Professional Documents
Culture Documents
Share
Llamó mi atención un caso que tuve que defender en audiencia hace poco. Ello
en cuanto a la aplicación de las teorías que, sobre la intervención delictiva, se han
ensayado. El presente comentario, no tiene connotación creativa, ni mucho
menos innovativa, sino únicamente de información e interpretación. Veamos los
hechos.
Primera imputación.- “Y” es autor del hecho, por cuanto es él quien utiliza el
DNI falso, correspondiendo a “X” el título de partícipe necesario, por haber
proporcionado su documento de identidad, para posibilitar su falsificación y
posterior uso.
Segunda imputación.- “X” es autor del hecho, por cuanto tiene dominio sobre la
configuración del resultado típico, ya que su actuación anterior, de otorgar su
documento, y el control posterior para asegurar la rendición del examen, le
permite dominar los acontecimientos, y responde en un sentido normativo, por el
resultado del uso del documento. A “Y” le corresponde el título de cómplice
necesario, pues su actuación fáctica, implica un aporte esencial al hecho
dominado por “X”.
Tercera imputación.- Tanto “X” como “Y” responden como co-autores del
hecho, advirtiéndose concierto de voluntades, para falsificar y usar el documento,
además que tal concierto se actualiza en la ejecución, al controlar “X” la
actuación de “Y” y la consecución del resultado.
Quinta imputación.- “Y” es autor del hecho, mientras que “X” debe responder
como instigador, pues su acción de contratar a “Y” para rendir el examen,
utilizando un documento falso, implica una determinación relevante para la
comisión del delito, conforme lo establece el artículo 24 del Código Penal.
Sexta imputación.- “Y” es autor del hecho, por haber dominado el curso causal
del uso del documento, mientras que “X” no responde, al no haber realizado una
conducta típica, siendo su participación anterior irrelevante, por pertenecer a la
etapa de preparación del delito, mientras que el beneficio posterior, constituye un
acto post ejecutivo igualmente atípico.
La doctrina con mayor aceptación, ha sido la del Dominio del Hecho, que califica
como autor, a quien domina el curso de los acontecimientos y quien tiene
capacidad para decidir sobre la configuración del hecho típico [una teoría
Roxiniana con aceptación general]. Otra doctrina, con menos aceptación, pero no
por ello, menos importante, es la respuesta de Jakobs, referida a la Competencia
Preferente por la Configuración del Hecho, calificando como autor, a quien tiene
un mayor grado de dominio [criterio cuantitativo], a partir de la defraudación
normativa, por infracción del rol asignado. Así, es competente por el hecho,
quien siendo portador de un rol, organiza la defraudación normativa. No me
ocuparé en el presente comentario, respecto de las teorías de infracción de deber,
por resultar innecesarias para resolver el caso propuesto.
Es fácil verificar, que todos los intervinientes poseen cierto grado de dominio
sobre el hecho típico, en el caso concreto, cualquiera sea el nivel de aporte en la
contribución. La cuestión, es determinar cuál es la cantidad de dominio, para
poder diferenciar al autor del partícipe.
Tal poder de control sobre la realización típica, hace del hecho, una obra de “X”
y no de “Y”. Si no, volvamos al ejemplo de la autoría mediata. Si “X” hubiera
utilizado un menor de edad, para la rendición del examen y con ello, el uso del
documento falso, sería indudable que respondería a título de autor mediato.
Entonces la cuestión es, el hecho que el suplantador sea un sujeto responsable
¿Vuelve cómplice a “X”? o a contrario, si el ejecutor sería sujeto no responsable
¿Convierte en autor a “X”?. Tal razonamiento, no parece sostenible, ya que la
situación y el poder de control es el mismo en ambos supuestos. No existe
variación respecto del dominio que tiene “X” sobre el hecho típico.
En cuanto a “Y”, se tiene que pese a ser el sujeto actuante, únicamente debe
responder como cómplice primario, ya que la cantidad de dominio, es menor que
la de “X”, siendo éste último quien es dueño del hecho y aquél, únicamente un
mandatario. Ergo, es la segunda imputación la más adecuada para resolver el
caso.