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Nicole Jaramillo Murcia

Licenciatura en Literatura y Lengua Castellana


Literaturas marginales
Universidad del Quindío
Armenia, Quindío
2019

Inespecificidad en Ó

Ó no es una novela, es una obra que está atravesada por la reflexión, por la prosa poética, por
las peripecias que se pueden encontrar en un cuento. El estiramiento de una palabra para que
brote su consistencia sonora y la deforme, la repetición de una misma palabra para que pierda
su sentido, son algunas de las formas en que el escritor de este libro Nuno Ramos juega con
el lenguaje a efectos, como señala Florencia Garramuño. Él busca escapar a la representación
a través de la construcción del “estilo absoluto”, atajo de la lengua para sortear, al menos en
parte, sus momentos representativos. A este autor se le conoce como diseñador, artista visual,
escultor, cineasta, artista visual y escritor, tiene varios estilos, uno de los que utiliza en esta
obra es el de la inespecificidad definido por Florencia Garramundo como:

Figura, sumamente poderosa, de la no pertenencia. De diversas maneras, con operaciones,


materiales y soportes muy diferentes entre sí, numerosas prácticas artísticas contemporáneas,
aún incluso aquellas que, desde el punto de vista del medio concebido como soporte material,
se limitan a un único “soporte”, han ido desmantelando, detenida y minuciosamente, todo
tipo de idea de lo propio, tanto en el tipo de idea de lo propio, tanto en el sentido de lo idéntico
a sí mismo (2013: 01).

En este libro se puede notar claramente la inespecificidad, pues el autor Nuno Ramos toma
elementos de otras obras para construir algunos de sus capítulos, no todos son propios. Un
claro ejemplo es el del capítulo dos “Túmulos”, las ruinas descritas en este capítulo se
refieren a la “Tumba de la familia Brion” después de la muerte de Giuseppe Brion, su esposa
decide encargar el diseño de la tumba de la familia a Carlo Scarpa,: “Posicionadas en la
intersección del terreno, las dos tumbas principales, hechas de bloques de piedra blanca (la
de la izquierda) y negra (la de la derecha), con escalones invertidos tallados en sus laterales
(que parecen encajarse perfectamente), se inclinan levemente una hacia la otra, ensayando
mantener un mínimo de visibilidad mutua” (Ramos, 2008: 29).

Es así como podemos notar la inespecificidad en este libro con la obra de Scarpa, pues, la
tumba no es un elemento original del libro, sino tomada de la obra mencionada. Asimismo,
es representada por el giro visual, como esta obra no es gráfica, llegamos a los elementos
visuales de otras obras, pasa cuando al hablar de un lugar, una obra, entre otros; puede ser
reconocido y representado gráficamente, es así como sucede en el ejemplo anterior, cuando
una persona lee el capítulo dos, si conoce la obra de Carlo Scarpa, puede reconocer que esta
tumba es un elemento tomado de esta obra.

De la misma manera, el autor representa el giro visual a través de la intertextualidad, para


que el lector que conoce la imagen o el cuento que acompaña al texto, lo entienda de una
mejor manera o sea enriquecido: “Al cargar en el estómago frutos y piedras (como el lobo
del cuento)” (Ramos, 2008: 39). La intertextualidad en esta cita puede ser reconocida por la
mayoría de personas, ya que casi todos han escuchado o leído el cuento de caperucita roja,
cuando al lobo lo llenan de piedras y lo cosen por haberse comido a la abuela. También se ve
la intertextualidad y su estilo de narración en el capítulo cinco de esta obra “Perder el tiempo,
voluntad, una escena oscura”: “La luz amarilla se apaga dentro del caserío que al fondo
encierra la escena. Una ventana chirría. El hombre bajito desaparece en la perspectiva de la
calle oscura. El suelo es de adoquines, pero pedazos de asfalto enmiendan los huecos entre
las piedras. Pequeños rastros en el suelo, restos de charco, acentúan todavía más la
perspectiva de la calle” (2008: 45). Es así como el autor utiliza una serie de palabras, las
vuelve poesía y crea una historia basada en un collage de grabados de Oswaldo Goeldi, un
artista brasileño y reconocido grabador.

Un último ejemplo de todo lo dicho anteriormente es el del capítulo tres “Tocarla, engordar,
pájaros muertos” en el que cinco internos disparaban sus gomeras y hondas para matar o herir
a los pájaros: “Los pájaros retornaron a la plaza de los pitangueros. Así, la normalidad volvió
a aquella comunidad. Aprisionar a estos pájaros, mientras tanto, permitiendo que los mataran,
marcó profundamente su historia y volvió tristemente célebre” (Ramos, 2008: 37). La
secuencia de los pájaros mencionados en la cita hace parte de una escena del libro
“Trastorno” del poeta, novelista y dramaturgo Thomas Bernhard.

Así pues, Ramos busca la inespecificidad en este maravilloso libro en el que ni la narración
ni el autor pertenecen a una corriente o específica, establece una cierta continuidad entre
poesía y prosa como discursos indiferenciados, no busca que su obra sea para sí una
especificidad única, exclusiva y propia, sino todo lo contrario, que en el tratamiento y la
narración nada de lo propio le pertenezca al libro como tal. “El arte inespecífico de Nuno
Ramos ofrece figuras y formas de la no pertenencia que propician imágenes de comunidades
expandidas en las que no es necesaria una esencia o identidad ontológica compartida. Que
esa comunidad se conjugue en una radical deconstrucción de lo propio y de la propiedad en
la que se funda la pertenencia” (Garramundo, 2013: 04).

Finalmente, la obra de Nuno Ramos es uno de los ejemplos más poderosos de esas formas
de la no pertenencia en el arte contemporáneo, la inespecificidad se propone como una
invención de lo común sostenida en un radical desplazamiento de la propiedad y de la
pertenencia. Esta obra es fascinante, pues el autor no busca encajar en el canon ni catalogar
o limitar su obra, sino recurrir a otras formas de narración como la poesía dentro de la
argumentación, la intertexualidad y el giro visual.

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