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“Año de la lucha contra la corrupción y la impunidad”

UNIVERSIDAD NACIONAL DE LA AMAZONIA PERUANA

FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIA POLITICA

Catedrático : Dra. María Luisa Vegas

Curso : Derecho Civil III (Familia)

Tema : La Celebración del Matrimonio

Nivel : V

Integrantes :

- Luzmila, Alarcón Lizaraso


- Jaime Gabriel Córdova Raysky
- Cinthia Katherine Pérez Serrantes
- Zulita Rojas Cancino

Fecha: 06-06-2019

Iquitos – Perú
El matrimonio, como la vida entera, es algo terriblemente difícil que hay que
volver a empezar desde el principio todos los días. El esfuerzo es constante, e
inclusive agotador muchas veces, pero vale la pena. Un personaje mío de
alguna novela mía lo dice de una forma más cruda: también el amor se
aprende.

Gabriel García Márquez

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Dedicatoria

“A los que luchan siempre por una sociedad mejor, justa y digna de ser
transmitida a las futuras generaciones”

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AGRADECIMIENTO

A nuestros familiares por ser el pilar fundamental en todo lo que somos, en toda
nuestra educación, tanto académica, como de la vida, por su incondicional apoyo
perfectamente mantenido a través del tiempo. Todo este trabajo ha sido posible
gracias a ellos.

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Contenido
Dedicatoria ......................................................................................................... 3

AGRADECIMIENTO ........................................................................................... 4

INTRODUCCIÓN ............................................................................................... 8

CAPÍTULO I ..................................................................................................... 10

DE LOS MOMENTOS EN LA CELEBRACIÓN DEL MATRIMONIO. ............... 10

1.1) Declaración del Proyecto Matrimonial: .................................................. 11

a) Funcionario Competente: .................................................................... 11

b) Forma de la Declaración: .................................................................... 12

c) Requisitos Indispensables: .................................................................. 12

d) De la dispensa judicial:........................................................................ 13

e) De la información testimonial: ............................................................. 13

1.2) Publicación del Proyecto Matrimonial: ................................................... 14

1.3) Declaración de la Capacidad: ................................................................ 15

1.4) De quienes pueden formular oposición: ................................................. 16

1.5) Sustanciación de la Oposición: .............................................................. 17

a) Fase Administrativa: .............................................................................. 17

b) Fase Judicial: ......................................................................................... 17

1.6) Responsabilidad del Opositor: ............................................................... 17

1.7) Declaración de la Capacidad: ................................................................ 18

1.8) De la Ceremonia de Casamiento: .......................................................... 19

a) Del lugar de la Celebración: ................................................................ 19

b) Funcionario Competente ..................................................................... 20

c) De la Comparecencia de los contrayentes: ......................................... 20

d) De los Testigos: .................................................................................. 21

e) De la Ceremonia: ................................................................................ 21

1.9) Del matrimonio civil en las comunidades campesinas y nativas. ........... 22

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1.10) Del matrimonio en inminente peligro de muerte................................... 23

1.11). Delegación de la facultad para celebrar el matrimonio ....................... 24

1.12). Facultad del jefe del registro civil para celebrar el matrimonio ... 27

1.13). Matrimonio por representación De acuerdo a lo enunciado por el


artículo 145 del Código Civil ......................................................................... 28

1.14). Celebración del matrimonio fuera de la municipalidad: ....................... 33

1.15). Gratuidad de las diligencias matrimoniales ......................................... 35

1.16). Sanción por infringir la gratuidad ........................................................ 36

1.17) Extinción del matrimonio ...................................................................... 38

1.18) Matrimonio entre personas del mismo sexo......................................... 38

a) Principio dela dignidad humana. ......................................................... 38

b) Principio de la libertad. ........................................................................ 38

c) Principio de igualdad. .......................................................................... 38

d) Principio de no discriminación por razón de sexo. .............................. 38

e) Derecho a la identidad. ....................................................................... 39

1.19) Importancia del matrimonio civil ........................................................... 39

CAPÍTULO II .................................................................................................... 40

“DE LA CELEBRACIÓN DEL MATRIMONIO CATÓLICO” .............................. 40

2.1. ¿Qué es el matrimonio católico? ............................................................ 41

2.2. Requisitos para el matrimonio religioso. ................................................ 43

2.3. La elección de la iglesia donde darse el sí: ............................................ 43

2.4. ¿Qué pasa si desean casarse en una iglesia de otra jurisdicción? ........ 43

2.5. ¿Cuándo abrir el pliego matrimonial? .................................................... 44

2.6. ¿Qué pasa si uno de los novios no está bautizado y/o confirmado? ..... 45

2.7. La entrevista personal: el instante para dar fe de su amor por separado.


...................................................................................................................... 45

2.8. La proclamación: la última formalización que los separa de su gran día.


...................................................................................................................... 45

6
CONCLUSIONES:............................................................................................ 47

BIBLIOGRAFÍA: ............................................................................................... 48

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INTRODUCCIÓN

Aun cuando cada cultura tiene su peculiar manera de entender el matrimonio,


es preciso señalar que éste ha tenido un desarrollo histórico – geográfico muy
importante: desde la antigua Roma hasta nuestro Perú actual, de oriente a
occidente, el matrimonio fue y es uno de los temas más estudiados y menos
comprendidos del saber humano por la complejidad que representa el
comparar tantas manifestaciones como culturas existen en el mundo, motivo
por el cual se analizarán algunas de las principales culturas alrededor del
mundo, que si bien no dieron origen de manera directa al derecho canónico o al
derecho civil, si influenciaron de manera positiva ¿qué hacer? O de manera
negativa ¿qué no hacer? con respecto a este tema. El pueblo babilónico
influenció al hitita y al asirio, coexistiendo estos con la cultura hebraica que a su
vez fue contemporánea del derecho romano, influenciando estos al germano y
al español, que de manera inmediata llegó a la Nueva España y a nuestro
derecho civil peruano, y son coexistentes con el derecho canónico que surge
en Europa.

“Dos noticias: una buena y una mala, la buena: el matrimonio es para toda la
vida. La mala: el matrimonio es para toda la vida”

En los jóvenes, después del noviazgo y enamoramiento, surgen las grandes


interrogantes sobre su futuro en el aspecto familiar: ¿será lo mejor casarme?
¿Si convivo con él (ella), podré tomar una mejor decisión sobre lo que quiero
realmente?.....

Muchas personas piensan que el casarse, resulta simplemente papeleos sin


importancia, que el amor que poseen las parejas traspasa todos los
convencionalismos sociales; sin embargo, el matrimonio, lejos de ser un
contrato legal realizado entre dos personas, es un compromiso de mutuo
acuerdo que brinda la protección legal, no solo entre los desposados sino
también hacia los hijos, ya que los cónyuges al igual que “se deben
recíprocamente fidelidad y asistencia” (Art. 287 c.c.).

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Ahora, alejándonos de lo legal, resulta algo contradictorio pensar que el
concubinato es lo mejor porque en ello la pareja se “conoce más”. La unión
libre es una señal de duda. Es convivir como cónyuges pero sin compromiso
matrimonial, es una relación “a prueba” y puede acabar en cualquier momento,
sin tantas complicaciones. A la unión libre le falta un elemento: Decisión.

Todo en esta vista, está hecha de decisiones, nada se basa en la inseguridad.


Un buen empresario, cuando invierte su capital, está seguro que el proyecto en
que está invirtiendo le dará beneficios, porque lo ha estudiado, evaluado y
conocido; en un determinado TIEMPO. Lo mismo ocurre cuando se decide
casare, se posee un tiempo necesario para buscar y conocer a la persona con
quien deseamos comprometernos, formar un hogar y tener un familia. El
matrimonio, no se puede basar en inseguridades, mucho menos la unión de
dos personas y dejar su futuro en el juego del “porvenir”.

Las personas que optan por casarse, están seguros no sólo del amor que
sienten por su pareja, sino de querer formar un hogar feliz con ella, ya que el
matrimonio es la unión del hombre y la mujer concertada mediante un
compromiso legal por el cual se ligan en promesa de ayuda mutua, amor,
respeto y fidelidad.

El matrimonio es una aventura extraordinaria hacia el crecimiento y la madurez.


Implica dejar de viajar solo y emprender una expedición acompañada, escalar
la montaña de la vida ayudando a alguien y siendo ayudado por alguien.

Debemos de entender que el matrimonio es el cimiento basado en la


seguridad y compromiso de amor que no solo se le brinda a una pareja sino
también a los hijos que nacerán dentro de ella.

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CAPÍTULO I

DE LOS MOMENTOS EN LA CELEBRACIÓN DEL MATRIMONIO.

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La celebración del matrimonio civil único, según el C.C. de 1984,
requiere del desarrollo de todo un procedimiento administrativo, que según
Héctor Cornejo Chávez, se desdobla en cuatro momentos o fases claramente
determinadas que son: a) Declaración del Proyecto Matrimonial; b) Publicación
del Proyecto Matrimonial; c) Declaración de la Capacidad y d) La Ceremonia
del casamiento. Que serán analizadas en dicho orden.

1.1) Declaración del Proyecto Matrimonial:

El primer momento, o el comienzo del procedimiento que se requiere para la


celebración del matrimonio es la declaración, la formulación, o la presentación,
del proyecto matrimonial, o de la solicitud que deben hacer los pretendientes
para que se autorice el matrimonio que se han propuesto contraer,
sometiéndose a las formalidades que para el efecto la ley establece.

En esta primera fase, previamente hay que dilucidar varias cuestiones, como
las referentes al funcionario competente para recibir la declaración, la forma de
la misma, los documentos que deben acompañarse, la dispensa de éstos y
la información testimonial.

a) Funcionario Competente:

En el seno de la Comisión Reformadora y Revisora, que formuló el C.C. de


1984, no se repitió la discrepancia que se produjo en el seno de la Comisión
Codificadora de 1936, de escoger entre el juez y el jefe del gobierno local,
porque la experiencia había confirmado la certeza de la segunda alternativa, de
ahí que se produjo la opción de confirmar al alcalde como funcionario
competente para tramitar, dirigir y autorizar el matrimonio, mediante el artículo
248, que dispone que quienes pretenden contraer matrimonio civil lo declararán
oralmente o por escrito al Alcalde Provincial o Distrital del domicilio de
cualquiera de ellos.

Pero luego, se autoriza dos excepciones. Por la primera, reproduciendo la


fórmula del artículo 123 del C.C. de 1936 el artículo 263 del C.C. de 1984,
dispone que en las capitales de provincias donde el Registro de Estado Civil
estuviese a cargo de funcionarios especiales, el jefe de aquel ejerce las
atribuciones conferidas a los alcaldes por este título. Que revela la intención del

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legislador de ir robusteciendo la organización de los Registros del Estado Civil
con tendencia a su autonomía progresiva.

Por la segunda, según el artículo 262, el matrimonio civil puede tramitarse y


celebrarse también en el seno de las comunidades campesinas y nativas, no
ante el alcalde sino ante un comité especial presidido por el directivo de mayor
jerarquía, integrado por otro y por la autoridad educativa.

b) Forma de la Declaración:

En lo que se refiere a la forma de la declaración del proyecto matrimonial el


artículo 248, perfeccionando la fórmula del artículo 101 del C.C. de 1936,
establece que quienes pretenden contraer matrimonio civil lo declararán
oralmente o por escrito al Alcalde Provincial o Distrital del domicilio de
cualquiera de ellos. Para luego completar, en la parte final del citado artículo
248, que cuando la declaración sea oral se extenderá un acta que será firmada
por el Alcalde, los pretendientes, las personas que hubiesen prestado su
consentimiento y los testigos.

De las dos formas se ha impuesto, seguramente por su facilidad, la forma


verbal, que como se ha dicho, para que quede constancia en el expediente, se
extiende un acta que forman los pretendientes, el alcalde y demás personas
que indica el artículo 248, in fine.

c) Requisitos Indispensables:

Sea escrita o verbal, la declaración inicial para el matrimonio, según el citado


artículo 248, los pretendientes deben presentar tres instrumentos
indispensables:

- Copia certificada de las partidas de nacimiento, o en su caso la de bautizo,


para acreditar la edad de los pretendientes.

- Como prueba del domicilio, de cualquiera de los contrayentes, el respectivo


certificado domiciliario.

- El certificado médico pre-nupcial, con una antigüedad que no pase de 30 días,


que acredita que no están incursos en el impedimento establecido por el

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artículo 241, inciso 2, o, si en el lugar no hubiese servicio médico oficial y
gratuito, la declaración jurada de no tener tal impedimento.

Además, en los respectivos casos especiales, se exige la presentación de los


documentos siguientes:

 Dispensa Judicial de la impubertad.

 Constancia del asentimiento de los padres, o ascendientes o del juez de


Menores.

 Dispensa Judicial del impedimento del parentesco de consanguinidad


colateral en tercer grado.

 Copia certificada de la partida de defunción del cónyuge anterior, de la


sentencia de divorcio, de invalidación del matrimonio anterior.

 El certificado consular de soltería o viudez, en el caso de extranjero.

 Y todos los demás documentos que fuere necesarios según las


circunstancias. Entre los que hay que considerar las libretas militar y
documento nacional de identidad, por ministerio de sus
correspondientes leyes.

d) De la dispensa judicial:

En los casos, bastante frecuentes, que los documentos exigidos sean de difícil
o imposible obtención, la ley no permite que el matrimonio proyectado se
frustre por dicha causa, porque además existe el control que significa la
publicidad y el procedimiento mismo, para cuyo efecto, mediante el artículo
249, se autoriza al juez de Primera Instancia (Juez Especializado de Familia)
para que pueda dispensar a los pretendientes de la presentación dé algunos
documentos, no de todos.

e) De la información testimonial:

En su parte pertinente, el artículo 101 del C.C. de 1936 establecía que los
pretendientes producirán asimismo, la información de dos testigos mayores de
edad que los conozcan por lo menos desde tres años antes, sin aclarar que el
citado número es por cada uno de los pretendientes o por los dos, sin precisar,
la finalidad y tampoco la formalidad o norma de remisión pertinente.

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En cambio, el artículo 248 del C.C. de 1984, en su cuarta parte, perfeccionando
la fórmula del citado artículo 101 del C.C., de 1936, establece que cada
pretendiente presentará además, a dos testigos mayores de edad que los
conozcan por lo menos desde tres años antes, quienes dispondrán bajo
juramento, acerca de si existe o no algún impedimento. Los mismos testigos
pueden serlo de ambos pretendientes.

1.2) Publicación del Proyecto Matrimonial:

Luego viene, como segundo momento, la publicación del proyecto matrimonial,


que sin duda constituye una de las garantías más eficaces del procedimiento
para velar por el cumplimiento de las disposiciones legales respecto a los
impedimentos matrimoniales, porque mediante la publicidad puede obtenerse
la participación de la comunidad, ya que los vecinos al tomar conocimiento del
matrimonio que se proponen contraer los pretendientes, pueden y están en la
obligación de denunciar los impedimentos de que tengan conocimiento.

Sin embargo, hay un segundo criterio, contrario al anterior, en virtud del cual
algunos tratadistas consideran que la publicidad del Proyecto Matrimonial debe
ser suprimida por resultar ineficaz, porque en la práctica la colectividad no
reacciona positivamente a la publicidad y el público no colabora con la
autoridad aún en el supuesto que tuvieron conocimiento de algún impedimento,
como se demuestra en los países que lo exigen: y además, porque los
instrumentos cuya presentación exige la ley son suficientes para acreditar la
capacidad de los pretendientes y la calificación de los impedimentos que
pudieran existir.

Los códigos Civiles Peruanos se han alineado al primer criterio, de la publicidad


del proyecto matrimonial, así el C.C. vigente de 1984, en su artículo 250,
dispone que el alcalde anunciará el matrimonio proyectado por medio de un
aviso que se fijará en la oficina de la municipalidad durante ocho días y que se
publicará una vez por municipalidad durante ocho días y que se publicará una
vez por periódico y si no lo hubiere se hará por la emisora radial de la localidad
o de la más cercana.

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El aviso, llamado edicto matrimonial, consignara el nombre, nacionalidad, edad,
profesión, ocupación u oficio, domicilio de los contrayentes y la advertencia de
que todo el que conozca la existencia del algún impedimento debe denunciarlo.

Según el artículo siguiente, el 251, en el supuesto que fuera diverso el domicilio


de los contrayentes, se oficiará al alcalde que corresponda para que ordene
también la publicación prescrita en el artículo 250, en su jurisdicción.

Pero no se trata de una obligación absoluta, porque en el caso de mediar


causas razonables o motivos atendibles, el artículo 252 autoriza al alcalde para
dispensar la publicación de los avisos a condición que se presenten todos los
documentos exigidos en el artículo 248, en lo que resulta más drástico que el
artículo 105 del C.C. de 1936, que hacía posible la dispensa aún en el caso
que no se hubiera presentado la integridad de los referidos documentos, puesto
que no se refería a todos ellos.

Si los resultados de la publicidad son poco alentadores porque no se obtiene la


colaboración decidida de la colectividad, y si con los instrumentos presentados
se demuestra suficientemente la capacidad de los contrayentes, no se justifica
la publicación de los edictos matrimoniales sobretodo en un periódico de la
localidad, que dado su elevado costo en el caso del Perú se constituye en un
serio obstáculo para la celebración del matrimonio, difícil de resolver en el caso
de los contrayentes de situación económica modesta, a los que, en el mejor de
los casos, se les obligaría a gestionar la formulación de la solicitud para
obtener la dispensa de la publicación.

Consideramos que podría significar una solución realista la de invertir la


fórmula del artículo 250, de que la publicación del proyecto matrimonial
constituye no la regla sino la excepción, esto es, que se disponga la publicación
sólo en el caso de que no siendo suficientes los instrumentos exigidos por el
artículo 248 haya duda respecto a la capacidad de los contrayentes, pero en
todo caso debe hacerse la consistente en fijar los edictos matrimoniales en el
local de la municipalidad.

1.3) Declaración de la Capacidad:

Como consecuencia de la publicación del proyecto matrimonial, pueden


presentarse hasta dos supuestos:
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1.- Que se formula oposición al matrimonio.

2.- Que transcurra el plazo y no se formule oposición.

De modo que, en primer lugar, habría que referirnos al primer supuesto, de


oposición, que la ley nacional ha regulado equitativamente y con prudencia,
conciliando el derecho que tienen los pretendientes de exigir que no se
obstaculice su enlace sin causa justificada y la facultad que tienen los
interesados y cualquier miembro de la comunidad de oponerse a un matrimonio
en el que media la existencia de impedimentos.

En lo que respecta a la oposición se presenta varias cuestiones que hay que


estudiarlas por separado, sobre quienes pueden formular oposición, la
sustanciación de la oposición, y de la responsabilidad para el caso que se
declare sin lugar la oposición.

1.4) De quienes pueden formular oposición:

En virtud de lo establecido por los artículos 253, 254 y 255, están facultados
para formular oposición las personas siguientes:

 Todos los que tengan interés legítimo en impedir el matrimonio, interés


que debe entenderse es de carácter privado, en los términos que
establece el artículo VI del Título Preliminar del Código Civil.

 El Ministerio Público, en atención a la naturaleza de sus funciones, de


defensor de la legalidad están en la obligación de oponerse de oficio al
matrimonio cuando tengan noticia de la existencia de alguna causa de
nulidad, no en otros casos.

 Cualquier persona que conozca la existencia de un impedimento que


constituya alguna causal de nulidad, y no en otros casos, puede
denunciarlo, pero no en forma directa sino ante el Ministerio Público;
oralmente o por escrito, el cual, si considera fundada la denuncia,
formulará la oposición.

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1.5) Sustanciación de la Oposición:

La oposición debe formularse por escrito, según el artículo 253, ante cualquiera
de los alcaldes que haya hecho la publicación de los avisos o edictos
matrimoniales, o ante el Jefe del Registro Civil en el supuesto del artículo 263.

Presentado el escrito de oposición al matrimonio, su sustanciación se desdobla


en dos fases claramente distinguibles:

a) Fase Administrativa:

A cargo del alcalde, este, según lo establecido por el artículo 253, si considera
que la oposición no se funda en causa legal, la rechazará de plano, sin
admitir recursos alguno, aún sin la obligación de ponerla previamente
en conocimiento de los contrayentes.

En el segundo supuesto, si considera que se funda en causa legal, el alcalde


debe ponerle en conocimiento de los pretendientes, y si estos la contradijeron,
negando la existencia del impedimento, remitirá lo actuado ante el juez de Paz
Letrado que corresponda.

b) Fase Judicial:

Según el art. 256, es competente para conocer de la oposición al matrimonio, el


Juez de Paz Letrado del lugar donde este habría de celebrarse. Remitido el
expediente de oposición por el Alcalde, el Juez requerirá al oponente para que
interponga su demanda dentro del quinto día. El Ministerio Público interpondrá
su demanda dentro de diez contados desde publicado el aviso en el Art. 250, o
de formulada la denuncia citada en el artículo anterior.

Vencidos los plazos citados en el párrafo anterior sin que se haya interpuesto
demanda, se archivará definitivamente lo actuado.

La oposición se tramita como proceso sumarísimo.

1.6) Responsabilidad del Opositor:

Para el caso que la oposición se declare infundada, como no podría ser de otra
manera, el artículo 257 condena al opositor al pago de los daños y perjuicios
que haya ocasionado no sólo al pretendiente a quien se le atribuyó el
impedimento sino también al otro, porque es evidente que ambos sufrieron los
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agravios resultantes de la tramitación y formulación de la oposición y la
injustificada postergación del matrimonio, debiéndose fijar prudencialmente la
indemnización por el Juez, teniendo en cuenta el daño moral.

También están obligados a indemnizar los daños y perjuicios con la oposición


falsa, los denunciantes, se entiende en los términos del artículo 255, pero solo
en el caso que la denuncia haya sido maliciosa, sino nadie del público se
arriesgará a denunciar los impedimentos que conozca.

Únicamente están exceptuados de esta responsabilidad, según el citado


artículo 257, los ascendientes y el Ministerio Público, por presumirse la buena
fe de los primeros, y porque obran en interés de la sociedad y no de sí mismos
los segundos.

1.7) Declaración de la Capacidad:

Para el caso de que no se haya formulado oposición durante el plazo señalado


para la publicación de los avisos, de ocho días, o que la oposición interpuesta
haya sido desestimada, y no teniendo el alcalde, dice el artículo 258, noticia de
ningún impedimento, declarará la capacidad de los pretendientes, que son
aptos para contraer matrimonio, el que podrán celebrarlo dentro de los cuatro
meses siguientes.

Ahora bien, si el alcalde tuviese noticia de algún impedimento o si de


los documentos presentados y de la información producida no resulta
acreditada la capacidad de los pretendientes, remitirá lo actuado al juez, quien,
con citación del Ministerio Público, resolverá lo conveniente, en el plazo de tres
días. Es de entenderse que en el primer supuesto el alcalde someterá a
resolución del Juez el impedimento de que tenga conocimiento solo en el caso
que se funde en causa legal y los pretendientes lo nieguen.

Lo que no se ha resuelto expresamente es el supuesto que después de


haberse declarado la capacidad de los pretendientes llega a conocimiento del
alcalde, o del Ministerio Público, la existencia de impedimentos con mayor
razón si son graves. Como no podría autorizarse la celebración de un
matrimonio que de antemano se sabe que resultará nulo, dada la naturaleza de
acto tan importante, no queda otra alternativa que la que señala implícitamente

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el artículo 258, que el alcalde remita los antecedentes ante el Juez competente
para que resuelva lo conveniente.

1.8) De la Ceremonia de Casamiento:

Cornejo Chávez dice que la palabra celebración puede usarse en dos


acepciones, la primera como sinónimo del trámite o del procedimiento ya
indicado, y la segunda, cuando se refiere a la ceremonia con la que dicho
procedimiento termina.

En ambos sentidos la ceremonia o celebración del matrimonio civil sólo es


posible después de haberse cumplido o superado las tres etapas previas
estudiadas anteriormente.

Consecuentemente, la celebración propiamente dicha del matrimonio civil se


realiza una vez cumplida las formalidades anteriores. Con solo una excepción;
la del matrimonio in extremis, que permite el artículo 268, que se estudiará en
su oportunidad.

En lo que se refiere a la cuarta fase de la celebración del matrimonio hay que


considerar varias cuestiones, como el lugar de la ceremonia, el funcionario
competente, de la comparecencia, de los contrayentes, los testigos, y la
celebración del casamiento.

a) Del lugar de la Celebración:

En Principio, como lo establece el artículo 258 del C.C. de 1984, el matrimonio


debe celebrase en el local de la municipalidad, en acto público, ante el
funcionario competente.

Sin embargo el artículo 265 autoriza al alcalde para que, excepcionalmente,


pueda celebrar el matrimonio fuera del local de la municipalidad, o sea a juicio
de dicho funcionario, superando de esta manera la fórmula restringida del
artículo 117 del C.C. de 1936, que limitaba la excepción al caso de
imposibilidad de uno de los contrayentes para trasladarse al local de la
municipalidad y por causa debidamente comprobada.

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b) Funcionario Competente

Según lo establecido por el artículo 259, restregando uno de sus caracteres


fundamentales, el matrimonio civil debe celebrase ante el jefe del gobierno
local, o alcalde, o ante el funcionario jefe del Registro del Estado Civil que
dirigió el trámite preparatorio en sus tres fases previas, manteniendo la unidad
de jurisdicción.

Para facilitar el matrimonio, en virtud del artículo 260, el alcalde queda


autorizado para delegar, por escrito, la facultad de celebrarlo, a favor de otros
regidores, de los funcionarios municipales, directores o jefes de hospitales o
establecimientos análogos. Asimismo, habiéndose suprimido la alternativa para
el matrimonio que permitían los artículos 124 al 126 del C.C. de 1936, el
alcalde también puede delegar sus atribuciones para el matrimonio a favor del
párroco u ordinario del lugar, en cuyo caso el delegado dentro del plazo de 48
horas remitirá el certificado del matrimonio a la oficina del registro del Estado
Civil que corresponda.

Finalmente, si se presenta la imposibilidad de celebración del matrimonio ante


el alcalde que tramitó las tres fases anteriores del procedimiento, o de sus
delegados, como el caso de traslado intempestivo, de urgencia, del domicilio de
uno de los contrayentes a otra jurisdicción, el matrimonio puede celebrarse
ante el alcalde de otro Consejo Municipal, no por delegación sino por
autorización del alcalde competente, que debe ser otorgada por escrito como lo
establece el artículo 261 del C.C.

c) De la Comparecencia de los contrayentes:

El artículo 259, en principio, preceptúa la comparecencia personal de los


contrayentes a la ceremonia del matrimonio, en el local de municipalidad. Sin
embargo, siguiendo el precedente del derecho Canónico, no se han encontrado
motivos suficientes para no autorizar la intervención de mandatarios o
apoderados, como ocurre en el caso los demás actos jurídicos, que
representan a los contrayentes en la celebración del matrimonio, porque son
bastantes las garantías que la ley establece para asegurar su validez y
autenticidad.
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Por esto, el C.C. peruano vigente, en su artículo 264, acepta la posibilidad
de la representación en la celebración del matrimonio, pero con las
limitaciones siguientes:

 El apoderado debe estar especialmente autorizado


mediante escritura pública, con identificación de la persona con quien ha
de celebrarse, bajo sanción de nulidad, y sólo por el plazo perentorio de
seis meses.
 No es posible el matrimonio entre apoderados, si uno de los
contrayentes se hace representar mediante apoderado, necesariamente
debe concurrir el otro contrayente a la celebración.
 El matrimonio es nulo si el poderdante revoca el poder o deviene en
incapaz antes de la celebración, aun cuando el apoderado ignore tales
hechos. Para que surta efecto la revocatoria debe notificarse al
apoderado y al otro contrayente, se entiende antes de la celebración.

d) De los Testigos:

El artículo 259 del C.C. de 1984, exige la presencia en la ceremonia del


matrimonio de dos testigos, sin más aclaración que deben ser mayores de
edad y vecinos del lugar. Pero resulta evidente que la finalidad de los testigos
es dar testimonio no de la capacidad de los contrayentes sino de la verificación
del acto del matrimonio.

e) De la Ceremonia:

En la fecha y hora señaladas, reunidos en acto público, el alcalde o el que haga


sus veces, los contrayentes y los testigos, en el local de la municipalidad, debe
celebrarse la ceremonia del matrimonio en la forma que detalla el artículo 259,
esto es, el alcalde después de dar lectura a los artículos 287, 288, 289, 290,
418, 419. referentes a las obligaciones que genera el matrimonio y el ejercicio
de la patria potestad de los hijos, preguntará a cada uno de los contrayentes si
persisten en su voluntad de celebrar el matrimonio y respondiendo ambos
afirmativamente, extenderá el acta de casamiento, la que será firmada por el
alcalde, los contrayentes y los testigos.

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Esta breve ceremonia tiene doble finalidad, dice Cornejo Chávez, de
comprobar el pleno y consciente propósito de contraer el matrimonio por parle
de ambos contrayentes, y de llamar la atención de estos hacia los deberes
y derechos que el matrimonio les impone y otorga.

1.9) Del matrimonio civil en las comunidades campesinas y nativas.

El C.C. de 1984, ha introducido una variante al matrimonio civil diríamos


clásico, que es llamado matrimonio comunal, al que se refiere el artículo 262,
pero en realidad se trata exactamente del mismo matrimonio civil en cuanto a
formalidades respecta, con la única novedad de que puede ser celebrado fuera
del local municipal y con la intervención de funcionarios distintos a los del
municipio, o sea en el seno de las comunidades campesinas y nativas, ante un
Comité Especial integrado por la autoridad educativa y por los dos directivos de
mayor jerarquía de la comunidad, bajo la presidencia de uno de estos, el de
mayor rango.

Como se prescribe, se trata de una novedad no muy significativa, y que más


bien podría generar dificultades para el desarrollo y para superar cada una de
las cuatro fases del procedimiento matrimonial, como las referentes a la
dispensa judicial de los instrumentos que se pueda obtener, las publicaciones,
el asentamiento de la partida matrimonial, etc. Además de que podría resultar
innecesario, porque de acuerdo con los artículos 260 y 265 del mismo código,
el alcalde puede delegar sus atribuciones a favor de otras personas y autorizar
la celebración del matrimonio fuera del lugar del local municipal.

Consideramos que el matrimonio comunal puede constituirse en una modalidad


muy significativa, que contribuye realmente a facilitar el matrimonio con efectos
civiles de nuestros conciudadanos de las comunidades campesinas y nativas,
si a la variación del lugar de la celebración y de los funcionarios que
intervienen, se acompaña la efectiva simplificación de las formalidades que
para el matrimonio exige el Código, y sustituirlas por otras más simples y
funcionales, que estén al alcance de la sencillez y la pobreza de los
comuneros.

22
1.10) Del matrimonio en inminente peligro de muerte.

El matrimonio in extremis, o en inminente peligro de muerte, constituye la


excepción al procedimiento que se exige seguir para la celebración del
matrimonio, porque puede celebrarse sin el cumplimiento de las tres etapas
previas, de la declaración del proyecto matrimonial, de la publicación y de la
declaración de la capacidad, como lo autoriza el artículo 268 del C.C. de 1984,
que ha reproducido la fórmula del artículo 120 del C.C. de 1936, disponiendo si
alguno de los contrayentes se encuentra en inminente peligro de muerte, el
matrimonio puede celebrarse sin la observación de las formalidades
precedentes, ante el párroco o cualquier otro sacerdote, el que producirá
efectos civiles si los contrayentes son capaces y se inscribe en el Registro Civil,
efectuándose la inscripción con sólo la presentación de la copia certificada de
la partida parroquial, dentro del plazo de un año bajo sanción de nulidad.

El matrimonio in extremis ha sido recepcionado del Derecho Canónico, y se le


justifica con el fundamento de que el matrimonio no sólo tiene como finalidad la
procreación futura y el auxilio mutuo, sino que también puede servir para
legitimar la prole procreada con anterioridad, para regularizar una situación de
hecho, y otros fines igualmente justos.

Se combate y se discute la validez de este matrimonio de urgencia, en razón


de que en las circunstancias anormales en que se celebra no es posible
esperar que el moribundo exprese consciente y libremente su consentimiento,
sino por influencia y presión extrañas, o con fines fraudulentos, de modo que
faltando el consentimiento no podría haber matrimonio válido. Pero estas
observaciones podrían hacerse a otros actos jurídicos, como los testamentos,
que se otorgan en circunstancias semejantes, sin que nadie haya cuestionado
sólo por ese motivo su validez, o atribuido a fines fraudulentos.

Tiene que criticarse la insistencia en dar exclusiva intervención al sacerdote


para la celebración de este matrimonio, reproduciendo la fórmula del artículo
120 del C.C. de 1936, severamente observada en su oportunidad, porque si
bien está de acuerdo con la tradición de pueblo católico, no es exacto que en la
actualidad resulte más fácil obtener el concurso de un sacerdote en razón de
que se ha producido una reducción considerable de clérigos en las ciudades y

23
ha desaparecido de los lugares alejados. Por lo que en todo caso, si hay
intención de conservar la institución, no hay razón para que no se conceda la
misma facultad a los funcionarios de las municipalidades o del registro civil, que
si los hay en todo rincón del territorio nacional.

Otros motivos de duda, o de discusión, a que dio lugar el artículo 120 del C.C.
de 1936, era la clase de formalidades conforme a las cuales el sacerdote debía
celebrar el matrimonio de urgencia, si las exclusivamente civiles o las
canónicas, no obstante que dicha modalidad matrimonial sólo consistía en la
exoneración de las formalidades precedentes que se establece para la
celebración del matrimonio civil, y no del matrimonio religioso, pero que
generalmente podía ocurrir que el sacerdote que acudía para consagrarlo sólo
conocía las formalidades religiosas.

Parece que en atención a dicha circunstancia, de que el sacerdote que sea


llamado a celebrar un matrimonio de urgencia no está en la posibilidad de
actuar de conformidad con las formalidades civiles, el C.C. dé 1984, en su
artículo 268, se decide por las formalidades canónicas o por el matrimonio
católico, al disponer que la inscripción en el registro civil se hará con la copia
certificada de la partida parroquial, y en los registros parroquiales no se
inscriben los matrimonios civiles.

Ahora bien, si el contrayente en peligro de muerte sobrevive y más bien se


recupera, habría que aclarar si en este caso hay necesidad de subsanar o
completar las formalidades que fueron omitidas por la urgencia del caso. Pero
la solución es simple, y en esto hay uniformidad en el Derecho Comparado, en
el sentido de que en tales circunstancias no se requieren de posteriores
comprobaciones, sobreviva o no quien se encontraba en peligro de muerte,
como dice el artículo 268, in fine, porque el matrimonio in extremis es válido en
todo caso, siempre que los contrayentes sean capaces y se inscriba dentro del
año siguiente en el Registro Civil.

1.11). Delegación de la facultad para celebrar el matrimonio


La facultad de llevar a cabo la ceremonia del matrimonio civil compete, como
regla general, al alcalde de la localidad donde se efectuó la declaración del
proyecto matrimonial de los contrayentes. Sin embargo, la ley prevé la

24
posibilidad de que el alcalde competente pueda delegar dicha facultad. La
delegación puede darse en diversos ámbitos. El artículo 260 se refiere a la
delegación en otras personas, por lo general en la misma localidad, y el artículo
261 regula la delegación en otro alcalde de localidad distinta.

Los supuestos de delegación del artículo 260 también se diferencian entre sí y,


además, revelan una serie de imprecisiones. Un primer caso es el de la
delegación al interior de la propia municipalidad, en cuyo caso la norma permite
facultar a los regidores o a los funcionarios municipales para celebrar el
matrimonio, sin precisar en el caso de los funcionarios, si éstos deben ser o no
los que dentro del municipio tienen funciones o cargos vinculados a actos del
estado civil. La falta de precisión puede llevar a afirmar que es válido el
matrimonio celebrado ante cualquier funcionario independientemente de su
cargo o función, bastando que tenga la autorización del alcalde. En la práctica,
la delegación que se supone es la excepción, se ha convertido en la regla; y la
celebración por el propio alcalde, que se supone es la regla, se convertido en la
excepción.

Otro supuesto es el de la delegación en personas ajenas a la municipalidad, en


cuyo caso la norma permite facultar a directores o jefes de hospitales o de
establecimientos análogos para celebrar el matrimonio. El concepto de
"análogos" es impreciso, pero en general puede entenderse como todo
establecimiento de salud de nivel de un hospital, tales como las clínicas, pero
difícilmente podrían considerarse las postas y similares. Asimismo, puede
tratarse de establecimientos públicos o privados ya que la norma no hace
distinción alguna.

Igualmente, en esta parte de la norma no se hace alusión a que la delegación


en directores o jefes de hospitales o establecimientos análogos deba hacerse
en circunstancias especiales, es decir de enfermedad grave o con peligro de
muerte de uno o ambos contrayentes, de manera que puede interpretarse que
estaría permitida la delegación en cualquier caso. No hay forma de concluir lo
contrario, pues de otro modo sería innecesaria, repetitiva o asistemática la
regulación del artículo 268 que se refiere precisamente al matrimonio in
extremis. Desde luego que la delegación en el caso comentado debe ser
otorgada para celebrar matrimonios de personas internadas en el
25
establecimiento de salud (por lo menos uno de los contrayentes y que cuenten
con la debida lucidez), no para pacientes ambulatorios y mucho menos para
celebrar matrimonios de personas que no están ni en una ni en otra condición.
Un tercer caso es el de la delegación en el párroco o en el Ordinario del lugar,
en cuyo caso éstos remitirán dentro de un plazo no mayor a 48 horas el
certificado del matrimonio a la oficina del Registro del Estado Civil respectivo.
Al igual que en el supuesto anterior, el artículo 260 no exige que existan
circunstancias especiales como la enfermedad grave o el peligro de muerte
(que, por lo demás se legisla en el artículo 268), de modo que procede en
cualquier caso. De ser así, entonces es posible realizar un matrimonio católico
y civil en forma simultánea ante la misma autoridad religiosa.

Para todos los casos mencionados son aplicables las siguientes opiniones
finales:

. La norma es muy flexible al no precisar los casos de procedencia de la


delegación, al punto de ser ésta posible sin necesidad de concurrir alguna
circunstancia razonable que lo amerite, pudiéndose llegar a casos extremos.
Tal vez sería conveniente establecer algunas pautas mínimas para la
procedencia de la delegación.

. La delegación debe entenderse conferida para efectos de la dirección de la


ceremonia de casamiento, mas no para los actos relacionados con las etapas
previas, tales como la recepción de la declaración del proyecto matrimonial, la
publicación de avisos y la declaración de capacidad de los pretendientes.

. Por regla general deben cumplirse, no obstante la delegación, todas las


formalidades establecidas en los artículos 248,250,251 Y 259 del Código Civil,
pudiéndose presentar las dispensas reguladas en los artículos 249 y252.

. La norma del artículo 260 no precisa si la delegación es genérica para la


celebración de diversos matrimonios aún no determinados en forma específica,
o si para cada acto de casamiento en particular debe otorgarse la delegación
respectiva puntualmente referida para ese acto. Opinamos que lo segundo
implica mayor seguridad y control de la facultad de delegación.

26
. Finalmente, la norma solo exige que la delegación sea por escrito, sin
necesidad de formalidad adicional alguna como sería la legalización de la firma
del alcalde u otra seguridad. En todo caso, si faltare el escrito de delegación el
matrimonio celebrado sería nulo (artículo 274 inc. 9) o anulable (artículo 277
inc. 8), por incompetencia del funcionario y según haya mediado mala o buena
fe de los contrayentes.

Por último, es pertinente mencionar que la delegación de que trata el artículo


260 fue regulada también por el Código Civil de 1936, que en su artículo 115
permitía que el alcalde delegue la facultad de celebrar el matrimonio en el
teniente alcalde, oficiales de estado civil, agentes municipales (de acuerdo a la
organización municipal de ese entonces), así como en los directores o jefes de
hospitales, capellanes de éstos y en los misioneros católicos.

Para efectos de este último caso, sin embargo, no se contemplaba norma


semejante a la del segundo párrafo del actual artículo 260, en el sentido de que
las autoridades religiosas remitieran en un determinado plazo, el certificado de
matrimonio a la oficina del Registro de Estado Civil respectiva.

1.12). Facultad del jefe del registro civil para celebrar el matrimonio
Al tratar los artículos 260 y 261 del Código Civil se pudo apreciar que aquellos
se ocultan de supuestos de delegación para la celebración del matrimonio, que
el alcalde puede realizar en otras personas. Así, el artículo 260 se refiere a la
delegación en regidores, funcionarios municipales, directores y jefes de
hospitales o establecimientos análogos, y en párrocos o autoridades religiosas.
El artículo 261 se refiere a la delegación de un alcalde en otro alcalde de
localidad distinta.

El artículo 263, que tiene su fuente en el artículo 123 del Código anterior, se
ocupa de un supuesto diferente, pero que podría generar confusión respecto de
las normas contenidas en los artículos 260 y 261. En efecto, el artículo 263
establece más que todo una excepción a la competencia y facultad que tienen
los alcaldes de llevar a cabo la tramitación y la propia ceremonia del
matrimonio civil.

Es decir que no se trata de un caso de delegación en virtud del cual el alcalde


encarga la celebración del matrimonio al jefe del Registro de Estado Civil, en

27
las capitales de provincia donde dicho Registro está a cargo de funcionarios
especiales. Nada de eso, sino que lo que ocurre en el caso regulado por el
artículo 263, es que la propia ley le asigna competencia directa al funcionario
antes mencionado, otorgándole las atribuciones que les corresponden en estos
casos a los alcaldes.

En otras palabras, si bien, como se dijo en los comentarios a los artículos 260 y
261 , la regla general es que la competencia para llevar a cabo la ceremonia
del matrimonio civil corresponde al alcalde de la localidad donde se efectuó la
declaración de la intención matrimonial, de modo que el supuesto del artículo
263 es una excepción a esta regla, como lo es también la disposición del
artículo 262, referida a la autoridad pertinente para celebrar matrimonios en las
comunidades campesinas y nativas.

Por supuesto que se trata de una forma de descargar las funciones municipales
del alcalde que, por su alta investidura, le es imposible atender todos los
asuntos de la comunidad. En el caso particular de las capitales de provincia, la
recarga laboral es mayor aún, por tal motivo, para efectos de la tramitación,
declaración y celebración del matrimonio, esta responsabilidad es asumida por
el jefe del Registro de Estado Civil. Del texto del artículo 263 se aprecia que
las atribuciones que la ley le confiere al jefe del Registro Civil son
absolutas. De esta manera, además de la responsabilidad que le compete
para la tramitación y celebración del acto matrimonial, el mencionado
funcionario tiene también la atribución de recibir y canalizar las eventuales
oposiciones o denuncias de impedimento que se formulen para impedir
la celebración del matrimonio; Estando facultado igualmente para autorizar
la celebración de dicho acto en municipio distinto o fuera del local de la
municipalidad.

1.13). Matrimonio por representación De acuerdo a lo enunciado por el

artículo 145 del Código Civil

El acto jurídico puede ser realizado mediante representante, salvo disposición


contraria de la ley. Se ha justificado la necesidad de la representación
basándose en la utilidad práctica que dicha figura importa en el dinamismo de
la vida social y jurídica. La representación potencia las posibilidades de

28
actuación de las personas (que no pueden o no quieren intervenir en los
negocios jurídicos por sí mismas) dando lugar al milagro jurídico de la
bilocación, con lo que se evita que la exigencia de la intervención personal
de los propios y directos interesados limite sensiblemente el movimiento
patrimonial (LOHMANN). Empero, la figura de la representación también ha
invadido el campo de los actos extramatrimoniales, prueba de ello es que se
admita la actuación por terceros en el ámbito del Derecho de Familia. Así, el
artículo 264 del Código Civil autoriza a los contrayentes del acto matrimonial
que comparezcan a la ceremonia a I través de apoderado especialmente
autorizado por escritura pública, con identificación de la persona con
quién ha de celebrarse, bajo sanción de nulidad. La norma ha considerado
la posibilidad de que, por diversos motivos de índole personal o de fuerza
mayor, los contrayentes no puedan asistir a la ceremonia del matrimonio civil,
en cuyo caso podrán ser representados por un tercero.

Está claro que, conforme al sistema de la representación directa y


particularmente de acuerdo a lo dispuesto por el artículo 160, el acto jurídico
celebrado por el representante dentro de los límites de las facultades que se le
hayan conferido produce efectos directamente respecto del representado. Es
decir, que quien actúa en nombre de otro -en este caso para representarlo en
la ceremonia del matrimonio civil- no recibe él mismo las consecuencias del
negocio jurídico celebrado; éstas recaen directamente en la esfera jurídica de
quien ha conferido la representación, sin necesidad de que se requiera de un
nuevo acto para ceder dichos efectos.

En sede de doctrina se cuestiona que el acto por el cual se otorgan facultades


a un tercero para que intervenga en la ceremonia matrimonial en nombre del
contrayente, manifestando la voluntad de éste de contraer matrimonio, sea un
verdadero acto de representación. En efecto, Juan G. Lohmann se refiere a la
figura del "nuncio" que, a diferencia del representante, no tiene como éste un
auténtico poder de decisión. Como se sabe, en el estado actual de la doctrina
se reconoce que el fenómeno representativo tiene más riqueza conceptual y
alcance prácticos mucho más amplios que los de posibilitar solamente el
desplazamiento de la voluntad del interesado; en cambio, el nuncio es apenas
un emisario que traslada y reproduce una voluntad, carece de iniciativa

29
legitimada y creadora, no puede optar y no le está permitido determinar el
contenido de ninguna voluntad, ni de amoldarla a circunstancias
sobrevinientes, ni posee otra capacidad de decisión vinculante que no sea la de
transmitir o no la voluntad de quien representa. En ese sentido, la participación
del nuncio en el negocio jurídico vendría a ser puramente instrumental, por lo
que se ha dicho que es la figura más modesta de la representación. Por estas
consideraciones, el autor citado se inclina por sostener que en el matrimonio,
particularmente en el acto de la ceremonia en que los contrayentes actúan a
través de terceros, no cabe hablar de representante sino de nuncio, toda vez
que en dicha hipótesis el apoderado actúa como portavoz del contrayente, sin
posibilidad alguna de decisión, iniciativa, opción o interpretación de la voluntad
ajena (LOHMANN). De otro lado, en lo que concierne a la formalidad, para que
el poder a que se contrae el artículo 264 surta efecto, deberá elevarse a
escritura pública (no requiere inscripción) e identificar en el mismo documento
a la persona con quien el poderdante contraerá matrimonio. Asimismo, el
otorgante deberá ceñirse en lo que fuere aplicable a lo estipulado por
los artículos 145 y siguientes del Código Civil referidos a la representación, a
fin de que ésta goce de validez absoluta. Del texto del artículo 264 se aprecia
que al menos uno de los contrayentes debe encontrarse presente en la
ceremonia de celebración del matrimonio. Sin embargo, la percepción de la
doctrina es completamente opuesta. Al entender de Héctor Cornejo "esta
limitación propia del contrato matrimonial, se debe al propósito de actualizar
siquiera en parte el consenso personal de los contrayentes; pero carece
de fundamento jurídico suficiente, pues, desde que el mandatario no expresa
su voluntad sino la del poderdante, no existe inconveniente teórico ni
práctico para que ambos pretendientes se hagan representar debidamente
en la ceremonia" (CORNEJO CHÁ VEZ). La misma posición es asumida por
Max Arias Schneider, quien estima que la razón de la leyes "propiciar el
matrimonio y no ponerle obstáculos; facilitar la unión marital"
(ARIAS-SCHREIBER).

Sobre el particular, nos adherimos a la posición de los mencionados juristas,


pues no hay razón legal por la cual si un contrayente se encuentra
representado por un tercero, cumpliendo todos los requisitos que la ley ordena,

30
no se permita que el otro contrayente se encuentre también representado,
siempre que ambos cumplan con los todos requisitos exigidos en la ley en lo
que respecta a la formalidad de la representación. Este planteamiento fue
aprobado por la Comisión Reformadora del Código Civil, sin embargo, la
Comisión Revisora mantuvo la posición que fluye del texto vigente.

El segundo párrafo del artículo bajo comentario "tiene que ver con un posible
error de redacción o simplemente una falta de coherencia" (TUESTA SILVA).
Su primer parágrafo expresa que "el matrimonio es nulo si el poderdante
revoca el poder o deviene en incapaz antes de la celebración del matrimonio,
aun cuando el apoderado ignore tales hechos", sin embargo, a continuación
expresa: "para que surta efecto la revocatoria debe notificarse al apoderado y
al otro contrayente':

El autor referido se pregunta con toda razón "si para que tenga efecto la
revocación, es necesario que dicha voluntad sea comunicada tanto al
apoderado como al otro contrayente, entonces ¿cómo se explica que se
sancione con nulidad el acto matrimonial celebrado por el apoderado que
ignora tal revocación?".

Cornejo Chávez alude a un caso particular, con lo cual pone en tela de juicio la
complejidad en la comprensión del discutido segundo párrafo del artículo 264
del Código Civil. Al respecto expresa que esta fórmula significaría que si un
varón otorga poder para que un amigo suyo lo represente en la ceremonia de
su casamiento con determinada mujer; luego revoca el poder, sin comunicar
este hecho al apoderado y a la mujer; acto seguido se traslada al lugar del
matrimonio e inicia vida marital con dicha persona, no se sabe, en definitiva, si
ese matrimonio es válido o no. Él podría invocar el artículo 264 en la parte que
preceptúa que el matrimonio es nulo si el poderdante revoca el poder aun
cuando el apoderado ignore tal hecho; y la mujer podría sostener que es válido,
por cuanto el mismo artículo establece que para que surta efecto, la revocatoria
debe notificarse al apoderado y al otro contrayente (CORNEJO CHÁ VEZ). La
posición de la doctrina italiana es más coherente al exponer que "si el poder ha
sido revocado, pero, si ello no obstante se celebró el matrimonio, éste es
válido si el otro contrayente, en el momento de la celebración, ignoraba su

31
revocación y ha habido, después del matrimonio, cohabitación (aunque sea
temporal) entre los contrayentes" (MESSINEO).

Además, ha de tenerse en cuenta que el texto del artículo 152 del Código Civil
enuncia que "la revocación debe comunicarse también a cuantos intervengan o
sean interesados en el acto jurídico. La revocación comunicada sólo al
representante no puede ser opuesta a terceros que han contratado ignorando
esa revocación, a menos que ésta haya sido inscrita (...)". Como consecuencia
de lo expuesto se puede concluir que efectivamente se ha producido un error
al momento de redactar la norma, pues no de otro modo se entendería
tremenda contradicción legal.

Un intento por modificar la parte pertinente del artículo bajo comentario, a modo
de sugerencia, podría ser la siguiente expresión: "El matrimonio es nulo si el
poderdante revoca el poder o de viene en incapaz antes de la celebración del
matrimonio, siempre que haya sido notificado el apoderado y el otro
contrayente". De esta manera se despejan todas las dudas y se mantiene una
norma legal de estricto cumplimiento. Cabe agregar que la posibilidad de
celebrar el matrimonio a través de representante estuvo regulada en los
artículos 118 y 119 del Código Civil de 1936. El artículo 118 recogía en
términos similares lo dispuesto en el primer párrafo del actual artículo 264; y el
artículo 119 recogía lo normado en el segundo párrafo de la norma actual. Se
aprecia una diferencia importante en esta segunda regla, pues el artículo 119
antecedente no se pronunciaba sobre la validez o invalidez del acto celebrado
ya revocado el poder o producida la incapacidad, limitándose a señalar que las
facultades otorgadas se terminaban por esos hechos; en cambio el artículo
264, segundo párrafo, se pronuncia por la nulidad del acto celebrado en esas
circunstancias. Finalmente, respecto a la caducidad del poder, ésta se produce
a los seis meses de otorgado. Esta disposición es nueva, no estaba
contemplada en el Código de 1936. Se entiende que el plazo establecido es
suficiente y que el poderdante puede haber cambiado su decisión de contraer
matrimonio o de hacerlo a través de tercero. En este punto cabría preguntarse
qué sucede si el matrimonio se lleva a cabo luego de vencida la vigencia del
poder. El segundo párrafo del artículo 264 solo sanciona con nulidad el acto
matrimonial si se ha celebrado con poder revocado o por incapacidad

32
posterior, pero no cuando el poder ha caducado. De esta manera, a la luz de lo
dispuesto por los artículos 161 y 162 del Código Civil, podría afirmarse que el
acto es válido pero ineficaz, quedando sujeto a la eventual ratificación del
poderdante.

1.14). Celebración del matrimonio fuera de la municipalidad:

En lo concerniente al lugar de celebración del matrimonio, la regla general de


acuerdo a lo establecido por el artículo 259 del Código Civil- es que dicho acto
se celebre en el local de la municipalidad. Los artículos 260, 261, 262, 263 Y
268 se refieren a casos especiales en los que la celebración de la ceremonia
matrimonial puede o debe realizarse en lugares distintos a la sede municipal
del domicilio de los contrayentes y, en algunos supuestos, incluso ante
autoridad diferente al alcalde. Por su parte, el artículo 265, sin estar referido a
las hipótesis contenidas en los artículos mencionados y sin enumerar
causales específicas, se limita a enunciar que la celebración del
matrimonio puede realizarse "excepcionalmente" fuera de la municipalidad,
es decir, en lugar distinto. La norma del artículo 265, conforme a su propio
texto, contiene una disposición de carácter excepcional, sin embargo ha
terminado en la práctica como una norma de carácter alternativo u opcional,
según decisión de quienes pretenden contraer matrimonio. En efecto, son
numerosas y casi cotidianas las situaciones en las cuales los
contrayentes solicitan a la autoridad que el matrimonio se celebre fuera del
local municipal, sea en su domicilio, en el salón de un club social o lugares
similares donde se realizarán los agasajos y festividades posteriores e
inclusive en el salón de recepción de la iglesia donde se lleva a cabo el
matrimonio religioso; todo ello sin considerar el carácter excepcional de la
norma.

En rigor los contrayentes solicitan y la autoridad concede el pedido, sin que


sea necesario sustentar razonablemente el carácter "excepcional" del cambio
de lugar de celebración del matrimonio, con lo cual el espíritu de la norma ha
quedado absolutamente trastocado, al punto que por la mera decisión de los
particulares la Administración Pública se traslada hacia ellos.

33
En este punto cabe señalar que la norma del artículo 265 bajo comentario,
tiene su fuente en el artículo 117 del Código Civil de 1936, sin embargo difiere
sustancialmente de dicho antecedente, pues el artículo 117 mencionado
establecía que el alcalde podía, excepcionalmente, celebrar el matrimonio fuera
de la municipalidad, pero únicamente "si alguno de los contrayentes estuviere

imposibilitado para trasladarse al local de ella por causa debidamente


acreditada".

Puede apreciarse, pues, que bajo la vigencia del Código anterior, la posibilidad
de celebrar la ceremonia matrimonial fuera del local de la municipalidad estaba
supeditada a la previa demostración a la autoridad edilicia de que alguno de los
contrayentes tenía una razón justificada para su pedido, lo que evitaba el uso
indiscriminado de lo dispuesto en la norma citada.

Claro está, que lo regulado por el artículo 117 del Código de 1936 era un
supuesto diferente a la ,necesidad de celebrar el matrimonio fuera de la
municipalidad por inminente peligro de muerte (matrimonio in extremis o de
urgencia), debido a que éste se encontraba contemplado en el artículo 120 y
por consiguiente constituía un caso distinto. En ese sentido, en el contexto de
la legislación anterior, el artículo 117 exigía la acreditación de causas de otro
tipo, como por ejemplo la invalidez física, una enfermedad sin riesgo de muerte,
el estar uno de los contrayentes recluido en prisión o realizando servicio en un
cuartel militar, u otro hecho que justifique tal medida.

En el artículo 265 del Código actual, que se ocupa del tema comentado, se ha
suprimido la frase final de su antecedente: "... si alguno de los contrayentes
estuviere imposibilitado para trasladarse al local de ella por causa debidamente
acreditada", quedando solo la parte inicial de la norma: “el alcalde puede,
excepcionalmente, celebrar el matrimonio fuera del local de la municipalidad",
que es el texto vigente. Regulado así, la norma del artículo 265 se distingue
aún más de la figura del matrimonio in extremis o de urgencia a que se contrae
el artículo 268.

No obstante lo expresado, la actual regulación de la materia -en los términos en


que consta en el vigente artículo 265­ no es del todo mala; puede entenderse
que guarda armonía con la norma constitucional relativa a la promoción de la

34
familia (Const., artículo 4), por lo que se permite flexibilizar las normas que
regulan las formalidades y demás aspectos de la celebración del matrimonio, y
en este caso concreto la autoridad local estará haciendo efectiva la labor de
incentivar la celebración de matrimonios en el país.

En todo caso no se puede negar que hay una distorsión, pudiéndose afirmar
que el artículo 265 del Código Civil o no recoge adecuadamente una realidad, o
que su cumplimiento no está siendo observado al no respetarse el carácter
excepcional de la disposición. Queda, pues, por analizar, el debate sobre el
abuso de la normativa de carácter excepcional, que ocurre también en otros
ámbitos de la legislación nacional.

1.15). Gratuidad de las diligencias matrimoniales

El procedimiento de celebración del matrimonio civil supone el pago de los


derechos de tramitación consignados en el Texto Único de Procedimientos
Administrativos de cada municipalidad. Estos serán cancelados al momento de
iniciar el trámite del matrimonio en la tesorería del municipio y contra acuse de
recibo de pago. Aparte de ello no cabe cobro alguno por parte de los
funcionarios que intervienen en el trámite y en la celebración del casamiento
bajo ninguna circunstancia que no se encuentre regulada en el mencionado
TUPA.

Al respecto, cabe señalar que el Estado promueve la constitución legal de la


familia como núcleo básico de la sociedad, por tal motivo otorga todas las
facilidades necesarias para que la celebración del matrimonio se lleve a cabo,
claro está, en estricto cumplimiento de lo ordenado por la ley. En ese sentido,
se asume que los derechos de tramitación deben ser reducidos o, en su caso,
gozar de exoneraciones totales o parciales, a fin de permitir la formación legal
de las familias.

Nótese que la norma bajo comentario no dispone la gratuidad del


procedimiento matrimonial, sino que tiende a evitar el cobro indebido de sumas
no exigibles, sancionando cualquier cobro ilícito requerido por funcionario o
servidor público.

35
De esta manera, los funcionarios o servidores públicos que cobrasen sumas de
dinero por cualquier concepto relacionado a la celebración del matrimonio que
no estuviese contemplado en el TUPA de la municipalidad, incurrirán en el
delito de concusión (artículo 382 del Código Penal: El funcionario o servidor
público que, abusando de su cargo, obliga o induce a una persona a dar o
prometer indebidamente, para sí o para otro, un bien o un beneficio patrimonial,
será reprimido con pena privativa de libertad no menor de dos ni mayor de
ocho años), o exacción ilegal (artículo 383 del Código Penal: El funcionario o
servidor público que, abusando de su cargo, exige o hace pagar o entregar
contribuciones o emolumentos no debidos o en cantidad que excede a la tarifa
legal, será reprimido con pena privativa de libertad no menor de uno ni mayor
de cuatro años). De darse el caso, los contrayentes pueden interponer la
respectiva denuncia penal.

El artículo 266 extiende la prohibición a los funcionarios o servidores públicos


que intervienen en la tramitación y celebración del matrimonio. Por tanto, no se
limita a sancionar a quien solicite contribuciones o emolumentos a su favor a
cambio de celebrar la ceremonia, sino también a todo funcionario o servidor
que al momento de la tramitación haya solicitado o exigido un pago no previsto
en el ordenamiento legal.

Igual regla contenía el artículo 121 del Código Civil de 1936.

1.16). Sanción por infringir la gratuidad

De acuerdo a lo comentado en el artículo precedente, los funcionarios o


servidores públicos están prohibidos de exigir cualquier cobro indebido durante
la tramitación o celebración del matrimonio; de lo contrario serán responsables
penalmente por dicho accionar. Los delitos en los que está en marcada la
acción ilícita son la concusión y la exacción ilegal. Cabe mencionar que en
doctrina se reconocen dos tipos de acción concusionaria: la concusión
propia y la concusión impropia. "En la propia, el funcionario público es quien
incurre en el hecho ilícito; mientras que en la impropia, el sujeto activo es un
particular que simula la condición de funcionario público de la cual no se
encuentra investido" (HUGO ÁLVAREZ. En el caso particular de la obtención
de un beneficio patrimonial por parte del funcionario o servidor público en

36
situaciones de celebración de matrimonio (preparación y celebración
propiamente dicha) se podrían presentar ambas situaciones de concusión. La
concusión propia se presentaría, por ejemplo, en caso de que el jefe del
Registro Civil de la municipalidad competente, el alcalde o un secretario,
obligue a los contrayentes a efectuar pagos por derechos inexistentes, bajo la
amenaza de no continuar con el procedimiento. Por otro lado, la concusión
impropia o exacción ilegal se presentará en caso de I que un tercero ajeno a la
función municipal coaccione a los pretendientes o contrayentes a
proporcionarle un beneficio patrimonial, atribuyéndose cargos o facultades que
no le han sido otorgados. En este caso particular el infractor se encontrará
incurso, además del delito de concusión, en el delito de usurpación de
autoridad, títulos y honores.

Los funcionarios o servidores públicos que sean procesados por el delito de


concusión, sufrirán, además de la pena privativa de libertad correspondiente, la
destitución de su cargo.

Este delito puede ser realizado conjuntamente por más de un funcionario o


servidor público. Así, la denuncia podrá presentarse contra más de un
funcionario, cuando éstos han concertado para exigir el pago a los solicitantes
del servicio municipal.

En el régimen del Código Civil de 1936, la sanción de que trata la norma bajo
comentario estaba regulada en el artículo 122 y, a diferencia de la actual, no
establecía la medida de destitución del funcionario infractor, sino que solo le
imponía una sanción pecuniaria, esto es, una multa de entre cien a dos mil
soles (de ese entonces), que era determinada e impuesta por la Corte Superior
a pedido del interesado o del Ministerio Público (antes Ministerio Fiscal); sin
perjuicio, igualmente, de la responsabilidad penal.

Puede observarse, además, que el artículo 122 del Código anterior cubría un
espectro más amplio, pues no solamente preveía la sanción antes indicada
para los funcionarios que cobraran derechos ilegales a los contrayentes -que
es lo que ocurre con el actual artículo 267, ya que se refiere solo al infractor del
artículo 266-, sino que la sanción estaba dirigida al funcionario que

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contraviniera, en general, cualquiera de las disposiciones referentes a la
celebración del matrimonio o a las diligencias, trámites o etapas precedentes.

1.17) Extinción del matrimonio

- Por muerte de uno de los cónyuges o de ambos.

- Por declaración de muerte presunta.

- Por declaración de invalidez, en los casos que el matrimonio sea nulo o


anulable.

- Por declaración de divorcio, que disuelve el vínculo matrimonial.

1.18) Matrimonio entre personas del mismo sexo

Hecho cristalizado es que la homosexualidad existió desde tiempos remotos.


En la antigua Grecia fue aceptada, mientras que en Roma, tolerada. Con el
paso del tiempo, las nuevas costumbres parametradas y los códigos sociales
les comenzaron a rechazarla.

La homosexualidad y la protección constitucional:

a) Principio dela dignidad humana.

Es le principio máximo, súper principio, macro principio o principio de principios.


Aparece en el primer artículo dela Constitución.

b) Principio de la libertad.

También denominada autodeterminación. Es le valor supremo del ser humano,


siendo este el único animal que lo posee. Implica aquella capacidad que tiene
el sujeto para realizarse con autonomía dentro de sus relaciones sociales.

c) Principio de igualdad.

Llamada isonomia. Es equiparidad, semejanza, similitud, equidad entre las


personas sin beneficiar, ni perjudicar unas de otras. Implica que las personas
tienen el mismo valor ante la ley. Debe ser fuente de regulación dela vida social
observando los criterios de proporcionalidad y sentido común.

d) Principio de no discriminación por razón de sexo.

A pesar dela ausencia en la Constitución del Perú, el código penal (Art. 323).
38
e) Derecho a la identidad.

La identidad es todo aquello que caracteriza y diferencia a una persona de otra.


Como derecho fundamental esta tutelado por la dignidad. Se relaciona con el
nombre, el derecho al conocimiento del origen y del patrimonio genético.

1.19) Importancia del matrimonio civil

La importancia de esta institución del derecho civil peruano, reside en la


importancia de la familia para la sociedad. Así lo establece el artículo 233 del
Código Civil Peruano, esto debido a que habla de la regulación jurídica de la
familia y no de algo diferente a ella y esto debido a que se pretende la
consolidación y fortalecimiento de esta institución natural. Y todo esto en
armonía con lo que dice nuestra Constitución política, la cual establece en su
artículo 4to que: “La comunidad y el Estado protegen especialmente al niño, al
adolescente, a la madre y al anciano en situación de abandono. También
protegen a la familia y promueven el matrimonio. Reconocen a estos últimos
como institutos naturales y fundamentales de la sociedad.” Y aunque no existe
una definición de familia en ninguno de estos textos, se puede decir que en un
sentido amplio se habla de parentesco y en un sentido estricto se entiende por
familia solo a aquellas personas unidas por la relación de procreación. Se
podrá hablar en algún caso también de familias intermedias es decir aquellas
que son compuestas o ensambladas sobre las cuales nuestro Tribunal
Constitucional ya se ha pronunciado.

El doctor Alex Plácido Vilcachagua explica claramente en sus comentarios a la


Constitución Política del Perú que la familia significa el fundamento de la
generación humana, y fuente de la estabilidad y desarrollo de la persona. Así
entonces el Estado busca proteger la institución más importante que se tiene
como sociedad, la familia, con este espíritu de la Constitución y del Código Civil
se coincide, sin embargo y aunque no es materia de esta tesis, se han
encontrado tratamientos que contravienen estos principios que establecen la
normativa peruana, uno de esos es el divorcio y el cual será tratado más
adelante como la principal discrepancia con el matrimonio religioso.

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CAPÍTULO II

“DE LA CELEBRACIÓN DEL MATRIMONIO CATÓLICO”

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Considerando que este trabajo busca abarcar varios ámbitos sobre la
relación que hay entre el matrimonio católico, el reconocimiento que puede
realizar el derecho civil peruano y la libertad de religión, se hace necesario
comenzar con la clasificación de las instituciones en cuestión. La extensión de
este capítulo no basta para tratar un tema tan amplio e importante como lo es
el matrimonio católico, sin embargo se busca esbozar los conceptos básicos y
necesarios, así como la importancia de esta institución fundamental del
derecho canónico.

2.1. ¿Qué es el matrimonio católico?


El matrimonio católico es una institución del derecho canónico que se da al
servicio de la comunidad y que se entiende mejor cómo:

“La alianza matrimonial por la que el varón y la mujer constituyen entre sí


un consorcio de toda la vida, ordenado por su misma índole natural al bien
de los conyugues y a la generación y educación de la prole” la cual “fue
elevada por Cristo Señor a la dignidad de sacramento”.

Es decir el matrimonio no fue siempre un sacramento, es por eso que


parece correcto, comenzar explicando que la unión jurídica plena de
hombre y mujer, para el catolicismo es previa a la instauración del
sacramento del matrimonio por Cristo, o de la codificación como tal por
parte del derecho canónico. El matrimonio es atribuible a la creación del
hombre y la mujer por Dios. Así es el primer libro de la biblia se explica “Y
Dios creó al hombre a su imagen, lo creó a imagen de Dios, los creó varón
y mujer.” De tal forma se puede entender al suceso de creación como el
momento en el cual nacen, en igualdad, el varón y la mujer. En el segundo
capítulo del mismo libro, Dios nos dice:

“El hombre exclamó: ¡Esta sí que es hueso de mi huesos y carne de mi


carne! Se llamará Mujer, porque ha sido sacada del hombre. Por eso el
hombre deja a su padre y a su madre se une a su mujer, y los dos llegan a
ser una sola carne.”

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“la dignidad de esta institución no brilla en todas partes con el mismo
esplendor, puesto que está oscurecida por la poligamia, la epidemia del
divorcio, el llamado amor libre y otras deformaciones; es más, el amor
matrimonial queda frecuentemente profanado por el egoísmo, el
hedonismo y los usos ilícitos contra la generación.”

Esto importa en cuanto que el matrimonio es común a todos los hombres,


es decir de ley natural, y preexiste a toda legislación humana que se haya
creado posteriormente. En el mismo sentido explica el profesor Hervada
que “el matrimonio es una institución que responde a la estructura óntica
de la persona humana”. Yendo un paso más allá San Agustín afirmaba que
“la primera alianza natural de la sociedad humana nos la dan, pues, el
hombre y su esposa”.

Ahora bien, sabiendo que la creación del matrimonio es atribuida a Dios


mismo y que su configuración se da antes de la nueva alianza con Cristo,
aunque debe de tenerse en cuenta que algunos de dichos sacramentos
existieron antes de la encarnación del Verbo. Se hace entonces importante
entender la calidad de sacramento del matrimonio canónico, el cual da
misión a la vida de fe de los contrayentes y consiste en un servicio a la
comunidad, ya que se encuentran ordenados a la salvación de los demás.
Acto que, como dice Santo Tomas, es signo de una realidad sagrada que
santifica a los hombres. Esta santificación por parte de los sacramentos
significa, a su juicio, la salvación. Por lo tanto el cumplimiento del
matrimonio católico, significa un camino para el desarrollo de la persona y
su salvación según la promesa de Cristo, lo cual no significa nada menos
que el propósito del católico en la tierra, es decir el matrimonio es un
camino de salvación para todos aquellos que lo lleven a cabo.

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2.2. Requisitos para el matrimonio religioso.

¿Pensando en casarse por la iglesia? Descubran paso a paso todo lo que


necesitan saber, en qué plazos y tiempos para unir sus vidas bajo uno de los
sacramentos más importantes en la vida de toda pareja católica: el matrimonio.

Contraer matrimonio religioso es el deseo de toda mujer. Elegir el lugar soñado,


la decoración de iglesia para boda y su soberbio vestido de novia, roban su
sueño después de recibir su anillo de compromiso. No es para menos, si se
trata de uno de los pasos más importantes en su vida. Hay que admitir, en la de
toda pareja enamorada que profesa la fe católica. Pero ¿por dónde comenzar?
Si se están haciendo esa pregunta una y otra vez, tranquilos que les hemos
preparado el “paso a paso” con datos actualizados, requisitos y documentación
necesaria para pasar a felizmente casados sin contratiempos. ¡Tomen nota!

2.3. La elección de la iglesia donde darse el sí:

Si existe una etapa que entusiasma a toda pareja enamorada que ha decidido
casarse por la iglesia es justamente la búsqueda y elección del templo. Como
en su momento lo será dar con la locación para su matrimonio en el campo. Si
bien es cierto, la mayoría de novios tiene más o menos clara la idea del tipo de
recinto, es importante hacerlo con tiempo. Sobre todo si están pensando
casarse en un recinto fuera de su jurisdicción. Es decir, en otro distrito o región.

2.4. ¿Qué pasa si desean casarse en una iglesia de otra jurisdicción?

Primero deberán acudir a la parroquia de su distrito y formalizar la apertura de


su pliego matrimonial. Una vez completados cada uno de los pasos, podrán
solicitar su traslado a esa iglesia donde siempre soñaron casarse. Donde
siempre te imaginaste con ese vestido de novia de encaje romántico. Pero
atención a las reservas, ya que de tratarse de un templo de imponente
arquitectura, fama o belleza, seguramente deberá ser reservado con muchos
meses de anticipación.

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2.5. ¿Cuándo abrir el pliego matrimonial?

Existen plazos para reservar templos religiosos de alta demanda. Este puede
llegar a ser de hasta un año de antelación. Nos referimos a iglesias como San
Pedro en el Centro de Lima o la parroquia El Sagrario (al costado de La
Catedral) o la propia Santa María Magdalena de Pueblo Libre. Todos ellos,
recintos religiosos en los que toda pareja limeña ha soñado desfilar alguna vez.
Ni qué decir de las sedes del interior del país. Pero si se trata de una pequeña
capilla, gran basílica o parroquia íntima, próxima la locación de su matrimonio
en la playa, podrán hacerlo hasta con 3 meses de anticipación.

2.6. La documentación necesaria que los llevará hacia el altar.

Una vez elegido el templo deberán acudir a la secretaría parroquial, por lo


general en horarios de oficina de lunes a viernes de 9:00a.m. A 5:00p.m. Ahí se
les informará los pasos a seguir y se les entregará una lista con la
documentación necesaria para formalizar la apertura de su pliego matrimonial.
Los requisitos están prácticamente estandarizados en todas las iglesias del
Perú y son los siguientes:

 Documento Nacional de Identidad (DNI) de los novios.


 Copia de la Partida de Nacimiento de los novios.
 Declaración jurada del domicilio del novio y novia.
 Partida de bautizo del novio y novia legalizadas por el notario
eclesiástico de la Arquidiócesis de Lima o la Región de residencia. La
vigencia de la expedición no deberá superar los 6 meses de antigüedad.
 Constancia de confirmación de los novios.
 Certificado de haber participado en el encuentro pre-matrimonial. No se
considera impedimento para contraer matrimonio religioso si los novios,
por motivos personales, no hubieran podido llevar dicha charla. No
obstante, se trata de una obligación moral implícita.
 Datos completos y copia de DNI de 2 testigos de soltería, tanto para el
novio como para la novia. Estos no asisten a la apertura del pliego, solo
hacen acto de presencia durante su gran día. Ojo que no podrán ser
familiares. La idea es que se trate de personas particulares, amigos,

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colegas, allegados que puedan dar fe de conocerlos como mínimo cinco
años.
 Acta de matrimonio civil.
 Certificado de defunción de su cónyuge, si alguno de los miembros de la
pareja es viudo/a.
 Documento sobre nulidad o disolución matrimonio religioso ante el caso
de que uno de los novios haya contraído nupcias con anterioridad.

2.6. ¿Qué pasa si uno de los novios no está bautizado y/o confirmado?

Si por algún motivo uno de ustedes no ha recibido uno de los sacramentos


requisito, sea bautizo o confirmación deberán comunicarlo con antelación al
despacho parroquial para que puedan regularizar su situación. Algunas
iglesias admiten excepciones para que puedan ambos después de unas
charlas dominicales. Sin embargo, lo más probable es que se les solicite
asistir a la catequesis regular. Por lo tanto, es de suma importancia que
acudan cuanto antes si están en esta situación.

2.7. La entrevista personal: el instante para dar fe de su amor por


separado.

Posterior al papeleo y la apertura de su pliego matrimonial religioso se les


proporcionará la fecha en la que sostendrán una entrevista por separado,
novio y novia, con el párroco de la iglesia. El objetivo de éste encuentro y
conversación es indagar su acercamiento a la fe católica y darles un
alcance del paso importante que están a punto de dar en sus vidas. Claro,
también de corroborar que lo están haciendo de forma voluntaria.

2.8. La proclamación: la última formalización que los separa de su gran


día.

A estas alturas se encontrarán a un solo paso de su gran día, esperar la


difusión pública de su próximo enlace mientras se dedican a esa
decoración de boda. Este se hace a través de un anuncio público durante
la misa dominical hasta en 3 ocasiones distintas. Algunas iglesias prefieren

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hacer estas publicaciones por escrito en el boletín parroquial o a través de
su periódico mural.

Encaminada la documentación de su matrimonio religioso podrán dedicarse


a otros aspectos no menos importantes dentro de todo enlace religioso.
Nos referimos a recrear el ambiente, la decoración para matrimonio del
recinto, la música y la cobertura fotográfica. Algunos templos incluyen los
arreglos florales para boda en el precio por lo que no duden en hacer las
consultas antes de tomar decisiones.

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CONCLUSIONES:
"El hombre es un ser social por naturaleza". Esta frase del famoso filósofo
Aristóteles resume la necesidad del ser humano por vivir en comunidad, formar
una familia y mantener una estrecha relación con otras personas.

Ante esto, la idea del amor cobra una vital importancia, ya que es a través de él
que los ciudadanos deciden empezar una familia bajo la propuesta de pasar
una vida entera en pareja, junto a quien sería su acompañante de por vida.

Sin embargo, esta propuesta de matrimonio tiene que oficializarse frente a las
autoridades de la ley pertinentes, ya que el Gobierno del Perú promueve y
protege los derechos y deberes que esta unión crea.

Por lo tanto se debe cumplir todos los requisitos y procesos para formalizar el
matrimonio civil en el Perú.

El trámite documentario para la boda civil se inicia con la apertura del


expediente. Para ello se necesita copia del DNI (debe tener los sellos de
votación actualizados). También solicitan recibos de agua o luz para acreditar
residencia, examen médico, edicto matrimonial publicado en cualquier diario de
circulación, quedando así expedito para contraer nupcias. Si se tratan de
novios extranjeros o que residen en el exterior, los trámites se realizan a través
del Consulado Peruano, su tramitación demorará mayor tiempo, ya que todo
debe estar certificado.

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Española (2014). «Matrimonio». Diccionario de la lengua española (23. ª
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matrimonio no podrá celebrarse sin el libre y pleno consentimiento de los
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Chile. p. 31. ISBN 9789561012158.

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