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Feliz navidad y un próspero año nuevo lleno de seguridad y salud

REFLEXIÓN DE NAVIDAD
Ver: ¿Cómo vemos la Navidad nosotros hoy? ¿qué nos dicen los demás?
Algunos se entusiasman, porque habrá algún regalo, porque se comerá
algo diferente…. Otros sentirán nostalgia y tristeza, quizá para algún otro
sea el tiempo en que con más ganas se aproveche de los demás.
En el mundo se dice que la Navidad es tiempo de compras, tiempo de
festejos, tiempo de despilfarro, de gastos, de borrachera y desenfreno….
Se anuncia un Santaclós que a todos da lo que piden, carros lujosos,
perfumes, juguetes sofisticados… los adornos brillan, los colores son
fuertes, todo nos invita a desear, desear, desear…. Cosas y más cosas….. la
mayor parte de las veces inalcanzables.
Pero ¿qué deseamos realmente?

El corazón de las personas allá en su interior, desea siempre, Y aquellos


brillos, o aquellas cosas que se nos anuncian no logran llenar, no pueden
sostener la alegría. Cuando hemos logrado alguna de aquellas cosas el
corazón ha seguido deseando algo más…. Todos los seres humanos
tenemos un infinito deseo….. de felicidad. Si lloramos, si estamos tristes o
desesperados es porque nos falta la felicidad, la anhelamos más que
cualquier otra cosa. Pensamos: cuando tenga esto o aquello, seré feliz.
Cuando logre estar en otro lugar, seré feliz, cuando las cosas cambien
seré feliz…..y así, deseamos y deseamos la felicidad…..¿Dónde o en quien
está la felicidad que buscamos?

Juzgar: Hace mucho tiempo, mas de dos mil años, Cuando era la hora en
que se acaba el día y empieza otro… todo estaba en silencio, hacía
mucho, mucho frío… los pastores que habían prendido fogatas por los
montes para calentarse y poder cuidar a sus rebaños, estaban
acurrucados medio dormidos, cuando llegó un ángel y se quedaron como
espantados, pues nunca habían visto a uno. El ángel era, muy brillante y
sus alas tenían como pegadas las estrellas, y las movía suavecito mientras
hablaba a los pastores… les dijo: Hoy a nacido el Rey de Israel, el Rey del
Universo, el Hijo de Dios, lo van a encontrar en la cueva pequeña que está
allá arriba…está con su madre, envuelto en pañales. Ellos estaban con la
boca abierta viendo y escuchando al ángel. Y para que más se les abriera
la boca llegaron junto a ellos muchos, muchísimos ángeles más, todos
brillaban con colores que nunca habían visto, las estrellas casi no se veían
porque las tapaban las alas de tantos y tantos ángeles que llegaban del
cielo y cantaban con voces hermosas una melodía que nunca se había
oído en todo el mundo, la más hermosa que se haya escuchado: ¡Gloria a
Dios en las alturas y paz en la tierra a los hombres!

Los pastores tomaron algunas cosas que tenían ahí, como pan, leche de
las cabras, lana de sus borregos, semillas, palos de fogata, lo que
encontraron… para llevar a la Madre a José y al Recién Nacido. Se fueron
acercando muy despacito. Estaba la cueva iluminada, por una luz que no
era de fogata, ni de lámpara, esa luz salía del Niño pequeño que estaba
acostado en la paja donde comen los animales, su madre María lo miraba
y lo miraba, sonreía y sonreía, lo acariciaba y acariciaba, José miraba al
Niño y miraba a la Madre, y ponía sus manos en el pecho y luego las
levantaba y decía algo con los labios pero no se le escuchaba. Se dieron
cuenta que estaban los pastores asomados y los dejaron pasar, cada uno
miraba al Niño y se miraban entre ellos, y a sí mismos, cada uno sentía
algo distinto, unos sentían ganas de llorar por haber sido malos, y ya no
querían serlo; otros querían gritar de alegría y dar brincos; otros miraban
al Niño y miraban el Cielo. Alguno soñaba con poder repetir el canto de
los ángeles para dormir al Niño. Era tan pequeñito, tan indefenso, movía
sus manitas buscando a su Madre y su boca buscaba instintivamente su
pecho. Su llanto hacía llorar a todos, sus balbuceos de bebé, doblegaban
el corazón más duro, al abrir sus ojos, el mundo se trasformaba. Le daban
los regalos a José y María y decían lo que el ángel les había dicho.
Ninguno de ellos, volvió a su casa siendo el mismo y a todos contaban lo
que había pasado. María les daba las gracias y luego escuchaba en
silencio y pensaba en las cosas que hace Dios.

«Dios busca lo humilde, lo sencillo. Allá estaban los grandes, los ricos, los
poderosos, haciendo sus planes, negociando sus riquezas, ocupados en
sus problemas, buscando su poder y su gloria, muchas gentes había
entonces, muchas cosas hicieron esa noche; los que no habían dado lugar
a la familia santa, dormían sin haber visto la gloria de Dios, pero los
pastores, que eran pobres y sencillos, iguales a María y a José, que no
siempre tenían comida, que sus ropas no eran nuevas ni elegantes, que
sus casas no eran grandes, o quizá ni la tenían, estaban despiertos,
pudieron ver al ángel, y oír la música del cielo y sobre todo fueron los
primeros invitados a conocer el misterio más grande de todos los
tiempos, fueron los primeros en ver la promesa de Dios cumplida en ese
Niñito pequeño…. Tantos sabios, tantos profetas, reyes, sacerdotes,
generaciones y generaciones esperando este momento pero no estaban
ellos en el monte cuidando el rebaño, no estaban ellos a la intemperie,
con frío, no estaban ellos ahí en medio de la nada confiando en el poder
de Dios que es dueño de todo lo creado, por eso solo los pastores, los
pobres, los despreciados, podían haber estado en ese lugar, en una cueva
en medio del monte en una noche fría, la noche más dulce de todos los
tiempos. Pero Dios que a todos ama no deja a ninguno sin su
misericordia, y a quien lo busca con sincero corazón lo encuentra».

Dios en su infinito amor, nos entregó lo mas preciado y amado que tenía,
a su Hijo, solo en él está la felicidad, los pastores, los más pobres y
despreciados en su tiempo, no necesitaron colmar sus estómagos ni tener
mejores casas para encontrar la felicidad. La felicidad fue encontrarse con
Jesús. No hay más que saberlo, y desearlo y Jesús ya está aquí, ahora, en
este mismo momento en tu corazón, él no se hace del rogar, está aquí y
ahora, pequeñito, indefenso, al alcance de cualquier corazón. No se
presenta en la opulencia, nos sentiríamos incómodos, no se presenta con
poder, nos daría miedo, no se presenta altivo, no nos gustaría…. Viene de
la manera en que a todos nos gusta, como un bebé…. ¿qué hay más dulce
y tierno? ¿qué hay mas vulnerable y pequeño? Pues ahí en aquel lugar…
sucio, pobre, desprovisto de lo más necesario, entre animales y en el
frío…. Llegó la felicidad de todos los hombres y mujeres del mundo.
Actuar. Sabiendo todo esto, que más da como esté ahora nuestro
corazón.. tal vez igual que aquella cueva, donde se cuela el aire frío, quizá
esté sucio por nuestras faltas, mal oliente por nuestros vicios, pero si él
vino precisamente a aquel lugar fue para que no nos diera vergüenza
recibirlo así, tal cual, como estamos. Pensamos que no tenemos nada que
ofrecerle, pero tenemos mucho, tenemos nuestro corazón, nuestros
pensamientos, nuestro amor, nuestra buena intención, y esos son los
mejores regalos que podemos darle a Jesús. Pero eso sí…. Los pastores no
volvieron igual que como llegaron, al encontrarse con Jesús sus vidas se
transformaron, a todos anunciaron que habían visto al Salvador, quisieron
ser más buenos, supieron llevar felicidad a otros. La pobreza y las
limitaciones fueron el medio eficaz para cambiar, para ser felices. ¿Quiero
yo también ser feliz, aquí y ahora? El Niño está aquí, quiere nacer en tu
corazón ¿lo dejas?

No dormir bien:
La época navideña sirve de excusa ideal para muchas cosas, como salir de noche,
divertirnos y celebrar cuanto evento sea posible, lo que puede llevar a que se duerma menos
de lo habitual, a veces hasta por varios días contínuos.

La falta de sueño puede ca usar disminución de energía, dificultad para concentrarse, dolor
intenso y mayor riesgo de accidentes. Quienes no duermen lo suficiente son, además, más
propensos a padecer diabetes, obesidad y enfermedades cardíacas, y también depresión y
otros problemas psiquiátricos.
Estrés:
La ausencia de algunos jefes y compañeros de trabajo puede aumentar las
responsabilidades y crear problemas de organización, además el sentimiento de culpa que
produce pensar que se dedica más tiempo al trabajo que a la familia, es pecialmente en
navidad, puede causar estrés.

Consumo de alcohol:
El consumo de alcohol durante las fiestas navideñas se dispara. La asociación de consumo
de alcohol y fiesta es algo inevitable. Si bien se puede disfrutar de fiestas y la companía de
familiares perfectamente posible sin ingerir licor, o al menos, moderando su consumo, para
algunos esto es inpensable.

El alcohol tiene varios efectos perjudiciales sobre el cuerpo y la mente: Los reflejos se
reducen y con ellos la capacidad de reacci ón, se alteran los sentidos. Es decir, se reduce la
capacidad de percibir y se pierde el buen juico. Los borrachos se creen que siempre “estan
bien”.

El alcohol es la principal causa de accidentes graves tales como: accidentes fatales de


tránsito bien sea como conductor o peatón, accidentes en operación de maquinarias, asi
como también, incrementa el riesgo de caída, de realizar actos inseguros y complicaciones
de salud.

Indigestión:
Una cosa es romper la dieta un día y otra muy distinta es la llegada de d iciembre, con sus
múltiples invitaciones a compartir, las que muchas veces implican comer. A esto se suman
los ineludibles almuerzos por reuniones de trabajo, familiares, cenas de Nochebuena y fin de
año.

Adicionalmente, por falta de tiempo o flojera, se deja de llevar al trabajo la habitual y


saludable comida hecha en casa y se termina llevando las sobras de otras comidas o
comiendo en cualquier sitio que le provoque.

No abuse, sea consciente de que hay alimentos más dañinos que otros y pare de comer
antes de que el organismo muestre señales de que está saturado. Los expertos recomiendan
que, con el fin de hacer esta tarea más fácil, se intente comer de todo, pero en pequeñas
cantidades. Si va a consumir alcohol, trate de comer bien.

Males al conducir:
Lo mejor de estos días de navidad, es que disminuye el tráfico, pero eso a su vez puede
generar un exceso de confianza y provocar que las personas puedan conducir a exceso de
velocidad. Además, aunque seamos buenos conductores, siempre hay otros que atenta n
contra los demás al conducir bajo el efecto del cansancio y/o del alcohol.

Por otra parte, estos días suelen ser húmedos y con mucha neblina, por lo que hay que tener
mayor precaución al volante.

Indiferencia:
El peor de los males. Muchos suponen que trabajar en navidad, solo significa cumplir horario
y descuidan sus responsabilidades laborales, postergan todas las actividades que pueden,
dejan de realizar sus acciones preventivas y permiten que otros también descuiden sus
responsabilidades.

¿A cúales otros riesgos debes enfrentarte para trabajar durante estas navidades?

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