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Nuestra triste realidad

Hoy por hoy Colombia se muestra como uno de los países más diversos del continente, ante
tal condición resulta inexplicable que también seamos uno de los países más desiguales lo
que ha ocasionado que la brecha social crezca cada día, ofreciendo condiciones poco
favorables a un gran porcentaje de la población. La incertidumbre económica que sufre el
sector agrícola, por mencionar un caso, donde los productores trabajan a perdida en cada
una de sus cosechas, esto derivado de las pocas políticas que el gobierno ha implementado
para garantizar la viabilidad en la producción debido a factores como los insumos agrícolas
más costosos de la región, vías en mal estado lo que lleva a encarecer los fletes por ende
la utilidad decrece, factores como este hace que la dinámica comercial este pasando por
uno de los momentos más críticos de la historia colombiana. La pobreza es el pan de cada
día, con sus factores de incidencia; el desplazamiento, la violencia, un estado corrupto, la
burocracia, pocas oportunidades para la educación, leyes que promuevan un primer
empleo, en fin, las condiciones están dadas para que las políticas neoliberales se apoderen
de uno de los países más ricos del mundo cuya población es cada vez más pobre y que por
el momento no se vislumbra una solución para mejorar y dignificar las condiciones de vida
contempladas en nuestra constitución política.
¡Hablamos de Colombia! no podemos hablar sin tocar el tema político, la realidad de
Colombia se ve afectada por los diferentes intereses que envuelven nuestra sociedad este
ser político que hace alusión a poder, a liderazgo; que en su campaña saluda a “cuanta
persona se le cruce en frente” y luego ni se les ve solo montados en sus 4x4, promete lo que
el pueblo quiere escuchar, su necesidad, lo que lastimosamente nos hace falta, eso que
solamente el político nos puede brindar, “tranquila que yo le pavimento…” así se queda en
el aire, promesas que pocas veces se reflejan y si lo hacen, se guardan parte del dinero para
sacar por lo que ellos van, “su tajada”.
Interés económico sujeto que nos hace un gran daño, si el político y la brecha de la pobreza
nos hunde, este nos pisotea, opera pasando por encima de muchos sin asumir las
consecuencias, ese daño injusto ocasionado por las ansias incontrolables de llenar sus
bolsillos; que te venden ilusiones y cambios… unas mentes maestras para envolverte y
consumir, sin consultar tus bolsillos. Los borregos eso somos la gran mayoría de los
colombianos, nos manejan a su requerimiento, somos su rebaño que predica y aplica lo que
ellos quieren que seamos, que sabemos y comentamos, pero no actuamos, aquí le tenemos
miedo al tigre sin tan solo verlo, nos gusta que nos alaguen, pero no vemos que interés se
esconde detrás de esas palabras, lanzadas con una astucia y perfección metódica
llevándonos a proceder como esos borregos sumisos que escogen sus verdugos los que nos
desangran, que saben que una escuela les hace más daño que una malaria o una pulmonía.
Esa falta de educación nos convierte en una plastilina, con sus ideas, órdenes y nuestra
ignorancia formamos ese coctel afrodisiaco que les da un rico sabor de boca, les parece
delicioso ¡les encanta! ¿será que les encanta vernos en la pobreza?
311080 FABIAN CAMILO CARVAJAL BECERRA – GRUPO C

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