento
continuo son diferentes de aquellas para transformación isotérmica y no pueden ser
deducidas a partir de éstas. La Figura 3.4.1 compara ambos tipos de curvas observándose
que las curvas de enfriamiento continuo están más desplazadas hacia tiempos mayores que
las de transformación isotérmica. La explicación de esto es la siguiente: la transformación en
el caso de enfriamiento continuo demora más debido a que pasa mayor cantidad de tiempo a
altas temperaturas, mientras que en el caso isotérmico el material llega instantáneamente a
la temperatura de transformación.
La Figura 3.4.2 muestra diversos programas de enfriamiento e indica la dureza final que se
obtiene con cada uno de ellos, observándose que para un enfriamiento más lento se
producen durezas menores.
Hay diagramas de enfriamiento continuo que indican para ciertos enfriamientos especiales la
proporción de ferrita, perlita, bainita y martensita que queda al final.
Figura 3.5.3: (a) Diagrama de fases que muestra las líneas de solvus α y β. (b) Precipitación
discontinua que muestra un esquema de la microestructura de dos células de precipitado.
Supóngase que se va a trabajar en frío una aleación que se halla en la región bifásica del
diagrama de fases y que, luego, se produce la recristalización por un tratamiento térmico. A
veces se observa que la recristalización produce una microestructura dúplex de las dos
fases. La reacción es similar a la precipitación discontinua, particularmente si la aleación
trabajada en frío es inicialmente una matriz monofásica sobresaturada.
Puesto que existen muchas aleaciones binarias (de dos componentes) con solubilidades
limitadas de los metales componentes, uno en el otro, son bastante comunes las curvas de
este tipo como la mostrada en la figura 4.1.1 que muestra la solubilidad del carbono en el
hierro alfa.
Las relaciones de solubilidad del tipo mostrado en la figura 4.1.1 tienen gran importancia en
la práctica, pues hacen posible la precipitación, o endurecimiento por envejecimiento, de los
metales, que es un método extremadamente importante de endurecimiento de metales. Este
tipo de endurecimiento se emplea con mayor frecuencia en el fortalecimiento comercial de
aleaciones no ferrosas, especialmente de aluminio y magnesio. Aquí se tratará el proceso de
endurecimiento por envejecimiento en aleaciones de hierro con pequeñas cantidades de
carbono. Los principios básicos desarrollados, sin embargo, serán aplicables a otros
sistemas de aleaciones más generales.
Las curvas de este tipo mostradas en las figura 4.1.1 se conocen con el nombre de líneas de
solubilidad, o de “solvus”. Ahora se investigará la importancia de esta línea. Para este
propósito, consideremos una temperatura específica: 600 ºC. Además, supongamos que a
esta temperatura un cristal de ferrita está en contacto con un cristal de cementita, como se
muestra en la figura 4.1.2.
Figura 4.1.3: Curvas hipotéticas de energía libre a 600 ºC para el sistema ferrita-cementita
como una función de la concentración de carbono en la ferrita.
La figura 4.1.3 muestra una grafica hipotética de la energía libre del sistema anterior (ferrita
más cementita) como una función de la concentración de carbono en la ferrita. El punto A
sobre esta curva representa la composición a la cual es mínima la energía libre del sistema
ferrita-cementita. Es también la misma composición (0.10%) que se obtiene de la curva de
solubilidad a 600º C. Así, la ferrita en un agregado de ferrita-cementita buscará la
composición de la curva de “solvus” a cualquier temperatura dada. Si, por cualquier razón, la
solución sólida debe tener la composición B en las figuras 4.1.1 y 4.1.3, el carbono dejará a
la cementita para aumentar la concentración de la solución sólida. La energía libre del
sistema es, por supuesto, reducida por esta reacción espontánea. Por otra parte, si la ferrita
es sobresaturada con carbono y tiene una composición tal como la del punto C, se formará
más cementita. Esta reacción espontánea reducirá también la concentración de carbono de
la ferrita (y la energía libre del sistema).
Figura 4.3.1: Cantidad de precipitado como una función del tiempo en una aleación hierro-
carbono (0,018% C) dejada precipitar desde una solución sobresaturada a 76ºC.
Figura 4.3.2: Tiempo para formar 100% de precipitado en una aleación sobresaturada.
A temperaturas bajas, se requiere tiempos más largos para completar la precipitación debido
a que la velocidad de difusión es muy lenta. Aquí, la velocidad de la reacción es controlada
por la velocidad a que pueden emigrar los átomos. La velocidad de precipitación es muy
lenta también a temperaturas justamente por debajo de la línea de solubilidad (punto e, figura
4.1.1). En este caso, la solución sólo está ligeramente sobresaturada y la disminución en la
energía libre resultante de la precipitación es muy pequeña. En consecuencia, la nucleación
es lenta y la precipitación es controlada por la velocidad a la cual se forman los núcleos. Las
elevadas velocidades de difusión que existen a estas temperaturas pueden hacer poco si no
se forman los núcleos. A temperaturas intermedias, entre los dos extremos antes
Una partícula de precipitado puede ser nucleada en dos modos básicos. Se puede formar en
un defecto reticular interno tal como: dislocaciones, nudos de dislocación (intersección de
dos o más dislocaciones), partículas de impureza, o discontinuidades en los límites de
granos. Este proceso se conoce como nucleación heterogénea, en donde la formación de
una partícula de segunda fase se facilita por los defectos reticulares. La nucleación
homogénea, por otra parte, es la formación espontánea de núcleos a través de las
fluctuaciones de composición de soluto se agrupan en la red de la matriz y comienza el
crecimiento de una partícula de segunda fase en que de otra forma sería un cristal perfecto.
La nucleación por medios homogéneos ocurre únicamente con dificultad considerable. Por
ejemplo, la solidificación de un líquido para formar un sólido es también un proceso de
nucleación y crecimiento. La nucleación en este caso es predominantemente heterogénea,
comenzando en las paredes del molde o en las partículas de impureza en el líquido mismo.
Así, el agua muy pura no se congela homogéneamente hasta que se sobreenfría a
temperaturas cercanas a -40ºC. La dificultad principal en el modo de formar núcleos
homogéneamente se relaciona con la superficie que debe crearse cuando se nuclea una
partícula de segunda fase.
Consideremos el ejemplo de la figura 4.1.2, la cual muestra una partícula de segunda fase
enclavada en una matriz de la fase más abundante. En términos de un aleación diluida de
hierro-carbono, la partícula de cristal sería cementita (Fe3 C) y la matriz un cristal de ferrita.
La formación de una partícula va acompañada de un cambio en la energía libre del sistema,
tal como en la figura 4.1.2, el cual se puede expresar por la ecuación siguiente:
En donde ∆Fv es la energía libre asociada con la formación del volumen de cementita. El
segundo término ∆FS, es la energía de la superficie creada entre la cementita y la ferrita, la
cual siempre es positiva. El último término ∆Fm, representa la energía de deformación que se
produce de la formación de la partícula. Esto incluye tanto la energía de deformación en la
matriz (ferrita) como en la partícula de cementita no es necesariamente igual al volumen de
la ferrita desplaza. El término energía de deformación varía directamente según el volumen
de la partícula de precipitado. Esta aseveración es cierta también en cuanto al cambio de
energía libre, ∆Fv. El signo de la primera es positivo, mientras que el de la última es negativo,
por lo que el término energía de deformación puede ser considerado simplemente para
modificar el valor el cambio en el volumen de energía libre. En la presente discusión
cualitativa se puede suponer, por tanto, que ∆Fm es cero, sin alterar las conclusiones básicas
que se deriven. Puesto que la energía libre superficial depende del área de la partícula, y ∆Fv
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del volumen de la partícula, podemos escribir la expresión siguiente, suponiendo una
partícula esférica,
∆F = - A1r3 + A2r2
A radios pequeños, la energía libre superficial (A2 r2) es mayor que la energía libre de
volumen (A2 r3), y la energía libre total es positiva. Sin embargo, la situación cambia según
crece el radio de tamaño, de tal manera que con radios grandes la energía libre se vuelve
negativa. El radio r0 es conocido como el radio crítico. Por debajo de este valor, una partícula
baja su energía libre disminuyendo su tamaño, lo que significa que las partículas con radios
menores de r0 tienden a disolverse y regresar a la solución. Por otra parte, las partículas con
radios mayores de r0 experimentan una disminución en energía libre con el aumento en el
radio. Por esta razón son estables y continuarán creciendo.
La nucleación homogénea requiere que las fluctuaciones térmicas produzcan partículas los
suficientemente grandes para que excedan r0 de otra manera no se puede nuclear una
segunda fase. Es costumbre llamar a un núcleo que sea de tamaño subcrítico (r > r0) un
embrión. Consideremos ahora cómo varía el tamaño de un núcleo estable con la
temperatura. Refiriéndonos a la ecuación anterior sobre la energía libre, puede suponerse,
como primera aproximación, que el término energía superficial no cambia con al temperatura.
Por otra parte, el volumen de energía libre varía con la temperatura, volviéndose mayor a
temperaturas bajas debido a que el grado de sobresaturación aumenta (disminuye la
solubilidad) según desciende la temperatura. Este efecto se muestra cualitativamente en la
figura 4.5.2, en donde puede verse que el radio crítico decrece en el descenso de la
temperatura. A temperaturas justamente debajo de la línea de “solvus”, r0 es muy grande
(acercándose en tamaño al infinito). Por tanto, la velocidad de nucleación homogénea es
muy pequeña a esta temperatura. Según se baja la temperatura, disminuye rápidamente el
tamaño del radio crítico así como ola energía necesaria para formar un embrión crítico. Esta
última se mide por la altura (∆Fr0) de la curva máxima de energía libre en la figura 4.5.2. En
esta forma se hace más fácil la nucleación homogénea por un descenso en la temperatura, lo
cual explica el porqué debe sobreenfriarse el hielo a una temperatura tan baja si se excluye
la nucleación heterogénea. Por otra parte, en las reacciones de precipitación, la nucleación
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depende también de la habilidad del soluto para difundirse por la red del disolvente. Esto
se convierte en el factor de control a temperaturas muy bajas. Cuando se detiene
efectivamente la difusión, lo hace también la precipitación.
Figura 4.5.2: Efecto de la temperatura de precipitación sobre la energía libre de una partícula
de precipitado en función de su radio.
Figura 4.6.1: Coherencia. La figura superior representa una solución sólida sobresaturada de
átomos B (círculos oscuros) en una matriz de átomos A (círculos claros). La figura inferior
muestra una partícula de precipitado coherente formada por la agrupación de átomos B.
Si, como se muestra en la figura 4.6.1, el diámetro de los átomos de soluto difiere de los
solventes, entonces la matriz y el núcleo serán deformados por la presencia del último. La
deformación, asociada con un núcleo, se agrandará según aumenta su tamaño, pero su
tamaño no puede aumentar indefinidamente. Con el tiempo, la partícula tiene que separarse
de la red de la matriz y cuando esto ocurre, se forma una superficie, o límite de grano, entre
las dos fases. Esta pérdida de coherencia reduce grandemente el estado de deformación
asociado con la partícula de precitado.
Sobreenvejecimiento es el ablandamiento que resulta de un envejecimiento prolongado.
Véase figura 4.3.3. En algunas aleaciones endurecidas por envejecimiento, esto aparece
corrientemente con la pérdida de coherencia por el precipitado. En cualquier caso, puede
establecerse que se relaciona con el crecimiento continuado de partículas de precipitado. El
crecimiento continuará durante tanto tiempo como sea mantenido el metal a una temperatura
fijada. Esta aseveración no significa que todas las partículas continúan creciendo, debido a
que esto es imposible una vez que el soluto ha obtenido una concentración de equilibrio.
Significa sencillamente que ciertas partículas (las más grandes) continúan creciendo, en
tanto que otras (las más pequeñas), desaparecen. Según progresa el envejecimiento,
aumenta el tamaño de las partículas individuales, pero el número de partículas disminuye. El
endurecimiento máximo está asociado con un tamaño de partículas pequeñas óptimo y un
gran número de partículas correspondiente; en tanto que el sobreenvejecimiento está
asociado con pocas partículas relativamente grandes.
El crecimiento de las partículas de precipitado se relaciona directamente con la tensión
superficial en la intercara entre la matriz y las partículas. Debido a la energía de límite de
grano, la energía libre por átomo en una partícula de precipitado grande es menor que la de
una partícula pequeña. Esta diferencia en la energía libre es la fuerza impulsora que
ocasiona la disolución de las partículas pequeñas y el crecimiento de las grandes.
Figura 4.7.1: Nucleación heterogénea en limites de grano. (a) Una velocidad de enfriamiento
moderada puede resultar, tanto en nucleación heterogénea en limites de grano como en
nucleación homogénea en el centro de los granos. (b) Un enfriamiento muy lento puede dar
como resultado que el precipitado ocurra únicamente en límites de grano.
5.1 Introducción
Como toda fase del diagrama hierro – carbono, la fase martensita depende del contenido
observa en la figura 5.2.1
a) Martensita en “tablas “(%C < 0,6): Se produce sin difusión, como la reacción ocurre
rápidamente y a tan baja temperatura no hay tiempo para que la difusión actúe. La
transformación no requiere superar mediante activación térmica una barrera de energía,
por lo tanto se llama transformación atérmica.
No hay cambios de composición en el paso de austenita a martensita, no originándose una
migración de los átomos de carbono.
Figura 5.2.2: Gráfico que esquematiza la variación del tamaño de red v/s % de carbono
presente en la martensita.
Figura 5.2.3: Diagrama hierro – carbono donde se muestra las zonas de los diferentes
tipos de martensita.
b) Martensita mixta (0,6 < %C < 1,0): Comienza a formarse a una temperatura
característica de cada acero, Ms. El % de martensita formado dependerá de cuánto haya
descendido la temperatura por debajo de Ms, hasta llegar al 100 % de transformación a la
temperatura Mf. Mientras mayor sea el avance entre Ms y Mf, mayor será el grado de
transformación de la austenita en martensita. Así, si se desciende levemente bajo la
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temperatura Ms , como por ejemplo en la figura 5.1.1, la cantidad de martensita formada
será pequeña, (20%), y la no transformada será austenita retenida, (80%), pudiéndose
llegar eventualmente a martensita pura, (100% de martensita), si la temperatura es
suficientemente baja e igual a Mf.
• A temperatura ambiente, muchos aceros mantienen aún austenita retenida, ya que su
Mf está por debajo de la temperatura ambiente, figura 5.2.3.
• Un incremento en el % de C baja la temperatura de formación de la martensita, Ms.
c) Martensita en agujas (1,2 < %C): Es la martensita de mayor dureza por la enorme
distorsión que se produce en la red cuando ocurre la transformación de austenita a
martensita, teniendo esta ultima un excesivo aumento del eje en la estructura tetragonal
cuerpo centrado por la gran cantidad de carbono atrapado provocando que las piezas se el
eje fracturen si la velocidad de enfriamiento es muy alta.